Nº
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Domingo 17 de noviembre de 2013 Año 1 I Número 2
Bong Joon-ho en Mar del Plata
THE BIG BONG THEORY Clásico, moderno, inclasificable, genial: todo eso y mucho más se ha dicho, sin exageración, del coreano que con sólo cinco películas (cuatro se exhiben en el Festival) se convirtió en una de las figuras centrales del cine mundial. Mientras seguimos aguardando el estreno de su desembarco hollywoodense, Snowpiercer –adaptación del cómic francés de culto Le Transperceneige–, saludamos al presidente del Jurado de la Competencia Internacional y hablamos de sus películas, que atraviesan e iluminan los géneros como flechas prendidas fuego.
Competencia Internacional
Fantasmas de la ruta
Las analfabetas
Argentina, 210’ D: José Celestino Campusano
Chile, 73’ D: Moisés Sepúlveda
Para ser buen cronista hay que conocer desde adentro, y para ser buen poeta hay que ser osado. Por suerte, Campusano es las dos cosas, y su cine tiene una impronta propia e intransigente. Ahora, a su lirismo sucio de acero y cuero se le suma una veta épica, un aire de saga de caballería de largo aliento, poblada por guerreros de moral intachable montados sobre caballos de metal, poniendo el pecho contra el mal organizado para rescatar a la dama en aprietos. Pero a no engañarse, que esto no es una fábula: Campusano se mete con un tema complejo como la trata de personas, y reivindica en el proceso al espíritu comunitario, a la colaboración entre los humildes. Si su película tiene potencia y valor de verdad es porque el cineasta propone una poética afín a sus actores, les da a Vikingo y compañía una voz que sienten suya, amalgama texturas de
Una lectura es, a veces, sinónimo de visión global. Saber leer una situación o una película es entenderla, tener una mirada abarcativa. Esa idea de la lectura está en el centro de la alfabetización y de la película de apertura de este Festival, que avanza a partir de una obra del teatro chileno contemporáneo, usando las mismas actrices de la puesta original y al dramaturgo como coguionista. Casi sólo dos personajes reunidos en diálogo alumnamaestra, en la tensión de un aprendizaje áspero. Parapetada en una casa convertida en trinchera doméstica, Ximena vive obstinada en no abrirse a la experiencia de aprender a leer, hasta que la joven profesora Jackeline irrumpe para intentar cambiar su posición. En un jardín frondoso que termina de separar su casa del mundo, Ximena transplanta helechos en potes de yogur: macetas liliputienses. Y con el mis-
la realidad con códigos propios y logra así su obra más ambiciosa hasta ahora, un fresco titánico y expansivo, estallado de vitalidad, de singularidad y de hambre de cine.
HOY, 9.00, Auditorium | HOY, 17.30, Auditorium VI 22, 20.00, Cinema 1
mo crecimiento sustractivo, esta ópera prima apunta a lo crucial para crear una germinación donde brota una lectura del mundo desde lo mínimo, sabiendo que el cine de sentimientos genuinos puede echar raíces profundas en unos pocos milímetros cuadrados.
HOY, 14.00, Auditorium | HOY, 22.00, Auditorium LU 18, 12.00, Ambassador 1
Competencia Latinoamericana
Los insólitos peces gato
Choele
México, 91’ D: Claudia Sainte-Luce
Argentina, 87’ D: Juan Sasiaín
Claudia es una veinteañera solitaria, aunque forzada a socializar con los clientes del supermercado en el que trabaja como promotora, hasta que una visita de urgencia al hospital –apendicitis mediante– la acerca a Martha, enferma terminal de VIH, y su excéntrica familia. Tan insólita como los peces del título (que se las arreglan en una pecera diminuta a medio llenar y con uno de esos gatitos dorados chinos que mueven la patita en señal de bienvenida), la ópera prima de Sainte-Luce es un relato de un grupo de personas atípicas que se las arregla para nadar a través del torrente del drama familiar, evitando caer en las aguas estancadas de los lugares comunes que aquejan a tantas películas construidas alrededor de temáticas
Si El verano del camoatí, vista en la última edición del Festival, instalaba al evocador paisaje isleño del Valle Medio del Río Negro como escenario perfecto para un relato de iniciación adolescente, Choele es la confirmación luminosa de esa rara empatía entre tema y región. Sólo que Coco, el pequeño protagonista de la
“serias”. Con una liviandad justa, Los insólitos peces gato parece haber descubierto la clave para comprender cuándo hace falta reír, cuándo llorar, y cuándo simplemente retratar un mundo de la manera más sincera posible.
HOY, 10.00, Cinema 2| HOY, 21.00, Cinema 2 MA 19, 13.00, Cinema 2
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segunda película de Sasiaín (codirector de la notable La Tigra, Chaco), no está asomándose a la vida adulta, sino recién a la adolescencia. A sus once, pasa con su padre divorciado (Leo Sbaraglia) los últimos días de verano antes de que mamá venga a buscarlo para llevárselo de esa vida de paseos junto al río, de juegos –inocentes y de los otros– con su mejor amigo, de descubrimiento del amor. No justamente el de la vecinita que, tan tierna como frontal, le insiste para que se pongan de novios, sino el más complicado de la bella veinteañera (Guadalupe Docampo) invitada de papá. Esa intensa temporada de novedades y cambios es la que narra Choele: con sensibilidad, que no sensiblería, y un corazón enorme por sus criaturas y lugares.
HOY, 13.00, Cinema 2 | HOY, 23.00, Cinema 2 MA 19, 12.45, Ambassador 4
Competencia Latinoamericana
Competencia Argentina
Costa Dulce
Algunos días sin música
Paraguay / Holanda, 75’ D: Enrique Collar
Argentina / Brasil, 78’ D: Matías Rojo
Muchas veces lo que define a un paisaje es lo que subyace, los cimientos que mantienen en pie su atracción y su enigma. Cuando es un mito lo que subyace en un paisaje, la ecuación
se puede volver tan magnética como peligrosa, de acuerdo a la naturaleza del mito. Y de esa fusión trata Costa Dulce: lo mítico y el paisaje en sinergia poderosa. En la selva paraguaya de Itauguá, David debe enfrentar el mito de “yvyguy”, el tesoro sepultado durante la Guerra de la Triple Alianza. El Goliat de este David es la creencia en que todo el oro que antes circulaba en Paraguay late bajo la tierra que camina todos los días. Y la tecnología, por pura coincidencia, le regala a David una honda para enfrentar al gigantismo de esa selva capturada con ojo contemplativo que se convierte en cada plano de la película en una promesa certificada de riqueza. El sistema documental de la mirada no hace necesariamente más real el mundo de Costa Dulce, sino más misterioso. Y alguna secuencia nocturna como la inicial o un simple baile de la escoba la hacen más luminosa.
HOY, 15:30, Cinema 1 | HOY, 18:30, Cinema 1 LU 18, 12:30, Cinema 1
Una película de iniciación sobre el inicio postergado de las clases: tres niños en una deriva
donde se mezcla el aprendizaje de la supervivencia y la candidez. La frontera entre el verano y el inicio de clases se hace porosa a causa de la muerte de una profesora de música en el acto inaugural de la temporada escolar, lo que provoca un luto que, sutil humor negro mediante, se transforma en un período de desventuras para tres alumnos. Vacaciones de verano extendidas, un recreo más largo de lo esperado, un tiempo en suspenso donde la película se instala para transformarlo en una emotiva épica infantil, sin caer en el reduccionismo para desarrollar el mundo de los niños. El marco de un pueblo mendocino, con la viña como telón de fondo, hace que Algunos días sin música pueda convertir el retrato coral de tres niños enfrentados a su entorno en un periplo entre regionalista y universal, bucólico y realista, manteniendo la balanza en equilibrio constante.
HOY, 10.00, Teatro Colón | HOY, 22:30, Teatro Colón LU 18, 15.00, Teatro Colón
Competencia Argentina
Escuela de sordos Argentina, 72’ D: Ada Frontini Si alguien piensa que ser docente en Buenos Aires es una tarea contra viento y marea, que imagine el panorama en el resto de las provincias de Argentina. Y si alguien piensa que ser docente en el interior del país supone estar preparado para lo que sea, que se haga una idea de lo que significa llevar adelante una escuela provincial de sordos. Pero, suposiciones de lado, la vida y obra de Alejandra Agüero, fundadora y profesora de la Escuela Municipal de Discapacitados Auditivos “León Luis Pellegrino” de Bell Ville, provincia de Córdoba, es la prueba misma de que un entorno difícil puede ser también llevado adelante a fuerza de amor y una voluntad extraordinaria capaz de hacer que todo lo demás deje de importar. Median-
Maravilla, un luchador afuera y adentro del cuadrilátero Argentina, 80’ / D: Juan Pablo Cadaveira
te una observación frontal pero intimista, que encuentra a Agüero en todo tipo de situaciones de enseñanza, el documental de Frontini captura el día a día de una vida dedicada al servicio de los demás.
HOY, 12.30, Colón | HOY, 17.00, Colón MA 19, 13.00, Ambassador 2
Boxeo y cine tienen una relación especial, cimentada golpe por golpe en incontables ficciones y documentales. Era cuestión de tiempo para que la vida de Sergio “Maravilla” Martínez, el más destacado y carismático entre los púgiles argentinos de la última década, llegase a la pantalla grande. Con acceso total a la intimidad y el entorno del campeón, Cadaveira parte del injusto despojo del título de los medianos en favor de Julio César Chávez Jr. y se fija como meta la obsesión de Martínez durante casi dos años: esa ya mítica pelea contra el mexicano en septiembre del 2012, donde recuperaría el cinturón y el honor arrebatados por los turbios estamentos que rigen al deporte. Pero no crean que, por conocer el resultado, el camino
resulta menos apasionante: desde los humildes comienzos en Quilmes, pasando por las penurias de su aventura europea y los rigores de un entrenamiento feroz, hasta la gloria tardía (pero no tanto; como repiten varios entrevistados, Martínez es un “late bloomer”), la vida de Maravilla es, definitivamente, de película.
HOY, 15.00, Colón | HOY, 19.30, Colón LU 18, 17.00, Colón
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Super 8
Chavos del 8 “Nació pensado para el mercado doméstico, aunque en manos de aficionados y de modestos cineastas alcanzó un gran nivel. Con la llegada de los nuevos sistemas de registro de imágenes sobre cinta magnética (lo que comúnmente llamamos video) cayó en picado su uso. Pero actualmente ha cobrado nueva vida, entre cortometrajistas y video artistas, para obtener una estética diferente al video”. Palabras más, palabras menos, imposible mejor introducción al Super 8 que ésta, provista por el cerebro colectivo y editable de Wikipedia. En su segundo año consecutivo, la única sección del Festival dedicada a un formato específico prolonga su relevamiento del otro cine argentino (uno de los tantos, al menos), a través de dos programas de películas contemporáneas y dos Noches Especiales dedicadas a Narcisa Hirsch y Horacio Vallereggio. A continuación, unas preguntas a los integrantes del imprescindible primer programa: Andrés Levinson, Melisa Brito Aller y Gonzalo Egurza.
¿Qué ven en el Super 8 (o en el 8mm, en el caso de Andrés) que no ven en ningún otro formato a la hora de trabajar? Gonzalo Egurza: En primer lugar y fundamentalmente, la posibilidad inmediata de poder trabajar en formato fílmico sin el gran presupuesto y planificación de los formatos más grandes, como el 16mm o el 35mm. Si bien existen cámaras portátiles de 16mm, este formato no llega a tener la simpleza para producir, revelar y posproducir del Super 8. En segundo lugar, la posibilidad de llevar la cámara con uno mismo a cualquier lugar sin la necesidad de tener un director de fotografía, asistente de cámara, foquista, trípode, etc. En mi caso, es inspirador poder registrar imágenes desde la espontaneidad, sin todos los intermediarios que implica la parafernalia cinematográfica. Y respecto a los formatos digitales, creo que la gran diferencia reside en lo emocionante de proyectar un rollo de Super 8 que recién ha salido del laboratorio, sin tener la certeza de si ese cartucho ha sido bien expuesto o no, si los cortes resultaron como uno los imaginó, cómo se verá en movimiento algo que se ha filmado a un cuadro por segundo, etc. En definitiva, estas cuestiones derivan en ese resultado estético, que le es tan propio a este formato. Andrés Levinson: Antes debería aclarar que me siento muy lejos de lo que habitualmente se llama “realizador” (mucho menos artista), más allá de presentar un film en un festival de cine. Fundamentalmente, porque el trabajo que se va a ver viene de otro campo, más bien del archivo y la investigación y no tanto del de la creación. Pero volviendo al cine en 8mm, debo decir que
me gusta especialmente ya que existe una cuestión en torno a los colores y a su preservación en el tiempo que lo vuelve mucho más estable, manteniendo la intensidad de un modo inigualable en otros formatos. Por supuesto que todo lo que estoy señalando se vincula con el tipo de trabajo que hago, donde la cámara está ausente. Yo no filmo nada, sino que trabajo con lo que otros filmaron. En ese sentido no me preocupa el revelado, sino la estabilidad del material, su condición física. En cuanto a los formatos diría que, más allá de lo ya señalado respecto de la confiabilidad del 8mm, me inclino al fílmico en general y no especialmente a un formato sobre otro. Pero ojo, este abordaje no tiene nada que ver (y lo señalo porque veo que está pasando y me molesta bastante) con un acto melancólico, nostálgico y, mucho menos, fetichista en torno al cine como medio. Lo prefiero porque confío en el film. Existe. Sé cómo va a reaccionar. Qué va a pasar con él a lo largo del tiempo. Y también sé cómo cuidarlo. Melisa Brito Aller: En el Super 8 encuentro un vínculo único con el proceso de filmación y la película. Ese vínculo en lo digital no existe. En mi caso, hace años que no filmo (grabo) en HD, me he olvidado lo que es hacer cine en ese formato. Comencé con el Super 8 y también con el 16mm hace un tiempo largo ya, y mientras tanto no pienso volver al digital, que me parece aburrido, sin vértigo. Creo que la película Super 8 tiene encanto y soberanía porque fue atravesada por el vértigo que sentí al filmarla. Es indescriptible, pero uno arma la película en la cabeza mientras la va filmando. Si bien el disparador para hacer un film puede ser la filosofía o la poesía, como suele ser en mi caso, una vez que se agarra la cámara y se está ahí (ya sea en la calle, en cualquier parte de la ciudad o en un estudio), lo bello se revela como un rayo. La película que uso para filmar viaja conmigo, vivenció lo mismo que yo, está ahí conmigo en el momento de la proyección. El formato Super 8 es un cine vivo, un cine donde aún todo es materia. Creo que eso no te lo da ningún formato, la portabilidad del fílmico. El Super 8 tiene una mística que me enamora cada vez más del cine, me cautiva quizás porque está en los márgenes del cine, como lo fue el punk rock en su momento para la música…
Las Fundaciones Technicolor y Groupama Gan, a través de sus responsables Séverine Wemaere y Gilles Duval, fueron las artífices de liberar las películas de Pierre Étaix del problema judicial al que habían estado sujetas por más de veinte años. La gestión para llegar a una solución fue llevada a cabo por Pierre Étaix y Jean-Claude Carrière, y a partir de ella comenzaron los trabajos de restauración realizados por los responsables de ambas fundaciones junto a Studio 37. Todo un año de trabajo, mil páginas de contratos y una salida a nivel mundial: Cannes en 2010, luego los grandes festivales internacionales, entre ellos, esta edición del Festival de Mar del Plata… y el camino continúa.
En todas las respuestas hay un hilo común que tiene que ver con la posibilidad de la inmediatez/practicidad que brinda el Super 8 (u 8mm), ya sea a la hora de filmar o de manipularlo (editarlo, proyectarlo). Nos gustaría preguntarles por qué les parece tan importante esto a la hora de hacer cine. Al trabajar ¿privilegian el proceso mismo de trabajo o el resultado (cueste lo que cueste)? ¿Es posible diferenciar ambas cosas? MBA: El proceso de trabajo cambia en cada uno de mis films. Sin embargo, por lo general, comienzo escribiendo un texto, que desempeña un rol de premisa para salir a filmar. Por ejemplo, mi film Constitución nació de lecturas de Deleuze y de la idea de buscar lentitudes y velocidades en el barrio homónimo de Buenos Aires. En cambio, en The Sun in the Head, sólo tenía la sensación de caminar y caminar todos los días el barrio de Harlem. Percibía que los habitantes de ese lugar buscaban el sol frío de la mañana, era como un lugar de encuentro y también de supervivencia al sistema. Intenté retratar esas esquinas donde había gente haciendo nada, esperando quién sabe qué... Después de unas semanas de haber filmado, llegó a mis manos un libro de poemas de Carver, y uno de ellos decía: “Estamos pasándola muy bien acá. Pero espero todo sea revelado pronto”. Allí el proceso fue inverso, primero la sensación como conocimiento y luego el texto. El resultado del film siempre está presente, como desvelo, ansiedad y preocupación. Me resulta muy difícil separar el proceso del resultado. Conviven, se alimentan uno de otro. Y una vez que veo el film revelado, respiro. En definitiva, el proceso es el resultado. AL: Me gusta lo que dice Melisa: “el proceso es el resultado”. Aunque muchas veces me ha pasado
que luego de un proceso largo de trabajo, que siempre tiene algo de agotador, el resultado ha sido decepcionante. Eso en parte podría explicar por qué algunos rollos de films trabajados durante mucho tiempo nunca saldrán de mi casa. Resumiendo, como si fuera una suerte de máxima o de aforismo negativista: no todo buen proceso de trabajo tiene una resolución acorde a ese recorrido. Y viceversa. Pero quizás ambas cosas no se deban diferenciar. Supongo que lo mismo pasa con ciertas obras en todos los campos, a veces el camino recorrido es más fascinante que el punto de llegada; o mejor, le da sentido al resultado. GE: Creo que en este punto todos coincidimos. Es imposible separar proceso y resultado en el marco de la estética. Como dije antes, el cine de industria tiene un proceso que requiere un tipo específico de planificación técnica y financiera, como también un tipo de producción, rodaje, posproducción, exhibición, etc. Viendo en retrospectiva la historia del cine se puede ver cómo este proceso deviene en un resultado estético particular. En cambio, el cine alternativo (en este caso el experimental) se maneja de otra forma. Ni mejor ni peor: diferente. Precisamente, la experimentación está ligada al proceso, a la instancia de producción. Darle rienda suelta al proceso. Insistir en eso. Permitir tanto el azar como el error y aceptar un resultado que siempre es indeterminado. Experimentar en cine es, rigurosamente, no ir a lo seguro. Buscar expandir la concepción de un determinado marco estético. En mi caso tomo este proceso como un juego. Trato de hacerlo sin presiones, tomándome todo el tiempo que sea necesario. Me quedo con la última frase de Andrés: “A veces el camino recorrido es más fascinante que el punto de llegada; o mejor, le da sentido al resultado”.
Cortos - Super 8 Programa 1: Andrés Levinson, Melisa Brito Aller y Gonzalo Egurza
HOY, 17.15, Ambassador 2
Étaix se muestra Pierre Étaix ya está entre nosotros, y hoy a las 18.30, en el Paseo de la Imagen del Teatro Auditorium, tenemos una cita de honor con este verdadero maestro de la comedia: la inauguración de la muestra sobre su vida y obra concebida por las fundaciones Technicolor y Groupama Gan, con fotogramas y fotos de rodaje de sus films, documentos inéditos de su colección personal y la de su eterno compinche JeanClaude Carrière, y mucho más. Todo, por supuesto, en francés y en español. ¡Imperdible, y también imperdable!
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Todo sobre Bong Joon-ho
El arte popular Maestro en el arte (cinematográfico) de encantar a todos los públicos habidos y por haber, sin distinciones de edad o cinefilia, el “Big Bong” llegó a Mar del Plata y desde Caro Diario le damos la bienvenida con un texto no menos grande escrito por uno de nuestros programadores, Marcelo Alderete, cuya versión completa está en el último número de la revista Haciendo Cine. Introducción Un director argentino declaró una vez que, para él, el cine coreano era algo extra-terrestre; queriendo decir con eso que lo que este cine mostraba era algo completamente ajeno a sus costumbres argentinas. Es el mismo tipo de razonamiento de las personas que hace algunos años utilizaban la expresión “cine iraní” de manera despectiva, adjudicándole a ese término todos los supuestos males del cine (lentitud, aburrimiento y todas esas cosas tan fáciles de decir y difíciles de explicar). Obviamente, se trata simplemente de generalizaciones y lugares comunes de gente que lo último que quiere hacer es pensar o discutir seriamente. Lo que transformó al cine en el arte popular que alguna vez fue (y quizá ya no) es lo contrario. El poder de acercarnos al mundo –a mundos– completamente lejanos y ajenos a nuestras posibilidades culturales, económicas y de cualquier otro tipo. Mostrarnos que hay algo más allá de la esquina de nuestro barrio; y que si vamos a sentir nostalgia, lo hagamos por algo que valga la pena y no por sentimientos de segunda adquiridos del cine malo. Bong Joon-ho representa –como pocos en el panorama del cine actual– un director que conjuga el gran espectáculo con rigor cinematográfico, éxito descomunal en la taquilla y reconocimiento de la crítica más sofisticada. El porqué de esto se encuentra –obviamente– en su cine. Película tras película, y a pesar de lo todavía breve de su obra, Bong fue creando una filmografía que lo acerca a los grandes maestros del cine. No sólo por su particular trabajo con los géneros, sino por una decisión de tratar su oficio con el amor de un artesano, y un interés por las herramientas que hacen del cine un arte único. Un cineasta clásico que logra darle a sus películas (traten de asesinos en serie o monstruos que secuestran niños) un trasfondo social e histórico que el cine actual dejo de registrar hace mucho tiempo.
Perros que ladran, etc. El debut en el largometraje de Bong Joon-ho, después de su paso por la KAFA (Korean Academy of Film Art), y luego de varios y muy celebrados cortometrajes, fue con una pequeña gran película llamada Barking Dogs Never Bite (2000); film que su autor sostiene hasta el día de hoy como su película más personal. Quizás Barking… no mostraba a simple vista en lo que se transformaría la carrera de su director, pero ya revelaba su talento para transformar una pequeña anécdota personal en un material absolutamente cinematográfico. La historia, una comedia negra y romántica entre unos vecinos y los perros del título, dejaba en claro la pericia de su realizador, y marcaba la primera colaboración entre Bong y la bella, talentosa, y pronto a convertirse en estrella Doona Bae; hasta ese entonces sólo conocida como actriz de TV. A pesar de cierto reconocimiento por parte de la crítica internacional, de recorrer festivales y cosechar premios, la película no logró un buen desempeño en la taquilla. Algo que, en una industria cinematográfica como la coreana, puede, si no poner fin, hacer muy difícil la continuidad de una carrera. Sin embargo, la historia del novel director iba a continuar de manera muy diferente. Dispuesto no sólo a aprender de sus errores (quizás llevados por la inexperiencia y por trabajar bajo las órdenes de un estudio con un presupuesto ajustado), sino también a capitalizarlos.
El asesino dentro de nosotros Memorias de un asesino (2003) comenzó como un guion que llamó la atención de todas las personas que lo leían. La trama, basada en una
serie de crímenes nunca resueltos en la provincia rural de Hwaseong durante los ochenta, se centra en un grupo de policías tras los pasos de un supuesto asesino en serie. Al contrario de lo que suele ocurrir con las películas de este género, el asesino pasa por momentos a un segundo plano, y el foco de la historia se centra en sus perseguidores, su lucha contra la burocracia estatal y otros males sociales. Bong demuestra su maestría al insuflarle vida a un material bastante visto en el cine reciente, y lo hace otorgándole a la trama todo el peso de una época en la historia de Corea del Sur. El tiempo, en Memorias…, pasa, y el arte de Bong da cuenta de eso. (Algo que más tarde David Fincher repetiría con su Zodíaco –una particular remake en espíritu de Memorias…–, pero centrándose en las taras de la sociedad norteamericana). Los cruces de género y destellos de humor negro ya presentes en su ópera prima, logran aquí un complemento exacto y terminan de redondear una película casi perfecta. El triunfo artístico y de público que terminó siendo Memorias de un asesino ubicó a su realizador en un lugar envidiable, y en el centro de las miradas de toda la industria del cine coreano.
El honor de los Park En la última de las encuestas que realiza cada década la prestigiosa revista Sight & Sound, en su quimérica búsqueda de las diez mejores películas de la historia del cine, The Host (2006), recibió cuatro votos y quedó ubicada en el puesto 377 (que, en un universo tan vasto en películas y gustos, no es poco). Lo llamativo del caso fue que tres de esos cuatro votos pertenecían a críticos argentinos. Después del suceso logrado con su película anterior, Bong realizó su obra más ambiciosa hasta el momento y la más arriesgada. La historia arranca siguiendo el consejo del elefantiásico Cecil B. DeMille (“comenzar con un terremoto y, desde ahí, ir creciendo”), en una secuencia filmada en el río Han, donde un extraño monstruo, tan temible como despatarrado, hace su aparición espantando (y matando) a las personas que tranquilamente disfrutan de un día al sol. A partir de este impresionante comienzo, la historia toma una de sus tantos giros (de trama y de géneros) para centrarse en el enfrentamiento de los Park, una familia bastante disfuncional e inepta (pero siempre dispuesta a demostrar valentía y coraje cuando es necesario), a quienes el monstruo les raptó uno de sus miembros. The Host batió todos los récords de taquilla en Corea del Sur y fue, hasta el año pasado, la película de mayor recaudación en la historia del cine de ese país. Es también el film en donde el talento narrativo de Bong llega a su momento más alto y lo termina de transformar en un verdadero autor de cine comercial. Un crítico argentino declaró alguna vez, en una boutade entre polémica y genial (como debe ser), que The Host era el ¡Qué verde era mi valle! (aquella saga familiar de John Ford) de nuestra época. Continuando con las comparaciones, y según recientes declaraciones de Quentin Tarantino: “Bong es como Spielberg en su mejor momento”.
cleo familiar de su film anterior y lo completa con la aparición de una madre, figura ausente en The Host. La historia de esta sufrida progenitora, en busca de las pruebas del asesinato por el que acusan a su (particularmente tonto) hijo, demuestra nuevamente el clasicismo de Bong quien, más allá de los géneros (o de su mezcla), retrata una sociedad a la que el capitalismo y la bonanza económica dividieron en dos. La maestría formal y belleza visual con la que está realizada Mother nunca se impone al rigor narrativo de la película, y los personajes (he aquí uno de los grandes secretos del director) poseen una carnadura y profundidad que el resto del cine contemporáneo sacrificó a cambio de golpes de efecto, truculencias gratuitas varias o ideas preconcebidas sobre el mundo. En el cine de Bong, todos los personajes tienen sus razones –como decía Renoir– y, además, el respeto y la cariñosa vigilancia de su director.
Snowpiercer: un tren contra Harvey Weinstein Snowpiercer (2013), basada en el cómic francés Le Transperceneige, de Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean-Marc Rochette, es por ahora la última película de Bong Joon-ho, y un proyecto que data de antes de la realización de Mother. La película cuenta una historia de ciencia ficción ambientada en un futuro en el que lo que queda de la humanidad recorre un mundo congelado dentro del particular tren del título, en donde está a punto de desatarse la eterna batalla de clases entre los poderosos y los sometidos. Filmada en tres continentes, con un elenco internacional y con un presupuesto cercano a los 40 millones de dólares es, obviamente, el film más ambicioso en la filmografía de un director que no parece detenerse frente a los grandes proyectos, y el primero en contar con coproducción de otros países. La película ya lleva recaudados más de 50 millones de dólares en Corea del Sur y una cifra similar en los pocos países en donde se estrenó. Sin embargo, en el camino de Snowpiercer se cruzó Harvey Weinstein, el poderoso magnate del cine hollywoodense, distribuidor de la película en EEUU y otros territorios. Weinstein, confundido por el éxito, los dólares y la obsesión por conseguir año tras año ese premio entregado por peluqueros –entre otros trabajadores del cine– llamado Oscar, quiere reducir la duración de la película en unos veinte minutos (la versión original tiene 126, algo
bastante normal para los estándares de hoy en día), y así –piensa– hacerla más accesible para el público norteamericano. A raíz de esto, la película tiene su estreno en EEUU demorado hasta el 2014, y se desconoce en qué versión se exhibirá finalmente. Los festivales, por otro lado, también sufrieron esta lucha de poderes y ni siquiera certámenes importantes como Locarno, Venecia, Toronto o el New York Film Festival lograron sumarla a su programación.
Final El éxito que logran los films de Bong Joon-ho con el público es una muestra más de que la apuesta por la emoción, pero sobre todo la apuesta por la inteligencia del espectador todavía puede ser un camino viable para el cine. Y que el cine todavía puede ser un arte popular, sin resignar ninguno de esos dos términos; aunque por el momento una de las pocas muestras de que eso es posible sean las películas de un señor llamado Bong Joon-ho. Barking Dogs Never Bite
HOY, 18.15, Paseo 2 Memorias de un asesino
HOY, 20.15, Paseo 2 The Host
HOY, 22.45, Paseo 2
Mamá Mother (2009), o cómo realizar una película después de haber superado todos los récords de audiencia con un film protagonizado por un extrañísimo monstruo. Muy sencillo: utilizando como protagonista a otro tipo de criatura, cercana y querible, pero tanto o más terrible: una madre dispuesta a todo por el amor de su hijo. Se trata de una película casi intimista, al menos para los parámetros de Bong, que reduce el nú-
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Sentidos Críticos - Hoy: Roger Koza
Las variaciones de la experiencia amorosa
¿Cómo mostrar los placeres de la homosexualidad masculina sin plantear un discurso militante acerca de lo gay como política de la identidad? ¿Cómo filmar escenas de sexo ocasional sin asociarlo con el amor romántico y sin condenarlo como una perversión licenciosa? Los hombres pueden chupar, besar, hablar y acompañarse. El cuerpo puede ser vivido como una superficie absoluta de placer. En un pasaje glorioso en el que dos hombres se masturban gozosamente, la amabilidad de la escena y el placer que transmite pueden remitir a esas secuencias hermosas del cine de Jean Renoir donde sus personajes se permiten sentir el placer del mero estar en la naturaleza. Un río, el viento, el pasto: elementos mínimos de un bienestar no mediado por el dinero y, en este caso, ni siquiera por el sexo. ¿Quién ha filmado esta genialidad? Alain Guiraudie.
Película insólita y libre como pocas, L’Inconnu du lac. Ya desde el plano de apertura estamos frente a un director que entiende la gramática del cine con una seguridad que no contrabandea pretensión alguna. Una panorámica presenta un bosque y una playa al lado de un lago. Ahí funciona una playa nudista para homosexuales. En la playa se toma sol, se habla y se practica natación. En el bosque, fundamentalmente, se coge. Los habitués llegan en autos que estacionan regularmente en un estacionamiento improvisado. Es verano. La luz del sol brilla de un modo peculiar y el viento sopla de una forma específica. Guiraudie pone especial atención en cómo capturar el ecosistema de este cosmos desnudo donde se desarrollará su comedia policial erótica. Las panorámicas de la playa, el bosque, los lagos y los cielos componen de inmediato un mapa visual. Cada día que pasa arranca con un plano general del es-
Hoy se presenta L’Inconnu du lac, la nueva película de Alain Guiraudie, con la que el cineasta de Aveyron continúa su exploración de cuerpos, voces y ámbitos poco frecuentados por el cine (no sólo) francés. tacionamiento, y otros planos generales sobre el territorio varían cada tanto. La naturaleza se repite, pero también cambia, y lo que se ve se duplica en un trabajo sonoro formidable. Los sonidos se repiten, pero también sufren cambios menores. Al ver el desplazamiento de un hombre nadando en el lago, en los primeros minutos del film, ya se percibe un código y una motivación estética: asombrarse frente a la vitalidad del cuerpo, celebrar un vitalismo al alcance de la mano. Primero será vía el deporte, luego el placer por el sexo. Franck suele ir todos los días. Nada, charla y coge. Los visitantes se conocen, lo que no implica que sepan sus nombres. Lo fugaz como tal colma la existencia: alcanza con estar, respirar, moverse y acabar. Franck conocerá a Henri, un hombre heterosexual de mayor edad que suele ir todas las tardes a contemplar el lago. Esa relación no pasará por el sexo, sino por la amistad. Un pronunciamiento magnífico: los hombres pueden amarse de muchas maneras. La construcción de esa amistad es una de las revelaciones del film y el punto de mayor sofisticación afectiva, que en el desenlace policial alcanza el carácter de lo sublime. Los diálogos entre Franck y Henri son de una delicadeza admirable, y el crecimiento del cariño entre los dos es un pequeño milagro que sucede en pantalla. Se trata de exponer una política de la amistad entre hombres, una modalidad del cuidado del otro que no involucra la genitalidad. Lo homosexual pertenece a otra vía, y el propio
Franck, siempre predispuesto a coger con extraños, reconoce de inmediato en Henri a un amigo. Franck, por otra parte, se enamorará paulatinamente de un tal Michel, aun sabiendo algo terrible de él: Michel ha matado a uno de sus amantes y Franck lo ha visto. Este hecho, lógicamente, abrirá la vía policial del film, que incluye a un maravilloso personaje tardío, el inspector, figura cómica que viene además a proponer una ética que trasciende las predilecciones sexuales. Y es genial, porque su investigación es siempre jurídica, nunca moral. Ninguna escena está de más. Los tiempos son perfectos, las elecciones de luz y la apropiación de la oscuridad ambiente virtuosas, los toques humorísticos excepcionales. El erotismo sin concesiones conjura mágicamente la grosería y el exhibicionismo. La singularidad homosexual está subsumida en lo universal. Guiraudie ha hecho una película extraordinaria sobre la amistad y el amor físico entre hombres. Estamos frente a una película irrepetible, de las que faltan en los festivales y que aparecen cada tanto para renovar nuestra fe en el cine, e incluso en los hombres. L’Inconnu du lac
HOY, 14.30, Ambassador 1 MI 20, 19.30, Ambassador 1
Arte y Cine: Tributo a Gabriel Figueroa
Locura mexicana Como acompañamiento de las funciones del Tributo al gran (GRAN) fotógrafo de cine mexicano Gabriel Figueroa (1908-1997) ideado por Pastora Campos y Ernesto Flomenbaum, y la mesa a cargo de Emilio Maillé, director del imprescindible documental Miradas múltiples, la máquina loca, les presentamos esta rareza: el recuerdo de “Gabby” Figueroa en las palabras de otro gran homenajeado del Festival, John Landis. ¿Quién dijo que la locura yanqui y la locura mexicana son cosas distintas?
Es común escuchar a hombres de mediana edad referirse a sus años universitarios o de servicio militar como los mejores de sus vidas. Jóvenes, lejos de casa, viviendo como adultos independientes, aprenden la camaradería de las experiencias intensas compartidas. En 1969, con tan sólo dieciocho años, tuve a la vez mi educación superior y el servicio militar en la ex Yugoslavia, donde trabajé como cadete en el rodaje de la comedia sobre la Segunda Guerra Mundial El botín de los valientes, de la MGM. Allí conocí a Gabby. El botín de los valientes estaba protagonizada por Clint Eastwood, Telly Savalas, Donald Sutherland, Don Rickles y miles de yugoslavos en el papel de soldados norteamericanos, alema-
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nes y campesinos franceses. El director Brian Hutton encabezaba un equipo internacional: productores, grips y eléctricos británicos; maquilladores y peluqueros franceses; vestuaristas italianos; efectos especiales austríacos; y el gran director de fotografía mexicano Gabriel Figueroa, conocido como Gabby. Mantenía una apariencia impecable, siempre inmaculada en cualquier clima o terreno, y jamás andaba sin su pañuelo alrededor del cuello. Tenía un bigote recortado al estilo César Romero, llevaba una gorra militar como la de Fidel Castro y era muy elegante (una suerte de Gilbert Roland más petiso). Se movía con gran dignidad, no importaba lo caótico que fuera su entorno.
Al ser bastante cinéfilo, yo estaba al tanto de su reputación, sus colaboraciones con Luis Buñuel y Emilio “El Indio” Fernández, y había visto muchas de las películas que él había fotografiado. Nacido en el DF, estudió música y pintura antes de comenzar su carrera como fotógrafo fijo en la década del treinta, durante la era dorada del cine mexicano. Trabajó en más de doscientas películas, siempre experimentando con la luz, el espacio y la dimensionalidad, para capturar la realidad y las posibilidades del magnífico paisaje mexicano, inspirado tanto por la pintura renacentista como por sus profundos conocimientos técnicos. Junto a Fernández hizo María Candelaria, La perla y Río Escondido, entre otras; con Buñuel, Los olvidados, Nazarín, El ángel exterminador y Simón del desierto. Ya como figura prominente del México de los cuarenta, Figueroa fundó en 1944 el primer sindicato independiente para los artistas cinematográficos del país. Ese abierto desafío a las mafias que por entonces controlaban la industria del cine mexicana, junto a su apoyo a una huelga de los trabajadores de laboratorios de Hollywood, hizo que nunca pudiese trabajar en Estados Unidos (pero los directores norteamericanos que filmaban en México estaban cada vez más ansiosos por trabajar con él). Trabajó con John Ford en El fugitivo, recomendado por Toland luego de que él renunciara por una disputa contractual con Sam Goldwyn. John Huston filmó La noche de la iguana y Bajo el volcán con él. Don Siegel, Los buitres tienen hambre. María Candelaria ganó el Gran Premio en la primera edición del Festival de Cannes, en 1946. En 1995, la Sociedad Ameri-
cana de Directores de Fotografía le otorgó el Premio Internacional a la Trayectoria. Mi temor reverencial le causaba mucha gracia. Mis días trabajando en El botín de los valientes estuvieron llenos de aventura, pero lo que más recuerdo es la paciencia y amabilidad de [el director Brian G.] Hutton, a su director de segunda unidad Andrew “Bandi” Marton y a Gabby, que me llevó hasta Trieste para ver Satiricón de Fellini –de la cual hablamos durante todo el viaje de vuelta–, y luego a conocer a su viejo amigo Salvador Dalí. La charla fue casi por completo en español, pero yo estaba encantado sólo de estar allí, ¡y Dalí dibujó un retrato mío con un marcador en una servilleta rosa! Le pregunté si podía quedármelo. Me dijo que sí, pero que costaba 800 dólares: imposible para mi salario de 60 a la semana, sin viáticos. Así que se lo quedó, y yo me fui desolado. En el camino de regreso a Umag, Gabby me dijo que no fuese tonto y que siempre “separara al arte del artista”. Desde entonces le he dado buen uso a ese consejo. Pero jamás se aplicó a Gabby. Miradas múltiples, la máquina loca
HOY, 17.30, Ambassador 3 LU 18, 17.30, Ambassador 3 Mesa “Gabriel Figueroa, el gran director de fotografía mexicano” A cargo de Emilio Maillé.
HOY, 19.40, Sala Nachman Teatro Auditorium
Entrevista con Guillermo Martínez
La charla del maestro De la matemática a la literatura, y de la literatura al cine y a muchos lugares más, el autor de Crímenes imperceptibles y La muerte lenta de Luciana B. forma parte del lujoso jurado de nuestra Competencia Internacional y hoy inaugura las clásicas e imprescindibles Charlas con Maestros.
Tenés una vasta experiencia como jurado de literatura. ¿Cómo encarás la de ser jurado de películas? Para mí va a ser una experiencia nueva porque siempre fui un espectador de cine con muy poco espíritu crítico. Para mí el cine siempre fue un refugio del goce total, del goce pre-crítico. Del cine me gustan cosas que no podría confesar, de manera que va a ser interesante pensar en términos críticos sobre algo que fue una pasión de toda la vida. Mis papás fueron
fundadores del Cine Club de Bahía Blanca, así que tuve la oportunidad de ver grandes películas; ellos programaban cine francés, italiano... Va a ser interesante traducir para mí mismo en términos críticos qué es lo que me gusta y qué no me gusta de una película. ¿La pasión cinéfila y la literaria son complementarias? Pueden serlo, como también podrían ser antagónicas. Podría darse una sin la otra también,
perfectamente. Dicen que el cine suele arruinar las buenas novelas. Hitchcock incluso decía que elegía malas novelas para estar seguro de no arruinar una buena, y para tomarse la libertad de hacer lo que quisiera con ese material. A la vez hay ejemplos, para mí, de buenas adaptaciones, o sea que hay una relación que a veces puede ser antagónica, y otras complementaria. Cada disciplina tiene su propio lenguaje y sus propios registros; sus fuertes y sus debilidades. Una ventaja de la literatura, por ejemplo, es la posibilidad de usar el monólogo interior, algo muy difícil de transmitir en imagen; una fortaleza muy clara de las películas es la posibilidad de contar todo de una sola vez, con una sola imagen, mientras que la literatura es discursiva y temporal, se necesitan varias páginas para contar una escena. Al director le bastan una cámara y una escenografía... De modo que cada disciplina tiene su registro donde suena mejor –como si fueran instrumentos– y lo interesante es el pasaje que se da entre ambas. ¿Podrías adelantar de qué vas a hablar en tu Charla con Maestros? No va a ser una clase, sino una charla con Fer-
nando Spiner sobre la literatura y sus vinculaciones con el cine. Va a ser un recorrido a lo largo de mis libros, y también sobre el trabajo que hice de guion para La muerte lenta de Luciana B. Supongo que van a aparecer ligaduras con el cine, aquí y allá. ¿Qué relación tenés con el Festival? ¿Has venido como espectador en alguna ocasión? Una vez di una charla, justamente, sobre literatura y cine, donde desarrollé estas ideas: cuáles son las fortalezas y las debilidades de cada disciplina, y lo difícil que es traducir de una a la otra, sobre todo de la literatura al cine. Después la escribí y apareció publicada en un libro que editó el Festival. Alguna otra vez estuve en la ciudad por otros motivos culturales en época del Festival, y aproveché para ver películas.
Charlas con Maestros - Guillermo Martínez
HOY, 17.00, NH Gran Hotel Provincial - Salón Dauphin
Festín atolondrado
(Des) Veladas Nocturnas
Ayer fue el estreno, y mañana será la última oportunidad de ver Atolondrado, el documental de Edmundo Bejarano sobre el escritor cartonero Washington Cucurto. Y hoy el director, junto a una pandilla hermosa de poetas, rockeros y artistas plásticos, festeja en una nueva edición de Festín Mutante, la ronda de poesía y música creada por el gran Juan Rusciti (alias Rux) que nació en La Plata y, con ediciones mensuales, ya llegó hasta Barcelona y Berlín. La cita, ideal para tomarse un recreo de tanto cine visto y por ver, cerrar los ojos y soñar, es a las 17.00 en La Guagua Bar, Hipólito Yrigoyen 2775.
Desde esta noche y hasta el sábado 23, nuestro coqueto Punto de Encuentro (recuerden: en el Teatro Auditorium - Salón Bristol Restó, Boulevard Marítimo 2280, acceso recova por foyer del teatro) engalana aún más sus veladas, si es que eso es posible, con la presencia de bandas, solistas y djs que le pondrán ritmo y color al final –o al medio, o al principio, según cada quién– de los días festivaleros. Y para asegurar la victoria, arrancamos estas (Des) Veladas Nocturnas jugando de locales, con el pop, el rock y la electrónica con letras íntimas y evocativas de los marplatenses Altocamet, y luego con su encarnación como pincha-
INSPIRACIONES Vecinos, como se imaginarán, escribo esto el día anterior a su publicación, por lo cual no me queda más que esperar que el clima no sea un impedimento para que se pasen el domingo en las salas. Un domingo no sólo para la juventud, sino también muy feliz. De qué otra forma se podría definir un día en el que uno puede encerrarse en una sala tempranito a ver, en feliz seguidilla, buena parte de las películas de Pierre Étaix y buena parte de las de Bong Joon-ho, dos de los tremendos, excepcionales invitados especiales de este año. Den vuelta la página y encontrarán el comienzo de una velada insuperable en el Paseo 3 a las 14.30 y el de otra en el Paseo 2, a las 18.15. Una recomendación: vayan preparados, porque ambos recorridos traen consigo un derroche de alegría cinéfila y talento, de esos que uno agradece con la fuerza del aplauso de pie. Si a eso le sumamos que ambos realizadores andarán por ahí, presentando sus gloriosas aventuras fílmicas, el caso está cerrado: quienes hayan elegido dedicarse a recorrer alguno de esos caminos (¡o combinarlos!), ya podrán decir que el Festival está terminado. Sí, se pueden colgar los guantes después de tanta apabullante alegría. Y eso que recién es domingo…
Si se pierden a Étaix y Bong (pobres desdichados), aún pueden seguir en juego con decenas de opciones, siendo It’s Me, It’s Me uno de los secretos bien guardados de esta edición; una comedia con un vuelo de ciencia ficción que puede desconcertar a más de uno: un travieso jovenzuelo comienza a multiplicarse en versiones levemente diferentes, hasta que todo se complica demasiado. El joven es Kazuya Kamenishi, megaestrella del pop japonés (me acabo de enterar, vecinos; el mundo es muy raro desde que se nos fue, en sueños, Roy Orbison). Ahora, si están en plan cita dominguera, Una segunda oportunidad puede ser una buena… oportunidad: la Elaine de Seinfeld quiere conocer gente y a quien se cruza es, ni más ni menos que a James Gandolfini, otro a extrañar. Párrafo en silencio por él. Antes de la medianoche, que se viene cargadita, para variar (!), pueden darse una vuelta por tres excepcionales cinefiliadas: Our Sunhi, la última de Hong Sang-soo (otro golazo de Corea) y/o Les Salauds, la de los bastardos de Claire Denis y/o Blind Detective, de Johnny To. Sagrada trifecta, vecinos. Y, si bien ya les di una opción, se viene la medianoche intrincada con: los zombies noventosos de Videoclub –corran apuestas sobre quién re-
discos para que, por qué no, bailemos all night long. O, bueno, hasta las dos y media de la mañana.
Altocamet + DJ Altocamet
HOY, 21.00, Punto de Encuentro El ingreso a los shows es para acreditados. De no serlo, las entradas se retiran en el Stand de Informes del Teatro Auditorium hasta completar la capacidad, entre las 10 y las 18 h.
Nada puede lastimarme Por el licenciado Frank Booth, bully de rebeldes sin causa
conoce más cajitas de VHS–, el cervezadicto Cichonga y los Hijos de la noche, de Clive Barker. Me da miedito de sólo pensarlo. Finalmente, para los melómanos, dos opciones ideales para terminar el fin de semana:
A Band Called Death y Big Star: Nothing Can Hurt Me, dos de los mejores documentales de rock del año. Vaya domingo, amigos. Menos mal que mañana podremos descansar. O pasado, ya no sé…
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Domingo 17 9.00 I Auditorium
Fantasmas de la ruta José Celestino Campusano
12.30 I Ambassador 3
Jigéen
Jorge Meyer
210’ / INT
50’ / ESP
10.00 I Cinema 1
12.30 I Cinema 1
Lisa Limone and Maroc Orange: A Rapid Love Story Mait Laas
72’ / CHI
10.00 I Cinema 2
Los insólitos peces gato
Claudia Sainte-Luce
It’s Me, It’s Me Satoshi Miki
119’ / HUM 12.30 I Colón
Escuela de sordos Ada Frontini
72’ / ARG
12.30 I Paseo 3
Gente bien
Gillespiana Enrique Dawi
20’ / BSO
14.30 I Paseo 3
El suspirante Pierre Étaix
83’
Rupture Pierre Étaix, Jean-Claude Carrière
11’ / ETA
14.45 I Ambassador 2
Wow
Pedro Maccarone, Max Franco
15.30 I Cinema 2
Che strano chiamarsi Federico! Scola racconta Fellini Ettore Scola
93’ / AUT
90’ / JAN 16.30 I Paseo 3
Yoyo
Fiesta falsa
Varios directores
Daniel Peralta
26’ / VEN
78’ / ARG
116’ / PCL
15.00 I Ambassador 3
11.30 I Ambassador 4
12.45 I Paseo 4
Ariel Carlino, Graciela Scorzo
38’
El día de las comadres Wanda López Trelles
24’ / NAT 12.00 I Ambassador 1
Computer Chess Andrew Bujalski
92’ / HUM
12.00 I Paseo 1
Gyula Nemes
47’ / JAN
Julio Ludueña
87’ / PAN
15.00 I Colón
Choele
Maravilla, un luchador adentro y afuera del cuadrilátero
87’ / LAT
Juan Pablo Cadaveira
13.00 I Cinema 2 Juan Pablo Sasiaín
14.00 I Auditorium
90’ / ARG
Las analfabetas
15.15 I Ambassador 4
73’ / INT
52’
Moisés Sepúlveda
Gotán
En la Puna
14.15 I Paseo 2
La vereda de enfrente
77’ / NAT
Miklós Jancsó
15’ / CED
Lucas Riselli
12.15 I Ambassador 2
Los desesperados
Jorge Cedrón
90’ / JAN
15.15 I Paseo 4
Cortos Portugal Alterado 2
Una segunda oportunidad Nicole Holofcener
93’ / AUT 17.00 I Colón
Escuela de sordos Ada Frontini
80’ / PAN 17.15 I Ambassador 2
Cortos - Super 8 Programa 1 Varios directores
58’ / SUP 17.30 I Ambassador 3
Miradas múltiples, la máquina loca
14.30 I Paseo 1
15.30 I Cinema 1
17.30 I Auditorium
Pedro Aspahan
Enrique Collar
José Celestino Campusano
82’
¿Cuántos festivales ofrecen la oportunidad de viajar en el tiempo? Mientras lo piensan, acá les dejamos nuestra humilde recomendación del día, casualmente en la forma de una chance para volver al futuro (marplatense) del cine. Así es, hace 59 años se estrenaba en el Festival Buenos Aires en relieve, la primera película argentina en 3D, dirigida por Don Napy en 1954, sin saber que el cine de anteojitos tardaría poco más de medio siglo hasta Buenos Aires en relieve
HOY, 19.30, Paseo 1 8
75’ / LAT
20.00 I Ambassador 3
Bolívar, el hombre de las dificultades Luis Alberto Lamata
118’ / ESP
Emilio Maillé
93’ / ART
Fantasmas de la ruta 210’ / INT
¡No te lo pierdas!
19.30 I Ambassador 1
Our Sunhi
Hong Sang-soo
88’ / AUT 19.30 I Colón
Maravilla, un luchador adentro y afuera del cuadrilátero Juan Pablo Cadaveira
90’ / ARG
19.30 I Paseo 1
Buenos Aires en relieve Don Napy
40’ / ESP
Claudia Regina Martinez
69’ / BSO
Patricia Ortega
Hernán Guerschuny
107’ / PCL
98’ / PAN
20.15 I Paseo 2
22.30 I Colón
Memorias de un asesino Bong Joon-ho
131’ / BON
20.15 I Paseo 4
95’ / PAN
13’ / ETA
El Zurdo
El crítico
75’ / LAT
Pierre Étaix
22.15 I Ambassador 2
El regreso
Costa Dulce
Basta la salud
77’ / ESP
20.15 I Ambassador 4
Morriña, nostalgia de la tierra natal
Enrique Collar
El padre de Gardel
22.30 I Ambassador 3
Esther Goris
20.30 I Paseo 3
87’ / ETA
97’ / AUT
94’ / JAN
Esteban Rojas
87’ / PAN
En pleine forme
Federico Falasca, Tatiana Pérez Veiga, Laura Spiner
62’ / POR
Miklós Jancsó
18.30 I Cinema 1
Ricardo Casas
80’
Mañana•Tarde•Noche
Patrick Mendes
Matéria de composição Costa Dulce
106’ / BON
Luis Ziembrowski
17.00 I Paseo 1
Alain Guiraudie
Cantata
Bong Joon-ho
0.15 I Paseo 1
Ese loco, loco deseo de amar
71’ / BMD 12.15 I Paseo 2
Barking Dogs Never Bite
22.00 I Paseo 1
Lumpen
18.30 I Paseo 3
Iglú
L’Inconnu du lac
Jsu Garcia, John-Roger
19.45 I Ambassador 2
72’ / ARG
14.30 I Ambassador 1
Diego Ruiz
Mystical Traveler
18.15 I Paseo 2
12.45 I Ambassador 4
Negative History of Hungarian Cinema
18.00 I Cinema 2 127’ / ESP
Algunos días sin música
Carnavalero
Luis Fontal
Pierre Étaix
17.00 I Ambassador 1
Historias de cronopios y de famas
17.45 I Paseo 4
Miklós Jancsó
Cortos Las Venas Abiertas...
Matías Rojo
93’ / PCL
85’ / BMD
92’ / ETA
85’ / CAS
Pablo Berthelon
Congreso
Los rojos y los blancos
46’
10.00 I Colón
Rosita, la favorita del Tercer Reich
16.15 I Paseo 2
Manuel Romero
91’ / LAT
17.45 I Ambassador 4
Pierre Étaix
21.00 I Cinema 2
Los insólitos peces gato
Claudia Sainte-Luce
91’ / LAT
21.30 I Cinema 1
Alfonsina
Christoph Kühn
75’ / ESP
22.00 I Ambassador 1
Les Salauds Claire Denis
100’ / AUT
22.00 I Auditorium
Algunos días sin música Matías Rojo
78’ / ARG
22.30 I Paseo 3
Pays de Cocagne Pierre Étaix
80’
0.30 I Ambassador 1
Blind Detective Johnnie To
129’ / HOR 0.30 I Ambassador 3
Big Star: Nothing Can Hurt Me Drew DeNicola, Olivia Mori
113’ / BSO 0.30 I Paseo 3
El amor nunca muere Fred Burnley
91’ / FIL 0.45 I Ambassador 4
El hombre detrás de la máscara
Pierre Étaix, Jean-Claude Carrière
90’ / VEN
12’ / ETA 22.45 I Paseo 2
The Host
Bong Joon-ho
119’ / BON 22.45 I Paseo 4
Serrat y Sabina: El símbolo y el cuate Francesc Relea
Gabriela Obregón
0.45 I Paseo 4
A Band Called Death Jeff Howlett, Mark Covino
96’ / BSO 1.00 I Paseo 2
Hijos de la noche Clive Barker
102’ / VHS
82’ / BSO 23.00 I Cinema 2
Choele
Función Agregada
Juan Pablo Sasiaín
87’ / LAT
0.15 I Ambassador 2
Videoclub
73’ / INT
85’ / VEN
volverse una práctica común y corriente. Antes de la proyección, habrá una presentación a cargo de la Presidenta del INCAA, Liliana Mazure, junto a Eduardo Raspo (Director de INCAA TV), Paula Félix-Didier (Directora del Museo del Cine de Buenos Aires) y Sergio Rentero (Director de la empresa Cinema Gótika, responsable de su restauración digital). La función de hoy es la ÚNICA del Festival. Después no digan que no les avisamos.
60’ / VEN
Heureux anniversaire
Las analfabetas Moisés Sepúlveda
Cichonga
Pablo Illanes
Montse Callao Escalada Pablo Marín Agustín Masaedo Gustavo Sala Guido Segal Diego Trerotola DISEÑO Cecilia Loidi Gastón Olmos FOTO DE TAPA Horacio Volpato
22.30 I Ambassador 4
Mystical Traveler Jsu Garcia, John-Roger
127’ / ESP
COLABORAN HOY Marcelo Alderete Pablo Conde Roger Koza PROGRAMA PAÍS GERENCIA DE ACCIÓN FEDERAL Nora Araujo IDENTIDAD VISUAL Adrián Goldfrid Agustina Turchetto