EDITOTIAL 101
aquello que perdimos y ganamos: expulsados del paraiso artificial Lea este texto con la siguiente canción: IN MY ROOM del grupo Beach Boys, 1963 “La ciudad: el paraíso artificial del hombre en la tierra. El hombre fue expulsado del jardín del edén y corrió hacia la tierra, un lugar donde es más vulnerable a la muerte todo el tiempo. Siendo la forma de vida mas débil, desarrollo el intelecto y con el logro crear su propio jardín del edén.” Neon Genesis Evangelion / Capitulo 17, El Cuarto niño elegido Por causa del libre albedrio fuimos expulsados del paraíso. Pensamos huir a ese territorio en expansión al que llamamos tierra, desarrollando maneras de transmitir y conectar un sentido común que le permitió desarrollar el mundo en el que vivimos. Sin embargo, en algún momento la burbuja debía explotar. No estábamos preparados para ello, nos tomo por sorpresa. La pandemia era un concepto distante que solo veíamos en las novelas de los cronistas del mañana o en las alucinaciones capturadas en 8mm que promovían los directores de cine. Nunca paso por mi mente, ni por un instante, que estuviese confinado en esa jaula de paredes y ventanas que llamamos hogar. Transcribo mis pensamientos, que comenzaron muy apocalípticos y fatalistas, para irse depurando y dejar ver un cambio de paradigma, una condición de posibilidad para un ligero cambio en el orden habitual. Las ciudades: costras abigarradas que se alimentan del sueño del progreso, cicatrices colonizadoras que se abren paso sobre la tierra drenando su energía vital, convirtiendo todo en una masa de concreto, acero y vidrio. Solíamos transitar por ellas señalando el aburrimiento de deambular por sus adoquines, testigos de los pasos de muchas generaciones que se enamoraron, discutieron, comentaron, gritaron y soñaron una metrópoli que alguna vez fue una Atenas suramericana para el mundo. Hoy la ciudad es una fantasmagoría. Una alucinación consensuada que solo puede ser recorrida para cubrir las necesidades básicas. Los negocios han cerrado, los ecos de las discotecas se han sofocado. Los expendios de
vegetales aun gozan de buena salud financiera, igual que las droguerías. La academia se traslado al ciberespacio gibsoniano con un dejo de Brunner y su jinete de la onda de choque. Un gusano informático recorre los conductos de cobre y silicio contaminando con el miedo todos los datos que consumimos a diario, un bálsamo para calmar la ansiedad que ha despertado el confinamiento. Habíamos domesticado el presente con la plena seguridad de que nunca se saldría de nuestras manos. Nos habíamos creído dueños de ese presente, una idea muy descabellada, pues al final de la único que somos dueños es de nuestras experiencias y nuestros recuerdos, a menos que renunciemos a ellos por aceptar que otros nos digan como vivir, lo que debemos hacer, en un estructurado guion demagógico que solo busca incrementar nuestro individualismo y vendernos la falsa idea de un modelo de gobierno que ha perdido su norte hace mucho tiempo. Un estado que solo legisla para la banca que retiene la riqueza y aprovecha cualquier oportunidad para absorber lo poco que nos queda. Esta confesión es solo el comienzo de una mirada que tal vez extraña los días previos a la pandemia, pero que de algún modo inicia un nuevo giro hacia una extrapolación distopica en la que mas que despertar es mirar críticamente aquello que alguna vez atesoramos con esperanza y alegría: el futuro. Nos venden un no futuro que tal vez le quedaba la dama de hierro, pero que en las actuales circunstancias es mas creíble un vampiro estelar que ha desatado el virus y no tanto lo que sucede mientras acontece esta pandemia. Sin más preámbulos deambulemos por estas postales de una ciudad que se ha convertido en una zona que stalkeamos a diario para arrebatar fragmentos de aquello que alguna vez llamamos ciudad.
FICCIROSEBUDD: EL AMANECER DORADO
OPINIÓN FICCIORAMICA
LA INFORMACIÓN EN TIEMPOS PANDEMICOS Leí en alguna entrega de National Geographic que las representaciones de quimeras y criaturas fantásticas en los mapas de navegación medievales no eran otra cosa que una solución para evitar que muchas personas se convirtiesen en navegantes. Si, este recurso semiótico ayudo a sembrar una idea simple: el mar es peligroso, mejor quédate en casa. ¿Por qué hablamos de esto? Bien, este ejemplo lo cito con frecuencia en una de mis clases dedicadas al tema de la cartografía, al citarlo, con cierta gracia, comentaba como los incautos caían en este truco tan bajo, eran tiempos del poder iconográfico. En un salto cuántico, que nos lleva a finales del pasado 2019 – el año en que la ciudad de Los Ángeles tendría replicantes y autos voladores, pero solo nos trajo contaminación y sobrepoblación – en el que el brote de corona… Covid-19 comenzó a salir de su área de contención en Wuhan y a dispersarse por el mundo, un mal presagio para comenzar este 2020. El Covid-19 comenzó, poco a poco a ganar espacio en los agenda-settings de los noticieros, los casos se incrementaban, cada día nuevas victimas aparecían. Así mismo la información se manifestaba en cardúmenes de fake news que se compartían tan rápido como el virus, infoxicando a todo aquel suceptible de caer en estado depresivo. El fin del mundo que nos pintaba la fabrica de sueños Hollywoodense no es el que nos enviaron. El miedo, “una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad” acorde al ensayo El Horror Sobrenatural en la Literatura escrito por el maestro de Providence Howard Philips Lovecraft, comenzó a tomar fuerza en cada post puesto en los perfiles de millones de usuarios de las redes sociales: “pandemia”, “nos llevo el que nos trajo”, “que nos coma el tigre”, “fue un honor estar con ustedes en estos últimos minutos”, etc; aforismos para un versículo apócrifo del apocalipsis. Como si se tratara de una adicción descontrolada, comencé a mirar desde la primera hora los post compartidos en twitter, facebook, y claro los portales de los principales periódicos locales. Mi pesquisa me llevo a una conclusión muy desalentadora: los medios dicen todo a medias, los dirigentes piensan en caliente y las medidas se implementan bajo el ensayo y error con efecto acordeón. Ahora pongamos un escenario muy diferente, ¿que pasa en los pueblos, en la Colombia rural que llaman? Ahí si se cumple lo que el realismo mágico del Nobel García Márquez planteaba en su cuento Algo muy grave va a suceder en este pueblo”. A modo de confesión me fui a pasar parte del simulacro
pedagógico de cuarentena en la casa de mis suegros en Mesitas del Colegio, aprovechando que le llevaría provisiones y medicamentos, confiado en que el martes 24 de marzo levantarían la restricción de movilidad y podríamos devolvernos como es habitual, pero el presidente enfermo y declaro que nadie podría regresar a la capital, donde lo agarro la cuarentena lo agarro y punto. Tras ese anuncio comencé a parir piñas, a sudar de manera excesiva, y no por el calor, a dar puntapiés a todo, atrapado sin salida en un pueblo y sin acceso a internet para completar. Al ir al centro del pueblo para comprar provisiones aproveche para averiguar si alguien me podría subir de manera clandestina, caleta, bajo el radar; pero solo me encontraba con: “con suerte llegaría mañana a Bogotá y de subirlo lo puedo dejar en Pradilla, por 15 lukas”. Entre mas preguntaba el resultado era el mismo, la gente tenia miedo de mover sus vehículos, de salir de la casa, hasta el mismo alcalde salió a sermonear a los residentes que cogió infraganti tomando una agria en el parque como si nada pasara. Al día siguiente dijeron que dejarían ingresar gente a la capital y que abría buses intermunicipales desde las 12 de la noche hasta las 6 de la mañana, un rayo de luz me irradio de una felicidad momentánea. Me levante a las tres y media de la madrugada, salimos con mi esposa a coger camino y llegamos al terminal del pueblo: “no había ni habrá buses”, caramba, “toco caminar”. Durante dos horas me sentí como aquel personaje de la novela La Carretera de Cormac McCarthy, andando por un paisaje distopico sin humanos y muchos pajaritos. Gracias a las invocaciones a la divinidad hechas por mi esposa un vehículo nos recogió y pudimos llegar a nuestro terruño. Tras un buen desayuno y algo de descanso todo conecto: el mapa expuesto, los iconos de las quimeras y la información a medias son los ingredientes del miedo perfecto. Lovecraft nos hablaba de seres del plano astral, seres dimensionales que estaban por encima del ingenio humano, pero de alguna manera vaticino el extraño poder de la naturaleza sobre la razón científica. Los expertos dicen una cosa, los influencers otra, la gente en la calle siente la vaina distinta y yo acá, en mi encierro preventivo transcribo esta reflexión sobre el impacto de la información en este tiempo de paranoia y pandemia, donde a pesar de tanto saber se puede caer en esos trucos bajos de la desinformación de unos cuantos poseídos por el miedo.
POR: FICCIORAMA
CALIBRANDO LA ONDA DE CHOQUE
Tras unos minutos mas de espera al fin el aerotransporte alzo vuelo, en tan solo una fracción de segundos alcanzó los tres mil metros de altura, una vez en posición los rotores giraron y comenzó a avanzar a través de la densa capa de smog que semejaba una turbia acuarela. Rift no paraba de ver ese enjambre de calles que semejaban a los canales de circuitos de una tarjeta madre. No había mucho trafico, eran pocos los que venían a la ciudad, en especial después de aquel incidente que se convirtió en el festín de noticieros y agencias a nivel global. – Cuanto desperdicio – pensó – los aerotransportes y calibradores no cambian, pretenden mantener unas costumbres anacrónicas en un entorno que ya no las aprecia – se sentía ansioso, cada segundo era relevante, algunos los usan para espiar personas, muy pocos logran hackear el tiempo mismo y usarlo en beneficio propio.
– No hay mucho que ver por estos parajes – resoplo el conductor, un cuarentón pasado de kilos y con peinado de cantante de genero urbano – Hace mucho que no vienen visitantes de la zona periférica, ¿oiga, usted no será uno de esos recolectores o simplemente intenta buscar fortuna en el mercado negro de simuladores extremos? – su risa le asemejaba a esos anuncios de lechona del popular sector de la 27 sur.
Tras una hora de viaje, antes de bajar a la plataforma de arribo, consideró la necesidad de verificar la transferencia. Saco su dimov de nuevo y verifico el alcance de red. Ingreso al app del banco suizo y este emitió un número, su cara rebosaba satisfacción. Se dirigió a la sala de espera occidental y se sentó cansinamente en una de las silla de cuerina y tallados florales barrocos. Dirigió su mirada a la pantalla, emitían una repetición del primer episodio de un viejo serial animado, el superagente cobra, le traía buenos recuerdos. Siempre soñó con ser un pirata espacial, tener una hermosa copiloto y saquear tesoros; quizás en parte si cumplió su sueño al ser un pirata informático, faltaba la copiloto y detectar el botín informático a saquear. El espacio para los comerciales era tedioso, la regulación de las autoridades de televisión exigía que fuesen solo quince minutos, pero en algunos canales podía llegar a cuarenta minutos, eso le molestaba, sobre todo desde el ingreso del software simplificado OCL, un paquete creado por neurohackers de la zona baldía del Bridge-Tech del distrito industrial de la extinta Puente Aranda.
– Ni lo uno, ni lo otro – respondió Rift con un dejo – debería salir de una buena vez para que no nos arrebaten el ingreso ¿no lo cree? – Dicho esto se ajusto el cinturón y miro por la pequeña ventana la panorámica de la ciudad.
Para no caer en el tedio de escuchar la estación radial del lugar decidió sacar su reproductor estereoscópico. Coloco cuidadosamente los diginodos a la altura de la sien y comenzó a deslizar sus pupilas por las frecuencias hasta encontrar la
El calibrador holográfico ubicado a la salida del terminal aun no daba la señal al aerotransporte para el ingreso. Rift, así se hacia llamar en el feudo virtual, saco su dimov y se engancho a la red mas cercana, buscaba afanosamente el router para infiltrarse y derribar el firewall. Unos segundos de espera y el pin apareció, luego fue cuestión de ingresar el código de encriptación, una vez dentro del calibrador reviso los datos y apresuro a emitir la señal. A pesar de los muchos intentos de las compañías por naturalizar su acústica, la voz se seguía sintiendo metálica y fragmentada.
emisora sub-estatal. Lo particular de esta emisora es que transmitía con el protocolo BTR (Below The Radar) lo que permitía contenidos mas robustos y relevantes divergentes a la tendencia del mainstream impuesta por el ministerio cultural. Su reloj bio-quántico emitió un impulso que llegaba a su tallo cerebral informando que eran las cinco de la tarde, era el momento de Julius Hertz, el más celebre locutor BTR de la estación. Hertz tenia un registro acústico único, juvenil y refrescante, que tranquilizaba los neurosensores de Rift, en los contenidos anunciados por Hertz llamo su atención, tanto así que se aisló por un momento de si para concentrarse. Hablaba de un músico prodigio de 15 años de edad que interpretaría, para la colonia europea asentada en la estación lunar, una partitura estereoscópica de Rachmaninov, no ha habido registro alguno que supere la capacidad nemotécnica y precisión de este músico. Cuando volvió en si levanto la mirada a la pantalla, estaban en la escena en la que cobra descubre su psicoarma, una revelación de que su sueño era una memoria residual. Rift bajo la mirada y notó que su contacto ya habia llegado. – Fue hace mucho tiempo – infirio el contacto – ¿recuerdas los tiempos en que aun existían las verbenas populares, la bochornosa y apabullante atmosfera de neon, orin y cerveza mezcladas con esa irritante música popular?, miro de un lado a otro en busca de topos o vigias, el contacto saco de su bolsillo una tarjeta, siguió hablando – justo en el corazón de aquel parque de pueblo, estaba ese pequeño y precario stand, que no tenia mas de un metro sesenta centímetros de altura, tenia un viejo monitor de plasma y una cpu con Intel dual core y tarjeta de gráficos de sexta generación, y el gancho, ¿recuerdas el gancho? El que sostenía el visor Oculus – un alerta de mensaje de texto paro su monologo, era Orf, verificaba si se había hecho el negocio. Rift recordó ese momento en el que uso el casco, su percepción se expandió, su mente podía ir mas allá de los limites que le imponía la carne, el miedo y la angustia se desvanecían; flotaba livianamente por el entorno, una nueva realidad se abría a sus pies, aunque el lapso de uso fue muy breve le mostró que si liberaba su mente ya no tendría restricciones. Rift fue su primera opción al momento de ingresar su registro en los records del juego, el nombre derivo de aquella canción de la banda Phish, una
ecléctica colección de ritmos americanos en la que el tema principal era la ruptura amorosa, un amigo le compartió el sencillo, nada volvería a estar en su lugar. Harto de la predecibles que eran los videojuegos decidió ir mas allá e infiltrarse en servidores y bancos de datos. La agencia Van Eck comenzó a seguir sus pasos. Cuando conoció el cifrado solitario, el pontifex, el algoritmo criptográfico desarrollado por Bruce Schneir ejecutado mediante una baraja de cartas, su nivel y agilidad mejoraron notoriamente. Sobrevive trabajando para corporaciones como especialista en maniobras de infiltración de servidores y protocolos de acceso. Con dichos ingresos garantiza su pasatiempo: colectar errores de software, Bugs de ultima generación. – Sabias que era un nicho de mercado reciente – volvió a hablar el contacto – su permanente crecimiento ha llamado la atención de varios conglomerados – el contacto se levanto de la silla y giro su cuello para dar una ultima frase – cuídate de ellos Rift, puede que te rompan mas que el corazón – Rift miro al techo, recogió sus cosas y salio a la salida norte. El contacto parecía un neurohacker, un extinto clan que operaba en lo que llamaban San Victorino, su especialidad era el comercio de codecs y pines para dimovs bloqueados, allí también estaban los cirujanos azabaches, implantadores de memorias residuales y tarjetas de identificación sensorial. Además de los azabaches estaban los bossale, ciberchamanes neurovudú, capaces de invocar loa cibernéticos que potencian los chips de personalidad. Sin embargo no era fácil encontrarlos en especial a Astral Verb, el mejor de los ciberchamanes y el único capaz de ejecutar dicha maniobra.
FICCIORAMA DESCRIPCIONES PROFÉTICAS INTROXICANTES / NÚMERO 101 mayo de 2020 DIRECCIÓN FICCIORAMA COMITE EDITORIAL UNIDAD DE INVESTIGACIÓN METAPRAGMATICA POSCULTURAL COLABORAN EN ESTE NÚMERO el maestro dei-vid (ALMA BENDITA) PORTADA ficciorama DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN sindicato de artefinalstas secciòn 24