DIRIGE, EDITA Y REPRODUCE FICCIORANA a.k.a Boris Greiff COLABORAN Imagen: MISIÓN IMPOSIBLE ADA: David Barrero https:// www.behance.net/cactusdj ADA DEEP DREAM: Elisabet Roselló http:// www.elisabetrosello. com/ ADA SWAG milinviernos.com textos: NOTA SOBRE DEEP DREAM y Poética Analítica de Ada Lovelace: Elisabet Roselló (España) http://www.elisabetrosello.com/ Ada y la visión del poeta programador: Luis Fernando Medina C. Luscus9 (Alemania) www. radioaleta.net ARDA: Juan Arellano (Perú) http://arellanojuan.com Ensoñaciones de Augusta: Luis Cermeño y Felipe Escovar milinviernos.com
EDITOTIAL
LA POÉTICA ANALÍTICA DE ADA LOVELACE POR: Elisabet Rosello
( http://www.elisabetrosello.com) Cuando se menciona “Sociedad Digital”, parece invocar una imaginería de ruptura absoluta con la era analógica. Nuevas maneras de hacer, nuevas maneras de gestionar las organizaciones humanas y la economía, promesas de progreso acelerado... La tecnología es del hombre, la ingeniería es masculina; susurran los recovecos de las universidades. Augusta Ada Byron, conocida como (condesa de) Lovelace (1815-1852) se podría decir que además de mujer de la nobleza inglesa victoriana, fue la primera persona programadora de la informática moderna. La estela de su padre, el famoso héroe romántico Lord Byron, marcó la educación de su infancia: más allá de ser una mujer liberada, su madre le impuso una estricta formación en ciencias y matemáticas para evitar que cayera en las redes de la emotiva poesía y la imaginación, para evitar que siguiera el camino de su padre. Charles Babbage (1791-1871), otro genio de su época, diseñó los principios de la primera computadora moderna, esta sí, analógica. Descartando su primer diseño, la máquina diferencial, prosiguió su misión de encontrar aquella máquina que permitiera al ser humano prescindir de las tareas rutinarias mentales, en cuanto a cálculo, en áreas como las ciencias, la navegación y los negocios. Así surgió el proyecto de la máquina analítica, compuesta por tubos de vacío, engranajes y pistones.
Fue una joven Ada Lovelace que, tras estrechar una profunda relación intelectual con el matemático, profundizó en el potencial analítico de la máquina y diseñó los primeros lenguajes algorítmicos para ésta, poniendo fundamentos a las bases de la programación moderna, con sus bucles y subrutinas. El colmo para su despechada madre “Lady Byron” es que la genialidad de Lovelace se debía precisamente a su combinación de su imaginación y capacidad de abstracción filosófica con una visión de la analítica matemática sideral. Nuestro colmo es que la primera computadora estuvo pensada para las ciencias, los negocios y el comercio, no muy distinto a nuestro presente posmoderno rodeado de algoritmos que calculan y predicen nuestras vidas rutinarias para acelerar un crecimiento virtual, y que su programadora muriera joven y desconocida por su obra, fruto de la convergencia de nuestro lado más calculador y controlador con nuestro lado más caótico y emocional. Ada es redescubierta en estos últimos años, mientras se trata de reivindicar el papel de la mujer en el mundo tecnológico. Especialmente a través de la cultura popular como es el caso del Steampunk. Pero casualmente mientras se cuestionan los límites de la lógica controladora de la sociedad mediante algoritmos y se alude a una sociedad cuyo poder tecnológico, por lo menos, quede mejor repartido y no remita a estructuras oligárquicas con olor a naftalina decimonónica.
http://sydneypadua.com/2dgoggles/lovelace-the-origin-2/
A
DA ERA LA HIJA DEL “LOCO, MALO Y PELIGROSO POR CONOCER” POETA Y LUNÁTICO LORD BYRON
SU MADRE ANABEL huye de su marido, pero teme que su hija (ada) pudiese heredar su salvaje sangre
ada nunca deberá convertirse en poetica!!
...matematicas!! Solo una cosa tiene el poder para someter a la poesia...
Ada y la visión del poeta programador En redes sociales digitales, probables descendientes de SUS elucubraciones matemáticas de hace 150 años, la figura de Ada Lovelace se ha elevado como la más alta representación de la contribución femenina a ese campo de nuestra existencia que, con un fetichismo misterioso, siempre se ha vinculado al hombre: la tecnología. Aunque esta supuesta relación unívoca entre el instrumento y la testosterona es falaz y Ada ocupa un lugar destacado en una larga línea que va desde Hypatia en un remoto pasado helénico hasta Grace Hopper o Adele Goldberg; un aspecto muchas veces pasado por alto constituye para mí el gran aporte de la “encantadora de números”: la ciencia poética. Y si bien la reivindicación de género se hace necesaria, la manifestación de la sensibilidad en la máquina se torna irresistible: ya en sus celebradas notas a la traducción de una reseña sobre la máquina analítica de Babbage, la condesa de Lovelace señalaba posibilidades para el prodigio mecánico que trascendían el cálculo numérico —como la música— y que cubrían cualquier campo que pudiese ser expresado con operaciones*. Esta sencilla acotación prefiguraba el computador como máquina universal de medios, donde la representación numérica puede generar imágenes, texto, sonidos… ¿inteligencia? El universo de símbolos procesados por máquinas y comunicados globalmente de nuestros días es una consecuencia material de dichos pensamientos, y es solo un accidente del curso del tiempo el que los engranajes fueran reemplazados por transistores ínfimos, y las ecuaciones quedaran relegadas a la oscuridad de los códigos. No sé si fue producto de la sangre salvaje de su padre poeta, que hinchaba y rompía victorianos corsés mentales, y mal haría en adjudicar esta dichosa visión a una sensibili-
dad femenina; pero la capacidad de pensar superando las divisiones entre arte y ciencia —que ya se empezaban a trazar en la incipiente sociedad capitalista del siglo XIX— revela un carácter inquisitivo y analítico, pero a la vez soñador e intuitivo. Estas condiciones nos muestran una gran mujer. Estas condiciones son deseables en cualquier ser humano. A modo de nota a pie de página, quizá no tan prolífica y valiosa como las glosas donde es ubicado el supuesto primer programa de la historia, hallo rastros de una especie de ética hacker en lo que nos queda del pensamiento de la matemática inglesa, hija de Lord Byron: la certeza de que las máquinas pueden crear belleza, de que hay un juego y goce inherente a la exploración científica, de que se aprende haciendo y que el espíritu de la colaboración alienta grandes empresas. Augusta Ada es un nombre tan lírico, pero a su vez tan afortunado, como el verdadero conocimiento y sensibilidad que no conocen artificiosas parcelas. Como en un poema, estas son las metáforas y las figuras en las que he decidido creer. Como en un programa, si la métrica y la pasión conviven en un verso, la inspiración y el algoritmo dialogan en una línea de código. Por: Luis Fernando Medina C (luscus9) www.radioaleta.net * Nota A en “Sketch of the Analytical Engine invented by Charles Babbage” (1842) por L.F. Menebrea. Traducción y notas por Ada Augusta, condesa de Lovelace. Disponible en: http://www.fourmilab.ch/babbage/sketch.html (consultado en 26.07.2015)
ARDA Juan Arellano Valdivia http://arellanojuan.com
C
arlos caminaba por la playa tratando de no pensar en nada mientras miraba al atardecer. Sin embargo el problema de programación que no podía resolver lo asaltaba de cuando de cuando, obligándolo a eliminar el pensamiento apenas se daba cuenta que nuevamente estaba pensando en el trabajo. Pero estaba decidido a seguir una vieja técnica que ya otras veces le había dado resultado, despejar la mente hasta el día siguiente y dejar que su subconsciente trabajara mientras el dormía. El problema era que faltaban unas buenas horas todavía para irse a dormir, una actividad en la que, dicho sea de paso, no invertía muchas horas al día. Mientras su mente se ocupaba de esas cosas, sus pies se distraían excavando en la arena cuando el agua los mojaba, y sus ojos vigilaban que apareciera algún crustáceo o algo, pero nada, al igual que el mar nunca traía algas o medusas. Los atardeceres eran inigualables, eso si, o por lo menos los pocos que había visto. Había llegado hace unos días para la prueba final del sistema encargado por el contratista, y aunque en teoría todo debía funcionar, simplemente no andaba. Al día siguiente, cuando despertó, Ada estaba a su lado. Bueno, algo más que a su lado realmente. Aunque el contacto y la visión de su piel le excitó, él sabía que ella no había aparecido para eso. De cualquier manera su presencia de por si eran buenas noticias. Antes de que pudiera articular palabra, Ada habló. -El problema no es de programación, es el material. Los colapsitadores en las bolas de cristal fueron hechos con material local que parece es algo diferente al estándar. -Pero se supone que el sistema se reprograma de acuerdo al material que encuentra... -Claro, pero el sistema no estaba identificando al material y el asumido por default simplemente no cuadraba, así que revisé y ac-
tualicé las características de materiales a nivel cuántico. Esa parte del módulo es la más antigua. ¿De dónde la sacaste? No respondas, ya miré eso también. -A veces me pregunto si no debería retirarme y dejarte todo a cargo. -Bueno, ¿no sería lo mismo? mejor no hagas preguntas retóricas. Por cierto, la nueva prueba está pactada para dentro de 3 horas. -O sea que... Tres horas más tarde la prueba de comunicación entre las bolas de cristal resultó exitosa. Se haría una prueba más con las 8 bolas ya repartidas en su destinos finales, pero no debería haber más problemas. Poco después Carlos juntó sus cosas y se faxeó de regreso a casa. Mientras contemplaba su colonia de hormigas y dejaba migas de pan para que las encontraran, Ada habló en silencio. -Acaba de llegar una comunicación del contratista de Arda, quedaron satisfechos y tienen una propuesta para otro proyecto. -¿De que se trata? -Una especie de árboles sentientes, quieren la programación. Ya tienen los permisos para hacerlo. -Ah ¿tampoco es en la tierra? -No, y este mundo te va a gustar, los veranos duran años, y de hecho uno acaba de empezar. Carlos no pudo evitar una sonrisa perspicaz, era cierto que le gustaban los veranos, pero no creía que esa fuera la razón del alegre tono de voz de Ada. Quizás la perspectiva de tener un cuerpo, algo imposible en la Tierra, le estaba resultando más atrayente cada vez. Obviamente a el no le disgustaba, pero tendría que averiguar quién era realmente Ada si iban a estar en contacto de esa forma por más tiempo.
ENSOÑACIONES DE AUGUSTA Por Luis Cermeño y Felipe Escovar. (milinviernos.com) “A ti clamo, Señor, roca mía; no te desentiendas de mí, porque si guardas silencio, ya puedo contarme entre los muertos” Salmo 28:1 Ada Lovelace está muriendo, ante la mirada de sus tres hijos y su madre. La religión, la muerte y el amor se juntan como la santísima trinidad en estas interminables horas de sangrías y fiebres. Las confesiones de ayer son los fantasmas que recorren los pasillos de hoy. Ahí vienen dos Lores, el uno poeta y el otro, el analista metafísico; ambos renquean, no son tan galanes como sus versos y algoritmos. Lo recuerda de cuando tenía un mes de bebita y llora como tal. Su madre le propina una bofetada para que vuelva en sí y aprenda a ocultar los sentimientos, como una científica victoriana, pero ella vuelve al mundo en donde ve al poeta recitar la magia de las ecuaciones. Entonces estallan los verbos que le profirió Charles por lo cual le dijo que ella era la encantadora dama de los números. Pero allí estaban las sonrisas y los raticos felices junto a los bucles y subrutinas que la máquina diferencial le prodigaban en las lánguidas horas de esparcimiento abstracto. No hubo mil y una noche arábigas pero sí cientos de jornadas de exactitud imperial, el Lord que la abandonó al primer mes, volvía a hacerlo después de su confesión. El joven apuesto y cojo le reza al oído: Aunque la noche fue hecha para amar, Y demasiado pronto vuelven los días, Aún así no volveremos a vagar A la luz de la luna.
NOTA SOBRE ADA LOVELACE DEEP DREAM Por: Elisabet Roselló “When Ada Lovelace was twelve years old, she wanted to fly. She approached the problem methodically, examining birds and investigating various materials that could serve as wings—feathers, paper, silk. In the course of her research, which began in February, 1828, according to her biographer Betty Alexandra Toole, Ada wrote and illustrated a guide called “Flyology,” to record her findings. She toiled away on this project until her mother reprimanded her for neglecting her studies, which were meant to set her on a rational course, not a fanciful one.” Besty Morais Ada Lovelace (1815-1852) fue la primera programadora de la Historia contemporánea. No sólo como mujer, sino como persona humana. Ella generó los primeros algoritmos para las máquinas de Babbage, asentando las bases de la programación informática. Introduje uno de sus retratos más célebres en el emulador “Deep Dream” de Google, que juega con algoritmos complejos. Y así ha interpretado el manojo de algoritmos a una de las madres de la manipulación del dígito. Curiosamente, le han aparecido pájaros y perros de caza (como miembro de la nobleza inglesa)
ElLocoPensante