EDITOTIAL 71
Lealo con esta canción: Un sueño real, YGDRASIL soundtrack por Dj Fracaso
En la edición 48 escribí algunas lineas sobre William Gibson -el padre del cyberpunk - y su novela Neuromante (1984), obra seminal que visibiliza este subgénero de la ciencia ficción . Al indagar por los aspectos que dieron forma a Neuromante, me surgió el siguiente interrogante: ¿cual será el devenir de la ciencia ficción latinoamericana en estos tiempos de inmediatez y obsolescencia? Al volver sobre el cyberpunk, su aparición fue resultado de las tensiones sociales, culturales y tecnológicas enmarcadas en la década del ochenta, postura que inicia con “la condición posmoderna” de jean francois lyotard, el desarrollo de los primeros computadores personales, las investigaciones sobre inteligencia artificial y el auge corporativo japonés que inundaba el mercado con televisores, walkmans, vhs y otras maravillas tecnológicas. En ese ecosistema se definieron los lineamientos que dieron a un puñado de escritores amateur lo necesario para dar vida a un modo de ver el desierto de la realidad, la condición humana y el poshumanismo Si bien el cyberpunk significo un fulminante destello revolucionario frente a la anquilosada ciencia ficción, en Latinoamérica su influencia daría pie a un conjunto de obras y autores aguerridos que tomarían en préstamo algunos de sus elementos y los combinarían con las problemáticas propias del sur del continente: desigualdad social, insurgencia, protestas, conceciones, explotación minera; entre otros. En breve periplo literario se encuentran obras como “Guerrilleros: una salida al mar para Bolivia” en la que el escritor argentino Ruben Mira nos adentra al uso de microchips, ingenios tecnologicos, cocaleros y corporaciones que luchan por acaparar el control del agua y la energía. también el genial Edmundo Paz Soldán con sus obras sueños digitales y el delirio de turing, en la que nos da un tour por una Bolivia con tecnologia de primer mundo funcionando en un entorno precario y conflictivo de dictadores, hackers y espias.
Finalizando este rápido periplo, este no estaría completo sin el ilustre diseñador gráfico y comunicador visual Jorge Baradit -un visionario entre charlatanes, parafraseando a Stanislaw Lem- su obra representa el pináculo de la influencia cyberpunk, aderezado com mitos mapuches, mayas, vikingos y situado en ciudades biomecánicas que semejan costras que han deformado la epidermis de la madre tierra. En el año 2005, Baradit muestra un manuscrito a un amigo, que luego lo llevaría a manos de Cristina Palet, que luego decide publicarlo con ediciones B, bajo el sello Nova. Se trata de su opera prima Ygdrasil Ygdrasil es una experiencia no apta para conformes. Cuando te metes en la piel de Mariana, su protagonista, no se puede evitar pisar el acelerador a fondo para dejarse llevar por el delirante ritmo, acompasado por un soundtrack hipertechno industrial que amalgama asesinos, traficantes, chamanes, espías y muchos mitos latinoamericanos. Tras terminar esta novela sentí como resolvía parte de mi interrogante. Al cruzar algunas palabras con mi amigo Rodrigo Bastidas, coincidimos en que “si logramos mezclar nuestras tradiciones culturales con la tecnologia de primer mundo y las dificultades propias de nuestro entorno, lograremos desarrollar un verdadero estilo narrativo que nos identifique, que nos diferencie del resto”. El editor y escritor español Miquel Barceló, cuando recibió el manuscrito de Ygdrasil de manos de la editora Andrea Palet, acuño inmediatamente el termino “cyberchamanismo” para describir el innovador giro literario de Baradit, quien hasta
entonces se desempeñaba como diseñador gráfico, que produciría una verdadera revolución en el panorama narrativo latinoamericano. Como parte de la labor pedagógica de este fanzine, se desarrollara un tríptico sobre el alucinante trabajo de Baradit, que inicia con su primera novela Ygdrasil (2005), producto de un ejercicio de escritura diaria, hasta su último libro de cuentos La guerra interior (2017). Su espectro temático va desde asesinas cyborg que se juntan con inteligencias artificiales hasta guerras entre chamanes y brujos por el control de la pachamama. Solo prometo que será un periplo que cambiara toda tu percepción de la real.
FICCIORAMA, Junio de 2017
Adictos al M.A.I.Z, Selk`nams y otros habitantes del Distrito Baradit por: FICCIORMA Abrimos con un plano general de una trascurrida calle de Santiago de Chile. Es el año 2069, se esta celebrando el centenario del insigne escritor Jorge Baradit. Las aceras estan atestadas de varios transeuntes que siguen su rutinario trazado. En un plano mas cerrado vemos a Mariana, una asesina a sueldo y adicta al Maíz, que mira de reojo cerciorando que nadie la siga. A un lado esta El cabo Valdez, el abducido de lluscuma, camina a la deriva alienado por su propia mentira. En la otra acera esta Salvador Allende quien camina con las fuerzas GAP rumbo a la Moneda. Justo en la mitad se abre paso una silueta robusta, porta una camiseta de Darth Vader, una chaqueta camuflada y unos tenis algo desgastados y un exoesqueleto literario que re-escribe la realidad circundante, es la imagen residual de Baradit. En su mano derecha porta el casco que indica que no muy lejos dejo su motojet a reacción, su vehículo de interconeccion urbana, dejando ver su plateada cabellera y su barba que revela el paso de sus trances astrales. Un plano cerrado a un viejo catalogo editorial, en el se dice que Baradit era diseñador gráfico, comunicador y escritor; ademas de poeta y ex cantante punk. Cierra la toma un zoom-in a la foto de Baradit, un plano detalle al ojo, un primerísimo primer plano al infinito. Llegue al Distrito Baradit gracias a mi buen amigo Rodrigo Bastidas, un gran conocedor de la cartografia cienciaficcionaria suramericana. Al llegar note gratamente la incorporación de la rica tradición cultural y mitológica local, esto deja un buen sabor la verdad. Su cosmovision, entrelazada con la tecnologia de punta, ademas de ovnis, abducciones y personajes dislocados; ofrece un mapeo de Chile que revela aquello que los medios ocultan. Precisamente de ahí viene su singularidad, la del acto chamanico que conjura con el limitado lenguaje escrito, que retumba sobre los anquilosados cánones de la literatura convencional.Si quieren una referencia más explicita pueden ver la microcapsula de “ensueño”, en esta Baradit relata el soñar con ángeles que usan lightsabers, ¿ángeles y ligtsabers? ¿Religious Spece Opera? Bueno, así es su mundo. Me incorpore en el sector “Ygdrasil”, edificado en el año 2005, En la cual nos traslada a una reconstrucción de la costra urbana bomecanica en la que se ha conver-
tido el distrito federal de México. En este escenario nos metemos en la piel de Mariana, si la misma que presente al comienzo, quien acepta la más peligrosa de sus misiones: infiltrarse en los bancos de datos del banco central, solo que esto es un señuelo que la llevara a su fin ultimo: liberar el poder del Ygdrasil. Su redacción pone el acelerador que jala al lector dentro de una realidad de grandes transnacionales (con más poder que los gobiernos), tecnología orgánica al límite y la resurrección de viejos mitos, además de soldados muertos que reencarnan como sistemas de comunicación y chamanes que orbitan la Tierra. A esto el editor Miquel Barceló le dio el rotulo de Cyberchamanismo. Precisamente en una entrevista fechada en 2007 por motivo de la publicación de la antología “alucinaciones TXT” se le pregunta a Baradit sobre este rotulo acuñado por Barceló, editor de la colección NOVA (Ediciones B), donde se han publicado “Ygdrasil” y “Trinidad”, quien responde: “Nunca ha sido de mi gusto, prefiero Realismo Mágico 2.0. Macondo ya tiene redes de fibra óptica, pero sus chamanes todavía toman ayahuasca”. Otra inquietud tiene que ver con el punto de inspiración para el mundo de Ygdrasil y Trinidad a lo que responde: “De matar el punto ciego que nos impide ver lo que ocurre en nuestras propias narices. Por ejemplo, el persa Bío-Bío es un constructo casi biológico; una colmena donde el hacinamiento funciona como funciona nuestro continente: una ‘acumulación de estratos culturales’. Junto a un puesto que vende computadores en desuso (cadáveres tecnológicos despanzurrados) hay tarros de atún chino, en medio de nubes de incienso hindú o imágenes de Buda sobre rumas de pendrives tailandeses precargados de pornografía. Y películas coreanas acerca de polillas vampiro junto a sahumerios peruanos y réplicas de dagas nazi. Nuestro continente no reemplaza lo caduco, sino que suma lo nuevo. Nuestros indígenas están vivos y operativos. No todas las culturas pueden decir lo mismo”. En lo que a mi respecta, me quedare un buen tiempo en este distrito. Espero seguir deambulando por las calles de los sectores Kalfukura, Lluscuma, Mariana, Synco y descubir mas sobre el episodio de La Guerra Interior. Acercamiento a una libreta, el esfero se detiene. Suena un voz en off con la voz “La verdad no es para todos”.
una novela cyberpunk chilena Por Jaime Araya Miranda Publicado: 30 de Enero de 2011 “Un náhuatl mira melancólicamente hacia las nubes. La noche derrama sus negras lágrimas sobre el cielo de México, y los engranajes del calendario celeste, con su caligrafía congelada, solo le confirman aquello que su estirpe sabe hace décadas: la matemática ha tropezado consigo misma, los números están fallando, la realidad agoniza.” (Baradit, Ygdrasil, p. 7) La pregunta inicial es ¿por qué hay un gran número de académicos que se resisten a integrar el componente masivo en la literatura? Generalmente hay un fuerte prejuicio en catalogar a las obras actuales de carácter masivo de ser poco serias o livianas en peso cultural. Estamos en una sociedad en donde el consumo y el deseo de adquirir objetos nos han llevado a tal extremo de armar complejas redes de información y políticas culturales que operan sobre las editoriales y la distribución de libros. Los objetos para Benjamin [2]poseen un aura pese al proceso de masificación, por lo que una obra literaria al momento de ser distribuída no perderá su aura o su esencia en el mensaje artístico-cultural, sino que debe más bien adaptarse a los nuevos lectores y a las necesidades de los sujetos actuales. Resulta lógico pensar, entonces, que si estamos en un sistema Capitalista neoliberal, la cultura también rozará este horizonte en donde deberá adaptarse a este sistema para así sobrellevar el arte. La industrialización del arte es algo que no podemos negar, sin embargo el aura es lo que no se pierde porque es algo que traspasa el objeto. Ahora bien lo que hay detrás de los objetos materiales, de la mercancía es el fetiche y el deseo de adquirir un producto cultural. Por lo que aura y fetiche son los componentes que le otorgan dinamismo a la literatura de masas. Ticio Escobar menciona que el aura permanece y que cada sector lo administra a su modo. La cultura de masas usa como un recurso de marketing el fetiche del deseo para generar una situación de consumo cultural. Esto nos deja en evidencia que la cultura popular se está manifestando en las sociedades. Latinoamérica no está
ajena a este proceso, sino que está inserta de un modo bastante peculiar. Somos una cultura híbrida[3], en donde la cultura popular se mezcla con el capitalismo en la actualidad, esto hace por ende que nuestra forma de hacer literatura tenga matices. Este guiño que posee nuestra cultura latinoamericana de mezclar nuestra identidad con políticas de mercados capitalistas, permite que nos encontremos con un cruce a veces paradójico pero que existe, por eso mismo no nos parece extraño ver en ferias de artesanías múltiples ejemplares industrializados de productos que son considerados “artesanales”. Esto es muy similar en la situación de nuestra literatura, pues tendemos a enjuiciar de mala manera a la literatura de masas, desconociendo realmente lo que hay de tras fondo. En resumidas cuentas hay productos buenos y productos malos, pretender que toda la literatura de masas es liviana y de baja calidad literaria es un grave error. La responsabilidad va en cada autor de hacer una obra de calidad, ya no solo entendiéndola para un goce estético o una función social, sino que además hay que considerar cómo este dispositivo va a funcionar en un mercado. Ahora bien, este es el horizonte cultural en que se engloban las nuevas escrituras, por lo que será pertinente comenzar a delimitar la ruta que pretendo realizar. Toda esta cultura de masas globalizada está situada en nuestro caso en Latinoamérica, nuestra realidad se configura a partir de nuestra sociedad y nuestra propia historia local. Es cierto que el proceso de transculturación ha ido adquiriendo nuevas formas culturales que se insertan a las que tenemos más arraigadas. Las editoriales trasnacionales de habla hispana se insertan en Latinoamérica tras la guerra civil española y el Boom Latinoamericano es consecuencia de esta instauración de un mercado editorial. A partir de esto la literatura en nuestro continente sufre una modificación en cuánto al mercado editorial ya que grandes exponentes del Realismo Mágico serán los exponentes para el mundo de nuestro continente. Así García Márquez, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, etc. y un sinfín de autores de peso para nuestra tradición literaria del siglo XX: Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, José Donoso, Roberto Bolaño, etc. Son los padres de nuestra escritura contemporánea, pero cabe señalar que ellos no entran en la categoría de literatura de masas, porque dada la época en que ellos estaban efectuando su trabajo no entraban en este juego “por completo” del mercado, es cierto que fueron publicados por grandes editoriales en todo el mundo, pero debemos entender
por literatura de masas a los autores que a partir de finales de los años 80s comienzan a publicar en estas editoriales. De este modo, autores jóvenes como Alberto Fuguet serán los primeros en funcionar bajo las reglas y códigos del mercado. Esto en Chile comienza a aparecer mayormente en la década de los 90s y posteriormente en la de los 00s. Sobre esto último es donde se pretende comenzar a trabajar, para identificar los dispositivos que están operando en estos autores que están publicando en trasnacionales y que son recientes. Debemos preguntarnos entonces el por qué son tan leídos y sobretodo qué estrategias usan en sus obras. Para eso tenemos múltiples autores y propuestas literarias, a rasgos generales notamos que hay una tendencia a mezclar la cultura pop en la literatura, así como veremos que hay una fragmentación en el sentido de que ya no se trabajan obras tan universales como las del Boom, sino que se está trabajando más en algo localizado, se están realizando literaturas enmarcadas en ciertos géneros, por lo cual nos aparecerán constantemente categorías como: novela negra, literatura rosa, cuentos para niños, ciencia ficción, literatura fantástica, etc. Estas categorías hacen que los textos tengan un público mayormente dirigido, así como hay una manera de especificación de cada autor.
Con la cita anterior partiré explicando cuál es la estética de este subgénero de la CF. El Cyberpunk nace en la década de los 80s a partir de algunas obras que particularmente tenían en común a la tecnología como una forma de herramienta subversiva que estaba generando un cambio en la vida de los humanos. En palabras de Sterling [4]se establece “una alianza profana entre el mundo tecnológico y el mundo de la disidencia organizada, el mundo subterráneo de la cultura pop, de la fluidez visionaria, y de la anarquía de las calles”. Este subgénero comienza a tomar nombre tras la aparición de la novela Neuromante de William Gibson, en donde encontraremos que se comenzarán a desarrollar temas como la invasión del cuerpo con miembros protésicos, los circuitos implantados, alteraciones genéticas, invasión de la mente en donde las computadoras podrán acceder a la mente humana, etc. En síntesis, el Cyberpunk trae consigo una reflexión crítica y dura de la ciencia y la tecnología que están redefiniendo de manera radical nuestra naturaleza humana.
Y podemos hacer casi cualquier cosa a las ratas. Es duro pensar en esto,
Sus personajes por ende serán hackers que entrarán en resistencia a corporaciones post-industriales, a inteligencias artificiales y sobretodo se denunciará que en este futuro diatópico hay una alta tecnología que ha reducido la calidad de vida de los humanos. Lawrence Person [5]sostiene que generalmente los personajes Cyberpunk serán sujetos “marginados, alejados, solitarios, que viven al margen de la sociedad, generalmente en futuros distópicos donde la vida diaria es impactada por el rápido cambio tecnológico” de manera que esto ya nos da una primera aproximación de en qué consiste la estética del subgénero de la CF. No es lejano pensar que los escritores Cyberpunk utilicen elementos de la novela policiaca, elementos hardcore, se inserten además en una prosa postmoderna para describir este mundo plagado de tecnología. El personaje subalterno en una sociedad electrónica es la esperanza para la humanidad, pues la tecnologización se ha vuelto salvaje e indomable para el hombre. Las novelas Cyberpunk de los 80s son las primeras gestoras de este subgénero generando más adelante todo un movimiento contracultural, en donde el cine ha intentado retratar toda la imaginería del subgénero, pero que sin duda el Cyberpunk más allá de ser una rama de la CF, es bastante crítica y próxima a nuestra realidad, solo que creemos que es una realidad subalterna y distópica, sin embargo la ciencia y la tecnología día a día van avanzando.
pero es la verdad. Esto no cambiará con cubrirnos los ojos. Esto es Cyberpunk”. Bruce Sterling
Sin embargo, este panorama está dado para los escritores norteamericanos de la década de los 80s, me
En el caso de la ciencia ficción, hay diversos subgéneros dentro de los cuales está el cyberpunk inserto. En Chile el máximo exponente de este subgénero en la actualidad es Jorge Baradit, quién con su novela Ygdrasil (2005) instaura un nuevo paradigma que fusiona la tecnología y lo chamánico de manera que el cyberpunk tiene su variante propia en este autor. Por esto mismo nos resulta interesante revisarlo y ver qué mecanismos está usando en sus dispositivos. En primer lugar definiré a grander rasgos en qué consiste el Cyberpunk y luego revisaré los horizontes culturales que Baradit posee basándome en la lectura previa de Ygdrasil (2005). ¿Qué entendemos por Cyberpunk? “Cualquier cosa que se le pueda hacer a una rata se le puede hacer a un humano.
refiero a Gibson, Sterling, Cardigan, etc. ¿Qué sucede entonces con los escritores de décadas después? ¿Pueden ser considerados como Cyberpunk? Esta pregunta es fundamental, luego de la década de los 90s podemos identificar una nueva forma de Cyberpunk que posee pequeñas diferencias con los iniciadores del subgénero de la CF. Toda la literatura heredera del Cyberpunk Clásico es considerada Postcyberpunk, ya que se perciben algunas variantes con respecto a la idea inicial, para esto podemos identificar que hay un cambio en la actitud de los personajes, en donde en el Cyberpunk Clásico son sujetos individualistas y solitarios, mientras que en el Postcyberpunk encontraremos que sus personajes son más involucrados con su sociedad de manera que actúan para defender cierto orden social o luchar para una sociedad mejor. Otro rasgo que varía es que en el Cyberpunk Clásico es que se muestra una alta tecnología en desmedro de la humanidad, mientras que en el Postcyberpunk encontraremos que la tecnología ya está inserta en el sistema social, para esto se incluyen conceptos como tecnocracia y políticas en donde la tecnología ya está establecida y consolidada como régimen. Este subgénero va evolucionando, pero la esencia se mantiene intacta. Otra categoría que deriva del Cyberpunk Clásico es el concepto de Biopunk. Entendiendo a este como la fusión de la biotecnología con todo lo anterior. Para esto, su estética tendrá algunas variaciones con respecto al Cyberpunk Clásico y al Postcyberpunk, puesto que se integran elementos estéticos provenientes de la cultura japonesa, específicamente del animé, así como mezcla la prosa postmoderna, la novela negra y elementos biotecnológicos en espacios envueltos en un nihilismo que la biotecnología ha cultivado. De este modo, tenemos que esta rama del Cyberpunk es de notable importancia para más adelante entender los mecanismos que utiliza Baradit en su novela. La antropofagia en Ygdrasil Todos los elementos mencionados anteriormente constituyen a ejemplos de que Baradit en Ygdrasil lo que emplea como estrategia es utilizar diversos códigos de múltiples culturas para unirlas en un solo conjunto. La antropofagia [8]propone que la cultura universal es perteneciente a todos y que gracias esto mismo, es posible que podamos apropiarnos o incluso devorarnos la cultura, para luego transformarla y reescribirla una y otra vez. Los elementos que utiliza los ha recibido por esta
antropofagia en la manera que reescribe el mito del Ygdrasil, lo fusiona con la estética Cyberpunk, con en animé japonés, le añade además componentes propios de la cultura chilena (en los nombres que utiliza para sus personajes). En resumidas cuentas lo que Baradit hace es presentarnos un futuro con fronteras difusas en el sentido de que esta mezcla de elementos culturales se fusionan y nos otorgan un producto cultural de tan impacto que lo ha llevado a una escritura lúcida, bizarra y cargada simbolismos. “Baradit ha hecho una cruza mutante entre José Donoso, Cris Carter y Clive Barker. O de Sade mezclado con Chuihuailaf. Ygdrasil tiene todo lo que debería tener – y no tiene – la raquítica literatura fantástica chilena: riesgo argumental, sexo duro, fantasmas low fi, monstruos sadomasoquistas, delirante tecnología de avanzada, una tragedia cósmica y una protagonista todoterreno, Mariana, una mujer dispuesta a dar y recibir dolor en singulares y retorcidas formas.” Álvaro Bisama Cuando leemos Ygdrasil estamos enfrentándonos a un sinfín de información que está comprimida en la novela, el simbolismo está constantemente presente en los capítulos, los nombres de los personajes remiten a mitos nacionales (Imbunche, Selknam, Tangata Manu), además hay descripciones de lugares concretos y a la vez lugares virtuales, los sueños de Mariana y las constantes apariciones del Tangata Manu evidencian que hay un desplazamiento del concepto de territorio, ya no solo entendiéndolo como espacial, sino simbólico y virtual, el Internet trae consigo una nueva forma de percibir la realidad, pues en Ygdrasil se convierte en un espacio de coexistencia entre vivos y muertos, he ahí la importancia de apoderarse de ese territorio virtual porque será el único lugar en donde la vida humana puede trascender. Lo virtual se vuelve en resumidas cuentas una versión avanzada del más allá, así se da paso al tema de muerte y la transitividad, a las identidades migratorias y fragmentadas.
Para saber mas: http://www.puerto-de-escape.cl/2011/ygdrasil-unanovela-cyberpunk-chilena/
FICCIROSEBUDD
LOS SELK`NAM
ILUSTRADO(R) DEL MES
MARTÍN CÁCERES
Los Selk’nam vivían en la Isla Grande; eran, con los Tehuelches, los indios más grandes de América, con 1,80 m de tamaño medio, y su fuerza física asombraba a sus visitantes europeos (en el siglo 17, el tamaño medio de los europeos rondaba los 1,65m), como a sus vecinos indios, quienes les temían bastante. Sobre todo eran cazadores, nómades, y a veces pescadores en los ríos. También solían compartir con los yamana a una ballena varada en una playa; en paz con los yamana en esa oportunidad, aprovechándose así de la grasa del animal. El guanaco constituía su principal fuente de carne, pero también cazaban aves y roedores. Y también se nutrían de cosecha de frutas y hongos. Kautempklh y PaolaSu arma era el arco, el cual además de necesitar destreza requería ser fuerte, por su tamaño. http://www.limbos.org/sur/selkn.htm
©Martín Cáceres 2012
Nace en Santiago en 1964. A muy temprana edad se deja atrapar por el dibujo. En los años 8o participa en el revival del comic Chileno, publicando en Bandido, ¡Acido, Matucana, Arte 9, etc. Después de un paréntesis dedicado a la docencia del dibujo, retorna al comic con la publicación de Policía del Karma (2011), con guión de Jorge Baradit, a quién acompaña también en las ilustraciones de la novela por entregas LLuscuma, en el diario La Segunda Sábado (2012). Esta colaboración se extiende el 2013 con Mortis, publicado por Arcano IV.
ElLocoPensante