84
FICCIROSEBUDD
Lealo con esta canción: How fortunate the man whit none / Dead can Dance
¿Qué se esconde en las grietas y paredes?¿Cuáles
sortilegios o fuerzas, benévolas o malevolas, pueden llegar a habitarla?¿por qué algunos sectores están más predispuestos a la violencia y el espanto que otros? las defensas psiquicas se han debilitado en ciertas áreas de la urbe: barrios, localidades, avenidas y estaciones de transporte; por mencionar las más relevantes. Quizas la clave este en comprender su arquitectura y los trazados que la componen, pues allí aguardan los angeles de la memoria.
Aquí tenemos que dejar claro que no nos referimos a una solución más cercana al fantástico o a la especulación científica: ninguna de las ciudades parece estar dotada de ningún tipo de capacidad para ser ignorada por los habitantes de su mismo espacio, sino que simplemente los nativos han aprendido desde la infancia a no ver la otra ciudad. Esto incluye evitar los barrios en los que tu propia ciudad no tiene presencia, esquivar a los ciudadanos de la otra ciudad por la calle sin siquiera mirarles fijamente por las zonas compartidas. https://lasoga.org/la-ciudad-la-ciudadarte-no-ver-segun-china-mieville/
ficciorama n84
Peter Ackroyd, historiador y biógrafo de ciudades, propone lo siguiente: “la ciudad es un organismo o incluso un ser sensible, una analogía de la vida humana”. Siguiendo esta línea somos pocos los que vemos la ciudad de esa manera. para la mayoría es una costra de asfalto y ladrillo adherida a la tierra. La explosión demográfica y el agotamiento de los recursos han llevado a un desmesurado crecimiento urbano que ha requerido ejecutar varios procesos de transformación en las se destruyen sitios vitales en favor de suplir las necesidades inmediatas. Sin embargo los días del ladrillo y el cemento están contados. La realidad nos demuestra que la ciudad está en crisis: el uso indebido del espacio, los flujos caóticos del andar, la ineficiencia de sus redes de transporte, la falta de proxemia; son solo algunas de las constantes que ha ido acumulando residuos de odio en los habitantes, materia prima de las entidades paramentales.
Dirige, edita, compila, ensambla y demas gajes del oficio: FICCIORAMA a.k.a Boris Greiff Siguenos en: @ficciorama (twitter), ficciorama25.blogspot.com, @ficciorama_zine en instragram y facebook
ARCANA INDUSTRIALIS POR: HANS ROTTENHEIMER / INVESTIGADOR PARAMENTAL ASOCIADO AL INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN EN ARTES OSCURAS (ARTICULO ESCRITO EN 1956 PARA LA REVISTA DER VERMIS MISTERIX) De Castries señalo en su tratado “Megapolisomancy: a New Science of Cities” la existencia de entidades que emergen por la acumulación de enormes cantidades de energía oscura incubadas en las partículas de oxido y los desechos tóxicos que fluyen por los drenajes: los paramentales. Esta energía oscura también existe en los gases tóxicos y la electricidad que destila por sus nervios de cobre que alimentan a los noctámbulos urbanos. A pesar de los pocos ejemplares existentes, la investigación de De Castries debe actualizarse para incluir al Arcana Industrialis, una misteriosa entidad que se ha apoderado sigilosamente de las zonas inconscientes de las ciudades en desarrollo; se alimentan del odio y la frustración acumuladas en los marginales que las habitan. No podemos olvidarnos tampoco de los edificios, según el trabajo de Alvarado “Elevación Dispersa” el Arcanis se aloja en ellos, en especial los mas antiguos. En una ocasión Jiménez del Oso, el investigador paranormal, afirmó que, siguiendo los rituales adecuados, era posible convocar al Arcanis y canalizar sus magras energías, drenando las venas de cobre y los pestilentes conductos que transportan los desechos de sus habitantes, para devolver el equilibrio homeostático perdido. Pocos se han dado cuenta de ello, pero desde la aparicion del Arcanis la ciudad requiere un cambio de piel permanente, su epidermis asfaltica se agrieta de forma acelerada. He de poner mis cavilaciones por escrito, con el mismo impulso que mueve al ciudadano común a empuñar su maletín y acometer lo imposible: vencer a las fuerzas de la cotidianidad que abruman el espíritu de
los pocos hombres libres. Valiéndome de un gastado estilografo y una resma de papel reciclado que encontre en el atico. Es probable que cuando finalice ya me haya ido, puede que deje de existir en este plano material y me convierta en palabras que mueren igual que una espora en el desierto o una mariposa disecada. Es el riesgo implicito en ello.
Solía caminar regularmente, a la deriva, pero últimamente prefiero no hacerlo. El miedo a ser detectado por la red de médiums que vigila el espacio inconciente en busca de anomalías que puedan reconfigurar el circuito electromefítico que circula en las calles me retiene en mi habitación de alquiler. Comenzare por decir que las ciudades se mueven, respiran y libran guerras entre sus enfermedades y demonios adquiridos. Lo supe cuando vi un reporte, a quien pueda interesar esta confesión desesperada, hecho por los funcionarios del recinto Esclerotico; en él note con horror una de estas contiendas que sirvieron de preludio a mi particular interés en estos asuntos. En mis pesquizas he notado que unos cuantos lo sienten pero no saben como expresarlo sin ser tildados de locos, paranoicos, se que algo sucede con los transeúntes, las señales asi lo indican. Esta será, tal vez, una historia menor llena de superstición y de profunda ansiedad, que fijo en estas hojas, algún día los arqueólogos del futuro las encontraran cuando hagan la expedición a este lugar en el que me encuentro, que para entonces serán unas viejas ruinas, los únicos vestigios que dejo el Arcanis.
LONDROMANTES, PASAGUAS Y CLOACAS: Los desplazamientos de Londres en la obra de China Miéville Por: FICCIORAMA
A modo de Introducción El desplazamiento de los ambientes rurales del falso medievalismo hacia las ciudades modernas en la literatura fantástica anglosajona, ha diluido los prejuicios que se tenían al rotularla como literatura escapista para audiencias juveniles e inmaduras. En la última década del nuevo siglo el innovador subgénero de la Fantasía Urbana descarta los estereotipados cánones, en lo que respecta a la relación de tiempo y espacio; así mismo sobre sus clásicos roles actanciales del héroe y el villano; el tradicional reino peligroso es sustituido por ambientes mas cercanos a los paisajes urbanos de las modernas metrópolis. Demos gracias al New Weird, rotulo en el que se clasifican los relatos que inclueyn algo de terror, algo de ficción y algo de fantasía. Allí, en ese nuevo anaquel, residen los trabajos del escritor inglés China Miéville, de quien ya habiamos hablado un pcoco en el número 82, un autor revelación que nos brinda visiones desarticuladas de una Londres simultáneamente extraña y familiar, pesimistas y fascinantes, increíble y eminentemente politizada. Los prejuicios de Tolkien La literatura fantástica tenía como propósito ofrecer vías de escape hacia mundos distantes ubicados entre la prehistoria y el medievalismo falso, durante un tiempo eso fue bueno. Por sus paginas desfilaban héroes míticos, bestias, elfos, orcos, Trolls, enanos y magos; quienes luchaban por restablecer el orden y la moral haciendo frente a fuerzas oscuras invocadas por brujos y hechiceros, en principio malvados. El asunto es que con unos cuantos títulos bastaban para dar cuenta de que sus narrativas llegaban a ser altamente predecibles, por ende caí en los influjos de la ciencia ficción, un género en el que se evidenciaba el pesimismo y los matices de la moral que dejaban ver claramente el valor de sus protagonistas, sus intenciones y sus ambientes parecían mas cercanos.
Otro cantar fue al conocer el trabajo del escritor China Miéville. Ademas de su poderosa prosa descriptiva y trepidante, usa la ciudad no solo como atmosfera, la convierte en otro personaje del relato. Por lo general los mundos paralelos, como lo afirma Dirk Vanderbeke, “han sido un elemento integral de la narrativa humana desde los primeros mitos” (Vanderbeke, 2014). En estos mundos se pueden percibir, al igual que en las cosmogonías ancestrales, ciertos niveles que los configuran: inframundo, mundo y supramundo; tal como lo demuestra la visión nórdica de Asgard y Hel, la salvación y la condena. Si bien estos mundos eran predominantemente situados en un ambiente pastoral o rural, en los cuales habitaban héroes solitarios que en su peregrinación encuentran una entrada a un misterioso reino, chicas que huyen de cruel su madrastra, hijos maltrechos enviados al mundo hostil para forjar su carácter; entre otros estereotipos. Recientemente tales puertas a mundos que son y no son el nuestro pueden aparecer repentinamente en la ciudad moderna y las metrópolis, y nos guían a regiones no menos sorprendentes que aquellas de los tiempos de antaño, que son completamente ajenas y bastante familiares. Estas narraciones son ahora incorporadas bajo el termino sombrilla Fantasía Urbana, en la que comparte aspectos con el mágico realismo que se ha desplazado de los ambientes rurales a las ciudades. Como en el mágico realismo, las ontologías mutuamente excluyentes colisionan en tales fantasías urbanas, lo que es bastante natural y realista para sus habitantes de un reino es absolutamente imposible e incomprensible para los del otro. Incluso encontramos una vez mas varias técnicas literarias características del mágico realismo como lo ha discutido Anne Hegerfeldt: una hibridación, resultante de las adaptaciones de varios modos y géneros, el uso de focalizadores excéntricos, varias formas de lateralización, y en general una inversión de los conceptos occidentales de conocimiento, de lo real y lo fantástico. El que se denomine Fantasia Urbana a un fenomeno literario que ha sido construido sobre tradiciones de larga data parece toda una estrategia que ha permitido renovar sus votos con las audiencias mas adultas. Walter Benjamin, a quien Miéville rinde tributo de forma implicita en sus obras Kraken (2010) y Los Últimos Días de Nueva París (2016), reconoce, como lo expresa Vanderbeke, las similitudes entre los paisajes mitologicos y las ciudades modernas cuando escribio acerca de las dos caras de paris: Topografía mitológica de París: ese carácter que le dan sus
puertas. Lo que ahí importa es su carácter doble: las fronterizas y las triunfales. El secreto que guarda ese mojón que queda al interior de la ciudad, uno que antes marcaba el lugar en el que terminaba. Pero también el Arco de Triunfo, que se ha vuelto isla salvadora. Y aquella puerta, que transforma al que pasa debajo de su bóveda, se desarrolla a partir del círculo que
cos. Complementando esto se puede citar el trabajo del escritor Fritz Lieber, conocido por sus relatos de espada y brujeria, quien en su novela Nuestra Señora de las Tinieblas (1977) decide, al igual que Lovecraft o Bloch, insertar un falso libro que provee un reconocimiento de aquellos espacios inconscientes de la ciudad. En el relato un alter ego de Lieber, Franz, adquiere un curioso
ofrece la experiencia del umbral.
ejemplar escrito por Thibaut de Castries titulado Magalopolisomancia or A New Science of Cities. En el encuentra una manera para describir que las ciudades, especialmente las modernas, funcionan como acumulaciones de energías de la muerte. Se pueden entender como inmensas versiones de acero y electricidad de las pirámides de Egipto y otras construcciones herméticas de la antigüedad. Su “nueva ciencia” comprende la predicción de nuestras construcciones, la generación de terremotos, el despertar de las entidades “paramentales” que moran en las ciudades, y un amplio despliegue de adivinaciones y maldiciones que emplean geometría sagrada y lectura de mapas. Se dice que el libro se publicó de forma privada en San Francisco a partir de pruebas establecidas en Europa; antes de su muerte en 1929, De Castries reunió la mayor parte de ejemplares existentes y los quemó.
Por supuesto las ciudades han sido ademas locaciones de incursiones supernaturales e incertidumbre epistemologica: alucinaciones, fantasmas, mitos urbanos; tropos que suspenden las leyes del mundo real. En el nuevo mundo, en los relatos americanos de literatura urbana y suburbana, como en el caso de Thomas Pynchon y su novela La Subasta del lote 49, en la que su protagonista acompaña una patrulla que caza cocodrilos en las alcantarillas de Nueva York, la descendencia de los bebes lagartos se veden como mascotas pero luego son tirados a los sanitarios una vez los niños se aburren de ellos. Conoce de un monje que habitaba los drenajes en los años 1930. Se convence de que las ratas se pueden adueñar de Nueva York mientras las convierte al catolicismo romano, e incluso no solo triunfa con lote en particular sino que encuentra una rata hembra que quiere ordenarse en la fe catolica. Se puede decir que adicional a las leyendas urbanas, el pasado tambien puede ser parte de esas fantasias, tal es el caso del pueblo de Arkham en la obra del maestro de providence H.P. Lovecratf, una especie de pasado situado en el falso medievalismo, y los sustratos de la ciudad pueden ser explorados como el personaje de Walter Gilman (Los Sueños de la Casa de La Bruja) con resultados fatales. Esto por supuesto llevo a que después de los años 50 los escritores de terror trasladaran las ansiedades del horror de los castillos y mansiones europeas a los pueblos y ciudades de Estados Unidos, tales como Pleasantville o Smallvile se pueden convertir en Stepford de Ira Levin o el Castle Rock de Stephen King. Sin lugar a dudas el articulo de Vanderbeke confirma la importancia de Londres en este subgenero: “ “Aún así, la ciudad que parece estar asociada más a menudo con un enredo de investigación arqueológica y narración fantástica es, sin lugar a dudas, Londres, una ciudad donde casi todos, si no todos los días, entran en una intrincada red de túneles y vías subterráneas, aunque solo sea para viajar a trabajo.” (Vanderbeke, 2014) Esto sin duda pone en marcha esas estrategias de literalización y metaforizacion, de historias realistas a cuentos magi-
Megapolisomancia: una nueva ciencia de las ciudades, escrito por Thibaut De Castries a finales del siglo XIX, en la que De Castries teoriza sobre la existencia de unas entidades, relacionadas con las ciudades y grandes aglomeraciones, denominadas paramentales.
la ciudad de los niños perdidos / Jean-Pierre Jeunet, Marc Caro
1995 En una torre petrolera, vive el malvado Krank (Daniel Emilfork), quien es incapaz de soñar. El infortunado y retorcido señor, roba los niños de la ciudad contigua que sus habitantes llaman la Ciudad de los niños perdidos, para usarlos en sus experimentos, donde intenta apropiarse de los sueños de los pequeños, pero no lo logra porque su propia maldad juega contra sus deseos, obteniendo en cambio pesadillas. Krank es un clón, una aberración genética creada por un científico cuyo propósito era hacer una familia perfecta, pero en su lugar obtuvo una esposa traidora de ojos saltones, unos niños enanos y un enclenque que nació envejecido y quien intentó matarle.
En la ciudad, One (Ron Perlman), es un excazador de ballenas que se gana la vida trabajando en un acto callejero, su apacible vida se ve interrumpida por un grupo de niños quienes roban las monedas a su pequeño hermano Denree, cuyos cuidadores acaban con la vida de su patrón -luego de que éste los encarara-.
Esa misma noche, Denree es raptado por los Ojos, una secta de ciegos que son los responsables de las desapariciones de los niños, One al intentar rescatarlo termina siendo perseguido, en su búsqueda de refugio son los mismos niños que le robaron, los únicos dispuestos a ayudarle.
docume ntos de barbarie
https://www.elespectador.com/noticias/bogota/ el-bogotazo-la-tarde-que-cambio-la-fisonomiade-la-capital-colombiana-articulo-748829 Después de apagados los disturbios desencadenados por el magnicidio se puso en marcha la renovación urbanística de la ciudad dando paso a la interminable discusión sobre cómo debería crecer y cuál sería su medio de transporte ideal. La Bogotá de mediados del siglo XX, de la cual Gaitán había sido alcalde por un breve periodo de tiempo entre junio de 1936 y febrero de 1937, era una ciudad que crecía linealmente en sentido norte-sur. Sus barrios dispersos estaban unidos por el tranvía y caminos coloniales convertidos en calles que bordeaban construcciones de estilo republicano como el Palacio Liévano, actual sede de la Alcaldía; la Casa de Nariño -sede del Ejecutivo, antes conocida como Palacio de la Carrera-, y el Colegio Mayor del Rosario. Al crecimiento habían contribuido urbanistas como el austríaco Karl Brunner, que en la década de 1930 diseñó el primer acueducto moderno de Bogotá, la Avenida Caracas y la Avenida Jiménez de Quesada, mientras que al oeste el barrio El Campín y la Universidad Nacional -obra del arquitecto alemán Leopoldo Rother- se desarrollaron en paralelo a la Avenida Ciudad de Quito. Sin embargo, a las 13.15 del 9 de abril, cuando la céntrica Avenida Jiménez vivía la agitación normal de una ciudad que recibía
a los delegados de la IX Conferencia Panamericana, cuna de la Organización de Estados Americanos (OEA), ocurrió el asesinato de Gaitán, que partió en dos la historia de Colombia y cambió la cara de Bogotá. Juan Roa Sierra, el asesino, disparó en cuatro ocasiones contra el caudillo liberal -favorito para ganar las próximas elecciones presidenciales- cuando este salía de su despacho de abogado, y tres de las balas lo impactaron causándole la muerte minutos después en la Clínica Central. De inmediato una multitud enardecida linchó al asesino en el comienzo de la revuelta que dejaría el 90 % del centro de la ciudad arrasado y que acabaría para siempre con el tranvía que había sido el medio de transporte de los capitalinos durante la primera mitad del siglo. La Gobernación de Cundinamarca, el Ministerio de Gobierno, el diario conservador El Siglo, el Palacio de San Carlos -donde vivió el Libertador Simón Bolívar-, la Nunciatura Apostólica y el Palacio de Justicia fueron algunas de las edificaciones destruidas aquel día. Los efectos políticos y sociales de “El Bogotazo” aun resuenan, pero fue la posibilidad de reconstruir la ciudad lo que hizo de este terrible hecho histórico una oportunidad para reedificar y replantear el urbanismo de la capital colombiana.
ElLocoPensante