UNA GAVIOTA QUE ALCANZO LAS ESTRELLAS
Lea este texto con la siguiente canción: Path del grupo Apocalyptica / Album: Cult (2000)
En una dispositiva estaba consignada esta cita “Cielo: quítate el sombrero, voy para allá”, una frase que expresó Tereshkova cuando el conteo de despegue finalizó. Segundos después el cohete R7 (Семёрка, semiorka: el séptimo en ruso) encendió sus motores y Chaika, el nombre clave adoptado por Tereshkova durante sus comunicaciones en orbita, fue lanzada al espacio. Su nombre y su hazaña serán inmortalizadas en ese gran palimpsesto de la carrera espacial soviética, aventajando de nuevo a los americanos. Hija de Vladimir y Elena Tereshkova nació en Bolshoye Máslennikovo en 1937. Vladimir, héroe de guerra, fue tractorista y luego reclutado durante la segunda guerra mundial en lo que se conoció como la Guerra de Invierno donde perdió la vida. Elena, tras la muerte de su esposo debía hacerse cargo de tres hijos pero el estipendio dado por el estado no alcanza ni para comprar un pan; esto lleva a una joven Valentina a ingresar en la fabrica textil y desempeñarse como costurera. Abandonando su idea de conducir trenes, se inscribe en un academia de paracaidismo y, sin quererlo, inicia su camino a las estrellas. En 1961 Serguéi Koroliov, el ingeniero de cohetes, tiene la idea de realizar un vuelo tripulado por una mujer, acto seguido Nikolai Kamanin, jefe del cuerpo de cosmonautas, inicia las labores de reclutamiento recibiendo en Moscu a 400 candidatas, de las cuales solo quedaran cinco. Los requerimientos eran precisos: mujeres menores de 30 años de
edad, tuvieran menos de 1.70 metros de altura y 70 kg de peso y un mínimo de 50 saltos en paracaídas. De las cinco candidatas la mas calificada era Valentina Ponomariova, pero su respuesta a la comisión del secretariado la dejo fuera. Por su parte Tereshkova, parte del Komsomol (juventud comunista), demostraba ser una ferviente devota del partido comunista y una trabajadora que daba todo por su patria; esto basto para que el premier secretario Nikita Kruschev la eligiese para la misión. A pesar de este gran triunfo para la mujer soviética, el secretariado lo reconsidera y por mas de dos décadas envío a otra mujer al espacio, incluso el cuerpo de mujeres cosmonautas fue disuelto en 1966. Recientemente en una entrevista Tereshkova, ahora diputada de la Duma Estatal Rusa, dijo que le gustaría viajar a Marte, así sea solo de ida. Sin mas preámbulos, conozcan a esa Tereshkova adalid de la causa soviética, esposa, madre y abuela que nunca ha dejado el cosmos.
ficciorama n92
Valentina Tereshkova Валенти́на Влади́мировна Терешко́ва (Máslennikovo, 6 de marzo de 1937), una mujer de origen humilde, soñaba con ser conductora de trenes y recorrer el mar de hierro, sin embargo el destino tenia otros planes. El pasado 15 de junio de este año, tuve la fortuna de asistir a una charla sobre ella en el planetario Distrital. El encargado de la charla fue John Jairo Parra Pérez, un fanático de la Astronomía y Astrofotógrafo, vicepresidente de ASASAC (Asociación de Astronomía Autodidacta de Colombia). Sus palabras sobre Tereshkova me impactaron tanto que por eso decidí que esta edición fuese un perfil monográfico que permita conocer como logró ser la primera cosmonauta, su proeza y las mil dificultades detrás de ello.
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El diseñador exiliado Alexei Varadovsky, realizo este diseño conmemorativo de Valetina Tereshkova en su 25º aniversario. En palabras del comite gráfico del Komsomol (las juventudes comunistas): “era una obra maravillosa, evocaba el espiritu de los grandes constructivistas, de Lizzitsky y Rodchenko, enaltece el espiritu de nuestra gaviota”. Sin embargo, tantos elogios previos hicieron que Varadovsky se confiara y antes de entregar el arte final a la imprenta estatal, se dirigio a un bar de la calle Pokrovka para celebrar su logro: el primer diseño aprobado sin correcciones. La tentacion fue tan grande que bebio toda una botella de Vodka Lenin, cosecha de 1919, y jamas llego a la cita con el kamarada impresor jefe Nicolai Kortadotska. La imagen aquí presentada corresponde a la reconsrucción que hiciera el departamento de artes gráficas del museo Armitage. El equipo tardo dos semanas en reconfigirar la imagen y producir el arte final en la litografia de la época.
Mario Solocostales presenta:
idiomas, por ejemplo ‘astronaut’ en inglés) significan exactamente lo mismo.
YO SE QUIEN SABE LO QUE USTED NO SE ATREVE A PREGUNTAR.
Hasta los años 50 en la Unión Soviética se estuvo utilizando por igual tanto el término cosmonauta como astronauta, pero el distanciamiento con los EEUU y el periodo de Guerra Fría ayudaron a que se arrinconase la segunda, oficializando cosmonauta por considerarla más natural y rusa.
Nos encontramos en el Museum of Cosmonautics en Moscu, capital de Rusia. fue fundado en 1981 y entre sus habitantes esta el ilustre Yuri Gagarin. Desde la vereda Brocharota, en el departamento de Santander, pregunta el señor Horacio Corrales: ¿Qué es un cosmonauta? le responde el Cosmonautalogo Vladimir Malianevko.
hablar de un cosmonauta de inmediato remite a la figura de un ‘navegante del espacio’ de origen ruso (aunque está mucho más generalizada con la imagen de un soviético, debido a que fue durante las décadas en las que estuvieron gobernando la URSS en las que se desplegó la carrera espacial). Fue Ary Abramovich Sternfeld (uno de los pioneros de la ciencia aeroespacial), quien introdujo a mediados de la década de los años 30 el término ‘cosmos’ en el vocabulario del idioma ruso, dándole como significado a esta palabra la de ‘espacio’, por lo que un cosmonauta no era un ‘navegante del cosmos’ sino un ‘navegante del espacio’; algo muy similar a lo que ocurre en Francia con la palabra ‘spationaute’ o más recientemente en chino con ‘tàikōngrén’, por lo que cabe destacar que estas tres palabras junto a la de astronauta (en sus diferentes traducciones a otros
A partir de entonces los rusos utilizaban ‘astronauta’ tan solo para referirse única y exclusivamente a los viajeros al espacio de nacionalidad norteamericana o que viajen al espacio en una nave estadounidense.
GRACIAS A VALENTINA TERESHKOVA, CONTIGO EMPEZÓ TODO.
Por: Desirée Pozo - Jun 16, 2018 - 16:01
El 16 de junio de 1963 la Unión Soviética enviaba por primera vez al espacio a una mujer: la paracaidista de 26 años Valentina Tereshkova. Han pasado 55 años desde que Tereshkova hizo historia. Por un lado en ser la primera mujer y, por el otro, en ser la primera civil en salir al espacio. Ella fue la piloto de la nave en la que viajó junto a otras dos mujeres. ¿El objetivo científico del viaje? Comparar los efectos de los vuelos espaciales en el cuerpo de las mujeres y con los que ya se habían visto en el de los hombres. Sin embargo, otra causa motivó enviar a estas tres mujeres al espacio: la propaganda. La carrera espacial, en plena Guerra Fría, era una forma más de medir fuerzas entre el bando estadounidense y el soviético. De esta forma, la Unión Soviética demostraba a Estados Unidos que sus mujeres eran tan fuertes como sus hombres. Valentina terminó convirtiéndose en una heroína en su país y ya es recordada por lo que significó, pero la historia podría haber sido muy distinta si Estados Unidos hubiera aceptado a las Mercury 13 entre sus astronautas. Las mujeres que quisieron ir al espacio El programa estadounidense Mercury 13, como cuenta en el documental con el mismo nombre en Netflix, nunca fue oficial porque la NASA consideraba que las mujeres no estaban cualificadas para ser astronautas. Es más, apenas un año antes de que Tereshkova saliera al espacio, estas trece mujeres llevaron ante el Congreso de Estados Unidos su situación: habían pasado las pruebas físicas del doctor Lovelace y todas eran pilotos, pero la NASA no quería contar con ellas para sus programas espaciales. “Es un hecho. Los hombres vamos a la guerra y pilotamos los aviones y volvemos y ayudamos a diseñarlos, construirlos y probarlos. Que la mujer no esté en este
campo es un hecho de orden social”, dijo ante el Congreso John Glenn, primer astronauta estadounidense en orbitar sobre la Tierra y considerado como un héroe por la opinión pública de la época, que no tuvo reparos en señalar que las mujeres deberían demostrar ser mejores que los hombres para que se las formara como astronautas. Todo esto sin tener en cuenta que a ellos, como hombres, no se les había prohibido ser pilotos de prueba en la II Guerra Mundial, situación que ellas sí habían vivido y que era un requisito que les era imposible reunir, a pesar de que sí tenían otros. Pioneras En 1982, casi veinte años después del viaje de Tereshkova, se volvió a ver una mujer en el espacio. Y también era rusa: Svetlana Savítskaya, que además fue la primera en dar un paseo espacial. Y no fue hasta 1983 que una mujer estadounidense pudo viajar al espacio exterior. Sally Ride, física, fue una pionera por este motivo, pero no era piloto. Después de ella, en 1992, viajó al espacio la primera mujer afroamericana, Mae Jemison. Era ingeniera química y poseía un doctorado en medicina, por lo que llevó a cabo varios experimentos sobre sus compañeros y ella misma durante las 190 horas que estuvo en el espacio. La primera mujer de la Comunidad Europea despegó rumbo al espacio en 1991 y era británica. Helen Sharman, química, fue la también la primera mujer en visitar la estación espacial MIR. Mientras que en 1993 la NASA envió a la primera hispana al espacio: Ellen Ochoa, crecida en California, pero con abuelos mexicanos. Tan solo un año más tarde Chiaka Mukai, de origen japonés, se convirtió en la primera asiática en participar en una misión espacial. Lea el articulo completo en: https://hipertextual. com/2018/06/valentina-tereshkova-mujeres-espacio
TRAJE SOKOL SK-1
El SK-1 fue utilizado desde 1961-1963.
SK-1 es un initialism de “Skafandr Kosmicheskiy” # 1 (Скафандр Космический = “traje espacial” o “traje de buceo para el espacio”) es un traje espacial que fue desarrollado especialmente para Yuri Gagarin. Como tal, es el primer traje espacial jamás usado. Después de su exitoso vuelo en la nave espacial Vostok 1, los trajes espaciales de la serie SK se utilizaron para vuelos espaciales de otros cosmonautas en la nave espacial Vostok, en la que los cosmonautas se expulsarían y aterrizarían separados del módulo.
TIERRA, AQUÍ CHAIKA. ¡LA TIERRA ES HERMOSA! (MEDIO SIGLO DE LA PRIMERA MUJER EN EL ESPACIO)
Daniel Marín, 16 de junio de 2013
Aquí Chaika, veo el horizonte como una línea azul. Es la Tierra. ¡Es hermosa! Hola, Universo Valentina Tereshkova, 16 de junio de 1963. Hoy en día parece difícil de creer, pero hubo una época en la que ciertos trabajos te estaban vedados por el simple hecho de ser mujer. Una de esas profesiones era la de cosmonauta. ¿Cómo iba a estar una mujer entre el selecto grupo de masculinos y viriles pilotos de combate que debían volar en las primeras naves espaciales? Pero, contra todo pronóstico, solamente dos años después del vuelo de Yuri Gagarin, Valentina Vladímirovna Tereshkova se convirtió en la primera mujer en el espacio. Parece mentira que ya haya pasado medio siglo. Una mujer en el espacio La idea de poner una mujer en órbita surgió casi al mismo tiempo que Gagarin surcaba los cielos a bordo de la Vostok 1. El éxito propagandístico de la hazaña de Yura había sido de tal calibre que las autoridades soviéticas comenzaron a temer que los norteamericanos se les adelantasen. Los Estados Unidos habían sido los segundos en poner un hombre en el espacio, pero ahora podían tomarse la revancha y ser los primeros en enviar una fémina a la órbita terrestre. Una perspectiva que había que evitar a toda costa. Los rumores que llegaban del otro lado del Atlántico no eran nada tranquilizadores. Aunque la NASA no tenía ninguna mujer astronauta en sus filas, todo parecía indicar que se había iniciado un procedimiento de selección para poner una mujer en el espacio. Estos rumores terminaron por ser falsos, pero en medio de la Guerra Fría nadie estaba dispuesto a correr riesgos. El teniente general Nikolái Petróvich Kamanin, encargado de la selección de cosmonautas, decidió comenzar la búsqueda de mujeres cosmonautas cuanto antes. En octubre de 1961 Kamanin escribió en su diario: «no podemos permitir que la primera mujer en el espacio sea norteamericana. Sería un insulto para los sentimientos patrióticos de las mujeres soviéticas». Dicho y hecho. El 31 de diciembre de 1961 el Comité Central del PCUS autorizó un nuevo proceso selectivo para aumentar las filas del cuerpo de cosmonautas de cara a los futuros proyectos espaciales que debían llevarse a cabo
tras las misiones Vostok. Gracias a las presiones de Kamanin, el decreto autorizaba la búsqueda de cinco candidatas a cosmonauta. ¿Pero dónde encontrarlas? No existían mujeres que pilotasen aviones de combate dentro de las Fuerzas Aéreas Soviéticas (VVS) y si algo tenía claro Kamanin era que el proceso de selección tenía que estar vinculado a los militares. De no ser así, el Ingeniero Jefe Serguéi Koroliov podría aprovechar la ocasión para arrebatarle parte de su poder de decisión en el reclutamiento de cosmonautas, algo que ya había intentado en varias ocasiones. Kamanin decidió entonces usar la DOSAAF (Sociedad de Voluntarios para la Colaboración con el Ejército, la Aviación y la Flota), una especie de organización paramilitar que permitía a los civiles colaborar de forma directa en ciertos asuntos militares. En el periodo comprendido entre 1951 y 1955 Kamanin había sido uno de los altos cargos de la DOSAAF, así que conocía bien la organización y su funcionamiento. La DOSAAF se encargó de llevar a cabo un procedimiento secreto para la búsqueda de mujeres cosmonautas. Los clubes de paracaidismo y aviación —que se daban como setas en la URSS de la época— eran la fuente principal de candidatas. Después de un proceso inicial de selección en el que se valoraban ciertos parámetros como edad —entre 18 y 30 años—, estado civil —a ser posible debían tratarse de mujeres solteras—, estatura y peso, la DOSAAF recopiló una lista inicial con 400 nombres a comienzos de 1962, una lista que pronto quedaría reducida. Entre las candidatas estaba Valentina Tereshkova, una humilde trabajadora textil de 24 años hija de Vladímir Tereshkov, un koljosiano héroe de guerra fallecido en 1940 durante el conflicto entre la URSS y Finlandia. Tras el vuelo de Gagarin la joven Tereshkova había mandado una carta a las autoridades soviéticas prestándose voluntaria para ser la primera mujer en el espacio. Elegidas para la gloria El 15 de enero de 1962 Kamanin ya tenía en su despacho los informes de 58 candidatas. El viejo militar curtido en la Segunda Guerra Mundial no quedó nada impresionado. Más bien lo contrario. En su opinión, la DOSAAF no había hecho bien sus deberes y la mayoría de candidatas simplemente no estaban a la altura. Kamanin quería supermujeres en perfecto estado físico y patriotas hasta la médula que además contasen con experiencia de vuelo, de tal forma que pudiesen ser entrenadas para viajar al espacio en menos de seis meses.
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ElLocoPensante