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Uso de la tecnología en estudiantes del Instituto Técnico Bolivariano desde las perspectivas de discapacidad y género

Ustedes y yo somos iguales si nos mira, por ejemplo, un león; para él seremos alimento.

No importa cómo yo me llame ni cómo se llame el otro, ni si eres alto y yo bajo, ni si eres blanco y yo negro, ni si soy viejo y tú joven.

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Si nos mira un pez, también seremos iguales ante sus ojos. Para un pez seremos el miedo a lo desconocido.

En el año 2006 la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad dejó claro el pedido a los países miembros de que lograran la inclusión mediante la mejora del contexto desde lo social, lo educativo y lo jurídico-normativo.

Un equipo de investigadores del Instituto Técnico Bolivariano (ITB) desarrolló, durante el año 2022, varias investigaciones relacionadas con aspectos inherentes a las políticas institucionales de acción afirmativa. Uno de los aportes más significativos del trabajo del equipo multicéntrico se relaciona con la propuesta de considerar que la discapacidad es toda aquella desventaja que posee un individuo, no relacionada con sus aptitudes y/o talento, que dificulta, obstaculiza o hace deficiente su relación con el medio circundante, su participación en acciones o actividades comunes y su plena integración a los entornos familiar, laboral, educativo y cultural. Desde otro punto de vista, los investigadores reconocen que no se puede hablar de discapacidad si no se hace referencia a toda aquella inadaptabilidad del entorno circundante que no permite la participación e integración plena de las personas al medio que los rodea.

Otro resultado relevante alcanzado el pasado año por este equipo investigador lo constituye, sin duda, el primer acercamiento a la problemática del acceso a la tecnología por parte de los estudiantes de una institución de Educación Superior tecnológica del Ecuador desde la perspectiva de género y discapacidad. Los resultados se resumen a continuación:

• El estudio sobre el grado de afectación individual para el uso del teclado, el ratón normal y la lectura en las pantallas demuestra una brecha de 9 puntos porcentuales, lo que evidencia que 1 de cada 5 estudiantes mujeres no posee un dominio amplio de estos periféricos básicos.

• En lo referente a las relaciones y actitudes de los estudiantes con discapacidad con respecto a la tecnología y su incorporación y uso cotidiano, se obtuvo que el interés es de 87,5 %. Sin embargo, las estudiantes con discapacidad concentraron la totalidad de las respuestas del tipo «poco interés» e «interés medio», lo que permite presumir una brecha de género que asciende a 3 puntos porcentuales.

• En relación con el conocimiento sobre las tecnologías, la población de estudiantes con discapacidad investigada muestra en las respuestas un comportamiento uniformemente distribuido entre los que conocen muy poco o tienen niveles medios de conocimiento, frente a los que declaran que conocen suficiente o mucho sobre tecnología. Sobresale el hecho de que las mujeres responden con una brecha de 14 puntos porcentuales en comparación con los hombres.

• Con respecto a la frecuencia de uso de la tecnología existente en el mercado, los resultados muestran que los estudiantes con discapacidad utilizan, indistintamente para sus labores de estudio o de trabajo, computadores de escritorio, laptops, teléfonos celulares o tabletas. Sin embargo, resulta preocupante el hecho de que, exceptuando el caso de los teléfonos inteligentes, la brecha de género alcanza 25 puntos porcentuales con relación al uso de tabletas y de computadores de escritorio o laptops, lo que amerita profundizar al respecto.

• Sobre el acceso a la tecnología de punta existente en el mercado, se obtuvo que los estudiantes con discapacidad presentan que la media geométrica de los porcentajes de respuestas que se corresponden con la frecuencia de «nunca las utilizan» es de 49,57 %. Por otro lado, en este mismo sentido, 8 de cada 10 mujeres con discapacidad declararon no haber utilizado «nunca» o «casi nunca» tecnologías de avanzada que ya existen en el mercado.

Los hallazgos sugieren que corresponde a las instituciones de Educación Superior impulsar las transformaciones necesarias, hacia afuera y adentro del campo universitario, para promover relaciones igualitarias y generar procesos multiplicadores fuera de sus fronteras que exijan avances en este sentido a los órganos que toman decisiones en materia de políticapública del país.

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