Aportaciones de la cultura árabe a las matemáticas y la historia natural

Salón I, Área Internacional, Expo Guadalajara Participan: Claudia Hernández y Luis Xavier López-Farjeat Presenta: María Emilia Beyer Organizan: Universum, Museo de las Ciencias de la UNAM, Cátedra Ana María Cetto del CUCEI y FIL Guadalajara

La aportación del mundo árabe a las ciencias es inconmensurable y, en esta conversación, dos lósofos abordarán los campos del conocimiento donde la impronta árabe es incuestionable: la biología y las matemáticas.

A lo largo de los siglos IX y X se publicaron en tierras islámicas varios tratados de botánica general y, en particular, de plantas medicinales, al mismo tiempo que comenzaron a circular varios escritos dedicados al estudio de los animales. Cientí cos y lósofos de aquella época se interesaron en la anatomía de las distintas especies, el modo en que se reproducen, su crianza, los cuidados veterinarios y, también, en el comportamiento y la cognición animal. Luis Xavier López-Farjeat, lósofo, escritor y editor mexicano, hablará en este panel sobre algunas de las aportaciones de los lósofos del mundo islámico a la historia natural, es decir, a lo que en la actualidad denominamos “ciencias naturales”. Se referirá, en especial, a varias de las contribuciones de algunos eruditos a la botánica y la zoología.

Por su parte, Claudia Hernández, matemática, maestra en losofía de la ciencia y especialista en gestión de proyectos museales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), hablará sobre cómo, a nales del siglo XII, el matemático italiano Leonardo Pizano, mejor conocido como Fibonacci, introdujo a Europa un nuevo sistema de numeración mucho más e ciente que el romano que se usaba entonces.

El indo-arábigo fue un sistema de numeración revolucionario porque sólo requiere de diez símbolos para escribir cualquier número, y porque se basa en la posición –y no en la memoria– para determinar el valor de cada uno de esos símbolos. La presencia del 0 en este sistema abrió una nueva discusión sobre el valor de la nada, y con el nuevo punto decimal pudimos imaginar un nuevo mundo conformado por cantidades in nitamente pequeñas.