Alcances
estudio filos贸fico
mundo de hoy.
Vol. V
Carta de la
directora Estimados alumnos y padres de familia: Reciban la más cordial bienvenida a la Escuela de Filosofía de la Universidad Panamericana. Acoger la vocación humanista de nuestros nuevos estudiantes es un motivo de alegría y una gran responsabilidad. Por este motivo, agradecemos a todos los padres de familia el apoyo que han brindado a sus hijos para llevar a cabo este nuevo proyecto. Epicuro, un antiguo filósofo, solía decir que la persona que se atreve a estudiar filosofía es “joven y vieja al mismo tiempo”, porque combina la sabiduría y la prudencia con la intrepidez frente al futuro. Estudiar filosofía es, sin duda, una apuesta original y pueden estar seguros de que los acompañaremos a lo largo del camino que están por iniciar.
Mtra. María Elena García Peláez Cruz Directora de la Escuela de Filosofía Universidad Panamericana
En el complejo mundo contemporáneo, la filosofía está llamada a jugar un papel cada vez más importante en ámbitos tan diversos como la academia, la política, la empresa, las artes o la cultura. México necesita, hoy más que nunca, personas educadas en la crítica y la argumentación, que sean capaces de abordar las problemáticas que más nos preocupan con una orientación humanista. La justicia social, el combate a la pobreza, el respeto a los derechos humanos y muchos temas más que están pendientes en la agenda nacional reclaman la presencia de una visión política, económica y científica centrada en la persona. De ahí la importancia que tiene para nosotros el cuidar y promover todas las vocaciones filosóficas que depositen su confianza en nuestras manos. El beneficio de estudiar filosofía no es solamente social, sino también personal. La filosofía desarrolla en quien la cultiva las habilidades necesarias para abordar cuestiones de distinta naturaleza, pero también contribuye al autoconocimiento personal y a reconocer las capacidades y las limitaciones propias con miras al correcto ejercicio de la libertad y la búsqueda de la felicidad. A lo largo de cuatro años, el estudiante de filosofía lee, comenta, analiza y discute con las obras más importantes de la historia del pensamiento filosófico y científico. El resultado de este ejercicio es una mente abierta al diálogo y habilitada para la búsqueda de la verdad. Desde hace más de veinte siglos, la filosofía ha cumplido con esta misión en las distintas culturas que la han cultivado. Nuestro compromiso con ustedes es darle continuidad a esa tradición humanista y humanizadora. Les reiteramos la bienvenida a esta Casa de Estudios a nombre de todos nuestros profesores, quienes adoptarán como propio el proyecto profesional de los estudiantes que se incorporan a nuestra escuela. Por mi parte, quedo a sus órdenes y a su disposición para atender cualquier asunto que sea de su interés. Atentamente, Mtra. María Elena García Peláez Cruz Directora de la Escuela de Filosofía Universidad Panamericana
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La filosofía: una vocación Por: Enrique Siqueiros.
Hay preguntas incómodas y… “oye, ¿por qué estudiaste filosofía?” Pero cuando lo incómodo se vuelve cotidiano, deja de serlo. “El ser humano se acostumbra a todo menos a no comer”, repiten los que saben. En mi caso, después de intentar responder a familiares, amigos, profesores, alumnos, taqueros, taxistas y hombres de buena voluntad, me es más fácil ensayar una respuesta. Yo estudié filosofía por dos razones, una involuntaria y otra voluntaria (si me permiten tal distinción): La primera razón se divide en dos: estudié filosofía por placer y dolor. Me explico: ¿han sentido comezón o deseos de rascarse? Qué les cuento… como sabrán, sólo hay de dos sopas: o te rascas o no te rascas. Si te rascas, hay placer; si no lo haces, qué incomodidad, ¿no? Bueno, aquí mucho depende de la intensidad; y la realidad es hay personas que nomás no aguantamos la comezón. Es insoportable. O, simple y cínicamente, nos gusta rascarnos. Y no se sorprendan, pero esa comezón, hambre o sed de conocimiento, la curiosidad, resulta ser el primer motor de la filosofía. “¿Cómo sé si tengo vocación filosófica?”, más de uno me ha cuestionado. “A ver, ráscate. Pregúntate. Piensa.”, les respondo. La trampa está en que entre más te rascas, más comezón te dará. La vocación —del latín vocare— no es una idea fría o un deber, es un llamado desde las tripas hasta la piel. Un deseo y algo más. En términos poéticos —para vernos más elegantes— es el famoso “rapto platónico”. Platón, en su Banquete, simposio o bacanal, habla de una de las vías filosóficas por excelencia: la vía erótica o escalera de Diótima. Erótico, de eros: amor como deseo. Todo comienza —nos advierte Platón— con la belleza de un cuerpo. Luego, de pronto, todos los cuerpos bellos; de ahí, si no se agota nuestro deseo, nos seducirán las leyes o normas bellas; y luego, escalón tras escalón y no sin esfuerzo, placer y dolor, ascenderemos hasta las ciencias bellas. Y al final de la escalera, al salir de la caverna, ahí, desnuda —cuentan— yace la Belleza (así, con mayúscula). Pero, al igual que la comezón, el “rapto platónico” es involuntario o espontáneo; es un padecimiento; algo que te asalta de pronto. Por eso —repito— es una vocación. Un llamado. Y el que tenga oídos, que oiga.
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¿Pero no hay un sentido más allá de la mera comezón y el placer de rascarse? Mi segunda razón es la posibilidad. La posibilidad es el espacio de la libertad. Si todo fuera necesario o, en otras palabras, si todo estuviera determinado, no habría libertad. La filosofía —“única ciencia libre”, diría el viejo Aristóteles— no inventó la posibilidad ni la libertad, pero nos dio más conciencia de ellas. Nos ayudó a nombrarlas. Porque gracias a que el filósofo indaga en el pasado e investiga el presente, puede imaginar mundos posibles. El filósofo sabe que lo que es, el estado actual de las cosas, puede ser de otra manera. Mi segunda razón es sencilla: yo estudié filosofía por la posibilidad —llámenla esperanza— de algo distinto. Siempre mayor. Siempre mejor.
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Filosofía: y literatura Por: Daniel Rocha.
¡Cómo habría soportado incluso un Platón la vida - una vida griega, a la que dijo no,sin un Aristófanes! Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal, I, 28. Hay un momento en la vida estudiantil cuando te piden leer las obras de Homero, Shakespeare o Goethe. “Los grandes clásicos”, te dicen, y tú no te imaginas por qué se les llama de ese modo ni quiénes son. Varios años después te das cuenta que Homero no es el de los Simpsons, sino uno de los más grandes autores de todos los tiempos. Los “grandes clásicos” son esos gigantes de la literatura que, sin importar la época, todavía son nuestros interlocutores. El que ama la literatura intenta siempre entablar una conversación con ellos. Al igual que la literatura, la filosofía cuenta con sus autores clásicos con quienes todo filósofo quiere discutir. En esto, la filosofía y la literatura no son muy distintas. Son hermanas: entre los grandes de la filosofía podemos encontrar uno que otro poeta. Poco importa cuál de ellas es más importante, siempre habrá quien prefiera una u otra. En mi caso, la filosofía me ha ayudado a darle cuerpo a mis ideas que flotan por el aire cual hojas de papel para que se vuelvan pensamiento. La filosofía brinda ideas, la literatura imágenes. Hay filosofía literaria y literatura filosófica, están Nietzsche y Platón, y Borges y Cortázar. Leer es necesario para filosofar y la lectura es un acto filosófico. Así como no se puede pretender ser filósofo sin haber leído a los autores clásicos, no se puede pretender escribir sin haber leído a los maestros de la escritura. Entonces, ¿el filósofo es igual que el literato? Si uno se pone a pensar en las grandes obras de literatura siempre se topa con sentimientos humanos, demasiado humanos, con emociones que permean todos los siglos como si hubiera una sustancia que subyace bajo la piel humana: puede haber Medeas por nuestras calles, Otelos e incluso Faustos. Pero si uno analiza las grandes obras de filosofía encontrará algo más que el espíritu humano, encontrará las flechas hacia un mundo suprahumano. Hallará ejercicios intelectuales tan portentosos y arrogantes que trascienden a la humanidad, será capaz de visualizar un mundo más allá de sí mismo. Porque el filósofo, a diferencia del poeta, puede distanciarse de sí mismo, ver afuera para arreglar lo que está dentro de sí.
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Una filósofa en la academia Entrevista a Adriana Clavel Vázquez, egresada de Filosofía UP. Por: Ana Torres. Ana: A grandes rasgos, ¿por qué estudiaste filosofía y a qué te dedicas actualmente? Adriana: La filosofía siempre me pareció una disciplina apasionante, pues es una puerta que abre al conocimiento de todas las cosas, desde el espíritu humano y la acción, hasta la inmensidad del universo y el mundo abstracto de las matemáticas. Quien se dedica a la filosofía, nunca se dedica exclusivamente a ella, sino que tiene la oportunidad de dialogar con otras ciencias como las matemáticas, la biología, la psicología, la física, la historia, las artes y la tecnología. Actualmente realizo un doctorado en la Universidad de Sheffield, Reino Unido, en la intersección entre estética, ética y epistemología. Mi tema son las emociones ficticias y su impacto en la moralidad. ¿Cuál es el trabajo del filósofo en la academia? Nuestro trabajo se divide en tres áreas igualmente importantes: investigación, docencia y divulgación. ¿Por qué es importante esta área? ¿Qué herramientas te ha dado la carrera? ¿Qué oportunidades has encontrado? La academia es importante porque es aquí donde, mediante la investigación y el diálogo entre colegas, se produce el conocimiento que después se llevará a la esfera pública. Creo que la herramienta más importante que me ha dado la carrera es la capacidad de pensamiento crítico. Y esa es la gran oportunidad que me ha brindado la filosofía: ver el mundo y relacionarme con él desde esa óptica crítica. ¿Cuáles crees que son los tabúes de esta rama laboral de la filosofía y qué responderías a ellos? El mayor desafío que enfrentamos los filósofos en la academia es contrarrestar la imagen del filósofo que vive en su propio mundo y que no aporta nada a la vida práctica. Muchas veces se nos acusa de discutir banalidades y sinsentidos. Sin embargo, no debe perderse de vista que la filosofía busca directamente contribuir a mejorar las condiciones de vida en todos los sentidos: en la relación del ser humano con su comunidad, con el mundo y consigo mismo. Dentro de la academia, la filosofía aplicada tiene como objetivo influir directamente en el discurso público. Pero también es cierto que la filosofía puramente teórica tiene mucho que aportar en las discusiones interdisciplinarias que, en última instancia, buscan actuar directamente sobre políticas públicas.
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¿Qué dificultades has encontrado? La academia es un campo difícil. Son muchos años de estudio y preparación, y las oportunidades son pocas. Desafortunadamente, la gente tiene la idea de que la filosofía no sirve para nada. Por eso es que una buena parte de nuestro trabajo consiste en la difusión de las bondades de la filosofía en todos los ámbitos. ¿Qué consejos puedes dar a los estudiantes actuales o futuros de filosofía que se interesen además en la academia? Que estudien mucho, incluso los temas y detalles más pequeños y obvios son relevantes para la totalidad de su formación. Que no se desanimen por las dificultades del mundo laboral porque al final todo valdrá la pena; la filosofía es una disciplina muy noble. Y, sobre todo, que no sean intelectualmente soberbios: todos tenemos mucho que aprender y eso sólo se logra mediante un diálogo caritativo con todas las posturas.
Un filósofo en la empresa Entrevista a Álvaro Akihisa, egresado de Filosofía UP. Por: Ana Torres.
Ana: A grandes rasgos, ¿por qué estudiaste filosofía y a qué te dedicas actualmente? Álvaro: Pues lo que más me interesó en un principio es el tema de la persona. Su estructura, su relación con Dios y todo lo referente a ella. También me interesaba resolver problemas mentales y abstractos. Por eso estudié la carrera. Actualmente, tengo un negocio de publicidad, uno de ecoturismo y una empresa de producción de vídeos y fotografía. ¿Cuál es el vínculo o la intervención de la filosofía en la empresa? La carrera debe dar una estructura mental para resolver problemas. Cada carrera tiene una estructura que desarrolla tal capacidad; filosofía da una forma de solucionar problemas al tener una idea completa del problema general y aprender a acotarlo. Ayuda a no ser únicamente un capitalista empresarial sin sentido, sino que acentúa el hecho, que a menudo parece ser olvidado, de que los trabajadores y empleados son personas. Éste es el factor más importante de la empresa. Justo éste fue mi interés de involucrarme en la empresa: poder involucrarme en lo que me apasiona y lograr de un hobby algo que me mantenga, como es el ecoturismo. Fue mediante la filosofía que logré desarrollarlo como negocio, igual que la fotografía y los vídeos.
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¿En qué aspectos de la empresa se vuelve importante la filosofía y cómo se aplica? Es difícil separar la filosofía en lo práctico y lo abstracto. No aprendes algo manual, en ese sentido no sirve. Lo que obtienes es la capacidad de analizar cosas, de encontrar la generalidad del problema, la “big picture”. Lo identificas, lo nombras, lo analizas y entonces ejecutas los pasos necesarios para su resolución. El tema aquí es adaptarlo a las necesidades y condiciones reales de la empresa. Nuevamente está el tema de la persona: saber qué es lo que la gente quiere, poder analizar una generación, una sociedad. Al conocer esto, puedes acotar sus necesidades y darles un producto. ¿Cómo es un filósofo en la empresa? ¿Qué herramientas o ventajas tiene? El sistema en el que resuelve problemas. Su capacidad mental de análisis constante, su mente se ejercita siempre por el simple hecho de leer textos filosóficos que le exigen un esfuerzo. La dificultad está en llegar a la parte práctica, pero siempre se puede aprender. La creatividad, la forma de definir conceptos y de resolver los problemas. El filósofo genera ideas, es adaptable. Es más que recursos humanos; si quiere, puede ser gerente. Sólo le falta la práctica que puede adquirir en cualquier momento. Hay herramientas en el mundo para lograr lo que ellos quieren, sólo falta conocerlas. El filósofo sabe quién es y dónde está, es el profesional que se ha dado a la tarea de autoconocerse. La información siempre está a la mano. La filosofía es aprender a buscar información. El filósofo encuentra información para lo que sea. ¿Qué dificultades has encontrado? Los prejuicios. El prejuicio del mundo, el que la gente tiene de mi carrera, es difícil. No es lo que ellos creen. Está además el prejuicio de los mismos filósofos. Nos limitamos a nosotros mismos, nos decimos qué podemos hacer y qué no, y lo creemos. Y casi siempre nos equivocamos. El tema práctico es un problema, pero muy leve. Es fácil aprender, las herramientas se adquieren. Esa no es la parte difícil. Por simple consecuencia de la vida tienes que aprender cosas, hay que saber qué cosas aprender. Un problema del filósofo es dar el paso entre el pensar y el hacer, y ese paso es la decisión. ¿Qué consejos puedes dar a los estudiantes o a futuros estudiantes de filosofía que se interesen además en la política? Empezar desde antes a inclinarse a lo que les gusta. Investigar sobre eso, mostrar el interés, si te interesa mercadotecnia, entonces intenta meterte a una empresa, aunque sea pequeña, y aprende todo lo que puedas, mira cómo se desarrolla. Aprende a moverte. Busca. Cuando ya no tienes quién haga las cosas por ti, tienes que aprenderlas. Ponte en esa situación tú mismo antes de necesitarlo. Establece los medios para lograr lo que quieres. Identifica qué es eso que quieres, qué quieres a corto plazo y realízalo. Sé práctico. No puedo hacer suficiente énfasis en esto. Es difícil, pero las metas son para el día siguiente, no para el mes que viene. Equivócate, no pasa nada. Solamente así se aprende. Más vale aprender cayéndose que quedarse inmóvil. Aprovechar contactos y herramientas, saber moverse por el camino que tú has establecido. De lo que te gusta, da el paso siguiente.
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¿Dónde trabaja un filósofo? Empresa: María Elena Sánchez Muñiz. Directora del despacho APCI México. Gabriel Sada Varela. Presidente del consejo, socio y director de Espacio Interior. Jesús Arturo Picos Moreno. Consultor en diversos proyectos para empresas, tanto del sector público como del privado. Profesor del IPADE. Academia y docencia: Virginia Aspe. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Investigadora de tiempo completo y profesora de la cátedra de Filosofía en México de la Escuela de Filosofía de la UP. Miembro de la Asociación Filosófica Mexicana (AFM) en la que desempeñó cargos de gobierno. Juan Andrés Mercado. Catedrático de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en Roma. Es director del proyecto Markets, Culture and Ethics. María del Rosario Athié Lambarri. Miembro del Centro Panamericano de Investigación e Innovación. Juez Calificador del concurso de FIMPES. Miembro fundador del Centro de Estudios e Investigaciones de Bioética. Miembro asociado de La Asociación Española de personalismo, de The Aesthetic International Association y de la Asociación Filosófica Mexicana (AFM). Arte y cultura: Claudia Romero Elizondo. Productora de teatro. Ha colaborado en el Carro de Comedias de la UNAM. Directora de casting de Ocesa Teatro. Mario Uribe Duarte. Director del Instituto Mexicano de Divulgación Cultural, IMEDI. Elisa Legorreta Sánchez. Artista plástica y escultora. Medios de comunicación: Héctor Zagal Arreguín. Editor fundador de Tópicos. Revista de Filosofía. Miembro del consejo de la revista Istmo. Miembro de número de la Academia Iberoamericana de Comunicación y Defensa de la Lengua Española. Locutor de radio en Noticias MVS. Escritor. Dulce Ma. Barrón Cepeda. Jefa del Departamento de Edición y Red en la Secretaría de Gobernación. Karen González Fernández. Editora asociada de Tópicos. Revista de Filosofía. Política: Roberto Grijalva Sánchez. Subsecretario de Contraloría Social y Mejoramiento de la Gestión Pública del gobierno de Guanajuato. Rodrigo Iván Cortés Jiménez. Secretario de Relaciones Internacionales en el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional. Paula Patricia Ileana Arizpe del Valle. Coordinadora de comité del IEDF Gabriela Paola Millán Malo. Coordinadora regional del PREP.
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Tópicos
Revista de Filosofía
La Escuela de Filosofía de la Universidad Panamericana edita cada seis meses Tópicos. Revista de Filosofía. Ésta es una publicación especializada en temas filosóficos, y se encuentra indexada en el Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Filosófica del CONACYT, respaldando así su prestigio. Además organiza la Cátedra Tópicos, una serie de conferencias que cuentan con la exposición de investigadores y académicos invitados de distintas universidades del mundo.
Diálogo Gracias al apoyo de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales y al Consejo de Alumnos, los estudiantes de la Escuela de Filosofía han puesto en marcha el proyecto de la revista Diálogo. Esta revista busca acercar la reflexión filosófica a cuestiones de actualidad y relevancia, invitando a los jóvenes a exponer sus ideas. Los artículos publicados se prestan a la réplica con el fin de propiciar el diálogo entre los estudiantes. Diálogo pretende ser un espacio de opinión en el cual se dé un ejercicio argumentativo y crítico, animando a los jóvenes filósofos a exponer y a enriquecer sus inquietudes. Esta revista se presenta a los estudiantes como una primera oportunidad para publicar sus propuestas. Invitamos a la comunidad estudiantil a tomar parte en esta iniciativa, estar pendientes de las convocatorias y enviarnos sus artículos al correo: dialogo.revistaup@gmail.com
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Escuela de Filosofía, Universidad Panamericana. http//:filosofía.up.edu.mx Tópicos. Revista de Filosofía. http://topicos.up.edu.mx/topicos/ Facebook: Filosofía Up y Filósofo UP Twitter: @FilosofíaUP. El ser se ve mejor en bicicleta. Programa de Radio UP Jueves de 18:00 a 19:00 horas. http://radioup.mx/ Facebook: El ser se ve mejor en bicicleta. Twitter: @elserenbici Alfa y Omega. Programa de Radio UP. Martes de 5 a 6 pm http://radioup.mx/ Twitter: @alfayomegaup Asociación Filosófica Mexicana. http://sitioafm.org/portal/
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