Estimados alumnos y padres de familia: Reciban la más cordial bienvenida a la Escuela de Filosofía de la Universidad Panamericana. Desde hace más de cuarenta años, generaciones de jóvenes filósofos han iniciado su carrera profesional en nuestra casa de estudios y es un honor para nosotros acoger la vocación humanista de nuestros nuevos estudiantes. El mundo contemporáneo es un constante desafío, por lo que la filosofía está llamada a jugar un papel cada vez más importante en el mundo de la academia, la política, el arte y la cultura y la empresa. Es por ello que asumimos el compromiso de darle cauce a la vocación de nuestros estudiantes.
Dr. José Alberto Ross
Director de la Escuela de Filosofía Universidad Panamericana
Si miramos atentamente nuestra realidad, encontraremos que México necesita personas educadas en la crítica y la argumentación, que sean capaces de abordar las problemáticas que más nos preocupan con una orientación humanista. La justicia social, el combate a la pobreza, el respeto a los derechos humanos y muchos temas más que están pendientes en la agenda nacional reclaman la presencia de una visión política, económica y científica centrada en la persona. De ahí la importancia que tiene para nosotros el cuidar y promover todas las vocaciones filosóficas que depositen su confianza en nuestras manos. El beneficio de estudiar filosofía no es solamente social, sino también personal. La filosofía desarrolla en quien la cultiva las habilidades necesarias para abordar cuestiones de distinta naturaleza, pero también contribuye al autoconocimiento personal y al reconocimiento de las propias capacidades y limitaciones con miras al correcto ejercicio de la libertad y la búsqueda de la felicidad. El resultado de la preparación filosófica es una mente abierta al diálogo y habilitada para la búsqueda de la verdad. Nuestro compromiso con ustedes es darle continuidad a esa tradición humanista y humanizadora. Les reitero la bienvenida a esta casa de estudios a nombre de todos nuestros profesores, que adoptarán como propio el proyecto profesional de los estudiantes que se incorporan a nuestra escuela. Por mi parte, quedo a sus órdenes y a su disposición para atender cualquier asunto que sea de su interés. Atentamente, Dr. José Alberto Ross Director de la Escuela de Filosofía Universidad Panamericana
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No es un secreto: elegir qué vamos a estudiar es una de las decisiones más difíciles de tomar. Y es que no sólo decidimos qué vamos a hacer el resto de nuestra vida, sino cómo vamos a hacerlo. Si bien cada carrera nos abre un campo laboral distinto, nos da también un modo muy particular de comprender nuestro contexto y a nosotros mismos. Para el que se decide por filosofía las cosas pueden ponerse aún más complicadas ya que se enfrenta a un sinnúmero de prejuicios. Sus amigos y familiares se preguntan si ésta es una carrera con un futuro deseable. Es por ello que las preguntas que irremediablemente surgen tras esta decisión son: “¿por qué estudiar filosofía?”, “¿para qué sirve?” Esta carrera es más que una profesión, es una vocación. Quien estudia filosofía busca comprender mejor absolutamente todo lo que le rodea. Esta inquietud ha acompañado al hombre desde siempre, es por ello que los estudiantes de filosofía analizan y discuten las respuestas que se han dado a lo largo de la historia del pensamiento, y también proponen sus propias soluciones. De esta manera nuestros egresados desarrollan habilidades analíticas y argumentativas que les permiten identificar las mejores vías de solución a un problema. Así, la Filosofía puede servir de fundamento para otros saberes; pero también es por esto que el estudiante de filosofía es capaz de aplicar prácticamente su conocimiento en áreas tan distintas como la empresa, la política o el mundo del arte. De modo que, aunque el filósofo puede dedicarse a muchísimas cosas, siempre lo hará desde una perspectiva analítica, crítica y propositiva. La riqueza de una carrera como filosofía es que su quehacer no se limita a las aulas, sino que pertenece al mundo práctico.
Por Santiago Floresmyer
Cuando preguntan “¿para qué sirve filosofía?” la mayoría de las personas pasa por alto que la está usando. El tipo de utilidad de filosofía es la más práctica porque está presente todo el tiempo, en cada acción. Para saber lo que alguien realmente piensa basta con ver cómo actúa. Eso quiere decir que actuamos de acuerdo a lo que pensamos, incluso cuando no estamos conscientes de ello. En un ejemplo burdo, alguien puede decir que está en contra del desorden en nuestro país y sin embargo pasarse un alto; esto querría decir que no está tan en contra del desorden como lo expresa. En Filosofía, nos encargamos de pensar las ideas que mueven al mundo. No hace mucho se estrenó la película El Origen, dirigida por Christopher Nolan. Este filme nos dejó pensando en varias cosas: cómo son los sueños, en los maravillosos efectos especiales de la producción, en si siquiera entendimos el final, entre otras cosas. Sin embargo, pocos se han detenido a pensar la perspectiva que, a mi parecer, es la más importante de la película: en el origen, la inception (implantación) de la ideas. Esta película podría entenderse como una metáfora del poder que puede tener una idea. Este poder lo muestran a través de una imagen del convencimiento. En la película, esto se ve de un modo muy plástico: en primer lugar, hay que introducirse en lo más profundo de una persona y tan rápido como sea posible. Para que alguien nos convenza de algo, no hay que hacer otra cosa que ofrecer algo íntimo, que de ningún modo nos sea ajeno; puede ser una imagen que despierte algún deseo o una referencia a nuestro pasado, hay un sinfín de posibilidades. Cuando la idea ya está en nosotros, no hace falta nadie, quizás un leve empujón para que sigamos andando pero ya está en nuestra cabeza y es lo importante. Recuerda, cuando aprendes algo o escuchas una palabra nueva o vas a tomar una decisión, ¿no te acuerdas de ella por cualquier cosa? ¿No te aparece en cualquier sitio e interpretas todo para poder responder la pregunta, usar la palabra o reafirmar el conocimiento? Es curioso, pero nos pasa a todos. Cuando buscamos algo, “casualmente” lo encontramos por doquier. Esto demuestra el poder que puede tener una idea, pues puede llevarnos a actuar de maneras que jamás hubiéramos imaginado.
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Es por ello que una idea puede liberar, vender, educar, manipular, inspirar, a partir de una idea podemos realizar proyectos comunes y compartir objetivos. Cuando una idea “se nos mete a la cabeza”, es difícil detenerla porque nuestras acciones se rigen y alinean según a donde nos guía. Claro, depende de la idea, de quién nos la implantó o cómo dimos con ella. Es por ello que no podemos dejar a cualquiera controlando las ideas, las pasiones, y los deseos de las personas; nada más piensa en las campañas políticas o la legalización de algo, ¿hasta dónde llegamos por una idea que rige nuestro actuar y modela nuestros principios? Volviendo a El origen, ¿no se suicida uno de los personajes por una idea? ¿No se destruiría una compañía para que gane otra? ¿No se liberaría a una persona para que viera a sus hijos de nuevo? Regresemos a la imagen de la película: convencer, entonces, consiste en saber argumentar y analizar a partir de ideas claras, saber expresarse. En la carrera de filosofía, esto pasa diario, con lógica, argumentación, retórica, diálogo, debates, etc., estas actividades las hacemos todo el tiempo sólo que aprendemos a criticarlas, localizarlas, sintetizarlas, construirlas, desbaratarlas, analizarlas, tanto las propias como las ajenas. Pues no sólo se trata de jugar con las ideas, sino de hacerse responsable de ellas: de saber de dónde vienen, en qué se fundamentan y hacia dónde pueden dirigir una acción. Es por esto que la filosofía no ha acabado su trabajo, pues siempre surgirán nuevas ideas y con ellas, siempre vendrán nuevos modos de actuar con ellas.
Por Ana Torres.
¿A qué te dedicas actualmente? Trabajo en la UP de Guadalajara como parte de la Academia de Filosofía Social. Este año estoy estudiando una maestría en Filosofía en la Universidad de Cambridge, en Inglaterra. ¿Por qué elegiste filosofía? Cuando estaba en quinto de prepa empecé a plantearme en serio qué carrera quería estudiar. El problema es que me interesaban muchas cosas, pero muy diferentes, desde derecho hasta química. Aunque en sexto de prepa seguía muy indecisa, me di cuenta de que, de todas las disciplinas que contemplaba estudiar, me llamaba la atención la parte teórica. En realidad no me veía ejerciendo ni como científica ni como abogada, sino que buscaba entender los conceptos en los que se fundamentan todas estas disciplinas. Lo que verdaderamente quería era entender el mundo y la sociedad, saber por qué es así y si podría ser de otra manera. Fue entonces cuando me di cuenta de que mis intereses eran de tipo filosófico.
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La filosofía suele ser obscura, me refiero a que es difícil saber qué es, el acercamiento a ella no es fácil antes de entrar a la carrera y hay muchos tabúes. ¿Tuviste algún miedo a la hora de elegir? No recuerdo haber tenido miedo de la carrera como tal o de lo que eso iba a significar para mi vida. Una vez que había decidido estaba muy feliz de haber encontrado lo que quería. El problema más bien fue lograr que mi decisión se concretara, en específico, convencer a mi papá de que eso era lo que verdaderamente quería. Él siempre me había dicho que me apoyaría para estudiar cualquier carrera que eligiera, pero creo que filosofía no era algo que tenía en mente cuando decía ‘cualquier’. Al final me apoyó mucho, pero sí tuve que mostrarme muy firme con mi decisión, creo que por eso en ese momento no tuve ni la oportunidad de tener miedo. A lo largo de sus ocho semestres, ¿qué herramientas te dio la licenciatura en filosofía de la UP? Además de los conocimientos concretos de diversas doctrinas filosóficas, desarrollé la capacidad de filosofar: de no dar nada por sentado, de analizar críticamente distintas posturas y de argumentar cuidadosamente las mías; al mismo tiempo de tener un espíritu abierto al diálogo, escuchar y tratar de entender las posturas de los otros (todo esto tanto en la lectura y escritura de textos filosóficos, como en discusiones vivas y en situaciones ordinarias en las que sea necesario). La decisión de estudiar filosofía ya es difícil por sí misma. ¿Cómo es que decidiste estudiarla en la Universidad Panamericana? Yo soy de Guadalajara, y no tenía muchas opciones ahí. Alguien me platicó de la UP de México y al final la decisión la hice comparando los planes de estudio. Con los escasos conocimientos que tenía en el momento de lo que era la filosofía, me pareció que el de la UP era el plan más completo y mejor secuenciado. Recuerdo que en particular me gustó mucho que la UP dedicara ocho semestres a la historia de la filosofía porque me pareció que eso garantizaba que cubriera lo más posible. Además, me interesó la fuerte preparación en latín y griego del currículo de la UP.la filosofía porque me
Como dije antes, la filosofía está rodeada de fuertes tabúes. Quizá uno de los más fuertes afirma que la filosofía es una ciencia muerta. ¿Qué opinas sobre esto? ¿Crees que ya se ha dicho todo lo que puede decirse? Nunca vamos a acabar de decir todo lo que puede decirse, por un lado porque no somos capaces de conocer absolutamente todo, pero también porque la humanidad está en constante desarrollo. La filosofía siempre tendrá algo nuevo que decir frente a las distintas situaciones que enfrentemos. Aunque los problemas filosóficos radicales siempre van a ser los mismos, la comprensión que de ellos se tenga y la forma en que se articulen las respuestas siempre enriquecerán las diferentes experiencias humanas. Otro prejuicio importante es, como sabrás, la oportunidad laboral. ¿Qué hace un filósofo? ¿Qué puedes decir acerca de cómo se puede desenvolver en el ámbito laboral un egresado de la licenciatura en filosofía? Para responder esto me gustaría distinguir entre estudiar la licenciatura en filosofía y ejercer profesionalmente la filosofía. El ejercicio profesional de la filosofía, la investigación filosófica, se da principalmente en la academia. Como preparación para ello no basta la licenciatura, sino que la maestría y el doctorado son necesarios. Sin embargo, el futuro profesional del licenciado en filosofía no está ceñido al ejercicio académico de la misma. Un egresado puede desenvolverse en diferentes profesiones como la educación, la política y la administración pública, periodismo y medios de comunicación, e incluso en el ámbito empresarial. A pesar de que la licenciatura en filosofía no prepara profesionalmente para ninguno de estos ámbitos, lo que hace es desarrollar habilidades que son indispensables para su ejercicio, por ejemplo: pensamiento crítico, argumentación lógica, claridad en el habla y la escritura, entre otros.
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Empresa: Mónica Flores CEO de Manpower en México y Centroamérica. Ricardo Murcio Director del Full Time MBA del IPADE Academia y docencia: Diana Ibarra Soto Directora del área de división de género y familia en el Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV). Juan Andrés Mercado Profesor-investigador de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. Director del proyecto “Markets, Culture and Ethics” en la misma institución. Arte y cultura: Sergio Aguilar-Álvarez Bay Pintor. Silvia Magdalena Ayala Barajas Directora Ejecutiva de Culinaria Mexicana. Medios de comunicación: Guillermo Núñez Revista La Tempestad Teresa García Ruíz Agencia de noticias “Anunciación” Política: Dinorah Pizano Diputada en la Delegación Benito Juárez. Rodrigo Iván Cortés Director de Relaciones Internacionales del PAN.
Tópicos Revista de Filosofía La Escuela de Filosofía de la Universidad Panamericana edita cada seis meses la revista Tópicos. Ésta es una publicación especializada en temas filosóficos, y se encuentra indexada en el Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica y Filosófica del CONACYT, respaldando así su prestigio.
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