Cubrirse el rostro: ayer y hoy

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| Arequipa 24 de mayo de 2020

ESPECIAL

Cubrirse el rostro: ayer y hoy La crisis sanitaria generada por la COVID-19 nos ha obligado a cubrir parte de nuestros rostros, no solo en Arequipa sino en el m undo entero, a fin de fren ar los contagios. Sin embargo, esta no es la prim era vez que los ojos son los únicos que nos perm iten expresarnos, pues en el Virreinato y parte de la República (tras la Independencia Nacional), un grupo de m ujeres se hicieron fam osas por cubrirse el rostro y dejar al descubierto solo uno de sus ojos. Son las fam osas "tapadas".

H

oy, por circunstancias distintas al Virreinato, hombres y mujeres nos vemos obligados a cubrirnos el rostro. En el pasado, un grupo de mujeres lo hacían por tradición. Cubrían la mi­ tad de sus cuerpos con un manto negro desde el torso hasta el ros­ tro dejando solo un ojo expuesto. De la cintura para abajo usaban amplias faldas llamadas sayas. La enigmática figura de las tapadas limeñas fue incluso parte importante de la obra de Pancho Fierro como se conoce a Francisco Fierro Palas, uno de los ilustra­ dores históricos del Perú, quien con sus acuarelas retrató la vida y costumbres de Lima en el siglo XIX. Precisamente la obra de Pancho Fierro fue parte de la exposición "Perú: Imagen y tradición", que realizó la Biblioteca de la Univer­ sidad Católica San Pablo (UCSP), un tiempo atrás, tras una revisión de textos originales y copias de libros muy antiguos. En ese caso, la fuente de gran parte de las imáge­ nes, fue la colección de la histo­ riadora Sabine MacCormack, la cual alberga más de 12 mil libros, que se encuentran en esta casa de estudios. Henry Vílchez Chávez, auxiliar más lejano y está en la conocida de la Biblioteca de la UCSP y cura­ dor de la muestra, explica que las burka islámica que se usa hasta la tapadas limeñas son una costum­ actualidad en varios países árabes. bre que fue traída al Perú desde Se trata de un traje negro con el España con la conquista, pero que que las mujeres de estas culturas en realidad su origen es mucho cubren todo su cuerpo y solo dejan

ver sus ojos.

CON SOLO UNA MIRADA La tradición de las tapadas li­ meñas surgió en el siglo XVI y duró hasta gran parte del siglo XIX. Esta

moda no solo tuvo una intención de seducción y coquetería como se cree, sino que también era un modo como las mujeres gozaban de más libertad en sus actos, como lo indica la escritora Flora Tristán,

y hasta llegó a tener un valor político. "Las mujeres usaron accesorios que complemente su feminidad, captando miradas resumidas en tan solo sus ojos, pues estaban


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cubiertas com pletam ente por el manto", comenta Vílchez, quien tam bién tiene estudios de Conser­ vación y Restauración de Bienes Muebles. Sobre el carácter político de las tapadas, dice, este se refleja en las sayas o faldas. Las mujeres manifestaban sus preferencias según la falda que usaban. Había una saya salaverrina que era desplegada, con ella expresaban su apoyo a Felipe Santiago Salaverry; otra era la saya gamarrina que era de color negro, con esta respalda­ ban a Agustín Gamarra y la saya orbegosina que era más ajustada, la usaban en apoyo a Luis José de Orbegoso y M oncada. Los tres fue­ ron caudillos, militares y políticos que llegaron a ocupar la presiden­ cia del país en la República.

Pero las tapadas no fueron del agrado de todos. A fines de siglo XVVI y XVII se prohibió esta cos­ tum bre mediante normas virreina­ les, pero ni por eso las mujeres de­ jaron de vestirse de este modo. Lo mismo ocurrió en Sevilla, España. Lo que la hizo sucum bir fue otra moda, la francesa, hacia 1860.

HOY, LA COSTUMBRE HA VUELTO Vílchez Chávez, señala que es curioso ser testigos de cómo una costumbre de la antigüedad vuelve a nuestra sociedad convertida no solo en una necesidad sino tam bién en una moda sanitaria. Así, son varios los diseñadores y casas de modas que han lanzado sus propios modelos de barbijos o tapabocas, donde Arequipa no es

la excepción. "Los tiem pos cambian, pero las adaptaciones sincréticas y sim bióticas de legados culturales persisten y este puede ser un caso

de ello. Antes fue el manto, ahora la mascarilla la que cubre parte del rostro. Ambas captan la atención mediante miradas que expresan pensam ientos y sentimientos como

la tristeza, la angustia, la felicidad, entre otras", refiere. Y la escasez de m ascarillas sa­ nitarias ha llevado a que el mismo Gobierno establezca como pueden ser elaboradas por uno mismo a fin de protegerse del coronavirus. A fines de marzo se publicó la norma técnica que precisa los tipos de te­ las, modelos y las dimensiones que deben tener. Y claro cada quien le puede ponerle su toque de moda. En la resolución ministerial N.° 135-2020-M INSA se especifica que deben ser elaboradas usando telas de tejido de punto y tejido planos como polyester, nylon, algodón, fibras regeneradas de celulosa o cualquier mezcla entre estos materiales mencionados. No se recomienda el uso de fibras naturales por la incomodidad que se generaría por el contacto con la piel. Según la norma estatal hay dos únicos modelos, la de tela anatómica, con corte en la parte inferior (barbilla) y pinza en la par­ te superior media (tabique nasal), la cual debe tener 19 centímetros de ancho, 19 de alto y 4.5 de largo y el segundo modelo puede ser de tela con pliegues, es decir, de for­ ma rectangular y con dobleces en las capas interior y superior. Debe tener 17,5 de ancho por 9,5 de alto (para adultos), o 14,5 de ancho por 8,5 de alto (para niño), ambos modelos de máscaras com plem en­ tándose con 35 centímetros de largo de tirillas de amarre por cada lado. Como dice Vílchez Chávez, una nueva tapada cobra vida en estos momentos y, en este caso, no solo las mujeres deben cubrirse sino tam bién los varones. "Aprendimos a conocer a las personas en un rostro completo, ahora, por un tiempo, las mira­ das serán las que nos expresen todo. Hoy nos cubrimos por salud. La moda pasa, las costumbres quedan, y la reinvención hace sostenible la sobrevivencia en la humanidad", finaliza.


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