LA MENTIRA ENTRARA POR LOS OJOS Especialistas temen que los deepfakes se viralicen en el 2020, en especial en política y conflictos sociales.
a mentira ya no tiene patas cortas. Lo aprendimos a la :.i fuerza, gracias a las fake ■ news. La información falsa en internet, en especial en redes sociales, pasó del chasca rrillo inocente a una peligrosa arma política. Los especialistas temen que sigan vigentes en el 2020, y se vean reforzadas con la masificación de los deepfakes (ultrafalsos). Ya no es cosa de ciencia ficción ni de artistas del maquillaje. Con solo unas cuantas imágenes y videos, inteligencia artificial mal usada permite poner la cara de cualquier persona en un escenario cualquiera. Se trata de una tecnología basada en algoritmos de autoaprendizaje y contraste. La mentira digital se va hilando de fotograma en fotograma. Una inteligencia artificial propone los píxeles a usar, y otra le dice la combinación que mejor resultado da para la cara a montar en el material audiovisual.
El cine impulsó el desarrollo de esta tecnología para rejuvenecer o revivir actores. Para Rogue One (2016), spin off de Star Wars, se montó el rostro de una rejuvenecida Carrie Fisher sobre el cuerpo de otra actriz. La técnica se normalizó y podemos verla en The Irishman (2019), disponible en Netflix. Pero la masificación llegó con fines menos legales. Se estima que el 96% de los videos de deepfakes en internet son de contenido pornográfico. Las víctimas de las falsificaciones son celebridades, casi todas mujeres. Se trata de una inteli gencia artificial abierta al público en constante mejora. La perfecciona una comunidad, por desgracia, muy activa. Los resultados son casi perfectos, en función a las imágenes suministradas a los algoritmos. Con el viento a favor de los deepfakes, su llegada a la política o a conflictos sociales era cuestión de tiempo. La clarinada de alerta llegó desde el portal BuzzFeed, en abril del 2018. Un video generado por una inteligencia artifi cial y un imitador de voz, mostraba al expresidente Barack Obama alertando de los peligros de esta tecnología. La perfección era aterradora (para ver, escanea el código QR). El debate ya puso en alerta a diversas plataformas. Facebook, Twitter, Reddit y hasta PornHub eliminan material deepfake. También se inició el desa rrollo de algoritmos para identificarlos. Algunos detalles como el brillo de los ojos, iluminación y transiciones de píxeles siguen dejando evidencia sutil. Empero, se trata de una carrera a dos bandos. El aumento en la potencia de las com putadoras hace que estos detalles cada vez sean más indetectables. Mientras que el perfeccionamiento de los algo ritmos ha llevado el desarrollo a una nueva frontera: el deepfake en “tiempo real”, en cualquier transmisión en vivo. Se teme un estallido de esta tecnología para el 2020, año de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Una situación que nadie esperaba y para la que tampoco estamos preparados. Al final del día, la pelota vuelve al usuario de redes e internet. El creer en el contenido que recibimos por WhatsApp o Facebook está en cada uno. Saber reconocer qué medios y perfiles son confiables y que otros no. Y sobretodo, el reto de dudar de todo en la era de la sobrecarga informativa. El Búho, N° 72, enero 2020