Entre Brasil e Argentina: Miradas sobre a história da educação Heloísa Helena Pimenta Rocha | Maria Angela Borges Salvadori (Organizadoras)
Entre Brasil e Argentina:
miradas sobre a história da educação
ORGANIZAÇÃO
Heloísa Helena Pimenta Rocha Maria Angela Borges Salvadori
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cip-Brasil. Catalogação na Publicação | Sindicato Nacional dos Editores de Livros, rj E51 Entre Brasil e Argentina : miradas sobre a história da educação / organização Heloísa Helena Pimenta Rocha, Maria Angela Borges Salvadori. - 1. ed. - Belo Horizonte, MG : Fino Traço, 2015. 340 p. : il. ; 23 cm. (EDVCERE ; 34) ISBN 978-85-8054-243-1 1. Educação - Brasil. 2. Educação - Argentina. I. Rocha, Heloísa Helena Pimenta. II. Salvadori, Maria Angela Borges. III. Série. 15-21297 CDD: 370.981 CDU: 37(81)
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Prefácio 7 Itinerâncias, indagações e escritas | Heloísa Helena Pimenta Rocha, Maria Angela Borges Salvadori 11 PARTE I Circulação de saberes, sujeitos e objetos culturais
1 Brasil recibe una nación amiga: la República Argentina en la Exposición Internacional del Centenario de la Independencia | Pablo Scharagrodsky, Andrea Moreno, Verona Campos Segantini 35
2 Circulação de modelos e práticas cognitivas através das enciclopédias Tesouro da Juventude e revistas de ciência popular | Bernardo Jefferson de Oliveira, María Clara Ruiz, Catarina Capella Silva 65
3 Circulação de ideias eugênicas entre Brasil e Argentina: os contatos de Renato Kehl com Victor Delfino e Alfredo Verano | Carolina Toshie Kinoshita, Heloísa Helena Pimenta Rocha, Angela Aisenstein 89
4 A propósito de Darcy Ribeiro: conexiones e intercambio de ideas y experiencias universitarias con intelectuales argentinos | Sandra Carli, Martín Aveiro 121
5 Pesquisa, ensino e escrita da História da Educação: traços da experiência de Lorenzo Luzuriaga | José Cláudio Sooma Silva, José Gonçalves Gondra, Roni Cleber Dias de Menezes 151
6 Em missão: as viagens de Júlio César de Mello e Souza ao Prata (19401942) | André Luiz Paulilo, Diana Gonçalves Vidal 179
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PARTE II Trânsitos de ideias e experiências
7 Educación y prédica ruralista en Argentina y Brasil (1930-1945) | Talía Violeta Gutiérrez 199
8 Sintonizados no mesmo dial: debates sobre radiodifusão e educação no Brasil e na Argentina (1930-1940) | Maria Angela Borges Salvadori 225
9 As formas silenciosas de educar: adornos da arquitetura escolar em fotografias, para memória da cidade | Maria do Carmo Martins 245
10 O ensino de línguas estrangeiras como ação civilizatória no Brasil e na Argentina no século XIX: estabelecendo contrapontos | Rita Cristina Lima Lages, Luciano Mendes de Faria Filho 265
11 Brasil e Argentina: histórias conectadas da educação a partir dos livros de histórias de cidades | Fernanda Mendes Resende, Maurilane de Souza Biccas 285
12 Hospedarias da infâmia: a Casa de Detenção da Corte e a Penitenciária Nacional de Buenos Aires (1856-1889) | Jailton Alves de Oliveira, José Gonçalves Gondra 307 Sobre os autores 329
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Prefácio
Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas. Henry Miller
Este libro está atravesado por la idea del viaje. Su tema central es la circulación de saberes, personas, artefactos, modelos entre la Argentina y Brasil. Aunque los autores son conscientes de que los objetos de sus investigaciones no solo viajaron entre estos dos países; son parte de un viaje más complejo e intrincado que es más difícil de ver para aquellos acostumbrados a tomar perspectivas más localistas en sus trabajos: la circulación global de saberes acerca de la educación. A la vez, además de atravesar territorios, dado que se trata de un libro de historia de la educación, nos ofrece un viaje a través del tiempo. El viaje fue una actividad fundamental del proyecto cuyos resultados se vuelcan en estos textos. Investigadores y estudiantes de la actualidad cruzaron fronteras para investigar los cruces de esas mismas fronteras en el pasado. Este libro presenta los resultados de un proyecto de investigación comparada y, en ese sentido, podemos pensar que se basó en la idea del viaje como una estrategia metodológica y una perspectiva teórica para la producción de conocimiento. Comparar es como viajar. Cuando uno viaja se encuentra con otras formas de ver, estar y actuar sobre el mundo, con distintas formas de hacer lo mismo. Así, como dice Miller en el epígrafe de este prólogo, el resultado de un buen viaje es una nueva forma de interpretar el mundo, o, para ser más modestos, ciertos fenómenos como, en este caso, la educación. En la historia de la humanidad, los viajes han sido catalizadores de grandes cambios sociales. Los viajes pueden funcionar como mecanismos de desanclaje al contribuir al debilitamiento de las conexiones entre la actividad social y su contexto espacial. El encuentro con otras formas de actuar que contrastan con aquello que fue naturalizado sirve para abrir un abanico de
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posibilidades de cambio al liberar de las restricciones impuestas por hábitos y prácticas locales. En otras palabras, tal como lo demuestran los casos de Sarmiento, Varela, Horace Mann y muchos otros educadores que cruzaron fronteras para aprender del otro, el viaje ayuda a superar los provincialismos. Lo mismo sucede cuando incorporamos una “perspectiva comparada” al análisis de la educación, como lo hace este libro. Uso la expresión “perspectiva comparada” significando una actitud y un abordaje que va más allá de la simple comparación, como contraste descriptivo de las particularidades de un mismo fenómeno en dos o más contextos. La perspectiva comparada implica salirse de los provincialismos y entender que la educación, como actividad inherente al ser humano, es una problemática que trasciende las instituciones y procesos locales; y que las formas que adquieren las instituciones y prácticas educativas en diferentes sitios depende de una síntesis (que a veces incluye conflictos) entre procesos globales y locales. La comparación como estrategia metodológica también supone un abordaje espacial de la investigación. Actualmente se está dando un debate extremadamente rico en la educación comparada acerca de la manera en que se conceptualiza el espacio en el campo. De a poco van ganando en influencia una serie de teorías y abordajes metodológicos provenientes de la sociología, la geografía y la historia (Historia Transnacional) que sugieren que el espacio no solo existe en términos concretos (físicos), sino que también puede ser entendido como una serie de relaciones entre individuos, grupos e instituciones. Este tipo de abordaje contribuye a superar el “nacionalismo metodológico” (la tendencia en las ciencias sociales a usar a los Estados-nación como unidad de análisis “natural”) y a pensar el espacio en términos de redes, conexiones y flujos. Desde esta perspectiva, la mejor manera de representar gráficamente el espacio no es a través de un mapa de territorios, sino a través de una cartografía de conexiones. Este tipo de abordaje hace visibles los problemas que trae aparejada la distinción binaria entre “lo local” y “lo global” que produce una metanarrativa de dominación en la cual los lugares (lo local) son víctimas de lo global o, en el mejor de los casos, logran resistirse heroicamente. Autores como Massey, Castells, Bayly, Popkewitz muestran que los discursos que toman un estatus global surgen de experiencias locales específicas. Lo que algunos ven como 9
lejano (lo global) es lo cercano y situado para otros. Popkewitz ejemplifica este tipo de relaciones con los discursos de figuras globales de la pedagogía como Freire, Dewey o Vygotsky y sus ideas que se convierten en parte del sistema de razón globalmente aceptado, pero que surgieron de un contexto específico. En otras palabras, lo que muchas veces clasificamos como “global” no es un espacio abstracto fuera de control; tiene una base material y surge de contextos locales. Hay muy pocos lugares que no participan, de alguna manera, de la construcción de “lo global”. Ser conscientes del abordaje espacial (implícito o explícito) de la investigación en educación es fundamental, no solo para entender el mundo actual, sino también para abordar el análisis de procesos históricos. Las ferias educativas, los viajes de intelectuales y los textos que son analizados en este libro ocurren en un contexto espacial, pero estos intercambios también producen un espacio. Desde esta perspectiva podemos ver al espacio como un efecto, no solo como un contendor de la actividad social; y es así que los capítulos de este libro, en su conjunto, proveen un material de gran relevancia para pensar acerca de la construcción histórica de ciertos espacios en la educación. Jason Beech Universidad de San Andrés
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Itinerâncias, indagações e escritas Heloísa Helena Pimenta Rocha Maria Angela Borges Salvadori
Marco Polo imaginava responder (ou Kublai imaginava a sua resposta) que, quanto mais se perdia em bairros desconhecidos de cidades distantes, melhor compreendia as outras cidades que havia atravessado para chegar até lá, e reconstituía as etapas de suas viagens, e aprendia a conhecer o porto de onde havia zarpado, e os lugares familiares de sua juventude, e os arredores de casa, e uma pracinha de Veneza em que corria quando era criança. (...) – Você viaja para reviver o seu passado? – era, a esta altura, a pergunta do Khan, que também podia ser formulada da seguinte maneira: – Você viaja para reencontrar o seu futuro? E a resposta de Marco: – Os outros lugares são espelhos em negativo. O viajante reconhece o pouco que é seu descobrindo o muito que não teve e o que não terá. Calvino, 1994:28-29
Circulação, viagens, trânsitos, intercâmbios, vivenciados como experiências e, ao mesmo tempo, tomados como objeto de reflexão no campo da história da educação. Esta é a temática em torno da qual se articula esta obra, que apresenta parte dos resultados do projeto de cooperação internacional Circulação de modelos pedagógicos, sujeitos e objetos entre Brasil e Argentina (séculos XIX e XX). O projeto foi desenvolvido entre 2011 e 2014 no âmbito do Programa Centros Associados de Pós-Graduação Brasil-Argentina, entre o Programa de Pós-Graduação em Educação da UNICAMP e o Doutorado em Humanidades e Artes com ênfase em Ciências da Educação da Universidad Nacional de Rosario, em rede com um grupo 12
de instituições brasileiras (USP, UFMG, UERJ e UFRJ) e argentinas (Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de La Plata, Universidad Nacional de Quilmes, Universidad Nacional de Córdoba e Universidad de San Andrés). Financiado pela CAPES (Coordenação de Aperfeiçoamento de Pessoal de Nível Superior) e pela Secretaría de Políticas Universitarias da Argentina, contou com a coordenação dos professores Adrián Ascolani e Eduardo Hourcade, pelo lado argentino, e da professora Heloísa Pimenta Rocha, pelo lado brasileiro.1 Articulado em torno das interrogações sobre a circulação internacional de modelos pedagógicos, sujeitos e objetos culturais, bem como sobre os intercâmbios de ideias e experiências educacionais, o projeto partiu de uma trajetória de investigação conjunta de pesquisadores dos dois países, que teve início nos anos 1990. Essa interlocução assumiu uma dimensão mais sistemática no contexto do projeto A constituição e reforma dos sistemas educativos no Brasil e na Argentina: histórias conectadas (1820-1980), desenvolvido entre 2007 e 2009 sob a coordenação dos professores Diana Vidal (USP) e Adrián Ascolani (Universidad Nacional de Rosario) com financiamento da CAPES/SECyT (MYNCyT), o qual resultou na publicação do livro Reformas educativas no Brasil e na Argentina: ensaios de História Comparada da Educação (1820-2000), com versões em português e espanhol. Os objetivos que orientaram o projeto de cooperação binacional, cujos resultados reunimos nesta obra, buscaram tomar a temática da circulação em uma dupla dimensão, que diz respeito, por um lado, aos intentos de flagrar os modos como se articularam os processos de difusão internacional da escola, bem como os entrecruzamentos entre as histórias dos dois países; e, por outro, aos propósitos de promover o intercâmbio de professores e estudantes brasileiros e argentinos, contribuindo, por essa via, para a formação de pesquisadores e para a internacionalização dos programas de pós-graduação. Para tanto, foram privilegiados os seguintes eixos temáticos: conexões e intercâmbios de ideias e experiências; migração e escolarização; trajetórias de professores e estudantes; produção e circulação de saberes e objetos escolares; historiografia sobre a temática. 1. A publicação desta obra, especificamente, foi financiada pela CAPES (Processo CAPES CAPG 043/2010).
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As iniciativas conjuntas permitiram alargar a revisão da bibliografia, apontar para novas possibilidades de análise das temáticas estudadas e, ao mesmo tempo, ampliar o repertório de fontes para a compreensão da história da educação em perspectiva comparada e/ou conectada. Nessa medida, ofereceram aportes para pensar o fenômeno educacional a partir de uma interrogação que não o circunscreve às fronteiras nacionais, mas tenta capturar os intercâmbios, as articulações e as conexões que acompanharam o processo de difusão da escolarização nos países latino-americanos. No âmbito desse projeto, entre 2011 e o início de 2014, professores e estudantes de mestrado e doutorado, brasileiros e argentinos, cruzaram as fronteiras dos dois países em missões de trabalho e estudo.2 Nesses deslocamentos, ministraram ou cursaram seminários e disciplinas de curta duração; proferiram e assistiram palestras; participaram de eventos; discutiram projetos de pesquisa; partilharam as responsabilidades do processo de orientação na pós-graduação; desenvolveram investigações em arquivos e bibliotecas; vivenciaram experiências marcadas por alegrias, expectativas e estranhamentos no contato com as realidades de outro país e com outras formas de vivência acadêmica. Em sua itinerância, professores e estudantes movimentaram a vida dos programas de pós-graduação, ampliando e diversificando a agenda de atividades curriculares, pondo em circulação referências bibliográficas, levantando indagações construídas a par de suas experiências de pesquisa, desafiando os modos de organização dos programas de pós-graduação e exigindo arranjos institucionais capazes de dar lugar à invenção de formas de ampliar a interlocução. Nas bagagens, carregavam planos de trabalho, anotações, livros, documentos coletados em arquivos e bibliotecas, relatórios, notebooks, máquinas fotográficas e outros instrumentos de registro dos achados de pesquisa, bilhetes de viagem e demais comprovantes a serem apresentados às agências de fomento, souvenirs, sonhos, curiosidades e, quiçá, dúvidas e temores. Em meio aos desafios enfrentados em suas missões, certamente terão feito a si mesmos, em algum momento, a pergunta que o personagem de Calvino 2. No total, foram realizadas oito missões de estudo no sentido Brasil-Argentina e três no sentido Argentina-Brasil. A essas, somaram-se 16 missões de trabalho de professores brasileiros e argentinos, oito em cada país.
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lança, em tom desafiador, ao viajante veneziano: “Para que serve, então, viajar tanto?” (1994:27). Ou, quem sabe, a indagação com a qual Canclini inicia a discussão sobre uma “antropologia dos mal-entendidos”: “Pode um estrangeiro estudar e compreender outro país?” (2007:195). Entre Rosario, Buenos Aires, La Plata, Campinas, Rio de Janeiro, São Paulo e Belo Horizonte, traçaram-se as rotas dos intercâmbios, estabeleceram-se os contatos. Com essas rotas cruzaram-se outras, definidas pela agenda dos encontros dos coordenadores: Mendoza, Curitiba e Bahía Blanca. A apresentação dos resultados do projeto em eventos acadêmicos – em português, espanhol ou no híbrido portunhol – acrescentou dois outros destinos à agenda da equipe: San Miguel de Tucumán e Cuiabá. As bibliotecas e arquivos universitários de ambos os países, a Biblioteca Nacional de Maestros, a Biblioteca Nacional da Argentina e a Biblioteca del Congreso de la Nación foram locais de passagem quase obrigatória dos pesquisadores em missão. Distintos objetos de investigação histórico-educacional, distintas indagações, variadas fontes de pesquisa reuniram esses viajantes em torno de uma pergunta que se confundia com algumas das inquietações postas pela sua própria itinerância: a circulação de modelos, objetos e pessoas entre o Brasil e a Argentina. Entre dois mundos, os pesquisadores fizeram da circulação objeto de interrogação, procurando perscrutar os vínculos, contatos, conexões, empréstimos e continuidades entre os dois países, muitas vezes ocultados pela constituição das histórias e geografias nacionais. Percorrendo esses mundos, estranhando o que viam e ouviam e, ao mesmo tempo, estranhando a si próprios, lançaram-se ao desafio de tomar os seus próprios objetos de pesquisa em outras perspectivas, quer por meio de uma indagação construída em torno do intento de flagrar as conexões entre as histórias dos dois países, quer pela busca de similitudes, aproximações, mas também das singularidades e distinções nos modos como se foram construindo formas de lidar com os desafios postos pela realidade social e, de modo mais específico, pelas questões educacionais. Trânsito de intelectuais motivado por razões que vão de missões diplomáticas ao exílio; circulação de livros, revistas, relatórios oficiais, enciclopédias e objetos escolares; partilha de modos de conceber a educação e a escola, de compreender a ciência e o seu papel na sociedade; estes são 15
alguns dos aspectos abordados nos textos reunidos nesta obra, construída a partir dos deslocamentos que, ao longo dos últimos três anos, envolveram o grupo de pesquisadores reunidos em torno de uma agenda de trabalho que envolveu a docência e a pesquisa. Experiência que impulsionou a buscar compreender um pouco mais do seu próprio país, em suas semelhanças, diferenças e conexões com o país vizinho, por meio do exercício de mirar-se em “espelhos em negativo”. Nesse exercício, as reflexões de Canclini sobre a pertinência de se pensar um “espaço cultural latino-americano” parecem fundamentais, na medida em que advertem para os limites e possibilidades de compreensão de processos que não são lineares, harmônicos, isentos de conflitos, contradições, avanços e recuos: existe uma história mais ou menos comum na América Latina, que nos permite falar de um espaço cultural latino-americano, no qual coexistem muitas identidades. Não precisamos exercer nenhum reducionismo sobre elas nem obrigá-las a ter características comuns. O indígena, o afro-americano, o europeu, a latinidade, a tropicalidade por vezes convergem, por vezes se afastam. É melhor admitir que cada um desses aspectos designa parcialidades. (...) Assim como a Europa e os Estados Unidos são, cada um, complexos multiculturais, a América Latina é heterogênea demais para basear seus projetos conjuntos em unificações essencialistas e forçadas, que ignoram as discrepâncias e desigualdades internas. (Canclini, 2007:96)
Sem perder de vista essa heterogeneidade, os intentos que orientaram o trabalho dos pesquisadores que integraram a equipe do projeto – aos quais se associaram outros colegas interessados na temática, no exercício de reflexão e escrita dos capítulos que compõem esta obra – buscaram, em maior ou menor grau, aproximar-se da possibilidade apontada por Gruzinski de “exumar as ligações históricas”, restabelecendo as conexões desligadas pelo peso das historiografias nacionais e das retóricas da alteridade e, por essa via, trazer à cena a possibilidade de pensar as diferentes regiões do globo como zonas interconectadas nas quais se configuram relações entre poderes, grupos e culturas. Nesse empreendimento, a metáfora do eletricista, empregada por Gruzinski, mostrou-se particularmente inspiradora para 16
pensar o nosso ofício como historiadores diante da tarefa de “restabelecer as conexões internacionais e intercontinentais que as historiografias nacionais e as histórias culturais desligaram ou esconderam, entaipando as suas respectivas fronteiras” (2003:323). A empreitada colocou alguns desafios, o primeiro deles, talvez, ligado aos riscos de tradução do outro, os quais se impõem mesmo quando consideradas línguas supostamente próximas entre si. Falando em homenagem ao tradutor de um de seus livros para a língua tcheca, Herta Müller, nascida na Romênia em 1953, numa região habitada por minoria alemã, sua língua materna, afirma que traduzir não significa apenas substituir uma palavra por outra ou procurar em nossa língua um vocábulo familiar que possa cambiar o original. Vencedora do Nobel de Literatura em 2009, ela afirma que “toda vez que um objeto se move de uma língua para a outra, uma transformação ocorre” (2014:[s.p.]),3 indiciando as nuances presentes nos processos de circulação e apropriação de palavras, que bem podem ser estendidas para os temas destas pesquisas. Ao menos em parte, mesmo que as línguas sejam dominadas em sua gramática, este é um problema também colocado para pesquisadores interessados na comparação, conexão e circulação de histórias, uma vez que, na tentativa de compreender o outro, tendemos a torná-lo familiar por meio das palavras com as quais nomeamos o mundo e lhe damos sentido, lançando mão de um olhar apriorístico que custa a ser superado. Esta questão também foi apontada por Jürgen Schriewer, bastante conhecido entre nós por seus estudos em educação comparada e história da educação comparada, em entrevista recente, na qual adverte, a propósito desse desafio, que os termos não são neutros, mas “carregam suas próprias experiências coletivas, memórias e práticas de pensamento” (Schriewer apud Salvadori; Biccas, 2014:560). Considerando que o historiador alemão trabalha em geral com comparações entre Estados Nacionais, é possível pensar no agravamento do problema quando atentamos para a diversidade de modos de expressar presentes na oralidade e na escrita dentro de um mesmo país – e mesmo de outras unidades menores de análise –, muito mais instáveis e abertos, sujeitos a zonas flexíveis de interseção. 3. Tradução livre.
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Um segundo esforço, enfrentado pelos viajantes-autores desta coletânea e partilhado por um conjunto expressivo de outros estudiosos, é o de transpor a perspectiva da comparação para pensar em termos de histórias conectadas e circulação de sujeitos, ideias, objetos e práticas entre mundos. Tarefa difícil por várias razões: exige deslocar o eixo das análises, marcado, ainda hoje, por recortes nacionais e pelo olhar dirigido à Europa e à América do Norte, carregado das histórias de dominação, exploração e conflitos, particularmente no campo da história da educação; coloca o problema de superar certas tradições historiográficas calcadas ou na unicidade dos acontecimentos ou na busca de causas gerais capazes de produzir uma história total acerca de múltiplos episódios; obriga a buscar mais que a justaposição de diferentes histórias nacionais e, ainda, implica em discutir as identidades latino-americanas e as brasileiras como parte delas (Prado, 2005). Trata-se, portanto, de encarar desafios históricos e desafios historiográficos. Gerações de historiadores aprenderam a pensar a história comparada a partir de Marc Bloch e, depois, a repensá-la com Fernand Braudel. O primeiro, ao estudar os ritos de cura de escrófulas e outros milagres atribuídos aos reis da França e Inglaterra na Baixa Idade Média, alertou para a necessidade de uma perspectiva sincrônica no trato da comparação, ao mesmo tempo em que, identificando traços comuns a essas práticas naqueles dois países, pôs em xeque o modelo da história política de base nacional, a partir da discussão sobre o imaginário (Bloch, 1993). Ele, e também Lucien Febvre, escreveram seus principais trabalhos em contextos de exacerbação dos nacionalismos, que levaram à Segunda Guerra Mundial, e suas obras, de algum modo, desafiavam essa situação ao mostrarem aspectos comuns entre aqueles que duelavam em diferentes frentes. Braudel, em que pesem as próprias vicissitudes da revista dos Annales e da École des Hautes Études, à qual se vinculava, produziu seus textos no pós-guerra, envolvido por novas configurações políticas e econômicas, mais otimistas que as do período anterior. Ao tomar o Mediterrâneo como sujeito de seus estudos, buscou uma história total – no tempo, na longa duração que se estende até a emergência do Atlântico como grande rota, e na amplitude de sua dimensão, envolvendo aspectos políticos, econômicos, culturais, etc. – e, simultaneamente,
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problematizou o tema da comparação, ampliando a análise, como indica a abertura tão conhecida de seu livro: O que é o Mediterrâneo? Mil coisas ao mesmo tempo. Não uma paisagem, mas inúmeras paisagens. Não um mar, mas uma sucessão de mares. Não uma civilização, mas civilizações sobrepostas umas às outras. Viajar pelo Mediterrâneo é encontrar o mundo romano no Líbano, a pré-história na Sardenha, as cidades gregas na Sicília, a presença árabe na Espanha, o islã turco na Iugoslávia. (...) O Mediterrâneo é uma encruzilhada. (Braudel, 1988:2)
Em trechos seguintes da obra, Braudel analisa as mudanças pelas quais a região passou, afirmando que Heródoto se impressionaria ao ver tantas espécies de plantas que, longe de serem mediterrânicas, foram incorporadas à paisagem pelas viagens e fixações de muitos outros homens neste espaço, e conclui definindo o Mediterrâneo como “um sistema onde tudo se mistura e se recompõe numa unidade original” (Braudel, 1988:3). Assim, se Bloch alertava sobre o risco de uma perspectiva histórica presa às fronteiras nacionais, Braudel ensinava que as regiões de trânsito são mutáveis e que os resultados dos contatos entre diferentes geografias e culturas eram sempre um elemento novo. Era pela circulação de pessoas e objetos nesta grande “estrada” que se caracterizava o caminho, ele próprio seu objeto de estudo. A metáfora da encruzilhada parece, portanto, bastante pertinente porque, simultaneamente, indica um ponto de encontro de diferentes rotas e representa um lugar de difícil localização, a partir do qual são feitas escolhas de novos caminhos. De um só golpe, ela dá conta tanto das especificidades daquele mar, quanto das dificuldades teóricas e metodológicas colocadas àqueles que pretenderam compreender historicamente um espaço de tantos trânsitos e trocas. Outro é o panorama historiográfico com o qual nos debatemos hoje, diverso no tempo, no espaço e em seus sujeitos, seja porque efetivamente são mais fluidas as fronteiras e mais intensos e rápidos os contatos, seja pela emergência de novas contribuições para esse debate. Daí as referências a Serge Gruzinski, Néstor Canclini e Sanjay Subrahmanyam, dois historiadores e um antropólogo que têm apontado novas perspectivas em torno das histórias 19
comparadas, conectadas e “mestiças”. Passado um intervalo provocado, ao menos em parte, pelas aproximações da história com a antropologia e pela crítica à prática da comparação como arma de domínio e categorização hierárquica de países, retomamos o antigo problema historiográfico sob outras lentes. Gruzinski, francês, propõe o conceito de mestiçagem para tratar das relações, sempre mutantes, entre os espanhóis e o México, refutando tanto a hipótese do total domínio cultural da colônia pela metrópole quanto a visão romântica de uma identidade passada, aniquilada pela conquista. Sem perder de vista os contextos em que essas mestiçagens se dão, foca no novo e no específico que produzem, sempre mais que a simples adoção de uma cultura em detrimento da outra. Neste processo, rompe com o espectro eurocêntrico. Canclini, argentino, analisa a hibridação cultural constituída pela dialogia de elementos de diferentes culturas que, conjugados, resultam em algo novo, alertando ainda para a heterogeneidade multitemporal própria a cada localidade (Canclini, 2008:28) e agregando, deste modo, à preocupação anterior da mestiçagem a questão de sua inconstância. Subrahmanyam (1997), indiano, por sua vez, propõe o conceito de histórias conectadas para refutar uma visão do mundo oriental produzida como verdade pelo Ocidente, igualmente deslocando os polos e os pressupostos da análise. Essas tradições historiográficas e esses novos horizontes compõem as tramas nas quais se articulam os artigos reunidos nesta obra. Eles representam essa renovação do interesse pelos estudos comparados, ao mesmo tempo em que são uma possibilidade aberta a partir da reorganização política dos países, promovida por novos jogos de relações internacionais e pela própria preocupação com a internacionalização da produção de conhecimento científico. Também estão ligados aos contextos contemporâneos da globalização, que promovem, concomitantemente, a ampliação de nossas experiências espaço-temporais, o enfraquecimento de marcas muito próprias e, noutra direção, uma atenção ao particular, agora mais instável e mutante. Cada um dos autores deste livro enfrentou esses desafios de uma maneira, ora ancorando-se na tradição francesa, ora debruçando-se sobre as possibilidades abertas por trabalhos mais recentes. O conjunto dos textos mostra formas diferentes de investigar aspectos da história comparada e/ou conectada da educação entre Brasil e Argentina. 20
Mostra também que, embora já tenhamos superado a perspectiva da comparação hierárquica ou da conexão mecânica, ainda são muitas as questões a enfrentar. Afinal, o que conecta as histórias? A presença de um mesmo objeto? A pergunta formulada às fontes? A busca dos sujeitos e ideias que circulam num mesmo período de tempo em diferentes espaços? As trajetórias acadêmicas e de pesquisa percorridas pelos autores e, de certo modo, propiciadas pelas agendas/agências de fomento? Sincronia e diacronia atravessam essas perguntas. Qualquer que seja a resposta, ela implica num refinamento de nossas ferramentas teórico-metodológicas. Retomando a metáfora do eletricista de Gruzinski, os artigos aqui reunidos representam uma tentativa de localizar tomadas, fios e fontes de energia que possam reacender as conexões entre fragmentos da história da educação no Brasil e na Argentina, num longo período que, considerando as fontes históricas levantadas pelos autores, percorre desde as décadas finais do século XIX até os anos 1990. Eles sinalizam para o fato de que correntes contínuas, nas quais tudo se movimenta num único sentido, são mais facilmente localizáveis que correntes alternadas, marcadas pelas constantes mudanças de direção; sinalizam ainda para o afinco de um grupo de historiadores que, como dínamos, procuraram atrair essas correntes e, movimentando-as em múltiplas direções, buscaram produzir conhecimento. Esse foi o desafio a que nos lançamos no projeto de que é fruto esta obra, produzida a par da itinerância de professores e estudantes entre o Brasil (os Brasis?) e a Argentina (as Argentinas?). No arranjo dos textos, intentamos também nós, organizadoras, agir como o eletricista de Grusinzki, buscando conexões entre os diferentes trabalhos de nossos pares. São doze capítulos marcados pela diversidade temática, dos recortes temporais, das fontes e, ainda, pelas diversas formas de encarar a empreitada de uma história comparada e/ou conectada da educação entre Brasil e Argentina. No diálogo entre eles, articulamos dois eixos mais amplos, certamente eles também fluidos e intercambiáveis. No primeiro grupo, reunimos trabalhos que discutem a circulação de saberes, sujeitos e objetos culturais; no segundo, aqueles mais vinculados ao trânsito de ideias e experiências.
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“Nada é intelectualmente mais estimulante do que a história comparada; no entanto, nada é mais difícil”. Essa percepção paradoxal, formulada por um historiador francês a respeito de suas próprias análises comparativas, pode ser aplicada também aos ensaios reunidos neste volume. Tais ensaios se concentram em dois países latino-americanos que apresentam uma combinação intrigante de semelhanças históricas (tais como as heranças coloniais e os desafios do Estado pós-independência e da construção da nação) e de diferenças sociopolíticas (resultantes da sua conexão com diferentes espaços linguísticos e culturais). Assim, do ponto de vista da análise comparada entre nações, Argentina e Brasil constituem um campo de observação particularmente frutífero. Além disso, em sintonia com a recente sociologia histórico-comparativa, os autores deste volume também buscam apreender o entrelaçamento da história educacional de ambos os países. Para tanto, investigam a circulação internacional de educadores e modelos educacionais, bem como as relações de intercâmbio de ideias e experiências educativas entre as duas sociedades. Nesse sentido, o volume apresenta exemplos e modelos analíticos propícios para uma compreensão mais profunda de ambos os processos interconectados e de suas particularidades distintivas que, em conjunto, moldaram a construção do sistema educacional na América Latina. Jürgen Schriewer Universidade Humboldt de Berlim
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