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Prisiones
La prisión es considerada como la última parte del proceso de justicia, que comienza con la comisión del delito. La cantidad de población carcelaria está determinada por la forma en que el sistema de justicia enfrenta a los delincuentes y que repercute de manera signifcativa en los centros penitenciarios.
Todos los servicios penitenciarios se rigen por un conjunto de principios defnidos en la legislación. Las Reglas mínimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos y el Conjunto de Principios para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión son documentos internacionales que aseguran una gestión humanitaria de los sistemas penitenciarios.
La CNDH (Comisión Nacional de los Derechos Humanos en México) reconoce la necesidad de sancionar con mayor severidad determinados delitos considerados como graves. La pena de prisión vitalicia o las condenas de larga duración que rebasan el promedio de vida de cualquier ser humano, se da principalmente por la acumulación de varias sentencias y, desde la perspectiva de los derechos humanos, atentan contra el principio de reinserción social, pues anulan la posibilidad de acceder a la libertad anticipada.
