La política del petróleo, o "petropolítica", conlleva dos tipos de problemas: por una parte, la abundancia de hidrocarburos genera relaciones asimétricas entre los países y coadyuva a la aparición de relaciones de hegemonía y subordinación entre los estados, debido a la dependencia de los importadores hacia los exportadores; por otra parte, la renta percibida por el gobierno de un Estado petrolero puede ser utilizada por este último para ejercer presión sobre otros gobiernos o manipular grupos de oposición de otros países.