Diálogo extraordinario Nueva Época / El ejercicio de la ciudadanía en el exterior: un derecho negado

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Nueva época, Año 4, No. EXTRAORDINARIO

Guatemala, julio 2005

El ejercicio de la ciudadanía en el exterior: un derecho negado Todo cielo, cuando no es el nuestro, ahonda el sentimiento de desamparo. Y se requiere de un coraje inusual, de una decisión heroica, para ir hallando,a ciegas y sin horizonte, la revelación del propio destino. Ernesto Sábato ante el Monumento del inmigrante en Madrid, España, en España en los diarios de mi vejez. SEIX Barral, España, junio 2004


Presentación

E

l ejercicio de los derechos ciudadanos de los guatemaltecos (as) que viven en el exterior, ha estado presente en los estudios que sobre las migraciones ha realizado FLACSO-Guatemala en los últimos años. El tema invita a un debate amplio y plural. Provocador de controversias diversas, impone retos para el proceso de construcción y fortalecimiento de la democracia. Por ello, en este documento se incluyen perspectivas para la discusión de un tema que se estima ineludible y de actualidad. Por una parte, se inserta la voz de algunos actores directos: representantes de organizaciones de guatemaltecos en EE.UU. que resumen sus argumentos; por la otra, se presenta una propuesta de reflexión sobre el tema, que aporta elementos a tomar en cuenta para el abordaje y debate de esta temática.

Una situación nueva para la que no estamos preparados Maricela García* El momento histórico que vivimos desafía esquemas y rebasa el orden social y político que conocemos. El surgimiento de nuevos conceptos, como ciudadanía global y comunidades transnacionales, requiere una redefinición de la participación cívica. Las demandas de los inmigrantes guatemaltecos en EE.UU. por crear espacios de participación ciudadana en su país de origen, no constituyen una pretensión aislada sino son parte de los desafíos políticos y sociales que múltiples países están enfrentando. La globalización, impulsada por los avances tecnológicos alcanzados durante las últimas tres décadas, facilita la comunicación y promueve la movilidad humana. Se han desaprovechado las posibilidades de que la globalización sea un catalizador de la democracia y un ecualizador para la calidad de vida de la humanidad, pues hasta ahora han sido controladas y dirigidas fundamentalmente por los intereses económicos de los países poderosos. De ahí la infame asociación de la globalización con los tratados de libre comercio y políticas neoliberales, que representan un riesgo muy alto para las economías débiles de los países pobres. Las políticas y las instituciones de financiamiento internacional que los países desarrollados han creado para impulsar la globalización carecen de estrategias para un desarrollo integral sostenible. El incremento de la pobreza, desempleo, violencia y emigración en los países pobres refleja la necesidad de promover la educación, salud, vivienda, trabajo, el mejoramiento del medio ambiente, los derechos civiles y humanos, y no solamente la apertura de mercados. Siendo la migración parte de este paradigma mundial, resulta contradictorio que, mientras las fronteras se abren para el capital para productos y tecnología, se vuelvan más rígidas para los trabajadores. Lo inevitable de la migración internacional y la falta de voluntad política para ordenarla y legalizarla han generado caos con un alto costo humano. Miles de seres humanos mueren o son mutilados y violentados en las fronteras, y * Presidenta de la Coalición de Inmigrantes Guatemaltecos en Estados Unidos –CONGUATE–

sus derechos humanos son violados con frecuencia en el país de destino. A pesar de las enormes contribuciones que los trabajadores migrantes otorgan tanto al país donde trabajan como al de procedencia, ninguno se responsabiliza de proteger sus derechos. El fenómeno de la migración es como una presa de agua: se diluye ante las presiones económicas y se rompe abriéndose paso desordenada y compulsivamente ante la falta de canales para conducirla. Varios factores entran en juego en esta dinámica, pero uno de los que sobresale es la falta de participación ciudadana de los migrantes para gestionar sus derechos, tanto en el país de origen como de destino. Los migrantes generalmente están aislados de los procesos políticos y electorales de ambos países; barreras culturales, de idioma y situación migratoria determinan en parte esta situación. En el caso de los inmigrantes guatemaltecos en EE . UU ., la falta de participación ciudadana en este país los hace vulnerables a ataques, discriminación y abusos. Se calcula que más de la mitad del millón y medio

Publicación mensual de FLACSO-Guatemala y elPeriódico Secretario general de FLACSO Francisco Rojas Aravena San José, Costa Rica CONSEJO ACADÉMICO DE FLACSO-GUATEMALA Víctor Gálvez Borrell-director Isabel Rodas / Walda Barrios-Klee / Oscar López / Edelberto Torres-Rivas Edición: Víctor Gálvez Borrell; coordinación y diagramación: Hugo de León P.; corrección:Mario Maldonado

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Tel. PBX (502) 2362-1431 Fax: (502) 2332-6729 Correo electrónico: flacsoguate@flacso.edu.gt Página web: http://www.flacso.edu.gt Esta publicación es posible gracias al apoyo financiero de la Fundación Ford 30,000 ejemplares


de inmigrantes guatemaltecos que viven en ese país, se sitúa en la categoría de "indocumentados". Para la sociedad estadounidense, estas personas son criminales por haber entrado al país sin autorización y, por ende, el grado de protección social y legal con que cuentan es limitado. No obstante, con sus impuestos contribuyen al bienestar de esa sociedad. Los guatemaltecos buscan mantenerse vinculados y tener espacios de participación en su país de origen y por ello buscan asociarse en fraternidades de oriundos. Existen cientos de organizaciones que, aparte de ayudar con tareas humanitarias, también recaudan fondos para obras sociales en sus pueblos natales. A través de estas asociaciones, los inmigrantes envían donaciones para obras en sus lugares de origen. Si se toma en cuenta que la mayoría de connacionales ganan sueldos bajos, muchas veces por debajo del salario mínimo, las sumas de dinero que envían son impresionantes. El fuerte sentido de identidad, solidaridad y compromiso con sus comunidades, por parte de los guatemaltecos emigrantes, hace que la demanda del derecho de participación en los procesos electorales de Guatemala sea justa y meritoria; aún más, si se toma en cuenta que se trata de más de 10% de la población guatemalteca y que el monto de sus remesas aumenta considerablemente cada año. Con sus aportes, los emigrantes guatemaltecos han logrado lo que ningún sector económico ha podido: rescatar al país de la bancarrota. Por ello, tiene sentido que quieran pasar de ser actores económicos a actores políticos. La posición del Gobierno en torno al tema del voto en el extranjero ha sido, hasta hoy, desalentadora. Algunas instancias han expresado apoyo verbal, pero no han hecho nada concreto. Otros, se han opuesto abiertamente, aduciendo problemas de costos financieros y temiendo lo

impredecible del comportamiento de este nuevo actor político. Algunos indican que el problema está en la implementación del proceso. Estas consideraciones tienen sentido, pero deben discutirse a la luz de un proceso de investigación y consulta para poder aclararse. Afortunadamente, países que, con altos índices de migrantes han aprobado e implementado el voto en el extranjero, ofrecen experiencias que permiten conocer factores exitosos o de fracaso y que pueden ayudar en la búsqueda de caminos acertados para alcanzar las metas. Un paso recomendable sería llevar a cabo simulacros de elecciones en tres o cuatro ciudades de EE.UU. con características diferentes, para evaluar dichos procesos y sus resultados. Ésta sería una forma efectiva de recaudar información y tener elementos objetivos de los cuales partir para embarcarnos en un proyecto más ambicioso. Los inmigrantes organizados estamos dispuestos a trabajar con el Estado en el diseño de un plan que permita avanzar en las primeras etapas de este proyecto. Sin embargo, la barrera más grande para su realización es la falta de voluntad política. Si se toma en cuenta que lo que más exporta Guatemala es mano de obra –y seguirá haciéndolo hasta que haya ejes claros de desarrollo económico– es importante que el Estado defina su responsabilidad ante el millón y medio de inmigrantes que radica en EE.UU., a través de políticas que atiendan efectivamente sus necesidades e intereses.

Los guatemaltecos en el exterior deben ejercer sus derechos cívicos Raúl Molina Mejía** El derecho de los ciudadanos/as en el extranjero para elegir y ser electos se fundamenta en los siguientes puntos: 1. Los migrantes guatemaltecos (que podrían llegar a constituir cerca de 15% de la población para 2007, si no más, por los efectos negativos que pueda causar la puesta en marcha del TLC entre EE.UU., Centroamérica y República Dominicana) son un sector de gran importancia, tanto por su contribución económica como por su dinámica social y política. Nadie podrá negar que este sector es el sustento principal de nuestra economía que, centrada en el café durante más de un siglo, ha llegado casi a su colapso. 2. La Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos garantizan el derecho de los ciudadanos a elegir y ser electos. La Constitución del país –que también lo garantiza– está doblemente comprometida a sustentarlo, al quedar asentando que, en materia de derechos humanos, los tratados internacionales prevalecen por encima de las normas del Derecho interno. Por esas razones, cualquier intento por no reconocerlo sería discriminatorio y, por ende, inconstitucional. 3. El derecho a elegir y ser electo es de doble condición: incluye el voto en el exterior; pero, igualmente, el derecho de la población en el exterior a tener representación directa en el Congreso de la República. Por muchos años, la demanda de los ciudadanos que se han visto obligados a emigrar fue la de mantener el vínculo con su país mediante el ejercicio del voto desde el exterior. Los guatemaltecos (as) en EE.UU. constituyen el 12% de la población nacional, lo que obligaría a formar un distrito electoral que, en número de electores, sería inferior solamente al de la ciudad de Guatemala. Está claro que su representación en el Congreso es obligada y es la única forma de lograr que se preste atención adecuada a sus necesidades reales y perentorias. Por ello, se exige el derecho en su doble condición. 4. El derecho a elegir y ser electo puede implementarse sin necesidad de una reforma constitucional, si se hace por la vía de la reforma a la Ley Electoral **Coordinador general / Red por la Paz y del Desarrollo de Guatemala -RPDGExtraordinario, junio 2005. /

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favor de sus justas demandas y de quienes, por intereses particulares, lo hagan en contra. En este caso, no será solamente la historia la encargada de juzgar los actos de los partidos políticos, diputados/as y el Gobierno; ya que los electores contarán con bases para fiscalizar estos procesos.

El voto en el extranjero: ejercicio de la ciudadanía para la construcción de la democracia1 Fernando José Sánchez Lambour***

Hugo de León

y de Partidos Políticos. Sin embargo, se le dará una consistencia jurídica mucho mayor si se produce también la reforma de la Constitución, la que, en todo caso, requiere de otras reformas sustanciales e inmediatas durante este gobierno. Se considera que la mejor forma de hacer valer este derecho es por la vía de la reforma constitucional, al crear el distrito electoral 24, que abarque a todos los ciudadanos (as) fuera de Guatemala. Ante la falta de gestiones encaminadas a una reforma de este nivel, el voto y la representación en el exterior se pueden lograr mediante la reforma de la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Para el efecto, se propone en los apartados correspondientes, adicionar los párrafos siguientes:

A fin de respetar plenamente el derecho a elegir y ser electo de todos los ciudadanos del país, independientemente de su localización geográfica, el Tribunal Supremo Electoral organizará convenientemente y vigilará el ejercicio del voto en el exterior del país y en los lugares apartados del territorio nacional. A fin de garantizar la representación de los ciudadanos en el exterior del país en el Congreso de la República, las casillas 8, 9 y 10 de la lista nacional de diputados serán privativas para ciudadanos residentes en el exterior que cumplan los requisitos correspondientes. Aprovechamos para sugerir que las casillas 2, 3, 4, 5, 6 y 7 de la boleta electoral sean privativas igualmente, en forma alterna, para mujeres y pueblos indígenas (tres casillas para cada representación), a fin de tomar medidas de afirmación positiva en contra de la discriminación que ha existido y aún existe en el país. 5. La mecánica del proceso electoral le corresponde al Tribunal Supremo Electoral, TSE, pero ésta no debe servir para limitar el derecho humano fundamental a elegir y ser electo ni a posponer, en lo mínimo, su plena implementación, tanto en la condición de voto como en la de representación en el Congreso de los guatemaltecos (as) en el exterior, para el proceso electoral de 2007. Entendemos que el TSE enfrentará un gran desafío para garantizar el ejercicio de estos derechos; pero, no solamente tiene la capacidad técnica y política para hacerlo, sino que debe contar con pleno respaldo del Estado y la sociedad guatemalteca, incluida la población en el exterior. Entendemos que, para ejercer su derecho, los ciudadanos (as) en el exterior deberán cumplir los mismos o equivalentes requisitos que los ciudadanos (as) en el país, lo cual determina la necesidad de iniciar la organización del proceso a la brevedad posible. Como conclusión, afirmamos que el derecho a elegir y ser electo en el exterior no sólo es necesario sino también factible. Su ejercicio en las elecciones generales de 2007 dependerá solamente de la voluntad política de las personas y organizaciones correspondientes, para producir cuanto antes las reformas necesarias. Los guatemaltecos (as) en el exterior (en particular la RPDG) estaremos vigilantes para señalar, nacional e internacionalmente, a quienes actúen en

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“Los desplazamientos físicos en un territorio no implican automáticamente una 'desterritorialización' en términos simbólicos y subjetivos. Es posible abandonar físicamente un territorio sin perder las referencias simbólicas y subjetivas que se reactivan a través de la comunicación a distancia, los recuerdos y la nostalgia. Cuando se emigra a tierras lejanas, frecuentemente se lleva la 'tierra adentro'..." Gilberto Jiménez Montiel en: Apuntes para una teoría de la identidad nacional, UAMMéxico, 1993

Orígenes de una demanda y su razón política La vida cotidiana de muchos guatemaltecos se debate entre la posibilidad de buscar mejores alternativas y oportunidades en otros países o continuar el drama cotidiano por superar múltiples carencias personales y familiares. Esta decisión se toma en Guatemala, dentro de un contexto social, económico, político y cultural en el que perviven asimetrías profundas y de distinto orden, sin que se perfilen soluciones en el corto, mediano y largo plazos. El resultado de este dilema se refleja en los importantes cambios que se producen en los movimientos poblacionales. Con influencia directa e indirecta sobre la economía y vida política del país y en constante proceso de organización social, su fuerza es irrefutable y en constante crecimiento, pues la migración internacional sigue en aumento. Sería difícil entender la Guatemala del presente sin el debido abordaje de las causas y consecuencias de la migración. En este sentido ...los desplazamientos territoriales de la población en Guatemala han constituido uno de los fenómenos sociales más importantes del siglo XX (…) la dinámica económica y social del país ha estado marcada por el continuo movimiento de población; dentro del territorio o hacia fuera de éste.2

Es difícil obviar esa realidad para entender la naturaleza política, jurídica y social del voto en el extranjero. Carlos Navarro comparte la siguiente reflexión: no hay duda que para muchos países el tema del voto en el extranjero, guarda fuerte relación con el de su migración internacional (…) las cada vez más vastas comunidades de migrantes que viven en un país distinto al de su origen condensan en buena medida la esencia del problema de la ciudadanía y la titularidad de derechos políticos en un mundo cada vez más 'globalizado' porque representan a enormes contingentes desprovistos, total o parcialmente de ellos o, por lo menos, privados de su ejercicio. Es conveniente dimensionar y valorar el tema del voto en el extranjero en este contexto . 3 ***Consultor / Programa de migración FLACSO-Guatemala 1 Este documento es la síntesis del informe final de investigación: El voto electoral de guatemaltecos y guatemaltecas en territorio extranjero: Un asunto de ejercicio de la ciudadanía política para la edificación de la democracia. Hacia la construcción de una propuesta para el debate académico y político. Elaborado por su autor para el Programa de migración de FLACSO-Guatemala. Se agradece el apoyo de Nancy Sandoval y Luís Fernando Mack. 2 Silvia Irene Palma (coordinadora) et.al. Después de Nuestro Señor, Estados Unidos: Perspectivas de análisis del comportamiento e implicaciones de la migración internacional en Guatemala. Introducción, FLACSO, 2005:13. 3 Carlos Navarro Fierro. Estudio Comparado sobre el voto en el Extranjero. IFE- MEXICO, 2003: 11 y 12.


Recientemente, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala (febrero, 2005) convocó a varias organizaciones de migrantes internacionales guatemaltecos (as), a una reunión en la que se discutieron diversos procesos relacionados con el tema. Raúl Molina dirigente de la RPDG, hizo público el contenido de sus demandas políticas: la necesidad de desarrollar una propuesta que desde el Estado facilitara el ejercicio del derecho político a elegir y ser electo, por parte de los connacionales en el exterior; esto, por razón de su gran peso moral, económico y político.4 Pero la exhortación para el voto en el extranjero no es un asunto nuevo. A decir de Manuel González y Maricela García, dirigentes de CONGUATE, empezó a principios de la década de 1990, cuando se realizaron los esfuerzos para lograr la doble nacionalidad para los guatemaltecos (as) que obtengan la ciudadanía en algún otro país y el ejercicio del voto electoral. A la fecha, sólo el primer tema es una realidad. Las agendas de las organizaciones de guatemaltecos en el exterior demuestran que lo segundo es todavía parte de querellas pendientes y de una eventual reforma política. Por su parte, Virna López, presidenta de la Comisión de Asuntos Electorales del Congreso de la República de Guatemala, señala que: el ejercicio del voto no es únicamente para cierto sector de guatemaltecos, sino también para ese 1.5 millones que residen en EE.UU.5 En Guatemala, el asunto no es ajeno a otras experiencias latinoamericanas. Hay referencias en el marco de las discusiones sobre reformas a las leyes políticas y electorales: el interés en el voto en el exterior no es permanente. Por el contrario, en casi todos los casos parece seguir un cierto ciclo.6 Todo parece indicar que no se ha logrado traspasar esta coyuntura y poco se ha realizado para superar la discusión técnica y jurídica. La importancia del tema radica en su dimensión conceptual, de cara a la identificación de la noción de comunidad política, que pretende desarrollarse en el marco de la construcción de la democracia y la ciudadanía. El motivo del eventual voto en el extranjero por parte de los guatemaltecos (as) podría tener tres grandes razones que explican su naturaleza: primero, la migración internacional de ciudadanos guatemaltecos como un hecho social y político; segundo, la sana pretensión de "democratizar la democracia", entendiendo este último concepto como el régimen político expresado en un conjunto de reglas procesales para la toma de decisiones colectivas en el que está prevista y propiciada la más amplia participación posible de los interesados ;7 y, como tercero, el desarrollo de un nuevo concepto: el de la ciudadanía transnacional, en referencia a la doctrina internacional de los derechos humanos y en coherencia con los efectos de la globalización. Bajo la lógica indicada, la discusión sobre el voto en el extranjero es un asunto sobre el ejercicio de la ciudadanía en el marco de un nuevo modelo democrático; por lo tanto, es una responsabilidad más del Estado guatemalteco ante su población, que incluye a los ciudadanos (as) guatemaltecos (as) migrantes internacionales.

nacionales y que la ciudadanía se adquiere mediante la obtención de documentos que garantizan derechos y confieren obligaciones. La dinámica global de la economía, la política, la migración internacional y la internacionalización de las doctrinas e instituciones de derechos humanos en años recientes ha dado lugar al replanteamiento de las definiciones tradicionales de Estado y de sus instituciones. A pesar de las tensiones que ello provoca, el sentido de democracia, constitucionalismo, ciudadanía y soberanía, ya no son los mismos. Básicamente, a la persona se le entiende como portadora de derechos y obligaciones, independientemente de su nacionalidad; han caído las fronteras, por lo menos desde una perspectiva teórica. El debate sobre el ejercicio de la ciudadanía en el extranjero no es ajeno a esta situación. Su eventual propuesta e implementación deberá tomar en cuenta el contexto internacional y local y, ante todo, la dependencia contextual 8 que sufre la dinámica política e institucional de un país. El eje de la discusión es la reinterpretación y alcance del concepto de ciudadanía, con el objetivo de garantizar la participación política desde una visión democrática y "extraterritorial" del Estado. Es por lo anterior que, entre las preguntas que pueden formularse a propósito del tema, caben las siguientes: ¿Por qué "reivindicar" la ciudadanía y la democracia para los (las) migrantes internacionales guatemaltecos (as), en un Estado que en mucho les negó su pleno ejercicio y disfrute, tanto en el plano formal como informal, dentro de su territorio? ¿Es válido el argumento que relaciona el concepto de ciudadanía con el derecho a tener derechos? ¿Desde qué criterio "la democratización de la democracia" se vincula con el ejercicio de la ciudadanía en el extranjero? Al respecto, Carlos Navarro explica: es evidente que el tema plantea a todos los interesados problemas conceptuales nuevos, desafíos jurídicos, institucionales y logísticos inéditos que no pueden enfrentarse sólo con el sentido común, estirando la legislación vigente o la buena disposición de las autoridades para hacer valer el derecho constitucional al voto que la Constitución otorga a todos los ciudadanos (…) por su naturaleza e implicaciones, el voto en el extranjero es un tema cuyo examen no sólo es susceptible de generar fuertes controversias en el plano de las ideas políticas y las doctrinas jurídicas, sino que además plantea interrogantes,

Conceptos para el debate a) Ciudadanía, democracia, Estado, migración y globalización El modelo actual del Estado-nación, de la democracia y de la ciudadanía surgió en un contexto histórico que fundamentaba su existencia y práctica en la defensa territorial del ejercicio del poder y la obtención de derechos. Bajo esta noción, pareciera ser que el Estado es el territorio que sólo admite a quiénes en él habitan; que la ley no se extiende más allá de las fronteras “Carta de la Red por la Paz y el desarrollo de Guatemala”, -RPDG- a los Diputados y diputadas del Congreso de la Republica, 15 de enero 2005. 5 Virna López en el Seminario Internacional: El voto ciudadano en el extranjero. Organizado por OEA/Guatemala, Diciembre, 2004. 6 Texto presentado en la Conferencia Trilateral México-Estados Unidos-Canadá sobre el voto en el Extranjero por Horacio Boneo, asesor de la Dirección de Asuntos Electorales de la ONU, septiembre de 1998. 7 En Norberto Bobbio. El futuro de la democracia. FCE, 1999. 4

dilemas y desafíos tanto en el campo de las relaciones internacionales como en la sociología política y el Derecho y la administración electoral (…) Su discernimiento y valoración integral pueden llevar a la revisión y reformulación de concepciones relacionadas con la ciudadanía, la titularidad y el ejercicio de los derechos políticos, la comunidad política nacional o la soberanía nacional.9 Si sostenemos que existe un debilitamiento del vinculo tradicional entre territorio y ciudadanía y como lo establece la socióloga turca Yasemin Soysal (…) la experiencia inmigrante muestra que la ciudadanía nacional ha sido sustituida gradualmente por un modelo más universal de membresía menos basado en consideraciones territoriales que en la noción de derechos de 8 9

Dieter Nohlen. Sistemas electorales y reforma electoral: Una introducción. IDEA, 2004. Carlos Navarro Fierro, Op.Cit. Extraordinario, junio 2005. /

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individuo,10 la moderna concepción de ciudadanía, como categoría histórica, política, jurídica y ética, pudiera ser definida como el concepto que interpreta a la persona que posee la investidura de ser portador del derecho a tener derechos, en un marco político, institucional, jurídico y socioeconómico que le permite la plena conceptualización integral, ejercicio y goce de estas garantías, a las cuales accede por el sólo hecho de su propia individualidad y pertenencia comunitaria. Así, la ciudadanía no puede ser tomada como fuente de derechos, sino como un derecho del hombre.11 En su parte dogmática, la Constitución política de la República de Guatemala contiene suficientes expresiones normativas que no riñen con la definición construida. Por lo tanto, la noción de ciudadanos (as) guatemaltecos (as) migrantes internacionales, como propuesta, no sólo es jurídica y políticamente valida, sino éticamente correcta; para el tema que nos ocupa, puede ser el punto de partida del debate y una propuesta institucional. Este concepto supone que al delegar en el Estado la función garantizadora de los derechos, la democracia se fortalece y se amplia (se democratiza) con la incorporación de quienes están excluidos. La ciudadanía se ejerce mas allá de las fronteras nacionales bajo un criterio institucional que la favorece, sin menoscabo ni tergiversación de la soberanía nacional. Esto es: ciudadanía transnacional . El rumbo del debate podría situarse en el espacio político más adecuado para esta discusión. Éste puede nacer del proceso de la reforma política del Estado. En este marco, consideramos no recomendable tomar la bandera del ejercicio de la ciudadanía guatemalteca en el extranjero, como una demanda sectorial o de los que migran, sino como un asunto propio de la construcción y desarrollo de la ciudadanía, de todos y todas: la construcción y ampliación de la democracia, la transparencia y claridad ética de los procedimientos y reglas de acceso al poder político. En el contexto actual, estos temas son los que usualmente han sido soslayados en el debate público.

b) El diseño institucional: planteamientos para abundar en el debate12 Quizás el contenido más controversial de la discusión sobre el ejercicio de la ciudadanía en el extranjero esté en las formas, normas, mecanismos, tiempos, procedimientos e instituciones que le otorgarán su validez operativa. Al comparar las experiencias de otros países dentro de estas cuestiones, se encontró que los que se mencionan con más frecuencia son las siguientes: Será necesario incluir en la discusión algunos otros aspectos, entre éstos los indicados por Horacio Boneo:13 • el elevado número de ciudadanía guatemalteca migrante internacional; • la heterogeneidad de los guatemaltecos (as) en el exterior, ya que se trata de un grupo que incluye categorías tan diferentes como las de migrantes autorizados, no autorizados, residentes, ciudadanos, y con doble nacionalidad, entre otros; • sensibilidades políticas locales en el país de residencia; y, • el alto grado de desconfianza que caracteriza a la democracia nacional, sus instituciones políticas y los procesos electorales, sumado a la carencia de una relación "de ciudadanía" entre Estado y persona. c) El proyecto político nacional: ¿por qué y por quién se votará? y ¿cuenta el voto? En los círculos del poder político, las preguntas más frecuentes que aparecen suelen ser: al reconocer la ciudadanía política a los migrantes Ana Maria López, Tesis Doctoral: Inmigración, Ciudadanía y Derechos Liberales, Instituto de Filosofía, CSIC, España, 2001:10. 11 José Manuel Bermuda. Exposición: “Migración y cambio social”. En el III Coloquio Internacional de Geocrítica, Universidad de Barcelona, España, 2000. 12 Se puede profundizar sobre este tema en el informe final de la investigación. Fernando Sánchez, Op.Cit. 13 Horacio Boneo, Op.Cit. 10

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internacionales, ¿por qué y por quien votarían? ¿cuál será su posición política? ¿cuál su visión de país? ¿qué tanto cuenta su voto en la correlación de fuerzas políticas en el territorio nacional? Es difícil, si no imposible, saber las respuestas a estas interrogantes; pero, sin llegar a la especulación y con base en la observación de las estrategias políticas partidarias, nos atrevemos a afirmar que:

• Las organizaciones partidarias reconocen la importancia de la fuerza

política y económica de los migrantes, lo que se confirma con sus constantes visitas preelectorales y durante la campaña electoral. Es probable que exista una participación en la actividad política del país a través de la influencia que la ciudadanía migrante puede ejercer entre sus familiares en Guatemala. Pudiera pensarse que no solamente es la remesa lo que se envía al país y que, a la par del apoyo económico, se manifiestan "opiniones políticas".

• Con el ejercicio de la ciudadanía en el extranjero, también se

"transnacionaliza" la política, por lo que las estrategias cambian en función de nuevos actores políticos y territorios de "conquista": a nuevas estrategias, nuevos recursos.

• La cantidad y la calidad de la participación política de los (las) migrantes internacionales podría cambiar sustancialmente la forma de hacer política en el país y, definitivamente, modificaría la correlación de fuerzas políticas internas. La duda es ¿a favor de cuál proyecto? Sin duda, esta pregunta no necesariamente define el contenido conceptual e institucional de una propuesta, pero puede determinar la estrategia del debate político para su creación y, ante todo, los tiempos que se le den a su implementación.

A manera de conclusión Para los (las) migrantes guatemaltecos (as) internacionales no existe razonamiento jurídico alguno que niegue, limite o tergiverse su derecho a tener derechos garantizados por el Estado guatemalteco y la doctrina internacional de los derechos humanos. En esta perspectiva, la demanda de participación en la política nacional es sólo una consecuencia del ejercicio de la ciudadanía guatemalteca : dejan su país pero son portadores de sus derechos. Reconocer la función socioeconómica y considerar la actividad política de los y las migrantes internacionales, puede redefinir el modelo político del país, desde la perspectiva de democratizar la democracia. De no ser así, cualquier esfuerzo que no refleje la dinámica social producto de la migración y el criterio de que la Guatemala de hoy también se construye más allá de sus fronteras, provocará críticas a un sistema que todavía es frágil en legitimidad e instituciones. Si este tema es un problema de ciudadanía, derechos, democracia y Estado, su lugar está en el debate de una reforma política que proponga y construya el ejercicio de estas categorías. Su eventual sectorización podría ser un riesgo. Es por ello, que estamos de acuerdo con las diversas expresiones que, desde la sociedad y la academia, han insistido en la debilidad, simpleza, ambigüedad e insuficiencia del proceso de "reforma" que ha sufrido la Ley Electoral y de Partidos Políticos durante el último año. En este sentido, será necesario retomar la discusión del contenido conceptual, metodológico y estratégico de la reforma política. Tenemos confianza en la posibilidad de generar un diálogo con responsabilidad política y académica. Lo que está en juego, más que el ejercicio en el extranjero de un derecho político, es la posibilidad de afirmarnos en la construcción de un andamiaje político e institucional que favorezca y garantice, para los (las) guatemaltecos (as), el derecho a tener derechos, para que su última y definitiva opción no sea irse del país, para que se les pueda considerar, conocer y respetar como ciudadanos (as): lo importante son los derechos y garantías de la persona, mucho más que la geografía.


7 de julio: Donación de diez colecciones de libros para las Bibliotecas Municipales de la capital. Al acto de entrega acudieron la señora Ana María de Robles, en representación de la Secretaría de Asuntos Sociales de la Municipalidad Capitalina, y la señora Norma Suárez Vásquez, coordinadora de Bibliotecas Municipales; por FLACSO estuvo presente el señor Hugo de León, coordinador de la Editorial de Ciencias Sociales.

14 de julio: En el Centro Cultural de España, dentro de las Jornadas del libro de ciencias sociales, se presentó Biografía política de Guatemala, Vol. II, del doctor Francisco Villagrán Kramer, quien aparece en la gráfica en el momento de rubricar un ejemplar de dicha publicación.

23 y 24 de julio: En Casa Ariana, alumnos(as) de la Primera promoción de Doctorado del Programa Centroamericano de Postgrado en Ciencias Sociales de FLACSO, presentaron sus avances de tesis.

13 de julio: FLACSO-Guatemala donó un lote de libros con temas ambientales al Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, MARN. En la fotografía aparecen el licenciado Milton Cabrera, del MARN, el maestro Virgilio Reyes, coordinador del Programa población, ambiente y recursos naturales de FLACSO, el licenciado Juan Mario Dary, Ministro del MARN y la licenciada Claudia Donis de FLACSO-Guatemala.

7 de julio: En el Centro Cultural de España se inauguraron las Jornadas de presentación del libro de ciencias sociales, con comentarios sobre la publicación Terminar la guerra, traicionar la paz, del maestro Juan Hernández Pico, J.S., que estuvieron a cargo del doctor Gustavo Porras y del doctor Ricardo Falla, J.S.

7-13 de julio: El doctor Joan MartÍnez Alier, catedrático del Departamento de Economía e Historia Económica de la Universidad Autónoma de Barcelona, participó como profesor del Curso mesoamericano de especialización en economía ambiental y desarrollo, impartiendo el módulo de Economía ecológica.

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“Mientras la colonia pervive con su vida barrial, los procesos económicos, sociales y políticos nacionales la trastocan constantemente, en especial la violenta vida política. Las familias e individuos participan en muchos procesos pero también ven cómo presentan límites en sus aspiraciones. El ´quiero y no puedo´ se convierte en una realidad. La educación no señala variantes colectivas y el trabajo se diversifica de la mano de la informalización, precarización e ilegalidad. Si a ello se le añaden los contemporáneos cambios que vienen de la mano de la globalización, el resultado es más decepcionante, pues esta población ni encaja ni es competitiva, capacidades exigidas por el darwinismo globalizador. De este modo, la frontera entre clase media y pobreza se desdibuja y la colonia se mueve en los linderos de la popularización, marginación e ´indianización´ de una manera consciente y contradictoria”. Luis Pedro Taracena Arriola

MUY PRONTO EN 8 / Extraordinario, junio 2005


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