Ejercicio de investigación II Jacob Riis (1849 – 1914) Riis fue un reputado fotoperiodista alemán, emigrante a Estados Unidos muy joven. Filántropo y altruista, Jacob fue un ejemplo inspirador para toda una generación de fotógrafos y sobre todo dentro del género periodístico. Habiendo asistido a la pérdida de algunos de sus seres más queridos, quedó profundamente marcado por la tragedia y lo que sería para él la “realidad”, nada más ni nada menos que un mejunje de tragedias y alegrías que conformarían el resto de su vida y de las que él era totalmente consciente de que cada persona tenía la suya propia (realidad). Conocedor de primera mano de las condiciones con las que llegaban los inmigrantes a Estados Unidos y las precarias situaciones a las que se enfrentaban, canalizó toda esta experiencia en su obra creando una genial e interesantísima obra con tintes sociales que supondría un hito. Su obra más importante, “How the other half lives” (Cómo vive la otra mitad), supuso un antes y un después respecto a la perspectiva y concepto que se tenían respecto a los inmigrantes. Además, no vaciló en usar el novedoso flash de magnesio allá dónde las cámaras antiguas no tenían la suficiente sensibilidad para captar las oscuras calles de los barrios más peligrosos de Nueva York. Con este trabajo, Riis ilustraba sus conferencias de forma gráfica y mucho más impactante, en este caso funcionó ese dicho de “una imagen vale más que mil palabras”.
Walker Evans (1903 – 1975) Uno de los reporteros más importantes e influyentes del siglo XX, Evans siempre soñó con ser escritor, pero tuvo que conformarse con ser uno de los fotorreporteros más grandes de Estados Unidos. Cómo todo buen escritor debía hacer si quería dedicarse a dicho menester, vivió durante una temporada en París. A partir de entonces, fue descubriendo la fotografía no cómo medio artístico, sino como medio para dar forma a su voz y letra. A lo largo de su vida viajó por varios países, pero fue en su país donde realizó los trabajos más importantes, muchos de ellos encargos del propio gobierno. Documentó de una forma sensible y profunda la Gran Depresión de la década de los 30, dónde los retratos a todas esas personas que buscaban una nueva vida tenían un especial protagonismo. Evans encarnó y representó como nadie las entrañas de una época muy dura, dejando constancia a la postre no sólo de documentos escritos, sino gráficos, que incluso transmiten sentimientos y sensaciones, todo un trabajo documental que culminó una vida tan poética cómo lo fue la suya.
Bernat Armangue (1978) Nacido en Barcelona, como tantos otros fotorreporteros españoles, tuvo que buscarse la vida fuera de España para poder llegar a donde hoy está. Ha cubierto desde eventos deportivos hasta conflictos bélicos en zonas de África. Trabaja desde 2005 con “The Associate Press” a tiempo completo, además de coordinar las coberturas y noticias en la zona Sur de Asia, donde está actualmente residiendo (Nueva Delhi). Acontecimientos de la talla de la guerra israelí – palestina, la guerra de Libia o la transición política en Egipto, Bernat se ha jugado la vida para documentar lo que muchos no ven y muy pocos son capaces de vivir. Con una fotografía dinámica, poética y profundamente sentimental, cautiva a través de la imagen, convierte el horror de un conflicto mortal en una sinfonía de imágenes que narran hechos atroces con un fuerte carácter visual. Bernat representa a la perfección a la nueva generación de fotoperiodistas que han tenido que exiliarse de España para lograr abrirse camino dentro de un mundo ya de por si caótico.
Diego Ibarra Sánchez (1982) Diego Ibarra es un fotógrafo español afincado a día de hoy en El Líbano, lugar donde se acogen a uno de los mayores volúmenes de refugiados a nivel mundial, en especial de países árabes actualmente en conflicto. Cómo en la actual generación de fotoperiodistas, Ibarra comparte una excepcional sensibilidad y percepción a través de la imagen, siendo una de sus señas de identidad la metáfora y metonimia. La capacidad de aproximarse y a la vez aproximarnos a la persona que vemos en la imagen es una de las cualidades más destacables, por lo que representa y transmite, ya no sólo cómo fotógrafo, sino como persona. Sin parar de moverse, dedica su carrera a recorrer los lugares que han dejado una huella imborrable en la memoria de los que han vivido allí, para después ahondar en la psicología y los traumas de los afectados, sacando a la luz una historia que dignifica como a la que más. Su objetivo se centra en documentar la vida de cada una de ellas, a través de imágenes intensas, de gran fuerza visual y que representan la personalidad o rasgos de cada persona. Una oda al colectivo de refugiados que lucha día tras día para sobreponerse a una vida que les ha tocado vivir y a la que se ven obligados a adaptarse, casi siempre en condiciones infrahumanas y denigrantes.
Alberto García-Alix (1956) Nacido en León y criado en Madrid, García-Alix se empapó desde muy joven de la cultura madrileña, la famosa “movida madrileña” posterior a la democracia española y que irrumpió a nivel nacional a diferentes niveles. En el centro de toda una revolución cultural, este fotógrafo se movió como nadie en las entrañas de la noche madrileña, llevando como lema el “Madrid nunca duerme”, documentó la vida nocturna de una ciudad ávida de libertad desde hacía mucho tiempo. Temas como la sexualidad, la vida nocturna y los vicios son comunes a su fotografía. El intimismo y el costumbrismo van de la mano en su obra, dejando entrever que Alberto solía tener una estrecha relación con las personas que fotografiaba, o al menos don de gentes que le permitían acercarse lo suficiente a ellas. Un estilo único, en blanco y negro, con una fuerte influencia de la moda delatada en el trato del retrato y las poses de sus modelos, que bien podrían ser profesionales capturados en su día a día. Tiene la capacidad de transmutar cualquier cosa en lo que no es, niños en adultos, edificios en “modelos”, etc., gracias a la habilidad visual y compositiva con la que enfoca en cada toma, dando como resultado retratos atípicos que crean un gran impacto visual en el espectador.