Centro de mesa floral Las flores son un elemento imprescindible en nuestra vida ya que además de conseguir que nuestras viviendas luzcan más nos ayudan a oler mucho mejor, a tener un cutis mucho más fino y joven, relajarnos después de una larga y dura jornada de trabajo en la oficina, demostrar nuestro cariño o condolencia hacia ese ser querido que lo está pasando mal, etc. Si nos gustan las manualidades y las flores son una de nuestras debilidades podemos apuntar en nuestra agenda que la tarde del sábado la tenemos reservada para nosotras solas, ya que con ella podremos hacer un fantástico y sobretodo elegante centro de mesa con flores.
Para ello necesitaremos una bandeja de color negro o marrón oscuro (en cualquier bazar o centro comercial podremos encontrar a muy buen precio), una vela de tamaño y grosor medio (no escojamos la típica vela roja de 2cmde diámetro pero tampoco un cirio de nuestra iglesia más cercana), un puñado de piedras, un vaso de tubo o recipiente de cristal y las flores que más nos gusten (si pensamos cambiarlas cada pocos días y de esta forma rotar la decoración del lugar a menudo adelante, pero si lo que queremos es hacer un centro y olvidarnos del cuidado de las flores lo mejor es comprarlas artificiales).
El primer paso será dividir el centro de mesa en tres partes y decidir en cual querremos situar cada uno de los elementos. En este caso lo haremos de forma que en dos de las tres mitades se encuentre el recipiente de cristal con las flores y la vela y en la tercera parte (el doble de grande que las anteriores) se pongan las piedras que hemos adquirido. Una vez decidida la distribución solo tendremos que poner los elementos con cuidado y añadir tantas piezas como queramos (tanto piedras como flores) y en tan solo un abrir y cerrar de ojos habremos diseñado y creado un precioso centro de mesa floral que gracias a las piedras y a la vela tendrá un toque zen y espiritual. Y es que con un poquito de imaginación de tiempo libre podemos sacar mucho partido a las flores y decorar nuestra casa de forma original y personalizada ya que, aunque las típicas macetas quedan muy bien en cualquier lugar, no tienen comparación con un bello centro de mesa adornado con bonitas flores y elementos decorativos que lo hacen único e intransferible.