errores y mitos en la alimentacion

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ERRORES Y MITOS EN LA ALIMENTACIÓN Éstos son algunos de los consejos que corren de boca en boca entre las amistades y la familia. Pero también son fallos que cometemos en nuestra alimentación diaria. La próxima vez que le den un consejo para perder kilos o para sentirse mejor revise la siguiente información: Las papas engordan. Poseen un 75-80% de agua, el resto es hidratos de carbono que sólo aporta 85 kcal. por cada 100 gr, por tanto no es hipercalórica. Las hortalizas no poseen ni proteínas ni grasas. Tienen pocas calorías, pero la cantidad de proteínas es aceptable. Combinando vegetales se obtienen proteínas de calidad. Las proteínas de origen vegetal no contienen todos los aminoácidos esenciales. Los vegetarianos intentan combinar los vegetales para aportar esos aminoácidos, sin embargo no logran tener la calidad proteica de la carne. Zanahorias y tomates mejoran la vista. Pero no son los únicos ricos en vitamina A o retinol, también lo son las verduras de hoja verde y frutas amarillas y rojas. La fruta debe tomarse en ayunas o entre comidas. Las calorías que aporta un alimento son las mismas independientemente de cuando se tome. Las frutas desecadas pierden la mayor parte de sus propiedades. Sólo pierden el agua y retienen sus nutrientes pierden cierta parte de vitaminas hidrosolubles, pero hay que tener cuidado con ingredientes químicos que se le agregan cuando son deshidratadas. El pan engorda. El contenido calórico de 100 gr. de pan blanco es de unas 250 kcal. Como es acompañamiento cotidiano de alimentos con alto contenido graso, le echamos la culpa de los kilos de más. Todos los cereales contienen gluten. El gluten es el compuesto proteico principal de todos los cereales menos del maíz y el arroz. Ésto es importante en las personas que padecen enfermedad celiaca en donde los compuestos del gluten no pueden ser degradados por su metabolismo. Las legumbres son alimentos de baja calidad. Ayudan a mejorar nuestros niveles de colesterol, permiten controlar los porcentajes de azúcar y previenen enfermedades gastrointestinales. Las legumbres son alimentos bajos en fibra. El promedio aportan 6 gr. de fibra por cada 100 gr. de legumbres cocidas. Si quiere tomar hierro ingiera legumbres. El hierro no está presente en su forma ferrosa, por lo que el organismo no aprovecha el contenido de éste fierro, la forma ferrosa del fierro en alimentos solo lo pueden suministrar las carnes, o en su defecto consumir los vegetales con vinagre o limón hace que cierta cantidad del fierro sea absorbido. Las legumbres engordan. Son un alimento equilibrado, y engordan si los ingredientes con que se combinan son ricos en grasas como con chorizo o fabada. La leche es la principal fuente de calcio. Es una buena fuente: 100 mg. por cada 100 ml, pero yogurt, queso, requesón, también son fuentes importantes del mismo. La leche de vaca se puede tomar a partir de los seis meses de edad. La leche de vaca sin modificar no es apropiada para los lactantes y no se recomienda utilizarla antes de que el niño tenga un año. La leche con grasa vegetal es de peor calidad que la leche entera. Posee todas las características de la leche normal con la ventaja de que no tiene colesterol, lo que si puede contener son grasas trans si la grasa vegetal es de coco. El yogur contribuye a la longevidad. Es beneficioso para la flora intestinal, pero su asociación con la longevidad es fruto de la mercadotecnia y no de una realidad científica.


La carne alimenta más si se consume cruda. Grave error, Comer carne cruda es más perjudicial por los parásitos o microorganismos que pueden estar presentes en ella, y desencadenan enfermedades. La carne de cerdo es la más grasa. Sólo la del tocino y embutidos, pero la carne magra de cerdo tiene entre un 2 y un 4% de grasa. Vísceras y despojos son alimentos ricos en grasa. Son ricos en proteínas, pero con bajo contenido graso (un 5%). El pescado no contiene colesterol. Contiene grasa saturada y colesterol, pero más los crustáceos, moluscos y el pescado azul que el blanco. pero recordemos que no todo el colesterol es malo, de hecho es materia prima para la elaboración de hormonas en el organismo. El huevo eleva los niveles de colesterol. El colesterol sube más al comer tocino, crema, embutidos, queso o pan con yema de huevo. La yema de huevo sirve de poco porque sólo tiene colesterol. Si la desechas de tu dieta perderías su contenido en ácido linoleico, hierro y vitaminas A, D y E. El huevo sienta mal a los enfermos del hígado. Error, es a quien padecen trastornos de la vesícula biliar, porque al no excretar bilis no puede disolver las grasas del bolo alimenticio.. Tomar grasas es perjudicial para la salud. Ingerir alimentos grasos se asocia con el sobrepeso, personalidad poco disciplinada y poco saludable. Ésta es una creencia errónea. Es preferible la margarina a la mantequilla. La mantequilla es un producto más natural que la margarina, recuerda que el proceso de elaboración de la margarina forma en grasas trans difíciles de disolver, además tiene gran contenido de sal que se le agrega. El aceite de oliva refinado es peor que el aceite de oliva virgen. Puede variar el sabor, textura y grado de acidez, pero las sustancias que ejercen una acción beneficiosa en la salud están en ambos. El aceite crudo tiene menos calorías que el frito. La cantidad calórica del aceite es invariable tanto si se toma crudo como cuando se fríe, lo que tiene de malo el aceite recalentado es la formación de acrilamida que puede ser cancerígeno. ** Las frituras repetidas enrancian el aceite. La reutilización de los aceites para frituras repetidas (4 o 5 veces) no comporta una oxidación significativa. La fritura ideal es 50% aceite de oliva y 50% de semillas. Lo deseable es utilizar sólo aceite de oliva para freír y el de semillas para usar en crudo. Las aceitunas tienen un alto valor calórico. Sólo tienen entre 135 y 200 kcal. por cada 100 gr. Y son ricas en ácidos grasos esenciales. El azúcar es un alimento al que hay que tener mucho cuidado. No deje que las 30 o 40 kcal. que añadimos al café al final de una buena comida le amarguen. Los edulcorantes artificiales producen cáncer. En humanos, con las dosis habituales de consumo, no parece existir ningún riesgo de cáncer. Las galletas engordan menos que el pan. Las galletas sobrepasan el contenido calórico del pan (450 kcal. contra 250 kcal. en 100 gr.). Las galletas integrales contienen menos calorías que las galletas normales. La única diferencia suele ser el tipo de harina empleada: con más cantidad de fibra en el caso de las integrales. Pero las calorías son similares. Todos los helados se hacen a partir de la leche. Los caseros y artesanos sí (o con nata), pero en muchas heladerías se emplean grasas vegetales, por tanto cuidado con las grasas trans presentes en ellos. El agua engorda si se bebe en la comida. No tiene calorías y por tanto no engorda. La cerveza sin alcohol no tiene calorías. Posee hidratos de carbono -en forma de glucosa, fructosa y maltosa- y proporciona de 40 a 80 kcal. por cerveza. La vitamina C previene la gripe. Promueve la resistencia a infecciones, pero no significa que cure el resfriado o la gripe. Las vitaminas mejoran la memoria y el aprendizaje. Son fundamentales para la formación de neurotransmisores, pero no por tomar más vitaminas tendremos más neurotransmisores o mejor memoria.


La vitamina E aumenta la capacidad sexual. Protege las membranas celulares del deterioro y envejecimiento, pero no se puede afirmar que aumente la capacidad sexual. El organismo extrae todas las vitaminas de los alimentos. Las 13 vitaminas se pueden obtener de una alimentación equilibrada que incluya todos los grupos de alimentos siempre que el conjunto aporte al menos 1.500 kcal. al día. Los productos envasados no tienen las mismas vitaminas que los productos frescos. Poseen cantidad suficiente de vitaminas si se consumen antes de la fecha de caducidad. El ácido fólico sólo deben tomarlo las mujeres. Es una vitamina imprescindible para prevenir las enfermedades cardiovasculares, y esta recomendación hay que extenderla a toda la población. Hidratos de carbono y proteínas no deben mezclarse. Esta afirmación carece de cualquier base científica. Consumir en la misma comida proteínas e hidratos de carbono retrasa e impide la digestión. Las comidas ricas en hidratos de carbono o azúcares son más fáciles de digerir. Todo lo que se come antes de las 8 de la mañana no engorda Nos engordará igual. El organismo puede fabricar cualquier tipo de aminoácido. El cuerpo humano puede sintetizar determinados aminoácidos a expensas de otros compuestos nitrogenados, pero no es capaz de sintetizar los aminoácidos esenciales. La dieta vegetariana contiene todos los nutrientes necesarios. Cuanto más limitada sea la variedad de alimentos mayor es la posibilidad de que resulte peligrosa para la salud. Una embarazada debe comer por dos. La sobrealimentación debe evitarse por cuanto no beneficia a la madre ni al feto. Debemos cambiar comer más por comer mejor. Cuanta más fibra contenga la alimentación normal, más beneficiosa resulta. Se necesita consumir unos 30 gr. diarios de fibra para que sus efectos beneficiosos sean patentes, y en nuestra sociedad la fibra ingerida no suele superar los 20 gr. Quienes hacen culturismo o musculación deben tomar suplementos de proteínas. Tomar grandes cantidades de proteínas podría poner en peligro el funcionamiento del riñón. Los deportistas necesitan suplementos vitamínicos. Si se toma una alimentación equilibrada no hay por qué ingerir vitaminas. De esto lo trataremos en un tema posterior ampliamente. Por tanto ¡cuidado con los complementos vitamínicos que se venden en gimnasios! Perjudica más tomar colesterol que grasas saturadas. La ingesta de grasas saturadas eleva los niveles del colesterol en la sangre casi el doble que si se toman alimentos ricos sólo en colesterol. Si aumenta el colesterol hay que olvidarse de las frituras. Las frituras ni aumentan ni disminuyen el colesterol, sólo aportan algunas calorías extras. El aceite de oliva disminuye más los niveles de colesterol que el de semillas. Ambos, utilizados en cantidades normales, ni aumentan ni reducen los niveles de colesterol. El chocolate contiene colesterol. La manteca de cacao, por su origen vegetal, no contiene colesterol. Las grasas vegetales son "cardiosaludables" porque no tienen colesterol. Cierto en la mayoría de las grasas vegetales, pero no en los aceites tropicales de coco, palma. Tomar una nuez en el desayuno regula el nivel de colesterol. La cantidad diaria de nueces que habría que tomar para obtener algún beneficio oscila entre los 50 y los 100 gr. La lecitina de soja es un producto natural que mejora el nivel de colesterol. No se ha demostrado que sea beneficiosa ni perjudicial. La soja tiene escaso valor nutritivo. Aporta nutrientes esenciales: hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y sales minerales. Un diente de ajo al día previene el infarto. Puede disminuir los niveles de colesterol, pero no hay datos concluyentes de que prevenga la aparición del infarto de miocardio.


El huevo está contraindicado en las personas con colesterol alto. Por su riqueza nutricional es conveniente tomar huevo, también los pacientes con hiperlipemia (alto contenido de lípidos en la sangre). La obesidad severa es consecuencia de la glotonería y la falta de voluntad. Al contrario, lo más habitual es ver a personas obesas que llevan años haciendo dieta sin éxito. La finalidad del tratamiento de la obesidad consiste en cambiar de metabolismo. El metabolismo o gasto energético está determinado genéticamente por eso es difícil modificarlo. Las enfermedades en la tiroides engordan. No se puede atribuir la obesidad común a un desarreglo hormonal, del tiroides o cualquier otra glándula endocrina. La glucosa favorece la obesidad. No parece que los vegetarianos, que toman un 75% de su dieta en forma de hidratos de carbono, estén gordos. Hay pastillas que adelgazan. No existen pastillas que hagan perder grasa y permitan comer de todo. Si se está a dieta hay que restringir el agua. Es aconsejable tomar más líquidos porque en condiciones normales la mitad del agua necesaria procede de los alimentos. La dieta a base sólo de fruta acelera la pérdida de peso. Es deficitaria en nutrientes y peligrosa ya que sólo aporta agua e hidratos de carbono, y carente de proteínas Las dietas cetogénicas adelgazan más que las clásicas. Son dietas en las que sólo se consumen proteínas y grasas sin ningún tipo de carbohidratos. Al tratarse de una dieta baja en hidratos de carbono se elimina peso porque se pierden proteínas y agua, pero la pérdida de grasa es la misma que con una dieta convencional, y se corre el riesgo de dañar el funcionamiento de hígado y riñones, por la carga excesiva de grasas y proteínas. Las dietas disociadas adelgazan más que las habituales. Este tipo de dietas (no combinar ciertos alimentos) se basa en conceptos erróneos La dieta del limón o del pomelo disuelve las grasas. Quizá el supuesto efecto limón está ligado a la publicidad de los detergentes al limón, pero no a la capacidad de adelgazar. 88Todos los productos "light" son bajos en calorías. Tienen algunas calorías de menos, pero no necesariamente carecen de energía. Todos los productos "light" son bajos en calorías. Tienen algunas calorías de menos, pero no necesariamente carecen de energía. En la obesidad severa la cirugía es el remedio infalible para perder peso para siempre. Es una alternativa para perder entre un 30 y un 40% del peso corporal en un tiempo comprendido entre seis y 12 meses. Los diabéticos no puede tomar pescados azules porque les sube la glucosa. Consumir pescado azul no afecta a los niveles de glucemia. Los diabéticos pueden tomar libremente fructosa en lugar de azúcar. Los regímenes para diabéticos pueden incluir el consumo moderado de fructosa en forma de miel o productos especiales. Los diabéticos deben restringir al máximo las pastas y el arroz. La dieta del diabético debe tener al menos un 40% de hidratos de carbono (entre los que no se debe excluir las pastas, el arroz y las legumbres). Los diabéticos no pueden tomar miel. Se ha demostrado que cantidades en torno a dos cucharadas al día de miel, consumidas durante más de año y medio, no modifican la evolución de la diabetes. Para tratar una úlcera es imprescindible seguir una dieta blanda. Se debe reducir o suprimir aquello que estimule la secreción ácida del estómago: el alcohol, las infusiones, el ajo... Las personas con ácido úrico alto no deben comer tomate. Se deben evitar aquellos alimentos que posean purinas, y el tomate no las contiene. Los nitritos y nitratos son un veneno. Sólo si se toman en cantidades exageradas estos conservantes puede producir una toxicidad aguda Los aditivos alimentarios son tóxicos. Antes de aprobar un nuevo aditivo para el consumo humano se exige que pase pruebas de toxicidad que garanticen su inocuidad. Los aditivos alimentarios son los únicos responsables de la alergia o intolerancia alimenticios. No solamente no son los únicos sino que son los más infrecuentes.


La anorexia nerviosa y la bulimia son dos enfermedades que no tienen nada que ver entre sí. Son trastornos del comportamiento alimenticio que se caracterizan por la restricción frente a los alimentos o la necesidad imperiosa de comer. Después de la menopausia no es preciso tomar calcio. Cuando llega la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen y con ellos su papel protector de los huesos. LOS DIEZ ERRORES MÁS COMUNES QUE COMETEMOS EN LA ALIMENTACIÓN

• SALTEAR EL DESAYUNO. Uno de los errores más habituales es no desayunar, muchas veces por ignorar la importancia que tiene esta comida especialmente para los niños. Tres de cada cuatro niños en edad escolar no desayunan adecuadamente. Más allá de las clases sociales, el desayuno no se encuentra dentro de las conductas alimentarias habituales o en el mejor de los casos suele ser nutricionalmente pobre; lo que ocasiona sensación de cansancio, cefalea, menor rendimiento y capacidad de atención. Estudios recientes en niños observan que los que desayunan responden mejor a pruebas cognitivas de atención, memoria, asociación de palabras y ejercicios de resistencia física. Además se pudo comprobar que los que desayunan tienen una mayor concentración y muestran más capacidad de reacción y resistencia. De este modo, el desayuno repone nutrientes y energía necesarios para comenzar un nuevo día y contribuye a prevenir la obesidad; ya que cuando se saltea esta comida se corre el riesgo de comer demás el resto del día y de elegir alimentos con alto contenido de grasas y/o azúcares. Un desayuno saludable debe contener leche, yogur o quesos descremados (a partir de los 2-3 años), cereales o derivados -copos para desayuno o avena, pan integral-, frutas o jugos de frutas. • NO INCLUIR UNA AMPLIA VARIEDAD DE HORTALIZAS Y FRUTAS. Las hortalizas y frutas frescas, de todos los colores, son fuente de vitaminas antioxidantes, ácido fólico (especialmente las hortalizas de color verde oscuro), minerales, fibra y fitoquímicos. Se sabe que consumir 5 porciones de hortalizas y frutas variadas a diario, ayuda a prevenir un sinnúmero de enfermedades crónicas. Consumir uno o dos tipos de hortalizas o frutas no es suficiente, lo ideal es incluir un “arco iris” de colores (rojas, amarillo-anaranjadas y verde intenso). Hay que tener en cuenta que durante al día se debe consumir al menos una porción de vegetales crudos o con el menor procesamiento posible para el mejor aprovechamiento de ciertas vitaminas y minerales que se pierden durante la cocción. • CONSUMIR POCO PESCADO. Generalmente no estamos acostumbrados a consumir pescado por motivos culturales y poco rendimiento. Los pescados y frutos de mar aportan un tesoro de nutrientes beneficiosos para la salud como vitaminas, hierro, selenio, zinc, fósforo, proteínas de excelente calidad y ácidos grasos esenciales. Sus ácidos grasos omega 3 son ampliamente conocidos por sus beneficios, que contribuyen a proteger de enfermedades cardio y cerebrovasculares. No es necesario consumir grandes cantidades de este alimento para obtener dichas ventajas, una porción mediana dos veces a la semana es suficiente. Se lo puede consumir fresco al horno, parrilla, plancha o al vapor; o bien, enlatado al natural. • DEJAR DE INCLUIR LÁCTEOS DESPUÉS DE LA ADOLESCENCIA. Otro gran error es dejar de consumir lácteos después de cierta edad, por lo general después de los 20 años, creyendo erróneamente que el calcio que éstos proporcionan ya no es necesario para el mantenimiento del sistema óseo. La mejor fuente alimentaria de calcio es la leche, el yogur y los quesos, aunque hay otros alimentos de origen vegetal que contienen calcio como las legumbres (especialmente la soja) las frutas secas, semillas y hortalizas de color verde intenso. Los pescados enlatados con sus espinas también proporcionan una buena cantidad de calcio. Para cubrir el requerimiento hay que consumir como mínimo 3 porciones diarias, lo que equivale a una taza de leche descremada, un yogur descremado fortificado y una porción mediana de queso fresco magro. Con esta ración se contribuye a prevenir enfermedades óseas como la osteoporosis y a reducir el riesgo de hipertensión arterial. • CONSUMIR TRIGO Y SUS DERIVADOS EN TODAS LAS COMIDAS Por lo general nuestra población está habituada a consumir harina de trigo para la elaboración de panificados, amasados y pastas que acompañan casi todas nuestras comidas. Si bien es un alimento rico en hidratos de carbono complejos y en vitaminas del complejo B, presenta una alta carga de gliadina (proteína formadora de gluten presente


en trigo, cebada, centeno y en menor medida en avena), la que crea cierta intolerancia en gran parte de la población, sin necesariamente ser celíaca (enfermedad ocacionada por la intolerancia a la gliadina que causa daño epitelial del intestino delgado, llevando a una mala absorción y las consecuencias pertinentes de la misma: anemias, osteopenias, deterioro del crecimiento en niños, irritabilidad y cefaleas entre otras). Por esta razón deberíamos incluir en nuestros panificados las harinas de arroz, mandioca y maíz. • CONSUMIR CEREALES Y DERIVADOS REFINADOS EN LUGAR DE LAS VERSIONES INTEGRALES. La mayor parte de los individuos está acostumbrada a consumir arroz y panes blancos en lugar de las versiones “morenas” (integrales), debido en parte al desconocimiento acerca de las ventajas del consumo de estos últimos. Los beneficios consisten en el contenido de fibra y fitoquímicos y en su valor nutricional, con una mínima diferencia en el aporte de calorías. La fibra y los fitoquímicos contribuyen en la prevención de diferentes enfermedades crónicas. • El valor nutritivo superior de las versiones integrales frente a las refinadas, consiste en la conservación de una mayor parte de las vitaminas y minerales que suelen perderse durante el procesamiento industrial. • INCORPORAR MANTECA O MARGARINA EN LUGAR DE ACEITES VEGETALES. Consumir frecuentemente manteca o margarina no favorece a la salud. Las grasas saturadas acompañadas de colesterol (manteca) y las grasas hidrogenadas (margarina) consumidas en exceso, aumentan el riesgo de padecer enfermedades. En cambio los aceites vegetales consumidos en crudo poseen una alta proporción de grasas insaturadas – beneficiosas para la salud-, no contienen colesterol y son una de las fuentes alimentarias más importantes de vitamina E. Esta vitamina posee un alto poder antioxidante que ayuda a combatir los radicales libres. Si los aceites se someten a altas temperaturas se “saturan” (descomponen) perdiendo sus beneficios. Las margarinas poseen básicamente grasas hidrogenadas o “trans” que producen prácticamente el mismo efecto que las saturadas. Si bien un rulo de manteca o margarina posee casi las mismas calorías que una cucharadita de aceite, los aceites aventajan por mucho a las otras grasas en cuanto a beneficios y valor nutritivo. • SALAR DEMASIADO LAS COMIDAS. Es un mal hábito salar las comidas antes de probarlas. La única predilección congénita del ser humano es por los dulces y todo lo demás se aprende, la base está en educarse desde la niñez. El sodio, componente de la sal de mesa, se encuentra en numerosos productos alimenticios debido a que se lo utiliza como conservante, pero habría que inclinarse por los alimentos naturales sin procesar que lo contienen en mínimas cantidades. Las hortalizas, frutas, cereales, legumbres y semillas son alimentos pobres en sodio mientras que los fiambres, embutidos, enlatados, quesos de pasta dura, productos de copetín y algunos aderezos entre otros, contienen altas cantidades de sal. El exceso de sal incrementa el riesgo de padecer hipertensión arterial, enfermedad coronaria, accidente cerebro vascular (ACV) y osteoporosis. La clave está en la moderación y en utilizar estrategias para reducir su consumo como el uso de especias, hierbas aromáticas, ajo, cebolla, vinagre, aceto balsámico y jugo de limón. • CREER QUE LOS PRODUCTOS DIET O LIGHT SON LA PANACEA PARA ESTAR DELGADO. La única manera de bajar de peso y mantenerse es aprender a comer saludablemente y evitar el sedentarismo. Un alimento se define como diet o dietético según el Código Alimentario Argentino cuando el mismo presenta una modificación en su composición de cualquier índole con respecto al original, no necesariamente en su contenido calórico, y que está destinado a satisfacer necesidades particulares de nutrición y alimentación de determinados grupos poblacionales. Sin embargo el alimento light o de valor energético reducido, es aquel que provee una cantidad calórica no superior al 70% de la que provee el alimento original. Aquellas personas que deseen incorporar estos productos a su alimentación deberían leer cuidadosamente las etiquetas para verificar que tipo de modificación sufrió ese alimento y compararlo con el producto original; además deberían ser discretas en cuanto al tamaño de la porción, especialmente en relación a productos específicos como postres y quesos. Existen productos como las gaseosas, caldos de verdura y gelatinas diet o light que aportan un mínimo de calorías y pueden consumirse libremente. • BASAR LA ALIMENTACIÓN EN HIDRATOS DE CARBONO REFINADOS Existen dos tipos de hidratos de carbono, los simples o refinados y los complejos o almidones. Más de la mitad de nuestra alimentación debería estar compuesta por hidratos de carbono, y de este total sólo un 10% por azúcares y dulces. Entre los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos se encuentran los cereales y derivados, las legumbres, la papa, la batata, el choclo, algunas frutas frescas, frutas secas y semillas; en cambio los ricos en hidratos de carbono simples son el azúcar, la miel, la mermelada, los caramelos, las gaseosas comunes y algunas bebidas alcohólicas. Estos últimos aportan calorías sin nutrientes esenciales para el organismo, mientras que los


primeros poseen vitaminas, minerales y fibra. Hay alimentos como la leche, el yogur, los quesos blancos untables, algunas hortalizas y frutas frescas que también poseen hidratos de carbono simples, pero estos sí deben elegirse ya que además contienen nutrientes importantes para la salud. ERRORES EN LA ALIMENTACIÓN EN LOS NIÑOS: Leche de vaca: Es un error introducir esta leche en la alimentación de nuestro hijo antes de que cumpla el año, ya que lo más conveniente es que se alimenten con leche materna y si no es posible, con fórmula infantil, que a pesar de que está basada en la leche de vaca, está tratada y se le han cambiado los tipos de grasa, aumentado las proporciones de proteína, carbohidratos, vitaminas y minerales, siendo un máximo de tres las raciones diarias recomendadas. Jugos envasados: Un gran error es pensar que dando un jugo envasado a nuestro hijo, estamos sustituyendo la ración de fruta. Incluso un jugo natural priva al organismo de la fibra de la fruta y los envasados además contienen azúcares y vitaminas artificiales, carece de nutrientes esenciales y aportan mucho menos de un 10% de fruta. Ni que decir tiene que los refrescos no son nada recomendables. Cereales azucarados: Otro tema es el desayuno y los cereales azucarados o chocolateados que tanto gustan a los niños hasta el punto de que consumen más de lo recomendado, sea por su sabor o por los dibujitos del envase. A pesar de tener como base el trigo, el arroz o el maíz, están cargados de azúcar, miel o chocolate, lo que aumenta su energía pero no los nutrientes esenciales. Productos de confitería y/o repostería: Tampoco es beneficioso para los niños el consumo de bollería, pan de molde, etc. Son productos que por ser blanditos frenan su desarrollo bucodental, no trabajan dientes, mandíbulas, músculos de la cara y la masticación, no fortalecen sus dientes y encías y encima, al ser ricos en azúcares, propician la caries. También aportan grasas añadidas, así que nada mejor que tomar fruta y pan del día. Presionarlos para que prueben los alimentos: la insistencia de los padres hace que, de hecho, los niños rechacen esos alimentos. Lo mismo sucede cuando se les ofrecen premios por comer algunos platos, pues los niños suelen poner dichos alimentos en la categoría de “son tan malos que deben premiarme para que los coma”. La mejor conducta es animar al niño a que pruebe el alimento y no molestarse si el niño lo rechaza y no elogiarlo si lo come. En ambas circunstancias los padres deben mostrarse neutrales. Servir vegetales “aburridos” Muchos padres dan a sus hijos vegetales hervidos, que a los niños suelen parecerles poco apetitosos. Es una buena estrategia añadirles un poco de mantequilla, aderezos o queso, lo cual mejorará muchísimo el sabor y ayudará a que el niño se aficione a las verduras. Darse por vencidos. Muchos padres se dan por vencidos demasiado pronto. Se ha comprobado que a veces es necesario hacer 10 ó más intentos para que un niño acepte un alimento nuevo. Es importante, también, usar los “Puentes Alimenticios”. Si a un niño le gustan, por ejemplo, las habas, es una buena idea seguir con garbanzos, lentejas o alimentos parecidos ya sea en la consistencia, el sabor o, incluso, el color. Poco a poco, se irán expandiendo los gustos alimenticios e, incluso, el niño podría elegir en el supermercado aquellos alimentos que desea consumir, dibujar caritas en sus platos de comida hace un momento más divertido.

Fuentes: Mariscal C. “Las grandes mentiras de la nutrición y los fallos más comunes que cometemos a la hora de comer”. http://www.saintgottard.com.ar/index.php/errores-en-la-alimentacion


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