Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales Cuaderno 1 Escenarios de juventud: El capitalismo actual y sus impactos sobre la agricultura familiar campesina e indĂgena
Luis Caputo
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales]
Textos: Luís Caputo Revisión: Eryka Danyelle Silva Galindo, Nemo Andrade do Amaral 2 Programación Visual: Fabrício Martins
Agradecimientos
E
stos cuadernos han sido posible gracias a la colaboración de numerosas personas y espacios de juventud rural que han compartido genero-
samente sus conocimientos y experiencias para concluir con esta serie de materiales. Estos son el resultado de un extraordinario trabajo realizado por los mismos jóvenes rurales, campesinos e indígenas en diferentes espacios dentro de la Confederación de Organizaciones de los Productores Familiares del Mercosur Ampliado (COPROFAM). En primer lugar queremos agradecer las sugerencias indicadas por jóvenes de las organizaciones y sindicatos que lo analizaron durante el 3er Festival da Juventude Rural: Políticas Públicas e Sucessão Rural na América Latina (Brasilia/DF, Abril 2015). También deseamos reconocer la valiosa colaboración del joven Jaime Chorlango de Ecuador quien ha colaborado para incorporar la cuestión de la interculturalidad, y también con información sobre políticas públicas de su país. Asimismo agradecemos las contribuciones y apoyo que tuvimos de Diego Segovia de Paraguay y Nélida Sotelo de Argentina, quienes aportaron contenido y enriquecieron el trabajo. Por último, para logar este resultado final, agrademos a todos los/as dirigentes de COPROFAM por el apoyo y decisión política en reconocer la juventud rural como sujetos estratégicos para Latinoamérica, destacamos el Secretario General – Fernando López, la Secretaria de Juventud Rural – Maria José Morais y el Secretario de Formación – Willian Clementino. También destacamos el apoyo que tuvimos de sus técnicos, como Eryka Galindo, Margarita Salinas, Nemo Amaral y Valdisléia Oliveira facilitando las tareas con gran entusiasmo. Agradecemos a la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) y a la Unión Europea que aportaron no solo recursos financieros, como también ideas y capacidad de gestión, que viabilizaran la producción de estos cuadernos. 3
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales]
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Introducción Los Cuadernos para el debate sobre las juventudes rurales se desprenden de los resultados del estudio “Juventudes y Sucesión Rural en el MERCOSUR Ampliado”, y tienen como finalidad que las organizaciones y sindicatos de la COPROFAM cuenten con un material pedagógico-didáctico que les sirva de insumo de trabajo en diferentes espacios formativos como talleres, capacitaciones, seminarios. Asimismo, otro resultado al que se aspira con los materiales educativos es hacer sinergia con las juventudes rurales de los países del MERCOSUR ampliado que comparten problemáticas de acceso a la tierra, factores productivos y políticas públicas, para acordar estrategias comunes con atención especial en la Sucesión Rural. A respecto del acceso a la tierra, la perspectiva de los movimientos sociales del campo y pensadores como Eduardo Gudynas1, se concibe a la tierra como el principal medio de vida, de producción y desarrollo de las nuevas generaciones, las familias y las comunidades sobre la misma. Acordando con este concepto holístico de la tierra, que trasciende como mero activo o bien de mercado, se constituye como un elemento fundamental del sostenimiento de la vida, como soporte, tanto de la conservación y enriquecimiento de la cultura de las familias rurales e indígenas, y como el medio que posibilita el despliegue de las relaciones sociales. En este sentido, en esta línea de análisis, las familias rurales y, especialmente, la gente joven y las mujeres son protagonistas de las nuevas perspectivas de la Sucesión Rural. •
Cuaderno 1: “Escenarios de juventud: El capitalismo actual y sus impactos sobre la agricultura familiar, campesina e indígena”
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Cuaderno 2: “Identidades juveniles rurales: ¿Qué significa ser joven hoy?”
•
Cuaderno 3: “Las juventudes rurales y su participación en la sociedad red”
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Cuaderno 4: “Las políticas públicas en contexto y los debates sobre juventudes rurales”
1 Gudynas Eduardo (2011) “Buewn vivir: Germinando alternativas al desarrollo” en Alai América Latina en movimiento, Año 35, Nro 462. Alai, Quito.
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] En este primer cuaderno se pretende desarrollar una conciencia crítica acerca de la situación de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena en los países del MERCOSUR Ampliado en la actualidad. Partiendo de una mirada sobre el valor intrínseco y estratégico de la naturaleza hoy, se pasará a describir las formas ideológicas en que la misma fue concebida, para luego analizar los procesos actuales de su explotación por parte de los agronegocios que amenazan a otras formas históricas de relacionamiento. Siempre teniendo la mirada puesta en Sudamérica, se introducirá sobre los procesos de resistencia y reconstrucción de la Agricultura Familiar, Campesina e Indígena llevados por movimientos sociales en la actualidad. La idea es enfatizar en las preguntas, para la reflexionar y compartir ideas y propuestas que sirvan de base a la concreción teórica de nuevas miradas, de nuevas formas. Para que puedan ser institucionalizadas y presentadas a los distintos organismos encargados de elaborar las políticas públicas. Se intentará también sugerir materiales multimedia, científicos y artísticos, para complementar las ideas expuestas y multiplicar los disparadores al debate. La naturaleza, madre y maestra ¿Somos capaces de dimensionar el valor de la naturaleza para el ser humano? En un mundo cada vez más distanciado de lo obvio y más centrado en la acumulación de riquezas y el progreso tecnológico, cuidar la naturaleza es, para muchos, no desperdiciar el agua en sus casas y cuidar a los animales y las plantas que nos rodean. Poca gente logra ver el vínculo entre su forma de vida y de consumo y su impacto en la naturaleza. Instalar esa conciencia es una tarea fundamental hoy, ya que los daños ambientales causados por la producción industrial capitalista pueden ser irreversibles y poner en riesgo la subsistencia del ecosistema así como lo conocemos, y con él, la de la humanidad misma. 6
Capitalismo y no sostenibilidad A lo largo de la historia de la humanidad, las distintas sociedades han desarrollado formas particulares de relación y representación de la naturaleza. Las mismas, casi siempre llegaron a armonizar las necesidades humanas con la regeneración natural. A partir de la revolución industrial, sin embargo, el modo de producción capitalista comienza a expandirse por todo el mundo, dejando cada vez menos espacio a otras culturas. Los recursos naturales, desde allí, son como la materia prima para la satisfacción de las necesidades humanas, sin considerar los posibles desequilibrios que se pudieran generar a partir de su explotación excesiva. En la década de 1970 se empezó a tomar conciencia sobre los “límites del crecimiento” económico basado en la industria capitalista, ya que se apreciaron importantes daños en distintos ecosistemas, algunos de los cuales eran irreversibles. No obstante esta conciencia se ha desarrollado en las últimas décadas, aún falta mucho para frenar el eufórico avance de la maquinaria capitalista. Pero hay que hacerlo antes de que sea demasiado tarde. ¿Cuáles son las necesidades humanas? ¿Dónde termina la necesidad y dónde comienzan el lujo y el despilfarro? Fuente de conocimientos La naturaleza, además de brindarnos el sustento material de vida, nos ofrece una sabiduría prácticamente ilimitada, producto de miles de millones de años de evolución de las especies. Cada sociedad humana ha descubierto a lo largo de su historia esa sabiduría. Desde qué alimentos son comestibles y cómo prepararlos, hasta remedios naturales, formas de fertilización del suelo, ciclos climáticos, etc. Los conocimientos ancestrales están siempre vinculados a un ecosistema que genera respuestas culturales específicas a las necesidades de las personas. A los agentes del control homogeneizador capitalista, poco interesan estos conocimientos, ya que sólo les atrae la biodiversidad como objeto de la 7
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] investigación científica en campos que puedan tener una aplicación rentable. Así, por ejemplo, Monsanto invertirá millones de dólares para investigar acerca de variedades vegetales que le permitan desarrollar nuevos productos transgénicos. Al mismo tiempo promoverá la expulsión masiva de comunidades campesinas e indígenas de sus territorios, para convertirlos en tóxicos desiertos verdes. Así se van perdiendo una cantidad inimaginable de códigos y lógicas genéticas, además de los conocimientos ancestrales de las poblaciones. Por lo tanto, este desarrollo impulsado por el capitalismo que arroja a mucha gente al inmediatismo individualista, está destruyendo los bosques nativos, y pretende disolver las identidades colectivas, las interacciones de las comunidades, imponiendo democracias excluyentes. Curiosidades Ocho planetas y medio Algunos científicos afirman que si todos los habitantes el mundo tuvieran que consumir lo que consume diariamente un estadounidense promedio, se necesitarían 8,5 planetas tierra para dar abasto. Es decir, ese estilo de vida no es posible, salvo si se conservan las grandes desigualdades sociales. La mochila ecológica Es un concepto utilizado para crear conciencia sobre todos los recursos naturales que se utilizan para la fabricación de un bien. Así, por ejemplo, para fabricar una tonelada de papel se requiere talar 14 árboles de 25 metros de altura y 20 centímetros de diámetro y en el proceso se gastan 100.000 litros de agua limpia. Para reflexionar: ¿Cuáles son los conocimientos ancestrales o tradicionales de mi comunidad? (desde la cura de una enfermedad con remedio yuyo, el canto de un pájaro, hasta una receta de cocina) ¿qué conocimiento apuesto yo, que una persona de la ciudad no tiene? ¿U otra persona de otra comunidad?) 8
Sudamérica, una de las regiones más ricas del planeta Si miramos el mundo desde la perspectiva de las riquezas naturales, vamos a ver que Sudamérica es una de las más exuberantes, más aún considerando su baja densidad poblacional. O sea, hay muchísimos recursos, y muy poca gente en comparación con otras regiones del mundo. La mayoría de los países de la región se encuentran entre los más megadiversos. Sus vastos territorios tienen complejos ecosistemas, desde las yungas del altiplano andino, pasando por las famosas pampas húmedas argentinas y uruguayas, las altas montañas chilenas, los bosques que aún perduran en el Paraguay, la región caribeña, hasta las selvas amazónicas de Brasil, Perú, Venezuela y Ecuador. Esto representa un contexto riquísimo en términos de recursos naturales no renovables, y fundamentalmente en cuanto a tierras fértiles y fuentes de agua potable. La gran presencia de pueblos indígenas y comunidades campesinas, sus conocimmientos y sus formas de vida, son el componente humano de esta gran riqueza. Estos sectores han estado muy presentes en las economías locales y nacionales, debido a la producción neta de alimentos destinados a los mercados internos, donde las familias han tenido una capacidad de decidir sobre sus destinos como pequeños y pequeñas agricultoras. Tal modelo de desarrollo ha sido posible gracias a sus prácticas agrícolas, pecuarias y forestales diversificadas y culturalmente adecuadas, que a su vez generan empleo rural con mínima lesión de los recursos naturales. El alimento: un arma en un mundo en guerra Según los documentos Santa Fe, redactados entre 1981 y el 2000 por los gobiernos de Estados Unidos, el alimento es un arma en el mundo en guerra, postulados que reimpulsa en 1989 el Consenso de Washington2. 2 Programa de diez puntos preparado por el economista Jhon Williamson que guiaron el reemplazo de las políticas económicas de corte endógenas, por ejemplo, protección a los productos locales y la sustitución de importaciones, por políticas neoliberales: liberación comercial, privatizaciones, disciplinamiento presupuestario, énfasis en la propiedad privada e inversiones directas, derechos de propiedad a los inversionistas. Todo un paquete de programas de ajuste promovidas en los países de la región por los principales bancos multilaterales y el mismo gobierno de los EEUU.
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] Son varios los documentos-guías que han implicado múltiples formas de intervención de EE.UU en el tablero geopolítico en el hemisferio Sur. El primero de ellos (Documento de Santa Fe 1) conocido como “Las Relaciones Interamericanas: Escudo de Seguridad del Nuevo Mundo y Espada de Proyección del Poder Global de Estados Unidos”, será la inspiración del gobierno neoconservador de Ronald Regan a principios de 1981, formulado en el plano estratégico militar para prevenir la expansión de revoluciones populares en América Latina y el Caribe. Más específicamente, el Documento de Santa Fe 1 expresa con sumo convencimiento que los alimentos son un arma en un mundo en guerra3. Por su parte, el Documento de Santa Fe 2 de los años 90 es específico para países productores de coca, consistente en apoyo a las fuerzas armadas locales y a los gobiernos para la sustitución de la coca, como forma de combatir el narcotráfico, el terrorismo y el temor de la revolución comunista. Se tiene también el documento Santa Fe 4 del año 2000, que vuelve a orientar la política estadounidense hacia el control de la vasta biodiversidad existente en América Latina, poniendo el foco en los recursos naturales (genética, agua, minerales y yacimientos de petróleo y gas) “disponibles” para ser explotados con “libertad”, argumentando las necesarias inversiones externas y la comercialización de los mismos en el mercado internacional4. Las economías locales, campesinas e indígenas son un obstáculo para el avance de las mismas, sobre todo el mantenimiento de las semillas criollas que son la base de la soberanía alimentaria. La Agricultura Familiar Campesina e Indígena que produce alimentos en cantidad, calidad y diversidad suficientes como para autoabastecerse y abastecer mercados locales sin depender de insumos externos. He aquí que nace el término soberanía alimentaria. En la guerra del alimento, los únicos actores que pueden garantizar nuestra independencia como sociedad son el campesinado y los pueblos originarios. 3 “Documento Santa Fe 1, Tercera Parte. Las políticas económicas y sociales. A. Energía”; Véase en http://www.desaparecidos.org/nuncamas/web/document/docstfe1_03.htm 4 Para mayor información, http://saber.ucab.edu.ve/handle/123456789/29781
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Nuestras riquezas en riesgo En contraposición con las culturas milenarias sudamericanas y con la Agricultura Familiar Campesina, que buscan un equilibrio entre sus necesidades y la regeneración ambiental, el capitalismo actual, con sus necesidades de crecimiento ilimitado, está llevando a una destrucción sin precedentes de las riquezas naturales a lo largo y ancho del mundo. Esto es lo que se puede observar en grandes extensiones de producción agrícola y ganadera, que produce deforestación, drenaje de humedales y cursos de agua, fumigaciones, y otros crímenes ambientales. Más de 200 culturas originarias en Sudamérica subsisten hoy. En toda América Latina viven alrededor de 50 millones de indígenas (10% del total de la población) distribuidas en más de 400 grupos lingüisticos. Un interesante mapa interactivo de estas culturas se puede encontrar en: http://pueblosoriginarios.com/ Para reflexionar: ¿Que bienes naturales valiosos existen en mi comunidad? ¿Cómo se da la relación campesinado indígena en el territorio de mi comunidad? ¿Existen? Concentración y exclusión Sudamérica es una de las regiones más ricas del planeta. Sin embargo, los niveles de desarrollo y bienestar de nuestras sociedades no siempre se corresponden con dicha afirmación. No hace falta estudiar demasiado la realidad latinoamericana para ver sus elevados niveles de pobreza y exclusión. Familias enteras que viven de la basura, barrios marginados en los que pululan las drogas y la violencia, niños y niñas con malnutridos y en situación de calle, son solo algunas de las imágenes que casi todos hemos visto de las sociedades sudamericanas. Pero, al mismo tiempo, observamos también niveles altísimos de riquezas en unas pequeñas minorías. Mansiones, edificios, autos lujosos, personas con millones de hectáreas de tierra, etc. Es quizás solo un indicio de que el problema 11
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] no es la falta de riqueza, sino su distribución. Y en tanto que distributivo, el problema es eminentemente social y político. Las raíces de la desigualdad Diversos episodios históricos llevaron a las sociedades latinoamericanas a ser las más desiguales del mundo. Es por ello, quizás, que nos cuesta pensarnos como una de las regiones más ricas del planeta. La característica común de estos episodios es el extractivismo, es decir, la extracción de recursos naturales para su utilización en la industria o el consumo en los países con mayor poderío tecnológico y militar. Obviamente, (debido al mismo poderío) esta extracción se dio siempre en condiciones desfavorables a nuestras grandes mayorías, aunque los agentes locales que la permitieron y/o promovieron, tuvieron la posibilidad de concentrar grandes riquezas. Los orígenes datan de épocas de la conquista y la colonia, cuando las poblaciones originarias fueron sometidas a los europeos. Desde entonces, América Latina fue vista como una fuente de recursos naturales (así sean metales preciosos, azúcar, algodón, petróleo, etc.), cuya producción dependía de una mano de obra barata (indígenas y esclavos). El granero del mundo El granero del mundo es una expresión que se ha utilizado en diversos campos políticos y económicos para designar a América Latina, mientras la desnutrición y la pobreza extrema afectaban a grandes proporciones de la población. ¿Cómo se mide la desigualdad? Hay varias fórmulas matemáticas para medir la desigualdad. Una de las más comunes es el coeficiente Gini. Sus valores van de 0 a 1. El 0 representa la igualdad absoluta. Es decir cuando todas las personas de una sociedad tienen la misma cantidad del bien en cuestión (normalmente se calcula sobre el ingreso o la tenencia de la tierra). El 1 representa la concentración absoluta. Es decir, 12
cuando una persona posee todos los bienes de una sociedad y el resto no posee nada. Ambas situaciones extremas son imposibles, por tanto, lo que hay que mirar es que a mayor valor del coeficiente Gini, más desigual es una sociedad. Las Naciones Unidas establecen que valores del Gini mayores a 0,40 sobre la distribución del ingreso son alarmantes. Según datos de varios organismos internacionales, 11 de los 21 países más desiguales del mundo son latinoamericanos, teniendo en cuenta la concentración de los ingresos. Posición mundial
País
Índice
54
Uruguay
0,413
85
Venezuela
0,390
100
Argentina
0,412
133
Chile*
0,495
141
Panamá*
0,519
142
Paraguay*
0,524
143
Lesotho
0,525
144
Liberia
0,526
145
Colombia*
0,535
146
Brasil*
0,547
147
Puerto Rico*
0,537
148
Guatemala*
0,559
149
Bolivia*
0,563
150
República Centroafricana
0,563
151
Zambia
0,575
152
Honduras*
0,580
153
Haiti*
0,595
154
Surinam*
0,613
155
Botswana
0,614
156
China
0,614
(*) Países latino-americanos más desiguales Datos disponibles en: http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Pa%C3%ADses_por_igualdad_de_ingreso
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] Diversas formas de la desigualdad Normalmente, cuando se habla de desigualdad se refiere a la dispar distribución de los ingresos económicos (monetarios o no), lo que algunos llaman la desigualdad de clase social. Ésta es sin duda la desigualdad más dura y profunda en las sociedades capitalistas, sin embargo no es la única. Desigualdad de género Dentro de una misma clase social, las mujeres tienden a ser las más desfavorecidas. Así, por ejemplo, trabajando la misma cantidad de horas que un hombre, ellas serán menos pagadas. O, según lo indica el Censo Agrario de 1991 en Paraguay, menos del 10% de las tierras censadas tenían a las mujeres como propietarias. Desigualdad por sector de residencia Los centros del poder político y económico históricamente se establecieron en las ciudades. Esto hizo que las áreas rurales sean muchas veces explotadas y desatendidas. Se podrá observar cómo, casi siempre, los niveles de acceso a la educación, a la salud, la infraestructura o los mismos ingresos son menores en el campo. Desigualdad racial y étnica Muchos jóvenes sufren estigmas y discriminación étnica. En toda la región viven más de 150 millones de afro descendientes, sobre todo en Brasil con 95 millones, seguido de Colombia y Venezuela. La situación de desigualdad se agrava de manera alarmante en millones de mujeres y jóvenes, otras clases de edad, quienes sufren situaciones de violencias, opresiones y discriminaciones por rasgos socioculturales, referidos al color de la piel, impidiendo el logro de la inclusión, el acceso a derechos y el despliegue de sus potencialidades. Tanto la desigualdad racial como la étnica, exigen de nuevas democracias basadas en la diversidad cultural, las relaciones interculturales y el pluralismo. 14
Desigualdad por edades A pesar de los cambios aparejados a los desarrollos tecnológicos de la sociedad actual, las juventudes casi siempre fueron desfavorecidas en las estructuras sociales. Así, por ejemplo, muchos jóvenes del campo realizarán trabajos en la chacra familiar sin tener la independencia o el poder de decisión para la utilización de los recursos producidos. Desigualdad en el acceso a tierras Si se observa la realidad de la tenencia de tierras en los países del MERCOSUR Ampliado, la desigualdad es aún más aguda. A esto hay que sumar las desigualdades de género y por edades. Índice GINI Paraguay
0.93
Venezuela
0.88
Perú
0.86
Brasil
0.85
Argentina
0.85
Uruguay
0.79
Bolivia
0.76
Ecuador
0.71
Chile
0.59
Fuente: Algunas estadísticas sobre tierra. FAO. Disponible en http://www.fao.org/gender/landrights/topic-selection/es/
Conviene recordar aquí que los países del MERCOSUR exhiben graves problemas de titulación de la propiedad, tierras apropiadas indebidamente, incluso donde gobiernos progresistas que por diferentes razones han facilitado grandes concesiones de tierras, subvenciones, inversiones públicas y apoyo financiero a las élite agrarias, y no obstante -como
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] comenta el investigador Miguel Carter5, todavía existen cientos de millones de hectáreas para redistribuir. Desigualdad y democracia Según varios estudios sociológicos, a mayor desigualdad en una sociedad, peor será la calidad de la democracia y mayores serán los niveles de violencia. Para reflexionar: ¿Puedo identificar algunas de estas desigualdades en mi comunidad/familia? ¿Por qué se dan? ¿ En la opinión del grupo cuál és la origen de las mismas? La pobreza y el modelo de desarrollo Hablar de desigualdad significa hablar de pobreza. Y hablar de pobreza es hablar de un modelo de desarrollo. Construir una sociedad sin pobreza, o con menos pobreza, no depende solo de la ampliación de los ingresos del país. Muchos países en el mundo son reconocidos como fuertes potencias económicas, pero reúnen un número significativo de personas en situación de pobreza. Así, es necesario que los ingresos sean convertidos en derechos para la población excluida y acciones que superen las desigualdades de renta, género, clase, generación, racial y étnica. Por lo tanto, la respuesta dependerá de qué modelo de desarrollo se busca. Para debatir ese tema, vamos empezar reflexionando sobre una parábola: Parábola del Pescador http://disidentee.blogspot.com/2012/11/parabola-del-pescador.html Un banquero americano estaba en el muelle de un pueblito caribeño, cuando llegó un botecito con un solo pescador. 5 Carter, Miguel (2013). Broken Promise: The Land Reform Debacle Under the PT Governments. American University (Washington, DC). In, Challenging Social Inequality: The Landless Rural Workers Movementand Agrarian Refomin Brazil. Dake University Press, Durhan.
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Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlos El pescador respondió que sólo un rato. El americano le preguntó que por qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El americano le preguntó qué hacía con el resto de su tiempo El pescador dijo: “duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida agradable y ocupada.” El americano replicó: “soy de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y, con los ingresos, comprar un bote más grande y, con los ingresos del bote más grande, podrías comprar varios botes; eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un envasador y, eventualmente, abrir tu propia envasadora. Deberías controlar la producción, el envase y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a la Capital, donde manejarías tu empresa en expansión”. El pescador le preguntó: - Pero, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso? A lo cual respondió el americano: - Entre 15 y 20 años. - ¿Y luego qué? - preguntó el pescador. El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte. “Cuando llegue la hora deberías vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico ganarás millones”. - Millones ¿y luego qué? - “Luego te puedes retirar. Te mudas a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, tirarte la siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo a tomar vino y tocar guitarra con tus amigos”. Y el pescador respondió: “¿Y acaso eso no es lo que ya tengo?” 17
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] Cómo se mide la pobreza en el capitalismo Los organismos nacionales e internacionales encargados de medir los niveles de pobreza, por lo general, adoptan un parámetro economicista. Se dice que una persona está en situación de pobreza cuando no puede satisfacer sus necesidades básicas (alimentación, salud, educación, vivienda, transporte, etc.). La pobreza extrema, por su parte, afecta a personas que siquiera pueden satisfacer sus necesidades alimentarias. Ambas se calculan según el costo de una canasta básica de consumo (elaborado por una institución económica de cada país). Así, por ejemplo, se hizo tradicional la medida de que las personas que tienen un ingreso menor a USD 2 diarios, son pobres, y quienes ganan menos de USD 1 al día son pobres extremos. Estas medidas varían según los países, y también según el área de residencia (rural o urbana), ya que las familias rurales tienen ingresos no monetarios fundamentales como los alimentos y otros bienes naturales de su entorno (madera, leña, animales silvestres, etc.). Esta concepción fundamentalmente monetarista de la pobreza facilita su medición, aunque tiene problemas estructurales que deben ser cuestionados, ya que obedecen a un único sistema económico posible. Es decir, el capitalismo. Así, por ejemplo, el acceso a alimentos saludables no influye en el análisis de la pobreza, como sí influye el acceso al dinero. A pesar de que el dinero solo me permita acceder a alimentos poco saludables en el supermercado (por la excesiva utilización de tóxicos en su fabricación, transporte, almacenamiento), situación que a su vez me demandará más gastos en salud curativa. Por tanto, con una peor alimentación y mayor susceptibilidad a enfermedades, una persona será, con los parámetros actuales, considerada menos pobre que otra bien alimentada y sana, pero sin un ingreso monetario considerable. Curiosidad El mboriahu ryguata paraguayo (pobre satisfecho) Durante los años 50 y 60 del siglo pasado, en Paraguay se hablaba de un 18
“pobre satisfecho”, fundamentalmente para referirse al campesinado que producía todos los alimentos que necesitaba, pero que no podía comercializarlos o intercambiarlos por otros bienes debido a sus condiciones de aislamiento o a los bajos precios. Su soberanía alimentaria, sin embargo, le ofrecía un bienestar general aunque austero, gracias a los conocimientos ancestrales del propio medio. Antes que adentrarnos en datos sobre la pobreza en Sudamérica, parece pues necesario conocer los modelos de desarrollo o bienestar que hoy se encuentran en disputa en el mundo. Cada uno de ellos tendrá una noción distinta de la pobreza. Los modelos de desarrollo o bienestar son, en su esencia, ideales políticos que establecen hacia dónde queremos avanzar como sociedad, y por qué caminos. Podríamos también hablar de visiones ideológicas, o ideologías políticas que sostienen modelos de desarrollo. Las ideologías políticas Las ideologías políticas son sistemas de pensamiento a través de los cuales se interpreta la realidad. Las actuales ideologías políticas nos remiten a la Revolución Francesa, cuando se dan los primeros pasos hacia la conformación de los Estados-nación democráticos que conocemos en la actualidad occidental. Las ideologías se fundamentan en principios filosóficos que responden a las siguientes preguntas. ¿Qué es el ser humano? Lo responderá la ontología. ¿Qué es el bien para el ser humano? Lo responderá la ética. ¿Qué debo hacer en consecuencia? Me lo dirá la política. La ética religiosa en América Latina El cristianismo es también una visión ideológica del ser humano que se instaló fuertemente en Latinoamérica a partir de la conquista. De ahí que muchos de nuestros principios éticos tienen su origen en el mismo. La diferencia entre las ideologías políticas y las religiosas está en que las primeras buscan definir al ser humano a partir del pensamiento filosófico, mientras que las segundas lo 19
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] hacen a partir de los dogmas de la fe. Es decir, de verdades que no deben ser cuestionadas porque tienen un carácter divino. No obstante, algunas religiones, o facciones de ellas, se han transformado a lo largo de la historia, respondiendo desde el pensamiento filosófico a los cambios de época. Pueden mencionarse la reforma de Lutero, la contrarreforma, la teología de la liberación, etc. Y aún dentro del catolicismo, coexisten facciones más y menos progresistas. Para reflexionar: ¿Cuáles son los principios cristianos (o religiosos) que puedo identificar en mi ética personal? ¿Los he asumido conscientemente, o son herencia familiar? ¿Me parecen humanizantes esos principios? ¿En base a qué definición del ser humano? El desarrollo neoliberal capitalista Desde la cosmovisión capitalista, las sociedades tienen que tener un crecimiento económico permanente y lo más elevado posible. Esto se mide por la variación del Producto Interno Bruto (PIB). Es decir, se asume que para que una sociedad esté mejor cada año se debe producir más bienes y servicios que se intercambian en el mercado interno o externo. Tiene que haber más automóviles, más casas, electrodomésticos, medicinas, etc. Cuando se dice que la economía creció en un 5 u 8 porciento, se refiere a que hubo más producción de bienes y servicios intercambiables en un país durante un año, en relación con el año anterior. Si esto sucede, la sociedad está mejor, se asume. Esta es la cosmovisión que domina hoy el mundo. Es decir, los países planifican su desarrollo en base a un crecimiento económico desde sus Ministerios de Hacienda y sus políticas generales de atraer o conservar inversiones, etc. Tres críticas a esta visión del desarrollo muestran su inviabilidad e inadecuación, a pesar de que siga siendo dominante. 20
Primero. Las externalidades. El objetivo es que la economía crezca. Si se deforestaron miles de hectáreas para que esto suceda, eso es apenas una externalidad. O sea, un daño colateral sin mucha importancia. Mientras la economía crezca, todo irá bien. Un caso ilustrativo es el del agua. Anteriormente, en las ciudades se tomaba el agua de los pozos o de las canillas. Con la contaminación generada por las industrias y otras actividades se pasó a depender de botellas y bidones que se comercializan en el mercado. Ahora se producen millones de litros de agua envasada, lo cual hace que la economía crezca. Pero ¿estamos mejor como sociedad por consumir agua comprada? Lo mismo pasa con las medicinas. Segundo. La desigualdad. El crecimiento económico en el capitalismo no implica que toda una sociedad acceda a bienes y servicios que le proporcionen un mayor bienestar. El capitalismo es un sistema que naturalmente tiende a la concentración de riquezas si no es regulado. Su principio de libre mercado es apenas un postulado teórico irrealizable en la realidad en la que los peces gordos comen a los pequeños y van ganando un poder contra el que nadie puede luchar. Existen estudios que demuestran que en las sociedades desiguales, empeora la calidad de la democracia, los niveles de violencia, etc. Pero la violencia también puede hacer que la economía crezca, ya que se venden más seguros, o el servicio de guardias privados, etc. Tercero. Las ideologías. El crecimiento económico no puede ser infinito, ya que tenemos un solo planeta con recursos finitos. Si bien existen recursos renovables y la ciencia avanza permanentemente en el descubrimiento de nuevas fuentes de energía, el daño que produce la actividad humana sobre el ambiente es a veces irreversible (desertificación, sequía de cauces hídricos, calentamiento global, etc.). DE LAS 100 ECONOMÍAS MÁS GRANDES DEL PLANETA, 49 SON PAÍSES Y 51 EMPRESAS TRANSNACIONALES. El desarrollo humano de las Naciones Unidas Desde la cosmovisión de los Derechos Humanos, las Naciones Unidas han intentado también corregir los errores de la concepción puramente capitalista del 21
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] desarrollo. Así con el Primer Informe de Desarrollo Humano de 1990, Naciones Unidas presenta el nuevo paradigma de desarrollo bajo el título �Desarrollo Humano�, con énfasis en la generación de oportunidades iguales para todos, cuyo norte es el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y pone en valor la vida humana en sí misma. Para ello han elaborado el concepto Desarrollo Humano. El mismo, además considera que el crecimiento económico es sólo una de las vías para alcanzar el bineestar de los seres humanos. Se propone las metas de ampliar la universalización a los servicios básicos de salud y educación. Según una de las principales definiciones, el desarrollo humano es aquel que “sitúa a las personas en el centro del desarrollo. Trata de la promoción del desarrollo potencial de las personas, del aumento de sus posibilidades, y del disfrute de la libertad para vivir la vida que valoran”. El desarrollo, así, es visto no solo como crecimiento económico, sino como un “proceso por el que una sociedad mejora las condiciones de vida de sus ciudadanos a través de un incremento de los bienes con los que puede cubrir sus necesidades básicas y complementarias, y de la creación de un entorno en el que se respeten los derechos humanos de todos ellos”. En los informes de 1992 y 1993, se introduce en la definición de desarrollo humano las dimensiones de participación y sustentabilidad. Concretamente, en el intento de “medir” el desarrollo humano, el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), considera los indicadores siguientes: •
En cuanto a salud: la esperanza de vida al nacer (es decir la cantidad de años promedio que vive una persona en una sociedad).
•
En cuanto a educación: la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta combinada de matriculación en educación primaria, secundaria y superior, así como los años de duración de la educación obligatoria.
•
En cuanto a ingresos: el Producto Interno Bruto per cápita (PIB per cápita) en dólares internacionales.
Se critica al índice por seguir tener un énfasis en el bienestar individual dando 22
un peso importante al PIB, al mismo tiempo que no se incorpora la cuestión ambiental y las desigualdades. Con este objetivo se creó, por ejemplo, un deflactor del índice según la desigualdad. Cabe destacar que para medir el desarrollo humano Naciones Unidas ha construido el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Con este índice que se plantea como integral arroja que el valor IDH promedio para la región es 0,741, el segundo mayor (después de Europa y Asia central, con un 0,771) y por encima de la media mundial, situada en el 0,694. Otra consideración importante de los resultados del PNUD es que la región muestra un buen comportamiento en todos los indicadores que componen el IDH. La esperanza de vida media al nacer es de 74,7 años y el promedio de años de escolarización previstos esperados de 13,7 sitúa a la región a la cabeza de otras regiones en lo que respecta a estos componentes. De hecho la esperanza de vida media al nacer es casi cinco años superior que el promedio mundial. La región también ocupa la segunda posición tanto en años promedio de instrucción (con una media de 7,8 años) y Producto Interno Bruto (PIB) per cápita. El PIB per cápita promedio se encuentra por encima de la media mundial de 10.184 dólares estadounidenses. Ahora bien, la región sufre una pérdida media del 25,7% en cuanto al IDH ajustado por la desigualdad, por encima de la pérdida media mundial del 23,3%. El componente de ingresos es donde la pérdida debida a la desigualdad es mayor (38,5%) seguido de la educación (23%). La mayor pérdida debida a las desigualdades la sufre Haití (40,2%), seguido de Bolivia (34,2%). Al considerar la media del valor del Índice de Desigualdad de Género para la región, se tiene 0,419, un valor inferior a la media mundial situada en el 0,463, situándose como tercera región. La tasa de fertilidad adolescente media de la región se encuentra por encima de la media mundial, mientras que los logros de educación secundaria y superior están por debajo, tanto en el caso de los varones como en el de mujeres. Si bien no está discriminado según área de residencia (rural/urbano), la región encabeza la lista en cuanto a escaños ocupados por parlamentarias, 23%, más de tres puntos porcentuales por encima de la media 23
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] mundial del 19,5%. La tasa de participación de mujeres y varones en el mercado laboral también se encuentra por encima de la media mundial. Según los resultados del PNUD, la mano de obra infantil parece ser un problema en Perú y Belice, donde más de un tercio (34% y 40%, respectivamente) de los menores comprendidos entre 5 y 14 años están económicamente activos.
Audiovisuales sugeridos: Guerra de pacificación de la Amazonia (1973). Yves Billion. Este documental es el último capítulo de la historia de las tribus indígenas de Brasil víctimas de la civilización moderna. El primer contacto con los indígenas Parakanas comienza por el proceso de pacificación. Las civilizaciones indígenas de la Amazonía brasilera agonizan o están muertas. ¿Qué podrían mostrarnos mejor que nuestra propia crueldad, nuestra ignorancia y nuestra pretensión? http://www.zaradoc.com/es/documentaires/guerra-de-pacificacion-de-laamazonia/#sthash.87EjA4TB.dpuf Comprar, tirar, comprar (2011). Cosima Dannoritzer. Sobre obsolescencia programada, es decir, la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo. Este parecería ser el motor actual de la industria capitalista con devastadores impactos ambientales. Se encuentra en YouTube. 24
Baraka (1992). Ron Fricke. Documental filmado en 24 países que narra, en términos eminentemente visuales, aurales y musicales, la evolución de la Tierra y de la Humanidad, al mismo tiempo que señala las formas en que el ser humano se ha relacionado con su medio ambiente. La fragilidad de la vida humana es contrastada con la grandeza de sus obras, al mismo tiempo que se subraya la desigual relación entre hombre y naturaleza, y dentro de las sociedades. Y también la lluvia (2010). Icíar Bollaín. Narra el rodaje de un filme de época en torno al mito de Cristóbal Colón, cuando la población de Bolivia se levantó contra una poderosa multinacional estadounidense y recuperó un bien básico: el agua. Las protestas de trabajadores y campesinos, las huelgas y manifestaciones dejaron la ciudad de Cochabamba aislada durante días y días, después de que la compañía norteamericana Bechtel intentara subir de manera disparatada el precio del agua (un 300%). La dimensión de la protesta fue tal que Bechtel abandonó el mercado boliviano, el contrato del agua quedó cancelado y se instaló una nueva compañía bajo control público. El desarrollo desde las miradas críticas En contraposición a la visión liberal capitalista, a lo largo de la historia fueron surgiendo corrientes políticas y de pensamiento que buscaron definir otros modelos de desarrollo. Actualmente, incluso, algunos proponen la necesidad del decrecimiento económico para volver a armonizar la relación entre las sociedades humanas y la naturaleza. El buen vivir de los pueblos latinoamericanos En los últimos años ha tomado fuerza el concepto del buen vivir, promovido por varios pueblos originarios de América Latina, y que pretende sustituir al 25
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] concepto de desarrollo instalado por el capitalismo. Algunos Estados progresistas han incorporado inclusive elementos de esta cosmovisión en sus constituciones nacionales, como Ecuador y Bolivia, aunque en términos de políticas reales sigue habiendo importantes contradicciones. “El “Buen Vivir” toma su terminología Sumak Kawsay de la cosmovisión ancestral kichwa de la vida. Según sus proponentes está presente de forma similar entre los aymará como suma qamaña y entre los guaraníes como teko porâ. En su significado quechua original, sumak hace referencia a la realización ideal y hermosa del planeta, mientras que kawsay significa “vida”, una vida digna, en plenitud. El “sumak kawsay” ancestral considera a las personas como un elemento de la Pachamama o “Madre Tierra” (madre mundo). Así, a diferencia de otros paradigmas, el buen vivir moderno, inspirado en la tradición indígena, buscaría el equilibrio con la naturaleza en la satisfacción de las necesidades (“tomar solo lo necesario” con vocación para perdurar), sobre el mero crecimiento económico.” (Wikipedia) Este concepto ha permitido el desarrollo de nuevas leyes y debates como aquel acerca de los Derechos de la Madre Naturaleza. El buen vivir, es la satisfacción plena de las necesidades básicas de toda la población, es decir dotarle de todo aquello que fue negado en los gobiernos excluyentes y neoliberales. El buen vivir, un término que nos hace meditar y pensar, que el Gobierno se preocupa por el bienestar de su gente, de las comunidades, campesinos, trabajadores, maestros, entre otros. De acuerdo con el Plan Nacional del Buen Vivir para la República del Ecuador (2009-2013) los elementos que lo constituyen son:
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La satisfacción de las necesidades;
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Calidad de vida;
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Muerte digna;
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Amar y ser amado;
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Florecimiento saludable de todos en armonía con la naturaleza;
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Prolongación indefinida de las culturas;
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Tiempo libre para la contemplación;
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La emancipación y ampliación de las libertades, capacidades y potencialidades.
Desarrollo y bienestar en el campo ¿Cómo afecta el desarrollo actual del capitalismo global a las realidades rurales sudamericanas? La tierra y el agua en el centro de la disputa La voracidad del desarrollo capitalista demanda una cantidad cada vez mayor de recursos naturales de todo tipo. En este sentido, los recursos renovables, como la tierra y el agua, tienen un fuerte atractivo, ya que parecerían no tener fecha de caducidad. Así, por ejemplo, ante las crisis del petróleo, las empresas ven una salida en los agro-combustibles producidos a partir de variedades vegetales (caña de azúcar, maíz o soja). Las más afectadas, por tanto, son las comunidades campesinas e indígenas que ven sus territorios en la mira de las grandes empresas. Estos factores son los que explican la consolidación -en las dos últimas décadas- de un nuevo modelo de organización socio-territorial en la región. La piedra basal de esta reorganización de los espacios rurales es la imposición y consolidación de una lógica empresarial por sobre una lógica de producción y desarrollo de la agricultura familiar. Por lo que respecta al modelo empresarial, en la actualidad está vinculado a los agronegocios, y definido por un universo de actores que operan con la lógica de imponer el uso intensivo del capital (multinacionales químicas y de provisión de insumos, comercialización de commodities, industrialización alimentaria, empresas certificadoras y grandes hipermercados de comercialización final, animados por el claro interés de ganancias extraordinarias), los cuales concuerdan con el discurso legítimo del desarrollo. Este esquema se fundamenta en el supuesto de que la agricultura inherente a la colocación de tecnologías de punta y sofisticados insumos, como semillas genéticamente modificadas, agrotóxicos, y maquinarias - para posibilitar la 27
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] producción a gran escala, vía los mercados externos, con alta productividad orientada a la maximización de las tasas de ganancia siempre implica crecimiento económico y empleo competitivo, acuerdos comerciales ventajosos y modernización para las sociedades. Estas transformaciones de la agricultura sudamericana en las que se crean espacios para la penetración de relaciones capitalistas, atañen también a la introducción y despliegue de la producción agrícola de agrocombustibles basados en semillas oleaginosas y desecho de aceites (dado el creciente uso del agrodiesel y etanol). Este proceso implica aún más acaparamiento de tierras destinadas tradicionalmente a la pequeña agricultura; y más ocupación de crecientes extensiones de tierra para el cultivo de la caña de azúcar, con impactos en el alza de los precios del azúcar. Si se analiza este patrón de desarrollo no es nuevo para América Latina, lo novedoso es la alteración socioambiental y en los modos de vida de las comunidades rurales con una fuerza tal, que las políticas públicas tienden a ser modeladas para la incorporación de tecnologías y el uso intensivo de insumos agrícolas. La imagen de esta reconfiguración del agro sudamericano, asumida como un modelo agrícola industrializado, desde los desafíos de la Sucesión Rural, es fuertemente problemática. El agronegocio: tendencias actuales Es notorio el incremento de los procesos de producción de cereales (principalmente en el Cono Sur, el cultivo de soja/soya transgénica) en millones de toneladas para la exportación, orientada a cubrir el forraje necesario para la producción mundial de animales, que a su vez constituye la base proteínica de los alimentos fabricados para el consumo de países europeos y asiáticos. Con esta misma orientación, en las últimas décadas, cada vez más se adoptan monocultivos de maíz, trigo, arroz, y caña de azúcar, entre otros. América del Sur es la región que registra el crecimiento más acelerado de la producción de soja/soya a nivel mundial: �Durante los últimos 40 años, su área 28
de producción ha incrementado 30 veces. En 1978 la superficie sembrada con soya en América del Sur superó la existente en Asia, y en el 2003, la de América del Norte. La introducción de variedades genéticamente modificadas (GM) en la región ha marcado una nueva fase de expansión en la producción de soya� (Catacora, Galeano, Zanon, Aranda, Palau y Onofre, 2012: 1). Varios estudios prevén que el proceso de agriculturización continuará su curso, pues el cultivo de soja se está expandiendo con fuerza hacia zonas ganaderas y bosques por medio del desmonte. Desde el mundo empresarial, algunas posiciones políticas y académicas se propone con fuerza que este proceso sea la “estrategia central” del desarrollo de América Latina. Desde estas posiciones que alientan la producción de commodities, se planea que América Latina puede constituirse en la gran despensa del mundo, al considerar el enorme potencial de la tierra aún no cultivada “ni siquiera está aprovechada el 50% de la tierra” (Torero, 2013). El gráfico siguiente permite ver la evolución del cultivo de soja en Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. La línea indica que este cultivo se ha incrementado progresivamente, y continuará su curso ascendente. Evolución de la superficie de siembra de soja en países del MERCOSUR 50.000 45.000
Milhões de Hectares
40.000 35.000 30.000
Uruguay Bolivia
25.000
Paraguay Brasil
20.000
Argentina
15.000 10.000 5.000
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
20131
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Año
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] Los mitos del agronegocio Mayor productividad Varios estudios demuestran que las semillas transgénicas tienen una menor productividad por hectárea que las semillas autóctonas o convencionales. Si a esto se suma el valor de la diversidad de la producción y el de la regeneración ambiental que permite la agricultura campesina, el mito de la productividad cae por tierra. El tema es que el agronegocio tiene tecnologías que facilitan todo el proceso de producción, generando un balance monetario positivo a los grandes productores. Es decir, por más de que la tierra produzca menos y se destruya el ecosistema, la mecanización basada en los agrotóxicos y otros insumos externos, al demandar menos trabajo, resulta más rentable para las empresas. Quieren alimentar al mundo La propaganda de los agronegocios se basó siempre en que hay que aumentar la producción de alimentos para nutrir a un mundo con cada vez más habitantes. No sólo debido a su menor productividad se puede derribar este mito, sino también porque en los últimos años se vino promoviendo con fuerza la producción de agrocombustibles. ¿Y dónde quedó el hambre en el mundo? ¿No se debería cuestionar el sistema mundial de consumo y transporte de productos antes que destinar millones de hectáreas de tierra a la producción de combustibles? La verdad es que las empresas de los agronegocios buscan ganar dinero y controlar mercados, sin que les importe el resto. Según la FAO, a pesar de un crecimiento anual del 3% del sector agronegocios en América Latina entre 1995 y 2010, aún hay 49 millones de personas con hambre en la región6.
6 FAO (2012) Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2012 en América Latina y el Caribe. Roma.
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Equilibran las economías de nuestros países La exportación genera ingresos monetarios que se derramarían a otros estratos sociales de nuestros países. Esta afirmación puede tener validez en campo macroeconómico, pero cuando se analiza otros indicadores de la realidad social, pierde sentido. Por mencionar solo un ejemplo, el agronegocio puede controlar mil hectáreas de tierra con un trabajador y mucho capital, mientras que en ese territorio podrían vivir y trabajar unos 500 campesinos y campesinas. Además, como la mayor cantidad de exportaciones se da en bruto, tampoco se generan muchos puestos de trabajo en las ciudades. Les preocupa la sustentabilidad Otro de los postulados de la propaganda agroempresarial es que les preocupa la sustentabilidad del planeta, por eso buscan crear variedades vegetales más resistentes a plagas y condiciones climáticas. La realidad es que con el uso de estas semillas se incrementan exponencialmente la deforestación y la utilización masiva de agrotóxicos. Los monocultivos aniquilan la riqueza biológica del suelo, que pasa a depender de fertilizantes químicos, si no queda como un desierto. Presión del agronegocio sobre las tierras de los pequeños productores La rentabilidad de los agronegocios se basa en las economías de escala, es decir, en la producción masiva. Esto exige un acaparamiento de tierras siempre mayor, lo cual hace que los pequeños productores no puedan competir en el mercado. Es por ello que en muchos casos resulta más rentable, al pequeño y mediano productor, arrendar o vender su tierra, dando así un primer paso hacia la migración a las ciudades.
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales]
Audiovisuales sugeridos El mundo según Monsanto (2008) Marie Monique Robin. Cuenta la historia de la gigante transnacional estadounidense de los agronegocios. Sus políticas sucias a lo largo y ancho del mundo para imponer en la agricultura sus semillas transgénicas sujetas a patentes y todo el paquete tecnológico que las acompaña.
La disputa por la tierra Dentro de la lógica del agronegocio, la tierra no es considerada un sustento básico de la vida social y familiar, sino que es considerada un bien negociable, por lo que su valor dependerá de la competitividad de los bienes que se puedan desarrollar en la misma. Además, para que la tierra funcione como un bien negociable, es necesario que el mercado de tierras esté liberalizado, lo cual está sucediendo en la mayoría de los países del MERCOSUR Ampliado. Esto trae como consecuencia un proceso de intensificación de la concentración y extranjerización de la tierra: �...la región (sudamericana) manifiesta en las últimas décadas un proceso de concentración de tierras y de disminución del peso de la agricultura familiar muy importante� dado que la consolidación de la lógica productiva del agronegocio se traduce en una mayor demanda de tierras y recursos, esto es, en
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aumentos de escala, en un contexto global que rescata y valoriza los territorios rurales según las condiciones de competitividad y riqueza de los mismos. En los datos, esto puede verse en dos procesos: a) las explotaciones de menos de 100 has disminuyen, lo cual manifiesta un proceso claro de pérdida de agricultores familiares (la excepción es Brasil, en donde se observa un aumento de las producciones que tienen entre 10 y 50 has.); b) las explotaciones más grandes crecen en superficie, lo cual muestra un fuerte proceso de concentración de la tierra en esta categoría, que se suma a la ya desigual distribución histórica. Para la consolidación de dicho modelo han sido claves la falta de regulación de los territorios rurales y la extrema movilidad de los nuevos actores. Ante esta situación que arrincona a miles de comunidades campesinas e indígenas, no deja de llamar la atención que la discusión sobre la desigualdad de la posesión de la tierra y la Reforma Agraria sea un campo de debate marginal, ausente incluso en muchas propuestas electorales. Cabe señalar que la mayoría de las constituciones nacionales de los países del MERCOSUR contemplan la función social de la tierra, pero por un sinnúmero de problemas actuales e históricos, se ha avanzado poco en el camino de la Reforma Agraria, y sobre todo, en propuestas que beneficien a jóvenes rurales. Este proceso viene generando conflictos sociales, particularmente desalojos, expulsión de pequeños productores y graves situaciones de violencia. Por último, es importante señalar que muchas veces no es la tierra lo que preocupa o lo que se pretende adquirir y controlar, sino el agua que permite su producción. Si se considera la relevancia singular que tiene la posesión de la tierra para las sociedades rurales, y en especial para la agricultura familiar, campesina e indígena, como un requisito imprescindible para los derechos a la vida, la necesaria Sucesión Rural y al desarrollo de la familia -tanto desde el plano laboral hasta el cultural, como para posibilitar la participación y derechos políticos-, a todas luces queda en evidencia, esta situación, en la que el derecho al territorio y la tierra está francamente comprometido para las actuales generaciones jóvenes 33
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] del campo, constituye no sólo un problema económico, sino un problema social, político y cultural, de muy serias implicancias. Impactos en las sociedades sudamericanas Debido a las tendencias destacadas en la agricultura y ganadería a partir de la década de los 90, cuando esta reorientación del desarrollo entra en auge en contextos de democracia, la agricultura capitalista pasará a tener la influencia más determinante que se registra en la historia y la vida de los pueblos de la región. Estos impactos no sólo se sienten en los territorios rurales, sino en todo el conjunto de las sociedades sudamericanas. Entre esos impactos podemos mencionar: Pérdida de soberanía política y económica El poder que detentan las grandes transnacionales a nivel mundial les ubica en un lugar privilegiado frente a nuestros Estados, por lo cual tienden a imponer sus condiciones en el campo de las políticas públicas y económicas. En ese sentido se puede observar una liberalización creciente del mercado de las tierras, es decir, todo se compra, todo se vende, sin importar la historia o el patrimonio que un territorio contenga. Estos procesos tienden a reafirmar la situación de desigualdad que se vive en los distintos países, incluyendo aún nuevos actores transnacionales que tienden a imponerse sobre los actores locales que ancestralmente gestionaron sus espacios. Un indicador llamativo al respecto es que en la mayoría de las campañas electorales, las reformas agrarias y los actores del campo ocupan un lugar muy marginal, cuando no inexistente, de los discursos y propuestas. Pérdida de la soberanía alimentaria Los monocultivos de exportación compiten cada vez más con las producciones locales de alimentos, lo cual hace que se haya entrado en una tendencia constante de menos disponibilidad de alimentos, aumento de los costos de acceso, y más 34
presión por la tierra de la Agricultura Familiar y de los Pueblos Originarios; con un sinnúmero de problemas de presión social sobre las ciudades. Los alimentos o insumos para su cultivo pasan a depender de los mercados internacionales, socavando el poder de los pueblos de producir el propio sustento. Será también la producción menos diversa y con mayores dosis de agrotóxicos, alterando así el equilibrio nutricional de la población. La pérdida del patrimonio genético alimentario de la humanidad es un efecto preocupante que traen consigo las semillas transgénicas y la agricultura mecanizada. Por otra parte, estudios médicos comienzan a relacionar la elevación del número de casos de distintos tipos de cáncer con el consumo de alimentos cada vez más envenenados con químicos agrícolas. Crisis climática La agricultura mecanizada es una de las grandes responsables de la actual crisis ambiental generalizada que origina trastornos climáticos de todo tipo. La pérdida de la masa boscosa unida a la emisión de gases de efecto invernadero, la alteración de los ciclos hídricos, la desertificación, entre otros, pone en verdadero riesgo el equilibrio de la biósfera. Es decir, de todo el ecosistema planetario. Pérdida del patrimonio natural y cultural de los países A medida que avanzan los agronegocios, nuestros países van perdiendo sus bosques nativos, sus cursos de agua, y las culturas milenarias, relacionadas con ellos. Crisis sociales A medida que las grandes empresas imponen sus sistemas productivos intensivos en capital para la exportación en bruto, el desempleo crece en todos los sectores de la sociedad, lo cual instala un terreno favorable para la creación de puestos de trabajo en condiciones de explotación. La migración obligada e insuficientemente atendida por los Estados, tiende a trasladar el problema a las ciudades, donde suelen aumentar los problemas de violencia. 35
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] Extranjerización Con la liberalización de las tierras, las mismas quedan sujetas enteramente a las leyes del mercado, es decir, a disposición de los capitales transnacionales. Según los Estados tengan más o menos regulaciones y poder de control real, los países irán perdiendo su capacidad de definir políticas territoriales... Así, por ejemplo, en Paraguay hoy, el 20% de las tierras están en manos de extranjeros. Impactos en los territorios rurales En los territorios rurales, propiamente, el avance de los agronegocios tiende a producir los siguientes impactos: Desertificación ambiental y social A medida que avanzan los agronegocios, toda la riqueza natural y cultural de los territorios queda reducida a desiertos verdes sumamente tóxicos. Las comunidades ven así un deterioro constante de sus espacios ecosistémicos. Se degradan los suelos y cursos de agua, base fundamental de la reproducción natural. Se produce un despojo del patrimonio genético y se compromete seriamente la Sucesión Rural y la satisfacción de los derechos básicos de las nuevas generaciones. Pérdida de conocimientos ancestrales Ante la implantación de un modelo único de producción, los conocimientos tradicionales de las comunidades van quedando relegados y finalmente olvidados. Intoxicaciones masivas El avance del modelo agroempresarial genera, en Estados débiles, graves afectaciones a la salud de las poblaciones campesinas e indígenas por la diseminación de los tóxicos usados en la agricultura.
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Privatización de todos los espacios La liberalización absoluta de los mercados de la tierra hace que cada vez más territorios pasen a dominio privado, eliminándose así otras formas de tenencia colectiva como los campos comunales o los territorios indígenas. Exclusión y desempleo Dada la peculiaridad del mercado de empleo rural en el contexto signado por los agronegocios, se observa una mayor rigidez en la dinámica de las fuerzas laborales. A medida que una finca familiar o aldea indígena posea menos tierras, se presentan menos posibilidades para la reproducción de la fuerza de trabajo juvenil, afectando el “modo de vida” de la pequeña agricultura familiar. Violencia En algunos países, como Paraguay, por ejemplo, el avance de los agronegocios se da por medio de la violencia y las amenazas a comunidades campesinas e indígenas por parte de productores extranjeros que quieren quedarse con las tierras. Concentración de la tierra Como ya fue mencionado, las propiedades son cada vez más grandes y con menos población. Expulsión La migración rural-urbana es un fenómeno que trasciende a los impactos del agronegocio. Ésta puede darse por atracción de las ciudades o por expulsión de los territorios. Con la desertificación y la violencia, los agronegocios tienden a expulsar a comunidades del campo y refuerzan la idea de que la única alternativa para las familias rurales es la migración a las ciudades. Esto va generando un efecto en cadena, ya que grandes porcentajes de franjas etarias enteras parecen estar ausentes en los territorios. 37
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] Impactos en las juventudes campesinas La sucesión en riesgo Los rasgos que caracterizan al actual modelo de desarrollo agroexportador y a la presente época de las sociedades rurales sudamericanas, inevitablemente, modifican las bases de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena y redefinen la posición (ahora más desigual) que ocupan los jóvenes rurales, pues se afecta de modo directo en las condiciones para la realización personal y vocacional, y el sustento, que es el vínculo con la tierra, la naturaleza y la producción como soportes principales de la Sucesión Rural, precisamente, mediante la tenencia y uso de la tierra. Es así, cuando muchos jóvenes rurales, mujeres y varones, no logran materializar en sus vidas el derecho a un patrimonio rural, y además se desvinculan de otros derechos y de las labores agrarias; o en todo caso se ven obligados a ser mano de obra rural de actores privilegiados, ajenos a la agricultura familiar, campesina e indígena que sí han tenido acceso, uso y control de factores productivos. Así, la pequeña agricultura entra en un proceso de desfamiliarización, de debilitamiento de sus procesos de reproducción económica y social. De no revertirse este proceso, las consecuencias del mismo para las juventudes rurales de la región son desalentadoras, ya que vienen enfrentando sensibles obstáculos para acceder a las tierras de sus padres para producir (más allá de los inconvenientes de la sucesión rural en la finca familiar), o la perspectiva para ser sujetos de eventuales reformas agrarias. Así los y las jóvenes de la agricultura familiar tienden a formar parte de aquellos campesinos sin tierra, que accionan distintas estrategias de trabajo o de subsistencia. En algunos casos los y las jóvenes que permanecen con sus familias, buscan trabajo en el área rural agrupada. Asimismo, aquellos jóvenes rurales cuyos padres van dejando el trabajo de sus tierras, tienden a ir perdiendo la experiencia y el saber hacer o saber producir sus propios alimentos, aunque se tenga algunas pocas parcelas de tierras baldío. 38
Tierras: ni herencia ni acceso La fuerte presión del mercado sobre las tierras hace que la única opción de acceder a ellas para los jóvenes sea la herencia, con la dificultad de parcelación entre hermanos. Los precios en aumento, el capital internacional, y los agronegocios elevan los precios de las mismas a tal punto que resultan prácticamente inaccesibles a la compra. Algunas políticas estatales son la única forma de combatir esta tendencia. La educación que no sirve Los programas de educación oficial tienden a urbanizar los contenidos del currículum escolar. Las universidades, por su parte, en relación con los intereses del sector privado hegemónico, tienden a producir, más que nada, conocimientos útiles a los actores del agronegocio. La precariedad de los sistemas tradicionales de transmisión del conocimiento ancestral frente al aparato estatal capitalista, hace que los mismos se vayan perdiendo. Esto sitúa al joven rural en una posición desventajosa, tanto si quiere seguir produciendo en el campo, como si quiere migrar a la ciudad. El debilitamiento de los ecosistemas de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena El campo fue siempre una fuente de recursos productivos para la Agricultura Familiar, sin embargo, cuando el joven mira hoy las posibilidades de futuro allí, no puede ver más que la opción de incorporarse a la producción mecanizada si tiene cómo, o migrar a las ciudades. Esto se da por la pérdida de los recursos naturales utilizados y reproducidos históricamente por la AFCI, o por la amenaza directa de la producción mecanizada en cuanto al envenenamiento de los medios de sustento básico como las propias plantaciones o el agua.
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] La recreación Con el vaciamiento del campo, las y los jóvenes ven el abandono generacional masivo de las comunidades, perdiendo así gran parte de sus espacios de recreación, fundamentales para el desarrollo personal. La migración como vía Ante la imposibilidad de incorporarse al agronegocio, de heredar o acceder a una parcela de tierra, de formarse técnicamente para producir o comercializar mejor los productos de la agricultura familiar, ante el abandono del campo por gran parte de su generación, la única vía que verán muchos jóvenes campesinos para un futuro mejor es la de la migración a la ciudad. La resistencia y reconstrucción de la AFCI En estos tiempos difíciles para la Agricultura Familiar, surgen resistencias y formas de reconstrucción de la vida campesina e indígena en distintos movimientos sociales locales, nacionales y regionales. Se abordará este tema con más detalle en cuadernos posteriores. Por ahora basta empezar a conocer y pensar en ellas. La fortaleza de las sociedades rurales Las sociedades rurales no solo tienen la fuerza como para sostener las propias demandas, sino que son fundamentales para un cambio de paradigma en el modelo económico productivo de nuestras sociedades. Son las sociedades rurales las que pueden sostener paradigmas como el “buen vivir”. Surge de ellas. Existe en ellas. En las comunidades indígenas. Y en la Agricultura Familiar y Campesina. La familia campesina necesita mucho menos dinero para sobrevivir, y eso la hace mucho más independiente de toda la estructura económica. Las sociedades urbanas se encuentran excesivamente dependientes de los mercados para la satisfacción de sus necesidades básicas como la alimentación. 40
La fuerza de las juventudes Dentro de las sociedades rurales, las juventudes son un actor protagónico según lo vienen reconociendo organismos internacionales como la FAO. Algunos de los principales llamados a los gobiernos y referencias a las juventudes rurales, consideradas esenciales para contribuir activamente a la reproducción de la vida de toda la humanidad se puede citar: “Si se estimula su idealismo y su energía, en lugar de frenarlos, los jóvenes pueden realizar de hecho una importante contribución a la reducción y eliminación del hambre7” (FAO, 1999) Por medio de las ideas de Bacerra (2001: 12)8: En los años recientes se ha adquirido mayor conciencia del aporte actual y potencial de las generaciones jóvenes, que reviste mayor importancia que en situaciones históricas anteriores. Debido a sus características etarias, mayor capacidad de aprendizaje, capacidad de adaptación y asimilación de nuevas tecnologías, y a su condición de ‘generación de reemplazo’, el papel de los jóvenes se vuelve estratégico dentro del marco de desarrollo rural sostenible de América Latina. De este modo, se dan precisiones sobre por qué las nuevas generaciones del campo merecen un apoyo diferenciado: “Un primer paso para lograr la incorporación de los jóvenes a la lucha contra el hambre y la pobreza rural, es el reconocimiento por parte de los gobiernos y tomadores de decisiones que los jóvenes se pueden convertir en un participante importante en el desarrollo de estrategias nacionales referentes a la agricultura y al desarrollo rural de los países en vías de desarrollo. La experiencia ha demostrado que las inversiones en la juventud tienen ventajas inmediatas y de largo plazo. (Bacerra, 2001: 12) 7 Véase “Juventud contra el hambre. Cumbre Mundial sobre la Alimentación.”(FAO, 1999). http:// www.fao.org/noticias/1999/img/INFNOT99.pdf 8 Bacerra, Cristián (2001) “Consideraciones sobre la juventud rural de América Latina y el Caribe.” FAO. Santiago de Chile.
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] En concordancia con ello, más recientemente, durante el “Diálogo Regional de Planificación y Movilización Territorial por el AIAF CI 2014”, las organizaciones de la agricultura familiar campesina e indígena recibieron un estimulante mensaje por parte del Director Genral de la FAO, quien destacó el papel de la juventud rural como protagonista del desarrollo rural, además subrayó la necesidad de otorgar “incentivos a las personas jóvenes para que continúen en el campo” y así así “aseguren la transmisión de conocimiento entre generaciones” (José Graziano da Silva). Las organizaciones sociales rurales e indígenas A lo largo y ancho del continente, distintas fuerzas sociales del campo vienen pensando, exigiendo y transformando el modelo de desarrollo actual. Lo hacen desde sus territorios, desde sus estructuras políticas estatales y cada vez adquieren mayor importancia los movimientos internacionales, como la COPROFAM y la Vía Campesina. Algunos ponen más énfasis en las reformas y las negociaciones con los Estados, mientras que otros optan por una construcción alternativa que se asienta en la confrontación con el modelo y sus estructuras. Dentro de todo, sin embargo, se pueden identificar demandas comunes como la tierra, la protección del ambiente, el trabajo digno, la movilidad, la educación coherente con los contextos de los pueblos del campo, entre otras. El derecho al arraigo Muchas corrientes de pensamiento hablan del derecho a la migración que tiene cualquier persona en el mundo, pero con particular énfasis en las poblaciones rurales. Es, sin embargo, importante resaltar, así como lo hacen varios movimientos sociales, que como contrapartida y ante todo tenemos un derecho al arraigo. Es decir, a seguir viviendo en donde nacimos. Para reflexionar: ¿Cuáles son las formas de resistencia que reconozco en mi comunidad, provincia y país? ¿Por cuáles demandas estos grupos o personas luchan?
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GLOSARIO Agronegocios: Está caracterizado por el negocio derivado de la actividad agraria a escala, posibilitado por biotecnología y la tecnología moderna, orientado por el desarrollo empresarial agroindustrial. En Sudamérica, el mismo se implementa con fuerza a través del “modelo sojero”, provocando el despoblamiento de las sociedades campesinas e indígenas, así como la agudización de la concentración de la propiedad de la tierra. Capitalismo: Sistema social de explotación y dominación de alcance mundial basado en la iniciativa individual de “libre comercio” regulada por contratos, en permanente conquista y extensión de territorios sociales y geográficos. Desde el marxismo, se concibe al capitalismo como un modo específico de producción y de relaciones sociales resultantes, como la apropiación del producto del trabajo. Tiene diversas fases históricas. Extractivismo: En sentido amplio, comprende “actividades que remueven grandes volúmenes de recursos naturales, no son procesados (o lo son limitadamente), y pasan a ser exportados”. Gudynas plantea que a mayor peso de los sectores extractivos en los países de la región, más pobreza y limitaciones en el acceso a la alimentación. Es más, en el siglo XXI se estaría desarrollando un nuevo extractivismo o “post-extractivismo” en América Latina, donde los Estados juegan un papel crucial en la “obsesión extractivista” redistribuyendo algunos de sus excedentes, sin lograr revertir sus impactos ambientales y sociales diversos (Gudynas, 2009). Ideología: Norberto Bobbio explica dos significados. El más usual hace referencia a los sistemas de creencias políticas, esto es, un conjunto de ideas y valores concernientes al orden político que tiene la función de guiar los comportamientos políticos colectivos, como sistemas de creencias explícitas, integradas y coheren-
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[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] tes, que justifican el ejercicio del poder, explicitan y juzgan los acontecimientos históricos. El otro sentido, es el concepto de ideología de Marx, entendido como falsa conciencia de las relaciones de dominación entre las clases (como ilusión que obstruye el descubrimiento de la verdad). Denotando que las Ideas y teorías que son determinadas por las relaciones de dominación entre las clases y justifican tales relaciones dotándolas de una falsa conciencia, como ilusión o creencia no autentica que obstruye el descubrimiento de la dominación). Mercosur Ampliado: Desde su creación (1991) a la actualidad el Mercado Común del Sur (Mercosur) atravesó diversas fases dese el punto de vista de la integración regional. Luego de la primera etapa con sus primeros socios fundadores: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, el bloque se amplió paulatinamente desde el año 2005 con la inclusión de Venezuela como miembro pleno. En tanto bajo el estatus de estados asociados, se va expandiendo el alcance sudamericano del bloque mediante la incorporaron Bolivia, Chile, Perú, Colombia y Ecuador, otorgándole mayor complementariedad y peso político del Organismo (para más información véase: http://www.mercosur.int/innovaportal/v/462/1/innova.front/estados_ asociados. Es importante destacar que simultáneamente a esta transformación, con cierta afinidad e identidad político-ideológica, se llevan adelante importantes medidas de profundización del contenido del proceso de integración: aprobación del Código Aduanero del Mercosur, relanzamiento de negociaciones comerciales con la Unión Europea, creación de oficinas comerciales en África, la inclusión de una agenda social común, decisiones para la integración productiva, creación del Fondo Mercosur para los pequeños empresarios y del Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur para superar asimetrías con los países de menor desarrollo relativo, temas relativos al medio ambiente, juventud, y otras políticas conjuntas. Por supuesto, que la integración no está exenta de desavenencias y retrocesos, como la destitución de Paraguay, tras el golpe institucional en junio del 2012 del presidente Fernando Lugo, al violarla Cláusula Democrática que rige en el Protocolo de Ushuaia. Modelo de desarrollo: Se trata de categorías compuestas “modelo” y el sustantivo “desarrollo”. Modelo es una teoría o relación entre elementos diferentes para explicar lo que sucede en la práctica de una sociedad, es una representación simplificada de la realidad. Así el “modelo de desarrollo” refiere a un conjunto de relaciones económicas y sociales, con su estructura económica, interacción de clases sociales -con valores y intereses específicos, que configura un sistema socio-económico y el estilo de vida. Sería el tipo de organización socioeconómica 44
y política de la sociedad dirigida al uso de recursos para la satisfacción de necesidades. El desarrollo está muy vinculado a la idea de crecimiento meramente económico, por lo cual existen muchas voces críticas al concepto de “desarrollo”, por ejemplo, Eduardo Gudynas, Alberto Acosta, entre otros. Monsanto: Se trata de uno de los seis más grandes fabricantes de transgénicos agrícolas y agrotóxicos del mundo (junto a las empresas DuPont, Syngenta, Dow, Basf y Bayer). Monsanto es una compañía multinacional norteamericana de biotecnología aplicada a productos agropercuarios, productora y comercializadora de semillas transgénicas y herbicidas como el Roundup Ready (glifosato), para la producción de alimentos transgénicos o conocidos como organismos genéticamente mejorado (OGM), también fabrica la rBGH (Hormona del crecimiento bovino) que se aplica a las vacas lecheras para acelerar la producción de leche, que en realidad provoca agotamiento, infertilidad, distintos trastornos digestivos y uterinos, pero lo más graves es que acelera el cáncer IGF1, influyendo en la salud humana, pues provoca el desarrollo de cáncer de mama y colon. Los movimientos sociales del campo y las comunidades campesinas vienen denunciando en distintos continentes a este megagrupo de biotecnología agrícola estadounidense porque la exposición a la docena de sus productos altamente nocivos y el rocío de sus agroquímicos, no solamente devasta los suelos, los cultivos y alimentos tradicionales, los animales y ecosistemas, sino que además produce en los seres humanos, desde malformaciones, cáncer y distintas dolencias que llevan a la muerte. Soberanía alimentaria: Es el derecho de los pueblos a definir su propia alimentación y agricultura; a proteger y regular la producción y comercialización nacional a fin de lograr objetivos de desarrollo sostenibles; a determinar la medida en que quieran ser autosuficientes; y a proporcionarle a las comunidades de pescadores artesanales la prioridad en la administración del uso de recursos acuáticos y los derechos sobre los mismos. También significa restringir el dumping de productos en sus mercados (comprendiese dumping como práctica comercial desleal de parte de aquellos países desarrollados que introducen productos de origen rural a mercados de países menos desarrollados “a un valor inferior al normal” (artículo VI del GATT), bajo importaciones que dañan a sus productores locales, y/o mediante subsidios a los agricultores de los países centrales). La soberanía alimentaria no invalida el comercio, sino más bien fomenta la formulación de políticas y prácticas de comercio que sirvan a los derechos de los pueblos a la 45
[Cuadernos para el debate sobre juventudes rurales] alimentación y a la producción inocua, sana y ecológicamente sostenible (Red de Soberanía Alimentaria de los Pueblos). Sucesión Rural: Caputo (2013)9, siguiendo la visión de las propias organizaciones sociales del campo plantea un enfoque integral de la Sucesión Rural, que trasciende el traspaso tardío de la tierra (relevo generacional), conteniendo al menos tres planos. Por un lado, continuidad en la vida rural-familiar, que debe sustentarse en bienes materiales, por lo cual la posesión o restitución de la tierra constituyen conquistas fundamentales a conseguir o mantener. Así, se considera que el acceso a la tierra como un medio relevante para posibilitar el ejercicio de derechos fundamentales de la juventud del campo, como son entre otros, derecho a la educación, a la cultura, al trabajo, ingresos, a la recreación, crecer en la comunidad. En un segundo plano se postula, la relevancia de la viabilización de los activos ambientales o naturales, la riqueza de la historia y de la diversidad cultural de la propia agricultura familiar, campesina e indígena. En este sentido, resulta crucial el derecho a la cultura y el derecho consuetudinario “autoridades, normas y procedimientos de convivencia” de los pueblos milenarios, así como los derechos colectivos a la tierra. En tercer y último plano, el reconocimiento de los derechos de las juventudes de la agricultura familiar, campesina e indígena. Por lo tanto, con dichos elementos la Sucesión Rural “apunta a reafirmar y revitalizar el modo de producción de la pequeña agricultura familiar para producir y vivir en la propia tierra, que a su vez lleva a hacer efectivos los derechos a la cultura, conocimientos, idioma, valores, historia, paisaje, biodiversidad, medicina natural, técnicas de producción, vinculados a la identidad cultural y étnica de hijos e hijas, que son considerados el soporte inmaterial y material que están en la base de la sucesión”. Ver Cuaderno 2 “Identidades Juveniles” donde se profundiza la definición de Sucesión Rural. Sustentabilidad: Desde una mirada amplia -trasciende la faz economicista o mercantil- se refiere a los resultados de las experiencias de agricultura que se manifiestan en términos ecológicos, sociales y económicos, incorporando como aspectos significativos, la calidad de vida de los actores involucrados, la ciudadanía plena, el habitad, nutrición, la producción (agrícola) y la educación. La Agricultura Familiar Campesina e Indígena polivalente y diversificada, en base a las idiosincrasias de los pueblos, y a diferencia del monocultivo, tiende a un desarrollo equilibrado y reproducible en el tiempo (sustentabilidad).
9 Caputo, Luis (2013)“Juventudes y Sucesión Rural en el MERCOSUR Ampliado”. COPROFAM.
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