Pensar la vida como un sueño fotográfico, un relato discordante de luz y de
sombras. La tarea siempre pendiente de registrar la calle; los pasos andados; los
besos; los saltos; la espontánea liviandad de la conciencia. Esos lapsos afortuna-
dos en que, si queremos volver al cliché, las musas nos tienden la mano.
Escribir, siempre escribir, requiere de un vocabulario, de una constelación de
elementos sintácticos y morfológicos. El sistema, la arquitectura, y las ideas y
sentimientos agazapados del otro lado. Técnica. Saber mover las piezas en el
tablero y también (¡por supuesto!) saber hacer trampas.
Lo popular ha sido el germen de todas las revueltas y avances en el arte. Las
flores crecen desde el humus (los injertos desde arriba son operaciones de
sibaritas).