Magda Uzcátegui
La pequeña inventora
-----------Colección-----------
Los cuentosdelColibrí
---------Serie Cuento-------Instituto Autónomo de Servicios de Bibliotecas e Información - IBIME del Estado Bolivariano de— Mérida
© La pequeña Inventora © Magda Uzcátegui © IBIME Gobierno Socialista de Mérida Alexis Ramírez - Gobernador Instituto Autónomo de Servicios de Bibliotecas e Información del Estado Mérida Xiomara Godoy - Presidenta Lubys Ortis - Directora Anyela Rojas - Coordinadora Red de Bibliotecas Públicas -
Fondo Editorial Carmen Delia Bencomo Ángela Linares A. Irene Rojas. Ilustraciones: Gisela Moy. Técnica mixta con Acuarela HECHO EL DEPOSITO DE LEY Depósito Legal: ME2016000080
República Bolivariana de Venezuela - Septiembre 2016 -
La pequeña inventora Magda Uzcátegui
-----------Colección-----------
Los cuentosdelColibrí
---------Serie Cuento--------
Laura llora desconsoladamente en una piedra que está junto a la laguna. Una compañerita de clases que está cumpliendo años, ha invitado a su fiesta prácticamente a todo el mundo, menos a ella.
Laura siente que sus compañeros no la aceptan desde que llegó como alumna nueva hace ya varios meses atrás, y eso la pone muy triste.
Una pequeña iguana que se pasea entre las piedras, logra verla y decide acercársele. Laura está tan sumida en su llanto que ni siquiera se percata de la compañía que le ha llegado.
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¡Ey, ey, psss, psss! Laura entre sollozos alza la mirada pero no ve a nadie, sin embargo está casi segura de haber escuchado un ruido cerca de ella.
- ¡Ey, ey! Laura mira a su alrededor pero sigue sin ver a nadie; se empieza a sentir un poco incómoda, se levanta y se sienta unas piedras más allá para tratar de evadir el misterioso ruido. Laura hunde la cara entre sus manos y continúa llorando. Pero la iguana no se da por vencida y se mueve hacia donde ella está.
¡Ey, ey, ey tú!
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Laura interrumpe su llanto abruptamente, levanta la cara ¡pero sigue sin ver a nadie! - Me…mejor me voy de aquí -dice sollozando. Laura comienza a retirarse lentamente del lugar cuando…
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- ¡ESPERA, ESPERA, NO TE VAYAS! -dice la iguana saltando frente a ella. - ¡AHHHHHH! ¡UNA IGUANA QUE HABLA! NOOOOOOOO! -y sale corriendo. - ¡Espera, espera por favor! -dice la iguana corriendo tras ella. - ¡ESTO NO ESTÁ SUCEDIENDO NOOOOOOO! - ¡Oye, detente o vas a caerte! - ¡AHHHH! - ¡Sé que estás triste, solo quiero escucharte y ayudarte!
Laura se para en seco y mira a la iguana con incredulidad. - ¿Ah? Tú… tú… no, no esto no puede estar pasando, esto es irreal… - Por favor, solo siéntate un momento ¿sí? - Pero… -dice secándose las lágrimas de su rostro- es imposible que tú hables. - Hay muchas cosas que ustedes los seres humanos consideran imposibles y sin embargo, suceden. Por favor, siéntate -le dice la iguana indicándole con su patita que se siente. Laura a pesar de que no puede creer lo que está viendo, camina lentamente hacia una piedra aún secándose sus lágrimas, se sienta, y la iguana se coloca frente a ella. - A ver, dime ¿Cómo te llamas? - Laura - Laura, lindo nombre, dime Laura ¿por qué lloras? Tengo varios minutos escuchándote llorar y no entiendo como una niña tan linda y joven como tú puede estar tan triste cuando debería estar jugando, corriendo y… - ¡Buaaaaahhhh! -dice estallando en llanto. —
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- ¡Tranquila, tranquila, cálmate! A ver Laura, ¿qué es lo que te tiene tan triste? - Es que… yo… yo no tengo amigos -dice sollozando- nadie me quiere en mi salón. Una compañera está cumpliendo años hoy y ni siquiera me invitó a su fiesta. Nadie quiere estar conmigo, todos me miran de forma extraña cada vez que llevo a clases un proyecto, una maqueta o… - Te miran extraño ¿Por qué? - No sé. Hace poco escuché a una de las niñas del salón decir que yo me creía una sabelotodo y me las daba de chica genio. - ¿Sabelotodo? ¿Chica genio? ¿No será que eres muy inteligente y eso genera cierta incomodidad en tus compañeros? - Eh… ¿Muy… inteligente? - A ver, dime, ¿cómo es tu rendimiento en el colegio? ¿Eres buena estudiante? ¿Tienes buenas notas? - Pues… sí, más que todo en geografía, ciencias naturales y biología. En realidad me gustan todas las materias, pero lo que más me gusta es dibujar, diseñar cosas y… - ¿Dibujar y diseñar? - Si, normalmente dibujo algo y luego me gusta construirlo con cosas que encuentro en casa o aquí cerca de la laguna como piedras, hojas y ramas. - Ah, que interesante, entonces seguramente tú debes ser… ¡Una inventora! - ¿Inventora? - Sí. Si te gusta dibujar o diseñar algo para luego construirlo y hacerlo realidad, eso es lo que hacen los inventores ¡y quizá por eso es que muchos compañeritos no te comprenden! Por eso es que no te invitan a sus fiestas o les gusta compartir contigo - Pero, no entiendo.
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- ¡Porque eres diferente, Laura! No eres una niña común. Seguramente llegarás a ser una gran científica o inventora y debido a que no eres como la mayoría de los niños, tienes otros intereses y te gustan otras cosas; pues ellos prefieren no tratarte, porque ellos sienten que tú eres distinta a ellos.
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- Pero entonces, ¿nunca tendré amigos? ¿Nunca tendré con quien hablar o jugar? - ¡Claro que sí! Solo que todavía no los has conocido. Poco a poco comenzarás a ir a eventos y lugares donde habrán niños como tú: jornadas de ciencias, presentaciones de proyectos, inventos o cosas por el estilo. Eso tomará su tiempo porque apenas estás comenzando a desarrollar tus habilidades, pero más temprano que tarde, tú momento llegará, ya verás. - Pero… yo no veo que alguien en el salón haga las mismas cosas que yo, es como si fuera la única que hiciera cosas así y eso me hace sentir a veces bastante rara. - Pero es por eso mismo Laura, porque tú haces cosas fuera de lo común. Tienes gustos muy particulares, te interesan otras cosas ¡eres diferente a la mayoría! Y eso no es nada malo, al contrario, es algo muy bueno y bonito. - Pero a veces quisiera estar con otros niños, hablar, jugar… - Y los conocerás, solo que esos chicos no se encuentran ahorita a tu alrededor. Ellos están ahorita en otros colegios pasando por las mismas situaciones que tú: no tienen amigos, nadie los toma en cuenta, nadie los invita a sus fiestas, créeme, seguro que es así. - Ah, ya veo, pero eso que me dices ¿siempre es así? - No siempre Laura. Lo que pasa es que las personas que desde muy jóvenes muestran ser diferentes a la mayoría, casi siempre tienen comienzos difíciles, pero eso sucede más que todo porque la gente no está acostumbrada a ver personas así todo el tiempo y tienden a sentirse incómodas ante la presencia de seres “extraños” en su entorno. Pero eso lo hacen más que todo por miedo a lo “diferente”
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no por maldad. Así que tranquila, no le hagas caso a aquellos que te critiquen o se burlen de ti, continúa siendo como tú eres sin temor a lo que vayan a decir los demás; además, ya llegará el día en que conocerás a más personas parecidas a ti y vas a hacer amigos, vas a compartir con ellos, vas a salir, vas a conocer sitios nuevos y vas a seguir haciendo grandes inventos ¿me entiendes?
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- Ja, ja, sí. - ¿Acabas de reírte? ¡Ah, no lo puedo creer! ¡Misión cumplida para mí! - Ja, ja, ja, gracias por escucharme. - No te preocupes, y cuando quieras hablarme sobre algo o mostrarme alguno de tus inventos, simplemente ven para acá, silba varias veces y yo saldré para verte ¿de acuerdo? - De acuerdo -dice Laura sonriendo. - Quizá no tengas hasta ahora amigos humanos, pero por lo menos tienes la enorme dicha de tener una amiga iguana ja, ja, ja. - Ja, ja, ja, si, es verdad. Bueno, mejor me voy, mamá debe estar preocupada, le dije que iba a recoger unas hojas secas aquí en la laguna e inmediatamente regresaba a casa. - ¡Ah! Haciendo otro de tus inventos ¿cierto? - Bueno, más bien quiero hacer un vestido para una de mis muñecas. - Ah, o sea que tal vez termines siendo inventora y… ¡Diseñadora de modas! Ja, ja, ja. - Ja, ja, ja. - Bueno, mejor ve a casa antes de que tu mamá empiece a preocuparse. - Si. Fue un gran placer conocerte y gracias por tus palabras, me hiciste sentir mucho mejor -dice Laura con una amplia sonrisa en su rostro. - No te preocupes, y recuerda ¡fuera lágrimas! Porque tú eres un ser muy especial. - Gracias. Bueno, adiós.
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Y Laura le estrecha la patita a la iguana en señal de despedida y ésta le responde el gesto. - Adiós, Laura -le dice sonriéndole. Laura recoge unas pocas hojas secas que se encuentran a su alrededor y emprende su camino a casa. Al poco tiempo de estar caminando, Laura se percata de que se le olvidó algo y se voltea rápidamente. - ¡Oye! -dice Laura a la iguana quien ya se estaba yendo del lugar. La iguana se detiene, la mira: - Dime, Laura. - Se me olvidó preguntarte tu nombre, ¿cómo te llamas? - Lola, me llamo Lola –dice sonriendo. - Ah, mucho gusto Lola y una vez más… gracias por escucharme. - Tranquila, siempre que puedo ayudar a alguien, lo hago. - Gracias, Lola. - De nada. Laura. - Bueno, ahora si, adiós -dice Laura moviendo su mano. - Adiós, Laura -dice Lola sonriendo mientras mueve su patita. Y así Laura finalmente emprendió su camino a casa y se dio cuenta que comenzó una amistad con un ser muy particular, precisamente porque ella también es un ser muy singular, sólo que hasta ese momento no lo sabía, pero que gracias a su nueva y única amiga, lo descubrió.
FIN — 15
Magda Uzcátegui. Junio de 1980. Escribe sus primeras historias a los 12 años de edad. En el año 2011 es merecedora del primer premio del concurso nacional para autores inéditos de Monte Avila Editores en el renglón de literatura infantil con la novela fantástica Mázepa. Se graduó en ciencias politicas en la Universidad de Los Andes, ha sido analista y asesora politica, trabajadora social, profesora en el área de ciencias sociales y librera. Actualmente se encuentra incursionando en la escritura de obras de teatro y guiones de cine.