LÍNEAS DE ACCIÓN
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Sin embargo, en relación con la obesidad infantil, conviene tener muy presentes varios fenómenos que van a condicionar la efectividad de las acciones emprendidas. El primero es que, en la actualidad y por el momento, la obesidad en la infancia y la adolescencia no parece ser percibida como problema por gran parte de la población. Para muchas familias, especialmente entre las clases populares, la imagen de niños o niñas “gorditos” continúa siendo idealizada y se considera indicadora de buena salud y de eficacia parental. Solamente se detecta sensibilidad frente a cuadros de obesidad excesiva en la infancia y la adolescencia, especialmente si se asocia ya a otras complicaciones. La percepción del problema parece significativamente mayor en el caso de las chicas. Entre el personal docente, tampoco parece percibirse el incremento en la prevalencia. Por el contrario, en el terreno sanitario, sí, aunque contrasta con una cierta sensación de impotencia, basada en carencias percibidas, fundamentalmente de tiempo para atender a las familias, de formación específica en su manejo y de motivación en la población potencialmente afecta (128;132;133). Pero también, por las dificultades ligadas a las presiones ambientales que actúan en sentido contrario al deseado. El segundo es la irregular penetración de los mensajes de contenido científico-técnico en las distintas capas sociales. Estudios sociológicos en nuestra comunidad han demostrado que este tipo de mensajes es reinterpretado por los individuos para hacerlo coherente con sus propios constructos acerca de la salud y compatible con sus propias limitaciones y expectativas (49;110). Así, a medida que aumenta al nivel de instrucción de la población, esta se hace más permeable a los mensajes de tipo médico y mejora la capacidad individual de adoptar nuevos hábitos con vistas a la salud presente o futura. Esto conlleva la decisión de dedicar esfuerzos suplementarios para el abordaje de sectores específicos de la población que requieran estrategias diferentes. En un mundo democrático y global como el nuestro, la información es un derecho de la ciudadanía, que debe poder contar con fuentes fiables y desinteresadas en las que sustentar sus decisiones. Por otra parte, la comunicación es y debe ser siempre bidireccional y permitir la participación de todos los sectores de la vida pública, incluso a nivel individual, como instrumento de retroalimentación que enriquezca la realidad y plantee nuevas oportunidades.
67 Plan Integral de Obesidad Infantil
La obesidad infantil constituye un importante problema de salud pública para la mayoría de los países avanzados y también comienza a serlo en algunos otros que están en vías de desarrollo. Todas las opiniones coinciden en que sus principales causas se encuentran en un entorno social y económico que tiende a favorecer el consumo calórico y las conductas sedentarias. Pero la adopción de hábitos de vida más o menos saludables corresponde a las personas. Para conjugar ambas circunstancias el Plan Integral de Obesidad Infantil se propone diseñar unas líneas de comunicación que faciliten el intercambio de información, la mejora de los conocimientos y la toma de decisiones responsable a todos los sectores del entramado social de nuestra Comunidad.
de Andalucía 2007-2012
4.1.- COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN HACIA LA POBLACIÓN