Habiendo más de 800 partidos políticos. ¿Para qué hacer uno nuevo? Desde hace casi una década, nuestro objetivo fue mejorar la forma de hacer política en Argentina, creando una ALTERNATIVA REPUBLICANA, frente a los dos grandes partidos que consideramos populistas (PJ y UCR). Para ello trabajamos con los nuevos partidos que pretendían ser la Nueva Política: Recrear, PRO y Coalición Cívica (actualmente Acuerdo Cívico y Social), y también conversamos con las autoridades de viejos partidos como el Partido Demócrata y la no tan vieja UCEDE. Durante años intentamos persuadirlos para mejorar sus Cartas Orgánicas y su organización interna, debido a que en algunos casos no hacían internas; en otros eran internas cerradas, amañadas y, a veces, turbias; las minorías quedaban relegadas; y en general, están concebidos para que una cúpula domine al partido; son poco participativos, poco representativos y tienen una ausencia casi total del concepto de federalismo. Muchos políticos se auto-justifican, diciendo que esa "es la única forma de hacer política", que ellos son "pragmáticos". Actúan con la idea de que "el fin justifica los medios" pero muchas veces terminan por confundir esos fines inicialmente altruistas por sus propios intereses personales. Los más cultos y sofisticados refieren al trabajo del sociólogo alemán, Robert Michels, que en 1911 escribió acerca de la "Ley de hierro de las oligarquías". En su obra Los partidos políticos(*), afirmaba que "tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría". En su visión, todo grupo social comienza con un líder en principio guiado por la masa. Más adelante, sin embargo, la élite buscará perpetuarse como tal a cualquier precio. Las organizaciones pasan de ser un medio para alcanzar determinados objetivos socioeconómicos a ser un fin en sí mismas. Cabe agregar que para Michels esto resulta positivo. Luego describe tres elementos: 1) Una organización al crecer, se hace más compleja y los burócratas que conocen cómo tomar este tipo de decisiones complejas se transforman en indispensables y vuelve a formarse una "elite". 2) Se desarrolla una dicotomía entre eficiencia y democracia interna; de modo que para que la organización sea eficiente necesita un liderazgo fuerte, en detrimento de una menor democracia interna. 3) La propia psicología de las masas hace deseable el liderazgo, puesto que son apáticas, y esperan que se les resuelvan los problemas; son agradecidas con el líder, y tienden al culto de la personalidad. Su única función sería, pues, la de escoger de vez en cuando a sus líderes. A este respecto, se llega a justificar cualquier modo de elección de élites (revolución, elecciones, magnicidio,...)." "Así, la casta de los líderes (oligarquía) se cierra como una falange, pues se ayudan mutuamente para evitar la competencia de nuevos líderes surgidos de la masa. Lo único que puede hacer la masa es sustituir a algún líder. Por eso los líderes mantienen algún vínculo con la masa, incluso alianzas contra nuevos líderes. Los viejos líderes apelan a la disciplina, cosa que reduce la libertad de expresión de la masa. La organización es lo
que da origen a la dominación de los elegidos sobre los electores, de los mandatarios sobre los mandantes, de los delegados sobre los delegadores. Quien dice organización, dice oligarquía. La democracia sería un mejor sistema para la selección de oligarquías que un sistema hereditario." Llegado a ese punto hay dos alternativas: O bien aceptar que es tal cual, Michels tiene razón y no hay nada que hacer. O bien, seguir investigando diferentes sistemas que atenúan o modifican ese estado de las cosas. Allí, aparecen viejos conceptos como el de República y Federalismo que diluye el poder para que nadie sea demasiado poderoso; la Subsidiariedad, para acercar las decisiones a los ciudadanos; o los nuevos sistemas de elección como el VUT Irlandés o Australiano, el sistema Condorcet, el binominal chileno, etc. Estos sistemas electorales cambian dos temas: A) Las características de las personas elegidas. B) Los comportamientos de las personas elegidas. Si ingresan en www.partidoazul.com.ar podrán ver la Carta Orgánica de este nuevo partido y su Declaración de Principios y Bases de Acción Política. Como verán las Bases y los Principios se refieren a una Alternativa Republicana frente al populismo. Si analizan la Carta Orgánica, descubrirán que vale la pena crear este nuevo partido, porque es distinto, está armado de abajo hacia arriba, elimina la posibilidad de liderazgos autoritarios, cada candidato competirá en un pie de igualdad en su respectiva comuna, evitando el armado de bandos (oligárquicos) o grupos para luchar unos contra otros pero impidiendo siempre la entrada de nuevos jugadores. Verán que en el caso del Partido Azul, la Junta Electoral es independiente; en lugar de Tribunal de Disciplina para "disciplinar" a los afiliados, hay una Cámara de Garantías y Apelaciones, para asegurar los derechos de los afiliados, adherentes y simpatizantes del partido; se votará por teléfono garantizando una mayor apertura; y se limitará el poder de las oligarquías, eliminando la posibilidad de que las autoridades del partido puedan recibir dinero del Estado. No creemos que esto sea utópico, es el resultado del análisis de experiencias vividas en los partidos en Argentina. En otros países podemos observar cómo es posible que un hombre desconocido perteneciente a una pequeña minoría puede competir contra la persona más importante de un partido (caso Barak Obama vs. Hillari clinton). Este nuevo partido es completamente distinto al resto de los partidos en Argentina, y creo que vale la pena dedicarle nuestros esfuerzos para presentar a la ciudadanía y en especial a los jóvenes, que en su mayoría están hoy alejados de la política, una nueva y auténtica Alternativa Republicana. Una nueva propuesta política que logre entusiasmar a los idealistas, a los que se atrevan a soñar una Argentina mejor. Un abrazo Agustin Etchebarne