Madama Butterfly · Programa de mano

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Madama Butterfly de Giacomo Puccini


Madama Butterfly Tragedia japonesa en tres actos de Giacomo Puccini (1858-1924). Libreto de Giuseppe Giacosa (1847-1906) y Luigi Illica (1857-1919), basado en la obra teatral de David Belasco (1853-1931), inspirada, a su vez, en la novela corta de John Luther Long (1861-1927). Estreno mundial: Teatro alla Scala (Milán, Italia), el 17 de febrero de 1904. Estreno en México: 30 de diciembre de 1906. Dirección musical Dirección de escena Diseño de escenografía e iluminación Asesoría en gestualidad japonesa Diseño de maquillaje Diseño de vestuario Diseño de vestuario* Dirección coral

Federico Santi Juliana Faesler Juliana Faesler Akiko Irene Cinthia Muñoz Brisa Alonso Ben-Hadad Gómez Jaime Castro

* Cio-Cio-San occidental

Elenco Violeta Dávalos † Ernesto Ramírez Jesús Suaste Rosa Muñoz Víctor Hernández Octavio Pérez Bustamante Edgar Gil Liliana Vanessa Salas Isabela Villanueva Fonseca / Kamila Estrada Martínez Cio-Cio-San niña Ana Patricia Miyasaki Sato

Cio-Cio-San B. F. Pinkerton Sharpless Suzuki Goro El bonzo, tío de Cio-Cio-San Príncipe Yamadori / Comisario imperial Kate Pinkerton Dolore, hijo de Cio-Cio-San

Orquesta y Coro del Teatro del Bicentenario Producción del Teatro del Bicentenario Duración aproximada: 150 minutos

Forum Cultural Guanajuato Teatro del Bicentenario Domingo 6, 18:00 horas Miércoles 9, 20:00 horas Sábado 12, 19:00 horas Noviembre 2016


Madama Butterfly, una tragedia italo-japonesa En el albor del siglo XX, Giacomo Puccini ha dejado muy atrás su pasado de estudiante bohemio y su fría buhardilla en Milán. Los éxitos sucesivos de sus últimas tres óperas, Manon Lescaut (1893), La bohème (1896) y Tosca (1900), le han asegurado prestigio y fortuna, y acaba de instalarse con su familia en la villa que mandó construir en Torre del Lago, a la orilla del Lago Massaciuccoli, en Toscana. Debido a su notoriedad, recibe continuamente propuestas de temas y libretos de ópera, y ha descartado uno tras otro varios proyectos sobre Los miserables, Cyrano de Bergerac, María Antonieta y La divina comedia, entre muchos otros. La búsqueda y la elaboración de un buen libreto siempre han sido tareas muy delicadas para Puccini, a las que llega a dedicar incluso más tiempo que a la propia concepción musical de sus óperas. “Si no me siento conmovido, si el libreto no me toca el corazón, si no me hace ni llorar ni reír, si no me exalta ni me sacude, entonces, no hay nada qué hacer, no es algo para mí”. En junio de 1900, estando en Londres para el estreno londinense de Tosca, Puccini asiste a una función de Madame Butterfly, obra teatral del estadounidense David Belasco, basada en una novela corta de John Luther Long. A pesar de no entender el idioma inglés, se entusiasma por la obra y regresa a Italia decidido a hacer de Madama Butterfly su próxima y sexta ópera. Una vez adquiridos los derechos sobre la obra de Belasco, Puccini recurre nuevamente a la exitosa mancuerna de libretistas de sus tres óperas anteriores, Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, y juntos se ponen a trabajar sobre el libreto, no sin frecuentes y acaloradas controversias. Puccini empieza en septiembre de 1901 la composición musical. Consciente de la relevancia del ingrediente “exótico”, muy en boga en el teatro de la época, y deseoso de caracterizar con la mayor autenticidad posible la atmósfera del drama, Puccini interroga a personalidades del medio cultural japonés, y toma apuntes de melodías escuchadas en discos que le mandan de Tokio o bien, de cantos originales copiados de publicaciones especializadas. En una carta del 18 de septiembre de 1902, dirigida a su editor y amigo Giulio Ricordi, Puccini escribe: “Recibí la visita de la señora Oyama, esposa del embajador de Japón. Me contó muchas cosas interesantes y me cantó melodías de su país. Me prometió enviarme algunas


partituras de música japonesa. Le resumí el libreto y le gustó tanto más cuanto que ella conocía una historia similar a la de Butterfly, ocurrida en la vida real.” Así, gran parte de la partitura está construida sobre diversos temas japoneses auténticos, y Puccini llega incluso a integrar a la orquesta algunos instrumentos de percusión japoneses, para un mayor impacto tímbrico y dramático de esas melodías. Después de tres años de álgidas negociaciones y numerosos conflictos entre el compositor y sus libretistas, resueltos a duras penas gracias a la diplomática intermediación de Ricordi, la “tragedia japonesa” Madama Butterfly es concluida el 27 de diciembre de 1903 y, en enero, Rosina Storchio (Cio-Cio-San), Giovanni Zenatello (Pinkerton), Giuseppe De Luca (Sharpless) y Giuseppina Giaconia (Suzuki), empiezan a ensayar en el Teatro alla Scala de Milán, bajo la dirección de Cleofonte Campanini. La ópera se compone de dos actos muy largos, pero su belleza musical se impone tan espontáneamente que hasta los tramoyistas del teatro lloran durante los ensayos y toda la orquesta ovaciona al compositor al término del general. Sin embargo, el estreno, que tiene lugar el 17 de febrero de 1904, se desarrolla en un ambiente sumamente tumultuoso y termina en uno de los fiascos más sonados de la historia de la ópera, debido no tanto a algunas debilidades de la obra sino a la claque hostil a Ricordi y Puccini, que había decidido sabotear la función. Al día siguiente, los titulares en la prensa son “Puccini muerto”, “Fiasco en la Scala”, “Butterfly, una ópera diabética”... Puccini, Giacosa e Illica, en acuerdo con Ricordi, deciden retirar Madama Butterfly de la Scala y restituyen el monto de los derechos al director del teatro que intentaba persuadirles de presentar una segunda función. Las pérdidas económicas y morales son enormes para todas las partes. Cábala, reacción ante la modernidad de la música o el exceso de sentimentalismo de la trama, la explicación del fracaso milanés de Madama Butterfly no es una sola, y Puccini, aunque convencido de la alta calidad de su ópera, sabe que algunas de las críticas tienen fundamento. Decide revisar su ópera y efectúa algunas modificaciones; la más importante, en la estructura de la obra, al dividir el segundo acto en dos partes distintas. Otra consiste en aligerar el primer acto con la supresión de diversos diálogos y pequeñas escenas pintorescas, con lo cual, desafortunadamente, se pierde algo del “color local” deseado, y del esfuerzo inicial de otorgar una cierta individualidad y realce a diversos personajes secundarios, en particular, a los familiares de Cio-Cio-San durante su boda. También, concede al tenor una pequeña romanza, “Addio, fiorito asil”, dándole así una oportunidad de mitigar la antipatía suscitada hasta entonces por el pusilánime personaje de Pinkerton.


El estreno de la nueva versión, apenas tres meses después del fracaso de la Scala, tiene lugar en el Teatro Grande de Brescia, el 28 de mayo de 1904, con el mismo elenco, a excepción del papel titular confiado esta vez a Salomea Kruszeniski, y bajo la excelsa batuta de Arturo Toscanini. Es un triunfo. Puccini, sin embargo, efectuará todavía otras dos revisiones de la ópera: para su estreno en Londres al año siguiente (10 de julio de 1905, con Destinn y Caruso), y finalmente, para el Opéra-Comique de París (28 de diciembre de 1906, en una traducción al francés), siendo esta cuarta versión la que ha sido representada con un éxito absoluto a lo largo de más de un siglo. Actualmente, Madama Butterfly es la séptima ópera más representada en el mundo. Entre los ingredientes de ese éxito perenne se encuentran curiosamente algunos señalados inicialmente como defectos por sus detractores: la modernidad de la composición, totalmente “impresionista” y alejada de los excesos veristas entonces tan apreciados, sin concesiones a las tradiciones operísticas, desprovista de grandes arias de lucimiento vocal, y estructurada con base en recurrentes leitmotiv al estilo de Wagner; asimismo, el enorme peso del exotismo integrado al lenguaje armónico; la trama, sentimental en extremo, pero, sobre todo, las características musicales y dramáticas de la heroína. Lo que había seducido a Puccini en la obra de Belasco, era la posibilidad de tratar en su ópera la incomprensión mutua entre Oriente y Occidente, tanto en sus valores fundamentales como en su cultura. Pero las transformaciones paulatinas del libreto llevaron la acción a cristalizarse finalmente alrededor de la joven japonesa, al punto que, contrariamente a la tradición italiana, se diluye por completo en Madama Butterfly el habitual triángulo de la pareja soprano-tenor en rivalidad con el barítono; aquí, tanto Pinkerton como Sharpless son relegados a un plano muy inferior, meros catalizadores de la acción, dejando a Butterfly como la única verdadera protagonista del drama. Muchos han visto en ella a una “Mimí” japonesa, debido a la ternura, la infinita capacidad de amar y la resignación serena ante la muerte que comparte con la protagonista de La bohème. Pero Cio-Cio-San es mucho más que una mujercita ingenua, débil y cegada por su amor. Su vida ha sido marcada por la tragedia: criada en una familia próspera, vio su mundo derrumbarse cuando su padre, alto dignatario imperial, recibió del Mikado la orden de suicidarse, con la consiguiente ruina de su familia. Para sobrevivir, Cio-Cio-San tuvo que dedicarse a una profesión infamante para una niña de su clase social, la de geisha. Por ello ve en su matrimonio con Pinkerton su salvación (no olvidemos que cuenta con apenas quince años, la edad de los sueños y de todas las ilusiones). A partir de entonces, se cierra a toda confrontación con la realidad y se defiende de ella con


sus únicas armas: el amor, la dignidad y la fe inquebrantable en su “salvador” americano. Cuando finalmente es acorralada por la vida real, su toma de conciencia adquiere dimensiones dramáticas, y su personaje se alza al nivel de las grandes heroínas trágicas, a la vez admirable y capaz de suscitar la compasión del público del mundo entero y de todas las épocas. Al día siguiente del infausto estreno de Madama Butterfly en la Scala de Milán, Puccini escribía a su amigo Camilo Bondi: “Mi Butterfly se queda como lo que es: la ópera más sentida y la más expresiva que haya compuesto yo hasta ahora. Y tendré mi revancha, ya verás, en un ambiente menos saturado de odios y pasiones”. Puccini no se equivocaba; la Historia le brindó con creces esta “revancha”, para fortuna nuestra. Anne Delécole


Madama Butterfly Sinopsis La acción se desarrolla en la ciudad japonesa de Nagasaki, al inicio de los años 1950. Acto I Durante una escala de su navío en Nagasaki, Pinkerton, oficial de la marina estadounidense, soslayando las advertencias de su amigo el cónsul norteamericano Sharpless (dueto “Amor o grillo”), se desposa por diversión con Cio-Cio-San (*), en una ceremonia a la usanza japonesa arreglada por el casamentero Goro. La novia es una geisha quinceañera que, contrariamente a Pinkerton, toma esta alianza en serio y se enamora de su esposo americano. El bonzo, tío de la joven, la maldice al enterarse de que ha abjurado de su religión y se ha convertido al cristianismo para casarse con un forastero; toda su familia la abandona a su suerte. Solos por fin, los recién casados se unen en un dueto apasionado (“Bimba dagli occhi”). Acto II Tres años han pasado desde la partida de Pinkerton. No ha dado noticias desde entonces pero Butterfly sigue esperando su regreso para presentarle el hijo al que ha dado a luz en su ausencia. Sueña con el retorno de su navío (“Un bel dì vedremo”). A pesar de su situación precaria, rechaza airadamente los avances del príncipe Yamadori, queriendo mantenerse fiel al que ingenuamente cree ser su esposo. El cónsul Sharpless, a sabiendas de que Pinkerton ya se ha casado en los Estados Unidos y visitará próximamente Nagasaki en compañía de su esposa americana, trata de razonar a Cio-Cio-San para que acepte otro marido en caso de que Pinkerton no vuelva a su lado, pero ella se ofende ante tal sugerencia. El cañón del puerto anuncia la llegada de un barco que Butterfly identifica de inmediato; ayudada por su sirvienta Suzuki, adorna la casa con pétalos de flores (dueto “Scuotti quella fronda”) para recibir a su esposo. Acto III Cio-Cio-San ha esperado en vano con su hijo toda la noche; al amanecer, se retira con el niño para descansar. Pinkerton se presenta por fin, movido por la nostalgia de sus amores fugaces, y es presa del remordimiento (“Addio, fiorito asil”); informado por Sharpless de la existencia de un hijo suyo, Pinkerton quiere llevárselo para criarlo con su esposa Kate. Butterfly le manda decir, por conducto de Kate, que se lo entregará a condición de que él mismo lo venga a buscar. Se despide del niño (“Tu, tu, piccolo Iddio”) y, siguiendo la reglas del sacrificio ritual japonés, se quita la vida con la daga usada por su propio padre para cometer seppuku, que lleva la inscripción “Mejor morir con honor que vivir en la deshonra”. (*) NOTA: El nombre de la heroína es 蝶々, que quiere decir “Mariposa”; en japonés, se pronuncia “cho-o-cho-o” y se le agrega el sufijo de cortesía “san” (さん). En italiano, la transcripción correspondiente es “Cio-Cio”. Pinkerton traduce el nombre de su esposa al inglés: “Butterfly”. Por ello, a lo largo de la ópera, se le llama alternadamente “Madama Butterfly” y “Cio-Cio-San”.


Federico Santi Director musical Nació en Turín, Italia, donde estudió domposición musical, dirección de orquesta, piano y música de cámara, realizando posteriormente estudios de especialización en la Academia de Música de Pescara y la Academia de Música “Pedro el Grande”, en San Petersburgo. Ha sido director asistente de Claudio Abbado, Yuri Ahronovich, Bruno Campanella, Carlo Rizzi, Alberto Zedda y Valery Gergiev. El haber sido distinguido con el Primer premio absoluto y el Premio especial del Teatro de la Ópera de Niza en el IV Concurso Internacional para Directores de Ópera de Orvieto, en 2008, abrió al joven director las puertas de prestigiados escenarios musicales donde presentó, con gran éxito de público y de crítica, óperas como Manon Lescaut (Puccini) en el “Het Concertgebouw” de Ámsterdam; La traviata (Verdi) en el Bunka Kaikan de Tokio e Il trovatore (Verdi) en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Otras presentaciones importantes en su carrera han sido el estreno mundial de Le sabotage amoureux (Daniel Schell) y La bohème (Puccini) con la Ópera Real de Valonia; Le nozze di Figaro (Mozart) y Tosca (Puccini) con la Ópera Nacional de Timisoara; Une éducation manquée (Chabrier) y La voix humaine (Poulenc) en Montpellier; El barbero de Sevilla (Rossini), Manon Lescaut (Puccini) y La viuda alegre (Lehar) en el Festival de Alden Biesen; Viva la mamma (Donizetti) y El rapto en el serrallo (Mozart) en la Ópera de Rouen y Nabucco (Verdi) en el Forest National, de Bruselas. Desde 2015, trabaja de manera frecuente en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, a solicitud de Valery Gergiev, y es profesor de orquestación, interpretación de partituras e instrumentos en el Conservatorio de Maastricht.


Juliana Faesler Directora de escena, escenógrafa e iluminadora Estudió diseño de Escenografía y Vestuario en la Central Saint Martins School of Art, en Londres; así como Actuación y Dirección con Julio Castillo, Ludwik Margules y Héctor Mendoza, en México. Regularmente, redacta artículos, ensayos y entrevistas sobre teatro para diferentes publicaciones. Ha sido nominada y ganadora de numerosos premios como: Premio Villanueva; Mejor espectáculo extranjero, otorgado por la UNEAC de La Habana, Cuba; Director revelación; Mejor Dirección de escena; Mejor escenografía y Mejor teatro de grupo; otorgados por las diferentes asociaciones de críticos de teatro del país. Generalmente, traduce, adapta o escribe, diseña y dirige sus espectáculos. Entre sus puestas en escena se encuentran Rosencrantz y Guildenstern han muerto, de Tom Stoppard; La gran magia, de Eduardo de Filippo; Alicia en la cama, de Susan Sontag; La Eva futura o Frankenstein o el moderno Prometeo, adaptación de las novelas de Mary Shelley y Villiers D´Isle Adam. En producciones de Danza, ha participado en la Dirección de ¿Qué oyes Orestes? con Quiatora Monorriel y Todas la horas del día y Migrantes y errantes con Alicia Sánchez; como colabora artística en Madera, de Tania Solomonoff y en la co-dirección de Antropía con Jesica Sandoval. Entre alguno de sus montajes, se pueden destacar Orfeo y Eurídice; Cuatro variaciones para tres bailarines y un adolescente, sobre la Ópera de W. Gluck; Fuenteovejuna-Acción Escénica con la compañía Estatal de Teatro del Instituto Potosino de Bellas Artes de San Luis Potosí y Trilogía mexicana, compuesta por Nezahualcóyotl/Ecuación escénica de memoria y tiempos, Moctezuma II/La Guerra fría y Malinche/Malinches, con textos de su propia autoría. En el género operístico ha dirigido La cenicienta, de Rossini, en 2010 y Madama Butterfly, de Puccini, en 2011, diseñando la totalidad de la puesta en escena para el estreno en la ciudad de México; ambas para la Compañía Nacional de Ópera; así como Jenufa, de Janacek para el Festival de México en el Centro Histórico, en 2008. Para el estreno en la Ciudad de México y el Festival Clásicos en Alcalá, España, dirigió Séneca o todo nos es ajeno, ópera de cámara de Marcela Rodríguez. Como iluminadora y escenógrafa, ha participado en más de 70 producciones de varias disciplinas: espectáculos de danza, teatro, ópera y conciertos, conjuntamente con Eugenia León, Loveday Ingram, Lila Downs, Kaity London, Jesusa Rodríguez, Utte Lemper, Israel Cortés, Carlos Corona, Enrique Singer, Luís Mario Moncada, Ofelia Medina y Benjamín Cann, entre otros.


Brisa Alonso Diseñadora de vestuario Comenzó su formación artística formal desde los 11 años, como protagonista en el programa de televisión Rehilete de Canal 13 y, paralelamente, ingresó a la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea del INBA, donde se tituló como Ejecutante de danza contemporánea, culminando su formación coreográfica con Gabriel Saucedo y Xavier Francis, quienes le inculcaron una noción de apreciación artística invaluable. Este entrenamiento estético y la sensibilidad aprendida, han sido una herramienta utilizada en sus vestuarios de manera constante. Realizando el vestuario en su compañía de danza, aprendió diversas técnicas de producción y fue por esto que además de bailar, decidió formarse como vestuarista, iniciando un proceso de varios años de formación en diversos cursos y diplomados. En 1998, su trabajo escénico la llevó a conocer a Juan Francisco Hernández, director de teatro, quien se encargó de complementar su formación y con quien realizó una gran cantidad de montajes. Además, ha colaborado con maestros y directores como Alejandro Ainslie, Gabriel Figueroa, Michael Rowe, Salvador Parra, Ragnar Conde, Roberto Girault, Mónica Álvarez, Elodia de las Casas y Luis Martín Solís, entre otros, y ha diseñado y realizado vestuario para danza, teatro, circo, ópera y, recientemente, cine. Su trabajo ha recibido varias menciones y premios, tales como Mejor vestuario en la Muestra Estatal de Teatro Poblano (2002) con Yerma, de García Lorca; Mejor vestuario en la Muestra Cultural Sistema Incorporado de la UNAM (2007) con Las preciosas ridículas, de Moliere y, en 2015, fue nominada por la ACPT (Asociación de Críticos y Periodistas de Teatro) como Mejor vestuarista.

Irene Akiko Iida Asesora en gestualidad japonesa Obtuvo el grado de Maestra en danza tradicional japonesa en la escuela Hanayagui y ha participado en más de 60 espectáculos con la Compañía Musical Takarazuka en Japón. Es fundadora y directora de la compañía multidisciplinaria Akikompania. Es creadora del espectáculo


Juan, el Momotaro; del concierto-poesía Kai-On, Sonidos del Mar y del espectáculo escénico-musical Contramarea, el regreso del Samurai, con el cual realizó giras en Japón. Realizó el solo YoGaMoi, comisionado por la Casa de las Culturas de París. Recibió premios por el espectáculo multidisciplinario MAI-SHO-GAKU, Trazos de fuego. Con la Compañía de Ciertos Habitantes ha presentado, hasta la fecha, giras internacionales con el espectáculo de cine-teatro El automóvil gris, así como con la ópera para actores El gallo; trabajos que han recibido diversos reconocimientos y premios. Además, ha sido asesora y coreógrafa de la ópera Madama Butterfly, de Puccini, tanto en el Palacio de Bellas Artes como en el Teatro del Bicentenario. Recientemente, fue presentadora en la entrega de los Premios Ariel LVIII en el Auditorio Nacional.

Cinthia Muñoz Diseñadora de maquillaje Estudió maquillaje artístico en Chicago, Estados Unidos, especializándose en maquillaje teatral y fotografía. Sus primeros trabajos los realizó en la industria de la moda, en Chicago, para continuar incursionando en el ámbito de la televisión y el teatro. En México, se ha dedicado de manera preponderante al campo publicitario. Ha participado en trece producciones escénicas del Teatro del Bicentenario: las óperas Don Pasquale y Lucia di Lammermoor, de Donizetti; La Bohème y Tosca, de Puccini; Rigoletto y La Traviata, de Verdi; La Cenicienta y El barbero de Sevilla, de Rossini; Ópera de los tres centavos, de Brecht; Cavalleria rusticana, de Mascagni; Pagliacci, de Leoncavallo, así como la zarzuela La leyenda del beso, de Soutullo y Vert y la obra La comedia infernal, Confesiones de un asesino serial, con el actor John Malkovich.


Violeta Dávalos † Soprano Hizo su debut operístico a la edad de veinte años, en el papel protagónico de la ópera Aïda, de Verdi. Después de este exitoso inicio, ha encarnado los protagónicos de Tosca, Madama Butterfly y La Bohème, de Puccini; La Traviata, de Verdi; así como Santuzza en Cavalleria rusticana, de Mascagni y Salud en La vida breve, de M. de Falla, entre muchos otros. Ha participado en el estreno y reposición de numerosas óperas mexicanas como Ildegonda, de M. Morales, Alicia, de F. Ibarra, Tata Vasco, de M. Bernal y Atzimba, de R. Castro. Igualmente, ha incursionado en los géneros de la opereta y la zarzuela, interpretando los personajes principales de La viuda alegre, de Lehár; La revoltosa, de Chapí; Don Gil de Alcalá, de Penella Moreno; Los gavilanes, de Guerrero; Luisa Fernanda, de Moreno Torroba y La leyenda del beso, de Sotullo y Vert. Se ha presentado en importantes escenarios de México, así como en diversos foros de América Latina y Estados Unidos, entre los que destaca el Carnegie Hall, de Nueva York. A lo largo de su carrera, ha actuado al lado de figuras como Ramón Vargas, Rolando Villazón, Aquiles Machado, Juan Pons y Paul Plishka. Entre los directores con los que ha trabajado se encuentran Marco Boemi, Iván Anguélov, Marco Zambelli, Kurt Klippstater, Giuseppe Raffa, Miklaus Takas, Enrique Ricci, Enrique Bátiz, Eduardo Díazmuñoz, Fernando Lozano, José Guadalupe Flores y Luis Herrera de la Fuente, por mencionar algunos. Se ha hecho acreedora a diversos galardones, entre los que se distinguen el primer lugar en el Concurso Iberoamericano de Canto en el que, además, fue premiada con la distinción Giuseppe Verdi, y el Premio Especial de la Ópera de Mahón, España. Asimismo, fue finalista del Concurso Internacional Luciano Pavarotti. En México, ha sido ganadora de los principales concursos de canto como el Carlo Morelli, Francisco Araiza y Fanny Anitúa. Su discografía incluye la ópera Ambrosio, de José Antonio Guzmán; Tata Vasco, de Miguel Bernal Jiménez; Cantata Homenaje a Juárez, de Blas Galindo; la Novena Sinfonía, de Ludwig van Beethoven con la Orquesta Sinfónica del Estado de México, bajo la dirección de Enrique Bátiz; Alicia, de Federico Ibarra; así como una gala operística y la ópera Ildegonda, de Melesio Morales –premiada con el Orfeo de Oro, otorgado en Francia por primera ocasión a una grabación extranjera–, ambas bajo la dirección de Fernando Lozano.


Recientemente, debutó en el papel de Rosario, de la ópera Goyescas, de Enrique Granados en el Teatro de Bellas Artes, con la Orquesta Sinfónica Nacional.

Ernesto Ramírez Tenor Nacido en Guadalajara, Jalisco, estudió Clarinete en la Universidad de Guadalajara y, posteriormente, en la Escuela Superior de Música del Instituto Nacional de Bellas Artes, en la Ciudad de México, llegando a tocar ese instrumento como solista con la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Realizó sus estudios de Canto en el Instituto de Ópera de la Universidad de Boston, Massachusetts, bajo la guía de Sharon Daniels. Adicionalmente, ha tomado clases con distinguidos maestros como Francisco Araiza, Raúl Giménez, Jaume Aragall y Ramón Vargas. En el Instituto de Ópera de Boston, interpretó el papel de Lázaro Gómez en el estreno mundial de Before Night Falls, de Jorge Martín, así como otras obras contemporáneas. Se ha presentado en numerosos escenarios de Canadá, Estados Unidos, México, Francia, Alemania y Suiza, entre ellos la Canadian Opera Company, Opera Hamilton, Toronto Operetta Theatre, Sarasota Opera, Opéra d’Angers-Nantes, y el Rossini Belcanto Opera Festival de Wildbad, interpretando, entre otros, Rinaldo en Armida, Almaviva en El barbero de Sevilla, y Don Ramiro en La Cenicienta (Rossini); Nemorino en El elixir de amor, Leicester en Maria Stuarda, Edgardo en Lucia di Lammermoor, y el rol epónimo de Roberto Devereux (Donizetti); Nadir en Les pêcheurs de perles (Bizet); Alfredo en La Traviata y Fenton en Falstaff (Verdi); Rinuccio en Gianni Schicchi, y Rodolfo en La bohème (Puccini); Raoul de Nangis en Les Huguenots (Meyerbeer), Decio en La vestale (Mercadante) y Arturo en I Puritani (Bellini). Interpretó con gran éxito el papel titular de Roberto Devereux (Donizetti) con la Canadian Opera Company en Toronto, al lado de la soprano Sondra Radvanovsky. En México, debutó en el Palacio de Bellas Artes como Tamino en La flauta mágica (Mozart), y fue nuevamente invitado por la Ópera de Bellas Artes para cantar el papel de Don Ottavio en Don Giovanni (Mozart); interpretó el rol del Príncipe Ramiro en La Cenicienta, en el Teatro del Bicentenario de León, y el de Bénédict en la opéra Béatrice et Bénédict (Berlioz) con la Orquesta Sinfónica de Minería ; cantó la Misa de Réquiem de Verdi con la Orquesta Sinfónica


Nacional, El Mesías (Haendel) con la Orquesta Filarmónica de la UNAM y la Filarmónica de Jalisco, y participó como solista con la Filarmónica de la Ciudad de México en el XLII Festival Internacional Cervantino. Entre otros reconocimientos, ha sido premiado por The Metropolitan Opera Council Auditions en Los Ángeles y la Society of Singers Foundation en el concurso Jaume Aragall, y ha recibido el premio New West Symphony Young Artist Prize.

Jesús Suaste Barítono Con más de tres décadas de carrera, ha acumulado un repertorio superior al centenar de primeros papeles en Oratorio, Ópera y Concierto y ha participado en trece grabaciones. Además de haber cantado con la mayor parte de las orquestas sinfónicas del país, ha sido invitado a los más importantes festivales culturales de México y ha actuado en todos los teatros y salas de concierto de relevancia del territorio nacional. Asimismo, ha aparecido en numerosos programas de radio y televisión y cuenta con gran aceptación entre la prensa. Ha compartido el escenario con figuras de la talla de Plácido Domingo, Gilda Cruz Romo, Francisco Araiza, Cristina Gallardo, Verónica Villarroel, Ramón Vargas, Rosario Andrade, Paul Plishka y Rolando Villazón, entre otros. Desde 1985, ha actuado ininterrumpidamente en el Palacio de Bellas Artes. Ha sido convocado en diferentes ocasiones para realizar estrenos mundiales de obras en nuestro país, así como para estrenos nacionales de partituras como, War Requiem, de Benjamin Britten; Stabat Mater, de Schubert, los Gurrenlieder, de Schoenberg, Lyrische Symphonie, de Alexander von Zemlinsky, las óperas El oro del Rin, Siegfried y El ocaso de los dioses, de Wagner, así como The Visitors, de Carlos Chávez. Es frecuentemente invitado para el rescate de obras pocas veces representadas, como el Poéme de l’amour et de la mer, de Ernest Chausson; la Pasión según San Mateo y Pasión según San Juan, de Bach, entre otras muchas. Además, ha cantado títulos operísticos tales como La Bohème, Madama Butterfly y Manon Lescaut, de Puccini; Rigoletto, Falstaff y La Traviata, de Verdi; Las bodas de Fígaro y Così fan tutte, de Mozart; Lucia di Lammermoor y El elixir de amor, de Donizetti, por mencionar algunos. Asimismo, ha recibido distintos premios y reconocimientos, entre los que podemos destacar los obtenidos en los concursos Francisco Araiza (primer lugar); Carlo Morelli (tercer lugar); Premio al cantante delo año, otorgado por la Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música; Medalla Wolfgang Amadeus Mozart otorgada por la Embajada de Austria


en México y la Fundación Cultural Domecq, así como la Medalla de Plata otorgada por el INBA en reconocimiento a sus primero 25 años de actividad profesional. Además, en 2012, para celebrar sus 30 años de carrera artística, se presentó nuevamente en la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Se ha presentado en escenarios de España, Israel, Suiza, Irlanda, Estados Unidos y Canadá. Es fundador y director de la Compañía de Ópera de Morelos.

Rosa Muñoz Mezzosoprano Originaria del Estado de México, realizó sus estudios musicales en el Conservatorio Nacional de Música, bajo la guía de Liliana Gómez Arzápalo. Ha sido becaria del Estudio de Ópera de Bellas Artes en sus ediciones 2014 y 2015, así como de la agrupación Solistas Ensamble del INBA. En 2013, se hizo acreedora al Premio Ópera de Bellas Artes en el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli. En 2014, cantó en una gala operística con la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México bajo la dirección de José Areán y participó en el estreno en México de la ópera Philemon und Baucis, de Haydn, con la Orquesta de Cámara de Bellas Artes dirigida por José Luis Castillo, en el marco del Festival Internacional Cervantino. En 2015, volvió al festival antes mencionado, cantando el papel de Martha en la ópera Mefistófeles, de Boito. Su repertorio incluye la Misa de la Coronación y el Requiem, de Mozart; el Oratorio de Navidad, de Saint-Saëns; la Novena sinfonía y la Fantasía coral de Beethoven; además de la zarzuela Luisa Fernanda, de Moreno Torroba y las óperas La mulata de Córdoba, de Moncayo; Las bodas de Fígaro, de Mozart; Hansel y Gretel, de Humperdinck; La violación de Lucrecia, de Britten; Madama Butterfly, de Puccini y la Misa de seis, de Jimenez Mabarak.


Víctor Hernández Tenor Inició sus estudios musicales a los 13 años de edad, con Dolores Oropeza Domínguez. Egresó con mención honorífica de la Facultad de Música de la Universidad Autónoma de Tamaulipas y, posteriormente, ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México, para perfeccionarse con Arturo Rodríguez Torres. En sus primeros años dentro de la lírica, participó en obras como la Novena sinfonía, de Beethoven; el Requiem y La flauta mágica, de Mozart; Turandot y La bohème, de Puccini, como parte del coro Excpedia, dirigido por Patricia Flores Gómez. También ha estudiado con Yvonne Garza, Heiner Hopfner, René Velázquez, Arturo Rodríguez Torres y César Ulloa. Ha trabajado con directores como Carlos Miguel Prieto, Carlos Spierer, Enrique Patrón de Rueda, Lucy Arner, Guido Maria Guida, Marco Balderi, Srba Dinic, José Areán, Jesús Medina, Rodrigo Macías, Ramón Shade y Alejandro León Islas, entre otros, y con directores de escena como Luis Miguel Lombana, Medardo Treviño, José Antonio Morales, Rosa Blanes Rex, Alonso Gutiérrez, Luis Martín Solís, José Solé, Leticia Lira, Leticia López, Joseph McClain, Juliana Faesler y Agnese Sartori. Sus cualidades vocales le han permitido abordar un amplio repertorio operístico, abarcando papeles que van desde Ernesto de Don Pasquale, de Donizetti; el Conde Almaviva de El barbero de Sevilla y El conde Ory, ambas de Rossini; hasta Des Grieux en Manon, de Massenet; el Duque de Mantua en Rigoletto y Alfredo en La Traviata, ambas óperas de Verdi. Entre los galardones a los que se ha hecho acreedor, se encuentran el primer lugar en el concurso Francisco Araiza; la beca otorgada por el Instituto Nacional de Bellas Artes en el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli; el premio Pepita Serrano en el Primer Concurso Internacional de Canto Sinaloa 2009, el cual le abrió las puertas para ingresar a la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano, A.C. Ha sido seleccionado en varias ocasiones para representar a México en concursos como el Concorso Internazionale di Canto lirico Marcello Giordani, la Competizione dell´Opera; el NeueStimmen, dirigido por Francisco Araiza y Operalia, que patrocina Plácido Domingo. Algunos de sus futuros proyectos comprenden presentaciones en Italia, Inglaterra y Alemania.


Octavio Pérez Bustamante Barítono Originario de la Ciudad de México, estudió en la Escuela Superior de Música y es egresado del Taller de Ópera de la Sociedad de Valores de Arte Mexicano (SIVAM). Ha sido invitado por la Ópera de Bellas Artes para participar en las producciones de las óperas Carmen, de Bizet; La Traviata, de Verdi; Madama Butterfly, Gianni Schicchi y Turandot, de Puccini; Muerte en Venecia, de Britten; La mujer sin sombra y Salomé, de R. Strauss; Boris Godunov, de Mussorgsky; La médium, de Menotti; La vida breve, de M. de Falla; Don Pasquale, de Donizetti y El empresario, de Mozart. Asimismo, su repertorio incluye obras sinfónicas y oratorios, como el Oratorio de Navidad, de Saint-Saëns; la Misa de Coronación y el Requiem, de Mozart; el Requiem, de Fauré, de Verdi y de Brahms; la Misa en Si menor, de Bach y el Stabat Mater, de Pergolesi. Destaca su participación en diversos concursos de canto tales como el XX Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli (2015), del cual fue finalista; Concurso Internacional de canto Francisco Viñas (2006) y Competizione dell´Opera en Dresden, Alemania (2007). Actualmente, forma parte de la Compañía de Ópera de Bellas Artes, con la cual concluirá la temporada 2016 presentando las óperas La Güera Rodríguez, de Jiménez Mabarak y Salomé, de R. Strauss; esta última tanto en conjunto con la Orquesta Sinfónica Nacional como con la Orquesta Sinfónica de Michoacán.

Édgar Gil Barítono Estudió con Arturo Nieto, César Ulloa y Óscar Sámano y, posteriormente, en el programa de perfeccionamiento operístico de la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano, A.C. También formó parte de los programas del International Vocal Arts Institute (IVAI) en San Juan, Puerto Rico y en Montreal, Canadá. Se ha presentado en los teatros más representativos de nuestro país, así como con las


orquestas más importantes de México, y ha cantado en varias ciudades con la Orquestra do Norte, de Portugal, bajo la dirección de José Ferreira Lobo. Ha trabajado con directores musicales como José Miramontes Zapata, Sergio Vázquez, Iván Anguelov, José Ferreira Lobo, Werner Seiss, Enrique Barrios, Manuel Flores, Rodrigo Macías, Teresa Rodríguez, Sergio Vázquez, Iván López-Reynoso, Horacio Franco, Rodrigo Elorduy, Xavier Ribes y Enrique Bátiz; así como con los directores de escena José Antonio Morales, Ragnar Conde, Roberto Duarte, Leopoldo Falcón, Cesar Piña, Juliana Faesler y Rosalba Trevisan. En el ámbito operístico, ha cantado los roles del Dr. Falke y Frank en El murciélago, de Strauss; Papageno en La flauta mágica, de Mozart; Malatesta en Don Pasquale, de Donizetti; Enrico en Il campanello, de Donizetti; Zúñiga, Morales y Escamillo en Carmen, de Bizet; Marcello y Schaunard en La bohème, de Puccini; Príncipe Yamadori en Madama Butterfly y Angelotti en Tosca, de Puccini; Germont en La Traviata, de Verdi; Norton en La cambiale di matrimonio, Germano en La scala di seta y Martino en L’occasione fa il ladro, de Rossini y el Conde Almaviva en Las bodas de Fígaro, de Mozart. En el repertorio de zarzuela, ha interpretado los roles principales de Don Gil de Alcalá, de Penella Moreno; Luisa Fernanda, de Moreno Torroba; La Dolorosa, de Serrano y La verbena de la paloma, de De la Vega. También ha cantado la Misa de la Coronación y el Requiem, de Mozart; la Novena sinfonía, de Beethoven; Judas Maccabaeus, de Haendel; la Petite messe solennelle, de Rossini y Marie-Magdeleine, de Massenet. Asimismo, participó en el estreno de la ópera Antonieta, de Federico Ibarra, así como en la grabación de Alicia, del mismo compositor. Actualmente, forma parte del grupo Solistas Ensamble, de Bellas Artes.

Liliana Vanessa Salas Soprano Originaria de León, Guanajuato, inició sus estudios vocales en la Escuela de Música de León con Laura Vera, continuando su formación en el Departamento de Música de la Universidad de Guanajuato bajo la guía del doctor Hugo Barreiro y la maestra Isir Almaguer. Ha participado en master classes con Gabriela Herrera, Alejandra Sandoval, Linus Lerner, Francisco Araiza, Eva María Santana, Hebe Rosell, Javier Camarena, Carlos Fernández Aransay, Stefano Lovato, Tyley Ross, Paul French, Kamal Khan y Heiner Hopfner.


Fotografía: © Jaime Vaqueiro

Se ha presentado en diversos foros del estado de Guanajuato y Michoacán, tanto en calidad de solista como en agrupaciones. Colaboró como solista con la Orquesta de Cámara de León bajo la dirección del maestro Dmitri Kisselev; en el Taller Ensamble Contemporáneo con el maestro Carlos Vidaurri y en el Ensamble Barroco del DEMUG, durante la edición XLII del Festival Internacional Cervantino, con el doctor Fabrizio Ammetto. El repertorio que aborda como concertista incluye música barroca, ópera, oratorio, Lied, canción española, italiana, francesa, latinoamericana y mexicana. Actualmente, es integrante del Coro del Teatro Bicentenario, con el cual ha participado en el Requiem, de Mozart; en las óperas Cavalleria rusticana, de Mascagni y Pagliacci, de Leoncavallo; Lucia di Lammermoor, de Donizetti y como solista en el Stabat Mater, de Pergolesi.

Coro del Teatro del Bicentenario Jaime Castro Pineda, director Judith Campos Galeana, asistente y pianista preparadora Fue fundado al inicio del 2013, con el propósito de convertirse en un coro comunitario, capaz de abordar el amplio repertorio lírico de las diferentes épocas y estilos. Debutó al inicio de la temporada lírica 2013 del Teatro del Bicentenario, con la ópera Madama Butterfly, de Puccini, a la que han seguido exitosas presentaciones en Rigoletto y La Traviata, de Verdi; Orfeo y Eurídice, de Gluck; La Cenicienta y El Barbero de Sevilla, de Rossini, Tosca, de Puccini, Lucia di Lammermoor, de Donizetti; Cavalleria rusticana, de Mascagni y Pagliacci, de Leoncavallo. También ha abordado el repertorio de la música popular latinoamericana, así como diversas obras de música coral sinfónica y oratorio. Su trabajo durante estos primeros tres años de vida le ha llevado a compartir el escenario con grandes figuras de la lírica nacional e internacional, como Ramón Vargas, George Petean, Andeka Gorrotxategi, Arturo Chacón-Cruz, Jesús León, María Katzarava, Violeta Dávalos, Guadalupe Paz, Sophie Gordeladze, María José Moreno, Noé Colín, Flavio Oliver, Matteo Macchioni, Carlos Almaguer y Kristian Benedikt, por mencionar algunos. Entre los directores musicales por los que ha sido dirigido destacan Marco Boemi, Marzio


Conti, Sébastien Rouland, Arthur Fagen, Srba Dinic y Gabriel Garrido. Asimismo, se ha desempeñado bajo la dirección escénica de Enrique Singer, Sergio Vela, Luis Martín Solís, Marco Antonio Silva, Juliana Faesler y Mauricio García-Lozano. Recientemente, presentó el Réquiem, de Mozart con la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato en el Teatro del Bicentenario y el Teatro Principal de Guanajuato. Paralelamente, ha desarrollado una abundante actividad concertística fuera del Teatro del Bicentenario, en León y otros municipios del estado de Guanajuato, con el propósito de llevar la música coral a los más diversos sectores de la sociedad, con especial énfasis en la población en condiciones de vulnerabilidad.

Orquesta del Teatro del Bicentenario Concertino Philippe Tolon Violines primeros Andrés Becerril, Haroldo de León, Carlos Toc, Chris Wilshere, Luis Palomino, René Hernández, Claudia Salinas, Elsa García, Héctor Samano Violines segundos Omar Barrientos*, Abraham Bautista, Arturo Fonseca, Panagiota Zagoura, Yolanda Ramírez, Constanza Mier, César Alarcón, Ixchel Ruiz Violas Gilberto Núñez*, Román Castillo, Anna Arnal, Eduardo Angulo, Marlon Pineda, Carlos Nolde Violonchelos Valentin Mirkov*, Cristina Arista, Leticia Tzab, Benjamín Murillo, Yalissa Cruz Contrabajos Pedro Ruiz*, Lev Migachoff, Gilberto Celis Flautas Maria Vakorina*, Abraham Jacobs, Carolina Martínez Oboes Daniel Rodríguez*, Jorge Uribe, Héctor Fernández Clarinetes Hugo Manzanilla*, Anel Rodríguez, Ana Lilia Rodríguez Fagotes Jesús Armendáriz*, Alan Monahan Cornos Juan Hernández*, Omar Morales, Michelle Pettit, Jonathan Lusher Trompetas Juan Cruz*, Pablo Buendía, Osvaldo Sánchez Trombones y tuba Roberto Cruz*, Álvaro Ojeda, Alexis Camarillo, Matthew Williams Timbales y percusiones Antonio Fuentes*, Maribel Pedraza, Miguel Hernández, Topacio Ortiz Arpa Mara Tamayo* *Principal

Robert Schwendeman, coordinador Alicia Rosas, bibliotecaria


Coro del Teatro del Bicentenario Jaime Castro Pineda, director Judith Campos Galeana, asistente y pianista preparadora Sopranos Elizabeth Ortiz, Ariatna Margarita Cruz, Dafne Olvera, Verónica Balderas, Ana Karina Bermúdez, Adriana Romero, Edna Isabel Valles, Claret Almaguer, Valeria Farrera, Maricarmen Afanador, Mariceli Domínguez, Olga Patricia Vivanco, Tania Siboney Arredondo, Ángeles Funes, Atziry Rivera Mezzosopranos Adriana Alonso, Blanca Olivares, Carmen González, Cecilia Paulina Alderete, Fabiola Arias, Guadalupe González, Atzin Izquierdo Tenores Mario Frausto, Daniel Rentería, Daniel Sotelo, Diego Olmos, Jesús Emanuel Zamora, José de Jesús Villegas, Miguel Colchado, Moisés Aldape, Samuel Isaac Salazar Figurantes Eduardo Delgado, Eduardo Peña (actores)

Producción Madama Butterfly Director musical asistente y pianista preparador Andrés Sarre Asistente de dirección de escena Daniela Parra Asistente de producción Selene Soto Machain Técnicos en vestuario Salvador Hernández, Daniel Moreno, Marco Fabián Rojas, Alicia Ascencio, Carla Solache Asistente de vestuario Mónica Álvarez Asistentes de maquillaje y peinados Anabel Torres, Andrea Denisse Vargas Lugo, Angélica Margarita Torres, Beatriz García, Fernando Saavedra, Frida Michelle Gutiérrez, Katerine Alexandra Salinas, Lucero de los Milagros Álvarez, María José Castañón, Marisela Domínguez, Martha Micaela Gavia Traspunte Vicente Hinojosa Técnicos en utilería Andrea Robles, Yair Yuriar Técnicos orquestales José de Jesús Garnica, Juan Martín Castro Realizadores de escenografía Carmen Yberri Ramírez, Carlos Castillo Gutiérrez, Jaime Robles Martínez, Francisco Durán Osnaya, Jesús Castillo Gutiérrez, Suriel Velasco Supertitulaje Francisco Méndez Padilla Asistente de supertitulaje Jehová Villa



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