Cavalleria rusticana & Pagliacci
Cavalleria rusticana Melodrama en un acto, con música de Pietro Mascagni (1863-1945) y libreto de Giovanni Targioni-Tozzetti (1863-1934) y Guido Menasci (1867-1925), basado en el drama homónimo de Giovanni Verga (1840-1922) Estreno mundial: 17 de mayo de 1890, en el Teatro Costanzi, Roma, Italia Estreno en México: 27 de octubre de 1891, en el Teatro Nacional
Dirección musical Dirección de escena Diseño de escenografía Diseño de vestuario Diseño de iluminación Diseño de maquillaje Diseño de movimiento corporal Dirección coral
Arthur Fagen Mauricio García Lozano * Jorge Ballina * Mario Marín del Río Víctor Zapatero Cinthia Muñoz Ruby Tagle José Antonio Espinal
Elenco Santuzza Belem Rodríguez Turiddu José Manuel Chú Alfio Carlos Almaguer Lola Lydia Rendón Mamma Lucia Eva María Santana Niño del globo Jorge González Camargo
Orquesta y Coro del Teatro del Bicentenario Coro de Niños del Valle de Señora Nueva producción del Teatro del Bicentenario
Duración aproximada: 1 hora 10 minutos
Pagliacci Drama en dos actos con música y libreto de Ruggero Leoncavallo (1857–1919) Estreno mundial: 21 de mayo de 1892, en el Teatro dal Verme de Milán, Italia Estreno en México: 18 de octubre de 1893, en el Teatro Nacional Dirección musical Dirección de escena Diseño de escenografía Diseño de vestuario y utilería de commedia Diseño de iluminación Diseño de maquillaje Diseño de movimiento corporal Dirección de clown Dirección coral
Arthur Fagen Mauricio García Lozano * Jorge Ballina * Mario Marín del Río Víctor Zapatero Cinthia Muñoz Ruby Tagle Artús Chávez José Antonio Espinal
Elenco Canio/Pagliaccio Kristian Benedikt Nedda/Colombina Violeta Dávalos † Tonio/Taddeo Carlos Almaguer Peppe/Arlecchino Gilberto Amaro Silvio Carlos Sánchez Campesino 1 Jonathan Martínez Campesino 2 Emmanuel Zarazúa Tropa de payasos Artús Chávez, Fernando Córdova Niño del globo Jorge González Camargo Orquesta y Coro del Teatro del Bicentenario Coro de Niños del Valle de Señora Nueva producción del Teatro del Bicentenario
Duración aproximada: 1 hora 20 minutos
* Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte
Forum Cultural Guanajuato Teatro del Bicentenario Domingo 9, 18:00 horas Miércoles 12, 20:00 horas Sábado 15, 19:00 horas Agosto de 2015
“Cav-Pag”: destinos paralelos Corre el año 1883. El veterano Giuseppe Verdi cumple setenta años y ha anunciado en varias ocasiones su deseo de retirarse; sólo le faltan por componer dos óperas, Otello (1887) y Falstaff (1893), y todavía no se perfila un sucesor de comparable envergadura para perpetuar la tradición lírica italiana. Ansioso por detectar nuevos talentos –y de paso, captarlos para su casa editorial antes de que los descubra su rival Ricordi–, el acaudalado editor milanés Edoardo Sonzogno convoca ese mismo año a todos los jóvenes compositores italianos que aún no hayan visto escenificada ninguna de sus obras, a concursar con una ópera en un acto sobre un tema de su elección; los ganadores de los tres primeros lugares se verán recompensados con un premio en dinero contante y el estreno inmediato de su ópera, financiado por el propio Sonzogno. Sin embargo, en esta primera edición del Concorso Melodrammatico Sonzogno, el jurado desdeña el manuscrito de Le Villi, de Puccini –el cual, por supuesto, es rápidamente publicado por Ricordi– , para premiar Anna e Gualberto, de Mapelli, y La fata del Nord, de Zuelli, obras y compositores pronto caídos en el olvido. En julio de 1888, Sonzogno publica en las páginas de su periódico Il Teatro Illustrato una segunda convocatoria, a la que responden cerca de ochenta compositores, entre ellos, Umberto Giordano –su Marina quedará en sexto lugar– y dos compositores cuyas óperas van a convertirse en representantes primordiales del “verismo italiano”: Pietro Mascagni y Ruggero Leoncavallo. Pietro Mascagni (1863-1945) había estudiado piano, canto, composición y dirección de orquesta en su natal Livorno (Toscana), y completado luego su formación musical en el Conservatorio de Milán donde había frecuentado los círculos musicales de la ciudad y trabado amistad con algunos miembros de la llamada “Giovane Scuola”, tales como su condiscípulo Giacomo Puccini y Amilcare Ponchielli, profesor de ambos en el Conservatorio. Desde los dieciséis años, ya dirigía en público sus primeras composiciones: una sinfonía, varias cantatas y piezas religiosas. Bajo la influencia del romantismo alemán, había emprendido también la composición de una ópera, Guglielmo Ratcliff, inspirada en el drama de Heine, pero, al no lograr darle una forma satisfactoria, estaba buscando otro argumento menos complejo. Es el siciliano Giovanni Verga, el exponente más destacado de la corriente literaria del “verismo” italiano, quien se lo proporcionaría con su Cavalleria rusticana. Esta novela corta, un drama de adulterio y coltellata* basado en un hecho real ocurrido en un pueblo de Sicilia, había sido publicada en 1880 como un capítulo de La vita dei campi, y su lectura había entusiasmado a tal grado a la gran actriz Eleonora Duse que ésta había pedido a su autor adaptarla como obra teatral * La “coltellata” es la puñalada preconizada por los códigos de honor sicilianos para vengar una ofensa.
para poder encarnar el personaje de Santuzza; dicha obra acababa de ser estrenada con enorme éxito en el Teatro Carignano de Turín, impactando profundamente al joven Mascagni por su crudeza e intensidad. Cuando, a escasos dos meses de la fecha límite de inscripción, éste se entera de la convocatoria lanzada por Sonzogno, no lo duda ni un momento: presentará su candidatura con una ópera basada en Cavalleria rusticana. Para elaborar el libreto, recurre a un poeta y profesor de literatura amigo de la infancia, nacido en Livorno el mismo día que él (7 de diciembre de 1863), Giovanni Targioni-Tozzetti; le encomienda apegarse lo más posible al drama original, aunque atenuando el carácter excesivamente violento de los protagonistas y de algunas escenas como la del salvaje duelo final. A la postre, Mascagni le encargaría los libretos de otras cinco óperas –I Rantzau, Silvano, Zanetto, Il piccolo Marat y Nerone– pero, primerizo aún en esta ocasión, e intimidado ante el reto de estrenarse como libretista para un certamen de esta magnitud, Targioni-Tozzetti solicita la colaboración de otro escritor livornés, Guido Menasci. Empieza entonces una carrera contra reloj: Diariamente, Mascagni se levanta al alba y, durante horas y días, llena de notas el papel pautado. Sus libretistas le siguen el paso a duras penas; imposibilitados para mudarse con él a Milán, le mandan cada noche por correo, telegrama o tarjetas postales los parlamentos que han redactado durante el día. Por su correspondencia, sabemos que Mascagni empieza a escribir partiendo de la última escena, con las palabras “Han matado al compadre Turiddu”. Finalmente, compone el preludio, articulado alrededor de dos temas musicales significativos: la frase en que Santuzza reitera desesperadamente a Turiddu que lo ama a pesar de su traición, y otra en que suplica a Turiddu quedarse con ella y no seguir a Lola a la iglesia. Como último toque dramático y de color local, el compositor integra al preludio orquestal una siciliana que Turiddu cantará al inicio, para lo cual echa mano de un poema en dialecto siciliano que su amigo Giacomo de Zerbi le acaba de enseñar, y cuyo primer verso es “Brunetta, ch’ai di latti la cammisa”; “Brunetta” es sustituida ipso facto por “O Lola”, y la siciliana se convertirá en una de las melodías más populares de la obra, por lo que el poeta aficionado De Zerbi, raramente mencionado, bien merecería figurar como tercer libretista de Cavalleria rusticana. La ópera es concluida el 27 de mayo de 1889, pero Mascagni, aún dubitativo acerca de las posibilidades de éxito de su nueva partitura, considera incluso presentar al concurso el cuarto acto de su malogrado Guglielmo Ratcliff. Envía al amigo Puccini un fragmento de Cavalleria pidiéndole su opinión y éste, favorablemente impresionado, comparte a su vez el manuscrito con su propio editor, Giulio Ricordi, quien no se muestra interesado en publicar la obra. (¡Fatal error de apreciación
que haría más tarde la fortuna del editor Sonzogno… de la misma manera que el desaire a Le Villi, en el primer concurso de Sonzogno, convertiría a su rival Ricordi en el afortunadísimo editor de las óperas de Puccini!) Se dice que es Lina Mascagni quien, ante la indecisión de su esposo, envía a Sonzogno la partitura de Cavalleria rusticana, la cual queda registrada in extremis, pocas horas antes del cierre de la convocatoria. A principios de marzo de 1890, el jurado declara ganadora Cavalleria rusticana, que supera las otras dos premiadas: Labilia, de Niccola Spinelli, y Rudello, de Vincenzo Ferroni. El estreno tiene lugar el 17 de mayo de 1890 en el Teatro Costanzi de Roma, con Roberto Stagno (Turiddu), su esposa, la fogosa Gemma Bellincioni (Santuzza), Gudenzio Salassa (Alfio) y Annetta Guli (Lola), bajo la dirección de Leopoldo Mugnone. El éxito es fenomenal y el público, seducido por la profunda sinceridad y la riquísima inspiración melódica de la obra, ovaciona a Mascagni al punto de hacerle regresar ante el telón más de cuarenta veces. El anciano Verdi habría declarado con satisfacción, después de escuchar la ópera de Mascagni: “Puedo morir tranquilo”. Las siguientes funciones programadas en el Costanzi se dan con un lleno total, y afluyen de inmediato las solicitudes de los principales teatros europeos y americanos; la ópera inicia ese mismo año una gira triunfal por toda Italia, luego Estocolmo, Madrid y, en diciembre, Gustav Mahler la dirige en Budapest. Siguen Múnich, Hamburgo, San Petersburgo, Dresde, Buenos Aires, Viena, Berlín, Londres, París… En los Estados Unidos, algunos directores de teatros llegan hasta los tribunales, queriendo ser el primero en presentar la obra en su país, privilegio que obtiene finalmente la ciudad de Filadelfia, seguida por Chicago y Nueva York donde el estreno se da el mismo día en dos teatros rivales, el Casino y el Lenox Lyceum, mientras el MET debe esperar otros tres meses para presentarla a su vez. Ese éxito arrollador no menguaría con el paso de los años; a la muerte del compositor en 1945, Cavalleria rusticana ya había sido representada más de catorce mil veces sólo en Italia. La ópera de Mascagni sería posteriormente adaptada para el cine en cinco ocasiones entre 1916 y 1982, la última, bajo la dirección de Zeffirelli, y ha quedado en la memoria de los cinéfilos la escena antológica de Il Padrino III, de Coppola, al que sirve de marco la representación de Cavalleria rusticana en el Teatro Massimo de Palermo, o bien, el Intermezzo que acompaña tanto el Raging Bull de Scorsese como un capítulo de la serie de dibujos animados Kenshin, el samurai vagabundo, entre otros muchos “productos derivados” que dan fe del poder de seducción de esta música, incluso sobre públicos ajenos al arte lírico. El triunfo de Cavalleria rusticana abría la vía, dentro del género lírico, al movimiento del verismo, cuya principal característica era de llevar a la escena los sucesos cotidianos de la vida real contemporánea,
en toda su crudeza y sordidez, y volver protagonista al “hombre común”, especialmente el de las clases más bajas de la sociedad. El verismo seguía los cánones del llamado “realismo francés” encabezado por los hermanos Goncourt y Zola, los cuales ya venían claramente expuestos en una ópera creada en París quince años antes que Cavalleria: Carmen, de Bizet. Respecto de ésta, el eminente musicólogo Rodolfo Celletti decía: “Bajo la influencia de Carmen y los elementos realistas aportados por esta ópera, el conflicto entre el Hombre y la Mujer ha suplantado el conflicto romántico entre el Bien y el Mal”. Para Mascagni, el clamoroso éxito de su opera prima constituyó paradójicamente el punto culminante de su carrera a la vez que la tragedia de su vida; en efecto, no obstante haber compuesto otras catorce óperas entre 1888 y 1935, varias de ellas de notable inspiración melódica y de factura más madura y original que su primogénita, se le vio siempre como el autor de una sola: Cavalleria Rusticana. En la actualidad, únicamente L’amico Fritz, Iris e Il piccolo Marat han logrado parcialmente escapar del olvido. De su prematura fama, Mascagni solía decir: “Fui coronado antes de ser rey”, y así terminaría sus días, en 1945, sumido en la más profunda frustración y amargura. Seis años mayor que su colega Mascagni, el napolitano Ruggero Leoncavallo (1857-1919) había crecido en un ambiente muy propicio para su desarrollo cultural, debido en buena medida a la afición de su madre por las artes. Admitido a los nueve años de edad en el prestigiado Conservatorio San Pietro a Majella de su ciudad natal, concluye a los diecinueve sus estudios de composición con el título de Maestro. Como alberga parejas ambiciones en materia literaria, sigue a continuación los cursos del poeta Giosuè Carducci en la Universidad de Bolonia, donde obtiene su grado en literatura. Esta doble formación le permitirá ser autor tanto de la música como de los libretos de todas sus óperas, empezando por Chatterton, basada en la obra homónima de Alfred de Vigny, que compone a los veinte años con evidente influencia de Wagner, lo mismo que su segunda creación, I Medici, última parte de una trilogía renacentista titulada Crepusculum (¡la alusión no podía ser más clara!), que debía comprender también Savonarola y Cesare Borgia, el mayor proyecto de su vida que nunca lograría concretar. Víctima de un fraude por parte del empresario que debía organizar el estreno de Chatterton en Bolonia, Leoncavallo, arruinado, aprovecha la hospitalidad de su tío para viajar a Egipto y, de ahí, a diversos países europeos, antes de establecerse por seis años en París donde sobrevive tocando el piano en cafés-concerts, y se hace amigo de Massenet y del gran barítono francés Victor Maurel. En 1888, regresa a Milán justo a tiempo para responder a la convocatoria de Sonzogno, pero Pagliacci, su tercera ópera, es descalificada por el jurado ya que, no obstante su breve duración, se compone de dos actos en vez del acto único estipulado en las bases del concurso.
Recomendado por Maurel al editor Giulio Ricordi, éste se interesa por sus primeras obras, especialmente por sus libretos, pero Leoncavallo, insatisfecho con el trato de Ricordi, recurre a su rival Edoardo Sonzogno quien, independientemente de los resultados del concurso, le ofrece publicar y patrocinar el estreno de Pagliacci. Éste tiene lugar el 21 de mayo de 1892 en el Teatro dal Verme de Milán, con un elenco estelar: Fiorello Giraud como Canio, la gran cantante-actriz Adelina Stehle como Nedda y, como Tonio, el ya famoso Victor Maurel, todos bajo la batuta del joven Arturo Toscanini. El éxito es inmediato y Pagliacci se convierte en el abanderado del verismo, con su “prólogo” que en sí mismo constituye una especie de manifiesto de ese movimiento: “El autor buscó pintarles un trozo de vida. Su máxima es que el artista es un hombre y que para los hombres debe escribir, inspirándose en la realidad. […] Escribió con lágrimas de verdad, y los sollozos le marcaban el compás. Así, verán ustedes amar como aman los seres humanos; verán del odio los tristes frutos; oirán espasmos de dolor, alaridos de rabia y risas cínicas. Y antes que nuestros pobres trajes de histriones, consideren ustedes nuestras almas, porque somos humanos de carne y hueso, y al igual que ustedes, respiramos el aire de este huérfano mundo.” La felicidad que trae a Leoncavallo su triunfo es efímera. Al estrenarse Pagliacci en París, el dramaturgo francés Catulle Mendès lo lleva ante los tribunales acusándole de plagio, ya que la trama de la ópera presenta sospechosas similitudes con su propia obra, La femme de Tabarin. Leoncavallo se defiende de la acusación declarando que su libreto se basa en un episodio verídico atestiguado por él cuando era niño, durante la representación de un espectáculo dado en Montalto di Calabria por unos actores ambulantes; según él, su padre, juez en esa demarcación, había sido encargado de la instrucción del proceso criminal. Pese a no haber aportado ninguna prueba de lo aseverado, Leoncavallo es finalmente exonerado, aun cuando todo parece indicar que su libreto está efectivamente basado en la obra de Mendès, estrenada en París durante la estancia del compositor en esa ciudad. Pero el mayor motivo de su desilusión resultó ser, como en el caso de la Cavalleria de Mascagni, que el deslumbrante éxito de Pagliacci eclipsaría por completo sus creaciones ulteriores, y alejaría a Leoncavallo de otros derroteros que su amplia cultura y su talento multifacético hacían presagiar para su carrera. De sus otras nueve óperas y diez operetas, únicamente La bohème (1897) y Zazá (1900) lograrían un éxito relativo, sobre todo fuera de Italia, sufriendo sin embargo la primera de la comparación con la ópera homónima de Puccini –compuesta un año después pero estrenada uno antes que la de Leoncavallo quien, irónicamente, había proporcionado a Puccini la idea del argumento…
La clave del éxito de Pagliacci reside fundamentalmente en la calidad de la partitura que se ciñe estrechamente al texto y combina un canto vehemente con una orquestación de notable sutileza, a la vez que superpone de manera magistral varios planos musicales. Pero se debe también a la brillantez del libreto que, más allá de un muy logrado concepto de “teatro dentro del teatro”, establece una inquietante ósmosis entre realidad y ficción. Escritor culto e ingenioso, Leoncavallo sabe resaltar el carácter pintoresco de cada personaje, así como el contraste entre el universo abigarrado y sensual de los comediantes y la bonhomía de los ingenuos aldeanos. Otro elemento nada despreciable contribuyó a la fama perenne de Pagliacci: Leoncavallo fue en su tiempo uno de los primeros compositores que se interesó en el novedoso invento del gramófono: una grabación de Caruso cantando “Vesti la giubba” fue el primer disco en la historia en alcanzar la cifra de un millón de ejemplares vendidos, y Pagliacci fue la primera ópera grabada en su versión completa, en 1907. También, la primera en ser filmada íntegramente, en 1931; existen otras adaptaciones cinematográficas de Pagliacci, entre las que destacan dos versiones entrañables: una protagonizada por el mismísimo Beniamino Gigli, y otra, con Tito Gobbi y la deslumbrante Gina Lollobrigida. Tanto su trama como su música han inspirado un sinnúmero de obras teatrales, canciones, espectáculos y programas de televisión, desde The Shadow, Los Intocables y “The Masquerade is over” cantada por Billie Holliday, hasta Batman y Los Simpson…. Tanto Pietro Mascagni como Ruggero Leoncavallo supieron tocar la fibra sentimental del público popular y, con ello, asegurar el éxito de Cavalleria rusticana y de Pagliacci, dentro y fuera del ámbito operístico. Con tantos atractivos en común, no es sorprendente que esas dos óperas pronto se hayan convertido en la mancuerna más popular del repertorio lírico, coloquialmente aludida en la actualidad como “Cav-Pag”. Si bien algunos teatros habían empezado en 1893 a programarlas de manera conjunta, por lo general, solía emparejarse Cavalleria con otra ópera de Mascagni, Zanetto. Es el propio Mascagni quien, en 1926, iniciaría la tradición de ese duradero acoplamiento, al dirigir su Cavalleria rusticana y Pagliacci, de Leoncavallo, en una misma función, en el Teatro alla Scala de Milán, y podemos augurarle aún muchos años de popularidad a la feliz pareja. Anne Delécole
Cavalleria Rusticana Sinopsis La plaza principal de una aldea al sur de Italia, un domingo de Pascua, al final del siglo XIX. Turiddu canta una siciliana, dedicada a su amante (“O Lola”). Los aldeanos van y vienen por la plaza, mientras Santuzza se dirige hacia la hostería de Mamma Lucia, madre de Turiddu, para preguntarle dónde se encuentra él. Turridu la ha deshonrado y se resiste aún a cumplir su promesa de casarse con ella; debido a esta relación pecaminosa, Santuzza es tratada como paria en el pueblo. Se acerca Alfio, rico carretero, quien canta con alegría su vida errante y los encantos de su fiel y amante esposa, Lola (“Il cavallo scalpita”). Casualmente, Alfio informa a Mamma Lucia que Turridu no ha salido de la aldea para ir a comprar vino a Francofonte como ella cree, sino que se le ha visto durante la noche cerca de su propia casa. Santuzza une su voz al himno pascual que entonan los feligreses (“Inneggiamo”) mas no entra con ellos en la iglesia ya que ha sido excomulgada a raíz de su amasiato con Turiddu. Le confía a Mamma Lucia que éste la está abandonando porque ha reanudado su relación con su anterior novia, Lola, ahora esposa de Alfio (“Voi lo sapete, o Mamma”). Turiddu aparece al fin (dúo “Tu qui, Santuzza”) y Santuzza lo enfrenta, pero él no admite sus acusaciones de infidelidad. Lola llega a la plaza, encaminándose a la iglesia para asistir a misa; Santuzza la insulta. Turiddu rechaza violentamente a Santuzza y ella lo maldice. Enfurecida, revela toda la verdad a Alfio quien jura vengarse. A la salida de la misa, Turiddu coquetea con Lola e invita a todos los feligreses a tomar una copa de vino en la hostería de Mamma Lucia donde, a continuación, canta un brindis (“Viva il vino spumeggiante”), pero Alfio desdeña el vino que le ofrece y lo reta a duelo. Consciente de su culpa y presintiendo que no saldrá vivo del enfrentamiento, Turiddu se despide de su madre (“Mamma, quel vino è generoso”), encargándole cuidar de Santuzza en caso de que él no regrese, y corre al encuentro de Alfio. Santuzza regresa angustiada a la plaza; de pronto se oye un grito: “¡Han matado al compadre Turiddu!”.
Pagliacci Sinopsis A guisa de prólogo, el payaso Tonio advierte a los espectadores (“Si può?”) sobre el carácter novedoso de la obra que van a presenciar: contrariamente a la costumbre teatral, éste es un drama “verdadero”, con lágrimas de verdad y que atañe a todos los asistentes. Acto I. Una compañía de teatro ambulante, que dirige el payaso Canio, acaba de llegar y se instala en el pueblo. Canio explica a los aldeanos que, si bien puede interpretar en el escenario el papel de un esposo burlado, en la vida real, no soportaría ser víctima de semejante crimen (“Un tal gioco…”). Nedda, su mujer, tiene un amante, por lo que se asusta al oírle; pero pronto recobra su humor liviano (“Stridono lassù…”). Acosada por Tonio, el bufón jorobado que la corteja torpe y cínicamente (“Sei là?”), Nedda lo golpea y él jura vengarse. La alcanza su amante, Silvio, y deciden huir los dos al término del espectáculo. Tonio, que los espiaba, advierte a Canio, y éste irrumpe en medio del dueto amoroso, pero demasiado tarde para identificar a su rival quien logra escabullirse. Peppe viene a recordarle que se acerca la hora de la función: Canio debe prepararse para hacer reír al público, aun cuando su propio corazón está sangrando (“Recitar, mentre preso…”). Acto II. Un gentío se acomoda frente al tablado y comienza el espectáculo. Nedda interpreta el papel de Colombina y Peppe, como Arlequín, le canta una serenata (“O Colombina…”). Tonio actúa de pretendiente rechazado y Canio, de marido engañado. Pero, ante la similitud de su propia situación personal, Canio confunde la ficción con la realidad: deshaciéndose de su disfraz de payaso, exige a Nedda revelarle el nombre de su amante (“No, Pagliaccio non son”); ella, aterrorizada, se aferra a su personaje de Colombina y se niega a confesar. En el paroxismo de su ira, Canio apuñala a Nedda y, luego, a Silvio, quien había acudido en su auxilio. Canio anuncia al público: “La comedia ha terminado”. Cae el telón.
Arthur Fagen Director musical Nació en Nueva York, donde comenzó sus estudios de dirección con Laszlo Halasz, continuándolos en la Wesleyan University y en el Curtis Institute, bajo la guía de Max Rudolf. Posteriormente, se trasladó a Europa para seguir su formación en el Mozarteum de Salzburgo, así como con Hans Swarowsky. Inició su carrera de director como asistente de Christoph von Dohnanyi en la Ópera de Frankfurt y, posteriormente, de James Levine en el Met de Nueva York. Más tarde, fue nombrado director principal de las orquestas de Cassel y Brunswick, en Alemania y titular de las sinfónicas de Amberes y Gante, en Bélgica. Fue ganador del Concurso de Directores de la Orquesta Sinfónica de Baltimore, así como del Concurso Internacional de Directores Gino Marinuzzi, en Italia. Como director de ópera, su repertorio abarca más de sesenta títulos, que ha dirigido en renombrados teatros, entre los que destacan el Metropolitan de Nueva York (Il Trovatore, de Verdi); la Ópera Lírica de Chicago (Los fantasmas de Versalles, de Corigliano y Don Carlo, de Verdi); la Ópera Estatal de Berlín (Aïda, de Verdi, Cavalleria rusticana, de Mascagni y Pagliacci, de Leoncavallo); la New York City Opera (Martha, de Flotow y La fanciulla del West, de Puccini); el Teatro Massimo de Palermo (Alcina, de Haendel); en Florencia (Die Zauberflöte, de Mozart, Il barbiere di Siviglia, de Rossini y Carmen, de Bizet); las óperas de Burdeos (Rigoletto, de Verdi) y de Frankfurt (Un ballo in maschera, de Verdi); el Teatro Estatal de Stuttgart (Tosca, de Puccini); la New Israeli Opera (La Traviata, de Verdi) y el Festival de Spoleto (The Rake’s Progress, de Stravinsky), así como Fidelio, de Beethoven; Akhnaten, de Glass; Der fliegende Holländer, de Wagner y Die Zauberflöte, de Mozart en las temporadas más recientes, en Estados Unidos; así como La Traviata, de Verdi en el Teatro del Bicentenario (2014). Ha dirigido prestigiosas agrupaciones musicales, como las orquestas de las radiodifusoras de Múnich, de Noruega y de Holanda, la RAI de Turín, Milán, Roma y Nápoles y la NDR Hannover en Braunschweig; la Orquesta de la Suiza Romanda, la Orquesta de la Ópera de Viena, las de los teatros San Carlo de Nápoles, Colón de Buenos Aires y Real de Madrid; las orquestas filarmónicas Eslovaca, Checa, de Baltimore, de Tokio, de la UNAM y de la Ciudad de México; las sinfónicas de Jerusalén y de Tel-Aviv; la Orquesta del Festival Primavera de Praga, la del Festival Schleswig-Holstein y la Orquesta Filarmónica de Cámara de Alemania, por mencionar sólo algunas. Su discografía incluye, entre otros, un álbum de arias de Rossini para BMG y para Naxos, música de Martinů y MacDowall, así como las Rapsodias
Húngaras, de Liszt, con la Staatkapelle Weimar. Ha grabado, además, para Bayerischer Rundfunk, SFB y WDR Cologne. Su álbum en Naxos con las seis sinfonías de Martinů y todos los conciertos para piano de este compositor, han sido distinguidos con el Editor’s Choice, de Gramophone Magazine. Fagen enseña Dirección instrumental en la prestigiada Escuela de Música Jacobs, de la Universidad de Indiana en Bloomington y, actualmente, es Director musical de la Ópera de Atlanta.
Mauricio García Lozano Director de escena Director de teatro y ópera, originario de la Ciudad de México, donde estudió en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM. Adicionalmente, realizó estudios de piano en el Conservatorio Nacional de Música. Director de más de cincuenta puestas en escena. Ha trabajado en los principales teatros y con los mejores equipos de México. Ha dirigido los títulos Don Giovanni, de Mozart y Fidelio, de Beethoven, esta última en ocasión de la reinauguración del Palacio de Bellas Artes, en diciembre de 2010. Dirigió Egmont, de Goethe para la Compañía Nacional de Teatro y la Orquesta Sinfónica de Xalapa. Fue director escénico y maestro de teatro en el programa de televisión Ópera Prima, para el Canal 22. En el ámbito internacional dirigió la escena de The Fairy Queen, de Henry Purcell para el New London Consort, con la cual se ha presentado en los más importantes foros europeos, tales como el Queen Elizabeth Hall de Londres, La Cité de la Musique en París, el Palau de la Música Catalana en Barcelona, el Palacio de Bellas Artes en México y el Konzerthaus en Viena, entre muchos otros. En agosto de 2011, estrenó la Antígona, de Sófocles en el Teatro Romano de Mérida, dentro del marco del LVII Festival de Teatro Clásico de Mérida en Extremadura, España. En febrero de 2016, estrenará Le nozze di Figaro, de Mozart para el Teatro Nacional de Croacia, en Zagreb. Desde 1997, ha impartido la cátedra de actuación en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM, CasAzul-Artes Escénicas Argos y la Escuela Nacional de Teatro del INBA y, desde enero de 2014, en el Estudio de Ópera de Bellas Artes. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Jorge Ballina Escenógrafo Nació en la Ciudad de México, donde estudió arquitectura en la Universidad Iberoamericana. Realizó estudios de escenografía en Londres y en México, con Alejandro Luna, con quien colaboró en varias puestas en escena. Ha diseñado más de ochenta escenografías de ópera, danza y teatro, entre las que destacan: Más allá, Erótica de fin de circo, Fedra y otras griegas, José el soñador, Touché, Derviche, Copenhague, TR3S, Por amor al arte, Todo sobre mi madre, Juegos siniestros, Cock, Rojo, Si nos dejan, La pequeña habitación al final de la escalera, El Codice Tenoch (Royal Shakespeare Company) y El curioso incidente del perro a medianoche. Para la ópera de Bellas Artes diseñó La flauta mágica y Don Giovanni, de Mozart; Fidelio, de Beethoven; La Italiana en Argel, de Rossini; Macbeth, de Verdi; Rusalka, de Dvorak; Muerte en Venecia, de Britten y el ciclo de El anillo del Nibelungo, de Wagner. Como director de escena, ha participado en Llenando el Vacío, Giselle sí es él y la ópera Muerte en Venecia. Ganó una mención honorífica en la Cuadrienal de Praga 2003 y la Medalla de oro como Mejor escenógrafo en el World Stage Design Toronto 2005. Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte.
Víctor Zapatero Diseñador de iluminación Con más de 25 años de experiencia, su carrera como iluminador abarca principalmente teatro, danza, ópera y proyectos arquitectónicos. Ha participado en más de 90 producciones y colaborado siempre con los más reconocidos directores, coreógrafos y diseñadores nacionales e internacionales en México. En teatro, destacan sus diseños para Erótica de fin de circo, Fedra y otras griegas, Copenhague, De monstruos y prodigios, Oleanna, El dragón dorado, La pequeña habitación y Cuarteto, de Heine
Müller. En ópera, en el Palacio de Bellas Artes, destacan La flauta mágica (2000) y Don Giovanni (2009), de Mozart; Macbeth, de Verdi (2001); Madama Butterfly, de Puccini (2006); Rusalka, de Dvorak (2011) y Muerte en Venecia, de Britten (2012), así como el ciclo completo de El anillo del nibelungo, de Wagner (2003-2006). También destacan Rigoletto, de Verdi (2013) y Tosca, de Puccini (2014) en el Teatro del Bicentenario. En 2010, fue seleccionado por el productor australiano de juegos olímpicos Ric Birch, como director de iluminación para los Festejos del Bicentenario en el Zócalo de la Ciudad de México, en la tradicional y conmemorativa Noche del Grito. En 2012, como coordinador de iluminación, colaboró en la instalación del artista James Turrell en la Hacienda Ochil de Mérida, Yucatán, iluminando el concierto inaugural del músico Philip Glass.
Mario Marín del Río Diseñador de vestuario Egresado de la carrera de Escenografía de la Escuela Nacional de Arte Teatral del INBA. Fue becario del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes durante el período 2009-10. Ha obtenido el reconocimiento al Mejor diseño de vestuario del Festival Nacional de Teatro Universitario de la UNAM en 2009 y 2010 y, además, formó parte de la selección oficial de diseñadores del pabellón de México en la Cuadrienal de Praga de Diseño y Espacio Escénico, en 2011 y 2015. Desde 2007, ha trabajado en más de setenta montajes con algunos de los directores de escena más destacados de México como Enrique Singer, Mauricio García Lozano, Martín Acosta, Juliana Faesler, Richard Viqueira, Boris Schoemann, Carlos Corona, Sandra Félix y Hugo Arrevillaga, entre otros. Ha participado en producciones del Instituto Nacional de Bellas Artes, Teatro UNAM, la Compañía Nacional de Teatro, la Compañía Nacional de Ópera, The California Institute of the Arts y OCESA. Diversas obras de su producción se han presentado en ciudades de todo el país, así como en Estados Unidos, Argentina, Colombia, Cuba, España, Brasil, República Checa y Macedonia, entre otros. Entre sus trabajos destacan Demasiado cortas las piernas, de Katja Brunner; Ricardo III, de William Shakespeare; Salomé, de Oscar Wilde; La velocidad del zoom del horizonte y Béisbol, de David Gaitán; Réquiem, de Hanoch Levin; Un charco inútil, de David Desola; Las relaciones (sexuales) de Shakespeare (y Marlowe), de Ximena Escalante; Traición, de Harold Pinter; Natán el sabio, de Gotthold E. Lessing y Eduardo II, de Christopher Marlowe; Enrique IV, de William Shakespeare, que se estrenó en el Zócalo
de la Ciudad de México y se presentó en el Shakespeare´s Globe Theatre, de Londres en 2012; así como Carnada, de Bárbara Colio que se estrenó en la Feria Internacional de Teatro en Tárrega, España en 2013. En 2012, diseñó el vestuario de Timboctou, de Alejandro Ricaño, que se estrenó en el RedCat Theatre de los Ángeles, California y, en 2013, reestrenó el musical Si nos dejan, de José Manuel López Velarde en Bogotá, Colombia y El caballero de Olmedo, de Lope de Vega en el Festival de Teatro Clásico de Almagro, España. En cine, realizó la dirección de arte para el cortometraje Abracadabra, de Alejandro Iglesias Mendizábal y el vestuario para la película Cuatro lunas, de Sergio Tovar Velarde. En 2011, fue profesor Invitado de la Cátedra Bergman de Cine y Teatro de la UNAM.
Ruby Tagle Coreógrafa Ejecutante profesional y maestra de danza contemporánea por la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey del INBA. Comenzó su carrera dancística en Monterrey, en la Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey del INBA, en 1982. Desde 1986, realiza actividades profesionales en países como Brasil, Argentina, Inglaterra, Escocia, Estados Unidos, Francia, Ecuador, España, Dinamarca, Canadá y Alemania. Trabaja movimiento, coreografía e interpretación en puestas con distintos directores de teatro, ópera, danza y cine, tales como Peter Greenaway, José Caballero, Sergio Vela, Claudio Valdés Kuri, Jorge Vargas, Sergio Cataño, Benjamín Cann, Tony Castro, Flavio González Mello, Carlos Corona, Alicia Sánchez, Raúl Parrao, Sabina Berman, Enrique Singer, Mónica Raya, Lydia Romero, Rossana Filomarino y Sunny Savoy, entre otros. Desde 1995, ha colaborado en más de 60 espectáculos de danza y teatro con importantes compañías y festivales como el Festival de Edimburgo, XVII Festival Amazonas de Ópera, Bienal do Mercosul, Theater Der Welt, Compañía Nacional de Teatro (CNT), Teatro de Ciertos Habitantes (TCH), Festival Internacional Cervantino (FIC), Teatro Real, Fringe Festival de Edimburgo, Teatro Línea de Sombra, Centro de Producción de Danza Contemporánea (CEPRODAC), Circo Demente y FMX, incluyendo diversas producciones de ópera y cine. Fue coreógrafa del segmento Héroes y mitos en la celebración del Bicentenario de la Independencia, en 2010. Dirigió MONOBLOCK, de Juan José Gurrola, en la Bienal do Mercosul de Porto Alegre (2013), así como Danzas sinfónicas, con la Orquesta Sinfónica de Minería en el Auditorio Nacional (enero de 2014). Además, llevó a
cabo la asesoría e investigación de movimiento en La vida es sueño, de Calderón de la Barca, para TCH (marzo 2014); la coreografía y gestualidad de personajes en seis obras de Luisa Josefina Hernández para la CNT y de Jazz Palabra, espectáculo de Gurrola (abril de 2014), así como de la ópera Orfeo y Eurídice, de Gluck en el Teatro del Bicentenario (noviembre de 2014). Desde 1994, es maestra de Técnicas dancísticas de la Licenciatura en Actuación, en Casa del Teatro.
Cinthia Muñoz Diseñadora de maquillaje Estudió maquillaje artístico en Chicago, Estados Unidos, especializándose en maquillaje teatral y fotografía. Sus primeros trabajos los realizó en la industria de la moda, en Chicago, para continuar incursionando en el ámbito de la televisión y el teatro. En México, se ha dedicado de manera preponderante al campo publicitario. Ha participado en nueve producciones escénicas del Teatro del Bicentenario: las óperas Don Pasquale, de Donizetti; La bohème y Tosca, de Puccini; Rigoletto y La Traviata, de Verdi; La Cenicienta y El barbero de Sevilla, de Rossini; la Ópera de los tres centavos, de Brecht, así como en la obra La comedia infernal, Confesiones de un asesino serial, con el actor John Malkovich.
Belem Rodríguez Mezzosoprano Es egresada de la BUAP como Licenciada en Música Cantante. Ha sido finalista en los concursos de canto Carlo Morelli 2001, México; Concurso Internacional de Nuevas Voces Líricas del Teatro Colón 2005, Buenos Aires, Argentina; Loren L. Zachary Society; National Vocal Competition 2005 en Los Ángeles, California y Primer lugar en el Barry Alexander International Vocal Competition 2010, en Nueva York, Estados Unidos. Ha formado parte de los grupos artísticos Coro del Teatro de Bellas Artes y Solistas Ensamble del INBA y ha sido becaria de SIVAM y de CONACULTA Intérpretes 2008-09. Ha cantado en diferentes escenarios en Tel Aviv, Israel;
Buenos Aires, Argentina; San José, Costa Rica; Los Ángeles, Chicago y Nueva York, Estados Unidos, así como en los más importantes escenarios de la República Mexicana, incluyendo el Palacio de Bellas Artes con la Compañía Nacional de Ópera. Se ha presentado con las más prestigiadas orquestas de México, tales como la OFUNAM, del Palacio de Bellas Artes, Filarmónica de la Ciudad de México, Filarmónica del IPN, Sinfónica del Estado de México y de Cámara de Bellas Artes. Ha sido dirigida por destacados directores nacionales e internacionales como Kamal Khan, Enrique Ricci, Niksa Bareza, Guido Maria Guida, Eugene Kohn, Alun Francis, Enrique Patrón de Rueda, Ivan Anguelov, Héctor Guzmán, Ramón Shade, Jesús Medina, Eduardo García Barrios y Enrique Bátiz, entre otros. Su repertorio operístico incluye los papeles de Carmen en la ópera homónima de Bizet; Amneris en Aïda, de Verdi; Santuzza en Cavalleria rusticana, de Mascagni y Jezibaba en Rusalka, de Dvorak, así como diversos roles en Rigoletto, Il trovatore y Nabucco, de Verdi; Gianni Schicchi, de Puccini; La Valquiria y El ocaso de los dioses, Eugene Oneguin, de Tchaikovsky; Jenufa, de Janacek; Hansel y Gretel, de Humpercinck; La violación de Lucrecia, de Britten y Rusalka, de Dvorak, entre otras. En el ámbito sinfónico, ha cantado la Sinfonía No. 9, así como la Fantasía Coral, de Beethoven; El canto de la Tierra, de Mahler; Alexander Nevsky, de Prokofiev; Requiem, de Mozart; Messa da Requiem, de Verdi y, recientemente, el reestreno mundial de la cantata Ofrenda del tiempo, de Dudin, basada en el poema Piedra de sol, de Octavio Paz.
Josué Manuel Chú Tenor Egresado del Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. Como parte del grupo de solistas de la Ópera Nacional de Bucarest, cantó los papeles de Rodolfo, en La Bohème y B. F. Pinkerton, en Madama Butterfly, de Puccini; Faust, en Mefistofele, de Boito y Riccardo, en Un ballo in maschera, de Verdi. Su repertorio incluye también las óperas Carmen, de Bizet; Tosca e Il tabarro, de Puccini; Cavalleria rusticana, de Mascagni; Pagliacci, de Leoncavallo y Aïda, de Verdi. Ha incusionado, igualmente, en el género zarzuela, así como en el repertorio sinfónico y camerístico. Se ha presentado en importantes escenarios nacionales, como el Teatro de Bellas
Artes, la Salas Manuel M. Ponce, Sala Blas Galindo y Sala Nezahualcóyotl, así como en el Auditorio Nacional con la Orquesta Filarmónica de Bellas Artes; en el Teatro Degollado, con la Filarmónica de Jalisco y en el Festival Internacional Cervantino. Fue becario en la Sociedad Internacional de Valores de Arte Mexicano (SIVAM), para complementar su formación artística. Ha sido premiado con el primer lugar en la categoría Zarzuela y segundo lugar en la categoría Ópera del Concurso Internacional Giacomo Lauri de Volpi, en Italia; ganador del premio especial en la final del prestigiado concurso Magda Olivero, en Milán y ha cantado con la Orquesta de Venecia en la final del concurso Iris Adami Corradetti, en Padua, Italia. Tercer lugar en el Concurso Internacional de Ópera Ciudad de Trujillo, en Perú y ganador del segundo lugar en el concurso operístico Voces camino al estrellato, en San Miguel de Allende, Guanajuato en donde, además, obtuvo el Premio del público. En 2005, se hizo acreedor al premio Mérito Juvenil Artístico, que otorga el H. Congreso del Estado de Sinaloa por su aportación al arte en el estado y en el país.
Carlos Almaguer Barítono Nació en la Ciudad de México, donde desde muy temprana edad incursionó en el mundo de la música, formándose vocalmente con Francisco Amador. A los 18 años, ganó el tercer lugar del Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli y, en 1994, el primer premio del mismo certamen. En ese mismo año, se trasladó a Barcelona para participar en el concurso de canto operístico Francisco Viñas y obtuvo una beca para estudiar en Siena, Italia. Ya instalado en España, conoció al gran barítono Vicente Sardinero, quien fue su maestro de canto y técnica vocal de 1996 a 2003 y quien lo impulsó a ganar varios concursos internacionales en España (Francisco Viñas, Jaime Aragall, Julian Gayarre, Francisca Cuart), Bélgica (Concurso de Canto Verviers) y en Portugal, por mencionar algunos. Su repertorio incluye los roles más importantes para barítono de las óperas Cavalleria rusticana, de Mascagni; Lucia de Lammermoor, de Donizetti; Aïda, La forza del destino, Rigoletto, Il trovatore, Luisa Miller, Un ballo in maschera, Attila, Nabucco, Otello, Simon Boccanegra y Macbeth, de Verdi; Pagliacci, de Leoncavallo; Andrea Chénier, de Giordano; La fanciulla del West, Il tabarro y Tosca, de Puccini, con gran éxito en todas sus presentaciones.
Su carrera operística lo ha llevado a presentarse en teatros y festivales del primer circuito internacional, tales como la Ópera de Frankfurt, Ópera de Leipzig, Festival de Trapani, Teatro Massimo di Palermo, Deutsche Ópera de Berlín, Ópera de Estrasburgo, Ópera de Toulon, Ópera de Marsella, Arena de Verona, Ópera de Berna, Ópera de Viena, Ópera de Bolonia, Ópera de Torino, Arena de Avenches, Ópera de Lausana, Carnegie Hall, Ópera de Budapest, Ópera de Bucarest, Ópera de Kanasawa, Ópera de Montpelier, Ópera de Nantes, Ópera de Atenas, Ópera Nacional de México, Liceo de Barcelona, Teatro Gayarre de Pamplona, Córdoba, Ópera de Las Palmas de Gran Canaria, Opera Royal de Valonia, Royal Opera House (Covent Garden), Teatro Municipal de Santiago de Chile, Festival de Ópera de Sanvolinna, Concertgebouw de Amsterdam, Ópera de Pekín, Ópera de Tel-Aviv, Festival de Ópera de Taormina, Ópera Nacional de Timisoara, Teatro San Carlo de Nápoles y Teatro Carlo Felice de Génova. Sus presentaciones más recientes incluyen Aïda, de Verdi, en el Gran Teatro Nacional de China, dirigido por Zubin Mehta y Tosca, de Puccini, cantando el rol de Scarpia en la Ópera Municipal de Marsella. Entre sus próximos compromisos, destacan Guillermo Tell, de Rossini en el Teatro Wielki de Polonia y Nabucco, de Verdi en los teatros Comunale de Modena y Jesi, en Italia (2015). En 2016, cantará Tosca, de Puccini en la Ópera de Toulon, Francia y Nabucco, de Verdi en Menorca, España.
Eva María Santana Mezzosoprano Especialista en Lied, estudió ópera en México y Estados Unidos y se tituló como Cantante de Concierto en la Escuela Superior de Música de Viena. En 1999 y 2000, protagonizó Carmen, de Bizet en Germering, Alemania con gran éxito, título con el que se presentó también en el Open Air Gars Festival, en Austria. Además, ha participado en las óperas Le nozze di Figaro y La flauta mágica, de Mozart, en Bregenz y en el Volks Oper de Viena, respectivamente, y Los peregrinos de la Meca, de Gluck y La violación de Lucrecia, de Britten con la Ópera de Cámara de Viena. Recientemente, ha sido invitada a participar en diversos festivales como el de Música de Mallorca, con el Stabat Mater, de Rossini y el de Música Sacra, de Bielorrusia, con Cavalleria rusticana, de Mascagni. Su quehacer concertístico la ha llevado a diferentes escenarios de Alemania, España, Italia y Austria, donde radica actualmente.
En mayo 2015, grabó el álbum Brahms und Wolf Lieder, al lado del pianista Norman Shetler, en Viena. Su discografía incluye, además, México mío (2005); Somewhere (2006); Bolero (2007) y Homenaje (2012). También participó en la grabación de Die best Stucke fur Gourmets, de Re nova Classics y Kaleidoscop der Nationen para la Escuela Superior de Música de Viena. Fue semifinalista en el Concurso Belvedere, en Viena. La crítica especializada la ha calificado como una mezzosoprano especialmente dotada, de tintes sombríos, opulentos y agilidades transparentes.
Lydia Rendón Mezzosoprano Ganadora del primer lugar en la primera edición del concurso Ópera de San Miguel y del Concurso de Canto Francisco Araiza. En 2011, recibió el reconocimiento Cíhuatl, de los Premios Internacionales Gaviota, como una de las mejores mezzosopranos de México. Estudió violín desde los ocho años e inició su preparación vocal con Carlos Barretto y, posteriormente, en la Escuela Nacional de Música de la UNAM y en la Emporia State University. Ha participado en las óperas Carmen, de Bizet; Orfeo, de Monteverdi; Le nozze di Figaro y Così fan tutte, de Mozart; Gianni Schichi, de Puccini; La Güera Rodríguez, de Jiménez Mabarak; El juego de los insectos, de Federico Ibarra y Rudel, de Ricardo Castro. En la celebración del Bicentenario de la Independencia de México, cantó el papel principal de la ópera Antonieta, de Federico Ibarra. Su incursión en los géneros oratorio y concierto incluye participaciones solísticas en las obras Requiem, de Mozart; Messa da Requiem, de Verdi; así como Stabat Mater, de Rossini, de Dvorak y de Pergolesi; los oratorios Esther y The Messiah, de Haendel; Oratorio de Navidad, de Bach; Sinfonía no. 9, de Beethoven; cantata escénica Atlántida, de Manuel de Falla y Ernesto Halffter; Tercera sinfonía, de Mahler y la Sinfonía no. 1, de Bernstein. Recientemente, se presentó como Maddalena en Rigoletto, de Verdi en la Ópera de Bellas Artes y en el papel protagónico de Carmen, de Bizet, en el Festival Ortiz Tirado.
Kristian Benedikt Tenor Originario de Lituania, comenzó su carrera con la Ópera Nacional de Vilnius, donde interpretó más de veinte papeles. Se inició como tenor lírico, pero con el paso del tiempo se ha establecido como un importante tenor dramático. Su repertorio incluye algunos de los papeles más exigentes para su tipo de voz, como son Manrico en Il Trovatore; de Verdi; Cavaradossi en Tosca; de Puccini; Canio en Pagliacci; de Leoncavallo; el protagónico de Andrea Chénier; de Giordano; Siegmund en La Valquiria; de Wagner; Dick Johnson en La fanciulla del West, así como los principales para tenor en Don Carlo, Ernani y Aïda, de Verdi; Lohengrin, de Wagner; La Juive, de Halévy; Carmen, de Bizet; y Turandot, de Puccini. De manera paralela, ha interpretado papeles líricos como Edgardo, en Lucia di Lamermoor, de Donizetti; el papel estelar en Les contes d’Hoffmann, de Offenbach; Duque de Mantua, en Rigoletto y Alfredo en La Traviata, de Verdi. En el plano concertístico ha interpretado Las siete últimas palabras de Cristo, de Dubois; Stabat Mater, de Rossini; Messa da Requiem, de Verdi; The Messiah, de Haendel; La canción de la Tierra, de Mahler; Las campanas, de Rachmaninov y Requiem, de Webber. Ha sido invitado a importantes teatros en Módena, Piacenza y Cagliari, en Italia; Teatro Municipal de Santiago de Chile; Teatro Mariinsky, de San Petersburgo, Rusia; así como a las óperas de Lituania, Basilea y Estocolmo, Ópera Real de Copenhague, Ópera Nacional de Finlandia, Ópera Nacional de Ámsterdam, Ópera Nacional de Estonia en Talín y Liceu de Barcelona, entre otros. Ha trabajado con importantes directores musicales como Marcello Viotti, Riccardo Chailly, Alberto Hold-Garrido, Maurizio Barbacini, Paolo Carignani, Ascher Fisch, Gianpaolo Bisanti, Valery Gergiev y con destacados directores de escena como Willy Decker, Dmitry Bertman, Arnaud Bernard, Elmuntas Nekrošius, Pier Francesco Maestrini, I. Uschakov y Calixto Bieito, entre otros. Su reconocimiento internacional ocurrió en 2002, al lado de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Baviera, con la cual realizó una grabación de La Gioconda, de Ponchielli con Placido Domingo, bajo la dirección de Marcello Viotti.
Violeta Dávalos † Soprano Hizo su debut operístico a la edad de veinte años, en el papel protagónico de la ópera Aïda, de Verdi. Después de este exitoso inicio, ha encarnado los protagónicos de Tosca, Madama Butterfly y La Bohème, de Puccini; La Traviata, de Verdi; así como Santuzza en Cavalleria rusticana, de Mascagni y Salud en La vida breve, de M. de Falla, entre muchos otros. Ha participado en el estreno y reposición de numerosas óperas mexicanas como Ildegonda, de M. Morales, Alicia, de F. Ibarra, Tata Vasco, de M. Bernal y Atzimba, de R. Castro. Igualmente, ha incursionado en los géneros de la opereta y la zarzuela, interpretando los personajes principales de La viuda alegre, de Lehár; La revoltosa, de Chapí; Don Gil de Alcalá, de Penella Moreno; Los gavilanes, de Guerrero; Luisa Fernanda, de Moreno Torroba y La leyenda del beso, de Sotullo y Vert. Se ha presentado en importantes escenarios de México, así como en diversos foros de América Latina y Estados Unidos, entre los que destaca el Carnegie Hall, de Nueva York. A lo largo de su carrera, ha actuado al lado de figuras como Ramón Vargas, Rolando Villazón, Aquiles Machado, Juan Pons y Paul Plishka. Entre los directores con los que ha trabajado se encuentran Marco Boemi, Iván Anguélov, Marco Zambelli, Kurt Klippstater, Giuseppe Raffa, Miklaus Takas, Enrique Ricci, Enrique Bátiz, Eduardo Díazmuñoz, Fernando Lozano, José Guadalupe Flores y Luis Herrera de la Fuente, por mencionar algunos. Se ha hecho acreedora a diversos galardones, entre los que se distinguen el primer lugar en el Concurso Iberoamericano de Canto, en el que además, fue premiada con la distinción Giuseppe Verdi, y el Premio Especial de la Ópera de Mahón, España. Asimismo, fue finalista del Concurso Internacional Luciano Pavarotti. En México, ha sido ganadora de los principales concursos de canto como el Carlo Morelli, Francisco Araiza y Fanny Anitúa. Su discografía incluye la ópera Ambrosio, de José Antonio Guzmán; Tata Vasco, de Miguel Bernal Jiménez; Cantata Homenaje a Juárez, de Blas Galindo; la Novena Sinfonía, de Ludwig van Beethoven con la Orquesta Sinfónica del Estado de México, bajo la dirección de Enrique Bátiz; Alicia, de Federico Ibarra; así como una gala operística
y la ópera Ildegonda, de Melesio Morales –premiada con el Orfeo de Oro, otorgado en Francia por primera ocasión a una grabación extranjera–, ambas bajo la dirección de Fernando Lozano. Entre sus próximos compromisos destacan su participación con la Orquesta Sinfónica Nacional en el Requiem, de Mozart y un concierto mexicano. Asimismo, interpretará el papel protagónico de la ópera Tosca, de G. Puccini en el Teatro Nazas de Torreón y en la Ópera de Bellas Artes, en una nueva producción.
Gilberto Amaro Tenor Nació en Morelia, Michoacán, donde inició sus estudios musicales y vocales, mismos que prosiguió en el Taller de Perfeccionamiento Operístico, impartido por la Sociedad Internacional de Valores Artísticos de México, SIVAM. Participó en el papel del Timonero de Daland en Der fliegende Holländer, de Wagner, en el Festival Internacional Cervantino y en el Palacio de Bellas Artes. Asimismo, como Ruiz en Il Trovatore, de Verdi con Ramón Vargas. Recientemente, debutó el rol de Rodolfo en La Bohème, de Puccini en el Teatro de La Paz, en San Luis Potosí con la renombrada Orquesta Sinfónica del Estado de México, bajo la batuta de Enrique Bátiz. Asimismo, debutó como Nemorino en L‘elisir d‘amore, de Donizetti con la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional. Ha sido acreedor a los premios Eleanor Steber, del Concurso Nacional de Canto, en San Miguel de Allende; segundo lugar en el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli; semifinalista del Concurso Internacional de Canto Competizione dell‘Opera, en el Teatro Bolshoi en Moscú, Rusia.
Carlos Sánchez Barítono Comenzó sus estudios musicales en Querétaro con los maestros Miglena Savova y Francisco Núñez Montes. Continuó su preparación tomando cursos con renombrados cantantes en Italia, Francia y México. Entre los premios que ha recibido, destaca el Primer lugar en el Concurso Nacional de Canto Carlo Morelli. Se ha presentado en diversos estados de la República Mexicana y en países como Polonia, Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico y Corea, con variados géneros como ópera, zarzuela, recital, concierto sinfónico y música popular, en foros como el Palacio de Bellas Artes y festivales como el Internacional Cervantino, Cultural Alfonso Ortiz Tirado, Internacional de Tamaulipas, el de Octubre Guadalajara, Santiago de Querétaro y Cultural de Zacatecas, entre otros. Ha cantado con la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, de la Radio Polaca, las Filarmónicas de Jalisco y Querétaro y las Sinfónicas de Puerto Rico y San Luís Potosí, entre otras. Entre los directores que lo han dirigido destacan Eugene Kohn, Niksa Bareza, Enrique Patrón de Rueda, Lukas Borowicz, Paul Nadler y Enrique Barrios. Ha interpretado los papeles de Giorgio Germont en La Traviata, de Verdi; Escamillo en Carmen, de Bizet; Vidal en Luisa Fernanda, de Moreno Torroba; Silvio en Pagliacci, de Leoncavallo; Alfio en Cavalleria rusticana, de Mascagni; Guglielmo en Così fan tutte, de Mozart; Belcore en L’elisir d’amore, de Donizetti; el Rey Tzimtzicha en Atzimba, de Castro; así como las partes para barítono en Carmina Burana, de Orff; Requiem, de Brahms y The Messiah, de Haendel. Recientemente, cantó la Sinfonía no. 9, de Beethoven en el Teatro Nazas, de Torreón y los papeles de Giorgio Germont, en La Traviata, de Verdi, con la Filarmónica 5 de Mayo y el Rey Tzimtzicha en Atzimba, de Castro en el Palacio de Bellas Artes y en su reestreno en el Teatro Ricardo Castro de Durango. Igualmente realizó una gira por diferentes ciudades de Polonia, finalizando con un concierto en la sala Witold Lutoslawski de Varsovia con la Orquesta de la Radio Polaca.
Orquesta del Teatro del Bicentenario Concertino Philippe Tolón Violines primeros Iryna Borenko, Benjamín Carone, Bogdan Budziziewski, Andres Becerril, Pablo Vital, Carlos Toc, Cathy Barrow, Gabriel Vázquez, Arturo González Violines segundos Omar Barrientos*, Eduardo Espinosa, Carmen Loa, Ángela Aldama, Abraham Bautista, Elwira Krengiel, Elsa García, Omar Álvarez Violas Armen Aghabekyan*, Matthew Schubring, Tomás Albendea, Román Castillo, Ángel Medina Violonchelos Mónica del Águila*, Kamila Pietrzyk, Luz María Frenk, Virna Lanza, Natalia Torres Contrabajos Pedro Ruiz*, Carlos Sánchez, Mario Torres Flautas Rafael Urrusti*, Maria Vakorina, (flauta y piccolo) Carolina Martínez Oboe Héctor Fernández*, (oboe y corno inglés) Miguel Ángel Ramos, Jorge Uribe Clarinetes Jahaziel Becerril*, Juan Carlos Barajas, (clarinete bajo) Martin Arnold Fagotes Anatoli Louchinine*, Rocio Yllescas, Jesús Armendáriz Cornos Omar Morales*, Jesús Reyes, Michelle Pettit, Steven Wenrich Trompetas John Urness*, Eric Hyland, Mauro Kuxypijy, Ricardo Flores Trombones John Stringer*, Marcia Medrano, Matthew Williams Tuba Hector López* Timbal Antonio Fuentes* Percusiones Hiram Loa, Ivonne Revah, Maribel Pedraza Arpa Christian Topp* Órgano Ulises González *Principal Coordinador Robert Schwendeman Coro del Teatro del Bicentenario José Antonio Espinal, director Judith Campos Galeana, asistente y pianista preparadora Flavio Becerra Barrón, técnica vocal Sopranos Andrea María Claret Almaguer Carreras, Ghislaine Claudine Bire Loza, María de Jesús Cárdenas Alonso, Ariatna Cruz Mendoza, Mariceli Domínguez Ozuna, Sofía Escamilla Santillán, Lía Karolina Esparza López, María de Lourdes Escutia Romero, María de los Ángeles Funes Bermúdez, María Fernanda Garza Reyes, Erandi Gasca Gutiérrez, Laura Lizette Mora López, Lucía Muñoz Ledo Macías, Dafne Alexandra Olvera de la Rosa, Liliana Vanessa Salas Romo, Mónica Venegas Guedea Mezzosopranos / Altos Claudia Ivett Andrade Luna, Fabiola Arias Ayala, Ana Karina Carrillo Tovar, Karla Ivón Domínguez Ozuna, Guadalupe González de la Mora, Carmen González de la Mora, Dulce Carol Medina
Navarro, Blanca Lilia Olivares, Melissa Reuter Pérez, Ma. del Consuelo Ruiz Flores, Ana Lizette Sánchez Preciado, Jessica Elizabeth Ornelas Rea Tenores Juan Carlos Barrios Agraz, Miguel Javier Colchado Olivares, Héctor Delgado Castillo, Juan Pablo Díaz Flores, Mario Alberto Frausto Vázquez, Diego Armando Hernández Zurita, Fabián Mejía Díaz, Fernando Moreno Bolaños, Azael de Jesús Moreno Gómez, Diego Guadalupe Olmos Ledezma, Ricardo Efraín Pérez Guerrero, Daniel Alberto Rentería Martell, Israel Naum Rizo Valdez, Alejandro Vargas Ochoa, Carlos Vivanco Parga, Emmanuel Zarazúa Sandoval Barítonos / Bajos Froylán Israel Albarrán Tamayo, José Arenas Guevara, Salvador Baez Murillo, Dylan Buchowsky Baez, César Mariano González Barrera, Miguel Jacobo Guzmán Ramírez, Arturo Antonio Lora Mancilla, Rey David Martínez Arenas, Jonathan Emmanuel Martínez Calvillo, Abraham Eduardo Navarro López, Rubén Pompa Ramírez Coro de Niños del Valle de Señora José Antonio Espinal, director Adriana Graciela Valerio Rodríguez, Brenda Marlene Aguilera López, Cintia Nayeli Moreno López, Emilio Alberto Medrano Córdova, Evelin de los Ángeles Moreno López, Fátima Arriaga Anguiano, Francisco Saúl Sustaita, Joana Itzel Marcela López Almaguer, Juan Carlos Valerio Rodríguez, Karla Cecilia Romero Muñiz, Leslie Escarlett Bernal Orozco, Luz Aída Badillo Canchola, Luz Ivonne Padilla Zambrano, Ma. de la Luz Juárez Murillo, Pilar Zaranaele Velázquez Estrada, Sara Elizabeth Casillas López, Susana Velázquez Estrada Producción Cavallería rusticana y Pagliacci Director musical asistente Christian Góhmer Pianista preparador Juan Antonio Santoyo Primera asistente de dirección de escena Paula Watson Stage manager y segundo asistente de dirección Omar Muñoz Asistentes de producción Cristina Márquez de León, Celia Isaban García Portillo, Alejandra Iglesias Altamirano, María Zarandona González, Miguel Ángel Anaya Arias Asistentes de escenografía Salmah Beydoun, Fernanda Jardi, Laura Frieyro Asistentes de vestuario Salvador Hernández González, Daniel Gregorio Moreno Ramírez, María Guadalupe Lara Rodríguez, Marco Antonio Rojas Gómez, Eduardo Valadez Camarillo, Rodrigo Sosa Bernal, Israel Ayala Beltrán, Maurilio Guerra, Nancy Miranda Asistentes de maquillaje Elsa Paola Ayala Parra, Perla Barajas de la Lama, Édgar Gerardo Chávez Quintana, Elizabeth Cruz Martínez, Ana Esthela Delgado Navarro, Marisela Domínguez Sánchez, Fernando Saavedra Rodríguez, Andrea Vargas-Lugo Ayala Traspunte Vicente Hinojosa Técnicos orquestales José de Jesús Garnica, Édgar Alfonso Vela Técnicos auxiliares de tramoya Aída Hortensia Escobar Pérez, Leonardo Galván Hernández, Carlos Jacinto, Marcial Israel Álvarez Navarrete, Enrique López, Andrés González Olais, Jesús Vela, Santiago Villalobos Supertitulaje Francisco Méndez Padilla Asistente de supertitulaje Jehová Villa