los hijos del maíz Fotografía: María Paula Suárez
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Diana Aristizábal Laura Orjuela María Paula Suárez fotografía e historia 2017-ii
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Los hijos del maíz
Diana Aristizábal Laura Orjuela María Paula Suarez Fotografía e historia 2017-ii
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Introducción Guatavita, lugar lleno de tradición y misterio: cuenta la leyenda que la esposa del cacique al enterarse que se había comido el corazón de su amante, se dirigió a Guatavita en donde encontró una laguna y allí se sumergió en lo más profundo de esta. El cacique, más conocido en la Cultura Muisca como ‘Zipa’ al enterarse de aquella situación, envió a los guerreros en su búsqueda y después de muchos intentos fallidos, el Cacique de la comunidad decidió hacerle ofrendas con oro, piedras preciosas y cerámicas. Tradición que trascendió a sus futuras generaciones, para que el siguiente ‘Zipa’ tomará posesión sobre su comunidad. Los sobrinos de los ‘Zipa’ se convertirían en los futuros herederos de la tierra, estando encerrados en una cueva durante nueve años, dicha significaba el vientre de la madre naturaleza. Aprendían a valorar cada cosa que la naturaleza les brindaba y así como los hombres permanecían alejados de la civilización, las mujeres dignas de ser sus esposas debían aprender la tradición durante siete años. Estas dos personas eran adentradas en 4
el templo sagrado totalmente desnudos y si el hombre mostraba algún deseo hacía la mujer, al finalizar el ritual se le cortaba el cabello, que significaba deshonra. Los hombres cuando estaban listos para empezar su camino como ‘Zipa’ eran cubiertos con miel y polvo de oro. Esta tradición se realizaba en noche de luna llena y su duración era hasta el amanecer. La luz que reflejaba la luna sobre el nuevo ‘Zipa’ los hacía lucir brillantes, para la cultura Muisca esto era símbolo de grandeza y de unión con los Dioses. El joven Cacique era llevado a la mitad de la laguna en una balsa cargada con ofrendas y con utensilios hechos de oro que, entre mayor tamaño, significaban más status y posesión. Alrededor de la laguna estaba toda la comunidad que se preparaba para cantar, adorar y bailar en el momento justo en donde el nuevo ‘Zipa’ comenzaría su travesía. Justo en medio de la laguna, acompañado por cuatro Uzaques (es decir nobles de sangre), eran lanzados a las heladas aguas como representación de respeto y adoración para con los Dioses, pues se creía que al hacer esto, el ‘Zipa’ podría llegar a tener un encuentro con los seres supremos.
Al sumergirse, se desprendía el polvo de 5
oro adherido al cuerpo, este era la primera ofrenda para los Dioses. Después de haber hecho esto, las personas alrededor empezaban a lanzar figuras cubiertas con oro para ofrendar y bendecir el nuevo camino del ‘Zipa’. Esta tradición fue conocida por los conquistadores españoles, que inquietos por conocer como era eso del “hombre de oro” o “indio de oro” se fueron en busca de este majestuoso lugar. Varias expediciones en búsqueda de un lugar cubierto de oro, trajo consigo el reconocimiento de nuevos lugares jamás vistos por los españoles. En ellos encontraron bastantes yacimientos de oro, pero nada comparado con lo que realmente buscaban: la ciudad de oro. Con el tiempo descubrieron Sesquilé y posteriormente Guatavita, en donde surgió “El Dorado”, la ciudad que tanto habían buscado y posiblemente encontrado. Fue una búsqueda implacable del oro que tanto querían, pero no lo encontraban en las cantidades imaginadas. Por medio de traductores, comprendieron que el oro que ellos querían se encontraba en el fondo de la laguna, por lo que decidieron desocuparla y así poder adquirir este mineral. Para esto hicieron 6
un proceso legal con la corona española, en donde se concedió el permiso para la extracción total del agua de la laguna de Guatavita. El proceso se hizo y los españoles pudieron sacar grandes cantidades de oro. Después de un tiempo la laguna volvió a brotar agua hasta llenarse, no como antes, pero de igual forma se alcanzó a recuperar gran parte. La segunda extracción por parte de los españoles permitió el abastecimiento de una mayor cantidad de oro, dejando a los Muiscas sin tradición (o eso se creía), pues después de un tiempo la laguna volvió a cargarse de agua, dando paso a una nueva leyenda en donde los Muiscas explicaban que la madre naturaleza en la creación del universo, sembró una semilla la cual no permitía que el agua se acabara. Desde ese momento se reafirmó la conexión que tienen con la naturaleza, que hasta la actualidad sigue intacta. Para entrar a este territorio se debe pedir permiso, pues ella es la encargada de la comida, la tierra y el lugar donde todos vivimos. Además, el pedirle permiso es un acto de respeto. Actualmente, la comunidad Muisca, aunque no muy explorada, se refugia en 7
Cundinamarca, un municipio rico en historia y en tradiciones indígenas. “muisca no desapareció, muisca esta”. El territorio muisca, perteneciente a la sabana Cundiboyancence, abarca desde Santander hasta una buena parte de los llanos orientales. Los Guanes, en Santander fueron mestizados por alemanes y los ´zipas´ quienes se encuentran en Cundinamarca fueron cruzados con los españoles. “No queremos que la cultura desaparezca”. “Los salvajes de la nueva américa son tan ricos que se bañan en oro y tan brutos que lo arrojan a una laguna para hacer un ritual” –Guía experto de la laguna-. Este ritual era para la consagración de su cacique. Cuando se habla de “chibcha”, se hace referencia al dialecto. Muisca es la raza, que significa netamente la cultura. Después de la conquista, el pueblo muisca fue evangelizado, quedando a cargo de los frailes que llegaron a Sesquilé, para cambiar su forma de pensar y de hacer rituales. La casa ceremonial luego de un tiempo desapareció para darle paso a la iglesia. Con el dialecto ocurrió lo mismo. Cuando 8
llegaron los Frailes, lo que hicieron fue aprender el idioma de los nativos, el cual era el “Muysccubún” para poder iniciar con la evangelización. Finalizando esta, solicitaron al rey que les concediera el derecho para que puedieran seguir hablando la lengua nativa. En cuanto al atuendo, eran túnicas en algodón, con una cinta en la cintura con un “chumbe” encima de este; usaban una manta hasta el tobillo, ya que el clima era muy frío. Actualmente en localidades de Bogotá, como Bosa y Suba, aún se pueden encontrar cabildos indígenas ya que antiguamente estos eran territorios independientes de Bogotá, pero con el paso del tiempo, esta gran ciudad los “absorbió”. Sin embargo, también se pueden encontrar estos cabildos en cota, el resguardo de Chía y el cabildo de Sesquilé. Estas tribus indígenas aún tienen muy vivas sus creencias y rituales espirituales basándose de plantas o medicina natural, sin embargo, a lo largo de este camino se encuentran plantas foráneas como el pino y el eucalipto. En cierto terreno del subpáramo, por la cordillera oriental, hubo asentamientos de los ancestros muiscas, aunque realmente el Muisca nativo vivió en el valle. Si se habla del Casicasgo de Guatavita, es necesario decir que este hizo parte de Sesqui9
lé. Empezaba desde Tocancipá, Gachancipá, Zipaquirá (en donde se encontraba el ´Zipa´),Nemocón, Neusa y llegaba hasta Suesca, por los lados de cucuruma, hasta abarcar Villa Pinzón y Chocontá, que daba la vuelta por Manta. Este fue uno de los Casicasgos más amplios en extensión territorial y población. Tiempo después, cuando desaparecieron los resguardos y la titulación de tierras, los refugios cambiaron de nombres, solo algunos conservaron su nombre nativo, como por ejemplo Suesca. Este territorio es muy importante porque fue inició el proceso de Gonzalo Jiménez De Quesada, en este sitio fue su primer asentamiento, seguido por Bogotá, donde comenzó por el Chorro de Quevedo, por último, llevaron a los Guatavitenses para que realizaran la construcción de doce chozas y allí mostrar cuál era su asentamiento. Por otro lado, como tradición, se encuentra el “Poporo”, un elemento que fue entregado por los ancestros. El Poporo es un artefacto hecho en oro, que actualmente se conoce como Totumo. Para poder “poporear”, el hombre tiene que realizar un acto de respeto que es totalmente simbólico, por medio de un ritual que consiste en masticar la hoja de coca (Haio) y cal (concha de mar) mezclada con la saliva, donde después, este embudo es aplicado al poporo, 10
que significa que se está escribiendo el diario. Así como el “Poporo”, existen otros elementos que simbolizan la cultura Muisca que para nosotros en la actualidad tienen otros significados, como:
“GUACHE”: El guerrero, el que cuida el que pelea. “GUARICHA”: La pura, la guerrera.“CUCHA”: Abuela, se dice que es más bella que los colores del arcoíris. Se le dice cucha porque es allí en donde esta guardada la sabiduría, el conocimiento. “HUEVA”: Aprendiz, estudiante. “CUCHA”: Abuela, se dice que es más bella que los colores del arcoíris. Se le dice cucha porque es allí en donde esta guardada la sabiduría, el conocimiento.
Por María Paula Suárez 11
El indio de oro
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EL DORADO: Esta icónica laguna llena de historia, oro y cerámica, ameritaba la fotografía para demostrar que no solo puede ser reconocida por sus tesoros sumergidos, sino también por su fotogenia. Fotografía: MARÍA PAULA Suárez
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Gestación muisca: Bachue, la mujer de senos grandes que fue preparada para forjar el pueblo muisca. Fotografía: Maria Paula Suárez 14
Pieza arqueológica encontrada en el suelo de Sesquilé FOTOGRAFÍA: MARÍA PAULA SUÁREZ
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Riquezas artesanales: Esta es una pequeña muestra de las manualidades realizadas por los muiscas. Para este hombre poder tomar estas hojas, antes pidió permiso a la madre tierra. FOTOGRAFÍA: MARÍA PAULA SÁNCHEZ
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PLANTA REPRESENTATIVA DE LA REGIÓN, PORQUÉ HACE PARTE DEL PARAMO DE GUATAVITA FOTOGRAFÍA: MARÍA PAULA SUÁREZ
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Camino real: Este era el trayecto realizado por el zipa momentos antes de ser realizada la ceremonia en la laguna. FOTOGRAFÍA: MARÍA PAULA SUÁREZ
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LOS HIJOS DEL MAÍZ Poporeo para la posteridad:
Nuestro guía nos tenía demasiado inquietos, ya que a largo del camino iba realizando una acción demasiad inusual para nosotros; el poporeo, sin embargo, graci a una pregunta curiosa, todos logramos comprender finalidad de este. Fotografía: Laura Orjuela
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lo do ias r la
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C U L T U R A
V I V A Cusmuy: Casa de agua, es la conexión entre los 22
Fotografía: Laura O
C U L T U R A
V I V A representaciĂłn fĂsica de la cuatro mundos.
Orjuela
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“Cucha”: “más bella que los colores del arcoíris” Se le dice cucha porque es allí en donde esta guardada la sabiduría, el conocimiento. FOTOGRAFÍA: LAURA ORJUELA 24
Ara: En estos momentos uno como ser humano ignorante, comprende la importancia de pedir permiso a cualquier hijo de la tierra en el momento de decidir interactuar con ellos. Esta es la reacción de una guacamaya después de que alguien realizara una fotografía de ella con el flash reflejando en sus ojos FOTOGRAFÍA: LAURA ORJUELA
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De vuelta a la tierra: La cultura muisca nos enseĂąa el valor del respeto hacia la madre tierra, mostrando a su vez, la fuerza con la que impone gerarquia. 26
FotografĂa: Laura Orjuela
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Hija de la tierra: La menor y más pequeña de su familia. Esta niña solo salió a curosear el ruido y los pasos que escuchaba pasar frente a su casa, sin embargo fue el blanco perfecto para más de un lente. 29
FOTOGRAFÍA: LAURA ORJUELA
“Muysccubun”
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Sesquilé : “Edén Alegre de paz” En la cultura sesquileña encontramos un fuerte apropiamiento de sus costumbres, y tradiciones coloniales e indígenas. Fotografía: Laura Orjuela
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N O C H E
Fé colonial: La finalidad de esta fotografía es mostrar a la iglesia desde el punto de vista de algunos creyentes fanáticos. La iglesia como algo supremo y superior al hombre. Fotografía: Diana Aristizábal
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C O L O N I A L
N O C H E
C O L O N I A L
Perspectivas diferentes: El escenario colonial da una cantidad de material infinito al momento de realizar fotografías, y este encuadre natural no es la excepción, permitiéndome jugar con lo que brinda esta maravillosa arquitectura. Fotografía: Diana Aristizábal
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Iluminación colonial: En medio del afán, la ira y el estrés, este farol en medio de la “nueva” Guatavita, logra captar mi atención y generar cierto instante de calma, siendo un lindo motivo para ser capturado junto a la luna. Fotografía: Diana Aristizábal
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Calles empedradas: Mientras corría por las calles empedradas de este pueblo, decidí mirar hacia atrás y darme cuenta de que la fotografía que buscaba estaba justo ahí, a mis espaldas, en compañía de una hermosa estructura colonial. Fotografía: Diana Aristizábal 36
A la luz de la luna: La luna fue modelo esencial en esta fotografía, ya que destaca de una maravillosa manera esta arquitectura del siglo XVl. FOTOGRAFÍA: DIANA ARISTIZÁBAL
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N U E V O P U E B L O 38
Esta fotografĂa refleja en su totalidad las calles empedradas coloniales de Guatavita, resaltando su belleza sin importar la hora del dĂa. FotografĂa: Diana Aristizabal
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Conlcusión Guatavita, un presente enriquecido culturalmente
El nombre del municipio “Guatavita” viene de la expresión Muisca “muysccubun” y su significado es: “punta de la sierra o fin de la labranza”, esta definición se denominó debido a sus riquezas culturales como el sol, el agua y la luna, que representaban para los Muiscas una trilogía divina. Este es un lugar que por sus orígenes, está lleno de fantasía combinada con realidad, donde se incluyen los refugios indígenas Muiscas, las infraestructuras tradicionales, los habitantes, etc. Cada una de las cosas que se encuentran allí tiene un trasfondo cultural que se explican a través de su pasado histórico. Al ser un pueblo lleno de riquezas culturales, está conformado en su mayoría desde edificaciones como la iglesia “Nuestra señora de los dolores”, hasta objetos artesanales como el “Ojo de dios”, y muchos más patrimonios culturales que provienen de ideas relacionadas con la famosa leyenda del dorado y demás tradiciones de esta tribu. Los muiscas se caracterizan por su habilidad artesanal, la cual desarrollan a través de diferentes actividades en donde los principales elementos usados son: hilados de algodón, madera, hueso, paja, piedra, plumas y pieles de animales. Todos estos son utilizados para elaborar tanto sus casas como sus objetos personales. Los descendientes directos de estos antepasados, viven actualmente en departamentos de Cundinamarca como lo es Guatavita, ellos son los que intentan preservar sus tradiciones, siguiendo su continuidad, desde las más pequeñas como lo son la utilización de plantas para curar enfermedades, hasta la construcción de estructuras en base a sus creencias. Este municipio antiguamente ubicado en el cerro Montesi42
llo, siendo la capital religiosa de la comunidad Muisca, quedo sumergido después de su inundación en el embalse de Tominé, a lo que ahora le llamamos “La laguna de Guatavita”, que después de un tiempo fue trasladado en el año 1967 a un lugar aledaño, ubicado en la provincia de Guavio, donde se construyó nuevamente el pueblo, basándose en sus creencias y leyendas, creando una población con ideales tradicionales. El actual municipio de Guatavita existe hace 42 años, está ubicado en Cundinamarca en la Provincia del Guavio, construido para reemplazar el antiguo pueblo sumergido. Cuenta con una población de 6898 habitantes de los cuales, aproximadamente 1960 habitan en la zona urbana. Se encuentra a 53 Km del nororiente de Bogotá y tiene fronteras por el norte con Sesquilé y Machetá, por el oriente con Gachetá y Junín, por el sur con Guasca y Sopo, y por el occidente con Gachancipá y Tocancipá. La actual Guatavita es un lugar colonial, lleno de leyendas y tradiciones de la comunidad Muisca, las cuales enriquecen cada vez más la historia cultural de Colombia. Muchas de las tradiciones, son un símbolo de identidad del país como lo es “La leyenda del dorado”. Es importante tener siempre presente la historia de “Los hijos del maíz”.
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