LIBROS PROFETICOS Los libros proféticos del Antiguo Testamento son dieciséis: cuatro llamados mayores (Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel) y doce menores. Para la mayoría de la gente, el profeta es un hombre que predice el futuro, una especie de adivino. Esta concepción tan difundida tiene dos fundamentos: uno, erróneo, de tipo etimológico; otro, parcialmente justificado, de tipo histórico. a) Respecto al primero, debemos recordar que el término griego prophetes no significa el que “pre-dice”, sino “el que habla en público”; la partícula “pro” no significa “antes de”, en sentido temporal, sino “delante de”, en sentido espacial. b) En cuanto al segundo, no cabe duda de que en ciertos relatos bíblicos presentan al profeta como un hombre capacitado para conocer cosas ocultas y adivinar el futuro.
Personalidad profética 1. El profeta es un hombre inspirado. Nadie en Israel tuvo la conciencia tan clara de que era Dios quien le hablaba y de ser mensajero de Dios como el profeta. Y esta inspiración le viene de Dios, de un contacto personal con El, que comienza en el momento de la salvación. 2. El profeta es un hombre público. Su deber de transmitir la Palabra lo pone en contacto con los demás. El profeta no puede retirarse permanentemente a un lugar sosegado de estudio o de reflexión, no puede limitarse al reducido espacio del templo. Su lugar es la calle y la vía pública. El profeta se halla en contacto directo con el mundo que le rodea: conoce las maquinaciones de los políticos, las intenciones del rey, el descontento de los campesinos pobres, la vida lujosa de los poderosos, la despreocupación de los sacerdotes. 3. El profeta es un hombre amenazado. Los dos rasgos anteriores hacen comprensible este tercer aspecto. El profeta está amenazado por Dios, que le cambia la orientación de su vida, le saca de su actividad normal, como a Amós (7,14s) o Eliseo (1 Re 19, 19-21), le encomienda a veces un mensaje muy duro, casi inhumano. Pero la mayor amenaza para el profeta viene de sus contemporáneos. A Oseas lo tachan de “loco” y de “necio”;a Jeremías, de traidor a la patria. Y se llega incluso a la persecución, la cárcel y la muerte. Elías debe huir del rey en muchas ocasiones; Miqueas ben Yimlá termina en la cárcel; Amos es expulsado del Reino del Norte; Jeremías pasa en prisión varios años Página 1
de su vida, Zacarías es apedreado en los atrios del Templo (2 Cro 24, 17-22). 4. La profecía es un carisma. Como tal, rompe todas las barreras. La barrera del sexo, porque en Israel existen profetisas, como Hulda (2 Re 22). La barrera de la cultura, porque no hacen falta estudios especiales para transmitir la Palabra de Dios. La barrera de las clases porque todos, aristócratas como Isaías, pequeños propietarios como Amós, o simples campesinos como Miqueas, pueden ser llamados por el Señor. Las barreras religiosas porque no hace falta ser sacerdote para ser profeta.
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Yeshayaáh (Yahveh es salvación) fue uno de los profetas de Israel del Siglo VIII a. C., que profetizó durante la crisis causada por la expansión del imperio Asirio. Escribió por lo menos la primera parte del libro de la Biblia que lleva su nombre. Nace sobre el año 760 y pasa bastantes años en Jerusalén. Esto explica que su experiencia sobre las dos principales tradiciones religiosas: la elección de divina de Jerusalén y la dinastía davídica. En su vocación (cfr. Is 6), capta el plan de Dios con respecto a su pueblo, y su experiencia se puede concretar en cuatro puntos: -La santidad de Dios (cfr. 6,2-3) -La conciencia de pecado (cfr. 6,5) -La necesidad de un castigo (cfr. 6. 9-10) -La esperanza de salvación (cfr. 6,11) Se desconoce el nombre de su mujer, pero se sabe el nombre de dos de sus hijos: Sear Yasub y Maher Salal Has Baz. El libro de Isaías es el de mayor prestigio entre los libros proféticos. A pesar de su titulo, no consta que sea una sola obra y de un solo autor. Probablemente varios profetas, de nombre desconocido y discípulos de Isaías, conservaron durante casi trescientos años las enseñanzas del maestro, añadiendo sus propios oráculos a los oráculos de aquel. El resultado es este libro, denso y complejo, que abarca tres etapas de la historia de Israel. Por eso, podemos dividir el libro, todo él inspirado, en tres grandes títulos: -Isaías primero (capítulos 1-39): Recoge la vida y las palabras del profeta Isaías de Jerusalén. Es el <Isaías del peligro>. -Isaías segundo (capítulos 40-55): También llamado libro de la consolación. Obra de un discípulo anónimo que predica en Babilonia. Es el <Isaías del destierro>. -Isaías tercero (capítulo 56-66): Recoge, probablemente, las palabras de varios profetas de la escuela de Isaías, que viven en Jerusalén en los difíciles años del retorno. Es el <Isaías del retorno>. A pesar de la diversidad de tiempos, estilos y preocupaciones, el <libro de Isaías> tiene una profunda unidad interior. Hay en él temas que se repiten con insistencia y predilección: la santidad de Dios, el pecado del hombre, la fe, el <resto> elegido, la gloria de Jerusalén y sobre todo hay una mirada hacia el futuro. Un futuro lejano, pero no Página 3
incierto, porque está en manos de Dios. Por eso la esperanza que anuncian estos profetas se irá precisando con el tiempo. Esperan una era mesiánica, descrita con los colores de un paraíso nuevo y eterno. Esperan que todas las naciones se congreguen en el nuevo Israel y vivan en paz y concordia una fraternidad religiosa de fe y culto. Anuncian y esperan a Cristo y a su Iglesia. Como dice San Agustín, el libro de Isaías es <el que mejor conduce al evangelio>. De hecho Isaías y Mateo son como dos voces armonizadas que proclaman el mismo mensaje. Mateo acude con frecuencia a pasajes del libro de Isaías para mostrar que Jesús es el Mesías anunciado y esperado. La liturgia por su parte, nos ofrece abundantes lecturas de este libro en los tiempos más importantes del año litúrgico: Adviento, Navidad, Epifanía, Jueves y Viernes santo y Pascua de Resurrección.
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Isaías primero (capítulos 1-39)
I. Oraculos dirigidos a Israel y Judá (1,2-12,6) II. Oráculos dirigidos a las naciones (13,1-23,18) III. Apocalipsis de Isaías (24,1-27,13) IV. Endurecimiento de Israel y Judá (28,1-33,24) V. Condenas y esperanzas de salvación (34,1-35,10) VI. Ezequías ante la amenaza Asiría (36,1-39,8)
Emperadores asirios (a.C.)
Reyes de Judá
Tiglatpileser (745-729 a.C.)
Ozias (767-739 a. C.)
Salmanasar (727-722 a. C.)
Jotan (739-734 a. C.)
Sargón II (721-705 a. C.)
Ajaz (734-727 a. C.)
Senaquerib (704-681 a. C.)
Ezequías (727-698 a. C.)
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Contexto histórico de Isaías primero (1-39) Israel y Judá, con su posición estratégica entre Egipto y las potencias mesopotámicas, eran muy vulnerables a la agresión. David y Salomón triunfaron en parte porque ninguna de las grandes potencias era lo bastante fuerte para atacar durante sus reinados. Pero, después de la división del reino, las naciones vecinas: Asiría, Amon y Moab, ocasionaron crecientes perturbaciones a los reyes de Israel y de Judá. Sin embargo, lo decisivo fue el engrandecimiento de las potencias principales en el lejano nordeste. El imperio asirio tuvo un primer periodo de poder bajo Tiglat-Pileser I. Pero la tan temida agresividad de Asiría llegó a su apogeo en el periodo que va de 880 a 612 a.C. El imperio descansaba en tres grandes ciudades: Asur, Calaj y Nínive. El ministerio de Isaías fue influenciado por el poder del Imperio Asirio. Su ministerio lo desarrollo en Jerusalén y se sabe poco de su vida personal. En el año 732 los asirios tomaron Damasco, y su sombra se cernió sobre Samaría. El rey Asirio Salmanasar V se encontró con serios problemas para tomar Samaria. El asedio se prolongó infructuosamente durante tres años. Salmanasar V fue depuesto y sustituido por un nuevo rey, que adoptó el nombre de Sargón II. Samaría fue tomada finalmente en el 722. En el año 722 cayó en su poder Samaria, y el pequeño reino meridional de Judá quedó a merced del invasor, que de momento lo dejó de lado porque le urgía dominar la costa palestina para cerrar el paso a los ejércitos del faraón. En el año 701 Ezequías con el apoyo de algunos reyezuelos se opusieron al Imperio asirio. Senaquerib envío sus ejércitos a Jerusalén, para verse libre de aquel enclave que comprometía la retaguardia, mientras su suerte se decidia en la zona de Gaza frente al faraón Taharqa.
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Enseñanzas El principio rector de la mayoría de la enseñanza de Isaías se halla en su convicción sobre la santidad y poder soberano del Dios de Israel, aspectos que experimento en la visión con la que comenzó su ministerio (6, 1-13). El título favorito con que llama a Yahvé es “el santo de Israel”. La opresión ejercida contra los débiles de la sociedad era una ofensa contra la santidad de Yahvé. Esta es la razón por la que Isaías habla de forma vehemente sobre la justicia social (1,10-17.21-26; 3,13-15; 5,1-10.20-23; 10,1-4) y el castigo que sobrevendría por rechazar la enseñanza de Yahvé (5,24). El poder de Yahvé es tan enorme que controla absolutamente todo, incluido el destino de las naciones más poderosas, que funcionan solamente como instrumento de su política (5,26-29; 7, 18-19.20; 10, 5-6). Yahvé tiene su propia política o plan de acción y lo desarrolla en la historia con suprema sabiduría (28, 23-29). Todos los planes humanos que le son contrarios están destinados al fracaso (7,4-7; 8, 9-10). El profeta entra en especial polémica con los consejeros del rey, los presuntos sabios, porque movidos por una sabiduría meramente humana, condujeron a Ajaz y Ezequías a tomar decisiones contrarias a las que él proponía (5,18-19; 6,9-10; 29, 13-14. 15-16). Isaías pensaba que el pecado por antonomasia era el orgullo, que es la antítesis de la fe y causa de condenación (2,11-12.17; 3,16; 5,15-16; 9,8-9; 10,7-16.33; 28, 1-4.22; 9,720). Ahora bien, este castigo puede ser de tipo medicinal, es decir, un medio para conseguir el restablecimiento de las relaciones (1,21-26). Por tanto, Isaías abrió una puerta a la esperanza.
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I.
Oráculos dirigidos a Israel y Judá
1,1 1,2-3 ACUSACIÓN GENERAL (Comparación con la relación del animal-Amo) 1, 4-9 PERSISTENCIA EN EL ABANDONO (Pueblo insano y sin frutos) Contexto histórico: Ataque de Senaquerib a Jerusalén por la rebelión de Ezequías. 8. Jerusalén ha escapado a la destrucción. 9. Aunque los pecados de Judá son comparables a los de Sodoma y Gomorra, esta ha recibido el castigo de los hijos y no ha sido totalmente destruida. 1,10-15 FORMALISMO DEL CULTO (Dios no puede aceptar el culto de los que maltratan a los pobres) 1,16-17 INVITACIÓN A LA CONVERSIÓN (Justicia y protección al oprimido: justicia al huérfano y defensa de la causa de la viuda) 1,18-20 INVITACIÓN A ELEGIR En los versículos 4-9 se describe la destrucción acontecida en el pasado y en los versículos 10-17 hay una serie de imperativos para cambiar la conducta en el futuro. Hay cuatro oraciones condicionales. Las dos primeras invitan a la esperanza y a la salvación. La tercera dice que se cumplirá lo anterior si se quiere cambiar, en la cuarta nos dice lo que va a ocurrir si no hay voluntad de cambio. 1,21-23 INFIDELIDAD E INJUSTICIA (Opresión al pobre y soborno) 1,24-31 CASTIGO Y PURIFICACIÓN
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Deutero-Isaías y Trito-Isaías Introducción histórica: Invasión y destierro Si Asiria Significó en la Biblia opresión, Babilonia significó poder. Nabopolasar, gobernador de la zona en torno al Golfo Pérsico, liberó a Babilonia de los asirios y en el 626 a. C. fue proclamado rey. Continuó obteniendo victoria sobre los asirios, hasta que en el 612 a. C. con la ayuda de los medos, tomó a Nínive, la capital de Asiria. Los asirios se retiraron a Jarán, pero fueron arrojados de allí. Los egipcios, dándose cuenta de que su propio país podía estar en peligro, se dirigieron al norte para apoyarles. El rey Josías de Judá interceptó al ejército egipcio en Meguido. En la batalla que se libró, murió Josías, y Judá se convirtió en Súbdito de Egipto. Después de una encarnizada batalla contra los babilonios, en el 601 a. C. los egipcios animaron a Judá a rebelarse. Nabucodonosor envió tropas para aplastar la rebelión, y en el 597 a. C. poco después de haber sido nombrado rey Jeconías, Judá se rindió. El rey y muchos de los principales del país fueron llevados al destierro en Babilonia. A pesar de ello, diez años después, Sedecías rey marioneta colocado en el trono de Judá por Nabucodonosor, pidió ayuda a los egipcios. Los babilonios invadieron Judá y pusieron sitio a Jerusalén. El asedio duró 18 meses. Finalmente, lograron abrir una brecha en las murallas. En el 586 a. C. fue tomada la ciudad. El rey Sedecías fue apresado y cegado. Los objetos valiosos, incluyendo el tesoro del templo, fueron llevados a Babilonia. Jerusalén y su templo fueron destruidos y los israelitas deportados. Se dejó solamente a los pobres para que cultivaran la tierra. Retorno a Jerusalén En la primera mitad del siglo VI a. C. Babilonia parecía omnipotente. Pero los profetas hablaban de un Dios para el cual los reyes eran como muñecos y que podía usar incluso a las potencias paganas para conseguir sus fines. El persa Ciro unificó a los dos reinos de Media y Persia al este de Babilonia. Ciro reorganizó el imperio. Se animó a los diferentes pueblos a conservar sus propias costumbres y religión. Como parte de esta política, Ciro hizo que los judíos volvieran a Jerusalén a restaurar la ciudad y reconstruir el templo, según se cuenta en los libros de Esdras y Nehemías.
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Déutero-Isaías y Trito –Isaías Los especialistas dicen que los capítulos que van desde el 40 hasta el 66, fueron escritos unos 150 años después de la muerte de Isaías. Dentro de estos capítulos hay dos partes que se distinguen: desde el 40 al 55 que se llama Déutero-Isaías y desde el 56 al 66 que se llama TritoIsaías. Desde el punto de vista histórico se distingue el déutero –Isaías. Los destinatarios de los capítulos 40-55 no son habitantes de Jerusalén, sino los exiliados que viven en Babilonia (43,14; 48,20). De hecho Jerusalén había destruida y aguardaba el monumento de la reconstrucción (44, 26-28; 49, 14-23). En el Trito-Isaías nos encontramos con un Israel que está ya viviendo en su país. Desde el punto de vista literario hay diferentes acentos en las tres partes: Is 1-39 Amenaza y condenación Is 40-55 Consolación y tristeza Is 56-66 Aflicción y visiones Desde el punto de vista doctrinal o pastoral hay diferencias. Antes de que ocurriera el exilio, Israel, y especialmente los habitantes de Jerusalén, era un pueblo relativamente próspero que gozaba de una gran autoestima y tenía una mentalidad materialista. Por el contrario, el Dt-Is nos describe un pueblo desanimado, aturdido y desamparado, que corre el grave riesgo de apostatar de su fe. A este pueblo exiliado había que consolarlo, no castigarlo. En la Jerusalén del post-exilio había que abrir la fe del pueblo a la posibilidad de que el judaísmo se convirtiera en una religión del mundo. Isaías vio a las naciones extranjeras como el azote de la ira divina (10,5). En cambio, Dt-Is las contempla como un instrumento destinado a la salvación de Israel (41, 1-5; 45, 1-7) Aun cuando la cuestión de la autenticidad nos conduzca al reconocimiento de una sucesión de tres autores para los capítulos 1-39, 40-55 y 56-66, no obstante, es necesario que prestemos atención al redactor del conjunto de la obra. Este redactor no sólo usó, sobre todo, las tradiciones orales y escritas de los autores originales, sino que también incluyó en la obra algunas reflexiones y enseñanzas de sus discípulos.
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El profeta Los poemas del Dt-Is dejan traslucir una personalidad reflexiva, seria y optimista. El Dt-Is predicó a finales del exilio, en torno al año 550. Ciro estaba irrumpiendo en la escena (41.1; 45). El cambio dramático que se produce que se produce entre los capítulos 41-48 y 49-50, tanto en el tono como en algunos tomar de gran importancia, pone de manifestó que en estos últimos el profeta expresa la profunda decepción que sintió por la gestión de quienes dirigieron el primer regreso a Palestina en el año 537 y el rechazo final con que le obsequiaron. Los cuatro cánticos principales del sierro sufriente tienen su contexto en el rechazo que sufrió el profeta por parte de los que regresaron del exilio. 42, 1-7 49, 1-7 50, 4-9 52,13-53,12 El siervo desde un punto de vista positivo, se refiere a alguien que ha sido amado, elegido y redimido por Yahvé, bien se trata de Israel o del mismo profeta Dt-Is y sus discípulos (42,1; 49,3.6) en sentido negativo, el siervo es el pueblo de Israel, cargado con sus pecados o bien se trata de Yahvé presentado como aquel que carga con los pecados de Israel.
Libro de Consolación (40,1-55.13) Deutero-Isaías A. Obertura (40,1-31) B. El cumplimiento profético en el nuevo éxodo. C. La consolación de Sión (49,1-54,17) D. Conclusión (55,1-13)
A. Obertura 1.11 Dios se dirige a la asamblea celestial en plural: “Consolad, Consolad”. Algunos especialistas piensan que Dios se está dirigiendo a un grupo de profetas, entre los cuales está Dt-Is. Se compara la salida de Babilonia con la salida de Egipto y por eso es un nuevo éxodo. 12 Mientras que los VV.1-11 se centran en la procesión gloriosa hacia Jerusalén, los vv. 12-31 nos hacen volver la vista al exilio y al pueblo cansado que vacila en su fe y experimenta la tentación de la apostasía. En el tono de los VV. 1-11 retumba la exuberante esperanza de los caps 41-48; por el contrario, el de los vv.12-31 está cubierto de la oscuridad de los capítulos 49-54.
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Lectura del libro de Isaías Capítulo 42 1 Así dice el Señor: a. “Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero. b. Sobre él he puesto mi espíritu, para que traiga el derecho a las naciones 2 No gritará, no clamará, no voceará por las calles. 3 La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, promoverá fielmente el derecho, 4 no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra, y sus leyes que esperan las islas. 5 (….) 6 Yo, el Señor, te he llamado con justicia, te he cogido de la mano, te he formado, y te he hecho alianza de un pueblo, luz de las naciones. 7 Para que abras los ojos a los ciegos, Saques a los cautivos de la prisión, y de la mazmorra a los que habitan en tinieblas.
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Comentario: El siervo es “elegido”, al igual que Moisés (Sal 106,23), David (Sal 89,4) y el pueblo de Israel (1 Cr 16,13; Is 41.8); en cuento siervo, cumple la función de rey davídico (2 Sm 2,18) y mesiánico (Ez 34,23-24). El tiene una doble competencia: - <suscite el derecho> (mispat, 40.14), es decir, que imita una decisión judicial que ratifique y ejecute la voluntad divina. - <La enseñanza> (tora), una tarea que nunca habían realizado los reyes sino solamente los profetas (Is 8,16; Zac 7,12) y los sacerdotes (Jr 2,8; Ez 7,26). 42.1 Dios dice que ha puesto su Espíritu sobre el siervo. Este don (mi espíritu) es fundamental para cualquier acción redentora de carácter extraordinario, le fue prometido al rey mesiánico (Is 11,1) y le sería posteriormente entregado a toda la comunidad mesiánica (Jl 3). El NT aplicó este texto a Jesús en las escenas del Bautismo (Mc 1,11) y la transfiguración (Mt 17,5). El siervo cumple su misión de forma pacífica. El verbo “gritar”, normalmente, se predica de una persona que se encuentra en una necesidad especial, por lo que el sintagma “no gritará” significa que el siervo se encuentra tranquilo y seguro. Las descripciones del siervo como aquel que no romperá la caña cascada ni apagará la mecha que se extingue, expresan su tratamiento delicado con los demás, e incluso su rechazo a utilizar la fuerza ante la debilidad ajena. 5-7. Estos fragmentos de los cánticos del siervo, que dejan traslucir el estilo de los himnos del Dt-Is, insisten en el poder que tienen la palabra de Dios en la recreación del universo. - Luz. No se entiende como una nueva revelación, sino como fuente de calor y vida, y por consiguiente, como liberación de la esclavitud. Israel es el primer beneficiado de este poder redentor y creador de Dios. - Te formé: evoca la imagen de la creación del primer ser humano (Gn 2,7) 7. El pueblo debe reconocer su ceguera y su falta de libertad antes de que pueda ser curado y liberado.
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Lectura del libro de Isaías Capítulo 52 13. Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. 14. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, 15. así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. Capítulo 53 1. ¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? 2. Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. 3. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. 4. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; 5. pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. 6. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. 7. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca.
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8. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. 9. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. 10. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. 11. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. 12. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores. Comentario: En este cuarto cántico, el siervo sigue identificándose con el pueblo sufriente, pero también se diferencia de él por su vida inocente y su consagración a Dios. El problema de identidad del siervo. Aunque el título de siervo se aplica al conjunto de Israel, a los rebeldes cripto-israelitas, a Ciro y al mismo profeta, hemos sostenido que el siervo es el mismo Dt-Is que está viviendo las últimas etapas de su ministerio. Por tanto, él es quien habla en nombre propio de una nueva llamada profética en 49, 1-7, describe el patetismo de su rechazo en 52,13-53,12 y toma conciencia de que el objetivo pretendido por Yahvé no puede logarse mediante la acción militar de Ciro, el ungido, sino, silenciosamente, a través de la profecía que el deja como herencia a sus discípulos (42, 1-7). 49, 1-7 50, 4-9
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Lectura del libro de Isaías Capítulo 50 4. Mi Señor me ha dado una lengua de iniciado para saber decir al abatido una palabra de aliento. Cada mañana me espabila el oído, para que escuche como los iniciados. 5. El Señor me abrió el oído; y yo no resistí ni me eché atrás: 6. ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. 7. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Comentario: El discípulo tiene que experimentar en primer lugar lo que debe trasmitir a los demás. 6. Al igual que hicieron con los profetas anteriores, al siervo lo ignoran e incluso lo maltratan. 7. Rostro como pedernal. Esta frase que aparece frecuentemente con la predicación profética (Is 48,4; Jr 1,8.18; Ez 3,8-9; Lc 9,51), adquiere toda su fuerza en este contexto en el que se describe cómo se cubre su rostro de salivazos.
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Lectura del libro de Isaías 60,1-6 Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti! Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti. Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora. Levanta la vista en torno, mira: todos ésos se han reunido, vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos. Entonces lo verás, radiante de alegría; tu corazón se asombrará, se ensanchará, cuando vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos, de dromedarios de Madián y de Efá. Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios.
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El profeta Isaías en la Liturgia de la Iglesia Adviento A
B
C
I
Is 2, 1-5
Is 63, 16b; 64, 2-7
II
Is 11, 1-10
Is 40, 1-5; 9-11
III
Is 35, 1-6a, 10
Is 61, 1-2ª, 10-11
IV
Is 7, 10-14 Navidad A
B
C
Navidad (Misa de medianoche)
Is 9, 1-6
Is 9, 1-6
Is 9, 1-6
Navidad (Misa del día)
Is 52, 7-10
Is 52, 7-10
Is 52, 7-10
Epifanía del Señor
Is 60, 1-6
Is 60, 1-6
Is 60, 1-6
Bautismo del Señor
Is 42, 1-4, 6-7
Is 42, 1-4, 6-7
Is 42, 1-4, 6-7
Domingo de Ramos
Is 50, 4-7
Viernes Santo
Is 52,13-53,12
Vigilia Pascual
Is 54, 5-14 Is 55, 1-11
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Bibliografía: -Atlas Bíblico, Verbo divino-San Pablo, 1983, 18-23 -Biblia de Navarra, Eunsa, Pamplona, 2007, 997-1075 -Nuevo Comentario Bíblico San Jerónimo, Antiguo Testamento, Verbo Divino, Estella (Navarra), 2004, 350-382, 505-536
Redacción: D. Rafael Rodriguez Sainz de Rozas Diseño: Francisco Claudio Urbano Bohóquez
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