El monopolio francisco javier cervigon ruckauer

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 1

EL MONOPOLIO

En este módulo analizamos una de las formas más estudiadas de la competencia imperfecta: el monopolio. Sabemos que en el monopolio el precio de equilibrio es mayor que en la competencia perfecta, y las cantidades vendidas menores. Esto, ciertamente, es malo para los consumidores; hay un “coste social del monopolio”. Debemos conocer por tanto las características de este tipo de mercado, su funcionamiento, y qué posibilidades existen para su regulación.


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6.1.-

LA COMPETENCIA IMPERFECTA

Existe competencia imperfecta siempre que los productores puedan controlar de alguna forma cuál va a ser el precio de venta de su producto. Decimos “de alguna forma” puesto que no es necesario que los vendedores controlen totalmente dicho precio para que se trate de un mercado de competencia imperfecta. En el caso del monopolio, al ser una única empresa quien abastece el mercado, ese poder es mayor -aunque pudiera ser que existieran bienes distintos, pero en parte sustitutivos, que influyeran en su precio y el control no fuera total-. En el caso del oligopolio y de la competencia monopolística que estudiaremos en el capítulo siguiente, está claro que la interacción entre las empresas les va a impedir ejercer individualmente un control total sobre el precio. La competencia imperfecta, por tanto, no impide necesariamente la existencia de una alta rivalidad en el mercado, por aumentar la cuota de mercado, a través de campañas publicitarias, etc. La principal característica de la competencia imperfecta consiste en que la función de demanda a la que se enfrenta una empresa que forme parte de algún tipo de mercado de competencia imperfecta tiene pendiente negativa, a diferencia de lo que ocurre en la competencia perfecta, en la que la empresa individual se enfrenta a una función de demanda totalmente elástica, horizontal, e igual al precio de equilibrio. El caso extremo es el del monopolio, en el que la única empresa que abastece el mercado se enfrenta a la totalidad de la curva de demanda. En algunos casos, los costes de entrada en el mercado son tan elevados que es necesario que se produzca una concentración de capitales. Algunos sectores, como el del transporte aéreo comercial, o la construcción de grandes infraestructuras, por ejemplo, implican unos costes tan elevados que muy pocas empresas pueden acometer. Por este motivo, en este tipo de sectores es evidente que no vamos a estar en un mercado de competencia perfecta. 6.2.- ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS DEL MONOPOLIO

No sólo la acumulación de capitales recién mencionada puede ser uno de los factores que estén en el origen del monopolio. También pueden ser causas de la aparición de un monopolio las siguientes:  El control de un factor productivo que sea imprescindible para la fabricación del bien por parte de una empresa, lo que impediría la aparición de potenciales competidores en el mercado;  La existencia de monopolios fiscales, que tienen su explicación en motivos recaudatorios por parte de la Hacienda Pública;  Las barreras a la entrada de tipo legal (patentes, restricciones administrativas, cuotas al comercio internacional) o económico (economías de escala, exigencias iniciales de capital, ventajas absolutas en los costes por el uso de técnicas superiores, diferenciación de producto).


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 La existencia de unos costes fijos muy elevados que provoquen la aparición de rendimientos crecientes, con curvas de costes medios y marginales siempre decrecientes, en cuyo caso lo más eficiente es que una sola empresa abastezca el mercado: son lo que conocemos como monopolios naturales. Lo veremos a continuación con un ejemplo gráfico. En este gráfico podemos apreciar que tanto los costes totales medios como los costes marginales de esta empresa son siempre decrecientes, al menos para el intervalo de la Q considerado. Para producir Q1 unidades, se incurriría en unos costes totales como los del área sombreada, pues serán el resultado de multiplicar los costes totales medios por la cantidad. Figura 6.1: Representación gráfica de los costes de un monopolio natural CTMe C’ CTMe1

CTMe C’ Q1

Q

En el gráfico siguiente, podemos apreciar cuál sería el coste total en que se habría de incurrir para producir el doble de unidades de las que se fabricaron en el gráfico precedente: 2Q1. De nuevo se tratará del área sombreada, como resultado de multiplicar el correspondiente coste total medio por la nueva cantidad, 2Q1. Como se puede apreciar claramente, esta área sombreada no es en absoluto el doble de la del gráfico anterior. Si en lugar de ser una empresa quien fabricase esas unidades hubiesen sido dos empresas con las mismas funciones de costes que estamos considerando, los costes totales en que se habría incurrido en conjunto serían el doble del área sombreada del primer gráfico, con lo que queda demostrado gráficamente que es más eficiente que una única empresa sea quien suministre este bien o servicio.


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Figura 6.2: Los costes disminuyen en un monopolio natural al producir más CTMe C’

CTMe2 CTMe C’ 2Q1

Q

Un caso de monopolio natural podría ser la construcción de toda la infraestructura ferroviaria de un país. Los costes fijos –de adquisición de tierras por donde pasarían, por ejemplo- son tan elevados que parece poco probable que dos empresas estuvieran interesadas en construir en paralelo esas infraestructuras, y lo más eficiente sería que una sola lo hiciera –sea una empresa privada o directamente el Estado-. En la página siguiente tenemos otro ejemplo aparecido en la prensa en el que se habla de la existencia de un monopolio natural en otro ámbito.


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Un monopolio natural en manos de una única empresa A. M. CH. - Barcelona - 26/07/2007

Endesa controla alrededor del 90% del sector de la distribución eléctrica en Cataluña, mientras que Red Eléctrica Española (REE), empresa de participación pública, es la propietaria de la red de alta tensión y única responsable de transportar la energía hasta las redes de los comercializadores, en Cataluña, Endesa. Las redes de Red Eléctrica y las de Endesa-que en breve pasará a manos de la constructora Acciona y la italiana Enel- se conectan en las llamadas subestaciones eléctricas, en una de las cuales se originó el accidente que ha desencadenado el gran apagón en Barcelona. El Gobierno socialista creó REE en 1985 para separar el transporte de energía de su generación y su comercialización, para evitar que la propiedad de la red de alta tensión perjudicase a aquellas empresas que quisieran entrar en el negocio de la comercialización. El de Endesa es un monopolio natural, ya que no tiene sentido construir una nueva red junto a la ya existente. Pero en comercialización, los intentos por plantar cara a Endesa en el mercado eléctrico catalán han resultado poco exitosos: las cuotas de mercados de, por ejemplo, Gas Natural o Factor Energía en este segmento son irrisorias frente al dominio de Endesa. Además, la gasista frenó hace unos meses su ofensiva para captar clientes al no resultarle rentable. El regulador del mercado energético es la Comisión Nacional de la Energía (CNE). El consejo de administración de este ente acordó ayer abrir un expediente informativo sobre el apagón de Barcelona. La CNE ha pedido a Endesa y a Red Eléctrica de España (REE) que le entreguen, en el plazo de diez días, toda la información relevante sobre lo ocurrido. Entre los datos reclamados por el regulador energético figuran el esquema eléctrico de la zona en la que se inició el apagón, el esquema de las subestaciones afectadas y la descripción de los sistemas de protección. Este expediente se suma al abierto por el Gobierno de Cataluña. Fuente: http://www.elpais.com/articulo/cataluna/monopolio/natural/manos/unica/empresa/elpepiespcat/200 70726elpcat_1/Tes


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Explicaremos a continuación las principales características del monopolio comparándolas con las del mercado de competencia perfecta. Son las siguientes:  Los monopolistas tienen una función de demanda con pendiente negativa, frente a la función de demanda totalmente horizontal a la que se enfrenta la empresa individual en competencia perfecta. Efectivamente, los monopolistas por definición se enfrentan a la totalidad de la función de demanda y ésta tiene, generalmente, pendiente negativa.  Los monopolios son precio-oferentes, frente a lo que ocurre en los mercados de competencia perfecta, donde las empresas son precio-aceptantes. Como recordaremos, el precio les viene dado a las empresas en la competencia perfecta, pues han de vender todo lo que produzcan al precio de equilibrio, que es el resultado de la intersección de la oferta con la demanda. Los monopolios, sin embargo, pueden fijar el precio al que deseen vender.  La elasticidad-precio de la demanda del monopolista es finita, frente a la elasticidad de la demanda infinita de la empresa que trabaja en un mercado de competencia perfecta. La elasticidad-precio de la demanda era infinita en la competencia perfecta pues la cantidad que podía vender variaba totalmente si el precio que fijaba la empresa se alejaba aunque sólo fuera mínimamente del precio de equilibrio. Así, dado que los bienes que producen las diferentes empresas competitivas son homogéneos, si una empresa decide vender a un precio ligeramente superior al de equilibrio nadie le va a comprar ni una sola unidad de producto, pues cualquier consumidor racional decidirá adquirir esos bienes a cualquier otra empresa de la competencia. En el monopolio, sin embargo, si se decide alterar el precio fijado, la cantidad que los consumidores deseen adquirir se verá reducida o aumentada en una determinada cantidad –que nos indicará la función de demanda-, pero no necesariamente se reducirá totalmente como ocurre en el caso de la competencia perfecta.  Los monopolistas pueden utilizar como variable de ajuste tanto el precio como la cantidad, mientras que en la competencia perfecta sólo pueden utilizar a tal fin las cantidades, pues como hemos recordado los precios les vienen dados. Con una función de demanda con pendiente negativa como a la que se enfrenta un monopolista sabemos que, si fijamos el precio, la cantidad que desearán adquirir los consumidores nos vendrá dada; mientras que si decidimos vender una determinada cantidad de producto, el precio que estarán dispuestos a abonar los consumidores también estará fijado; podemos, en principio, fijar el precio o la cantidad que deseemos, aunque no ambos a la vez.  Para vender una cantidad mayor, un monopolista debe reducir su precio; en competencia perfecta, sin embargo, no ha de hacer nada para conseguirlo, pues puede vender cuanto desee al precio de equilibrio. Esto es consecuencia de lo expuesto anteriormente; al enfrentarse a una función de demanda con pendiente negativa, cantidades mayores van asociadas a precios menores y viceversa.  Para un monopolista, el precio es mayor que el ingreso marginal pues si desea vender más unidades de producto ha de hacerlo a un precio menor, y ese precio menor se aplicará a todas las unidades vendidas, mientras que en la competencia


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perfecta ambos son iguales pues las empresas competitivas venden cada unidad adicional siempre al mismo precio; En el cuadro siguiente podemos ver cómo evolucionan los ingresos totales, marginales y medios ante distintos valores del precio. Las dos primeras columnas nos indican que estamos ante una función de demanda con pendiente negativa; si el precio es de 12 euros, nadie deseará adquirir ninguna unidad, pero si el precio va bajando, las cantidades que se desearán comprar van aumentando. La tercera columna nos muestra los ingresos totales. Los ingresos totales son el resultado de multiplicar el precio por la cantidad vendida. A diferencia de lo que ocurría en la competencia perfecta, donde los ingresos totales son una línea recta con pendiente positiva, siempre creciente, en el monopolio tendrá la forma de una parábola invertida, que crecerá hasta un determinado punto –en este caso hasta que las cantidades adquiridas alcanzan las 3 unidades- para decrecer a partir de ese momento. Eso es así porque, como hemos señalado, para vender más, dado que el monopolista se enfrenta a una curva de demanda con pendiente negativa, ha de bajar el precio. Y ese precio menor se aplica a todas las unidades que vende. Esta es también la explicación de la forma que tienen los ingresos marginales, que están en la cuarta columna. Los ingresos marginales son el incremento de ingresos que tenemos por vender una unidad adicional. Los ingresos marginales son decrecientes, a diferencia de lo que ocurre en la competencia perfecta, donde son constantes. En la competencia perfecta se venden todas las unidades al precio de equilibrio, luego dicho precio es equivalente al ingreso marginal. En el monopolio no. Aquí, son decrecientes, y pueden llegar a ser negativos, como vemos en la tabla a partir de la cuarta unidad vendida, pues llega un momento en el que el incremento que obtenemos por vender una unidad más no compensa a la pérdida de ingresos que experimentamos por vender todas las unidades a un precio menor –es necesario vender a un precio menor para poder vender más unidades-. El ingreso medio, que tenemos en la quinta columna, sería el resultado de dividir el ingreso total por la cantidad y ha de coincidir necesariamente con el precio –es decir, con la función de demanda-, pues el ingreso total es el resultado de multiplicar el precio por la cantidad. Figura 6.3: Cálculo del ingreso total, marginal y medio a partir de una función de demanda Precio

Cantidad

Ingreso total

Ingreso marginal

Ingreso medio

12

0

0

-

-

10

1

10

10

10

8

2

16

6

8

6

3

18

2

6

4

4

16

-2

4

2

5

10

-6

2


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La representación gráfica de los datos del cuadro anterior sería, aproximadamente, la siguiente: Figura 6.4: Ingresos medios y marginales de un monopolista P 12

Ingreso medio

3

6

Q

I’

 La cantidad producida en el equilibrio en el monopolio es menor que la que se fabrica en la competencia perfecta, como consecuencia de que en situación de monopolio se fija un precio mayor;  En el monopolio no existe función de oferta, pues no se puede establecer una relación biunívoca entre precios y cantidades, sino que hay puntos de oferta, frente a la competencia perfecta donde la función de oferta de la empresa es la curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación.


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6.3.- FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO MONOPOLÍSTICO

El monopolista, como cualquier empresa presente en algún otro tipo de mercado, buscará maximizar beneficios, que son la diferencia entre la totalidad de sus ingresos y de sus costes: B = IT – CT Los ingresos totales serán el resultado de multiplicar, como hemos visto en el ejemplo numérico anterior, el precio –que nos viene dado por la función de demandapor la cantidad que decida producir. Los costes totales en los que incurra serán el resultado de sumar sus costes fijos y sus costes variables. Dado que deseamos maximizar esa función de beneficios, tendremos que derivarla respecto de la variable de decisión –que en este caso es la cantidad- e igualarla a cero: –

=

=0

La derivada de los ingresos totales son los ingresos marginales; la de los costes totales son los costes marginales, por tanto tendremos: I’ – C’ = 0 I’ = C’ La regla de maximización de beneficios en el monopolio nos dirá, por tanto, que habrá de producir una cantidad tal que sus ingresos marginales se igualen con sus costes marginales. Para entender mejor el funcionamiento del mercado monopolístico vamos a ayudarnos de la representación gráfica del equilibrio en un monopolio. Figura 6.5: Equilibrio de un monopolista P

C’ P*

P = IMe

Q*

Q I’


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Obsérvese que si produjera una cantidad inferior a Q*, estaría dejando de ganar beneficios , pues los ingresos por cada unidad producida (los ingresos marginales) son superiores a los costes de cada unidad producida (los costes marginales) a la izquierda de Q*. Del mismo modo, si produjera una cantidad superior a Q*, estaría perdiendo beneficios, pues el coste de producir cada unidad adicional supera al incremento de ingresos que obtenemos con su venta (los costes marginales son mayores que los ingresos marginales a la derecha de Q*). Una vez que conocemos cuál es la cantidad óptima que ha de producir, hemos de saber qué precio están dispuestos a pagar los consumidores por esas unidades. (Gráficamente, consiste en trazar una línea vertical a partir de la cantidad de equilibrio hasta intersecar a la función de demanda. De esta manera obtenemos el precio de equilibrio, P*). En una hipotética situación de competencia perfecta, sin embargo, se seguirían produciendo unidades del producto en cuestión hasta que el coste marginal se igualara con la función de demanda -en competencia perfecta, recordemos, la función de oferta de la empresa es su curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación; dado que sólo existe una empresa, la función de oferta del mercado sería dicha función de oferta individual, y buscaríamos el equilibrio en la intersección de la oferta con la demanda-. Por tanto, como ya hemos expresado en este módulo, el precio es mayor y la cantidad es menor en el monopolio respecto de la competencia perfecta. Además, esto genera una ineficiencia; la suma del excedente del consumidor más el excedente del consumidor no es máxima. En efecto, existe un coste social del monopolio. Podemos observar que hay unidades de producto -las comprendidas entre Q*mon y Qcp-, cuyo coste de producción por unidad adicional (es decir, cuyo coste marginal) es menor que el precio que los consumidores están dispuestos a pagar (que viene dado por la función de demanda), y que sin embargo no se producen; el coste social del monopolio es el área sombreada en el gráfico, y representa que la pérdida de excedente del consumidor frente a una hipotética situación de competencia perfecta es mayor que la ganancia de excedente del productor. P

Figura 6.6: Representación gráfica del coste social del monopolio

C’ P*mon P*cp

P = IMe

Q*mon

Qcp I’

Q


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Un monopolio tendrá beneficios cuando la curva de costes marginales corte con la de costes totales medios para un valor inferior al precio -es decir, a la función de demanda-; si fuese al contrario, el monopolio presentaría pérdidas. Se representan a continuación ambas posibilidades. Sólo en el caso en el que la curva de costes totales medios cortara con la de demanda para un nivel de producción en el que también coincidieran las funciones de ingresos y costes marginales la empresa no tendría ni beneficios ni pérdidas. Figura 6.7: Representación gráfica de los beneficios de un monopolio P CTMe

C’ P

*

BENEFICIO CTMe P = IMe

Q*

Q I’

Figura 6.8: Representación gráfica de un monopolio con pérdidas

CTMe

P CTMe

CTMe

C’

PÉRDIDAS P*

P = IMe

Q*

Q I’


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6.4.- DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS EN EL MONOPOLIO En ocasiones ocurre en la dinámica del monopolio –aunque en otros tipos de mercados de competencia imperfecta también puede ocurrir- que se intenta acaparar el máximo posible del excedente del consumidor a través de una práctica que consiste en fijar precios distintos a consumidores diferentes; mediante la práctica que es conocida como discriminación de precios. Supongamos una compañía de transporte terrestre, de autocares por ejemplo, que esté en una situación monopolista para un determinado recorrido. Si fija un precio muy alto, pocos consumidores desearán utilizar sus servicios. Si por el contrario fija precios bajos, tanto los que estaban dispuestos a abonar un precio alto como los que están dispuestos a pagar un precio más asequible querrán utilizarlo. Sin embargo, puede que no le resulte óptima esta última opción pues no está cobrando más que una pequeña cantidad a quienes están dispuestos a pagar un precio mayor. En ese caso, podría optar por ofrecer distintas tarifas. Así, si ha observado que los menores de 20 ó 25 años tienen una menor capacidad adquisitiva, así como los jubilados mayores de 65 años, podría ofrecer a ambos segmentos del mercado un precio asequible. Para el resto, con mayor renta, fijaría la tarifa normal, más alta. De esta forma, conseguiría acercarse al objetivo de hacer que todos paguen lo que verdaderamente están dispuestos a pagar. Además la reventa, en este caso, es controlable mediante la contrastación de la edad pidiendo el carné de identidad o cualquier sustitutivo válido del mismo. Esta práctica de discriminación de precios requiere que se cumplan al menos dos características:  Que el mercado pueda fraccionarse y que se puedan identificar los distintos segmentos de mercado; y  Que no haya posibilidad de reventa entre los miembros de distintos segmentos de mercado a los que se les va a aplicar precios diferentes. Aplicando esta técnica, se fijaría un precio diferente a cada clase de consumidor, buscando que efectivamente paguen lo que realmente están dispuestos a pagar; intentando hacer desaparecer o al menos minimizar el excedente del consumidor. En ocasiones, se establece una tipología de la discriminación de precios, distinguiendo tres posibilidades:  Discriminación de precios de primer grado: la empresa cobra a cada consumidor el precio máximo que está dispuesto a pagar por cada unidad. Es el ejemplo de los regateos en un mercadillo.  Discriminación de precios de segundo grado: la empresa cobra precios distintos a sus clientes en función de la cantidad que compren -normalmente, se cobra menos cuanta mayor cantidad se adquiera-.  Discriminación de precios de tercer grado: la que ya hemos descrito en el ejemplo de la empresa de transporte terrestre; cuando se agrupa a los consumidores en dos o más segmentos de mercado y se les cobra un precio distinto a cada uno de ellos, haciéndolo generalmente en función de su capacidad de pago.


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LA REVENTA, A VECES, ES ARRIESGADA La mayor discriminación de precios posible se puede alcanzar con la reventa de un bien que sea muy apreciado por los demandantes –aun cuando los oferentes no sean monopolistas-, pues con la negociación que se entabla con cada comprador potencial se puede intentar conseguir que cada uno pague lo máximo que esté dispuesto a pagar... aunque este tipo de comportamiento no siempre sale bien. El 12 de mayo de 2010, en Hamburgo, el Atlético de Madrid disputaba –y ganaba- la final de la primera Europa League frente al correoso equipo inglés del Fulham, tras haber dejado en la cuneta a algunos buenos equipos como el Valencia o el Liverpool, entre otros. La fiel parroquia rojiblanca se dispuso a desplazarse hasta tierras germanas como siempre hace con la intención de animar a su equipo, pero apareció un problema: el número de entradas que se puso a la venta en el estadio Vicente Calderón era insuficiente para satisfacer la gran demanda existente. Por otro lado, en Hamburgo cientos de alemanes habían adquirido con meses de antelación las entradas que había puesto a la venta allí la UEFA, con la esperanza de que su equipo llegase a la final, algo que finalmente no ocurrió. Algunos aficionados alemanes vieron entonces un potencial negocio en la reventa de sus entradas, pues había seguidores de los equipos finalistas dispuestos a pagar sumas muy superiores al precio al que las habían adquirido en taquilla –al fin y al cabo, si pagaban por ejemplo 200, 300 ó 400 euros por una entrada cuyo precio era de 50 €, todavía estaban abonando por ella una cantidad de dinero inferior a lo que costaba el vuelo desde Madrid, que rondaba los 500 euros-.


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Algunos seguidores atléticos que no querían correr riesgos cerraron la transacción por internet adquiriendo un bolígrafo o un mechero con el que te regalaban una entrada, pero otros pocos se aventuraron a desplazarse hasta Hamburgo sin entrada esperando conseguirla allí en la reventa. Estos últimos tuvieron suerte. Así, en muchos lugares céntricos de Hamburgo era fácil encontrar a bastantes personas mostrando sin ningún disimulo las entradas que pretendían revender. Y a lo largo del kilométrico camino por en medio de un bosque que hay que recorrer para acceder desde la estación de metro más cercana del estadio hasta éste, se encontraban muchas decenas más. Para los reventas, cada minuto que pasaba según se acercaba la hora de comienzo del partido corría en su contra, y el exceso de oferta tiraba inexorablemente del precio a la baja, hasta tal punto que es más que probable que algunos tuvieran que venderlas a un precio inferior a aquel al que las habían adquirido. Intentar hacer negocio con un bien perecedero es arriesgado –para poco vale una entrada cuando el partido ha acabado, salvo el valor sentimental del recuerdo para los que allí estuvimos disfrutando al ver proclamarse de nuevo campeón a nuestro equipo-. ¡Aúpa Atleti!


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6.5. LA REGULACIÓN DEL MONOPOLIO Dada la ineficiencia que representa el monopolio frente a la competencia perfecta, manifestada en la existencia de ese coste social del monopolio, los gobiernos pueden estar dispuestos a regular los monopolios. La REGULACIÓN DE UN MONOPOLIO es el proceso por medio del cual el gobierno realiza una intervención permanente en un mercado, monopolista en este caso. Básicamente existen tres formas de regular un monopolio:  Mínima: se deja al monopolio producir la cantidad que desee y al precio que considere oportuno, pero se le fija un impuesto para que esa ganancia extraordinaria que obtiene redunde en beneficio de los ciudadanos a través del gasto público. Es importante señalar que ese impuesto ha de ser de cuantía fija. En caso contrario, si fuera dependiente del nivel de producción, la empresa podría tomarlo como un coste marginal más -y no como un coste fijo como deseamos- por lo que su curva de costes marginales se desplazaría paralelamente hacia arriba y tendríamos un nuevo equilibrio para un precio mayor y una cantidad menor, justo lo contrario de lo que sería deseable.  Fijación del precio según la regla del coste medio. En este caso, si se considera que el sector en el que trabaja el monopolio obtiene beneficios extraordinarios, obligándole a fijar un precio que sea igual a los costes medios se le permitiría obtener únicamente beneficios normales. Con esta regla se consigue que la cantidad producida sea mayor, y que el precio de venta sea menor frente al monopolio no regulado.  Fijación del precio según la regla del coste marginal. En este tipo de regulación, se obliga a trabajar al monopolio “como si estuviera en competencia perfecta”. Así, no seguirá el principio de maximización de beneficios del monopolio, ingreso marginal igual al coste marginal, para fijar la cantidad que va a producir, sino que se le obliga a que fije un precio igual a su coste marginal. En este caso, podría ocurrir que la empresa obtuviera pérdidas y que fuera compensada por las mismas. Este tipo de regulación es el que consigue, de los tres expuestos, que la empresa produzca más cantidad y a un menor precio, al hacerlo “como en competencia perfecta”.


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Los tres tipos de regulación expuestos se corresponden, respectivamente, con los puntos A, B y C del gráfico siguiente: Figura 6.9: Distintas posibles regulaciones del monopolio CTMe

P

C’ PA

A

PC PB

C B

P = IMe

QA

QC QB

Q

I’

Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo estos enlaces: Ejercicios resueltos de monopolio. Ejercicios resueltos de regulación del monopolio.


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EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: P = 27 – 2Q, y se estima que tiene una función de costes totales: CT = Q3 – 10 Q2 + 40Q + 10. Se pide: a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio. b) Calcular el beneficio que obtendrá. c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.

2.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: Q = 3000 –

P, y se

estima que tiene una función de costes totales como la siguiente: CT = Q3 – 153 Q2 + 4800Q + 185000. Se pide: a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio. b) Calcular el beneficio que obtendrá. c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.

3.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: Qd = 300 – 2P, y se estima que tiene una función de costes totales: CT = Q3 – 10 Q2 + 40Q + 50. Se pide: a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio. b) Calcular el beneficio que obtendrá. c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.


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4.- El organizador de un concierto en un estadio de fútbol, cuyo aforo máximo es de 80000 personas, se estima que se enfrenta a una función de demanda como la siguiente: Q = 200000 – 1000P. Tiene costes de alquiler del estadio y de pagar a los artistas de 500000 u.m., y unos costes de seguridad de 100000 u.m. a) Indique qué cantidad de entradas deberá poner a la venta y a qué precio las venderá si pretende maximizar beneficios. b) Si se ve obligado a pagar un impuesto de 45 u.m. por cada unidad vendida, calcule qué cantidad deberá poner a la venta y a qué precio las venderá si pretende maximizar beneficios, así como el importe de la recaudación impositiva. c) Represente gráficamente los distintos equilibrios del monopolista.

5.- Un monopolista se enfrenta a una función de demanda: P = 100 – 2Q. Su función de costes totales responde a: CT = 2Q2 + 4Q + 76. a) Indique qué cantidad deberá producir y a qué precio la venderá si pretende maximizar beneficios. b) Calcule qué beneficios obtendrá. c) Calcule el coste social del monopolio. d) Represente gráficamente el equilibrio del monopolio. e) Suponga que se produce una regulación conforme a la regla P = C’. Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio obtendrá. f) Suponga que se produce una regulación conforme a la regla P = CTMe. Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio obtendrá. g) Suponga que se produce una regulación consistente en fijarle un impuesto de 100 u.m. Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio obtendrá.


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