Reflexiones sobre educación

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Presentación. Escribir en la escuela

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La importancia del preescolar en el desarrollo social y emocional en el niño y el valor del acompañamiento de los padres de familia y maestros en la infancia.

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La importancia de la educación musical en el nivel básico.

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La docencia es una habilidad.

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Yo pregunto. Ustedes responden.

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Cómo influyen la vivencia de valores humanos en el aprendizaje.

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El diálogo en el aula estrategia para lograr el aprendizaje

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Nociones infantiles, alfabetización científica y el conocimiento científico.

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Activar el pensamiento filosófico en la educación.

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¿Una sabia decisión?

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Tres retos de la educación en México.

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Las vicisitudes de la educación que el sistema no ve (o hace como que no ve).

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La filosofía y el docente.

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Presentación Escribir en la escuela Ma. Guadalupe Guillén Ruiz

Seguramente todos nos hemos enfrentado alguna vez al reto que representa escribir, sí, escribir. Palabra tan común sobre todo en el ámbito escolar donde suele pedírsele a los niños que escriban, como si con el hecho de ordenarlo, se diera como por arte de magia. El hecho resulta insultante cuando al alumno se le exige que escriba y ser una de las actividades a la que más se reúsan los docentes (encuesta realizada en 2018) argumentando la falta de tiempo para hacerlo. Entonces, ¿dónde está el modelaje del maestro que propone Freire como motivación para el estudiante?; ¿de dónde el niño ha de imitar no solo la escritura, sino primero la lectura para posteriormente pedirle se convierta en escritor? El reto se presenta difícil en todos los niveles, desde básico hasta posgrados, donde solicitar textos propios representa un reto complejo de cumplir, sin duda, escribir es un proceso cognitivo que requiere no solo conocimiento de causa para el tema, sino de habilidad y disposición por parte de quien pretenda hacerlo. Ya mencionaba Mauricio Beuchot en la formación de virtudes como paradigma analógico en educación, la importancia de la enseñanza de virtudes y habilidades de padres a hijos, y posteriormente del reforzamiento en los centros educativos, buscando que ciertas habilidades, en este caso, la escritura, llegue a ser del dominio de los aprendices; aunque en contraparte bien dicho es por Platón, diálogos I. LAQUES. La educación de los muchachos, ejemplificando a través del gran Pericles, quien siendo uno de los más grandes políticos, no tuvo la capacidad de transmitir tal facultad o habilidad a sus hijos; lo que abre la posibilidad de encontrarnos rodeados de escritores en potencia, por lo que me uno a la idea de que es mejor modelar e intentar transmitir virtudes y habilidades aunque no siempre se logre el objetivo. Ahora mismo que intento escribir, se me nubla la mente, divago sin rumbo, y me es fácil perderme en la búsqueda, quisiera escribir de cualquier cosa que venga a mi mente y lleve mis dedos hacia alguna creación de un texto cualquiera. Eso, creo, es un buen comienzo para llevar al estudiante hacia la meta de escribir, darle la libertad de ser a través de sus propias experiencias, de lo que le produzca placer para crear sus propias historias, haciendo suyo el momento de acuerdo a lo que su mente le dicte. Escribir para sí mismo, luego, paso a paso, inducirlo hacia la complejidad de temas específicos; es decir, escribir para los demás, de tal suerte que lo que tienes en tus manos, es el producto del primer reto cumplido por parte de los estudiantes de la licenciatura en educación, generación 2019-2021 y que tienen a bien compartirlo contigo.

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La importancia del preescolar en el desarrollo social y emocional en el niño y el valor del acompañamiento de los padres de familia y maestros en la infancia. María Teresa Velasco Mendoza

Resumen La educación se trasmite de generación en generación y por falta de información o recursos algunos niños no cursan el preescolar. ¿Por qué es importante que los padres de familia cambien su visión? ¿Por qué es tan importante la socialización en el infante? ¿Qué pueden hacer los adultos por los niños para ayudarlos? Este artículo tiene como propósito concientizar a la población sobre el impacto y valor tan grande que tiene el preescolar en el desarrollo de la infancia. Introducción Ningún niño es igual a otro. Cada uno aprende de manera diferente y responde de manera diferente a los distintos estímulos que está expuesto. La educación en preescolar no ha tenido el peso o la importancia que merece. Por falta de información o por temor a que algo suceda, algunos padres consideran que sus hijos estarán mejor en casa. Si bien es cierto que no hay mejor lugar para un pequeño que los brazos de sus padres, conforme crecen hay que entender que el segundo mejor lugar para ellos es el preescolar. En este largo camino por recorrer se ha cambiado la idea de que el preescolar es un espacio dedicado solo al cuidado y entretenimiento limitado del infante. La visión y el respeto que el preescolar poco a poco ha ganado ha ayudado a entender que su visión y misión tiene objetivos y metas educativas claramente asentadas en pro de un desarrollo equilibrado y sano para los niños en esta etapa. “Es necesario que las familias conozcan la relevancia de la educación preescolar en el marco de la Educación Básica y el sentido que tienen las actividades cotidianas que ahí se realizan para el desarrollo de los alumnos; comprender esto es la base de la colaboración familiar. Por ejemplo: asegurar la asistencia regular de las niñas y los niños, la disposición para leerles en voz alta, conversar con ellos, atender sus preguntas, y apoyarlos en el manejo de dificultades de relación interpersonal y de conducta. En síntesis, que la participación plena de la familia es fundamental para el aprendizaje de los niños”. PEP/2011 pág. 26) Al enfrentarse al preescolar, un niño atraviesa por muchas fases muy importantes. La primera es el desapego, etapa en la cual aprende a separarse de sus padres y familiares cercanos y es una gran oportunidad para aprender a regular y controlar sus emociones. La segunda etapa es el enfrentarse a un pequeño grupo de iguales con el que desarrollará la espera de turnos, colaboración, empatía,

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La importancia de la educación musical en nivel básico Jesús Torres Hernández Hablar de educación, siempre es un tema serio que requiere mucho de ocuparnos y dedicarnos, pero en esta ocasión hablaremos de la importancia de la educación musical en el nivel básico. Los niños de nuestro país necesitan educación musical urgente, hablar de Educación musical en nuestro país es o debería de ser un tema que nos compete a todos por el simple hecho de ser seres humanos y vivir en socidad. El ser humano está más involucrado con el bello arte de la música de lo que imaginamos. Cuando se habla de una persona que: está recibiendo educación musical, o diciendolo con lenguaje más coloquial “está tomando clases de música”, no es difícil pensar que posiblemente se dedique al arte, y por consiguiente va a vivir de la música o que sencillamente valla a ser músico. Aquí está lo maravilloso de este proyecto, un niño con educación musical simplemente va a saber discernir de una buena obra musical y una mala entre muchos otros beneficios y bondades. Hoy en nuestros días existen canciones que están muy lejos de ser una obra de arte y sin embargo se escuchan, se cantan y hasta se bailan por la gran influencia de los medios de comunicación (incluyendo las redes sociales), y por la ausencia de la educación musical de la que estamos hablando. Si bien es cierto que con la educación musical en nuestros niños no va a dejar de existir como por arte de magia dicha música, sin embargo con seres humanos mejor preparados, es mucho más difícil que se pierda el control escuchando música sin escrúpulos a diferencia de escuchar buena música. Otro de los muchos beneficios que podemos encontrar en el estudio de la música para infantes, es que, cuando el niño aprende a tocar un instrumento musical tiene trabajando sus dos hemisferios del cerebro, tanto el izquierdo como el derecho, por lo tanto se fortalece su inteligencia y por ende desarrollan en un nivel superior su capacidad para resolver problemas de la vida cotidiana. Desde el proceso de aprendizaje musical, se ejercitan importantes habilidades cerebrales, se agudiza el sentido del oído y mejora la capacidad de expresión facilitando la formación cognitiva y social del menor, permitiendo tener una muy buena autoestima. A continuación se enumeran otros de los beneficios y bondades de los cuales gozan los infantes con educación musical. 1. Promueve el bienestar emocional El simple hecho de que un niño interactúe con instrumentos musicales, es de gran ayuda para su bienestar emocional. Al estar tocando sus instrumentos cuando estudian, al mismo tiempo que disfrutan se liberan de problemas que pudiesen traer y por consiguiente se sienten mejor consigo mismos.

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Mejora las habilidades cognitivas Al tocar un instrumento musical en la niñez tiene efectos favorables en el cerebro, fortaleciendo las habilidades cognitivas. Los párvulos al ejecutar un violín, un piano, una trompeta, un clarinete o cualquier otro instrumento musical, adquieren mejor concentración y capacidad para resolver problemas matemáticos y de la vida.

3. Refuerza las habilidades del lenguaje La música desempeña un rol muy importante en el desarrollo de las habilidades lingüísticas del ser humano. Las letras de las canciones junto con los instrumentos musicales ayudan a ampliar el vocabulario y usarlo correctamente. 4. Promueve las habilidades sociales saludables Los seres humanos que aprenden a ejecutar un instrumento musical en la niñez, adquieren facilidad de palabra y por lo tanto pueden y saben relacionarse con mucha más facilidad con personas de su entorno. 5. Fomenta la creatividad Cuando un niño descubre un instrumento musical, descubre un mundo de posibilidades, y al ejecutar su guitarra, su trompeta, su piano, su violín, o cualquiera que sea su instrumento, tienen la oportunidad de inventar, fortaleciendo el área cerebral, haciéndolos creadores no nada mas de música, si no también de cualquier otro ámbito. 6. Enseña la paciencia La música no es fácil, es por eso que se necesita de mucha paciencia tanto por parte del alumno como del profesor para lograr cierta tarea. En el arte como en los deportes se tiene que repetir y repetir muchas veces para llegar a lograr la ejecución deseada. 7. Desarrolla habilidades motoras gruesas y finas Es de suma importancia el tener clases musicales en la infancia, ya que se desarrollan de manera muy considerable las habilitadas motoras finas y gruesas. El solo hecho de que los instrumentos musicales se ejecutan con las manos y en algunas ocasiones, como es el caso de la batería que se le suman los pies y la boca en el caso de los instrumentos de aliento, es un claro ejemplo de ello. 8. Proporciona un aprendizaje continuo El ser humano que tiene relación con el bello arte de la música y los instrumentos musicales, pueden adquirir el deseo de seguir aprendiendo en un mundo de infinitas posibilidades, hay quienes empiezan con guitarra y después quieren piano o violín, en otros casos es posible que se cambien de un instrumento de cuerdas a un instrumento de aliento. Y así muchas veces incursionan en el canto, dirección o composición.

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La docencia es una habilidad

Anaid Peniche Segura

La docencia, según la etimología latina “dociere”, se entiende como “enseñar, es decir, transmitir el conocimiento; por lo tanto, docente es toda persona que se dedica de manera profesional a transmitir el conocimiento, recibiendo por ello una remuneración económica (deconceptos.com 2019). Aún y cuando existen varias acepciones aplicables a las personas encargadas de la enseñanza, bien vale la pena distinguir las diferencias entre ellas; ejemplo de lo anterior son los términos “académico”, “maestro” y “catedrático”, entre otros, los cuales, una vez analizados a conciencia, reflejan marcadas diferencias entre sí. Un “académico”, por ejemplo, es aquel individuo que pertenece a una academia, es decir, a una sociedad o grupo social de carácter científico, literario o artístico, encaminado a la investigación y difusión de sus temas de enseñanza (Real Academia Española, https://dle.rae.es 2019); así pues, es entendible que, aunque el objetivo de un docente y un académico es el de transmitir conocimiento, existe una gran diferencia entre ellos. Por otro lado, un “catedrático” es aquél profesional dedicado a la enseñanza, pero que ha tenido que pasar por una serie de requisitos para detentar dicho título, y por lo general, en algunos lugares es el grado más alto que se puede alcanzar en cuanto a enseñanza en una universidad (Flores, Cardona y Yañez 2017). En México, es común llamarle “maestro” a un “docente”; sin embargo, un “maestro” es aquel individuo que, de entre todos los demás profesionales de formación análoga, tiene mucha experiencia en un tema determinado, resultando por lo tanto un experto en el mismo (Real Academia Española 2019); así pues, las maestrías, al igual que los doctorados, son procesos de formación que no todos los docentes poseen. Como puede inferirse, aunque existen diferencias conceptuales notables en las distintas acepciones del profesional de la enseñanza, todas tienen como meta principal la transmisión eficiente del conocimiento al alumno; sin embargo, y muy a pesar del nivel de conocimientos que posea un docente, existe un factor crucial para que la transmisión de la información sea eficiente, esto es, la habilidad para enseñar. Existen muchas teorías acerca de los distintos métodos de enseñanza, algunas de ellas sustentadas en investigaciones, y algunas otras en experimentos empíricos. Sin embargo, el conocimiento en sí mismo es inútil si no se sabe transmitir de forma eficiente, por lo que resulta de

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suma importancia profundizar no solamente en la acumulación de conocimientos, sino en la manera de garantizar que dichos conocimientos sean comprendidos y aprovechados por los alumnos. Ejemplo de lo anterior es la teoría de Lee Shulman, un psicólogo de educación de gran reconocimiento en su campo, que planteó, entre 1986 y 1987, un modelo de los conocimientos con los que debía contar un profesional de la enseñanza, en el que sostenía que los docentes debían contar con un “conocimiento sobre el contenido de la asignatura” y con el “conocimiento pedagógico” (Shulman 1986). Derivado de lo anterior, es comprensible encontrar en las escuelas e instituciones, docentes que poseen una preparación académica sobresaliente, pero que carecen de la habilidad necesaria para transmitir sus amplios conocimientos de forma eficiente, lo cual refuerza la teoría de que no basta con saber cosas, sino que es necesario saber enseñarlas. Analizando las premisas expuestas en el presente documento, cabría preguntarnos entonces en que consiste la habilidad de transmitir el conocimiento de manera eficiente, ¿es una habilidad innata?, ¿puede un docente aprender a enseñar?, ¿existen docentes con falta de habilidad pedagógica?; desgraciadamente, existe un alto grado de subjetividad en el hecho de calificar a un “buen maestro” o a un “mal maestro”, ya que existen varios factores que podrían influir en estas conclusiones. Independientemente de las muchas teorías educativas, de la preparación académica de los maestros, o de las buenas intenciones para ejercer la docencia de la mejor manera posible, es innegable que la mayoría de los alumnos discriminan a los docentes, en mayor o menor medida, en función de la empatía o apatía que existe entre ellos, y que se debe, en gran parte, a la tan codiciada habilidad que algunos docentes poseen para enseñar. Durante la formación educativa de un alumno, es muy común encontrar docentes que, pese a sus numerosos títulos y reconocimientos académicos, gozan de bastante impopularidad entre la generalidad de los alumnos, no porque no sepan de algún tema en particular, sino debido a que no saben comunicar su conocimiento. Sin embargo, es también común encontrar profesores que, pese a no contar con muchos títulos académicos, son altamente apreciados por la mayoría de los alumnos de una institución, debido en gran parte a una manera eficiente de impartición de la clase, en la cual el profesor tiene la habilidad suficiente de captar la atención del alumno, manteniendo un ambiente de interés, dinamismo y aprovechamiento del conocimiento. La interrogante de si la docencia es una habilidad resulta altamente debatible bajo los estándares teóricos de la enseñanza; sin embargo, la realidad de la creciente apatía en las aulas de las escuelas e instituciones es una invitación abierta a los docentes, quienes deben reflexionar si la teoría es suficiente o si, por el contrario, es necesario escuchar y aprender acerca de las necesidades de los alumnos; de cualquier manera, el proceso será enriquecedor.

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Yo pregunto. Ustedes responden. Miguel Ángel Muñoz García

Resulta contra intuitivo imaginar que en la sociedad mexicana del siglo XIX un personaje que vivió en la Edad Antigua, en otro continente, usando otra lengua, sin internet, sin computadoras, sin monoteísmo, sin laboratorios, sin ciencia moderna, sin el idioma hegemónico (el inglés), sin aviones, sin telescopios, sin cálculo, sin nanotecnología, ni Facebook y sin celular; hoy sus palabras que dicen que dijo, plasmadas en los Diálogos, nos convocan y nos hacen sentido a la comunidad de educadores. Sí, estoy escribiendo a propósito de Sócrates. El texto se propone atisbar las luces y las sombras de la mayéutica dentro de la educación. Recordemos que era el método relacionado históricamente a Sócrates para conocer las cosas. Entonces, ¿cuál es la luz de la mayéutica? Es sin duda, una aproximación a las cosas de los hombres y la naturaleza desde y con el lenguaje; con ella, el autor confrontaba las respuestas a las preguntas que él les elaboraba. En el diálogo de Laques, logra gracias a las preguntas (mayéutica) convencer a los adultos con los que conversaba que ellos también necesitaban de la educación en la virtud, no solo los jóvenes. Platón (1981). Y así, básicamente en todos los diálogos, los pone a dudar de las respuestas que dan a las preguntas que él elabora, en consecuencia, se construyen conocimientos y reflexiones sobre los temas. Es entonces, cuando los otros filósofos como Platón conocen el método y lo quieren implementar pero ahora con la dialéctica, la tesis, la antítesis y la síntesis. Lo cual es muy lógico y pertinente. La sombra comienza según yo, cuando el método se mecaniza y se implementa con un gran ingrediente de adultocéntrico en la educación básica, media superior y superior. Esa implementación es que el maestro hace las preguntas y los alumnos las responden. Lo cual, se me hace nocivo para la creatividad y la curiosidad de los estudiantes.

Mayéutica infantil

Y así, desde la Edad Antigua hasta la Edad Contemporánea, nos hemos modelado con la mayéutica monopolizadora del maestro; peligroso procedimiento que sostengo no desde la teoría, sino desde mi práctica docente. Puedo decir, que la mayéutica en su forma de sombra, es la culpable de que tengamos niños, jóvenes y adultos apáticos y con ganas de responder bien preguntas que no son suyas o que no tienen sentido significativo para el sujeto. Es decir, se está matando la parte más placentera del conocimiento que es construir preguntas que son el inicio del aprendizaje significativo.

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Es por lo anterior, que invito a la comunidad de educadores de todos los niveles a volver a dar la luz que generó al inicio la mayéutica, pero puesta en los alumnos, es decir, en lugar de yo hacer las preguntas, preguntar ¿Cuáles son sus preguntas? ¿Por qué esas preguntas? ¿Cómo responderías tus preguntas? ¿Qué respuestas encontraste? En suma, lograr que la didáctica de Sócrates se implante no en los adultos sino especialmente en los jóvenes y niños, es sin duda dotar de El poder de la pregunta, cuestionar a todo y a todos para así con esa modalidad o proceder el niño, la niña, el joven, la joven descubra con sus propias preguntas el mundo y sus conductos, y así compartir con los adultos la parte más divertida del conocimiento que es, la construcción de preguntas. Si pasa lo contrario, como sospecho que sucede en muchos contextos nacionales e internacionales, estaríamos educando a medias, o mediocremente, es decir, solo saben responder preguntas, pero no saben hacer preguntas. Bibliografía Platón, Laques I ( J. Calonge, Ruiz, E, Lledó Íñigo, C, García Gual) España, Gredos, 1981. Platón, Menón, Diálogos II, ( J. Calonge, Ruiz, E, Lledó Íñigo, C, García Gual), Madrid España , Gredos, 1983.

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Cómo influye la vivencia de valores humanos en el aprendizaje. Adriana Guadalupe Salazar González

Los valores no se enseñan hay que vivirlos (1). Esta frase me da una pauta para poder decir que los valores no deben de quedar en un simple concepto, hay que llegar a la práctica de ellos, puesto que entre más se aplican los valores en la vida ordinaria, más eco va a hacer en la persona y en los que lo rodean, ya que según la manera en que los valores se van viviendo, los demás aprenden. Hay que saber distinguir lo bueno de lo malo, los valores siempre son buenos y útiles para la vida, pero hay que estar atentos para poder identificarlos, algunas veces quedamos confundidos sobre lo que es bueno y lo que es malo porque quizá en la práctica no somos tan conscientes y nos dejamos llevar por nuestros impulsos, afectos, estatus social, ideologías, etc. Es necesario tener conocimiento de los valores que nos impulsen a un mayor crecimiento como personas y poder así ser portadores de ellos. Platón en su libro el diálogo con Laque nos habla sobre el valor y en su libro diálogo con Menón sobre las virtudes, los cuales son importante en nuestra vida. Vivir en los valores y las virtudes para toda la vida y dar buen ejemplo para los demás. Los valores son importantes en nuestro vivir, nos ayudan a formarnos como personas íntegras para ofrecer a nosotros mismos y enseñar a los demás, lo mejor de nuestro ser. Los valores se manifiestan en nuestras actitudes, nuestros comportamientos, y en nuestras relaciones. Cada uno personalmente vivimos los valores, nadie los puede vivir por nosotros. Los valores se proponen, no se imponen (2). En diferente lugar cambia la forma de vivir los valores como sociedad, según las costumbres y reglas. En cada familia se viven diferentes valores, en cada escuela, tomando decisiones conscientes de lo que hacemos. Los valores se conocen en la manera que los vamos viviendo. El niño aprende del ejemplo que le dan sus padres y maestros. Por eso, nosotros como adultos, como maestros, tenemos que tener claro los valores y vivirlos con intensidad si queremos tener niños y jóvenes auténticos. Demostrarles que lo que pensamos, decimos y hacemos es lo correcto, esto es muy importante, porque muchas veces somos incoherentes..

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Un valor es algo que tenemos cada uno de nosotros y que los niños van conociendo, pero qué tristeza que, de generación en generación, se manifiesta menos el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la bondad, la amistad, la verdad, la valentía, el amor, el trato amable, etc. Por falta de conciencia, los niños, se dejan llevar, por muchas cosas que no tienen sentido, ya que nosotros adultos permitimos se sigan educándose como los demás, dejando, que la televisión, el internet, los eduque. Mi pregunta es: ¿hacia dónde donde nos dirigimos? Nadie nació sabiendo educar, los padres no nacieron sabiendo ser padres, sin embargo, a través de la vida, de las experiencias, han aprendido. A los niños se les pregunta ¿Cómo quieres ser de grande? Ellos dicen: ¡cómo mi papá! Van haciendo suyos los valores que ven en sus padres, abuelos, maestros, etc. Los valores para algunas personas que en verdad los viven son anhelos, ideales, metas que debemos alcanzar. Son virtudes que nos han dado, que están dentro de nosotros, que lo vamos haciendo y conquistando para nuestra vida. Bibliografía 1 MIR Costa Victoria et. al, “Crecer en valores”. Ed. Sal terrea, España, 1999, p. 19 2 Romero Ibarra Norma et. al. “Guía de padre, de primero a cinco años, Ed. Infantil y educación”, México, 2004. P. 98

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El diálogo en el aula estrategia para lograr el aprendizaje María Isabel Luna Salinas

El ser humano ha tenido la necesidad de comunicarse a lo largo de la historia para satisfacer sus necesidades, actualmente más que cubrir necesidades fisiológicas el ser humano busca la autorrealización para insertarse en este mundo de información y comunicación, una de las estrategias para lograrlo es mediante un lenguaje comunicativo. Las habilidades comunicativas que desarrolla el ser humano son, hablar, escuchar, leer y escribir, pero nos hemos preguntado ¿Cuál de estas habilidades es más eficiente para lograr el aprendizaje? Estudios del pedagogo estadounidense Edgar Dale revelan que al hacer garantiza un 90 % del logro del aprendizaje, el hablar garantiza un 70%, en comparación con el ver, oír y leer. De aquí surge la importancia de implementar el diálogo como estrategia para lograr los aprendizajes esperados de los alumnos. El diálogo es una conversación entre dos o más personas que exponen sus ideas, estos diálogos pueden darse en diferentes contextos entre ellos en las aulas, cuando uno dialoga conoce a través de las demás personas y se motiva ha seguir aprendiendo, tal como menciona Platón “Ese aprendizaje incita al deseo de otro nuevo y hermoso conocimiento” (1) para ellos es importante que el docente analice su práctica y reflexione qué tan efectivas son las estrategias que utiliza para lograr el aprendizaje de sus alumnos. “Hay dos cosas que pueden guiarnos bien: la opinión verdadera y el conocimiento” (2) no cabe duda que el uso de la palabra a través del diálogo permite utilizar el habla para estimular el pensamiento, cabe mencionar que es importante que el alumno además de dialogar también aprenda a escuchar ya que de lo contrario no se reforzaría nuestro aprendizaje. Bibliografía (1) PLATÓN, Laque, Diálogos I (J. Galonge Ruiz, E. Lledó Iñigo, C. García Gual). Madrid, Gredos , 1985, 295 pp. (2) PLATÓN, Menón, Diálogos II (J. Galonge Ruiz, E Acosta Méndez, F. J. Olivieri, J.L. Calvo) Madrid, Gredos, 1987, 460 pp

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Nociones infantiles, alfabetización científica y el conocimiento científico. Francisco Rios Herrera

La ciencia dentro del aula ha sido una constante en la Educación Básica debido a las características que tiene, como su objetivo de comprender la naturaleza, cuestionar e indagar de manera sistematizada, producir conocimiento y la búsqueda del mayor consenso posible. En sí, la ciencia ha sido la forma que el hombre ha desarrollado para responder y entender el medio natural en el que vive; la esencia de la ciencia es la búsqueda de la verdad y la naturaleza. Existe un evidente interés por llevar la ciencia a las escuelas de México, al grado que los planes y programas de estudios han considerado diferentes asignaturas, afines al estudio de la ciencia en la Educación Básica, a pesar de sus constantes reformas y cambios. Es un interés tan natural que ya los griegos se cuestionaban el por qué educar a los más jóvenes. Históricamente la ciencia ha estado al servicio de la legitimación del régimen que entra, tal es el caso del México posrevolucionario en donde en el artículo tercero constitucional se indican los puntos centrales que han regido la educación en nuestro país hasta nuestros días, pero más adelante en la historia en el periodo de Lázaro Cárdenas se le da tal importancia a la ciencia que será la que apoye a contrarrestar el fanatismo religioso latente del término de la Guerra Cristera; si bien, esto no es del todo negativo para la ciencia, es bastante común que ocurra de acuerdo a lo que menciona Aristóteles, ya que todo gobierno necesitará educar a sus ciudadanos de acuerdo a su propia visión e interés. Más recientemente el mismo artículo tercero de la Constitución Política de nuestra nación, en su texto actualizado, menciona que todos deben de gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la tecnología. Los alumnos que acuden a nuestras aulas no son indiferentes a la ciencia, ellos ya han investigado, experimentado y concluido muchos de los fenómenos que ocurren a su alrededor, sin la necesidad de una escolarización, o de conocer un método de investigación; a todo este conocimiento lo conoceremos como sus nociones científicas que, a pesar de ser conocimiento pre científico, es completamente válido. Algunas de sus características son: el carácter personal de cada noción, cada niño y niña vive sus propias experiencias y las ha interpretado desde su particular punto de vista, en ocasiones pueden llegar a parecer incoherentes o carentes de una lógica, y pueden tener estabilidad,

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es decir, pueden o no modificar sus propios esquemas con diferentes experiencias de aprendizaje, escolarizadas o no. ¿Cómo y para qué queremos que expresen los alumnos sus nociones? Las nociones infantiles están resguardadas en la mente de cada uno de nuestros alumnos y solo ellos son capaces de expresarlas a través de palabras o signos gráficos, no hacen uso de términos científicos todavía, pero ellos son capaces de tener un significado para diferentes cosas. Es necesario que el docente haga uso del lenguaje a través de la dialéctica para que los alumnos logren expresar lo que opinan y se conduzca a través de diferentes proyectos que puedan realizarse dentro del aula; cabe mencionar que la gama de proyectos es muy amplia y se ajusta a las nociones que se estén trabajando; sólo por mencionar algunos podemos desarrollar una investigación muy a modo del método científico (proyectos científicos), tecnológicos donde los pequeños evalúan o desarrollan alguna técnica o teoría, o ciudadanos, aplicados a problemas que suceden en su realidad próxima. A largo plazo, en la vida de cada uno de los menores, los efectos del inicio de la alfabetización científica recaen sobre todo en combatir la credulidad con la que fácilmente muchos ciudadanos son manipulados para tomar decisiones que pueden dañarlos físicamente (incluyendo su salud) o de manera emocional. Si revisamos las noticias recientes nos encontramos con que muchas personas suelen guiarse para tomar una decisión como la negación a la vacunación, la práctica de técnicas de curación carentes de sentido como el biomagnetismo o la medicina cuántica, el consumo de ciertos alimentos o productos para mejorar algún malestar que no guardan ninguna relación, el creer y confiar en las predicciones y una larga lista de etcéteras que están sustentadas en ideas cargadas de error, conclusiones basadas en la ilusión que son promovidas por otros personajes que no son autoridad científica, sino pseudociencia; por todo ello, es necesario plantearse preguntas que nos conduzcan a conocer la verdad y solamente a través de la alfabetización científica disminuirán estas situaciones. Si bien al inicio mencioné que las nociones infantiles son conocimiento precientífico, jamás se les niega la posibilidad de llegar a ser conocimiento científico, ya que el alumno durante su tránsito de la educación básica, la media superior y superior será capaz de formalizar su conocimiento, de formar un espíritu crítico, y de hacer una toma de decisiones orientada a la búsqueda de la verdad.

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Activar el pensamiento filosófico en la educación María Lizbet Carrillo González

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educar a los más pequeños en pro de alcanzar los mejores resultados, es mediante la persistencia, constancia y afrontar los retos, trabajar de manera integral utilizando conceptos, procesos y actitudes, es decir diseñar acciones que al paso del tiempo se transformen en hábitos, actitudes, virtudes y sabiduría. Independiente a la metodología o paradigma educativo, las prácticas exitosas o no exitosas están propiamente en la persistencia antes mencionada, es a través de un pensamiento filosófico que lleva implícito un proceso de análisis y reflexión del trabajo que se planea para el aprendizaje, respondiendo el para qué (intencionalidad), el cómo (recursos, materiales, estrategias, etc.) y evidentemente en la valoración de los resultados, siendo el uso del lenguaje por el cual se forjará este conocimiento al identificar signos y otorgar significados a lo que está en nuestro entorno para poder comunicar pensamientos e ideas . Llevar la teoría a la praxis permite discernir entre aquello que funciona y lo que no, en este sentido para innovar, buscando estrategias, medios y recursos que vayan acorde con los contenidos, condiciones y características de un grupo. El desarrollar habilidades como observar, escuchar, experimentar, comparar y despertar la curiosidad es imperativo en el deber docente, asimismo, el esfuerzo constante de ser virtuoso, promotor de valores, reconocer en el prójimo sus talentos y particularidades que lo hacen único, tener empatía, prudencia, respeto, tolerancia por mencionar algunos valores, además de esto, hacer un esfuerzo para conquistar un pensamiento crítico que conduzca a pensar analíticamente, hacer preguntas esenciales, evaluar, tener flexibilidad cognitiva, comunicar y compartir, es decir rescatar una actitud inquieta e inconforme que permita sembrar dudas que motiven a indagar y no habituarse a la acumulación conceptual sino que sea útil y aplicable a la vida cotidiana. Así pues lo que diferencia el éxito en la práctica docente es por un lado el deseo de crecimiento profesional a través de la propia crítica a su práctica, ver el error como una oportunidad, paralelamente, no desistir en la búsqueda de respuestas, y por otro lado, no evadir la empatía, el ser humano en su naturaleza es curioso y a través de acciones puede incitarse o restringir en los demás, cabe resaltar el aspecto de compartir entre pares, cuando se lleva a cabo desinteresadamente y con buenas intenciones se nutre la práctica y existe la posibilidad de crecimiento equitativo, un apoyo mutuo. En definitiva un docente debe comprender, aprender con los alumnos y de los alumnos, exhortarlos a manifestar sus pensamientos, honrar sus opiniones como un proceso de construcción para que no desistan en la motivación y ganas de continuar, asumir que el error o falta de interés pueden ser pasajeros de ahí que, prepararse y aprender son indispensables para una adaptación social que lo hará sentir partícipe e importante encontrando un sentido a la razón de vivir.

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¿Una sabia decisión?

Juan Luis Soria Reyes

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muy antiguo, y pensó: -Qué ha pasado por este hombre en tanto tiempo, que al parecer su mente no sólo sigue conectada con este mundo sino ha decidido perdurar por toda una eternidad-. Al puro tacto le hacía pensar que era una persona instruida y con una gran vida, dichas palabras no estaban condicionadas al ver su larga cabellera con tono blanquizco que con un gran acercamiento se podría observar un cabello negro, seguro y era lo que lo acercaba a la verdad, un último aliento que jamás se dio y seguramente su conexión a la divinidad. ¿Por qué una persona que transmitía tanta energía se encontraba en un lugar cálido y sin compañía humana, donde lo único que había era el trinar de los pájaros, el sonido emitido por la débil corriente de un río vivo y un joven árbol tan verde y frondoso que cualquiera que estuviera sin aliento reviviría al momento?, fue que en ese momento se le vino a la mente una de las enseñanzas de su maestro: “si quieres ser grande no debe haber alguien más y si quieres alcanzar la máxima de la sabiduría, tu pensamiento no sólo tiene que estar por encima de todos, al igual que no debe existir persona alguna que te haga dudar… eres tú, tu mente y alma. Nunca te dañes a ti mismo”. Sólo recordó y sabía que tenía que hacer algo. Lo soltó de las manos y se levantó, lo tomó de los pies y jaló aquel hombre hasta que cayó al fondo de un río poco hondo, estaba pesado pero valió la pena; el lugar ya no tendría a un ser que lo hiciera ver triste. Después de la acción se cansó y decidió sentarse en aquel árbol y al instante sintió que su cuerpo se adhería a una tierra firme y pudo observar cómo todo a su alrededor se oscurecía y cómo el tono verde fallecía poco a poco, no sabía lo que pasaba y al querer levantarse no podía, sentía cómo su cuerpo tomaba en prisión a su voluntad. ¿No sabía qué pasaba?, pero lo más seguro es que aquel hombre lo hizo ver débil y la única opción era deshacerse de aquellos que le provocaban miedo. Si tuvieses que elegir un personaje, ¿Quién serías tú?, espero no pienses haber sido el espectador de tan trágica escena.

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Tres retos de la educación en México Iván Gutierréz Bautista

El siglo XXI se perfila como uno de los escenarios futuribles más transformadores en la historia de la humanidad, estos nuevos entornos vislumbran el cambio como una constante permanente en la forma que concebimos al ser humano y sus formas de relacionarse en sociedad; el futuro ya no es lo que esperábamos que fuera hace algunos años –incluso hace unos meses-, en este mismo sentido, una nueva realidad se configura en los salones de clase, advierto que no es exclusivo de este ámbito, antes bien, preciso que ahora mismo pasan por todas las aulas de las instituciones de educación, tanto públicas como privadas, una de las generaciones más complejas, cuyas particulares características no pueden pasar inadvertidas, aunque por ninguna razón me atrevo a negar que estos mismos desafíos también son propios, en su justa dimensión, de cada generación. Esta nueva realidad conlleva tres retos esenciales para los docentes, que, sin duda, fortalecen la idea de una constante mejora cualitativa en la educación; desarrollo de inteligencia socio-emocional, fortalecimiento disciplinar-pedagógica y, en congruencia con las nuevas transformaciones, permanente formación en las nuevas tecnologías, especialmente relacionadas a la educación. Es incuestionable que el desarrollo de la persona debe ser integral, que la educación y las instituciones, que para tal efecto se han construido en el devenir del tiempo, han sido objeto de constantes transformaciones, sobre todo desde mediados del siglo XX, en este mismo sentido, este nuevo siglo plantea consecuentemente nuevos horizontes jamás antes pensados, perfila como única constante el cambio, es decir, el escenario futurible de la educación nos trae más incertidumbres que certezas, no obstante, la realidad conocida plantea una serie de retos en la aulas, escenario en el que los alumnos conforman la consecuencia al mismo tiempo que encarnan la causa, este nuevo escenario no suprime el valor intrínseco que la educación da a la figura del docente sino que replantea de fondo el papel que este jugará, después de todo, si existe un elemento esencial en la educación ese es el humano, donde seguramente ya estarás advirtiendo que no podemos olvidarnos del alumno o incluso de los padres de familia, aquí solo nos enfocaremos del primero. Sostengo que son tres retos los que el docente de ahora, en aras de responder de forma determinante a este esbozo de realidad, debe desarrollar integralmente, estos retos no son exclusivos, aunque si, a la luz de los argumentos aquí expuestos, son prioridad determinante en el desarrollo de la actividad docente; desarrollo de inteligencia socio-emocional, fortalecimiento de habilidades pedagógicas y

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permanente formación tecnológica. Es importante delimitar que nuestro análisis se centra en la educación ofrecida por las instituciones de carácter público, pues en el ámbito de la educación privada en México otra realidad impera. Este primer reto, desarrollo de inteligencia emocional, juega un papel clave en el desempeño del docente frente a grupo, incluso fuera del mismo, el desarrollo de este factor clave no responde con exactitud a ciertas particularidades de esta generación que al día de hoy se encuentra cursando algún nivel de educación, sino que va más allá de una generación en particular, trasciende la misma esfera de la educación, de ahí viene su importancia. Cuando Daniel Goleman en 1995 publicaba su obra Inteligencia Emocional, en un contexto más empresarial que educativo, no imaginó el alcance de su obra, la cual a la fecha ha vendido más de cinco millones de ejemplares y ha sido traducida a más de cuarenta idiomas, no es de menor importancia tal hecho. Si entendemos que la educación y la práctica docente son un fenómeno social (Pansa, Pérez & Morán, 2013), podemos entonces entender que la educación es un pilar -sin decir que es el más importante- en el desarrollo integral de la persona y que por tal hecho, de ella devienen grandes complejidades que conviene entender y atender en todas sus dimensiones, especialmente en su carácter socio-emocional, de esto acaece que casualmente en la memoria de los adultos se recuerda con mayor facilidad el papel que jugaron maestros que tendían a ser muy afables, comprometidos y empeñados o en su defecto hiperdisciplinados y hasta agresivos en su forma de enseñar, de estos profesores seguro es que no se recuerda lo suficiente sobre el contenido -el fondo- de su enseñanza pero si el de su forma, por eso es que resulta válido afirmar que en educación la forma y el fondo son absolutamente igual de importantes. Las diversas generaciones de niños, adolescentes y jóvenes están sujetos a un sin fin de realidades, tan diferentes entre sí, que en contraste con el pasado y por el rol que juega ahora el docente en la educación, exige de él un grado mayor de fortalecimiento, especialmente en aquellas habilidades blandas (soft skills), que sin duda, permitirán consolidar con mayor eficacia estrategias de enseñanzaaprendizaje. El segundo reto que plantea las nuevas generaciones de alumnos estriba directamente en el fortalecimiento pedagógico del docente. El ejercicio docente implica asimilar una serie de habilidades y conocimientos, los cuales deben estar bajo permanente construcción; ante una generación con infinidad de fuentes de información, lo que corresponde es una alta dosis de formación, no obstante, a sabiendas que es poco relevante evidenciar la ignorancia del profesor, situación a la que está expuesto todos los días por la llegada de novedosos y cada vez más accesibles dispositivos tecnológicos conectados a internet. Lo que responde a esto será educar para su uso, corresponde educar para saber discriminar lo que es cierto de lo falso, lo valioso de lo irrelevante o lo útil de lo inútil.

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El fortalecimiento disciplinar-pedagógico no puede centrarse solo en la acumulación del conocimiento o en el mejoramiento de la técnica de enseñanza, sino que en comunión con el desarrollo de la inteligencia socio-emocional, se puedan construir dinámicas de interacción y socialización del conocimiento con un alto sentido formativo, por eso es que, como ya lo ha de advertir el lector, el fortalecimiento disciplinar-pedagógico consiste en la creación de un ecosistema que se alimenta de la sociedad, padres, autoridades, maestros y alumnos. En un tercer momento, la permanente formación tecnológica, como un reto indiscutible que afrontar, implica más que un proceso de capacitación y adiestramiento de herramientas tecnológicas, especialmente virtuales, este reto implica esencialmente reconocer en la tecnología un aliado que guarda una condición natural en las nuevas generaciones, en la que los docentes no pueden ser ajenos; educación y tecnología no puede pensarse por separado. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD por sus siglas en inglés), señala en su proyecto Entornos de Aprendizajes Eficaces, que la tecnología implementada en ambientes educativos, fomentan el desarrollo eficaz del aprendizaje considerablemente, incluso trasciende en un plano social, ante esto, resulta más que justificada la formación tecnológica como un acto de asimilación estratégica en el proceso de enseñanza-aprendizaje, aún más, si concebimos que en las próximas décadas 3 de cada 4 profesiones conocidas el día de hoy desaparecerán, la pregunta será ¿cómo educar a las nuevas generaciones para futuras profesiones de las que hoy ni siquiera podemos sospechar? Estos tres retos, fundamentalmente responden a un escenario emergente, los cuales no excluyen ni suprimen a otros, esencialmente identifica aquellos que requieren, a la luz de las nuevas transformaciones, un vital esfuerzo de fortalecimiento. En conclusión, la mejora de la educación consiste en guardar permanentemente una actitud de crítica y autocrítica, especialmente desde el profesor, el éxito de la misma educación esta esencialmente en asimilar integralmente el espectro de factores con los que esta se relaciona, identificar algunos de los retos es un medio, no un fin en sí mismo. Formar y coadyuvar en el desarrollo integral de la persona con una educación humanista centrada en valores, actitudes, conocimientos y habilidades, no solo del alumno sino del profesor, y en consecuencia de la misma sociedad, es en principio un sistema virtuoso de mejora, sin embargo, más allá de esto, identificar los retos, los señalados aquí y los que seguramente el lector tiene en mente, es un ejercicio que plantea un reenfoque bastante obvio a la vez que complejo sobre la educación, sin embargo, lo postulado aquí no es absoluto ni tampoco pretendo negligentemente agotar el tema en un par de párrafos, después de todo, ante esta hiperconectividad y cambios constantes, más vale decir que hoy en día el diablo sabe más por internet que por viejo.

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Las vicisitudes de la educación que el sistema no ve (o hace como que no ve). Ma. Guadalupe Guillén Ruiz

Vidal llega todos los días a la escuela cabizbajo, pensativo, intentando sonreír como cualquier niño de su edad cuando estos le saludan al pasar corriendo junto a él, ellos que nada más hay que les preocupe en el mundo que divertirse, jugar, hacer una que otra travesura, y por qué no, hacerle los días de cuadritos a la maestra porque simplemente no les place hacer las actividades que esta propone, unas veces que porque no llevan lápiz, otras olvidaron su “sacas”, porque les da flojera, en fin, razones varias les sobran porque la clase incluso puede parecerles aburrida. Pero Vidal no es como todos esos niños, él llega serio y pensativo a la escuela pero ¡eso, sí!, aun con la tristeza reflejada en su cara, nunca faltan los buenos días que le da a su maestra y nada más deja la mochila en su lugar e igual de serio se acerca poco a poco hacia ella, y se limita a mirarla, entonces alguna charla surge entre ambos, buscando siempre sacarlo de sus pensamientos e invitándolo a pasarla bien. Esta vez cuando la maestra se vuelve a él y le pregunta, ¿cómo te sientes hoy Vidal, qué tal tu día?, eso basta para que Vidal se acerque más a ella y se le quede mirando como esperando a que ella adivine lo que su corazón trae arrastrando a lo largo de su ocho años. La maestra le sonríe y le comenta que juntos harán un día divertido, que puede preguntar lo que quiera y que siempre buscarán juntos una respuesta. Finalmente Vidal se decide y le pregunta a la maestra: ¿por qué mi papá no ha querido conocerme?, ¿por qué me abandonó desde que era chiquito y no quiere venir a verme?...la maestra traga un sorbo de saliva, siente que el corazón se le vuelca del pecho y con gran esfuerzo para darle seguridad a Vidal le pregunta, ¿por qué dices que no ha querido conocerte?, ¿quién dice que te abandonó y no quiere verte?, él responde, mi mamá, ella dice que mi papá no quiso conocerme y que nunca me ha querido que por eso, no quiere venir a verme, pero a mí me gustaría conocerlo y que jugara conmigo. La maestra vuelve a tragar saliva y sintiendo que la vida se le va frente a aquel niño que más que interesarle las lecciones de matemáticas, el español o las ciencias, su interés está centrado en descifrar la esencia de su vida. ¿A quién diablos va a interesarle que su maestra quiera que analicen los dramas y guerras de la historia, si la verdadera batalla está en ese pequeño gran ser que siente la necesidad del aire en los pulmones buscando respuesta a lo que la maestra no tiene cómo resolverle su necesidad primera?

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Pero en nuestra realidad, el sistema educativo, las autoridades y entre los mismos colegas, todos juzgan el cumplimiento del deber bajo la norma, esa que marca los tiempos es los que deben verse tales contenidos, como si los niños fuesen contenedores, tema basto analizado en la Pedagogía del Oprimido​ del pedagogo brasileño Paulo Freire, y la educación bancaria, pero que poco importa para quienes adquieren planes y programas, y planes de estudio sin analizar el contexto de nuestra sociedad mexicana. Pero los docentes, esos seres camaleónicos que deben transformarse en psicólogos, enfermeras, médicos llegado el momento de los accidentes comunes en los niños, padres y madres, entre muchos otros oficios y profesiones porque son ellos quienes viven la verdadera realidad en la educación; el caso de Vidal solo es uno de tantos en los que en la actualidad viven inmersos los niños de la escuela, sujetos víctimas de las transformaciones sociales entre las cuales no todas para bien, tales como las familias disfuncionales más abundantes cada vez, maltrato y abuso infantil, madres solteras cada vez más jóvenes que en muchos casos carecen de recursos, habilidades y experiencia para educar a sus hijos, niños solitarios abandonados tanto en la escuela como en la casa, entre otros. Maestros que comparten su salario con sus alumnos porque siempre hay más de alguno que no se concentra en clase porque las tripas le rugen, exigiéndole ser alimentadas. ¿Qué pasaría si en la escuela se designara un pequeño espacio para la educación del corazón?, entendida como un momento de análisis y reflexión de las situaciones cotidianas reales en las que viven los niños de nuestro país, donde la filosofía de la educación hiciera acto de presencia desde edades tempranas con la finalidad de inducir a los alumnos hacia la organización de los pensamientos, y orientación de los sentimientos en la búsqueda de argumentos que sanen o encuentren verdades que ayuden a sosegar los dolores del alma, de la esencia de ser. Tal vez Vidal encontrara respuesta a sus interrogantes sin que estas le afectaran como lo hacen carcomiéndole la vida y marcándole para siempre. Dejar al niño que toque la oscuridad, como propone J. J. Rosseau en el Emilio, sin violentarle su tiempo más preciado llamado niñez y dándole la oportunidad de descubrir que los fantasmas solo existen cuando no nos atrevemos a buscar las verdades por temor a no tener la capacidad de resiliencia para cuando estas se salgan del imaginario común donde todo fluye de forma positiva.

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Vidal seguía su discurso: pero mi mamá dice que además él vive en un país muy lejano que se llama Chiapas y que por eso no puede venir, yo le digo que por qué no vamos nosotros, que a lo mejor él no tiene dinero pero ahora nosotros sí tenemos porque (cuenta cosas muy personales de mamá de su vida en pareja)...pero yo no quiero llamarle papá porque él no es mi papá. Vuelve a mirar a los ojos a la maestra quien se encuentra sentada en cuclillas frente a él y pregunta, maestra ¿tú sí me quieres mucho, verdad?, yo le digo a mi mamá que tú me quieres mucho porque me hablas con cariño y me escuchas. Todavía hoy siento la opresión de llanto en el pecho por la impotencia al saber que hay tantos Vidales en nuestro país y pocos, o nulos los gobernantes aptos para diseñar o mejorar planes de estudio acordes a la realidad de la sociedad mexicana, y que bien nos vendría tomar en cuenta a Enrique Krauze en la vida privada y pública de Sócrates, cuando alude a Sócrates quien proclamaba que debieran elegirse a las personas indicadas según el puesto a desempeñar; si será carpintero, elegir al mejor, si es zapatero, al que destaque entre los mejores, y si ha de ser gobernante, mucha más razón para no elegir a cualquiera, puesto que ha de dirigir el presente y futuro de una nación. Y ¿por qué seguimos eligiendo a cualquiera?

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La filosofía y el docente

Miguel Ángel Muñoz García ¿Qué le da la filosofía al educador?, ¿qué le quita la filosofía al educador?, ¿a qué implicaciones compromete la filosofía al educador?, ¿de qué libera la filosofía al educador?. El regalo que la filosofía le otorga a los educadores es pensar en lo básico, es decir, la pregunta del por qué educar, la pregunta del para qué educar, la pregunta del cómo educar. Esas preguntas elementales gastadas por la historia del pensamiento filosófico y político, son necesarias que pasen por la cabeza, por el cuerpo del docente. No importa que ya estén algunas repuestas ensayadas por infinidad de autores desde hace años, si no pasa por el cuerpo del docente del 2019, no tiene sentido su práctica docente. Es por ello que la pregunta por lo elemental, a primera impresión, resulta ociosa para personalidades muy técnicas y programadas para la acción sin la reflexión. Pero la filosofía nos posibilita a imaginar escenarios hipotéticos de realidades posibles para provocar el pensamiento. Imaginemos lo siguiente: Escenario 1: eres docente y de pronto no puedes hablar más. ¿Podrías continuar siendo docente? ¿Al no poder hacerlo tendrías más cuidado de las palabras que usas si es que pudieras volver a hablar? Asumiendo que podrías continuar con tu labor docente, ¿cómo le harías sin el lenguaje para enseñar algo?, ¿qué palabras serían las adecuadas para educar mejor?, ¿cómo te tratarían los alumnos?. Escenario 2: eres docente y ya no puedes ver más, ¿cómo podrías ser maestro?, ¿cómo sabes qué sucede en tu salón de clases?, ¿qué cosas supondrías que serían las adecuadas para mirar y educar mejor?, ¿cómo te tratarían los estudiantes?. Escenario 3: eres docente y de pronto ya no puedes mover el cuerpo, solo escuchar y hablar. ¿Cómo darías tu clase?, ¿te dejarían dar clases así?, ¿cómo impondrías el orden, la disciplina?, ¿qué movimientos del cuerpo serían los adecuados para enseñar mejor?. Y así se podrían poner más escenarios sobre los demás sentidos. En suma, eso nos habilita pensar de manera más pertinente sobre los que hacemos y pensamos en el aula. La filosofía nos quita el uso de la falacia de autoridad, el clásico abuso del poder por la posición dentro de la organización escolar y nos invita a dudar más e investigar y dialogar; método posible para convivir y conocer, es decir, nos libera de la certeza ciega y el dogmatismo autoritario en ideas, en discursos, en creencias y en prácticas. La filosofía libera al educador del pensamiento que supone a la escuela como única forma posible de hacerse persona. Y suma a la comunidad en general, a ese proceso de creación de personas. Con ello le quita el centrismo a la escuela para invitar a transferir y convivir con lo que está afuera de la escuela y mira en su conjunto el proceso educativo.

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