¿PORQUÉ RECHAZAR O PEDIR EL CIERRE DE UN ZOO Y/O UN ACUARIO? Consecuencias para los animales Aparte de los padecimientos relacionados con la captura, el transporte y los entrenamientos, la cautividad en sí conlleva para los animales encerrados en los acuarios y similares una serie de consecuencias físicas, psicológicas y sociales, que están muy relacionadas entre sí. Sufrimiento psicológico Como sucede en los zoológicos, circos y otros centros de encierro, los animales cautivos en grandes acuarios desarrollan comportamientos estereotipados, nadan en círculo, se dejan flotar, etc. La totalidad de orcas macho en cautiverio, por ejemplo, tiene la aleta dorsal vencida, algo que en libertad apenas sucede. Las instalaciones suelen consistir en grandes tanques de hormigón, donde animales que podrían nadar unos 150 km al día, están confinados en un espacio de pocos metros. En algunos casos, incluso, las piscinas se usan sólo para las exhibiciones, y el espacio habitable para los individuos el resto del tiempo es aún menor. Para animales tan sociales como los mamíferos marinos, el aislamiento y la falta de luz y de estímulos puede conducir a autolesiones, a roer las piscinas y tener problemas estomacales, a enfermedades psicosomáticas como úlceras causadas por el estrés, a negarse a comer o reproducirse, e incluso a la muerte y el suicidio (ya que pueden dejar de respirar voluntariamente). Consecuencias sociales El sufrimiento psicológico está muy relacionado con el tipo de sociedad en la que vivirían estos animales en naturaleza. Normalmente son apartados de una familia o un grupo con el que habrían permanecido de por vida, e introducidos en un colectivo desconocido y artificial, con el que ni siquiera comparten el mismo lenguaje. Esto lleva a rechazos, peleas y ataques, que también conducen a muchos individuos al aislamiento y la muerte. Del mismo modo, la familia que han dejado en el océano, les recuerda y les echa de menos. Las orcas y delfines poseen un cerebro muy grande, con un gran desarrollo del sistema límbico, que es el que procesa las emociones. Las orcas tienen incluso una extensión cerebral de la que las humanas carecemos, y que se cree que podría estar relacionada con los vínculos comunitarios. Durante las cacerías, los pescadores relatan cómo las adultas permanecen al lado de sus crías capturadas hasta el final,
aún sabiendo que no pueden salvarlas y que corren peligro si se quedan allí, comunicándose entre ellas. En cautividad, cuando las crías son arrebatadas a las madres para venderlas a otros parques, éstas muestran claros signos de duelo y emiten sonidos que podrían interpretarse como lamentos. Sufrimiento físico Las condiciones del agua y de las instalaciones pueden estar muy lejos de lo que estos animales necesitan para estar saludables y tener una buena esperanza de vida. Raras veces llegan a la edad que podrían alcanzar en libertad. Los leones marinos, por ejemplo, podrían vivir bastante más de 20 años en la naturaleza, mientras que en cautividad suelen morir entre los 10 y los 15. Durante este tiempo, pueden vivir con úlceras y ampollas, con los ojos hinchados por la falta de sombra (ya que los espacios abiertos son más atractivos para las visitantes y frecuentemente esto está por encima del respeto a las necesidades de los animales), por el desequilibrio en la salinidad del agua o, simplemente, por el reflejo de la luz del sol en el fondo de la piscina. Los peces y otros habitantes del mar también tienen la capacidad de sufrir física y emocionalmente, por lo que las consecuencias de la captura, el transporte y el cautiverio son igualmente destructivas para ellos. QUE PODEMOS HACER? Los zoos y acuarios son empresas que buscan el beneficio económico y, si dejaran de ser rentables, no tendrían continuidad. Cada entrada que se paga, ayuda a que los animales sigan encerrados. Por tanto, dejar de acudir a estos lugares y de demandar este tipo de entretenimiento puede marcar una gran diferencia. La decisión individual de rechazar los zoos y acuarios es fundamental, pero cobrará más fuerza si difundimos la información y contribuimos a que otras personas puedan tomar la misma decisión.
ORGANIZACIÓN Una sola persona, con un poco de esfuerzo y creatividad, puede llevar a cabo una campaña en contra de esta injusticia, ya sea distribuyendo información, manifestándose a las puertas de los centros de explotación, dando charlas, cuidando o apadrinando animales que han sido
rescatados, etc. Pero también puedes formar colectivos, unirte a los que ya existe o colaborar con ellos puntualmente. Es importante recalcar que no es necesario pertenecer a formaciones ya establecidas y legalizadas, donde los métodos, estatutos o jerarquías pueden no adaptarse a tus inquietudes. Con ganas y algo de iniciativa puedes encontrar la forma de luchar de manera individual, o en un grupo horizontal o de amigos en que te encuentres cómodo. CONCIENCIACIÓN SOCIAL Y DIFUSIÓN El oponerse a la explotación animal no es sólo una opción personal, sino algo que transmitir a la sociedad. Lo puedes hacer de un sinfín de maneras, según tus habilidades e inquietudes personales: dando charlas informativas, distribuyendo material, diseñando páginas web, poniendo carteles o pegatinas… En webs relacionadas con la liberación animal, encontrarás una sección de recursos (fanzines, banners, etc.) de los que puedes hacer uso para esta tarea de difusión. ACCIÓN DIRECTA La acción directa es la realización sin intermediarias de una iniciativa, ya sea individual o grupal. Es decir, actuar de forma concreta para la consecución de un fin, sin delegar en terceras personas. Sus posibilidades son ilimitadas o, mejor dicho, puesto que se basa en la autoorganización, los límites deben ser definidos por cada individuo según sus capacidades y principios éticos. Algunos ejemplos de acción directa relacionada con el antiespecismo y la liberación animal serían los siguientes: manifestaciones, protestas a las puertas de establecimientos que se lucren de la explotación animal, boicot a las empresas, extracción de información para darla a conocer, sabotajes para dificultar la explotación, rescates de animales, etc. El marco jurídico define cuáles de estas acciones son consideradas legales o no, e incluso cuáles son violentas o no; pero muchas veces lo hace primando los intereses económicos de las empresas por encima de la vida y la libertad de los individuos (quebrantar la ley para, por ejemplo, salvar la vida de un animal que está sufriendo y necesita ayuda, es un acto opuesto a la violencia desde un punto de vista ético, aunque sea considerado ilegal y violento por parte del sistema). Que algo sea legal, no siempre significa que sea justo. REFUGIOS Y SANTUARIOS Una de las dudas más comunes cuando se plantea la abolición de los zoos y acuarios es: ¿qué pasará con los animales? Algunos de ellos podrían ser liberados e introducidos de nuevo en su hábitat natural, si se destinasen los fondos y recursos necesarios para ello. Para el resto, habría que crear refugios o santuarios, o alojarlos en alguno de los que ya existen a lo largo del mundo. En los santuarios, personas voluntarias
se encargan de acoger y cuidar a los animales que han sido rescatados de una situaciĂłn de explotaciĂłn. AllĂ los individuos no son completamente libres, pero pueden terminar su vida con dignidad, sin que nadie los utilice como objetos para obtener beneficios. Estos lugares siempre necesitan fondos, y de gente dispuesta a aportar su tiempo y su esfuerzo. Anuncios