MYRIAM GAGGINI ficciones
centro cultural puce del 23 de abril al 31 de mayo de 2014 QUITO路 ECUADOR www.puce.edu.ec www.centroculturalpuce.org
Dr. Manuel Corrales Pascual S.I. Rector Ing. Pablo Iturralde Vicerrector Lcdo. José Nevado de la Torre S.I. Director del Centro Cultural PUCE Gaby Costa Ullauri Coordinadora CCPUCE Elena Pasionaria Rodríguez Curaduría Artes Gráficas Silva Impresión Freddy Coello Diseño
Con el gentil auspicio de:
“Ficciones”
Gaby Costa Ullauri Coordinadora del Centro Cultural PUCE
Ficciones: ilusiones, sueños, quimeras, fábulas, supuestos, simulaciones, imaginarios… todo ello encierra la realidad y es eso, la realidad vista y sentida desde las diferentes miradas de los dos expositores: Mauro Rombi y Myriam Gaggini. Mauro Rombi: el diplomático, el viajero, el fotógrafo que, a través de su mirada sugerente e innovadora, ofrece un panorama diverso de América Latina. Es el hombre, el caminante que no solo con una mirada, sino con muchas, muchas miradas, llevan al espectador a momentos de reflexión. Y eso es parte del arte, fundamentalmente es eso. Y Rombi es un artista.
Myriam Gaggini, otra artista, otras miradas: tramas, dramas, desenlaces… Vidas que van, vienen, otras que caen; consuelo, esperanza, desesperanza, pasado y presente que se conjugan en la parte fundamental de la movilidad humana, expuestos a través del recurso fotográfico y el vídeo – instalación.Y esa es su propuesta. Gaggini artista sensible, ciudadana del mundo. Es la mirada de los que vemos la obra, los espectadores. Que sea una mirada que nos toque, que nos llegue.n
La propuesta de Myriam Gaggini se articula en tres instalaciones: “corso brunelleschi”, que enfoca el problema contemporáneo de la migración y de la alteridad, tratado por parte de la política y del vocabulario de los media desde la metodología retórica-tautológica del temor, de la paranoia, del conflicto. En este caso, el concepto de “verdad” se pone al centro del análisis para ser cuestionado, es ahí cuando entra
la ficción como recuperadora crítica de la coherencia humana, y usa el arte para realizar un cambio de roles: los migrantes magrebíes, cautivos en un eufemístico “centro de acogida”, nos miran directamente a los ojos, interpelándonos y permitiendo el durísimo ejercicio de reflejarnos en ellos, así, el “miedo” al desconocido desaparece y se substituye por la vergüenza, por la empatía, por un juego de reflejos que no es
extraño a la artista, quien hace uso de la antítesis para de construir los rostros enigmáticos y doloridos e hibridarlos con la propia imagen, en un juego laberíntico de expresiones tanto físicas como mentales: divergentes, convergentes, paralelas3, expresiones que son, al fin y al cabo, las únicas y las mismas en los rostros de todos los hombres. 3
Jorge Luis Borges, ibídem, p. 136.
En “premere il bottone” Gaggini plantea una lectura del objeto serial como fetiche a partir de la vivencia constante de transeúnte. No se trata de cualquier objeto, sino de un objeto simbólico, objeto “fantasma”, cuya existencia física es alegoría de lo corporal y de lo escatológico. Para ello utiliza una descontextualización duchampiana, propone una reflexión sobre la imagen y permite al espectador tener una experiencia nueva
del objeto-concepto en su propio homenaje al más clásico de los ready-mades. El conjunto complementa su intensa carga icónica con el símbolo de neón en forma de flecha, que señala el acto a realizarse (apretar el botón) y que pone a prueba la deseada participación activa del espectador, sin obviar el elemento lúdico e irónico que está implícito en el gesto (apretar), en el efecto (la chispa) y en la posible reacción de quien la ejecute. También en esta obra está presente la paradoja: el objeto utilitario y estético a la vez, el objeto tabú
recontextualizado, la metáfora biológica, la duplicidad de sentidos, y la acción como símbolo per se. “chicles”, una vídeo-instalación que reproduce los dos performances realizados por la artista en Italia y Ecuador. El proyecto gira en torno al problema semiótico de la comunicación política: los metarrelatos, el poder y su discurso, lo lingüístico, la manipulación mediática y su relación con el individuo en el contexto de la sociedad contemporánea, ahogada en sus propias
ficciones. Desde el punto de vista de la estructura comunicativa, la artista identifica varios elementos de análisis: el “eventoconcepto”; el “yo” protagónico, autorrepresentado positivamente en el relato del poder, y el “otro”, manejado como rol actancial negativo en el discurso mediático. Usa la metáfora “oral”, en plena plaza pública, símbolo del poder oficial y, frente a un público, efectúa el acto de masticar frenéticamente varios metros de chicle que contiene textos y palabras que hacen referencia al vacío de significado en
la jerigonza de los regímenes políticos; el cuerpo es su instrumento, y lo utiliza en el sentido más directo con la intención de decodificar y deconstruir la duplicidad del relato oficial por medio del gesto desacralizador y simbólico. La palabra es el poder, y se demuestra, una vez más, en toda su simplicidad y potencia, como un espejismo múltiple, ficticio y laberíntico. Elena Pasionaria Rodríguez
MYRIAM GAGGINI