Revista comunicándote políticas comunicacionales

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Pág. 6. Visón Actual ¿Democratización o adoctrinamiento? Pág. 8 Formación Más allá de las funciones de las políticas comunicacionales

Pág. 9 Voces de líderes Marcelino Bisbal: “Un gobierno inestable busca controlar la sociedad”

Pág. 12 Opinión al día Hegemonía y Control comunicacional



PRESIDENTE EDITOR Jesús Riera Jacobopunker@comunicando.com

GERENTE EDITORIAL Flor Riera Florrieraperiodista@comunicando.com

DISEÑO EDITORIAL Freddytza González Gonzalezfrey236@comunicando.com

REPRESENTACIÓN COMERCIAL Luis Giron Giron_luis128@comunicando.com

REDACCIÓN Jesús Riera Freddytza González Luis Giron

Un

profesional de la comunicación no toma un micrófono para hacerse famoso, por el contrario sostiene un micrófono o firma una nota de prensa con el propósito de aportar aspectos positivos en la formación del ser humano. Su compromiso no sólo debe estar orientado a informar a todos de los sectores de la sociedad, también es necesario que esté enfocado a cumplir con los deberes y asumir el rol que le corresponde para construir efectiva políticas comunicacionales. Para elaborarlas es realmente importante, tomar en cuenta todo lo que nos hará un profesional intachable. Nuestra brújula debe apuntar a defender uno de los derechos fundamentales del ser humano. Expresarse con libertad es el norte pero vigilar que se haga siempre al servicio de la verdad y cumpliendo con la diversidad es sumamente necesario. Ser un profesional de la comunicación significa tener olfato periodístico, para saber exactamente qué información ejercerá control sobre las masas. Para una efectiva difusión, es necesario no adulterar las declaraciones de los sujetos presentes en las noticias. Mucho menos tergiversar el contenido para atacar moralmente a una persona. El compromiso será siempre para resguardar nuestra integridad moral y la credibilidad del medio para el cual estemos trabajando sino también debe ser para con la institución, que vela por el respeto del periodismo. Sobre todo en un país como Venezuela, donde cada día son más mayores los riesgos que asume el profesional de la comunicación. La intolerancia está haciendo de las suyas, y es allí donde radica la importancia de interpretar la realidad social para implementar políticas comunicacionales efectivas.

Por Jesús Riera Presidente Editor



¿Democratización

o Adoctrinamiento?

En la actualidad, las políticas comunicacionales en Venezuela se encuentran identificadas con el sello del “Socialismo del siglo XXI”; movimiento político pensado y promulgado por el ex Presidente de la República Hugo Chávez Frías desde su ratificación en el poder, luego del referéndum revocatorio realizado en el año 2004. A partir de ese momento, y en medio de la controversia el también líder de la Revolución Bolivariana comenzó a poner en práctica el plan comunicacional, que le permitió ejercer control sobre los medios de comunicación y lo acercó más a sus semejantes. El poder que ejerció sobre los medios, condujo al cuestionamiento para saber si trataba de una democratización o adoctrinamiento, al principio la participación abierta y protagónica del pueblo en materia comunicacional vislumbraba un buen camino, pero el tiempo transcurrió y el ataque a los medios privados se acrecentó.

Situación que llevó a la conclusión, estaba en puerta un adoctrinamiento, por lo tanto, instaurar una hegemonía comunicacional sería el paso siguiente, apoderarse de los medios el principal objetivo. Desde ese momento, el chavismo se convertiría un adoctrinamiento sistemático, el cual se haría tangible en el nuevo diseño curricular de las escuelas, que incluiría la dotación de libros en donde se explica los aspectos teóricos del Socialismo del siglo XXI, laptops populares, mensajes gratuitos en los medios privados, periódicos, emisoras comunitarias, un canal internacional, contundente discurso y largas cadenas de radio y televisión. Aunque el poder discursivo de Chávez logró conquistar y enamorar a sus seguidores, convirtiendo al chavismo en casi una religión, después de su fallecimiento se podría decir que ese poder desapareció, se consumió. El poco control en la aplicación de estrategias así como la ausencia de liderazgo, han colocado al movimiento político heredado a Nicolás Maduro, actual Presidente de la República en tela de juicio, puesto que ha sido develada la verdadera cara del Chavismo, sus intereses comunicacionales. A escala mundial, la implantación de ideologías a la fuerza conlleva al declive automáticamente, razón por la cual hoy por hoy sus políticas comunicacionales se encuentran en un delgado hilo, que hace poner en duda si se trata de política sana o un modelo represor o dictatorial. Cabe destacar, que se han realizado muchos esfuerzos para democratizar las políticas de comunicacionales, pero el declive se ha hecho notorio. La práctica ineficiente del socialismo en otras sociedades, lleva a concluir que esta corriente ideológica en Venezuela sólo ha sido efectiva para cambiar nuestra manera de hablar.

Por Jesús Riera



Más allá de las funciones de las políticas comunicacionales La

política comunicacional es la acción principal del gobierno, se encuentra por encima de las políticas económicas, debido a que sirve de mecanismo para comunicar los logros y explicar los fracasos de las otras políticas de gobierno. Por lo general, los ciudadanos esperan resultados satisfactorios, y es la aplicación de políticas comunicacionales efectivas lo que mantendrá no sólo informada sino contenta a la población. Los ciudadanos observan los resultados de las políticas que les afectan directamente, pero no pueden evaluar los efectos globales de las políticas de gobierno. Para eso precisan recibir información, y es allí donde se requiere de la actuación de los medios de comunicación, porque el gobierno no puede comunicar los mensajes directamente. Necesita de un vehículo que cause mayor distorsión y logre atraer a más seguidores. Una política comunicación bien implementada en los medios de comunicación logrará que la población nacional se preocupe. La información que la población recibe y la forma cómo la procesa es un resultado, de la política comunicacional del gobierno. Los medios participan en el proceso, en tanto la gran mayoría de las personas obtiene su información a través de ellos.

Aunque los medios de comunicación tienen sus propias agendas y persiguen objetivos políticos determinados, la política comunicacional del gobierno también afecta el material que éstos entregan. Ellos son filtros que distorsionan los logros y fracasos de las políticas de gobierno de acuerdo a las funciones de utilidad de cada uno, si es de oposición, intentará enfatizar los fracasos y minimizar los logros, Mientras que es simpatizante del Estado, sólo comunicará los grandes resultados. En ese sentido, la política comunicacional debe ayudar tanto a comunicar el mensaje del gobierno con una estrategia que anticipe la distorsión de los medios de prensa y las redes sociales, como a identificar las predisposiciones políticas de la población, que en este caso se reflejan en “lo que la gente quiere”, de modo que, de existir una situación comunicacional saludable, la posibilidad del gobierno de mantener unas políticas saludables sean llevadas al máximo. Por Luis Girón


Marcelino Bisbal: “Un gobierno inestable busca controlar la sociedad” Por José Miguel Gil. Foto: Ricardo Marapacuto Diario El Impulso

La creación del Centro Estratégico de Protección de la Patria (Cesppa), a través del decreto presidencial 458, es, a juicio de Marcelino Bisbal, director de Postgrado de Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), parte de una serie de decisiones que el presidente Nicolás Maduro ha tomado justo desde el día de su toma de posesión en relación con los medios de comunicación social del país. La puesta en marcha de esta institución, creada formalmente el 1º de junio de 2010 por el entonces presidente Hugo Chávez, plantea una señal de alarma ante la voluntad del Gobierno nacional de aplicar controles a través de un organismo que ya cuenta con un director nombrado, el general Gustavo González, lo cual no se produjo, al menos de manera oficial, cuando el fallecido mandatario nacional concibió la idea. “Obviamente en este proceso de profundización y radicalización de la revolución, como han insistido en llamar tanto el presidente Maduro como el diputado Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, ellos requieren „controlar y vigilar‟ aquellos flujos de información tanto del sector público como el privado, que puedan atentar contra la seguridad, soberanía y estabilidad del país”, expone Bisbal. Para el catedrático, el motivo de alarma está en aquello que no se plantea de lleno en el decreto presidencial, ni en resoluciones posteriores, es la no definición de los criterios a utilizar para decidir si una información es desestabilizadora o no, o cómo es que puede constituir un atentado para la seguridad de la nación. Por ello, considera que se trata de una escalada más para cortar los flujos de información que resulten "dañinos” e incómodos para el sector gubernamental. Aun cuando el decreto fue sometido a una revisión el mes pasado, y mejorado en algunos aspectos como la supresión de los conceptos de "enemigo externo” y "enemigo interno”, así como la idea de que todas las estrategias del Cesppa tenían que pasar por el Comando Político-Militar de la revolución "para asegurar la defensa del proceso bolivariano”; aún permanecen los aspectos fundamentales y ahora se tiene bajo el control de un oficial militar que ocupó cargos en la Gobernación de Miranda cuando Diosdado Cabello estuvo al frente del gobierno regional.


Las divisas como forma de control informativo - ¿Se pone el Gobierno más cerca del control total de la información? - Hay otros mecanismos que no necesariamente controlan de manera directa la información, por ejemplo, algo que para ustedes en el diario EL IMPULSO como en otros periódicos del país es un tema crítico: la falta de divisas para la compra de papel, renovación de equipos, compra de insumos. Eso se ha ido reduciendo poco a poco y el Gobierno no otorga las divisas necesarias o requeridas. La Cámara Venezolana de la Prensa Regional ha indicado que unos veinticinco periódicos se vieron obligados a cerrar sus puertas por la falta de papel periódico. Muchas editoriales en el país, sobre todo de libros, no tienen papel para poder mantener sus ediciones y en ese sentido se puede decir que el Gobierno ha coartado ese flujo de información. - ¿El recurrir a esta estrategia puede catalogarse como muestra del fracaso de la política comunicacional del Estado, en la búsqueda de la hegemonía? - Todo lo contrario. En ese sentido el Gobierno ha sido exitoso, porque el hecho de que los medios radioeléctricos, que son los más importantes para el sector oficial, tengan un muy bajo impacto de audiencia no significa que hayan fracasado. Estos han ido copando espacios importantes en el mundo de los medios, no sólo en el espectro radioeléctrico sino en la comunicación satelital con dos dispositivos en órbita, apenas se cuenta con cuatro grandes medios impresos independientes del carácter nacional y ahora a la Fuerza Armada Nacional se le otorga espacio a través de Radio Tiuna, con catorce frecuencias en distintas partes del país, además de toda la jurisprudencia montada a los largo de estos años (leyes Resorte, Orgánica de Telecomunicaciones) y que al final coarta grados importantes de esa información y ese derecho a la libertad con medidas como la autocensura. En el mundo de los medios comunitarios y públicos, si bien no pertenecen al Gobierno nacional son abiertamente afectos al proceso político actual, porque cuentan con las prebendas gubernamentales para el otorgamiento de concesiones y facilitación para su funcionamiento. - ¿Pero porqué llegar a los extremos con la prensa escrita? - Una explicación pudiera ser de carácter político. En la medida en que el gobierno de Nicolás Maduro llega a la Presidencia con una mitad del país acusándolo de ilegítimo, con todo lo que hereda del expresidente Hugo Chávez en mal manejo de las políticas públicas, sobre todo en la economía, se tiene una administración muy inestable que constantemente se mueve en aguas fangosas. En ese sentido, necesita reforzarse para mantenerse en el poder. Los sectores del mundo militar que intervienen en el Gobierno creen que son más bien pequeños, pero muy corporativos, y por ello requieren que el poder actual se mantenga. En un Gobierno con tan poca estabilidad la tendencia es a centralizar y a reforzar medidas de control.


Ciudadanía bajo sospecha

La institución encargada del control de la información en "pro de la seguridad de la patria” no es más que un elemento en todo un entramado de proyectos de leyes, e incluso leyes, que el Gobierno nacional ha intentado introducir en la vida de los venezolanos, explica Bisbal, quien recuerda que en la mayor parte de los casos ha sido el rechazo franco de la opinión pública lo que ha logrado el retiro de muchos de esos instrumentos, aunque ya hubiesen sido aprobados por la Asamblea Nacional. Una de las más exitosas empresas sería la validación de varias de las premisas que se intentaron conseguir con el voto popular en el referendo del 2 de diciembre de 2006, el cual fue rechazado por un poco más de la mitad de los electores. Recordó que las iniciativas en materia de control de medios se remonta al proyecto de Ley de Delitos Mediáticos, introducido por Luisa Ortega Díaz, fiscal general de la República, además de lo que se conoció como la "Ley Sapo”, fueron rechazadas en su momento, pero ahora que revisa el contenido del decreto 458 encuentra algunos elementos redaccionales, particularmente en los artículos 4, 8 y 9. "Por supuesto, en aquellos regímenes de corte fascista, de planificación central y de carácter comunista, había organismos parecidos a estos, pero recordemos que en estos gobiernos a los ciudadanos se les consideraba como principales sospechosos”. Sin embargo, en materia de comunicacional lo más preocupante para el especialista en Semiótica es el ahogo que sufren los medios en su funcionamiento, ya sea con las trabas a la adquisición del papel o con las trabas en la concesión de divisas para los audiovisuales, los cuales tienen concesiones cada cinco años. La medida es vista por Bisbal como un exabrupto ya que el tiempo de concesión no se ajusta a las exigencias de tecnologías, que cambian cada día. Curiosamente, la situación no se observa en los medios públicos. Hace dos semanas la AN aprobó un crédito adicional para la compra de seis mil toneladas de papel destinados a los periódicos del Gobierno, además de la modernización de equipos para Venezolana de Televisión y los otros canales de televisión oficialistas.


Las políticas comunicacionales en el ámbito gubernamental han sido percibidas como el escenario de la lucha por el poder social, distanciándose del paradigma el cual establece que deben ser el medio para reflejar los hechos sociales. Para líderes transcendentales como el ex Presidente de la República Hugo Chávez Frías, la virtud de saber comunicarse representó el triunfo de sus acciones y la materialización de sus ideas revolucionarias. Al también líder de la Revolución Bolivariana, tanto el buen manejo del discurso y la aplicación de políticas efectivas, le permitió construir y en ocasiones reconstruir la realidad, establecer relaciones de poder con sus seguidores al mismo tiempo que le sirvieron como medio para extender a otras esferas de la sociedad; el poder que se le otorgó al ser electo. La capacidad discursiva fue el vehículo que le ayudó a orientar la evaluación positiva o negativa de sus afectos por encima de la actuación de sus adversarios. También le consintió la autorepresentación positiva y le ayudó a crear manifestaciones de rechazo hacia sus opositores, valiéndose de las estrategias de legitimación y deslegitimación para imponer su pensamiento ideológico materializado en una hegemonía comunicacional. En Venezuela, durante los últimos quince años se le ha otorgado un mayor interés al discurso, el juego político se ha caracterizado por el constante ataque por medio del poder del hable. Ahora el venezolano es más preocupado por lo que dicen sus líderes políticos. Las políticas

comunicacionales promulgadas por Chávez, basadas en un discurso reivindicativo, caracterizado por la evocación de Simón Bolívar para profundizar la polarización política, se crearon con la intención de instaurar una hegemonía comunicacional y ejercer control sobre la sociedad mediante la coartación del flujo de información. La idea de una hegemonía comunicacional fue rechazada por los medios y profesionales de la comunicacionales, especialmente por aquellos que se consideraban opositores al movimiento de Hugo Chávez, pero jamás se ejecutaron acciones significativas para detenerla. Aunque era muy poco lo que podía hacerse, el ex Presidente contaba con el respaldo político para hacerlo, por tal razón, lo que un día comenzó como un pensamiento se convirtió en algo tangible. Respaldado por sus seguidores, compañeros de revolución y la aprobación de un conjunto de leyes Chávez labró el camino, para que su ansiada hegemonía comunicacional años más tarde se hiciera una realidad. Hoy por hoy, después de un año de su muerte, es posible ver a medios y profesionales de la comunicación autocensurados por miedo a ser cerrados y encarcelados, periódicos circulando en un cuerpo por falta de divisas para comprar papel. Una programación de los medios audiovisuales con bajo rating debido a la coartación de la información sumado a la persecución y amenazas a las cableras internacionales por la supuesto desprestigio del Estado venezolano. Podemos afirmar estamos sumergidos en una hegemonía comunicacional, ya no es un capricho es una realidad. Por Freddytza González



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