Bien Común164

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AÑO 14 NÚMERO 164 AGOSTO 2008

FUNDACIÓN RAFAEL PRECIADO HERNÁNDEZ, A. C.


AÑO 14

NÚMERO 164

Presidente

Germán Martínez Cázares

Director General

Carlos Ma. Abascal Carranza

Director General Adjunto

Salvador Abascal Carranza

Director de Estudios Políticos Claudio Jones

Director de Estudios Económicos Francisco Calderón

Director de Formación

Fernando Rodríguez Doval

Director de Relaciones Institucionales Armando Reyes Vigueras

CEDISPAN

Gerardo Ceballos

Director Administrativo

AGOSTO 2008

Director

Armando Reyes Vigueras

Editor

Carlos Castillo

Coordinación editorial Ninett Torres Villarreal

Consejo Editorial

• Rogelio Carbajal • Jorge Chabat • Gonzalo Tassier • José Loyola • Fernando Rodríguez Doval • Carlos Ma. Abascal Carranza

Mesa de redacción

• Claudio Jones • Paulina Lomelí • Lorenzo Gómez Morin • Francisco R. Calderón • Fernando Rodríguez Doval • Salvador Abascal

Dibujos de interiores Gonzalo Tassier

Corrección, diseño y formación Retorno Tassier / Omar Salum

Samuel Carrasco

La Fundación Rafael Preciado Hernández es una institución académica que tiene como principal objetivo la generación de ideas útiles que coadyuven a resolver los problemas de la sociedad mexicana en los ámbitos económico, político y sociocultural.

Elaborar, editar y publicar, directa o indirectamente, boletines, revistas, memorias, apuntes, libros, videos y similares.

La revista Bien Común es el principal órgano que la Fundación Rafael Preciado Hernández utiliza para dar a conocer públicamente los avances de los proyectos de sus investigadores. Al mismo tiempo que refrenda con este medio su compromiso con una cultura plural y democrática, abre espacio a otros analistas interesados en expresar sus puntos de vista sobre tópicos de actualidad para la sociedad mexicana.

Fomentar y financiar actividades de investigación social, política y económica dentro del país.

Los puntos de vista externados por nuestros colaboradores no necesariamente reflejan la posición académica de la Fundación.

Actividades:

Los anuncios que aparecen en esta revista son resultado de convenios de intercambio no lucrativos establecidos con los interesados.

Objetivos:

Apoyar la capacitación social, política y económica de personas interesadas en estos temas.

Organizar, promover, estimular, patrocinar, dirigir y, en general, llevar a cabo directa o indirectamente cursos, seminarios, conferencias, reuniones de estudio, foros, mesas redondas, congresos y toda clase de actividades relacionadas con la política, los asuntos sociales y la economía.

Establecer relaciones y colaborar con otras instituciones similares del país y del extranjero.

Publicación indizada en CLASE.

Bien Común es editada por la Fundación Rafael Preciado Hernández, A. C. El tiraje es de 1000 ejemplares.

Certificado de licitud de título: 9152. Certificado de licitud de contenido: 6405. Reserva: 04-2004-081711193000-102 ISSN 1870-0438 Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier medio sin la autorización del editor, excepto para uso académico, con la cita completa de la fuente. No se devuelven originales.

Impreso en: Editores e Impresores FOC, S. A. de C. V. Los Reyes núm. 26, Col. Jardines de Churubusco, México, D. F. Tel.: 56 33 28 72 Correspondencia:

Revista Bien Común Ángel Urraza 812, colonia Del Valle,

03100, México, D.F. Tel / Fax: 55 59 63 00

areyes@fundacion.pan.org.mx www.fundacionpreciado.org.mx


COLABORADORES

Editorial

5

Numeralia

• Paulina Lomelí. Economista e investigadora de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C.

Paulina Lomelí G.

7

• Salvador Abascal Carranza. Filósofo y escritor. Director general adjunto de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C.

Fundación Rafael Preciado Hernández, 15 años de presencia

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• Jaime Aviña Zepeda. Médico y especialista e investigador en temas de la familia.

La Fundación Rafael Preciado Hernández, ¿hacia un nuevo porvenir posible?

• Luis Eduardo Ibáñez Hernández. Exdirector de la FRPH. M.A. Literatura Hispanoamericana por la Estatal de Nuevo México y M.C. y candidato a doctor en Política Comparada por la Paul Cézanne de Francia.

Luis Eduardo Ibáñez

• Aminadab R. Pérez Franco. Arquitecto y colaborador editorial de La Nación. Asesor en el área política de la Fundación Miguel Estrada Iturbide, autor del Diccionario Biográfico del PAN: ¿Quiénes son el PAN?. • Fernando Rodríguez Doval. Director de Formación de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C. Su blog es: http://notasalpie. blogspot.com • Rafael Preciado Hernández. Abogado. Participó en la fundación de Acción Nacional. Maestro emérito de la UNAM; autor de obras como Ensayos filosóficos, jurídicos y políticos. • Francisco R. Calderón. Director de estudios económicos de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C. • Carlos Salazar Vargas. Licenciado en Administración con énfasis en Marketing Social por la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia), tiene Maestría en estudios políticos (Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Estudios Interdisciplinarios, Bogotá, Colombia), y realizó estudios avanzados de Administración y Políticas Públicas (Departamento de Gobierno, “London School of Economics and Political Science”).

Fotografía de portada: Gerardo Ceballos Guzmán

Fundación Preciado Hernández, actividades, hechos

Centrales

Jaime Aviña Zepeda

15

Sacramento, el arranque de todo

Aminadab Rafael Pérez Franco

21

Fernando Rodríguez Doval

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Salvador Abascal Carranza

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Las fundaciones académicas como necesidad de los partidos políticos modernos El bien común, entre la teoria y la praxis

Reflexión en torno a… ¿Qué es la democracia?

Rafael Preciado Hernández

34

Dossier

El marketing de políticas públicas: nueva propuesta para gobernar con efectividad (segunda parte)

Carlos Salazar Vargas

38

Agendas

¿Cómo responsabilizar a un legislador que miente?

Fernando Dworak

54

Alejandro Toledo

60

• Fernando Dworak. Licenciado en Ciencia Política por el Instituto Tecnológico Autónomo de México y maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull, Reino Unido.

Antonio De la Cuesta Colunga

76

• Antonio de la Cuesta. Investigador del área de estudios políticos de la Fundación Rafael Preciado Hernández.

Fuentes alternas de energía eléctrica

• Alejandro Toledo. Ensayista y periodista. Ha sido becario del Centro Mexicano de Escritores y del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Actualmente es miembro del Sistema Nacional de Creadores. • Ninett Torres Villareal. Coordinadora editorial de la revista Bien Común.

Retratos olímpicos

China y el olimpismo: una curiosa historia

Apuntes

Francisco R. Calderón

82

Reseña

Foro Distribución del ingreso y superación de la pobreza

Ninett Torres

100

Armando Reyes Vigueras

103

¿Por qué amamos el futbol? Un análisis de la patada



C

EDITORIAL

Cumplimos XV años de existencia y el momento es oportuno para reflexionar sobre el camino andado. El número que ahora, amable lector, tiene en sus manos es parte de nuestro esfuerzo por examinar nuestro trayecto para encarar mejor nuestro futuro. Estas páginas, en esta ocasión, ofrecen elementos para esta labor a partir de testimonios e ideas de quienes con su trabajo e ideas dan vida y proyección a esta institución. Así, esta edición ofrece textos para comprender el contexto en el que nace la Fundación, la forma en que se desarrollaban sus trabajos y lo que en la actualidad representa, a la luz de la necesidad de que el Partido Acción Nacional no se extravié en medio del activismo político, sino que cuente con una fuente de pensamiento y formación que le permita mantener siempre frescos sus valores y sus principios doctrinales. En su artículo Fundación Rafael Preciado Hernández, 15 años de presencia, Jaime Aviña subraya la importante función que los institutos de investigación y formación de los partidos realizan, particularmente en el caso del PAN, a través de sus tres fundaciones: Humanismo Político, Miguel Estrada Iturbide y Rafael Preciado Hernández, esta última encargada de aportar reflexión y propuestas apegadas a la tradición humanista de Acción Nacional, “la defensa de la persona frente al Estado, nos dice el autor, es una convicción transformada en acción a través del quehacer político”, mediante la producción responsable de ideas. Producto en buena medida de su experiencia como director de la Fundación Preciado, Luis Eduardo Ibáñez Hernández define en su artículo La Fundación Rafael Preciado: ¿hacia un nuevo porvenir posible?, lo que para él representa la tarea de la Fundación, esto es generar, traducir y difundir la filosofía humanista aplicada a la política mexicana, y sus correspondientes riesgos y oportunidades. El diálogo pluralista sin definiciones filosóficas y la descripción de un Estado perfecto a partir de lo que llama “concilio reducido de humanistas” constituyen las amenazas más serias para llevar a cabo el cometido de ensayar contenidos humanistas en la elaboración de las políticas públicas. En el contexto de una democracia, llegar al poder requiere de un partido altamente competitivo, con capacidad para elaborar las mejores plataformas, programas de gobierno e iniciativas de ley, nos dice Aminadab Rafael Pérez Franco, durante nueve años participante activo en la Fundación Preciado, de ahí la importancia de su labor, cuyos orígenes se remontan, tal como lo explica el autor en su artículo Sacramento, el arranque de todo, a distintas iniciativas por difundir y aplicar el pensamiento


humanista pero cuyos esfuerzos se concretan en la etapa de transición a la democracia, con Carlos Castillo Peraza al frente del Instituto de Estudios y Capacitación Política. En Las fundaciones académicas como necesidad de los partidos políticos modernos, Fernando Rodríguez Doval, Director de Formación de la Fundación Rafael Preciado, realiza un recuento de los beneficios que ha aporta a los partidos políticos la existencia de centros de pensamiento y capacitación especializados, lo que tiene su mayor justificación, para el autor, en el hecho de que los partidos políticos también son expresión de una cultura, y “toda batalla política es antes que nada una batalla cultural”. Finalmente, Salvador Abascal Carranza, actual director general adjunto de la Fundación, nos ofrece una reflexión de lo que es el Bien Común, término insignia de nuestra institución y de estas páginas. En su colaboración, Abascal recuerda las aportaciones de Efraín González Luna y Jacques Maritain para la incorporación y definición del término en la doctrina de Acción Nacional y su posterior aplicación en la Fundación Rafael Preciado para bautizar nuestra revista. La Fundación Rafael Preciado Hernández ha tenido un papel relevante en la vida de Acción Nacional a lo largo de estos últimos 15 años, mediante la publicación de libros, la edición de revistas, la celebración de foros, la elaboración de análisis sobre asuntos coyunturales, los intercambios con instituciones similares en todo el mundo, nuestro portal de internet y la formación de ciudadanos en el humanismo trascendente. Sin embargo, los mejores tiempos para la Fundación están por venir, en la medida en la que cada panista se apropie de ella como fuente del pensamiento para la acción política, en el marco de la doctrina, los principios y los valores que inspiran el quehacer de Acción Nacional. La acción política, despojada de una doctrina sólida, fundada en la dignidad de la persona humana y de los principios y valores consecuentes, nos es más que pragmatismo, en el que el verdadero sujeto de la política, que es el ciudadano se convierte en sólo un votante despojado de sus derechos políticos y, con frecuencia, hasta de sus derechos humanos, al servicio de la ambición del político pragmático. Por ello, la Fundación Rafael Preciado Hernández aprovecha su decimoquinto aniversario para reiterar su compromiso inspirado en el humanismo trascendente, de ser la exigente conciencia de Acción Nacional y de todos los ciudadanos que se suman a su causa, la causa del bien común.

Carlos María Abascal Carranza Director general de la FRPH


La Fundación Rafael Preciado Hernández, sus actividades, sus hechos Paulina Lomelí

La Fundación Rafael Preciado Hernández fue creada el 26 de agosto de 1993 por Carlos Castillo Peraza. Entre sus miembros fundadores destacan Abel Vicencio Tovar, Luis H. Álvarez, Felipe Calderón, Juan Manuel Gómez-Morin, José Ángel Conchello y Juan Landerreche Obregón. En lo que va de su historia, la Fundación ha estado presidida por Juan Estrada Gutiérrez (1993-1996), Salvador Abascal Carranza (1996-2002), Germán Martínez Cázares (2002-2003), Rogelio Carbajal Tejada (20032006), Luis Eduardo Ibáñez Hernández (20062007) y actualmente por Carlos María Abascal Carranza (2007- ). Asimismo, de 1993 a la fecha han dirigido al PAN el precursor de la Fundación, Carlos Castillo Peraza (1993-1996), a continuación el

actual Presidente de México Felipe Calderón Hinojosa (1996-2001), Luis Felipe Bravo Mena (2001-2005), Manuel Espino Barrientos (20052007) y Germán Martínez Cázares (2007- ). En enero de 2007 se fusionaron diversas secretarías para integrar la secretaría de Doctrina, Estudios y Formación, entre cuyas actividades destacan los cursos de liderazgo humanista, liderazgo juvenil, de introducción al gobierno municipal, de introducción a la función legislativa y el curso de seguimiento a la función pública, entre tantos otros, y que cuenta con el respaldo del trabajo de Becas Linceo que desde 2003 a la fecha ha beneficiado a más de 70 jóvenes de diferentes partes del país. Su finalidad es formar a los líderes del futuro y así generar capacidades de gobierno y de dirección de excelencia.


La Fundación ha estado constituida fundamentalmente por tres áreas de investigación: estudios políticos, estudios económicos y estudios sociales y jurídicos, cuyos temas de investigación se resumen en la siguiente tabla: Estudios políticos

Estudios económicos

Estudios sociales y jurídicos

Alianzas político-electorales

Acuerdos comerciales entre México y la UE

Reformas constitucionales

América Latina Aprobación presidencial Campesinado Capital humano Coaliciones parlamentarias Competencia electoral Conflictos estudiantiles Conflictos sociales Democracia Derechos de minorías y grupos vulnerables Discriminación Economía política del trabajo Educación Elecciones estatales Elecciones indirectas Equidad de género Ética Familia Federalismo Frontera sur de México Fundación del PAN Gestión municipal Historia del PAN Identificación partidista Justicia Libertad republicana y humanismo cívico

Agua Ahorro y crédito popular Análisis de los informes de gobierno Balanza de pagos Campo Capital humano Clusters industriales Comercio desleal Comercio exterior

Análisis de iniciativas de ley Cifras de criminalidad Corrupción Corte penal internacional Cultura jurídica penal Derechos de niños y niñas Derechos humanos Detención arbitraria Educación

Competitividad

Equidad de género

México y la ONU

Migración Movimiento obrero Organización interna del PAN Participación ciudadana Partidos emergentes Plan Puebla-Panamá Presidencialismo Programas para personas de la tercera edad Pueblos indígenas Reelección legislativa Reforma política en el DF Religión y poder Rendición de cuentas Salud Seguridad social Sindicatos Sistema de representación proporcional Sistemas de partidos

Crisis argentina Crisis económicas de México Desarrollo económico Desarrollo regional Desarrollo sustentable Deuda pública Distribución del ingreso Economía informal Economía social de mercado Educación Energéticos Federalismo fiscal Finanzas públicas y reforma fiscal Fomento empresarial Fobaproa Globalización y proteccionismo. Lecciones económicas de Irlanda, China e India Maíz Mercado de trabajo Mercado de valores Microcréditos Migración y remesas Monografías estatales Pensamiento de la social democracia

Estado de Derecho Explotación sexual comercial infantil Familia Justicia cívica Laicidad y laicismo Policía Legislación tutelar Ministerios públicos Niños en reclusión Seguridad ciudadana Seguridad fronteriza Seguridad pública Sistema penal Sociedades de convivencia Tratados internacionales Violencia intrafamiliar Derecho a la vida

Política monetaria e inflación

Política social Populismo Producción agroalimentaria Reforma a Pemex Reforma eléctrica Reforma fiscal Regulación de la banca Sector minero Sistema de pensiones Sistema de salud y competitividad


Estudios políticos

Estudios económicos

Estudios sociales y jurídicos

Transición política

Superación de la pobreza

Transparencia Vivienda Volatilidad electoral Voto diferenciado Voto en el exterior Voto ideológico

Tecnología de la información Telecomunicaciones TLCAN Trabajo infantil Transporte Tratados de libre comercio Turismo

Por otro lado, la Fundación Rafael Preciado edita y publica diversos materiales de análisis y reflexión tales como la revista Bien Común, de publicación mensual y de carácter semanal el Boletín Económico y los Papeles para la Reflexión. Entre los libros publicados destaca En defensa de la libertad de Václav Havel; Como un gran movimiento, de Rodrigo Guerra López; Ideas fuerza, de Rafael Preciado Hernández; Apuesta por el mañana e Ideas fuerza, de Carlos Castillo Peraza; ¿Democratización vía federalismo?, de Alonso Lujambio; Para que vivamos mejor: discursos de campaña de Felipe Calderón; Once temas: una síntesis sobre México; XI temas: una síntesis sobre México; Volverás, de Carlos Castillo Peraza; Quiénes son el PAN, de Aminadab Rafael Pérez Franco; No sólo del PAN, de Jorge del Rincón Bernal; Experiencias, vivencias y anécdotas de mi vida política, de Luis J. Prieto; Energía para México. Cuadernos de trabajo, de Francisco R. Calderón y La lucha cívica por la democracia, de Alejandro Landero Gutiérrez. En cuanto a su relación con el CEN del PAN, a la Fundación se le han asignado diversos cometidos, entre los que sobresalen los compendios de los Principios de doctrina del PAN de 1939,1965 y 2002; el Programa de Acción Política de 2004 y las plataformas presidenciales y legislativas desde el año 2000. Probablemente una de las actividades que mayor presencia pública ha involucrado es la organización de foros, espacios libres que tienen como finalidad la expresión y libre in-

tercambio de ideas y de propuestas sobre temas clave para el país. Entre otros, destacan los foros “Distribución del ingreso y superación de la pobreza”; “TLCAN y la desgravación del maíz”; “Los medios de información y su contexto político”; “Integraciones Diversas. Experiencia de intercambio cultural, político y económico entre América Latina con Europa y Norteamérica”; “Coaliciones multipartidistas: condición para un gobierno efectivo”; “Representación y finanzas: retos del sistema electoral de México”; “La fuerza de las ideas y el futuro de América latina”; “Los pueblos indígenas en América Latina: una visión humanista”; “Estrategias para el desarrollo local”; “Democracia, desarrollo y capital social”; “México exporta: perspectivas del comercio exterior”; “Juicios orales: una reforma necesaria”; “Federalismo fiscal”; “La empresa, desarrollo económico y justicia social”; “América Latina y México: saldo y oportunidades del gobierno dividido”; “IMSS: su deuda contingente”; “México-Estados Unidos: entre la amistad, el azar y el cálculo” y “Globalización o proteccionismo”. Finalmente una tarea imprescindible para resguardar no sólo la memoria sino la continuidad y renovación de las ideas es la que realiza el Centro de Estudios, Documentación e Información sobre el Partido Acción Nacional (Cedispan), inaugurado el 21 de febrero de 1990, y cuyo acervo bibliográfico consta de 1,600 títulos de y sobre el Partido Acción Nacional y con más de mil títulos sobre temas generales y de revistas como Vuelta, La Nación, Proceso y Bien Común.


Fundación

Rafael Preciado Hernández 15 años de presencia Jaime Aviña Zepeda

Los partidos políticos por definición tienen como campo de acción la sociedad en que se insertan, influyendo en la dirección del gobierno en función de sus propias plataformas políticas, proyectos nacionales y, en muchos casos, internacionales, como puede ser la Internacional Socialista –como lo fue la comunista en su momento– o la Internacional Demócrata de Centro (IDC). De acuerdo con Maurice Duverger la formación de grupos locales y de intereses particulares es anterior, en los partidos, a la presencia de ideología o doctrina, y pone como ejemplo a los diputados franceses convocados a los estados generales durante el periodo revolucionario de 1878-79, en que los diputados bretones alquilaron una sala de café para preparar la de10

Duverger Maurice, Los partidos políticos, FCE, 1957, pág. 16.

fensa de sus intereses pero después se suman a otros grupos que trascienden la problemática local, y de esta manera el “club Bretón” toma el sesgo de grupo ideológico. Otros ejemplos que menciona son la formación del club de los girondinos en Francia y la del Constituyente francés de 1948, así como el parlamento de Francfort, la dieta de Polonia y por supuesto la tradición Inglesa de torhys y wigs. Sin embargo, no podemos dejar de señalar que desde los antiguos griegos, la organización de dirigentes civiles y grupos de guerreros –generalmente unidos para una empresa común–, hasta hechos tan recientes como la integración en 1978 de los sindicatos libres polacos agrupados en Solidaridad –dirigidos por

Homero, La Ilíada, canto II, Editorial Cumbre, 1979.


Jaime Aviña Zepeda

Lech Walesa para convertirse en el partido político del cambio–, detonó la ruptura de la cortina de hierro y la liberación de Europa del Este del yugo comunista; además representó el mismo hilo conductor: la agrupación de personas en torno a intereses comunes, su extensión hacia el entorno social y la búsqueda del bien común a partir de la presión ejercida ante las autoridades para cambiar el contexto y las condiciones de servidumbre y libertad de los ciudadanos organizados finalmente en partidos. Es importante diferenciar, sin embargo, a los partidos originados en las clases populares, que son de reciente cuño, de los tradicionales elitistas y aristocráticos que inicialmente establecieron el paradigma de organización política partidista. Para Gaetano Mosca, la existencia de una clase dirigente constituida por minorías organizadas es lo que determina el predominio de un grupo determinado y su permanencia en el poder a través de la fuerza religiosa, militar, económica o cultural, encabezada por la figura institucional: el Rey, el Presidente, el Primer Ministro, etcétera, pero también en muchas ocasiones por el poder tras el trono que suele finalmente aparecer y que puede ser compartido por dos o más personas de acuerdo entre sí para ejercer el poder y aplicar su ideología. El propio Gaetano Mosca se extiende ampliamente en la descripción de “la clase política”, analizando los componentes y acciones de la misma en función de los factores que motivan su actuación, ya sea el descontento de la mayoría, el anhelo de conseguir mayor calidad de vida y bienestar; en síntesis, eso que en la doctrina social de la Iglesia se define como bien común y que Juan XXIII en la encíclica Pacem in Terris, exhorta a la tarea inmensa de “estable

Walesa Lech, Un camino de esperanza, Editorial Diana, 1989, pág. 19.

Mosca, Gaetano, La clase política, FCE, 2002, págs. 106-115.

Gaetano Mosca, Op. Cit.

Compendio de la doctrina social de la Iglesia, Librería Editrice Vaticana, págs. 53-92.

cer un nuevo sistema de relaciones en la sociedad humana, bajo el magisterio y la égida de la verdad, la justicia la caridad y la libertad”. Por esto, la labor de los partidos políticos –si se asume con responsabilidad– implica la constante búsqueda del bien común en el entorno donde se desarrollen, pero con responsabilidad universal, pues el mundo de hoy, globalizado, no puede ser ajeno a lo que ocurre en cualquier espacio del mismo, desde la Antártica hasta el Himalaya, sin dejar fuera ningún lugar habitado o deshabitado, pues tanto desde la perspectiva social como la ecológica, las consecuencias del abandono de las responsabilidades afecta por igual a todos. En México, los principales partidos políticos han tomado parte en agrupaciones internacionales: el Partido Revolucionario Institucional y el Partido de la Revolución Democrática se asumen como partidos miembros de la Internacional Socialista, el Partido Acción Nacional como miembro de la Internacional Demócrata Cristiana (hoy Demócrata de Centro o IDC). El resto de los partidos en México asumen posiciones de acuerdo a preferencias ecologistas como el Partido Verde, por grupos laborales o sindicales como pretende el Partido del Trabajo, o como opciones para grupos minoritarios como Alianza o Convergencia, sin olvidar los radicales comunistas que todavía persisten a pesar del fracaso mundial de la visión comunista. La existencia de fundaciones que aportan ideas a la doctrina de cada partido es hoy obligación en México, y a semejanza de lo que ocurrió en la Alemania de la postguerra, en la que los socialdemócratas se organizaron en la Fundación Frederich Ebert y los democratacristianos en la Fundación Konrad Adenauer, en México el PRI tiene su Fundación Colosio, y el PAN tiene tres fundaciones con distintos objetivos y funciones, pero que en su conjunto contribuyen a clarificar y actualizar los aspectos fundamentales de la doctrina del partido, de tal manera que sin perder la esencia de sus postu-

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Jaime Aviña Zepeda

lados y valores, estos se puedan adecuar a los tiempos que vivimos y a los cambios políticos, sociales, tecnológicos y científicos. Estas fundaciones son: la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C., creada el 26 de agosto de 1993. Debe su nombre al connotado jurista, ex director del Seminario de Filosofía del Derecho en la UNAM, quien durante el movimiento de 1968 fue uno de los defensores de los estudiantes y la autonomía, desde la tribuna de la Cámara de diputados en la XLVII Legislatura. La Fundación Preciado es una institución dedicada al análisis, investigación, formación y elaboración de propuestas para influir en la agenda pública desde la perspectiva del humanismo político. La Fundación Miguel Estrada Iturbide, AC, es una institución conformada por una base sólida de profesionistas, cuya principal actividad es la de apoyar, colaborar y asesorar legislativamente al Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, logrando esto mediante una eficaz y adecuada preparación de todos sus integrantes. Fue constituida en 1994 con el propósito de contar con un cuerpo de profesionales que proporcionaran el servicio de asesoría vinculado con la labor parlamentaria de los legisladores del partido. La Fundación Humanismo Político, AC es una asociación civil creada por los miembros del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en el Senado de la República de la LVI Legislatura del Congreso de la Unión. Su misión es proporcionar a los integrantes del Grupo Parlamentario del PAN en el Senado un soporte estable y permanente de investigación y conocimientos, que permita elevar su condición legislativa así como atender de manera pertinente los problemas fundamentales de la nación. 12

Fundación Rafael Preciado. www.frph.org.mx.


Jaime Aviña Zepeda

Como podemos ver el PAN ofrece una variedad de opciones para la participación en diversos foros con posibilidades de aprovechar los conocimientos técnicos y sociales para aplicarlos en el campo político, pero es la Fundación Rafael Preciado la que lleva la responsabilidad de aportar propuestas viables y modernas, sin apartarse de la doctrina original y tratando de adecuarse a los acelerados tiempos de cambio actuales, sin renunciar a las raíces y por el contrario proyectar la doctrina hacia la sociedad contemporánea. A lo largo de estos 15 años, en la fundación se han recopilado y estudiado una gran cantidad de temas, propuestas, análisis y plataformas políticas encaminadas a revisar a la luz del humanismo político como doctrina fundamental del PAN, no solamente nuestras propuestas, sino las de otros grupos políticos, de otros partidos nacionales y extranjeros, siempre buscando lo mejor para México desde una perspectiva de bien común. Si revisamos los documentos elaborados por personas activas en la política o en los medios intelectuales, podemos encontrar desde las propuestas basadas en el sentido común, muchas otras en la Doctrina Social de la Iglesia y muchas más en la técnica jurídica o de otro tipo, que finalmente redundan el objeto central de la doctrina del PAN, la persona humana y el bien común. La perspectiva socialista, que tiene posiciones opuestas al humanismo político de Acción Nacional, nos confronta como adversarios en el campo de las ideas, pero no debe convertirnos en enemigos, pues en el campo de la praxis social nuestras propuestas muestran mejores resultados que las de nuestros adversarios en la mayoría de los casos, pero no excluye ni deja de reconocer los aciertos de los demás. Desde la Fundación Rafael Preciado, la defensa de la persona frente al Estado es una convicción transformada en acción a través del quehacer político, frente a la vertiente socialis-

ta, sostenemos que el Estado debe ponerse al servicio de la persona y no la persona al servicio del Estado. Consideramos que el bien común está por encima del bien particular, y que en el sentido ontológico el bien común como tal es bueno para todos sin excepción, pues al ser para todos no deja de favorecer a nadie en la sociedad donde se busca como fin de la acción política. Para la defensa de la vida desde su concepción hasta la muerte natural, ponemos como eje, el valor de la persona humana, única, irrepetible y dotada naturalmente de características que la hacen diferente a cualquier otra. Por lo que respecta a la economía, defendemos la libertad de emprender y consideramos que el Estado debe ser facilitador de la actividad productiva de la persona, sin otro límite que el respeto a la naturaleza y la afectación a terceros a través de monopolios u otras formas de privilegiar a algunos en perjuicio de otros. Defendemos la identidad nacional, sin dejar de reconocer la mundialización que hoy prevalece, y que nos permite compartir nuestras tradiciones y cultura con las tradiciones y cultura del resto de las naciones del mundo. En el campo de la educación, proclamamos la libertad y el derecho primario e irrenunciable de los padres de familia a la misma, en un Estado laico en que debemos distinguir, como lo ha señalado Carlos Castillo Peraza, la diferencia entre laicismo y laicidad. Es necesario distinguir el laicismo, como privatización de lo religioso y exclusión de la vida pública, de la laicidad, que supone la necesaria separación entre la Iglesia y el Estado asumiendo lo religioso como parte de la esfera social. Esto a favor de la libertad religiosa, que bajo un pretendido Estado laico suele transformarse en la práctica en modelo de comportamiento antirreligioso por parte de los responsables de la política educativa.

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Jaime Aviña Zepeda

El principio de laicidad conlleva el respeto de cualquier confesión religiosa por parte del Estado, “que asegura el libre ejercicio de las actividades del culto, espirituales, culturales y caritativas de las comunidades creyentes. En una sociedad pluralista, la laicidad es un lugar de comunicación entre las diversas tradiciones espirituales y la nación”, tal como fue señalado por Juan Pablo II en el discurso al cuerpo diplomático el 12 de enero de 2004. Estas muestras de temas de importancia nacional son parte del diario quehacer en la Fundación Rafael Preciado Hernández, en la que su actual director, Carlos María Abascal Carranza, se destaca como intelectual y político con opiniones firmes, pero dispuesto al in-

tercambio ordenado de ideas en la búsqueda de acuerdos en los que la verdad prevalezca. El gobierno de México como todos los del mundo, no es perfecto, la dinámica misma del desarrollo hace que lo que parecía muy bueno ayer, hoy muestre sus defectos y errores, por eso es muy importante que desde la experiencia de gobierno se estudien las posibles mejoras a las leyes y reglamentos que nos afectan a todos los mexicanos; y qué mejor que los partidos políticos para estudiar, analizar y proponer los cambios necesarios, dando a los ciudadanos opciones válidas de elección racional, para la solución de los problemas que los afectan, a través de la participación en una plataforma o en un partido, ya que la mayor ventaja de la democracia como forma de gobierno esta en compartir la responsabilidad con los ciudadanos, en forma de democracia participativa. Exponer con claridad nuestras propuestas, hacerlas llegar al gran público, debatirlas y enriquecerlas a través del intercambio, es obligación de los partidos y es apoyo a la misma, las fundaciones de Acción Nacional, y en especial la fundación Rafael Preciado, se abren a la crítica constructiva, al intercambio y a la experimentación, de manera que los ciudadanos de cualquier partido encuentren opciones para cuestionar nuestras ideas y las propias, a la luz de los razonamientos y análisis que a través de las publicaciones, el portal Web y la disposición de los investigadores y colaboradores para transmitir nuestros valores, sin dejar de reconocer los ajenos, pero dejando claro nuestra elección preferencial por la persona humana y su dignidad, a cuyo servicio debe estar el Estado, su gobierno y las instituciones emanadas de los poderes legítimamente constituidos.

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En la elección de instrumentos políticos, la adhesión a un Partido y a las demás expresiones de participación política. Es necesario efectuar una opción coherente con los valores universales, teniendo en cuenta las circunstancias reales. En cualquier caso toda elección debe tener su raíz en el espíritu de servicio y la búsqueda del bien común.


La Fundación Rafael Preciado: ¿hacia un nuevo porvenir posible? Luis Eduardo Ibáñez Hernández

A quince años del restablecimiento del órgano generador de pensamiento político humanista en México, exponemos algunas ideas acerca de su lugar en el escenario académico-político y de su proyección en el mediano plazo, a través de la referencia a su herencia filosófica y a las dificultades científicas y académicas que, para su despliegue, observamos en el momento político actual, es decir la segunda presidencia del poder ejecutivo federal a cargo del Partido Acción Nacional. Inicialmente trataré de resumir el legado recibido por la Fundación Preciado, su tarea de diálogo académico-político inmediata y, finalmente, lo que considero debe ser su meta a mediano plazo, es decir, el legado a entregar a la generación siguiente. ¿Qué legado recibimos? Primero que todo hay que decir que la Fundación Preciado recibió y conserva la en-

comienda de generar, traducir y difundir la filosofía humanista aplicada a la política mexicana. Existen otros organismos e instituciones, como por ejemplo el IMDOSOC o algunas universidades de inspiración cristiana con propósitos cercanos, pero su diferencia específica radica en el objetivo estrictamente político de sus tareas y objetivos, a diferencia de los fines culturales o meramente académicos de los organismos mencionados. Por política mexicana me refiero, con Efraín González Morfín, a la gestión del bien común en México en y desde sus diversos ámbitos económicos, sociales, culturales, familiares, empresariales, etcétera. Dicho de otro modo, se enfila a cumplir con la definición amplia de la política que aspira a integrar otros saberes como ciencia arquitectónica bajo principios filosóficos humanistas. No se dedica únicamente a

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Luis Eduardo Ibáñez Hernández

reflexionar sobre el arte de la clase política ni se reduce a los avatares que experimentan los tres órdenes y niveles del gobierno. Así, su objeto es ambicioso y a la vez limitado. Por humanismo político (ya sea: humanismo trascendente, integral o cristiano) nos referimos a la filosofía política clásica que heredamos de Aristóteles y Santo Tomás y que fue enriquecida más tarde por la neo-escolástica de la escuela de Salamanca, y en los siglos recientes por la enseñanza social cristiana y también por un sinnúmero de pensadores no cristianos, modernos y contemporáneos, que han derivado conceptos compatibles y enriquecedores de la base del corpus que hoy (en los documentos del CEN de 2005-2007) definimos como personalismo comunitario.

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A continuación buscaré desarrollar algunos elementos que apoyan el objetivo de mi reflexión. Primeramente, el personalismo permite el despliegue permanente de la persona humana, es algo así como un big bang constante de las potencialidades de cada ser humano, siempre distintas, únicas e irrepetibles. No obs-

tante, esa explosión de individualidades nunca acabadas se solidarizan entre sí para expresar formas colectivas de convivencia: leyes, cuerpos intermedios, movimientos e instituciones, todas ellas bienes comunes que en imitación a la persona se expanden sin cesar, acompasados y en círculos concéntricos desde la familia hasta la cima del Estado. Así, paradójicamente, la persona que es insustituible per se, encuentra sus máximas realizaciones en la comunidad. Por ello, de modo en apariencia contradictorio, la identidad inefable de cada ser humano se acuña, siempre distinta, en moldes comunitarios y requiere de lo colectivo para ser ella misma y, especialmente, para ser cada vez mejor. Esta expansión da lugar a diversas manifestaciones religiosas y culturales, a la vez íntimas y compartidas. Integra la diferencia, armoniza, no segrega opciones ni crea ciudades perfectas. Tampoco construye desde arriba solamente sino que se va haciendo y reconoce las hechuras que se forjan desde abajo, justamente desde las expresiones culturales personales y comunitarias que forman en conjunto al Estado.


Luis Eduardo Ibáñez Hernández

Un diálogo interrumpido Conservar y acrecentar este legado filosófico vía la ciencia política y, a través de la política arte, no es poco. Afortunadamente existen algunas universidades que han asumido la tarea de reflexionar el mundo de hoy a partir de la filosofía clásica aristotélico-tomista (y sus seguidores hoy en día). Podemos citar por ejemplo la Iberoamericana, la Panamericana, la Anáhuac, La Salle, así como sus redes nacionales y otras tantas surgidas en el interior del país, en especial a partir de 1992 en que se reforma la Constitución en lo concerniente a las relaciones Iglesia-Estado.

teorías marxistas y materialistas en sus programas de estudio. Como contraparte, entre las pocas universidades privadas, algunas de ellas asumieron el título de tecnológicos, donde las humanidades quedaron marginadas o reducidas, en otras más como en las “escuelas libres”, se pospusieron apoyos para el área de ciencias políticas y se enfocaron a desarrollar carreras administrativas.

No obstante, en la práctica por razones históricas estructurales, a mediados del siglo pasado sólo unas cuantas se enfocaron a integrar este acervo filosófico con la ciencia y la práctica política en sentido amplio. Ya desde que Rafael Preciado Hernández y otros pensadores humanistas cristianos ejercían la cátedra, el contexto político de México dificultaba la vinculación de la vida política con la reflexión filosófica y específicamente con la filosofía humanista cristiana. El régimen de simulación posrevolucionario impedía ligar ambas esferas y con ello generaba espacios vacíos, confusiones y corrupciones en toda la cultura política (por ejemplo, la práctica del régimen democrático).

punto de partida era la economía, ya fuera a partir de las empresas particulares o de las finanzas públicas. La economía y no la política era la divisa que valoraba el conocimiento, así como el canal de comunicación con otras artes y ciencias.

De este modo, hacia los años cuarenta las universidades públicas se dedicaron a promover una filosofía política legitimadora del régimen antidemocrático y albergaron, primero marginalmente y más tarde de manera masiva,

Así, la construcción de México desde las universidades y los tecnológicos privados ofrecía un punto de vista liberal, a tono con el marco ideológico de la guerra fría. En estas instituciones, el

Sólo hasta hace unas décadas, las universidades y los tecnológicos privados reasumieron el área de ciencias políticas como proyecto importante, aunque con un enfoque complementario del resto de la currícula, no como eje ordenador del estudio sobre el Estado mexicano. Algunas incluso aún no lo hacen, como La Salle o la Panamericana, y otras como la Anáhuac, el IPADE o el sistema ITESM, apenas empiezan a dar frutos de recientes implementaciones curriculares, pero están lejos aún de marcar pautas como lo hacen para las materias de gestión empresarial. También, con el paso del tiempo, ciertas universidades públicas del interior del país, emprendieron programas de administra-

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Luis Eduardo Ibáñez Hernández

ción pública alejándose de la teoría marxista, pero la mayoría de ellas se siguen enfocando a enseñar el estado actual de cosas sin ofrecer marcos críticos o alternativos para la mejora posible del campo burocrático. Así, la Fundación Preciado se encuentra con pocos interlocutores provistos de una visión del humanismo político propiamente dicho, aunque afortunadamente alterna con una riqueza de instituciones y de posiciones científicas diversas, la mayoría de ellas con la ventaja de estar abiertas a las novedades científicas ocurridas en Europa y Norteamérica. ¿Qué hacer? No obstante lo anterior, algunos programas de filosofía en la Iberoamericana y la Panamericana han servido de base para muchos políticos humanistas que recientemente han arribado a los tres órdenes de gobierno, con ello la matriz humanista

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se encuentra latente en programas y proyectos públicos, a la espera de ulteriores desarrollos. Igualmente, los tecnológicos aportaron visiones liberales en los ámbitos de la ciencia política y de las finanzas públicas. Al ITAM le debemos políticos humanistas de formación liberal anglosajona que contribuyeron a la modernización democrática. Desde ahí se pudieran dar pasos adelante para experimentos novedosos. Del ITAM y del ITESM han surgido un buen número de humanistas que ha intentado, con diversos resultados, avanzar en la modernización de la vida pública desde el gobierno. Pero en los dos casos citados ha faltado un diálogo institucional y sistemático entre la filosofía humanista, la ciencia política y las políticas públicas. Nada impide realizarlo.

Así, salvo en unas cuantas universidades (como la de Vasco de Quiroga en Morelia), los políticos que se definen a sí mismos como humanistas deben completar una formación integral en diversas instituciones del país y del extranjero, principalmente en España por razones histórico-culturales. De Italia, Francia, Inglaterra, Portugal y Alemania, a pesar de compartir con México algunas herencias y también recientes experiencias culturales, hemos recibido poco porque poco las hemos consultado. De Norteamérica contamos con algunos intercambios, incluso al grado de importar modelos (el primero de ellos que los Estados Unidos era el modelo a seguir). Las actuales becas dirigidas a ciertas plazas y programas nos hacen albergar esperanzas de nuevas rutas en la construcción del bien común nacional. En este diálogo de formación de nuevas generaciones de políticos, otras fuerzas se nos

han adelantado por décadas. Las razones son muchas y no hace falta enumerarlas. Lo importante es que los programas de becas disponibles y las iniciativas personales van en aumento, de modo que podemos esperar fructíferas innovaciones a mediano plazo si continuamos en esa dirección. De este modo, una tarea de la Fundación Preciado es dialogar con las universidades y tecnológicos a fin de generar programas de estudios que combinen filosofía, ciencia y práctica política. Intentar una universidad propia para tal efecto, se llevaría mucho tiempo y recursos y, lo peor, perdería esfuerzos y avances notables de una cantidad de personas e instituciones ya


Luis Eduardo Ibáñez Hernández

La Fundación Preciado tiene una labor modesta en su diseño aunque ingente en sus alcances: plantear la ética y las líneas del debate que acerque la política al resto de las ciencias en la construcción de un Estado solidario, de una democracia integral

establecidas, deseosas de dialogar con la clase política a sí misma calificada de humanista. La Fundación Preciado, en tanto ese diálogo se expanda y dé frutos a mediano plazo, deberá subsidiariamente ofrecer a los políticos humanistas seminarios que orienten su propia formación, en un proceso que de suyo es complejo, personal e inacabado. ¿Victoria cultural? Por varios años hemos disfrutado de la fórmula que Carlos Castillo Peraza ofrecía en la alborada de la democratización política. Era y es cierto que los humanistas tuvieron razón al promover y procurar la democracia como forma de elección de autoridades y de resolución de controversias. Pero, no obstante que el proceso cultural llegó a la cima del Estado, es decir a las principales agencias gubernamentales, poderes legislativos y judiciales, la ola no penetró de igual forma en todos ellos, especialmente en el último, donde la democratización y la transparencia han ido más lentamente que en el ejecutivo y el legislativo. Pero, adicional a la clase política, la democratización está ausente de un sinnúmero de peldaños, regiones y espacios de la pirámide social mexicana.

La mayoría de los mexicanos sabemos votar y aquilatamos el valor del sufragio, pero una muy grande minoría aún percibe pocas ventajas del proceso. Desde mi ángulo crítico (el de la democracia integral), la democracia política, liberal o procedimental es realmente un logro inicial en el largo e inacabado trayecto de la construcción del bien común. La democracia social, cultural y económica deben acompañar a la política y tanto aquéllas como ésta se construyen en generaciones, a base de grandes relatos comunitarios, a partir de movimientos sociales que asumen un futuro cercano más próspero, el cual les permite tolerar condiciones actuales modestas o de plano ingratas. Una democracia sin contenidos, sin sustancia, apela sólo a quienes ya han logrado ciertos bienes y a quienes tienen acceso a las decisiones políticas, pero incluso a ellos les aburre y les hace añorar formas paternalistas de gobierno. Por ello la victoria cultural se encuentra en su fase inicial. La democracia política fue porvenir posible pero ya no es suficiente. Hoy es necesario, con Carlos, dibujar otro porvenir posible que trascienda los ámbitos de la política partidista electoral. Y con Manuel Gómez Morin,

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Luis Eduardo Ibáñez Hernández

La victoria cultural se encuentra en su fase inicial. La democracia política fue porvenir posible pero ya no es suficiente. Hoy es necesario, con Carlos, dibujar otro porvenir posible que trascienda los ámbitos de la política partidista electoral forjar las nuevas instituciones humanistas que sustituyan, sin derrumbar todo el edificio, las actuales estructuras de la casa nacional para hacerlas más solidarias y justas. Ética humanista y nuevo porvenir posible Por tal razón, la Fundación Preciado tiene una labor modesta en su diseño aunque ingente en sus alcances: plantear la ética y las líneas del debate que acerque la política al resto de las ciencias en la construcción de un Estado solidario, de una democracia integral. Ante tal reto, observo dos espejismos y una visión. Preveo una tarea hercúlea, un esfuerzo magnánimo, quizás tan amplio como el que reclamó la construcción de la democracia política.

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El primer espejismo es el del diálogo pluralista sin definiciones filosóficas: sentarse a platicar con todos sin una definición clara del humanismo en el plano de las ciencias. Eso significaría caminar en innumerables círculos concéntricos porque no contaríamos con una carta de navegación, una meta ni una ética para dibujar nuestros anhelos. A esta vía la clasifico como la senda ultra-liberal. Otro espejismo es el definir un Estado perfecto a partir de un concilio reducido de humanistas. Ello nos arrojaría a una lógica centrípeta en apariencia autosuficiente, pero muy limitada, casi integrista en la práctica. Este camino sería el ultra-conservador. ¿Habrá una ruta moderada?

Frente a ambos espejismos, hace falta partir de los principios humanistas y avanzar criterios y lineamientos aplicables a las ciencias, es decir, descender de la filosofía y ensayar paradigmas científicos existentes. Y, una vez con ellos, atrevernos a practicar indicadores de evaluación de programas (públicos y de la sociedad organizada) así como de su ejercicio presupuestal. Pongo un solo ejemplo: la familia. Si estamos de acuerdo en la funcionalidad del principio y del paradigma que nos ofrece la familia como primera comunidad socio-política de mayor relevancia en México, deberíamos preguntarnos si la cobertura social de las políticas respectivas, apoyan a la familia, o se dirigen a individuos (que nunca se encuentran) aislados en la vida cotidiana. Podríamos revisar los presupuestos en cada uno de los tres poderes y órdenes gubernamentales para identificar si tienen como objetivo y como marco evaluador a la familia o a grandes corporaciones formadas por millones de asociados. Valdría la pena facultar legalmente a las contralorías de los programas gubernamentales, por citar algunos a aquellos focalizados en la transferencia de recursos o en la formación de capital, para percatarnos si sus esfuerzos fortalecen empresas familiares, familias mexicanas o solamente derechohabientes. Quizá sea pertinente un Índice de Desarrollo Familiar (IDF) y no únicamente un IDH. La familia es un ejemplo de cómo nuestra filosofía humanista, compartida por todos, no se aplica en la vida cotidiana de la política ni de los políticos. Baste recordar que el PAN propuso no hace mucho reconstruir la administración pública para crear la Secretaría de la Familia. Hace ocho años quizá hubiéramos caído en un voluntarismo populista, hoy tal vez aún no estemos ciertos de su aplicabilidad. No hay manera de saber lo anterior excepto llevándolo a la práctica. Al igual que la democracia política, la cultura política humanista se construye poco a poco, en paz y mediante el diálogo ético con los demás. Es un porvenir posible que podemos hoy avizorar, es una etapa más de nuestra, ya legendaria, brega de eternidad.


Sacramento, el arranque de todo Aminadab Rafael Pérez Franco

Era una fría mañana de enero de 1994; rápidamente nos abrimos paso al interior de la casona ubicada en Sacramento 347, vacía por completo de mobiliario y equipo, pero repleta de expectativas y de metas por cumplir; fue así como Pablo Retes, Miguel Ángel Vite, Gustavo Romano y quien esto escribe iniciamos formalmente las operaciones de la Fundación Rafael Preciado Hernández. El momento era la culminación de muchos anhelos y proyectos previos, esbozados en su antecedente más inmediato por Carlos Castillo Peraza durante su campaña a la presidencia nacional del PAN. En su oferta, Castillo Peraza propuso crear una unidad de análisis, seguimiento, evaluación y prospectiva de la realidad nacional que le brindara al CEN panista y al partido en general mayores capacidades de reflexión y propuesta, así como información esencial para la toma de decisiones. Pensada así como un instrumento de utilidad directa para la dirigencia nacional del partido, la apertura de la Fundación constituía el cumplimiento de uno de los más trascendentes objetivos trazados por Castillo Peraza como presidente nacional. Si bien la paternidad de la Fundación Rafael Preciado Hernández corresponde directamente a Castillo Peraza, su iniciativa tuvo un linaje de antecesores que se remonta ni más ni menos que a la propia fundación de Acción Nacional. Fue en el seno de la mismísima Asamblea Constitutiva de Acción Nacional donde se esbozó el perfil de un partido que no se limitaba al episodio electoral o a la deliberación coyuntural: ahí se organizaron de inmediato las primeras mesas de reflexión y estudio sobre los proyectos de declaración de Principios, el Programa Mínimo de Acción Política y los Estatutos que no hacían sino

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Aminadab Rafael Pérez Franco

replicar los círculos de estudio que se dieron a lo largo del país en las giras de promoción y las reuniones de los comités organizadores locales. En todos los órganos pioneros de orden nacional, regional y local de aquellos primeros años se formaron comisiones y círculos de estudios, dedicados precisamente a la reflexión sobre la realidad nacional y local. El estudio era entonces una función sustantiva de los comités panistas, de lo cual da cuenta la historia en las memorias de las convenciones nacionales, de las convenciones interregionales e incluso de las modestas reuniones organizadas a veces en la semiclandestinidad en las casas particulares de los panistas de la primera hora.

Si como sentencia Duverger, en todo partido político el origen es destino, era natural que tarde o temprano el Partido Acción Nacional integrara una instancia responsable de dar sentido y profesionalismo a una función tan relevante y esencial para la política como la representada actualmente en la Fundación Rafael Preciado Hernández.

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Durante la larga etapa de la oposición política, no fueron pocos los esfuerzos por mantener y reforzar la tarea de estudios, teniendo en cuenta el entorno de un partido político carente de recursos económicos y excluido en la

práctica del ejercicio del poder. Están ahí por recuperar –y quizá sea esta una misión aun no emprendida por la Fundación Rafael Preciado Hernández– los empeños de los fundadores convertidos por las circunstancias en magisterio y ejemplo para generaciones de mexicanos: González Luna, Preciado Hernández, Ulloa Ortiz, Herrera y Lasso, Chávez, Calderón Vega, Zuloaga, Ramírez Zetina, Kuri Breña, Mora o Estrada Iturbide. Cabe recordar aquí las iniciativas de presidentes nacionales como Adolfo Christlieb Ibarrola y Efraín González Morfín, quienes inmersos en las penurias de la oposición política se dieron a la tarea de publicar, formar y orientar a los dirigentes

y militantes con el firme propósito de extender al máximo el conocimiento de la doctrina política humanista, de arraigar en sus almas la necesidad ineludible de un actuar político en congruencia y sujeto a la ética, a la vez que procedieron a modernizar el desempeño político del partido y actualizar sus ideas proyectando los Principios de Doctrina en 1965 y elaborando documentos programáticos tan trascendentales como el Programa de Acción Política de 1966, Cambio Democrático de Estructuras de 1969 y Problemática Nacional y Perspectivas de Acción Nacional de 1971; sin pasar por alto los escritos de la autoría de ambos


Aminadab Rafael Pérez Franco

que son fuente inagotable de conceptos e ideas para el actuar panista de hoy en día. Pero la inquietud fundamental para adoptar el modelo de institucionalización de los estudios y análisis se concreta indudablemente en la etapa de la transición a la democracia. El primer antecedente sin lugar a dudas es el célebre Instituto de Estudios y Capacitación Política formado a principios de los años ochenta del siglo XX bajo la dirección de Carlos Castillo Peraza, enfocado más a la formación de cuadros y a la sistematización de la capacitación política. Al

IECP seguirían el Gabinete Alternativo de Acción Nacional, la Secretaría de Estudios, la Dirección de Estudios Económicos e incluso el Instituto Superior de Cultura Democrática. Pero hubo nuevas circunstancias que hicieron ineludible en el año de 1993 dar paso a la satisfacción de la necesidad de contar con una instancia como es hoy la Fundación Rafael Preciado Hernández. El origen A fines de los ochenta y principios de los noventa, Acción Nacional se transformó institucionalmente en forma significativa, en primer lugar,

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Aminadab Rafael Pérez Franco

aceptó recibir financiamiento público tras 50 años de penuria económica, tras lo cual inició un acelerado proceso de profesionalización de sus mandos; en segundo, incrementó notablemente el número de gobiernos municipales y legisladores federales y locales, así como su llegada inaugural a ejecutivos estatales, situación que volvió crítica la necesidad de brindar asesoría y apoyo institucional a los nuevos gobiernos; en tercero y no menos importante, el PAN intensificó sus relaciones internacionales con partidos afines, lo cual le permitió el acceso a los modelos de organización partidaria existentes en regímenes democráticos europeos y latinoamericanos.

al poder requiere de un partido altamente competitivo, lo cual supone lo que anticipaba en 1989 Gabriel Jiménez Remus: la capacidad de elaborar las mejores plataformas, los mejores programas de gobierno, las mejores iniciativas de ley, así como contar con los mejores especialistas en administración y gestión pública, con las habilidades no sólo para administrar sino para gobernar, decidir y afrontar retos y crisis, el mejor equipo político puesto al alcance de los electores para ofrecer un gobierno eficaz, responsable y comprometido en todos los órdenes. Aspectos todos en los que corresponde a la Fundación cumplir un papel determinante en su consecución.

El autor recuerda una charla con el entonces presidente del PAN en Jalisco, Gabriel Jiménez Remus, quien estaba convencido de este paso: “la fuerza de los partidos políticos en el futuro será cada vez menos electoral y cada vez más por sus propuestas, por sus equipos de estudios dedicados a resolver problemas y al que tenga la posibilidad de postular a los equipos más calificados por sus conocimientos y su experiencia, para ocupar los cargos de gobierno”.

Cabe apuntar al respecto, que no es poco ni despreciable lo que el PAN ha avanzado en esta dirección, es mucha la experiencia acumulada no sólo en la Fundación Rafael Preciado Hernández sino también en las fundaciones de sus grupos parlamentarios, Humanismo Político y Estrada Iturbide; son claros sus antecedentes históricos como partido orientado hacia el estudio y la reflexión seria. El paso adelante es llevar todo ello a la vanguardia doctrinaria, a la visión de futuro, al desarrollo de instrumentos de gestión útiles, al debate ideológico con otras posiciones y fuerzas políticas. La Fundación Rafael Preciado Hernández estaría llamada en opinión de quien esto escribe, a asumir ya ese liderazgo, no sólo porque es su función originaria, sino por la urgencia de ofrecerle a México rutas claras para el bienestar, el desarrollo humano y el incremento sostenido del bien común.

Por lo anterior, y justo cuando la Fundación Rafael Preciado Hernández cumple 15 años de existencia, cabe apuntar que no se trata y nunca se ha tratado de que su trabajo fuese sólo el de un centro de investigación y estudios políticos más; sus objetivos van más allá y son más trascendentales que publicar esta revista u organizar distintos eventos: al menos por lo que recuerda el autor de este escrito en las pláticas iniciales con Carlos Castillo Peraza, la misión era también desarrollar el pensamiento panista, ser un claro referente de la doctrina política humanista aterrizada en el seguimiento y análisis de las políticas públicas, ser un espacio para el desarrollo de talentos personales e ideas útiles para mejorar la calidad de los gobiernos.

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Hoy que México ha alcanzado finalmente la vida democrática, quizá valga la pena que tanto el Partido Acción Nacional como la Fundación Rafael Preciado Hernández asumieran finalmente que en el contexto de una democracia, acceder

Durante nueve años se tuvo el privilegio de desempeñar labores en la Fundación Rafael Preciado Hernández. Son tantas las experiencias, anécdotas y recuerdos que abruma pensar tan sólo en recapitularlas. No era esta la ocasión de esbozar una historia pero sí la de insistir en que la Fundación haga historia. Al ver hoy de reojo a la que fuera mi propia casa no queda sino felicitar y celebrar su aniversario con la convicción y la esperanza compartida con su entonces director, Salvador Abascal: lograr que las ideas vuelvan a ponerse de moda en el PAN.


Las fundaciones académicas

como necesidad de los partidos políticos modernos Fernando Rodríguez Doval

Las fundaciones de investigación y formación (también consideradas como think-tanks o “tanques de pensamiento”) son un elemento sustancial e indispensable en los partidos políticos modernos. Desempeñan funciones necesarias para el logro de los objetivos de los partidos pero que éstos por sí mismos no pueden llevar a cabo, ya que la coyuntura diaria les impiden tomar un momento para la reflexión, el estudio y el análisis. Las fundaciones partidarias, autónomas e independientes pero vinculadas a los partidos, realizan esta función. Todos los partidos políticos exitosos en el mundo tienen en su periferia una o varias fundaciones académicas. Es el caso, por ejemplo, de la Unión Cristiano Demócrata Alemana, relacionada con la Fundación Konrad Adenauer, la cual tiene representaciones en decenas de

países para difundir el pensamiento demócrata cristiano y el modelo de la economía social de mercado. También en Alemania hay otras fundaciones partidarias relevantes: la Friedrich Ebert, vinculada con los socialdemócratas, o la Friedrich Naumann, vinculada con los liberales. En España, el Partido Popular no se entendería sin la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), presidida por José María Aznar, ni el PSOE sin la Fundación Pablo Iglesias. Estados Unidos, país que ha utilizado como ningún otro el modelo de los tanques de pensamiento, tiene dos importantes institutos vinculados con sus dos principales partidos: el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI). En el Parlamento Europeo, la Fundación Robert Schuman asesora a todos los partidos del bloque popular y demócrata de centro.

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Fernando Rodríguez Doval

En México, el Partido Acción Nacional es, con mucho, el partido que más institucionalizado tiene este modelo, al contar con un centro de investigación y formación (la Fundación Rafael Preciado Hernández) y dos de asesoría legislativa (las fundaciones Miguel Estrada Iturbide y Humanismo Político). El PRI sostiene a la Fundación Colosio y el PRD tiene un Instituto de Formación Política y el Instituto de Estudios para la Revolución Democrática. Las fundaciones partidarias buscan ir más allá de lo inmediato y coyuntural. Se dedican a estudiar a fondo la filosofía política a la que se adscribe el partido para, a partir de ella, ofrecer soluciones a la problemática existente. En este sentido, las fundaciones partidarias son auténticas generadoras de nuevo pensamiento para así alimentar intelectualmente a los partidos con los que están vinculadas. Aportan ideas en materia de política pública y de programa de acción; en muchos casos, son ellas las encargadas de redactar las plataformas y programas electorales de los partidos.

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lizado y profesional, que debe estar alejado de los vaivenes y de las coyunturas políticas internas. Por otro lado, las fundaciones partidarias suelen tener un estatus legal distinto al del propio partido y una personalidad jurídica propia, a pesar de que estén ligadas de manera muy cercana con él. Esto les otorga una gran flexibilidad a la hora de vincularse con el medio académico e intelectual, ya que pueden acercar hacia sí a diversos actores no partidizados pero que desean difundir una cierta visión de las cosas. Su financiamiento puede provenir del propio partido, de donaciones, del Estado o de instituciones afines, dependiendo cómo sea en cada lugar la legislación en la materia. Es común también que las fundaciones partidarias se encarguen de resguardar los archivos históricos de ese partido, y que de ahí puedan generarse nuevas líneas de investigación internas y externas.

Hay que tener presente que los partidos políticos, excepto aquellos que simplemente son el lugar geométrico en donde convergen todos los oportunismos, son también la expresión de una cultura, de una determinada manera de ver al mundo. A través de sus fundaciones, centros de estudios y think-tanks, los partidos buscan culturizar a la sociedad en sus principios y sus valores. Toda batalla política es antes una batalla cultural, y ya decía Gramsci que de nada sirve conquistar el poder si antes no se ha convencido a las mentes y a las conciencias.

Las actividades específicas de las fundaciones partidarias a fin de lograr los propósitos arriba enlistados son diversas y muy variadas, y desde luego varían dependiendo el tipo de partido del que estemos hablando, pero generalmente se orientan en la realización de foros, conferencias, seminarios, cursos, talleres, diplomados, edición de libros y revistas, publicación de las investigaciones más relevantes, otorgamiento de becas para financiar estudios de posgrado en otros países, la creación de redes internacionales y el establecimiento de relaciones con instituciones afines.

Una actividad fundamental para cualquier fundación partidaria es la formación de cuadros. Los partidos deben tener un proceso institucionalizado y bien planeado para formar y capacitar a sus miembros, a fin de que su desempeño político pueda ser más eficaz y orientado al cumplimiento de los fines que el partido persigue. En este sentido, la formación se convierte en un proceso especia-

En suma, las fundaciones partidarias de investigación y formación buscan ir más allá de lo inmediato y aportar nuevas ideas. Su función, así, es relevante no solamente para el partido con el que están asociadas, sino en general para la vida pública de cualquier país. Y es que sólo con ideas, basadas en valores y principios, es posible una acción política que verdaderamente sirva a las personas.


El bien común, entre la teoría y la praxis Salvador Abascal Carranza

Auctoritas, non veritas, facit legem. Esta frase de Hobbes (Leviathán), en su extraordinaria precisión lapidaria, sitúa el debate del quehacer político en su verdadero nivel. Decir que lo sitúa, no significa que lo resuelva, porque es preciso entender la expresión como la constatación de un hecho que se ha repetido a lo largo de la historia, a saber, que es el poderoso el que dicta la ley, la cual no siempre se sujeta a las exigencias de la perfección debida a la naturaleza individual y social del ser humano. Si la ley se ajustara a las exigencias de la naturaleza humana; si la ley natural fuera traducida de manera consistente en ley positiva como su fuente principal, entonces el bien común tendría menores obstáculos para su plena realización. Sin embargo, desde el Código de Hammurabi hasta nuestros días han sido los

“La autoridad, no la verdad, hace las leyes”.

detentadores del poder público quienes, de manera muy frecuente y siguiendo sus propios intereses, dictan las leyes que han regido la conducta de los pueblos. En este orden de ideas, la acción política se ubica en el campo de la polémica, del debate de lo que sucede en la compleja realidad de la res publica, en tanto que la discusión teórica se empeña en la búsqueda de la verdad, siempre escurridiza, de lo político, de su naturaleza y de sus fines. Llegados a este punto, es importante preguntar a qué clase de verdad política queremos acceder y si de ésta depende de un orden normativo. Y si es de carácter normativo, cabe preguntar también si la norma obedece solamente a la decisión de un órgano legislativo legalmente constituido, según el positivismo jurídico (Kelsen, Teoría Pura del Derecho), cua-

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Salvador Abascal Carranza

lesquiera que sean sus consecuencias, o a la atenta escucha de lo que nos dice la naturaleza de las cosas (iusnaturalismo). Si entendemos a la política en su modo específico de arte, notablemente en lo que se refiere a la procuración del bien común, debe atender a ese principio universal de “la recta razón de las cosas por hacer”. Si es así, esta verdad no puede ser otra que el resultado del desvelamiento de la naturaleza individual y social del ser humano, tal como la concibe Aristóteles cuando afirma: “Es evidente la razón por la cual el hombre es un animal sociable (zôon politikón)… La naturaleza, como decimos, no hace nada en balde… Lo que distingue singularmente al hombre es su conocimiento del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto, como de todos los sentimientos cuya comunicación constituye precisamente la familia del Estado”. Por naturaleza entiende Aristóteles el conjunto de las condiciones de vida, de la plenitud de las facultades y de los medios, es el fin de los

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Maritain, Jacques. Art et Scolastique. Louis Rouart, Editeur. Paris, 1956, cap. III.

Aristóteles. La Política. Ed. Iberia. Buenos Aires. 1962. C I-9.

seres según sus propias leyes; ella determina, por su capacidad potencial, el óptimo grado de desarrollo y perfección que deben alcanzar. “¡Qué terrible azote la injusticia cuando tiene las armas en la mano! Las armas que la naturaleza ha concedido al hombre para combatir sobre todo a sus enemigos, son la prudencia y la virtud… La justicia es la base de la sociedad; el juicio constituye el orden social, el bien de la comunidad”. Por su parte, Tomás de Aquino hace una precisión de extraordinaria claridad, cuando se refiere a la relación debida entre la ley y el bien común: “He aquí pues, por qué, diciéndose ley principalmente en cuanto se ordena al bien común, cualquier otro precepto referente a una apreciación particular no tiene razón de ley, sino en tanto se ordena al bien común: por lo cual toda ley debe ordenarse al bien común… La ley tiene por objeto primario el orden al bien común, y ordenar algo al bien común es propio de toda la multitud o de alguno que hace sus veces, por lo tanto, legislar, o pertenece a toda la ciudad, o a la persona pública que tiene el cuidado de la comunidad… así, la ley no es otra cosa que cierta ordenación de la razón al

Idem, C I-10.


Salvador Abascal Carranza

bien común y promulgada por el que tiene a su cargo al cuidado de la comunidad”. En una línea de continuidad admirable, nos encontramos con el pensamiento siempre lúcido y fecundo de Joseph Ratzinger, quien en una homilía pronunciada ante los diputados católicos alemanes en 1981, expresaba lo siguiente: “El cristiano es siempre un sustentador del Estado, en el sentido de que él realiza lo positivo, el bien, que sostiene en comunión a los Estados… Quien incluya en sus programas la muerte de inocentes o la destrucción de la propiedad ajena, no podrá nunca justificarse con la fe. En el verdadero realismo del ser humano se encuentra el humanismo, y en el humanismo se encuentra Dios. No puede existir una buena política, sin el bien que se concreta en el ser y el actuar”. Bueno es, según San Agustín (Contra Gentiles), todo aquello que perfecciona la naturaleza de un ser. El mal, por el contrario, carece de substancia; no es la simple negación del bien o su contradicción, sino: “la ausencia de una perfección que, debiendo existir, no existe”. Es la terrible ausencia de lo que debe ser, de lo que debe existir, o de lo que debe vivir, mientras así lo determinen sus propias leyes, que son las leyes que rigen la naturaleza de las cosas. El filósofo y teólogo canadiense Bernard Lonergan, afirma de una manera contundente que, “quien atenta contra la naturaleza, siembra la muerte”. Y añade: “así, el orden social encuentra en los deseos y las aversiones de los individuos y los grupos intersubjetivos, tanto un aliado sumamente poderoso para lograr el desarrollo, como una fuente de desviación egoísta y de clase”. Cuando se trata de imponer una “verdad política”, ya sea por la propaganda, por la fuerza de Suma Teológica, Prima Secundae. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid, 1954, C. 90, a. 2, C. 90, a 3-4.

Lonergan, Bernard. Insigth, University of Toronto Press, 1992, C. 18.

Ibidem.

las armas o por la fuerza de una ley injusta, estamos en presencia de un simulacro de la política, que no es más que una ideología, una “opinión pura” que busca hacerse pasar por verdad. En contraste, la Verdad pertenece al orden del conocimiento y, como tal, ella constituye el fin de la filosofía y de la ciencia para, en todo caso, orientar el deber ser de la acción política. Es por tanto muy importante hacer la distinción entre saber y querer, entre conocer y evaluar. Corresponde a la autoridad política el

cuidado de coordinar y de ajustar en el ámbito de la acción concreta, todos los elementos dispersos que pueden proporcionar los sabios y los expertos a condición, naturalmente, de que se quiera actuar de manera congruente entre lo que se piensa y se dice. La elección entre una opción u otra, o de una entre varias, depende de la convicción de quien decide, de la voluntad que busca o no un bien (para sí mismo, para unos cuantos o para todos), pero no es un asunto de la ciencia. En otros términos, la ciencia ayuda a los actores políticos a cobrar conciencia de lo que está en juego, de su importancia, de la tras-

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cendencia de los principios y valores que están comprometidos por su acción, tanto de los que se pretende defender y promover (si se busca el bien común), como de los que se desea sacrificar (si lo que se quiere es anteponer el interés personal o de grupo). El poder político constituye solamente un instrumento para el perfeccionamiento de la persona y de la comunidad, pero no un fin en sí mismo. Cuando se le concibe de esta última forma, aparece la fea cara del autoritarismo, del populismo, de la tiranía; en una palabra, se muestra el rostro de quienes se sienten destinados para obtener y mantener el poder por cualquier medio. Con el pretexto de servir a un pretendido proyecto revolucionario, se erigen en los profetas que anuncian la historia por venir. Bajo el pretexto de someterse a una supuesta verdad (su verdad), igualitarista, justicialista, nacionalista u otra, se esconde en ellos una superchería que

oculta sus verdaderas intenciones y su desordenada pasión por el poder. En la medida en la que aumenta el poder de una persona o de un grupo, disminuye y declina la autoridad de las instituciones. Por el contrario, en la medida en la que se fortalece la autoridad de las instituciones, se establecen mejores condiciones para la realización del bien común. La política en cuanto ciencia, se sustrae al voluntarismo de quien pretende establecer una verdad política fundamental, que no es otra cosa que “la verdad subjetiva” de quien la pregona. La ciencia política es el estudio de la realidad tal como aparece, como fenómeno digno de investigación objetiva, mediante un método racionalmente aceptable, de modo que permita acercarse a los fenómenos políticos de la manera más clara posible –en el entendido de que, como toda ciencia social, carece de la


Salvador Abascal Carranza

precisión propia de otros saberes. Desde esta perspectiva, los actores políticos y los ciudadanos son capaces de compartir un ideario, atendiendo siempre a las leyes que se descubren en el estudio y análisis de la realidad y que exigen, por su raigambre natural, su estricto cumplimiento. En este caso, la política se convierte, como ya lo hemos advertido, en un arte. El ideal del bien común puede ser la utopía en la que muchos seres humanos han soñado a través de la historia. Sin embargo, en múltiples ocasiones esa utopía se ha vuelto contra el ideal y lo contradice brutalmente cuando parte de la falsa premisa de que la felicidad de un pueblo puede depender de una idea o, peor aún, de una persona o de un grupo de “redentores sociales”. De lo anterior, se desprenden dos visiones distintas pero complementarias. Por una parte, la de quienes analizan la política desde un punto de vista teórico, ideal, como un marco de referencia al que debería ajustarse la práctica política y, por el otro, la de quienes desde la experiencia del quehacer político, de su fenomenología, plantean las inevitables dificultades que en múltiples ocasiones impiden la práctica del ideal. Lo que en todo caso la historia nos muestra, es que sobre la acción política pesa una especie de iettatura, porque en general el resultado obtenido no se ajusta a la intención teórica original y, muy a menudo, la contradice. En efecto, ninguna praxis realizará integralmente la theoría, y ninguna teoría se encuentra en condiciones de conceptualizar todo lo real; por una parte, en razón de la limitación de los conceptos que no son sino el resultado de una selección y, por la otra, en razón de las paradojas o de las contradicciones, muchas veces inevitables o insuperables, que se manifiestan en la acción política. No queremos decir que toda propuesta inspirada en principios superiores esté condenada al fracaso, mucho menos que frente a las dificultades deba adoptarse una actitud de resignación

derrotista o de parálisis, frente a la tenaz resistencia de ciertos factores de poder que se oponen a una transformación de la sociedad mediante una acción política ordenada, centrada en la dignidad superior de la persona humana. La exigencia del bien común obliga al compromiso decidido de llevar a la práctica el ideal de la política, tal como la concibe Acción Nacional. Toda acción política de esta naturaleza es un proceso siempre inacabado, un desafío permanente, de la conversión o de la reducción de las violencias en paz social, en estado de derecho, en respeto a los derechos humanos, en democracia, en justicia. Para el PAN, la procuración del bien común es el fin natural de la política, fin que solamente se alcanza si se es fiel de manera rigurosa a ese principio de principios, que es el respeto a la eminente dignidad de la persona humana. Dignidad que únicamente se puede proteger en un orden social justo, construido a la medida y según los fines de la naturaleza humana. Por estar el hombre y la mujer dotados de una naturaleza libre, capaz de elegir y de transformar, de construir y de embellecer, de imaginar, de crear y de creer, de conocer y de amar, son capaces de perfeccionarse constantemente, hasta el último día de su vida. Pero solamente pueden hacerlo en comunidad y en el servicio a los demás. El Hombre, entendido como género humano (varón y mujer), se hace con el otro, con el similar y con el diferente. Todos necesitamos de los demás para crecer en humanidad, porque de cada persona no hay más que un solo ejemplar. La construcción del bien común es una obra permanente, es un movimiento que tiende hacia el otro, hacia su bien. Esto no significa que toda obra a favor del otro regrese a su origen; es lo deseable, porque el bien que se devuelve en bien contribuye al bien general y se convierte en solidaridad, que es el rostro social del amor. Es conocida la expresión de Ortega y Gasset (Meditaciones del Quijote) que cae de manera

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Salvador Abascal Carranza

espléndida en el marco de estas consideraciones: “Yo soy yo y mis circunstancias, y si no las salvo a ellas, no me salvo yo”. La humanización de la sociedad no se construye solamente con aquellas personas con las que compartimos las mayores afinidades, sino también con todas aquellas que se han educado en diferentes ideas, en un mundo cultural distinto. El respeto a esa diferencia constituye uno de los pilares fundamentales sobre los que ha de edificarse el bien común. Este bien común, tal como lo entendemos en Acción Nacional, se ha definido como: “El conjunto de condiciones y de medios de vida social, que promueven y permiten a la persona y a las comunidades alcanzar la perfección debida a su naturaleza”. Para Jacques Maritain, filósofo francés del siglo XX, el bien común “…es el conjunto de circunstancias necesarias al progreso de la vida material, intelectual y moral de la comunidad. Ese progreso debe alcanzar un grado conveniente al bien y a la paz del todo; y debe realizarse en tales condiciones que procure a cada persona las garantías reales, tanto económicas como políticas, que un desarrollo humano normal exige; y debe realizarse de tal modo que cada persona sea positivamente auxiliada en la conquista paulatina de su perfecta vida de persona y de su libertad espiritual”. No se trata de una mera coincidencia, sino del hallazgo de las coincidencias con el pensamiento del humanismo trascendente, universal, que inspiraron a nuestros fundadores para construir los principios de doctrina de Acción Nacional. Es esta la visión que compartimos, es una visión incluyente y por lo mismo humanizadora de la realidad social. El humanismo trascendente abreva en la incomparable riqueza que nos brinda la tradición judeo-cristiana, la cultura greco-romana y el pensamiento social de la Iglesia. Debemos pensar en una especie de “estética política”, fundada en la ética política, tal como la planMaritain, Jacques. Pour une Philosophie de la Personne Humaine. Desclée. Paris, 1938. P. 175.

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teaba Aristóteles: “si la ética, no es política, no es ética” (Ética Nicomaquea); “si la política no es ética, no es verdadera política” (La Política). Podemos añadir que la universalidad de la ética, su vigencia y su vivencia, es lo que le da pleno sentido al quehacer político. Para sustraer al ser humano de las visiones siempre parciales y fragmentarias del relativismo, del individualismo, del materialismo, del anarquismo y de otros “ismos” igualmente nocivos, es preciso poner frente a sus ojos (los del cuerpo y los del alma), la belleza del bien común temporal, punto de apoyo de toda acción auténticamente política. Pero para liberar al ser humano de la tentación del autoritarismo y de los mesianismos de toda clase, es preciso ayudarle a abrir los ojos del alma sobre la grandeza del bien común trascendente, cuya naturaleza permite considerar la acción política del Estado como esencialmente incapaz de colmar las más profundas aspiraciones del alma humana, porque no corresponde a la acción política el perfeccionamiento espiritual del ser humano. “De ahí que respetar y servir a los fines supratemporales de la persona humana, esté igualmente exigido por la esencia misma del bien común temporal”. Porque no es suficiente para el ciudadano, la aspiración legítima de acceder a mejores condiciones de vida material y de hacerse respetar por el poder público, de conformidad con un bien común político inmanente, que no puede fundarse sólo en sí mismo, en su identidad personal y en su legitimidad, sino en su finalidad, que es el bien común con visión trascendente. El ideal de buscar la “perfección debida a su naturaleza” (de la persona humana y de la comunidad), tal como lo expresa el principio de Bien Común sustentado por Acción Nacional, en sus dimensiones material y espiritual, constituye el verdadero e irrenunciable fin del humanismo político.

Maritain. Ibid.



¿Qué es la democracia? Rafael Preciado Hernández

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Consideramos de especial importancia para todo mexicano tener una idea clara y precisa de lo que es la democracia, por estas razones: 1) Porque si bien en nuestra patria no funcionan prácticamente las instituciones democráticas fundamentales, es la democracia la forma política que la Constitución atribuye al Estado mexicano; 2) Porque en estas condiciones es un deber jurídico positivo de todo ciudadano mexicano, exigir del gobierno, en forma organizada, el establecimiento de las condiciones legales y prácticas que garanticen el funcionamiento de las instituciones democráticas fundamentales, cosa que no puede hacer si ignora cuáles son esas instituciones y la naturaleza o esencia de la democracia; 3) Porque todo buen ciudadano debe contar con ideas a este respecto que constituyan un sólido criterio para distinguir regímenes y actitudes realmente democráticos de aquellos otros que aparentan o simulan serlo; 4) Porque ante la pugna internacio-


nal entre las autocracias totalitarias del Oriente y las democracias occidentales, el mexicano debe tomar partido por estas últimas, fundando su decisión en convicciones fincadas en un profundo conocimiento de lo que es la democracia en la teoría y en la práctica. No será posible sintetizar, en los reducidos límites de este artículo, la respuesta cabal a la pregunta que formulamos como tema del mismo. La respuesta más aproximada a la verdad tendrá que buscarse a través de la serie de artículos que nos proponemos publicar en torno al interesante tema de la democracia, y en las meditaciones y lecturas adicionales que nuestros benévolos lectores tengan a bien efectuar.

anticipa ideas que se verán aclaradas y confirmadas al desarrollar los temas mencionados. Desde luego sostenemos que en las concepciones y realizaciones contemporáneas de la democracia, cabe distinguir lo que llamamos doctrina de fondo, de las técnicas, o si se quiere de otra manera, entre los principios y los medios concretos para realizarlos. La democracia no es simplemente un conjunto de principios; pero tampoco es una mera técnica. Ocurre con ella lo que con toda institución producida en buena parte por la “industria humana”; implica cierto fin que vale como principio rector de la institución, así como un conjunto de procedimientos o medios adecuados para la realización de aquel fin.

Habrá que considerar a la democracia en relación con múltiples nociones y sistemas, con los cuales frecuentemente se la confunde, o a los que se atribuye el carácter de elementos o datos constitutivos o propios de toda forma políticas democráticas. Así, tendremos que aludir: a los fines del Estado, a las formas de organización del poder público, a la soberanía, a la autoridad política, al cristianismo, a las libertades ciudadanas, a la política, a los sistemas electorales, al federalismo, al centralismo, a la descentralización del poder, al parlamentarismo y a otros muchos principios, ideas y sistemas que de algún modo tienen que ver con la democracia. Sin embargo, por razones metódicas evidentes, tenemos que dar una respuesta provisional que nos sirva como punto de referencia y que

Los principios o doctrina de la democracia se relacionan con los fines del Estado: se trata de garantizar en la organización del Estado las prerrogativas esenciales del hombre, a la vez que asegurar la más adecuada realización de lo que exige el bien común; y como medio o procedimiento constante, por más que pueda revestir diversas modalidades, se postula una participación del pueblo en el gobierno que se traduzca en cierta subordinación de éste a aquel. Podemos proponer, con el carácter provisional ya indicado, esta definición: Democracia es toda forma de Estado en la cual, para garantizar el debido respeto a las prerrogativas esenciales del hombre en armonía con la más adecuada realización de las exigencias del bien común, se reconoce al pueblo legal y prácticamente

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–en mayor o menor medida–, el derecho de elegir o determinar la forma de gobierno, a los titulares responsables del poder político, e incluso de participar en ciertos aspectos básicos de la función legislativa; y se hace derivar de este derecho fundamental del pueblo la legitimación de origen y de ejercicio de la autoridad política concreta. Ha dicho Hauriou que en lugar de hablar de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, debiera más bien distinguirse como funciones fundamentales del ejercicio del poder público: la deliberativa o legislativa, la ejecutiva, que comprende a la judicial, y la electoral, por virtud de la cual todos y cada uno de los ciudadanos se convierten en funcionarios públicos, ya que tienen el deber de elegir o determinar a través del voto a los titulares concretos y responsables del gobierno. A lo cual debemos agregar que en las formas democráticas más avanzadas, el voto no sólo sirve para elegir o designar a los gobernantes sino también para removerlos (revocación del mandato) cuando son ineptos o no toman en cuenta las exigencias de la opinión pública, y para participar en ciertos aspectos de la función legislativa, como en el caso de la iniciativa popular, por virtud de la cual se reconoce al pueblo (no sólo al Presidente de la República, a los miembros de las Cámaras de diputados y de Senadores, o a las Legislaturas de los Estados, como ocurre en México en el orden federal) el derecho de iniciar leyes; y el caso más importante del referéndum, que constituye una consulta al pueblo, sobre proyectos de ley ya discutidos y aprobados por el órgano legislativo, los cuales necesitan ser sancionados por el voto público para entrar en vigor, y en caso contrario, es decir, si el pueblo no los aprueba con su voto, no llegan a tener el carácter de leyes. Tómese en cuenta, además, que el derecho o poder electoral que tiene el pueblo en todo régimen democrático, comprende en primer término la facultad de elegir, mediante sus representantes, cuerpo electoral o diputados constituyentes, la forma misma del Estado, tomado

en este caso el término forma del Estado en su sentido más amplio: monarquía, aristocracia o democracia, estado federal o unitario, municipio libre o meras dependencias administrativas, parlamentarismo o régimen presidencial, y todas las combinaciones y matices de instituciones jurídicas que integran la forma de un Estado. Con todo y ser tan importante el derecho o poder electoral del pueblo en toda concepción democrática, no se debe perder de vista que este poder o derecho tiene un sentido sin el cual la democracia degenera en demagogia o en absolutismo popular. Ese sentido lo proporcionan los fines del estado, que vienen a ser límite y principio rector del derecho o poder electoral del pueblo; pues la facultad que se reconoce al pueblo de participar en el gobierno, constituye un principio de seguridad jurídica, ya que se trata de garantizar de este modo el debido respeto a las prerrogativas esenciales del hombre, en armonía con la más adecuada realización de las exigencias del bien común. Principios de la democracia Hemos dicho que la democracia es aquella forma política en la cual se reconoce al pueblo el derecho de participar en el gobierno, como medio para asegurar que éste realice los fines propios del Estado, participación que se traduce en el derecho de elegir las instituciones jurídicas que integran la forma del estado, de designar a los titulares responsables del gobierno, e incluso de intervenir en ciertos aspectos de la función legislativa. Los principios racionales en que se funda esta concepción de la democracia, pueden reducirse a los siguientes: I. El fin específico del Estado es la realización del bien común, que comprende la creación y el mantenimiento de un orden jurídico positivo, que garantice las prerrogativas esenciales de todos y cada uno de los miembros de la comunidad. II. El poder político es necesario al Estado, como el Estado es necesario al desarrollo integral del hombre.


III. El pueblo es el sujeto natural del poder político. El primer principio significa que el Estado no es un fin en sí mismo, sino más bien una institución, que con todo y ser necesaria, está ordenada al servicio del hombre; por lo cual no puede exigir jamás el sacrificio de las prerrogativas esenciales de la persona humana. No fue creado el hombre por razón del Estado o para servir al Estado, sino que más bien ha sido instituido el estado para hacer posible y facilitar el perfeccionamiento del hombre. El segundo de los principios enunciados, se comprende fácilmente; pues como toda sociedad constituye un esfuerzo colectivo y permanente con miras a realizar un fin común, requiere una autoridad que se encargue de dirigir, coordinar, encauzar ese esfuerzo; de ahí que el Estado –la forma más completa de sociedad– no pueda existir ni subsistir sin la autoridad investiga del poder político. Y el tercero de los principios se funda en esta sencilla consideración: siendo el poder político el medio necesario para realizar el fin del Estado, que es el bien común, del mismo modo que este fin no es de ninguno de los miembros de la comunidad particular, el medio conducente –el poder político– para alcanzar ese fin, tampoco pertenece en particular a ningún hombre, sino al pueblo. Ahora bien, del principio según el cual es el pueblo el titular natural del poder político, se deduce lógicamente el derecho que el mismo pueblo tiene de elegir la forma del Estado, determinando concretamente las diversas instituciones jurídicas que habrán de integrarla, así como el derecho de designar a los encargados de ejercer el poder público, e incluso la facultad de intervenir en ciertos aspectos de la función legislativa. De ese mismo principio se desprende el postulado democrático de la representación

política orgánica; pues no siendo posible que el pueblo ejerza directamente el poder político, tiene que admitirse que debe encomendar su ejercicio a determinadas personas, quienes obran entonces en representación y como órganos de la comunidad. No se trata de una representación de personas individuales, ni de grupos o clases sociales, ni de intereses particulares, sino de una representación orgánica, dado que ese todo moral que es el Estado, actúa, expresa su razón y su voluntad colectiva a través de los titulares concretos del poder político, que se convierten así en órganos del Estado. Toda democracia es, en consecuencia, representativa, por la razón y en el sentido antes indicado. Y también como consecuencia del principio que atribuye la titularidad del poder político al pueblo, cabe establecer este otro postulado democrático: que en la legitimación de origen y en la de ejercicio del poder, juega un papel importantísimo el asentimiento popular expresado mediante el voto público. Su para las autocracias la voluntad colectiva del pueblo no constituye un elemento que deba tomarse en cuenta para establecer la legitimación de los gobernantes, para las corrientes democráticas, en cambio, es fundamental que el pueblo participe en el gobierno no sólo designando a sus gobernantes mediante el sufragio auténtico, libre y respetado, sino también orientando la marcha de la administración a través de la opinión pública y decidiendo las grandes cuestiones de interés general, previa consulta que se le haga. Si se medita seriamente en la posibilidad de otros principios que pueden servir para justificar que determinadas personas ejerzan el poder político en un Estado, fácilmente se llegará a la conclusión de que tales principios sólo pueden servir para explicar este hecho, más no para justificarlo. Es por esto que la democracia sigue siendo el ideal de la organización política de los pueblos y su realización constituye una reivindicación fundamental de la naturaleza humana y de la dignidad de la persona.

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El marketing de políticas públicas:

nueva propuesta para gobernar con efectividad

(segunda parte) Carlos Salazar Vargas

2. Las políticas públicas: la forma como se comunica el Estado con la sociedad

Algunos asesores de politing saben cómo decir las cosas, pero pocos saben cuándo.

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La mayor parte de lo hasta aquí presentado se relaciona –fundamentalmente– con la ampliación y estructuración del moderno concepto de marketing. Este, al igual que el campo de las políticas públicas, puede también ser considerado y enmarcado dentro del enfoque sistémico (David Easton, 1999). De acuerdo con lo anterior, es posible entender los resultados de cualquier sistema político, como los outputs, es decir, las respuestas que primero como simples programas y luego como políticas públicas es necesario presentar u ofrecer, como solución a algunos de los innumera-

bles problemas sociales. Esta concepción es bien importante cuando se entiende la gobernabilidad como la capacidad para dar respuesta a los problemas sociales y a su vez es la base sobre la cual se estructura la definición de políticas públicas como: las sucesivas respuestas del Estado (o del Gobierno de turno) frente a situaciones consideradas socialmente como problemáticas. Valga la pena aclarar que en esta definición no se propone que el Estado –o mejor, el gobierno de turno– dé respuesta o actúe sólo en forma reactiva con respecto a algo que falta, obstruye o entorpece la buena marcha de la sociedad, pues los aspectos de planeación (y dentro de ellos los de anticipación, predicción y de prospectiva) son inherentes al área administrativa, al campo gerencial y a la actividad gubernamental, sobre todo, en lo que implica la necesaria anticipación a esos problemas.


Adicionalmente, tal y como acertadamente lo asegura Eduardo Aldana, “basta con recordar que los problemas son construcciones mentales que elaboramos, cuando percibimos un quiebre en nuestras expectativas, para apreciar el enorme espacio que se abre a la creatividad y a los enfoques preactivos, en la conducción del Estado”. Así, las políticas públicas pueden ser entendidas como algo que se ofrece, como una oferta u ofrecimiento a los ciudadanos y que entonces, los oferentes –como productores– promuevan bienes en forma de productos tangibles, servicios englobados en intangibles, ideas, planes y proyectos, algunos de los cuales pueden tomar la forma de políticas públicas. Y se las ofrecen a un grupo o usuarios que pueden ser entendidos como mercado de ciudadanos. También el tipo de respuesta a la forma como el Estado se comunica concretamente con respecto a la etapa de formulación de una política pública cualquiera puede ser conocido, analizado, cuantificado y sopesado, de tal forma que esta información ordenada, clasificada y debidamente analizada puede ser importante y hasta crucial para la posterior etapa de implementación de esta política pública. Y es que es viable conocer las 3 posibles respuestas de los ciudadanos: positivas, negativas y la no respuesta: considerada como la anomia. Adicionalmente con respecto a las dos primeras (las respuestas positivas o negativas) es posible desglosarlas aún más (Salazar, 99): la colaboración como una respuesta positiva activa, y la aceptación como una respuesta positiva pasiva. El rechazo como una respuesta negativa activa, y la indiferencia como una respuesta negativa pasiva. Esta secuencia trasladada al ámbito de las políticas públicas corresponde, precisamente, a la retroalimentación o información de retorno (feedback), como uno de los insumos necesarios para volver activo, dinámico, continuo y permanente el proceso y que acertadamente también lo propone el marketing social

Teniendo presente que el Estado lo conformamos todos y por lo tanto todos debemos tener ingerencia en el gobierno, el hecho de que esta ingerencia no sea efectiva, algo –o mucho– de culpa tenemos nosotros mismos, los simples ciudadanos. Y es que la solicitud y exigencia a nuestros gobernantes, de “políticas públicas de fomento a la participación ciudadana”, cimentada, estructurada y promovida dentro de la óptica del marketing social, pueden ser una verdadera solución en la búsqueda de una mayor ingerencia de la ciudadanía en las decisiones gubernamentales. Las respuestas pueden ser recolectadas, cuantificadas y cualificadas para mejorar, (reforzar, impulsar) cambiar (ajustar, redireccionar) una política pública en este sentido. Por eso, es necesario entender la gobernabilidad no sólo desde la oferta gubernamental sino también desde la demanda, tomando en cuenta las necesidades y exigencias de la sociedad, es decir, en ese lenguaje propuesto por el marketing es necesario sintonizar la oferta política con el mercado electoral objetivo, mediante un enfoque integral que permita modelar los problemas desde diferentes ópticas: esa es precisamente la propuesta que ofrece el marketing social. Definitivamente los electores han perdido gran parte de su interés por las ofertas políticas porque estas no han podido o no han querido –y algunas ni siquiera lo han intentado– entregar las promesas que han hecho al elector, votante, quien padece o goza los resultados, consecuencias y/o beneficios de toda política pública. 3. Políticas públicas y marketing social: ¿hasta dónde se complementan?

Los verdaderos descubrimientos de un buen asesor de politing se hacen cuando no sigue instrucciones, cuando se sale del camino indicado y cuando intenta lo que no se había intentado. Es innegable que existe la necesidad de acortar la distancia y cerrar la tremenda brecha entre 39


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las estrategias que diseñan los políticos y las preferencias de los electores, votantes, ciudadanos. Para ello, en primer lugar, se propone cambiar la dirección del proceso, de tal forma que sea necesario desentenderse un poco del extremo transmisor y concentrarse mucho más en el extremo receptor. De acuerdo con lo anterior, lo importante no es que la gente común, el ciudadano de a pie sepa de políticas públicas, lo fundamental y realmente importante es que el especialista en políticas públicas sepa de gente. También el reto de tomar decisiones efectivas (más o menos eficientes, más o menos eficaces) confronta permanentemente tanto al hacedor de políticas, igual que al especialista en marketing. Ahí radica el dinamismo de los dos procesos y es ahí donde aumenta (o disminuye), se encuentra (o se pierde), la probabilidad de ser más o menos exitoso, más o menos efectivo, de actuar en forma más eficiente o no, y al proceder de tal manera les toca a los dos, caminar permanentemente en un discernimiento por una opción fugaz, única y muchas veces irreversible. Mediante este mismo proceso, decisional, es posible la detección y definición de estrategias, planes y acciones que no generan, ofrecen o agregan valor para el ciudadano, con el fin de eliminarlas. De otra parte, el marketing social contiene un poderoso conjunto de conceptos y herramientas que realmente ayudan a grupos de acción social a tener grandes avances en la manera de abordar los problemas sociales. Así, los grupos de acción social

(y dentro de ellos los partidos políticos) pueden ser más efectivos segmentando los mercados, diferenciando y posicionando sus propuestas y entendiendo mejor la forma de pensar y de actuar, mediante el estudio del comportamiento de los electores, ciudadanos y votantes. Así mismo, la filosofía del marketing social es útil en la estructuración de la representación, la cual presupone tres características básicas bajo las que se fomenta la ciudadanía (Sartori, 1999): a) Receptividad: los parlamentarios escuchan a su electorado y ceden a sus demandas; b) Rendición de cuentas: los representantes deben responder de sus actos y c) Los electores pueden destituir, en determinados momentos a los representantes. Por ejemplo, mediante un castigo electoral. Cada una de estas tres características, o todas en su conjunto, se pueden lograr –al menos buscar en forma ordenada y con mayores probabilidades de éxito– dentro del amplio marco que ofrece el marketing social. A pesar de que el marketing es bien diferente a la publicidad como quedó claro en otra parte de este documento, aun así hay funcionarios gubernamentales a quienes les encanta la publicidad, con independencia de que funcione o no. Una cosa sí es bien cierta: lo que se invierte en publicidad se malgasta cuando se dedica a ofertas políticas no suficientemente diferenciadas o sin una estrategia válida de posicionamiento con respecto a otras del mercado. De hecho, la forma más rápida de acabar con una deficiente,


insegura o no posicionada oferta política es, precisamente, publicitarla. El mercado electoral lo comprobará y lo difundirá con rapidez. Tanto el marketing al igual que las políticas públicas son decisiones voluntarias y deliberadas para diseñar unos procesos y realizar actividades con un fin específico: transformar el orden social, de acuerdo con la definición que de intervención social ofrece la Fundación Social. Así, ellos aparecen no como una simple opción para los partidos políticos, sino una necesidad estratégica para su sobrevivencia. Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, este rico campo, concretamente en lo que se ha venido llamando, definiendo y presentando como marketing social puede ofrecer su real ayuda, su valiosa contribución y su invaluable aporte, al campo de las políticas públicas, en dos estadios diferentes, pero complementarios entre sí. El primero es el relacionado con el “marketing de ideas y aspectos sociales” ya que la política pública es –en un comienzo, concretamente en sus etapas de creación, formación y formulación– sólo eso: una simple y la mayoría de las veces, una embrionaria, indefensa y solitaria idea que el gobernante debe convertir en realidad. Y no es por casualidad que esta obligación del gobernante sólo ahora surja, se presente actualmente ante el electorado o aparezca en este siglo ante la ciudadanía como por arte de magia, pues la misma definición de Maquiavelo de la política como “la búsqueda, conquista y mantenimiento del poder políticos” o la de Otto conde de Von Bismark como “el arte de hacer posible lo deseable”, sin dejar de lado la más reciente definición de política de David Easton como “la asignación con autoridad de valores en la sociedad”: todas las definiciones de política, así se lo demandan, exigen y hasta se lo conminan a todos los políticos, no sólo ahora, sino desde sus mismos orígenes, fuentes y concepciones de lo que es la política, aquella con “p” mayúscula. El segundo campo en el cual puede el marketing social ofrecer una real contribución a

las políticas públicas, es como herramienta de comprobada efectividad para el “cambio social voluntario” (CSV). Se logra con él que los ciudadanos estén más sensibilizados, sean menos prevenidos y actúen en forma más propositiva, todo ello, recurriendo a menores recursos. En otras palabras, se logra el cambio voluntario de la audiencia en forma efectiva: lo cual representa a su vez, dos estadios diferentes: el primero es que el planteamiento sea eficaz, en el sentido de que los ciudadanos lo comprendan, lo entiendan y por consiguiente lo acepten y se den fácilmente cuenta, lo entiendan y lo adopten, en el sentido de que lo que se les presenta es la solución adecuada a su necesidades, por cuanto está precisamente basada en lo que realmente ellos necesitan. Adicionalmente, que sea también eficiente, es decir, que se logre lo que previamente se ha propuesto o intentado, pero comprometiendo los menores recursos posibles. Con el marketing social se logra que la ciudadanía acepte, apoye y hasta promueva el cambio propuesto, con los menores recursos posibles, con menos esfuerzo y con mucha mayor facilidad. Esos son precisamente los ofrecimientos políticos que como propuestas de políticas públicas presenta el gobierno de turno, a consideración de sus gobernados. 4. El marketing de políticas públicas: ¿una propuesta útil para gobernar?

Los asesores de politing están en este mundo para evitar que los candidatos pierdan el tiempo buscando su rumbo. El marketing de políticas públicas –que es el caso que ahora nos ocupa– entraría, entonces, a formar parte del campo que cubre el marketing social. Y es que si bien es cierto que con el tiempo no se han aumentado las necesidades, las formas de satisfacerlas sí se han multiplicado y diversificado. Precisamente, a esas nuevas formas de satisfacer antiguas necesidades corresponden las campañas que tienen que ver con la promoción, difusión, comunicación y ahora con el marketing políticas públicas. De esas nuevas formas, vale la pena destacar tres, a saber: 1. La

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conquista del territorio de la mente de los ciudadanos. 2. El uso efectivo de las tecnologías de información y comunicación (TIC), que están ya a disposición para la promoción y difusión de políticas públicas y 3. La sociedad de mercado que abrió también la política al juego de oferta y demanda, como aquel mercado integrado por ciudadanos, quienes son los receptores de las consecuencias positivas o negativas que toda política pública conlleva. Con respecto al primero es conveniente iniciar resaltando el hecho de que anteriormente sólo se podía conquistar territorios por la fuerza. Sin embargo, a finales del siglo pasado, con el “posicionamiento” (Ries y Traut, 1992), se revoluciona la comunicación publicitaria y el marketing, al proponer conquistar el territorio de la mente. Concretamente, en el capítulo segundo, tercero y cuarto de este libro se presentan con los siguientes sugestivos títulos: “El asalto a la mente”, “Penetración en la mente” y “Las escalas mentales”. Este documento es una propuesta real y concreta, sobre la forma de conquista territorios –ya no por la fuerza– sino por medio del posicionamiento, ayudado en su empeño por la persuasión, el convencimiento,

municaciones. Los medios de comunicación masiva nos dan el don de la ubicuidad, podemos llegar a cualquier público en cualquier rincón del planeta o de un país. Los medios, asimismo, tienen un gran poder persuasivo y un atractivo característico que llega a toda esa gente que tiene relación directa o indirecta con una política pública determinada. Hoy día, las campañas para promocionar y comunicar ideas y aspectos sociales se caracterizan –y cada vez más se afianzarán esta tendencia– por la presencia significativa de los medios de comunicación social y por el imparable desarrollo de las TIC. La utilización de estas TIC –sólo como uno de los privilegios de recientes épocas– bien vale la pena trabajarlas y en forma coordinada utilizarlas dentro del marco que propone el marketing social, con miras a encontrar –consciente, organizada y planeada– vías reales y efectivas para la hechura, coordinación y manejo de todo el proceso integral de políticas públicas (Salazar-Vargas, 1999). En tercer lugar, la sociedad de mercado con su economía abierta también abrió el mercado a la política. Es necesario reconocer la existencia de “un mercado de ideas” en donde estas compiten entre sí. En esta arena hay toda una lucha

la segmentación, la diferenciación; todos ellos procesos inherentes a lo que se recomiendan para lograr cambios sociales voluntarios y los cuales se engloban a su vez –tal y como se vio en las anteriores secciones– bajo la inmensa sombrilla que no hace mucho tiempo abrió y nos compartió el marketing social.

política donde gana aquél que tiene la mayor capacidad para convencer y persuadir de que sus propuestas son las más viables y adecuadas para satisfacer las necesidades de la ciudadanía. Esas propuestas que posteriormente se implementarán y pondrán en marcha en forma de políticas públicas, ya que es realmente la forma como el gobernante de turno se puede comunicar con sus gobernados, que como jueces y supremos jefes se lo demandan.

En segundo lugar, también la tecnología abrió las perspectivas a un mundo inimaginable de co-


Por ahora, estas tres realidades son suficientes para permitir incursionar con confianza en el marketing de políticas públicas. Se pretende que esta propuesta sea una verdadera oportunidad para hacer posible lo socialmente deseable. Ante todo, es necesario aceptar que estamos en un periodo de transición que corresponde al inicio de un nuevo siglo, en donde no ha desaparecido la vieja forma de hacer política y la nueva, aún no se ha establecido por completo. De ahí que el actual proceder de la dirigencia política y de la burocracia de primera línea sea una rara mezcla de formas tradicionales y modernas. Es necesario, entonces, que tanto los especialistas en políticas públicas como los especialistas en marketing social conversen, para que –poniendo en común sus diferencias– se centren en trabajar en los muchos puntos de contacto que ya tienen. Y es que en esta época de cambio que indudablemente representa cambio de época, es necesario que se adapten y afinen nuevas habilidades que permitan incursionar con éxito a las nuevas formas de elaborar, trabajar y ofrecer políticas públicas, como soluciones viables a algunos de los innumerables y urgentes problemas de la sociedad actual. Con planteamientos como este del “marketing de políticas públicas”, necesariamente se cambian no solamente las respuestas sino que también cambian las preguntas y las interrogantes sobre cómo hacerlo, es decir: cuáles y cómo son las estrategias. Del mismo modo como en medicina el “diagnóstico” y el “tratamiento”, se han cambiado por la “predicción” y por la “prevención”, así mismo, con estas herramientas la competencia política se debe transformar, de tal modo que –poco a poco pero cada vez más– primen los proyectos, más que los perfiles de los personajes que los impulsan o promuevan. Lo anterior tiende a que la actividad política se mida con los parámetros establecidos por la ya famosa frase del profesor Pierre Muller (2006) de que “cada vez más, hacer política (en cuanto a politics) es hacer políticas (en cuanto a policies), intentando de paso “ciudadanizar” la

política y “democratizar” la misma democracia. No esperemos a lo que lamentablemente decían los indígenas bolivianos: “como ni el presidente, ni los intendentes, ni los parlamentarios... ninguno nunca, nos han consultado, hemos decidido consultarnos nosotros mismos”. Así, aspectos tales como la construcción de nuevos paradigmas, las nuevas dimensiones de un Estado democrático, la insurgencia de los ciudadanos en un nuevo orden diferente del establecido, una mayor y mejor gobernabilidad, las estrategias para un control por parte de los ciudadanos, y es que mediante la congruencia entre el marketing social y las políticas públicas se pueden detonar procesos participativos que permitan diseñar instrumentos metodológicos para que alcanzar o al menos buscar con más efectividad las diferentes alternativas de solución. Adicionalmente, es necesario advertir que cuando se habla del marketing social, el concepto ético es bien importante. Al ser entendido como un instrumento, como una estrategia o medio, al servicio del hombre, no tiene vida ni decisión propia. Al igual que un bisturí, el cual puede ser usado por un cirujano para salvar una vida y hacer un bien, o por un ladrón para dañar o robar a una persona, el instrumento en sí no es el responsable de su uso. Como dice Roy Campos (2003), “asignarle la maldad al instrumento sería como decir que un automóvil es “satánico” porque puede atropellar a personas o que el teléfono es “grosero” porque por él se puede ofender, no podemos asignar al instrumento la característica ni la intención de quien lo usa”. Así lo pueden utilizar para formular e implementar políticas publicas que pueden ser entendidas como buenas o malas depende del criterio, creencia o formación de quien o quienes las promuevan, apoyen o critiquen u obstaculicen. La sola publicidad política por sí misma, no ha sido capaz de llevar al triunfo a una o unas propuestas de políticas públicas, se han multiplicado ejemplos locales, nacionales y extranjeros en los que las campañas publicitarias han sido exitosas pero el gobernante ha perdido autoridad, imagen y posicionamiento. La expli-

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cación, en mucho, se encuentra en la necesidad de manejar las campañas con gran sensibilidad política, de ahí que paradójicamente quien deba dar las líneas de comunicación de una campaña social cualquiera, sea el estratega y no el comunicólogo. Este último lo que tendrá que hacer será reflejar esas líneas en la concreción de diferentes medios de comunicación que van desde el lema hasta los medios más complejos y caros como los mismos electrónicos, con la suficiente racionalización de recursos y de información que no sature pero que sí multiplique el efecto de los mensa-

to, milimétrico, dar en el blanco. Para ello, el estratega debe tener elementos y conocimientos cada vez más complejos, cada vez más certeros apoyados en talento e imaginación creativa para poder competir en el mercado electoral y “mercadear” adecuadamente a su electorado las políticas públicas por él propuestas y que ahora en su papel de gobernante le corresponde implementar y poner en marcha.

jes. Por eso, de ninguna manera el marketing puede sustituir el ejercicio de la política, ni de los políticos profesionales ni de los politólogos: un instrumento publicitario jamás podrá sustituir al enigmático arte de hacer política. Más aún, la estrategia es un proceso sistemático y controlado que permite diagnosticar, planear, elaborar y evaluar las diferentes etapas de una campaña relacionada con el marketing de políticas públicas. De ahí que la estrategia política es un arma poderosa que permite conocer al adversario, a los públicos, al contexto y, desde luego, puede proporcionar opciones sobre cómo conquistar la victoria. Es el estratega político a quien le toca diferenciar y posicionar a los candidatos, a los partidos y posteriormente –después de elegidos– posicionar esa oferta política que como políticas públicas sus gobernados las deben conocer, distinguir, apoyar, aceptar y hasta defender.

y tratar con situaciones tan delicadas como la identidad, los símbolos, los ritos, las percepciones, las creencias, la credibilidad, la verosimilitud, la legitimidad, entre otras. Por eso, certeramente se asegura que el marketing social es una ciencia social (Crosier, 98) en la medida que sistematiza conocimientos, explica los patrones políticoconductuales de los ciudadanos, incorpora un proceso de racionalidad en la toma de decisiones, reduce la incertidumbre en los procesos políticos, usa distintas metodologías cuantitativas y cualitativas para sus estudios e indagaciones, acumula una serie de saberes y conocimientos sociales, así como predice, con cierto rigor científico, el comportamiento futuro de los ciudadanos constituidos como “mercados” electorales o de ciudadanos. Concretamente, el marketing social en lo que tiene que ver con las políticas públicas se preocupa centralmente por estudiar y entender los patrones político conductuales de los ciudadanos, integrados como mercados políticos de ciudadanos, para, a partir de su conocimiento, diseñar estrategias de comunicación y persuasión. Estudia, también, los procesos de intercambio político voluntario que se dan entre

Antes, las campañas para el cambio social equivalían al disparo de un escopetazo con el que los perdigones caían indistintamente, con las campañas modernas el tiro debe ser exac-

El trabajo no es fácil, ya que no se trata de vender productos estáticos que no se mueven de un anaquel, se trata de mercadear intangibles


los ciudadanos y la clase política, así como los fenómenos relacionados con la construcción de legitimidad, de mayorías electorales estables y de afianzamiento de la gobernabilidad. Después de analizar lo anterior, no resulta difícil entender que lo que persiste en muchos críticos del marketing social –concretamente en el caso del marketing de políticas públicas– es un apego al pasado, una melancolía con las formas tradicionales de hacer política, una nostalgia con los sistemas predemocráticos y una resistencia al cambio. Si bien es cierto que el marketing de políticas públicas no es la panacea, tampoco se vale satanizarlo. Sólo resta decir que el marketing de políticas públicas es un campo del saber aún joven en América Latina, sin intencionalidad propia (ni malo ni bueno) que reclama de sus impulsores una serie de trabajos académicos, tanto teóricos como metodológicos, para tratar de dar más y mejores explicaciones al complejo proceso de intercambio político voluntario, propio de una sociedad democrática.

integral, propia y particular. No se pretende tampoco hacer apología a los anglicismos, simplemente es aceptar que si en el comercio el mercadeo ha sido útil para conseguir compradores y generar demanda, el politing es una alternativa político electoral efectiva, para encontrar adeptos, conseguir electores y ganar votos. Visto así el politing, no tiene nada que ver con fabricar presidentes o vender invendibles. Más aún, el cuento del peinado del candidato, su sonrisa y demás arandelas, son simples nimiedades al compararlas con el marketing de ideas, campo novedoso del politing, que fue la respuesta a la pregunta de que ¿por qué no se puede vender fraternidad, como se vende un jabón? Y es que quienes se lanzan a la arena política, tienen que contar con una guía que les señale el camino correcto y ese no es oficio ni función de herramientas como la comunicación. Que la comunicación política es importante, es innegable; pero considerarla aislada del marketing, es un error grave.

4.1 Una breve mirada al marketing político integrado: del marketing al politing

Porque para que la comunicación sea efectiva (eficiente: más votos con menos recursos y eficaz: que las estrategias impacten), se requiere previamente haber respondido a interrogantes tales como el grupo electoral al cual va dirigido el mensaje; la clase de electores que conforman éste segmento, sus necesidades y deseos; cómo se comportan; cuál es el posicionamiento del candidato; cuáles las variables para diferenciarlo, el valor agregado que le ofrece al elector y otros, cuya respuesta es del politing y esa su ventaja comparativa frente a otras alternativas. Es frecuente, también, la confusión entre politing y publicidad política; ésta es sólo una de las 4P’s, que junto con el producto, el precio y la plaza, muy bien manejan los mercadólogos. Por eso ya no son suficientes las opiniones aisladas de publicistas y creativos. Ellos traducen y plasman en un anuncio (pancarta, foto o video) la estrategia de politing previamente acordada, fundamento y dirección de toda campaña política.

Si la política es el arte de hacer posible lo deseable (Bismark), el politing es el arte de hacer deseable lo posible. Quien se somete al escrutinio electoral busca alternativas para conseguir votos. Unos los compran o acarrean electores; otros eligen la vía legal y aquí se incluye el marketing político. Aunque el término lesiona los oídos, no es otra cosa que la conjugación de mercadeo y política; como algunos asimilan mercadeo a compra/venta, se popularizó el anglicismo marketing para que los distraídos no lo confundan con la “compra y venta de votos”. Aplicando el sabio principio de que a realidad nueva, concepto nuevo, se propone ahora el vocablo politing (con acento en la “o” para más señas) como calificativo de esta nueva realidad, pero concebida, tratada y trabajada en forma

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Tampoco falta en este campo el “embaucador”, que locuazmente predica utopías seudo científicas que no respetan al candidato, agazapándose en la conocida frase de que una imagen vale más que mil palabras. Como filosofía, el politing pregona que toda acción se inicie en el mercado: el candidato debe, entonces, auscultar la voz de su electorado, que le indica la dirección correcta, hasta el punto de que lo importante no es que la gente sepa de política, sino que el político sepa de gente. Consecuentemente, el candidato no puede pretender interrogarse a sí mismo, para saber lo que piensan sus electores. Obviamente la validación del marketing en la política –aunque posible– no está exenta de peculiaridades. De ahí que en otros países los equipos de politing cercanos al candidato están conformados por profesionales que conjugan –en una misma persona y actividad– esta nueva realidad, cuyo estudio ya existe en varios y serios centros de educación superior en América Latina. Porque el hecho de reunir mercadólogos y politólogos no asegura ni la socialización del lenguaje, ni el tiempo necesario para el acople. Como en el conocido desayuno, no es lo mismo el caso de la gallina que con su huevo sólo se involucra, al del cerdo que con su jamón se compromete. 4.2 El antes y el después se conjugan en el marketing político integrado, politing

Experiencia es lo que consigue un candidato cuando no sigue cuidadosamente las instrucciones de su asesor de politing.

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Una de las grandes diferencias entre el marketing político tradicional y el politing o marketing político integrado tiene que ver con el alcance que ofrece cada una de estas dos propuestas. De todas formas, ambas son alternativas útiles para que las campañas electorales se realicen con mayor efectividad: lograr más con menos recursos. De ahí que ningún asesor serio –en cualquiera de estas dos áreas– pueda asegurar o prometer una

victoria electoral. Sólo puede comprometerse a aumentar las probabilidades reales y las posibilidades actuales de alcanzarla. Y es que el marketing político tradicional –tal y como se ha venido estudiando, trabajando y difundiendo hasta ahora– tiene que ver única y concretamente con el periodo preelectoral, aquel que cubre las elecciones y termina con la victoria o no del candidato que en él se apoya, y hasta ahí llega. La propuesta del politing va mucho más allá, al involucrar ese importante periodo posterior a la elección, cuando el candidato está ya en funciones gubernamentales. De acuerdo con esto, el politing une y cubre tanto el marketing político, aquel que se realiza antes –“pre” – a una elección, con el “post”, ese marketing de políticas públicas que únicamente se pude llevar a cabo cuando el candidato es ya gobernante. Parece una simple cuestión de tiempos y alcances. Sin embargo, la responsabilidad, el compromiso y las intenciones que tiene un candidato con respecto a su accionar en el futuro condicionan y hasta transforman su comportamiento en el presente. Porque toda visión de futuro, influencia y modela toda actuación en el presente. Consecuentemente, el politing al concebirse, analizarse y trabajarse dentro del marco que ofrece la posterior implementación de aquellas políticas públicas que el candidato prometió e incluyó en su programa político, hace que la responsabilidad del candidato cambie, al igual que sus compromisos y las estrategias que él difunde y promociona con el marketing político. Por eso, en el politing no basta con salir elegido. Es necesario responder por lo que se prometió en la campaña y esta condición debe quedar bien clara tanto para el candidato, como para los asesores en este campo. De ahí que prometer en forma exagerada (situación tentadora y bien fácil cuando se es candidato) es tan peligroso y dañino para el futuro de un político profesional, como quedarse corto o no hacer ofrecimientos.


Adicionalmente –y teniendo en cuenta que para nadie es una novedad– el marketing político tradicional padece de un marcado desequilibrio entre el aporte de cada una de sus dos áreas generatrices: el marketing y la política: basta observar el gran peso que tiene el primero, con respecto a la contribución de la segunda. Un sano y esperanzador planteamiento del politing, es que la política (obviamente, aquella que se escribe con “P” mayúscula) tenga mayor representación y presencia y que con su importante bagaje contribuya más a su novel estructuración. El sustento y fundamento de esta solicitud se encuentra precisamente en la misma definición de “política” y para comprobarlo basta con recurrir a los enunciados que de ella ofrecen tres importantes pensadores: Maquiavelo, Bismark y David Easton. Maquiavelo pregona que política es “la búsqueda, conquista y mantenimiento del poder político”. Es fácil observar, entonces, que el politing tiene que ver no sólo con la búsqueda y conquista del poder político, sino también con el mantenimiento y la forma como se realiza y se concreta en hechos tangibles. Ese “hacer posible lo deseable” que pregona Bismark, implica que la política sólo se concrete al convertir en hechos tangibles las propuestas hechas en la campaña electoral. Easton también refuerza lo anterior, al entender la política como “la asignación –con autoridad– de valores en la sociedad”. Obviamente para poder asignar valores con autoridad se requiere que el candidato esté ya electo, es decir, esté gobernando. Por eso el politing, tiene que abarcar –debido a ese claro mandato contenido en y desde su misma definición– no sólo la época “pre” sino también aquella “post” de las elecciones.

Lo anterior tiene repercusiones éticas, implicaciones metodológicas y razones sociales en los resultados a largo plazo, al unirlos, coordinarlos y condicionarlos con el largo plazo, comprometiendo así todas las acciones en el futuro, pues la visión de verse como gobernante, condiciona lo que piensa, diga y haga el candidato logrando que la responsabilidad en ambas etapas, se ajuste y complemente mutuamente. Con ello se logra –entre otras cosas– evitar que se hagan promesas irreales o que no se puedan cumplir, tales como 15 minutos para resolver conflictos, tasas de crecimiento exorbitantes, pan y circo para el pueblo. Así, a pesar de que el marketing político y el marketing de políticas públicas son hasta ahora áreas de estudio diferentes y campos de análisis distintos, en el politing encuentran y comparten una benéfica continuidad y tienen su razón de ser como complemento uno del otro. El hecho, entonces, de trabajarlos juntos y en forma integrada, despacio y con buena letra, es un muy buen consejo a favor de la democracia. 5. A manera de reflexión. ¿Comentarios finales o consejos pertinentes?

Todo consejo de un asesor de politing debe siempre consumirse entre dos gruesas rebanadas de duda.

Los conocimientos que propone el marketing político, el social y ahora el de políticas públicas, son amplios y diversos, teniendo que ver, todos ellos, con el comportamiento social y político de los individuos, los procesos de comunicación política y de construcción de imagen pública, así como el estudio de las campañas electorales y

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los patrones que permiten construir legitimidad y lealtad política por parte de los ciudadanos. El marketing de políticas públicas permite explicar, además, la causalidad de los fenómenos de intercambio político y de renovación de la representación pública en tiempos electorales, ayudando también a conocer los factores que inciden en el proceso de cambio político. Así como “la lucha electoral comienza la mañana siguiente a la noche de las elecciones”, también el trabajo por la implementación por parte del gobierno, de aquellos programas propuestos en su campaña política, deben empezar antes de la victoria electoral, al igual que las acciones encaminadas a lograr la comunicación de esas políticas y su aceptación por parte de la ciudadanía. Otra herramienta de estos recientes años, tiene que ver con el murmullo agregado: ningún anuncio o vendedor puede convencer sobre las virtudes de un producto/servicio/ bien/idea/política pública, tan persuasivamente como un amigo, conocido, anterior cliente o experto independiente. Por eso, M. Cafferky asevera que la palabra que va de boca en boca es el método de “baja tecnología” que tiene el cerebro para revisar toda la campaña publicitaria de “alta tecnología” que viene del mercado. De ahí que muchas organizaciones buscan los early adopters (individuos que gustan adquirir los nuevos productos/servicios/ideas/bienes/ políticas públicas) para que hagan el resto del trabajo como vendedores sin sueldo. De ahí que la “persuasión” sea un componente importante del marketing social. Además, es un rasgo esencial e indispensable de la democracia porque es la única manera de buscar el apoyo para una oferta (opción) política sin hacer uso de la fuerza. Si un ciudadano elige actuar siguiendo las recomendaciones de los mensajes persuasivos es porque los acepta individualmente o internaliza la posición definida (Smith, 2002). Toda campaña de promoción, difusión y divulgación de políticas públicas son rituales de persuasión entre los gobernantes y el electora-

do. A medida que el porcentaje de ciudadanos independientes o indecisos aumenta, la profesionalización de los persuasores de la política se consolida. La persuasión es una empresa prospera en naciones donde la escasa lealtad a un partido deja una gran proporción del electorado susceptible de ser persuadido. Así mismo, la persuasión es una comunicación intencionada y premeditada, de tal forma que toda persuasión es comunicación, pero no toda comunicación es persuasión. No faltan también las críticas a este nuevo campo del conocimiento. La mayoría de las críticas que se le hacen al marketing son producto de la crisis paradigmática en la que han entrado varios analistas y estudiosos de la política, quienes no entienden la nueva realidad ni las formas como se hace, procesa y actúa políticamente bajo una democracia liberal. Hoy se exige, por ejemplo, proyectos, ideas y posiciones ideológicas a los candidatos, gobernantes y partidos políticos, a lo cual, de ninguna manera, se contrapone a lo que propone o promulga el marketing social, pero la mayoría de los electores latinoamericanos no les interesa las cuestiones ideológicas. Además, a di-


ferencia de los sistemas políticos totalitarios y autoritarios que se sustentaban en la cohesión y coacción ideológica, la democracia es uno de los sistemas políticos que enfatiza más en la pluralidad y el pragmatismo político que en las cuestiones ideológicas. Hoy día la gente pide un gobierno de resultados, propio de sistemas democráticos, no credos ideologizantes, ni doctrinarios característicos de sistemas totalitarios. Indudablemente, muchas críticas se deben al desconocimiento de lo que en realidad es el marketing social. Al escuchar y leer los señalamientos de los críticos, no se puede más que recomendar que profundicen sobre su concepto y su objeto y campo de acción, no dejándose ir por la superficialidad. Lo decimos enfáticamente, el marketing es algo más que “spots” publicitarios, encuestas e imagen. Es una “ciencia social” (Crosier, 98) que es producto y consecuencia de la democracia y que no necesariamente implica una contraposición con los principios éticos de la sociedad. Un conferencista amigo acostumbraba terminar sus presentaciones diciendo que las herramientas estaban ahí y sólo debíamos empezar a utilizarlas. Efectivamente, antes que satanizarla es necesario aprender la utilidad que puede aportar a la política. Los que están convencidos de ello y lo utilizan, comienzan a ascender, por eso el planteamiento de una campaña de marketing social se propone en diversas pero continuas y secuenciales etapas: la primera es sensibilizar y que la gente conozca la propuesta, luego es necesario informar sobre las cualidades, después motivar a la gente con algo que le conmueva que sea parte de sus objetivos, de su vida, para posteriormente, llegar a la acción, esto es, al voto o aceptación de esa política pública. Por último es necesario preguntarse si se logró o no la deseada satisfacción. Precisamente, este proceso es un buen ejemplo del modelo AIDA(S) descrito anteriormente. Y ya habiendo despertado la atención con esta propuesta relacionada con el marketing de políticas públicas, continuemos, entonces, siguiendo en forma juiciosa y ordenada cada una de las etapas posteriores.

5.1. El proceso político y el marketing hoy día: muchas particularidades

Un buen asesor de politing es la única alternativa que le queda al candidato en el sendero cierto de lo incierto. Vale la pena enumerar ahora algunas característica de cómo se ha venido desarrollando el proceso político visto desde la óptica del mercado, entendido este como la reunión de electores, votantes y ciudadanos, al final de cuentas quienes gozan, sufren, disfrutan o padecen el impacto de las políticas públicas. Es fácil y frecuente observar muchas estrategias que reflejan un tremendo desdén y un profundo desprecio por el elector, votante, ciudadano, receptor, oyente, por esos que ofensivamente algún político mexicano denominaba como “la infame turba” o un dictador centroamericano se refería a ellos como “el oscuro e inepto vulgo”. Existe aún un innecesario dilema en cuanto a la forma de ver el proceso desde la conveniencia del lado de la oferta política y observarlo desde el lado de la demanda: del recetor, usuario, ciudadano, del mercado. Sin embargo, iniciar –y también terminar– todo el proceso a partir del usuario, desde él y precisamente para él, ya se observa en muchos sectores de la actividad política en general y de la gubernamental en particular. Se espera lograr una adaptación, ajuste y/o cambio, pero iniciándolo siempre desde el lado de la demanda. Precisamente, desarrollos como el empoderamiento o facultamiento (empowerment) han reforzado la propuesta del marketing social de acelerar este cambio, haciendo énfasis en trabajar cada vez más y en mejor forma de tal manera que la demanda sea la que guíe, modele y condicione cualquier oferta política. Aún se observa una innecesaria hegemonía de lo cuantitativo sobre lo cualitativo. Sin embargo, es clara la tendencia a lograr un deseado equilibrio sobre todo en lo que se refiere a herramientas de investigación el mercado político, electoral, social y ciudadano.

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Es necesario identificar, clasificar y priorizar la demanda social para detectar polos de desarrollo, lo cual se puede lograr en forma ordenada efectiva con la investigación de los “mercados sociales”. Se han venido ignorando sistemáticamente las necesidades, deseos, preferencias y gustos de los electores, lo cual puede ser muy costoso tanto para los políticos profesionales como para sus mismos partidos. Mejorar la democracia es obligación de todos y para ello es necesario poder indagar y lograr conocer el programa político de todos quienes disputan mediante una contienda electoral, un puesto de elección popular. Ese es un requisito necesario para una posterior exigencia por parte de los ciudadanos-electores. Este es uno de los inaplazables compromisos de la democracia, y el cual puede lograrse en mejor forma, con estrategias de marketing social. Cada vez más, el marketing social es una de las alternativas reales y prácticas para promover y alcanzar el voto útil. En últimas este, es uno de los resultados que demuestran la efectividad del marketing social, concretamente, en todo lo relacionado con el programa de gobierno, ya que cualquier programa político se considera como un compendio de intencionalidades de políticas públicas, que deben ser cumplidas, mediante su implementación por parte del candidato, cuando es ya gobernante. Es muy conveniente y hasta necesario reconocer que existe un “mercado de ideas”, donde compiten las de los diferentes candidatos en contienda. El reconocimiento de ese mercado de ideas es un inicio bien importante y guarda una estrecha relación con las políticas públicas, sobre todo en lo que hace a su cumplimiento y concretamente en su fase de puesta en marcha. De ahí la necesidad de que “el ciudadano de a pie” conozca por quien vota y sepa utilizar técnicas complementarias que ya forman parte del bagaje ecléctico del marketing político integrado o politing, tales como el “análisis del discurso -ADD” y la evaluación científica del CV

(hoja de vida) del candidato, obviamente desarrollado por instituciones imparciales y de reconocida seriedad y profesionalismo, son una muy buena ayuda en este sentido. Una verdadera democracia sólo puede prosperar dentro de un entorno de economía abierta y competitiva. Así como experiencias en “lo privado” han sido fehacientemente validadas, metodologías realmente certificadas y propuestas certeramente aprobadas, es importante que sirvan de base, comparación, referencia o acicate para “lo público”. Indudablemente, propuestas útiles en uno de esos campos deben ser viables y convenientes para el otro. Precisamente, esta novedosa propuesta relacionada con todo el campo de las de políticas públicas –metodológicamente hablando– es una excelente oportunidad para combinar estos dos campos. Más aún, el desarrollo tanto teórico como práctico sobre el empresariado como actores importantes, reales y decisivos en todas y cada una de las etapas del ciclo de vida de las políticas públicas es un tema que más temprano que tarde debería iniciarse. Y es que la necesaria, urgente e inaplazable colaboración mutua entre lo privado y lo público, cuyos límites y contornos están cada vez más desdibujados deben servir como verdadera y singular oportunidad para integrar el marketing social con las políticas públicas. Que este sea no el único pero sí un urgente llamado para iniciar toda una serie de estudios e investigaciones sobre la forma como estos dos campos se deben conectar y se pueden ayudar para elaborar conjuntamente políticas públicas. Analizando, copiando y adaptando experiencias de otros países en donde la empresa privada es un factor importante para la hechura de políticas públicas y se ven el uno y el otro como verdaderos actores sociales en la construcción de espacios de colaboración mutua, tal y como es el caso de Japón, Alemania, Gran Bretaña, Canadá y muchos otros países. Indudablemente, vivir, actuar y hasta pensar democráticamente se aprende. De ahí que aquellos países en donde ese sistema democrático lleva ya un tiempo recorrido y la estruc-


cidar sus carencias, ubicar los malos entendidos y corregir los métodos utilizados para su promoción, difusión, estudio y práctica. Lo anterior, aunado al ofrecimiento de un indispensable marco ético –tan necesario para su desarrollo– ha hecho de esta propuesta un verdadero y esperanzador camino para corregir los garrafales errores cometidos en la concepción y aplicación del marketing político tradicional. Los interesados en este tema pueden recurrir al libro Politing: marketing político integrado, recientemente publicado (2006) por la Universidad Externado de Colombia. 5.2 Del marketing a la política… Pero también viceversa

Muy a menudo un asesor de politing encuentra su rumbo en el camino que toma para evitarlo.

turación de construcciones democráticas es más viable, tienen la gran responsabilidad de transmitir sus experiencias, ofrecer sus recomendaciones y brindar sus conocimientos, sobre todo en lo que respecta a las formas apropiadas para transitar por estos procesos. Bajo el nombre de “politing: marketing político integrado”, recientemente se ha venido englobado toda una propuesta seria e integral, como respuesta a la necesidad sentida de repensar todo el campo del marketing político tradicional. Con base en análisis serios sobre la real efectividad del politing en varios países latinoamericanos, se ha logrado detectar y clasificar sus falencias, dilu-

Uno de los objetivos que se buscan con el politing es al menos equilibrar la participación que la política (aquella que se escribe con “P” mayúscula) tiene en el marketing político tradicional. Y no se trata de igualar por igualar, de emparejar por el simple hecho de dar un equilibrio, sino porque se están desaprovechando las inmensas oportunidades que puede aportar la política a esta relación, lo cual ha originado – entre otras cosas– que se reduzcan, se acorten y se queden incompletos los campos de acción cobijados por el marketing político tradicional. Porque un hecho inobjetable es que el marketing (y precisamente el comercial) generosamente aportó, eficazmente cubrió, pero también, muy rápida y tenazmente invadió y copó el nuevo –y por lo mismo muy abonado– campo del marketing político, dejando totalmente de lado infortunadamente el mucho más antiguo –y por lo mismo, mejor cimentado– campo de la política. Y es que el ámbito de la política es bien amplio y tiene la real posibilidad de enriquecer al politing. Baste con pensar que en nuestro idioma castellano –en realidad en todos los idiomas con ascendencia latina– la palabra política tiene dos acepciones diferentes.

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La primera corresponde a la expresión inglesa politics con la cual se designa la competencia política, especialmente entre partidos y a través de estrategias desarrolladas por los políticos profesionales. Es la actividad dirigida a la búsqueda, conquista, ejercicio y mantenimiento del poder o –como algunos la denominan– es “el arte de lo posible” o mejor, de “hacer posible lo deseable” y en palabras de Easton, “es la asignación –con autoridad– de valores en la sociedad”. El segundo significado hace referencia al vocablo inglés policy (policies en plural) con significado de directriz para alcanzar objetivos previamente establecidos, o cursos de acción deliberadamente adoptados y perseguidos, para conseguir determinadas metas. Esto quiere decir que el politing cobija –no sólo el área que ha intentado cubrir muy parcialmente el marketing político tradicional– sino también aquella incluida dentro del marketing de políticas públicas, ya que el programa político que todo candidato debe tener, proponer y mercadear es un compendio de intencionalidades de políticas públicas (policies) que de ser elegido, debe convertir en realidad con hechos palpables y tangibles. De ahí que sea desde el mismo inicio de la campaña política, donde las policies se hacen presentes y son plasmadas en el programa político como representación de las propues-

tas que el candidato presenta y comunica a su electorado con el fin de que las conozcan, las apoyen y que las voten (y que no las boten a la basura), siempre y cuando el candidato esté interesado en que las promesas que hace en la campaña, se conviertan en realidad. Entran así entonces las políticas públicas a formar parte del campo del politing, hecho que es cada vez más representativo, pues tal y como lo asegura el profesor Muller: cada vez más hacer política (en el sentido de politics) es hacer políticas (en el sentido de policies). Es decir, que cada vez más se vota por las obras y programas que como políticas propone un candidato, más que por su figura o por su partido político. Tratando de hacer una aproximación al problema, es posible aseverar que en nuestro rico idioma, no existe la deseada unidad conceptual en torno al término política, lo cual origina que se conozcan, practiquen y difundan los medios de la política, ignorando, relegando y fácilmente olvidando sus fines. Esa es una de las razones por la que muchos aspectos políticos se dejan de lado o simplemente ni siquiera se tienen en cuenta en el marketing político tradicional. Simplemente como abrebocas para posteriores investigaciones, vale la pena incluir en un pequeño listado, temas como el comportamiento del elector (mas no del consumidor) la


administración de relaciones de afiliación, poder y logro, los análisis de coyuntura, la ubicación, capacidad, recursos, poder de convocatoria y tiempo de respuesta de los actores políticos, económicos y sociales, el rico campo del poder, la geopolítica y todas las demás áreas relacionadas como la psicología política, la antropología social, el inmenso campo del liderazgo social y político, los grupos de poder, influencia, referencia y de presión, los intercambios sociales, políticos y electorales, las técnicas efectivas de cabildeo, negociación, prospectiva política, alianzas estratégicas y liderazgo político, los medios más efectivos para iniciar una política pública, la formas de cerrar la brecha entre la formulación y la implementación (que nos es implantación), el ciclo integral de una política pública, la definición y concreción de políticas, objetivos, metas, estrategias y tácticas, la estructuración y manejo de la agenda del candidato y esta relación es parcial y sólo muestra una mínima parte de las inmensas posibilidades que se están desaprovechando al dejar casi totalmente de lado toda esa benéfica contribución de la ciencia política. Definitivamente los tópicos directamente relacionados con la política que pueden ofrecer luces y brindar fortalezas al politing son de por sí, inmensos y muy ricos. Afortunadamente, algunos investigadores serios han aceptado este reto y están trabajando ya en esta línea. Por eso, en un muy corto tiempo, las copias entre los asesores de politing, serán mucho más numerosas que los originales. Bibliografía­

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¿Cómo responsabilizar a un legislador que miente? Una propuesta para acotar la inviolabilidad parlamentaria

Fernando Dworak

Uno de los temas recurrentes en la agenda para la Reforma del Estado es aquel que aboga por un “cambio de régimen”. Esto es, el tránsito de nuestro arreglo presidencial a uno semipresidencial o incluso parlamentario. Quienes defienden estas ideas argumentan que nuestro sistema ha entrado en decadencia, pues se había concebido para el dominio de un solo partido. De esa forma, prosiguen, la pluralidad política existente obliga a que se adopten figuras propias de regímenes parlamentarios, como sería la creación de un Jefe de Gabinete responsable ante el Congreso, o la introducción de procedimientos tomados de aquellos países.

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El ejemplo más reciente de esto fue la reforma que se acaba de realizar a los artículos 69 y 93 constitucionales, para incluir la llamada “pregunta parlamentaria”. De esta forma, las cámaras podrán llamar a cualquier funcionario público de

nivel superior para responder preguntas de los legisladores. Los convocados estarán obligados a decir la verdad bajo protesta. Este tipo de propuestas debería encender focos rojos, pues la raíz del problema no son las facultades en sí, sino el posible uso faccioso que nuestros legisladores les puedan dar. Frente a esto, nadie ha propuesto mecanismos que los haga responsables ante las posibles faltas, omisiones y excesos en que podrían incurrir al ejercer tales atribuciones. Por ejemplo, y en referencia a la formula sacramental que significa la protesta de decir verdad, ¿cómo podrían los legisladores definir si una persona miente o no? Una atribución sin acotamientos lleva al abuso y a la irresponsabilidad. El sistema resultante podría ser incluso peor al que teníamos hace unos años, cuando


dominaba un partido hegemónico: la dictadura de una asamblea que sólo rinde cuentas a unas dirigencias partidistas. Desafortunadamente ese tipo de abusos son cotidianos. Para dar el ejemplo más reciente, el 17 de junio pasado el diputado de Convergencia, Cuauhtémoc Velasco Oliva, denunció públicamente y sin presentar pruebas que la Secretaría de Hacienda intentó sobornar a legisladores con 2.5 millones de dólares, a cambio de que votasen a favor de la reforma energética planteada por el presidente Felipe Calderón. Para hacer

¿Qué son las prerrogativas parlamentarias? Para ejercer sus atribuciones a nombre de la ciudadanía en su conjunto, un órgano legislativo necesita mantener su autonomía frente a los demás actores políticos y sociales. De lo contrario, se convertiría en poco más que el agente de los intereses de algún grupo determinado. Por lo tanto, fue necesario diseñar garantías para que estas asambleas puedan defender y mantener su independencia. Las prerrogativas parlamentarias –es decir, la inviolabilidad y la inmunidad– son aquellos

La consolidación de los regímenes democráticos propició que los legisladores comenzaran a abusar de sus prerrogativas, en la medida que ofrecían rangos de protección que se habían vuelto innecesarios.

este pago, afirmó que se había integrado un fondo de mil millones de dólares procedentes de los excedentes petroleros. Aun cuando incluso llegó a enviar cartas a sus 499 compañeros diputados y a los 128 senadores para hacerles llegar la denuncia, invitándolos también a transparentar su situación patrimonial, nunca pudo demostrar su acusación con pruebas: sólo aludió a dichos de terceras personas. Mientras tanto, la imagen del gobierno se desgastó. ¿Se puede hacer algo contra este tipo de abusos? Claro que sí, aunque al parecer quienes menos están interesados en esto son los propios legisladores: acotar los alcances de la inviolabilidad parlamentaria. El presente texto se propone definir esta prerrogativa y presentar una reforma en esta materia.

derechos que tienen las asambleas legislativas para desempeñar sus funciones con independencia, manteniendo así la libre expresión de su voluntad y facilitando el cabal cumplimiento de sus deberes. El debate académico identifica las prerrogativas como parte de las facultades, derechos, obligaciones y responsabilidades estatutarias a las que está sujeto el legislador. Se habla aquí de, por ejemplo, los requisitos para ser elegible, las incompatibilidades y prohibiciones al mandato, las medidas de control sobre el ejercicio, la transparencia financiera y la remuneración económica. Las prerrogativas son la piedra angular para el funcionamiento de una asamblea, pues a partir de éstas surgieron las demás disposiciones reglamentarias. Es decir, si los legisladores

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gozan de libertad de palabra en su seno, entonces la institución tiene derecho a definir de manera autónoma la forma en que se organiza y conduce sus sesiones. Estas prerrogativas no implican que un legislador sea libre de hacer lo que desee: un derecho sin controles deriva en abusos e impunidad por parte de sus titulares. De esa forma, los diversos países han generado criterios y procedimientos para acotar el alcance y ejercicio tanto de la inviolabilidad como de la inmunidad.

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amonestaciones hasta la suspensión temporal e incluso la expulsión del legislador. Este régimen disciplinario se encuentra definido por lo general a nivel reglamentario, aunque sus bases se podrían encontrar en los textos constitucionales.

El criterio generalizado es que la titularidad de las prerrogativas corresponde al órgano legislativo, pues no se defiende a los miembros como personas, sino a las funciones que desempeña la institución de manera colegiada. Por lo tanto, tras definirse los alcances de las prerrogativas en el marco legal, puede la asamblea en pleno –o en ocasiones otro órgano– otorgarlas o levantarlas.

¿Qué es la inviolabilidad? Si bien cada nación ha modificado los alcances de la inviolabilidad, una definición básica puede entenderse como la protección de que gozan los miembros del parlamento contra cualquier acción legal que se realice a partir de sus opiniones o votaciones expresadas dentro de los procedimientos parlamentarios. En esencia, se trata de una adición a la libertad de expresión cuya finalidad no es eludir las exigencias profundas de la justicia, sino servir a razones políticoconstitucionales de libertad y representación de la sociedad. A partir de este entendido, los diversos países han adoptado diversas acotaciones o ampliaciones a esta prerrogativa y sus alcances.

Por cuanto al funcionamiento interno, se ha reconocido que el presidente de la mesa directiva tiene la facultad de imponer medidas disciplinarias que garanticen el orden durante las sesiones; pues lo que se debe proteger no es la libertad de palabra en sí, sino de la opinión que se expresa durante las funciones parlamentarias. En estos casos, las sanciones pueden ir desde

Aunque todos los países consideran que los legisladores son inviolables por sus opiniones, en ocasiones esta prerrogativa se extiende a otros sujetos, como podrían ser los testigos que comparecen ante el Pleno. Además, los regímenes parlamentarios amplían el derecho a los miembros del órgano deliberativo que forman parte del gabinete.


La inviolabilidad existe para garantizar la voluntad de servicio de los parlamentarios a los intereses políticos. Durante el siglo XIX, al adoptarse esta prerrogativa, las respectivas comunidades se encontraban radicalizadas. Esto hacía que las libertades estuviesen en constante peligro. Por lo tanto era necesario definir este derecho en su sentido más amplio: la protección de los actos o votos que emita el legislador en el desempeño de sus funciones. La consolidación de los regímenes democráticos propició que los legisladores comenzaran a abusar de sus prerrogativas, en la medida que ofrecían rangos de protección que se habían vuelto innecesarios. Esto ha llevado a que se acoten sus alcances a través de dos vías. En primer término, diversas cortes supremas o, donde existen, los tribunales constitucionales han establecido interpretaciones restrictivas a este derecho. A partir de éstas, los reglamentos internos de los órganos legislativos han acotado los alcances de la inviolabilidad. Las interpretaciones que se han hecho definen los “actos parlamentarios” como aquellos que tienen lugar en el pleno o las comisiones. Por cuanto a la segunda vía, algunas constituciones llegan a establecer otras ampliaciones

o restricciones al ejercicio de este derecho. De esa forma, puede considerarse que la protección no se aplica cuando el legislador incurre en actos como la difamación, injurias, calumnias, amenazas, delitos contra el honor, coacciones, distintos supuestos de apología delictiva o divulgación de secretos de Estado. Otros países restringen la inviolabilidad a procesos civiles, penales o disciplinarios, pudiéndose o no requerir del consentimiento previo de la asamblea para procesar al legislador. Un problema que se ha planteado es si son también inviolables las reproducciones impresas o electrónicas de los debates, minutas, gacetas, documentos privados o cualquier otra publicación de un órgano legislativo. Al respecto, el criterio generalizado favorece la definición de esta protección en las leyes secundarias; siempre y cuando sean fieles a cuanto se dijo o realizó. De igual manera, se ha discutido la conveniencia de proteger o no las declaraciones y entrevistas hechas fuera de las sesiones, los mítines y actividades de los grupos políticos, la participación en debates transmitidos en los medios electrónicos, las relaciones con los electores, las misiones organizadas por las autoridades parlamentarias o cualquier otra intervención en la

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vida pública con el fin de ayudar a conformar la opinión pública. El criterio más generalizado no le otorga inviolabilidad a estas actividades, pues son expresión de la vertiente sociológica o “política” del concepto de representación de estos individuos, no del órgano legislativo.

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dad ha permanecido prácticamente inalterado después de casi dos siglos: los diputados y senadores son inviolables por las opiniones que manifiestan en el desempeño de sus cargos y jamás podrán ser reconvenidos por ellas.

¿Cómo se concibe la inviolabilidad en México? Nuestro país adoptó las prerrogativas parlamentarias antes de que iniciase su vida independiente, al jurarse la Constitución de Cádiz de 1812, siendo el territorio colonia española. A partir de ésta, han permanecido en las leyes fundamentales subsecuentes hasta el día de hoy.

Esta definición amplia tuvo su razón de ser durante el siglo XIX y hasta la primera mitad del XX, frente a la inestabilidad social y las pugnas internas que se vivieron. De hecho, el Congreso fue violentado por el gobierno en 1822, 1842, 1853, 1857 y 1913. En este último año Victoriano Huerta llegó incluso a asesinar a legisladores que, desde la más alta tribuna, se le opusieron.

Sin embargo, y al contrario de cómo sucedió con la inmunidad, el concepto de inviolabili-

El Estado mexicano entró en una etapa de estabilidad con la consolidación del Partido


Revolucionario Institucional como grupo hegemónico. Gracias a esto ya no era necesario que los legisladores tuvieran un rango de protección tan amplio respecto a sus prerrogativas. Sin embargo y muy al contrario de lo que se requería, las prerrogativas se convirtieron en un instrumento de control político a manos del gobierno en turno. Es decir, al amparo de estos derechos se podía otorgar total impunidad a la clase política o eliminar a personas incómodas gracias al control que el Ejecutivo tenía sobre el Congreso. Lo último se vio en la práctica cuando, a mediados de 1983, el entonces senador Jorge Díaz Serrano fue rápidamente despojado de su inmunidad, quedando sujeto a proceso. El delito de fondo: su antagonismo con el presidente Miguel de la Madrid. En 1977 se adicionó un párrafo al artículo 61 constitucional, donde se contempla la inviolabilidad. Dice: “El presidente de cada cámara velará por el fuero constitucional de los miembros de la misma, y por la inviolabilidad del recinto donde se reúnan a sesionar”. Esta reforma ha sido objeto de interpretación a cargo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes todavía debaten sobre lo que se debe entender por “fuero constitucional”. Además, y como ya se dijo, carece de utilidad extender la inviolabilidad a un recinto legislativo. De hecho, el pasado mes de abril vimos cuán vulnerable es nuestro Congreso frente a los embates externos cuando la fuerza pública obedece a intereses facciosos –en este caso, el Jefe de Gobierno del Distrito Federal declaró que estaba protegiendo el derecho de libre tránsito de las autodenominadas “adelitas”, quienes violentaban el funcionamiento del Poder Legislativo federal–, no se tiene un régimen disciplinario que castigue a los diputados y senadores que tomen la tribuna y, por encima de todo, a un grupo de representantes populares no les importa actuar de esa forma pues no los juzga el ciudadano en la siguiente elección.

¿Cómo acotar la inviolabilidad? En lugar de proteger el funcionamiento de nuestro Congreso, las prerrogativas parlamentarias se han convertido en una carta de impunidad para los legisladores. Y esto sólo genera desprestigio hacia nuestras instituciones, poniendo en peligro a nuestra democracia. No se pueden tomar en serio las propuestas de fortalecer al Poder Legislativo, si no van acompañadas por mecanismos serios y objetivos que permitan el ejercicio profesional y responsable de sus atribuciones. De lo contrario, y como ya se dijo, podríamos caer en la dictadura de una asamblea irresponsable. Por lo tanto, una reforma a la inviolabilidad parlamentaria necesitaría contemplar los siguientes temas: 1. Si la titularidad de este derecho corresponde al órgano legislativo, pues si lo que se protege es su funcionamiento, es preciso definir en la Constitución que los diputados y senadores sean inviolables por las opiniones que manifiesten durante el proceso legislativo. Esto es, los actos que tienen lugar en el Pleno o las comisiones. 2. Derogar el término “fuero constitucional” pues no sólo es confuso, sino que genera la percepción de que los legisladores gozan de un estatus diferente al de los ciudadanos. En lugar de esto, se podría rescatar el término “prerrogativas parlamentarias”. 3. Facultar al presidente de cada cámara para imponer medidas disciplinarias cuando los legisladores incurran en injurias, insultos o propicien el desorden durante las sesiones, y mecanismos para hacer efectivas tales medidas, que podrían ir desde la amonestación con registro en el Diario de los Debates, hasta la suspensión de las sesiones o incluso la expulsión del Congreso. 4. Por encima de todo, es necesario reconocer que los legisladores no van a autolimitarse por voluntad propia. Tampoco tendría efecto una medida disciplinaria si a un diputado o senador no le afecta en su carrera futura. Esto apunta a la necesidad de concebir una precondición: la reelección inmediata de nuestros congresistas.

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Retratos

1. El primer cronista No había jueces con cronómetro en mano ni cámaras fotográficas o de video para registrar la hazaña. Tampoco grandes estadios. Lo que ahí se veía quedaba en la memoria de los asistentes, y de su recuerdo más amplio se encargaban, acaso, los aedos con sus cantos (a falta de un Enrique Burak o un José Ramón Fernández). De uno o muchos de estos aedos recibió el poeta Homero la historia del sitio de Troya y del

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La revista Bien Común agradece al escritor e integrante del Sistema Nacional de Creadores, Alejandro Toledo, compartir con nuestros lectores el presente capítulo de su libro Todo es posible en la paz. De la noche de Tlatelolco a la fiesta olímpica, de próxima aparición bajo el sello de la UAM-Xochimilco.

olímpicos Alejandro Toledo

largo regreso de Ulises a Ítaca, con las que compuso la Ilíada y la Odisea. Así podemos recordar, entre otras, esa jornada en la mansión del rey Alcínoo, donde luego del banquete el anfitrión quiso mostrar a Ulises, el astuto inventor del caballo de madera, cómo sus hombres sacaban ventaja en luchar con el cuerpo y los puños y en salto y carrera. Lo invita, pues, a presenciar unos juegos que eran, en tiempos de paz, una manera de ejercitar el músculo y estar prestos para alguna guerra posible.

Homero funge aquí como cronista deportivo. No hay cortes comerciales ni marcas patrocinadoras. La transmisión se inicia cuando Alcínoo encabeza la procesión para ir a ver el certamen. Pronto se organiza la primera competencia: la carrera. En la línea de salida se colocan los tres hijos del rey: Laodamante, Halio y Clitoneo. Y los demás participantes: Acróneo, Ocíalo, Elatres, Nautes, Primnes y Anquíalo, entre otros. ¡En sus marcas, listos...! “A la llana salieron a un tiempo, se lanzaron veloces alzando una gran polvareda y el cabal Clitoneo ganóles con mucho a los otros: cuanto alcanza


al arar en barbecho yugada de mulas les sacó de ventaja al volver donde estaba la gente”.

cree triunfar, pues entre tanto viaje y tantas pruebas divinas sus rodillas han perdido vigor.

A las carreras les siguen cuatro actividades más, y cada una tiene su mejor atleta, el héroe de la especialidad: “En la lucha penosa probáronse luego y Euríalo la partida ganó a los mejores; Anfíalo en el salto a ninguno del pueblo encontró superior, mas Elatres en el disco su fuerza mostró sobre todo y un púgil no se halló como el buen Laodamante, nacido de Alcínoo”. Se les ocurre a los competidores invitar al huésped Ulises, de quien hasta entonces ignoran su identidad, a compartir los juegos, “pues no existe una gloria mayor para el hombre que aquello que realizan sus pies y sus manos”. Pero Ulises viene de diez años de guerra en Troya, siete de prisión íntima con Circe, y otras peripecias más, por lo que no está precisamente en forma. Rechaza en principio la oferta pero es provocado por Euríalo, que le dice: “No parece, extranjero, que seas varón entendido en los juegos que suelen tenerse entre hombres”. Ulises, molesto, le responde: “Mal hablaste, mi huésped: pareces persona sin seso”. Y sólo para demostrar que a nadie teme va por un disco y lo arroja más lejos que cualquiera de los competidores locales. Invita a quien quiera a medirse con él con los puños, el cuerpo o los pies, y presume saber del manejo del arco y la lanza. Sólo en la carrera no

Al verlo lanzar el disco tan lejos y oírlo hablar así, los feacios no salen de su asombro y se desisten del reto: declaran las justas terminadas. Al banquete siguieron los juegos, y a los juegos seguirá el baile: “Ya en medio el cantor, los donceles, casi niños aún, sabedores del baile, en contorno, a compás golpearon la pista pulida y Ulises el veloz centellar de sus pies contemplaba embebido”. He ahí, narrados por Homero, los que podrían ser considerados los primeros Juegos Olímpicos de la época antigua. Los primeros, acaso, de los que se tenga noticia escrita. 2. El barón El nombre del barón Pierre de Coubertin resonó la noche de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, los Juegos del Centenario. ¿A quién se recordaba? ¿A otro aristócrata del Comité Olímpico Internacional? Nada de eso. Era el recuerdo de una vida a la que iluminó el ideal olímpico, es verdad, pero que acabó llena de sombras: las enfermedades que acosaban a los hijos de Pierre de Coubertin, una pobreza que terminó siendo extrema. Hay que fijar tiempo y lugar: Francia, siglo XIX. La madre de

Pierre era normanda. Puede pensarse que en la contemplación de Marie-Marcelle Gigaut de Crisenoy, nieta del marqués de Mirville, el niño Pierre concibió los Juegos Olímpicos: ella practicó esgrima en su infancia, sabía griego y latín, dibujaba y tocaba el piano... Deporte y arte estaban unidos en esa figura protectora. Extraña que ante tal modelo tiempo más tarde Pierre se opusiera a la participación de las mujeres en Juegos Olímpicos, pues consideraba impropio de lo femenino la práctica de ejercicios violentos. El padre de Pierre, de nombre Charles Fredy, presumía el título de barón de Coubertin concedido en Inglaterra en 1611 y que no tenía validez en Francia. Era pintor. Viajero, además, guardaba en los lienzos imágenes de sus recorridos por Europa. Su gran pasión fue Italia. Juntos, Charles y MarieMarcelle procrearon cuatro hijos: tres varones y una dama. Pierre era el más joven, y se sentía particularmente unido a su hermana, siete años mayor. Al pueblo de Mirville, en que vivía la familia Coubertin, lo sorprendió la guerra franco-prusiana de 1870. El padre preparó a los jóvenes para defender su territorio, sin que al parecer tuvieran que actuar. Esa crisis fue excepción en una vida que transcurría entre Mirville, la playa de Etretat –25 kilómetros distante, donde los

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Coubertin pudieron encontrarse con Guy de Maupassant– y París, la capital del siglo XIX, la ciudad de la moda y el arte. A Pierre de Coubertin le enojaba ser “hijo de baronett”. Acudió a los salones pero terminó por hartarse de ese ambiente ligero que tan bien retrató Marcel Proust en su monumental novela En busca del tiempo perdido. Pierre fue tomando decisiones contrarias al espíritu Coubertin: evitó la escuela militar y se matriculó en derecho. Su familia era

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monárquica, y él se hizo republicano. Terminó en la Escuela de Ciencias Políticas de París. Y en 1895 se casó con una joven alsaciana, Marie Rothan, siendo él católico y ella protestante. Su frecuentación de los círculos sociales, no obstante, lo ayudó en la realización de su sueño olímpico, para el que expuso todo su capital. Lo bueno que hizo para los hombres terminó siendo malo para él. El final de su historia es triste, pues vivió y murió entre desgracias familiares y económicas. El barón, de burgués o

aristócrata se convirtió en empleado; de sus hijos, Jacques quedó desde niño condenado a la silla de ruedas; y su hija René permaneció soltera y mentalmente desequilibrada. Ante tantas desgracias su mujer terminó por ejercer una dictadura similar a la que sufrió León Tolstoi al final de sus días, también bajo la mirada rigurosa de la compañera. El anciano Pierre de Coubertin decía en sus últimas horas que

(sólo 26 mujeres) de 22 países para competir en 21 especialidades deportivas. Frente al castillo de Windsor está por comenzar la maratón. La reina Alejandra funge como testigo de honor. Junto a ella está Pierre de Coubertin. Todo es gala, glamour. Los jueces llevan trajes oscuros, y altavoces cónicos o canónicos. Sombreros o cachuchas, casi todos. Las mujeres, elegantes vestidos de calle. Lo atletas se pierden en pantalones que

confiaba no en el hombre pero sí en la humanidad. Es lo que ha sido llamado su pesimismo individual y su optimismo colectivo. Por lo que se ve, tenía razones para pensar de esa manera. Sobre todo en lo que se refiere al pesimismo.

sólo eufemísticamente pueden llamarse cortos. Zapatos tenis, además, sin calcetas: el pie desnudo, pues. Es un mediodía esplendoroso. Los atletas olímpicos comienzan a ser considerados como héroes, nuevos dioses de un siglo que habrá de sufrir dos batallas mundiales y muchas guerras civiles. Entre los 56 competidores que decidieron correr la maratón –hubo abandono masivo antes de iniciar, por el calor agobiante– están el italiano Dorando Pietri, el sudafricano Charles

3. “Il bambino” Esta es la historia de Dorando Pietri. Juegos Olímpicos de Londres. Año 1908. Un día más y acaba la fiesta que ha iniciado el 13 de julio ante el rey Eduardo VII y la reina Alejandra, con 2,059 atletas


Hefferson y el estadounidense Johnny Hayes. Un disparo que apunta hacia las nubes da la señal de arranque. Las casi tres horas que dura la prueba son seguidas por los londinenses: la ilusión es que gane uno de ellos. Lo que les causaría malestar en el espíritu sería que un americano, un estadounidense, cruzara la meta en primer lugar. La rivalidad trasatlántica es feroz. En la maratón los de casa nada pueden hacer. El que va en la punta es el sudafricano Charles Hefferson. ¿Tendrá él la medalla de oro? Faltan seis kilómetros cuando Hefferson se derrumba, claudica. ¿Quién viene atrás de él? Es el italiano Dorando Pietri, un hombre de 23 años, un metro 59 de estatura y una sonrisa seductora que le alarga el mostacho. Va en pantalones rojos que parecen flotar en sus piernas, una playera clara oscurecida por el sudor. Dorando entra como primero en un estadio de White City que ha recibido a miles de espectadores, los cuales sueltan el alarido al confirmar que el puntero no es americano. Los sentimientos se le confunden a Dorando, el pequeño hombre. “El sol, el calor, y esos malditos gritos en las tribunas”, va pensando. Su entrada al estadio es equívoca: toma rumbo incorrecto, por la izquierda en lugar de por la derecha. Lo corrigen a tiempo, por fortuna. Va ya por la

pista y a los pocos segundos se desploma. Sufre de convulsiones. Se recupera. Vuelve a caer. Así, en cinco ocasiones. Como un Cristo. —¡Levántese, Dorando, levántese! —le grita un doctor de apellido Bugler, que a partir de ese momento no se despegará del corredor. Llega Dorando a la meta con el apoyo del doctor y de otro oficial olímpico. —¡La camilla, este hombre está muy mal! —ordena e informa Bugler. Del estadio llevaron a Dorando al hospital, donde ganó la carrera –que no ganó Fidípedes al correr de Maratón a Atenas– entre la vida y la muerte. El doctor Bugler le dio masaje en el corazón, y Dorando siguió en el mundo. Al recuperarse, al recobrar el reconocimiento, Dorando Pietri no dejó de llorar: la delegación estadounidense había presentado una protesta pues el bambino llegó a la meta sostenido por dos hombres. Y eso no se valía. Algo más. Lo que también se descubrió en el hospital es que Dorando había ingerido sustancias que entonces no estaban prohibidas pero que podían ser las causantes tanto de su hazaña como de su derrumbe físico: atropina y estricnina. La descalificación no tomó en cuenta ese detalle. El

Comité Olímpico Internacional no se ponía aún de acuerdo en tales cuestiones, y no existía la famosa definición de doping dada en 1963 en un coloquio celebrado en Uriage, Francia: “Se considera doping la utilización de sustancias o todo medio destinado a aumentar artificialmente el rendimiento, en vista o en ocasión de la competición, y que puede perjudicar a la ética deportiva y a la integridad física del deportista”. Nada de esto se discutía entonces. Eran otros tiempos. Para desdicha de los anfitriones, el americano Johnny Hayes fue declarado vencedor. Cronometró 2 horas, 55 minutos, 18 segundos y 4 décimas. La bandera italiana, que ya ondeaba en el estadio, tuvo que ser arriada. Pero al día siguiente, último de los Juegos, la multitud ovacionó a Dorando Pietri. La reina Alejandra le otorgó una inmensa copa dorada en testimonio de su esfuerzo. —No tengo ni diploma ni medalla ni laurel que entregar, señor Dorando —le dijo—, pero he aquí una copa de oro para premiar su esfuerzo. Espero que no se llevará sólo malos recuerdos de nuestro país. El 25 de noviembre de 1908, cuatro meses después de los Juegos Olímpicos de Londres, en el Madison Square Garden de Nueva York ocurrió el revancha entre Pietri y Hayes en pista cubierta: Pietri recorrió los 48,182 kilómetros

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en 2:44,50; el americano lo hizo en 45 segundos más. La fama de Dorando Pietri no acabó ni con su muerte. Alguien que se hacía pasar por el maratonista iba de país en país celebrando la gesta olímpica, y obteniendo beneficios. 4. El salvaje olímpico Los últimos años de John Weissmuller quizá no sean reflejo de la manera como transcurrió su vida: la enfermedad lo fue diezmando poco a poco, mientras él contemplaba, sereno y desde una terraza, las bahías de Acapulco. Los mares, las aguas, se despidieron lentamente de Tarzán. En tanto, él olvidaba y recordaba. El pasado se fue tornando distante, misterioso. ¿Qué pasaría por la mente de aquel anciano? ¿Cuál era la síntesis de una historia compleja que abarcaba más de siete décadas del siglo XX? ¿Sus fulgores olímpicos en los años veinte o las apariciones en la década de los treinta en las selvas de Hollywood como Tarzán, el personaje de Edgar Rice Burroughs? Juran que a sus 77 años todavía gritaba ese largo llamado a los animales con la profundidad del personaje que encarnó.

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*** En el inicio fue la enfermedad. La poliomielitis atacó muy pronto al pequeño Johnny, nacido en Winbar, Pensylvania, en 1907. La familia buscó remedios para el mal, y les fue recomendada la natación como terapia. El alivio fue tan real que

al poco tiempo el muchacho ya competía y era considerado como de los mejores en 100 y 200 metros libres. A los quince años rompió el récord del mundo en la carrera más rápida de la natación. A los diecisiete lo encontramos en los séptimos Juegos Olímpicos y una ciudad de París que todavía era una fiesta. Véase si no: el barón Pierre de Coubertin había soñado que la Olimpiada ocurriera en su Francia querida. Por primera vez se construyó una “ciudad olímpica”, que alojó a 3,092 atletas de 44 naciones; 19 deportes, 129 pruebas. El fondista Paavo Nurmi, “el finlandés volador”, tendía a convertirse en el rey de la Olimpiada: obtuvo cuatro medallas de oro... Pero apareció John Weissmuller y sorprendió al cubrir por primera vez los 100 metros de nado libre en menos de un minuto; 58,6, para ser precisos. Los que habían asistido ese día a la piscina de Tourelles tomaron el logro como una hazaña. John Weissmuller se había impuesto, además, al doble campeón del mundo Duke Kahanamoku y a su hermano Samuel. Volvió a adelantarse al grupo en la final de 400 metros, en la que participaban el campeón sueco Arne Borg y el austriaco Andreu Charlton. Llevaba Johnny dos medallas de oro. Faltaba una: la obtuvo en los relevos de 4 por 200, mejorando su equipo el récord mundial con 9,53,4.

Cuatro años después, en los Juegos Olímpicos de Amsterdam, se llevaría dos medallas más de oro: en 100 metros libres y 4 por 200. *** Una palabra explica el encuentro de John Weismuller con la actriz Lupe Vélez, “la dinamita mexicana”: Hollywood. Weismuller fue llamado a la Meca del cine comercial para representar al hombre mono. Filmó Tarzan the ape man y Tarzan and his mate, en 1932 y 1934. En esta última tenía como compañera sublime a Maureen O’Sullivan. Ese fue el comienzo de una saga para la que serían llamados otros campeones olímpicos. Por esos tiempos Lupe Vélez filmó Dinamita, y a su actuación la rodeó una vida sentimental que alimentó el mote explosivo. Al tiempo que seguía su carrera en las pantallas, actuaba en el Ziegfeld Follies de Nueva York con la revista musical Hot Chá. Lupe Vélez tuvo un romance con Gary Cooper que casi termina en matrimonio: la familia y los productores del actor se opusieron a tan detonadora unión, y al sucumbir él a estas presiones ella quedó dolida para siempre. Al rompimiento siguió la depresión, y luego el encuentro con el salvaje olímpico. Esta vez la boda sí se realizó, y hubo una real o aparente felicidad... por cinco años. Dos imágenes de Johnny Weismuller: en los años veinte, sus triunfos olímpicos en París


1924 y Amsterdam 1928; en los treinta, sus apariciones en las selvas californianas como Tarzán, el rey de los monos. Y una pausa larga que lo deja viviendo y muriendo en una playa mexicana, con el confuso recuerdo de lo que fue o pudo haber sido. ¿No termina la vida por convertirse en un sueño? John Weissmuller murió en Acapulco en 1984. 5. James de Cleveland Los encendidos discursos de Adolfo Hitler callaron, ese 4 de agosto de 1936, ante las morenas piernas de Jesse Owens. Eran los Juegos Olímpicos del orgullo ario. Los alemanes consiguieron más medallas que ninguna otra selección, sí,

pero el recuerdo y la gloria se centraron, al fin, en ese hombre de piel oscura que llegó a Berlín a finales de julio, y que tuvo momentos espectaculares –cuatro medallas de oro– en la pista olímpica ante la mirada atónita del Führer. El conde de Baillet-Latour, sustituto del barón Pierre de Coubertin en la presidencia del Comité Olímpico Internacional, había advertido a Hitler: “Ruego que usted considere que es aquí, en los Juegos Olímpicos, un huésped y no un organizador. El organizador es el COI, que velará para que estos Juegos se desarrollen sin propaganda política...” La mezcla de planos –lo ideológico y lo deportivo– fue

inevitable. El saludo olímpico se confundió con el de los nazis. Cuenta, por ejemplo, Andrés Calavera Gómez, que fue parte del equipo mexicano de basquetbol que asistió a la olimpiada de Berlín: “Ahí íbamos, desfilando entre aplausos y gritos. Y que llegamos frente al palco de honor y conforme lo que estábamos acostumbrados, hicimos el saludo olímpico: levantamos el brazo derecho. La gente dio un alarido y nos ovacionó. ¡Pensaban que estábamos haciendo el saludo nazi...!” (Véase Medallistas olímpicos mexicanos). La lucha de los arios contra las otras razas marcaba la necesidad de mostrar una imposible superioridad huma-

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Los encendidos discursos de Adolfo Hitler callaron, ese 4 de agosto de 1936, ante las morenas piernas de Jesse Owens. Eran los Juegos Olímpicos del orgullo ario. Los alemanes consiguieron más medallas que ninguna otra selección, sí, pero el recuerdo y la gloria se centraron, al fin, en ese hombre de piel oscura que llegó a Berlín a finales de julio, y que tuvo momentos espectaculares –cuatro medallas de oro– en la pista olímpica ante la mirada atónita del Führer

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na. Y atrás del Tercer Reich estaban dos artífices maquiavélicos: Goebbels y Avery Brundage. Este último llegaría a ser presidente del COI y llevaría a Alemania otros fatídicos Juegos Olímpicos, más de treinta años después. Si los Juegos de Atlanta serán recordados como la desmitificación del sueño americano y el imperio del caos (ese ilógico estilo de vida que se ha ido reproduciendo malévolamente en todo el planeta, y que tuvo en Georgia una concentración que fue escaparate), los de Berlín en 1936 como los Juegos de la gran ideología derrumbada. El aparato propagandístico del nazismo se desplomó por la veloz carrera de James Owens, hijo de un aparcero de Alabama.

maestra le preguntó su nombre y él respondió: —J. C. Owens —lo que quería decir: James Owens de Cleveland, mas la maestra juntó la jota y la ce (lo que en inglés suena “yesi”), y escribió: “Jesse Owens”. La visita al colegio del campeón olímpico Charley Paddock decidió al muchacho en sus aspiraciones en la pista. A los 18 años Jesse ya cronometraba 10,3 en los cien metros planos con un viento ligeramente favorable. Sus logros atléticos le abrieron el camino hacia la Universidad de Ohio. El 25 de mayo de 1935, un año antes de los Juegos de Berlín, en sólo cuarenta y cinco minutos igualó un récord del mundo y batió otros cuatro. Con ello se abrió camino hacia la Olimpiada.

*** James Owens, nacido el 12 de septiembre de 1913 en Danville, Alabama, obtuvo el “Jesse” de modo accidental. Las mudanzas familiares en busca de trabajo lo hicieron ir de Alabama a Cleveland. Una

*** A diez kilómetros de Berlín estaba la Villa Olímpica. Los alemanes preferían llamarla “pueblo”, y se vivía efectivamente como en un pueblo, y no como en una ciudad enferma estilo Atlanta 96.

Cuenta Calavera Gómez: “Había calor y color en esa villa. Temprano, en las noches, sacábamos las guitarras y nostálgicos, nos poníamos a cantar. Eso atrajo a muchos deportistas de varios países: de China, de Italia, Francia, Japón, Estados Unidos; en fin, de un chorro de delegaciones. Todos se acercaban a nosotros. [...] Otro visitante distinguido era Jesse Owens, a quien le gustaba mucho la música mexicana. Sus canciones predilectas eran ‘Cielito lindo’ y ‘La borrachita’. [...] Owens era un negro muy alto y muy amable, sencillo en todo momento. Nosotros festejamos sus medallas como si hubiesen sido nuestras”. *** El punto de quiebra de la fiesta nazi ocurrió sobre todo el 4 de agosto en el salto, con el duelo entre el alemán Lutz Long y el estadounidense Jesse Owens. Hubo un instante en que la sonrisa de Hitler parecía adelantarse a los resultados: cuando Long consiguió 7,87 metros. El atleta alemán alzó el brazo y saludó al Führer, como para brindarle el


triunfo. ¿Qué podía hacer ese “auxiliar africano de los americanos”, como llamó Hitler a Owens, luego de esa incuestionable demostración de poderío? Owens ya había ganado los 100 metros planos un día antes; además de la prueba de salto le esperaban los 200 metros planos (consiguió el oro con 20,7 segundos) y el relevo de 4 por 100 (donde Estados Unidos también lograría el primer lugar con 39,8 segundos). El forzado duelo arios/negros se dio, pues, en el salto largo. Era el segundo intento para Owens: toma la carrera, se impulsa, salta... ¡7,94! Loco de furia, Hitler abandona el estadio. Y no verá, por lo mismo, la siguiente hazaña de Jesse, al que le faltaba el tercer salto: ¡8,06!

Triunfo indiscutible. El alemán Lutz Longo corrió a felicitar al negro, al que consideró desde entonces como su amigo. *** Jesse Owens: esplendor y caída. Terminó siendo atracción de circo: corrió contra caballos en Nueva York y Chicago, y también contra jugadores de beisbol, automóviles, camiones y perros. Viajó como masajista a los Juegos Olímpicos de México, en 1968, y lloró a los muertos israelíes en Munich 72, entre otras apariciones. Al morir, el 31 de marzo de 1980, se ocupaba de vender sellos y monedas olímpicos. 6. Los muertos En el barrio de Tel Aviv, donde creció, Gur Weinberg no ha

podido escapar a la memoria de su padre. “Muchas personas dicen que me parezco a él y me muevo como él. Me lo dicen todo el tiempo.” De joven, la gente se detenía a mirarlo. Y escuchaba entonces: —¡Oh, es tan triste! Gur Weinberg jamás conoció a su padre. Sólo tenía tres semanas de nacido cuando Moshe Weinberg, el entrenador de lucha israelí en los Juegos Olímpicos de Munich 1972, fue asesinado en el día más triste en la historia del movimiento olímpico. *** Munich, 5 de septiembre, 4:30 de la mañana, pabellón 31 de la Villa Olímpica.

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Un comando de ocho palestinos pertenecientes a la organización extremista Septiembre Negro irrumpe en el pabellón 31 de una Villa Olímpica que por su enrejado y policías armados parecía más un campo de concentración. El entrenador Moshe Weinberg reacciona como padre protector, y se interpone entre los fedayines y los atletas, como muro frágil. Al instante se convierte en la primera víctima, es acribillado. Los segundos que Weinberg logra contener a los terroristas son valiosos para muchos atletas que logran escapar. Diez se quedan en un departamento, a puerta cerrada. El tiroteo sigue y a Joseph Romano, levantador de pesas, lo alcanza

una bala fatal que logra traspasar la madera. No hay defensa posible. Deben dejar hacer a los extremistas. Nueve atletas israelíes se convierten, entonces, en rehenes. *** Han pasado 24 años. Y todavía Gur Weinberg y más de una docena de otras personas aguardan alguna forma de reconocimiento del Comité Olímpico Internacional por la muerte de sus padres. “No deseo tener el sentimiento de que mi padre murió en vano”, decía Weinberg en Atlanta. “Fue parte de la historia. Sería algo triste que haya muerto y no se le reconozca por ello”. Weinberg fue uno de los 14 hijos de atletas asesinados que

deambularon por Atlanta, en los Juegos del Centenario, tratando infructuosamente de gestionar ante el Comité Olímpico Internacional para que se realizara alguna forma de conmemoración. Ante la negativa sintieron que, en cierta forma, quedaban otra vez huérfanos. “Pensábamos que iban a recordar, que quizá dijeran algo”, decía Yehudit Salman, hija del asesinado juez de lucha Yosef Guttfreund. “Han recordado todo en relación con el centenario. Pero hay que recordar las cosas buenas y malas”. “Estos son los niños que han crecido a la sombra de las Olimpiadas”, decía Ankie Spitzer, esposa del entrenador de esgrima Andrei Spitzer. “Yo escuché a Samaranch en la ceremonia inaugural hablar sobre la familia olímpica. ¿Es este el modo de tratar a la familia?” *** Aeropuerto militar de Fürstengeldbrück, a 80 kilómetros de Munich. 22:50 horas. Tres helicópteros descienden. En ellos viajan los terroristas palestinos con nueve atletas israelíes como rehenes. Ha sido un largo día. Hacia las 7:30, hora del desayuno, los deportistas que se alojaban en la Villa Olímpica –aquellos que no escucharon el tiroteo en la madrugada– se dieron cuenta de que algo raro estaba ocurriendo. Las historias empezaron a correr aquí y allá: un grupo


de terroristas tenía como rehenes a unos atletas de Israel. Sin embargo, las actividades olímpicas se cumplieron normalmente hasta las 15:30, en que Avery Brundage, presidente del Comité Olímpico Internacional, dispuso la suspensión por 24 horas. Dijo que la muerte de algún atleta decretaría el fin de esos Juegos, palabras que después olvidó. En el pabellón 31 se vivió en el terror. Los de Septiembre Negro buscaban negociar. A cambio de los rehenes, los palestinos exigían la liberación de doscientos prisioneros árabes de las cárceles de Israel. Los plazos empezaron a correr y vencerse. El primero, a las 11:00; el segundo, a las 13:00; el tercero, a las 15:00... Al edificio tomado lo rodearon francotiradores alemanes, que esperaban la orden para actuar. La acción tenía sus riesgos, sobre todo uno mayor: llevar a la tumba a los atletas. A las 22:00 horas, tres helicópteros despegaron hacia el aeropuerto, donde esperaba un avión con destino a El Cairo y cinco tiradores de élite de la policía de Munich. El plan de los alemanes fracasó, y originó la masacre de los rehenes así como la muerte de cinco de los ocho palestinos y un policía. Al parecer, al primer disparo estalló como respuesta una granada en uno de los helicópteros. Ese fue el inicio del tiroteo en el aeropuerto.

Ahí cayeron David Berger, Zeev Friedman, Eliezer Halfin, Mark Slavin, Andrei Spitzer, Amitzur Shapiro, Jakov Springer, Rahat Shorn y Yosef Guttfreund. *** Munich, estadio olímpico, 6 de septiembre de 1972. 10:30 horas. Asisten 80 mil personas a la ceremonia fúnebre. El llanto es fuego común. “The games must go on”, dice Avery Brundage, presidente del COI: “Los juegos deben continuar”. Sí, el olvido es más tenaz que la memoria, como se lee en la novela Farabeuf, de Salvador Elizondo. Por disposición oficial, la tragedia debe ser olvidada. 7. Cassius Marcellus Clay Es la historia del más grande, el que en el cuadrilátero volaba como mariposa y picaba como avispa. En su vida social también puede ser aplicado ese viejo lugar común, pues el púgil a la vez que crecía en su carrera profesional fue madurando en sus convicciones religiosas y políticas. Así, pueden establecerse asociaciones: Mohammed Alí y los musulmanes; Cassius Clay y Malcom X, tan válidas como las que relacionan a esa figura legendaria con las de Sonny Liston y Joe Frazier. La aparición del ex campeón del mundo de boxeo en el final del camino de la llama olímpica,

en Atlanta, estremeció al mundo. En el Corriere de la Sera se aseguraba: “Clay conmueve, pero la piedad por la enfermedad del gran púgil no apaga las controversias sobre su rechazo a hacer el servicio militar”. En La Republica, también de Italia, se leyó: “El más grande, el púgil que sobre el ring bailaba como una mariposa y picaba como una avispa pedía ayuda porque las llamas le estaban quemando el brazo. Pero en los Juegos, desnudo en su enfermedad, Mohammed Alí ha pegado duro, seguramente más que antes, al demostrar que hay aún cosas que hacen palpitar el corazón por algo distinto al miedo”. *** Una breve historia del más grande puede ser contada a partir de septiembre de 1954, en Louisville, Kentucky, cuando los hermanos Cassius y Rudolph –de diez y doce años de edad– vagaban desesperados por las calles buscando una bicicleta que les había sido robada. Alguien les aconsejó que visitaran al policía Joe Martin, que atendía el gimnasio Columbia en la parte sur de la calle 4. El rubio Martin escuchó ahí el cuento de las desgracias de los hermanos. —Si agarro al tipo que me robó la bicicleta —sollozó el hermano mayor—, ¡le daré una paliza! —¿Ustedes saben boxear? —preguntó Martin—. Los voy a ayudar de esa manera: enseñándoles a boxear.

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También puede contarse la vida de Cassius Marcellus Clay II desde el viaje que hace a Roma en 1960 –con 18 años de edad–, como parte de la delegación de Estados Unidos a los Juegos Olímpicos. Medía 1:85 y pesaba 81.650 kilos. El moreno peso semicompleto despachó a Yvon Becaus, de Bélgica, y al soviético Gennadiy Shatkov, en sus dos primeras peleas. En semifinales se enfrentó a Tony Madigan, campeón australiano, en un encuentro difícil que conquistó por puntos. Los jueces sumaron, sobre todo, los jabs izquierdos que Clay incrustó en el rostro estupefacto de Madigan. La gran

final ocurrió el 15 de septiembre de 1960 en el Palazzo dello Sport. Para abreviar, sólo hay que apuntar que el polaco Zbigniew Piertzkowski terminó con cortadas en torno a los ojos, la nariz y la boca. Medalla de oro y humillación de color oscuro. Dice Alí que al regresar a su patria no le fue permitido entrar a un restaurante por ser negro. Entonces tomó la medalla y la aventó al río. *** Otro posible inicio, el nacimiento de un campeón en pesos pesados. 25 de febrero de 1964. El salón de convenciones de Miami tiene, ocupados, 8 mil

asientos. Sonny Liston aparece como el favorito, y está 8 a 1 en las apuestas. El sexto round es decisivo, pues en él Liston empieza a ser sacrificado. Clay le llegó a pegar ocho rectos consecutivos hasta que se dobló. El joven peleador pensaba: “Sí, viejo baboso. Intentas ser tan grande y tan malo”. Vino el descanso, y cuando se marcaron los diez segundos de preparación para el séptimo round el campeón escupió el protector, y Cassius Clay saltó de gusto. —¡Soy el rey, soy el rey, soy el más grande! La historia, entonces, puede ser relatada de muchas


maneras. ¿Cuándo comienza a vivir un hombre, cuando nace o cuando descubre los resortes ocultos de la vida? ¿Cuando asciende o cuando cae y se refugia en sí mismo? ¿Cuando decide oponerse a las injusticias establecidas? Cassius Clay desapareció con el nacimiento del musulmán Mohammed Alí. Fue declarado oficialmente “muerto” cuando rechazó el reclutamiento para ir a la guerra de Vietnam en 1967. Volvió a la vida en sus combates con Joe Frazier y Joe Foreman, en 1970 y 1974. Alí, el más grande. El rey.

8. El corruptutor En el siglo XXI, hay que prepararse para sobrevivir cada cuatro años a ese espectáculo mercantil y patriotero en que se convirtieron los Juegos Olímpicos, un reality show extremo donde los deportistas miden las fuerzas de anabólicos y esteroides ingeridos durante su preparación (en complicidad o por exigencia de los directivos, a quienes se les reclama un show entretenido), y donde los patrocinadores cubren cada centímetro de pantalla con sus logotipos y los locutores ocupan cada segundo de las transmisiones con una hueca retórica “positiva” (al dictado del mejor pos-

tor) y una cultura instantánea sacada de las guías turísticas o los buscadores de internet. Durante estas jornadas el ánimo festivo impuesto sobre todo por los medios televisivos (que invierten sumas extraordinarias y buscan una audiencia cautiva) es el sentimiento que intenta desarmar a los seguidores “inocentes” de la gesta olímpica y los hace presa fácil de las marcas comerciales y los mensajes. Habrá, sí, que resistir el bombardeo y parapetarse acaso en la literatura que se ha escrito al respecto, para tener argumentos (aunque sea mínimos) que

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sirvan al contraataque. O sólo por salud mental, digamos. Antes se afirmaba: “Lo importante no es ganar sino competir”. Ahora debe eso corregirse: “Lo que importa es vender”. ¿Cómo es que los Juegos Olímpicos degeneraron en esa comercialización excesiva que habría escandalizado al mismo Pierre de Coubertin, y con la cual perdieron quizá definitivamente su brújula ética? La historia tiene un nombre: Horst Dassler, que no fue presidente del Comité Olímpico Internacional pero controló el organismo deportivo por varias décadas y fue adaptando, como empresario de la marca Adidas, al COI a sus intereses y a los del gran dinero. Fue Dassler de los primeros en pagar a los atletas aficionados por debajo del agua (cuando se prohibía toda comercialización, pues se trataba de deporte amateur) para que vistieran la ropa de su sello; fue de los primeros en acercarse a las federaciones deportivas internacionales para establecer convenios subterráneos... Y sus esfuerzos corruptores, o su inversión, digamos, rindió frutos, cuando logró que en la cúpula del deporte mundial se estableciera un personaje afín, un incondicional: el político franquista Juan Antonio Samaranch, que entregó las Olimpiadas a ISL Marketing, empresa de comercialización de Dassler construida a la sombra de los Juegos.

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Esto lo relatan los periodistas británicos Vyv Simson y Andrew

Jennings en un libro non grato para el COI: Los señores de los anillos: poder, dinero y doping en los Juegos Olímpicos, y sus continuaciones: Los nuevos señores de los anillos y La gran estafa olímpica, que son lecturas secretas de muchos cronistas deportivos. Pero el cuento de Horst Dassler se inicia una generación atrás, con su padre Adolph y su tío Rudolph. Leo: “Los dos eran zapateros en el pequeño pueblo alemán de Herzogenarauch. Un día los dos hermanos tuvieron un fuerte altercado. La disputa fue tan terrible que Adolph y Rudolph decidieron no volver a hablarse. Se separaron y fundaron negocios rivales de zapatos en la ciudad, a los dos lados del río Aurach. Rudolph le dio a su negocio de zapatos el nombre de Puma. La compañía manejada por Adolph y su esposa se llamaba Adidas, una combinación no muy ingeniosa de Adolph, conocido por todo el mundo como Adi, y Dassler”. La rivalidad fue heredada. La primera experiencia triunfante de Horst Dassler ocurrió en los olímpicos de Melbourne, en 1956. Su padre lo envió ahí con el propósito de que hiciera todo lo posible para que Adidas se impusiera a Puma. Y a Horst, que era un adolescente, no le costó trabajo vencer a su primo Armin, que hizo el viaje con el mismo propósito pero en sentido contrario. Quizá ahí encontró Horst la explicación de todas las cosas, la llave que lo dejaría

entrar a los Juegos Olímpicos: sobornó a varias personas en los muelles australianos para impedir que se desembarcara el equipo Puma. Fácil, ¿no? La felicidad, dice un personaje de Hitchcock, no se compra pero sí se le puede sobornar. Ese fue el “ideal olímpico” de Horst Dassler. Y Melbourne funcionó como su línea de salida para una exitosísima carrera corruptora del deporte, en la que impuso varios récords mundiales. *** Los Juegos de Atenas fueron descritos por la porra televisiva como un intento por regresar a los orígenes, un posible reencuentro con la pureza olímpica... Lo que implica un reconocimiento: si se está de vuelta en los principios (o al menos se pretende hacerlo creer así) es porque éstos se perdieron en el camino. Pruebas de que el gran dinero transformó a las Olimpiadas están por todos lados; va aquí una: gracias a la Coca-Cola se despojó en 1996 a Atenas de los Juegos Olímpicos del Centenario y se les llevó a Atlanta, como pago del COI por los favores recibidos... Y fue el empresario deportivo Horst Dassler, precisamente, el que más influyó para que decisiones como esa, alejadas de la ética del deporte o de sus tradiciones, imperaran durante la “era Samaranch”. En las páginas oficiales del COI se habla de Horst Dassler como un “visionario”. ¿Cuál


fue exactamente su visión? El jefe alemán de Adidas se emocionó enormemente durante los Juegos de México 68, que fueron los primeros en contar con transmisiones vía satélite al mundo entero; ahí nació el sueño: que miles de millones de televidentes observaran a los más grandes atletas en el podio de los ganadores luciendo las tres rayas de su marca. Si para hacerlo realidad debía convertir a los dirigentes deportivos en incondicionales, tenía el dinero o los contactos suficientes conque sobornarlos. ¿Su primer aliado? Joao Havelange, que fue presidente de la Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA).

En Los señores de los anillos, Vyv Simson y Andrew Jennings contaron con el valioso testimonio de Patrick Nally, cercano colaborador de Dassler. Éste refiere que el apoyo de Adidas a Havelange fue decisivo en el proceso para apoderarse del COI: “Una vez adentro de las federaciones, usted ya tiene un pie en el Comité Olímpico Internacional, y eso significa controlar [...] el más grande espectáculo del mundo. Horst quería ser la clave de todo. Quería ser indispensable. Cuando las decisiones se tomaran, cuando alguien quisiera algo, ya fuera dinero o elecciones, él quería ser la única persona a quien se le hicieran las llamadas al final del día”.

La FIFA fue la primera federación deportiva intervenida al cien por ciento por Dassler. Ya para la final del futbol de Italia 90 los equipos finalistas (Argentina y Alemania), e incluso el árbitro, lucían de pies a cabeza su ropa deportiva. Si Havelange hacía promesas, Dassler se ocupaba de buscar otros patrocinios; la mejor carta fue comprometer a la Coca-Cola para que “apoyara” al balompié. Otro que recibió entrenamiento por parte del empresario alemán fue Joseph Blatter, sucesor de Havelange... Lo que significa que la cadena no se ha roto, pese a que Horst Dassler ya no está con nosotros (como se acostumbra decir en los funerales): su legado, no obstante, permanece.

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Y Dassler se apoyó en la FIFA para encumbrar al político franquista Juan Antonio Samaranch, al que llevó en 1980 a la presidencia del COI. Otro que debe aparecer en la fotografía (para completar un cuadro en verdad temible, digno de una novela de Mario Puzo) es el italiano Primo Nebiolo, por décadas presidente de la Federación Internacional de Atletismo Aficionado (FIAA), hombre capaz de convertir un salto muy corto en medalla de oro a la vista de la concurrencia, por así convenir a sus intereses.

Horst Dassler enseñó a los dirigentes deportivos que vendiendo sus Juegos podrían ellos hacerse multimillonarios. Ese fue su ideal olímpico. ¿Y los atletas? En la batalla por romper récords –pues se trataba de mantener un espectáculo atractivo para televidentes y patrocinadores–, se volvieron peligrosos consumidores de drogas. Sobre este asunto del dopaje el COI ha mantenido un sorprendente doble discurso: lo acepta si no es detectado (y trata de que no lo sea), y lo combate si se le descubre.

miento físico en lo inmediato más les pueden causar daños graves o curiosas transformaciones físicas posteriores. Si no lo hicieran así, si los atletas dejaran de doparse, los récords olímpicos y mundiales acaso se estancarían, y el que las marcas se rompan es uno de los atractivos del espectáculo que presenciamos cada cuatro años durante largas semanas. El COI presumirá: “Estamos luchando contra el dopaje”, cuando podría decir: “Sólo sacrificamos a algunos com-

Gur Weinberg jamás conoció a su padre. Sólo tenía tres semanas de nacido cuando Moshe Weinberg, el entrenador de lucha israelí en los Juegos Olímpicos de Munich 1972, fue asesinado en el día más triste en la historia del movimiento olímpico

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El gran poder de Dassler crecería a la par de los pagos millonarios por obtener los derechos de transmisión televisiva tanto de los campeonatos de futbol como de los Juegos Olímpicos. Para monopolizar esos ingresos creó la International Sport Leisure (ISL), compañía publicitaria que tenía como cliente seguro al COI, y que hizo convenios, para los Juegos de 1988, con nueve compañías multinacionales que aportaron más de 100 millones de dólares, menos la comisión de la ISL. Y esto era sólo el principio.

9. La hermandad de la jeringa Igual que muchos gobiernos seleccionan y exhiben ante los medios algún caso leve de corrupción para ocultar otros mayores y ponerse la careta de honestidad, así el Comité Olímpico Internacional suele dar la noticia de un número reducido de deportistas cuyo resultado fue positivo en la prueba de doping, y lo hace para esconder lo evidente: que gran parte de ellos recurre a esas sustancias que se suelen llamar “prohibidas”, y que les ayudan a mejorar su rendi-

petidores para dar la apariencia de que nos oponemos al doping, pero no queremos que la gente deje de interesarse por unas Olimpiadas donde no se luche al límite de la resistencia”. Esto, si existieran la honestidad o la sinceridad o la ética olímpicas... Y no prevaleciera el interés comercial. Presentar demasiados casos de dopaje ensuciaría las Olimpiadas y reduciría el número de patrocinadores y espectadores del siguiente festival deportivo, cuatro años más tarde, pero la idea de que se asiste a un mero simulacro


parece señalar hacia algo más delicado: se estaría ante situaciones de enfermedades provocadas con fines lucrativos. Para crear la ficción de la “guerra contra el doping” se monta un espectáculo médico paralelo a las justas, y se le muestran a la prensa sofisticados laboratorios donde la pureza deportiva es preservada. Entre los casos que han sobresalido está la corredora Florence Griffith-Joyner, que en un par de años pasó de un desempeño poco notorio a ser una de las favoritas en Seúl, donde ganó tres medallas y estableció dos marcas mundiales. Siempre se sospechó que tomaba anabólicos. Murió prematuramente en 1998. Su consejero en la transformación física fue el célebre velocista canadiense Ben Johnson, quien, según los periodistas Vyv Simson y Andrew Jennings, cometió en su breve carrera atlética tres errores garrafales: tomó esteroides, lo descubrie-

ron y luego exigió una investigación para limpiar su nombre. El gobierno de Canadá le hizo caso en esto último, y nombró al juez Charles Dubin para presidir una comisión investigadora. El resultado mostró una red de complicidades en torno a “La hermandad de la jeringa”, los atletas que se entrenaban con Charlie Francis. Se lee en Los señores de los anillos que el juez canadiense arrasó sin contemplaciones los mitos que construyeron durante mucho tiempo los presidentes deportivos. Dubin puntualizó el engaño que había sufrido el público. Cuestionó las estadísticas reveladas por el COI donde se muestra que apenas un puñado de competidores ingiere drogas. Según Dubin, “estos datos se han utilizado confusamente en varios intentos por demostrar que el abuso de las drogas afecta tan sólo a un pequeño porcentaje de los atletas”. Encontró a un Comité Olímpico Internacional más atento a las apariencias que preocupado por el fondo del asunto.

Entre los atletas hay un dicho: “Sólo los descuidados o los enfermos se dejan descubrir”. El informe de Dubin recibió respuesta por parte de Arne Ljungqvist, director sueco de la comisión médica de la Federación Internacional de Atletismo Amateur, quien se escudó en las estadísticas de los Juegos de Seúl: mil 600 atletas se sometieron a las pruebas y sólo diez de ellos arrojaron resultados positivos. El juez Dubin le respondió así: “El doctor Ljungqvist y otros saben que las pruebas dentro de la competencia no detectan a todos los atletas. Sin embargo, él utiliza las pruebas dentro de la competencia para medir el alcance del doping en Seúl. Las pruebas han demostrado que los atletas descubiertos en Seúl no eran los únicos usuarios. Demuestra simplemente que fueron los únicos descubiertos”. En la preparación los deportistas y sus médicos tienen vía libre para la experimentación; en los días de competencia deben tener la astucia para que lo consumido desaparezca del organismo... ¿Desaparezca? Simson y Jennings se sorprendieron al encontrar en una reunión del COI a una campeona olímpica, a la que describen en su libro como “una mujer con una barba más larga que la mayoría de los hombres presentes”, y que se paseaba muy campante entre los federativos. A su manera, esta dama barbuda también representa el ideal olímpico.

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China y el Olimpismo:

una curiosa historia Antonio De la Cuesta Colunga

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El 8 de agosto de 2008 a las 8 de la noche, tiempo de la capital china, darán inicio los juegos de la XXIX Olimpiada de la era moderna en la ciudad de Beijing. El Estadio Nacional, conocido habitualmente como el “nido de pájaro”, diseñado por los arquitectos suizos Herzog y DeMeuron, intentará superar el impresionante espectáculo que representó el escenario de la ceremonia inaugural de los pasados Juegos Olímpicos enmarcado en el bello estadio del complejo deportivo de Oaka en Atenas, obra del universal Santiago Calatrava. Más allá de las competencias deportivas, de los despliegues arquitectóni-

cos vanguardistas, de las cada vez mayores e impresionantes inversiones económicas –alrededor de 2 mil millones de dólares para costos operativos en el caso de Beijing–, y de la vitrina cultural al alcance del país en turno que organiza este tipo de eventos, los Juegos Olímpicos tienen una añeja historia de relaciones con la política local de sus respectivas sedes y con el entorno internacional. A pesar de tener uno de los historiales olímpicos más cortos entre las grandes potencias del deporte contemporáneo, la República Popular de China ha protagonizado varios

de estos episodios, incluso antes de su adhesión oficial al Comité Olímpico Internacional (COI) en 1979. Los más recientes acontecimientos de esta naturaleza ocurrieron a mediados de marzo de 2008 con los disturbios y posterior represión generados durante las conmemoraciones del 49° aniversario del fallido intento de expulsión de las fuerzas de ocupación china en el Tíbet, El 10 de marzo de 1959, la resistencia tibetana contra la ocupación china de su región inició un levantamiento armado en Lhasa, la capital. Aunque las acciones de resistencia iniciaron desde la invasión del Ejército de Liberación Popular de Mao Zedong en 1950, fue hasta esa fecha en la que el líder tibetano, el 14° Dalai Lama, optó por oponerse de manera más abierta a la ocupación. El fracaso del movimiento dio como resultado el exilio del Dalai Lama en India, el cual se mantiene hasta el presente.


En el ámbito deportivo, no obstante la brevedad de su registro en apenas seis juegos veraniegos, China ya ocupa el décimo segundo lugar entre los equipos nacionales con más medallas de oro. Este dato es un reflejo de los frutos producto de la disciplina tradicional de la cultura china, así como de adecuados programas de fomento y desarrollo de la cultura del deporte

las cuales se hallan en esa región desde 1950. El malestar internacional respecto a las acciones represivas de las autoridades chinas se manifestó de diversas maneras, desde fuertes protestas en la ruta de la antorcha olímpica en ciudades como París y San Francisco, hasta amenazas de boicot de parte de algunos jefes de Estado, quienes amagaron con no asistir a la ceremonia inaugural de Beijing 2008. Al parecer, conforme se acerca la fecha del inicio de los juegos, las tensiones diplomáticas han disminuido –si bien el conflicto en el Tíbet de seguro continuará más allá de los olímpicos– y la inauguración podría desarrollarse “con normalidad” –aunque no se descarte la posibilidad, por ejemplo, de exabruptos de algún o algunos atletas en el transcurso del tradicional desfile de las naciones. De acuerdo con una declaración del especialista en historia de los Juegos Olímpicos, David Wallechinsky, el COI esperó demasiado tiempo para

tratar el tema de los abusos contra los derechos humanos que han caracterizado al Partido Comunista Chino (PCC) desde hace muchos años. El presidente del COI, Jacques Rogge, podría tener un punto en su defensa; el organismo que encabeza no tiene –en teoría– la facultad de incidir en cuestiones fuera del aspecto de la organización de un evento olímpico. Sin embargo, Rogge no puede negar la responsabilidad de los miembros del COI al haberle otorgado los juegos a China en 2001 conociendo de antemano estos conflictos y la incapacidad de saber a ciencia cierta cuáles pueden ser los avances del gobierno comunista chino ante el hermetismo de las autoridades locales en ese sentido. Una pequeña muestra de la censura política e informativa todavía presente en China fue la ausencia de referencias a las protestas en la ruta de la antorcha en los meCfr. “Paris Protests Disrupt Torch Relay”, The Washington Post, 7 de abril de 2008.

En 2001, Beijing fue elegida como sede olímpica tras dos rondas de votación en las cuales derrotó a las ciudades de Toronto (Canadá), París (Francia), Estambul (Turquía) y Osaka (Japón).

dios de comunicación de ese país. Por último, el COI no tiene precedente de haber quitado el privilegio de celebrar los juegos a ninguna ciudad. Sólo se tienen tres casos de cambio de sede en la historia moderna del Olimpismo (los juegos de verano de 1904 y 1908, y los invernales de 1976); todos obedecieron a decisiones de las respectivas autoridades locales. Resulta curioso detenerse un poco en el caso de 1976, cuando Denver, Estados Unidos, debió haber sido anfitrión de los juegos. Ante el aumento de los costos planificados originalmente, el comité organizador y las autoridades del estado de Colorado somePara 1904, la sede original había sido dada a Chicago, Estados Unidos. Sin embargo, el presidente Teodoro Roosevelt decidió que sería más conveniente empatar los juegos con la feria mundial de San Luis, a celebrarse en ese año. Ya en 1894, el barón Pierre de Coubertin, artífice del renacimiento de los Juegos Olímpicos, había promovido la idea de celebrar una edición de los juegos en París en 1900, a fin de realizarlos de manera simultánea con la exposición universal de ese año. Con el propósito de ajustar un lapso de cuatro años como en las antiguas olimpiadas helénicas, se optó por, de algún modo, forzar a Atenas a sólo tener un bienio para preparar sus juegos y así fechar la primera edición cuatro años antes de París 1900, es decir, en 1896. Para 1908, la sede se había fijado para Roma, Italia. Por desgracia, la erupción del Vesubio de 1906 obligó a los italianos a renunciar a la organización y así poder destinar los fondos necesarios para la reconstrucción de Nápoles y las zonas afectadas. Al final, los juegos se celebraron en Londres.

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tieron a consulta popular –bajo estricto apego a parámetros legales y objetivos– la decisión de autorizar un fondo de 5 millones de dólares proveniente de dinero público para salvar las finanzas de la organización. La propuesta fue derrotada y Denver debió renunciar a los juegos, los cuales el COI terminó por ceder a Innsbruck, Austria. De vuelta al caso de China, es interesante resaltar cómo buena parte de la historia de sus relaciones con el COI ha estado empapada por acontecimientos políticos cruciales, tanto para los chinos como para el resto del orbe. Tras su admisión en el COI en 1979, la primera participación de la República Popular de China en Juegos Olímpicos fue en las competencias invernales de Lake Placid, Estados Unidos, en 1980. Su debut en olímpicos de verano se pospuso hasta Los Ángeles 1984, ya que los chinos se unieron al boicot contra los juegos de Moscú 1980, el cual había promovido Estados Unidos tras la invasión soviética a Afganistán en 1979. Ahora bien, ¿por qué China llegó tan tarde a la membresía del movimiento olímpico? A partir del triunfo de la revolución encabezada por Mao Zedong en 1949, el régimen Comúnmente se suele escribir este nombre como Mao Tse-tung para fines de facilitar su pronunciación romanizada. Esta modificación en la escritura de los apelativos originales en chino se conoce como sistema Wade-Giles. Otros ejemplos de nombres de personalidades políticas de la República Popular de China que podrían encontrarse sin romanizar en

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comunista chino se negó a participar en los juegos a causa del reconocimiento del COI a la República de China establecida en la isla de Formosa (Taiwán). Como es sabido, el COI no era el único organismo internacional que avalaba la llamada “China nacionalista” como miembro. Por ejemplo, tras la victoria militar del Partido Comunista Chino sobre los nacionalistas de Chiang-kaishek, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no accedió a otorgarle a los comunistas el estatus de gobierno legítimo por considerar que la Unión Soviética había intervenido de manera ilegal a favor de las tropas de Mao, es decir, se habrían violado los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos en perjuicio de las autoridades de la República de China (resolución 505 de la Asamblea General de la ONU, AGONU, 1952). Así, de 1946 a 1971, el gobierno nacionalista de Taipei ostentó no sólo su membresía en la ONU, sino también uno de los cinco asientos permanentes –con los privilegios que ello conlleva– en el Consejo de Seguridad de dicho organismo. Esto cambió cuando los cualquier otro texto son Lin Piao (Lin Biao, líder militar quien, aunque fue muy cercano a Mao, acabó por generar sospechas en el Partido Comunista (PC) sobre sus supuestas intenciones de deponerlo), Chou Enlai (Zhou Enlai, premier del PC entre 1949 y 1976), Li Shao-chi (Liu Shaoqi, presidente de la República Popular de China (1959-1968)), y Chiang Ching (Jiang Qing, la última esposa de Mao) (en paréntesis la escritura no romanizada). Indudablemente, el privilegio más destacado de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU es el potencial de ejercer un veto irrevocable a cualquier resolución del organismo.

contactos diplomáticos entre Estados Unidos y la República Popular China se consolidaron en la década de 1970, en el marco de una decisión estratégica de ambos países cuyo común denominador era aliarse contra la Unión Soviética. El restablecimiento de las relaciones sino-estadounidenses fue el parteaguas para la paulatina incorporación de China en la arena internacional. Curiosamente, uno de los símbolos de este acercamiento fue la denominada “diplomacia del ping-pong”. Hacia 1969, con la conclusión de la llamada Revolución Cultural y con el agravamiento de las tensiones al interior del bloque comunista entre chinos y soviéticos, la recién iniciada administración del presidente estadounidense, Richard Nixon, manifestó su interés de arreglar las relaciones de su país con China. Sin duda, esto se debe entender en el contexto hizo a la República de China en reconocimiento a su estatus de “potencia ganadora” en la Segunda Guerra Mundial. El territorio chino había sido objeto de constantes incursiones japonesas desde principios del siglo XX, las cuales tuvieron su cúspide con la ocupación de la región noreste del país y el establecimiento del estado del Manchukuo. Al concluir la expulsión, con ayuda de los soviéticos, de las tropas japonesas de China en 1945, la guerra civil china entre los nacionalistas de Chiang Kai-shek y los comunistas de Mao Zedong, iniciada en la década de 1930, continuó sin mayores restricciones hasta la deposición del régimen nacionalista en 1949. Sin embargo, a quien la ONU reconoció en 1945 como gobierno chino fue, evidentemente, al liderado por Chiang y no al entonces movimiento rebelde de Mao. Esta política, ideada por Mao Zedong con la finalidad de “depurar” tanto al Partido Comunista como a la sociedad en general, y librar al país de cualquier influencia liberal ajena al espíritu del socialismo (o más bien al poderío e influencia del propio Mao), consistió, entre otras cosas, en la supresión de toda referencia a la cultura no considerada china –según el criterio de Mao y su camarilla, por supuesto.

La propaganda china durante la Revolución Cultural acusaba a los líderes soviéticos de revisionistas y traidores al espíritu revolucionario.

Es importante señalar que la asignación de un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU se


de la aspiración de Nixon para finalizar, en los términos menos desfavorables posibles, la intervención de Estados Unidos en Vietnam.10 En un principio, los contactos diplomáticos se caracterizaron por la renuencia china a negociar algo con el principal simpatizante y protector de Taiwán. Todo cambiaría durante un campeonato mundial de tenis de mesa llevado a cabo en abril de 1971 en Nagoya, Japón. En ese evento, un cordial incidente entre el jugador chino Zhuang Zedong y uno de sus rivales estadounidenses, Glenn Cowan, dio un inusual impulso a los hasta entonces tibios esfuerzos diplomáticos. Cowan Como parte de su zona de influencia, el conflicto en Vietnam era de capital importancia para los chinos, de ahí su respaldo a las fuerzas comunistas no sólo de Vietnam del Norte, sino de sus movimientos simpatizantes el Pathet Lao (Laos) y el Khmer Rojo (Camboya). 10

no llegó puntual para abordar el transporte de su delegación y tomó el primer autobús que encontró, el cual era, ni más ni menos, el del equipo de China. Zedong, multicampeón mundial en su disciplina en la década de 1960, no sólo dio la bienvenida a su transporte al despistado estadounidense sino también le ofreció un grabado en seda que portaba como amuleto en señal de amistad. Como anécdota, Cowan no pudo darle nada a cambio (sólo traía consigo un peine en su mochila); sin embargo, cuando ambos jugadores descendieron del autobús y fueron sorprendidos por la prensa japonesa, las fotos de un chino (comunista) y un estadounidense juntos dieron la vuelta al mundo. Unos días más tarde, Mao dio su anuencia para

que, por primera vez desde 1950, visitara su país una representación oficial de ciudadanos estadounidenses: el equipo nacional de tenis de mesa. El capítulo de la “diplomacia del ping-pong” fue el preámbulo para encuentros de nivel “más formal” entre Washington y Beijing, los cuales cuentan desde un viaje secreto a China del consejero de seguridad nacional de Estados Unidos, Henry Kissinger, hasta su clímax con la visita oficial del presidente Nixon en febrero de 1972. La discreción del primer encuentro de Kissinger se debió a la conveniencia de no arriesgar la relación con Taiwán en caso de fracasar las conversaciones con Mao y sus funcionarios. Así, el simbolismo de las fotos

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El COI esperó demasiado tiempo para tratar el tema de los abusos contra los derechos humanos que han caracterizado al Partido Comunista Chino (PCC) desde hace muchos años. El presidente del COI, Jacques Rogge, podría tener un punto en su defensa; el organismo que encabeza no tiene –en teoría– la facultad de incidir en cuestiones fuera del aspecto de la organización de un evento olímpico

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de Zhuang y Cowan, pareció ir cobrando mayor peso específico comparado con otro simbolismo típico de la Guerra Fría: el reconocimiento a toda costa del gobierno nacionalista de Taipei en oposición al régimen comunista de Beijing. A partir de 1971, Taiwán padecería las consecuencias de un arrasador efecto dominó en perjuicio de su afán por conservar la titularidad de la denominación “China”. En octubre de ese año, la resolución 2758 de la AGONU despojó a la República Nacionalista de China de su estatus como representante de China en Naciones Unidas y se lo otorgó a la República Popular de China. Chiang Kai-shek no fue capaz de detener esto, ni siquiera con el poder de veto de su gobierno en el Consejo de Seguridad. De acuerdo con el artículo 18 de la Carta de la ONU, es legal suspender de sus derechos y privilegios, sean cuales fueren, e incluso expulsar a un miembro del organismo, si la

AGONU aprueba una resolución al respecto con una supermayoría de dos terceras partes de sus miembros. A la fecha, Taiwán no pertenece a la ONU. La debacle taiwanesa en la ONU se repitió en prácticamente todas las organizaciones internacionales. En los organismos deportivos, la historia no tiene finales tan amargos como aquellos donde Taiwán ni siquiera pertenece a ellos. A mediados de 1976, bajo la presidencia del irlandés Lord Killanin, el COI manifestó su intención de explorar la posibilidad de reconocer a la República Popular de China. Este gesto indignó al gobierno de Chiang Kaishek, quien resolvió boicotear los juegos de Montreal de ese año. Por desgracia para la causa de Chiang, esta presión no tuvo efecto alguno. En 1979, justo el año en el cual se normalizaron por completo las relaciones entre Beijing

y Washington, China ingresó de forma plena al COI y a la FIFA.11 El 1 de enero se anunció el Comunicado Conjunto sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre Estados Unidos de América y la República Popular de China. Diez meses más tarde, la FIFA admitió a China como integrante y decidió acatar, para fines de su membresía, la denominada “política de una sola China” propuesta por el gobierno comunista. Dicho principio establece que China es sólo una y comprenderá siempre los territorios continentales chinos, las otrora colonias europeas de Hong Kong y Macao, además de las islas de Formosa, Kinmen, Matsu, y Pescadores, es decir, Taiwán. A pesar de esto, en opinión de las autoridades chinas, Hong Kong podía seguir teniendo una representación independiente legítima –al me11

Federación Internacional de Futbol Asociación.


nos en competiciones deportivas– por ser una colonia entregada a Gran Bretaña a través del Tratado de Nanking (1842). Este estatus lo conservó ese territorio incluso después de su reincorporación a China en 1997.12 Si bien los chinos consideraban ese tratado un resultado de una guerra injusta, estimaron pertinente ceder y honrar dicho pacto como parte de una estrategia diplomática. Para ellos, el caso de Taiwán era distinto por considerar la existencia de la República Nacionalista de China como ilegítima. Entonces, de acuerdo con los argumentos de Beijing, si Taiwán, como una provincia más de la “única China”, quería participar en algún evento deportivo internacional, debía hacerlo sin la bandera nacionalista, sin su himno nacional, y sin el nombre “China”. Estos postulados no sólo se esgrimieron ante FIFA. En la 81ª sesión del COI, celebrada también en 1979 en Montevideo, Uruguay, los dirigentes del Comité Olímpico de la República Popular de China (COC) utilizaron la misma argumentación. Aunado a ello, el COC pidió al COI que debía serle reconocido su lugar como el único Comité Olímpico Chino –tal como pasó con el asiento de China en la ONU, por ejemplo. De esta manera, en una resolución dictada por el Consejo Ejecutivo del COI en Nagoya, la misma ciudad de origen de la

“diplomacia del ping-pong”, el principal organismo olímpico del mundo aceptó la petición china. Tanto la FIFA como el COI reconocieron a los organismos deportivos del régimen comunista como los legítimos portadores de la denominación “China” y obligaron a Taiwán a adoptar el apelativo “Taipei china” (Chinese Taipei) –con frecuencia mal traducido al español como “China Taipei”. Esto desencadenó un nuevo boicot ordenado por Chiang Kai-shek contra Moscú y Lake Placid en 1980. Al final, Taiwán quedó solo y acabó por ceder, aceptar las nuevas condiciones para su participación –por ejemplo, asistir portando una bandera especial con fondo blanco, así como los aros olímpicos y un pequeño escudo nacionalista inscritos en una silueta pentagonal azul y rojo–, y regresar al movimiento olímpico en la edición invernal de Sarajevo 1984. Desde esa fecha, Taipei china no ha logrado medalla alguna en juegos de invierno (como tampoco lo hizo en su época la República Nacionalista de China) y ha conseguido 13 medallas en juegos de verano (sólo dos de oro en Tae Kwon Do (Atenas 2004)). En el mismo lapso, China ha obtenido 33 medallas…en juegos de invierno (4 de oro). En lo referente a los juegos de verano, entre Los Ángeles 1984 y Atenas 2004, China cosechó 112 preseas áureas, pero un total de 286 (96 de plata y 78 de bronce).

En Beijing 2008, así como lo ha hecho en todos los Juegos Olímpicos de verano desde su reincorporación a China en 1997, el equipo de Hong Kong continuará participando como independiente del de China.

En el ámbito deportivo, no obstante la brevedad de su

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registro en apenas seis juegos veraniegos, China ya ocupa el décimo segundo lugar entre los equipos nacionales con más medallas de oro.13 Este dato es un reflejo de los frutos producto de la disciplina tradicional de la cultura china, así como de adecuados programas de fomento y desarrollo de la cultura del deporte. Sólo confiemos en no equivocarnos en esta afirmación tal como muchos lo hicieron en su momento al aplaudir los éxitos atléticos de la hoy extinta República Democrática de Alemania, cuyo régimen comunista intentó explotar al máximo las capacidades de sus competidores por la vía de las sustancias prohibidas y el secuestro de la dignidad humana.

Estados Unidos (895), Unión Soviética (395), Gran Bretaña (188), Francia (184), e Italia (182), ocupan los primeros cinco sitios en la contabilidad oficial de medallas de oro (o primeros lugares, cabe recordar que en los primeros Juegos Olímpicos (Atenas 1896 y París 1900) sólo se premiaba al ganador de cada evento con una medalla de plata, una rama de olivo, y un diploma. Quien quedaba en segundo sitio recibía una medalla de cobre y una rama de laurel) del Comité Olímpico Internacional (COI). Cabe recordar que el COI toma en cuenta a sus miembros como Comités Olímpicos Nacionales (CON). Por definición, un CON puede representar a un país, a una dependencia e, incluso, a una provincia. Asimismo, un CON no tiene la facultad de heredar su personalidad jurídica dentro del COI. Por ejemplo, el CON de la Unión Soviética sólo es reconocido entre 1952 y 1988. El CON de Rusia tiene, en términos legales, un historial distinto al de la URSS y su existencia comprende, según el COI, los periodos 1900-1912 (antes de la revolución bolchevique) y de 1994 (a partir de los juegos invernales de Lillehammer, Noruega) hasta la fecha. En las competencias olímpicas de Barcelona y Albertville de 1992, doce de las quince ex–repúblicas soviéticas participaron bajo la bandera olímpica con el nombre de Equipo Unificado. 13

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Apuntes Fuentes alternas de energía eléctrica Francisco R. Calderón

La creciente demanda de electricidad se ha estado cubriendo por medio de quemar hidrocarburos, pero las reservas de petróleo y gas se agotarán en un futuro cercano a no ser que se realicen fuertes inversiones; las reservas de carbón son también limitadas y su uso es contaminante; el potencial hidroeléctrico promete un desarrollo todavía aceptable en el corto plazo pero no en el mediano, por ser el país en lo general semiárido y contar con escasas corrientes de agua; la geotermia, la energía solar y los biocombustibles ofrecen perspectivas limitadas y sus tecnologías son todavía onerosas. En cambio, la utilización de las energías eólica y nuclear son altamente promisorias; la primera no es contaminante y tanto su inversión como su generación son baratas; la segunda requiere de precauciones especiales tanto en su operación como en el ma82

El presente texto corresponde al capítulo IV del libro Energía para México de Franciso R. Calderón y Salvador E. Calderón, publicado por la Fundación Rafael Preciado Hernández en 2007.

nejo de sus desechos, por lo demás el costo de su generación es reducido; ambas están siendo utilizadas por cada vez mayor número de países en grande escala y de manera creciente. Introducción El objetivo de este ensayo es demostrar que México está obligado a destinar más recursos para generar electricidad eólica y nuclear sin abandonar sus investigaciones sobre otras fuentes alternas de energía como el carbón, los biocombustibles, la geotérmica o solar. Se basa en las siguientes dos hipótesis. La primera, que la tecnología moderna ha permitido que las plantas nucleares para generar electricidad puedan operar con toda seguridad, eficiencia y costos reducidos. La segunda, que la energía eólica puede producirse en gran escala y también a costos reducidos.


Apuntes Es indispensable seleccionar opciones tecnológicas adecuadas, debido a los problemas que crea la transferencia tecnológica, básica para el desarrollo, pero que tiene fuerte impacto sobre el ambiente; esto deberá estimular la investigación y la capacidad técnica para lograr tecnologías sustitutivas, mejorar los procesos tradicionales y culturales y adaptar las importadas. Es necesario aprovechar, conservar y restaurar los recursos naturales. Se debe evitar la degradación de los recursos, proteger la capacidad límite de su naturaleza, favorecer la restauración y evitar los efectos adversos sobre la calidad del aire, agua y tierra, con el fin de perpetuar la oferta ambiental de los ecosistemas. Estos dos puntos son importantes, ya que la producción de energía eléctrica requiere de innovación tecnológica constante para evitar utilizar recursos no renovables cuyo uso dañe el medio ambiente o ponga en riesgo los recursos de las generaciones futuras. Demanda y oferta de energía eléctrica La demanda de electricidad ha crecido en México a un ritmo mayor que el de la economía en su conjunto, como puede comprobarse observando el siguiente cuadro referente a las ventas totales de energía en el país: Año

GWh

1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004

97 570 101 277 109 533 113 366 121 573 130 255 137 210 144 996 155 350 157 204 160 203 160 384 163 509

Ventas variación % 3.8 8.2 3.5 7.2 7.1 5.3 5.7 7.1 1.2 1.9 0.1 1.9

PIB variación % 0.4 3.5 -6.9 4.9 7.0 4.9 3.7 6.6 -0.3 0.8 1.4 4.4

El crecimiento promedio de las ventas de electricidad ha sido de 4.42% en los años considerados, mientras que el del Producto Interno Bruto ha sido de 3.5% en el mismo período; se puede apreciar también que las ventas de energía se elevan o disminuyen en consonancia con las alzas y bajas del PIB, pero generalmente el crecimiento anual de aquéllas es superior al de éstas; las dos excepciones corresponden a los dos últimos años, lo cual puede atribuirse a la recesión experimentada por la industria, principal consumidora de electricidad. Dado el crecimiento de la economía que se ha iniciado desde 2003 se puede estimar conservadoramente que la demanda de electricidad se incrementará a una tasa anual promedio de 5.6% en los próximos años. Las causas del acelerado crecimiento de la demanda son fundamentalmente tres: la creciente dependencia de la vida moderna a la electricidad, tanto en las actividades económicas como en el consumo de las familias; la gradual mejoría de los niveles de vida como lo indica el crecimiento promedio del PIB per cápita y últimamente el lento mejoramiento de la distribución del ingreso; por último, el llamado efecto demostración, es decir, la imitación un tanto ilógica de los patrones de consumo de los países desarrollados que contemplan cada vez más de cerca las familias gracias a los modernos medios de comunicación, lo cual da por resultado, por ejemplo, la multiplicación de enseres domésticos en los hogares (refrigeradores, hornos, lavadoras, aparatos de televisión, etcétera). Hasta ahora México ha podido ir aumentando la capacidad instalada de generación de acuerdo al incremento de la demanda, por lo que las fallas en el suministro del fluido deben atribuirse a deficiencias en la transmisión, operación y mantenimiento. La capacidad generadora de México en el año 2003 fue de 49,672 MW, distribuida en las siguientes proporciones como se muestra a continuación: 83


Apuntes Comisión Federal de Electricidad Contratada por CFE Autoabastecimiento Cogeneración Luz y Fuerza del Centro Usos propios

74% 14% 6% 3% 2% 1%

Ciertamente la electricidad producida en ese año siguió las mismas proporciones que las de la capacidad, por lo que se puede decir que 75% de la electricidad fue generada por el sector paraestatal (CFE y LFC) y el resto fue producido por el sector privado a través de diversas formas de generación que se hicieron posibles gracias a las reformas introducidas a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica en 1992. No obstante lo anterior, la importancia de la aportación de la iniciativa privada ha sido mucho mayor porque en los diez últimos años ha representado alrededor de 40% de la capacidad adicional. Los hidrocarburos como insumos de la electricidad Ahora bien, en materia de generación de electricidad México tiene una dependencia mucho mayor hacia los hidrocarburos que los principales países con los que compite, tal como se presenta a continuación: Generación de electricidad a base de quemar hidrocarburos China 4% Francia 5% Brasil 8% Canadá 9% India 13% Estados Unidos 20% Inglaterra 39% México 67% El peso proporcional de las diferentes fuentes de energía para producir electricidad ha sido el siguiente:

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Gas Combustóleo Hidráulica Carbón Nuclear Geotérmica Diesel Eólica

1994

2004

137,538 GWh

208,634 GWh

6.6% 56.3% 14.6% 15.1% 3.1% 4.1% 0.2% 0.0%

39.2% 29.4% 12.0% 11.2% 4.4% 3.2% 0.6% 0.0%

Como se puede ver, la dependencia hacia los hidrocarburos –sumando gas, combustóleo y diesel– ha aumentado entre 1994 y 2004 al pasar de 63.1% a 69.2%, pero si se toma en cuenta sólo el gas se verá que éste pasó en diez años de 6.6% como insumo para generar electricidad a 39.2%; pero como la producción de fluido eléctrico aumentó 51.7% al pasar de 137.5 a 208.6 TWh en este lapso, en realidad el volumen de gas usado para este propósito se multiplicó por nueve. En épocas de altos precios del petróleo y del gas esto es una desventaja competitiva importante; además, las reservas de estos hidrocarburos son relativamente escasas en México por lo que existe el peligro de que se agoten si no se hacen cuantiosas inversiones. En efecto, al ritmo actual de producción, sin contar los incrementos planeados, México tiene reservas probadas de petróleo y de gas natural para tan sólo 13 años debido a que no se han hecho las inversiones necesarias. Es indudable que el país está explotando excesivamente sus yacimientos, pues mientras ocupa el trigésimo cuarto lugar en el mundo en reservas probadas, en producción alcanza el undécimo lugar. Se podría pensar, como han propuesto algunos expertos, en volver a usar el combustóleo para ahorrar gas, pero con esa medida las reservas totales de petróleo crudo se agotarán también, como ya se ha dicho, en trece años al ritmo de explotación actual y si no se incrementa el volumen de las inversiones. Por otra


Apuntes parte, el gas que se produce en el país viene en su casi totalidad asociado a la producción de crudo y se extraen ambos de los mismos pozos. La escasez de reservas de petróleo es sobre todo grave en la región norteamericana, donde la producción/reservas es de 11 años en Estados Unidos y de 16 años en Canadá, lo que indica que México no puede esperar importar hidrocarburos de sus dos vecinos septentrionales cuando se agoten sus reservas. Igualmente esto explica que los precios del petróleo y del gas en esta región sean mayores que en el resto del mundo y por ende que en México sea más cara la electricidad, como puede verse en el cuadro que se presenta a continuación: Costo de consumo en dólares País

Electricidad MWh

México

75.00

Gas Millones de BTU 7.85

Venezuela Brasil Argentina Estados Unidos Inglaterra Bélgica Francia Alemania

24.14 45.80 66.06 44.60 55.90 62.77 61.08 59.76

0.51 3.33 1.79 10.50 4.75 4.95 4.76 4.95

No existe, por supuesto, una relación constante entre el costo de los hidrocarburos y el de la energía eléctrica; muchos países que por carecer de petróleo y gas tienen que adquirirlos a altos precios compensan esta situación con su gran generación hidroeléctrica, nuclear, eólica o con novedosas fuentes energéticas. Existen varios caminos para posponer la extinción de las reservas; uno de ellos es instrumentar un programa drástico de ahorro de energía cuya arma natural debería ser el incremento de tarifas, ya que las campañas de publicidad, el horario de verano y la represión del

robo de energía que comete principalmente el sector informal son soluciones insuficientes. Desgraciadamente, elevar las tarifas a la industria y en general al sector productivo contribuye a la pérdida de competitividad del país, e incrementar las tarifas a los hogares con mayores consumidores de electricidad constituirá una medida, además de impopular, de muy difícil instrumentación y de escasos resultados, tanto en lo que respecta a la energía ahorrada como en los ingresos que se recauden. Una medida mucho más importante debería ser el invertir ingentes sumas para explorar y exportar nuevos yacimientos de petróleo y gas; desafortunadamente ni el gobierno ni Pemex cuentan con recursos suficientes y la intervención del capital privado o está prohibida o severamente limitada por la legislación, a cuya reforma se oponen numerosos legisladores. Es evidente por lo tanto que desde ahora México tiene que ir liberándose de su dependencia hacia los hidrocarburos, para generar electricidad y no esperar el agotamiento de sus reservas o el descubrimiento de nuevas. La solución debe encontrarse en el aprovechamiento de nuevas fuentes de energía, preferentemente las renovables. Fuentes alternas de energía Carbón En México se ha venido utilizando la hulla desde tiempo atrás para generar electricidad en cuatro unidades de 300 MW de la Central López Portillo y en otras cuatro de 350 MW de la Central Carbón II, ambas cercanas a los yacimientos carboníferos de Río Escondido en el estado de Coahuila. La electricidad generada en ellas es de consideración, ya que en 1994 significaba 15.1% del total nacional y en 2004 11.2%, pero esta disminución en el porcentaje no quiere decir que haya descendido su producción, sino que entre esos dos años la generación total del país se incrementó en casi 52%.

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Apuntes La Secretaría de Energía prevé una recuperación importante del uso del carbón para generar electricidad, que en la actualidad monta a 11 millones de toneladas al año y que en 2011 ascendería a 25 millones de toneladas, con lo que su importancia relativa pasaría a representar 23% respecto de la generación total. No se ven, sin embargo, mayores posibilidades de expansión de este tipo de generación por ser altamente contaminante o si se prefiere sucio, y por ser escasas las reservas de carbón de bajo contenido de azufre, como es el caso de las de Río Escondido y cuando éste es alto es preciso hacer fuertes inversiones en equipos anticontaminantes para el control de las emisiones de SO2 (dióxido de azufre); en todos los casos el carbón mexicano tiene un alto contenido de ceniza.

1,228.64 GWh anuales, esto es, la décima parte de toda la energía hidroeléctrica del país; la presa, cuyo costo es de 800 millones de dólares contendrá 2,400 millones de metros cúbicos de agua, equivalentes al consumo anual de agua potable de la ciudad de México y ahorrará dos millones de barriles de combustóleo al año. El Cajón forma parte del Sistema Hidrológico Santiago, el cual comprende 27 proyectos con un potencial de 4,300 MW del cual ya está construida desde 1994 la central de Aguamilpas, también en Nayarit, con una capacidad de 900 MW. El embalse de El Cajón contribuirá a regular los descubrimientos de la cuenca y beneficiará a la central de Aguamilpas, ya que al recibir su vaso las aportaciones reguladas del río incrementará su generación firme y se reducirán las probabilidades de derrama por su vertedor.

Al ritmo actual de producción, sin contar los incrementos planeados, México tiene reservas probadas de petróleo y de gas natural para tan sólo 13 años debido a que no se han hecho las inversiones necesarias. Es indudable que el país está explotando excesivamente sus yacimientos, pues mientras ocupa el trigésimo cuarto lugar en el mundo en reservas probadas, en producción alcanza el undécimo lugar

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Energía hidroeléctrica Cronológicamente fue el agua la primera fuente para generar energía eléctrica en México pero en la actualidad (2004) únicamente representa 12% del total generado y sigue perdiendo importancia porcentual pues hace diez años significaba 14.6%; esto no quiere decir que haya disminuido la generación hidroeléctrica, que pasó de 20, 080 a 25, 036 GWh, sino que su crecimiento fue inferior al general. En 2006 se pondrá en operación el proyecto hidroeléctrico El Cajón, sobre el Río Santiago en el estado de Nayarit, cuya capacidad instalada será de 750 MW para generar en promedio

Si bien el costo de producción de electricidad por medio del agua es considerablemente menor que quemando hidrocarburos y otras fuentes no renovables, la inversión necesaria para construir centrales hidroeléctricas como las de Aguamilpas y El Cajón es necesariamente muy elevada, lo que explica que este tipo de obras se lleve a cabo en un país con escasez de capitales como el nuestro a razón de uno por década. A lo anterior se aúna el que el territorio nacional es por lo general árido o semiárido y carece de grandes ríos navegables, lo cual da por resultado el que para el futuro el crecimiento de la generación hidroeléctrica sea muy limitado: además


Apuntes de las ya previstas se podría esperar una que otra gran presa en el Pánuco o en el Balsas, pero su construcción es incierta; una en el Usumacinta exigiría un tratado con Guatemala y se enfrentaría a la oposición de los ecologistas. Hasta ahora el gobierno solamente ha anunciado la próxima construcción de otras dos obras monumentales: la de La Yesca, también en Nayarit, y la de La Parota en Guerrero, aunque en esta última se presenta la oposición de ejidatarios de la zona. Precisamente por las limitaciones a que se enfrenta la construcción de grandes presas hidroeléctricas la Secretaría de Energía ha pensado en recurrir a la minihidráulica, es decir, a la fuerza del agua en canales de riego y pequeñas represas; únicamente en los canales se ha estimado un potencial económicamente aprovechable de 300 MW o más. La Conae ha localizado unos 100 sitios en los estados de Veracruz y Puebla con un potencial anual de 3,570 GWh, o sea, una capacidad instalada de 400 MW aproximadamente. Ya para 2002 se habían dado seis permisos de operación minihidráulica para generar 120 GWh anuales correspondientes a una capacidad instalada de 32 MW; para 2011 se contarán unos 284 MW instalados con capacidad de generación de unos 1,373 GWh, considerado un rápido crecimiento anual de 5% a partir de 2005. Los costos de instalación de las plantas minihidráulicas son bajísimos estimándose entre 800 y 6,000 dólares por KW y lo mismo sucede con los de generación que oscilan entre los 3 y 45 centavos de dólar por KWh; sin embargo, esta tecnología sólo significa una muy pequeña contribución a la solución de satisfacer la creciente demanda nacional de electricidad. Geotérmica México es el tercer país productor de electricidad geotérmica después de Estados Unidos y Filipinas; sin embargo el potencial de crecimiento es cada vez menor y el costo de la energía no es muy

atractivo. El procedimiento consiste en perforar un pozo en busca de vapor, el cual se usa para mover turbinas; el condensado se reinyecta al interior de la caldera volcánica. Con el tiempo es factible que se desarrollo la tecnología para aprovechar la roca caliente, el magma u otros recursos. En 1994 4.1% de la electricidad generada en el país fue geotérmica, esto es, 5,643 GWh; en 2004 la electricidad generada por esta fuente subió a 6,676 GWh, pero su importancia relativa respecto a la total descendió a 3.2%. En la actualidad existe una capacidad instalada geotérmica de 953 MW. Las principales zonas geotérmicas en operación son: • Cerro Prieto, Baja California: opera desde 1973; tiene cuatro plantas para una capacidad total de 720 MW, la última de las cuales se inauguró en 2000. • Los Azufres I (1982) y Los Azufres II (2003): cerca de Ciudad Hidalgo, Michoacán, con capacidad combinada de 188 MW. • Los Humeros: entre Puebla y Veracruz; opera desde 1990 con una capacidad de 35 MW. • Las Tres Vírgenes: Baja California Sur, opera desde 2001 con una capacidad de 10 MW. Además, se estudia el potencial de las siguientes zonas: • La Primavera, Jalisco, con una posible capacidad de 75 MW. • Piedras de Lumbre, Chihuahua, donde opera una pequeña planta para el poblado de Maguarichic. • San Bartolomé de los Baños, Guanajuato. • Ixtlán de los Hervores, Michoacán. • Acoculco, Puebla. • El Chichonal, Chiapas. • La Soledad, Chiapas. • San Pedro Dome, Chiapas. • San Antonio el Bravo, Chiapas. • Agua Caliente, Chiapas. • Santispac, Chiapas. • San Diego-El Naranjo, Chiapas. • El Tacaná, Chiapas.

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Apuntes

La Comisión Federal de Electricidad ha comprobado la existencia de 1,400 sitios termales en 27 estados del país y ha estimado su potencial geotérmico en 2,400 MWe (mega watt eléctrico) para los sistemas hidrotermales de alta entalpía, esto es, de temperaturas mayores a 180°C y algunos investigadores han calculado un potencial de 20,000 MWt (mega watt térmico) en los de menos de 180°C. El impacto ambiental de las plantas geométricas es mínimo y se puede evitar casi por completo y el costo de generación de un KWh es el muy reducido de entre 4 y 7 centavos de dólar.

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Biocombustibles El experto ecólogo Gabriel Quadri hace notar con agudeza que ante la inusitada carestía de los hidrocarburos la magia de los precios como mecanismo de asignación de recursos empieza a surtir un efecto esperanzador para el ambiente en el mundo al alentar la investigación de nuevas fuentes de energía renovables y de bajas emisiones netas de gases de efecto invernadero; entre ellas lista a los biocombustibles.

Entre estos se encuentra el biogás, término con el que se designa a la mezcla de gases resultantes de la descomposición de la materia orgánica realizada por acción bacteriana en condiciones anaeróbicas. Su principal atractivo es que no aumenta en forma neta la cantidad de gases invernadero que se emiten a la atmósfera, ya se recuperen o no para ser quemados y emitidos como bióxido de carbono o emitidos en forma natural como gas metano. El biogás se puede obtener directamente de los rellenos sanitarios de basura, plantas de compostación, plantas de tratamiento de aguas residuales, fosas sépticas, etcétera. El proceso consiste en succionar los gases emitidos, comprimirlos, eliminar el agua arrastrada a través de la condensación y envasarlos en cilindros a presión. También se pueden construir plantas específicas para producir biogás; éste se produce en un recipiente cerrado o tanque denominado biodigestor, el cual puede ser construido con


Apuntes diversos materiales como ladrillo y cemento, metal o plástico. El biodigestor posee un conducto de entrada a través del cual se suministra la materia orgánica (por ejemplo, estiércol o heces humanas, aguas sucias de las ciudades, residuos mataderos) y un conducto de salida en el cual el material ya digerido por la acción bacteriana abandona el biodigestor. El proceso de digestión libera la energía química contenida en la materia orgánica la cual se convierte en biogás (gas metano). Este gas se puede utilizar como fuente de energía eléctrica o para cocinar y es un tipo de energía renovable y no contaminante, además de traer otros beneficios tales como: • Transformar los desechos orgánicos en fertilizantes de alta calidad. • Mejorar las condiciones higiénicas por la reducción de patógenos, huevos de moscas, etcétera. • Favorecer la protección del suelo y vegetación logrando menor deforestación. • Beneficios macroeconómicos a causa de la sustitución de energía y fertilizantes, aumento de los ingresos e incremento de la producción agropecuaria. • Beneficios macroeconómicos como la generación descentralizada de energía, reducción de los costos de importación y protección ambiental.

El Instituto de Investigaciones Eléctricas calcula que las 90,000 toneladas de desechos sólidos municipales de México podrían permitir la instalación de una capacidad de unos 150 MW y que esta alternativa puede ser rentable para ciudades medianas y grandes. Ya en 2002 se dieron dos permisos por la CRE para generar electricidad a partir de los rellenos sanitarios municipales de Monterrey, lo que dio lugar a la instalación de 10.8 MW para generar 54 GWh al año. Posteriormente se han dado otros 44 permisos para generar electricidad por medio de sistemas híbridos de combustóleo y bagazo de caña con capacidad total de 391 MW y generación de 709 GWh. Existen proyectos para los municipios de Atizapán, Tlalnepantla y Calimaya en el Estado de México, así como para Aguascalientes y la delegación Miguel Hidalgo en el D. F. La inversión realizada en México en estos proyectos está en un rango de 630 a 1,170 dólares por K instalado y el costo del KWh generado es de cuatro a seis centavos de dólar. El embajador de Estados Unidos anunció un apoyo de 500 mil dólares para este propósito en otros rellenos; también se espera financiamiento del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, aunque no de recursos presupuestales nacionales, pues estos proyectos son privados.

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Apuntes Hay poco interés en conectar las líneas de energía eléctrica producida con biogás a la red de CFE ya que esta institución paga el fluido al 85% de su costo de producción por lo que se prefiere autoconsumir la electricidad en el alumbrado público a través de redes aisladas. Aunque no sirve para producir electricidad vale la pena mencionar el biodiesel, un biocombustible renovable usado en motores para sustituir el uso de hidrocarburos. El biodiesel se obtiene de aceites vegetales no aptos para consumo humano o animal, como por ejemplo aceites arranciados, aceites previamente usados para freír, aceites extraídos a partir del tercero o cuarto prensado de oleaginosas, etcétera. La conversión implica craquear o transesterificar los aceites para romper las cadenas largas. Ya existe una planta generadora de biodiesel en Cadereyta, Nuevo León. Según el ingeniero Quadri, se ha desatado en el mundo un desarrollo sin precedente para producir etanol (alcohol) a partir de la fermentación de las mieles de la caña de azúcar o maíz y pronto del bagazo y otros celulósicos; se encuentran en construcción ,más de 50 refinerías de etanol en Brasil, Estados Unidos, Australia, India y China para producir biocombustible no contaminante cuyo costo se ha reducido a 20 centavos de dólar por litro; se prevé que pronto el etanol será más barato que la gasolina, siempre que el precio del petróleo se mantenga por arriba de los 30 dólares por barril. El etanol está siendo ya utilizado por la mayor parte de los autos nuevos producidos en Brasil y no se ve razón alguna para que en el futuro no sirva también para generar electricidad.

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Energía solar México tiene un futuro altamente promisorio en este tipo de generación de electricidad, ya que más de las tres cuartas partes de su territorio disfrutan de una insolación media capaz de producir 5 KWh diarios por metro cuadrado de suelo. La conversión de energía solar a electricidad a base de celdas fotovoltaicas apenas tiene ahora una eficiencia de un 15%, aún así un

metro cuadrado de celda es capaz de hacer funcionar un televisor. Para usar la electricidad durante la noche se requieren baterías para acumular la energía no acumulada durante el día, pero en una planta de tamaño mayor que el chico no es costeable instalar baterías por lo que la energía se conecta a la red eléctrica para ser consumida de inmediato; en este caso las plantas solares sólo sirven para apoyar durante el día a las plantas convencionales. La mayor central de energía solar del mundo con una inversión de 20 millones de euros se inauguró el 9 de septiembre de 2004 en la ciudad de Espenhain, cerca de Leipzig con 33,500 paneles solares y una capacidad de producción de únicamente 5 MW. El principal uso de la energía eléctrica solar es actualmente el de autoconsumo particular; en el estado de California las casas con sistemas de captura de energía solar reciben incentivos tales como reducciones de impuestos y el reembolso de 2.80 dólares por vatio alimentado a la red; otros estados ofrecen diferentes incentivos. Otro sistema para generar electricidad utilizando los rayos solares es el térmico; en este caso se concentra la luz en un solo punto por medio de espejos parabólicos a fin de generar temperaturas mayores a los 200°C y generar vapor a presión para mover turbinas. Las eficiencias aún son muy bajas y no existen plantas que operen comercialmente. Con la tecnología existente a base de paneles fotovoltaicos es posible la instalación en nuestro territorio de un sinnúmero de pequeñas plantas para electrificar localidades aisladas no conectadas a la red nacional de transmisión; la capacidad solar instalada está ya proporcionando energía para bombear agua, iluminación doméstica en comunidades rurales, telefonía rural, repetidoras de microondas y señalamiento terrestre y marítimo, esta circunstancia hace atractiva la inversión a pequeñas y medianas empresa de capital nacional para surtir de electricidad a este tipo de municipios y comunidades.


Apuntes La capacidad instalada de este tipo de plantas en nuestro territorio ha pasado de 7.1 a 14.3 MW entre 1993 y 2001, lo que significa un crecimiento promedio anual a la tasa acelerada de 9%, ritmo que es incluso inferior al mercado mundial internacional de electricidad solar que ha crecido de 7,000 a 1,000 millones de dólares entre 2003 y 3004. La Comisión Nacional de Energía (Conae) calculó que para 2001 ya había más de 115, 000 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos instalados en el país con generación de unos 8.4 GWh por año; la misma Conae estimaba que para 2011 habría 28 MW instalados para generar 16.5 GWh, lo que significaría una tasa de crecimiento anual del 7%. La Comisión Federal de Electricidad tiene ya instalada con carácter experimental una planta en San Juanico, Baja California Sur, con capacidad de KW fotovoltaicos y un motogenerador diesel de 80 KW; además ha diseñado un ambicioso proyecto para

entre 2,000 y 4,000 dólares y la generación entre 10 y 25 centavos de dólar por cada KWh (12). Las diversas fuentes de energía diferentes a los hidrocarburos hasta aquí tratadas tienen ciertamente gran importancia complementaria porque sumadas representan ya más de la cuarta parte de la generación total del país y podrían volver a alcanzar casi 40% como ya sucedió diez años atrás; sin embargo constituyen sólo una solución parcial al problema de la excesiva dependencia que sufre la electricidad de combustóleo, gas y diesel. Ofrecen mayores perspectivas la generación eólica y la nuclear.

instalar una planta termosolar con capacidad de 40 a 50 MW que triplicaría lo existente. En el mediano plazo la generación de energía solar no pasará de la fase experimental por el alto costo que significa en esta fase del avance tecnológico tanto de los sistemas fotovoltaicos como de los fototérmicos; en el primer caso un KW instalado requiere una inversión de entre 3,500 y 7,000 dólares para generar fluido al costo de entre 25 y 150 centavos de dólar por KWh; en el segundo, la instalación de un KW cuesta

y cuyo costo de operación se sitúa entre 5 y 11 centavos por dólar por KWh generado. Este método de producir energía se está perfilando como la siguiente alternativa novedosa después de la tecnología nuclear.

Energía eólica La generación de electricidad aprovechando la fuerza del viento ha tenido un incremento espectacular en los últimos veinte años como consecuencia de que es un procedimiento no contaminante, cuya inversión en la instalación se calcula en 1000 dólares por KW instalado

Los sistemas eólicos generalmente cuentan con torres de unos 30 metros de alto con hélices de tres aspas que se orientan automáticamente a la dirección del viento; las hélices mueven generadores eléctricos con capacidad de hasta 1 MW.

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Apuntes La electricidad eólica ha dejado de ser una posibilidad de laboratorio para convertirse en una muy importante fuente de generación; según comenta Quadri, la General Electric que originalmente creó una subsidiaria de turbinas eléctricas como curiosidad para ofrecer una imagen corporativa de vanguardia estima sus ventas en 2005 en casi 2,500 millones de dólares y similar al comportamiento han seguido Shell y British Petroleum. En el mundo ya existía en marzo de 2004 una capacidad instalada de 38,400 MW de los cuales 28,800 correspondían a la Unión Europea, como puede observarse en los siguientes ejemplos: Principales países con capacidad eólica instalada de más de 100 MW País MW Alemania 14 609 España 6 374 Estados Unidos 6 202 Dinamarca 3 114 India 2 120 Holanda 939 Italia 904 Reino Unido 710 Austria 415 Suecia 407 Grecia 375 Canadá 323 Francia 240 Portugal 199 Australia 197 Irlanda 186 Da una idea del dinamismo de esta forma de generación en la Unión Europea el que ya para el 31 de diciembre de 2004 su capacidad instalada eólica fuera de 34,100 MW y el de España de 8,155, lo que indica un crecimiento de 18.4% y de 29.9% respectivamente en sólo nueve meses. A finales de 2004 la capacidad en la UE fue la siguiente en MW: 92

Alemania España Dinamarca Italia Holanda Reino Unido Austria Portugal

16 630 8 155 3 120 1 125 1 080 890 605 520

El objetivo previsto en el Libro Blanco de la UE para el año 2010 es el de 40,000 MW, con lo que ya en 2004 se alcanzó 85% de esa meta. Existe en la actualidad un mercado mundial de 20,000 millones de dólares anuales para la energía eólica y la demanda y la oferta siguen acelerándose; en Dinamarca se están construyendo aerogeneradores de electricidad de 5 MW para ser situados en el mar en un alarde de tecnología de vanguardia. Si bien Alemania es el país que tiene mayor cantidad instalada de electricidad por la vía eólica, es España el que ocupa el primer lugar no sólo por ser la de más dinámico crecimiento sino porque este tipo de generación representa 29.4% de su capacidad total instalada, en otras palabras, casi la tercera parte de la electricidad generada proviene de la fuerza del viento. Son varias las razones que explican el auge que está teniendo en el mundo la electricidad eólica, entre las que se pueden listar las siguientes: 1. Depende de una fuente de energía segura y renovable. 2. No produce emisiones a la atmósfera ni genera residuos. 3. Utiliza instalaciones móviles cuyo desmantelamiento permite recuperar totalmente la zona. 4. Requiere de un rápido tiempo de construcción (inferior a 6 meses). 5. Su instalación y la electricidad que genera son sumamente económicos. 6. Su operación es compatible con otros muchos otros usos del suelo. 7. Se crean puestos de trabajo.


Apuntes La principal desventaja de este procedimiento según Reséndiz es que no es viable más que para vientos de entre 5 y 20 metros por segundo; con velocidades inferiores a cinco metros los aparatos no funcionan y por encima de vente deben pararse para evitar daños a los equipos; otra desventaja, escribía el mismo autor en 1994, son las grandes dimensiones de las aspas de la turbina para alcanzar potencias superiores a 100 KW por lo que las más comunes son de alrededor de 10 KW, aunque ya para entonces Estados Unidos había ensayado modelos de generadores eólicos con potencias cercanas a 2.5 MW y Suecia había construido unidades de 3 MW con torres superiores a 70 metros. El paso del tiempo ha reducido las objeciones de Reséndiz: la instalación en La Ventosa, Oaxaca, recibe vientos de hasta 25 metros por segundo y España probablemente ha puesto en operación en 2005 unidades de 5 y 10 MW; por otra parte parecería que con la multiplicación de las torres y aspas se subsanan las limitaciones al tamaño de los equipos. En España se han listado las siguientes desventajas de este procedimiento, indudablemente de mucho menor peso: a) Su instalación modifica el paisaje. b) Tiene impacto sobre la fauna por las aves que chocan contra las aspas y porque modifican sus comportamientos habituales de migración y anidación. c) El choque del aire contra las aspas produce un molesto ruido constante por lo que la casa más cercana deberá estar a cuando menos 200 metros. En contraste con el auge experimentado por la generación eléctrica en Europa y en especial en España, nuestro país tiene apenas instalados unos 5.5 MW distribuidos en la siguiente forma: 600 KW instalados por la CFE en Guerrero Negro, Baja California Sur, otros 550 KW de la Compañía Cementos Apasco en Ramos Arizpe, Coahuila, una central piloto de 1.6 MW de la CFE en La Venta, Oaxaca y otros 3 MW instalados a lo largo del país en pequeños aerogeneradores y bombas de agua que en conjunto produjeron

en 2001 cerca de 10.6 GWh. El proyecto de La Venta fue la primera incursión de la CFE en la generación eoloeléctrica, pero desde su inauguración en 1994 operó con pérdidas al ser una pequeña instalación que emplea siete aerogeneradores de 0.23 MW por aerogenerador. Esta casi nula capacidad instalada se compara muy desfavorablemente con los 136 MW de únicamente las Islas Canarias y todavía más con el potencial calculado en 2002 por la Secretaría de Energía de más de 5,000 MW económicamente aprovechables en las siguientes zonas ya identificadas: sur del Istmo de Tehuantepec (con potencial de 2,000 a 3,000 MW); penínsulas de Yucatán y Baja California; centro de Zacatecas y resto del país. Aún esta estimación resulta muy conservadora si se toman en cuenta lo montañoso del territorio, la longitud de las costas y la extensión del territorio, cuatro veces la de España, país que se propone llegar a una capacidad instalada de 12,000 MW. La capacidad instalada de electricidad eólica en México experimentará en 2006 un fuer-

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Apuntes te incremento, aunque todavía dentro de límites muy modestos. En octubre de 2005 la Comisión Federal de Electricidad y el consorcio de empresas españolas Iberdrola y Gamesa Eólica firmaron un contrato para ampliar la central de energía eólica de La Venta II, en Oaxaca; este consorcio ganó en agosto de este año la licitación para construir esta obra a la que concurrieron varias empresas especialistas. Los contratistas se obligan a entregar en 330 días naturales instalaciones con capacidad de generación de 83.3 MW utilizando 98 aerogeneradores con capacidad de 0.85 MW por aerogenerador. Los contratistas construirán además dos estaciones y dos alimentadoras, así como una línea de transmisión con una longitud de 17.8 km para conectar la energía generada con el sistema eléctrico nacional, todo ello con un costo de 110 millones de dólares. La idea de ligar la energía eólica generada en La Venta con el sistema hidroeléctrico del Grijalva es la siguiente: las centrales hidroeléctricas almacenan energía en la forma de agua embalsada en las presas, por lo que cuando se requiere que produzcan más energía las hidroeléctricas deben liberar más agua para mover sus generadores; con la electricidad eólica conservando así las reservas de agua de la cuenca para futuras necesidades. Entre los proyectos en marcha se encuentra el de la firma española Préñela, para construir varios parques eólicos en Ensenada y el de Lamenta III, cuya licitación se prepara ya; otros proyectos como el del Cerro de la Virgen fueron cancelados por trabas burocráticas. El costo de inversión de una central eléctrica eólica es según Quadri de poco más de un millón de dólares por MW, lo cual coincide con la información proporcionada por la Secretaría de Energía; el costo de operación es casi nulo y el costo de la electricidad generada es muy bajo, de entre 5 y 11 centavos de dólar por KWh.

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Energía nuclear México entró relativamente temprano a la era nuclear cuando en 1966 realizó una investi-

gación para determinar la mejor localización de una planta para finalmente escogerla en Laguna Verde, en la costa del Golfo de México, a unos cientos kilómetros del norte del puerto de Veracruz; en 1969 abrió una licitación para la construcción de una planta con dos reactores, en 1972 la Comisión Federal de Electricidad emitió su fallo concediendo la construcción del primer reactor a Electric Bond and Share Company, EBASCO, la cual no se inició sino hasta el 1 de octubre de 1976. En el caso del segundo la obra la realizó al año siguiente la CFE con la asesoría de EBASCO y de General Electric; de nuevo hubo una larga demora para poner la planta en operación comercial, lo que no se logró sino hasta el 29 de julio de 1990 en el caso del primer reactor y del 10 de abril de 1995 en el del segundo. La Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde tiene una capacidad efectiva de 11.365 MW, integrada por dos reactores nucleares enfriados con agua convencional de 654 MW, cada uno de los cuales opera a un 90% de su capacidad. La razón de su inconcebible demora entre el inicio de su construcción y su operación comercial fue la resistencia de los ecologistas y del público en general, temerosos de que se repitiera un accidente en Laguna Verde como el que sufrió la planta de Three Mile Island en Estados Unidos en 1979 o como la de Chernobyl en Ucrania en 1986, con consecuencias desastrosas para el cercano puerto de Veracruz. Tras estos accidentes la generación de electricidad a través de reactores de fusión nuclear obtuvo muy mala reputación y muchos grupos ambientalistas se dedicaron a hacer campañas en contra de su uso y cada vez que se presentaba un proyecto de construcción se enfrentaba a una gran oposición de la comunidad donde esta se asentaría; así, durante 15 años no se construyeron nucleoeléctricas fuera de Canadá y Francia. Este temor no ha desaparecido por completo a pesar que desde entonces no se ha producido ningún accidente serio en el mundo


Apuntes internacionales: sus dos reactores ingresaron al Club BWR 300 Plus después de haber operado satisfactoriamente durante más de 300 días; en diferentes ocasiones y por diferentes conceptos Laguna Verde ha obtenido la Certificación del Sistema de Calidad ISO; durante la IV Reunión Institucional de Calidad Total de la CFE en 2002 logró el certificado de conformidad con la norma mexicana para el sistema de administración de la seguridad y salud en el trabajo. Todavía es un argumento de mayor peso a favor de la seguridad de la energía nuclear la extraordinaria difusión que ha tenido en 34 países en los que hay instalados 434 reactores en operación y 23 en construcción, con una capacidad total de 378,064 MW en los cuales no se ha producido ningún accidente de consideración. Los principales países productores de electricidad nuclear en el mundo se muestran a continuación: Países y a pesar también de que la tasa de accidentes en la industria nuclear mundial ha sido en los últimos años de 0.28 accidentes por 100 trabajadores, mientras que la tasa nacional de Estados Unidos fue de 2.6 en 2003. Se ha encomendado a la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias, entidad de alta y reconocida competencia técnica, vigilar el cumplimiento de las normas y reglamentos de seguridad para el funcionamiento de las instalaciones radioactivas, así como de los aceleradores de partículas cargadas, aparatos de rayos x de uso industrial, los operadores y prestadores de servicios y las empresas que dan servicio a Laguna Verde en todas sus etapas, desde los combustibles frescos hasta los desechos. La conciencia del riesgo que corre el público por el uso de la energía nuclear ha obligado a la entidad reguladora y a la planta de Laguna Verdea acatar escrupulosamente todas las normas de seguridad; este esfuerzo ha merecido desde un principio diversos reconocimientos nacionales e

Estados Unidos Francia Japón Federación rusa Alemania Corea Ucrania Canadá Reino Unido Suecia China España México

Reactores totales 104 59 54

MW 98 298 63 362 47 835

30

23 618

18 19 14 17 23 11 9 9 2

20 643 15 850 15 007 12 113 11 852 9 451 8 587 7 584 1 365

A pesar de que Estados Unidos tienen en funcionamiento el mayor número de reactores con la mayor capacidad instalada, es Francia el país líder en el campo de la generación de electricidad nuclear con el programa nucleoeléctrico más completo del mundo, como se demuestra por el hecho de que 78% de su electricidad sea generada por este procedimiento y por el siguiente cuadro comparativo: 95


Apuntes País Francia Alemania España Estados Unidos Canadá Japón China México

Energía total nuclear 78.0% 28.3% 26.0% 20.0% 13.0% 13.0% 1.6% 6.0%

La gran dependencia francesa a la electricidad nuclear se debe a una situación de alguna manera similar a la de México: sus reservas de carbón se agotaron por completo en abril de 2004, sus ríos si bien caudalosos no tienen declives importantes, sus reservas de gas natural pasaron a constituir el 15% de sus recursos energéticos a un mero 1%, por lo que se convirtió crecientemente en importador de hidrocarburos; hasta aquí termina la relativa similitud con la situación mexicana. Cuando a finales de la década de los 50 se avizoraba como cada vez más próximo el agotamiento de las reservas energéticas, Francis emprendió una política energética enfocada en el crecimiento constante de su oferta de electricidad enfocada a la utilización de fuentes de energía renovables; primero lanzó un programa de construcción de grandes presas y veinte años después un programa nuclear que la ha colocado en el primer lugar mundial, sólo atrás de Estados Unidos; todo lo anterior sin descuidar otras fuentes renovables como los biocombustibles (madera, desechos urbanos, etcétera). El que un país como Francia, cuarto consumidor de electricidad en la OCDE, haya optado por depender para su suministro eléctrico de plantas atómicas distribuidas a lo largo y a lo ancho de su territorio continental, muestra la confianza del pueblo francés en la seguridad de este tipo de energía, según lo muestra una reciente encuesta de principios de 2005 realizada por CREDOC (52% de las personas interrogadas le encuentran más ventajas que inconvenientes, 38% más inconvenientes y 10% indecisos). 96

Además de ofrecer seguridad, la generación nuclear ha ofrecido otras ventajas a Francia: las últimas estadísticas (2004) muestran que la energía nuclear le resulta la menos onerosa, ya que a pesar de los fuertes incrementos recientes de los precios de los hidrocarburos el gasto total del país en energía ha disminuido de 50,000 millones de euros en 1981, esto es 5% del PIB, a 28,000 en 2004, o sea 1.8% del PIB. El uso de la electricidad nuclear significó para Francia el ahorro de 36 millones de toneladas de carbón y la eliminación consiguiente de contaminantes equivalente a casi la totalidad de las emisiones de los automóviles y camiones en las carreteras y caminos. Al lado de los países listados es mínima la instalación de dos reactores con una capacidad de 1,365 MW en Laguna Verde a los que quizá podrían agregarse el reactor de investigación del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares y dos ensambles subcríticos, uno en la Universidad Autónoma de Zacatecas y otro en el Instituto Politécnico Nacional; igualmente


Apuntes mientras en la actualidad hay en el mundo 23 reactores nuevos en construcción en México no se tenía contemplada la adición de ninguno; esta situación acaba de cambiar con la aparición el 7 de diciembre de 2005 del Programa de Obras e Inversiones del Sector Público 20052014 (POISE), donde se anuncia la ampliación de inmediato de Laguna Verde en 196 MW y de 22,000 MW para 2015 en una nueva central cuya localización no se especifica. La decisión de emprender por fin en grande escala un programa de expansión nuclear es sumamente acertada dadas las limitadas posibilidades de crecimiento de la generación de electricidad usando otras fuentes de energéticos; no sólo permitirá el ahorro de hidrocarburos, tanto combustóleo como gas, sino que producirá una energía limpia y barata como se verá a continuación: Costo en pesos por KWh Diesel Ciclo combinado (gas) Nuclear Hidroeléctrica

1.65 0.81 0.74 0.62

Es cierto que la energía hidroeléctrica es más barata que la nuclear, pero como ya se ha advertido en el apartado respectivo de este trabajo, la construcción de este tipo de plantas es cara y la escasez de agua en el país limita su desarrollo. Después de 30 años sin accidentes graves en la industria nuclear mundial parece estar ya resuelto el problema de la seguridad en la operación de las plantas sobre todo por los avances de la tecnología en este campo; el único problema importante que queda en materia de seguridad es el del almacenamiento de los desechos radioactivos, cuya peligrosidad tarda siglos en desvanecerse. Una planta típica de 1,000 MW general al año unos 300 m3 de residuos de bajo nivel y 30 toneladas de alto nivel; estos desperdicios se han manejado en el mundo con éxito en depósitos subterráneos

con contenedores sellados, fundamentalmente con técnicas desarrolladas en Francia. En México los desechos de nivel bajo e intermedio producidos en los procesos médico e industrial son almacenados en un depósito especial; además se espera sellar este depósito en un futuro cercano para evitar problemas de orden fundamentalmente social en la población que en número creciente se está avecindando en las cercanías. En cuanto a los desperdicios de Laguna Verde, los de alto nivel de radioactividad producidos en ella se están almacenando en la misma planta y se están realizando estudios detallados de ingeniería para determinar el diseño de un depósito de “triple barrera”, conforme a la técnica francesa, tanto para los desechos de nivel alto como de bajo e intermedio. El depósito está concebido para albergar los desperdicios producidos por cuatro reactores a lo largo de su vida útil, así como los causados por los procesos médicos e industriales. Otra limitación a la que se enfrentará la expansión de la industria nuclear en México es la escasez de uranio en su territorio; se han localizado reservas de uranio en el territorio nacional de aproximadamente 2,000 toneladas, pero no se han explotado porque hasta ahora ha resultado más costeable importar el uranio dados los bajos precios existentes en el mercado internacional; el uranio es abundante en el planeta sólo que la mitad aproximadamente se concentra en Australia y Canadá donde, por ejemplo, la empresa Energy Resources Australia cuenta con 144 millones de libras en reservas uraníferas y la empresa Strathmore Minerals Toronto acumula 150 millones de libras en reservas. El analista Pablo de los Santos considera que los precios del uranio pueden elevarse verticalmente en las próximas décadas porque prevé que se produzca un nuevo auge de la electricidad nuclear que podría conducir que para 2050 hubiera en operación más de 3,400 reactores. Uno de los detonantes que en el fu-

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turo próximo “podría magnificar la demanda de uranio a niveles nunca vistos” es que el hidrógeno sustituya a la gasolina como combustible en los automóviles; ahora bien, el hidrógeno no aparece en forma natural sino que hay que separarlo del agua, proceso que exige enormes cantidades de electricidad cuyo costo más bajo se logra mediante la energía nuclear. Por último, como la utilización de la energía atómica conlleva riesgos a la seguridad nacional, parece evidente que su generación y administración debe corresponder en forma exclusiva al Estado.

nuclear… El uso de la energía nuclear sólo podrá tener fines pacíficos”. En la misma Carta Magna se especifica en su artículo 28 que: “No constituirán monopolios las funciones que el Estado ejerza de manera exclusiva en las siguientes áreas estratégicas: …minerales radioactivos y generación de energía nuclear, electricidad…” Posteriormente la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica consigna en su artículo 2° que: “Todos los actos relacionados con el servicio público de energía eléctrica son del orden

Marco jurídico La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 27 que: “Corresponde exclusivamente a la Nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer de energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público. En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la Nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines”. Acto seguido agrega: “Corresponde también a la Nación el aprovechamiento de los combustibles nucleares para la generación de energía

público”, pero después en su artículo 3° aclara que: “No se considera servicio público la generación de energía eléctrica para autoabastecimiento, cogeneración o pequeña producción; la generación de energía eléctrica que realicen los productores independientes para su venta a la Comisión Federal de Electricidad”. Como puede verse, la legislación vigente no deja ningún resquicio para una participación importante del capital privado en la generación y venta de electricidad; igualmente la composición del Congreso y su policitación no parecen dar motivo para esperar modifica-


Apuntes ciones de fondo a ella; por esta razón en este ensayo no se contempla ningún cambio a la actual normatividad. No obstante, lo anterior puede interpretarse el artículo 3°, fracción I de la Ley en el sentido de que la venta de electricidad en pequeña escapa por una pequeña promesa no debe considerarse como servicio público, lo cual sería muy conveniente para atraer modestos capitales a los casos de energía solar, biocombustibles y, sobre todo, a la energía eólica. Conclusiones y recomendaciones 1. La demanda de electricidad en México crece a mayor ritmo que su PIB, por lo que debe ser cubierta para asegurar el desarrollo del país. 2. México es cada vez más dependiente de los hidrocarburos (gas y combustóleo) para generar la electricidad. 3. Esta dependencia es sumamente peligrosa porque en un futuro cercano se agotarán las reservas de hidrocarburos, a no ser que se realicen enormes inversiones. 4. Dados los altos precios del petróleo y en especial del gas en la región norteamericana, el costo de la electricidad en México es más alto que el de sus principales países competidores, lo que constituye uno de los factores de su poca competitividad internacional. 5. Para eliminar esta excesiva dependencia es preciso recurrir con creciente intensidad a fuentes alternas de energía como el carbón, la hidráulica, la solar, la geotérmica, los biocombustibles, la eólica y la nuclear. 6. Las reservas de carbón son reducidas y se trata de una fuente muy contaminante; sin embargo en el corto plazo esta fuente de energía tendrá un desarrollo importante pero limitado. 7. Todavía se puede esperar un aceptable desarrollo hidroeléctrico, también en el corto plazo, pero éste es limitado por ser el país en general semiárido y porque además el costo de la construcción de las presas es sumamente elevado.

8. Las tecnologías para generar electricidad utilizando como fuentes los biocombustibles, la geotermia o la energía solar están aún en la fase de experimentación y el fluido producido todavía es muy caro (excepto en el caso de la energía geotérmica). 9. Sin embargo, estas tres fuentes ofrecen perspectivas promisorias en el largo plazo, por lo que es aconsejable que el gobierno otorgue subsidios, exenciones o precios preferenciales a los particulares que generen electricidad por medio de ellas. 10. La instalación de plantas generadoras de electricidad eólica y la electricidad en ellas producida son extremadamente económicas y no contaminantes, lo que explica su extraordinario desarrollo en un creciente número de países; México debería destinar fuertes recursos a esta actividad. 11. La generación de electricidad eólica se presta especialmente a la operación en pequeñas compañías que surtan a pequeñas y medianas poblaciones. 12. Se podría pensar en modificaciones a la normatividad en la materia para que PYMES eléctricas de capital totalmente mexicano prestaran directamente este servicio público o bien que la ley se interpretara en el sentido de que este servicio o no considerara público por ser prestado por pequeñas empresas. 13. México debe entrar de lleno a la era de la energía nuclear para usos pacíficos, bajo el control exclusivo del Estado. Durante un cuarto de siglo han proliferado los reactores nucleares en cada vez mayor número de países sin que se haya registrado ningún accidente de consideración y se han podido confinar los desperdicios radioactivos en lugares seguros. La energía producida es barata y limpia. 14. Se debe lanzar una campaña de apoyo al plan de expansión nuclear de la Comisión Federal de Electricidad, para contrarrestar los ataques de ecologistas y políticos que seguramente sobrevendrán.

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R ESEÑA Foro Distribución

del ingreso y superación de la pobreza Ninett Torres

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El pasado miércoles 16 de julio la Fundación Konrad Adenauer y la Fundación Rafael Preciado Hernández llevaron a cabo el Foro Distribución del ingreso y superación de la pobreza, en el Hotel María Isabel Sheraton de la Ciudad de México. Al acto acudió el Director General de la Fundación Rafael Preciado Hernández, Licenciado Carlos María Abascal Carranza, quien a manera de preámbulo subrayó la relación entre ética y economía frente a la ineludible responsabilidad social de reducir la pobreza y las brechas en los ingresos de los mexicanos.

La primera ponencia, titulada “La teoría de Kuznets y Chang y Ram”, fue dictada por el Dr. Juan Auping Birch, Investigador de la Universidad Iberoamericana, quien esclareció la correspondencia entre crecimiento económico y democracia, la cual es abordada por dos grandes escuelas del pensamiento político y económico, a saber, el utilitarismo y el igualitarismo, consideradas por el ponente como alternativas tendientes a extremar las respuestas a los desafíos sociales. En respuesta a ello surge la Economía Social de Mercado, la alternativa intermedia que reconoce la existencia de una economía de mer-

cado, pero en donde el Estado tiene por naturaleza una función redistributiva. Sin embargo, dijo, mientras la economía no crezca y continúe monopolizada, la distribución del ingreso no va a mejorar; y para que crezca es urgente fortalecer aquellos factores que propician su crecimiento: el capital humano mediante una educación de calidad, y el combate a la pobreza mediante programas de transferencias como Oportunidades y de crédito social, fundamentalmente. Por su parte, el maestro Héctor Moreno, Investigador


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y Editor Adjunto de la Oficina Nacional sobre Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, expuso en su ponencia “Desarrollo humano e igualdad de oportunidades” los elementos subyacentes a la dinámica de generación y distribución del ingreso en México, comprendiendo entre los primeros el capital humano, el capital físico, el capital social y los recursos naturales (distribución inicial de los recursos), que da pie a la producción e intercambio mediante el trabajo, la renta de propiedades, transferencias y el autoconsumo,

y que en conjunto generan un determinado flujo de distribución del ingreso reflejado en los niveles de vida de las personas, y en particular en sus hábitos de consumo y en su capacidad para elegir entre formas de vida alternativas. El desarrollo humano de un país, entendido como la expansión equitativa de las oportunidades y capacidades, a nivel individual se manifiesta en las posibilidades que tiene una persona de disfrutar de una vida larga y saludable, el acceso al conocimiento y en el nivel de recursos para vivir con decoro.

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De manera similar al Dr. Auping, para el maestro Héctor Moreno el capital humano explica 60% de los ingresos de los hogares, lo que contrasta con el hecho de que hasta el año 2000 más o menos existía una relación directa y cercana entre la riqueza y los recursos físicos. No obstante, en materia de distribución del ingreso las instituciones y el desempeño económico juegan un papel central para abrir o cerrar la brecha entre ricos y pobres. Por ejemplo, comentó que las restricciones de acceso al crédito constituyen una importante fuente de desigualdad, y el ingreso, a decir del PNUD, si101


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R ESEÑA gue constituyendo la principal fuente de desigualdad. En representación del consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), su Secretario Ejecutivo, el Dr. Gonzalo Hernández Licona, consideró en su presentación “Medición de la pobreza y su evolución en los últimos años”, datos y análisis importantes acerca de los ciclos económicos que han repercutido en el desenvolvimiento de la dinámica redistributiva en nuestro país. En los últimos diez años 20% de los hogares más pobres ha incrementado su acceso a los servicios básicos (educación, salud y vivienda), entre otras cosas, gracias sobre todo a los programas de transferencia; pero recalcó que si bien ha aumentado el número de ocupados, no ha habido un aumento del salario real. La pobreza, señaló el especialista, está muy relacionada con el mercado laboral. La cobertura de seguridad social, que también tiene que ver con el mercado laboral, es muy baja, y este factor, previno, puede ser fuente de disensos a nivel político, pero también de obstáculos en el plano económico.

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El necesario incremento de la productividad del país deberá considerar, opinó Hernández Licona, el fortalecimiento del mercado laboral, la seguridad social y los programas sociales, aspectos que no siempre se

ven integrados en las políticas de desarrollo social y superación de la pobreza. Al respecto propone diversas fórmulas que garanticen la productividad, por un lado, y la seguridad social, por otro. Por ejemplo, considera que es necesario tener seguridad social universal con la opción de generar empleos formales con menos contribuciones específicas; una seguridad social aquélla que no dependa de la situación laboral sino de los impuestos generales, y así, dijo, se gana en justicia social, pero también en competitividad y en productividad. Consideró que una estrategia que ha resultado eficaz en otros países para promover ambas medidas ha sido la de empaquetar las reformas: mayor flexibilidad laboral, mayor seguridad social. En su ponencia “Política pública y desarrollo social”, el Dr. Ignacio Quesada Morales, Coordinador de Asesores en la Secretaría de Desarrollo Social, sustentó y desagregó el conjunto de acciones que en materia de política social el gobierno federal encabezado por el Presidente Felipe Calderón ha promovido desde 2006. Dichas acciones se basan en los objetivos de igualdad de oportunidades, construcción de una red nacional de protección social, construcción de ciudadanía, protección ante condiciones de vulnerabilidad, productividad, sustentabilidad y calidad de los servicios.

Consideró que para la actual administración el desarrollo de las capacidades básicas de las personas y la construcción de redes de protección social son los elementos primordiales de la política social, enfrentada a dos grandes retos hoy en día: la pobreza urbana y la transición demográfica, debido a la cual lo que el país haga o deje de hacer tendrá repercusiones en lo económico y social ahora y en el futuro. La política social, manifestó, basa su desempeño e implementación en los criterios de construcción de ciudadanía, sustentabilidad ambiental, visión territorial, visión prospectiva, coordinación y convergencia intersectorial, coordinación entre órdenes de gobierno, transparencia y rendición de cuentas, y de manera especial en la evaluación de la política social. Finalmente, en la clausura del evento estuvo presente el Coordinador de Proyectos Especiales de la Fundación Konrad Adenauer, Jasper Eitze, para quien la necesidad de reducir la brecha en la distribución de los ingresos parte necesariamente de apostar más en la formación de capital humano, lo que contribuye a final de cuentas a la cohesión social. Los programas sociales solos no solucionan, dijo, el problema de fondo, si no se invierten progresivamente mayores recursos en la educación.


R ESEÑA ¿Por qué amamos el futbol?

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Un análisis de la patada Armando Reyes Vigueras

Definido como un tema lúdico que reviste relevancia para nuestra sociedad, Andrés Roemer y Enrique Ghersi abordan desde la perspectiva del análisis económico del derecho el tema del fútbol en su libro ¿Por qué amamos el fútbol? Un enfoque de política pública, publicado por Miguel Ángel Porrúa. A primera vista, parecería ocioso revisar con tal herramienta una actividad que si bien atrae la atención de millones de personas en México y el mundo, no representa una parte vital de nuestras sociedades. No obstante lo anterior, los

autores revelan en la introducción de la obra que “el fútbol es más que un juego porque expresa nuestras motivaciones y modela conductas”, además de que se plantean la interrogante de cómo sería una sociedad en la que desde niños los ciudadanos entendieran que el esfuerzo y la cooperación son la base del éxito. A partir de este punto, comienzan las analogías entre este deporte y el ámbito jurídico: el famoso fair play –término utilizado para resumir una demanda para que el juego se desarrolle en un ambiente de camaradería y cero agresio-

nes–, es equiparado al Estado de Derecho; el árbitro representa a la autoridad y aficionados y jugadores son el equivalente a los ciudadanos. “Si los individuos traslaparan estos aprendizajes a otras actividades de su cotidianeidad ¿acaso no habitaríamos una sociedad más libre, segura y próspera? Pues bien, por ello un libro de fútbol desde la óptica del derecho y economía”, apuntan los autores para cerrar su justificación del estudio. Pero esa es sólo una parte de las motivaciones que Roemer y Ghersi tuvieron para

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escribir el libro. El análisis desde la doble perspectiva del derecho y la economía de un deporte como el –a la usanza española– balompié, ofrece una relación de mutuo beneficio, pues –de acuerdo con los autores– el análisis económico del derecho ofrece soluciones a problemas relevantes del fútbol, a la vez que es posible profundizar en su organización; es más, según Roemer, “la presente obra tiene como propósito conformar una herramienta valiosa en el diseño de políticas públicas para actividades lúdicas”. Como aficionado, la obra puede llamar la atención de ini-

cio, aunque al pasar las páginas se encontrará con datos que estarían más acorde con publicaciones académicas o de análisis, particularmente en capítulos como el dedicado a la selección nacional, el famoso “Tri”, pero si se hace un esfuerzo se podrán encontrar datos para que el siguiente partido que uno vea por televisión con amigos, pueda enriquecer la plática y asegurar que no se trata de un simple deporte, sino de una actividad compleja e importante que motivo al Parlamento Europeo solicitar un estudio sobre el futuro de este deporte, como se apunta en el libro. Claro que si después del comentario su equipo recibe

un gol, puede desquitarse declamando las cifras que la obra ofrece, pues las estadísticas –no del desempeño de los jugadores, aclaramos– son interesantes, particularmente porque se refieren a una liga conocida por los mexicanos: la española. Pero la anterior no es la única liga que explora la publicación. La estructura del fútbol mexicano y argentino también sale a relucir en las páginas, a partir de enfoques críticos. También se pasa revista a la relación con los medios de comunicación –especialmente la televisión–, para completar un cuadro de lo que este deporte significa realmente.




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