AÑO 17 NÚMERO 201 SEPTIEMBRE 2011
FUNDACIÓN RAFAEL PRECIADO HERNÁNDEZ, A. C.
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AÑO 17
NÚMERO 201
SEPTIEMBRE 2011 Editorial COLABORADORES
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Director General Adjunto
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Director
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Editor
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CEDISPAN
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Director Administrativo
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La Fundación Rafael Preciado Hernández es una institución académica que tiene como principal objetivo la generación de ideas útiles que coadyuven a resolver los problemas de la sociedad mexicana en los ámbitos económico, político y sociocultural.
Objetivos:
Apoyar la capacitación social, política y económica de personas interesadas en estos temas. Elaborar, editar y publicar, directa o indirectamente, boletines, revistas, memorias, apuntes, libros, videos y similares.
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Organizar, promover, estimular, patrocinar, dirigir y, en general, llevar a cabo directa o indirectamente cursos, seminarios, conferencias, reuniones de estudio, foros, mesas redondas, congresos y toda clase de actividades relacionadas con la política, los asuntos sociales y la economía. La revista Bien Común es el principal órgano que la Fundación Rafael Preciado Hernández utiliza para dar a conocer públicamente los avances de los proyectos de sus investigadores. Al mismo tiempo que refrenda con este medio su compromiso con una cultura plural y democrática, abre espacio a otros analistas interesados en expresar sus puntos de vista sobre tópicos de actualidad para la sociedad mexicana.
Fomentar y financiar actividades de investigación social, política y económica dentro del país.
Los puntos de vista externados por nuestros colaboradores no necesariamente reflejan la posición académica de la Fundación.
Actividades:
Los anuncios que aparecen en esta revista son resultado de convenios de intercambio no lucrativos establecidos con los interesados.
Establecer relaciones y colaborar con otras instituciones similares del país y del extranjero.
Publicación indizada en CLASE.
Bien Común es editada por la Fundación Rafael Preciado Hernández, A. C. El tiraje es de 1500 ejemplares.
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Impreso en: Editores e Impresores FOC, S. A. de C. V. Los Reyes núm. 26, Col. Jardines de Churubusco, México, D. F. Tel.: 56 33 28 72 Correspondencia:
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• Ángel Rivero. Profesor en el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid. Agradecemos a la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) la autorización para la publicación de este ensayo, publicado en la edición 17 de Cuadernos de Pensamiento Político. • Salvador Abascal Carranza. Filósofo y escritor. Director general adjunto de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C. • Jacobo de Regoyos. Es corresponsal en Bruselas de Onda Cero y autor del libro Belgistán. El laboratorio nacionalista, editorial Ariel. • Hans-Joachim Veen. Politólogo alemán, desde 1994 es profesor honorario en la Universidad de Tréveris, Alemania. Estudió ciencias políticas en la Universidad de Hamburgo y en la Universidad Albert-Ludwig de Friburgo de Brisgovia. Doctorado en la Universidad de Friburgo en 1976. Desde 2002, es presidente de la mesa directiva de la Fundación Ettesberg. • Jaime Aviña Zepeda. Médico e investigador en el tema de la Familia. • José Eduardo Flores. Investigador del área de estudios económicos de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C. • Quetzalcoatl Orozco Fernández. Articulista y capacitador de la Fundación Rafael Preciado Hernández en Jalisco. • Paulina Lomelí García. Economista e investigadora de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C. • Jesús Gastelum Lage. Profesor en el Departamento de Ciencia Política del ITAM desde 2010. Director General de la Fundación Adolfo Christlieb Ibarrola. • Rosalina Arteaga Barrón. Investigadora de la Dirección de Estudios Políticos de la Fundación Rafael Preciado Hernández, A.C. • Juan José Rodríguez Prats. Investigador de la Fundación Rafael Preciado Hernández, ha sido –además– diputado federal y senador, escritor de obras como La congruencia histórica del PAN y Documentos y decisiones cruciales de Acción Nacional. • Carlos Salazar. Licenciado en Administración con énfasis en Marketing Social por la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia), tiene Maestría en estudios políticos (Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Estudios Interdisciplinarios, Bogotá, Colombia), y realizó estudios avanzados de Administración y Políticas Públicas (Departamento de Gobierno, “London School of Economics and Political Science”).
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Centrales
¿Nacionalismo y multiculturalismo Ángel Rivero Nacionalismo o patriotismo Salvador Abascal Bélgica, el laboratorio nacionalista europeo Jacobo de Regoyos La consolidación de las democracias jóvenes Hans-Joachim Veen Universalidad y nacionalismo Jaime Aviña Nacionalismo de los años 40 Martha Silva Juventud y Futuro Jaime Aviña Sobre las oportunidades laborales para los jóvenes en México José Eduardo Flores
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Carta
Carta del director
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Agendas
Urge ciudadanizar al PAN Quetzalcoatl Orozco Fernández Sobre la turbulencia bursátil por la baja en la calificación de EU Paulina Lomelí Hacia una nueva política hacendaria José E. Flores Agricultura y Desarrollo Rural en el Distrito Federal Jesús Gastelum Lage Dos elementos en los estados mexicanos para la permanencia del PRI en el poder Rosalina Arteaga Barrón Homenaje a Luis H. Álvarez Juan José Rodríguez Prats
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Dossier
Los Think Tanks: Laboratorios para la acción democrática Carlos Salazar Vargas
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Reseña
Ensayos de Anacleto González Salvador Abascal
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EDITORIAL
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os procesos de consolidación de los países latinoamericanos posteriores a las guerras que durante el siglo XVIII lograron la independencia de España tuvieron, en una primera etapa, la voluntad de construir un bloque continental que, más allá de las fronteras, rescatara y aprovechara la unidad lingüística y cultural de la región para integrar una zona de convivencia que soñaron, desde distintas latitudes, Bolívar, Servando Teresa de Mier y otros tantos próceres de aquella primera hora. No obstante, pronto el nacionalismo comenzó a bloquear esa intención para levantarse como un muro que trazó los límites de los países que poco a poco fueron dando nombre a la geografía política del Continente, tal y como lo demuestra el cubano Rafael Rojas en su libro Las repúblicas de aire, en el que narra cómo la ilusión de una América unida se topó de frente con una tendencia que hoy, en una época en que las fronteras poco a poco han cedido ante la economía y las telecomunicaciones, resulta vetusta y hasta estorbosa al momento de ser competitivos en el marco de la mundialización. Europa, por su parte y desde mediados del siglo XX, rescató la cruda lección de dos guerras mundiales para buscar el modo de crear una zona libre de fronteras donde el comercio y el libre tránsito de personas, mercancías e ideas se erigieron como distintivos de la Unión Europea, una hazaña que logró hacer competitiva a una área fortalecida con la suma de intereses y objetivos en común. Para conseguirlo, fue necesario dejar de lado ese nacionalismo que tanto daño causó a países como Italia, España o Alemania, y que hoy, en los albores el siglo XXI, resurge con muestras claras de intolerancia, chauvinismo y separatismo que aprovecha las ventajas de la democracia para manifestarse en las urnas.
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¿Cómo se vive hoy este nacionalismo de uno y otro lado del Atlántico? ¿Cuánto de esos dos siglos de construcción y de aprendizaje queda vivo y cómo cambian las actuales tendencias? ¿Dónde se encienden los focos de alerta frente a un pensamiento que en ocasiones pareciera una respuesta urgente a la mundialización? ¿Por qué triunfan o fracasan diversas ideas que llaman a la separación cuando todo parecía tender hacia la unidad? A estas y otras preguntas buscamos responder en el presente número de Bien Común, que dedicamos al tema del nacionalismo que renace con fuerza en el Viejo Continente y que no acaba de demostrar sus efectos negativos en Latinoamérica, formando parte del discurso de distintas corrientes de pensamiento, representadas en partidos políticos; estos programas que se traducen en aranceles, en controles fronterizos rígidos, en proteccionismo de mercados y otras prácticas ajenas a la unidad económica, política y social, cobran nuevos adeptos y se presentan como una solución simplista que, si bien es capaz de resolver problemas inmediatos, posterga soluciones que sumen esfuerzos para resolver de una vez por todas la convivencia de culturas particulares, ricas y milenarias, en zonas que hagan de la suma de esa riqueza un valor añadido a escala mundial. No son pocos los debates que se han desatado en diversas regiones del mundo y que tienen su raíz en el viejo y vetusto argumento nacionalista, ni tampoco será este un tema que deje de generar nuevas discusiones y conflictos. Es por ello que, en nuestro reiterado afán de participar de asuntos de escala local y de orden internacional, buscamos añadir nuevas voces a este debate, con el objetivo de aportar una visión humanista que ponga en el centro del conflicto a la persona humana en su dimensión social y espiritual, que rescate los valores de la democracia y que logre empatar el valor de lo local y la enorme riqueza de la diversidad. Esperamos que esta edición de Bien Común cumpla con estos objetivos desde su tema central y que, al mismo tiempo, desde sus secciones Agendas y Dossier siga aportando elementos para la reflexionar acerca de nuestra realidad como país, de los pendientes que aún tenemos en nuestra consolidación democrática y de los retos que nos presenta el siglo XXI como partido y como sociedad.
Carlos Castillo López Editor 6
Nacionalismo y multiculturalismo: ¿una traición a la verdadera izquierda? Ángel Rivero
En las líneas que siguen quiero mostrar que la verdadera izquierda está mal equipada, por razones conceptuales e históricas, para gestionar los desafíos contemporáneos del nacionalismo y el multiculturalismo. Para ello expondré brevemente cuál es la relación entre el lenguaje y la política; qué son y qué funciones realizan las ideologías políticas; cuál es la naturaleza de los conceptos que utilizan las ideologías políticas; qué entendemos por derecha e izquierda; qué puede significar la expresión verdadera izquierda; y, de manera más pormenorizada, explicaré cuál ha sido la relación histórica y conceptual de la izquierda con el nacionalismo, un fenómeno que en general ha desestimado como contingente en su visión progresista e internacionalista; y con la cultura y el pluralismo cultural o multiculturalismo, que ha considerado un epifenómeno, también contingente, dependiente del desarrollo social. Puesto que, en general, para la izquierda, el mundo de las naciones y las culturas estaba destinado a desaparecer ante la emergencia de una sociedad nueva, la sociedad moderna, mediante un proceso de cambio radical, carece de los elementos conceptuales para analizar su permanencia. Además, puesto que el concepto
central de la izquierda es la igualdad y puesto que en general ha desarrollado una visión monista de la sociedad en torno a este concepto, su capacidad para gestionar políticamente la diversidad ha sido limitada. En su visión, la modernidad conducía a un mundo donde las diferencias quedarían abolidas. En primer lugar las de clase y, con estas, las de nacionalidad, religión e, incluso, lengua. Puesto que las identidades nacionales tienen mayor permanencia de la prevista y la diversidad cultural tampoco parece declinar, la izquierda se ha sumido en la perplejidad y su discurso se ha hecho cacofónico y confuso. Por una parte, afirma retóricamente el valor rector de la igualdad pero, al mismo tiempo, se alía con los defensores exacerbados de la diferencia. Esta es la paradoja que quiero explicar: si la izquierda se ha traicionado. El lenguaje y la política La política es una actividad organizada lingüísticamente cuyos fines son esencialmente, según la orientación que se tenga, el desarrollo de un proyecto social o la gestión pacífica de los conflictos. Para realizar estas funciones es preciso que se utilicen conceptos que describan y evalúen la realidad política y es necesario que, 7
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mediante conceptos, se genere una respuesta política a esa realidad. Esto significa que los conceptos que utilizamos crean, por un lado, realidad política y que, además, determinan, de alguna manera, nuestro comportamiento político. Por ejemplo, si utilizamos el concepto de clase como la categoría central de análisis político de una sociedad nos encontraremos con una descripción, evaluación y programa político muy distintos de si, por ejemplo, hubiéramos utilizado la categoría libertad individual. Aunque la Ciencia Política ha intentado domesticar este potencial político de los conceptos, subordinándolos, de distintas maneras, a una pretendida realidad política objetiva: creando conceptos nuevos, operacionalizándolos, verificando empíricamente las afirmaciones del lenguaje de la política o falsándolas, este objetivo no se ha conseguido, y no se ha conseguido porque la Ciencia Política tiene una dimensión práctica que no poseen las Ciencias Naturales. La Ciencia Política está vinculada a la deliberación, esto es, es un tipo de diálogo o conversación dirigido a tomar decisiones. Las Ciencias Naturales, por su parte, buscan describir las conexiones causales del mundo natural por medio de leyes y unas teorías sustituyen a otras al confrontarse con la realidad. Además no se ha conseguido porque el lenguaje de la Ciencia Política es inseparable del lenguaje de la política misma. Resulta evidente que el lenguaje de la política no busca en absoluto esa claridad conceptual que anheló la Ciencia Política sino que busca la efectividad política, esto es, la capacidad de motivar y movilizar políticamente, es decir, busca producir comportamiento político. En suma, que en la política se inventarán, se redefinirán y se utilizarán todos aquellos conceptos que sirvan para hacer avanzar un fin político más o menos pre-determinado. En las evocadoras palabras de Heinrich Heine: “siniestro, espantoso e inquietante es que creemos un alma y ésta nos pida un cuerpo y nos persiga con esa exigencia. La idea que hemos tenido es una tal alma, que no nos deja en 8
paz mientras no le damos un cuerpo, hasta que no la llevemos a fenómeno sensible. La idea quiere ser acción, la palabra quiere ser carne. (...) Anotaos esto, orgullosos hombres de acción. No sois más que agentes inconscientes de los hombres del pensamiento, los cuales en su humilde silencio, han predeterminado a veces del modo más exacto todo vuestro hacer”.1 La política y las ideologías Para conseguir eficacia en la función performativa del lenguaje político, los conceptos políticos se agrupan en conjuntos más o menos coherentes presididos por una idea fuerza que hace de principio ordenador. Así, la libertad individual en el liberalismo, la conservación de la comunidad tradicional en el conservadurismo, la sociedad de iguales en el socialismo, etc. Cada ideología ha buscado su forma particular de realización de su núcleo conceptual y, para hacerlo, ha necesitado de otros conceptos que la permitieran ofrecer una visión general de la sociedad, de los obstáculos que se oponen a la realización de sus fines y con los que formular un programa de acción política. Como todas estas son ideas puestas al servicio de la acción, en lugares y tiempos particulares, su vocabulario ha sido variable y el significado de sus conceptos ha mutado con cada contexto de aplicación. Sin embargo, puesto que el lenguaje político así organizado no sólo ha sido utilizado por los actores políticos al servicio de sus fines sino que Heinrich Heine, Contribución a la historia de la religión y de la filosofía en Alemania, en Obras, Barcelona, Editorial Vergara, 1964, p.728.
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en los contextos democráticos, y otros han servido para orientar políticamente a los individuos y proporcionales un cierto tipo de identidad política, puede hablarse de conjuntos de vocabularios más o menos asentados que reciben el nombre de ideologías políticas. Estas ideologías con mayor o menor vigencia, recorrido histórico y pluralidad de manifestaciones son el liberalismo, el conservadurismo, el socialismo, el fascismo, el comunismo, y otras. Es importante señalar que dichas ideologías están compuestas de conceptos abstractos, lo que les da una apariencia de universalidad. En palabras de Michael Oakeshott: “a political ideology purports to be an abstract principle, or set of related abstract principles, which has been independently premeditated. It supplies, in advance of the activity of attending to the arrangements of a society, a formulated end to be pursued, and in so doing it provides a means of distinguishing between those desires which ought to be encouraged and those which ought to be suppressed or redirected”.2 Pero ha de tenerse en cuenta que su aplicación como discurso político es puntual, es decir, se produce en un contexto histórico y geográfico particular. Así, por ejemplo, el vocabulario de una misma ideología puede significar algo muy distinto en lugares y tiempos “Una ideología política pretende ser un principio abstracto, o un conjunto de principios abstractos relacionados, que han sido independientemente premeditados. Proporciona, adelantándose a la actividad de ocuparse de los acuerdos de una sociedad, un final formulado con el deseo de alcanzarse, y al hacerlo dota de un medio para distinguir entre aquellos deseos que debieran ser promovidos y aquellos otros que debieran ser suprimidos o redirigidos”. Michael Oakeshott, Rationalism in Politics and other essays, Indianapolis, Liberty Press, 1991, p. 42.
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distintos. Por ejemplo, no significa lo mismo socialismo en Suecia y en Corea del Norte. Oakeshott hace notar algo más acerca del carácter abstracto de las ideologías. Éstas pueden ser abstractas porque son el resultado de la condensación de la experiencia política, esto es, son una versión sintética de un conocimiento empírico y, en esa medida, son algo bueno y necesario. Pero también pueden ser abstractas en un sentido muy distinto: cuando sus ideas no son abstracción, resumen o síntesis de la actividad política sino de otra actividad, por ejemplo, la guerra y, sin embargo, se aplican como guía a la acción política. Es a esto último a lo que denomina la política de estilo ideológico y su ejemplo más señalado, entre otros, es el marxismo. La izquierda y la derecha Las ideologías políticas son, pues, conjuntos más o menos coherentes de ideas que realizan la función de describir y evaluar la realidad política y que proporcionan un programa de acción. Como fenómeno social su historia es relativamente corta. Se originan, según Oakeshott, a partir de la Revolución Francesa y son manifestación de un nuevo estilo en política que sustituye la experiencia como guía de la acción política por las ideas abstractas. Este autor denomina a este tipo de política ideológica la política del libro. Si las ideologías políticas permiten orientarse políticamente a quienes carecen de experiencia política, en la provocadora visión de Oakeshott, los conceptos de izquierda y derecha permiten, a su vez, orientarse en las ideologías políticas utilizando el eje de orientación espacial más básico y elemental. De la misma manera que los niños definen muy tempranamente su lateralidad, la identidad política de las personas se define siguiendo el mismo patrón. El eje de orientación ideológica izquierda-derecha es, si cabe, más abstracto que las ideologías porque, como principio de orientación meta-ideológico, aún se aparta más de la realidad cotidiana de la política. Además, no puede saberse dónde está la derecha y la izquierda si no sabemos dónde está el 9
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centro. Es decir, puede ocurrir que lo que unas veces está a la izquierda, otras veces esté a la derecha. Así por ejemplo, en los parlamentos medievales el elemento popular, el Tercer Estado se sentaba a la izquierda del monarca y el estamento noble a la derecha, dando desde entonces un sesgo a los dos conceptos. Sin embargo, el liberalismo ha sido alternativamente una ideología de izquierda frente al conservadurismo reaccionario del altar y el trono; o de derechas frente a los partidarios de la cuestión social. En suma, no siempre está claro, si no es sobre el terreno, dónde está la izquierda y dónde está la derecha. Sin embargo, y con todas las cautelas necesarias, se han ofrecido listas de conceptos o valores que están asociados históricamente a la izquierda y a los que se ha opuesto conceptos contrarios asociados a la derecha. Así, se ha asociado a la izquierda los conceptos de libertad; igualdad; fraternidad; derechos; progreso; reforma/revolución; e internacionalismo. Por su parte, se ha asociado con la derecha los conceptos de autoridad; jerarquía; orden; obligación/deber; tradición; reacción y nacionalismo. Estas dos listas de conceptos significan de forma más concreta que la izquierda ha sido partidaria de la construcción d e una sociedad nueva cuyos rasgos principales habrían de ser el negativo de los de la sociedad tradicional. A su vez, los conceptos asociados a la derecha transmiten la imagen de una sociedad tradicional que busca defenderse frente a la amenaza de un proyecto que es su completa negación. Históricamente, la izquierda ha buscado destruir para innovar, y la derecha ha buscado resistir el cambio para conservar. Para algunos autores, centralmente Bobbio,3 es la distinta consideración del valor de la igualdad lo que permite distinguir entre izquierda y derecha. De esta manera, si le hacemos caso, la Norberto Bobbio, Derecha e izquierda. Razones y significados de una distinción política, Madrid, Taurus, 1995. Bobbio intenta rescatar las distinción izquierda-derecha como un par conceptual útil en nuestro tiempo, pero sólo puede hacerlo distinguiendo entre izquierdas y derechas y, a la postre, el progresismo democrático que quiere salvar tras el naufragio del socialismo en 1989 queda más cerca de algunas derechas que de muchas izquierdas.
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izquierda defendería la igualdad y la derecha la desigualdad. Es interesante ver que Bobbio se preocupa de señalar que la derecha no defiende la diferencia sino la desigualdad. La carga de la prueba le corresponde a él y no demuestra lo que dice. Sin embargo, como veremos más adelante, la izquierda defendió durante mucho tiempo que igualdad significaba abolición de todas las diferencias. Así, la defensa de la igualdad en grado sumo, la igualdad material, de resultados, sería el valor característico de la izquierda. Sin embargo, me parece que esto es aún demasiado abstracto y que utilizado fuera del contexto en que fue formulado da lugar a aberraciones del tipo, por ejemplo, de afirmar que las tribus de cazadores-recolectores eran sociedades de izquierdas, valoradas positivamente, o que Cuba es más de izquierdas que Suecia. Otros autores han buscado combinar el valor de la igualdad con el de la libertad a la hora de clasificar las ideologías políticas en el eje izquierda-derecha y esto da una visión más matizada del asunto al acercar a los CUADERNOS de pensamiento político totalitarismos de izquierda y de derecha, los comunismos y los fascismos, por un lado, y al agrupar también en un espacio próximo al conservadurismo democrático, al liberalismo y a la socialdemocracia. La verdadera izquierda Por tanto, a pesar de lo dicho por Bobbio, resulta difícil determinar qué sea la verdadera izquierda. Desde una versión ortodoxa del comunismo, la verdadera izquierda sería aquella comprometida de manera radical con el valor de la igualdad. Así, definida la propiedad privada de los medios de producción como la fuente de la desigualdad y del conflicto entre los hombres, su programa será su abolición como precondición de la aparición de una sociedad sin clases, el comunismo. Esta izquierda se considera más verdadera porque es más radical, porque va a la raíz de las desigualdades sin tener que pasar por la política entendida como instrumento para la mediación del conflicto permanente entre los
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hombres. Esto es, se considera más verdadera porque, simplemente, es más ideológica, más abstracta, aprende menos de la experiencia, si es que aprende algo, y utiliza el lenguaje de la guerra, de clases, y la conquista violenta del Estado, como sustituto de la política. El caso de la socialdemocracia europea es distinto. Aquí el discurso es menos ideológico y la política ocupa un lugar importante. Así, la vieja social-democracia, el SPD, al convertirse al poco de su fundación en el primer partido de masas abandonó la revolución como instrumento de cambio social y aceptó la democracia como mecanismo de acceso al poder político. El presupuesto era que, alcanzado el poder político democráticamente, sin violencia, sería más fácil realizar la transformación de la sociedad. Mucho más recientemente abandonó también la idea originaria del credo socialista de que la desigualdad entre los hombres debía ser atacada en su raíz, la propiedad, y la sustituyó por una versión nueva de la justicia social en la que ésta ya no significaba la igualdad material de todos sino el compromiso de la sociedad, realizado por el Estado, de satisfacer las necesidades básicas de todos los individuos y de apoyar a éstos en su desarrollo. Así, la sociedad de iguales del socialismo ya no era una sociedad en la que la desigualdad era desarraigada sino una sociedad donde los menos favorecidos eran ayudados por los demás. El valor de la igualdad se mantenía en su lugar central del vocabulario socialista, pero la manera en que se realizaba ese concepto cambiaba radicalmente: de la abolición de la propiedad, al Estado que redistribuye la riqueza de la sociedad. Esta evolución todavía se ha llevado más lejos en algunos representantes de la izquierda europea. Así, el Nuevo Laborismo de Tony Blair ha desplazado el concepto de justicia social como una obligación que ha de ser asumida por el Estado a una responsabilidad que compete más bien a los individuos: el Estado no ha de realizar la justicia social, el Estado, mediante la educación, ha de facilitar que los individuos la realicen.
Lo que me parece reseñable tanto del comunismo como de la socialdemocracia es que tanto uno en su ortodoxia ideológica, totalitaria, como la otra en su aceptación táctica o sincera de la política, han sido incapaces de escapar al monismo de su pensamiento originario. Isaiah Berlin definió el monismo como la creencia de que los hombres pueden ser gobernados racionalmente bajo un único principio, que este principio permite armonizar los restantes ideales humanos y que los conflictos de los hombres desaparecerán con la realización de dicho principio único o rector.4 Como veremos, el comunismo ha encontrado en el nacionalismo un combustible con el que inflamar la lucha de clases, tanto para destruir los Estados burgueses como para combatir al imperialismo y, simultáneamente, ha perseguido y humillado el sentimiento nacional bajo la acusación de reaccionario. La socialdemocracia, desde la I Guerra Mundial, descubrió con sorpresa que los obreros tienen patria y ha intentado, infructuosamente, deslindar la política del reconocimiento cultural pero, al mismo tiempo, ha afirmado que la cuestión nacional no formaba parte de su programa político. Una y otra izquierda esperaban lo mismo, la realización de un ideal progresista de libertad donde por medio de la lucha de clases, a veces de nacionalistas contra el poder feudal o contra el imperialismo, o el desarrollo de la justicia social de la mano del Estado, abolirían todas las diferencias y finalmente se alcanzaría una sociedad igualitaria. Puesto que unos y otros trataron al nacionalismo como un episodio en el camino hacia la igualdad, y puesto que unos y otros se aliaron con el nacionalismo en la expectativa de realizar el ideal de la igualdad en el futuro, y dado que tal ideal no se ha realizado, unos y otros pueden ser acusados de haber traicionado tal ideal. Esto es, el nacionalismo permanece y la sociedad sin clases en la que quedarían abolidas las diferencias ha desaparecido del horizonte. 4
Isaiah Berlín, Dos conceptos de libertad y otros escritos, Madrid, Alianza, 2005.
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La izquierda y el nacionalismo Llegados a este punto parece oportuno ver de qué manera encaja el nacionalismo en el vocabulario de la izquierda. El nacionalismo ha sido definido como la doctrina/ideología que sostiene que la humanidad está dividida naturalmente en naciones; que cada nación tiene derecho a un Estado y a un gobierno propio; y que, realizado este principio, precisamente el principio de las nacionalidades, entonces florecerá un orden internacional de paz.5 Ha de observarse que el nacionalismo como ideología presupone un sujeto colectivo pre-político, la nación, mientras que para la izquierda, el verdadero sujeto, en este caso post-político, es la humanidad. En 1796 Joseph de Maistre, al criticar que la Constitución Francesa de 1795 se dirigiera al hombre decía lo siguiente: “No hay hombres en el mundo. Durante mi vida, he visto franceses, italianos, rusos, etc.; sé incluso, gracias a Montesquieu, que se puede ser persa: pero, en cuanto al hombre, declaro no haberlo encontrado en mi vida; si existe, es en mi total ignorancia. (...) Una constitución que está hecha para todas las naciones no está hecha para ninguna, es una pura abstracción”. Para de Maistre una constitución es una solución al siguiente problema: “Dadas la población, las costumbres, la religión, la situación geográfica, las relaciones políticas, la riqueza, las buenas y las malas cualidades de una cierta Nación, encontrar las leyes que le convengan”.6 Es decir, que no hay recetas políticas para la humanidad, cada pueblo es esencialmente distinto. Al menos, bajo este punto de vista que afirma las naciones como organismos primordiales, nada parece que pueda estar más alejado del pensamiento de la izquierda: para el nacionalismo, la humanidad está dividida naturalmente en naciones, mientras que para la izquierda la humanidad está dividida accidentalmente en naciones y Estados. Sin embargo, como ocurre casi siempre, las cosas son más complicadas en la realidad y estas dos ideologías aparentemente tan alejadas llegaron a mezclarse. 5
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Elie Kedourie, Nationalism, Oxford, Blackwell, 1993, p. 1. Joseph de Maistre, Consideraciones sobre Francia, Madrid, Tecnos, 1990, pp. 66-67.
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En los años treinta del siglo XIX, Giussepe Mazzini definió su movimiento de la Joven Europa como internacionalista. Mazzini, como se sabe, acabó por ser expulsado por Marx y Bakunin de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), la Iª Internacional, por su deísmo profético y por su nacionalismo, pero su siembra internacionalista prendió en los movimientos revolucionarios de Europa. Como el concepto ha sido muy repetido desde la izquierda vale la pena detenerse en su significado originario. Mazzini, tras visitar las naciones oprimidas de Europa, concibió la idea revolucionaria de que los pueblos que compartían un mismo infortunio estarían dispuestos a unirse para liberarse. Para él resultaba evidente que no se podía movilizar a italianos, húngaros y polacos prometiéndoles que sus lenguas y sus naciones desaparecerían en el crisol de la humanidad porque los Estados en los que se veían forzados a estar ya eran crisoles y no les gustaban. De modo que Mazzini diseñó una teoría en la que se conjugaran tanto las demandas nacionales como las supranacionales y opuso esta concepción al cosmopolitismo. Su teoría tomaba como unidad básica los países, mientras que el cosmopolitismo lo hacía con los individuos. Ha de notarse que la posición de Mazzini es muy distinta de la de Joseph de Maistre. Para el primero, que escribía en 1796, las naciones son organismos naturales, primordiales, producto de la providencia divina. Algo, por cierto, no muy lejano de lo que decía en 1784 Johann G. Herder: “el estado más natural [es] un pueblo con un carácter nacional. (...) Un pueblo es una planta natural lo mismo que una familia, sólo que ostenta mayor abundancia de ramas”.7 Pero Herder iba más lejos, no sólo afirmaba la naturalidad de la nación sino también el segundo principio del nacionalismo, que el gobierno tenía que ser autogobierno nacional: “Por consiguiente, nada se opone tanto al fin de los gobiernos como esa extensión antinatural de las naciones, la mezcla incontrolada de estirpes y razas bajo un solo
cetro. El cetro de un hombre es muy débil y pequeño para reunir partes tan heterogéneas. Se los aglutina unos con otros dentro de una máquina precaria que se llama máquina estatal, sin vitalidad intrínseca ni simpatía de los componentes. (...) Precisamente la política que produjo semejante aborto es también la que juega con pueblos y hombres como con cuerpos inertes; pero la historia demuestra a las claras que estos instrumentos de la soberbia humana son de arcilla y se quiebran o deshacen como la arcilla en esta tierra”.8 Así, sentencia Herder, la buena ordenación política es que cada pueblo sea aquello que la naturaleza le destinó ser y el gobernante que quiere ocupar el sitio del Creador y “crear por arbitrariedad o cegado por las pasiones lo que la criatura no estaba destinada a ser según el plan divino, cae en un despotismo que quiere dar consejos a la divina Providencia y es origen de todo desorden y de un fracaso inevitable”.9 Lo interesante de Mazzini es que rescata esta doctrina providencialista de las naciones, enfrentada a la artificialidad y soberbia de los Estados, y le da un lustre progresista. El nacionalismo en Mazzini ya no es afirmación de la creación de Dios frente a los caprichos de los hombres sino un instrumento del desarrollo de la humanidad. Así pues, para éste, las naciones, veremos más adelante cómo las define, deben tener un Estado y un gobierno propios, sus enemigos son el trono y el altar y, liberadas las naciones, florecerá un orden internacional de paz que hará que las naciones se desarrollen en progreso y que, al hacerlo, se avance en la constitución de la humanidad. El nacionalismo de Mazzini se puede calificar de nacionalismo liberal: busca la creación de naciones grandes que sirvan al desarrollo y al progreso: en el mapa que diseñó en 1857 de la Europa del futuro sólo había sitio para doce Estados. En Herder y en de Maistre, la nación es un elemento esencial, originario, producto de la creación y la humanidad es una idea vacía. Así pues, para Mazzini la liberación de la nación es
Johann G. Herder, Ideas para una filosofía de la hitoria de la humanidad, Buenos Aires, Editorial Losada, 1959, p. 285.
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Ibíd. Ibíd. p. 286.
un estadio en el camino de la emancipación de la humanidad y, desde luego, la nación no tiene un carácter cerrado y originario. El internacionalismo es la empresa en la que cooperan las naciones en su liberación con el fin último de alcanzar la emancipación de la humanidad. Evidentemente, Mazzini, frente a los defensores del trono y el altar, era la izquierda. Pero, frente a Mazzini, aparece en este debate el socialismo. Para estos últimos, de la doctrina del nacionalismo el único elemento importante es el internacionalismo. Esto es, en la misma línea progresista de Mazzini, la sociedad buena no se encuentra en el pasado, como para de Maistre y, en menor medida, para Herder, sino en el futuro. A la etapa del florecimiento de las nacionalidades le seguirá la etapa de la humanidad emancipada. Así, el SPD, en el Congreso de Eisenach de 1869, se negó a debatir la cuestión nacional porque ése era un problema calificado de puramente burgués. Esto es, la emancipación de las naciones le correspondía históricamente a la burguesía que, en su lucha contra el absolutismo, era la encargada de formar naciones viables económica y políticamente. Es justamente esta perspectiva la que también puede verse en el panfleto Manifiesto del Partido Comunista de Marx y Engels, escrito en la muy relevante fecha de 1848. Allí se nos dice que lo propio justamente de los comunistas es que “dentro de las diversas luchas nacionales del proletariado”, destacan y hacen valer “los intereses comunes de éste en su conjunto, independientes de las nacionalidades”.10 Poco más adelante se añade: “Se ha reprochado a los comunistas el querer suprimir la patria, la nacionalidad. (…) Los obreros no tienen patria. No se les puede quitar lo que no tienen. Sigue siendo nacional el proletariado en la medida en que ha de conquistar primero la hegemonía política, en que ha de elevarse a clase nacional, en que ha de constituirse a sí mismo en nación, pero de ningún modo en el sentido de la burguesía. (…) Los particularismos nacionales y los antagonismos 10
Karl Marx y Friedrich Engels, Manifiesto Comunista, Madrid, Alianza, 2001, p. 58.
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de los pueblos desaparecerán cada día más, simplemente con el desarrollo de la burguesía, con la libertad de comercio, el mercado mundial, la uniformidad de la producción industrial y las formas de vida que a ella corresponden. (…) El dominio del proletariado va a hacerlos desparecer más todavía. (…) En la medida en que se suprime la explotación de un individuo por otro, se suprime la explotación de una nación por otra. (…) Acabado el antagonismo de las clases dentro de la nación, se acababa la hostilidad de las naciones entre sí”.11 En esta misma línea, cuando se detalla el curso de acción que han de seguir los comunistas en los distintos países europeos, la doctrina es clara: apoyar a la burguesía nacionalista frente al absolutismo en los países atrasados; apoyar a los socialistas frente a la burguesía en aquellos países que, como Francia, ya han alcanzado su madurez como nación. Este mismo argumento puede encontrarse, en una versión ligeramente modificada, casi ochenta años más tarde en la obra de Antonio Gramsci, La cuestión meridional (1926); en ella se nos señala que, en Italia, la clase trabajadora es la clase nacional y la clase internacional simultáneamente. La razón es que la burguesía no ha realizado su papel histórico de incorporar a todos los italianos en una misma nación sino que los ha dividido y enfrentado: el norte y el sur. Corresponde pues al proletariado asumir ese papel histórico de convertirse en la clase nacional y, al hacerlo, generar la hegemonía que disolverá todos los particularismos y abrirá el camino hacia la emancipación universal. Para Gramsci como para Marx y como, en parte, para Mazzini, los hombres forman parte de una comunidad única que se afirmará a medida que el progreso disuelva los particularismos. Por el contrario, para de Maistre y para Herder, los particularismos nos dan la clave de la diversidad, nacional, permanente entre los hombres. En suma, la izquierda ha apoyado, históricamente, al nacionalismo liberal o de integración, 14
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Ibíd. pp. 65-66.
que buscaba crear mercados nacionales y grandes Estados viables y orientados al progreso. Al mismo tiempo, esa misma izquierda condenó al cubo de basura de la historia a las pequeñas nacionalidades por inviables y por ser rémoras en el desarrollo de la humanidad. Recuérdese que, por el contrario, las pequeñas naciones eran, para la derecha reaccionaria, producto de la mano creadora de Dios y, por tanto, criaturas que debían ser preservadas frente a las ideologías destructoras del progreso y la revolución. Sin embargo, este cuadro en apariencia sencillo se vio complicado con la teoría leninista del imperialismo. Según la visión de Lenin, la lucha de clases se había desplazado a la escena internacional de modo que habría Estados explotadores, imperialistas y naciones explotadas. Las luchas de liberación nacional repetirían, con un sesgo distinto, el camino emancipatorio que las burguesías nacionales habían desarrollado en Occidente, con la salvedad de que ahora el enemigo no era un monarca sino una potencia capitalista extranjera. Esta teoría animó los procesos de descolonización en todo el mundo y, finalmente, produjo una mutación paradójica que se manifestó en su aplicación a los nacionalismos subestatales de los países occidentales: la teoría del imperialismo aplicada al interior de los Estados nacionales europeos. El movimiento es particularmente insólito porque se abandonaba el internacionalismo progresista para crear un internacionalismo etnicista, esto es, la teoría se ponía al servicio de un nacionalismo más cercano a de Maistre y a Herder, que al nacionalismo liberal que había defendido, pro tempore, la izquierda. Los nacionalismos se han clasificado, de forma simplificadora y a efectos taxonómicos en nacionalismo liberal; nacionalismo conservador; nacionalismos totalitarios (los fascismos); nacionalismos anticoloniales y nacionalismos secesionistas. Pues bien, la izquierda simpatizó históricamente con el nacionalismo liberal, como camino hacia una humanidad reconciliada y no dividida; simpatizó con el nacionalismo anticolonial, como aplicación de la doctrina anterior a las
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condiciones específicas de desarrollo social del mundo colonial; y, en parte, simpatizó con una mutación anómala de esta última doctrina que es el nacionalismo secesionista. La conclusiones que pueden extraerse de estas paradojas son: que nunca se tematizó de una manera consistente la política nacional desde la izquierda porque, en su visión ideológica del desarrollo social, asignó dicha tarea histórica a la burguesía; además, se pensó que la política nacional era un escalón contingente en el desarrollo social que podía ser ignorado. Estas dos premisas resultaron en una incapacidad estructural para: a) pensar la política en términos nacionales; b) enfrentarse de una manera consistente con los desarrollos patológicos del nacionalismo. Como se daba por descontado que todos estos caminos conducían, en último término, a una sociedad emancipada, libre de la tutela del capitalismo que imponía la división entre los hombres, la izquierda no sólo fue incapaz de sostener un discurso coherente frente a la cara más fea del nacionalismo (la violencia étnica, la limpieza étnica y el genocidio) sino que fue incapaz de articular una política alternativa del nacionalismo como principio de integración social que, por medio de concepto de ciudadanía, hiciera abstracción de los particularismos. David Goodhart, en un estudio del think tank DEMOS ha realizado un esbozo de rectificación de estas insuficiencias destinado al Partido Laborista. La propuesta se llama Progressive Nationalism. itizenship and the Left.12 Según este análisis, la izquierda ha de superar tres dogmas que se han probado falsos: a) que los seres humanos sean individuos igualitarios que tratan a todos los seres humanos con la misma consideración; b) que el nacionalismo y los sentimientos nacionales sean únicamente beligerancia y xenofobia; c) que Occidente sea culpable de todos los males que asolan el mundo. Lo que sostiene Goodhart es que en un contexto en el que se han debilitado los vínculos David Goodhart, Progressive Nationalism. Citizenship and the Left, Londres, Demos, 2006.
sociales tradicionales y en el que predomina el pluralismo cultural, sólo la identidad nacional está en condiciones de generar la disposición a ocuparse de los demás en la sociedad. No tengo ahora espacio de analizar en detalle el argumento, pero véase que hay aquí un cambio radical desde el internacionalismo socialista a la visión del nacionalismo liberal: la cooperación social en el liberalismo se vinculaba con el hecho de que la sociedad fuera una institución benéfica. Esto es, si ricos y pobres ganaban individualmente a través de la cooperación, la sociedad estaba bien ordenada. El documento que certificaba aquello que se ganaba y a lo que se obligaba cada cual era la ciudadanía. Ahora lo que se nos dice es algo muy parecido, el sentimiento de nacionalidad permite la cooperación social que facilita una sociedad socialmente justa. También es importante señalar que identidad nacional no tiene un sesgo étnico sino que está vinculada al concepto de ciudadanía, esto es, al contrato de derechos y obligaciones que vinculan a un individuo con su sociedad. La postura de Goodhart es minoritaria, aunque ha sido anticipada por otros como David Miller13 y, en general, es recibida también como una traición. Para unos, porque el nacionalismo es siempre malo y debe ser desterrado en la sociedad futura; para otros, porque define nación en términos demasiado inclusivos y, por tanto, abandona la lucha de los pueblos “colonizados” culturalmente. Lo importante, me parece, es que aquí nacionalismo significa ciudadanía, esto es, derechos y deberes diferenciados para nacionales y extranjeros y, por ende, hay un alejamiento del concepto demasiado abstracto de igualdad que había sido hegemónico en la izquierda y que había conducido a la paradoja de la incapacidad de la izquierda para enfrentar la cuestión nacional. La izquierda y el multiculturalismo La visión de la izquierda de la cultura es parecida a su visión de las naciones y su futuro. Las diferencias nacionales, religiosas, de lengua o de
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David Miller, On Nationality, Oxford, Oxford University Press, 1995.
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¿Nacionalismo o patriotismo? costumbres estaban condenadas a desaparecer en la sociedad futura. De nuevo, se pensaba que la sociedad futura sería igualitaria y homogénea y, por tanto, la gestión del pluralismo en la sociedad era algo propio de la sociedad burguesa que desaparecería en el futuro. De nuevo también, se produjeron mutaciones no esperadas en este discurso. Para Marx la sociedad futura, igualitaria, sería fruto del desarrollo de condiciones objetivas. Sin embargo, Lenin señaló que tan importante como las condiciones objetivas eran las condiciones subjetivas, esto es, la manera en la que era percibida la realidad. Esto llevó a la formulación del concepto de revolución cultural y a la lucha, en el terreno ideológico, por la obtención de la hegemonía. De nuevo, la dominación cultural adquirió también un sesgo étnico y alimentó el nacionalismo particularista. De manera muy sintética, la izquierda tampoco estaba preparada para entender el pluralismo cultural porque su concepto de igualdad hacía que toda diferencia social debiera ser abolida. Por eso, la izquierda en la Europa meridional fue jacobina y anticlerical. La expectativa era que, de nuevo, la modernidad aboliera toda diferencia en una sociedad secularizada. A esto ha de añadirse que la generalización en Occidente de la mala conciencia imperialista en la izquierda se uniera al concepto de dominación cultural: de este modo la izquierda fue simultáneamente jacobina y anticlerical para las diferencias culturales endógenas, y culturalista y anti-moderna respecto a las diferencias culturales exógenas. Cuando la inmigración llevó estas últimas a casa, la confusión se hizo absoluta. Así, el multiculturalismo sensatamente entendido significa únicamente respeto por la diversidad cultural (por el pluralismo religioso, por ejemplo) pero, sin embargo, ha derivado en el discurso de la izquierda, en muchas ocasiones, en una forma de paternalismo cultural que exige un trato diferente a unos ciudadanos 16
y a otros según sus identidades culturales. Aquí nuevamente la izquierda puede ser acusada de traición: si acepta el pluralismo de la sociedad como algo que debe ser respetado, abandona el igualitarismo modernizador, con un sesgo autoritario, que fue su seña de identidad desde mediados del siglo XIX. Este movimiento reflejaría en mi opinión una sensata revisión de los presupuestos ideológicos de la modernidad y, en particular, de su expectativa de que el progreso ha de asociarse al desarrollo de una sociedad secularizada. Pero si la izquierda se hace multiculturalista en el sentido de defender que las culturas tienen derechos por encima de los individuos, entonces la traición sería doble: se habría aceptado lisa y llanamente la concepción reaccionaria de la sociedad que habíamos visto en de Maistre y Herder. Conclusión En las líneas anteriores he querido mostrar que la izquierda se enfrenta con el nacionalismo y el multiculturalismo a un desafío que afecta a su valor central histórico: el concepto de igualdad. Puesto que, además, la izquierda ha estado presa de una concepción del desarrollo social, la modernidad, vinculada directamente a ese valor, se ha encontrado con profundas dificultades para atender a los desarrollos sociales no previstos; en particular, la persistencia de la diversidad nacional y cultural. En mi opinión, si quiere enfrentar desde la izquierda hechos como que la búsqueda de reconocimiento de los grupos, sean religiosos o nacionales, es un dato permanente de la condición humana, debería redefinir su concepto de igualdad en relación al de ciudadanía y, de esta manera, haría un hueco al pluralismo en su imaginario. Las otras alternativas, despreciar el nacionalismo y atacar la diversidad cultural, o sacralizar la nación étnica y la cultura, son, simplemente, inaceptables.
Salvador Abascal Carranza
En México y en muchas partes del mundo, estos dos términos suelen confundirse, lo cual ha producido y sigue produciendo lamentables consecuencias. Los nacionalismos han sido la causa de las más grandes tragedias de sangre y destrucción en la historia de la humanidad. En México, además de millones de muertos, ha provocado un grave, por no decir criminal, atraso en el desarrollo nacional. No es lo mismo Nación que Patria. Nación, del latín nasci, nacer, ocupa y transforma la expresión griega, anterior a la romana, de ethnos, polis y patris que implicaba la afinidad, políticamente neutra, de lengua y de cultura. Eso explica el surgimiento de la Ciudad Estado, como orden político portador de valor en una comunidad circunscrita a los ciudadanos. Las fuentes latinas llaman natio a la diosa del nacimiento, pero también a los pueblos autóctonos. El griego bíblico distingue entre las naciones (paganas) y la comunidad de los creyentes. En San Agustín, se renueva la idea de patria como herencia clásica de las libertades cívicas y el estatuto jurídico romano de persona, y se desarrolla el concepto de cuerpo místico como unidad espiritual trascendente. Hacia el 1100, en Occidente, el término nación se aplica a la
nobleza, por dinastía u orden genealógico (origen familiar), pero también a los diversos representantes de los distintos órdenes de gobierno. Como herencia de la cultura greco-romana, el concepto de nación se vuelve a aplicar en la baja Edad Media, cuando en las universidades europeas, especialmente en la de París, aparecen las uniones escolares conformadas por los estudiantes y conocidas como naciones, (nationi) que hacen referencia a su lugar de nacimiento, pero a su vez integradas por un fin común, más allá de las diferencias de origen o de cultura. Las naciones representaban a la universidad entera y, por lo mismo, tenían la facultad de nombrar al rector. La universitas se asume así como el crisol de la universalidad, tanto del pensamiento como del conjunto de estudiantes y profesores que afluyen de todos los países. De esta manera, se distinguen los normandos, los picardos, los ingleses, los sajones, etc., según provinieran de Normandía, de Picardía, de Inglaterra o de Sajonia. La lección más importante que nos deja este episodio de la historia, es la de la extraordinaria conjunción de voluntades y de inteligencias que, en la búsqueda sincera de la verdad, dio origen a una de las instituciones más importantes de la 17
Salvador Abascal Carranza
cultura humana: la Universidad. Los conceptos de nación y de universalidad van de la mano. La identidad nacional no está reñida con la visión comprehensiva de todo lo humano. El extranjero (el extraño) deja de serlo cuando se le identifica, no por su origen nacional, sino por su dignidad de persona. “Se alcanzará probablemente una tolerancia generalizada, si se deja en paz lo que constituye la particularidad de los diferentes individuos humanos y de los diferentes pueblos, y uno se convence de que la característica distintiva de lo que es realmente meritorio, reside en su pertenencia a toda la humanidad”.1 A finales del siglo XVIII, como consecuencia de la Revolución Francesa, se crea la “Asamblea Nacional”. “La nación –escribe Sièyes– es un cuerpo de asociados que viven bajo una ley común y que son representados por la misma legislatura.2 Se transforma, de esta manera, el concepto roussoniano de “soberanía del pueblo” a “soberanía nacional”. Esto significa que la soberanía nacional tiene como finalidad, teórica y práctica, dotar al Estado de una base jurídica. En otros términos, el Estado es la expresión jurídica de la nación. Si bien es cierto que el Estado-nación debe contar con bases jurídicas sólidas, sustentadas en la voluntad popular, esto no es suficiente para la vida armoniosa de la sociedad ni para la construcción del bien común, que es el fin último de la política. Joseph de Maistre 1
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Goethe, Écrits sur l’Art, Gallimard, 1987, p. 52. Sièyes, Qu’est-ce que le Tiers État? Presses Universitaires de France, Paris, 1992, p. 54.
ya advertía a sus compatriotas de los peligros que corría Francia y denuncia, solemnemente, “el dogma fatal y absurdo de la soberanía nacional, desprovisto de toda consideración de orden moral.” A mediados del siglo XIX, el concepto de nación como comunidad autónoma se rodea de un aura romántica, cálida y fácilmente aceptada por la sociedad, al concebirla como “la primavera de los pueblos”. En esta época, la nación se identifica con la unificación del mercado interior, la crítica de los estados multinacionales y la soberanía del Estado unitario y omnipresente. El poder de seducción que ejerce la idea de “el alma de los pueblos”, o Volksgeist, según la expresión de Hegel, que se repite en fórmulas igualmente atractivas como la de Bodin: “el genio de los pueblos”, o la de Rousseau: “el espíritu general”, van conformando un discurso nacionalista que tendrá funestas consecuencias durante la segunda mitad del siglo XIX, pero especialmente en el siglo XX. Sin embargo, la determinación de una “esencia nacional”, que establezca la identidad definida por un mismo origen y una misma tradición, resulta hoy obsoleta. No es la comunidad orgánica de sangre y de suelo o de costumbres y de historia, lo que somete a su ley los comportamientos individuales, sino que lo que forma las naciones es la congregación voluntaria de las personas. “Una nación es, por consiguiente, una gran solidaridad constituida por el conocimiento de los sacrificios que se han hecho y de los que se está dispuesto a hacer. Supone un pasado: se resume, sin embargo, en el presente por un hecho tangible: el consenso, el deseo claramente expresado de continuar la vida en común. La existencia de una nación es un plebiscito cotidiano”.3 La verdadera esencia de una nación está constituida por la manera de compartir un postulado ético: el de la solidaridad. Es el único modo como el discurso nacionalista tenga algún sentido. No se trata de una solidaridad que mire Renan, Qu’est-ce qu’une Nation? Oevres Complètes, Tome I. Calmann-Lévy, Paris, 1959, p. 904.
Salvador Abascal Carranza
solamente hacia adentro de la nación, sino una solidaridad a la vez histórica –intergeneracionaly universal. Es ahí donde la nación se convierte en la patria. La responsabilidad solidaria exige ciertamente el respeto por las diferencias, tanto las internas como las externas, pero sobre todo una actitud generosa (subsidiaria), generadora de una conciencia social ética. “Lo que diferencia a las naciones no es la raza ni la lengua. Los hombres sienten en su corazón que son un mismo pueblo cuando tienen una comunidad de ideas, de intereses, de afectos, de recuerdos y de esperanzas. Eso es lo que constituye la patria […] la patria es lo que uno ama”.4 Pero el amor a la patria significa adhesión a los principios y valores que la constituyen, pero sobre todo la proyección y la construcción de todo aquello que será parte indisoluble de nuestra herencia, la que hemos recibido de nuestros padres y abuelos, sólo para que nuestros hijos y nietos puedan continuar nuestra obra. El nacionalista es aquel que malgasta o simplemente entierra el tesoro heredado. El nacionalista grita ¡Viva México!, cuando en realidad lo está queriendo enterrar, sólo para tener el pretexto de brindar en sus funerales. La patria no es algo estático, inmóvil, no es esa herencia que gastamos hasta dilapidarla, sin contribuir a mejorarla y engrandecerla. El patriota, en contraste, recibe con agradecimiento la herencia paterna y se siente comprometido a multiplicarla al ciento por uno. Del pasado acepta con amor lo vivo, lo perenne, pero desecha lo muerto, el lastre que impide la trascendencia. Desde la cultura clásica greco-romana hasta nuestros días, pasando necesariamente por el cristianismo, si lo entendemos como el primer gran impulso de la mundialización, casi todos los pueblos de la tierra están imbricados en un entrelazamiento de procesos de comunicación y de enriquecimiento intercultural, que transmite valores, costumbres, conocimientos, lenguas y pautas de conducta, que sirven para intercambiar experiencias, adaptarse y responder a los
cambios de la sociedad. La patria, todas las patrias, se han formado por ese formidable impulso que tiene el ser humano de encontrarse con sus semejantes. Hace 2500 años, Demócrito, que no sufría de ningún chauvinismo ni provincialismo, decía que “La patria de un hombre razonable es el mundo”. Y, “es más importante conquistar una verdad que un trono” (Indro Montanelli, Historia de Los Griegos, Plaza & Janés, Barcelona, p. 132). Por su parte, Goethe nos dice que “Como hombre, como ciudadano, el poeta amará a su patria; pero la patria de su fuerza y de su acción poéticas son la Bondad, la Nobleza, la Belleza, que no están ligadas a ninguna provincia especial, a ningún país en particular, puesto que él los toma y forma allí donde los encuentra”.5 El Estado moderno de la posguerra es, en Occidente de manera notable, un estado ético, porque por primera vez se está en camino de conseguir una reconciliación entre los intereses de las personas y los de la colectividad, entre el Estado-nación y la comunidad internacional. “La Nación es una realidad viva, con tradición propia varias veces secular, con unidad que supera toda división en parcialidades, clases o grupos, y con un claro destino. […] El desarrollo interno de México, su verdadera independencia y su colaboración eficaz en la comunidad internacional, dependen fundamentalmente de una celosa conservación de la peculiar personalidad que nuestra Nación tiene como pueblo iberoamericano, producto de unificación racial y ligado esencialmente a la gran comunidad de historia y de cultura que forman las Naciones Hispánicas” (Principios de Doctrina del Partido Acción Nacional, 1939). En esta y las subsecuentes expresiones que se leen en sus Principios de Doctrina, el PAN tiene muy claras dos cosas: primero, que la nación no debe ser botín de clases, de intereses personales o de grupos, que invariablemente tienden a apropiarse del “sentimiento nacional”; segundo, que México forma parte de la comunidad iberoamericana de naciones y
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Fustel de Coulanges, Le Nationalisme Français, Seuil, Coll. Points, Paris, 1986.
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Goethe, Op. Cit., p. 50.
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tiende necesariamente, como parte natural y solidaria del género humano, a la contribución del bien común internacional. Todas las naciones han sido y son el producto de las migraciones, de las conquistas, de mezclas interraciales, que generan nuevas formas culturales o mosaicos de culturas que han llegado a convivir, al decir de Husserl, en una “comunidad intersubjetiva”. El nacionalismo tiene razón de ser en cuanto consigue esa primera reconciliación ética que supone el fin de una opresión exterior. Pero una vez lograda, tiene que transformarse en exigencia de solidaridad. De aquí se deduce que el nacionalismo, tan pronto como consigue existir, pierde la razón de existir, so pena de convertirse en sentimiento xenofóbico de discriminación, de superioridad racial, religiosa, cultural u otra, o todas juntas. La nación empieza a ser considerada entonces como una herencia cultural común, independiente de los avatares de la historia, y como una fuerza de regeneración y de solidaridad, que es capaz de poner fin a los egoísmos y divisiones internas. Esta nueva forma de organización representa una unidad natural (a pesar y por encima de las también naturales diferencias), que requiere un Estado como referente de su continuidad y garante de la paz, del orden y de la prosperidad. El Estado en cuestión no es la suma de los egoísmos individuales ni el brazo político de un grupo social determinado, sino el gerente del bien común. A pesar de los innegables avances que en la comunidad internacional observamos en las últimas décadas, sobre todo en materia de acuerdos económicos, el nacionalismo sigue siendo una amenaza, a veces latente, otras más visible y peligrosa, que pone en riesgo permanente el frágil equilibrio entre los intereses legítimos de los pueblos, la mezquindad de los poderes fácticos y las ambiciones personales de quienes gobiernan. A la cultura nacionalista se le indigesta la pluralidad y la diferencia o, peor aún, invoca la diferencia para negarla más decididamente. Siem20
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pre está en contra de alguien o de algo. Si ese otro le niega al nacionalista su particularidad, razón tiene en defenderla, pero si la defiende negando otras, el resultado es el tribalismo. La identidad nacional es un valor que necesita ser reconocido, pero no absolutizado. “La pretensión de instalarse en un microcosmos autosuficiente lleva al aislamiento exterior, a una acentuación del atraso respecto a culturas más dinámicas e innovadoras, a atribuir un valor añadido a productos culturales mediocres (por la manía que se tiene de tener producción autóctona de todo y “soberanía nacional” como lugar común), al abandono de sectores culturales enteros y a la marginación de nuevas tendencias y experimentos”.6 El Estado debe promover y tratar de preservar todos aquellos principios y tradiciones que den forma y sentido a la nación, pero no debe quedar preso de la embriaguez que produce la exaltación del volkgeist, que ve amenazas y enemigos en todo lo que no sea su radical identidad –la que, por otra parte, siempre está en construcción–. En nombre de su profunda esencia, el nacionalismo hace la guerra a quienes considera pueden despojarlo de su propio destino, raza, cultura o bienes materiales. Esa guerra no distingue entre propios y extraños; es producto de una especie de odio orgánico hacia el sistema adverso, o hacia el imaginario enemigo. “Los nacionalistas son los dueños –dice Barrès– de un antiguo cementerio y desean hacer valer esa herencia indivisa”. Los nacionalismos han sido a través de la historia, sobre todo la de los últimos siglos, fuente del mayor sufrimiento y destrucción de vidas humanas. Los nacionalismos son “el explosivo más peligroso de los tiempos modernos”. Julien Benda, a propósito de caso Dreyfus, decía que “los nacionalismos corren el peligro de conducir a la guerra más total y más perfecta que jamás haya visto el mundo”.7 Y el mundo la vio…
Los nacionalismos así concebidos, se han constituido en una cárcel cultural, de la que muchos políticos y autores han extraído esa especie de romanticismo, por el que se pretende conformar la identidad personal a la identidad colectiva, invocando las leyes de la herencia y el privilegio de la antigüedad. Si todos los pueblos se hubieran mantenido encarcelados en esta especie cultural, ahuyentando en todo momento el fantasma de la extranjería, la humanidad no se hubiese encontrado con ella misma. Cuando Jacques Attali se refiere al encuentro entre Europa y América, no habla de choque de culturas, sino del “descubrimiento que el ser humano hizo de la otra parte de sí mismo”.8 Para salir de ese encarcelamiento, sin perder el sentido verdadero de la nación intercultural, fruto de diversas herencias, de las que se han enriquecido todos los países, no queda sino apelar a la trascendente universalidad del ser humano. El amor a la patria no solamente no está reñido con el sentimiento de pertenencia a la humanidad entera, la de antes y la de hoy, sino que lo presupone. La tierra de nuestros padres no es solamente el jirón de mundo en el que nos ha tocado vivir, sino también la patria común de todo lo que es humano y, tal como lo dice Ortega y Gasset: “No hay cosa en el orbe por donde no pase un nervio divino: la dificultad consiste en llegar hasta él y hacer que se contraiga”.9 En cada nación, en cada patria, como en cada ser humano, ese nervio divino al que se refiere Ortega no es otra cosa que la misión o vocación personal e histórica, misión y vocación de servicio a los más próximos, a los más necesitados y, a través de ellos, como en un sistema de vasos comunicantes, a todo el orbe del que formamos parte indisoluble. En este contexto, no tienen cabida los nacionalismos a ultranza. Si algo puede ser calificado como “reaccionario”, es precisamente esa visión limitada, reduccionista, que pretende eliminar porciones inmensas del mundo en aras de esa “oligarquía de la muer-
Colomer, Joseph M. Contra los Nacionalimos, Anagrama, Barcelona, 1984, p. 70. Talmon, J. L. Herder et la Mentalité Allemande, en Destin D’Israel. Calman-Levy, Paris, 1974, p. 224.
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te, que nos oprime [sábelo –dice el criado en las Coéforas–, los muertos mandan a los vivos]… El reaccionarismo radical no se caracteriza, en última instancia, por su desamor a la modernidad, sino por la manera de tratar el pasado… Esto es lo que no puede el reaccionario: tratar el pasado como un modo de la vida. Lo arranca de la esfera de la vitalidad y, bien muerto, lo sienta en su trono para que rija las almas de los vivos.”10 Los reaccionarios son prejuiciosos. Michel Focault dice de ellos que se ocupan de despedazar el juego consolador de los reconocimientos, para tratar de dominar el juego perverso del maniqueísmo cultural y ubicarse, evidentemente, del lado de los “buenos”. Podemos decir que esos “buenos” son los que defienden la soberanía, la integridad nacional, las conquistas históricas, laborales y patrimoniales (privilegios de nuevo cuño), irrenunciables. Los reaccionarios son buenos vendedores de prejuicios (“el petróleo es nuestro”, “la patria no se vende”, “no hay país sin maíz”, etc.). El problema es que, como afirma Albert Einstein, “es más difícil destruir un prejuicio que un átomo.” Lo que necesita el mundo de hoy, y en particular México, es volver los ojos del alma hacia una cultura renovada del humanismo trascendente: la de los reconocimientos mutuos, la del perdón personal y la reconciliación histórica, la del abandono de las visiones maniqueas del mural –ese que representa a los buenos y los malos– y que es el alimento podrido de todos los nacionalismos inmorales. También necesita México, si quiere estar al nivel de los países más avanzados, abandonar, de una vez por todas, esa subcultura de los reduccionismos ideológicos, de los que se siguen nutriendo los patrioteros y nacionalistas inmorales, que ven en el argumento de la “soberanía nacional”, la excusa para seguir explotando en su beneficio las grandes riquezas materiales del país… al tiempo que ponen en riesgo las riquezas espirituales de la nación mexicana.
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Attali, Jaques. 1492, Arthème Fayard, Paris, 1991, p. 254. Ortega y Gasset, José. Meditaciones del Quijote, Espasa Calpe, Madrid, 1982, p. 31.
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Id., pp. 34-35.
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Jacobo de Regoyos
Bélgica: el laboratorio nacionalista de Europa Jacobo de Regoyos
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Bruselas no queda especialmente lejos de España. Apenas a dos horas de avión. A 1.600 kilómetros aproximadamente del centro de la península ibérica. Además, gracias a su rol de capital europea es difícil que termine una sola jornada sin que hayamos escuchado al menos una vez esas ochos letras, B-R-U-S-E-L-A-S. Sin que nuestra retina las haya registrado y retenido apenas unas milésimas de segundo ya sea ojeando la prensa o al pasar frente al televisor. De alguna forma el nombre de esta ciudad forma ya parte del aire que respiramos a diario todos los europeos. Y sin embargo, salvo la Grand Place, el Atomium o el Manneken Pis… apenas sabemos realmente nada de ella. Ni del país donde habita. Según el sentir general, Bélgica no es un país con excesivo glamour. El ocurrente Joaquín Sabina dice en una de sus canciones de trovador hispano que no hay nada más absurdo que un belga por soleares. La idiosincrasia de sus habitantes nos resulta sin duda extraña. Junto a la falta de sol, probablemente nos aleja también de Bélgica ese carácter tan poco dado al desparpajo y a la improvisación. En el plano político tampoco faltan razones para desinteresarse dado lo inextricable de su situación institucional, sus negociaciones interminables y sus complicados gobiernos de coalición. Pero tras la victoria en las elecciones del pasado 13 de junio de un partido nacionalista-separatista, la N-VA, de pronto ha empezado a hablarse de vez en cuando de la política interna de este pequeño país en la prensa internacional. Las “perchas”, como decimos los periodistas,
se van sucediendo. Una vez es porque Bélgica ostenta la Presidencia de turno de la UE con un Gobierno en funciones. Otra, desde el pasado 30 de marzo, porque Bélgica se convierte en el país que ostenta la crisis de gobierno más larga superando incluso a países desgarrados por la violencia como Irak. Y ahora, desde hace unos días, porque ha cumplido más de un año sin gobierno. Cada titular de prensa habla de un nuevo récord mundial de desgobierno. Y sin embargo estos son titulares superficiales, basados en lo anecdótico, que apenas profundizan. Si dedicáramos un poco de tiempo a preguntarnos por la situación de fondo, veríamos que, en realidad, el caso belga debería preocuparnos. Bélgica era ya difícilmente gobernable desde hace por lo menos cuatro años, pero aún carecíamos de las famosas “perchas” periodísticas, imprescindibles para contarlo en los medios de comunicación ordinarios. Así que el resto del mundo ha preferido ignorarlo, evitando así plantearse si es posible una crisis definitiva en Bélgica y qué consecuencias tendría ésta en pleno corazón de Europa. Porque Bélgica no es Kosovo. Es un Estado fundador de la Unión Europea y sede de las instituciones comunitarias. Y en su seno crece cada día con más fuerza un nacionalismo centrífugo que disfruta de unas condiciones excepcionales para su desarrollo. Bélgica es el único Estado miembro de la UE donde un partido que busca la independencia de una parte del mismo (artículo 1 de los estatutos de la N-VA) puede llegar a ser el más importante del país. Es el caso de lo ocurrido en las
últimas elecciones con el partido de Bart De Wever, la N-VA, la Nueva Alianza Flamenca (Nieuw Vlaams Aliantie). Porque los flamencos no son sólo mayoritarios numéricamente en el país, sino que además son más fuertes económicamente. A pesar de todos los mecanismos de los que disponen los francófonos para impedir la imposición automática de su mayoría (alarmbel, etc.), si alguien maneja las riendas de este Estado son los neerlandófonos. Si no, no ocuparían el puesto de primer ministro desde hace cuarenta años, los puestos ejecutivos en las empresas importantes, los ministerios más representativos, la mayoría de los mandos en el ejército… Dicho de otra forma, en la UE sólo los nacionalistas flamencos tienen la capacidad de cambiar la historia del Estado donde viven. Lo que, en caso de que el bloque institucional belga continúe, convierte el eventual colapso de este Estado en una posibilidad más real de la que solemos atribuirle. Salir del laberinto Para evitar el peor escenario, el socialista Elio di Rupo ensaya estos días una última oportunidad de formar gobierno. Para ello tiene que negociar primero los pilares de una nueva reforma de Estado, la condición imprescindible que ponen los partidos flamencos. Como él mismo dice, “una tarea de titanes, se trata de conciliar lo irreconciliable”.1 Hijo de inmigrantes italianos, Elio di Rupo es francófono. No es el hombre más votado del país. El más votado es el neerlandófono nacionalista-independentista Bart De Wever, pero está dispuesto a ceder a un francófono por primera vez en décadas –desde los años 70– el puesto de primer ministro, “a condición de que acepte una reforma copernicana”. “Estoy interesado –dice De Wever– en la creación de estructuras nuevas. No en el puesto de primer ministro”.2 En realidad, el jefe de filas de la N-VA no aspira a ser presidente de un país en el que no cree; el Gobierno federal, según sus propias
palabras, se ha convertido en una “permanente conferencia diplomática entre dos países”. “Para mí, Bélgica es ya un nivel supranacional (…). El país ya no existe”.3 Para los francófonos se trata de conservar un Estado federal aún lo suficientemente fuerte como para hacer de árbitro en un país donde son menos y más pobres. Para los flamencos se trata de responsabilizar a cada comunidad de su propio futuro. Se suele decir que hasta ahora los francófonos habían podido comprar la paz comunitaria intercambiando competencias a cambio de dinero. Pero cada vez quedan menos competencia y menos dinero para intercambiar. En el Estado belga ya hay más hueso que músculo. Un proceso que ha sido calificado de “vaciado del centro, por el que se distribuyen competencias y recursos para mantener la paz”.4 Sin embargo, la paz comunitaria nunca ha llegado. Elio Di Rupo y el resto de partidos francófonos aceptan reformar el Estado en profundidad para modernizarlo y hacerlo más eficaz, pero temen que decir sí a todas las demandas neerlandófonas suponga el desmantelamiento del país. La pregunta es: ¿hasta cuándo podrá seguir diciendo no una minoría (40% de la población) a una mayoría (60%)? La singularidad belga Cualquier otro nacionalismo centrífugo en un Estado miembro de la UE es por definición minoritario. Los catalanes son minoría en España, también los vascos. Los escoceses son minoría en Gran Bretaña, los húngaros en Eslovenia, los corsos en Francia… Sin embargo, los flamencos son mayoritarios en Bélgica. Esto en sí no es garantía inevitable de éxito, pero les ofrece al menos la posibilidad de organizar su propio Estado en función de sus objetivos nacionalistas. El rompecabezas belga ha conseguido que Bélgica sea el único Estado federal en el mundo que no tiene “una” democracia. Tiene “dos”. Los Bart De Wever. Entrevista en La libre Belgique (15-3-2010). Liesbet Hooghe. “Belgium: Hollowing the Center”, en Federalism and Territorial Cleavages. Ugo M. Amoretti y Nancy Bermeo, eds., 2004.
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El 30 de julio del 2010, tras sólo una semana de negociaciones, en rueda de prensa. 2 Bart De Wever. Entrevista en La libre Belgique (23-5-2010). 1
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francófonos votan partidos francófonos. Los neerlandófonos, por partidos neerlandófonos. Lo que supone la división de todas las familias políticas del país. La consecuencia es que el sur hace campaña electoral contra el norte, y en el norte se hace campaña electoral contra el sur. Al fin y al cabo, no se ganan votos en la otra comunidad. La comunidad más nacionalista, la flamenca, hace uso del victimismo propio de todos los nacionalismos centrífugos, aunque en este caso dominan los puestos claves del Estado. Desde hace décadas los primeros ministros son flamencos, los ministerios más importantes los ocupan neerlandófonos, la mayoría de los directivos de las grandes empresas pertenecen a esta comunidad. Hoy Flandes es rica y Valonia pobre. Pero hubo un tiempo en el que hablaba “francés en los salones y neerlandés en las cocinas”. Y el pasado no ha cicatrizado en el subconsciente. Actualmente los flamencos hablan cada vez menos francés y los francófonos no hablan neerlandés, salvo algunos casos en Bruselas, capital bilingüe sólo oficialmente. La frontera lingüística fijada en los años 60 supuso el suicidio programado de Bélgica, una bomba de relojería. Ha bastado una generación para que se consoliden dos opiniones públicas distintas, cuando no opuestas. El norte, Flandes, siempre vota nacionalista y a la derecha. El sur, Valonia, siempre vota socialista y por un país federal y unido. Una cosa trae la otra: lo que en realidad sustenta la vida de un país, la vida cultural, intelectual, política, etc., está dividida en dos. A ambos lados de la frontera lingüística se ven televisiones diferentes, se leen periódicos diferentes, se escuchan radios diferentes, se ven obras de teatro diferentes, los famosos son diferentes… y la gente no se conoce. No tienen amigos al otro lado de la frontera lingüística. De nuevo, salvo excepciones, no hay matrimonios mixtos. En efecto, como dice De Wever, parecen ya dos países diferentes. Sólo Bruselas les mantiene unidos. 24
El corazón del problema Si hay un sitio donde la Bélgica francófona “de papá” terminó cuajando es Bruselas. Una Bélgica en francés aliñada con salsa flamenca. Históricamente neerlandófona, terminó adoptando la lengua de las élites francófonas. En 1830 la capital del recién creado reino de Bélgica era apenas un pueblo grande de 98 mil habitantes. En sus barrios se hablaba principalmente un dialecto flamenco. Pero el francés avanzó rápido: ya en el año 1900 sólo el 21% de sus habitantes se expresaba exclusivamente en neerlandés. En 1910 era el 16%. Hoy los neerlandófonos en Bruselas son menos de un 10% y todos hablan francés bien que mal para comunicarse, a pesar de que la ciudad es oficialmente bilingüe. Los nacionalistas flamencos han sacado una importante lección: el bilingüismo equivale a… más francés. Para los nacionalistas del norte del país, ahora se trata de recuperar la ciudad perdida, su propio Jerusalén. Primero, por el simbolismo. Y segundo, por su importancia política y económica: con sólo un 8% de la recaudación impositiva total del Estado, menos de un 10% de la población total del país y un porcentaje minúsculo del territorio nacional, la capital belga genera casi un 20% del PIB nacional.5 Saben que Bruselas es una marca muy conocida en el mundo, bien engrasada, que produce unos resultados envidiables: Es la tercera ciudad mundial en organización de congresos. Cada año acoge entre 60 mil y 70 mil reuniones con más de siete millones de participantes. Lo que genera cuatro mil millones de euros y 22 mil empleos.6 Es la cuarta ciudad de negocios más importante de Europa.7 Es la tercera ciudad más rica de la UE en Producto Interno Bruto por habitante: 53.381 euros, dos veces y media la media europea.8 Pero a cambio sólo recibe una décima parte. Lo que justifica la demanda francófona de refinanciar la ciudad. 6 “Bruselas Meeting Week promoot Congrestoerisme”, 13/02/07, www.brusselsnieuws.be. Entrevista con Hervé Bosquet (BITC). 7 “European Cities Monitor 2008” Cushman & Wakefield. 8 Eurostat. Londres y Luxemburgo preceden a Bruselas. 5
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Los flamencos han tenido que hacer de ella su capital en un intento por no perder los vínculos con una ciudad que se les escurre de las manos.9 Y a pesar de lo que se dice en la Constitución,10 niegan que sea una región igual a las otras dos (Flandes y Valonia) y piden su cogestión.11 De esta forma la región de Bruselas desaparecería de facto y sus habitantes serían tratados de forma diferente según pertenezcan a una comunidad o a otra. Naturalmente, el dinero está en Flandes, y los ciudadanos elegirían esta “subnacionalidad” atraídos por sus beneficios sociales, fiscales y económicos. Una forma de dumping social que, según los francófonos, permitirían que dentro de sólo unos años se produjera una anexión flamenca “en dulce” de la capital. Cuando los flamencos consideren que en Bruselas ya hay más miembros afiliados a la comunidad neerlandófona que a la francófona, el camino hacia la independencia quedaría despojado. La redactora jefe de Le Soir, Beatrice Delvaux, firmaba el editorial de este periódico francófono el 13 de agosto de 2010 con esta frase final: “Bruselas no será nunca una ciudad flamenca. Si el objetivo real de los flamencos es la independencia del país vía la anexión de Bruselas, hay que decirlo claramente y abrir la negociación franca y directa sobre la escisión del país”. ¿Estamos a las puertas de semejante negociación? El 21 de agosto del 2010 la viceprimer ministro socialista (francófona) Laurette Onkelinx, excedida por la visión de la N-VA sobre Bruselas, le dijo a Bart De Wever que no creía ya en una salida positiva ni para las negociaciones ni para el país.-“¡Entonces más vale que te prepares rápiBruselas es la capital de Flandes contra la opinión del Consejo de Estado que aplica la lógica misma: “Una región no puede situar su capital en otra región”. La lógica tampoco explica la “neerlandofonísima” Flandes ponga su capital en la ciudad francófona europea más importante fuera de Francia. 10 Bruselas es una de las tres regiones reconocidas oficialmente por la Constitución, y posee un territorio propio, políticos propios (francófonos y neerlandófonos), sus propios ministros y su propia política. Y, sobre todo, su propio régimen lingüístico. Lo que coincide con el principio flamenco de territorialidad. 11 El líder de la NVA, Bart De Wever, decía poco antes de ganar las últimas elecciones del 13 de junio de 2010 en una entrevista en exclusiva a La Libre Belgique: “En la Bélgica confederal Bruselas será sólo una gran ciudad gestionada directamente por dos Estadosregión”. Y los cristiano-demócratas del CD&V incluían en su programa del 2009: “Bruselas no existe como tal”. 9
damente para el final del país!”, respondió Bart De Wever. A lo que Onkelinx replicó: -“No te preocupes, ya nos preparamos. Y Bruselas no está en venta”.12 ¿Está dispuesto el ganador de las elecciones en Flandes, el nacionalista flamenco Bart De Wever, a abandonar Bruselas? En caso de divorcio, ningún partido nacionalista flamenco ha encontrado todavía una solución para Bruselas, como no sea su abandono. Para muchos, si Bruselas no fuera tan importante simbólica y económicamente, Flandes ya habría encontrado hace tiempo el camino de la independencia. Mientras tanto, los flamencos que viven allí –salvo excepciones– no desean ser asimilados a la ciudad. No quieren ser bruselenses flamencos, sino flamencos de Bruselas.13 De hecho –de nuevo salvo excepciones– en Flandes no están interesados por su capital. Hugo de Greef, director del Centro Flagey, cree que ha habido una evolución: “Al principio de mi carrera percibía en Flandes una ligazón sentimental con Bruselas. Luego, los responsables políticos me han parecido simplemente conscientes de su importancia estratégica puramente racional, no sentimental. Y desde hace cuatro o cinco años, Bruselas no existe directamente para los flamencos”.14 Bruselas es, pues, el nudo que nadie sabe desatar. El punto que mantiene “encadenados” a francófonos y neerlandófonos. Gracias a Bruselas, Bélgica permanece unida. Pero es en su periferia donde una y otra comunidad se enfrentan diariamente. BHV BHV. Tres letras enigmáticas que el mundo entero desconoce pero que en la prensa belga están un día sí otro también en portada. Tres letras que han provocado ya la caída de tres gobiernos en De Standaard Online, 23-08-2010, De Morgen Online, 23-08-10. La ministra de Bruselas, Brigitte Grouwells (CD&V), una de las voces más representativas de los flamencos en la ciudad, escribía en su blog el 24 de agosto del 2010: “Cuándo acabarán de entender los francófonos que los flamencos de Bruselas no desean asimilarse a Bruselas en materia tales como la salud o la familia. Como flamencos de Bruselas, deseamos continuar formando parte integrante de la comunidad flamenca”. 14 Le Vif / L ‘ Express. 18-1-2008. 12
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tres años. El debate que gira en torno a este acrónimo se vive en términos de victoria o de derrota en ambas comunidades. Cada inicial corresponde a tres localidades cardinales: Bruselas, Halle (Hal en francés) y Vilvoorde. Entre las tres hay, en total, 35 ayuntamientos alrededor de la capital que forman una circunscripción electoral y judicial. En seis de estos 35 ayuntamientos de BHV los francófonos no están lejos del 85% y en el resto nunca son menos del 40%. A pesar de ser territorio de Flandes, estas personas tienen derecho a ser juzgadas en francés y a votar en Bruselas por partidos francófonos. Son gente que sale de la francófona Bruselas en busca de casas más baratas y grandes y de espacios verdes, un poco como en todas las grandes ciudades. Con la diferencia de que al salir de Madrid, París o Londres a una ciudad dormitorio, no atraviesas una frontera lingüística. Ni te llaman inmigrante en tu propio país, como hace Bart De Wever con los fracófonos de la periferia. Los flamencos exigen la desaparición de BHV en nombre de la integridad lingüística y territorial de Flandes. Es su penúltima batalla por un territorio homogéneo y bilingüe. BHV es, junto a las facilidades de las que disfrutan otros territorios en la periferia de Bruselas, una excepción. Los francófonos no ceden en el caso de BHV porque, si desaparece, nada impide que la frontera lingüística se convierta algún día en frontera de Estado. Y Bruselas quedaría enclavada en Flandes. Por eso, a cambio de la escisión, los francófonos piden un corredor que una Bruselas y Valonia. Porque si escinden BHV sin condiciones, en aplicación del principio Uti possidetis, ita possideatis (“Como has poseído, poseerás”) que rige en derecho internacional en estos casos,15 el último poseedor conserva el terreno y Bruselas quedaría encerrada en Flandes para siempre y aislada de Valonia. Sin ese pasillo, Se aplicó durante la descolonización; por eso estos países tienen fronteras tan artificiales y rectas como en los repartos coloniales. Se ha aplicado igualmente tras la caída del muro de Berlín a todos los nuevos Estados.
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piensan, Flandes hará todo lo posible por forzar la integración de Bruselas en su naciente República flamenca. Y si quisieran formar un nuevo Estado juntas, Bruselas y Valonia –heredera jurídica en el plano internacional de una Bélgica ya sin Flandes–, no tendrían continuidad territorial para hacerlo viable. Mapa de Bélgica dividida en comunas
Para conseguir este pasillo hablan de ampliar Bruselas a una de las comunas que, con mayoría francófona, limitan con Valonia. De preferencia, Sint-Genesius-Rode (Rhode-Saint-Genèse en francés) –casualmente, la comuna donde habita Herman Van Rompuy, el actual presidente del Consejo Europeo–. O, en su defecto, 162 kilómetros cuadrados no habitados de un bosque colindante con esta localidad bastarían. Los flamencos se enfadan cuando escuchan esta idea.16 Es onbespreek-baar, dicen. No negociable. Insisten en que ellos no reclaman el territorio de nadie (olvidando que ellos niegan el 16 Una vez más la respuesta más original fue la de Bart De Wever, en plena campaña electoral 2010, cuando aseguró que “dentro de poco los francófonos nos exigirán también un acceso al mar”.
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carácter de región como las otras a Bruselas). Algunos ironizan comparándolo con el pasillo que Hitler reclama para conectar con la ciudad libre de Danzig,17 en pleno territorio polaco, habitada entonces en un 95% por población alemana. Otra comparación que provoca la ironía de los flamencos es con Berlín Oeste durante la Guerra Fría. ¿Necesitará Bruselas un puente aéreo? Al mismo tiempo estas imágenes mentales demuestran que el conflicto étnico está presente en la misma capital de Europa, a dos pasos de sus instituciones comunitarias. Especialmente en la periferia de Bruselas, donde los flamencos han armado todo un arsenal jurídico-administrativo para desincentivar la llegada de francófonos a territorios flamencos. La forma de presión más importante por su carácter metódico y estudiado son las normativas que afectan al sector de la vivienda. El caso apareció en La Libre Belgique el 3 de junio de 2010. Una diplomática que trabaja para una Embajada de un Estado miembro de la Unión Europea contaba cómo Flandes le impedía comprar una casa en la comuna de Tervuren para la que ya había dado como señal cinco mil euros. Se lo impedía el decreto Wonen in eigen streek (“Vivir en su propia región”),18 según el cual para comprar hay que demostrar que has vivido durante seis años en la localidad o que trabajabas allí. “No nos quieren –decía el periódico–, he estado en muchos países y en todos sitios te venden una casa si tienes dinero. No lo entiendo”. El Gobierno flamenco justifica el decreto como medio para mantener los precios baratos para los habitantes originales de 69 localidades de la periferia de Bruselas, la costa belga y el norte de Amberes. Excepto en esta última ciudad, los principales excluidos en las otras dos zonas eran los francófonos, pobres o ricos. Pero también los funcionarios y diplomáticos europeos. 17 18
Hoy Gdansk, la cuna del sindicato Solidaridad. Llamado oficialmente Grond en pandendecreet (“Decreto sobre las tierras y las casas”).
Desde el año 2006 con otro decreto, el Wooncode19 (“código de vivienda”), Flandes ha inventado una fórmula de equilibrista, entre lo legal y lo ilegal, para restringir el derecho a optar a una vivienda social a los no neerlandófonos. En sus artículos 92 y 93 se lee que es obligatorio “demostrar una voluntad de aprender el neerlandés. En el aprendizaje de lengua neerlandesa es el objetivo…”.20 El artículo 102 bis dice que “Una multa administrativa podrá imponerse si el postulante no cumple con el requisito establecido en el artículo 92… Esta multa administrativa no podrá ser inferior a 25 euros ni superior a cinco mil euros”.21 Si la ley no puede, siempre se puede hacer sin la ley. Lo destapaba en abril del 2010 la televisión flamenca.22 Los alcaldes de varias localidades como Overijse, Gooik y Vilvoorde han cerrado acuerdos con los promotores inmobiliarios de la región para que no venda a los francófonos. Son acuerdos orales, pero uno de los alcaldes lo reconocía todo sin pudor ante las cámaras insistiendo en que no hay mal alguno en proteger el carácter flamenco de su ciudad. Los belgas flamencos, enamorados de Italia y el sur de Francia en particular, compran lo que quieren donde quieren en toda Europa. Todo el mundo sabe que los alemanes compran mucho en Mallorca. Pero los europeos desplazados a Bruselas se sienten de pronto amedrentados a hacer lo propio a sólo unos kilómetros de la plaza Schuman de Bruselas, donde la Comisión Europea tiene sus oficinas desde las que teóricamente se debe velar por el derecho de libre circulación de personas y capitales. Y en la periferia de Bruselas los francófonos belgas no se sienten tratados como belgas. Son francófonos. Decreet houdende de Vlaamse wooncode (publicado en el Belgisch Staatsbland/ Moniteur Belge, 19-09-1997). “De huurder van een sociale huurwoning leeft de volgende verplichtingen na: de bereidheid tonen om Nederlands aan te lerén. Bij het aanleren van het Nederlands wordt er gestreefd naar een niveau dat oereenkomt met de richtwaarde A.1. van het Gemeenschappelijk Europees Referentiekader voor talen…”. Publicado en el Belgisch Staatsbland/Moniteur Belge. 19-08-1997. 21 Art 102bis. “Een administratieve geldboete kan worden opgelegd aan de huurder van een sociale huurwoning die een verplichting, vastgeledg in artikel 92…” Publicado en el Belgisch Staatsbland/Moniteur Belge. 19-08-1997. 22 Reportaje “Randgevallen” en el conocido y prestigioso magazine de actualidad “Panorama” de la cadena pública Canvas (4-4-2010). 19
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Según Marianne Dony, del Instituto de Estudios Europeos de la ULB, “si analizamos las grandes condenas internacionales a Bélgica, éstas se refieren casi exclusivamente a problemas detectado en Flandes. Valonia está prácticamente ausente”.23 Los francófonos de momento sólo han sido condenados por el Consejo de Europa por no asegurar suficientemente el bilingüismo en los hospitales de Bruselas. A los flamencos, sin embargo, se les ha llamado la atención hasta en cinco ocasiones, que yo haya contabilizado –y a diferencia de los francófonos, generalmente responden que no piensan acatar–. 1.- Por el no nombramiento de alcaldes francófonos de la periferia (Consejo de Europa). 2.- Por la no firma de la Carta de minorías (Consejo de Europa).24 3.- Por el código de vivienda (Wooncode) mencionada más arriba. (El Comité de Naciones Unidas por la eliminación de la discriminación social y racial se ha dicho “preocupado”). 4.- Por impedir la inscripción a niños francófonos de las comunas vecinas a las comunas con facilidades (Condena del Tribunal Europeo de Derechos Humanos). 5.- La comisión analiza diversos casos relativos a la discriminación en el mercado de la vivienda en la periferia. En el programa de gobierno del Gobierno flamenco se puede leer el objetivo concreto de tanta normativa: “Tomar medidas para neerlandizar” el carácter de la periferia. Pero por si hubiera alguna duda, en varias localidades a la entrada de Bruselas se lee muy a menudo en un enorme cartel pagado por el ayuntamiento: Waar Vlamingen thuis zijn (“donde los flamencos están en su casa”). A buen entendedor… Por si sus habitantes francófonos se han acostumbrado al cartel, el ayuntamiento de Dilbeek recuerda también la Télé-Moustique (9-4-2008). En el acuerdo de gobierno que los cristianodemócratas de Yves Leterme firmaron con la N-VA de Bart De Wever para gobernar en Flandes se lee “El Gobierno flamenco no pretende, bajo ninguna circunstancia, ratificar la Convención de Protección de las Minorías” (Vlaamas Regeerakkoord 2009-214, p. 94), Ver capítulo 4.
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leyenda en los sobres de sus comunicaciones postales. Además, en los ayuntamientos con facilidades, en el cartel bilingüe que anuncia el nombre de la localidad aparece tachado con pintura el topónimo en francés. Y lo mismo con los nombres de las calles. Es la obsesión de los jóvenes encuadrados en la milicia Voorpost,25 que hacen escapadas nocturnas destrozando de paso de vez en cuando algún mobiliario urbano o escribiendo België barts! (“¡explota, Bélgica!”) o Franse ratten (“ratas francófonas”) por donde pueden. Van vestidos con una especie de uniforme caqui y gorra. Desde 1981, cada primer domingo de septiembre, decenas de miles de ciclistas flamencos26 participan en un paseo ciclista alrededor de Bruselas llamado De Gordel (“el cinturón”). Su objetivo es claramente político. “Padres y madres de familia con sus hijos rodean Bruselas con sus bicicletas para decirles alto y claro a los bruselenses francófonos: ¡sois nuestros prisioneros, os rodeamos! Bajo el aspecto de un paseo familiar se produce una manifestación de desprecio y de odio”, sostiene Philippe Geluck, el célebre dibujante de Le Chat27 tan representativo de ese humor belga surrealista. El eurodiputado Daniel Cohn-Bendit, el enfant terrible de mayo del 68, fue a comer a un restaurante de la localidad de Halle y comenta: “los platos están anunciados en inglés y en neerlandés, pero el francés está prohibido… Lo que ocurre en Halle es una enfermedad muy grave. No entiendo cómo no se inician acciones legales ante la Corte europea. ¡Ni que estuviéramos en Turquía donde prohíben el uso de tres letras kurdas! ¡Hay que hacer que la gente lo sepa! ¡Es una locura!”.28 25 El 22 de mayo el 2010 la policía requisó tres armas de fuego en los domicilios de dos miembros de ésta milicia que fueron arrestados cuando hacían de las suyas en la localidad de Wezembeeck-Oppem. 26 100.000 ciclistas en el 2005. 27 Entrevista de Philippe Geluck en Télé Moustique nº 4400, 04-08-2010. Le Chat es el dibujo de un gato redondo y genial que suelta en sus viñetas ironías muy adecuadas al humor surrealista belga. Tiene un éxito merecido en Bélgica y en todo el orbe francófono. 28 Le Soir, miércoles, 28-11-2007.
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En la piel de un flamenco Nada de lo que ocurre en la periferia tiene el más mínimo sentido visto desde el exterior. El discurso político de ambas comunidades está sobrecargado de razonamientos que se entrecruzan. Para intentar comprender cómo es posible que gente comerciante, inteligente, políglota y cultivada actúe así, nos ponemos en la piel de los flamencos. Todo se mueve en el plano de las heridas colectivas que no cicatrizan, en el simbólico y en el de la dignidad de grupo. No importa que los flamencos sean ahora mismo mayoritarios, y más ricos; ellos seguirán sintiéndose psicológicamente en minoría frente a los francófonos. Los flamencos tienen un temor atávico a perder medio metro de terreno. Viene de lejos y se basa en su experiencia histórica. Hay dos zonas de Flandes que se sitúan fuera de Bélgica: el “Flandes francés”, alrededor de Lille, que España perdió en el siglo XVII, y el Zeeuws Vlaanderen, en la parte sur de Holanda, que pasó de Bélgica a Holanda en 1830 para impedir que Bélgica tuviera demasiada fuerza económica si se apropiaba totalmente del río Escalda (Schelde). Además, ya dentro de Bélgica, han perdido en la práctica Bruselas y las localidades con las que fue creciendo la ciudad hasta 1962. A partir de ese momento decidieron que nunca más, y se han puesto manos a la obra para impedir la llamada olievlek, la mancha de aceite francófona. Aceite que pierde Bruselas y que ellos quieren limpiar antes de que sea demasiado tarde. Como existe un sentimiento latente de inferioridad en Flandes –vestigio de decenios de Estado francófono unilingüe–, la lengua francesa es percibida como un arma de arrogancia. “Después de Bruselas quieren quitarnos las tierras que rodean la ciudad”, piensan. El hecho de que los francófonos sean mayoría en esas localidades –hasta el punto que ganan todas las elecciones locales– no es un argumento para los flamencos. La protección del territorio es un asunto en el que sólo cuenta la opinión de Flandes, que persigue una aspiración homogeneizadora tratando de hacer
coincidir completamente el territorio con el uso del neerlandés. “Lo que pedimos es el respeto de la homogeneización de nuestro territorio”, repite Eric van Rompuy, importante figura de los democristianos flamencos (CD&V). La territorialidad es la forma de defender una lengua que no se impone por sí sola ante el francés. De nuevo la lengua se mezcla con un trasfondo socioeconómico. Es verdad que Flandes es más rica que Valonia y que controla los puestos más importantes del país. Pero en la periferia, concretamente los neerlandófonos que habitan tradicionalmente esas localidades, a veces no pueden competir con los precios que paga la gente de la capital. Eso no sería grave, más bien todo lo contrario, si pensamos en la suerte que han tenido al poder vender bien su casa. El problema es que, colectivamente, todo esto se mezcla con los recuerdos de “minoría sociológica” oprimida durante el siglo pasado. Los flamencos hacen además a menudo referencia al hecho de que muchos francófonos llevan un nombre flamenco, lo que demuestra su asimilación en Valonia. Entre los políticos francófonos más conocidos, por ejemplo, están los apellidos de Onkelinx, Van Cauwenberghe, Spitaels… Al contrario, piensan que los francófonos seguirán sin adaptarse en tierras flamencas aunque vivieran allí durante generaciones sucesivas. Todas las facilidades otorgadas a una minoría deben ser temporales e interpretadas de manera minimalista. Votar por partidos francófonos de Bruselas es un signo de falta de integración y una prueba de resistencia. A pesar de los “derrapes” a repetición, resulta arriesgado afirmar que los flamencos practican una discriminación étnica. No lo es afirmar que existe una depuración lingüística. ¿En qué medida van unidas ambas cosas? En el 2008, en Liedekerke, los niños francófonos tenían prohibido el acceso a los columpios públicos de los parques y el ayuntamiento los discriminaba en las actividades extraescolares.29 El New York Times envió a uno de sus periodistas, 29
Nieuwsbland.be (13-07-07) y De Morgen Online (21-08-08).
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Steven Erlanger, a hacer un reportaje. El 14 de mayo de ese mismo año, en su artículo, calificó la situación de “especie de fascismo no violento”, añadiendo que se trataba de una “combinación de orgullo nacional, políticos de derechas, pureza lingüística y racial…”.30 Evidentemente, no se ha prohibido el uso privado de las lenguas en territorio flamenco. Pero en este clima, uno tiene que saber medir muy bien incluso “cómo” y “cuándo” mantiene una conversación en francés en la calle. La mayoría encuentra formas de seguir con su vida esquivando los problemas. Guardando un perfil bajo, prudente. De esta forma ambas comunidades siguen viviendo en la periferia de Bruselas de espaldas una a la otra, un poco lo que ocurre en todo el país. El belga es un federalismo étnico de confrontación, pero pacífico. Es un conflicto no violento. Pero ni el Estado de derecho, ni la Unión Europea, ni la democracia belga, ni la descentralización, ni las sucesivas reformas de Estado han bastado para desactivar la tensión lingüística en la periferia de Bruselas. Steven Erlanger: “Seams of Belgium’s quilt threaten to burst”. New York Times, 14-5-2008.
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Yugoslavia fría “Bélgica es una Yugoslavia en frío” soltó en pleno debate el corresponsal del diario francés Liberation, Jean Quatremer en la cadena de televisión belga RTL_TVI, el 2 de mayo del 2010. Ante los gestos y exclamaciones de asombro de los atónitos políticos belgas presentes, añadió: “La suerte es que los belgas no son violentos, les salva su humor…”. El caso belga nos lleva a una pregunta importante en la construcción europea: ¿hasta qué punto puede una nación en la que conviven diferentes etnias mantenerse unida gracias a su diseño institucional? Robert Mnookin y Alain Verbeke, profesores de la universidad de Harvard y Lovaina, respectivamente, avanzan una respuesta en un amplio estudio presentado conjuntamente:31 “El caso belga nos conduce a las conclusiones más pesimistas. Las estructuras federales permitiendo una toma de decisiones descentralizada pueden exacerbar las fuerzas centrífugas y llevar a la eventual ruptura de una nación”. Ambos autores creen que el caso belga puede ser útil para descubrir por qué en algunos casos como en Yugoslavia las diferencias étnicas dentro de una nación terminan violentamente mientras que en otros casos, como en la antigua Checoslovaquia, lo hacen pacíficamente. El profesor Rafael Calduch Cervera32 cree que “el caso de la antigua Yugoslavia resulta paradigmático. No sólo era el país comunista más abierto a Occidente y donde existía un régimen político, social y económico más participativo de todos los existentes en el área balcánica, salvando el caso de la restauración de la democracia en Grecia tras el golpe de los coroneles, sino que era en el que existían los mayores estándares de reconocimiento y protección de los derechos lingüísticos, religiosos y culturales de las minorías en toda la Europa central y oriental de los años 70 y 80. Esta realidad, sin embargo, no impidió que fuese precisamente en este país 31 Robert Mnookin y Alain Verbeke: “Persistent non violent conflict whit no reconciliation: The flemish and walloons in Belgium”, 2009. 32 Catedrático de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Palabras pronunciadas en una conferencia en el Curso de Verano en Palencia “Nacionalismo y minorías en Europa”, 1998.
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donde las fuerzas nacionalistas radicales se desatasen con mayor virulencia y se desencadenasen los conflictos armados más violentos de Europa desde que concluyó la Segunda Guerra Mundial”. La experiencia belga es un buen ensayo sobre los límites de la “multinacionalidad” de un Estado si queremos preservar su “funcionalidad”. Ahora mismo, todos los que a uno y otro lado de la frontera lingüística quieren recuperar la unidad del país creen que no haber hecho un Estado bilingüe a todos los niveles en los años 30, cuando hubo una oportunidad, fue un error histórico. Si finalmente Bélgica se escindiera ello significaría el éxito de la Europa de las etnias en el corazón del sistema que decía caminar en sentido contrario. Yugoslavia era un recuerdo de otro tiempo, dentro de la Unión Europea nos creíamos al margen. La Europa de las etnias La Alianza Libre Europea (ALE) es un partido político europeo presidido por un miembro de la N-VA de Bart De Wever llamado Eric Defoort. Este partido reúne 33 partidos regionalistas, autonomista e independentistas representados en 13 Estados miembros de la Unión Europea: vascos, galeses, escoceses, corsos, catalanes… Todos ellos defienden una mayor descentralización política basada en los límites territoriales definidos por una mezcla de particularidades culturales y étnicas. Es sencillo. Basta con visitar su sitio Web. Allí ALE muestra un plano de Europa remodelada a su gusto, fragmentada en un racimo de Estados étnicos. Distinguimos, por supuesto, a Flandes, constituida por la región flamenca pero también por dos territorios anexos: Bruselas y el departamento francés de la región NordPas-de-Calais. El país Vasco incluye Navarra y el País Vasco-Francés. Cataluña recupera la Cataluña francesa, Valencia y Baleares. España pierde, además, Aragón, Andalucía y Galicia. En Francia: Córcega, la Bretaña, la Occitania
histórica, la Saboya, Niza, Alsacia, Lorena…, todas desaparecen. Pero a los franceses les ofrecen graciosamente Valonia (ningún partido político regionalista valón forma parte de ALE). E Inglaterra es una isla, como siempre; pero en el propio Reino Unido, Irlanda del Norte se une a Irlanda. Esto en los grandes países occidentales, sin mencionar Europa del Este y los Balcanes. Curiosamente, la única que amplía su territorio es Alemania, siempre con la lógica de la etnia y la lengua germana. Sería el mayor Estado étnico de Europa occidental. En ese mapa se reproducen con una inconsciencia asombrosa las causas de las últimas dos guerras mundiales. En su opinión, la mejor manera de acceder a una dimensión europea es construir una Europa basada en los diferentes “pueblos”. ¿Debemos aplicar el principio de una tierra, una lengua, un pueblo, un Estado? ¿Debemos aceptar el principio de que la nación está fundada en la etnia? A estas preguntas siguen otras. ¿Se puede echar para atrás el reloj de la historia? ¿Hasta dónde exactamente? ¿Un poco antes, un poco después? De todos estos partidos, sólo uno, la N-VA, es mayoritario en su Estado, Bélgica. Pero ¿qué 31
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pasaría si los otros partidos tuvieran la ocasión de poner en práctica sus sueños, como la tiene la N-VA en Flandes? Hacer realidad el sueño de ALE generaría tales conflictos y se destruiría la Unión Europea desde dentro resurgiendo la vieja Europa belicosa que precisamente hemos conseguido evitar. En frío, sin violencia, Bélgica y la periferia de Bruselas nos recuerdan que, de todas formas, no estamos completamente vacunados contra los conflictos étnicos. A veces, sin embargo, son los propios Estados miembros de la UE los que parecen olvidarlo. El caso de Kosovo, con todas sus particularidades, es un buen ejemplo. 22 de los 27 países que forman la UE han reconocido inmediatamente a Kosovo. Algunos de ellos, como Francia o Gran Bretaña, se comportan como si una secesión nunca les pudiera ocurrir a ellos. Hasta Kosovo, la verdadera fuerza de los 27 en estos asuntos había consistido siempre en respetar la regla solidaria no escrita de no hacer nada que favorezca las secesiones. Ésta había sido la regla en los casos de Rodesia del Sur, la República Turca de Chipre del Norte y al República Srpska. Son muchas las tensiones que pueden desencadenarse como consecuencia de las minorías nacionales que afectan a la inmensa mayoría de los países europeos, incluidos los occidentales. En el caso de Escocia, en el Reino Unido, el petróleo en el Mar del Norte ha servido de combustible a un nacionalismo que ha conseguido su autonomía recientemente (1997). El independentista Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) consiguió la mayoría absoluta en el Parlamento escocés por primera vez en las elecciones celebradas este pasado mes de mayo y ha prometido convocar un referéndum de independencia en los próximos cinco años. Normalmente ganará el “no”, y si sale el “sí” la última palabra le seguirá correspondiendo de todas formas al Gobierno británico.33
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33 Hay que tener cuidado con lo que se quiere porque se puede cumplir. El apoyo a la eventual independencia de Escocia es mayor entre los ingleses y los galeses que entre los propios ciudadanos escoceses, según se desprende de una encuesta elaborada por YouGov y publicada por el diario The Sun recientemente. Sólo el 29% de los escoceses respalda la independencia de Escocia frente al 41% de ingleses y galeses que apoya la secesión de este territorio.
También dentro de la Unión Europea, Chipre teme que si se sigue el criterio del Tribunal de La Haya en el caso de Kosovo se abra una vía para el reconocimiento de la llamada República Turca de Chipre del Norte, sobre la que no ejerce ningún control desde hace más de treinta años, donde una minoría de origen turco quiere separarse del país. No es casualidad que Chipre no haya reconocido a Kosovo todavía. El tercio norte de la isla fue ocupado por Turquía en 1974, después de que en la isla hubiese un golpe de Estado respaldado por Grecia, ya que la mayoría de la isla es de origen griego. Turquía misma puede preguntarse ahora por qué son los únicos en reconocer en el mundo a la República Turca del Norte de Chipre (RTNC) mientras las grandes potencias occidentales reclaman con insistencia el reconocimiento de Kosovo. En Eslovaquia tienen verdaderos problemas con la minoría húngara (son 600 mil en un país de 5 millones 400 mil habitantes) y sus reivindicaciones secesionistas podrían propiciar el regreso a la vecina madre patria Hungría. Partes de Rumanía también están pobladas por minorías húngaras. Este país también tiene reivindicaciones territoriales en la Voivodina y en el Banato. Lo mismo que Bulgaria respecto a los territorios fronterizos que perdió con Serbia en 1918. En Italia casi nadie sabe que en el Alto Adige existe una mayoría étnica alemana. También están las poblaciones italianas de Istria y Dalmacia. Pero concretamente, la Liga Norte34 de este país, unificado en 1860, es representativa de un nuevo separatismo sin base alguna en la etnia, la lengua o la historia. Utilizando sin camuflaje el egoísmo fiscal, se ha creado una pseudoidentidad nacional, la Padania. En Kosovo mismo, además de albaneses, hay serbios concentrados en Mitroviça. Pero, además, la sentencia de la Corte Penal Internacional de Justicia de la Haya de julio de 2010 –que asegura que la proclamación unilateral de En 1996, la Liga Norte anunció que su objetivo era la independencia del norte de Italia bajo el nombre de Padania. La capital de Padania sería Mantua, e incluso se llegaron a efectuar elecciones para un “Parlamento del norte” sin ningún tipo de reconocimiento internacional. En la actualidad la Liga del Norte adopta un planteamiento federalista.
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independencia de Kosovo no violó el derecho internacional– da nuevas ideas a los mismo albaneses, y no sólo de Kosovo. Hay albaneses en cuatro Estados: Albania, Kosovo, Macedonia y Montenegro. De momento el Gobierno de Albania se pronuncia en contra de posibles intercambios territoriales en los Balcanes para construir la Gran Albania, pero considera “histórica” la declaración de la Corte y sugiere que podría ser un argumento en circunstancias diferentes. Las minorías étnicas son una especialidad del territorio balcánico. Están dispersas por todos lados, especialmente en la Antigua República Yugoslava de Macedonia, pero también en Bosnia y Croacia. Basta con avivar las brasas para que prenda de nuevo la hoguera. Por ejemplo, ¿qué pasaría si también reclama su independencia la República Serbia de Bosnia Herzegovina, un pequeño espacio territorial que fue el escenario más sangriento de la guerra que en los años 90 desintegró la Yugoslavia? También los croatas, que son mayoría en Herzegovina, están tentados por la independencia, para unirse después a la vecina madre patria. Habría que agregar el enclave serbio de la Krajina croata y las activas minorías húngaras en el norte de Serbia para terminar de pintar un panorama de pesadilla étnica que ya ha probado su eficacia sobre el terreno. Otros que podrían buscar legitimar su secesión, ocurrida en los años 90, son los separatistas armenios en la región de Nagorno-Karabaj de Azerbaiyán. Otra bomba que ya provocó una guerra de grandes dimensiones entre dos naciones que formaban parte de la antigua Unión Soviética. La lista puede ser mucho más larga: Albania (minoría griega), Georgia (relaciones interétnicas), Grecia (minoría religiosa de la Tracia), Kazajstán (relaciones interétnicas), Kirguizistán (relaciones interétnicas), Ucrania (situación en Crimea), etc. La Europa de las étnicas es una Europa “balcanizada”. No es la Unión Europea. La construcción europea aspira a superar la Europa de las etnias. El resto del continente europeo mira a la
UE como referente. Normalmente la lógica de los nacionalismos separatistas no encajaría en el proyecto europeo, aunque sólo fuera por la contradicción que supone separar lo que otros intentar unir. Sin embargo, los nacionalistas flamencos, y todos los que piensan como ellos en Europa, creen que están más cerca de la independencia gracias al euro, a Schengen, a las eurorregiones o al principio comunitario de la subsidiariedad. En su idea, los Estados se destejen como la tela de Penélope a dos niveles: por arriba, a medida que avanza la Unión Europea, y por abajo, cediendo competencias a las regiones. Es exactamente lo que la N-VA quiere que ocurra con Bélgica. La sexta reforma de Estado Para salir del bloqueo institucional en que se encuentra el Estado belga, y con el puesto de primer ministro como zanahoria, los francófonos sienten que tienen que aceptar las nuevas estructuras que quieren imponer los flamencos. Si no, no hay acuerdo y no hay nuevo gobierno. Por eso, para sobrevivir, el Estado belga está abocado a una nueva ola de descentralizaciones. La sexta desde 1970. Desde entonces, el estado natural de Bélgica es la negociación. Ninguna otra democracia occidental ha cambiado tanto en el último medio siglo. Bélgica es el primer caso de Estado federal que viene de un Estado fuertemente centralizado para ir perdiendo poco a poco todas sus competencias. Como dice Yves Leterme, el actual primer ministro en funciones: “Como regla general los sistemas federales tienden a federarse cada vez más. En Bélgica es lo contario. Hemos pasado de un Estado unitario a un Estado federal y cada entidad federada conquista con el paso de los años cada vez más poderes. Es lo que yo llamo un federalismo centrífugo”.35 Lo que no es precisamente tranquilizador para su futuro, toda vez que la tendencia, en vez de remitir, gana en intensidad. Sin embargo, ya queda más hueso que músculo en el Estado belga. Cada vez hay menos 35
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competencia y menos dinero a repartir. La N-VA quiere escindir casi todo lo que queda todavía en manos federales. Propone una completa autonomía fiscal para Flandes, que sería competente para el impuesto de las personas físicas y bajaría el impuesto de sociedades, lo que introduce una competencia fiscal con Valonia. Quiere escindir la Seguridad Social, y que terminen por tanto las transferencias económicas al sur del país por esta vía. Sin embargo, para las pensiones se guarda mucho de pedir la regionalización, porque en el norte del país la pirámide poblacional está más envejecida. Quiere escindir la red ferroviaria belga, que Flandes controle la navegación en el mar del norte, desea su propio código de circulación, escindir la justicia, recortar los poderes del Rey, que desaparezca la región de Bruselas (mayoritariamente francófona) para no perderla definitivamente… y pasar a un modelo confederal como transición hacia la independencia de un futuro Flandes algún día Estado reconocido dentro de la Unión Europea. Esto último no todos los partidos políticos flamencos lo reconocen tan abiertamente como la N-VA. Sin embargo, ningún Estado confederal ha sobrevivido como tal; o se federan, o desaparecen. Por eso los francófonos temen que una cosa lleve a la otra, e intentan rebajar las aspiraciones flamencas. A la N-VA, sin embargo, no le importa reconocer abiertamente que un Estado confederal es sólo una etapa de transición, que el Estado confederal es un paso natural hacia la disolución de Bélgica en la Unión Europea, igual que un terrón de azúcar se disuelve en el café. Con este programa, Bart De Wever arrasó en las últimas elecciones y sube todos los días en las encuestas. Su idea de una Flandes cuasi independiente la comparte la mayoría de la clase política (N-VA, Vlaams Belang, LDD…) con excepción de los verdes (Groen), una parte del partido socialista flamenco y la vieja guardia cristianodemócrata –Martens, Eyskens…– hoy día en segunda línea y sin poder ejecutivo. El mundo mediático la 34
bendice en ocasiones con su silencio, otras con su complicidad y recibe a menudo un barniz intelectual,36 a pesar de algunas protestas antinacionalistas, minoritarias, que se han registrado en el mundo de la cultura.37 En Flandes, hoy por hoy, es muy difícil criticar abiertamente a Bart De Wever y sus ideas. Un clima así no se crea de la noche a la mañana. Esta semilla ha crecido alimentada, sobre todo, por los partidos políticos, deseosos de ganar votos. El 3 de marzo de 1999, con el argumento de que “muchos de los problemas a los que hace frente la población flamenca no se pueden resolver adecuadamente, porque Flandes no tiene competencias para hacerles frente de forma efectiva”,38 el Parlamento flamenco votó una serie de resoluciones que se marcaban como objetivo una reforma del Estado. En concreto, esta reforma afirma –“como única manera de mantener e incrementar el alto nivel de prosperidad en Flandes”–39 y recoge prácticamente los mismos objetivos que el último programa electoral de la independentista N-VA40. Desde entonces, para llevar a cano esta reforma de Estado, se cita siempre este momento y la nota Octopus adoptada igualmente por el Gobierno flamenco en 2008, cuyos fines son prácticamente coincidentes.41 Cuando alguien sugiere un obstáculo a este proceso, la respuesta habitual es: “lo que el Parlamento y el Gobierno flamenco han votado no se puede cambiar”. De esta forma se da por supuesto que la otra comunidad no tiene más remedio que aceptar sin que decida el conjunto de los belgas42. “La nota Octopus es el más amplio denominador común entre 36 Artículo publicado en El País por el director artístico del Teatro Real de Madrid, el flamenco Gerard Mortier, defendiendo a Bart De Wever. (27-06-2010). 37 Niet in mijn naam (No en mi nombre). 38 Cita recogida en el Acuerdo de Gobierno flamenco (Vlaams Regeerakkoord 2004-2009). 39 Cita recogida en el Acuerdo de Gobierno flamenco (Vlaams Regeerakkoord 2004-2009). 40 Completa competencia del Gobierno de Flandes en sanidad y política familiar, cooperación al desarrollo, telecomunicaciones y políticas de ciencia y tecnología. Más autonomía fiscal y financiera. Completa autonomía constitucional. La transferencia de la infraestructura ferroviaria y su gestión. Solidaridad “objetiva” y “transparente” con las entidades federadas. Más competencias en desempleo, justicia, policía, etc. 41 Escindir la política de empleo, la política de salud, de familia, los seguros sanitarios, las subvenciones familiares, etc.; lo que implica la escisión de la Seguridad Social, aunque no se diga. 42 Por cierto, la ley prohíbe los referendos.
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todos los partidos flamencos democráticos y es una base de negociación común a toda Flandes (…) no ponemos la barra más alta, pero tampoco más baja”,43 dice el presidente flamenco, Kris Peeters. Entre ambos momentos, a finales del 2005 un “Manifiesto por la independencia de Flandes en Europa”,44 apoyado por gente del mundo de la empresa y del establishment académico flamenco,45 le dio a este proceso el barniz de apoyo de la sociedad civil que necesitaba. Por último, en la guerra como en la paz. Si finalmente los francófonos no aceptan, un profesor de la Universidad Católica de Lovaina (KUL) ha dedicado su tiempo de investigador académico a idear un método para secar económicamente el Estado federal y forzar a los francófonos, más frágiles económicamente, cercados y rendidos, a que acaben aceptando la reforma que pretende el norte del país. Está tan satisfecho de haber inventado una forma tan persuasiva de negociar que ha bautizado la idea con su propio nombre, la “doctrina Maddens”.46 Qué es un Estado confederal Los flamencos resumen el conjunto de sus demandas en lo que llaman un “Estado confederal”. Sus defensores dicen que es la última oportunidad para Bélgica. Pero no deja de ser una extraña forma de salvar a Bélgica. En realidad, una Confederación equivale a pronunciar el acta de defunción jurídica del Estado para crear un organismo internacional, aunque a este organismo se le llame luego Bélgica. Al contrario que los Estados federales y unitarios, una Confederación no es en realidad un Estado. “El confederalismo es una alianza entre Estados independientes y soberanos que deciden gestionar en común algunas materias poco numerosas”, explica Hugues Dumont, profesor de Derecho Constitucional en la facultad de SaintReflectiegroep In de Warande. Remi Vermeiren (KBC), Herman De Bode (MCKinsey and Company), etc. Este último tuvo que dimitir por haberlo firmado. 46 Bart Maddens, Omfloerst separatism? Van de vijf resoluties tot de Maddens-strategie (Pelck-mans, 2009). 44 45
Louis de Bruselas.47 El confederalismo supone dos sistemas jurídicos, dos sistemas fiscales, dos seguridades sociales, dos culturas, etc. En la actualidad es muy difícil encontrar un verdadero Estado confederal porque prácticamente todos los Estados confederales se terminan federando. Las confederaciones no son estables. O avanzan hacia un Estado federal o se disuelven. En la historia hay varios ejemplos de evolución integradora. A finales del siglo XVIII, la Confederación americana precedió a la fundación de los Estados Unidos. Otro ejemplo es la Confederación germánica antes de la unificación de Alemania por Bismarck en 1871. Ejemplos de disolución de una confederación también hay muchos. Senegambia es uno. Entre 1982 y 1989 el Senegal y Gambia se asociaron para promover la cooperación entre ambas naciones. La Confederación se disolvió debido a los intereses divergentes de ambos países. Otro es la República Árabe Unida (RAU), creada por Nasser entre Egipto y Siria en 1958, que aguantó sobre el papel hasta 1971. Hoy por hoy, si la reforma belga que quieren los flamencos tiene éxito, Bélgica sería el único Estado confederal del planeta. Es cierto que Suiza se llama “Confederación helvética”, pero en realidad sólo conserva el nombre con el que empezó su andadura. A estas alturas el país trasalpino ha evolucionado hacia un Estado con un gobierno federal fuerte. Como ocurre en el caso suizo, es muy común que los Estados se definan a sí mismos como “confederal” o “federal” sin serlo exactamente. Así, Bélgica bien podría al final de las negociaciones no llamarse “Estado confederal” para dar satisfacción a los francófonos. La prueba del algodón será saber si al final, aunque ambas entidades conserven una autonomía reforzada, hay un Estado capaz de arbitrar conflictos. Es esta capacidad de arbitraje lo que unos quieren mantener y otros negar. En todo caso, la historia demuestra que una configuración confederal del Estado es transitoria. Porque por definición la 47
Semanal belga Le vif-L´Express.
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Confederación es voluntaria. Los Estados soberanos que la forman se pueden ir cuando quieran. Flandes podría abandonarla cuando estimara conveniente sin producir una secesión. Sin embargo, en una federación como la de la actual Bélgica, para irse hay que romper la legalidad, porque el Estado que forman es superior a ellas. La Federación sí es obligatoria para sus partes. En una Confederación, por último, las partes que la forman se reconocen independientes y soberanas con fronteras definidas. Si Bélgica se acaba constituyendo en un Estado confederal puro, Flandes habrá conseguido de facto su independencia sin salir de la Unión Europea. Sería el primer nacionalismo centrífugo de la Unión Europea en haber conseguido su objetivo. Otros se mirarían en este espejo, los nacionalismos centrífugos de otros Estados miembros buscarían una independencia “virtual” semejante… pero sin tanto éxito. Las tensiones regionalistas se intensificarán y la consecuencia será una pérdida de confianza por parte de los Estados miembros en el proceso de construcción europea. Éste se debilitará hasta llegar a un statu quo de parálisis. De una u otra forma, si las fronteras lingüísticas y los territorios homogéneos culturalmente triunfan como elemento constitutivo de una entidad política, estaríamos hablando de un proyecto europeo completamente diferente. Éste es un problema europeo. Por eso Bélgica ha pasado de ser un “laboratorio europeo” a ser un “laboratorio de nacionalismo europeo”. Bélgica, laboratorio europeo En 1989, el primer ministro belga Wilfried Martens llamó a su país “el prototipo de Europa, la prefiguración de la Europa de los pueblos, unidos en su diversidad organizada”. El Estado federal belga es la prefiguración de lo que el abogado belga Léon Hennebicq había escrito en 1904: “¿No nos llaman el laboratorio de Europa? Dos lenguas diferentes, clases diferentes… todo son elementos de desunión que afortuna36
damente pueden ser reconciliados. La solución es la expansión financiera, que nos hará más fuertes y nos unirá” Europa seguiría medio siglo más tarde una fórmula similar en 1957 con el Tratado de Roma. A una escala diferente, estamos siendo testigos del mayor esfuerzo jamás realizado de nation building: los esfuerzos por convertir la Unión Europea en un Estado federal a largo plazo. Si Bélgica se separa rompería el espíritu europeo tal y como lo hemos conocido hasta ahora en su corazón mismo, porque es un Estado fundador y sede de las instituciones comunitarias. Bélgica no sólo comparte su capital con Europa, sino que además actúa de modelo. ¿Y si la situación queda fuera de control en Bélgica y se produjera una división sin camuflajes del país? En este caso las consecuencias podrían ir mucho más allá. Durante más de medio siglo las fronteras sólo han cambiado fuera de la UE. La construcción europea se basa entre otras cosas en una norma no escrita: ir eliminando las fronteras poco a poco, al ritmo que libremente decidan los Estados afectados, a cambio de no ponerlas en cuestión. Sólo así los países que la forman han podido disfrutar del más amplio periodo de paz de toda su historia. Si retomásemos algún día el lápiz para rediseñar Europa occidental las posibilidades serían infinitas. Y las más importantes no se refieren precisamente a una improbable independencia catalana, vasca, corsa o escocesa. Tras la Segunda Guerra Mundial, el principal país perjudicado fue Alemania, que quedó recortada en alrededor de 100 mil kilómetros cuadrados respecto a la superficie que tenía en 1937. Si algún día Alemania tuviera la mínima intención de reclamar sus territorios perdidos, desde luego tendría dónde elegir. Todos sus vecinos se beneficiaron territorialmente de su derrota. Y no me refiero sólo al retorno de Alsacia y Lorena a Francia o a la comunidad neerlandófona de Bélgica, ni siquiera a la recobrada independencia de Austria o a los Sudetes. En la Europa central y oriental los principales cambios territoriales beneficiaron a la URSS y a
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Polonia. Polonia restituyó a la URSS los territorios conquistados en 1921 a expensas de Ucrania y Bielorrusia, pero en compensación se anexó una parte de la Prusia Oriental, la Pomerania y la Silesia, tomadas a Alemania; de esta forma Polonia llegaba a tener una importante salida al mar y un territorio más homogéneo. La Unión Soviética, aparte de recuperar los territorios del este de Polonia, recuperó los países bálticos que Alemania había conquistado en su avance hacia Rusia, y se anexionó también la región alemana de Koenigsberg. La remodelación de fronteras y la deportación de poblaciones alemanas enteras de estos territorios tras la Segunda Guerra Mundial están mucho más vivas de lo que parece a simple vista. Y hemos tenido una prueba recientemente, en el año 2009, cuando el entonces presidente polaco Lech Kaczynski casi no firma el Tratado de Lisboa hasta que no obtuvo la seguridad de que Alemania no iba a utilizar la Carta de Derechos para reclamar indemnizaciones por los bienes abandonados en antiguos territorios germanos cedidos a Polonia tras la Segunda Guerra Mundial. La República Checa también aludió al controvertido Decreto Benes de 1945, que permitió a la entonces Checoslovaquia la deportación y expropiación sin indemnizaciones de la minoría germano-parlantes tras la Segunda Guerra Mundial. Praga mantiene hasta hoy el Decreto y rechaza cualquier devolución de propiedades. Para poder reunificarse, por cierto, Alemania tuvo que admitir la línea Oder-Neisse, es decir, la frontera con Polonia tal y como había resultado tras la Segunda Guerra Mundial, abandonando cualquier reivindicación territorial sobre la Prusia Oriental. Sin todas estas renuncias territoriales alemanas, y del resto de Estados,48 la Unión Europea no sería posible. Es fácil olvidarlo. El caso belga Finlandia y todo el territorio que perdió a favor de Rusia por haberse aliado con Hitler. Italia también tuvo que ceder varios territorios del continente europeo a favor de Grecia y de Francia. Rumania restituyó la Besarabia a la URSS y en cambio recuperó la Transilvania que había pasado a Hungría. Bulgaria perdió su salida al mar en beneficio de Grecia; es tanto que Checoslovaquia cedió a la URSS la región de la Rutenia.
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puede servir para recordarnos que las fronteras perfectas son las que no existen. La pena de Bélgica49 En realidad, la vida en los Países Bajos meridionales nunca fue demasiado tranquila políticamente hablando. Sin embargo, aun cuando las grandes potencias gustaban de jugar al “estratego” con sus fronteras por encima de sus cabezas, sus habitantes siempre encontraron la forma de disfrutar de momentos de felicidad. Quizá por eso los belgas han desarrollado una especie de instinto de supervivencia que permite buscar la felicidad al margen de la alta política. Así, aunque todo indica que Bélgica está atravesando una crisis existencial que podría ser definitiva, no lo parece si uno sale a la calle. Las patatas fritas en un puesto callejero tradicional (Het madammeke, por ejemplo) seiguen siendo la base de esos instantes de felicidad que tranquilizan. El país ha estado prácticamente siempre en crisis política y sin embargo es uno de los lugares del planeta con más alta calidad de vida. Las casas siguen siendo enormes para el precio que se paga por ellas: Bélgica tiene el récord Guiness del mayor número de restaurantes premiados con estrellas Michelin en relación con su número de habitantes: Bruselas tiene jardines que parecen bosques… El belga es un bon vivant vocacional aburguesado. Desde hace un año el Gobierno hace un trabajo sorprendente para estar en funciones: las finanzas públicas se están saneando, el país crece más que la media de su entorno e incluso ha decidido enviar aviones F-16 a bombardear Libia en el marco de las operaciones de la OTAN. La población no ha sentido aún el impacto de la crisis política en su vida cotidiana. Sobre todo porque las regiones y los ayuntamientos cumplen con su papel en un Estado ya fuertemente descentralizado. ¿Cuánto puede durar esta situación? Las agencias de calificación están al acecho y en breve el país debe tomar difíciles decisiones 49
Título de la famosa novela de Hugo Claus, Het verdriet van Belgie.
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La consolidación de democracias jóvenes: ejemplos de Alemania, Europa del Este y Latinoamérica Prof. Dr. Hans-Joachim Veen económicas para llegar al equilibrio presupuestaria en el 2015, yal y como exige la Comisión Europea. Este verano sabremos si hay acuerdo. Si no, habrá elecciones anticipadas en otoño y los nacionalistas de la N-VA verían reforzada su posición.50 Y es posible que Bélgica alcance el punto de no retorno. Para que haya acuerdo hay que dar con la fórmula que permita a los francófonos decir que Bélgica sigue existiendo, y a los flamencos actuar como si no existiera. Un poco la cuadratura del círculo. Y normalmente será una tregua para empezar una nueva reforma de Estado dentro de otros diez años… pero más difícil todavía. En Bélgica se ve claramente el mecanismo tradicional de las dos lógicas que se enfrentan tradicionalmente en este tipo de situaciones: el derecho de suelo frente a los derechos de la gente. Sin rubor alguno, de forma oficial, los flamencos reclaman el derecho de suelo en nombre de la homogeneización lingüística y cultural. Pero el mayor éxito de la UE era y es haber conseguido preservar la paz más larga, duradera y próspera entre todos sus miembros al haber asumido los parches que la componen. Que no hay identidades puras y que no es malo cuando son múltiples. El truco es asumir que Europa entera está hecha a base de remedios. Según un sondeo publicado el pasado 11 de junio en La Libre Belgique, los últimos sondeos dan a la N-VA de Bart De Wever un inédito 33,5% de intenciones de voto en Flandes.
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Para el observador que sabe mirar, ver cómo un Estado se desintegra a cámara lenta delante de sus propios ojos siempre es algo fascinante. Mucho más si es un Estado fundador de la Unión Europea. Y más todavía si su capital es la que solemos considerar como la capital de la Unión Europea. Pero en la UE nadie está interesado en que Bélgica estalle. Incrédula, Europa mira púdicamente para otro lado. Se tiene la esperanza de que todo se solucione con un nuevo compromiso a la belga. Paradójicamente es la UE quien anima la ilusión de que es posible la independencia sin pagar un coste. El caso belga es paradigmático. La vaga promesa implícita de una Europa federal lleva a las regiones a creer que los Estados se pueden disolver en una Europa de regiones. Es el “Estado Libre Asociado” del PNV. Y también el “Estado confederal” flamenco. Si se consigue la independencia sin salir de la UE, no se paga ningún precio por esa independencia. Bélgica alberga las principales instituciones europeas. La casualidad ha querido subrayar así que Europa está en el origen de la desintegración belga y su posible desintegración marcaría el futuro de Europa. La integración europea no podía concebir estos problemas en su seno. Pero esto puede empezar a cambiar en la Europa del siglo XXI.
Empecemos por preguntar un concepto siguiendo una buena tradición científica: ¿Qué significa consolidación democrática? ¿Cuándo se le puede considerar a una democracia como consolidada? Para responder a estas preguntas primero debemos precisar los conceptos. El término de la consolidación apareció en el orden del día científico a partir de la investigación sobre la transformación en el transcurso de los últimos veinte años, aproximadamente. Es decir, antes se hablaba de democracias estables o establecidas. Los cambios políticos, sociales y económicos en Europa del Este, entre 1989 y 1991, han dado pie a la investigación sobre la transformación que, como disciplina científica, surgió hace ya más tiempo, ha proporcionado mucho material ilustrativo y han provocado un auge fuerte de un sinfín de números de publicaciones. Los cambios de sistemas investigados son más o menos universales y se refieren al cambio del sistema político, económico y social. El cambio de este último es el más lento en llevarse a cabo y no ha concluido hasta hoy en día debido, por un lado, a los modelos conductuales practicados y aprendidos durante décadas y, por otro lado, debido a disposiciones sociales y psicológicas así como mentalidades desarrolladas en el transcurso de varias décadas. Por lo general, se puede decir que la investigación sobre la transformación que analiza los procesos de cambio Este artículo fue publicado por la Fundación Konrad Adenauer (KAS, por sus siglas en alemán), a quien agradecemos la facilidad para reproducirlo.
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Prof. Dr. Hans-Joachim Veen
en Europa Centro-Oriente y en Europa del Este seguirá tratando estos temas en los años y en las décadas venideros, ya que muchos de dichos procesos de transformación todavía no han terminado. El cambio de una dictadura comunista hacia una democracia de orden libre muchas veces quedó estancado en la mitad del camino y con frecuencia no se puede desarrollar un estado de derecho en el sentido amplio, mientras que la corrupción se ha extendido. En este contexto se puede mencionar tanto Bulgaria y Rumania como los miembros más recientes de la Unión Europea así como la mayoría de los estados balcánicos, excepto Croacia. En algunos casos también ha habido desarrollos contrarios antidemocráticos; Rusia y Ucrania son ejemplos prominentes, ni hablar de Bielorrusia y de las antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso y de Asia Central. Los procesos de transformación por lo regular son arduos y lentos, pueden cambiar de dirección y no se pueden planear ni controlar de manera precisa en cuanto a los resultados. La investigación sobre la transformación, a la que nos limitaremos de ahora en adelante, distingue tres fases del cambio del sistema político: 1.- Reemplazo del antiguo régimen por un cambio revolucionario o a través de negociaciones entre la antigua élite y la oposición del régimen; 2.- La institucionalización de la democracia por una constitución y la implementación de las instituciones fundamentales de la constitución, como lo son el jefe de estado, el parlamento, el gobierno, el poder judicial y el sistema electoral, el cual en la mayoría de los casos no es clasificado formalmente como parte del derecho constitucional, pero lo es en lo que se refiere a lo material; y finalmente 3.- La consolidación de la democracia. La cuestión de la consolidación de democracias jóvenes se ha convertido cada vez más en una de las cuestiones centrales de la investigación 40
de los procesos de transformación desde la segunda mitad de los años noventa. El desarrollo de partidos democráticos y sistemas de partidos, el sistema mediático y la formación de estructuras cívicas se consideran como los esenciales factores internos de la consolidación. Para Europa del Este se suman a los factores internos, los factores de la consolidación externa, como lo fue la perspectiva de adherirse a la Unión Europea y que se llevara a cabo; estos factores son importantes estabilizadores. Para muchos partidos la adhesión a alianzas de partidos europeos tuvo un efecto estabilizador. Como hemos mencionado, la consolidación es la última fase en el proceso de la transformación de la dictadura a la democracia, y es una fase que muchas veces es a largo plazo y que podría ser diferenciada todavía más. En primer lugar, no se puede distinguir claramente la fase de la institucionalización de la democracia; más bien, está caracterizada por la aceptación permanente e incondicional de las instituciones democráticas y por la práctica activa de las reglas y los procedimientos democráticos. Analicemos más a detalle los dos conceptos decisivos “democracia” y “consolidación”. En primer lugar hay que precisar el término de la democracia, ya que existen pocos conceptos en la política que tanto han sido abusadas, entre ellos el de la democracia. La democracia es una de las metáforas más ambiguas de la historia del pensamiento político. Las dictaduras recurren a ella para disfrazar su ejercicio de poder déspota. Por ejemplo, los comunistas en Europa del Este intentaron usurpar el término reforzándolo tautológicamente, añadieron la palabra “popular” convirtiéndolo en “democracia popular”. La dictadura del Partido Socialista Unificado Alemán (SED) gobernó en la llamada “República Democrática Alemana” (RDA), y el presidente del gobierno ruso, Vladimir Putin, habla con miras a Rusia a partir de una “democracia dirigida”. En el caso de Rusia, de facto, todos los delicados principios de la democracia arrasaron
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desde principios de los años noventa y el país regresó a un autoritarismo poscomunista. Actualmente, se le puede llamar una autocracia de un nuevo tipo. Se dice “de un nuevo tipo” por el papel destacado de la economía nacional para la estabilización del sistema de gobierno. Su legitimización plebiscitaria difícilmente se puede negar, aunque esté basada más bien en la aclamación que en verdaderas elecciones, ya que éstas no son realmente libres e iguales y tampoco existe una competencia abierta entre los partidos, ni una vida pública libre de intervenciones por parte del estado antes de la celebración de elecciones. Al contrario, ha habido enorme presión sobre periodistas y opositores del régimen. Sin embargo, es interesante observar que son precisamente los regímenes dictatoriales: comunistas, fascistas o nacionalistas los que se han esforzado en el pasado y lo siguen haciendo hasta nuestros días, es decir, durante el transcurso de la historia, para proveerse con una supuesta legitimación a través de elecciones u otras formas de aclamación, sin importar que estas elecciones no fueran libres sino manipuladas y controladas por el Estado. En esta necesidad de legitimación pseudo-demócrata también se puede observar cuando el ejercicio del poder está basado oficialmente en una ideología totalitaria, sea el nacionalsocialismo o el marxismo-leninismo. Por ejemplo, en la constitución de la República Democrática Alemana fue estipulado formalmente el marxismo-leninismo como ideología del Estado. Los partidos comunistas solían justificar teóricamente su monopolio del gobierno como el “partido líder” en su papel de vanguardia, los únicos legítimos representantes de la ideología. En la práctica, sin embargo, atribuyeron gran importancia a las “elecciones” y querían remitirse a la población. Por lo tanto, vale la pena precisar nuestro concepto de la democracia. Nos referimos al término como libremente constituida y representativa de tipo “occidental” cuando hablamos de la democracia en lo subsecuente: con derechos fundamentales, sufragio universal e igual para
los hombres y mujeres, con división de poderes, parlamentarismo, pluralismo, Estado de derecho, etc. A este tipo de democracia desarrollada, constituida y pluralista, Robert Dahl la llamó poliarquía, un tipo de gobierno que está caracterizado por la diversificación del poder, un amplio pluralismo y la limitación democrática de los cargos políticos del gobierno. Esta democracia libremente constituida es un fenómeno del siglo XX que primero tuvo éxito en los Estados Unidos, y después de la Segunda Guerra Mundial tuvo un fuerte impulso en Europa del Oeste. En los años noventa, con el regreso de la democracia a Europa Centro-Oriente, tuvo algo de éxito ahí, mas no en toda Europa poscomunista. Para que una democracia pluralista o mejor dicho, una poliarquía exista, Dahl ha definido siete requisitos mínimos: 1.- Las instituciones del gobierno tienen que ser representadas por gobernantes elegidos, los cuales tienen que responsabilizarse ante los electores. 2.- Garantía a la celebración de elecciones libres y justas en intervalos regulares. 3.- E l derecho de ir a votar tiene que ser garantizado para todos los mayores de edad. 4.- El derecho a ser votado tiene que ser garantizado para todos los mayores de edad. 5.- La libertad de expresión y la crítica al gobierno tiene que ser garantizado sin corren peligro de persecución por vía penal. 6.- Garantía al acceso de fuentes alternativas de información. 7.- La libertad de asociación para asociaciones independientes, grupos de interés y partidos tiene que ser garantizada para hacer uso de los derechos arriba mencionados. Esto aplica en lo referente a los requisitos mínimos que, sin embargo, no mencionan explícitamente algunos elementos importantes cualitativos del orden democrático libre. A nivel institucional, éstos son: derechos fundamentales y división de poderes, en particular Estado de derecho 41
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y seguridad jurídica. Es de importancia vital para un estado y para sus ciudadanos si gobiernan los órganos estatales legitimados democráticamente y que haya un régimen de orden y ley, o si tienen el poder organizaciones con fines mezquinos que lo reclaman, puesto que cuando hay un régimen de pandillas de ladrones no solamente se acaba la democracia sino también con el Estado soberano. A México se le puede desear el máximo éxito así como a su presidente admirable para enfrentar esta guerra por el Estado de derecho y por la seguridad jurídica en la que se ve expuesta actualmente. Hasta aquí mi intervención en cuanto a las condiciones institucionales de una democracia consolidada. A nivel conductual tiene que establecerse una cultura política democrática, sobre todo una cultura de disputa que evite que surjan alianzas y conflictos entre amigos y enemigos y donde se trate únicamente de controversias legítimas. De acuerdo con eso, la Unión Europea ha sentado más altas las bases de los estándares democráticos para los posibles candidatos de adhesión que el mero cumplimiento con los requisitos mínimos de Robert Dahl. En sus criterios de Copenhague, decididos en 1993, en preparación a la ampliación hacia el Este de la Unión Europea y que fueron aceptados al tratado de la Unión Europea con el tratado de Ámsterdam de mayo de 1999, se enfoca a los criterios políticos que “la Unión [….] está basada en los principios de la libertad, la democracia, el respeto por los derechos humanos y las libertades básicas así como el Estado de derecho”. Referente a los criterios políticos, se atribuye gran valor al respeto de las instituciones democráticas y a su capacidad de rendimiento, a la protección de las minorías y al combate exitoso de la corrupción. Por consiguiente, por lo menos para el espacio de la Unión Europea aplica un concepto de la democracia mucho más ambicioso. Cuando de ahora en adelante hablamos de la democracia, nos referimos al tipo de orden democrático libre “occidental” con derechos fundamentales, división de poderes, parla42
mentarismo, pluralismo y Estado de derechodesde luego con las garantías procedurales como Dahl los presenta-. La concepción de la consolidación democrática dentro del debate científico es mucho más controvertida. ¿Cuándo se puede decir que una democracia está consolidada? ¿Cuáles requisitos hay que cumplir para ello? Como frecuentemente es el caso en la ciencia, no existe una definición universalmente aceptada hasta hoy, más bien hay muchas definiciones minimalistas y maximalistas que compiten entre ellas. Intentemos, pues, acercarnos al concepto. En general, se puede entender la consolidación como un proceso que, como hemos dicho, tardaría mucho tiempo. Es un proceso en el que la confianza mutua de los actores políticos tendría que llegar a tal grado que exista una competencia justa y abierta por los cargos políticos limitados temporalmente. Las reglas e instituciones de la adquisición del poder, del control y de la pérdida del mismo tienen que ser aceptadas y acordadas por las élites de todo el espectro político, por lo tanto no puede haber actores políticos relevantes que actúen fuera de las instituciones democráticas o que parezcan dispuestas a hacerlo. Los que perdieron el poder deben estar dispuestos a recuperarlos sólo en el marco de las reglas de juego democráticas. El cambio de gobierno democrático no sólo tiene que ser posible teóricamente, sino efectuarse por lo menos dos veces. Esto por lo menos es lo que exigen, aparte de otros, los investigadores sobre la transformación empíricos, Carsten Q. Schneider y Philippe C. Schmitter, en un ensayo importante del año 2004. En la concepción de la consolidación que acabamos de esbozar se subrayó claramente el papel de las élites políticas para la consolidación democrática. El investigador del tema de la transformación, Geoffrey Pridham, se funda de manera implícita en este concepto de la consolidación cuando habla de “consolidación negativa”. Según él, ésta sólo es negativa cuando todos los actores relevantes, es decir, las élites políticas, no violan las reglas, aunque sea sólo
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porque dentro de las estructuras existentes no ven posibilidades de realizar una alternativa de sistema autoritaria. Hay que reconocer que ésta es una concepción de consolidación muy frágil, además de ser referente única y exclusivamente a las élites que sólo establecen requisitos mínimos para los actores. Pridham contrasta este concepto con el de la “consolidación positiva”, con el cual el sistema democrático gana confianza y estabilidad: Positive consolidation places more emphasis on attitudinal patterns, and it refers especially to wider or deeper levels of the overall process. It includes the inculcation of democratic values at both: elite and mass levels, and, the refore, it involves some remaking of the political culture in a direction that is system-supportive for new democracy. Por consiguiente, la consolidación positiva subraya el desarrollo de estructuras cívicas. Únicamente se pueden considerar consolidadas las democracias cuando existe una sociedad civil. Un papel fundamental y central en este contexto tiene la cuestión del desarrollo de una cultura política democrática. Existe una definición que en mi opinión es la mejor, ya que es la más sintetizada de la democracia consolidada e incluye factores referentes a las élites, la sociedad civil, las instituciones constitucionales, sobre todo en factores económicos, y por lo tanto se puede considerar muy ambiciosa y una definición maximalista. Esta definición es presentada por el germano-estadunidense Juan J. Linz y el húngaro Alfred Stepan: We believe that consolidated democracies need to have in place five interacting arenas to reinforce one another in order for such consolidation to exist. There is an additional factor involved. Democracy is a form of governance of a state, without the
existence of a state, there cannot be a consolidated modern democratic regime. If a functioning state exists, five other interconnected and mutually reinforcing conditions must also exist or be crafted for a democracy to be consolidated. First, the conditions must exist for the development of a free and lively civil society. Second, there must be a relatively autonomous and valued political society. Third, there must be a rule of law to ensure legal guarantees for citizens´ freedoms and independent associational life. Fourth, there must be a state bureaucracy that is usable by the new democratic government. Fifth, there must be an institutionalized economic society. Parte de una “lively civil society”, que tanto elogian Linz y Stepan, obviamente son uno de los medios de comunicación libres. Ellos tienen un papel central en el desarrollo y la consolidación de democracias jóvenes. Unos medios de comunicación políticamente independientes son simplemente un elemento constitutivo para la democracia. No puede haber un público crítico, ni competencia política, ni un debate público sin un sistema de medios apto para funcionar. Es precisamente aquí donde todavía en la actualidad hay muchos déficits en las democracias jóvenes de Europa Oriente-Central, ni hablar de Europa del Este, ya muchas veces están subdesarrolladas la responsabilidad política y una ética mediática especifica de los medios de comunicación. Sólo es a través de éstos que la sociedad civil en sus diversas formaciones se puede pronunciar de manera duradera, y con el paso adecuado en el proceso de la formación de opinión política. En este proceso de formación política, por supuesto los partidos políticos también tienen un papel fundamental, aunque desde hace tiempo ya no marcan la pauta en este proceso, sino compiten con muchos actores más. Uno de estos actores son los medios de comunicación en 43
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su doble papel de contribuir a la formación de opinión política, por un lado, y en su función de informar, por el otro. Otros actores son por ejemplo los grupos de interés, iniciativas ciudadanas y prominentes personalidades de toda clase. Los talkshows pueden llegar a tener más peso político que congresos de partidos. El actuar de los partidos en el proceso de la formación de la opinión política ha llegado a ser caracterizado más bien por la reacción que por la acción y la iniciativa. A pesar de la pérdida de la competencia de fijar la agenda política y a pesar del desprestigio público, al final de ellos se espera que resuelvan los problemas del presente. Y si bien es el caso que ya no sean los que inicien el proceso de formación de opinión política, por lo menos deben encontrar las buenas respuestas a las preguntas de los demás. Y efectivamente, es ésa la razón por la que existen. La democracia moderna no puede prescindir de los partidos. Ellos tienen la función de ser las bisagras entre la sociedad y el Estado. Ellos son los responsables de la formación de la voluntad política y de la toma de decisiones. Ellos desarrollan conceptos para el gobierno y para el desarrollo formal de la estructura de la economía y de la sociedad y compiten por su implementación en la vida pública democrática. Son los partidos los que reclutan a los dirigentes políticos y presentan a los candidatos en las elecciones para ocupar los cargos políticos y finalmente para asumir la responsabilidad gubernamental durante un cierto período. La democracia en la sociedad moderna de masas es forzosamente una democracia de partidos y son esencialmente los partidos los que legitiman la democracia por su manera de actuar, es decir, por su papel en la formación de la voluntad política y su participación en las elecciones, y también por la manera de cómo llevan a cabo el debate público acerca del bienestar común. Los partidos políticos, por lo tanto, son una escala graduada importante para la consolidación de democracias jóvenes. Cuando ellos fracasan, la democracia libre corre el peligro de convertirse en otro tipo de orden 44
político o en otras formas no democráticas del ejercicio de poder. Aunque los sistemas de partidos en las democracias jóvenes de Europa Oriente-Central por lo general están sometidos todavía a fuertes cambios y siguen siendo frágiles, se puede hacer una clasificación según el grado de la calidad de consolidación. Se pueden considerar como democracias consolidadas los siguientes estados: Polonia, la República Checa, Hungría, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania, y actualmente Croacia y Eslovenia en su calidad de estados de Europa del Sur. Pero la respuesta más fehaciente se puede dar, para el caso de la antigua RDA, que se adhirió con sus cinco estados federados el 3 de octubre de 1990, a la República Federal de Alemania y al territorio de vigencia de su ley fundamental. Con este acto se realizó la reunificación de Alemania, que fue dividida desde 1945. Sin embargo, los nuevos estados federados estuvieron en una situación privilegiada en comparación con sus estados vecinos poscomunistas. Ellos pudieron adoptar de la noche a la mañana el orden fundamental demócrata y la economía social de mercado e incorporarse a su orden del estado democrático. A partir de ese momento se aplicaron los mismos estándares democráticos, jurídicos-estatales y económicos de la Republica Federal de Alemania a los nuevos estados federados y comenzó un flujo de transferencias financieras del oeste hacia el este que continuará hasta el año 2019. No obstante, la liquidación de la arruinada economía nacional de la RDA y su transformación en un orden de economía social de mercado tardó varios años, aunque hoy en día esta tarea se ha llevado a cabo en su mayor parte. Las diferencias en las estructuras económicas se siguen manifestando en Alemania del Este, donde predominan las pequeñas y medianas empresas. Asimismo, las diferencias se manifiestan en la productividad, que alcanza aproximadamente 75 o 80 por ciento de la productividad en Alemania del Oeste. Las diferencias
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también se ven reflejadas en la tasa de desempleo que en promedio en Alemania del Este es dos veces más que en Alemania del Oeste (12 por ciento, en comparación con el 6 por ciento, respectivamente). Existen diferencias considerables en cuanto a las distintas maneras de socialización política, en el comportamiento social y en las mentalidades. La vida en la dictadura con un aparato de vigilancia altamente desarrollado y una economía planificada ineficiente han marcado a las personas en la parte oriental de Alemania durante décadas y siguen tendiendo su efecto en los mayores de edad. A pesar de todo, es innegable que los ciudadanos de esta región han emprendido un enorme esfuerzo de transformación y han realizado considerables procesos de aprendizaje. Para ellos, casi todas las condiciones de vida cambiaron de la noche a la mañana de manera fundamental y la mayoría se ha adaptado notablemente rápido a las reglas de la democracia y de la economía social de mercado. Sólo es un 10 por ciento que tiene cierta nostalgia por la antigua dictadura. Sin duda se puede decir que los cinco nuevos estados federados de Alemania Oriental son por lejos la democracia más consolidada en la comparación con los estados vecinos anteriormente comunistas. Hace mucho tiempo que llegaron a los niveles democráticos, en cuanto a la democracia de la República Federal Alemana se refiere. Respecto de Europa del Este, esta apreciación tiene que ser más diferenciada, ya que es necesario subrayar la diferencia entre los estados de transformación de Europa Central, los estados de Europa del Este y de Europa del Sur, pues los últimos en su mayoría no pueden ser calificados como democracias consolidadas, y en algunos casos incluso se tienen que denominar como autocracias. Por último, me atrevo a dirigir una mirada hacia Latinoamérica, y me voy a apoyar en el “Map of Freedom 2010” de Freedomhouse, una ONG independiente con sede en Londres. La gran mayoría de los estados latinoamericanos son denotados como democracias consolidadas,
aunque no se aplicaron criterios maximalistas como los que acabamos de exponer en párrafos anteriores, sino más bien se aplicaron unos requisitos mínimos, especialmente porque en la mayoría de los casos, los sistemas de partidos en Latinoamérica son subdesarrollados, excepto Argentina y chile, donde existen estructuras de partidos relativamente estables que se desarrollaron en el transcurso del tiempo. Cuba es calificada como claramente antidemocrática; mientras que en Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras así como Haití están en algún lugar entre estructuras formalmente democráticas y autoritarias, pero no se pueden considerar como democracias consolidadas. En el caso de México, se pueden hablar de la calidad de una democracia consolidada sólo en el pasado muy reciente, con el final oficial de la posición hegemónica del PRI en el año 2000 cuando por primera vez fue elegido un presidente que no surgió de las filas del PRI: Vicente Fox. A lo mejor pudiéramos remontarnos a 1997 cuando el PRI perdió la mayoría absoluta en el Congreso nacional, o a 1989 cuando el PAN por primera vez ganó las elecciones de gobernador en Baja California y el PRI ya no colocó todos los puestos de gobernadores. Quizá se podría decir también que la dudosa victoria de Carlos Salinas de Gortari sobre Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 fue la primera censura no oficial desde la cual la hegemonía que se había establecido en el transcurso de varias décadas se empezó a tambalear. A partir de entonces el sistema de partidos se ha diversificado, y parece que la hegemonía del PRI con un sistema de facto autoritario -a pesar de la constitución democrática de 1917- está quebrantada. No obstante, todavía es necesaria mucha cautela, ya que el gobierno del PRI que duró más de dos generaciones seguramente continúa causando efectos. Las redes una vez establecidas son muy resistentes, esto seguramente ustedes lo sabrán evaluar mejor que yo. Mi apreciación es que la sociedad civil, las virtudes cívicas, el valor cívico y el compromiso 45
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Universalidad y nacionalismo político son elementos que sólo se pudieron desarrollar con mucho retraso y deberían de ser fomentados de manera decidida por parte del Estado mexicano para evitar un regreso a estructuras autoritarias de este hermoso país. Una amplia formación política, como se lleva a cabo en Alemania, podría ser de ayuda. Un tema de especial importancia en este contexto debería ser el desarrollo de una cultura democrática de los partidos a la cual éstos pueden contribuir de manera decisiva, entendiéndose a sí mismo como escuelas de la democracia. Por su parte, los ciudadanos deberían de participar en esta consolidación de la democracia. Las oportunidades para lograr un pluralismo de partidos duradero, con dos partidos populares, una función estabilizadora y algunos partidos pequeños, con una función de estimular el diálogo, todavía pueden ser aprovechadas, y no están mal, considerando también las últimas elecciones a los congresos regionales. Aunque, creo, hace falta marcar más claramente las líneas de conflicto entre los partidos. Una mirada retrospectiva a la historia de las dictaduras y las democracias del siglo XX en el mundo nos amonesta a tener precaución, ya que nos enseña lecciones contradictorias. Por un lado nos enseña que la libertad política y la dignidad humana, la sociedad civil y la democracia pluralista cada vez se tienen que defender siempre contra la obsesión por el poder de algunos, contra los partidos monopolistas o contra la pretensión de ser absoluto de ideologías totalitarias, y que la libertad y la democracia muchas veces se quedaron en la estacada, así lo demuestran actualmente Rusia, Ucrania o Venezuela. Por otro lado -citando al gran historiador universal inglés, Eric Hobsbawm-, el siglo de las dictaduras nos enseña que “se puede gobernar en contra del pueblo completo por un cierto período, gobernar en contra de un cierto número de personas perma46
nentemente, pero nunca se puede gobernar en contra del pueblo completo para siempre”. Éste es su resumen de la historia universal del siglo XX. Su visión si bien nos permite cierto optimismo a largo plazo, también implica que la democracia sigue siendo amenazada en todo momento. Esto aplica especialmente a las democracias jóvenes consolidadas de las que también forma parte México. La democracia seguramente es la forma de Estado más frágil por ser la más libre de la historia reciente. Bien es cierto que tiene su precio: ciudadanas y ciudadanos despiertos, bien informados, seguros, críticos y activos que la sostienen y que la defienden cuando la libertad que empieza con la libertad de expresión está amenazada. Según demuestra la experiencia, es un proceso que se lleva a cabo paulatinamente cuando la democracia empieza a desmoronarse. Empieza con la indiferencia política y el desconocimiento de las personas de lo que significa un régimen dictatorial y continúa cuando se logra la intimidación y cuando ya no hay valor cívico. La democracia se alimenta por el valor de los demócratas, y este espíritu se tiene que adquirir de nuevo de generación en generación. La democracia precisamente no se hereda con los genes y las personas no nacen como seres políticos. El ser humano como Zoon Politikon, como “animal político” en el sentido aristotélico, es el resultado de un proceso continuo de educación y aprendizaje. De ninguna manera es una constante antropológica. La democracia necesita de demócratas que hacen uso de su libertad para actuar, que se entienden como “citoyen”, es decir, como ciudadanos y no solamente como bourgeois, o burgueses, como lo ha diferenciado tan preciso Jean-Jacques Rousseau. La democracia está en constante peligro; nunca está asegurada de manera permanente y nunca es algo sobreentendido. Vale la pena que la vigilemos atentamente.
Jaime Aviña Zepeda
Hablar de nacionalismo en un entorno mundializado parecería obsoleto, pero no hay duda que la imposibilidad de dejar atrás el concepto de nación, aun en las organizaciones mundiales como la ONU o el FMI, es algo impensable por el peso que el concepto tiene en la cultura universal. Para iniciar con una definición, es conveniente hacer notar que nacionalismo deriva de nación, cuya significado1 varia de uno a otro diccionario, por lo que señalaremos que es “sociedad natural de hombres a los que la unidad de territorio, origen, historia, cultura, costumbres e idioma, inclina a la comunidad de vida y crea la conciencia de un destino común”. En la misma página, se define el nacionalismo como “apego a la propia nación y a cuanto le pertenece”. En política, es la ideología la que exalta en todos sus órdenes la personalidad nacional completa. No debemos confundir la Nación con el Estado –ordenamiento jurídico y soberano de un territorio–, ya que éste puede coincidir o no con los límites de una nación, de lo cual tenemos muchos ejemplos, por mencionar alguno: la nación polaca, cuya lengua, costumbres y cultura 1
Diccionario Enciclopédico Universal, Ed. Credsa, pág. 2765.
fueron repetidas veces sojuzgada por fuerzas ajenas en los diversos repartos que tuvo a lo largo de su historia, en los que se sometió a dicha nación a Estados ajenos como Rusia, Austria, Suecia y Alemania, al extremo de llegar a prohibirse la lengua y las manifestaciones de su cultura, perdiendo su soberanía sin que despareciera la cohesión de sus integrantes poloneses. Otro ejemplo, puede ser la nación Armenia, con cultura y tradiciones propias, que sólo tuvo un efímera soberanía de 1918 a 1921, en que volvió a ser sometida por la Rusia comunista, como antes lo había sido por Persia y Turquía. Al desmembrarse la Unión Soviética, Armenia declaró su independencia en 1991 y alcanzó –como Polonia en 1917– el reconocimiento como Estado soberano. A pesar de que en los años de 1915-16 los turcos, en guerra contra Rusia, perpetraron el genocidio armenio asesinando a más de un millón de personas; hasta la fecha, los gobiernos armenios reclaman por dicha agresión. El último ejemplo de nación no es tan afortunado como Polonia o Armenia; 22 millones de Kurdos viven entre Turquía, Irán e Iraq, como nación sin territorio propio, sin poder integrar un 47
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Estado nacional y sometidos con frecuencia a políticas represivas con asesinatos masivos y persecución permanente, especialmente por parte de los turcos, en cuyo territorio oriental viven casi 15 millones de kurdos. No es ajena a esta persecución la fundación Iraq Petroleum Company, en la que participaron los ingleses y los norteamericanos en 1925, desplazando a los clanes, base de la organización del pueblo kurdo, para apoderarse del petróleo y las riquezas que la región tiene en madera, cereales y zonas de pastoreo, obligando a la diáspora de más de un millón de kurdos hacia Europa, principalmente a Alemania, donde se les identifica genéricamente como turcos. La nación kurda, por su organización en clanes, tiene mucho más dificultades para lograr su soberanía que otras naciones de integración reciente. El primer mexicano Por lo que respecta a la nación mexicana, pese a todo los que dice la historia oficial, mi punto de vista es que sólo comienza con la conquista de Tenochtitlán,2 que fue una victoria de los tlaxcaltecas, los texcocanos, los totonacos y muchos otros grupos indígenas que no formaban una nación, pues el primer mexicano que puede ser llamado así es Martín Cortés, hijo del conquistador y “La Malinche”, mestizaje que se continúa en los siglos del virreinato, para consolidar la mexicanidad con un territorio, una lengua, una religión y una cultura dominante: la cristiana, sin dejar de lado la diversidad cultural de los pueblos indígenas, purépechas, mayas o toltecas, que contribuyeron a enriquecer la cultura de los vencedores. No podemos dejar de mencionar lo que dicen los principios de doctrina del PAN respecto a la nación mexicana:3 “La Nación es una realidad viva, con tradición propia varias veces secular, con unidad que supera toda división en parcialidades, clases o grupos, y con un claro destino”. Nueva historia mínima de México, Ed. El colegio de México, abril de 2004, página 57. 3 Principios de doctrina del Partido Acción Nacional, Ed. PAN, 1939.
Para establecer la nación mexicana se requirieron tres siglos –de 1521 a 1821– en que la independencia deja atrás el virreinato de la Nueva España y hace entrar a México al concierto de las naciones. En el mismo periodo se consolidan en el mundo los Estados-nación, los Estados Unidos de Norteamérica a partir de su independencia, Francia después de las guerras napoleónicas, Inglaterra como Reino Unido, Austria como imperio, Japón, Italia y Alemania en 1870 y las naciones americanas de origen ibérico, Brasil de habla portuguesa y el resto de los países hispanoparlantes. Pero es imposible pensar en España sin los nacionalismos regionales –Cataluña, el País Vasco, Valencia, Galicia, Andalucía–, de igual manera que en Alemania, Bavaría o Westfalia y Renania, y en Italia, Saboya y Venecia. Así, en cada región del mundo existen características y formas culturales que difieren, al menos parcialmente, y en nuestra propia patria mexicana no es lo mismo Michoacán que Chiapas o Sonora que Yucatán. Los regionalismos dentro de la unidad nacional son la regla y no la excepción y no rompen el conjunto nacional, pero sí lo enriquecen; en el mundo ideal debería ser de la misma forma: distintas naciones formando parte de la humanidad, las que se comportarán como lo hacen con sus connacionales y arreglarán en forma pacífica sus diferencias; pero lejos estamos de esto que a pesar de la ONU y otros organismos que buscan la convivencia pacífica. En el siglo XX, la explosión de los nacionalismos en Europa y Asia generó las guerras mundiales, a partir de la confrontación entre las potencias del eje Berlín-Roma-Tokio y los aliados, no menos nacionalistas, pero sin la visión de superioridad racial de los primeros. Notable la visión de la Iglesia Universal bajo el pontificado de Pio XI, que con diversas cartas encíclicas como la Cuadragésimo Anno,4 habla de la restauración del orden social en conformidad con
la ley evangélica, retomando la causa de los obreros, frente al capitalismo desmedido, que propicia la justa indignación y las posiciones radicales de algunos sindicalistas, propiciando el advenimiento de doctrinas contra la libertad y la propiedad desde la Rusia comunista y los partidos socialistas. Al mes siguiente, y continuando con su visión universal, aparece el 29 de junio de 1931 la Carta Encíclica Non Abbiamo Bisogno,5 condenando el fascismo y apuntando, en el apartado 22, al padre común de las almas: todas las almas, sin importar filiación política, deben seguir la consigna evangélica de id y enseñad a todas las naciones, idea opuesta al nacionalismo fascista, al que acusa de incompetente e ignorante en el apartado 25, y en el apartado 29 señala que el juramento al Estado fascista, no es válido para el católico. Para continuar la línea contra el nacionalismo, el 14 de marzo de 1937, la Encíclica Mit Brenender Sorge,6 en sus apartados 12 al 15 se opone terminantemente al Dios nacional, la raza nacional, el Estado nacional y las otras formas de nacionalismo extremo acaudilladas por los nazis, denunciando (apartado 20) el mito de la sangre y la raza, como fundamentos para el nacionalismo, señalando la senda de un generoso heroísmo, (apartado 24) para resistir la presión nazi, apuntando que no es lícito para el católico aceptar la propuesta de la Iglesia Nacional Alemana que pretendía el Reich. Vale la pena meditar lo enunciado en el apartado 33, pues se abona en la universalidad contra el nacionalismo. La primera mención explícita a los campos de concentración aparece en el apartado 44, lamentándolo, así como a los primeros prisioneros de conciencia contra el nacionalismo. No podemos dejar de señalar la condena al comunismo expresada en la carta Encíclica Divini Redemptoris,7 del 19 de marzo de 1937, a lo largo de la cual se denuncian las atrocidades contra la humanidad en el ámbito de poder de la Pio XI Carta Encíclica Non Abbiamo Bisogno 29-VI-1931 Pio XI Carta Encíclica Mit Brenender Sorge 14-III-1937 7 Pio XI Carta Encíclica Divini Redemptoris 19-III-1937 5
Rusia soviética, que con el señuelo de justicia e igualdad, pretendiendo ser internacionalista, esclaviza a los pueblos y les arrebata su identidad y cultura con la propuesta de la nueva patria del proletariado. Cabe señalar que en el apartado 19 hace alusión a los sucesos en México por la persecución cristera de 1926 a 1929. El escritor y premio Nobel de Literatura, Elías Canetti, en su obra monumental Masa y Poder,8 habla de la nación y el nacionalismo como un símbolo de masa; podemos estar en desacuerdo, pero vale la pena la lectura de estas páginas para entender lo que subyace en la idea nacionalista llevada a sus extremos. Es importante señalar que en el México de los años treinta, a pesar de la influencia socialista en los gobiernos de entonces –especialmente bajo Lázaro Cárdenas–, se desarrolló un intenso movimiento de corte nacionalista con manifestaciones en la música, (Ponce, Revueltas, Chávez), en la literatura (Martín Luis Guzmán, Rosario Castellanos, Juan Rulfo), en la pintura con el muralismo (Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros), el cine (Miguel Contreras Torres, “El Indio” Fernández y hasta Sergei Einstein, ruso creador del Acorazado Potemkin, que en México filmo: ¡Que Viva México!); paradójicamente, muchos de ellos que pregonaban el nacionalismo, eran internacionalistas, y recibieron con beneplácito el corporativismo fascista que precedió a la fundación del Partido Nacional Revolucionario, con la incorporación de organizaciones como la CROC, la CROM, las confederaciones campesinas y populares que terminaron en el PRI con sus sectores obrero (CTM), campesino (CNC) y popular (CNOP). Terminaré señalando que los cambios en las comunicaciones, la televisión, el Internet, la telefonía celular, así como los tratados de libre comercio y el intercambio cultural que se desarrolla en los últimos 20 años –sin debilitar excesivamente el concepto de Nación–, lo transforma, sin embargo, en algo que debe intercambiarse con las demás naciones, adquiriendo lo mejor
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Jaime Aviña Zepeda
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Pio XI, Carta Encíclica Cuadragésimo Anno, 15 de mayo de 1931.
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Canneti, Elías. Masa y Poder, 2005, ed. Random House Mondadori, pp. 273 a 291.
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El nacionalismo de los 40, entre la unidad nacional y la represión del disenso “Mientras un pueblo exista en la esfera de lo político, deberá determinar por si mismo la diferenciación de amigos y enemigos, aunque sea tan sólo en el más extremo de los casos y aún así debiendo decidir, también, si este caso extremo se ha dado -o no. En ello reside la esencia de su existencia política”. Carl Schmitt. El Concepto de lo Político.
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de los demás –desde el vino hasta las técnicas de producción– e internacionalizando cada vez más las relaciones de manera que la dependencia y colaboración se fortalecen. El mayor ejemplo es la comunidad europea, que a pesar de los problemas que hoy presenta –debido a los errores económicos y de planeación que tienen a Grecia, Portugal, Irlanda y otros países de la comunidad en problemas–, los nacionalismos extremos están quedando atrás. De la misma forma, la integración de otras regiones del mundo, el Pacto Andino y el intento del Plan Puebla-Panamá, así como el TLC, auguran una aceleración en la dependencia internacional y la universalidad de la humanidad por encima del corto espacio que deja el nacionalismo. La base de esta evolución debe verse desde la perspectiva de la persona humana, con derechos y deberes iguales, independientemente de la raza, nacionalidad, religión o cualquier otra cosa que pueda conducir a una regresión en los avances del reconocimiento a la dignidad de la persona. 50
Finalmente, recordemos la oda a la alegría de Friedrich Schiller, adoptada por Beethoven para los coros de la novena sinfonía y que hace alusión al Padre Creador y a sus creaturas humanas como hermanos hijos comunes, que también es parte del himno de la Unión Europea: ¡Abrazaos millones de seres! ¡Este beso al mundo entero! Hermanos, sobre la bóveda estrellada Debe habitar un padre amante. ¿Os prosternáis, millones de seres? ¿Mundo presientes al Creador? Búscalo por encima de las estrellas ¡Allí debe estar su morada!
Durante gran parte del siglo XIX, la religión, concretamente el guadalupanismo, va a representar un enclave cultural identitario de suma importancia en la historia nacional, debido a que es precisamente la religión el primer elemento que identifica culturalmente a la sociedad novohispana durante la Guerra de Independencia. Este clivage identitario será pieza clave en el proyecto de construcción del México independiente cuya sociedad estaba dividida en estamentos y en la cual el único grupo organizado era el de los criollos.1 El término de Patria y no la de Nación será el que se utilice a lo largo de este periodo. Mientras que el primero tiene un sentido de carácter cultural como factor de unidad nacional identitario a través de la religión, el segundo tendrá un significado de corte político sobre todo a raíz del David Bradig. En El Orbe Indiano, señala que los criollos eran los únicos que habían construido un concepto de patria, la Patria Criolla.
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triunfo de los liberales y de su fortalecimiento durante el régimen juarista, periodo durante el cual se inicia con la construcción de la Nación y culmina durante el periodo porfirista. El Estado mexicano nace en la segunda mitad del siglo XIX como expresión del grupo mestizo dominante, el cual impone su ideología como la hegemónica excluyendo a otras expresiones de identidad regional y étnica. La historia política nacional gira en torno a la lucha entre caudillos y grupos regionales por el poder.2 Es decir, es una lucha de contrapoder y contradicción. El Estado-Nación surge con la restauración de la República en 1867, después de un largo periodo de luchas e inestabilidad, marcando el inicio de un periodo de estabilidad política que se rompe violentamente en 1910 con la Revolución En su obra Origen y Fundamentos del Poder Político, Norberto Bobbio define al poder político como “el poder que tiene la exclusividad y la legitimidad del ejercicio de la fuerza (...). Esta legitimidad depende del respeto de los límites puestos por la ley (... por tanto,) la legitimidad se refiere al título del poder (y) la legalidad al ejercicio del poder. De ahí que lo opuesto del poder legítimo sea el poder de hecho.” pp. 13 y 15.
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*Al hablar del disenso estamos haciendo alusión precisamente a los partidos de oposición que participan en procesos electorales en sistemas políticos cerrados. En el que la posibilidad de la instauración de un sistema político democrático es prácticamente una utopía.
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Mexicana, dando paso a poderes fragmentados, representados por caciques autónomos con fuerza propia. Se transita de un poder unipersonal, con un fuerte liderazgo tradicional, basado en una estructura constitucional liberal, a una política de masas que será una pieza fundamental tanto del Estado mexicano posrevolucionario como del sistema político cuyas expresiones son: el partido emergido desde el poder y el presidencialismo. “Si la legitimidad de un gobierno y de un régimen se mide, entre otras cosas, por la capacidad que tienen las autoridades de tomar e imponer sus decisiones al resto de la sociedad con un uso mínimo de coerción, entonces podemos concluir que el sistema político mexicano (...) ha sido legítimo desde el fin de la guerra cristera (1929) (...) aunque el consenso que caracterizó el proceso político hasta principios de los años setenta ha venido disminuyendo. Puede, así, discutirse el grado de erosión de su legitimidad, pero no su existencia”.3 Con la centralización del poder en las instituciones se establecen nuevos canales para la participación política. Con el surgimiento del sistema político, se crea un mecanismo de control piramidal autoritario (de arriba hacia abajo) basado en un pacto clientelar que será la base del sistema y del partido en el poder. Para 1940 fue electo presidente de la república el candidato del partido en el poder (PRM), Manuel Ávila Camacho. Desde el inicio de su gestión procuró ser moderado, impulsar la industrialización, apoyar a las clases medias, al sector empresarial, y a la Iglesia con el fin de distender el ambiente que se había creado debido a la política cardenista. En este orden de ideas, debemos comentar que aunque en el periódico oficial El Nacional y en el Excélsior se exaltaban y resaltaban, las modificaciones y reformas que impulsaría Ávila Camacho, tendientes a fortalecer la unidad nacional, el discurso se V. Meyer, Lorenzo y José Luis Reyna. “México, el sistema y sus partidos: entre el autoritarismo y la democracia” en Meyer y Reyna (coord.) Los sistemas políticos en América Latina, p. 306.
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ve rebasado ante los hechos. El partido hegemónico había impulsado una campaña de unidad nacional, que tenía como objetivo central contrarrestar el avance fascista. Este llamado a la unidad nacional será utilizado por los dirigentes oficialistas de las organizaciones corporativas gubernamentales para atacar al naciente Partido Acción Nacional y a la Unión Nacional Sinarquista (UNS) a quienes no sólo acusan de tener vínculos con la Iglesia sino, incluso, las tacharon de fascistas y de pro franquistas.4 A partir de 1940, tanto el PAN como la UNS se convierten en el “enemigo interno” en el otro.5 Esta situación se convertirá en una constante a lo largo de la década de los 40. Para 1941 se empieza a generar un ambiente de tensión, no sólo por el debate en torno a la conveniencia de la participación o no en la Segunda Guerra Mundial, sino por el hecho de las manifestaciones y mítines encabezados por la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), que se registraron a nivel nacional en protesta por las reformas al artículo Tercero dedicado a la educación pública. A lo anterior debemos agregar que tanto en los diarios ya mencionados como en el periódico Omega, se habla acerca de los acontecimientos registrados en 1941 y que caracterizarían el gobierno avilacamachista que se muestra contrario a cualquier acto de manifestación opositora. Destaca la recomendación que hace el presidente Ávila Camacho a los gobernadores de prohibir las manifestaciones públicas, particularmente las de los sinarquistas, bajo la advertencia de que cualquier acto de protesta será duramente castigada. El Presidente envía al Congreso una iniciativa para reformar el Código Penal, que tipificaba el delito de disolución social, lo que ayuda a considerar como delictivas las actividades de los partidos y de grupos opositores. 4 En el periódico Omega y los diarios El Nacional y Excélsior –1940– podemos encontrar varias referencias al respecto. 5 Ambos términos son manejados por Schmitt en su obra. El autor menciona incluso que al enemigo (hostis) hay que exterminarlo. La defensa del Estado y de la unidad nacional mediante la represión, en ocasiones violenta, estará entonces plenamente justificada.
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Este panorama no cambia para 1944 año en el que el PAN participa por primera vez en elecciones estatales, en el estado de Aguascalientes, teniendo como candidato al panista Aquiles Elorduy que participó como candidato a diputado en las elecciones federales de 1943. Por principio de cuentas debo señalar que estas elecciones apuntan a lo que sería el panorama de las elecciones del 44. De inicio se le niega en un primer momento el registro a Elorduy como candidato a diputado. Una vez superado este punto, Aquiles Elorduy se concentra en su campaña en la que su discurso aborda tres temas centrales: Reforma agraria, Educación y Municipio Libre. El día de las elecciones se registran diversas irregularidades las cuales son denunciadas, apoyándose en pruebas documentales, por el Comité Regional panista de Aguascalientes. En particular, en el Distrito I, que fue en el que contendió Elorduy. Se lleva el caso al Congreso de la Unión que anula la elección en ese Distrito. Este caso fue registrado por los diarios Omega y Excélsior, no así por El Nacional que o no registraba o simplemente minimizaba el papel de la oposición. Para las elecciones a Gobernador y a presidentes municipales en 1944 el panorama previo a las mismas no había variado sino por el contrario. En ese año las organizaciones corporativas que integran al PRM, así como el dirigente nacional de dicho partido, Antonio Villalobos, fundan el Comité Nacional de Lucha Contra la Reacción. Dicho comité organiza una serie de manifestaciones en contra de lo que denominan el Partido Conservador (léase el PAN) y el sector del retroceso (la Unión Nacional Sinarquista). Acusando a ambas organizaciones de querer adueñarse del poder y dividir al país con el único objetivo de reinstaurar la monarquía.6 Dichas manifestaciones verbales de intolerancia hacia la oposición pasaron a acciones intimidatorios de las que se da cuenta en Para ahondar al respecto pueden consultarse los diarios ya citados: Omega, Excélsior y El nacional.
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La Nación y en Memorias del PAN, del que es autor Luis Calderón Vega; además de los diarios Omega y Excélsior. En ellos se registra el panorama preelectoral en el que se narra el cómo durante un mitin del candidato panista, Aquiles Elorduy, en el Teatro Victoria, se apagaron las luces y se escucharon diversas detonaciones de armas de fuego. Presumiblemente de miembros del PRM. Sin embargo, esta serie de represiones continuaron los días previos al proceso y el día de las elecciones. De donde se pasaron de los arrestos por repartir propaganda de oposición hasta la amenaza directa que obligaron a huir al dirigente panista del comité regional de Aguascalientes, Manuel Lomelí, a Ciudad Juárez. Dichas acciones evidencian una total intolerancia que es característico de sistemas políticos cerrados, con rasgos totalitarios. Me baso en el hecho de que sólo en sistemas políticos con regímenes dictatoriales o cerrados, como el sistema socialista de aquellos años, no se permite manifestación de disenso alguno. En un sistema con una apertura democrática parcial o que se diga democrático, el gobierno en el poder hace uso de todo el aparato de medios de comunicación para diluir a la oposición. Esta fue una de las estrategias que utilizó el PRM en Aguascalientes con el fin de apuntalar a su candidato, el Ing. Jesús María Rodríguez (a) El Chapo que, a diferencia de Elorduy no era muy popular entre la población y había perdido la candidatura de su partido 3 años atrás. Tanto en la obra de Calderón Vega como en La Nación y los diarios Omega y Excélsior. Se mencionan las irregularidades registradas el día del proceso electoral. Entre las que destaca la agresión de la que son víctimas los representantes panistas los cuales después de haber sido agredidos físicamente, fueron expulsados y, en algunos casos, encarcelados por miembros del Ejército. Lo que resultó una muestra evidente del rechazo total del PRM a cualquier manifestación a la existencia de oposición fue el hecho de que el candidato oficial obtuvo el triunfo con el 100% de los votos. 53
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Las elecciones fueron impugnadas por el PAN e incluso se apeló ante la Suprema Corte de Justicia en la cual dos magistrados de cinco dieron la razón a los argumentos de Acción Nacional en torno a la existencia de fraude electoral. Sin embargo, a diferencia del 43, no logró darse marcha atrás. Manuel Gómez Morin, al hacer un recuento de lo ocurrido en las elecciones de Aguascalientes, manifestó que lo que se evidenció fueron dos cosas: la degradación de las instituciones y la evidente separación entre ciudadanos y gobierno.7 Otro aspecto que señalaré, es el hecho de que los ferrocarrileros le dieron su apoyo a Elorduy e incluso él mismo refiere en las entrevistas que le fueron hechas por Omega y Excélsior. Que antes de contender como candidato, éste gremio le brindó su apoyo incondicional. Esto pudo deberse al conflicto por el que atravesaban los ferrocarrileros y prácticamente a la nula respuesta del Estado a sus demandas, con lo que, al menos con lo que respecta a este sector, no se estaba cumpliendo con el pacto consenso-legitimidad. Este panorama no desalentó a los dirigentes ni a los militantes panistas ni tampoco aquellos que votaron a favor de sus candidatos, por el contrario, la represión violenta de las manifestaciones de disenso, por parte del sistema imperante que, en nombre del nacionalismo justificaba dicha represión, sirvió para reorganizar el partido en la entidad y que éste registrara un crecimiento en cuanto a militancia. Asimismo, Aguascalientes al igual que León, Guanajuato, en 1946, serán casos emblemáticos en la historia del PAN, en cuanto a la lucha en pro de la democracia.
Para ahondar al respecto se puede consultar la revista La Nación de julio-agosto del 44 así como el texto de los Wilkie: México visto en el siglo XX. Entrevistas con Manuel Gómez Morin.
Juventud y futuro
Bibliografía • Bobbio, Norberto. Origen y Fundamentos del Poder Político, Siglo XXI, México, 2000. • Brading, David. Orbe indiano, FCE, México, 1991. • Adler-Lomnitz (et al). Simbolismo y ritual en la política mexicana, UNAM-Siglo XXI, México, 2004. • Ai Camp, Roderic. Cruce de Espadas, Siglo XXI México, 1998. • Schmitt, Carl. El concepto de lo político. Alianza Editorial, España, 1999. • Wilkie James y Edna. México visto en el siglo XX. Entrevistas con Manuel Gómez Morin, Ed. Jus. México,1971. Hemerografía • El Universal • Excélsior • La Nación • Omega
Jaime Aviña Zepeda
Hablar de la juventud es destapar la caja de pandora, pues cada persona que conocemos en plenitud y madurez pasó necesariamente por esta etapa de la vida, en que se dejan los juegos infantiles para iniciar las responsabilidades que se asumen en función de la vida adulta. Hoy día, las etapas temporales del desarrollo de la persona parecen estar bien definidas en función de la atención que cada quien recibe, en los niveles económicos medios y altos de nuestro México; etapa de guardería, pre-escolar, primaria, secundaria, bachillerato y universidad. Sin embargo, el promedio general de asistencia a la escuela en México es de 8.6 años,1 es decir, apenas la educación primaria, y eso quiere decir que la mayoría de los jóvenes en el país no tienen oportunidad de una preparación mínima para enfrentar el reto de una sociedad cada vez más demandante de conocimientos y capacidades. Al mismo tiempo, las diferencias zonales de la educación en la nación mexicana son enormes, pues mientras que en el D.F. sólo el 3% de los adultos jóvenes recibe menos de 4 años de educación,2 en el estado de Chiapas es el 25%, lo que nos hace ver cómo en un mismo país las oportunidades son muy diferentes. Por otro lado, cuatro años de educación sin
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INEGI informe 2004 Unesco, informe de seguimiento de la educación para todos 2010.
continuidad ni capacitación nos conducen a un alto número de analfabetas funcionales, pues estas personas generalmente jamás abren un libro y mucho menos lo leen, complementando su educación a través de modelos televisivos o cinematográficos. Como consecuencia de lo anterior, encontramos un círculo vicioso, en lo que se refiere a posibilidades para que los jóvenes maduren y se realicen en el trabajo productivo, ya que no hay oportunidades ni están capacitados para aprovecharlas. Podemos agregar que según el INEGI,3 el índice de desocupación para personas con secundaria completa fue de 39.47% y de 38.55%, en 2009 y 2010, respectivamente, mientras que para personas con nivel medio superior y superior fue de 30.16% y 36.16% en los mismos años. Cada persona con sus diferencias reacciona al medio ambiente, natural o social, pero no podemos esperar que todos los jóvenes tengan siempre la capacidad de enfrentar un entorno negativo, en donde sus perspectivas de encontrar trabajo u oficio no existan, ya que por cada uno que genere su propio trabajo, habrá muchos sin posibilidades de hacerlo, lo que nos explica el fenómeno migratorio que amenaza en convertirse en uno de los mayores retos del siglo XXI, y 3
INEGI índice de desocupación 2009-2010 2009 2010
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que afecta preferentemente a los jóvenes, que al no encontrar oportunidades en sus países, no encuentran otra salida que emigrar con la esperanza de mejorar su condición. Los ciudadanos de África del Norte se han convertido en un problema para la Unión Europea, que no puede negarles asilo humanitario, pero tampoco puede proporcionarles empleo para que puedan desarrollarse, por el contrario, la tasa de desempleo en Europa, especialmente en España y Portugal, pero también en Italia y Francia, hacen salir a muchos jóvenes con destino a América, para realizar estudios de posgrado, y buscar el trabajo que saben que no pueden esperar en sus lugares de origen. En México y América del Sur los problemas empiezan a ser graves, la emigración legal e ilegal hacia Norteamérica ha ido en aumento, motivando leyes cada vez más agresivas contra los migrantes en los Estados Unidos y Canadá, paraísos del sueño americano mientras que el paso a través de México se ha convertido en un gran riesgo para los centroamericanos, por el riesgo de secuestros, asesinatos y tráfico de personas, que ya es conocido por todos. Pero la situación para los jóvenes en los países del primer mundo no es de ninguna manera halagadora, la crisis europea que inicia en Grecia y ya abarca Irlanda, Portugal España e Italia, hace disminuir los puestos de trabajo, aumentar el desempleo y la inseguridad, dejando sin futuro
a un alto porcentaje de la población joven, mientras en los Estados Unidos, la magnitud del déficit fiscal presagia una nueva crisis económica cuyas consecuencias son imprevisibles, pero que agravan el ya difícil panorama de desarrollo y justicia con equidad en el mundo de hoy. Por otro lado, ante la imposibilidad de conseguir colocación en el mercado laboral, los jóvenes de todo el mundo se ven tentados por el crimen organizado en sus distintas vertientes, desde el terrorismo, el narcotráfico, la trata de personas y la infiltración en el terreno de la política, para influir en el gobierno y desde el gobierno, donde no es sorpresa que algunos conocidos narcotraficantes en Colombia o en México lleguen a puestos de poder como el caso de Mario Villanueva, gobernador de Quintana Roo de 1993 a 1999, o Manuel Antonio Noriega, presidente de Panamá, por señalar algunos de los más conocidos. No es casual que la mayoría de los muertos en México durante el combate al crimen organizado y al narcotráfico sean jóvenes que no pasan de los 30 años y que han sido reclutados por esas agrupaciones delictivas con la seducción de las ganancias fáciles y el status de poder e influencia, imposibles de obtener por la falta de trabajo digno y bien remunerado. Desafortunadamente, México colecciona primeros lugares en temas como violencia, narcotráfico, corrupción e inmigración, así como
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en obesidad infantil y personas enfermas de diabetes (elevada concentración de azúcar en sangre por la incapacidad del organismo para aprovecharla). En el caso del desempleo y la falta de oferta educativa dicha tendencia continúa. Los indicadores nos dicen que siete millones de jóvenes pertenecen a la llamada “Generación Nini”; de ellos, 120 mil se encuentran en la capital de la República. Un dato complementario, ofrecido por la Secretaría de la Defensa Nacional, revela que en los últimos años mil 200 jóvenes han muerto en enfrentamientos suscitados entre los diversos grupos de narcotraficantes que existen en nuestra geografía. Nelly Alarcón, encargada del área pedagógica de la dirección ejecutiva de tratamiento a menores del sistema penitenciario del Gobierno del Distrito Federal, explica que el entorno familiar donde se desarrollan los Ninis de México es de total abandono. Dicha falta de supervisión por parte de sus padres, dice la funcionaria, proviene de la necesidad de que ambos trabajen. Esta situación, aunada a la carencia de recursos para que los hijos puedan seguir su desarrollo escolar, promueve que haya gran ociosidad. “De allí a la delincuencia sólo hay un paso”, concluye la entrevistada. Por su parte, el Dr. José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha subrayado la falta de oportunidades
para los jóvenes mexicanos y el riesgo que esto implica, toda vez que muchos chicos creen que involucrarse con las organizaciones criminales es una manera de trascender socialmente. “Si seguimos confundiendo lo que es el éxito para una persona, si queremos pensar que alguien exitoso es aquel que en menos tiempo hace más dinero, estamos equivocándonos, y eso tiene que ver con el crimen organizado y con la búsqueda de salidas falsas que no llevan a ninguna parte”, ha dicho el máximo representante de la UNAM.4 También es notable la ausencia de principios morales y sociales en quienes provienen de familias disfuncionales, afectadas por el divorcio, o condiciones de abandono paterno que provocan en los jóvenes resentimiento y rencor contra la sociedad que los rechaza en el campo laboral y educativo, dejándolos a su suerte sin posibilidades de integración. Para los responsables de las políticas públicas, el reto a resolver es enormemente difícil, pero eludirlo solo significa agravar y retardar la solución que sólo puede darse en un Estado de derecho con justicia social y reparto de la riqueza, pues no sirve de mucho que aumente el promedio de ingreso per cápita, si éste se queda en los deciles más altos de la población privilegiando a los tres de más arriba en prejuicio de los siete restantes. 4
ABC Universidades.com pág ..web junio 2011 Manuel Tarres.
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José Eduardo Flores
Sobre las oportunidades laborales para los jóvenes en México José Eduardo Flores
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El escenario México es un país de jóvenes. Así lo demuestra el Censo de Población y Vivienda 2010: los mexicanos entre los 12 y los 29 años de edad suman 36.2 millones, lo que representa el 32% del total de habitantes. La edad promedio es de 26 años, inferior al promedio mundial de 28, colocándolo en el sitio 106 entre 228 naciones y territorios alrededor del mundo. Ser un país de jóvenes no significa que seamos un país para los jóvenes. Esto es especialmente cierto en lo que respecta a nuestro mercado laboral. La población económicamente activa o fuerza laboral se compone de 44.8 millones de habitantes, de los cuales 33% son jóvenes. De estos, el 6.9% no ha tenido éxito en la búsqueda de trabajo, un porcentaje significativamente mayor si lo comparamos con la tasa de desocupación general de 5.4% en 2010. Este fenómeno no es exclusivo de nuestro país. La evidencia en el tiempo y entre países muestra que el desempleo golpea más a los jóvenes debido primordialmente a su nula o escasa experiencia laboral. Los jóvenes enfrentan un círculo vicioso que lacera sus aspiraciones profesionales al no encontrar trabajo por no contar con la experiencia suficiente, y no poder acumular experiencia y capacitación por no hallar trabajo. Romper con el círculo de desempleo juvenil y experiencia que facilite la contratación no es ta-
rea fácil, menos en un país como México donde coexisten otras agravantes, como son la desvinculación entre el mercado laboral y la educación superior o técnica por motivo de sus deficiencias, y lo altos costos asociados a la contratación y despido de trabajadores, limitando la creación de puestos laborales.1 Para ilustrar el panorama se debe notar que, desde el año 2000, 800 mil mexicanos ingresan en promedio a la fuerza laboral cada año. En cambio, el país sólo ha sido capaz de producir 200 mil empleos formales en promedio anual. Tres cuartas partes de los nuevos ingresantes al mercado laboral tienen que recurrir a la economía informal e ilegal (migración de por medio, en muchos casos) para el sustento propio y el de sus familias. Los escenarios de recesión y desaceleración económica a lo largo de EEUU en la pasada y presente década complican aún más el panorama laboral de los jóvenes mexicanos al impactar directamente nuestra tasa de crecimiento, y por lo tanto, a la generación de empleos. De no realizar las adecuaciones que se necesitan a nivel doméstico, grandes oportunidades desprendidas del trabajo, iniciativa y creatividad de las nuevas generaciones se perderán. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, México ocupa el lugar 66 entre 139 países conforme a su grado de competitividad; sin embargo, en términos laborales, se ubica en el 120.
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Las propuestas Los riesgos asociados, de no generar oportunidades laborales suficientes para los jóvenes, es por demás conocidos por la presente administración Federal. De ahí su interés en políticas públicas encaminadas a mitigar este rezago social. Un esfuerzo lo encontramos en el Programa de Primer Empleo (PPE), que inició el 1 de marzo de 2007 con el objetivo de fomentar la creación de empleos formales y permanentes de quienes se vayan incorporando por primera vez al mercado laboral. Por medio de este programa, el empleador puede obtener un subsidio de hasta el 100% de las cuotas obrero-patronales atribuibles a cada trabajador incorporado por vez primera en el IMSS. A pesar del beneficio, los empleadores no echaron mano de él: el presupuesto asignado superó los tres mil millones de pesos (mmdp) y, hacia marzo de 2010, el programa tenía un saldo disponible superiora los mil millones, por lo que fue cancelado. El PPE no resultó atractivo para los empleadores, debido principalmente a que el trabajo formal no sólo implica el pago de las cuotas al Seguro Social, sino también prestaciones como aguinaldo, bonos, vacaciones, etc., sobre los cuales no se contempla deducción o subsidio alguno. Además, para poder gozar del estímulo,
los empleadores debían estar al día con sus pagos al IMSS y a la Secretaría de Hacienda. Según información del Instituto, más de 40% de las compañías evaden el pago de las cuotas obrero-patronales o no están al corriente. De manera que embarcarse en el programa significaba, para muchos empleadores, incurrir en costos significativos. Más importante aún es que el programa tampoco atendió un valor medular en la toma de decisiones del empleador: la contratación se liga estrechamente con la productividad laboral que el empleado pueda brindarle y al ambiente de negocios que se respire. El relativo abaratamiento de la mano de obra pretendido por el PPE, al no considerar el beneficio per se de la contratación, se tradujo en un incentivo poco efectivo. Otro ejemplo de política pública que intenta brindar oportunidades laborales a los jóvenes se concretó recientemente con la Ley de Fomento al Primer Empleo (LFPE), de manufactura priísta. Vigente a partir del 2011, la Ley plantea deducir a las empresas un porcentaje del pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) atribuible a trabajadores no registrados previamente en el IMSS. La vigencia del incentivo tiene un máximo de tres años por cada puesto de trabajo creado, siempre y cuando éste sea mantenido por lo menos año y medio. Con un presupuesto superior a los mil mdp, el estímulo aún no arroja resultados que permitan medir su éxito o fracaso. Sin embargo, es evidente que la LFPE comparte dolencias con el PPE: se concentra en el costo fiscal de la contratación laboral, y no en la productividad que haga útil y oportuna la decisión de emplear a más jóvenes. El ejemplo más importante de política pública orientada a facilitar la contratación se concentra en la Reforma Laboral planteada por el Ejecutivo Federal en 2010. Sin atender específicamente a la población joven y desempleada del país, la Reforma es la mejor alternativa con la que se cuenta para romper un marco laboral que les 59
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desfavorece a través de nuevas modalidades de contratación. Las modalidades de contratación planteadas permiten a jóvenes y otros grupos vulnerables atender factores que los hacen menos atractivos sin generar compromisos fuertes al empleador: los contratos de prueba (1-6 meses) les permiten demostrar sus capacidades; los contratos de capacitación inicial (3-6 a meses) favorecen una rápida adaptación al entorno laboral (compensando su poca experiencia laboral), y los contratos por temporada y por hora atienden el comportamiento cíclico que la formación académica impone a los jóvenes. Cómo ya se sabe, la Reforma Laboral del PAN fue desechada en el Congreso de la Unión para favorecer la aprobación de una propuesta priísta. Mucho más diluida que la original, la contra-propuesta tenía la virtud de incorporar estas modalidades de contratación, por lo que se optó por privilegiar el acuerdo y la conciliación a fin de materializar la urgente reforma estructural. Tras un giro en el curso de los acontecimientos, los legisladores del partido opositor sabotearon la aprobación de su propia propuesta, de facto, postergando cualquier intento de cambio hasta 2013. Existen en el tintero otras propuestas menos sólidas y ambiciosas con interés en remediar la falta de oportunidades laborales para los jóvenes. En primer lugar, está la Reforma a la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud para ofrecer alternativas de empleo a los jóvenes; presentada por el PRI. Aprobada por la Cámara de Diputados en noviembre de 2010, en la Cámara de Senadores en abril de 2011 y pendiente de publicación por parte del Ejecutivo Federal; la Reforma dota al IMJUVE de atribuciones para el diseño, implementación y ejecución de programas que solucionen los problemas de incorporación laboral de los jóvenes, así como la creación de alternativas de autoempleo a través de fondos para la generación y fortalecimiento de micro, pequeñas y medianas empresas. 60
No queda del todo claro si la Reforma busca duplicar funciones ya realizadas por la Banca de Desarrollo por el componente etario que necesariamente integrará, pero falla con claridad en dos aspectos: no da solución concreta al problema de generación de empleo y carestía en la contratación, y se limita a la creación de un nuevo instrumento público de diagnóstico cuando el fenómeno ya está sobre-diagnosticado. En segundo lugar, tenemos la Reforma del artículo 4 de la Ley del Instituto Mexicano de la Juventud; iniciativa presentada por el PANAL en marzo de 2011, aún pendiente de dictamen en la Comisión de Juventud y Deporte. La reforma busca facultar al IMJUVE para que integre, actualice y publique un catálogo nacional de programas y proyectos federales de fomento al empleo y autoempleo juvenil, así como para proponer a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal programas y proyectos para el fomento del empleo y autoempleo juvenil. En pocas palabras, un instrumento de divulgación y promoción de iniciativas federales relacionadas con el empleo entre los jóvenes, incorporando la facultad para proponer soluciones. El presente artículo bien pudiera integrarse en este proyecto. Sin embargo, la debilidad de esta reforma es análoga a la anterior: no se trata de orquestar y publicitar paliativos, sino de crear soluciones e implementarlas. Este escenario social, y su contraparte política, ponen de manifiesto un país que vive a dos tiempos: uno, el de generaciones de mexicanos que no pueden integrarse satisfactoriamente al mundo productivo, y otro, el de nuestros legisladores en la oposición, cuya incapacidad para proponer soluciones a problemas públicos palidece frente a su denodado talento para bloquear cualquier intento de cambio, incluyendo los propios. Una factura que se paga con desencanto, apatía y miseria, aunque no necesariamente a nombre de los culpables.
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CARTA DEL DIRECTOR
uando planeamos el calendario de temas para Bien Común a inicios de año, veíamos la necesidad de abordar el tema del nacionalismo para el mes de septiembre. Bien vale la pena repasarlo, pensamos, en medio de lo que ocurrirá una vez transcurridos los festejos por el Centenario de la Revolución y el Bicentenario de la Independencia. No imaginábamos que manos criminales pudieran darle un nuevo giro a la forma de abordar el asunto, particularmente después de ser testigos de lo ocurrido en Monterrey. Si en Estados Unidos, sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre y toda proporción guardada, el nacionalismo se utilizó para unificar a la población en torno a un objetivo común, en nuestro país vemos que después del atentado en Monterrey se ahondan las diferencias. Una breve revisión en redes sociales nos mostrará cómo la polarización ha hecho presa de una buena parte de la población. Mientras muchas personas utilizaron la frase #yoapoyoafelipecalderon –con el signo de número antes de la frase, de acuerdo a los usos de Twitter para definir los temas del momento– como una manera de demostrar respaldo a la lucha contra el narcotráfico emprendida por el Presidente, otros tantos utilizaron la misma terminología para atacar al titular del Ejecutivo Federal. ¿Qué demuestra lo anterior? Que como sociedad no hemos aprendido a valorar las acciones, que nos dejamos llevar y nos apasionamos hasta los extremos. Culpar al Presidente de las muertes ocurridas en esta etapa de nuestra historia es, para algunos, plenamente justificado. Son estas mismas persona las que no aceptan argumentos para rectificar. Además, tenemos a quienes piden negociar con narcos, a quienes piden perdón a los Zetas o a quienes –incluso– ya hablan de una amnistía. Ya dejamos atrás, al parecer, el debate de si se debe o no legalizar drogas como la marihuana o reformas legales que ataquen el lavado de dinero, es decir, sustituimos el debate informado por las exigencias de grupo. 61
¿Qué ganamos con lo anterior? Realmente poco, pues el problema sigue ahí: el narcotráfico, con lucha en su contra o sin ella, va a seguir buscando la manera de ganar dinero utilizando las herramientas de que dispone: violencia y corrupción. Que si se le pegó al avispero con lo realizado por el gobierno, que no se debe responder con la fuerza del Estado a organizaciones violentas –por la obvia forma en que responderán–, que si somos el trampolín de la alberca que representa Estados Unidos y su población consumidora, entre otros argumentos utilizados y adicionados con las cifras de muertos en esta batalla –librada por cierto por los propios grupos de narcotraficantes por el control del territorio–, sólo nos lleva a la conclusión de que no tenemos una misma convicción para enfrentar el problema. Y es que no sé como lo vea amigo lector, pero los mexicanos somos muy dados a justificar delitos, a llamarlos con otros nombres para suavizar lo ilícito, a inventar frases que validen esas acciones e, incluso, a glorificar ese tipo de conductas. Así tenemos al que dice: “el que no tranza no avanza”; al que no dice robo sino utiliza la palabra “carrancear”; al policía que da “mordida” y al ciudadano que la acepta; al que es definido por ser “chingón”, porque tiene mucho dinero y mujeres, producto del contrabando, en fin, la lista es larga. Son muchas las personas que han señalado lo que en el párrafo anterior apuntamos, pero parece que muchos más los que están de acuerdo con negociar con el narco, en permitir que sigan con sus acciones en tanto no nos afecten, en seguir complicando trámites para provocar la corrupción, en mirar a otro lado porque “no es mi asunto”. Así, debemos repensar el nacionalismo, nuestro nacionalismo, teniendo en mente qué país queremos y cómo lo queremos, qué valores queremos tener en práctica y qué país le vamos a dejar a nuestros hijos. Vale la pena reflexionar sobre esto, aquí y ahora. Incluso debatir si iniciar la lucha contra el narcotráfico se debía dar o no. Ojalá este tipo de intercambio de ideas se pueda dar. Finalmente, le invitamos a comentarnos acerca del contenido de Bien Común, sobre todo porque queremos aportar textos que ayuden a nuestros lectores a contar con un panorama más amplio de temas de interés general. También le invitamos a que promueva la lectura, actividad que dados los acontecimientos que hemos vivido en los últimos días, buena falta nos hace a todos los mexicanos. Es de las pocas actividades que nos ayudarán a salir adelante y que no provocará daños colaterales, se los garantizamos.
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Armando Reyes Vigueras Director de Bien Común areyes@fundacion.pan.org.mx Twitter: @FRPH
Lo más importante de lo menos importante: ciudadanizar al PAN R. Quetzalcóaltl Orozco Fernández Ahora que está de moda hablar de los logros panistas, por qué no hablar de uno de esos logros intangibles pero que sin lugar a dudas es uno de los más importantes: “El lograr formar verdadera ciudadanía, una ciudadanía responsable o conciencia ciudadana”. Y lo logró gracias a cuidar sobre todas las cosas la forma y el fondo, teniendo unos principios de doctrina sólidos y respetados. Porque el panista antes de ser político era un verdadero ciudadano; siendo auténtico ejemplo de congruencia. Porque ante todo se respetaba la institución y se le cuidaba. Las mejores personas, las más capaces, con mayor reputación, eran las que se convertían en los consejeros del Partido; quienes tenían la enorme responsabilidad de ser no solamente el máximo órgano sino ser la conciencia misma del partido. Gente respetada y admirada de intachable conducta. Me pregunto al día de hoy: ¿Cuántos de los consejeros tienen esas características y qué tan
responsables somos cada uno de nosotros de ello? ¿De qué calidad es la conciencia que tenemos al día de hoy? ¿Será que con el tiempo vamos relajando la misma? ¿Y cuánto nos ha costado? Porque en nuestra preocupación por ganar elecciones hemos dejado de ganar ciudadanos. Porque por ganar espacios de poder hemos perdido gobiernos de calidad. Porque hemos tratado de especializarnos en estructuras y pragmatismo político en vez de seguirnos especializando en doctrina y principios o en responsabilidad partidista. Porque en la emergencia por obtener y conservar el poder, nos hemos trasformado más en tricolores y mucho menos en blanquiazules. Porque nuestro “ADN” ha sido alterado creando una mutación rara y perversa llena de afiliaciones masivas, votos comprados, movilizaciones estilo sindical, mapachismo interno; donde se ha favorecido el poder del acarreo de las masas sobre el intelecto de las propuestas, donde nos hemos 63
Sobre la turbulencia bursátil por la baja en la calificación de EEUU Paulina Lomelí
vaciado de las mejores propuestas, de los candidatos mejor preparados, de las campañas internas respetuosas y honorables, de la convicción férrea de los principios y la doctrina. Felicidades para todos aquellos panistas que siguen en la “brega de eternidad” a todos aquellos panistas preocupados y sobre todo ocupados por ciudadanizar al panismo, es decir, activos, adherentes y simpatizantes con el derecho y la disposición de participar en y por el Partido, a través de la acción y no sólo de palabra, porque solo en acción se logran los grandes cambios y los grandes triunfos, en una acción autorregulada, inclusiva, pacífica y responsable, con el objetivo de optimizar el bienestar público y lograr nuestra gran tarea de luchar siempre por un México mejor. Mi respeto y admiración a consejeros, presidentes, secretarios y directores que luchan todos los días por mantener intacto ese “ADN blanquiazul”, que con su trabajo auténtico y congruencia siguen preocupados 64
por empanizar al Partido, y que como dicen mis amigos del Grullo Jalisco, en una comparación literal con el arte de cocinar: “Recordemos que para poder empanizar se necesitan huevos”. “Seguiremos continuando” El principal logro de Acción Nacional es sin duda el lograr formar una verdadera ciudadanía, una ciudadanía responsable; una verdadera conciencia ciudadana. Sin embargo, paradójicamente todo lo que logramos con la ciudadanía es mucho de lo que ahora le falta a nuestra militancia. • Logramos crear una conciencia cívica y al parecer ahora no la tenemos. • Contagiamos nuestro amor a México como prioridad y ahora parece que no es más la prioridad del Partido. • Elegimos a los mejores candidatos para los puestos de elección popular y ahora no empezamos por poner a los mejores candidatos para los órganos del Partido. • Propiciamos la participación
activa ciudadana pero la participación apática de la militancia es la que caracteriza a la nuestra. • Luchamos por la vida y la participación democrática del país, cuando necesitamos fomentar cada día más la participación democrática de la militancia. • Enseñamos a la ciudadanía a pensar y razonar su voto de manera LIBRE sin que dependiera de acarreos o presiones sindicalistas, pero nos urge crear ese pensamiento y esa conciencia en los nuestros. Pareciera que la verdadera ciudadanía es ahora más panista que nosotros mismos y que ahora somos nosotros los que necesitamos de ellos para volver hacer la conciencia política del país. Es por estas y muchas cosas que urge que todos contagiemos a nuestros compañeros por CIUDADANIZAR al PAN con acciones y con actitudes que nos hagan continuar en esta brega de eternidad pero ahora una vez más desde y para el Partido.
El sector bursátil del mundo se ha sacudido con la reducción en la calificación de la deuda de los Estados Unidos, anunciada por Standar & Poors, de AAA a AA+ (esta calificación se da a compañías de gran calidad, muy estables y de bajo riesgo, pero las expectativas fueron afectadas). La economía más poderosa parece estar en problemas y el nerviosismo financiero no se ha dejado esperar, ya que existe temor en cuanto a la desaceleración económica de los Estados Unidos y a la incertidumbre por la situación en Europa; sin embargo, estas caídas en las bolsas del mundo no se consideran parte de un crack bursátil dado que para que ello ocurra la magnitud debe ser del 10%. Sin embargo, el Gobierno de Estados Unidos está altamente endeudado y acumula un déficit presupuestario de 1.1 billones de dólares en lo que va del actual año fiscal, por lo que tendrá una capacidad limitada para implementar nuevos estímulos que reactiven a
la economía y si la Reserva Federal hiciera una nueva distensión monetaria presionaría el aumento en la inflación. El titular de Hacienda, Ernesto Cordero, respecto a la situación económica actual, dijo que: “el mundo está globalizado, lo que sucede en una parte del mundo nos afecta a todos los demás, y en ese sentido México no es la excepción. El país también está sintiendo la turbulencia financiera, la Bolsa Mexicana de Valores, al igual que todas las bolsas del mundo, está teniendo unos malos días, hay incertidumbre en el mercado cambiario mexicano. Pero hay una gran diferencia y hay un gran reto que tenemos que enfrentar en este momento, que se refiere a que esta turbulencia financiera no se traduzca a la economía real, es decir, que no tenga efectos importantes sobre lo que verdaderamente importa, que es la producción del país”. En 2009, la crisis económica mundial originada en Estados Unidos –como consecuencia de una serie de desequili-
brios globales, una política monetaria laxa; fallas en la supervisión financiera; la creencia de que los precios de la vivienda en Estados Unidos seguirían subiendo y la opacidad de los informes sobre productos financieros de alto riesgo– provocó un clima de especulación y volatilidad financiera y llevó a los capitales a buscar seguridad más que una mera ganancia. En ese sentido, a pesar de que Estados Unidos fue el epicentro de la crisis y de que las tasas de los bonos del Tesoro fueran, en términos reales, negativas, este país fue el mayor receptor de este tipo de capital. Al inicio de esa crisis, México no pudo diferenciarse del resto de los países de América Latina, pero con el tiempo se mantuvo firme en no impulsar un gasto desmedido para incentivar la demanda, sino que prefirió tener cautela y resistir la presión de bajar abruptamente sus tasas de interés, yendo a contracorriente frente a lo que hicieron la mayoría de los países en América y Europa. ¿Por
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qué? Porque se ha aprendido del pasado. Las medidas tomadas por el Banco de México para contrarrestar los efectos de la crisis fueron encaminadas a aminorar la volatilidad y a dar liquidez al sistema por medio de una serie de subastas anunciadas ante fluctuaciones abruptas del tipo de cambio, mayor liquidez a los bancos comerciales, apoyos para el refinanciamiento del papel comercial y la emisión de instrumentos de largo plazo (por parte del gobierno federal), recompra de instrumentos pertenecientes al IPAB, aumento de financiamiento previsto del gobierno federal por organismos financieros, facilidades para dar liquidez a las sociedades de inversión y la aprobación de mecanismos para poder dar liquidez en dólares (swap line1). En Estados Unidos, después de dos años y de dos paquetes de impulso a la economía estadounidense, las expectativas parecen palidecer. El pasado programa de compra de bonos del Presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, por 600 mil millones de dólares (600 billions) por medio de los Quantitative easing, provocó fuertes cuestionamientos debido a que el dólar ya se venía depreciando frente a otras monedas y se Acuerdos de intercambio de monedas para reducir los problemas de fondeo en dólares.
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percibía el peligro de que se crearan burbujas en los mercados de los activos y se detonaran presiones inflacionarias. Los Quantitative easing son medidas que buscan una expansión monetaria cuantitativa comprando bonos de largo plazo. Al comprar una gran cantidad de bonos, se espera que el precio de los activos experimente un alza y su rentabilidad baje, de esta forma las tasas de crédito de los bancos tenderían a bajar también. Este tipo de medidas indicaban ya que poco a poco el margen para estímulos fiscales subsecuentes se estaba acabando. El Secretario General de la OCDE, a principios de año, dijo: “…percibimos varios riesgos de corto y mediano plazo: una reforma financiera inacabada; un imperativo de consolidación fiscal que tomará varios años; riesgos crecientes de deuda soberana (la preocupación sobre la sostenibilidad de la deuda pública en varios países europeos podría extenderse); la persistente volatilidad del mercado de vivienda en muchos países y los desequilibrios de cuenta corriente a nivel global que pueden generar políticas proteccionistas muy dañinas, tanto comerciales como de inversión y, más recientemente financieras, en la llamada guerra de divisas”. Sin duda, la entrada de capitales a los países emergentes
como México es el resultado de la mejoría en los fundamentos de las economías receptoras y a que las tasas de interés reales en los países más avanzados se encuentran en niveles negativos. Sin embargo, es importante señalar que la magnitud de flujos de capital y la velocidad a la que han entrado a las economías emergentes hacen que la absorción de estos capitales sea difícil y pueden crearse burbujas. Tan sólo un cambio de expectativas podría llevar a una reversión de los flujos de dichos capitales. Aún con el recorte a la calificación de la deuda de las tasas de los bonos han seguido bajando y la demanda por estos ha seguido subiendo, refleja que siguen considerándose como uno de los activos más seguros. El Tesoro estadounidense colocó recientemente 16 mil millones de dólares en bonos de 30 años con una demanda baja y con rendimiento de 3.75%, mientras que la tasa del bono a 10 años subió a 2.34% y la de los bonos con vencimiento a dos años quedó sin cambios a 1.19%. La Reserva Federal de EU anunció que mantendrá las tasas de interés en niveles bajos por al menos dos años más, en un intento por apoyar a la economía y frenar las fuertes turbulencias en los mercados. A pesar de que resulta altamente improbable una cesación de
pagos por parte de Estados Unidos, dado que es quien emite los dólares que continúan siendo la moneda de reserva mundial, las medidas de expansión monetaria y de bajas tasas de interés han dado lugar a un proceso continuo de depreciación del dólar que opera como mecanismo de ajuste automático. Al aprobar la Ley de Control de Presupuesto 2011 en el Congreso de EU, se acordó lo siguiente: 1.- Elevar el techo de la deuda que puede contratar el Gobierno de EU en 2.4 billones (trillions) de dólares. 2.- Autorizar un recorte del gasto público de 900 mil millones de dólares para los siguientes 10 años (350 mil millones en gastos de defensa, pero también recortes sin precedente en gastos sociales). 3.- Establecer un comité bipartidista para acordar una reducción en otros 1.5 billones de dólares el déficit en 10 años. También se contempla un alza de impuestos. 4.- Además, para 2013 está programado un recorte de al menos 1.2 billones de dólares en caso de no haber un acuerdo, tocando áreas como infraestructura, educación y salud. Lo que se observa en Estados Unidos es que después de que se aprobó aumentar el techo de deuda, el futuro fiscal de ese país sigue siendo incierto ya que la impresión generalizada es que sólo se compró
tiempo y que el conflicto va a volver a estallar. La deuda de los EUA es de 14.3 millones de millones de dólares (mmdd), equivalente a un poco más del 100% del PIB. Los inversionistas nacionales son los principales acreedores por un monto aproximado de 3.5 mmdd; la segunda mayor parte de dicha deuda tiene que ver con los pensionados (2.4 mmdd), en tercer lugar se encuentra la misma Fed con 1.4 mmdd, mientras que el país al que más le deben es China seguido de Japón. La excesiva liquidez ha producido una burbuja en los mercados de materias primas que ha estado incrementando la inflación (1.8% acumulada en el año y 3.2% en forma interanual) y las expectativas de mayor inflación, por lo que se ha provocado un alza en el déficit comercial combinada con factores como una baja en la demanda de viviendas, la reducción del gasto público, la desaceleración del consumo y de la inversión. Ante la fuerte dependencia económica entre México y Estados Unidos, es necesario estar preparados y prever escenarios. La dependencia del país hacia esa economía es tan profunda que el Banco de México hizo una revisión a la baja en sus expectativas de crecimiento para ubicarlas en 3.8% para este año y en 3.5% para 2012.
Por otra parte, el blindaje financiero consiste en un monto de reservas internacionales de 130 mil millones de dólares y una Línea de Crédito Flexible de más de 70 mil millones de dólares. Además, los principales indicadores macroeconómicos muestran la solidez necesaria (recaudación tributaria de 10.4% del PIB, déficit moderado, la reducción de riesgos de refinanciamiento de la deuda pública, el riesgo soberano estable y un tipo de cambio que en el año se ubicó en un rango de 11.5 a 12.5 pesos por dólar); para implementar medidas contracíclicas que reactiven el mercado interno, tal y como lo ha enfatizado el sector empresarial. Además, el monto de gasto público para 2012 se calculó en 3.6 billones de pesos, según el documento enviado por la SHCP a los legisladores, con la finalidad de fortalecer los programas que han dado mejores resultados, es decir, los que generen empleos y den dinamismo económico. El esfuerzo para crear consensos entre los partidos políticos, el gobierno federal, los gobiernos de los estados y la sociedad es el reto más grande que está enfrentando el país, poniendo a prueba la voluntad de construir a tiempo. Por ello, esta coyuntura tan adversa puede ser una oportunidad para sacar adelante las reformas estructurales, dejando atrás los intereses electorales.
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Hacia una nueva política hacendaria José E. Flores
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Poco se discute que la política hacendaria de un país tiene un impacto importante en el crecimiento económico y la generación de oportunidades. Un mal manejo de las finanzas públicas, una política tributaria agresiva e inequitativa y la dilapidación de los recursos públicos son los instrumentos más efectivos con los que cuenta un gobierno para destruir nuestra riqueza o minar las oportunidades de desarrollo para futuras generaciones. Del mismo modo, la disciplina en el manejo de la cuenta pública, la responsabilidad y eficacia del gasto público y una recaudación primordialmente inocua y equitativa permiten que la ciudadanía cuente con la estabilidad necesaria para emprender, educarse, ahorrar e invertir; al mismo tiempo, las personas son más libres para disponer de sí mismos y del producto de su trabajo, alternativas que se verían coarta-
das con impuestos muy elevados o dispares. La construcción de una plataforma hacendaria eficiente y equitativa no es labor sencilla, como evidencian las constantes revisiones realizadas solamente en la presente administración. Recordamos la realizada en 2007, que incorporó nuevos gravámenes como el IETU y el IDE, pero 2010 y 2011 también observaron medidas fiscales adicionales. Esto ha permitido que, en lo que va del sexenio, el país haya logrado incrementar la recaudación en 1.4 puntos del PIB. Para 2011 se estima que los ingresos tributarios serán el 10.4% del PIB, un nivel histórico de recaudación. Sin embargo, tomar como pilar el sólo incremento de los ingresos públicos para validar su implementación puede llevarnos a callejones sin salida y, por supuesto, al repudio de la ciudadanía. Toda política
pública debe estar alineada con el crecimiento económico, la igualdad de oportunidades de acceso y la libertad, de lo contrario caemos en los mismos errores cometidos en el pasado, causantes de padecimientos crónicos bien conocidos por generaciones de mexicanos: pobreza, desempleo e inequidad. La política hacendaria debe rebasar los aspectos meramente tributarios y concentrarse cada vez más en la creación de un sistema equitativo y transparente que favorezca el crecimiento de la productividad y, como consecuencia, del PIB. Una política hacendaria exitosa, desde el punto de vista de la ciudadanía y del gobierno, debe contener, a grandes rasgos, los siguientes ejes temáticos. Como se podrá ver, la omisión de alguno de ellos necesariamente pone en entredicho la instrumentación del resto.
1. Estabilidad y crecimiento La política hacendaria debe buscar, como lo ha hecho en años recientes, la estabilidad económica del país a través del manejo responsable y transparente de la cuenta pública. La estabilidad económica genera la certidumbre necesaria para que las familias y empresas ahorren e inviertan adecuadamente, y brinda los insumos necesarios para que en momentos de crisis se suavice el reacomodo de los principales indicadores de ingreso y producción a través de medidas contracíclicas. Estos elementos evitan la destrucción del patrimonio que las familias mexicanas han creado durante generaciones, así que procurar presupuestos balanceados y contener el endeudamiento en la frontera de lo manejable debe ser una tarea de primer orden. Asimismo, se deben suplir adecuadamente los bienes públicos necesarios para el fortalecimiento del aparato productivo y el cabal aprovechamiento del patrimonio familiar, sin socavar con impuestos onerosos, injustos, complicados e ineficientes el aparato productivo. En conjunto, esta es la mejor fórmula que la política hacendaria nos puede ofrecer para mejorar, de forma directa y palpable, la calidad de vida de los habitantes, justificando el cobro de impuestos necesarios para llevar a cabo los planes de gobierno.
2. Recaudación justa y competitiva Nuestro actual régimen tributario depende excesivamente de las rentas obtenidas de la explotación de los hidrocarburos. Es urgente y prioritario que el país rompa su dependencia de un recurso no renovable que se agota rápidamente y encuentre nuevos mecanismos compensatorios. Por otro lado, el gasto público crece a medida que las sociedades atribuimos más acciones y responsabilidades a los gobiernos. Los nuevos rubros de gasto público no han podido ser financiados totalmente por la vía recaudatoria, por lo que se ha tenido que recurrir al endeudamiento público. Estos elementos colocan al país en condición de vulnerabilidad, pues al financiar gasto recurrente con ingresos contingentes, somos más susceptibles a eventos externos o fuera de nuestro control. La política hacendaria no sólo debe atender los problemas de sustentabilidad o vulnerabilidad presupuestaria, también debe romper con el trato preferencial que actualmente da a quienes no necesariamente lo necesitan. Facilidades administrativas, tratamientos especiales, deducciones autorizadas, exenciones, tasas preferenciales, estímulos fiscales y resoluciones particulares provocan que el poder redistributivo de la recaudación no haya sido plenamente aprove69
chado, de ahí la masa de contribuyentes cautivos que correctamente cuestionan un arreglo que permite a numerosos sectores no contribuir de acuerdo a sus capacidades. La política hacendaria que requerimos debe forzar el pago de sus impuestos a toda actividad informal y formal indebidamente privilegiada. Todos, como mexicanos, estamos obligados a contribuir en lo que el país requiere para seguir avanzando; más aún, todos los mexicanos nos beneficiamos de ello. De esta forma, se incrementará la recaudación en proporción a las nuevas responsabilidades de gasto y merma de los ingresos petroleros. La administración tributaria debe privilegiar la eficiencia, por lo que debe continuar su exitosa labor simplificando el pago de impuestos y combatiendo la evasión fiscal. Pero más importante que la eficiencia es que los instrumentos de política hacendaria sean más competitivos: pocos impuestos que distorsionen lo menos posible las decisiones productivas de los agentes económicos. Además de facilitar la recaudación, permite que el país sea más atractivo al ahorro, la inversión y el trabajo, alentando un crecimiento económico elevado y sostenido, y con ello la capacidad tributaria del país. Las ganancias de un sistema tributario eficiente y competitivo son mayúsculas y por partida doble. 70
3. Eficiencia y equidad del gasto público Es urgente que no se siga tributando un solo peso más sin una asignación justificada y verificable en el gasto. Cada peso recaudado sujeto a programa o proyecto público deberá ser evaluado en función de su impacto en el bienestar poblacional, aquellos que no rindan frutos deberán ser modificados o descartados. Lo análogo debe ocurrir para el caso del gasto en nómina, el cual debe reducirse al mínimo indispensable que procure el buen funcionamiento del aparato gubernamental. El gasto público debe hacer un trabajo más fuerte por eliminar la desigualdad de oportunidades en la población. Actualmente, buena parte de los servicios y apoyos que provee el gobierno no se destinan a quienes más lo necesitan, y cuando sí lo hacen, muchas veces no tiene el impacto que se necesita para romper definitivamente la vulnerabilidad a la que están sujetos estos sectores. El gasto fiscal debe reorientarse para atacar justamente aquello que socava el desarrollo integral de las familias: la falta de oportunidades educativas, tecnológicas, laborales y de salud. Igualmente, el gasto debe condicionar la provisión de recursos suficientes para la sobrevivencia de las familias más vulnerables estimulando un comportamiento económico óptimo de su parte, evitan-
do crear redes clientelares que minen la sustentabilidad del presupuesto público. Garantizar igualdad en las oportunidades de desarrollo no es el único objetivo de una buena política de gasto público. México presenta rezagos en su infraestructura portuaria, aeroportuaria, tecnológica, carretera, urbana y ambiental. La infraestructura contribuye al crecimiento económico elevado y sostenido al conectar regiones distantes entre sí, facilitar el intercambio entre individuos y favorecer la creación del empleo a través de nuevas oportunidades de negocio, pero también incide directamente en la calidad de vida al proveer bienes y servicios que hacen más llevaderas nuestras actividades diarias. Dotar de infraestructura suficiente es sólo una parte de la tarea más grande de todo gobierno: la provisión de bienes públicos. El marco legal e institucional, la procuración y administración de justicia, el control del nivel de precios, la seguridad pública y la defensa nacional, áreas verdes y reservas ecológicas, etc., deben ser provistos de manera adecuada y atendiendo a su calidad, para lo cual es necesario monitorear la satisfacción de la ciudadanía. Todo gasto realizado con recursos públicos debe ser transparente y sujeto a evaluación. Conocer a dónde se destina cada peso expropiado vía impuestos, y saber si este gasto
cumple con una meta socialmente óptima es un derecho fundamental en cualquier democracia que se precie de ser moderna. Si bien se han hecho esfuerzos por condicionar el financiamiento de programas y proyectos sociales en función de sus resultados a nivel federal, el camino por recorrer es aún largo a nivel estatal y municipal. Por ello, se debe aspirar a la creación de un sistema que integre todos los proyectos y programas de los tres órdenes de gobierno, con el fin de someterlos a una rigurosa evaluación y priorizar su ampliación, duración y/o replicación a otras regiones y sectores de la población en función de los resultados obtenidos. Aquellos que sean claramente ineficaces o contraproducentes podrán ser descartados o modificados y mejorados con la información que se genere al respecto. Así aseguraremos que lo recaudado se utilice en la mejor alternativa posible, proyectando certeza y confianza en una ciudadanía que podrá observar con claridad cómo sus impuestos trabajan para ellos. Es indispensable que la mayor recaudación venga acompañada de una mejor ejecución del gasto público en todos los órdenes de gobierno. Sólo así se justifica una mayor extracción de recursos a los particulares, quienes están en la obligación de exigir a sus representantes orden y resultados antes de pagar más impuestos.
4. Sistema de seguridad y protección social universal El sistema se seguridad social actual adolece de no ser equitativo, progresivo y eficiente en la provisión de aquello para lo que fue creado. Además, su coexistencia con programas de protección social y reducción de pobreza ha provocado que su financiamiento se convierta en un impuesto al trabajo formal y un subsidio al informal, lesionando la productividad laboral y el crecimiento económico del país. Esta actual combinación de programas tiene que desaparecer, más aún cuando los programas de seguridad social (IMSS/ISSSTE) extraen una gran cantidad de recursos públicos sin resultados óptimos. La política hacendaria debe ser el sostén de un verdadero sistema de seguridad y protección social que no condicione su prestación a la condición laboral del individuo o familia que lo requiera, es decir, que sea universal. Se habla de otorgar seguros de salud, vida e invalidez, así como pensiones de retiro, a todos los mexicanos. También se incluye pensiones de riesgo de trabajo e indemnizaciones por despido a los trabajadores. El nuevo sistema dejará de ser financiado con las contribuciones del empleador y los empleados, lo que por sí mismo alentaría el empleo. En su lugar, el financiamiento debe provenir de impuestos generales. El re-
sultado es una redistribución equitativa del ingreso, puesto que todos los mexicanos recibirían importantes contraprestaciones (que hoy muchos no reciben, particularmente las familias en condiciones de pobreza) a cambio del pago de impuestos en proporción a su nivel de ingresos. Simultáneamente, se eliminan los mecanismos que mantienen nuestro mercado laboral fracturado en formales e informales, con las ganancias que esto imputa en el crecimiento de la productividad laboral y el PIB. 5. Federalismo fiscal: transparencia, disciplina y corresponsabilidad La alternancia en el Poder Ejecutivo federal y la consolidación de la democracia mediante el surgimiento de pesos y contrapesos políticos aceleró un proceso de descentralización del gasto que no fue acompañado con la descentralización del ingreso público. Como consecuencia, nuestro federalismo incubó una adolescencia fiscal crónica en donde municipios y entidades federativas no utilizan sus potestades tributarias óptimamente (prácticamente no cobran impuestos) y adjudican la responsabilidad recaudatoria a la Federación endosándole el costo político naturalmente implicado. Por supuesto, las acciones de gobierno, 90% de ellas financiadas por la Federación, son celebradas por las autoridades 71
locales como propias. Se trata de un sistema pernicioso que naturalmente alienta el mayor gasto público posible a nivel local al no existir impedimento (activo y directo) para dejar de hacerlo. Si a esto aunamos la opacidad en el manejo del gasto público local y la pobre o nula evaluación de los programas y proyectos públicos a nivel estatal y municipal, se obtiene una receta perfecta para la dilapidación y el enriquecimiento ilícito por parte de estas autoridades. Dejando de lado la pérdida en oportunidades de desarrollo para la población, el actual esquema ha incentivado la contratación de deuda a nivel local para enfrentar sus responsabilidades de gasto corriente, poniendo en entredicho la viabilidad de las finanzas locales e hipotecando un futuro que no les pertenece. Para aspirar a un federalismo fiscal sustentable, transparente y productivo, es necesario seguir avanzando en la homologación de los presupuestos y cuentas públicas de estados y municipios, ampliar los atributos y facultades de la Auditoría Superior de la Federación para que pueda fiscalizar el gasto ejercido en los tres órdenes de gobierno, obligar a que estados y municipios publiquen su nómina de burócratas, magisterio, policía, etc., con las erogaciones realizadas en cada concepto, implementar medidas que vigilen y limiten el gasto corriente (en parti72
cular, el gasto en nómina) y el endeudamiento público local, y regular el destino de los subejercicios hacia fondos de contingencia económica (crisis externas, desastres naturales, etc.) o proyectos y programas sociales de impacto probado. Por último, es importante que los gobiernos federal, estatal y municipal inicien una nueva etapa de compromiso y corresponsabilidad tributaria. Para ello, se deberá devolver potestades tributarias lo suficientemente atractivas a los gobiernos locales para alentar su esfuerzo recaudatorio y fomentar una mayor rendición de cuentas al romper la separación existente entre quien recauda y quien gasta. A manera de conclusión, cabe insistir en algo muy simple: la nueva generación de políticas hacendarias no deben ser tributarias, es decir, atender únicamente el incremento de
los recursos públicos. Una reforma así planteada solamente ve la conveniencia de los gobernantes, no de los gobernados, suponiendo un despropósito económico, social y, por qué no decirlo, moral. La discusión puede ser tan amplia como se desee, pero es natural que toda política tributaria que busque una mayor recaudación se traduzca en una mayor transferencia de recursos privados al gobierno, acto que supone una expropiación del ingreso o el consumo de las familias. La próxima reforma hacendaria debe contener los cinco pilares descritos para afianzar su viabilidad y legitimidad, garantizando beneficios claros y convincentes no sólo a los distintos actores de gobierno, sino a los contribuyentes. El llamado es a construir un sistema hacendario desde la perspectiva del contribuyente.
Agricultura y desarrollo rural en el Distrito Federal Jesús Gastelum Lage
Introducción En las décadas recientes científicos e investigadores han alertado sobre los riesgos derivados de la falta de acceso a los alimentos, un sistema económico basado en la especulación financiera, el apuntalamiento del mercado trasnacional, el abuso de los recursos naturales y la concentración de la riqueza en pocas manos. También, sobre la importancia del cambio climático que ha provocado incrementos en las temperaturas, lluvias y sequías atípicas, huracanes y otros fenómenos meteorológicos. Estos factores afectan la agricultura e influyen directamente en los rendimientos y en el incremento del riesgo de siniestros, especialmente en zonas de temporal, que en el Distrito Federal (DF) representan el 87% del suelo de uso agropecuario. Actualmente, la producción rural en el DF ha quedado limitada a una superficie no mayor a las 34 mil hectáreas, concen-
tradas en superficies bien delimitadas en al menos siete delegaciones del poniente, sur y oriente de la ciudad. La característica principal es que son pequeñas superficies de temporal, y la posibilidad de hacerlas rentables radica en cosechar y optimizar el agua de lluvia para riego, conservar y mejorar los suelos de uso agrícola, diversificar sus cultivos aplicando tecnologías y sistemas de producción sustentables que incrementen la productividad primaria, apoyar los procesos de transformación y la certificación orgánica participativa para agregar valor a la producción. Aunque la agricultura en la Ciudad de México comparte características con otros países, esta es un caso excepcional ya que no son producto de la evolución de la agricultura en el Valle de México desde tiempos prehispánicos. El vínculo entre agricultura y ciudad está definido por la circulación de insumos y productos que ca-
racterizan esta actividad, siendo las más destacables: la producción a pequeña escala, uso intensivo del suelo, uso y ahorro de agua, utilización de abonos orgánicos e inorgánicos, entre otras. Por las características territoriales de la zona rural de la ciudad predominan los denominados traspatios, con una gran diversidad de técnicas y conocimientos tradicionales de producción doméstica de alimentos, encontrándose principalmente los llamados huertos familiares, las granjas domésticas, entre otras. También la agricultura orgánica es una de las formas de cultivo que predominan en la Ciudad de México, que en comparación con otras ciudades del mundo, se está caracterizando por la integración de pequeños productores a organizaciones sociales, la activa participación y promoción de parte de organizaciones no gubernamentales mexicanas e 73
internacionales. De acuerdo con la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM, por sus siglas en inglés) se define como Producción Orgánica a los sistemas agrícolas, pecuarios y de transformación que promueven la producción sana y segura de alimentos y fibras desde el punto de vista ambiental, social y económico. Estos sistemas parten de la fertilidad del suelo como una base para una buena producción, por lo que se reducen considerablemente las necesidades de aportes externos al no utilizar abonos químicos ni plaguicidas u otros productos de síntesis. Dada la situación que se comentó anteriormente, la agricultura sustentable a pequeña escala es parte de un sector social relevante por su importante papel en la seguridad y soberanía alimentaria. De ahí que al hablar de agricultura sustentable a pequeña escala se hace referencia al tipo de producción a escala de huerto, parcela o traspatio cuyo objetivo fundamental es el autoconsumo y la venta al mercado local de los excedentes. En México, de los millones de unidades de producción rural, la mayoría es minifundista ya que 3.3 millones posee sólo cinco hectáreas o menos. A pesar de que este tipo de agricultura ha contribuido a la economía y a la seguridad alimentaria del país, ha tenido un acceso limitado a los recursos, la 74
tecnología y otros medios de producción. Si bien durante la década de los setentas e inicios de los ochentas los gobiernos intentaron apoyar a la agricultura a pequeña escala, como fueron el Programa Integral de Desarrollo Rural (PIDER), el Programa Integrado de Desarrollo Rural para el Trópico Húmedo (PRODERITH) y Sistema Alimentario Mexicano (SAM), sus efectos fueron débiles. A raíz de la crisis de 1982 y la aplicación posterior de las políticas de austeridad, disminución del Estado en las políticas sociales, privatización de los servicios de asistencia técnica y capacitación, liberalización de la economía, entre otros que hasta la fecha permanecen, la agricultura a pequeña escala ha sido uno de los sectores más afectados. Frente a esta situación, desde 1996 los gobiernos trataron de remediar con programas hasta cierto punto diferenciados, como fueron los programas de la Alianza para el Campo y posteriormente Alianza Contigo, incluso, hubieron programas para apoyar los huertos familiares, especialmente los de mujeres; sin embargo, por distintas razones, los resultados no han sido como lo señalan los objetivos. Frente al desamparo gubernamental de la agricultura sustentable a pequeña escala, numerosas organizaciones sociales y civiles recibieron financiación externa. Algunas de ellas
lideraron una nueva forma de hacer agricultura, bajo el concepto de la agricultura orgánica y sustentable. Agricultura y Desarrollo Rural en el Distrito Federal Actualmente, lo rural se entiende como el espacio desarrollado socialmente donde se realizan actividades agropecuarias, acuícola, artesanal y de turismo alternativo con base en procesos productivos, educativos, recreativos y de conservación de recursos naturales, llevados a cabo por sus habitantes junto con los aspectos que involucran el reconocimiento de derechos individuales, sociales, civiles y de tercera generación.1 Estos territorios están conformados por las superficies que constituyen poblados rurales y estructuras agrarias (ejidos y comunidades), en las delegaciones Álvaro Obregón, Cuajimalpa de Morelos, La Magdalena Contreras, Tlalpan, Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, así como aquellas superficies dentro de suelo urbano donde se realicen actividades de corte rural. El territorio del DF donde se realizan actividades rurales, considerado como suelo de conservación por las razones explicadas anteriormente, corresponde a una extensión de 87 mil 310.78 hectáreas de Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC). 2010. Programa de Desarrollo Agropecuario y Rural en la Ciudad de México. Gaceta Oficial del Distrito Federal, 10 de febrero de 2010. Gobierno del Distrito Federal.
1
acuerdo con el Atlas de Vegetación y Uso de Suelo del Distrito Federal 2005, dividido en: bosques (39 mil 713.17 ha), matorrales (4 mil 29.10 ha) y pastizales (6 mil 613.04 ha), así como agrícola (30 mil 785.28 ha), minas (125.43 ha), áreas de construcciones (5 mil 554.93 ha) y cuerpos de agua (489.82 ha). A pesar de que se constituyeron 83 ejidos y siete comunidades, sólo quedan bajo el régimen de propiedad social cerca de 58 mil 237 hectáreas, que corresponden a 16 ejidos y 22 comunidades agrarias. En la zona rural de la Ciudad se localizan 49 poblados rurales y existe una población de corte rural de cerca de 700 mil habitantes de los 2.2 millones que viven en el suelo de conservación. Así mismo, las siete delegaciones con actividades rurales cuentan en su conjunto con 188 organizaciones económicas de productores. Se estima que el 98% de los productores no se beneficia con créditos ni seguro, el 71% no utiliza tractores, el 88.5% trabaja en forma individual en superficies de temporal, sólo el 31.6% de los ejidos y comunidades cuentan con asistencia técnica y el uso de semillas mejoradas apenas representa el 7.9%.2 De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el Distrito Federal se siembra el 0.10% del total nacional. El 2
88.22% de la agricultura se realiza bajo condiciones de temporal, mientras que el 11.78% es de riego. El 81% de la superficie cultivable corresponde a cultivos cíclicos y el 19% a perennes. El 86.1% de los cultivos cíclicos son de temporal y 13.9% de riego. En los cultivos perennes el 99% son de temporal y únicamente el 1% de riego. La avena forrajera y el maíz grano, cubren el 71.8% de la superficie anual de cultivos cíclicos. El cultivo de nopal representa el 92.8% de la superficie de cultivos perennes. Las plantas de flores y de noche buena, así como la avena forrajera generan el 53.9% del valor total de los cultivos cíclicos y el cultivo de nopal contribuye con el 97.6% del valor de la producción de cultivos perennes.
La avena forrajera representa el 31.75% de superficie sembrada del DF, el maíz de grano 25.93%, los nopales 19.12%, el brócoli 4.58% y el resto de los cultivos representan el 18.62% (Gráfica 1). El 99.98% de la superficie sembrada en el DF es cosechada, del total nacional representa el 0.12%, es decir, se cosecha 0.02 por ciento más de lo que se siembra a nivel nacional, lo que se debe al clima y a la infraestructura con que se cuenta en la Ciudad a diferencia de zonas rurales alejadas en el resto de la República. Del total local, el 31.76% de la superficie cosechada es de avena forrajera, el 25.94% de maíz, 19.13% de nopales, 4.58% de brócoli y 18.60% del resto de cultivos (Gráfica 2).
Gráfica 1 Superficie sembrada por cultivo en el Distrito Federal 2009 (Hectáreas) RESTO AVENA FORRAJERA
BRÓCOLI
NOPALITOS
Ibíd. Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
MAÍZ GRANO
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Gráfica 2 Superficie cosechada por cultivo en el Distrito Federal 2009 (Hectáreas) RESTO
Gráfica 3 Volúmen de producción por cultivo en el Distrito Federal 2009 (Toneladas) GERANIO (Planta)
AVENA FORRAJERA ROSA (Planta)
BRÓCOLI
FLORES (Planta) ALMACIGO (Planta)
NOPALITOS NOCHE BUENA (Planta) MAÍZ GRANO Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
RESTO Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
ZEMPOALXOCHITL (Planta)
TULIPAN HOLANDES
ROSA (Planta)
PETUNIA (Planta)
PENSAMIENTO (Planta)
NOCHE BUENA (Planta)
LILIUM (Planta)
GERANIO (Planta)
FLORES (Planta)
CYCLAMEN (Planta)
CRISANTEMO (Planta)
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
CINERARIA (Planta)
BELEN (Planta)
BEGONIA (Planta)
ARETILLO (Planta)
Gráfica 4 Rendimiento por cultivo en el Distrito Federal 2009 (Tonelada / Hectárea)
ALMACIGO (Planta)
begonia, belén y geranio, cuyo rendimiento es de 175 mil, 160 mil y 155 mil toneladas por hectárea (para los 3 últimos cultivos), respectivamente (Gráfica 4). El valor de la producción lo lideran los nopales con un valor de 775, 254.17 miles de pesos, es decir, el 64.18% del valor de producción del total del DF. El resto de los cultivos con valor significativo son noche buenas, flores, brócoli, maíz, avena forrajera, geranios, romeritos y rosas que en conjunto suman 288, 072.06 miles de pesos, que representan 23.85% del valor de producción total (Gráfica 5).
CALANCOE (Planta)
76
El volumen de producción en la Ciudad de México indica que el 38.22% de la producción local se refiere al cultivo de flores, el 13.77% al cultivo de noche buenas, 10.77% a geranios, 9.80% a almacigo y 5.66% a rosas. En conjunto estos cinco cultivos representan más de 15 millones de toneladas, mientras que el resto de los cultivos (63) suman poco más de 4 millones de toneladas (Gráfica 3). En cuanto al rendimiento, que se refiere al volumen de producción por hectáreas, el primer lugar lo ocupa el almacigo cuyo rendimiento es de casi 400 mil toneladas por hectárea, seguido de flores, lilium,
77
ROSA (Planta)
ROMERITO
NOPALITOS
NOCHE BUENA (Planta)
MAÍZ GRANO
GERANIO (Planta)
FLORES (Planta)
BRÓCOLI
AVENA FORRAJERA
Gráfica 5 Valor de producción por cultivo en el Distrito Federal 2009 (Miles de pesos)
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI.
Son siete las delegaciones que reportan cultivos cíclicos y perennes, de riego y temporal en el Distrito Federal: Álvaro Obregón, Cuajimalpa, Magdalena Contreras, Milpa alta, Tláhuac, Tlalpan y Xochimilco. La delegación Milpa Alta es la que lidera en siembra, cosecha y valor de producción en la Ciudad, con nueve mil 420 hectáreas sembradas y cosechadas, y un valor de producción de 829,657 miles de pesos. Lo anterior representa el 41.54% de la superficie de siembra y cosecha de la capital y el 68.68% del valor de producción. Posteriormente siguen con una importancia significativa las delegaciones Tlalpan, Tláhuac y Xochimilco. 78
En la delegación Álvaro Obregón la mitad de la superficie agrícola sembrada se destina al cultivo de maíz, sembrando y cosechando 49.4 hectáreas y con un rendimiento de 2 toneladas por hectárea con valor de 247,100 pesos. En Cuajimalpa el 43.98% de los cultivos son de maíz con un valor de producción de 246,120 pesos. En la Magdalena Contreras también domina el maíz con un 62.91% del total de cultivos y un valor de producción de un millón 295 mil 820 pesos, gracias a una superficie cosechada de 250 hectáreas y una producción de 518 toneladas. En la delegación Milpa Alta se siembran 28 cultivos diferentes, siendo los nopalitos, el
maíz y la avena los de mayor importancia. La siembra y cosecha de nopales utiliza una superficie de cuatro mil 327 hectáreas, produciendo 321 mil 742 toneladas con un valor total de 774 millones 462 mil 673 pesos. El valor de producción total de todos los cultivos en Milpa Alta es de 829 millones 657 mil 830 pesos. Tláhuac es la segunda delegación en donde se produce un mayor número de cultivos diferentes (42), Xochimilco es la primera (54). En Tláhuac el cultivo de maíz y brócoli ocupan el 60% de la superficie de siembra y cosecha, en cuanto al valor de producción el brócoli lidera con 34 millones 915 mil 509 pesos que representan el 31% del valor de producción total. En el caso de Xochimilco solo el maíz destaca al ocupar el 38% de la superficie sembrada y cosechada, sin embargo, el cultivo de noche buena, flores, geranio y rosa suman el 70% (138 millones 115 mil 960 pesos) del valor de producción total de los 54 diferentes cultivos que se siembran en la delegación. Finalmente la delegación Tlalpan destina el 76.23% de su superficie agrícola al cultivo de avena forrajera con un valor de 18 millones 399 mil 150 pesos. Por otra parte, la superficie agrícola no sembrada en 2007 en el Distrito Federal representaba el 14.49%. Por delegación, Cuajimalpa es la delegación con mayor superficie agrí-
cola no sembrada con un 22.97% de su total de superficie agrícola, seguida de Xochimilco (21%), Tlalpan (16.55%), Álvaro Obregón (14.02%), Milpa Alta (12.51%), Tláhuac (12.48%) y Magdalena Contreras (6.01%). En cuanto a la superficie agrícola no sembrada por delegación del total de la Ciudad, Milpa Alta encabeza la lista con 4.79 por ciento de la superficie no sembrada del DF, después Tlalpan (4.65%), Xochimilco (2.39%) y Tláhuac (2.29%). En cuanto a la participación de la Ciudad de México a nivel nacional, el DF es la entidad
con menor participación en superficie sembrada y cosechada, aunque en valor de producción está por encima de Quintana Roo. La entidad con mayor superficie sembrada es Jalisco (casi un millón 600 mil hectáreas), el estado con mayor superficie cosechada es Chiapas (casi un millón 400 mil hectáreas), seguido de cerca por Veracruz, sin embargo, son los estados de Michoacán (29 millones 745 mil 555.86 pesos) y Sinaloa (29 millones 603 mil 467.35 pesos) los que tienen un valor de producción mayor (Gráfica 6).
Gráfica 6 Producción Agrícola Nacional 2009 (Entidades destacadas)
Conclusiones El Distrito Federal a pesar de ser una gran metrópoli, desde la definición de la cantidad de personas que viven en ella, cuenta con zonas que pueden ser consideradas como rurales debido tanto al modo de vida de sus habitantes, como a la infraestructura y tipo de territorio geográfico con el que cuentan, en específico delegaciones como Milpa Alta, Xochimilco y Magdalena Contreras pueden ser clasificadas como áreas rurales no sólo por la producción de cultivos que ahí se realiza. Dada esta situación, la producción agrícola de la Ciudad de México es muy baja comparada con la del resto de los estados y más aún comparándola con la producción de los estados de mayor producción agrícola como Chiapas, Jalisco, Michoacán, Sinaloa y Veracruz. Sin embargo, para el gran número de familias que subsisten de la producción a pequeña escala no solo significa su soberanía alimentaria y fuente de trabajo, también tienen una gran aportación a la economía local, incluso la producción de nopales es de exportación, al igual que las flores y el maíz. El problema del sector agrícola en el Distrito Federal radica en la falta de acceso a créditos y programas locales que por un lado incentiven una demanda mayor, tanto local como externa, mediante difusión y apoyo a los productores agrícolas, y por otro lado ayuden a 79
incrementar la producción y mejorar la calidad de la cosecha mediante capacitación, empleo de tecnologías y métodos de cultivo alternativos. El problema de desarrollo rural es la falta de infraestructura en dichas zonas que permitan incrementar la calidad de vida de sus habitantes y facilitar la producción y venta de sus cultivos. En este trabajo se informa sobre la situación actual en la que se encuentra el sector agrícola y el desarrollo rural de la Ciudad, cuya apreciación indica que dadas las condiciones que se tienen y los recursos con que se cuentan, la mejor estrategia es aprovechar los beneficios de la agricultura sustentable a pequeña escala, que por un lado ayudará a las familias a tener una autosuficiencia en materia alimentaria y de empleo, y por otro a contar con excedentes que puedan ser consumidos por la población de la Ciudad y de otro estados y países. Los resultados concluyen que las necesidades del sector son la falta de acceso a crédito
y/o financiamiento, infraestructura, desarrollo tecnológico e innovación y difusión de los cultivos. La propuesta consiste en realizar un análisis de mercado y un estudio de regionalización agroecológica para determinar si es preferible hacer una especialización en cultivos y enfocar los esfuerzos en productos clave como los nopales, la avena, el maíz y los diferentes tipos de flores, o impulsar el desarrollo del resto de los cultivos. Además, facilitar el acceso a programas locales y federales que financien las necesidades económicas de los campesinos, así como el desarrollo de tecnologías y capacitación sobre nuevas formas de cultivo, también incentivar a las instituciones financieras privadas a otorgar crédito y, finalmente, desarrollar las zonas rurales de la Ciudad para que la calidad de vida de los habitantes de estas demarcaciones sea mejor y así exista un desarrollo rural sustentable dentro de una de las metrópolis más grandes de mundo.
Referencias • Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC). 2010. Programa de Agricultura Sustentable a Pequeña Escala en la Ciudad de México. Gaceta Oficial del Distrito Federal, 10 de febrero de 2010. Gobierno del Distrito Federal. • Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (SEDEREC). 2010. Programa de Desarrollo Agropecuario y Rural en la Ciudad de México. Gaceta Oficial del Distrito Federal, 10 de febrero de 2010. Gobierno del Distrito Federal. • Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). 2011. Censo Agrícola, Ganadero y Forestal 2007 y Estadísticas del Sector Agrícola. México. En: www.inegi.org.mx 80
Dos elementos en los estados mexicanos para la permanencia del PRI en el poder Rosalina Arteaga Barrón
Si resulta preferible permanecer en un régimen democrático que en uno dictatorial, porque el disenso en el primero genera pluralidad, ¿por qué las instituciones democráticas han tenido una permeabilidad y un desarrollo menor a nivel estatal? En la mayoría de los estados de México el desarrollo democrático se ha visto limitado por dos factores, principalmente: el factor institucional -legislatura y partidos políticos- que se ha compuesto por una oposición poco efectiva y otro, relacionado con el primero, que tiene que ver con el nivel de corrupción que se genera bajo este marco institucional y por la poca autonomía fiscal por parte de los estados. Ambos factores, de manera conjunta, desincentivan los mecanismos de rendición de cuentas y prevalecen la permanencia del régimen autoritario
del PRI en, por lo menos, 11 estados del país. Oposición débil + poca autonomía fiscal por parte de los estados _ poca rendición de cuentas = corrupción y permanencia del PRI en el poder Para entender estas implicaciones lógicas es necesario tener claros varios conceptos y sus aplicaciones al caso mexicano. Como primer aspecto, por régimen político se entiende el modo de acceso al poder y la manera en la que se permanece en él. Por lo tanto, la democracia y la dictadura son modos diferentes de organizar la vida política, de seleccionar a los gobernantes, de procesar conflictos y de generar e implementar decisiones públicas (Przeworski, 2000). En el caso de México, desde 1946 –cuando se consolida el Partido Revolucionario Institucional (PRI)- comienza un
periodo de hegemonía partidista en el que el nombramiento de puestos de elección popular estaba centralizado. Para el 2000, el país logra transitar a la democracia: se convocan elecciones; existe más de un partido político compitiendo (PAN, PRD, PRI); se da la alternancia -el PRI pierde la elección a nivel federal y la oposición, el Partido Acción Nacional (PAN), asume el poder; el resto de los partidos aceptan el resultado de dicha elección. Además, ya en 1997, el PRI perdió la mayoría en el Congreso. Es decir, para este año -2000- se consolidan las instituciones democráticas en México: Legislatura y partidos políticos (Gandhi, 2006). Sin embargo, la democratización institucional en los estados mexicanos no se ha practicado de la misma manera 81
que a nivel federal. Este hecho tiene dos explicaciones: desarrollo de las instituciones –en esp–cial de los partidos políticos de oposición– y el grado de corrupción –que eleva los costos del PRI para fortalecer las instituciones democráticas–. Para empezar, el desempeño de los partidos de oposición es un elemento sustancial en el desarrollo de cualquier régimen político. El hecho de que, en cualquiera de éstos, exista disenso es señal de que hay una oposición real –una oposición con capacidad de colocar sus preferencias dentro de la agenda política. Sin embargo, este disenso y, por lo tanto, esta oposición tienen implicaciones distintas en un régimen democrático que en uno autoritario. Para la democracia, una oposición real genera competencia: son fuerzas (partidos políticos) que compiten por que sus preferencias prevalezcan en la agenda política (Przeworski, 2000). Esta competencia por el liderazgo se manifiesta a través de ejercer libremente el voto arrojando como resultado un nivel elevado de pluralidad, representatividad y rendición de cuentas. En cambio, en un régimen dictatorial esta oposición real genera amenazas creíbles para el dictador; quien ante la imposibilidad de ganar a través de un proceso electoral requiere de arreglos institucionales. Es decir, de cooperación por parte 82
de las legislaturas y de los partidos políticos de oposición para generar ingresos (Gandhi, 2005). Aunado a lo anterior, existen diferentes formas en las que las instituciones se pueden conjugar para que el régimen autoritario, en el caso mexicano PRI, pueda gobernar: legislatura sin partido; un partido; múltiples partidos y legislatura (Gandhi, 2005). Sobre esta última condición, Jennifer Gandhi señala que múltiples partidos son un indicador de una oposición fuerte que tiene altas probabilidades de ganar si compite con el dictador. Por lo tanto, el régimen incrementa su nivel de cooptación. Por otro lado, Gandhi señala que las instituciones inciden en la variación de las políticas dentro de regímenes autoritarios; más allá de ser consideradas window-dressing, éstas son requeridas para concesiones políticas. Sin embargo, ¿qué sucede en la mayoría de los estados mexicanos? En prácticamente 11 estados, los partidos de oposición no generan competencia y, por lo tanto, desarrollo democrático; Campeche, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Estado de México, Hidalgo, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz. Es decir, la debilidad de estas entidades no han mostrado alternancia en sus elecciones. Asimismo, la heterogeneidad de los partidos a nivel es-
tatal incide en la capacidad de éstos para atraer al electorado; situación, que, en diversas elecciones, ha requerido de alianzas entre partidos. Por ejemplo, la coalición PAN – PRD en los estados de Sinaloa, Puebla y Oaxaca–. Ahora bien, la relevancia de que la oposición tenga, o no, la capacidad de colocar sus preferencias incide, finalmente, en las plataformas de políticas públicas que se lleven a cabo. Para fines de la hipótesis planteada, y la explicación de por qué el desarrollo democrático a nivel estatal es de menor grado, reviso primero las condiciones que caracterizan las instituciones en regímenes autoritarios. De esta manera, se puede entender la importancia, o no, de las instituciones autoritarias en los estados. Para la hipótesis planteada, el argumento contractual sería: la recaudación de impuestos de los estados debería basarse en la autonomía de ingresos fiscales y no en la dependencia de transferencias federales. Los estados no tienen incentivos para tener una mayor independencia financiera: una mayor autonomía traería consigo la necesidad de mejorar el proceso de rendición de cuentas y le exigiría al gobierno una mayor capacidad de respuesta hacia los electores. Además, dado que la mayor parte de los ingresos estatales no son autónomos, el PRI no requeriría
tanto de las instituciones para su recaudación fiscal. Asimismo, la principal problemática a nivel estatal es que el gasto que hace el gobierno federal en transferencias a las entidades no se ve reflejado en la implementación de políticas eficaces para aumentar los ingresos propios. Por lo tanto, el vínculo entre ciudadanía y el ‘agente’ a quien se le debe exigir transparencia y rendición de cuentas se ve fracturado; no existe coordinación entre
quien otorga el financiamiento (gobierno federal) y quien lo distribuye (gobiernos locales). Todos estos elementos generan incentivos para que el PRI permanezca en el poder: falta de competencia real en las contiendas electorales; gran parte de sus ingresos fiscales no están supeditados a las instituciones estatales (legislaturas y partidos); y ante actos corruptos no existen mecanismos que exijan rendición de cuentas.
BIBLIOGRAFIA • Gandhi, Jennifer, 2005, Political Institutions under Dictatorship, New York University. • Gandhi, Jennifer and Przeworski, Adam, 2006, ‘Cooperation, Cooptation, and Rebellion under Dictatorships, Economics and Politics, 4. • Przeworski, Adam, 1991, Democracy and the Market: political and economic reforms in Eastern Europe and Latin America, Cambridge University Press, pp. 209 • Przeworski, Adam, et al., 2000, Democracy and Development: Political Institutions and Well-Being in the World, Cambridge University Press 1950 - 1990,’ pp. 320. 83
Homenaje a don Luis H. Álvarez a 25 años del fraude de 1986 Juan José Rodríguez Prats
Mi madre, que tiene 97 años de edad, reza todos los días por mí y eso me permite disfrutar de enormes privilegios. Estoy convencido de que “tiene palancas muy eficaces arriba”. Por ejemplo, hoy se me concede una enorme distinción que mucho me honra: participar en este evento. El Comité Directivo de Chihuahua tuvo la enorme audacia de invitarme y yo el atrevimiento de aceptar. Les quiero confesar algo que pueden considerar ustedes una herejía. Yo andaba aquí en Chihuahua en 1985. Después de los sismos de septiembre, me vi forzado a renunciar a una dependencia del Gobierno del Distrito Federal y fui invitado a ser el delegado del PRI en Juárez, una ciudad fascinante, formada por corrientes migratorias de todo el país. Percibí entonces, en las filas del PRI, una gran admiración por los panistas. Eso hizo que me acercara a algunos militan84
tes, entre ellos Francisco Barrio Terrazas. Empecé a formar comités, a dar clases de oratoria, a integrar cuadros. Escuchaba las voces de admiración a un hombre extraordinario, que había ganado la elección en 1956 y a quien se le había robado el triunfo, don Alfonso Arronte. Uno de mis maestros era Armando B. Chávez, cronista de la ciudad, quien me hablaba de ese enorme panista, magnífico hombre. Busqué un nexo para entrevistarme con él y escuchar su versión, pero no lo logré. El seis de abril, sin saber por qué, el presidente nacional del PRI decidió mi renuncia. Con un inmenso dolor, regresé a la Ciudad de México para continuar mi carrera política. Me dediqué a escribir una biografía de Adolfo Ruiz Cortines en la que señalé que en 1956, cuando se le informó que Ciudad Juárez se había perdido, ordenó el
El texto fue leído por el autor en el evento realizado en Chihuahua, Chihuahua, el 16 de julio de 2011.
fraude electoral: se robaron tres urnas y se le dio el triunfo al priista René Mascareñas, quien compitió en contra de Alfonso Arronte. La diferencia fue de 555 votos. Hago este repaso, porque entonces y en 1986 se dieron muchas similitudes. En 1955 se formó un movimiento ciudadano en el que estaba don Lázaro Villarreal, padre de Francisco Villarreal, y Tomás Fernández, que propició la renuncia del gobernador Óscar Soto Maynez. En 1986, Manuel Bartlett, secretario de Gobernación, le pidió la renuncia al gobernador Óscar Ornelas por haber permitido el triunfo del PAN en Juárez, en Chihuahua capital y en otros municipios. En ambas fechas, al ser “renunciado” el Ejecutivo, se generaba una gran inquietud. Don Efraín González Luna solía preguntarse: “¿Hasta cuándo durará la serie increíble de verdaderos milagros de
perseverancia que vienen produciéndose desde 1939?”. Y un milagro se dio en 1956. Lo relata don Luis H. Álvarez en una entrevista que me concedió hace 13 años: “…entré al PAN de la mano del fundador. No son muchos los panistas que pueden así señalarlo. Asistía, más que nada por curiosidad, a una asamblea del PAN en Chihuahua, porque le había prometido a mi esposa que jamás incursionaría en la vida política. En un momento dado, sin que yo lo supiera, uno a uno, los precandidatos a la gubernatura de Chihuahua habían declinado; don Manuel se acercó, se presentó conmigo y me dijo ser portador de una invitación de los panistas de Chihuahua para que también yo formara parte de esa lista de precandidatos. Claro, me resistí como por cuatro horas, mientras la convención no reanudaba sus trabajos. Finalmente manifesté mi disposición para acatar el dictado de la convención, el cual se podía anticipar porque no quedaban otras opciones. Eso hizo que don Manuel se sintiera un tanto corresponsable de haberme llevado a la candidatura, porque yo era una gente totalmente ajena a la actividad política y sin experiencia alguna. Ello estableció una relación muy estrecha entre nosotros”. ¿Quién era don Luis en 1956? Acudo a alguien con enorme autoridad moral para que nos lo diga. Manuel
Gómez Morin le envió a González Luna, el 13 de abril de ese año, una carta con la siguiente reseña: En la estatal, después de más de seis horas de deliberación y de considerarse ocho candidatos, la Asamblea designó a Luis Álvarez, nativo de Camargo, residente en Juárez, de 36 años de edad, de muy buena formación técnica y espiritual, no rico; pero sí con una posición excelente, con los más limpios antecedentes como joven, como esposo, como trabajador, como empresario, como partícipe en actividades sociales y cívicas. Nunca había intervenido en cuestiones políticas pero sí en cuestiones de carácter cívico general y, muy especialmente, en la lucha contra el vicio y la corrupción, contra todo lo que está ligado al candidato oficial. La designación fue para él como un rayo; pero con mucha humildad y con mucha decisión y muy a sabiendas de todo (sin excluir los riesgos personales pues conoce bien como se trabaja en el grupo de gansters contra el que va a pelear), aceptó la carga. La reunión fue extraordinariamente dramática y a la salida me decían Raúl García y don Benjamín Elías que en otras convenciones a que han concurrido les quedaba la sensación de admiración y de júbilo; pero en ésta tenían la sensación de haber visto con sus propios ojos un milagro. Y don Luis, que efectiva-
mente no tenía experiencia política, de inmediato se abocó a buscar apoyos. Y recurro de nuevo a las palabras de don Luis en la entrevista mencionada: “Mi mujer es una personita muy fuera de serie. Si, en efecto, reaccionó con sorpresa una vez que le comenté la noticia de mi primera postulación como candidato. Pero al día siguiente me dijo que estaba conmigo, que yo había tomado la decisión y, a partir de ese momento, ha sido un apoyo invaluable. Teníamos la impresión de que las esposas de los candidatos debían acompañarnos durante las giras políticas. Creo que también ésa fue una buena contribución porque logró concitar la participación de muchas mujeres en el ámbito de la actividad política”. Por cierto, quiero aprovechar esta ocasión para reconocer la labor de una magnífica líder femenil de aquellos años, valiente, preparada y mencionada en la correspondencia entre Gómez Morin y González Luna: Jovita Granados. Después de 1956, vinieron manifestaciones cuando los panistas se enfrentaron a Teófilo Borunda y a la avasalladora maquinaria priista. Don Luis y doña Blanquita empezaron a caminar… y vino la postulación a la Presidencia de la República. La campaña de don Efraín en 1952 fue muy importante, sus discursos dejaron huella, 85
se abrió una brecha doctrinaria. Recordemos que había cuatro candidatos: don Efraín, Miguel Henríquez Guzmán, Adolfo Ruiz Cortines y Vicente Lombardo Toledano; por tanto, no se polarizó la lucha política. Pero la campaña de 1958 fue el gran detonador del PAN a nivel nacional. Don Luis y doña Blanquita recorrieron el país, sufrieron una agresión en Zacatecas, incluso se encarceló a don Luis. En la correspondencia entre don Efraín y don Manuel hay una permanente preocupación por ellos. Siguen de cerca sus recorridos, les envían gente, los asesoran. Fue una campaña de gran vigor y el partido tomó una decisión histórica cuando retiró a todos sus representantes de los órganos electorales y ordenó a los seis diputados federales no asumir el cargo que con sus votos habían obtenido. ¿Qué hizo don Luis en 1958, además de las grandes movilizaciones de protesta? Le dejo la palabra a don Efraín González Luna en un discurso pronunciado a principios de ese año en Lagos de Moreno: La recta conducta política permanente, racional y enérgica, es lo único que puede salvarnos. Es el único camino para que México sea lo que quiere y merece ser. Es la bandera que enarbola Luis H. Álvarez. Esa bandera no caerá jamás… En 1982 vino el rompimiento 86
del empresariado con los priistas a raíz de la expropiación bancaria. Y 1983 fue un año clave en el que encontramos otro acto de bondad. Francisco Barrio tocó las puertas del PAN, cuando Miguel Agustín Corral ya había ganado en la convención la candidatura a la presidencia municipal de Ciudad Juárez. Con una inmensa generosidad, Miguel Agustín declina a favor de Francisco Barrio. La campaña de ese año fue vibrante y creativa. Recuerdo que el candidato del PRI, Santiago Nieto, utilizaba la frase: “La fórmula que sí tiene apoyo”. De la noche a la mañana, las bardas se modificaron: “La mula que sí tiene hoyo”, en obvia referencia a la mula, que representa al sistema, y a su vulnerabilidad. Don Luis ganó el municipio de Chihuahua. También se abrió un hoyo en Durango con el triunfo de Rodolfo Elizondo en la capital y en otros municipios. Entonces Acción Nacional enfiló la proa hacia la Presidencia de la República. Cuando yo toqué las puertas del PAN –perdón que me refiera a mi persona–, fui a la casa de Carlos Castillo y lo primero que me dijo fue: “Tú estuviste en Chihuahua en 1986”. Lo que en su momento tanto me había dolido y había considerado un mal, resultó un bien porque pude responderle que yo no había estado en la elección, mi trabajo había terminado el seis de abril de ese año.
Y la vida me concedió otro enorme privilegio. Escribí un libro sobre la congruencia panista que prologó el propio Carlos y fui a presentarlo a Ciudad Juárez. Al salir del aeropuerto encontré a un señor esperándome. Ya en su coche, iba yo agarrado con manos y pies porque manejaba muy mal. Me pareció que tenía cierto origen tabasqueño por su manera exuberante de hablar, soltaba el volante, se cambiaba a cada minuto de carril. En fin, verdaderamente aterrado, acerté a preguntarle, “Perdón, ¿con quién tengo el gusto?”. “Su servidor, Alfonso Arronte”, me contestó. Lo admiré profundamente, me enseñó mucho sobre el PAN. Nuestra amistad se prolongó hasta su lamentable fallecimiento. Meses después de las elecciones de 1986, en Japón, ante los medios, Miguel de la Madrid reconoció que se había cometido un fraude, pero lo calificó de patriótico. Su argumento fue que no se podían entregar las puertas del país a fuerzas reaccionarias. Fíjense ustedes qué similitud. Ruiz Cortines ordenó el fraude porque no podía entregar a “la reacción” esa ciudad por el nombre que lleva. La inercia es muy fuerte, hay cosas difíciles de vencer, sobre todo en cultura política. Pero llegamos a 1988. En sus memorias, Cuauhtémoc Cárdenas dice que las reformas que permitieron la transi-
ción son consecuencia de los conflictos de ese año. Efectivamente, pero no por la actitud del Frente Democrático Nacional o del PRD, que no participaron en la negociación, sino porque el PAN sí aceptó negociar. Don Luis lo dice en una frase muy contundente: “El PAN, con su larga historia de sinsabores, tuvo más arrestos para la negociación”. Se apoyó en dos personajes con habilidades diferentes: Castillo Peraza en el aspecto doctrinario y Diego Fernández de Cevallos en la negociación. Acción Nacional se enfilaba ya seriamente a la Presidencia de la República. Si se buscara la huella de don Luis en aquel entonces, en sus discursos encuentro una idea que me parece hermosísima y que se refiere al enlace generacional que le ha dado vida al PAN: “Si hoy somos es porque ellos fueron y gracias al modo en el que fueron. Si hoy estamos, es porque ellos estuvieron lúcida, responsable y generosamente atentos a su momento y visionariamente proyectados hacia el futuro”. También señala: “Las condiciones para que se llegara a la victoria serían –y esa sigue siendo una divisa válida– la fidelidad a los principios y la unidad en torno a Acción Nacional”. Hay otra idea que lo ha acompañado toda su vida y que hoy vino a reiterar en esta tribuna: “La patria no se hace en ausencia de ciudadanos”.
Una idea fundamental para sustentar la democracia. Cuando don Luis se asomó en 1956 a esa asamblea panista, vislumbró algo muy sencillo: el deber. Francisco Barrio tocó las puertas del PAN en 1983 movido por esa misma idea, que está en el núcleo de la ética: el deber. Dice Gómez Morin: “La responsabilidad de los hombres buenos es muy grande, y sus consecuencias siempre son pesadas”. No se puede marginar la gente que asume cierto principio ético en su vida privada y pública. En otra parte dice don Manuel: “Es grave responsabilidad la de tener capacidades. Más, en un país sediento de oír la verdad y comprobar la existencia de valores superiores”. González Luna le escribe a Gómez Morin: “Usted y yo nos identificamos en algo: salvar uno de los valores más altos y entrañables para usted y para mí, el ideal y el honor de Acción Nacional”. Acción Nacional tiene ideales y tiene honor En relación al deber insisten mucho los fundadores. Recordemos el final del ensayo 1915: “El deber mínimo es el de encontrar, por graves que sean las diferencias que nos separen, un campo común de acción y de pensamiento y el de llegar a él con honestidad que es siempre virtud esencial y ahora la más necesaria en México. Y la recompensa menor que podemos esperar será
el hondo placer de darnos la mano sin reservas”. Don Luis también ha señalado el compromiso de los panistas que vamos a los cargos de elección popular: jamás perder la actitud crítica, la autocrítica; detenerse para reflexionar en algunos momentos, porque es la única forma de superar errores. Una cita más de otro gran panista. Por cierto, en los estados en donde el PAN ha tenido mayor éxito, siempre encontramos una figura señera, en Jalisco, Efraín González Luna; en Chihuahua, Luis H. Álvarez; en Michoacán, Miguel Estrada Iturbide, quien dice: “Se trata, fundamentalmente, de condenar un estilo de política, de señalar las lacras, las deserciones, los errores de la autoridad, de eso se trata efectivamente, pero de algo más que la simple condenación y crítica… se trata y eso queremos que el pueblo tome conciencia de que todas esas lacras y esos vicios tienen remedio… el que el pueblo mismo debe y va a poner… tenemos fe en los valores superiores, por eso tenemos fe en el pueblo de México… pedimos que cada hombre tome conciencia de su categoría humana”. En este repaso histórico, un tanto caprichoso, a vuelo de pájaro, concluyo con tres lecciones transmitidas por estas generaciones. Primero, en política únicamente funcionan los principios y la talacha, estoy 87
Los Think Tanks: laboratorios para la acción democrática II de VI PARTES Carlos Salazar Vargas “Cuando se está en medio de adversidades ya es tarde para ser cauto”. Lucio Séneca
convencido de ello. Si no hay principios, navegamos sin rumbo y si no hace la talacha –que son los principios transmitidos en las acciones–, la política se torna estéril. Don Manuel decía: “El tránsito de la convicción íntima a la decisión política significa un salto mortal”, fíjense qué profundidad. Ahí es donde a veces nos desviamos. Segundo, no hay atajos, no hay caminos que podamos seguir para alcanzar la meta de manera fácil. La lucha panista contra la adversidad es permanente. La seguimos dando, ustedes pudieron constatarlo en las elecciones del pasado tres
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de julio en que nos enfrentamos a las mismas viejas inercias y prácticas. Por último, esa enorme calidad humana. Hablamos de humanismo político, lo reiteramos, pero qué manera de perderlo cuando se está en el poder, cuando ya no se trata al ser humano, al correligionario, con el mismo respeto. Las vidas de Gómez Morin, de González Luna, de don Luis, de Castillo Peraza, de Christlieb Ibarrola y de tantos otros, son ejemplo de generosidad, de atención y cuidado al correligionario. Dice Estrada Iturbide que el
PAN es “una comunidad de amigos”. ¡Tenemos que recuperar esa calidad humana, ese humanismo! Como bien lo dijo Gómez Morin cuando describió en 1956 la personalidad de don Luis, esa calidad en el ser humano, en el hogar, como amigo, como compañero, como correligionario, preocupado por las causas sociales. Ese es el camino del PAN. La meta es el camino, no se trata de llegar. La meta es permanecer siempre en el camino, en preservar imitando el ejemplo, en esperar estos milagros que en mucho explican la permanencia de Acción Nacional.
Organización, formas y estructuras de los Think Tanks Los Think Tanks son instituciones con vocación de permanencia y con una estructura, una organización y un personal especializado. No tienen responsabilidades directas en operaciones de carácter gubernamental. Sus staffs profesionales tienen cualificaciones especiales, destacando, entre otras, la capacidad metodológica, el trabajo de campo y los análisis estadístico, argumentativo, histórico y de los riesgos, junto con un conocimiento de las realidades políticas y de las más estrictamente gubernamentales. Algunos de los funcionarios de los Think Tanks pueden ser externos (contratados) o residentes. En el primer caso, el personal es libre de planificar, publicar y difundir a través de los medios informativos los resultados de la investigación. Este modelo permite al Think Tanks abarcar un amplio espectro de temas públicos o tratarlos más profundamente de como lo haría su propio personal, aparte de los provechos financieros que comporta, en comparación con los pensadores contratados laboralmente.
Sin embargo, el personal externo limita la posibilidad de consolidar la fidelidad a una política investigadora, ya que el contacto entre los investigadores acostumbra ser ocasional. Adicionalmente, el hecho de mantener un sólido perfil público, implica una correcta política de relaciones públicas y al no estar presentes los investigadores en las conferencias de prensa, ni en los contactos con los decisores públicos se pierde. Además, la organización no puede hacer el seguimiento del trabajo de los investigadores ni controlar la duración de la investigación. Varios Think Tanks se han encaminado hacia los advocacy tank arraigados en la fórmula de la contratación externa y se proveen de investigadores internos para controlar la programación temporal de sus trabajos, pues su objetivo de influir en las decisiones públicas le obliga a trabajar a corto plazo. El modelo de personal residente o integrado plantea dos opciones a los Think Tanks: decidir si el personal ha de ser permanente o rotativo (es decir, que provenga de otras organizaciones homólogas) o decidir si ha de estar o no formado 89
básicamente por profesores universitarios. Por lo general, los Think Tanks que optan por un staff rotativo son centros excesivamente ligados a universidades, donde los universitarios pasan periodos sabáticos. Estas organizaciones raramente publican los resultados de sus investigaciones y no tienen un objeto político sólido. Tampoco pretenden influenciar el debate político a corto plazo. Y es que como la función de los académicos es importante como fuente de sabiduría y credibilidad, estos suelen formar parte de aquellos Think Tanks cuyos clientes son las agencias gubernamentales que necesitan legitimar sus posturas sobre la base de conclusiones socialmente respetadas y creíbles. En contraposición, los advocacy tank cuentan con pocos profesores entre su plantilla de investigadores. Aparte de los motivos de los propios universitarios -bastante refractarios a elaborar informes orientados hacia un posicionamiento predeterminado por los intereses del Think Tanks-, las principales causas de la incompatibilidad entre los advocacy tank y los académicos son de índole comunicativa: el dominio de una retórica accesible para el público en general suele chocar con el lenguaje propio de una autoridad en una disciplina concreta. Otro criterio que interviene en la configuración de la planta de investigadores es la coherencia ideológica y metodológica o tender hacia la diversidad. Sin embargo, para algunos, la orientación ideológica no condiciona la de los investigadores. Con la expansión de los advocacy tank, este pensamiento se ha visto de nuevo superado. Tradicionalmente, la ideología no era tenida en cuenta en la selección del personal, excepto en los niveles jerárquicos más elevados. Como máximo, se excluían las ideologías consideradas extremistas. Pero los advocacy tank han puesto de manifiesto que la uniformidad ideológica asegura una consistencia en los resultados de la investigación, con el peligro añadido de que puede conducir a su ignorancia por el hecho de ser percibida como excesivamente pre90
visible. El perfil ofrecido hasta el momento es compartido por la mayor parte de los especialistas en el tema y constituye un denominador común de los estudios de los Think Tanks. Sin embargo, hay cuatro factores que consideran fundamentales. En primer lugar, los Think Tanks adoptan, por regla general, la forma jurídica de la fundación y, viceversa, muchas fundaciones han acabado por actuar como Think Tanks. Esta característica acentúa el uso de las relaciones públicas no lucrativas, en especial la captación de fondos o fondeo (fundraising). En segundo lugar, son innegables los propósitos comunicativos de las ideas generadas por los Think Tanks, las cuales se deben articular a través de la instrumentalización de un plan integral de marketing social, donde el producto son las ideas. Así, la actividad primordial de estas organizaciones es la comercialización de las ideas y las herramientas competentes son las técnicas del marketing, sin dejar de lado su uso desde una perspectiva estructural y estratégica, alejada de la mera comercialización. En tercer lugar, la aparición e impulso de los advocacy tank puede dejar sin vigencia la distinción entre Think Tanks y grupos de interés, desde el momento en que su actividad está dirigida a satisfacer los intereses de sus patrocinadores. En cuarto lugar, algún autor, como Stone, confunde el «producto» de los Think Tanks con su objeto o actividad. Una cosa es la investigación como actividad primera de estas organizaciones y otra el «producto» que comercializan. Aparece, así, la dicotomía entre ideas e ideología. La separación dependerá de la cultura corporativa de cada Think Tanks. Los de marcada dependencia ideológica, conocidos como ideological tank, son abiertamente productores de ideología. Aquéllos con un objeto de análisis monotemático, también denominados specialist tank, están más lejos de una ideología globalizadora y producen informaciones sobre temas públicos como el medio ambiente, la situación de las minorías étnicas, la energía, los recursos
naturales o el terrorismo. Recientemente, han aparecido, en los Estados Unidos, los state tank, más preocupados por cuestiones de los estados federados o de un determinado condado, en lugar de problemas de ámbito nacional. Interrogarse sobre si los Think Tanks producen ideas o ideologías es un debate cuya respuesta es distinta según el organismo observado o porque es ya de por sí espinoso distinguir cuándo se encuentra ante una idea y cuándo ante una ideología -si es que es posible distinguir ambos términos- o por el hecho de que por encima de ambos conceptos se impone a marchas forzadas el de “interés”. Interés que abarca tanto al instituto de investigación como al cliente que lo contrata. Desde este punto de vista -que los diferencia de las estrictas organizaciones sin ánimo de lucro- es significativo que los productos de los Think Tanks no siempre están destinados a figurar en la agenda pública. En ocasiones, sus informes son commercial in confidence, cuyo destino se limita al uso interno y confidencial del cliente. Aún así, ello no excluye que la agenda de investigación de algunos de ellos esté determinada exclusivamente por el comité de investigación, sin posibilidad alguna de intervención o condicionante por parte de los intereses privados. Adicionalmente, la dimensión comunicativa de los Think Tanks puede ser técnica o estratégica. La primera se enmarca en el contexto del marketing de las ideas, en donde aparece la creciente presencia de las relaciones públicas en sus labores diarias que dada su efectividad, utilizan agencias de relaciones públicas para promocionar sus publicaciones. Hoy en día, dichos informes y publicaciones se analizan en los principales medios informativos, lo mismo que sus investigadores más destacados aparecen en los programas de debate con más audiencia. Esta mediatización se ha convertido en un factor endémico a la hora de perfilar los Think Tanks. La función de situar en la agenda pública ideas que los transforman en observadores y portavoces -en principio neutrales- de las problemáticas
públicas y sociales, hace que el papel de la comunicación sea vital en su actividad difusora. Así mimo, tal y como sucede con otros grupos de interés como las ONG o los movimientos sociales, como grupos activistas deben captar la atención informativa organizando eventos demostrativos de la existencia de un conflicto. En cambio, los medios de comunicación se interesan por las ideas de los Think Tanks y no por sus actos reivindicativos. Una muestra clara es la Heritage Foundation, buque insignia del movimiento intelectual conservador, que destina aproximadamente un 35 por ciento de su presupuesto -mucho más que el resto de Think Tanks- al marketing de sus productos. A pesar de ello, los dirigentes de los Think Tanks se distancian de su condición de meros estrategas del marketing. Pero las técnicas más utilizadas son las propias de las relaciones con la prensa, en especial las conferencias de prensa para informar a la opinión pública de su postura en un determinado asunto de ámbito nacional o internacional. De hecho, los medios de comunicación social son sus principales canales de influencia. El ejercicio continuado y cuidadoso de las relaciones con la prensa los equipara al resto de actores del panorama político, cada día más preocupados por aquello que se conoce como el going public, es decir, apelar directamente al público a través de los medios de comunicación para conseguir el respaldo a una iniciativa, idea, causa, etc. La estrategia del going public de los Think Tanks tiene como objetivo generar datos e información que es transmitida a la audiencia, a los futuros votantes a través de los medios de comunicación tradicionales y de la Internet. En este sentido, el going public supera la teoría del doble nivel de conocimiento o doble flujo de la comunicación, reduciéndolo a un único nivel configurado por la relación directa entre el elector y la fuente del mensaje político, especialmente en la cibercomunicación. La política de presencia mediática, propiciada por el aumento de los debates públicos y la 91
propia estructura de la programación televisiva, ha conducido a la fisura de la tradicional percepción de la imparcialidad ideológica de los Think Tanks. Para generar la discusión y el debate, los talk-shows necesitan vertebrarse como un combate ideológico entre expertos. Este factor ha supuesto el posicionamiento ideológico de los Think Tanks a través de los medios, siendo víctimas de sus propias técnicas de actuación, al convertirse en prisioneros y protagonistas del conflicto -en este caso ideológico- como fuente de interés informativo. En pocas palabras, la transformación de los Think Tanks en advocacy tank es un proceso paralelo al aumento en el uso que han hecho de las relaciones con la prensa, en un claro exponente del influyente rol del marketing en el intercambio de los mensajes políticos. Así, el marketing como categoría comunicativa prioritaria de los Think Tanks, ajena a la estrategia de comercialización de sus productos, puede contemplarse desde una triple dimensión: • Desde el punto de vista de la financiación: considerando los Think Tanks como organización no lucrativa (se trata de un rasgo común a todas estas organizaciones). • Desde el punto de vista de la colaboración: en tanto que fuentes de conocimiento, de información experta y creíble, con aquellos actores políticos que quieran hacer valer sus intereses ante los poderes públicos. Esta segunda dimensión puede dividirse en dos orientaciones, según que el papel de los Think Tanks sea prospectivo (en el caso de la gestión de conflictos potenciales) o reactivo (en el caso de cabildeo). De acuerdo con la clasificación de Weaver, es una característica de las «universidades sin alumnos» y de las «organizaciones de investigación contratada», que se verán más adelante. • Desde el punto de vista de la acción política: actuando simultáneamente como grupos de interés y como cabilderos y por consiguiente, 92
como promotores y ejecutores de acciones de cabildeo. Ésta es una particularidad propia de los advocacy tank. En cuanto a la primera dimensión, los Think Tanks son financieramente autónomos. Los más importantes cuentan con recursos procedentes de antiguas donaciones, de otras fundaciones, de corporaciones y de aportes voluntarios. El fundraising es el programa utilizado en estos casos y constituye una función esencial del marketing de estas organizaciones sin ánimo de lucro, hasta el punto de que pueden condicionar no sólo su neutralidad ideológica, sino que contribuye a la proliferación de los advocacy tank, la mayoría de los cuales ha recibido aportes económicas de intereses particulares y corporativos para incidir en el establecimiento de la agenda de investigación política En cuanto a la segunda dimensión, los Think Tanks pueden ser considerados como grupos de interés (de sus fundadores, de sus miembros, de un determinado partido con el que están vinculados) que, si bien no tienen como objetivo primario ejercer acciones de cabildeo, realizan un papel crucial en dichas estrategias. Además, su asesoramiento es una de las técnicas cabilderos para otorgar credibilidad a las ideas defendidas por el grupo de presión al que representan, en particular en las fases de análisis de la situación previa a la construcción de un respaldo público y en la fase de influencia en la legislación lo cual les otorga la dimensión estructural, a menudo como fuente de información. De este modo, son multifuncionales dentro del modelo de marketing. Sin perder de vista su función exclusivamente técnica o instrumental, como analistas de los problemas latentes al servicio no sólo de los actores políticos, sino de otras organizaciones en la gestión de conflictos potenciales, los Think Tanks forman parte de los públicos especiales y son receptores y a la vez difusores de mensajes informativos con efectos de influencia en otros públicos indirectos.
En lo que atañe a la dimensión como grupos de presión, su influencia en las decisiones públicas es indiscutible, pues un alto porcentaje de los outputs de estas organizaciones repercute en la política gubernamental. El paralelo con las organizaciones de cabildeo es también de índole organizativa ya que entre los miembros y los principales analistas de los Think Tanks se encuentran, como sucede entre los cabilderos, antiguos funcionarios de la administración pública. Además, pueden trabajan a favor de necesidades identificadas, analizadas y transmitidas a la administración pública, para pasar, luego, al siguiente punto de la agenda. Así, el panorama actual y horizonte tradicional del Think Tanks independiente de cualquier interés público y privado, se dirige hacia la figura del advocacy tank, que actúa transparentemente para defender los intereses de sus miembros y de sus benefactores y de un Think Tanks considerado como público informado de los programas de marketing, se pasa al grupo de interés, es decir, a un público activo y a menudo activista. Clases, tipologías, y clasificaciones de los Think Tanks Para lograr una mejor comprensión del concepto de Think Tank se abordará la cuestión de la tipología adoptando la clasificación propuesta por Kent Weaver. Valga la pena aclarar que este intento de tipologización que se hace es al interior de la sociedad estadounidense, pero sirve de base para sacar algunas conclusiones. Según este autor, se puede clasificar los Think Tanks en cinco (5) clases: La primera categoría la constituyen las «universidades sin estudiantes» (universities without students). En ella se describen instituciones con un gran número de personal investigador (que puede estar formado por profesores universitarios) que trabaja principalmente en la elaboración de libros y publicaciones diversas. A diferencia de las universidades, el personal de estos Think Tanks no se dedica a la formación diaria
de estudiantes en el sentido en el que lo hacen los docentes universitarios. De otra parte, las áreas temáticas de investigación están mucho más centradas en la actividad política de lo que lo están los departamentos universitarios que son más académicos y más teóricos. Y es que los resultados de la investigación de ambas organizaciones difieren por dos motivos básicos. En primer lugar, los investigadores universitarios se enfrentan a unos incentivos diferentes: el interés en cuestiones políticas sustantivas y el hecho de que el proceso político raramente gratifica si no contribuye teóricamente a la disciplina del investigador. En segundo lugar, los analistas universitarios no tienen tantos contactos con los actores políticos como los de los Think Tanks a la hora de elaborar sus investigaciones. Ello implica que los Think Tanks generen conclusiones más sensibles a los debates políticos corrientes que las de las universidades tradicionales. Asimismo, la diversificación de las fuentes de financiación es una característica de estas «universidades sin estudiantes», ya que los fondos proceden de corporaciones, individuos y fundaciones. Esta variedad de patrocinadores reduce el riesgo de reacciones negativas ante los hipotéticos resultados negativos de una determinada investigación encargada por un cliente. Corresponden entonces, a instituciones que ponen el acento en la calidad de la investigación y en el trabajo de sus académicos y como tales, suelen poseer estándares de objetividad rigurosos y fomentar un tipo de investigación no partidista. Su principal diferencia con los centros universitarios es su enfoque práctico, lejano de los debates teóricos de las distintas disciplinas. El segundo modelo de Think Tank lo conforman las “organizaciones de investigación contratada” (contract reserach organizations). Como su nombre indica, actúan contratados por el gobierno o por los intereses privados para iniciar una investigación en cualquier campo. A diferencia de la objetividad característica de las “universidades sin estudiantes”, que las incluyen en la 93
categoría de forum Think Tanks, este modelo goza de una marcada idiosincrasia partidista o interesada, de acuerdo con los intereses de los fundadores, de los miembros y de los clientes. Son, pues, los aliados ideales en las acciones de cabildeo de los grupos de interés, con el añadido de que sus conclusiones han de concordar con los intereses de sus clientes, si no quieren perderlos en beneficio de Think Tanks de la competencia. Estos institutos de investigación bajo contrato, si bien se asemejan a los Think Tanks universitarios en sus métodos, se diferencian principalmente por sus fuentes de financiamiento, las cuales provienen de contratos con agencias gubernamentales o empresas privadas. La Rand Corporation se inscribe en esta tipología, dada su estrecha colaboración con el departamento de defensa estadounidense. En tercer lugar, Los “Think Tanks de defensa” (advocacy Tanks) –o transition Tanks– son el tercer modelo establecido por Weaver. Es el más reciente y destaca por su agresiva política, con el fin de que su ideología (vinculada a algún partido) sea recogida por la agenda pública. Para influir en el debate político vigente en cada momento, recurren especialmente a las técnicas de las relaciones públicas unidireccionales. Los formatos utilizados para difundir sus mensajes suelen ser los folletos, cartillas, revistas e informes (papers), más que los libros. Hay una gran dificultad para separar esta categoría de los grupos de presión ya que su principal objetivo es provocar un cambio en la acción política y no tanto, realizar investigación política. La proliferación de los advocacy tank y la conversión en Think Tanks de ideología tradicionalmente neutral es uno de los límites a la presentación de estas organizaciones como instituciones imparciales y objetivas y es un tema relevante a la hora de analizarlas en el marco de un mercado competitivo de las ideas. Y es que tradicionalmente, los Think Tanks cultivaron la imagen de imparcialidad e independencia a la hora de investigar problemas, lo 94
que se traducía en llegar a conclusiones, más que proveer justificaciones a conclusiones que ya habían sido formuladas por investigadores. Con la aparición de los advocacy tank, la imparcialidad ideológica está en crisis. Una de las razones radica en el panorama mediático, especialmente el televisivo. Del mismo modo, conviene resaltar la importancia que el término advocacy está adquiriendo en el argot anglosajón de las relaciones públicas, en donde la defensa de los intereses es uno de los componentes intencionales estructurantes de las relaciones públicas. El concepto de advocacy tank es, por consiguiente, un elemento más, que demuestra la función cada vez más intrínseca del marketing en la actividad de estas organizaciones y por extensión, en la vida política general. Consecuentemente, estos centros militantes (advocacy), combinan una fuerte carga ideológica y partidista, con un poderoso aparato publicitario destinado a influir en el debate público y más que generar investigación original, adoptan ciertos temas anclas y aprovechan resultados de investigaciones existentes. Su interés es hacer accesible tales resultados a los tomadores de decisión políticos a través de documentos breves y de fácil lectura. También se interesan mucho por y en los medios de comunicación y en poder instalar temas definidos como de “interés público”. Su mayor riesgo es justamente ser percibidos como rígidos y predecibles en cuanto a su producción. Más que buscar las mejores políticas para determinados problemas, centran su atención en la denominada “Guerra de ideas”. Los Think Tanks de partidos políticos: Organizados en torno a los partidos políticos, pero intelectualmente autónomos, su trabajo es directamente útil a estos últimos (proveedores de discurso). Una pequeña parte de su financiamiento está dedicada a su labor de Think Tank, aunque generalmente constituyen poderosos laboratorios de ideas, pues trabajan directamente con las élites partidarias, los ministerios y los representantes elegidos.
Los Think and do Tanks: Es una quinta forma adicional, no excluyente de las anteriores, cuya actividad se concreta en la organización de actos y eventos con el propósito de recaudar material diverso para ayudar a un grupo o entidad específica. Se emplean a menudo técnicas de la movilización de bases populares (grassroots lobbying), el establecimiento de coaliciones y el activismo en la defensa de sus intereses y la investigación es una función secundaria. Esta dimensión activista (el do de su denominación) los configura como un tipo específico de advocacy tank. Otra clasificación (Andrés Thompson, 2000) propone cuatro distintos subgrupos posibles de instituciones de este tipo: (1) los centros académicos privados, (2) las fundaciones políticas, (3) las universidades y (4) las organizaciones no gubernamentales de abogacía. Por su parte, Paul Dickson (1981) propone tres (3) categorías: (1) organizaciones no gubernamentales independientes o afiliadas a universidades que se dedican a las ciencias sociales (2) organizaciones con fines lucrativos del tipo consultoras y (3) organizaciones independientes, sin fines de lucro y que reciben aportes especialmente privados o internacionales. Teniendo en cuenta las diferencias comparativas entre los sistemas políticos y las sociedades civiles, se pueden establecer las siguientes tres categorías que tratan de abarcar la gama total de Think Tanks (1) afiliados a una universidad (2) afiliados al gobierno y (3) afiliados a un partido político. Una clase importante corresponde a los “Think Tanks Políticos”. Y es que puede decirse que todo político con aspiraciones tuvo, tiene o debe tener esta ayuda que lo respalde. Algunos han sido serios, la mayoría efímeros, otros constan de una secretaria, un asistente y una línea telefónica. Estos últimos son más una forma de financiamiento alternativa que verdaderas usinas de pensamiento de políticas públicas. Estas instituciones muchas veces no cumplen su cometido, porque los políticos terminan –como demuestra el caso de la economía– tercerizando
su manejo en técnicos de Think Tanks independientes no relacionados con el partido. Es difícil ver en los “Think Tanks Políticos” verdaderos y estables institutos de pensamiento e investigación de políticas públicas. Son más bien elementos transitorios que acompañan los vaivenes de un candidato o de un proyecto político, aunque hay excepciones. Hay quienes dejan un cargo y necesitan una plataforma de inserción en la sociedad política. También están los que canalizan a través de ellas aportes económicos que de otro modo no podrían aceptar. O se crean estas organizaciones para contener a dirigentes políticos o técnicos amigos, una vez que se deja el gobierno. De ahí que tengan una vida inestable, bastante atada a los vaivenes del dirigente al que responden, lo cual sucede precisamente por la ausencia de instituciones de pensamiento vinculadas institucionalmente a los partidos políticos. Aquí son los dirigentes los que arman su fundación y esto les plantea un gran desafío de estabilidad y volver sistemáticas a sus actividades. Atendiendo al fin perseguido, se pueden clasificar entre los que pretenden informar el debate público (forum Think Tanks) o aquéllos que quieren imponer su visión particular sobre una problemática pública (committed Think Tanks). Esta distinción confirma que los segundos actúan como los grupos de presión, mientras que la dimensión informativa de los primeros los convierte en meros informadores desvinculados 95
de intereses privados, cuya colaboración puede ser más eficaz como público aliado en una determinada acción destinada a influenciar en la toma de decisiones públicas. Formas, prácticas y campos de influencia de los Think Tanks1 Algunos de sus promotores afirman que sus propuestas han ejercido una alta influencia en la evolución de las ideas políticas y económicas en todos los países, sin excepción, sean estos ricos, pobres, desarrollados, en vías de desarrollo, con o sin tradición democrática. Y es que: 1. En cuanto a su ideología, es dentro de los Think Tanks generalistas donde surgen las polémicas sobre su independencia. 2. Las distintas relaciones entre los Think Tanks y los partidos políticos ofrecen una amplia gama que discurre entre la independencia y el cabildeo como presión a las administraciones. 3. Se acepta que los Think Tanks de partido son muy importantes en la creación y estructuración de programas electorales, pero no pueden ser referencias independientes. 4. Algunos se han convertido en el retiro de muchos líderes políticos y muchos altos dignatarios participan en mayor o menor medida en alguno de ellos. 5. Políticos de distinto signo adoptan -sin abandonar la vida pública- un perfil más bajo en estas instituciones que en sus grupos parlamentarios, creando Think Tanks a su medida, tratando siempre de no perder los vínculos con la política. 6. Fuera de los partidos, también resulta complicado alejarse de las ideologías. 7. Al igual que en la tradición anglosajona, la mayoría de los Think Tanks se consideran a sí mismos “de inspiración liberal”. Sin embargo, el panorama ideológico abarca todo el espectro político, desde la izquierda liberal a la derecha conservadora. Para este tema son sugerentes las obras del premio Nóbel F.A. Von Hayek, promotor de la London School of Economics and Political Science.
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8. La mayoría de los Think Tanks se integran en redes en las que se comparten datos, información, análisis y posiciones, una especie de asociación para trabajar alrededor de los mismos objetivos. 9. La dependencia de patronatos para su supervivencia, puede condicionar incluso a los centros más académicos, de producción y corte intelectual. 10. Algunas de estas instituciones se pueden considerar como instrumentos de presión de determinadas élites políticas y económicas, que se sirven de ellas para alcanzar mayor influencia. 11. “Habitando una zona gris entre reflexión y acción, el Think Tank nace así de la voluntad de influenciar el proceso político según una cierta concepción del interés público, apoyándose en la investigación aplicada a los temas de interés público y a la difusión de soluciones adecuadas respecto de quienes toman las decisiones.” 12. Estas organizaciones se legitiman internacionalmente gracias al modelo de “democracialibre/comercio” que ha incitado la globalización acelerada. 13. Estas agrupaciones participan de un contexto en el que predomina el modelo del “mercado de ideas”, donde la legitimidad ideológica depende mucho menos de los partidos políticos que de la acción constante sobre los “tomadores de decisiones”. 14. Más que la conquista masiva de un electorado a partir del juego democrático clásico, lo que interesa a los Think Tanks es la influencia sobre las élites políticas y empresariales, además de una acción constante sobre la opinión pública a través de los medios de comunicación. 15. Contribuyen a una cierta visión (la suya) del interés general, tanto si está fundada en la importancia de beneficiar a los tomadores de decisión de los progresos de las ciencias sociales; en un análisis riguroso para proponer soluciones innovadoras (supuestamente
imparciales), o bien centrada en los fundamentos de una visión particular del mundo. 16. Los Think Tanks no son las únicas agrupaciones orientadas a pensar la política, pero en ellos, lo que los distingue de otras agrupaciones es la combinación entre fundamentos teóricos y su orientación pragmática respecto de temas de alto impacto social. 17. Lejos de la reflexión teórica esencialmente propia de las universidades, los Think Tanks utilizan metodologías de las ciencias sociales con objetivos políticos claros y encuadrados en nociones de valoración previamente definidas. 18. Su mayor o menor grado de neutralidad está dado por las nociones de valoración y no tanto por la eficiencia técnica de sus metodologías de análisis, que suelen ser las mismas que se utilizan en la academia, e incluso más sofisticadas. 19. Un real impacto puede concluirse de las definiciones conceptuales que guían la investigación y en el uso que se hace de los resultados, por parte de los Think Tanks. 20. En la lógica de los Think Tanks, el conocimiento no posee un valor como tal, sino en tanto instrumento al servicio de ciertas políticas públicas y de una concepción determinada de la realidad social y la defensa de tales valores define los temas, orientaciones y resultados de la investigación. 21. Es posible comprender de mejor manera el accionar de estas agrupaciones en el contexto de lo que se ha definido como “mercado de ideas” o aquello que algunos (Serge Halimi) llaman “guerra ideológica”. El aumento vertiginoso de estas agrupaciones en los últimos años, ha generado una especialización y competencia creciente. Es así como han surgido una serie de temas que se relacionan con la administración y supervivencia de los Think Tanks. Estos “issues” son compartidos por la mayoría de estas instituciones y tienden a definirlos.
Un primer tema es el de la imagen, ya que se intenta cultivar un perfil de imparcialidad y de neutralidad investigativa, a pesar de la fuerte presión que existe por parte de los financistas por sacar conclusiones favorables a sus intereses particulares. Sin embargo, el predominio de los Think Tanks “militantes” ha alterado este escenario, dando mayor preponderancia a las actividades de cabildeo y publicidad. Un segundo punto es la producción intelectual, muy diversificada y va desde libros e informes técnicos, hasta reportes y análisis resumidos de lectura rápida que han ganado gran relevancia debido a la escasez de tiempo de los tomadores de decisiones. Es característico, además, la necesidad de producir informes en un lenguaje más simplificado y apto para un público más amplio. En tercer lugar, el staff de trabajo y la disyuntiva entre tener un equipo permanente de investigadores o por contrato. Esta decisión se ha agudizado con la necesidad de contar con expertos residentes que deben responder regularmente a las demandas de los medios de comunicación. En tal sentido, los Think Tanks militantes suelen preferir equipos profesionales con un perfil académico menor, menos preocupados del descrédito académico que conlleva el trabajo de cabildeo. Por otra parte, los académicos con un fuerte perfil universitario suelen utilizar un lenguaje poco adecuado para el público general. Un cuarto punto es el financiamiento, es probablemente uno de los puntos más sensibles de estas organizaciones sin fines de lucro. Sin embargo, resulta muy complicado conocer los montos y el origen del financiamiento de estas agrupaciones máxime si no existe una “cuenta pública” que permita conocer con mediana exactitud esta información. Las fuentes de financiamiento, no en todos los casos claras, suelen ser las siguientes: donaciones internacionales privadas, públicas o multilaterales; subsidios o becas, abonos y contratos o venta de estudios al sector privado: Una buena parte de los fondos provienen del sector 97
privado; empresas, fundaciones, donaciones personales. Por último, como quinto, está la cuestión de si la agenda de trabajo define el carácter y alcance de la organización y en qué medida se focalizará en un tema en específico o bien cubrirá un amplio espectro de cuestiones de interés público. De ello dependerá también su grado de especialización y la influencia que logrará en la orientación de las políticas públicas. En cuanto a los roles de un Think Tank -siguiendo a Thompson- se pueden mencionar los siguientes: • Acumulación de conocimientos y fuente de ideas para los policy makers; • Evaluación de programas gubernamentales; • Reclutamiento y capacitación de expertos de y hacia funciones de gobierno; • Fuente de opinión autorizada para el debate mediático; • Estructuración de seminarios, mesas redondas y publicaciones; • Crear un ámbito de intercambio, debate y negociación. Indistintamente de su estructura, los Think Tanks se han convertido en actores importantes y permanentes del panorama político, de tal manera que ahora y en muchos países, forman parte integral del proceso político. Los Think Tanks han desempeñado muchas funciones diferentes, que incluyen: • Realizar investigación y análisis de problemas de políticas públicas • Proveer asesoramientos inmediatos sobre intereses de políticas públicas • Evaluación de programas de gobierno y sus políticas públicas • Interpretación de políticas públicas para los medios de comunicación electrónicos e impresos, facilitando así la comprensión pública de las iniciativas y los apoyos a ellas • Facilitar la construcción de “redes de temas” 98
que involucran un conjunto diverso de actores políticos que se reúnen sobre una base ad hoc en torno a un tema o problema de política pública particular • Proveer al gobierno una dotación de personal clave y experimentado en eso temas. Si bien el surgimiento de los Think Tanks no siempre ha sido considerado en los círculos políticos algo cuya bondad se admite y se ve con reservas, sin embargo, los centros han tenido una influencia más positiva que negativa en el proceso político, lo cual es particularmente evidente en países en desarrollo y transición, donde han servido como agentes catalizadores del cambio y ayudan a transformar el panorama político y a crear una sociedad civil mejor informada, vibrante y participativa. Aun cuando las tradiciones históricas y políticas de las regiones del mundo difieren significativamente y aun cuando cada país tiene su propio conjunto específico de problemas y necesidades de política, se pueden extraer de la experiencia de otros países algunas lecciones útiles. Además, estos factores se combinan para oponerles muy pocas barreras a los analistas de políticas, ideólogos y empresarios que quieren entrar en el mercado de ideas y contribuir al proceso de creación de políticas públicas efectivas. Los Think Tanks han cobrado importancia porque pueden hacer lo que las burocracias gubernamentales no pueden en cuanto a que: • Se orientan más efectivamente hacia el futuro que los funcionarios gubernamentales de investigación, quienes trabajan en un ambiente en el que los esfuerzos de “perturbación creativa” son raramente recompensados. • Tienen más probabilidades de generar agendas políticas de nueva configuración, en tanto que las burocracias prosperan en el ambiente de procedimientos operativos estándares que maximizan la seguridad. • Son más capaces de facilitar la colaboración entre grupos separados de investigadores
que tienen un propósito común, porque no tienen un interés creado permanente en un campo cualquiera. Además, ayudan a la síntesis intelectual que se deriva de derribar las barreras burocráticas, porque: • Diseminan mejor que las agencias gubernamentales, las investigaciones de políticas públicas relevantes, dentro del gobierno y externamente, a las élites políticas, los medios de comunicación y el público. • Son más diestros trabajando con la naturaleza interconectada de las cuestiones de políticas mundiales. • Son más capaces de reunir y hacer participar en el proceso de creación de políticas a aquellos que tienen algún interés en él. • Son más efectivos en lograr comprimir el proceso político -desde la recopilación de datos hasta la creación de conocimiento y políticas. • Conciben mejor los medios de realización que las burocracias gubernamentales, que pueden estar segmentadas internamente por departamentos y áreas de especialización. Se observa, entonces, que uno de los objetivos fundamentales de los Think Tanks es que sus propuestas lleguen a los actores políticos, económicos y sociales y a la sociedad en general. Realmente, de nada sirve elaborar valiosos estudios si luego sus destinatarios (normalmente, los poderes públicos y el sector empresarial) no los tienen en cuenta. Por eso, el éxito de un Think Tank depende en primer lugar de su capacidad de influir y forjar opinión pública mediante todas sus actividades y publicaciones. Y es que la clave para cambiar la agenda de un país es influir en la opinión pública, no en los políticos. Los políticos pueden hacer caso a alguna propuesta técnica concreta, pero lo verdaderamente efectivo es tratar de influir en la
opinión pública para que ésta cambie la actitud de los políticos. Los principales aliados de los Think Tanks en esta tarea son los medios de comunicación, para los cuales organizan reuniones y ruedas de prensa, producen también publicaciones (informes, monografías, revistas, libros, anuarios, etc.), se asocian con redes nacionales e internacionales, y organizan actos de diversa naturaleza (seminarios, conferencias con analistas de prestigio, etc.). Indudablemente, el Internet ha favorecido enormemente el contacto de ellos con el gran público. Otra clave del éxito de los Think Tanks y que guarda relación directa con la posibilidad de influir en la opinión pública, es la calidad de los trabajos y de los expertos que los hacen, pues si lo que se produce no es bueno, la institución desaparece. Principales funciones y desempeños de los Think Tanks Weaver, Boucher y Royo, identifica y clasifica claramente, cinco funciones: 1. Fuente de ideas sobre políticas públicas: En general, se trata de explorar y popularizar ideas que pueden no ser políticamente realizables en el corto plazo, pero que gradualmente pueden lograr aceptación entre los tomadores de decisiones. 2. Fuente de evaluación de propuestas de política pública: En este caso se trata menos de la difusión de ideas, que de la evaluación de propuestas dirigidas a las autoridades políticas. Generalmente toman la forma de libros o guías de política pública que suelen entregarse a las nuevas administraciones. 3. Evaluación de programas gubernamentales: Una vez que los programas gubernamentales han sido puestos en marcha, diversos Think Tanks los evalúan para conocer su grado de eficiencia operativa y el logro de sus objetivos iniciales. 99
funciones genéricas son desempeñadas por ellos, con mayor o menor intensidad, con las salvedades propias del contexto nacional en el que se desenvuelvan:
4. Formación de expertos: Una de las tareas tradicionalmente asociadas de los Think Tanks, corresponde a la formación de personal calificado para tareas de gobierno. Estas agrupaciones proveen de expertos con alto conocimiento respecto de las mismas propuestas que fomentan. También suelen generar los denominados “gobiernos paralelos”, donde quienes han perdido las elecciones pueden refugiarse, mantener un empleo, generar crítica y prepararse para el regreso al poder reforzados de “nuevas ideas”. 5. Fuente de autoridad técnica: Los investigadores de los Think Tanks suelen ser consultados por los medios de comunicación en tanto fuentes “autorizadas” de información y opinión. Al mismo tiempo, las demandas de los medios son apoyadas por los gerentes de estas instituciones de pensamiento, convencidos de que un alto perfil público puede mejorar la imagen de la organización y aumentar las opciones de financiamiento.
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La ambigüedad conceptual de los Think Tanks ha conducido a los estudiosos a preocuparse de cuáles son sus funciones para poder explicar su naturaleza. Las siguientes
• Realizar un análisis intelectual de las problemáticas políticas mediante metodologías de diferentes disciplinas, como la Historia, las Ciencias Sociales, el Derecho o, incluso, las Matemáticas, que aplican a cuestiones relevantes de la acción de gobierno. • Preocuparse de las ideas y de los conceptos políticos, investigando y examinando las normas que presiden la decisión pública. • Recoger y clasificar la información política relevante. • Mantener una perspectiva a largo plazo, centrada en las tendencias más que en los acontecimientos inmediatos, por lo que los Think Tanks son una fuente de información capital para la planificación de estrategias de la gestión de conflictos potenciales. • Desvincularse, en mayor o menor medida, del gobierno y de los partidos políticos. • Presionar al gobierno, ora influenciándolo directamente a través de publicaciones y su impacto en el debate público, ora a través de la discusión directa con sus miembros. Esta función los aproxima a los grupos de interés. • Comprometerse a informar a una amplia audiencia, utilizando las más diversas técnicas comunicativas: publicaciones, relaciones con la prensa, reuniones y foros, con la participación de altos funcionarios y académicos. Este listado es útil como instrumento para evaluar los objetivos de los Think Tanks, pues, según cual sea el énfasis que pongan en cada uno de los puntos, se puede establecer una clasificación de acuerdo con su cumplimiento. Sin embargo, algunas de las funciones anteriores son comunes a la gran mayoría de estas organizaciones. A pesar de los problemas inherentes a cualquier intento de ofrecer un listado de su estruc-
tura y funciones, hay dos objetivos comunes a todos ellos, independientemente del esfuerzo que inviertan en su logro. El primero es influenciar en el clima de opinión en el que se mueven los actores políticos. El segundo es informar a quienes toman las decisiones públicas, contactando con parlamentarios, altos cargos o funcionarios de la administración pública. Esta dimensión confiere a los Think Tanks una naturaleza que dificulta distinguirlos de los grupos de presión, al menos operativamente. Horizontes, alcances y límites de los Think Tanks Para aclarar cuáles son fronteras estructurales, funcionales y operativas de los Think Tanks en relación con otras figuras similares, se adopta también la metodología del benchmarking fundamentada en la observación y el análisis de aquellas organizaciones que son consideradas como tales. Su realidad demuestra la diversidad de envergaduras, estructuras, áreas políticas de análisis y significación política de los mismos. Algunos se manifiestan no implicados ideológicamente. Otros gozan de motivaciones políticas e ideológicas. Unos tienen un talante académico, basado en la investigación y adaptado a los intereses universitarios, mientras que los hay más comprometidos con la defensa y el marketing de las ideas. La especialización también es un elemento diferencial pues hay Think Tanks para temas de medio ambiente, otros centrados en ámbitos geográficos determinados o los hay especializados en política internacional. La diversidad en el estilo, la actividad y el objeto de análisis tampoco hace fácil una definición comúnmente aceptada de ellos. Así se llamen Think Tank, “fundaciones”, “institutos” o “centros de estudios”, o adopten cualquier sigla o logotipo, son cuatro las principales circunstancias de índole política del crecimiento constante de los Think Tanks en EEUU y su conocimiento puede ser muy útil para sacar conclusiones para nuestra región. En primer lugar, la balcanización del sistema
gubernamental. El sistema político estadounidense reposa en la separación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. A diferencia de otros sistemas, el Congreso no adopta automáticamente el programa del Presidente, ya que el primer mandatario también legisla. Cuando el Congreso y la Presidencia están controlados por partidos diferentes, se incrementa la posibilidad de acciones independientes y de conflicto, lo cual genera una multiplicidad de analistas. De otra parte, los departamentos del gobierno también están fragmentados en diversas agencias gubernamentales, con intereses propios y preferencias políticas. Esta fragmentación de la administración pública estadounidense dificulta su control por el responsable del departamento. La balcanización también afecta al Poder Legislativo. Tanto la Cámara de Representantes como el Senado actúan independientemente y los procesos de negociación entre ambas cámaras se limitan a periodos poslegislativos. Su estructura en diversas comisiones y, sobre todo, subcomisiones, también denota la disparidad del Poder Legislativo; amén de la ausencia de la «disciplina de partido», que implica que cada parlamentario puede decidir de acuerdo con sus posturas políticas sometidas a las presiones de sus electores y grupos de interés. Asi-
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mismo, el sistema federal estadounidense extiende esta dispersión a las responsabilidades políticas del gobierno federal y de los gobiernos federados, que se suma a la ya existente en el seno del sistema capitalista entre las responsabilidades de los sectores público y privado. Tal multiplicidad de participantes en el juego político se incrementa con la creciente importancia del tercer sector, el de las organizaciones sin ánimo de lucro. En segundo lugar, son pocos los cuerpos que aglutinan los intereses privados. Los partidos políticos no se han comprometido seriamente en el desarrollo político. Además, existe una carencia de estructuras corporativas que permitan negociar con el gobierno en nombre de los intereses privados. En tercer lugar, los problemas gubernamentales son cada día más complejos y están cada vez más interconectados, como demuestra el conflicto entre el desarrollo económico y el medio ambiente. Este factor comporta la dificultad de encontrar expertos o consultores que puedan analizar esta complejidad que supera las especializaciones académicas. Si a esto añadimos las interdependencias internacionales, la situación se complica todavía más. El cuarto es el aumento de nombramientos de políticos para cargos de gestión pública en detrimento de técnicos expertos. Ello comporta que los burócratas estén más preocupados por su supervivencia política y por el mantenimiento de las prerrogativas que por las políticas públicas. Definitivamente, cualquier comparación entre sistemas colisiona con la tradición de las libertades que condiciona sus respectivas culturas democráticas. Un factor crucial al que se ha prestado poca atención, como en el caso de los líderes de opinión, es su relación e impacto con los medios de comunicación pues como librepensadores, han de informar a sus públicos que son esencialmente dos: (1) los decisores públicos y (2) los medios de comunicación social. Se crea así una dinámica de in102
terdependencia entre las organizaciones de análisis político y sus públicos, derivando en una necesidad mutua. Como se resalta (Denham y Garnett, 2000) la presencia de la etiqueta Think Tank en un informe de una organización es aparentemente una garantía de atención mediática. Esta necesidad mutua (que no implica entendimiento mutuo) ha llegado a desnaturalizar la actividad de ellos, pues al actuar como meros agentes de prensa, se han sometido a los imperativos de la cobertura y la presencia mediática. Es interesante observar también, cómo los Think Tanks británicos han adoptado la tendencia a anticiparse a aquellos temas de interés informativo para los medios, más que a enfrentarse a problemáticas para la reforma de políticas públicas. Es decir, la faceta comunicativa de los Think Tanks es tan destacable como la investigadora y en este contexto, el marketing constituye una de las alternativas para comunicación efectiva (eficiente y eficaz) Ideas de los Think Tanks para ampliar, desarrollar y capitalizar Phillip N. Truluck, vicepresidente ejecutivo y gerente por varios años de la Heritage Foundation, uno de los Think Tanks más reconocido en Estados Unidos y en el mundo, considera que: “Hoy en día un mundo de ideas está siendo producido en la comunidad de estos institutos... Si se dirigiera a cualquier miembro del Congreso de los Estados Unidos o funcionario de la administración actual para preguntarle de dónde obtiene sus ideas, respondería que su fuente principal son los institutos de políticas públicas”.2 De ahí que para cumplir con esta labor, los Think Tanks se han trazado los siguientes objetivos: Para este tema son sugerentes las obras del premio Nóbel F.A. Von Hayek, promotor de la London School of Economics and Political Science.
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• Fomentar el debate público, la evaluación de políticas, el cabildeo y el compartir la información como responsabilidad no del gobierno sino de toda sociedad cívica y de sus organizaciones, la promoción de conferencias, mesas redondas y debates sobre temas coyunturales del acontecer nacional. • Realizar funciones básicas de investigación, análisis y cabildeo activo, a favor o en contra de determinadas políticas públicas. • Realizar actividades de educación y capacitación. • Realizar publicaciones periódicas en donde se analicen temas puntuales que tengan incidencia directa con el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos. • Realizar actividades agresivas de mercadeo para cada uno de los productos y/o servicios que ofrezca el instituto. • Sensibilizar a los formuladores de políticas públicas, (incluso a los altos funcionarios de los gobiernos locales) sobre la importancia y necesidad de una nueva información para que la toma de decisiones esté acorde con las necesidades de los ciudadanos. • Hacer del cabildeo una herramienta efectiva. Las relaciones interinstitucionales y los Think Tanks Es necesario que los institutos de políticas públicas sean verdaderos centros de convergencia, de unión de voluntades y de búsqueda constante de sinergia. Para ello es recomendable que se preocupen por: • Promover la creación de institutos con similares objetivos. • Fomentar la colaboración con otros institutos que tengan intereses semejantes y compartir ideas en un ambiente de colegaje. • Estrechar vínculos mediante la presencia en conferencias, mesas redondas y demás reuniones técnicas que se celebren en el país. • Establecer una red funcional y dinámica de institutos de políticas públicas. • Propender por la creación de un consejo na-
cional de institutos de políticas públicas en donde, sin perder la autonomía propia de cada institución, se aúnen esfuerzos, metodologías y acciones en la búsqueda de sinergia efectivas. • Estructurar y concretar diversas y novedosas formas de enlaces con organismos gubernamentales. Ubicación en la sociedad de los Think Tanks Según Truluk: “Los institutos de políticas públicas son lugares donde pueden desarrollarse ideas sin la influencia de intereses especiales”. Con este propósito es necesario estructurarlos de manera que su ubicación en la sociedad esté enmarcada dentro de los siguientes parámetros: • Situarse en un punto medio entre los ámbitos gubernamental y académico, ya que no es posible catalogarlos ni como un organismo gubernamental, ni como un instituto universitario como tal. • Actuar con independencia del gobierno, de los partidos políticos y de los grupos financieros. • Promover estrechas relaciones con el gobierno sin llegar a identificarse como instituciones gubernamentales. • Funcionar con independencia de toda fuente de financiación cualquiera que sea la procedencia de los aportes. • Servir como punto de convergencia para que las ideas provengan de todos los sectores de la sociedad y lleguen a ellos sin distingo de procedencia, bien sean públicos como privados, nacionales e internacionales. Utilidades multipropósito de los Think Tanks Son múltiples los factores que han hecho de los Think Tanks una herramienta de comprobada utilidad en otras latitudes, en diferentes campos y en distintos sectores. Dentro de su extenso campo de acción, conviene destacar como ejemplo 103
• Propician la adhesión y el apoyo práctico de partidarios, simpatizantes y seguidores a causas comunes, a favor de la democracia. • Sirven de verdadero semillero para el capital humano con gran potencial, estos líderes son quienes posteriormente ocuparán las posiciones claves en el gobierno. • Ofrecen los espacios laborales necesarios, para recibir altos directivos que dejen los puestos públicos.
los siguientes aspectos que vienen recibiendo su impacto en forma notoria y perdurable: • Formación de líderes y Think Tanks • Participación Ciudadana y Democracia en los Think Tanks. • La Formulación de Políticas Públicas y los Think Tanks • El Congreso de la República y los Think Tanks • La Empresa Privada y los Think Tanks • Los Medios de Comunicación Masiva (MCM) y los Think Tanks • La Academia y los Think Tanks • Los partidos políticos y los Think Tanks • Muchos, Distintos y Variados perfiles de los Think Tanks • Fuentes Alternativas de Financiación para los Think Tanks A continuación, se amplia brevemente y en forma concisa las que se consideran como las principales características de cada uno de esos aspectos. Formación de líderes y Think Tanks • Crean conciencia en la clase dirigente de un país, sobre los beneficios de realizar cambios que mejoren la calidad de vida en la sociedad. 104
Participación ciudadana y democracia en los Think Tanks Debido a que organismos como los Think Tanks se nutren en gran medida en la investigación y análisis de temas de dominio público, son ellos mismos fuente de valiosos elementos que contribuyan a la formación civil de la comunidad y: • Realizan actividades de educación, actualización y seguimiento sobre temas y tópicos que refuercen la democracia. • Educan a los ciudadanos sobre importantes temas de actualidad, para que éstos puedan ejercer mayor y mejor presión, a favor o en contra de las políticas que se debaten. • Educan y capacitan mediante conferencias, talleres y seminarios. • Aumentan los conocimientos relacionados con áreas claves de interés. • Educan a los nuevos líderes sobre ideas y temas de carácter técnico. • Fortalecen el manejo democrático que –por su propia naturaleza— requiere un público bien informado. • Educan al público sobre los acontecimientos que influyen y moldean su modo de vida. • Presentan temas multidimensionales que puedan ser debatidos por los diversos estratos de la sociedad. • Hacen entender a los ciudadanos que el nivel de vida depende del esfuerzo y la iniciativa privada. • Propenden a que los ciudadanos tomen con-
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ciencia tanto del potencial del país como de sus problemas. Refuerzan la opinión de los ciudadanos, ofreciendo información oportuna y confiable. Aumentan la capacidad de influencia de la población sobre las políticas que afectan sus propias vidas. Realizan comunicación de doble vía: transmiten los deseos de los ciudadanos a los dirigentes políticos e informan al público sobre actividades gubernamentales. Hacen entendibles los mensajes a los ciudadanos en mejor forma que lo pueden hacer los académicos o los funcionarios gubernamentales. Trabajan continuamente para que los temas importantes siempre estén accesibles y a disposición del público. Reconcilian las necesidades de los ciudadanos con las realidades de la política y los siempre limitados recursos. Contribuyen directamente a la formación de un electorado bien informado.
La Formulación de políticas públicas y los Think Tanks El trabajo investigativo y de análisis de los Think Tanks se dirige en forma prioritaria al diseño de estrategias efectivas que apunten a dar respuesta a problemas específicos que hacen parte del espectro de asuntos que abarcan las políticas públicas. Por eso: • Asisten a los formuladores de políticas públicas, en el diseño e implementación de políticas que realmente contribuyan a satisfacer las necesidades básicas de los ciudadanos. • Realizan investigaciones gubernamentales puntuales y colaboran en la planificación de políticas públicas. • Basan toda su actividad en la creencia de que las ideas tienen importancia. • Ayudan a diseñar políticas que satisfagan las necesidades de los interesados.
• Estimulan el flujo de ideas en todas las direcciones. • Desempeñan un papel catalizador para la estructuración de políticas públicas. • Aumentan el abanico de alternativas de políticas públicas como alternativas disponibles. • Promueven y popularizan políticas públicas pragmáticas. • Preparan respuestas objetivas orientadas a mejorar la política pública. • Ayudan a diseñar políticas que optimicen la utilización de las condiciones existentes. • Maximizan la efectividad del gobierno al propiciar que las inquietudes de los diferentes sectores de la sociedad sean de su conocimiento. • Ofrecen personal del instituto para que, como asesores en proyectos conjuntos de investigación, se aprovechen sus opiniones y pericia frente a la elaboración de políticas públicas específicas. El Congreso de la República y los Think Tanks El hecho de mantener independencia frente al gobierno o entidades del Estado les permite a los Think Tanks servir como interlocutores 105
frente a éste. Ante los mecanismos legislativos, su trabajo constituye un importante punto de crítica y reflexión que contribuye a informar y enriquecer los debates en estas instancias; labor que se puede llevar a cabo en distintos frentes: • Ofrecer servicios de asesoramiento sobre propuestas legislativas y resoluciones gubernamentales específicas. • Producir boletines y notas periódicas que analizan las propuestas legislativas presentadas al Congreso. Éstas se deben distribuir a los congresistas, funcionarios públicos (alta burocracia estatal), académicos, periodistas y líderes empresariales. • Redactar leyes y preparan documentos en los formatos legales apropiados. • Servir como alternativa al grupo de asesores del Congreso. • Desarrollar programas de asesoría legislativa (análisis escritos sobre los puntos más impacientes de la legislación económica propuesta al Congreso). La empresa privada y los Think Tanks En tanto protagonista activo de la sociedad, y en tanto responsable en buena medida del rumbo político y económico que ésta en ocasiones toma, la empresa privada puede beneficiarse por varias vías de trabajo de los Think Tanks, muchos de los cuales consideran al sector privado como uno de sus clientes más importantes. Así, es posible que muchas inquietudes de la empresa privada puedan encontrar en el trabajo de estos grupos algunos elementos para su esclarecimiento; estos institutos, • Con base en las preocupaciones de los empresarios, realizan investigaciones y formulan recomendaciones para atender sus intereses. • Utilizan su credibilidad y sus relaciones políticas para lograr que se adopten, aprueben e implementen las iniciativas de los empresarios. 106
• Mediante conferencias sobre temas políticos los líderes empresariales se preparan para los efectos de nuevas leyes o decretos o para pronunciarse en contra de tales normas. • Realizan reuniones de orientación empresarial mediante mesas redondas, foros, conferencias, etcétera. • Asesoran a empresas en temas relacionados con estudios de mercado e investigaciones comerciales. • Ofrecen a las organizaciones empresariales más relevantes, la contratación temporal o permanente de investigadores vinculados al instituto para la prestación de servicio de consultoría. Los medios de comunicación masiva (MCM) y los Think Tanks Frente a la labor informativa, educativa y de opinión que tienen los medios de comunicación, los Think Tanks se perfilan como un sector que ofrece la posibilidad –desde la especificidad de su quehacer en investigación, de análisis y formulación de presupuestos— de reforzar y dar altura tanto en rigor como en objetividad al tipo de saber que transita por los mass media. Como colaboración y enriquecimiento a la misión de los medios de comunicación masiva, los Think Tanks: • Producen diferentes insumos para los medios de comunicación. • Realizan traducciones, presentaciones, difusiones y comercializan lecturas claves que sean fundamentales para el conocimiento público. • Dirigen su actividad hacia la élite de los medios de comunicación masiva más influyente. • Ofrecen explicaciones claras y concisas sobre temas de políticas públicas que presenten los líderes de opinión. • Desarrollan programas continuos a través de los diferentes medios de comunicación masiva, tanto escritos como audiovisuales. • Alcanzan y mantienen un alto perfil en la sociedad.
• Desarrollan gran capacidad de persistencia. • No son homogéneos. • Representan la diversidad que existe en la sociedad. • Son objetivos (sin dejar de tomar partido en las actividades de cabildeo). • Poseen una administración fiscal absolutamente transparente. • Diseñan, estructuran y ofrecen productos que se pueden comercializar. • Asumen responsabilidades por recomendaciones o propuestas, a veces poco populares. • Basan su credibilidad en el sólido e indiscutido reconocimiento de la ciudadanía, los partidos políticos y los gobiernos. • Logran reputación de excelencia en los análisis de políticas públicas principalmente económicas y medioambientales. • Cuentan con buenos investigadores que elaboran informes y análisis bien razonados sobre resultados de actos específicos. • Ofrecen la opinión calificada y profesional, sobre los temas que se discuten en la agenda política del día. • Realizan críticas relacionadas con las políticas existentes. • Llevan a cabo el seguimiento de propuestas hasta que se hayan tomado alguna decisión al respecto. • Influyen en la política pública a través de conferencias, grupos de trabajo, libros y artículos y de sus relaciones con los medios de comunicación. • Promocionan alguna posición determinada. • Logran participar activamente en el debate económico del país y en la formulación de políticas públicas. • Presentan soluciones creativas e innovadoras en el enfoque de los problemas de la sociedad. • Aclaran problemas y sugieren soluciones alternativas. • Son verdaderos propulsores del cambio. • Defienden aquellas políticas económicas que
impulsan el crecimiento del sector privado. • Defienden temas de interés general tales como: el Estado de derecho, un gobierno democrático, políticas económicas de libre mercado, descentralización del poder. • Realizan análisis de políticas que ofrecen soluciones creativas, reveladoras y hasta contraintuitivas para los complejos problemas de importancia pública. • Mejoran las políticas públicas, maximizando la probabilidad de que los análisis de políticas sean aplicados para resolver problemas del mundo real. La academia y los Think Tanks Es interesante observar la tendencia casi generalizada a que los Think Tanks se ubiquen, tengan su comienzo y se desarrollen en torno a importantes centros de educación superior tales como universidades o centros de investigación. Precisamente, el libre ambiente académico es propicio para el crecimiento y florecimiento de nuevas teorías. Además, los profesores e investigadores pueden fácilmente integrarse a los grupos de investigación y análisis 107
que se crean en torno de estos institutos. En contraprestación, las universidades les pueden ofrecer a los Think Tanks la oportunidad de utilizar las aulas como foro para presentar ideas innovadoras, comprobar supuestos y verificar hipótesis. Así pues, las posibilidades que en el campo de las políticas públicas se abren con el trabajo de análisis, participación y propuestas de los Think Tanks son bastante amplias y provechosas. El tipo de tareas que pueden ser encomendadas y asumidas por estos grupos, debido a su rigor y alto nivel competitivo que alimenta la reflexión respecto a determinados problemas de grupos sociales específicos, necesariamente ha de reportar beneficios a corto y largo plazo. Sin embargo, el servicio que este tipo de entidades ofrece, se sitúa en un ambiente de mercado que obliga a desarrollar estrategias de marketing que den salida y circulación a las propuestas e iniciativas que se ventilan al interior de los Think Tanks; ello demanda, en consecuencia, considerar aspectos referentes al marketing de los Think Tanks, objeto del próximo capítulo.
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Los partidos políticos y los Think Tanks Es conveniente revisar la relación entre partidos y Think Tanks en las democracias modernas, con el fin de estudiar y detectar algunas características que den luces pertinentes. Gerald Baier y Herman Bakvis (2005) sostienen
que es posible ordenar los casos en función del grado de independencia entre partidos y Think Tanks. En un extremo del continuo aparecen algunos países de Europa continental como Alemania, Holanda y Bélgica. En estos países existen lazos muy estrechos entre ambas estructuras. El Think Tank le proporciona al partido asesoramiento a demanda y lo provee de personal calificado para las tareas de gobierno. En el otro extremo aparecen naciones como Canadá en las que no existen ni nexos estables ni intercambios de personal entre ambas instituciones. Entre estos dos extremos, los autores colocan los casos de EEUU e Inglaterra. Algunos Think Tanks hacen referencia a un tipo especial de estructura que denominan “vanity Think Tanks”. Se trata de centros de investigación y análisis de políticas conformados por líderes con la finalidad de impulsar sus propias carreras políticas. El otro caso intermedio en el que se detienen los autores es el de los Thinks Tanks ingleses. Según Baier y Bakvis (2005), el gobierno del Partido Laborista se ha asociado informalmente con algunos centros como el Institute for Public Policy Research, la Fabian Society, la Social Market Foundation y el European Policy Forum, entre otros. Este contacto le habría permitido al gobierno de Blair disponer de una fuente abundante de ideas y proyectos. Otro tanto había ocurrido antes durante la era Thatcher. El Centre for Policy Studies fundado durante los años 70
por Margaret Thatcher y Keith Joseph fue un factor clave en el cambio ideológico del Partido Conservador. En Francia parece predominar el estilo estadounidense de los “vanity Think Tanks”, es decir, el de aquellas instituciones creadas en torno a figuras influyentes. El fenómeno ha tenido un desarrollo intenso a partir de la década del 90. Uno de los más importantes es el L’Ami Public y aunque existen casos muy diferentes, parece estarse imponiendo el modelo prevaleciente en Europa continental, es decir, el Think Tank anexo al partido. En todo caso, cualquier Think Tank –esté vinculado o no a un partido político– “debe ser claro en cuanto a sus planteamientos: la gente tiene derecho a saber si es políticamente neutral o no, si tiene o no orientaciones ideológicas definidas”. ¿Qué diferencias hay entre un Think Tank y un grupo de presión? Nicolás Sartorius considera que estamos ante dos realidades que no tienen nada que ver. Los grupos de presión o cabildeo aspiran a “mover voluntades para obtener un fin determinado”. En cambio, los centros de pensamiento “no presionan a nadie ni pretenden defender intereses particulares”. Sin embargo, los Think Tanks han jugado un papel decisivo en la estructuración, fortalecimiento y ampliación de las democracias de varios países.
Muchos, distintos y variados perfiles de los Think Tanks Existe una tendencia de carácter general a que los partidos políticos busquen o tender puentes hacia los Think Tanks existentes (al estilo inglés) o a crear ellos mismos sus propias fundaciones (al estilo del PSOE o del PT). En un principio, los primeros Think Tanks eran totalmente apolíticos e independientes (aunque no neutrales, pues querían implantar algunos valores). “Incluso el American Enterprise Institute, bastión de los conservadores, era en los años cuarenta, cuando nació, una institución académica y alejada de la vida política”. Todo cambió a partir de los años setenta, cuando algunos se reconvirtieron en lo que son ahora: “organizaciones comprometidas con la divulgación activa de una ideología determinada y abocadas a influir en las políticas públicas”. Un caso paradigmático de la influencia de los Think Tanks en la política lo constituyen las reformas económicas llevadas a cabo por Margaret Thatcher en Gran Bretaña y Ronald Reagan en Estados Unidos, que tuvieron su origen en centros de estudios como el Institute of Economic Affairs y la Heritage Foundation. La administración Bush también se ha nutrido del trabajo de conocidos Think Tanks estadounidenses. Además de aprovechar muchos de sus estudios, ha reclutado a algunos primeros espadas entre sus filas. Así ocurrió con Donald Rumsfeld y Condolezza Rice, ambos
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investigadores de la Hoover Institution de California, y con Dick Cheney, procedente del American Enterprise Institute. En el Reino Unido, los grandes partidos políticos también mantienen lazos con diversos centros de pensamiento. Unas veces se trata de vínculos orgánicos y económicos y otras veces los vínculos son sólo ideológicos. Alineadas o no, cada institución tiene su propio perfil, ya que en la difícil faena de clasificar Think Tanks, a la variable de la identificación política deben agregarse las del origen de sus fondos, estilo más político o más académico, venta o no de proyectos a empresas particulares, vinculación activa con universidades y centros académicos internacionales, y mayor o menor interés en saltar a la vía de los hechos. Por eso, el objetivo es crear equipos para asumir responsabilidades públicas y de ahí que la gente que forman debe tener el denominador común de disponer de vocación pública y no sólo académica. Así, como se quiere subrayar que la meta es contribuir a que la realidad cambie y no sólo pensar, se pone de presente que las personas que trabajan ahí no tienen vocación para escribir libros con propuestas, sino hacer propuesta y compilarlas en libros. En esta forma, el espíritu contrasta con el de otras organizaciones porque es de hacedores antes que de pensadores, como una institución política
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que cuenta con profesionales que trabajan en la elaboración de planes de gobierno y en la conformación de equipos con “vocación de gestión”. Fuentes alternativas de financiación para los Think Tanks El tema de financiamiento es importante, entre otras cosas, para identificar la libertad académica de los Think Tanks y de paso su permanencia, pues la financiación es uno de los pilares que sustenta la credibilidad de un Think Tank. Una tendencia ha sido la de atomizar los aportes y las fuentes de ingreso ya que la independencia económica es fundamental para poder investigar con autonomía y no estar condicionado por intereses externos. Por eso, es recomendable que la financiación de un centro de investigación debe provenir de una gran variedad de empresas privadas. Sin embargo, la mayoría de los Think Tanks latinoamericanos no se ajustan a este modelo. Los think tanks, en principio, pueden verse abocados a operar durante cierto tiempo con financiaciones provenientes de fuentes gubernamentales y del sector privado. Sin embargo se deben desarrollar como instituciones independientes, de manera que tengan total libertad para criticar las políticas gubernamentales. Otro tanto sucedería con las donaciones de
corporaciones que puede amenazar la objetividad del instituto beneficiado con el aporte económico. Es recomendable, en consecuencia, que las fuentes de financiación se diversifiquen de tal forma que no exista una dependencia y por consiguiente un alto riesgo al contar con sólo una, sobre todo cuando se habla de una dependencia ideológica o intelectual. Una característica importante observada en la gran mayoría de los Think Tanks exitosos es la relacionada con sus fuentes de financiación. Se recomienda que éstas sean múltiples y variadas, tales como: • Contribuciones privadas, que ninguna sobrepase el 10% del capital de la institución. • Los ingresos generales por la venta de sus productos y servicios. • Realización de seminarios y eventos académicos de gran altura. • Adicionalmente, el tratamiento de temas comunes, de ideas y de valores compartidos, sirven para movilizar recursos de sectores que representan o apoyan esas mismas causas. • Es muy recomendable una combinación estratégica de múltiples acciones con el fin de crear una cartera diversificada de proyectos que permitan proteger la independencia financiera –e ideológica— del Think Tank y permitirle que se concentre en temas especí-
ficos de políticas públicas que realmente contribuyan al bienestar de la comunidad. • La idea es que todo evento genere los recursos suficientes para sufragar los gastos en los cuales se incurran. Es sorprendente el interés y empeño que la empresa privada, la industria y el comercio de muchos países han ofrecido a estos institutos. • Combinar la financiación pública y la privada, mediante convenios de colaboración e introducir además la participación de socios particulares, aportes anuales de las empresas adheridas como miembros asociados, junto a los recursos que se obtengan por la venta de sus publicaciones. A su financiación contribuyen también ayudas concedidas de diversas instituciones públicas y privadas. Una vez logrado el prestigio del instituto, es posible proceder a solicitar apoyo financiero a instituciones internacionales, tales como: • El Centro Internacional para la Empresa Privada –CIPE. • La US Agency for International Development –USAID. • El Pew Charitable Trust. • National Edowment for Democracy.
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Ensayos y Discursos de Anacleto González Flores *Salvador Abascal “Con singular instinto, el pueblo cristiano de los primeros siglos de nuestra era, veneró a los mártires antes que a nadie, considerando el martirio por el nombre de Cristo como la máxima prueba de la santidad, y conservaba sus reliquias como verdaderos tesoros. Anacleto González Flores nos dejó reliquias más valiosas que los despojos de su cuerpo: las reliquias de su pensamiento”.
Este breve librito que reseñamos a continuación es una colección de cinco discursos pronunciados por el beato Anacleto González Flores en diversas ocasiones. Anacleto, abogado de profesión, intelectual y mártir mexicano de la guerra cristera, cuyas palabras arrastran como un verdadero guía de los pueblos, poseía el don de crear expresiones llenas de ardor y de fuerza; y a la vez, en cada uno de sus discursos es posible reconstruir la persona y figura de este orador combativo e inigualable. Quizá en eso radica el tesón con que empujan sus palabras hasta la cumbre de la cultura y la civilización, llenas
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de anhelo y de energía; en que las escribe desde lo más profundo de propia persona. Destaco aquí dos cualidades que brillan con todo su esplendor: primero, que escribía con una profunda sinceridad y, segundo, que al escribir desde su corazón ardiente de deseos de bien y verdad, transmite la fuerza que poseía, comparte sus altos y nobles ideales, edifica junto con cada uno de sus lectores un destino y una tarea compartidos. Anacleto es un mártir cuyo pensamiento gira en torno de los más altos valores de la cultura de Occidente, que parte de los principios de la civilización humana y que, por tanto,
vale para todos los tiempos y lugares. Anacleto es un pensador universal; él escribe teniendo de frente la persona de Cristo y reconociendo en ella a toda la humanidad. Sirvan estas breves notas de aliento y de renacimiento, pues las palabras del beato que ahora reseñamos están llenas de aquella vitalidad que trasciende el espacio, y ahora el tiempo. El verdadero sentido de la vida En el primer ensayo Anacleto comienza estableciendo la clasificación que puede hacerse de dos tipos de ideas: unas que, como aves que vuelan, se
Anacleto González Flores Ramón Ayala Vieyra Ed. Jus, México 1967 El librito de los Ensayos de Anacleto González Flores está compuesto, como anunciamos, por cinco discursos, de los cuales nos limitaremos a reseñar sólo los primeros cuatro, ya que el quinto, titulado «La misión de la mujer», aunque valioso en esencia, requeriría una serie de precisiones, matices y enmiendas, puesto que evidentemente ha cambiado el papel de la mujer en la sociedad de manera radical desde la década de 1920 a nuestros días, casi 100 años después. A este tema habremos de dedicar un ensayo específico más adelante.
pierden en el firmamento; y otras que son más bien como el rayo de sol que calienta la tierra, o la lluvia que hace germinar los campos. Este segundo tipo de idea, a diferencia de las primeras que se pierden en lo etéreo, se concreta en la vida y se vuelve la guía de los hombres y de las cosas mismas. Sin embargo el ámbito de las ideas siempre ha sido un campo de lucha abierta en las que es posible distinguir grandes ideas y otras, más bien, efímeras o pequeñas; por eso dice Anacleto que aquel que pretenda discutir las grandes ideas, deberá trabar “el más reñido de los combates, porque batallar, luchar y discutir alrededor de los grandes pensamientos, es lo mismo que batallar, luchar y discutir en torno de los grandes destinos del género humano”. A este tenor, la verdad y el error son los grandes guías de la inteligencia (conocer la verdad para afirmarla con la vida y reconocer el error para combatirlo). Ante cualquier otro modo de pensamiento (quizá el relativismo, el nihilismo o cualquiera otro de este tipo) “deben darse cita todos los soldados del pensamiento, […] deben echarse al aire todas las banderas. […] Y ¡ay del que piense siquiera en volver la espalda!” Pero entonces, ¿en dónde surgen las grandes ideas? En la mente del genio, que es quien pregunta, quien esclarece, quien ilumina el camino que los
demás, sin temor ni vacilamiento, deben seguir. A raíz de esto, Anacleto hace una somera interpretación de la historia universal: distingue una primera época oscura, conocida como paganismo, gobernada por lo que él llama el “error trascendental”, donde se dan falsas o incompletas opiniones respecto del cielo, la tierra, el hombre y Dios. Pero llegó una época de luz que penetró todos los misterios, desde lo material, como el mundo, hasta lo más profundo, como el espíritu, la vida, la muerte y Dios mismo. “El verbo luminoso de Dios partió del Calvario, bajó a todos los abismos, prendió sus fulgores en todas las cumbres, encendió todos los horizontes, tocó todas las lejanías y envolvió a las generaciones en el piélago de luz de la verdad trascendental”. Pero aquella fuerza del mal no quedó derrotada completamente. El Conde De Maistre escribió en una ocasión que “el error, no conforme, preparó la gran conspiración contra la verdad”. Ahora bien, frente a esta confusión, que nos toca incluso hoy en día, urge aclara interrogantes fundamentales, entre ellos el primero sería saber cuál es el verdadero sentido de la vida, “¿qué empleo debemos hacer de ese torrente de energía que se circula por nuestras arterias y que todos hemos dado en llamar vida?” Anacleto
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podría limitarse a repetir que el hombre está en el mundo para amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo; pero no conforme dice que “aunque es cierto que la verdad sólo se halla en un punto, sin embargo a ella puede llegarse por diversos caminos”. Anacleto recoge aquella narración de la novela Quo vadis? donde se cuenta que Petronio, cierto epicúreo, dijo a Pablo: Grecia ha dado la belleza a la humanidad, y Roma, el poder y la gloria. “¿Y vosotros los cristianos qué le traéis al género humano?” Pablo le respondió: nosotros traemos el amor. En esto, dice Anacleto, radica el sentido de la vida. Pero podemos preguntar legítimamente qué es la vida si también la encontramos en otros seres. En la naturaleza encontramos vida, movimiento, seres que se reproducen, etc. Pero “en el hombre encontramos la vida en un grado superior. Nosotros sorprendemos la vida con un grado mayor de poder y de fuerza [que] en el animal”. Es por ese poder misterioso, que surge desde lo más profundo, que en el hombre es posible el amor mismo. Anacleto subordina en ese sentido el intelecto a la voluntad. Sin embargo encontramos que el amor del hombre tiende a lo infinito; por tanto su objeto conveniente es Dios mismo. Para aclarar dicha sentencia retoma las palabras de San Agustín escritas al comienzo 113
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R ESEÑA de sus Confesiones: inquietum est cor nostrum donec requiescar in Te –nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti–. Pero si nuestro amor debe estar orientado al amor de Dios, ¿qué pasa con el amor al hombre mismo, que es el ser más frágil del mundo? Es verdad que el hombre es eso, pero dirá Anacleto que “entre el hombre y el hombre hay un gran poder de la semejanza, de la fraternidad, de la misión social”. Es decir, al amor al hombre trasciende los límites del individuo, o debería trascenderlo, para orientarse a un amor más pleno, el amor a la humanidad. Pero no se llega a ese amor sin haber amado antes a la persona en concreto. Una vez que hemos visto lo que es la vida misma, vale preguntar qué empleo se debe dar al a vida. Anacleto aprovecha esta pregunta para distinguir tres principales grupos de personas: las que luchan al servicio del error y del mal, las que sacrifican todo por el bien y la verdad y los indiferentes e indecisos entre unos y otros. Con motivo de esto, Anacleto dirá que saber vivir es saber amar, y éste es el principio de la misión social. La historia cuenta de un general romano que un día se echó a llorar a los pies de la estatua de Alejandro Magno. Cuando se le preguntó el motivo de su llanto, respondió: “lloro porque no he sabido vivir,
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porque a mi edad Alejandro había hecho enmudecer la tierra con sus conquistas, en tanto que yo aún no he podido ceñir mi frente con el laurel de la victoria”. En palabras de Anacleto, los jóvenes de hoy deberán llorar ese apocamiento. Sin embargo, el joven creyente, que reconoce el recrudecimiento de la guerra entre el bien y el mal, no dejará de asaltar cualquier trinchera o combate o posición, con su bandera y su espada, para hacer triunfar el estandarte de Cristo, que es el estandarte de la civilización. La aristocracia del talento Todo el universo, dice Anacleto en este segundo ensayo, está gobernado por dos leyes muy importantes, entre otras, a saber, la ley de la semejanza y la ley de la desigualdad. Y aunque gobierna también el orden físico, en el orden espiritual es más notorio su influjo. Por ejemplo, todos los hombres tratan de penetrar la verdad, pero sólo los grandes talentos, tales como Aristóteles o Platón, se apropian de ella con la fuerza escrutadora de su genio. En palabras de Anacleto “la aristocracia no es más que una clase social que tiene sobre las demás cierta superioridad nacida de diversas circunstancias”. Nuestro pensador, por tanto, está de acuerdo con que dentro de la igualdad que sirve de fundamento al género humano, es posible distinguir
R ESEÑA ciertas diferencias según las cuales hay hombres que deben guiar a otros. Ahora bien, hay cinco tipos principales de aristocracia: la de la sangre, la del dinero, la del poder, la de la virtud y la del talento. El papel de la aristocracia es “servir de fuerza directriz con un influjo eficaz, decisivo, incontrastable, en la formación del resto de la humanidad”. Debe “trazar los senderos que deben recorrer los pueblos, señalar con su dedo los derroteros floridos que han de llevar a las generaciones a las cumbres esplendorosas de la civilización”. Sin embargo, sólo la aristocracia del talento puede llevar plenamente a cabo esta empresa, pues no parte de una inteligencia privilegiada de manos de la naturaleza, ni del abolengo, ni de la suerte del dinero, sino que surge en todos los que por diversas circunstancias han tenido la oportunidad de adquirir una cultura científica y literaria lo más completa posible. Sus armas son la idea y la palabra, que penetra las costumbres, las instituciones, el tiempo, los cuerpos, las almas. La consecuencia, según Anacleto interpelándote a ti mismo, es que si te has acercado a la ciencia y el arte tienes la responsabilidad de “ser útil con vuestro talento, con vuestra cultura en la causa de la civilización”. De lo contrario, los partidarios del error y el mal habrán dado un paso que jamás debieran dar.
El arte y la civilización. “La civilización –escribe Anacleto en este tercer ensayo– no es más que la verdad aplicada hasta en sus últimas consecuencias a la verdad del género humano”. Sobre este principio se sostiene que “entre los elementos civilizadores más poderosos se encuentra el bello arte en todas sus manifestaciones”. Desde el comienzo de este discurso, Anacleto declara ser uno como cualquier otro miembro de esta gran familia que se llama humanidad, ya que cada uno se enfrenta a ese mundo pulimentado por el hombre, transformado, ante el cual cabe el asombro y la maravilla [Anacleto se revela en este discurso un verdadero y profundo admirador de la naturaleza y del hombre. Si se quiere conocer en algún texto el temple de ánimo y disposición fundamental de Anacleto, éste sería: un hombre que tenía una gran capacidad de asombro]. Anacleto sugiere que el que quiera seguir las huellas de los grandes maestros de las bellas artes, que siga los pasos de Homero, Rafael, Miguel Ángel y todo el séquito de grandes ingenios y artistas de la historia universal. Anacleto se preguntará a este tenor que si Platón se había propuesto erradicar a los poetas de los pueblos, ¿qué hará de los artistas la civilización? Hubo una época en que el pensamiento humano no fue capaz de penetrar los misterios
de la naturaleza. Pero llegó el día en que el arte del hombre, orientado a la técnica, desafió los límites de la naturaleza. “Así como la civilización no es más que la verdad aplicada a la vida del género humano hasta en sus últimas consecuencias, así también el arte no es más que cristalizada en los hechos”. En esta dirección, Anacleto anuncia que “la perfección sólo existe donde reina soberanamente la verdad… porque la verdad vista en los puntos de contacto que tiene con el arte, no es más que el equilibrio que en las relaciones creadas por la mano del hombre exigen los principios inconmovibles del orden”. En todo se encuentra el influjo directo e inmediato del arte, según Anacleto, “porque si la ciencia es un movimiento que nos eleva sobre la materia y nos arrebata al mundo de las ideas; el arte, de un modo inverso, es un descendimiento que nos hace bajar del mundo de las inteligencias a la región de los hechos”. Ahora bien, dentro de la gama de artes, hay unas que son las bellas artes, que son principales a todas, “pues es una fuerza añadida a otra fuerza”, por eso dirá Anacleto que las bellas artes son el elemento civilizador por excelencia. Anacleto no se cansa de repetir que “civilizar es influir poderosa y fuertemente en el género humano para que se desarrolle armoniosa y
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convenientemente”. Frente a este panorama, urge que la verdad sea difundida, para lo cual necesita materializarse, concretizarse en algo. En esto las bellas artes prestan su servicio, no sólo en cuanto que hacen sensible aquella idea que permanece impronunciable en la mente del genio, sino también en cuanto la reviste de belleza. Para aquellos que anhelen ponerse a la cabeza del mundo de las inteligencias, que pretendan hacer accesible lo inaccesible, es decir que pretenden “hacer labor honda de engrandecimiento y civilización”, contribuir al progreso; tiene que ir tras las visiones de los genios: Dante, Rafael, Miguel Ángel, entre otros. “Allí donde surge la verdad, se alza el progreso; allí donde cae la verdad se hunde la civilización”. La literatura y la civilización Continuando con el discurso anterior; en este cuarto ensayo, Anacleto intenta determinar el influjo que ha ejercido la literatura en el desenvolvimiento de la humanidad, en el progreso de la civilización. “Los grandes pensadores han convenido en creer y en enseñar que la literatura es un medio poderosísimo para conocer y fijar la fisonomía material y moral de los pueblos, y siquiera porque tropezamos muy frecuentemente con ella en el camino de la vida”. 115
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Anacleto habla de obras que brotaron del genio de Cervantes, hojas que han resistido el tiempo y rebasan el espacio y que “arrojan y llevan la luz esplendorosa del pensamiento por todos los puntos cardinales y hacen brillar en todas las cumbes los fulgores de la idea”. La literatura, por tanto, parece ser el elemento civilizador más poderoso y eficaz entre los que existen. Actualmente, advierte Anacleto, muchos reducen el problema de la civilización de los pueblos a un asunto material; enseñan que la moral es un asunto de museos, algo superado que en su tiempo sirvió para intimidar a los cobardes. La civilización de hoy estaría más allá del bien y del mal. Sin embargo, Anacleto asegura con toda contundencia que “a pesar de los adelantos de este siglo, la verdadera civilización ha consistido, consiste y consistirá siempre en el desarrollo armónico de la parte material, la intelectual y la moral del género humano”. “La idea –por
tanto– es el elemento civilizador más poderoso y eficaz entre todos los que existen”. Hubo grandes genios investigadores de la naturaleza, como Aristóteles, Arquímedes, Newton. Pero más allá de la naturaleza física se alza un orden moral, donde destacaron grandes maestros como Moisés, Sócrates, Zoroastro, Confucio, Epicteto y Séneca, o Cristo entre los pueblos más cultos. “Trazan los derroteros que ha de seguir el género humano y marcan la norma para juzgar los actos de los hombres”. Es así que “la idea es la fuerza esencialmente creadora de la civilización”. La idea es el concepto formado a partir de las cosas. La palabra, en ese sentido, es la idea hecha sensible, o en palabras de Anacleto, “es la idea en plenitud de su fuerza conquistadora, en la plenitud de su omnipotencia”. Bajo esta perspectiva, la literatura es la palabra que ha pasado el proceso de perfección. La palabra pronunciada solamente corre el
riego de perderse; de ahí la importancia de la palabra escrita, es decir, la obra literaria. “Civilizar es perfeccionarse, es adquirir fuerza contra la nada de la muerte, del error, del crimen”; por eso continúa diciendo Anacleto que esta aspiración poderosa “es la que ha lanzado a los hombres a través de los mares, […] la que ha armado el brazo de los conquistadores, […] la que ha inspirado a los poetas, […] la que ha hecho reflexionar a los sabios, en fin la que ha levantado y levantará a la humanidad cien codos sobre la nada”. El pensamiento de Anacleto sobre la fuerza civilizadora de la palabra escrita, es decir, de la literatura bien podría cifrarse del siguiente modo: el que quiera poder, que busque la idea, la palabra –no la espada–; por eso podrá decir con toda contundencia: “Buscad la palabra, que es la idea en la plenitud de su fuerza conquistadora; buscad la literatura, que es la idea en la plenitud de su omnipotencia”.