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El tecnologo curioso
Miguel Ángel Gómez (Badajoz, 1971) es químico por formación y curioso en todos los campos relacionados con la tecnología. Ha montado y desmontado su Tesla más de cinco veces y ha instalado personalmente las placas solares y las baterías de su casa.
En 2007 decidió domotizar él mismo su hogar y desde entonces ha cambiado tres veces de protocolo domótico, así que me enseña a través de su móvil cómo le abre la puerta a un repartidor de Amazon y éste le deja un paquete, controlando todo desde una cámara situada en la mirilla de su puerta. Está metido en tropecientos foros, no solo de domótica, sino de autoconsumo eléctrico y tecnología en general. Cuando las preguntas que le hacen se le acumulan, organiza una charla por zoom y ayuda a solucionar en streaming las dificultades que le presentan los usuarios, algunos conectados desde Australia y Estados Unidos. Amante de las motos, llega a recogerme en una BMW R1250RS ataviado como si fuéramos a un circuito; circuito que concretamos en un recorrido para ver las murallas de Badajoz y su singular plaza mozárabe.
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¿Desde cuándo tiene moto?
Comencé siendo adolescente. Durante tres veranos, desde los 14 a los 16 estuve recogiendo tomates para ahorrar y poder comprarme mi primera Vespino. Mi padre siempre estaba con la cantinela de “cuando tengas dinero para comprarla tendrás cabeza para llevarla”. Años después comprendí que tenía toda la razón.
¿Cuántas motos ha tenido?
Siete y en dos ocasiones tuve dos a la vez. La primera grande de verdad me la compré con 26 años. Las motos se van acoplando a las distintas circunstancias vitales; dependiendo de la edad te las compras más deportivas, de viaje, o como la que tengo ahora, que es más versátil y sirve un poco para todo.
¿Por qué motos y no coches?
La subida de adrenalina en la conducción no me la da el coche, solo me la produce la moto. Te proporciona una libertad difícil de definir y estás más cerca del entorno que en un coche.
¿Cuál ha sido su velocidad máxima?
En una recta del circuito de Estoril a 320 km/h, cosa que solo se puede hacer con seguridad en un circuito. En carretera hay que ir con mucho cuidado y respetando las normas.
¿Qué significa la palabra Reming en su casco?
Es mi apodo, me lo pusieron en el instituto. Con quince años me gustaba vestir y peinarme a lo Pierce Brosnan de la serie
Remington Steele, que en aquel momento veíamos los adolescentes.
¿Ha sufrido muchas caídas?
Soy afortunado. Solo he tenido una importante con la Suzuki Hayabusa 1300 dentro de un circuito. Derrapé, pero como no iba a gran velocidad no pasó nada, ya que vamos muy protegidos.
Dígame rutas que haya hecho
Cortas por España, cientos, porque suelo salir con mis amigos los sábados. En el extranjero he recorrido la Ruta 66 desde Flagstaff hasta Santa Mónica (Los Ángeles) y en Europa, he viajado por casi toda Italia, he pasado por los Alpes, la Costa Azul, los Pirineos franceses y vuelta a casa.
No entiendo porque se compra un Tesla y luego lo monta y lo desmonta mil veces. ¿No es suficiente con su tecnología de serie?
Tengo un Tesla por absoluta convicción medioambiental pero luego entra en juego mi pasión de sumarle accesorios ‘after market’ como el maletero con apertura automática, el cierre suave de puertas y cualquier cosilla que se me vaya ocurriendo.
¿Cómo puede uno mismo montar la instalación solar en su casa si no se tiene ni la más remota idea?
Pues leyendo y aprendiendo; además YouTube te lo enseña casi todo. Contacté con una compañía china a la que compré las celdas con tecnología de litio, hierro y fosfato; después compré el BMS a otra empresa australiana y, finalmente, me puse en contacto con una firma de ingeniería de Navarra para tener el inversor. Lo curioso es que esta empresa ha hecho pruebas para optimizar su sistema utilizando la instalación de mi casa y mi experiencia para mejorar su software. Tengo 31 placas que me permiten cargar el coche eléctrico; así como 36 kWh en baterías para ser totalmente autónomo energéticamente.
Creo que otra compañía también se interesó por el inversor y el cargador de su Tesla. Parece que usted tiene una delegación de Silicon Valley en Badajoz.
Jeje, no es para tanto. Sí, he ayudado a Orbis a implementar su cargador de coches eléctricos y su comunicación con el inversor, proponiendo opciones de mejora de su software de control. Todo lo hago como hobby en mis horas libres porque no me dedico a ello y porque mi trabajo es mi trabajo. Solo ayudo a la gente con mis conocimientos, pero no con la mano de obra.
En la Asamblea de 5 al día nos dejó descolocados cuando conocimos que había escrito un libro sobre acuarios.
Sí efectivamente, fue el resultado de un proceso de investigación para montarme mi acuario. Me gustan los peces y he hecho snorkel en diferentes lugares del mundo, así que un día decidí comprarme un acuario. Quería que fuera marino y de agua caliente para tener todos esos peces y corales que había visto en mis viajes. Me dijeron que no era posible sino le dedicaba una media hora diaria. Imposible, porque yo estoy muy ocupado y viajo mucho. Empecé a investigar y descubrí una tecnología nueva, la de oxidación avanzada para amonio y materia orgánica. En este proceso llegué hasta una empresa valenciana que hacía unos reactores de dióxido de titanio, que se utilizan en el Oceanográfico de Valencia. Me puse en contacto con ellos y la apliqué a mi acuario. Ahora me puedo ir de viaje un mes y mis peces tienen asegurada la comida, el agua en condiciones óptimas y mi acuario de 550 litros se mantiene limpio.
Usted también ha sido el autor del ERP de Afruex que, por cierto, este año ha celebrado su 30 aniversario
Sí, me di cuenta de que era absolutamente necesario y me puse manos a la obra. Trabajé en ello durante más de 9 meses, aprendiendo programación bajo la plataforma de FileMaker. Ahora estamos plenamente digitalizados.