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EDITORIAL

RECICLAJE, EL CONCEPTO DE PRESENTE Y FUTURO

Reciclar es una acción que hace ya unas cuantas décadas comenzó a sonar y que hoy en día se encuentra en todas y cada una de las acciones que realizamos. Solo en la gestión de los residuos domésticos, cada ciudadano ya sabe que el vidrio va por un lado; el cartón, papel, envases y los plásticos por otro; y los residuos orgánicos en su zona específica. Es decir, todos lso residuos tienen su selección en casa para facilitar posteriormente su tratamiento. Además, también almacenamos los aceites usados en la cocina y las pilas de los equipos electrónicos y juguetes para su entrega en el punto limpio. Es decir, la conciencia de separar los diferentes residuos para favorecer su tratamiento es algo que los niños van aprendiendo desde que nacen y los mayores vamos absorbiendo con los años.

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Y es que la población en la tierra va incrementándose de una forma exponencial y, si no se recicla, nuestro planeta se convertirá en un gran estercolero. En el año 1.800 la tierra alcanzó los 1.000 millones de habitantes, que tan solo 130 años más tarde, en 1930, se había duplicado, alcanzando los 2.000 millones. En 1975 volvió a duplicarse, superando los 4.000 millones de habitantes, que en el año 1999 sobrepasó los 6.000 millones. Se estima que para finales del siglo XXI, la población de la tierra se encuentre entre los 11.000 y 12.000 millones de personas.

Con estas cifras tan abrumadoras es importante ser conscientes de que la economía lineal basada en producir, consumir y tirar, hay que sustituirla por una economía circular basada en la eficiencia de los recursos y en la incorporación de productos reciclados al proceso productivo. Es decir, hay que reducir, reutilizar y revalorizar los residuos para darles una segunda vida, consiguiendo con ello reducir los propios residuos, minimizar sus vertidos y acortar las extracciones de muchos de esos productos de la naturaleza.

Y aunque todo suene muy bonito, verde y socialmente responsable, falta todavía mucho por hacer, siendo las administraciones públicas las que deberían de incrementar sus recursos económicos y de personal para ayudar a que el reciclaje llegara a unas cuotas mínimas acordes a la media de otros países europeos.

También somos las propias personas las que debemos de tomar conciencia y promover el reciclado y la reutilización, y no enfadarnos cuando, por ejemplo, haciendo una reforma domiciliaria, no queremos aceptar el precio de los contenedores y su vertido en el presupuesto total de la obra.

Otro reciclaje menos conocido es el que se da en los grandes almacenes cuando te compran los teléfonos móviles viejos. Conocida como minería urbana, con esta acción se pretende obtener los elementos minerales que hay en el interior de los móviles para su reutilización en futuras unidades. Algo similar a lo que ocurre con los catalizadores de los vehículos, los equipos electrónicos, los electrodomésticos y con otros elementos que cuentan con minerales críticos y estratégicos, y que se busca darles una segunda vida.

El reciclaje de los residuos de construcción y demolición comenzó a mediados de la década de los 90 y, aunque soportó la gran crisis de los últimos años, no ha conseguido levantar cabeza. Los valores de reciclaje de RCD son de los tres más bajos de toda Europa, siendo la falta de una legislación estatal que obligue a la utilización de áridos reciclados en mayor o menor medida en las obras públicas y privadas lo que lastra a que el RCD siga sin conseguir el protagonismo que necesita.

La concienciación social hacia el reciclado es cada día mayor al ser mayor cada día la concienciación medioambiental. Al tratarse de un concepto que va calando en la sociedad con el paso de los años, llegará un momento en que el árido reciclado será un material muy demandado, como ocurre en países como Holanda o Alemania.

En España tampoco ayuda que haya varias asociaciones de índole territorial, muchas veces enfrentadas entre ellas, y no exista una federación que aglutine a todas las asociaciones provinciales y que luche por el bien común del sector. La última incorporación al sector ha sido la de los canteros, que se están convirtiendo en gestores autorizados y están utilizando los RCD no valorizables en material para realizar la restauración ambiental de sus explotaciones.

En definitiva, la concienciación por el medioambiente y el reciclaje se va incrementando, muchas veces a la fuerza, lo que permitirá reducir las extracciones y minimizar los vertidos, algo más que necesario en un mundo sobrepoblado como en el que estamos viviendo.

EN ESPAÑA TAMPOCO AYUDA QUE HAYA VARIAS ASOCIACIONES DE ÍNDOLE TERRITORIAL, MUCHAS VECES ENFRENTADAS ENTRE ELLAS, Y NO EXISTA UNA FEDERACIÓN QUE AGLUTINE A TODAS LAS ASOCIACIONES PROVINCIALES Y QUE LUCHE POR EL BIEN COMÚN DEL SECTOR. LA ÚLTIMA INCORPORACIÓN AL SECTOR HA SIDO LA DE LOS CANTEROS, QUE SE ESTÁN CONVIRTIENDO EN GESTORES AUTORIZADOS Y ESTÁN UTILIZANDO LOS RCD NO VALORIZABLES EN MATERIAL PARA REALIZAR LA RESTAURACIÓN AMBIENTAL DE SUS EXPLOTACIONES

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