PENTAGRAMA DÍA 7

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EL ESPECTADOR / JUEVES 10 DE ENERO 2019

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ElPentagrama N° 7

Los sonidos de la ciencia: innovación en lo tradicional

Desde hoy hasta el 12 de enero, estará abierto al público una de las novedades principales del Cartagena XIII Festival Internacional de Música: el Centro de Experiencias, Música y Tecnología.

JULIE GONZÁLEZ

tantes jóvenes.

La ciencia ha estado vinculada a la música desde los orígenes del arte sonoro, y aunque en algún momento histórico su unión fue tratada con escepticismo, el auge de las tecnologías en la actualidad solo ha podido fortalecer su relación. El Centro de Experiencias es un lugar en el que el arte musical y el pensamiento científico no solo coexisten sino que interactúan, en una armonía que permite despertar emociones mediante la racionalidad. De esta manera, el Centro de Convenciones de Cartagena de Indias será el epicentro de una experiencia única en la historia del Festival, que logra combinar los sonidos tradicionales de la música clásica con las más recientes innovaciones de la ciencia y la tecnología. Así, los visitantes tendrán la oportunidad de experimentar conciertos en realidad virtual, participar en talleres de producción y asistir a conversatorios que reflexionan sobre la relación de la música con diversas ramas del saber, como la medicina y las matemáticas, entre otras. Según Antonio Miscenà, director general de la edición 2019 del Festival, lo que se pretende con este atractivo, además de mostrar la armonía celeste entre música y ciencia, es convocar nuevos públicos de forma interactiva, haciendo énfasis en las juventudes. “El evento musical, hasta ahora, ha sido concebido como un Festival muy tradicional, en el que el público juvenil está, pero no lo ves involucrado como actor principal”, afirma Miscenà, quien espera que esta oferta tecnológica atraiga, además de las audiencias habituales, a numerosos visi-

Un ambiente multisensorial Una de las propuestas más interesantes que trae este Centro de Experiencias se remonta a hace más de cuarenta años, cuando la Orquesta Filarmonía de Londres, que este año figura como agrupación residente del Festival, grabó el primer movimiento de la Quinta sinfonía de Beethoven en un disco de oro, que ahora se encuentra orbitando en la galaxia como parte de una misión espacial. La Voyager 1, como se llama la nave que transporta la obra del reconocido compositor, fue lanzada al espacio por la NASA con el propósito de que si en algún momento se cruzaba con vida extraterrestre, ellos se enteraran de la existencia del planeta Tierra y tuvieran nociones de su cultura. Hoy, tener la oportunidad de escuchar esta misma pieza y a la vez sentirse en un viaje por el universo es posible. La Orquesta Filarmonía acondicionó un espacio en el que, mediante la tecnología de realidad virtual, los visitantes podrán vivir esta experiencia interestelar, que en 2017 ganó el prestigioso premio Raindance Film por Mejor Experiencia Musical. Con esta misma técnica, también se podrá experimentar la música de Mahler, cuya Sinfonía n.° 3 fue grabada por la agrupación en un concierto en vivo en el Royal Festival Hall, cuyos últimos diez minutos podrán ser revividos en una experiencia multisensorial. A esto se suma la participación de plataformas digitales como Google, que llega al Festival por primera vez con el YouTube Lounge, un escenario dedicado a mostrar la incidencia de estos medios en la industria musical.

“Tendremos tres tipos de experiencias: los google cardboards, que son visores de realidad aumentada por los que se podrán ver conciertos; transmisiones en directo de agrupaciones orquestales y charlas que buscan resaltar el valor de internet como punto de encuentro entre música y tecnología”, aseguró Irene Velandia, gerente de políticas públicas de Google, quien afirma que otro de sus objetivos es consolidar a YouTube como plataforma para que los intérpretes de la llamada música académica suban sus contenidos, sirviendo así de puente entre Europa y Colombia. Por otra parte, el Centro de Experiencias también contará con un espacio dedicado a la producción musical, en el que participarán las facultades de artes de la Universidad Javeriana de Bogotá y de la Universidad de los Andes, que instalarán laboratorios de audio y ofrecerán talleres de grabación. Para Ricardo Escallón, ingeniero de sonido de la Javeriana, esta es una oportunidad de visibilizar su trabajo académico en torno al nuevo camino que está tomando la creación musical, audiovisual y sonora. Al tiempo que les abre la posibilidad a nuevos visitantes de “encontrar su expresión musical y cultural a través del aporte que hacen las tecnologías hacia la música”. En esto coincide con Jorge García, compositor electroacústico de la Universidad de los Andes, quien asegura que es importante dar a conocer cómo los medios informáticos están influyendo en el quehacer musical. “Es fundamental que se conozca lo que hay más allá de la capa externa de la música, de la interpretación o la ejecución, pues debajo de eso están la ciencia y la tecnología como herramientas para crear nuevas experiencias sonoras”, puntualizó. Además de lo anterior, se llevará a cabo una amplia agenda académica que tendrá lugar en la Sala Multipropósito, que conjuga charlas, conciertos y espacios inmersivos alrededor del carácter multidisciplinario de la música. Es de esta manera que este evento se perfila como el escenario ideal para el reencuentro entre el arte y la ciencia, cuyo vínculo evoluciona constantemente para concebir nuevas dimensiones musicales. El Centro de Experiencias, Música y Tecnología estará abierto al público desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la noche, y todas sus actividades son gratuitas.


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Stravinsky, Ginastera y Mejía: músicos por naturaleza Modernidad y nacionalismo se conjugan en la obra de tres creadores que, aunque diferentes y personales, están ligados por una época y por un interés en la naturaleza como fuente de inspiración y recursos creativos.

Ígor Stravinski (Rusia, 1882 - 1971). / Getty Images

JAIME ANDRÉS MONSALVE B*

En abril de 1936, el compositor Igor Stravinsky pisó por primera vez suelo argentino. En Buenos Aires fue recibido por toda suerte de fanáticos y autoridades, incluyendo al director de la orquesta y ópera del Teatro Colón, el compositor Athos Palma. El ruso venía precedido de una fama que hacía de su visita un evento imperdible. Y es que las crónicas sobre sus triunfos y escándalos, con mayor o menor asentamiento en la leyenda, corrían de aquí para allá en territorio argentino, entre otras cosas gracias a su amistad de larga data con varios de los faros de la intelligentsia porteña, entre otros la escritora Victoria Ocampo, presente en el estreno de su discutido ballet La consagración de la primavera en 1913, en el parisino Teatro de Champs-Élysées. En el prólogo a la edición en español de las memorias del músico, Ocampo confesaba que Stravinsky había sido su “primer amor moderno”, y recordaba cómo, “desde el primer contacto, la aspereza, la extraordinaria violencia rítmica de La consagración, me hablaron de un genio”. En platea, durante el estreno de la obra cumbre de Stravinsky en su ciudad natal, un joven aprendiz

de músico de no más de 20 años recibía, absorto, cada disonancia, cada violento requiebro de la obra subtitulada Imágenes de la Rusia pagana en dos partes. “Fue como un shock: algo nuevo e inesperado”, recordaría años después Alberto Ginastera acerca de la impresión indeleble que había dejado en él aquella obra, enamorado a primera oída por “el primitivismo de la música, por su impulso dinámico y por la novedad de su lenguaje”. Todo ese ideario quedó vertido en su primera obra, el ballet Panambí, escrito en 1937 y claramente heredero de La consagración en el empleo de disonancias, en los cambios abruptos de volumen orquestal y en el tratamiento de la percusión, con todo y que la narración hecha danza ahora tocaba los terrenos de las leyendas guaraníes. En esas mismas fechas de 1936, un joven músico de la costa Caribe colombiana afincado en Bogotá ingresaba al Conservatorio Nacional de Música para perfeccionarse. Antes había pasado tres años en Nueva York, donde integró un trío de cuerdas al lado del célebre músico argentino Terig Tucci, recordado por musicalizar las cintas de Carlos Gardel para la Paramount. Ese músico, llamado Adolfo Mejía Navarro, estaba listo para emplear sus nuevos conocimientos como un vehículo para encauzar la enorme sabiduría que ya os-

Alberto Ginastera (Argentina, 1918 - 1983).


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Bach: un hilo con el más allá

Adolfo Mejía (Colombia, 1905 - 1973). / Archivo Partícular

tentaba en los terrenos de la música popular. Lo que da la tierra Armonía de la naturaleza es el nombre de la sesión que el Cartagena Festival internacional de Música dedica a la obra de tres creadores personalísimos y de intereses, cuando no contrastantes, directamente opuestos; aunque -para emplear el lugar común de los polos que se atraen- unidos justamente por eso. Igor Stravinsky (1882-1971), Alberto Ginastera (1916-1983) y Adolfo Mejía (1905-1973) encontraron en la naturaleza una fuente de inspiración que los condujo por caminos propios, en la que los elementos y fenómenos del mundo físico se encauzan a través de una mirada y una obra personal. Hijo tardío del Impresionismo francés, de cuyas fuentes bebió durante su estancia en París en 1939, Mejía Navarro implementó en su trabajo, ligado a la música colombiana tanto en su componente caribe (su Pequeña Suite de 1938 involucró por primera vez la cumbia en una pieza de carácter académico) como en el andino (con buena parte de su hoy recurrente obra para piano), un profundo sentido de sinestesia en su obra. Baste con escuchar su preludio para arpa Luminosidad de aguas, que de inmediato remite a la imagen visual de un riachuelo cristalino y tranquilo en su cauce. La pieza, compuesta hacia 1949, fue estrenada en Colombia por el maestro del arpa español Nicanor Zabaleta. De manera contraria a esa visión del mundo externo, el poema sinfónico Íntima apela, tal como lo dice su nombre, a una mirada intrínseca, de acuerdo con líneas escritas por el propio Mejía que hablan de un personaje ciego que no quiere recuperar la vista, pues por fin puede reconocerse en su fuero interno. “Ya he visto mucho hacia afuera, dejadme ahora ver hacia adentro”, dice este personaje imaginario, tal como fue expuesto por Mejía en el programa de mano del estreno de Íntima, en 1947. Dieciséis años después de la primera ejecución de Luminosidad de aguas, el mismo Nicanor Zabaleta sería el encargado de estrenar, en su faceta de solista, el Concierto para arpa y orquesta de Gi-

nastera. En esta pieza, la naturaleza se hace presente como el territorio colonizado por el habitante rural argentino por antonomasia: el gaucho. Amo y señor de la extensa Pampa, pacificador de caballos briosos y reses ariscas, ágil depositario de los secretos del repentismo puesto en práctica en el canto de las payadas, el gaucho lleva en la sangre una tradición sonora y dancística con 400 años de historia llamada malambo, género musical festivo con protagonismo del bombo y las guitarras, que invita al aparcero a un baile casi ritual, caracterizado por un estilo de zapateado tan solo comparable al del flamenco. Justamente el malambo es la inspiración para esta pieza de carácter tonal del compositor porteño, y su trepidar se puede sentir en diferentes momentos, en particular en su arranque y en su cierre. La evolución de la obra de Ginastera y de buena parte de sus contemporáneos del mundo entero debe entenderse como la consecuencia del parteaguas histórico que fue La consagración de la primavera. Mucho se ha dicho acerca del caldeado ambiente de su estreno, el 29 de mayo de 1913, en Champs-Élysées: baste, para hacerse una idea general, el testimonio de uno de los ilustres presentes, el escritor, pintor y cineasta Jean Cocteau: “La gente reía, hacía burlas, pitaba, hacía sonidos de animales y quizá se hubiera cansado a la larga si no fuera porque la multitud de estetas y músicos, en su exagerado celo, se puso a ofender al público de los palcos, y a atacarlo físicamente”. Hoy, cuando han pasado cien años y más del escándalo, la escena se antoja una simple anécdota. La pieza, que por primera vez exploró recursos de la modernidad como disonancias, cambios abruptos de compás y diferentes efectos percusivos, se cifra en la naturaleza como objeto de ofrenda e idolatría. Su primera parte, Adoración de la Tierra, comprende situaciones en las que las tribus danzan con frenesí en recuerdo de los antepasados y en agradecimiento a los dones concedidos. Es el comienzo de la primavera y, tal como se expone en la segunda parte, El sacrificio, es necesaria la entrega de una doncella a los dioses para seguir recibiendo las bondades de la Tierra. Lejos ya de su funcionalidad como acompañamiento de ballet e interpretada en concierto infinidad de veces sin el componente dancístico, La consagración de la primavera sigue siendo un parangón de vanguardismo, y sus efectos de inquietud, confusión y hasta terror siguen conservándose intactos en el público que la escucha por primera vez. Una época y un reconocimiento de la naturaleza como punto de partida une a los tres compositores del concierto del jueves 10 de enero en el Auditorio Getsemaní, del Centro de Convenciones de Cartagena, en el marco de la llamada “Serie Latinoamericana” del Cartagena Festival Internacional de Música. Otro aspecto, en este caso, cohesiona aún más el repertorio: la solista de arpa Gwyneth Wentink, a quien le corresponde volver a Ginastera y a Mejía (pese a haber sido escrita para ese instrumento, es extraño ya escuchar Luminosidad de aguas como no sea en su arreglo para piano) y la participación de la Filarmónica Joven de Colombia, ya convertida en visitante ineludible de esta cita anual. *Jefe musical de Radio Nacional.

Tras la serie de conferencias de Giovanni Bietti acerca de Johann Sebastian Bach, Dinis Sousa (director) y Kati Debretzeni (violinista), integrantes del conjunto Solistas Barrocos Ingleses, conversaron con el periodista musical Juan Carlos Garay acerca de la importancia del compositor en sus vidas. “Lo único mejor que la música es hablar de la música”, citó Garay a Gabriel García Márquez, para abrir la charla con los músicos, cuyo propósito era conocer de primera mano al autor. “Bach nunca es solo un ejercicio técnico. Sus composiciones más sencillas tienen un gran componente sentimental”, aseguró Debretzeni, al hablar sobre el Cuaderno para piano de Anna Magdalena Bach que regaló a su esposa a mediados del siglo XVIII. Por la misma línea, Sousa hizo referencia al carácter personal de cada partitura que escribió. “Más que científico, viene de su alma y espíritu. Si no fuera así, su música no me tocaría tanto. Bach tomó lo que la música le dio, y en parte es ciencia, pero no es lo más importante”. Se habló también acerca de lo llamativa que llega a ser la propuesta de los Solistas Barrocos Ingleses al ser una agrupación que interpreta las obras de Bach con los instrumentos de la época en que fueron escritas. “Aunque ahora podemos crear los sonidos que Bach soñó, nuestra idea es reconstruir la manera en que sonaba antes. Si bien, hay música que cambia según el espacio en que se interpreta, por ejemplo, nosotros tocamos de la manera en la que se interpretaba originalmente”. Aunque el repertorio de Bach es grande, en él no hay ni una ópera. Por su trabajo, tenía de lunes a viernes para escribir algo que entregaba el sábado y era tocado el domingo, “no le quedaba tiempo”, dijo a modo de broma Sousa. “Bach tenía una gran conexión con el mundo religioso, su mente estaba en Cristo. Se conectó tanto con su parte espiritual y profunda, que no había necesidad de óperas”. Por otra parte, la violinista aseguró que, para ella, “cada una de sus cantatas y canciones son pequeñas óperas”. “Para cada situación humana hay una obra de Bach. No hay ninguna sensación que no exprese algún aspecto de la existencia”, señaló Debretzeni. “Al tocar Bach siento en él una relación espiritual con algo más adelante, si es Bach o Dios, no importa. Me siento sublimada y agradecida”, agregó de forma enfática.

Los músicos Dinis Sousa (director) y Kati Debretzeni (violinista), del conjunto Solistas Barrocos Ingleses, conversaron con el periodista Juan Carlos Garay. / Felipe Flórez

¡Matemática, maestro! Parte importante del Cartagena Festival Internacional de Música son las Conversaciones Musicales, espacio en el que conocedores e investigadores exponen sus ideas y ayudan a lograr una mejor experiencia de la

apreciación musical. Un aclamado matemático y guitarrista argentino, Pablo Amster, presentará su libro “¡Matemática, maestro! Un concierto para números y orquesta”: un paseo didáctico por los números, las

frecuencias, las fórmulas aritméticas y las notas musicales. Amster conversará con el periodista Gustavo Tatis y nos explicará, entre otras cosas, por qué afirma en su relato que “los músicos no son otra cosa que matemáticos aplicados”.


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Transmisiones A partir del 10 de enero siga nuevas transmisiones del Cartagena Festival Internacional de Música: p. Puede ver y escuchar a Emmanuel Tjeknavorian (violín), Maximilian Kromer (piano), Friedrich Kleinhapl (chelo), Andreas Woyke (piano), New York Polyphony, y a la Banda Sinfónica de Cajicá, dirigida por Diego Arévalo, en concierto desde la Plaza de San Pedro Claver de Cartagena de Indias, en directo a las 10:00 p.m. por Señal Colombia-RTVC, y en diferido a las 10:30 p.m. por RCN Nuestra Tele Señal Internacional y por Radio RCN Clásica www.rcnclasica.com; el 11 de enero a la medianoche por NTN24, y el 18 de enero a las 11:00 p.m. por RCN HD2.

ElPentagrama

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/ Wilfredo Amaya

New York Polyphony, voces contemporáneas que le cantan al Renacimiento El cuarteto se fundó en 2006 y desde entonces ha encabezado los referentes en la música tradicional del Alto Renacimiento. Desde 2011, la agrupación ha grabado para BIS Records, un sello discográfico especializado en la divulgación de la música clásica. JULIANA JAIMES

La música del Renacimiento y de los períodos medievales han sido sonidos explorados por el cuarteto New York Polyphony desde 2006, año en que se fundó el colectivo. Las cuatro voces de Geoffrey Williams, quien es contratenor; Steven Caldicott Wilson, un tenor; Christopher Dylan Herbert, barítono, y Craig Phillips, bajo han llenado de matices vocales los teatros de Nueva York y siempre han obtenido las mejores críticas, dentro de las que se destaca el siguiente comentario: “Cuatro voces vibrantes y modernas que interpretan la historia misma a través de la música”. Desde 2011, New York Polyphony ha grabado

para BIS Records, un sello discográfico que se ha dedicado a divulgar la música clásica. En 2013, con el lanzamiento del registro Times by Turns, el cuarteto estuvo nominado a los Premios Grammy. Sin embargo, tiempo antes de firmar con la disquera sueca, New York Polyphony lanzó dos álbumes con el sello británico Avie Records: I cantar el nacimiento (2007) y Tudor City (2010). Ambos recibieron una importante aclamación de la crítica y, de hecho, este último alcanzó el puesto número seis en la tabla de Billboard en junio de 2010. Medios reconocidos como The New Yorker, Gramophone y BBC Music Magazine han destacado sus trabajos discográficos dentro de los mejores del mercado especializado. Incluso, su sép-

EL PENTAGRAMA Periódico oficial del Cartagena Festival Internacional de Música

timo lanzamiento Roma aeterna debutó en el número 4 en la lista de grabaciones tradicionales clásicas de la revista Billboard y fue destacado por la interpretación de dos de los exponentes más importantes de la música del denominado Alto Renacimiento, el compositor italiano Giovanni Pierluigi da Palestrina y el compositor español Tomas Luis de Victoria. New York Polyphony es uno de los principales conjuntos de cámara vocal activos en la actualidad. Los cuatro hombres, según señaló The New Yorker, son “cantantes de excelente musicalidad y encanto vocal”, y su repertorio abarca desde el canto gregoriano hasta las composiciones de vanguardia. El cuarteto se ha caracterizado por su trabajo tanto en la interpretación como en la grabación, aspecto en el que han demostrado un constante compromiso con la presentación de composiciones contemporáneas que nunca han dejado de explorar los límites entre la música antigua y la moderna. Desde su fundación, hace 12 años, New York Polyphony ha logrado forjar relaciones con numerosos compositores, incluidos artistas como Richard Rodney Bennett, Jonathan Berger y Jackson Hill. Así como su contacto con talentos emergentes en su momento, como Bora Yoon y Gregory Brown, Gabriel Jackson y Andrew Smith. New York Polyphony ha realizado numerosas giras en las que ha participado en importantes conciertos y festivales de todo el mundo. Entre ellos se incluye su debut en Wigmore Hall y The Royal Concertgebouw de Londres, así como presentaciones en el Dartmouth College y la Universidad de Stanford, y los conciertos durante el Festival Oude Muziek Utrecht, en Países Bajos. Uno de los más recordados fue su participación en el estreno europeo de la Missa Charles Darwin, una misa basada en textos de Charles Darwin, que fue dirigida por el compositor Gregory Brown, en el Museum für Naturkunde de Berlín. Además, New York Polyphony cumple, año tras año, con una agenda internacional exigente. Se pueden mencionar varios conciertos de alto reconocimiento en el nicho musical, incluyendo la Serie de Música de Teatro Miller en la Universidad de Columbia, el Festival de Música Rheingau, Thüringer Bachwochen (Alemania), Stiftskonzerte Oberösterreich (Austria), el Festival de Música de Morelia (México), el Festival de Elora (Canadá) y coral en el Cadogan Hall de Londres. Y ahora sus integrantes cumplen con su cita con el Cartagena XIII Festival Internacional de Música. Muchos señalan que el cuarteto genera un tapiz de sonidos, pues la diversidad de sus voces llega a resaltar la textura y los matices que pertenecen a los cantos corales del Renacimiento. Lo curioso de New York Polyphony es que, a través de la modernidad de sus voces, interpretan cantos antiguos que son tradicionales en la historia de la música.

Sobre plaza de San Pedro Para los conciertos gratuitos en la plaza de San Pedro Claver, reclame sus boletas, sin costo, el mismo día del concierto en las taquillas de Primera Fila en el Teatro Adolfo Mejía y en las salas de Cine Colombia de los centros comerciales Caribe Plaza, Paseo de la Castellana y Plaza Bocagrande en Cartagena de Indias. Solo en estas dos fechas (10 y 12 de enero) estas taquillas estarán habilitadas de 8:00 a.m. a 9:00 a.m. (o hasta agotar boletería) exclusivamente para la entrega de estas boletas.

PRESIDENTA: Julia Salvi DIRECTOR GENERAL: Antonio Miscenà SOCIOS PRINCIPALES: Postobón, RCN Radio, RCN Televisión SOCIOS: Cine Colombia, El Espectador FUNDADORA DE EL PENTAGRAMA: Paula Ojeda Palacio DIRECTORA DE EL PENTAGRAMA: María Camila Castellanos

EDITOR GENERAL: Juan Carlos Piedrahíta B., Jaime Andrés Monsalve B COLABORADORES EL PENTAGRAMA: Julie González, Katia Carbal, Juliana Jaimes, Julie González y Sara Sofía Rojas DISEÑO: Éder Leandro Rodríguez Corredor http://www.cartagenamusicfestival.com


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