El Pentagrama VII

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EL ESPECTADOR

EL ESPECTADOR / JUEVES 12 DE ENERO 2017 / 15 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

VII n ta g ra m a ElPe ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

/ Cortesía

Ruana, símbolo y sonido, hoy en el Centro de Convenciones

Jorge Velosa y el arte de ser campesino Carranga decían en Boyacá a la carne que se revendía de algún animal que moría sin ser sacrificado, carranguero decían para insultar al vendedor de carne en mal estado. En los años 70, este artista resignificó el término, regalándole a Colombia su música. ÁNGELA MARTIN LAITON

“Soy hijo de campesinos y lo digo con orgullo, campesinos son los míos como lo han sido los tuyos. Que vivan los campesinos y que los dejen vivir, que el campo sin campesinos existe sin existir”. Suenan un tiple, una guitarra y una guacharaca. Tres jóvenes acaban de subirse a cantar carranga en un TransMilenio lleno de gente. Todos observan con asombro cómo después de un sexteto de hip-hop, los tres intérpretes sacan instrumentos hechos con tubos, botellas de plástico y materiales reciclables a aventurarse con el folclor

cundi-boyacense. “Yo también soy un boyaco, y pu’el habla con más veras, pus toiticas mis palabras me salen como si fueran dichas por mi taita y mama, por mis agüelos y agüelas y por to’ los que han vivido dende siempre en mi vereda”. Me sorprendo con los ojos inundados, volteo a ver por la ventana tratando de contener las lágrimas, vuelvo 15 años atrás y pienso en mi abuelo, en el amor inmenso que me une a él, en todas las mañanas que estando en el campo sintonizaba un radio viejo de plástico azul, ponía a sonar carranga, prendía la estufa de leña y montaba el agua con panela para el tinto. Después del café se aventuraba en algún quehacer: desgranar el maíz para las gallinas, ir a ordeñar la vaca o a llevar a pastar el ganado. Ese

hombre gigantesco, al que el tiempo fue encorvando, me levantaba tempranito a que lo acompañara a ver la vaca y con inmensa humildad sacaba el primer vaso de leche y me lo servía. Siempre que intento pensar en los momentos felices de mi niñez vuelvo a la misma escena, sentada en alguna montañita con una de las ruanas del abuelo puesta, un cabeceo constante y los ojos semi cerrados por el sueño. Nadie en la ciudad me levantaba tan temprano como lo hacía el abuelo cuando lo visitaba en el campo. Pocillo de plástico en mano, bebiendo la leche tibia que él acababa de ordeñar. Nunca conversábamos, nos acompañábamos en silencio, él terminaba la tarea y volvíamos a llevar la leche a la casa.

*** Animados, los chicos del sexteto de hip-hop arrancaron a bailar en la mitad del bus. La gente sentada se reía y aplaudía la fiesta improvisada que surgió en el trayecto. Era una canción de Jorge Luis Velosa Ruíz, el mismo cantautor que todos los días buscaba mi abuelo en la radio, un oriundo de Ráquira (Boyacá) que se fue en su juventud para Bogotá a aventurar con sus hermanos. Radicado en la ciudad y durante sus años colegiales, tuvo que soportar diferentes burlas por su acento y costumbres campesinas. ¿Qué más citadino que la horrible costumbre de llamar campesino o indio para denigrar a otro? ¿O la de creer que se es mejor que las personas que habitan los campos y las selvas? Años después, Velosa respondería alegre e inteligentemente a las burlas: “Boyaquito sigo siendo boyaco de Boyacá, boyacenses dicen otros pero a mí me gusta más decir que soy un boyaco y que soy de la tierrita por mil motivos que siguen palpitándome cerquita”. El tiempo pasó entre la ciudad y el campo. Jorge Velosa ingresó a la Universidad Nacional de Colombia en los años 70 y se tituló de veterinario. Fue allí donde conoció al maestro Eduardo Carrizosa y en donde inició sus estudios de música en el Conservatorio. Sería este aprendizaje alrededor de la música lo que cambiaría para siempre su vida, haciéndose co-iniciador de la carranga como género musical del

folclor colombiano. Según ha manifestado en diferentes entrevistas, todo empezó cuando la laguna sagrada de Fúquene creció tanto que dejó damnificados a muchos campesinos, entre ellos el cantautor, por lo que él mismo diría: “se subió al camión de la Julia” para vivir de su tiple. Fue así como, mezclando el merengue campesino, la rumba criolla y la poesía costumbrista boyacense, nació “Jorge Velosa y los Carrangueros de Ráquira”. Velosa, quien se tomó a pecho la frase de una de sus canciones: “El que quiera enamorar, dos cosas debe tener, una ruana por si acaso y un tiple pa’ proponer”, enamora siempre al público en todas sus presentaciones, con el atuendo típico boyacense; ruana, sombrero y una guacharaca o una armónica para entregar en el escenario canciones de más de 20 discos hechos a lo largo de su carrera. Él, el Carranguero Mayor que le dio a los campesinos lo mejor de su tradición, sus costumbres y cultura devueltos en música y poesía. Él, el hombre que, en cada canción, a millones de campesinos que dejaron el campo atrás para sobrevivir en la ciudad, los hace sentir por un momento en un pedacito de su verde natal. Él, quien me devuelve las mejores remembranzas de mi abuelo, se convirtió, gracias a su orgullo en las raíces, su trabajo, esfuerzo y emprendimiento en un emblema de la gente humilde, así como su abuelo o el mío.


EL ESPECTADOR / JUEVES 12 DE ENERO 2017 16 / ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ El festival es mucho más que música

¡Es un alegre! “La música antes de la música”, de los Centros de Lutería e Instrumentos de Viento; “En un lugar del trópico”, de Ana González, y “Origen y tradición II”, de la Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo, son tres de las actividades complementarias del evento en Cartagena. ANA MARÍA ENCISO NOGUERA

anamarencison2@gmail.com

Una de las cosas más lindas que he visto en la vida ha sido el nacimiento de un tambor. En la Escuela Taller de Cartagena se está haciendo un taller de gaitas y tambores con Los Gaiteros de San Jacinto y el primer día, mientras los asistentes llegaban, Rafael Castro se paró en silencio ante un tronco de ceiba tulua de tres arrobas para entregarse a su labor de partero. En torno a él, los asistentes lo miraban con una mezcla de respeto sacro y prudencia, como presenciando un pequeño milagro. Con el formón y el martillo de madera empezó a sacar muescas del centro del tronco. Repitió la tarea, inmutable, mientras los otros pasaban, miraban, movían mesas, cortaban bloques de cera de abeja del tamaño de lajas de fuente pública, se olvidaban de que era un pequeño milagro y retomaban sus conversaciones. Cuando su antebrazo se perdió en el interior del tronco, paró. Hace cuatro años, el Ministerio de Cultura llamó a la Fundación Salvi para crear las primeras escuelas de lutería del país. Los Centros de Lutería e Instrumentos de Viento empezaron con ese impulso y ya están Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena. En la Casa Museo Arte y Cultura, La Presentación, se están exponiendo los instrumentos que fabricaron durante el 2016. Por estos días, Cartagena está hecha un hervidero de aprendices de varias ramas de la lutería. Flip Scipio vino a dar varias conferencias sobre guitarrería española; habrá un taller de lutería para niños, otro de instrumentos no convencionales, y el de gaitas

y tambores con Los Gaiteros de San Jacinto (Rafael Castro, Orlando Yepes, Javier Mutis y Gabriel Torregrosa, director del grupo), en el que ya todos están lijando gaitas, ayudando a Castro en la tarea de talla el tronco, o desarmando los tambores que trajeron para reparar, la mayoría de ellos urgidos de un parche nuevo. Aquí trabajarán durante cuatro días para fabricar cien gaitas,

cien maracones y cuatro juegos completos de tambores (alegre, tambora y llamador). Las gaitas comienzan a hacerlas a partir de una caña de cardón que lijan por dentro y por fuera y luego pulen y adelgazan. Entre tanto, al tambor que está naciendo le dieron vuelta y lo tallan por el otro lado. “Ahora normalmente lo hago con la sierra eléctrica –explica Castro–, le sacas una pieza

del centro, y eso te facilita el trabajo. Pero la idea era que vieran cómo se hace tradicionalmente”. Mientras el tambor nace, Cartagena es sede de otras dos exposiciones de labores artesanales que aprovechan la coyuntura del Festival: “En un lugar del trópico”, de Ana González Rojas, en el Museo de Arte Moderno de Cartagena, y “Origen y tradición II”, de la Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo, en la Casa Museo Arte y Cultura, La Presentación. “En un lugar del trópico” recoge piezas de cuatro series de la artista bogotana. Todas transmiten una calma levemente perturbadora porque Ana González retoma las historias de las comunidades víctimas de desplazamiento forzado con que trabaja desde hace más de una década y las reelabora en piezas de enorme delicadeza que muestran cómo la vida

se destruye y rehace. Sus obras son frágiles y artesanales porque en este país de artesanos, dice González, repetir, bordar, tiene un sentido sanador. Por eso su oficio es fundamental. Luisa Mejía, directora de la Escuela de Artes y Oficios Santo Domingo, coincide con la artista mientras muestra con orgullo las obras que han salido de sus talleres: piezas en varias técnicas de platería, madera, bordado, cuero y tejeduría en telar artesanal, todas caracterizadas por sus terminados impecables. La escuela lleva veintiún años formando artesanos con las mejores técnicas para que hagan productos de excelente calidad. Entre tanto, en la Escuela Taller siguen lijando y tallando. Ya quiero ver las caras de todos cuando Castro salga a dar la buena nueva: “¡Es un alegre!”.

/José Guiot


EL ESPECTADOR / JUEVES 12 DE ENERO 2017 / 17 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

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El arco en la izquierda

Luego de unos meses, mi maestra le preguntó a su profesor y él le dijo “¡No deberías hacer eso! Porque si ese niño se hace profesional, nunca conseguirá trabajo!”. Ella se preocupó y le dijo a mi padre “Intentémoslo de la otra manera” y durante dos semanas recomencé. Fue una pesadilla”. Martial Gauthier, jefe de segundos violines de Les Siècles.

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El violín es un instrumento con una larga tradición y en el que se ha determinado muy estrictamente cómo debe ser interpretado. Para empezar: debe ir en la mano izquierda y el arco en la derecha. Hablamos con Martial Gauthier, jefe de segundos violines de Les Siècles, que como buen zurdo lo hace todo al revés.

/ Wilfredo Amaya

/ Joaquin Sarmiento

Monsieur Periné

Un laboratorio que encontró su color La banda, que lleva ocho años repartiendo su swing por Colombia y el mundo, ha lanzado dos discos. En la edición XI del Festival el grupo es invitado de lujo. LUCETY CARREÑO ROJAS

@LucetyC lucetyc@gmail.co

Villa de Leyva fue el municipio que vio nacer a Monsieur Periné. En una Semana Santa y en la plaza del pueblo estaban Nicolás Junco, Santiago Prieto y Camilo Parra – quien dejó la banda en 2014-. Y la vida les envió a una estudiante de antropología, Catalina García, una caleña que estaba en ese momento de viaje, y que se convertiría en la voz del “Suin a la colombiana”, a pesar de que solo había cantado en el coro del colegio.

Como Bomba Estéreo, ChocQuibTown o Systema Solar, los Periné hacen parte de la nueva ola musical colombiana. Son agrupaciones que unen las tradiciones folclóricas, bien sea, el canto o los instrumentos, con ritmos modernos. La banda que surgió en 2007, es un colectivo que no se encasilla en un género específico, pero que tiene influencias del swing, el gypsy jazz y el pop. Conjuga sus letras con una especie de laboratorio musical en el que experimentan con varios géneros, sin perder su esencia. Luego de tocar juntos por primera vez, decidieron oficializar la conformación de la banda y empezaron a presentarse en matrimonios y en reuniones pequeñas.

La agrupación, que empezó a cantar en reuniones empresariales, requería un nombre para ser conocida. Todo comenzó como un chiste interno cuando Prieto estaba leyendo “Las partículas elementales”, de Michel Houellebecq. En el texto estaba escrita la palabra “Periné”, que le causó curiosidad. Un día les preguntaron cómo se llamaban, alguno respondió que Periné, a lo que García se opuso porque le sonaba a “peroné” así que, por su gran influencia de la cultura francesa, propuso que se le agregará el Monsieur, ya que se cree que todo lo francés es elegante. Así fue como finalmente el nombre quedó “Monsieur Periné”. Ha estado integrada por varios músicos, que durante el crecimiento de la banda han dejado su huella. Entre esos: Fabián Peñaranda y Axcel Lir, en el contrabajo; Daniel Chebair y Alejandro Giuliani, en la batería, y Camilo Parra, en los vientos. También los

acompañó un tiempo Alejandra Rivas Ramírez, quien se encargaba del diseño de imagen y el vestuario de la banda. Actualmente, Monsieur Perinéestá compuesta por Catalina García en la voz, Nicolás Junca en la guitarra, Santiago Prieto en el charango, la guitarra y el violín, Adinda Meertins en el contrabajo, Jairo Alfonso del saxofón y el clarinete, Abstin Caviedes en el trombón y el bugle, Miguel Guerra en la percusión y Darwin Páez en la batería. El camino de la banda ha estado lleno de altibajos. Cuando estaban empezando y querían realizar su primer video musical, “Suin romanticón”, el vehículo que les prestaron se incendió con todos los instrumentos que tenían en ese momento. Y de un presupuesto inicial de $4.000.000, que reunieron con esfuerzo, tuvieron que responder por los daños causados. Después, el corre-corre de empezar a tener fama y en pleno proceso de su segundo álbum, “Caja de música”, corrieron los rumores de una posible separación de la banda a causa de discusiones entre ellos. Pese a la polémica, el grupo supo resolver la situación y lanzaron su trabajo musical en el teatro Jorge Eliecer Gaitán, en Bogotá. Los Periné le apostaron a lo independiente y con presentaciones en Bogotá se dieron a conocer. Su laboratorio musical empezó a combinar estrofas en español y francés. En 2009 les dieron el galardón del Premio Jóvenes Talentosos de la Música de la Alianza Francesa y en 2010 ganaron el concurso Urock Universia. En 2011 obtuvieron el primer premio del concurso Red Bull - El Ensayadero, que les permitió presentarse por primera vez en el festival Estéreo Picnic, siendo vital el apoyo visual de Rivas y las ilustraciones de José Arboleda. Así fue como llegaron a los grandes escenarios nacionales. Hasta el momento la agrupación tiene dos discos. El primero es Hecho a mano, que fue realizado de manera independiente y les dio la llave para ingresar a las emisoras nacionales. El segundo, Caja de Música, que se lanzó en 2015 y estuvo producido por Eduardo Cabra, “Visitante”, de Calle 13. Ese fue el álbum por el que obtuvieron el Grammy Latino de ese año en la categoría “Mejor artista nuevo”.

¿Cómo fue su época como estudiante de violín?

Yo empecé a tocar violín cuando ya estaba relativamente grande, tenía nueve años. La primera vez que cogí un violín fue en casa. Mi padre tenía un violín grande, de adultos, y lo cogí con la mano derecha. Empecé a tocar pequeñas melodías que sacaba de oído. Cuando fui al conservatorio recibí un violín de mi talla, mi padre simplemente cambió el orden de las cuerdas y mi primera profesora dijo “Bueno, ¿por qué no?”. Luego de unos meses, ella le preguntó a su profesor y él le dijo “¡No deberías hacer eso! Porque si ese niño se hace profesional, nunca conseguirá trabajo!”. Ella se preocupó y le dijo a mi padre “Intentémoslo de la otra manera” y durante dos semanas recomencé: fue una pesadilla. ¿Qué diferencias hay entre su violín y uno normal?

La primera diferencia es el clavijero, lo cambiamos para que las clavijas se intercalen en otro orden y siempre sea cómodo digitar. El puente lo rotamos, pasamos la barra armónica al otro lado de la tapa del violín y el alma pasó al lado contrario. Y, finalmente, la mentonera también cambió de posición. ¿Ha tenido dificultades acomodándose en el espacio con los otros músicos?

A veces, pero con Les Siècles eso no es problema porque siempre tocamos afuera del foso y estoy al frente. Para mí es mejor incluso, porque por la manera en que acomodo mi violín, el sonido se proyecta directamente al público, mientras que el de los otros segundos violines sale hacia el pasillo. ¿Ha adaptado violines de diferentes épocas para tocar con la orquesta Les Siècles?

Sí, la mayoría de nosotros tenemos dos violines y dos o tres arcos (barroco, clásico y moderno). Algunos tienen tres violines, pero eso es muy costoso. Yo tengo dos: uno para repertorio de los siglos XIX y XX, simplemente cambio la cuerda Mi, y para el repertorio clásico y barroco tengo otro violín que siempre tiene buen encordado. Ese violín tiene las mismas adaptaciones que el moderno.


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Hoy en el Festival La agenda del Festival abre a las 9:30 a.m. con el panel “El Cartagena Festival Internacional de Música como patrimonio cultural de Cartagena de Indias”, que tendrá lugar en la Cámara de Comercio Cartagena y contará con la participación de Gonzalo

Transmisiones por radio y TV

Castellanos, Bertha Arnedo, María Claudia Páez y Rafael del Castillo. Durante el día habrá dos conciertos de la Serie Oro Davivienda, el primero de ellos a las 11:00 a.m., titulado “No solo Debussy y Ravel”, a cargo del pianista François Dumont en la Capilla

Sofitel Legend Santa Clara. El segundo, “Tendencias de la música de cámara francesa de principios de 1900”, contará con Dumont y el Quinteto Villa-Lobos, en el mismo auditorio. A las 7:00 p.m., de la Serie del Nuevo Mundo, será “De la copla, la canta y la

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juglaría”, con el Colectivo Colombia, Velosa y Los Carrangueros y Monsieur Periné en Casa 1537. Simultáneamente, en el Cerro de la Popa se presentarán Lucienne Renaundin-Vary (trompeta), el Cuarteto Latinoamericano, Mario Criales (contrabajo) y

François Dumont. A las 10:00 p.m. será el op. 3 de “Interludios en la plaza de San Pedro”, donde en un concierto gratuito se podrá escuchar a Dumont, el chelista Santiago Cañón, el pianista Alphonse Cemin y el Noneto Inédito.

El concierto “Interludios en la plaza de San Pedro, op 3” será transmitido en directo por Señal Colombia y Radio RCN Clásica. A partir de las 10:30 p.m. se podrá ver en diferido por RCN Señal

Internacional, TDT RCN HD2 y Telecaribe HD. A las 12:00 p.m. será la retransmisión por NTN24. En el canal de Youtube del Festival podrá ver apartados del día a día de este evento.

EN LAS REDES SOCIALES TAMBIEN SE VIVE EL FESTIVAL Cartagena Festival Internacional de Música

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~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ curo divertirme. Disfruto mucho lo que hago en el escenario. Es increíble el momento en el que se encuentran los músicos y el público a través de la música.

CARLOS TORRES

Los crespos se mezclan con sus largos pelos lisos. Pareciera que su cabello todavía no se define. Es entendible, pues todavía no cumple los 18 años. En su juventud en ciernes ha tocado con la Filarmónica de Praga, con el director Vladimir Ashkenazy y es artista del sello Warner Classics. A Cartagena llegó con su aire de mochilera. Por ser menor de edad, vino acompañada por adultos responsables. En su equipaje están debidamente doblados tres blazers oscuros y una trompeta dorada, la misma en la que se van a reflejar los músicos de Les Siècles, de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia (OSNC), entre otras agrupaciones, durante los conciertos que realizará en el Festival.

¿Para usted qué significa la música clásica? ¿Y el jazz?

Nunca me he hecho esta pregunta, porque mi contacto con la música clásica es natural, hace parte de mí. A toda hora estoy escuchándola, lo mismo que el jazz. No quiero sonar pretenciosa, pero la música es mi vida. Tan pronto como me despierto, quiero escuchar alguna interpretación. Confieso que cuando no estoy tocando, me veo en la necesidad de escuchar alguna obra. Así me la paso, porque la música es un hábito irremediable. Un concierto inolvidable…

Cada uno es único. Ahora mismo pienso en el de Bodrum en donde toqué el piano y la trompeta de Dmitri Shostakóvich con la Orquesta Chamber de Londres, Daniel Kharitonov y Vladimir Ashkenazy. Soy fanática de la música de Shostakóvich y este concierto fue maravilloso. También tuve la oportunidad de tocar en Rusia bajo la dirección de Vladímir Spivakov. En el festival Un Violon sur le Sable estuve frente a 50.000 personas, con el mar de fondo. Volveré a este festival el próximo verano. Recientemente estuve en Berlín en un programa de televisión llamado Stars von Morgen, en el que conocí al tenor mexicano Rolando Villazón. Me sentí pequeña a su lado y él estuvo muy atento.

¿Cómo fue su primer contacto con la música?

Mi primer impacto musical del que tengo memoria fue con Carmen, la ópera dirigida por Georges Bizet. Recuerdo haberla visto como una película y quedé fascinada con el personaje. De igual manera, entonces descubrí el musical The sound of music, en el que estaba la bella actriz Julie Andrews. Incluso hoy en día me sé las canciones. Después de esos dos impactos, comencé a tocar el piano, con el que tenía buena relación, pero no era como la que iba a descubrir luego en la trompeta. Un día dos profesores en el conservatorio me presentaron la trompeta como el mejor instrumento. La empecé a tocar e inmediatamente me enamoré del sonido que produce, de su apariencia, de la forma en que el músico la sostiene, y de todo lo que puedes hacer con ella.

Un sueño que tenga pendiente…

¿Cuál es su opinión del Cartagena Festival Internacional de Música?

Estoy feliz de estar en Colombia. Es excitante conocer nuevos públicos. Cuando empecé a publicar videos en Youtube, los suramericanos fueron los que primero me apoyaron. En Cartagena puedo compartir escenario con la orquesta francesa Les Siècles, que tendrá al maravilloso director Francois-Xavier Roth. Ensayamos en Francia lo que va-

/ José Guiot

mos a presentar aquí y fue increíble. Desde Europa ya se sentía la buena vibra. Espero poder seducir con mi música a la audiencia. La Plaza de San Pedro de Francia

EL PENTAGRAMA Periódico oficial del Cartagena Festival Internacional de Música

y la de Colombia, se encontrarán a través de mi trompeta y el saxofón de Antonio Arnedo. Estoy segura de que será una gran presentación.

PRESIDENTA: Julia Salvi DIRECTOR GENERAL: Antonio Miscenà SOCIOS PRINCIPALES: Postobón, RCN Radio, RCN Televisión SOCIOS: Cine Colombia, El Espectador, Profesionales de Bolsa FUNDADORA DE EL PENTAGRAMA: Paula Ojeda Palacio

http://www.cartagenamusicfestival.com

Para el público colombiano que no está familiarizado con su carrera, ¿cómo se describe en el escenario?

Es difícil hablar de uno mismo, pero cuando estoy ahí arriba pro-

Me siento afortunada. Recibí un premio en mi país llamado Revelation des Victoires de la Musique Classique. Hace poco revisé el show de televisión, en el que estaba más joven, y se me erizó la piel. Haber obtenido este galardón representó un sueño hecho realidad. Recientemente he terminado de grabar un álbum para la disquera Warner Classics, que estará disponible a partir de septiembre. Por encima de todo, más que soñar, prefiero seguir tocando y conociendo gente.

DIRECTORA DE EL PENTAGRAMA: María Camila Castellanos EDITOR GENERAL: Juan Carlos Piedrahíta COLABORADORES EL PENTAGRAMA: Ángela Martin Laiton, Lucety Carreño, Carlos Torres, Octavio Gabriel Martínez, Ana María Enciso, Eliza Esther Vélez, Carolina Covelli FOTOGRAFÍA: Joaquín Sarmiento, Wilfredo Amaya, Jose Guiot DISEÑO: William Orlando Niampira


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