EL ESPECTADOR
EL ESPECTADOR / DOMINGO 8 DE ENERO 2017 26 / ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
ElPentagrama III
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El autor es uno de los ejes transversales del Festival
El enigma Debussy La obra del compositor francés tiene que ver más con la creación de atmósferas y sensaciones que con una estructura narrativa formal. Por eso, cuando la escuchamos nos hacemos cómplices de todo un universo onírico. JUAN CARLOS GARAY
Jean-Efflam Bavouzet, artista que se presenta en este Cartagena Festival Internacional de Música, tiene sus consideraciones acerca de la obra para piano de Claude Debussy. Ha dicho, por ejemplo, que la Elegía de 1915 “es una obra elusiva en la que casi no sucede nada. Pero escuchada hoy, pareciera una improvisación del pianista de jazz Bill Evans. Desde luego, cuando fue escrita, ese sonido no existía. Así que ahí está el misterio: ¿Por qué hoy nos suena tan jazzística?”. Claro que la música de Debussy no es jazz, estrictamente hablando, pero hay elementos de ritmo y armonía bastante innovadores que hacen entendible que alguien quiera interpretarla por ese lado. El asunto es que tampoco sabemos lo que es. El mismo compositor rehuía la definición de “impresionista” para su obra. Al no ofrecer mayores pistas que los enigmáticos títulos para varias de sus piezas, se encargó de mantener el misterio: La catedral sumergidaoLa niña de los cabellos de lino son estímulos para la imaginación, pero no una definición seria. Otro pianista, Stephen Hough, ensayó una explicación más formal en un texto que publicó en su blog hace cuatro años. Recurrió a la usual comparación entre Debussy y Ravel, señalando algunas claves. Dijo que mientras Maurice Ravel trabajaba como un relojero (porque en su música cada compás y cada nota son joyas de precisión), Claude Debussy tenía su propio manejo del tiempo: sus melodías son flexibles, aunque saben bien a dónde van, suelen hacer recovecos. Como si su ritmo estuviera marcado por alguno de esos relojes derretidos de Dalí. Debussy es un enigma aún para quienes han estudiado e interpretado su obra. Hoy podemos establecer casi con precisión el momento en que empezó a ser así. El año era 1889 y París era la sede de la Gran Exposición Universal. Allí, el compositor asistió a una muestra de la música étnica de la isla de Java y quedó fascinado por un sentido del tiempo completamente distinto al occidental: en tanto que nuestra música busca un desarrollo y un clímax, la música de Java es cíclica y crea la ilusión de un infinito. No es difícil pensar que Debussy quiso que los oyentes de su obra sintieran esa misma fascinación. Y así se lanzó con una primera crea-
ción importante: la Fantasía para piano y orquesta, escrita a sus 28 años, tuvo un intento fallido de estreno y luego pareció generarle cierto pudor, ya que nunca volvió a alentar a que se presentara en concierto. Y sin embargo ahí estaban ya los elementos propios de su obra. Un sonido que, según el musicólogo Roger Nichols, tiene “la textura que tienen los sueños”. Esa metáfora de los sueños nos ayuda a entender mejor una obra orquestal como Nocturnos, de 1899, que se cierra con un coro femenino al que Debussy bautizó “Sirenas”. La música es etérea y las coristas tienen instrucción de cantar, pero no hay ningún texto. Posiblemente sea una alusión a las sirenas de la Odisea de Homero, cuyo canto hace sucumbir a los hombres y pone a prueba la fuerza de voluntad de Ulises. Años después, Debussy escribiría otra página orquestal llamada El mar. Esta vez la intención es representar el oleaje, la bravura, la interacción con el viento. Una vez más, el tema es infinito: el mar no tiene argumento y desenlace, sino mareas que van y vienen por toda la eternidad. La obra de Debussy tiene que ver más con la creación de atmósferas y sensaciones que con una estructura narrativa formal. Cuando la escuchamos nos hacemos cómplices de todo ese universo onírico y quizá entendemos mejor aquella frase de Shakespeare según la cual, en el fondo de todo este asunto, “estamos hechos de la misma materia que nuestros sueños”.
/ Ilustración Éder Leandro Rodríguez
EL ESPECTADOR / DOMINGO 8 DE ENERO 2017
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/ Fundación Salvi
El grupo tendrá presentaciones entre el 8 y el 10 de enero
Quatuor Voce: en defensa de los sonidos de cuerda Con doce años de trayectoria, la agrupación francesa ha experimentado con la música de cámara para llevarla fuera del concierto convencional. Durante el Festival interpretará una sonata de Debussy y una de Ravel, con el acompañamiento de arpa, piano y flauta. KAREN VIVIANA RODRÍGUEZ ROJAS
krodriguezr@elespectador.com @KarenRRodriguez
Cuatro instrumentos: dos violines, una viola y un violonchelo. Cuatro músicos: Cécile Roubin, Sarah Dayan, William Becker y Lidia Shelley, todos ellos integrantes del conjunto francés Quatuor Voce. Una pieza escrita
por el alemán Johannes Brahms: Quatuor Nº 3 op. 67. Durante ocho minutos y medio, los instrumentos se convierten en una extensión del cuerpo de los intérpretes, el manejo es preciso y el sonido es la combinación entre melodías pausadas y rápidas. Quatuor Voce se formó en 2004 con músicos del Conservatorio Nacional de Música y Danza de París y desde entonces ha experimentado para llevar la música de cámara fuera del concierto convencional. Han prestado su talen-
to para películas mudas de directores como Murnau, Lubitsch, Keaton y Vidor, en las que la música es protagonista. Además de interpretar los cuartetos de Haydn, Beethoven, Berg y Dvorák, entre otros, sus integrantes han trabajado con solistas como Yuri Bashmet, Nobuko Imai, Gary Hoffman, y con Juliette Hurel realizaron la interpretación completa de los cuartetos para flauta de Mozart. Su más reciente colaboración fue con la violista Lise Berthaud,
con quien grabaron los quintetos de cuerdas incluidos en Brahms / Mozart (2015), álbum en el que reinterpretaron dos piezas que fueron consideradas la cúspide en la carrera de ambos compositores. Brahms creó una sonata conmovedora, mientras Mozart aprovechó los cuatro movimientos del tema para incitar a la reflexión acerca del arte. Este trabajo, que está entre la melancolía y el romanticismo, es una de las colaboraciones más naturales e íntimas que ha producido el cuarteto. Los solos en las composiciones de Brahms reúnen en la melodía la nostalgia y euforia típica del músico influenciado por Mozart. “Ellos saben que la arquitectura de la música es desde el interior”, reseñó David Threassher para Gramophone. Quatuor Voce es consciente de los momentos en los que el tiempo permite que la música pueda dar una frase o un respiro, lo que los ha llevado a ser reconocidos por la crítica y el jurado en concursos internacionales como los de Ginebra, Cremona, Viena, Burdeos, Graz, Londres y Reggio Emilia.
Su repertorio, que va desde el período clásico hasta el contemporáneo, demuestra en cada nota la delicadeza en la interpretación, en la que el sonido es vibrante y el espectador sólo tiene que dejarse llevar por los cuatro jóvenes que traen a la escena actual a los grandes maestros de todos los tiempos. Ese es su compromiso: defender la música que fue escrita para presentarse en cuatro movimientos. Con doce años de carrera y cinco discos de estudio, su música ha llegado a las salas más prestigiosas de Europa, como Concertgebouw (Ámsterdam), Konzerthaus (Viena), Barbican (Londres), el Philharmonie (París) y el Palau de la Música (Barcelona). La organización Echo nombró al colectivo hace tres años como “una estrella en alza”. También, Tully Potter escribió en la revista The Strad: “Uno de los mejores cuartetos franceses que he oído desde hace algunos años (...). El Quatuor Voce tiene todas las cualidades que los hace un buen cuarteto: el refinamiento, el hermoso tono, los acordes precisos, el buen ritmo y mucho carácter”.
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El profesor de mi pueblo tenía una flauta, me la dio, soplé y el sonido salió. Aceptó enseñarme y me quedé con ella desde entonces”.
ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ SANTIAGO LA ROTTA
slarotta@elespectador.com @troskiller
Juliette Hurel no se define como una virtuosa. Para explicar su carrera y ascenso en el mundo de la música habla de disciplina y trabajo, no de dones o talentos excepcionales. Aunque los tiene y resultan evidentes para los demás. “Juliette Hurel devora la música con una energía y alegría que son contagiosas. Así se trate de Berio o Bach, nunca permite que asome la menor dificultad en la pieza, incluso cuando escoge trabajos que pueden parecer aterradores para otros músicos”, en opinión del diario francés Le Monde. “Al escuchar su interpretación se entiende fácilmente que el público la asuma como una genuina pieza magistral”, en palabras del crítico francés Jean-Luc Macia. Pero aún con los halagos encima y una carrera internacional que la lleva por todo el mundo, Hurel habla de su trabajo como una especie de servicio a la música: “Siempre pienso cómo puedo traer nuevas perspectivas a una pieza clásica, cómo puedo honrar la labor de los otros y llevar la mejor música al público”. Sus palabras irradian una sencillez elemental, que quizá es herencia de su madre, una profesora escolar de música, quien impartió las primeras lecciones que Hurel recibió en la vida. “La música fue siempre una presencia en mi infancia. Mi mamá nos enseñaba las cosas más básicas. Llegué a la flauta a los 11 años y realmente fue por accidente. No tenía un interés particular por el instrumento. El profesor de mi pueblo tenía una flauta, me la dio, soplé y el sonido salió. Aceptó enseñarme y me quedé con ella desde entonces”. Estudió en el Conservatorio de París, en donde obtuvo reconocimientos como el primer puesto en flauta y en música de cámara. “La escuela es muy dura. Mi vida era tocar flauta todo el día, todos los días. Con dedicación y pasión. Mi gran sueño en ese entonces era tocar en una orquesta”. Mientras terminaba sus estudios comenzó a presentar audiciones para diferentes instituciones en Europa y en 1998 fue aceptada en la Orquesta Filarmónica de Róterdam, en donde continúa como solista en su instrumento. Primero fue dirigida por Valeri
Hija de una profesora de música de colegio, esta flautista francesa es una de las intérpretes de su instrumento más reconocidas internacionalmente. Su trabajo la ha llevado a visitar territorios clásicos como Bach y Mozart, pero también a costas más extrañas como Ravel y Debussy.
~~~~~~~~~~~~~~~~~ Cinco ideas sobre el “café-chantant” ¿De qué se trata? El “café-chantant”, cuya traducción literal al español es “canto de café”, es un estilo de creación musical asociada con la Belle Époque. La versión más elemental del género está relacionada con un grupo reducido de artistas que interpretan canciones populares.
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Primero en su estilo El primer “café-chantant” del que se tuvo noticia, que más bien era un “café-concert”, se instaló en 1789 en pleno centro de París. Su atmósfera fue dibujada por Hippolyte Destailleur, un arquitecto, restaurador y diseñador de interiores que nació en 1822 y murió en 1893.
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Formatos similares El cabaret, el teatro de variedades, el vodevil y el mismo “café-concert” fueron y son propuestas similares al “café-chantant”. Por lo general se desarrollaban al aire libre y en su evolución se abordaban de manera ligera temas de otras índoles, como hechos sociales y políticos.
El corazón del café / Marthe Lemelle
Guérguiev, uno de los directores rusos más prominentes de la actualidad. De él, Hurel dijo en una entrevista que “tiene un sentido impecable de la música. En la orquesta nos hala a todos, nos agrupa, como un imán”. Y, desde 2008, pasó a ser dirigida por Yannick NéretSéguin, quien se mantendrá en esta posición hasta 2018, cuando las labores de dirección las asuma Lahav Shani. Aparte de su trabajo en orquestas, Hurel es reconocida por sus apariciones en conjuntos de cámara, un formato al que le tiene gran cariño y que hoy representa una buena porción del total de su trabajo. “Creo que una de las cosas que más me gusta de la música es la versatilidad del oficio: te permite pasar de una orquesta a ofrecer pre-
sentaciones como solista para estar en un concierto de música de cámara en unos días. Esta diversidad es fantástica. Me encanta viajar de un formato a otro”. El viaje de Hurel, entonces, incluye grabaciones premiadas y reconocidas en las que se ha aproximado a compositores clásicos como Bach y Haydn, así como a autores franceses como Maurice Ravel, a quien la presente edición del Cartagena Festival Internacional de Música invoca como una presencia tutelar. Otro de los nombres importantes para el evento durante este año es Claude Debussy. Y ambos son compositores a los que Hurel ha visitado en su discografía, que incluye títulos como Música francesa del siglo XX para flauta e Impresiones francesas, que
publicó en 2011 y fue recibido con aplausos por la crítica. La más reciente entrada en la discografía de la flautista son los cuartetos completos para flauta de Mozart, que la artista publicó en 2015 y que fueron descritos por el mismo compositor como “tres pequeños y breves conciertos y un par de cuartetos para flauta”. “Juliette Hurel es una excelente flautista, con un tono claro y cálido”, escribió un crítico, mientras que otro aseguró que “este disco es el resultado de un fructífero encuentro entre la flautista y el Cuarteto Voce”. En Cartagena, Hurel se asocia de nuevo con este colectivo de cámara para presentaciones en las que interpretarán varias piezas de Ravel y Debussy.
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La irreverencia, el goce despreocupado de la actividad bohemia, las canciones picantes y sentimentales han sido algunos de los elementos característicos del universo del “café-chantant”. El humor y el sarcasmo marcaron el rumbo de este estilo de arte sonoro.
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Dardos venenosos El ánimo festivo y el carácter osado, rebelde y amoroso que caracteriza la música del “café-chantant” encuentra su alma gemela en el mundo de la opereta, que en medio de sus dosis humorísticas lanzaba dardos certeros contra los vicios de una sociedad en decadencia.
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EL ESPECTADOR / DOMINGO 8 DE ENERO 2017 30 / ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ EN LAS REDES SOCIALES TAMBIEN SE VIVE EL FESTIVAL
Cartagena Festival Internacional de Música Cartagenafest Cartagenamusicfestival
Cartagenafestivalinternacionaldemusica
Juegosdeingenio Transmisiones por radio y TV
Hoy, en el Festival Para hoy el Cartagena Festival Internacional de Música presentará el concierto “Debussy y la música para piano” en la Capilla Sofitel Legend Santa Clara a las 11:00 a.m., de manera paralela ofrecerá un
concierto de Sharon Avella y David López en el aeropuerto. A las 4:00 p.m. se interpretará el concierto “Debussy y la música de cámara” en la Capilla Sofitel Legend Santa Clara; a las 5: p.m.
José David Sierra y Simón Felipe Reyes se presentarán en el aeropuerto y finalizaremos la jornada a las 7:00 p.m. con el concierto “Herencia Romántica” en el teatro Adolfo Mejía.
Las funciones se transmitirán en diferido a las 8:00 p.m. por RCN Señal Internacional, a las 10:00 p.m. por TDT RCN HD2, 10:30 p.m. en TeleCaribe HD, 12:00 p.m. en NTN24 y en directo por Señal Colombia y Radio RCN Clásica. Siga el especial vía streaming del festival en http://www.noticiasrcn.com/ y http://www.canalrcn.com/
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Esta noche, en el Teatro Adolfo Mejía de Cartagena
¿Está dispuesto a recibir una “Herencia Romántica”? “El Cid”, de Jules Massenet; “El poema para violín y orquesta”, de Ernest Chausson; y “Habanera”, de Emmanuel Chabrier; conforman la atmósfera idónea para que Les Siècles estrenen en América la “Primera suite para orquesta”, de Claude Debussy. La Primera suite para Orquesta se puede interpretar como la búsqueda de la voz genuina de Claude Debussy y un homenaje a algunos de sus maestros que fueron definidos como los últimos rojpiedrahita@elespectador.com mánticos. Sin embargo, y tal vez Los integrantes de la orquesta lo más importante fue que esa Les Siècles tuvieron durante partitura se transformó con los 2012 un encuentro tan románti- años en una de las bases para la co como insospechado con Claude Debussy (1862 – 1918). La velada proponía la atmósfera más apropiada: París, la ciudad de la inspiración por excelencia; un teatro colmado y expectante; y la ilusión de interpretar a uno de los compositores franceses más destacados de la historia. Lo romántico corría por cuenta del repertorio seleccionada para la ocasión, mientras que lo insospechado se relacionaba con el hecho de estrenar una obra que estuvo olvidada y opacada, injustamente por supuesto, durante más de un siglo. La agrupación creada en 2003 por el director François-Xavier Roth no había tenido en su radar hasta entonces el compromiso del debut, esa posibilidad incierta de lanzar por primera vez el sonido de una pieza que existía tan solo en partituras pero de la que no se tenían antecedentes reales. La obra de Claude Debussy se llamaba la Primera suite para orquestay fue concebida por el genio francés durante su proceso de formación en el Conservatorio de París, así que esta producción muy temprana en su haber reflejaba algunas de sus influencias, pero no parecía conectarse con el estilo consolidado que la crítica le proporcionó después al autor. JUAN CARLOS PIEDRAHÍTA B.
EL PENTAGRAMA Periódico oficial del Cartagena Festival Internacional de Música
creación musical de finales del siglo XIX y comienzos del XX en Europa. Como todo cimiento quedó relegado por creaciones más recientes y la obra fue conducida directo a una situación de marginalidad contra la que debió luchar el colectivo liderado por Roth cuando decidió exponerla al público hace cinco años.
PRESIDENTA: Julia Salvi DIRECTOR GENERAL: Antonio Miscenà SOCIOS PRINCIPALES: Postobón, RCN Radio, RCN Televisión SOCIOS: Cine Colombia, El Espectador, Profesionales de Bolsa FUNDADORA DE EL PENTAGRAMA: Paula Ojeda Palacio
http://www.cartagenamusicfestival.com
Esa pieza, otra vez a cargo de Les Siècles quienes la estrenan ahora en el continente americano, será protagonista de la jornada Herencia Romántica, en la que se ha creado el ambiente propicio para la interpretación de una partitura a la que no se le ha rendido el tributo que merece. No es, ni mucho menos, una de las creacio-
nes más sonadas de Debussy pero con el impulso que le está otorgando la agrupación francesa puede escalar posiciones en el gusto de los espectadores y, seguramente, a partir de hoy su historia puede escribirse en otro tono. El repertorio de la velada Herencia Romántica, que se adelantará esta noche en el Teatro Adolfo Mejía, en Cartagena, se complementa con tres piezas de los compositores Jules Massenet (1842 – 1912), Ernest Chausson (1855 – 1899) y Emmanuel Chabrier (1841-1894). Con la presencia de estos nombres y con la selección musical se explica de entrada el nombre sonoro de este concierto en el que el estreno de la obra de Claude Debussy se desplaza sobre los fundamentos románticos franceses más destacados. De Jules Massenet, Les Siècles interpretarán un fragmento de la ópera El Cid, concebida originalmente para cuatro actos en 1885 y cuya base provine por un lado del libreto de los franceses AdolphePhilippe E’Ennery, Édouard Blau y Louis Gallet; y por otro se desprende del texto homónimo de Pierre Corneille. Ernest Chausson, un autor romántico no tan prolífico que tuvo una influencia marcada de Richard Wagner, se hace presente con El poema para violín y orquesta, en el que el grupo contará con la participación del violinista François-Marie Drieux. Y de Emmanuel Chabrier, quien creó óperas, canciones, obras para piano y otras tantas para orquesta, se escuchará su Habanera. Herencia Romántica más que un concierto es la oportunidad para encontrarse con algunos compositores franceses que marcaron la transición entre las creaciones realizadas a finales de 1800 y comienzos de 1900. También es la posibilidad de escuchar el debut en América de la Primera suite para Orquesta de Claude Debussy y comprobar que cualquier partitura es susceptible de superar siempre y cuando se tenga a músicos diestros como los integrantes de Les Siècles, bajo la dirección de François-Xavier Roth.
/ Gustave Caillebotte
DIRECTORA DE EL PENTAGRAMA: María Camila Castellanos EDITOR GENERAL: Juan Carlos Piedrahíta COLABORADORES EL PENTAGRAMA: Juan Carlos Garay, Karen Viviana Rodríguez, Santiago La Rotta, María Camila Sarmiento, Octavio Gabriel Martínez, Ana María Enciso, Eliza Esther Vélez DISEÑO: William Orlando Niampira