Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:27:35 p.m., Página= 15, Usuario = wbotia
/ 15 EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 8 DE ENERO DE 2 01 4 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Hoy, en el Cartagena Festival de Música » En la capilla del Sofitel Legend Santa Clara, a las
» Escápese a España con el Dúo Assad y Cristina
11:00 a.m. y 3:00 p.m., escuche el primer recital del pianista armenio Sergei Babayan, quien se ha destacado por acercar a América el repertorio de Europa del Este. » A las 7:00 p.m., en el auditorio del Centro de Convenciones, escuche el recital Del amor: un encuentro entre la poesía y el tango, del bandoneonista argentino Rodolfo Mederos, embajador por 50 años del ritmo del Río de la Plata.
Zavalloni en la capilla del Sofitel Legend Santa Clara a las 7:00 p.m. Obras de Falla, Albeniz, Turina y Granados hacen parte de la programación. » No olvide seguir la transmisión en vivo a las 7:00 p.m. por Señal Colombia del concierto que se presentará en la Sociedad Portuaria, con lo mejor de la música para cine de Nino Rota, compositor del delirante Federico Fellini, interpretada por la Banda Radar y el cuarteto colombiano Q-Arte.
‘La oreja pasiva’, pieza artística deJim Amaral y símbolo del Festival Internacional de Música de Cartagena.
5a ElPentagram ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ JUAN DAVID TORRES DUARTE
jtorres@elespectador.com @acayaqui
El arte parece recorrer el camino contrario del progreso tecnológico. Parece caminar hacia atrás, con los pies en reversa. El modo de que el arte vaya hacia adelante, entonces, es torciendo su rumbo hacia atrás. Eso puede vislumbrarse de las palabras de Rodolfo Mederos, bandoneonista, argentino, 73 años. ¿Hacia dónde quiere avanzar con el tango?, le pregunta un periodista. “Hacia sus orígenes —responde—, hacia su historia”. Porque en los orígenes se recupera la esencia, quizá. Porque en los orígenes están la rebeldía y la singularidad. Decía el escritor Macedonio Fernández que el tango era “lo único seguro en nuestra cultura porque no consulta con Europa”. Por ello, quizá, el tango atrae a Mederos: porque es la forma en que Argentina es más Argentina y menos Europa. Mederos hace parte de ese origen, pues desde sus primeros años de juventud, atraído como estaba por el tango, decidió encaminarse hacia sus sendas de extraña nostalgia; por eso tocó con Astor Piazzolla, por eso lo admiró, y por eso también se juntó a Osvaldo Pedro Pugliese, pianista, tanguero. De modo que si Mederos decide volver a los orígenes del tango, en algún sentido ha decidido, al mismo tiempo, volver a sí mismo. “Tocar es como un viaje —dijo en una entrevista con la revista Ñ—: uno cierra la puerta del auto, pone primera, segunda y va atravesando calles, luego entra en una ruta, llega la noche y no se ve muy bien, por ahí llueve, y piensa ¿cuándo llegaré a destino? Tocar música involucra más o menos todas esas alternativas”. El destino puede ser la fusión, como sugirió en principio con su trabajo en discos como De todas maneras (1977) y Todo hoy (1988) y luego en sus encuentros con Daniel Baremboim, la Orquesta Festival de Ushuaia, Mercedes Sosa y Luis Alberto Spinetta; allí, el bandoneón era la voz cantante, que jugaba a combinarse con instrumentos clásicos, que jugaba a mantener su integridad y a acordar sus sonidos con otras armonías. El destino puede ser también el origen: así está retratado en interpretaciones como Sur
Estará hoy junto a su trío en el Getsemaní
El tango que
VUELVE
¶ Rodolfo Mederos, 73 años, es uno de los bandoneonistas más queridos en la escena del tango. Sus composiciones sugieren que el género, esa máquina de nostalgia, siempre retorna a sus orígenes. / Carlos Pineda
(original del bandoneonista Anibal Troilo) y Eterno Buenos Aires (1999), grabado junto a Armando de la Vega y Sergio Rivas, que estarán con él en el Festival de Música de Cartagena. Porque aquella música viene más allá de la tradición: viene de la necesidad de un pueblo de expresar un pasado que sigue siendo presente. ¿Se ha desarrollado el tango? ¿Es un género eterno, que no cambia, que cuando nació también selló su historia? “El tango se ha puesto de moda (y lo que está de moda luego se pone en liquidación) —ha dicho—. Evolución comercial, tal vez, pero no desarrollo”. ¿En qué estriba su belleza si es permanente, si es regular? La respuesta, quizá, está en las formas de su combinación: en el modo en que se ponen de acuerdo su bandoneón y la guitarra de Armando de la Vega, mientras se acercan al contrabajo de Sergio Rivas. El bandoneón, y así el tango, es una partícula que se amolda a otros instrumentos, que se abre camino en medio de las curvas de otras músicas. El bandoneón de Mederos ha combinado con músicas ajenas la tradición del tango, porque se permite ser flexible: allí está, como muestra, Cansiones, algunos de cuyos temas grabó con Joan Manuel Serrat. Así avanza el tango, así retrocede también. Mederos recuerda su infancia como el momento fundamental de cuanto sería después. Recuerda los primeros tangos, su encuentro con el bandoneón —un quiebre— y recuerda también aquellas calles de Constitución donde creció, en una familia de laboriosos. Y entonces hay una manera de comprender su historia y su música. Hay que volver a ese momento cuando un hombre, en una habitación, una tarde, mientras las gallinas daban vueltas por allí y poco después de que su madre le preparara pastelillos, sacaba de una caja “un artefacto rarísimo que comenzó a sonar”. “Este instrumento se mueve como un gusano —dijo en una entrevista—. Y el sonido me penetró. Y creo que ahí entró en mi corazón, en mi alma y en mi decisión de manera permanente”. Hay que volver al inicio salvaje, al momento en que tocaba las canciones de oído y sabía componer, aunque de un modo “maltrecho”. Hay que volver al salvajismo inicial, al origen del golpe tanguero. A aquellos hombres que le enseñaron el tango como tiene que ser enseñado: tocando.
CAROLINA CONTI *
La noche francesa Las sonoridades y los personajes del repertorio francés fueron los protagonistas del lunes 6 de enero en el Cartagena VIII Festival Internacional de Música. Debussy, Ravel y Saint-Saëns, abrieron la Serie Oro Davivienda con Katia y Marielle Labèque, quienes en su última participación en el Festival contaron con un ensamble de músicos colombianos que emocionó al público tanto en la mañana como en la tarde. Y en la noche, para completar el panorama de obras francesas del siglo XX, el Teatro Adolfo Mejía acogió inicialmente al virtuoso del arpa Emmanuel Ceysson y al violista Laurent Verney, quienes abrieron el concierto con tres breves transcripciones de melodías de Fauré y Ravel en esa delicada combinación instrumental. Enseguida, Ceysson se unió a la Orquesta de Cámara Orpheus, que ofreció una hermosa versión del Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy, obra que señala el camino a la música moderna. Una interpretación perfectamente ensamblada y de gran nitidez en donde se sentía que cada uno de los instrumentos era un apasionado nervio del personaje mitológico que persigue a las escurridizas ninfas. Una interpretación que permitió apreciar la versatilidad de la orquesta sin director y cómo la comunicación entre todos los músicos logra poner de manifiesto colores sonoros que muchas veces quedan relegados en el todo de la textura orquestal. La última obra de la noche fue Mamá Oca de Ravel, que habíamos escuchado en la mañana en la versión para piano con las hermanas Labèque. Cinco piezas inspiradas en cuentos infantiles de atmósferas ensoñadoras de profunda ternura. Orpheus hizo una interpretación magnífica y consiguió un sonido orquestal sólido, pleno de expresión, que parecía provenir de una orquesta más grande. Hay que decir además que tener la posibilidad de escuchar la misma obra en formatos diferentes, piano y orquesta, el mismo día, abre al público la posibilidad de reflexionar acerca de la riqueza y enorme diversidad de las expresiones musicales a través de las combinaciones instrumentales y, claro, de los estilos propios de los compositores. El público supo apreciar la calidad del repertorio y el arte de los intérpretes. Incluso muchos asistentes hubieran querido disfrutar de un poco más de música. * Periodista Revista Diners.
Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:28:27 p.m., Página= 16, Usuario = wbotia
16 EL ESPECTADOR / M I É R CO L E S 8 DE ENERO DE 2 01 4 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Sígales el hilo a las marionetas de Jaime Manzur Aun cuando estemos acostumbrados a ver las marionetas a través de la pantalla, la experiencia de uno de estos espectáculos en vivo mantiene la magia: los hilos se vuelven invisibles y los muñecos cobran vida propia. ¿Qué mejor oportunidad, entonces, que traer las marionetas a este Cartagena Festival Internacional de Música cuyo tema central será la fábula? Jaime Manzur, quien le ha
dado vida a más de 700 personajes de óperas, zarzuelas, operetas y cuentos infantiles, llega a compartir su arte con el público. El Museo de Arte Moderno, al lado de la plaza de San Pedro de Cartagena, será el escenario de esta exhibición que nos acercará a todos los detalles del arte del titiritero. Piezas fabricadas minuciosamente que implican una combinación de investigación histórica y
artesanía miniaturista. Las marionetas de Manzur presentarán conciertos representativos de las fábulas en la música. El objetivo es poder mostrar a los niños, especialmente, de qué se trata una ópera, cómo se produce y cuáles son su trama y sus personajes. Exposición: Del 7 al 11 de enero. Entrada libre
ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Jacopo Spirei
La ópera como lección de vida ¶ El director escénico del montaje de ‘La Cenicienta’ se refiere a la necesidad del arte y la educación para una sociedad más equitativa. ALEXÁNDER KLEIN *
Conversar con Jacopo Spirei es hablar con un verdadero humanista. El director escénico de La Cenicienta, el montaje más ambicioso del Festival, no sólo ve la ópera y la música como medios de expresión. Para él, la cultura y el arte representan la esperanza para un mundo más equitativo, para un mundo mejor. “La ópera actualmente tiene mucho que decirnos acerca de quiénes somos y cómo vivimos”, dice el artista con gran convicción. “La cultura individualista y consumista en la que vivimos necesita este tipo de oxígeno para respirar, pues de lo contrario estaremos perdidos. La ópera te enfrenta a tus conflictos internos; la ópera aborda los más profundos instintos de la vida”.
Para Spirei, entonces, la ópera es un medio que ofrece la posibilidad de reivindicarnos con nosotros mismos y con la sociedad. La Cenicienta de Rossini, que prepara, no es una excepción. Para él, esta clásica historia es toda una lección de vida: “La Cenicienta de Rossini es un cuento filosófico”, dice pensativo. “Y el cuento se convierte en una lección moral. La niña es maltratada por su padre y por sus hermanas, en todo le va mal, pero ella nunca renuncia a ser una buena persona y eso al final es recompensado. Lo interesante es que al final de la historia tiene la oportunidad de vengarse de quienes la ofendieron. Pero decide perdonar, y ese es el mensaje más maravilloso del cuento. Tú no debes reducirte al mismo nivel de las personas malvadas,
debes sobreponerte siempre a ellas y tener como meta ser una mejor persona, incluso si fallas en el intento. No hay odio que pueda vencer al odio”. “La cultura, no sólo la música, es la clave para la emancipación social”, dice, aún con más convicción. “Lo crucial es llevar la cultura a quienes no tienen acceso a ella. Las diferencias sociales no tienen nada que ver con el mérito, tienen que ver con suerte. Si tú tienes la mala suerte de nacer en el lugar equivocado, debes tener el derecho de poder sobreponerte a esa circunstancia”. Luego, con un aire de nostalgia, Spirei comparte reflexiones de su Italia natal. “Vengo de un país que paró de invertir en cultura y educación. Estamos pagando el precio”, dice resignado. “La educación y la cultura son los factores claves de una buena sociedad. Un gobierno ilustrado, un Estado responsable, debe invertir en cultura si desea un buen país”. Spirei
conoce bien los obstáculos. Como les sucede a muchos artistas y músicos en el mundo entero, encontró resistencia por parte de sus padres cuando decidió estudiar arte. “Cuando empecé en el arte, muchas personas intentaron persuadirme de dejarlo”, comenta. “Pero el arte no es una elección, es un llamado. Si el arte es a lo que debes dedicarte y así lo sientes, es algo que no puedes evitar. De lo contrario, serás infeliz”. “El arte casi nunca te volverá rico”, dice. Y luego ofrece la definición más acertada que he escuchado en mucho tiempo sobre lo que es ser artista: “Si eres capaz de cambiar la vida de alguien a través de tu arte, has cumplido lo que tienes que hacer para la humanidad. Ese es el trabajo del artista”, concluye acertadamente. Con su labor escénica en La Cenicienta, no hay duda de que su cometido se cumplirá próximamente en la Heroica. * Compositor y musicólogo.
ÁLVARO TINJACÁ *
Cobraron vida Sentía una dulce ansiedad desde que supe que las hermanas Labèque eran artistas invitadas al Cartagena Festival Internacional de Música, ahora después de escucharlas el sentimiento me resulta mejor que cualquier experiencia narcótica. Es extraño cruzarse con artistas con un dominio absoluto de la técnica instrumental, de esos a los que uno no les encuentra el quiebre, y que transmitan en el escenario una energía tan chispeante. Degustar el trabajo de este par de hermanas demuestra que la sobriedad y distancia del concierto clásico están mandadas a recoger. Con la trascripción para piano de Nubes y ferias, de Claude Debussy se abrió el recital. La manera como tocaron durante sus cinco presentaciones en el evento demuestra la perfecta comunicación producto del trabajo mutuo. A cuatro manos continuó el recital con la colección de piezas breves Mamá Oca, de Maurice Ravel, una inigualable interpretación que pudo compararse con la versión ampliada de la Orquesta Orpheus durante la Noche Francesa del Teatro Adolfo Mejía, me permitió constatar que el dominio de los recursos del piano hace que no toque sino que pinten verdaderos cuadros, esta vez inspirados en oriente. Junto con el Cuarteto Manolov y un grupo de músicos invitados entre los que se encontraba Gabriel Mirabbasi en el clarinete, concluyó el recital con el divertido Carnaval de los animales, de Camille Saint-Saëns. La complicidad entre amigos fue el ingrediente principal de esta ejecución. Los numerosos detalles espontáneos hicieron de la experiencia toda una comedia. Las mismas Katia y Marielle Labéque desordenaron los aplausos cuando una de las partes a dúo les parecía sobresalientes; el elefante, el cisne o los fósiles las más aplaudidas. Una oportunidad en que las fábulas salieron de paseo por La Heroica y cobraron vida en sus viejas calles coloniales. Como mencionó Katia Labeque antes de partir “para mí Cartagena es un nombre mágico, su historia indígena y negra me recuerda a Venezia, un lugar en el que se mezclan las civilizaciones”. * Músico.
Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:29:48 p.m., Página= 17, Usuario = wbotia
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El Festival en las redes Belinda Algarin Montero ¡Qué orgullo una estudiante de la Universidad Central (Julieth Lozano) entre los jóvenes talentos!
Diego Ernesto Hernández Vidal ¡Ha estado increíble! ¡Wow, vaya qué pianistas, y qué orquesta! ¡Qué gran inauguración!
Juan Pablo Orozco Urrego Fue una completa dicha estar en primera fila (en el concierto del Dúo Assad).
El trabajo del luthier es minucioso. / Carlos Pineda
ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
Recorrido por los Talleres de Luthería
De pedazos ROTOS ¶ El común denominador del Centro de Reparación y Mantenimiento de Instrumentos en Cartagena es el aserrín. En este lugar se encuentran diversas generaciones que trabajan por el bienestar del arte. ÁLVARO TINJACÁ
Al caminar por las pintorescas calles del sector de Getsemaní, cerca a la Plaza de la Trinidad y justo al lado de las casas en las que las familias escuchan son cubano a todo volumen, usted se puede sorprender al encontrar la Escuela Taller de Cartagena, un lugar en el que funciona el Centro de Reparación y Mantenimiento de Instrumentos Musicales. Los niños cogen un tambor, golpean el cuero y, sin pensarlo, repiten el ritual que hizo grande a su raza, una música tan sabrosa que lleva años poniendo a bailar al mundo entero. El maestro los observa y pacientemente va enredando una cabuya para ponerla en el marco de una nueva tambora. “Desde antes de que llegaran
los barcos negreros ya los indios hacían música con lo que la naturaleza les daba”, dice Gabriel Torres Groso, de los Gaiteros de San Jacinto. Desde hace años los invitan a que transmitan su conocimiento ancestral a las nuevas generaciones que asisten a los Centros. “Aquí tengo la esperanza de que algún joven se enamore de la música de su pueblo”. Primero toca los maracones, luego le da golpes al tambor llamador y termina mostrando los palos que se transformarán con mucha paciencia y una buena dosis de magia en una gaita. “Los sacamos de los cactus que crecen en la región de San Jacinto. Siempre nos hemos preocupado por conservar todo lo más original posible, empezando por hacer nuestros propios instru-
Los niños y jóvenes aprecian el trabajo en el Centro de Reparación y Mantenimiento de Instrumentos Musicales. / Carlos Pineda
mentos”, cuenta el maestro. Tal vez Torres Groso se alegrará el día en que se encuentre a Javier Blanco, quien llegó a esas calles coloridas hace un año, como cientos de niños, para aprender a reparar instrumentos. “Era el cantante de la banda de salsa de mi barrio. En el Festival nos trajeron y aquí estoy”, dice Blanco, a quien le quedó sonando el tema de la luthería, y cuando tuvo la oportunidad de desarrollarse como aprendiz del oficio no dudó en tomarla. “Yo le doy gracias a Dios por los instrumentos dañados. Fue por ellos que encon-
tré mi camino”. Su rostro bronceado por el sol del Caribe y sus movimientos despreocupados aún dejan percibir la chispa de quien acaba de dejar la niñez atrás. Además de Blanco está Natalia Bastidas, una de las pocas mujeres que ejercen la luthería en Colombia. “Creen que es un trabajo pesado, para hombres... pero ser delicada, detallista y tener más tacto lo hace un oficio en el que tenemos ventaja”. Su familia se ha dedicado por cuatro generaciones al oficio. En sus ojos se lee la experiencia de quien tiene secretos heredados del
pasado. “Mi familia se dedicó a construir instrumentos de cuerda colombianos, pero yo descubrí mi amor por el violín y el chelo en un taller francés”, concluye Bastidas. Los Centros, organizados por la Fundación Salvi con el apoyo del Ministerio de Cultura, y Fanny y Luis Carlos Sarmiento Angulo, están abiertos a todos los interesados. Se trata de una invitación a vivir la experiencia de que el aserrín toque los dedos. Sin instrumentos no se podría disfrutar del placer del Festival y sin música la vida sería un error.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Conversatorio Orquesta Orpheus y Fidel Cano
‘El mito del director’
Krishna Thiagarajan y Laura Frautschi, de la Orquesta de Cámara Orpheus, en conversación con Fidel Cano, director de El Espectador. / Wilfredo Amaya EL PENTAGRAMA Periódico oficial del Cartagena Festival Internacional de Música.
Fidel Cano, director de este diario, imaginó un consejo de redacción de El Espectador en el cual todos tuvieran la misma jerarquía. La idea le pareció, por decir lo menos, revolucionaria. En cualquier empresa existen los directores como figuras que guían el desarrollo y cada uno de los proyectos. Pero no así en el caso de la Orquesta Orpheus, cuyos representantes compartieron escenario en una conversación titulada El mito del director. “Un estudio que comparaba el
PRESIDENTA: Julia Salvi. DIRECTOR GENERAL: Antonio Miscenà. DIRECTORA EJECUTIVA DEL FESTIVAL: Mónica Alzate Sierra. SOCIO FUNDADOR: RCN, Ennovva y Postobón. SOCIOS: Cine Colombia y El Espectador.
nivel de insatisfacción laboral detectó que los músicos de orquesta son tan infelices como los guardias carcelarios”, contó Krishna Thiagarajan, director ejecutivo de la orquesta. “Hemos cambiado esa realidad en Orpheus. Cada uno debe ser el jefe en algún momento; es su principio”. Esa aplicación de la democracia a nivel instrumental es la que ha caracterizado a la orquesta desde su creación en 1974. Cano, aún reticente, expuso el caso de discusiones internas que se alar-
gan y no parecen llegar a una conclusión hasta que el editor general de este diario, Jorge Cardona, suelta su consabida frase: “Demasiada democracia”. “Es que la demasiada democracia se vuelve caos”, respondió Krishna. A lo que la violinista Laura Frautschi agregó: “Más allá de las discusiones, todos tenemos una responsabilidad con la música”. Fue sólo uno de muchos momentos interesantes que hicieron parte de la primera de las conversaciones de este Festival.
DIRECTORA DE EL PENTAGRAMA: Paula Ojeda. EDITOR GENERAL: Juan Carlos Piedrahíta. COLABORADORES EL PENTAGRAMA: Juan Carlos Garay, Juan David Torres, Carolina Conti, Alexánder Klein y Álvaro Tinjacá. DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Julio César Carrero Ladino - El Espectador
http://www.cartagenamusicfestival.com
© Comunican S.A. 2014. Todos los derechos reservados. Calle 103 N°69B-43. Fax: 4237641. Apartado 3441. Bogotá, Colombia.
Publicacion = El Espectador, Sección = , Color = , Fecha = 07/01/2014, Hora = 03:30:28 p.m., Página= 18, Usuario = wbotia
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Artist Jim Amaral Artista: Obra: “La oreja pasiva” Obra La camise camiseta está plasmada con el diseño creado po por Jim Amaral, un violín donde el artista pre presenta la aparición de mujeres enigmátic enigmáticas, protagonistas de su mundo, envueltas en notas musicales que se funden en el placer place del gusto estético y el gusto erótico, el elementos que se convierten en el símbolo d del Cartagena VIII Festival Internacio Internacional de Música.
Y RECIBA LA CAMISETA CONMEMORATIVA DEL Llame ya: En Cartagena 655 0071 y en el resto del país a la línea nacional gratuita 01 8000 510903. * Válido para renovaciones o nuevas suscripciones, para la República de Colombia, en las ciudades capitales y los municipios que forman parte de la red de distribución n de Comunican S.A. Para Bogotá y para el resto del país la entrega se realizará en los 20 días hábiles después de registrada la compra. Promoción válida del 4 al 20 de enero de 2014. 50 unidades idades disponibles.
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Cristina Zavalloni
El canto en otra
DIMENSIÓN ¶ La mezzosoprano italiana se formó en el jazz y su carrera transcurrió luego en escenarios tan diversos como la música clásica y la canción tradicional europea. JUAN CARLOS PIEDRAHÍTA B.
jpiedrahita@elespectador.com
El jazz le dio a Cristina Zavalloni la libertad para emigrar hacia cualquier lado. En su equipaje venían incorporados el talento, la potencia de una voz cuya procedencia es más que un enigma y la facilidad para convertir en su dominio miles de historias ajenas. Llegó al complejo escenario musical lista para ser escuchada, para ser vista también y, sobre todo, para soportar en su figura el peso del desempeño de los integrantes de una orquesta sinfónica, de una banda de rock o de un ensamble de jazz. La consigna desde siempre ha sido aproximarse al público sin el menor decoro y, al mismo tiempo, valorarlo de tal manera que quede ligado a su interpretación y establezca las diferencias con todas las demás. Los elementos para improvisar se los dio el jazz, pero después se encontró en el camino con que quería profesionalizar sus recursos innatos y empezó su proceso de formación en el Conservatorio G.G. Martini, de su natal Boloña, Italia. Allí aprendió a contar historias, a relatar vivencias desde la música y a incrementar su capacidad para transmitir sentimientos y hablarle al oído a cada integrante del público, así estuviera ubicado en la última butaca del recinto. Su vocación histriónica logró canalizarse con las clases de danza clásica y contemporánea, conocimiento al que le saca provecho en todas sus actuaciones, tanto en la interpretación de personajes de la ópera como en historias elementales surgidas a partir de la tradición europea. Cristina Zavalloni realizó una de sus primeras intervenciones en el círculo de la música mundial en 1993, con una creación elaborada especialmente para ella por el compositor Louis Andriessen, quien desde el comienzo se sostuvo en que quería que su partitura reposara en manos de una
artista joven, versátil y con gran facilidad para pasearse por diversos estilos. El jazz le abrió el camino para actuar mientras canta y el conocimiento de varios idiomas le ha permitido acentuar con su cuerpo los contenidos de las canciones, convirtiéndolas en narraciones a las que se les incorporan, sin mayores esfuerzos, recursos audiovisuales. Música de cámara de los más importantes autores del siglo XX, obras legendarias del repertorio clásico, jazz en sus términos más exigentes y canciones tradicionales de varias naciones de Europa nutren cada día las facilidades interpretativas de Cristina Zavalloni. Sin embargo, ella se ha encargado de multiplicar sus presentaciones porque le gusta compartir con el público sus propias líneas. En sus canciones busca hacer despegar su arte exhibiendo el baile y las dotes actorales que tanto reconocimiento le han dado en América y Europa. La mezzosoprano italiana se percibe en la tarima como única y cada quien es responsable de quitarle los ojos de encima mientras hace de las suyas con las partituras de Cage, Ravel, Poulenc, Stravinsky, Milhaud, Satie y De Falla, entre muchos otros. La London Sinfonietta, la Orquesta Sinfónica de la BBC, la Orquesta Rai, el Ensamble Schoenberg y Los Angeles Philharmonic han respaldado a Zavalloni en algunos de sus conciertos. Pero así como su voz ha sido arropada por colectivos inmensos, también ha realizado conciertos con su banda en los que le da cabida al material incluido en sus trabajos discográficos ‘Idea’ (2006) y ‘Solidago’ (2009). En el Cartagena Festival Internacional de Música, la mezzosoprano comenzó su participación el domingo pasado en el Cerro de la Popa con la ejecución de seis creaciones del compositor ruso Ígor Stravinsky (1882 – 1971), en compañía únicamente del pianista Andrea Rebaudengo. En esa ocasión, como en todas las demás, la voz en otra dimensión de Cristina Zavalloni fue suficiente para darle volumen a la noche.
Cristina Zavalloni en el Festival La mezzosoprano italiana interpretará ‘Siete canciones populares españolas’, obra de Manuel de Falla (1876-1946)
conformada por las piezas ‘El paño moruno’, ‘Seguidilla murciana’, ‘Asturiana’, ‘Jota’, ‘Nana’, ‘Canción’ y ‘Polo’. Zavalloni
estará en el escenario junto a Sergio y Odair Assad, dúo de guitarras. El concierto ha sido titulado ‘Noche
/ Wilfredo Amaya
Española’ y se realizará en la Capilla Sofitel Santa Clara, hoy a las 7:00 p.m. www.primerafila.com