EL ESPECTADOR
EL ESPECTADOR / MIERCOLES 11 DE ENERO 2017 / 15 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
VI n ta g ra m a ElPe ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
/ Jose Guiot
En la agrupación debutarán 22 promesas de la música
Una sinfonía permanente
para La Heroica
La Orquesta Sinfónica de Cartagena protagonizará esta noche el concierto que se realizará en el puerto marino de la ciudad. Este colectivo aspira a ser un emblema cultural y un proceso con impacto, no una decoración social. OCTAVIO MARTÍNEZ
octaviogabrielmartinez@gmail.com @octaviogabrielm
La misma bahía donde se libraron las batallas que exaltaron la heroicidad de la ciudad será el telón de fondo que acompañará la primera presentación a gran escala de la Orquesta Sinfónica de Cartagena, un sueño cumplido que agrupa a jóvenes cartageneros con el propósito de hacer de la música un medio concreto de impacto social y de desarrollo cultural.
“La orquesta es un proyecto histórico para Cartagena y Colombia, porque no en todas las regiones del país hay ese apoyo a este tipo de arte. Además, es un importante camino formativo y una plataforma que potencia a los jóvenes para desarrollar sus habilidades”, afirma Leonardo Federico Hoyos, director de la orquesta, un músico colombiano formado en Moscú, que se ha desempeñado como director de distintos proyectos orquestales en Rusia, Alemania y Colombia. En el marco del Festival, y como resultado de la alianza entre la Alcaldía Mayor de Cartagena, la Fundación Puerto de Cartagena, la Fundación Salvi y RCN, debuta-
rán 22 jóvenes, quienes se han preparado con ensayos diarios, mañana y tarde, con el fin de complacer a los más de 3.000 asistentes que participarán del concierto de esta noche en el Puerto de Cartagena, el cuarto más importante de América Latina. “Yo practicaba patinaje, pero eso no me llenaba. Un día, mi hermano me llevó a un ensayo de la orquesta donde tocaba y me dieron un violín, pero tampoco me gustó. Lo que me llamó la atención fue la fuerza y la potencia de la trompeta. Desde ese día, hace dos años, empecé a tocarla y ahora soy niño invitado a la Orquesta Sinfónica de Cartagena durante el Festival”.
Así relata Freddy Andrés Hernández cómo comenzó su camino dentro de la música. Este talento cartagenero, de 11 años, quien iniciará este año su bachillerato, estaba con su hermano tocando por pasión su trompeta en las calles del Centro Histórico de la ciudad, cuando los talleristas encargados del Festival, cautivados por su habilidad lo conquistaron para integrar temporalmente la Orquesta. Freddy interpretará un solo de trompeta en el concierto. Daniela Castro Guzmán, joven violinista, quien descubrió su gusto por este instrumento en su colegio y logró vincularse a la Orquesta luego de audicionar y cumplir todos los filtros de selección, manifiesta tener sentimientos encontrados frente a esta experiencia: “Yo me siento muy orgullosa de ser parte del primer semillero, porque no se tenía una orquesta fija aunque también me siento ansiosa al saber que voy a tener esta gran oportunidad”, comenta. La Orquesta Sinfónica de Cartagena debutará con la obra del artista mexicano Arturo Márquez Conga del fuego nuevo, con la que unirán al Caribe con el Viejo Mundo, mediante un ensamble que pondrá de manifiesto la potencia y la mixtura de los ritmos que tanto impactan en Europa y que son la gran cuota que Lati-
noamérica le aporta a ese continente en materia musical. “El concierto del puerto es un reto, estaremos compartiendo escenario y obras con artistas internacionales de Francia (el trío Salque- Peirani- Strouk) y Brasil (Renato Borghetti Cuarteto). La orquesta se va a lucir. Se pensó inicialmente en un núcleo mayor de participantes, sin embargo los que están tendrán más mérito, a veces con poquitos se logra más, aunque, por estar en el festival tendremos apoyo de otros jóvenes que participan de la agenda del festival”, afirma Hoyos. La Sinfónica aspira a ser un emblema cultural de Cartagena y un proceso con impacto, no una decoración social, desde donde se gesten y formen los artistas que serán la punta de lanza que abra las sendas de un nuevo enfoque y perspectiva de la música en Colombia y el mundo. Aunque el público cartagenero no está acostumbrado a escuchar música clásica, es un nuevo reto para el semillero llevar la música a todos los rincones de la ciudad, darla a conocer e imprimir gusto y apreciación por la música universal, generando nuevos espacios de deleite cultural y de transformación social que ayude a desmitificar la condición elitista de la música clásica, logrando que esté al alcance de todos.
EL ESPECTADOR / MIERCOLES 11 DE ENERO 2017 16 / ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ El arte de la improvisación MÓNICA RIVERA RUEDA
mrivera@elespectador.com @yomonriver
El tempo es una de las principales preocupaciones del pianista francés François Dumont antes de apoderarse de las notas y mirar más allá para iniciar su interpretación. Su característica forma de acercarse a la música lo ha hecho reconocido en medio de adaptaciones de Chopin, Beethoven, Mozart y Ravel, en las que ha puesto su sello con espontáneas intervenciones. Aunque no proviene de una familia con vena artística, desde muy pequeño estuvo influenciado por los sonidos de la música clásica, en especial por los valses que Chopin escribió especialmente para piano. La corta pero rica historia musical del icónico polaco, caracterizada por el romanticismo de su época, el dolor de un exilio prematuro que le impidió volver a su país y un fuerte nacionalismo, han marcado tanto la vida artística de Mozart, Beethoven y Johannes Brahms como la de Dumont, quien recientemente publicó un compendio de sus obras tardías. El piano llegó a su vida a los cinco años, un poco antes de que entrara al Conservatorio de Música de Lyon, su ciudad natal, y nueve años antes de que hiciera parte del Conservatorio Nacional Superior de Música, donde consolidaría su interés por Chopin, al conocer a Fou Ts’ong, reconocido en Varsovia por la interpretación de las mazurkas del compositor polaco. Más tarde se centraría en los nocturnos, 21 composiciones de Chopin que en su mayoría no duran más de cinco minutos, lo que les permite a quienes las ejecutan jugar con la improvisación, y esta justamente ha sido una de las habilidades que ha aprovechado el pianista para hacerlas tan propias que sus intervenciones a las partituras compaginan con los compases originales. De Francia, Dumont ha heredado más que un sonido. Entre sus conciertos se destacan los boleros de Maurice Ravel, uno de los principales exponentes de la música moderna de ese país, quien además fue reconocido por Stravinsky como “el más perfecto relojero de todos los compositores”, por su obsesión con el tiempo y la técnica de creación, los principales inte-
Tras un sonido clásico, romántico y sereno El pianista François Dumont ha sido reconocido por su “elocuente inventiva” y delicadeza al tocar. Además de su gran interés en Chopin y Mozart, llega al Festival con lo más simbólico de la Belle Époque francesa.
/ Wilfredo Amaya
reses del artista. Además de estudiar con gran interés la estructura de sus composiciones y de publicar las obras completas de Ravel para piano, con las que recibió los premios FFF Télérama y 5 Diapason, Dumond ha estado detrás de La Fonction Ravel, una comedia que organizó junto al actor francés Claude Duparfait para mostrar algo del compositor de comienzos del siglo XX, a través de preguntas que responden el actor, el músico y el piano. Como solista, François Dumont
ha tocado junto a orquestas en Francia (Lyon, Montpellier, Córcega, París, Caen), la Orquesta Nacional de Bélgica, la Tokyo Symphony, la Fort Worth Symphony en EE. UU. y Suiza Lausanne. Asimismo ha hecho conciertos con obras de Mozart, Beethoven, Chopin, Schumann, Tchaikovsky, Rachmaninoff y Poulenc y los conciertos de Bach para tres y cuatro pianos, mientras que como músico de cámara hace parte del trío Elégiaque, con el que ha publicado tres grabaciones, una de ellas de-
dicada a los compositores rusos Arensky, Rachmaninov y RimskyKorsakov, y otra de los tríos completos de Beethoven (para piano, violín y violonchelo). A Cartagena no sólo llega con su renombrada interpretación de las sonatas de Mozart, los nocturnos de Chopin y las obras completas de Maurice Ravel para piano, sino que además pretende destacar a los artistas de la Belle Époque de Francia, de comienzos del siglo XX, que, como Debussy y Ravel, estuvieron detrás de una de los momentos ar-
tísticos más prominentes de la historia europea. Por ejemplo, está planeado un concierto con creaciones del compositor francés-venezolano Reynaldo Hahn y otro con las composiciones de Ravel para piano, con el cuarteto de cuerdas Quatuor Voce, así como un recital llamado “No sólo Debussy y Ravel: la música francesa para piano de principios de 1900”, en los que resaltarán el carácter, la habilidad de improvisación y el control de la técnica que caracterizan a François Dumont.
EL ESPECTADOR / MIERCOLES 11 DE ENERO 2017 / 17 ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
MARCOS FABIÁN HERRERA
La exquisitez del interludio
ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ Periplo por Santa Catalina, El Carmen de Bolívar, Mompox y Magangué
Música que lleva el viento Un camino de saxofones, cornos, flautas y trompetas que recorrió el Magdalena Medio en el marco del Cartagena Festival Internacional de Música. CAROLINA COVELLI
Aún se oía el murmullo de martillos, cinceles y conversaciones en el Teatro Adolfo Mejía, mientras se realizaban los últimos ajustes para el concierto inaugural del Cartagena Festival Internacional de Música, cuando 21 personas salieron de las murallas de La Heroica rumbo a Santa Catalina, el primer escenario en una ardua gira por el departamento de Bolívar. Símbolo y Sonido es la temática de la decimoprimera edición del evento, que este año decidió, con el apoyo de la Gobernación de Bolívar e Icultur y en colaboración con la Institución Universitaria de Bellas Artes y Ciencias de Bolívar (Unibac) , ir más allá de los grandes teatros capitalinos, llevando a los municipios de Santa Catalina, El Carmen de Bolívar, Mompox y Magangué una amalgama de sonidos característicos de la música francesa, acompañados del popular encanto del compositor colombiano Lucho Bermúdez. Cinco días, cuatro municipios, cuatro conciertos en espléndidas iglesias. Pero la cereza de este pastel radicó en su profundo enfoque pedagógico, que acogió a talentos jóvenes para ofrecerles clases magistrales, diseñadas con el fin de potencializar sus habilidades y avivar su deseo de convertirse en artistas profesionales. Los músicos que hicieron posible el desarrollo de todas las actividades, interpretando un repertorio de nueve piezas e impartiendo lecciones, fueron el Quinteto de Madera del Conservatorio Adolfo Mejía, Jesús Castro, Iván Mancera, Jessica Arenas, Guillermo Yalanda y José Luis Montes, de la mano de dos maestros italianos, Massimo Morganti y Achile Succi. La selección de los municipios no se dio por azar, más bien fue el resultado de un proceso de trabajo con semilleros musicales, que encontró en el Festival una plataforma para impulsar el sueño de conformar bandas juveniles locales. Las clases discurrieron con caótica belleza, entremezclando risas,
notas afinadas, desafinadas, preguntas y períodos de calma. –¿Podrían mostrarnos algo de lo que saben hacer? Con esta petición comenzaban las clases y para sorpresa de todos, la respuesta fue inmediata. Sonaron fragmentos de porro y bullerengue mezclados con curiosas variaciones de Mozart e incluso un poco de George Michael. –¿Qué consejo nos darían? “A los músicos suelen decirnos que esto no es una profesión, que nos vamos a morir de hambre, pero vivir de la música es un privilegio. Se necesita dedicación, dejar de ver la novela, o salir menos con los amigos para quedarse a ensayar, pero vale la pena”. Guillermo Yalanda (fagotista). Nadie más que un músico podría comprender la incertidumbre de una profesión tan competitiva, las preguntas de jóvenes aprendices bombardearon desde todos los flancos, ávidos de información que les orientara respecto a su futuro. “La música es como una escalera, a veces quisieras rendirte porque te sientes cansado, pero si si-
gues subiendo, poco a poco alcanzarás tus objetivos y eso te llenará de satisfacción”. Jessica Arenas (oboeísta). “Hoy quiero gozar, quiero vivir en Salsipuedes, tierra de ilusión donde el amor nunca se muere”. Las conocidas estrofas de esta pieza del maestro Lucho Bermúdez, emergen de la memoria para quienes escuchan los siete instrumentos de viento que resonaron con elegancia en los rincones del recinto, durante los conciertos que iniciaron al alba. El deseo de cantar se vuelve incontenible cuando las notas dan vida a “Salsipuedes, tierra de amor (...) tierra de fe”, los rostros sonríen, las posturas se relajan, y es que si bien la interpretación de piezas internacionales como Trois piéces breves de Jacques Ibert o Milord de George Moustaki, causa admiración, el reconocer este clásico de la fiesta colombiana provoca una oleada de emociones que abarcan desde la nostalgia hasta el orgullo. La música fluyó por Bolívar como las imponentes aguas del río Magdalena.
“Navegaban muy despacio por un río sin orillas, que se dispersaba entre playones áridos hasta el horizonte. Pero al contrario de las aguas turbias de la desembocadura, aquellas eran lentas y diáfanas, y tenían un resplandor de metal bajo el sol despiadado” (García Márquez, El amor en los tiempos del cólera) El río Magdalena, que ha servido de inspiración para muchas canciones e historias, en esta ocasión fue el testigo del esfuerzo y del sudor de un equipo de 21 personas, entre músicos, staff y producción, que surcaron sus aguas para llevar sinfonías a escuelas e iglesias de los distintos municipios. Ya han existido acercamientos con otras poblaciones departamentales interesadas en ser escenario de este periplo, cuya intención es ampliar el impacto cultural y cobijar a más municipios de Bolívar. “Ven y verás de corazón a Salsipuedes y tu cantarás con gran amor a tus quereres…”. mariac.covellip@gmail.com
/ Fotos: Carolina Covelli
La sutileza del sonido de la flauta en armónico equilibrio con las resonancias vivaces del arpa. La destreza interpretativa de Juliette Hurel, dotada de tersura y equilibrio, conjugada con el pleno dominio en la pulsación de Emmanuel Ceysson. Matices armónicos y liderazgo melódico, en un dúo que reinventa en la interpretación a François Borne (1840-1920) y lo provee de sorprendentes sonoridades. Con ellos, bajo un cielo de plenilunio caribeño, se abrió el concierto de la noche del 9 enero en la Plaza de San Pedro Claver. Si La Belle Époque ensanchó el vínculo fecundo de poetas y músicos, en un diálogo de lenguajes y una fértil simbiosis creativa, en esta velada hemos presenciado cómo los instrumentos, en sus infinitas posibilidades expresivas, configuran un insondable universo de exploraciones estilísticas. Richard Galliano, acordeonista francés, con tres impecables interpretaciones (Fou rire, Andaluz y Libertango), ha demostrado por qué es un connotado heredero de Astor Piazzolla. Una prodigiosa capacidad para, bien sea en la musette francesa o la canción popular, pincelar de destellos jazzísticos una puesta en escena cuyo sonido hipnotiza. Un fuelle que parece tener una conexión mágica al plegarse a la virtuosa ejecución del músico. En el cierre, un tributo a Gabriel Fauré por el Quatuor Voce, quienes en la conjugación de cuerdas de violín, viola y violonchelo, logran enaltecer el refinamiento de una obra como el Cuarteto de cuerdas en Mi menor, Op.121. Aunque inacabada por la decrepitud de su cuerpo, esta obra de Fauré supone un arduo ejercicio de elevada exigencia que los jóvenes intérpretes franceses alcanzan con probada solvencia. En los cafés parisinos en los que confluían diletantes y viajeros, estetas y bohemios, gratificaban a los músicos con febriles vítores y cálidos aplausos. En el XI Festival Internacional de Música de Cartagena, la intrépida brisa del mar y el alborozo de turistas y lugareños, ha permitido continuar esta tradición.
EL ESPECTADOR / MIERCOLES 11 DE ENERO 2017 18 / ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~ EN LAS REDES SOCIALES TAMBIEN SE VIVE EL FESTIVAL Transmisiones por radio y TV
Cartagena Festival Internacional de Música
Hoy en el Festival
Cartagenafest Cartagenamusicfestival
Cartagenafestivalinternacionaldemusica
En la Capilla Charleston Santa Teresa a las 11:00 a.m. y a las 5:00 p.m., disfrute del concierto “Grandes intérpretes franceses más allá de Francia”, con el pianista Jean- Yves
Thibaudet y el violonchelista Gautier Capucon. A las 7:00 p.m. escuche el concierto “París y la música latinoamericana”, con el Cuarteto Latinoamericano y
Quinteto Villa-Lobos. Finalmente, la cita será en el Puerto de Cartagena a las 7:00 p.m. para el concierto “Hacia París: de Latinoamérica al Viejo Mundo”, en el que debutará la Orquesta
Sinfónica de Cartagena, bajo la dirección de Federico Hoyos, así como también se presentarán Renato Borghetti Cuarteto y Salque- PeiraniStrouk.
El concierto “Hacia París: de Latinoamérica al Viejo Mundo” se transmitirá en directo por Señal Colombia y Radio RCN Clásica. En diferido a las 10:30 p.m. por RCN Señal Internacional y TDT
RCN HD2. TeleCaribe HD a las 10:30 p.m. NTN24 a las 12:00 p.m. Usted podrá ver con detalle lo que pasa en el Festival a través del canal de YouTube: Cartagena Festival Internacional de Música.
ElPentagrama ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
/ Jose Guiot
QUINTETO VILLA-LOBOS
Medio siglo de un “bom ar” Hace 55 años se juntaron cinco músicos con sus instrumentos de viento y una idea rebelde: difundir la música popular y de cámara de Brasil más allá del teatro. Un “bom ar”, o buen aire, que llega al Cartagena XI Festival Internacional de Música. JULIANA MUÑOZ TORO
Al compositor brasileño Heitor Villa-Lobos le gustaba criar (como se diría en portugués) mitos. Quizá porque los mitos tienen mayor facilidad que el cuerpo para sobrevivir al tiempo. Por ejemplo, contó que en uno de sus primeros viajes explorando música folclórica del país había conocido tribus caníbales en el noroeste. Con esa misma creatividad compuso cerca de 2.000 obras para orquesta, cámara y trabajos vocales, y se convirtió en uno de los mayores talentos de la música erudita de Brasil.
Eso, lo erudito, cruzado con lo popular fue tal vez una de sus propuestas más míticas. Esa filosofía se impregnó en varios músicos de mediados del siglo XX, como Celso Woltzenlogel, Paolo Nardi, Wilfried Berk, Carlos Gomes de Oliveira y Airton Lima Barbosa. Hace 55 años se reunieron con Mindinha, la esposa de Villa-Lobos y promotora de talleres y festivales con maestros ilustres y jóvenes músicos, y se dejaron bautizar por ella como el Quinteto Villa-Lobos. La filosofía, nada común en aquella época, con la que surgió este grupo fue la de llevar la música de cámara a otros escenarios, como espacios públicos, escuelas y favelas. Además, tenían una propuesta
EL PENTAGRAMA Periódico oficial del Cartagena Festival Internacional de Música
original que sigue vibrando hoy día: rendirle un homenaje a la música popular brasilera con sus instrumentos de viento como protagonistas. Rubem Schuenck (flauta), Luís Carlos Justi (oboe), Paulo Sérgio Santos (clarinete), Philip Doyle (trompa) y Aloysio Fagerlande (fagote) son los actuales integrantes del Quinteto VillaLobos y siguen difundiendo estas ideas y melodías por el mundo, principalmente en su Brasil natal. Por fuera de los escenarios ‘formales’ sus presentaciones se convierten en una historia, como esas que el maestro VillaLobos le gustaba contar. Un día, durante la visita a una escuela, explicaron conceptos
PRESIDENTA: Julia Salvi DIRECTOR GENERAL: Antonio Miscenà SOCIOS PRINCIPALES: Postobón, RCN Radio, RCN Televisión SOCIOS: Cine Colombia, El Espectador, Profesionales de Bolsa FUNDADORA DE EL PENTAGRAMA: Paula Ojeda Palacio
http://www.cartagenamusicfestival.com
básicos de física y geometría presentando la relación de la ‘altura’ de los sonidos con la longitud de los tubos de los instrumentos que forman un quinteto de viento. También tocaron para los estudiantes modelos de flautas de bambú, como los pífaros brasileiros, presentes en varias culturas de Latinoamérica. No solo en inglés, sino es español, podríamos decir que ellos ‘juegan’ con la música y que no solo la tocan. Sus piezas son innovadoras y tienen el gusto de estar más cerca del ciudadano de a pie, para que este también disfrute de los sonidos y las historias de compositores de música popular brasilera como Bebeto, Guinga, Milton Nascimento,
Pixinguinha, Ernesto Nazareth y Hermeto Pascoal. Estos dos últimos estarán, de hecho, en su repertorio en el Cartagena XI Festival de Música junto con las famosas “Bachianas Brasileiras” de Heitor VillaLobos. Ellos, por supuesto, también son míticos. Ernesto de Nazareth se llamaba a sí mismo ‘pianero’ y tocaba en salas de cine, bailes y reuniones sociales. Darius Milhaud, compositor francés, dijo de él que “su toque fluido, desconcertante y triste me ayudó a comprender mejor el alma brasilera”. Nazareth también fijó en la cultura de su tiempo ritmos como el choro y el tango brasilero. En Cartagena el Quinteto VillaLobos va a tocar de este compositor las obras Odeon, Eponina y Fonfon. El prolífico de Hermeto Pascoal no solo ha grabado cerca de 3.000 temas, sino que es multi instrumentalista y una de las figuras más importantes de la música popular brasilera, a la que quiere volver universal. No en vano hará parte del repertorio del Quinteto con temas como Suite norte, sur, este, oeste. Sus comienzos en la música son épicos. Aprendió a tocar el bandoneón de su padre en medio del aburrimiento de no poder salir cuanto quería a la luz del sol por el hecho de ser albino. En este camino que va desde la composición original hasta la que finalmente presenta el Quinteto en el escenario hay arreglos de los integrantes que algunos expertos han asemejado al ‘deshojamiento’ (para conservar la gracia de la palabra desfolhamento): toman las melodías tradicionales y las abren en cinco voces que serán sus cinco instrumentos. Una inteligente polifonía. Dicho en otras palabras, se deshoja hasta el esqueleto de la obra y se puede ver la complejidad de su belleza (¿qué es belleza, sino complejidad?). La melodía es disecada para que de la exuberancia se regrese a lo esencial. Como el soplo creador. Un bom ar. Un musicólogo, al referirse a los instrumentos de viento, lo diría mejor: “producir sonido usando el aire en sí mismo es hacer música a partir del arquetipo de la vida”.
DIRECTORA DE EL PENTAGRAMA: María Camila Castellanos EDITOR GENERAL: Juan Carlos Piedrahíta COLABORADORES EL PENTAGRAMA: Mónica Rivera, Marcos Fabián Herrera, Juliana Muñoz Toro, Octavio Gabriel Martínez, Ana María Enciso, Eliza Esther Vélez, Carolina Covelli FOTOGRAFÍA: Joaquín Sarmiento, Wilfredo Amaya, Jose Guiot DISEÑO: William Orlando Niampira