COLECCIÓN Escuela de Alimentación LIBRO 1. El conocimiento de los alimentos PROYECTO Y COORDINACIÓN EDITORIAL
AUTORES Marta Rodríguez Samaniego Mario Pidal Meana Samaniego Gabinete Técnico Alimentario SUPERVISIÓN DE CONTENIDOS Dra. Ángeles Menéndez Patterson Catedrática de Fisiología Dra. Sonia González Solares Profesora de la Universidad de Oviedo ILUSTRACIONES Laura Fernández Blanco COLABORA
DEPÓSITO LEGAL: AS-3811-2012 COPYRIGHT © esta edición: Fundación Alimerka. Castiello, s/n. 33690 Lugo de Llanera. Asturias (España). Teléfono: 985 79 16 79 • Fax: 985 98 50 72 • fundacion@alimerka.es • www.fundacionalimerka.es Esta publicación tiene fines exclusivamente educativos, se realiza sin ánimo de lucro, y se distribuye en formato papel y a través de Internet (www.fundacionalimerka.es) a entidades no lucrativas y centros de enseñanza. Queda prohibida la venta de este material a terceros. Todos los derechos reservados. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo por escrito de la Fundación Alimerka. Diríjase a cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).
Autores:
Marta RodrĂguez Samaniego Mario Pidal Meana
Escuela de Alimentación 1: El conocimiento de los alimentos
Escuela de Alimentación: Presentación General Aunque alimentarse a diario es una necesidad, hacerlo de una forma adecuada no es siempre una tarea fácil. Asumimos, a menudo, que los conocimientos en alimentación pertenecen al saber popular y que están al alcance de todos. Hay, sin embargo, toda una serie de conceptos contrastados que deberían estar presentes en nuestras decisiones con respecto a la alimentación, al objeto de no caer en rutinas inadecuadas o poco saludables. Alimentar a los demás requiere una planificación y una organización de los recursos, lo que implica, en definitiva, un esfuerzo y una responsabilidad que no siempre cuentan con el reconocimiento que se merecen. La colección Escuela de Alimentación, de la Fundación Alimerka, se presenta como una herramienta de ayuda y consulta para aquellas personas encargadas de transmitir conocimientos en alimentación a cualquier colectivo que se acerque a este campo, no tanto por su condición de expertos, como por querer contribuir al fomento y la difusión de unos hábitos alimentarios saludables, y al apoyo a la labor de los responsables de la alimentación. Los contenidos expuestos no pretenden constituir una guía técnica sobre alimentación, ni un tratado de nutrición y salud, sino facilitar la organización de ideas y, tal vez, aportar algún nuevo conocimiento, o darle otro enfoque a los ya conocidos, sin más pretensiones que abordar los temas con proximidad, transmitir un sentido crítico y revisar ideas preconcebidas. El protagonismo lo tienen, sin duda, los distintos responsables de la alimentación, entendiendo por tales aquellas personas capaces de tomar decisiones en la organización y el diseño de la alimentación. Se presentan, así, tres niveles de responsabilidad o tres colectivos principales:
Escuela de alimentación: Presentación general
Los responsables de alimentar a un grupo, como, por ejemplo, una unidad familiar. Los noveles, personas que por distintas circunstancias se acercan, tal vez por primera vez, al mundo de la alimentación y tienen que procurarse su sustento. Los ayudantes, personas que tienen la oportunidad de colaborar en la alimentación, apoyando a los responsables del grupo al que pertenecen. Cada uno de los temas de la colección aborda un aspecto concreto de la alimentación. El cuerpo principal de su estructura lo constituyen tres ideas principales, dirigidas cada una de ellas a uno o a varios colectivos. Se aporta, además, una herramienta práctica para facilitar la aplicación de los conocimientos, así como un pequeño consultorio, que explica alguna curiosidad relacionada con el tema. En la parte final se proponen varios ejercicios prácticos, adaptados a los distintos colectivos, para fijar conceptos. El tema se completa con referencias de consulta, especialmente indicadas para ampliar los propios conocimientos de los formadores y, cuando es pertinente, con alguna aclaración dirigida a colectivos particulares, como
las personas con algún problema alimentario
la tercera edad
o con movilidad reducida
Cabe señalar, por último, que los temas están concebidos para que tengan un sentido completo, con lo que el formador podrá escoger, en base a su experiencia o las características del grupo al que tiene que enfrentarse, temas alternos e, incluso, sólo aquellos apartados que puedan resultarle de mayor interés en cada momento.
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Tema 2: ¿Qué contienen los alimentos?
¿Qué contienen los alimentos? Los medios de comunicación y divulgación nos proporcionan informaciones diversas sobre los efectos beneficiosos de determinados nutrientes, estableciendo, con frecuencia, vínculos estrechos entre éstos y los alimentos que son capaces de aportarlos en cantidades suficientes. Pero, ¿sabemos cómo actúan los nutrientes en el organismo?
Escuela de Alimentación 1: El conocimiento de los alimentos
¿Qué objetivos persigue este tema? Profundizar en el conocimiento de los nutrientes y las funciones generales y específicas que estos cumplen en el organismo. Transmitir el mensaje de que mantener una dieta variada y equilibrada es la forma más sencilla de procurarnos un aporte suficiente de nutrientes.
¿Por qué me puede interesar este tema? Porque conociendo los efectos de los nutrientes en el organismo podré diseñar la alimentación de mi grupo, intentando cubrir sus necesidades de una forma eficiente y, por tanto, económica, y buscando alternativas en función de las circunstancias de cada momento. Porque conociendo los efectos de los nutrientes en el organismo podré dirigir mi alimentación hacia aquellos alimentos que me resulten más convenientes según las distintas circunstancias, evitando incurrir en desequilibrios nutricionales. Porque si conozco las propiedades de los distintos nutrientes podré recordar a los demás la importancia de consumir los alimentos que los contienen a menudo, de vez en cuando, o sólo en contadas ocasiones.
Tema 2: ¿Qué contienen los alimentos?
¿Qué conceptos fundamentales debo conocer? 1. Al igual que los alimentos, los nutrientes pueden clasificarse en unos pocos grupos. Debemos conocer las características principales de cada grupo, ya que éstas van a determinar la manera en la que los nutrientes van a ser aprovechados por nuestro organismo. Mi pregunta es..., ¿sé lo qué le aportan realmente los nutrientes de los alimentos a mi organismo? Aunque los alimentos son mezclas de nutrientes, más o menos complejas, la predominancia de los de uno y otro tipo consigue que aquellos posean unas cualidades concretas que somos capaces de percibir. Es por ello que sabemos que si muchas frutas nos parecen frescas y dulces es porque son ricas en agua y azúcares, y que cuando determinadas carnes son demasiado magras, es decir, contienen poca grasa, pueden llegar a resultarnos poco “jugosas” y de difícil masticación. Con frecuencia asociamos los conceptos alimento y nutriente, sobre todo cuando la presencia de un determinado nutriente es muy acusada o destacada en el alimento; así, relacionamos carne con proteína, mantequilla con grasa, naranjas con vitamina C. etc., olvidando que, por ejemplo, la carne también nos aporta algo de grasa, en mayor o menor medida, la mantequilla vitaminas y las naranjas agua. Más que profundizar en el conocimiento de los múltiples nutrientes y sus cualidades específicas, tal vez podría resultarnos de más utilidad para el día a día aprender a agruparlos según su composición y estructura, ya que estas cualidades de los nutrientes son las que
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determinan la forma en la que éstos van a ser reconocidos, primero, y utilizados, después, por el organismo. Dejando para otra ocasión el estudio de los micronutrientes, como las vitaminas o los minerales, vamos a centrarnos en los macronutrientes, que son los grupos de nutrientes que tenemos que consumir en mayor medida y que, por tanto, deberían dirigir nuestras decisiones principales a la hora de elegir los alimentos, para incorporarlos a nuestra dieta en las proporciones adecuadas. 1. Los hidratos de carbono (o glúcidos) son unos nutrientes, cuyos componentes básicos son los llamados monosacáridos, que tienen como misión principal la de proporcionarnos energía fácilmente disponible para nuestras funciones (es por ello que entre los alimentos energéticos incluimos aquellos que son ricos en hidratos de carbono).
En los alimentos: Los hidratos de carbono sencillos, como el azúcar, pueden ser rápidamente digeridos y utilizados. Los hidratos de carbono complejos, como el almidón, que es el principal hidrato de carbono de reserva de los alimentos de origen vegetal y lo podemos encontrar en el arroz, el pan, las patatas, la pasta, los cereales de desayuno, las legumbres, etc., tienen, sin embargo, un aprovechamiento algo más lento. Nosotros podemos percibir otras cualidades de los hidratos de carbono en los alimentos como, por ejemplo, el aporte de sabores dulces (caso de los hidratos de carbono edulcorantes) o de texturas consistentes (caso del almidón en el puré de patata).
En nuestro organismo: Estos nutrientes deben ser “quemados” con cierta rapidez para proporcionarnos de forma continua la energía que necesitamos en el mantenimiento de nuestras funciones vitales, con lo que el aporte de hidratos de carbono debe ser significativo en nuestra dieta. Aunque no se acumulan en
Tema 2: ¿Qué contienen los alimentos?
grandes cantidades, el hecho de que contemos con pequeñas reservas fácilmente disponibles de estos nutrientes nos posibilita el que podamos hacer sobreesfuerzos puntuales. Un exceso de hidratos de carbono se acumularía en nuestro organismo en forma de lípidos, constituyendo entonces un depósito energético en toda regla. 2. Los lípidos son unos nutrientes, cuyos componentes más sencillos se denominan ácidos grasos, que tienen como función destacada el almacenamiento de energía de reserva (también incluiremos a los alimentos ricos en lípidos dentro del grupo de los energéticos).
En los alimentos: Una forma sencilla de clasificar los lípidos es en función de cómo se presentan a temperatura ambiente, lo cual depende, a su vez, de su estructura química, y determina, en ocasiones, el propio estado del alimento que los contiene. Así, por ejemplo, la mantequilla es sólida porque las grasas que constituyen su componente principal son ricas en ácidos grasos saturados; el aceite de oliva, sin embargo, es un alimento líquido porque los lípidos que lo componen tienen abundancia de ácidos grasos insaturados, que presentan una estructura menos compacta. Otra de las características importantes de los lípidos es que aportan palatabilidad a los alimentos, esto es, que nos transmiten una sensación agradable en la boca durante la masticación.
En nuestro organismo: Aunque no necesitamos almacenar lípidos en grandes cantidades, porque nuestro cuerpo no está preparado para soportar largos periodos en ausencia de alimento, como sí ocurre con algunos animales y plantas, pequeñas reservas de lípidos pueden ser movilizadas en los procesos de obtención de energía cuando el aporte de hidratos de carbono no es suficiente, con lo que su presencia garantiza de alguna mane-
Escuela de Alimentación 1: El conocimiento de los alimentos
ra el mantenimiento de nuestras actividades. Los lípidos también tienen funciones plásticas, ya que los utilizamos, por ejemplo, en la construcción de nuestras estructuras celulares, así como funciones reguladoras, participando en la formación de vitaminas y hormonas. Por todo ello no podemos prescindir de los lípidos en nuestra dieta. 3. Las proteínas son unos nutrientes, formados por la unión de unos compuestos básicos, los aminoácidos, que tienen como función principal la de constituir las estructuras del organismo, como los huesos, la piel, los órganos internos o los músculos (los alimentos ricos en proteínas forman, por tanto, parte del grupo de los alimentos plásticos o estructurales).
En los alimentos: Aunque las proteínas abundan en el músculo o “carne” de los animales que consumimos, también la leche y los huevos son otros alimentos de origen animal muy ricos en estos nutrientes. Las legumbres (donde incluimos los garbanzos, las lentejas, las judías, los guisantes o la soja) son alimentos vegetales que destacan por su aporte proteico, como también lo son, en mayor o menor medida, los frutos secos y los cereales.
En el organismo: Además de funciones estructurales, también las proteínas pueden tener función reguladora (forman parte de los anticuerpos y las hormonas, transportan el oxígeno en la sangre, constituyen el material genético, etc.) y, excepcionalmente, energética cuando nos falla el aporte de los otros dos nutrientes energéticos. Como son insustituibles en sus funciones es indispensable aportar proteínas a nuestro organismo mediante la alimentación.
4. El agua: es un componente fundamental de nuestro organismo (entre el 50 y 60 % de una persona adulta es agua) y debe estar presente en multitud de procesos, entre ellos el transporte de los
Tema 2: ¿Qué contienen los alimentos?
nutrientes a las células en las que van a ser utilizados. Es indispensable incorporarla a nuestra alimentación en su estado natural, y también mediante el consumo de alimentos y bebidas que la contengan.
Entonces…, ¿cómo puedo actuar para mejorar? Si nos esforzarnos en reconocer los principales nutrientes de los alimentos que consumimos nos será más fácil planificar una alimentación que incorpore alimentos ricos en nutrientes de uno u otro tipo en las proporciones adecuadas.
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2. Algunos nutrientes contenidos en los alimentos pueden llegar a realizar funciones muy específicas dentro del organismo, llegando en algunos casos, a ser esenciales para la vida. Mi pregunta es..., ¿cómo de importantes son los nutrientes para la vida? Detengámonos en el siguiente ejemplo: supongamos que queremos construir un edificio y que para abaratar costes nos planteamos aprovechar, en la medida de lo posible, algunos materiales de obra y elementos constructivos, como ladrillos, puertas, ventanas, etc., procedentes de otro edificio de nuestra propiedad, que está actualmente en desuso. Como el edificio a demoler es una antigua fábrica y nosotros queremos levantar un bloque de viviendas, es muy posible que necesitemos adquirir una buena parte de los materiales, ya que tendremos nuevas necesidades y no todo lo disponible va a sernos útil para nuestro propósito. Con un poco de imaginación, y simplificando mucho, podemos pensar que la utilización de los nutrientes por nuestro organismo para construir nuestras propias estructuras corporales o realizar nuestras actividades vitales es similar a la de los materiales constructivos del supuesto, ya que algunos de ellos están ya disponibles en nuestro organismo, y otros, sin embargo, debemos buscarlos en los alimentos que ingerimos. Centrándonos en el comportamiento de las proteínas, nuestro cuerpo “desmonta” los elementos (aminoácidos) de las proteínas de los alimentos (por ejemplo un filete) para utilizar sólo aquellos que le resultan útiles para el fin previsto, por ejemplo, el crecimiento de un músculo. En este caso, ambas proteínas, la del filete y la de nuestro músculo, serán distintas, porque tienen distinta composición, aunque sus elementos principales son del mismo tipo: aminoácidos.
Tema 2: ¿Qué contienen los alimentos?
Aunque una parte importante de los “elementos constructivos” podemos “fabricarlos” en nuestro organismo, al igual que en una obra se elabora el hormigón a partir del cemento, la arena, la grava y el agua disponibles, muchos otros nutrientes tenemos que obtenerlos de los alimentos, ya que no somos capaces de sintetizarlos (o no podemos hacerlo en cantidades suficientes). Son los llamados nutrientes esenciales. Entre ellos se encuentran los aminoácidos esenciales, como la lisina, presente en leguminosas, los ácidos grasos esenciales, como los Omega 6, que tenemos que buscar en los aceites de semilla, algunas vitaminas, como la C, abundante en los cítricos, y los minerales esenciales, como el yodo, componente del pescado marino. Como muchos de estos nutrientes pueden almacenarse en nuestro organismo, los efectos de su ausencia en la alimentación se manifiestan, en ocasiones, mucho tiempo después de que su ingesta sea deficitaria.
Entonces…, ¿cómo puedo actuar para mejorar? Indagar sobre la relación existente entre determinados nutrientes especiales y su función concreta en el organismo me ayudará a comprender por qué hay determinados alimentos que me pueden resultar especialmente interesantes.
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3. Salvo en los casos en los que se detecten necesidades especiales, una dieta variada puede proporcionarnos todos los nutrientes que necesitamos. Mi pregunta es..., ¿hay algunos nutrientes mejores que otros? Cuando en nuestra alimentación abusamos de determinados tipos de alimentos estamos proporcionando a nuestro organismo un exceso de nutrientes que tiene que procesar de la forma menos traumática posible. Otro efecto indeseable de las dietas centradas en unos pocos productos es que conllevan, a menudo, la carencia de determinados nutrientes que son fundamentales para el correcto desempeño de nuestras funciones, lo que, en unas primeras fases, se podría traducir en la aparición de alteraciones, muchas veces imperceptibles si la situación de déficit no se prolonga en el tiempo. Una alimentación inadecuada es, en muchas ocasiones la consecuencia de una gestión ineficiente de los recursos alimenticios de que disponemos. Es difícil que podamos detectar exactamente lo que nuestro organismo va a necesitar a cada momento, y es por ello que contamos con sistemas de reserva capaces de poner nutrientes al servicio de nuestras funciones, de una forma más o menos rápida y eficaz. Salvo en los casos en los que se nos haya diagnosticado un problema concreto, la herramienta más importante de la que disponemos para prevenir cualquier desequilibrio en nuestra alimentación, es un diseño de la misma que garantice que, además de equilibrada en lo referente a las proporciones de grupos de alimentos similares, sea variada en cuanto al tipo de alimentos dentro de cada grupo. A pesar de que la disponibilidad de alimentos no está siempre garantizada para todos, hay muchos alimentos que comparten los mismos nutrientes, en mayor o menor proporción. Es por ello que podemos asegurar que, salvo el agua, no hay ningún alimento imprescindible. Como el valor nutritivo de los alimentos tiene que ver con lo
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eficientes que estos puedan llegar a ser para aportarnos los nutrientes que necesitamos en cada momento, podemos afirmar también que no hay alimentos buenos ni malos en cuanto al aporte de nutrientes, pues todo dependerá de las necesidades que tengamos y de las circunstancias que vivamos. Sin intentar contradecir lo expuesto en el párrafo anterior, remarcado nuevamente que lo fundamental es tener en consideración nuestras necesidades individuales, el estudio de los alimentos sí que les ha otorgado a éstos, sin embargo, una calidad relativa. En el caso de las proteínas esta calidad se conoce como valor biológico y depende directamente de la proporción y cantidad de aminoácidos que pueden ser aprovechados por el organismo. En general, decimos que las proteínas de origen animal tienen mayor valor biológico que las de origen vegetal, por ser el contenido en aminoácidos de aquellas más parecido al de las proteínas corporales (el huevo contiene las proteínas de mayor valor biológico). Aunque las razones que pueden llevar a una persona a no consumir alimentos de origen animal no son discutibles, y siendo cierto el hecho de que podemos encontrar proteínas muy interesantes y en cantidades importantes en los alimentos de origen vegetal, como las legumbres, los frutos secos o los cereales, siempre que sea posible, debemos considerar complementar nuestra dieta de origen vegetal con huevos y leche. En este sentido, las dietas mixtas pueden paliar ciertas deficiencias, debido a los efectos de la complementación, que permiten mejorar el valor biológico de las proteínas del conjunto, como ocurre en las mezclas de legumbres y cereales, pan o galletas con leche, etc.
Entonces…, ¿cómo puedo actuar para mejorar? Debemos alternar alimentos dentro del mismo grupo, porque esa será la forma de garantizar que todos los nutrientes necesarios, incluso los esenciales, están incluidos en nuestra dieta.
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Mi herramienta de ayuda: La pirámide de alimentación La pirámide de la alimentación es una representación gráfica que nos orienta sobre la proporción óptima de consumo para los distintos tipos de alimentos. En la base de la pirámide aparecen los alimentos que debemos consumir con más frecuencia, en oposición a los alimentos situados en la parte superior, que son los que deberíamos consumir sólo en ocasiones especiales. La información se complementa indicándonos cuantas veces al día sería recomendable que apareciesen los distintos tipos de alimentos en nuestras comidas. Aunque lo ideal sería que cada comida estuviera equilibrada en sí misma, debido a que hay alimentos de consumo ocasional, tal vez sería más fácil para nuestra planificación tomar la semana como unidad temporal de referencia, e ir introduciendo en el diseño de nuestros menús alimentos diferentes para cada día. Como la pirámide de los alimentos es también una herramienta de difusión de los hábitos de alimentación saludable, nos recuerda la necesidad de hacer ejercicio físico diariamente.
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LA PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN SALUDABLE Autor: SENC (Sociedad Española de Nutrición Comunitaria). Año 2007
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Consultorio ¿Por qué es importante incorporar la fibra a nuestra alimentación? Aunque la fibra, principal hidrato de carbono estructural en los vegetales, es rico en celulosa y otros compuestos que no podemos digerir, cumple, sin embargo, un papel muy importante en nuestra alimentación, porque interviene en la digestión facilitándonos el tránsito intestinal. Este compuesto es un ejemplo de lo que se conoce como componentes no nutricionales de los alimentos, que son, por tanto, aquellas partes de los alimentos que, sin ser aprovechadas por el organismo como nutrientes, favorecen, de alguna manera, la salud de las personas.
¿Es siempre perjudicial el colesterol? El colesterol es un lípido que nos aportan los alimentos de origen animal (aunque también podemos sintetizarlo). Si bien participa en múltiples funciones en nuestro organismo, entre ellas, la fabricación de vitaminas y hormonas, o la digestión, como componente de la bilis, un exceso de este nutriente se deposita en los vasos sanguíneos, dificultando la circulación de la sangre.
Tema 2: ¿Qué contienen los alimentos?
Consultorio ¿Es eficiente consumir un exceso de proteínas? El valor calórico de los alimentos es la capacidad que estos tienen para proporcionarnos energía. La disponibilidad de energía y materiales son las dos grandes necesidades de nuestro organismo. Los lípidos, nutrientes especialmente calóricos (proporcionan 9 kcal/g) y los hidratos de carbono (aportan 4 kcal/g), más fácilmente aprovechables, están especialmente diseñados para aportarnos la mayor proporción energética diaria (en el caso de estos últimos debería estar entre un 50 y un 60%). Si bien las proteínas pueden ser también fuente de energía en ausencia de los otros dos nutrientes (proporcionan 4 kcal/g), esta situación no es deseable, ya que, al margen de otras implicaciones metabólicas derivadas de la eliminación del nitrógeno de los aminoácidos, conllevaría su falta de disponibilidad para otras funciones para las que son insustituibles, y supondría, además, una falta de eficiencia en el uso de nuestros recursos, pues los alimentos con alto porcentaje de proteína de origen animal son, en general, más caros que los de origen vegetal ricos en hidratos de carbono.
Escuela de Alimentación 1: El conocimiento de los alimentos
Aspectos para colectivos con necesidades especiales. Aunque las personas diabéticas deberán seguir en todo momento las prescripciones médicas en lo que a las pautas nutricionales se refiere, y, en concreto, estar muy vigilantes al consumo de hidratos de carbono de rápido aprovechamiento, las recomendaciones sobre equilibrios descritas en este tema podrían llegar a adaptarse, a grandes rasgos, también a las necesidades de las personas de este colectivo, en especial en lo relativo al consumo moderado de grasas e, incluso, a la necesidad de hacer ejercicio regularmente. Las necesidades nutricionales de las personas de edad avanzada no son las mismas que las de la más jóvenes, ya que, en general, se requiere un menor consumo de alimentos energéticos, debido al menor nivel de actividad general, y un incremento en el consumo de alimentos plásticos, para reponer las estructuras dañadas. Más allá de las recomendaciones generales, el consumo de alimentos energéticos está vinculado al nivel de actividad física de cada persona, por lo que, sin olvidar que los hidratos de carbono tienen que ser, en cualquier caso, los nutrientes que más ocupen en nuestra dieta, deberemos valorar qué tipo de actividades vamos a realizar en nuestro día a día, al objeto de planificar, en consecuencia, nuestra compra de alimentos energéticos.
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Actividades para fijar conceptos. Evaluar la cesta de la compra Evaluar la cesta de la compra Recortar y colocar los alimentos en la pirámide de la alimentación.
Navegando y aprendiendo. Información Básica Nutricional 3. Principios inmediatos: Hidratos de carbono.
http://www.aesan.msc.es/AESAN/web/publicaciones_estudios/seccion/nutricion.shtml
Información Básica Nutricional 4. Principios inmediatos: Grasas.
http://www.aesan.msc.es/AESAN/web/publicaciones_estudios/seccion/nutricion.shtml
Información Básica Nutricional 5. Principios inmediatos: Proteínas
http://www.aesan.msc.es/AESAN/web/publicaciones_estudios/seccion/nutricion.shtml
Manual práctico de nutrición y salud. Kellog’s. 2012. http://www.katedrakelloggs.com/
Escuela de Alimentación 1: El conocimiento de los alimentos
Actividad 1 Evaluar la cesta de la compra Objetivo Determinar qué grupos de alimentos (y en qué proporción) están presentes en nuestra compra habitual para, en caso necesario, introducir mejoras en nuestros hábitos. Público destinatario: Material necesario • Material de apoyo al formador: La PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN. • Material para el desarrollo de la actividad: se necesitará papel y bolígrafo, tickets de compra en tiendas o supermercados. Desarrollo de la actividad Duración estimada de la actividad: 40 minutos. Secuencia de actuaciones: 1. Se presentará la actividad indicando el objetivo de la misma. 2. Se les solicitará a los participantes la aportación de los tickets de compra correspondientes a una semana, o, en su defecto, se le pedirá a algún voluntario la realización de un ejercicio de memoria para tratar de recordar la última compra de alimentos realizada por él. Nota: El formador, por su parte, deberá disponer de, al menos, dos tickets de compra para garantizar, en cualquier caso, el desarrollo de la actividad. 3. Se agruparán los alimentos de la cesta de la compra siguiendo el esquema de la PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN y se evaluará la capacidad del conjunto de alimentos de cumplir con las proporciones establecidas por ella. En caso desfavorable, se analizarán los desequilibrios y se propondrán opciones de mejora, añadiendo y eliminando alimentos de la cesta de la compra.
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Actividad 2 Recortar y colocar los alimentos en la pirámide de la alimentación. Objetivo Conocer la variedad de alimentos que hay y con qué frecuencia éstos deben presentarse en nuestra alimentación. Público destinatario: Material necesario • Material de apoyo al formador: La PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN. • Material para el desarrollo de la actividad: folletos publicitarios del supermercado que incluyan ejemplos de alimentos que deberían estar presentes en la PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN, una pirámide de cartulina en la que se represente una PIRÁMIDE DE LA ALIMENTACIÓN con los espacios de cada uno de los niveles en blanco, tijeras y celo para pegar. Desarrollo de la actividad Duración estimada de la actividad: 30 minutos. Secuencia de actuaciones: 1. Se presentará la actividad indicando su objetivo. 2. Se entregarán a los participantes los folletos publicitarios para que recorten alimentos en un plazo de 5 minutos. 3. Cada participante irá colocando sus alimentos en el espacio correspondiente en la PIRÁMIDE DE LOS ALIMENTOS. Cuando la pirámide esté completa, se aprovechará para recordar la importancia de que todos ellos estén en nuestra dieta, en las proporciones y con las frecuencias adecuadas.