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Bosque Chiquitano
from Evaluación de los impactos ecológicos en áreas afectadas por quemas e incendios en las Tierras Bajas
Bosque Chiquitano El Bosque Chiquitano se caracterizó por tener un dosel arbóreo que se distribuye entre los 10 y 15 m de altura, con árboles emergentes que pueden alcanzar hasta 21 m (Figura 12). De acuerdo con las mediciones de las cicatrices de quema, la propagación del incendio en este bosque fue de tipo rastrero (fuego de superficie), con llamas que alcanzaron una altura promedio de 1.7 m (±1.5 m) y que consumió principalmente el estrato herbáceo y la hojarasca acumulada sobre el suelo (Figura 12).
Figura 12. Estructura vertical del Bosque Chiquitano (quemado y no quemado), altura de las cicatrices de quema (color anaranjado) y la reconfiguración estructural como consecuencia de la mortalidad de árboles en el ACeIE Ñembi Guasu.
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La densidad de árboles muertos en pie cuantificados en las áreas quemadas (45 ind/ha±35; 7% de mortalidad) no resultó estadísticamente diferente de la densidad de árboles muertos en las áreas no quemadas (20 ind/ha ±5; 4% de mortalidad natural), por lo que, de no ocurrir un nuevo incendio en los próximos años, la configuración estructural arbórea mantendrá una cierta homogeneidad espacial, la cual no se distinguirá de las áreas no quemadas. Así también, el impacto de los incendios no afectó la riqueza de especies arbóreas del Bosque Chiquitano, pues, la cantidad de especies observadas y estimadas en las áreas quemadas no se diferenció probabilísticamente de las áreas no quemadas (Figura 13A), encontrando en ambas áreas entre 10 y 19 especies por cada hectárea de superficie.
Figura 13. Riqueza de especies (A) y capacidad de regeneración (B) cuantificada en las áreas quemadas y áreas no quemadas del Bosque Chiquitano en el ACeIE Ñembi Guasu.