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Abayoy Denso

Figura 15. Sotobosque arbóreo del Bosque Chiquitano Transicional al Chaco no quemado en el ACeIE Ñembi Guasu.

Como consecuencia de la elevada mortalidad de árboles en las áreas quemadas la riqueza de especies también disminuyó contrastantemente con relación a las áreas no quemadas (Figura 16A), pues, donde generalmente se podría encontrar entre 12 y 20 especies por hectárea muestreada, actualmente sólo existen entre 1 y 3 especies.

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Figura 16. Riqueza de especies (A) y capacidad de regeneración (B) cuantificada en las áreas quemadas y áreas no quemadas del Bosque Chiquitano Transicional al Chaco en el ACeIE Ñembi Guasu.

La capacidad de regeneración de especies arbóreas y arbustivas (de larga vida) en las áreas quemadas fue significativamente menor que la cuantificada en las áreas no quemadas, pudiendo encontrarse una elevada densidad de lianas anuales y perennes (Figura 16B), las mismas que posiblemente estén impidiendo la regeneración de las especies arbóreas y arbustivas. Abayoy Denso Este tipo de vegetación posee un dosel arbóreo distribuido entre los 5 y 7 m de altura, con árboles emergentes de hasta 10 m (Figura 17). Al igual que en el Bosque Chiquitano Transicional al Chaco, la propagación del incendio ocurrido en el Abayoy Denso es clasificado como fuego activo de dosel

(fuego de copa), habiendo consumido todos los estratos vegetales (herbáceo, arbustivo, arbóreo y emergente; Figura 18).

Figura 17. Estructura vertical del Abayoy Denso, altura de las cicatrices de quema (color anaranjado) y la reconfiguración estructural como consecuencia de la mortalidad de árboles en el ACeIE Ñembi Guasu. En promedio, la mortalidad de árboles registrada en las áreas quemadas fue de 310 ind/ha (±35), lo cual representa la pérdida del 96% de la densidad arbórea total (Figura 18). Por otro lado, en las áreas no quemadas la densidad de árboles muertos como resultado de procesos naturales sólo representó el 2.5% (8 ind/ha ±5) de la densidad total.

Figura 18. Situación de la estructura vertical del Abayoy Denso (marzo del 2020) como producto de la mortalidad de árboles en el ACeIE Ñembi Guasu.

Considerando la elevada mortalidad de árboles, es de esperarse que las áreas quemadas cambiarán contrastantemente su configuración fisionómicacon relación a las áreas no quemadas, situación que será claramente notoria en el paisaje (Figura 18). Actualmente todos los árboles muertos en pie se

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