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Cerrado (fisionomía sabánica

Figura 127. Estrato inferior del Bosque Chiquitano en áreas no quemadas durante la gestión 2019 en el APM/UCPN Tucabaca.

Cerrado (fisionomía sabánica) En la fisionomía sabánica del Cerrado, el estrato arbóreo está constituida por árboles que se distribuyen de forma dispersa en el espacio, formando una cobertura vegetal discontinua. Generalmente, el dosel arbóreo se distribuye entre los 2 y 4 m de altura,con árboles emergentes de hasta 10 m (Figura 128).

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Figura 128. Estructura vertical de las sabanas del Cerrado, altura de las cicatrices de quema (color anaranjado) y la reconfiguración estructural como consecuencia de la mortalidad de árboles el APM/UCPN Tucabaca.

Según la distribución y frecuencia de la altura de las llamas, así como las observaciones de campo, la propagación del incendio en este tipo de vegetación fue principalmente de tipo rastrero (fuego de superficie), con llamas que alcanzaron una altura promedio de 2.2 m (±1.2 m) y que consumieron la totalidad del estrato gramíneo-herbáceo, la hojarasca acumulada sobre el suelo, y las hojas y tallos de los arbustos y árboles más bajos (Figura 129). Así también, aunque en menor frecuencia se evidenció la ocurrencia de fuego de copa (antorcheo o coronamiento; árboles quemados en su totalidad; Figura 129).

Figura 129. Características de la estructura fisionómica de las sabanas del Cerrado quemadas por los incendios del 2019 en el APM/UCPN Tucabaca.

En las áreas quemadas, la densidad de árboles muertos en pie (13 ind/ha±8; 19.1% de la densidad total de árboles) fue relativamente mayor que la registrada en las áreas no quemadas (7 ind/ha ±4; 11% de la densidad total de árboles). Por lo que, probablemente, la estructura fisionómica de la vegetación en las áreas quemadas se modifique sutilmente con relación a las áreas no quemadas (Figura 128; Figura 130).

Figura 130. Características de la estructura fisionómica de las sabanas del Cerrado no quemadas por los incendios del 2019 en el APM/UCPN Tucabaca.

Si bien la mortalidad de árboles en las áreas quemadas fue sutilmente mayor que la cuantificada en las áreas no quemadas, la riqueza (observada y estimada) de especies arbóreas registradas en ambas

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