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Bosque Chiquitano

Figura 123. Densidad promedio de árboles (≥10 cm de diámetro) por hectárea de superficie en los principales tipos de vegetación afectados por los incendios en el APM/UCPN Tucabaca. Bosque Chiquitano El dosel arbóreo en el Bosque Chiquitano se caracterizó por alcanzar una altura de entre 8 y 12 m, con árboles emergentes que alcanzan hasta 16 m (Figura 124). Según las cicatrices de quema, el incendio ocurrido en el Bosque Chiquitano fue de tipo rastrero (fuego de superficie), con llamas que regularmente alcanzaron una altura promedio de 0.44 m (±0.4 m) y que consumieron totalmente el estrato herbáceo y la hojarasca acumulada sobre el suelo (Figura 125).

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Figura 124. Estructura vertical del Bosque Chiquitano, altura de las cicatrices de quema (color anaranjado) y la reconfiguración estructural arbórea como consecuencia de la mortalidad de árboles en el APM/UCPN Tucabaca.

Estadísticamente, la densidad de árboles muertos que fue cuantificada en las áreas quemadas (8 ind/ha ±5; 1.5% de mortalidad) no se diferenció de la mortalidad cuantificada en las áreas no quemadas (10 ind/ha ±7; 1.8% de mortalidad natural); de modo que, probablemente los árboles muertos en las áreas quemadas no son el resultado del efecto de los incendios, sino más bien de la mortalidad natural (árboles que ya estaban muertos antes de la ocurrencia del incendio). Por tanto, la configuración estructural arbórea del Bosque Chiquitano no sufrirá modificaciones y su cobertura se mantendrá espacialmente homogénea con relación a las áreas no quemadas.

Figura 125. Estrato inferior del Bosque Chiquitano con alta acumulación de hojarasca después de la ocurrencia de los incendios en la gestión 2019 en el APM/UCPN Tucabaca. Así también, el impacto de los incendios no disminuyó la riqueza de especies arbóreas del Bosque Chiquitano, ya que, la cantidad de especies observadas y estimadas en las áreas quemadas no se diferenció probabilísticamente de las áreas no quemadas (Figura 126A), pudiendo encontrase en ambas áreas entre 32 y 60 especies por cada hectárea de superficie muestreada.

Figura 126. Riqueza de especies (A) y capacidad de regeneración (B) cuantificada en las áreas quemadas y áreas no quemadas del Bosque Chiquitano en el APM/UCPN Tucabaca. Con respecto a la capacidad de regeneración, en las áreas quemadas la forma de vida arbórea disminuyó significativamente con relación a las áreas no quemadas (Figura 126B; Figura 127). Por otro lado, la regeneración de las formas de vida herbácea, arbustiva y liana (especies heliófitas efímeras y durables; y especies esciófitas) fueron más abundantes en las áreas quemadas (Figura 126B), de modo que, posiblemente el sotobosque se torne más denso y poco accesible con relación a las áreas no quemadas (Figura 127). Por tanto, si bien los incendios nohabrían alterado la estructura, composición y riqueza de especies del Bosque Chiquitano, este factor de impacto modificó el proceso de regeneración de las especies según sus formas de vida, habiendo favorecido principalmente a especies de consistencia herbácea y subleñosa en desmedro de la forma de vida arbórea (Figura 126).

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