Que es necesario para que en chile se concrete el proyecto liberal

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¿QUE ES NECESARIO PARA QUE EN CHILE SE CONCRETE EL PROYECTO LIBERAL?

SERGIO BITAR CHACRA OSCAR GODOY ARCAYA JORGE SCHAULSOHN BRODSKY PEDRO CORREA OPASO MARGARITA MARÍA ERRAZURIZ DRINA RENDIC DE BECERRA JORGE ALESSANDRI VERGARA JORGE CARVAJAL MUÑOZ MANUEL LOBOS INFANTE MANUEL MONTT BALMACEDA TOMAS PUIG CASANOVA AGUSTIN SQUELLA NARDUCCI IGNACIO WALKER PRIETO MAMFRED WILHELMY VON WOLFF

Fundación Presidente Balmaceda

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ÂżQuĂŠ es Necesario para que en Chile se concrete el Proyecto Liberal?

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2002. FUNDACIÓN PRESIDENTE BALMACEDA EX CLUB JOSÉ MANUEL BALMACEDA Que es Necesario para que en Chile se Concrete el Proyecto Liberal

Inscripción Nº 128415 I.S.B.N. 956-7804-01-X Santiago de Chile Se termino de imprimir esta PRIMERA EDICIÓN de 1000 ejemplares en octubre de 2002 Diseño y Diagramación Esteban Carmona Impresión Trama Color Impresores S.A. Mapocho 2818 Santiago Fono: 6813395 Editor Manuel Lobos Infante

Se permite la reproducción total o parcial de esta publicación siempre que se mencione la fuente.

FUNDACIÓN PRESIDENTE BALMACEDA Huelen 102 Piso 2, Providencia Santiago Teléfono: 2353752 – Fax: 2640792 e-mail info@fundacionbalmaceda.cl www.fundacionbalmaceda.cl Publicación patrocinada por la Fundación Presidente Balmaceda

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¿QUE ES NECESARIO PARA QUE EN CHILE SE CONCRETE EL PROYECTO LIBERAL?

SERGIO BITAR CHACRA OSCAR GODOY ARCAYA JORGE SCHAULSOHN BRODSKY PEDRO CORREA OPASO MARGARITA MARÍA ERRAZURIZ DRINA RENDIC DE BECERRA JORGE ALESSANDRI VERGARA JORGE CARVAJAL MUÑOZ MANUEL LOBOS INFANTE MANUEL MONTT BALMACEDA TOMAS PUIG CASANOVA AGUSTIN SQUELLA NARDUCCI IGNACIO WALKER PRIETO MAMFRED WILHELMY VON WOLFF

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INDICE

Antecedentes del Seminario Presentación Convocatoria Agradecimientos Documentos Recepcionados Jorge Alessandri Vergara Jorge Carvajal Muñoz Pedro Correa Opaso Margarita María Errazuriz Manuel Lobos Infante Manuel Montt Balmaceda Tomas Puig Casanova Drina Rendic de Becerra Agustin Squella Narducci Ignacio Perez Walter Manfred Wilhelmy Von Wolf Foro Panel Pedro Correa Opaso Sergio Bitar Chacra Jorge Schaulsohn Brodsky Oscar Godoy Argaya Intervenciones del público asistente al Foro Panel Respuestas de los panelistas a las intervenciones del público asistente Anexo Documentos Internacional Liberal La Agenda Liberal para el Siglo XXI

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Nota a la presente edición. Las exposiciones e intervenciones que se reproducen a continuación forman parte de las ponencias presentadas en el seminario ¿Que es Necesario para que en Chile se Concrete el proyecto Liberal?, organizado por la Fundación Presidente Balmaceda. La mayoría de los escritos fueron preparados especialmente para la ocasión, a excepción de las ponencias de los señores Sergio Bitar, Jorge Schaulsohn y Oscar Godoy que son versiones orales que han sido transcritas respetando lo establecido originalmente por sus autores. 6


Presentación La Fundación Presidente Balmaceda es un antiguo Centro de Estudios Políticos y Sociales, fundada en 1916 y tiene por objetivo fomentar el análisis de la realidad chilena desde la perspectiva liberal. Ideología que inspiró el pensamiento y la gestión del Presidente José Manuel Balmaceda. El Directorio de la Fundación Presidente Balmaceda esta integrado por los señores Germán Riesco, Tomás Puig, Adolfo Ballas, Gustavo Alessandri, Patricio Rosende, Hugo Zepeda, Francisco Matte, Luis Alberto Fernández, Oscar Godoy y el suscrito, que actúa como Presidente. Esta fundación organizó para el día miércoles 4 de septiembre de 2002, el Seminario: “¿ Que es Necesario Para que en Chile se Concrete el Proyecto Liberal ?”, destinado a analizar, estudiar y proponer ideas y soluciones enmarcadas en los principios y valores liberales que como centro de estudios propendemos. El seminario constó de dos etapas. La primera consistió en solicitar a 50 destacadas personalidades del quehacer nacional, cercanas y conocedoras de las ideas liberales, su opinión respecto de la pregunta antes indicada. En la segunda etapa se realizó un foro panel en el salón de la Fundación Presidente Balmaceda con la participación de destacadas autoridades del mundo liberal y analistas políticos invitados especialmente para la ocasión. Los trabajos recibidos, así como la versión de lo que se expuso en el foro panel, fueron editados en este volumen y posteriormente han sido distribuidos en bibliotecas, universidades y centros de estudios políticos del país.

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Atendido el importante rol que los invitados a esta actividad juegan en nuestra sociedad, ha sido muy honroso para la Fundación Presidente Balmaceda contar con su valiosa colaboración en esta iniciativa, permitiéndonos conocer su opinión acerca de lo que se precisa para asentar en Chile el proyecto Liberal. Para nosotros no sólo ha sido un gran honor contar con la participación de las distintas personalidades en esta actividad, sino que además su opinión ha sido un aliciente seguro para alcanzar éxito en la tarea de difusión del liberalismo en que la Fundación está empeñada. Desde ya agradezco las opiniones y expresiones de ideas que contiene este volumen que contribuirán, ciertamente, al fortalecimiento y difusión de las ideas liberales que esta Institución promueve.

PEDRO CORREA OPASO PRESIDENTE FUNDACIÓN PRESIDENTE BALMACEDA

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(Convocatoria)

“Que es necesario para que en Chile se concrete el Proyecto Liberal” Evidentemente los cambios que ha experimentado el mundo en los últimos 50 años ha sido el más acelerado en la historia del hombre. De la misma manera los procesos democráticos en todo el mundo han evolucionado siempre con un elemento común, el liberalismo. La división de los poderes, la economía de mercado o libre economía con justicia social, la superación de los estados autoritarios, la comprensión de los procesos simultáneos de la economía de mercado, la democracia participativa y la libertad ciudadana como cultura democrática, el Estado de Derecho entendido como el gobierno de la Ley, el respeto de los derechos de todos los ciudadanos sin excepción, el impulso del desarrollo del Derecho Internacional y la adopción de convenios internacionales sobre Derechos Humanos y la creación de organismos supranacionales, han sido logros que desde el siglo XVIII, ha obtenido el Liberalismo en el mundo. No es difícil constatar que el Chile del 2002, se diferencia notablemente del Chile de hace 15 o 20 años atrás. Si bien para algunos, nuestra Nación en los años 73 y 89, experimentó una revolución Liberal, que hizo que nuestro país se convirtiera en desarrollado o en vías de desarrollo, Chile una vez retornado a su Estado de Derecho y en un tercer gobierno de la Concertación de Partidos por la Democracia, aún tiene pendiente la consolidación del Proyecto Liberal en los planos de la cultura, la justicia, en las relaciones sociales y en la educación, entre otros. 9


Pero el Liberalismo como doctrina e ideología, siempre ha generado controversia. Actualmente el Liberalismo se enfrenta a constantes discusiones verbales, fruto del desorden semántico que a nivel mundial existe sobre la palabra Liberal. A partir de esta controversia la Fundación Presidente Balmaceda, de acuerdo a sus objetivos, que son fomentar la doctrina Liberal y fortalecer el Liberalismo, al tenor de lo expresado por la Internacional Liberal en los Manifiestos Liberales de Oxford de los años 1947 y 1997, organizó esta actividad académica que reunió las opiniones de los más destacados personajes de la vida pública nacional en torno a responder, ¿Qué es Necesario Para que en Chile se Concrete el Proyecto Liberal? Con esta pregunta creemos contribuir de manera decisiva al debate de cómo en nuestra sociedad, desde una perspectiva Liberal, se concreta un proyecto que a juicio de los liberales, es preciso para mejorar la convivencia y la calidad de vida de los chilenos. Esta opinión se solicitó a las siguientes personas: Adolfo Ballas, Agustin Squella, Alberto Espina, Alfredo JocelynHolt, Andrés Allamand, Arturo Fontaine, Bernardo Subercaseaux, Carlos Hurtado, Carlos Cáceres, Carlos Cantero, Carlos Massad, Clara Szczaranski, Cristian Warken, David Gallagher, Drina Rendic, Edgardo Boeninger, Enrique Correa, Eric Goles, Eugenio Tironi, Fernando Montes S.J, Francisco Matte, Germán Riesco, Gonzalo Vial, Gustavo Alessandri, Hugo Zepeda, Ignacio Walker, Jorge Alessandri Vergara, Jorge Carvajal, Jorge Edwards, Jorge Heine, Jorge Schaulsohn, José Antonio Viera Gallo, José Joaquin Brunner, José Piñera, Luis Cordero, Lily Pérez, Lucia Santa Cruz, Luís Alberto Fernández, Mamfred Wilhelmy, Manuel Lobos Infante, Manuel Montt Balmaceda, Mario Rios, Margarita María 10


Errazuriz, Nicanor Allende, Oscar Godoy, Pablo Huneeus, Patricio Rosende, Pedro Correa, Pilar Armanet, Raúl Shor, René Cortazar, Ricardo Rivadeneira, Sebastián Piñera, Sergio Bitar, Sergio Díez Urzúa, Sergio Romero, Tomas Puig. Como se puede apreciar algunas de las personas invitadas pueden no participar integralmente del ideario liberal, aún cuando propicien la economía social de mercado o defiendan el liberalismo en el plano económico, sin embargo consideramos de interés conocer la posible respuesta que le merece a la pregunta que formulamos, atendidas las variables que puede revestir un proyecto liberal en Chile. Al respecto, la posición que sustenta la Fundación Balmaceda es clara en cuanto a buscar la difusión de un liberalismo congruente con los principios y finalidades que se establecen en los Manifiestos aprobados por la Internacional Liberal y que adjuntamos para su conocimiento.

Santiago, julio de 2002

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Agradecimientos

La FUNDACIÓN PRESIDENTE BALMACEDA agradece, muy especialmente, a las señoras Margarita María Errázuriz y Drina Rendic y a los señores Agustín Squella, Ignacio Walker, Jorge Alessandri Vergara, Jorge Carvajal, Manfred Wilhelmy, Manuel Montt Balmaceda, Tomás Puig, Pedro Correa y Manuel Lobos, quienes tuvieron la gentileza de aceptar nuestra invitación de hacernos llegar un trabajo contestando la pregunta de este seminario. Hacemos propicia esta oportunidad para agradecer, también, en forma destacada, a los señores Sergio Bitar Chacra, Oscar Godoy Arcaya y Jorge Schaulsohn Brodsky, quienes aceptaron ser panelistas en el mencionado foro. El Presidente de la Fundación Balmaceda expresa sus agradecimientos a todos quienes han colaborado con el desarrollo de esta actividad que tiene por objeto destacar la importancia que para Chile tiene el fortalecimiento y desarrollo del liberalismo.

Santiago Septiembre de 2002.

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Documentos recepcionados Presidente Balmaceda

por

la

fundaci贸n

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JORGE ALESSANDRI VERGARA.

Hombres libres, mentes despejadas, libertades estables y consolidadas, justicia independiente y ecuánime; fueron los factores que tuvo en mente Adam Smith cuando escribió su obra fundamental. Hoy, en Chile, después de experimentar con el socialismo marxista y el liberalismo de los “Chicago Boys”, es a Adam Smith donde debemos volver. Economía- En la actualidad el triunfo económico está muy ligado a la globalización, y, ninguna visión ha abogado tanto por el libre comercio global como el liberalismo. El poder de los principios libertarios en este campo es tal que incluso los críticos se han marginado. El peligro no viene de críticas basadas en principios, sino de intereses domésticos como la agricultura y otros, que buscan que se les proteja de la competencia. Esta protección es un permiso para la ineficiencia, ya que estamos permitiendo que un productor nacional produzca con un porcentaje de ineficiencia igual al porcentaje de la protección entregada por la ley, a través de salvaguardias y aranceles a las importaciones. La gran mayoría de los chilenos se benefician del libre comercio no solamente como consumidores, sino también como dueños de los bienes productivos de la economía a través de sus cuentas de ahorro para el retiro. El libre comercio es bueno para la economía, y lo que es bueno para la economía es bueno para los inversionistas. Por lo tanto hay un círculo virtuoso de liberalización de comercio, que hasta ahora ha prosperado independientemente de la coalición que esté en el poder. Durante 13 años, bajo tres gobiernos diferentes, el crecimiento económico ha tenido 

Estudiante de Derecho 14


un promedio del 7 por ciento anual, hasta que entramos en la actual crisis económica. Hasta hace pocos años, los políticos e intelectuales europeos despreciaban lo que en tono burlón llamaban modelo anglosajón de competencia y precios flexibles. Pero un cambio muy grande y silencioso parece haber ocurrido en la actitud europea hacia la competencia en los mercados laborales y otros mercados. Tal cambio se hizo evidente en la manera como el modelo basado en el mercado dominó la pasada reunión de los líderes de la Unión Europea en Barcelona. Primeros ministros de ese momento, con ideas políticas tan distintas como Tony Blair del Reino Unido, José María Aznar de España, Berlusconi y el canciller alemán Gerhard Schroder acordaron que Europa debe tratar de convertirse en la economía más competitiva del mundo en la próxima década. La mayor oposición contra el modelo anglosajón provino de Francia, donde tanto su presidente conservador, Chirac, como su primer ministro socialista Jospin, objetaron muchos de los cambio propuestos. Debemos tomar en cuenta que los patrones de altas tasas de desempleo, larga duración del desempleo, temprana jubilación y muy lento crecimiento no son inevitables en las economías modernas. Son más bien el resultado de altos impuestos de seguridad social, altas pensiones, y demás impuestos a las nóminas, leyes que dificultan los despidos, pagan generosamente a los desempleados y, en Francia, el muy alto salario mínimo. En el caso de Chile tenemos un modelo consolidado, pero una coalición gobernante que no se resigna a confiar 100% en éste. La última reforma laboral usada políticamente de forma indecente para presionar no ha colaborado a liberalizar nuestro sistema. Tomando un solo ejemplo: la jornada laboral ordinaria se reduce de 48 a 45 horas semanales, y para los trabajadores del comercio se fijan al menos dos domingos de descanso al mes. Si 15


tomamos en cuenta que el domingo es un día importante en las ventas de algunos comerciantes, esta norma obliga a contratar un reemplazante subiendo los costos y disminuyendo las utilidades. Me hago las siguientes preguntas: ¿deben el gobierno y los legisladores decidir cuando estoy con mi familia, y si lo hago o no en domingo?, o ¿es cada padre o madre la que mejor sabe cuando y como pasar tiempo con los suyos? ¿no es mejor que cada madre decida si sacrifica un domingo, pero junta el dinero para comprar textos de estudios a sus hijos? El supremo gobierno, este “gran hermano” que insiste en tomar decisiones por nosotros ha creído que él decide mejor, y ha obligado a aquellos que se emplean en el comercio, a pasar dos domingos en su hogar viendo muchas veces sus sueldos disminuidos, para que el empleador pueda costear al reemplazante dominguero. Aprendamos de los errores de los otros. Berlusconi está promoviendo una reforma laboral flexibilizadora, atascado con legislaciones anticuadas y cientos de “trabajos de por vida”. En Chile debemos seguir poniendo énfasis en el libre comercio internacional, la libre competencia, la flexibilidad laboral, y eliminar el proteccionismo. ¿Porqué Chile no encabeza una campaña internacional contra el proteccionismo comercial? Es hora de que las naciones comprendan que sus acciones causan serias distorsiones en el funcionamiento de nuestras economías, empobreciendo a millones de personas como consecuencia de hábitos proteccionistas. Una acción concertada con los países que son víctimas de las distorsiones de mercado puede producir un vuelco importante en beneficio del libre comercio internacional. La agricultura es el sector más defendido en el mundo desarrollado, con aranceles que llegan al 40% y grandes subsidios que desequilibran el intercambio comercial libre y competitivo, y ante esto, ¡Chile no puede permanecer en silencio! 16


Constitución: En materia constitucional consolidar un proyecto liberal pasa, desde mi punto de vista por la reiteración de que somos una república unitaria con un gobierno democrático representativo. Dentro de este modelo democrático representativo no podemos aceptar que se dé un status especial para las etnias o pueblo indígenas. Esta mal llamada protección adicional terminará desfavoreciendo a los indígenas frente a los “otros chilenos”. A los indígenas debemos entregarles educación preferencial con una amplia concepción cultural donde se respeten sus raíces y se aprendan sus idiomas, pero la solución no es un derecho especial. Debemos tener claro que al estar más protegidos por la ley bajará su competitividad en el mercado laboral. El gobierno actual debiera tener en cuenta además que la repartición de tierras sin capacitación y créditos blandos no tendrá un efecto positivo ya que los indígenas carecen, en muchos casos, de los conocimientos y del dinero para cultivar. Un segundo punto fundamental para alcanzar un proyecto liberal en nuestro país pasa por poder ejercer nuestras libertades públicas y privadas. Para esto es necesario contar con un ambiente apto y seguro. Si bien el ser humano debe tener la opción de tomar sus propias decisiones cuando estas van por el camino de la ilegalidad deben ser castigadas con todo el rigor de la ley, con penas ejemplificadoras y con rehabilitación. No debemos tener mano blanda con los delincuentes, por el contrario, la tolerancia cero llevará a una mayor libertad de aquellos que siguen el ordenamiento democrático. La seguridad ciudadana debe ser un punto fundamental en un proyecto liberal ya que si no conozco límite a mis libertades no comprendo lo que es la libertad. Relaciones Cívico Militares- En este punto pienso que las FFAA deben cumplir su rol de garantes de la seguridad nacional y dependientes del poder político 17


elegido democráticamente. Debe existir sí, un organismo donde los jefes militares puedan aconsejar al jefe de estado en las materias que les preocupen. Quizás la conformación y atribuciones del actual COSENA no va en la dirección de un proyecto absolutamente liberal pero pienso que la institución en sí no esta viciada, y que, por el contrario, puede ser una instancia muy valiosa para la deliberación privada entre los jefes castrenses y el presidente. Derechos Humanos- Cualquier proyecto liberal que se precie de tal debe defender y hacer respetar los derechos humanos en toda circunstancia y situación. Desde mi punto de vista no se puede justificar una muerte por razones políticas. Los agentes del estado deben velar siempre por el bienestar de los ciudadanos y por el respeto la constitución y las leyes. En Chile se cometen atentados contra los derechos humanos todos los días, y debe ser labor del estado condenar estos abusos para proteger así la dignidad y la libertad de los chilenos, vengan de donde vengan estos abusos. Sea un delincuente el que atente contra los derechos de otro humano, o un agente del estado, la ley se debe aplicar de igual forma si queremos preservar nuestras libertades. Educación- Con respecto al tema de la educación pienso que para alcanzar un proyecto liberal es fundamental que los ciudadanos puedan ejercer la libertad de enseñanza. La libertad de enseñanza es uno de los derechos humanos básicos y uno de los aspectos más trascendentes de la libertad. Es un derecho complejo, que abarca al menos los siguientes tres aspectos: el derecho a enseñar, el derecho a aprender y el derecho a elegir profesor. La libertad de enseñanza está estrechamente ligada a la libertad religiosa. La existencia de la libertad de enseñanza exige que no se imponga una religión o filosofía y que se respete el pluralismo intelectual. La 18


elección de un tipo de enseñanza debe basarse fundamentalmente en su valor intrínseco. Para el caso Chileno una solución posible para la educación estatal sería el otorgamiento de bonos para que cada apoderado eligiera un colegio para sus hijos. De esta forma cada familia podría elegir un colegio que entregue la educación más acorde a las creencias y a la moral personal de cada familia. En resumen, un proyecto liberal para nuestro país debe tener en cuenta siempre la protección de los derechos humanos, la tolerancia, la libertad, el pluralismo, la democracia y una economía basada en los principios del libre mercado. Estos principios requieren un cuidadoso equilibrio entre las sólidas sociedades civiles, los gobiernos democráticos, los mercados libres y la cooperación internacional. No debemos conformarnos con los discursos en pro de la libertad pronunciados por los líderes mundiales en los grandes foros. Ese debe ser sólo un primer paso en nuestro anhelo libertario, pero falta la segunda mitad del camino. A modo de ejemplo, hemos visto que a pesar de la reciente aprobación por parte del Congreso norteamericano de la Autoridad de Promoción del Comercio, o fast track, la administración Bush continúa poniendo en práctica una política comercial contradictoria, caracterizada por los aranceles a ciertos productos, subsidios y otro tipo de barreras comerciales. La labor de los que defendemos los principios liberales no termina con la aprobación de esta ley. Ahora nos corresponde exigir a los Estados Unidos que pruebe su retórica en favor de la libertad.

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JORGE CARVAJAL MUÑOZ

Debo señalar que al estructurar este comentario -que gentilmente me solicitara la “Fundación Presidente Balmaceda”, cuyo objetivo es responder a la interrogante planteada por la misma fundación ¿Qué es necesario para que en Chile se concrete el proyecto liberal”- he tenido a la vista los documentos denominados “Manifiesto Liberal. Oxford, 1947” y “Manifiesto Liberal. Oxford, 1997", a los cuales hace alusión la Fundación en calidad de basales para contestar la pregunta señalada. Declaro enseguida mi concordancia general con los postulados de tales manifiestos, particularmente con algunos tales como que “El hombre es, ante todo y sobre todo, un ser dotado de la facultad de pensar y actuar bajo su propia autonomía, y de la capacidad de distinguir entre el bien y el mal”, “El auténtico fundamento de la sociedad es el respeto a la persona humana”. Tengo pleno acuerdo con la necesidad de “libertad de la persona, garantizada por una administración de la ley y de la justicia independientes”, la “libertad de conciencia y de creencias”, la “libertad de palabra y de prensa”, la “libertad de asociación y no de asociación”, la “libre elección de profesión”, la “oportunidad para una educación plena y pluriforme, según las capacidades individuales, con independencia del origen y de las riquezas”,“el bien común debe prevalecer y quedar garantizado frente a los abusos de poder de los grupos de interés” , y otras similares. (Las citas corresponden al Manifiesto Liberal de Oxford, 1947)

Gran Maestro de la Gran Logia de Chile. 20


Me declaro parcialmente en acuerdo o en desacuerdo con los Manifiestos identificados en aspectos vinculados a la economía y al rol del Estado. Bastantes de estas ideas provienen de los movimientos y pensadores, especialmente librepensadores, de los siglos XVIII y XIX, muchos de ellos masones; ideas que se concretan paulatinamente y especialmente en el siglo XX. Al responder la pregunta ¿Qué es necesario para que en Chile se concrete el proyecto liberal?, lo hago pensando en qué es necesario en Chile para que tengan plena vigencia las ideas liberales a las cuales he declarado mi adhesión; también desde la perspectiva del cargo de Gran Maestro de la Gran Logia de Chile y preferentemente en tópicos de tipo social. Asimismo, no tengo intención de crítica al gobierno de la nación, al cual reconozco esfuerzos por superar muchas carencias en el orden a que me refiero y que, también, reconoce la existencia de necesidades no superadas. Mi visión se resume en los siguientes aspectos: 1. La gran herramienta de progreso del hombre, de la comunidad, de la nación, es la educación. La educación de calidad permite formar ciudadanos con valores éticos superiores, capaces de promover todas las ideas involucradas en la doctrina de los derechos humanos, ser leales con la democracia y participar activamente en su promoción, avance y conservación; ciudadanos conscientes de sus derechos y también de sus deberes. De allí que, lo primero que hay que superar en Chile es el déficit educacional. Está casi lograda la meta correspondiente a la cobertura en enseñanza básica y media, se debe avanzar hacia la plena satisfacción en prebásica y, fundamentalmente, en educación superior en la cual perdura un significativo porcentaje de egresados de educación media que no llegan a la educación 21


superior, principalmente por causas de la calidad de la educación recibida y la inequidad del sistema. De los estudiantes que asisten a algún tipo de educación superior, el 16,6 % pertenece a los grupos de ingresos más pobres (quintiles I y II) que representan el 40% de la población; mientras que el 40% de los estudiantes proviene del sector de mayores ingresos, es decir al 20% de la población (quintil V). Esta proporción no es muy diferente en Universidades denominadas tradicionales como en las privadas. Donde más debe avanzarse es en la calidad, cuestión que se deduce de las mediciones oficiales, tales como el SIMCE o la PAA. Más de un 70% de los alumnos de educación básica no alcanzan los dominios cognitivos mínimos; una alta proporción de los egresados de Educación Media no alcanzan los puntajes de corte mínimos para acceder a las carreras universitarias de su preferencia; según los resultados de la PAA 2001 más de un 50% no alcanza los 450 puntos, mínimos estimados para responder medianamente a los requerimientos de la educación superior. Esta realidad corresponde al 61% de los alumnos de colegios municipalizados, al 49% de los alumnos de colegios subvencionados y sólo al 19% de colegios particulares pagados. Ligada a la meta de la calidad está la equidad. Todavía no existen los mecanismos y las medidas que permitan dar educación de igual calidad a todos los niños y jóvenes chilenos, lo que se evidencia en los resultados entre colegios públicos, de financiamiento compartido y particulares pagados, siendo estos últimos, lejos, los mejores, y muy por debajo, los mencionados primero, con escasas excepciones. Hay una causa evidente: la diferencia en el gasto en educación. Los padres cuyos hijos asisten a colegios particulares pagados, gastan en promedio alrededor de $ 150.000 mensuales en 22


educación. El gasto del Estado para los niños de colegios municipalizados o subvencionados, es de $ 25.000 al mes. Se estima que esta última cifra debería al menos duplicarse. 2. Un segundo elemento necesario para que opere la libertad en sus diversas formas, especialmente las concernientes a la libertad de pensamiento, de conciencia, la tolerancia, el respeto por las ideas y creencias es la efectiva vigencia de la disposición constitucional, vigente desde 1925, de separación de la Iglesia y el Estado. La iglesia católica romana posee numerosos privilegios que no se condicen con este principio constitucional, en detrimento de otras formas de pensamiento en materia religiosa y de otros sistemas religiosos. Unidad con respeto a la diversidad es una frase que debería representar la deseable construcción que amalgama individuo y sociedad. La regulación positiva de esta relación se ha entregado principalmente a instituciones de carácter público, sostenidas con el aporte de los integrantes de la comunidad, generalmente una nación. Son instituciones que pertenecen a todos, destinadas a promover el bien común, lograr lo que modernamente se denomina el desarrollo y generar los resguardos que preserven los derechos naturales o sociales, hoy reconocidos tras lentos procesos para borrar discriminaciones. Esas instituciones no deberían teñirse del color de corrientes de pensamiento cuya sustentación es, a lo menos, discutible, o sobre las cuales, existe diversidad y pluralidad de ideas acerca de sus fundamentos. La excepción la constituye los modelos políticos que logran el poder de las instituciones públicas, legitimados mediante el ejercicio y los mecanismos de la democracia, y ellos mismos se ennoblecen y alcanzan la estimación pública cuando se 23


demuestran respetuosos de la diversas corrientes de pensamiento y su acción se objetiva en la equidad material e ideológica. 3. Muy ligado a lo anterior, está la necesidad de que el Estado asegure la autonomía moral de las personas, esto es, reconocerles la capacidad de escoger el código ético por el cual guiar sus conductas morales o estructurar su propio código mediante un ejercicio sincrético, que no es ni amoral ni relativista moral. Existe una moral laica que no es inmoral ni amoral. Lo moral se somete a un valor o medida, en tanto que lo inmoral o amoral son, respectivamente, lo que no acepta valor alguno y lo que es indiferente a dicho valor. Nadie puede ser obligado a orar a otro dios, ni ser compelido a comportarse conforme a normas éticas y morales de un sistema que no comparte, mientras sus propios códigos no se opongan a la norma positiva o lesionen la convivencia y el respeto a los demás. Concretamente, en nuestro país deberían considerarse algunos problemas que están presentes y requieren de pronta solución. Ellos son el establecimiento del divorcio con disolución de vínculo, el aborto y la regulación de la natalidad. Ser partidario de una ley de divorcio no es ser divorcista; el divorcio es la solución para el problema de las rupturas matrimoniales. Nadie -por existir una ley de divorcio con disolución de vínculo- está obligado a divorciarse. Al revés, la no existencia de dicha ley obliga a quienes han roto definitivamente su matrimonio a permanecer en un estado que daña su salud mental y hasta física (por la violencia familiar, fruto de los incordios y desavenencias), daña el crecimiento y la madurez de los hijos, y daña la salud de la sociedad cuando se presta a farsas como la 24


de la nulidad actual o cuando podría aceptarse (como se ha propuesto en el proyecto de ley que se discute hoy en el parlamento) la legalización de las segundas uniones, lo que respaldaría legalmente la hipocresía social. Ciento cincuenta mil abortos clandestinos claman la consideración de la sociedad y lo imprescindible que resulta el darle un tratamiento, cuya solución integral se lograría mediante la educación sexual adecuada. Como a la vez, debe considerarse que, sujeto a estrictas variables que incidan en la vida o muerte de la madre, o casos como el de las violaciones, se permita el aborto. 4. Otro elemento que debe considerarse es avanzar hacia la efectiva vigencia de la democracia, introduciendo las reformas constitucionales que aseguren el estado de derecho, respeto a la voluntad popular y respeto a las minorías. Igualmente, descartar algunos preceptos o introduciendo otros destinados a eliminar el cohecho encubierto, que se permite por ejemplo cuando los recursos económicos son decisivos en las elecciones de representantes populares o los medios de comunicación son masivamente favorables a determinadas corrientes políticas. 5. Por último, efectuar la redistribución de recursos que permita eliminar dos lacras: la cesantía y la extrema pobreza. Es mi convicción que los problemas expresa o tácitamente identificados, y otros, podrán terminarse cuando la sociedad chilena sea capaz de superar los egoísmos y hacer que los mejores valores éticos se aniden en el espíritu de cada chileno.

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PEDRO CORREA OPASO

Los fenómenos políticos y sociales que originan, a fines del siglo XVIII las revoluciones francesas e Industrial, dan nacimiento, a la vez, a la sociedad capitalista y al Estado Liberal Burgués. Ricardo Conbellas, en su libro “Estado de Derecho, Crisis y Renovación”, afirma que el Estado Liberal surgió como un concepto de lucha. Un arma política de la burguesía con el objeto político de imponer un nuevo orden político frente al viejo orden del Absolutismo (monárquico). Durante los siglos XIX y, especialmente, en el XX, el liberalismo se ha reformulado y evolucionado acorde con las circunstancias. El choque de civilizaciones que caracterizó al siglo XX, al contraponerse las experiencias socialistas, principalmente de Rusia, y Liberal, de USA, obligaron a repensar los ideales y principios liberales y, en especial, los ideales culturales, con el propósito de descubrir nuevos recursos para su perpetuación y renovación. Es así como surge un liberalismo que tiene poco en común con el liberalismo clásico. Hoy, podemos afirmar que en principios liberales se funda la sociedad occidental, constituyendo las bases de todo el orden moderno del mundo. Nos referimos a aquel liberalismo que combina el ideal de la libertad con la seguridad social y que acepta la intervención de un Estado activo en los procesos sociales.

Presidente del Directorio de la Fundación Balmaceda 26


Es evidente que actualmente el pragmatismo de las naciones ha llevado a la existencia de una verdadera confluencia de las ideologías. Así como la Social Democracia, el Socialismo y el Comunismo comparten el punto de vista de usar las instituciones para modelar la naturaleza humana con el fin de crear una sociedad sustentable y ordenada, hoy aceptan la preeminencia del individuo y le reconocen su libertad de acción en variados planos y su derecho de vivir en democracia y de competir leal y ordenadamente. Por su parte el liberalismo que introduce en plenitud el libre accionar de las personas, reconoce, hoy, la necesidad de determinadas actuaciones del Estado para lograr plenitud en el libre movimiento de las gentes, de los capitales, de los bienes y de los servicios, características del libre mercado y de la globalización, así como para lograr una mayor integración social que permita a todos los individuos ser participes del desarrollo y progreso económico. Quienes nos llamamos liberales hemos hecho nuestros los postulados contenidos en el Manifiesto Liberal de Oxford de 1947, en la Declaración de Oxford de 1967 y en la Agenda Liberal para el siglo XXI, adoptado en el 48° Congreso de la Internacional Liberal, celebrado en Oxford en 1997. No es atendible, en consecuencia, referirse a los propósitos que animan a los liberales sin percatarse de la exacta dimensión de nuestro pensamiento, que no es estático en el tiempo ni en los principios sino esencialmente evolutivo, como lo ha demostrado el liberalismo en la práctica, podemos decir, de todos los países del mundo. Lo anterior se confirma con el sólo análisis de los retos que se propone enfrentar en el futuro para extender los beneficios que ha logrado en la vida en sociedad. Los principales son: 27


1.-Extender la democracia liberal, aceptada como modelo universal de organización política, pero todavía vigente sólo en una minoría de países; 2.- Mejorar la democracia para satisfacer las expectativas de todos los habitantes, evitando el desencanto de los gobiernos representativos; 3.- Evitar la violencia en todas sus expresiones; 4.- Fortalecer la gobernabilidad mundial a través de la ONU y la cooperación a nivel regional; 5.- Obtener el reconocimiento y defensa de los derechos humanos en su carácter de universales e indivisibles, que no dependen de ser ciudadano de un estado específico, ni de ser miembro de un grupo social o étnico en particular, ni del género, religión o partido político. Su violación deberá ser sancionada nacional e internacionalmente; 6.- Proporcionar medios para combatir la pobreza, el desempleo y la exclusión social, fuentes todas del desánimo, del extremismo, de la intolerancia y la agresión; 7.- Organizar un Estado dimensionado a las necesidades sociales, que no ahogue la iniciativa privada, consultando un gasto público que no constituya una amenaza a la sociedad civil; 8.- Proteger en beneficio de las generaciones futuras el entorno natural, el medio ambiente, el patrimonio cultural, los bienes públicos de toda especie y el capital social; 9.- Promover la investigación y desarrollo de las nuevas tecnologías y de la innovación científica, estableciendo adecuadas regulaciones a niveles tanto nacionales como internacionales, precaviendo que la utilización 28


indiscriminada de ellas amenacen el cambio climático o produzcan otro tipo de alteraciones que pudieren afectar la interrelación humana del planeta. Especial mención cabe hacer respecto de la necesidad de reducir el consumo de combustibles fósiles y del cuidado que debe tenerse en el uso de ingeniería genética, dando, también, especial importancia a las revolucionarias innovaciones en materia de comunicaciones; 10.- Una sociedad liberal, abierta y tolerante requiere de una economía de mercado. Las libertades políticas y económicas van juntas. De esta forma se generan los medios necesarios para una creciente asistencia social. Por el contrario, las regulaciones burocráticas y el proteccionismo formar barreras que retrasan o impiden el desarrollo, provocando deterioro del ingreso y desempleo, y 11.- Por último, otro de los principales desafíos que deberá enfrentar el liberalismo es el de ordenar los flujos migratorios

EL LIBERALISMO EN CHILE Lo expuesto respecto de la experiencia mundial del liberalismo cobra en el tiempo, más bien tempranamente, vigencia en nuestro país. El liberalismo siembra la democracia en Chile a comienzos del siglo XIX, cobrando gran impulso y desarrollo, lo que le lleva, en sucesivos gobiernos, a impulsar con fuerza la organización y crecimiento del país. En el transcurso del siglo XX, el liberalismo se adapta a las circunstancias del momento, estableciéndose un Partido Liberal de fuerte raigambre democrática, que termina por desaparecer al fusionarse con otras fuerzas 29


nacionalistas y conservadoras para combatir el comunismo, integrando el Partido Nacional, el que, a su vez, inexplicable y equivocadamente, se disuelve con el advenimiento de la dictadura militar en el año 1973. El pensamiento de ese liberalismo, es el que perdura bajo el alero de la Fundación Presidente Balmaceda y diría que es esta concepción la que ha traspasado las fronteras ideológicas de social demócratas, demócratas cristianos, socialistas y aún comunistas, imponiendo conceptos, especialmente, políticos y económicos. En efecto, mundialmente, se acepta hoy que el régimen democrático es el que mejor sirve los intereses y el desarrollo de la sociedad humana, así como que el régimen de economía social de mercado es el que más favorece el crecimiento y progreso de las naciones. Si bien todas las ideologías han experimentado cambios en los últimos doscientos años, puede afirmarse que el liberalismo es el que prevalece con mayor integridad y vigencia. El liberalismo, en el contexto mundial, presenta hoy suficiente fuerza y flexibilidad política, lo que le permite influenciar con sus ideales democráticos y de libre mercado a todos los sistemas políticos. Chile inserto, muy directamente, en la globalización mundial, como consecuencia de su economía exportadora no escapa a tal irradiación de influencias. Para el logro de estas finalidades, en Chile, ha sido preciso, que los tres últimos gobiernos, hayan debido recurrir para gobernar a la búsqueda de consensos políticos, lo que ha permitido al liberalismo, cobrar una importante cuota de poder, facilitando el progreso y desarrollo económico. Esto ha llevado también al convencimiento a los Partidos Políticos que ello es preciso para obtener el sano financiamiento que se requiere para 30


combatir la pobreza y obtener mayores beneficios sociales para la población. Dicho convencimiento y la necesidad de defenderlo ha hecho nacer en todos los partidos políticos corrientes, mas o menos definidas, de liberalismo, transformando éste, hoy día, podríamos decir en un partido transversal, lo que lo hace más fuerte e influyente. Es preciso insistir, para vigorizarlo, que este liberalismo nada, tiene que ver con el neoliberalismo propio de las dictaduras, donde el lucro del capital y el beneficio de quienes lo detentan constituye su único objetivo. Es por ello que quienes gozan de ese tipo de gobiernos buscan su perpetuación o, una vez perdido, luchan por su reinstalación. Es una pérdida para el país que el liberalismo, debido a una ley electoral propia del neoliberalismo, no haya podido organizarse como Partido Político para haber podido ofrecer en plenitud su moderna ideología y haber, así, tenido ocasión de participar con mayor fuerza en el debate político nacional. La existencia del Partido de Renovación Nacional, en parte, suple esta ausencia, pero lo desperfila su falta de definición frente al neoliberalismo y sus consecuencias, factores éstos que encontramos más definidamente en la Unión Demócrata Independiente, de quién quisiéramos verla desvinculada del todo. - ¿QUÉ ES NECESARIO PARA QUE EN CHILE SE CONCRETE EL PROYECTO LIBERAL? –

La respuesta a la pregunta que se formula en este seminario debe dividirse, en consecuencia, en cuanto a su posibilidad de darle una orgánica partidaria y en cuanto a 31


la prevalencia de las ideas liberales en el devenir futuro de Chile. Para la primera parte resulta indispensable la democratización de la actual Ley Electoral, que en la práctica impide el nacimiento y mantención de nuevos pensamientos políticos organizados. La respuesta a la segunda parte, con o sin la existencia de un Partido Liberal, se encuentra radicada en aplicar en Chile los retos de carácter general que debe asumir el Liberalismo, que expusimos anteriormente y, en especial los siguientes propios del caso chileno: a.- En la necesidad de un permanente mejoramiento y fortalecimiento democrático; b.- En la mantención de bases sólidas para el funcionamiento de una economía social de mercado, que permita un crecimiento y desarrollo sostenido del país: c.- El fortalecimiento de gobiernos que implementen soluciones de consenso, manteniendo una alta prioridad para el tratamiento de la pobreza y las desigualdades sociales, que constituyen la mayor amenaza para el liberalismo; d.- Alcanzar el máximo entendimiento y pacificación nacionales; e.- Hacer efectiva una completa separación de los Poderes del Estado. f) Dar a las fuerzas armadas un rol esencialmente profesional, al servicio de las políticas sociales de gobierno, patrocinando políticas internacionales de desarme, especialmente con los países limítrofes. g.- Dar un fuerte impulso a la educación nacional, especialmente en los niveles de capacitación y técnicos, facilitando el acceso a todos los niveles sociales; 32


h.- Satisfacer las necesidades sociales en los ámbitos de la salud y de la vivienda; I.- Promover la aplicación tecnológica y su investigación en su más vasta acepción, y j.- Defender los recursos naturales y el medio ambiente, a fin de proteger el futuro de los chilenos. En fin sería largo enumerar las principales acciones que es preciso adoptar para que nuestra sociedad afronte con realismo los problemas que le afectan y pueda desarrollarse y progresar con éxito. Lo verdaderamente importante es que dichos problemas se afronten con continuidad de ideas y principios y, en lo posible, con consensos que aseguren un fuerte respaldo ciudadano. Lo anterior se obtendrá en la medida que el Gobierno y los Partidos Políticos continúen tomando conciencia de la importancia de respetar dos de los pilares fundamentales del liberalismo, como lo son la vigencia de la democracia y el respeto a los principios que inspiran una economía social de mercado.

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MARGARITA MARÏA ERRAZURIZ O.

Obstáculos a un Proyecto Liberal1 Una visión desde la cultura: institucionalidad

valores

e

El proyecto liberal enfrenta un gran desafío cultural en nuestro país. En éste, la economía ha estado evolucionando decididamente hacia una orientación liberal. En tanto, nuestra cultura no acompaña este proceso. Indicador de ello es que ésta no ha incorporado la expresión democrática de dos valores, el pluralismo2 y la confianza3, que debieran ser pilares básicos de 

Sociologa. Estos comentarios se hacen a partir del Manifiesto Liberal de Oxford (1947) y de la Agenda Liberal para el siglo XXI aprobada en el 48º Congreso de la Internacional Liberal, Oxford, 1997. Por otra parte, algunas de las ideas que se plantean en estas páginas se inspiran en la lectura de Alain Touraine, Crítica de la Modernidad, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires 1994, y ¿Qué es la democracia? Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1996; y, Norbert Lechner, Los patios interiores de la democracia, Fondo de Cultura Económica, Santiago de Chile 1990. 1

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Pluralismo es el respeto por la diversidad resultante del ejercicio de la libertad individual. El tema de la diversidad surge en nuestra sociedad como resultado de diferencias étnicas, geográficas, culturales y de recursos a las que el desarrollo añade mercados segmentados; diferencias educacionales, en destrezas técnicas, salariales, de acceso a las oportunidades y a la información; concentración de poder político, social y económico; existencia de elites divididas por distintas concepciones sociales y del bien; distintos credos religiosos; brechas generacionales y por discriminaciones de muy distinta índole. El pluralismo se distingue de la tolerancia en la medida que a este último concepto se le atribuye una cierta ambigüedad en su definición. Se suele entender por tolerancia la capacidad de aceptar porque no hay otra solución. 3

Se entiende por confianza la capacidad de “ser con otros” y de colaborar en la expresión del otro. Es aquella capacidad que genera un clima favorable al 34


cualquier intento por aplicar un proyecto de esta naturaleza. Aún cuando es difícil hacer una afirmación tajante sobre la práctica de estos valores en nuestra sociedad, estamos lejos de poder sostener que ésta es democrática. En el mejor de los casos es elitista. Sólo se otorga confianza al igual, el que no siempre puede permitirse disentir porque el grado de intolerancia hacia la diferencia es alto. Se estima que estos valores son básicos para el proyecto liberal porque éste encuentra su marco en el ejercicio de la democracia, en la auténtica democracia, como señala su manifiesto. Y en democracia, el respeto por las libertades individuales y su expresión supone la existencia de pluralismo. A su vez, para que la diversidad propia de la libre expresión individual pueda conformar sociedad, se requiere de un tejido social bien articulado. La confianza es un factor determinante para contar con dicho tejido. Curiosamente, los mismos procesos que favorecen el florecimiento de las economías liberales generan, como se verá, al menos en un momento de transición, una reacción exactamente opuesta en el campo cultural. Es más, la propia tendencia liberal de los sistemas económicos actuales genera también en la cultura una mayor resistencia a desarrollar comportamientos acordes con ese pensamiento, en el entendido que éste exige respeto por la diversidad y capacidad para constituir sociedad. Un factor que determina la naturaleza pluralista de una sociedad y la aceptación de la diversidad es el carácter y fuerza de su identidad. La conciencia de la propia identidad y de su valor es considerada una condición del comportamiento libre y espontáneo de las personas. Desde una perspectiva social, se entiende que la confianza es parte del sustrato más fundamental de una cultura para sustentar un desarrollo real y perdurable en la medida que al apoyar la expresión libre de la persona colaborando con otros, fortalece la creatividad y el trabajo conjunto 35


pluralismo. Cuando la identidad es débil la reacción natural es la intolerancia. En ese caso, las personas y grupos fortalecen su identidad estableciendo separaciones tajantes frente a las diferencias. Por su parte, la confianza es función de la credibilidad en las personas y en las instituciones. Las tendencias a la modernización y globalización que han fortalecido la práctica liberal, hacen difusos los referentes que han conformado hasta ahora la identidad social y personal. Lo normal es que los individuos establezcan su identidad en base a referentes externos como la familia, el grupo social o la nación, los que le proporcionan criterios y antecedentes para la acción. En la actualidad, estos referentes mientras más lejanos a la persona son más difusos, disminuyendo las posibilidades de generar una identidad colectiva. Como producto de las tendencias anteriormente señaladas, el Estado-nación ha perdido su carácter hegemónico. Las nuevas tecnologías de la información, la comunicación y los mercados internacionales tienen una fuerza arrolladora que escapa a su control. Al mismo tiempo, las políticas económicas internacionales han sobrepasado los marcos nacionales. La sumatoria de estos procesos está constantemente modificando los criterios de valoración. En consecuencia, las personas viven una permanente tensión en el esfuerzo por formarse opinión frente a hechos para los que carece de experiencia y visiones de mundo que le permitan incorporar la diferencia en forma comprensible sin atentar a su seguridad. En suma, la persona es más libre, pero la desorientación y la inseguridad frente a las consecuencias de sus acciones suelen rondar sus decisiones diarias. La tendencia al atrincheramiento de las personas en subculturas ancestrales y primarias que otorgan a los individuos seguridad, coherencia e identidad, que puede observarse hoy en día en muchos movimientos sociales, 36


se entiende como una reacción a esta situación. Aún para las personas que optan por el cambio es necesario retener márgenes de seguridad, los que se construyen más fácilmente rechazando a lo distinto y ajeno. Aceptar al otro diferente, asusta. Por la mismo, el rechazo al pluralismo es muy fuerte. A ello hay que agregar que en Chile nuestra cultura se ha encontrado tradicionalmente tutelada; metas recurrentes han sido la homogeneidad y la cohesión social; y el proceso de democratización ha puesto su acento en la unidad y el interés público. Cuando una cultura con estas características se abre a la expresión de la diversidad, disminuye la confianza. En ésta, pluralismo y confianza social son vistos como una antinomia. Por lo mismo, para muchos, el nuevo acento en la diversidad y el interés personal que trae consigo el liberalismo económico entra en contradicción con la cultura social y democrática que nos ha regido. Ello, porque los que se encuentran en posiciones ventajosas para usar de las posibilidades de la economía liberal, se lanzan sin freno a obtener sus beneficios olvidándose de los equilibrios necesarios entre interés público e interés privado, propio de la democracia. Los que quedan al margen de las mismas, sienten rechazo frente al acento en el interés personal y hacen extensivo ese rechazo al conjunto de comportamientos acordes con ese sistema: pluralismo, respeto por el otro diferente y confianza en que su acción responde al bien público. Por su parte, la confianza, además de verse erosionada por el temor al otro diferente, se ve afectada por la falta de credibilidad en las instituciones sociales. La modernización creó una cultura de abstracciones y despersonalización en el orden institucional, olvidándose del sujeto a quién buscaba servir. El sistema institucional se ha convertido en una mezcla de poder y técnica que 37


no se corresponde con los valores y las demandas de los actores sociales y su creciente diversidad. Este entra en contradicción con lo que las personas entienden como el reconocimiento a su propia individualidad y sus posibilidades de manifestación y no existen canales que permitan identidad entre actores y sistema. La institucionalidad construida en base a la razón formal hoy en día no logra articular la complejidad social. Ello es fácilmente observable en el sistema político, el que enfrenta un creciente distanciamiento de la ciudadanía porque ésta no le reconoce una efectiva capacidad de representación; en políticas como la de salud, vivienda o educación que parecieran no responder a las necesidades que plantean las personas; o simplemente, en el exceso de burocracia en cualquier orden de cosas, la que en muchos casos se estima que atenta al más elemental respeto por las personas. Todo ello, crea desconfianza en el sistema y, lo que es grave, en la toma de decisiones. Desde esta perspectiva ¿qué es necesario para que en Chile se concrete un proyecto liberal? Sin pretender agotar el tema, teniendo en consideración solamente el interés por favorecer un comportamiento pluralista y la confianza social, de los puntos anteriores surgen líneas muy claras: Fortalecer la proyección de la diversidad hacia un referente común. Es difícil hablar hoy de temas como la identidad nacional porque hasta puede parecer un concepto pasado de moda. Pese a ello, es necesario referir la pluralidad a un colectivo con sentido para todos sus componentes. Igualmente importante es que esa imagen colectiva tenga un “ethos” inspirador que de fuerza a la integración y por esa vía genere identidad. Parece interesante abrir esa discusión y buscar salidas al tema de la identidad social si se quiere favorecer el pluralismo en la sociedad. 38


Desarrollar y difundir la definición de democracia auténtica en el proyecto liberal, precisando el concepto liberal respecto al equilibrio necesario en toda democracia entre diversidad y unidad e interés público y privado con el objeto de desvanecer suspicacias y desconfianzas. Reforzar la articulación social. Ello puede realizarse al menos por dos vías centrales: Repensar la institucionalidad de manera de abrir canales de expresión y participación de la sociedad civil directamente vinculado con la toma de decisiones. Inculcar fuertemente la responsabilidad social, tanto en el plano personal como institucional, como una manera de equiparar la tendencia al interés privado con una visión de bien común y de estrechar el tejido social.

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MANUEL LOBOS INFANTE

Para hablar de una sociedad liberal que sería el fin que persigue la pregunta formulada por la Fundación Presidente Balmaceda, es necesario primero que todo, conocer el significado real del concepto liberalismo. Y la pregunta no es fácil de responder. Básicamente por la distorsión que se tiene del concepto liberalismo, que algunos conciben como predominio exclusivo de la libertad económica, y que otros como es mi caso asumimos como un compromiso ético con la libertad expresada en todos los planos de la vida en una sociedad. Por lo anterior y tratando de establecer un marco por el cual guiarnos, me permito citar a Norberto Bobbio, que al respecto nos dice: “no ignoro que junto al liberalismo económico y al político se suele hablar de un liberalismo ético, pero éste es sólo una condición de los otros dos… Por liberalismo ético se entiende la doctrina que coloca en el primer nivel de la escala de valores al individuo y, en consecuencia, la libertad individual, en el doble sentido de libertad negativa y de libertad positiva. Tanto la petición de libertad económica como la de libertad política son consecuencias prácticas, traducibles en reglas e instituciones, de la primacía asociológica del individuo. Cuando se discute sobre liberalismo –como, por lo demás, también de socialismo--, se hace referencia a un conjunto de ideas que afectan a la conducción y a la reglamentación de la vida práctica, en particular, de la vida asociada. Como quiera que la afirmación, en un universo de bienes consumibles y de recursos limitados como éste en el que estamos destinados a vivir los 

Secretario Ejecutivo Fundación Balmaceda. 40


hombres, el postulado ético de la libertad individual vale como principio inspirador, pero debe ser aplicado a los casos concretos, de donde el problema que la doctrina liberal esta llamada a resolver, en cuanto doctrina y política, es el de hacer posible la coexistencia de las libertades, lo cual se traduce en la formulación y aplicación de reglas prácticas de conducta; en definitiva, en la propuesta de un cierto sistema económico y de un determinado sistema político”4, agrego, concibiendo la dignidad humana y la tolerancia, como valores esenciales para ejercer un liberalismo ético. Hablamos de libertad, como valor, y sin duda que en el siglo XXI, en el que nos encontramos, notamos claramente los avances que ha logrado el liberalismo en la cultura occidental, y podemos verificar que gracias a este concepto, la libertad que se concebía hace dos siglos atrás es el mismo valor por el cual luchamos hoy día los liberales. Y de acuerdo a esta idea base, creo que es mucho más ilustrativo explicar cómo nos alejamos más del proyecto liberal, que responder como concretamos un proyecto liberal en Chile. Actualmente se suele cometer el error de hablar de libertad, en todos los círculos sociales y en la transversalidad de la política, pero ocurre que muchas veces aquellos defensores de la libertad, sólo luchan y defienden la libertad, en el campo de su conveniencia sólo hasta cuando ésta ya no puede rendirle frutos personales. La democracia es la forma de estado del liberalismo. Hay democracia sin liberalismo, pero no hay liberalismo sin democracia, por tanto quienes sostengan aún que construyeron un gobierno liberal en un estado autoritario, 4

Norberto Bobbio. “El Futuro de la Democracia”, 1985. 41


lejos están del liberalismo y más se acercan al clásico conservadurismo o al neoliberalismo, que no tiene nada de nuevo ni nada de liberal. Cuando estos grupos o individuos sigan convencidos que son liberales, muy lejos estamos de concretar un proyecto liberal en nuestro país. No es difícil comprobar que para muchos una vez retornada la democracia a Chile, los discursos y promesas al tenor de la lucha contra el gobierno autoritario, resultaban ser la base de una sociedad que marchaba hacia el triunfo de la libertad y a un ejercicio real de la democracia. Hay varias razones que nos demuestran que hoy día después de varios años de convivir con estos logros, aún permanecen a pesar de todo, muchas deudas con ese proyecto democrático. Proyecto que para muchos se desvaneció al tenor de acuerdos que sólo han beneficiado a esas mismas cúpulas políticas, y que en consecuencia nada tienen que ver con un proyecto liberal. Para que en Chile se concrete el proyecto liberal, a mi juicio es necesario primero que todo tener conciencia real de lo que significa la libertad para quienes están en el poder (parlamento, ejecutivo), para quienes son gobernados y también para quienes están en la oposición. En este orden, es necesario revisar y repensar los valores que motivaron a muchos de los actuales representantes de la clase política, y de esa manera retomar ese primer paso que nos lleva a una democracia real, que es el inicio del camino hacia el verdadero liberalismo, en tanto, mientras no se reformulen las bases de una nueva constitución, seguiremos tutelados, y lejos estaremos de convivir con una carta fundamental que represente realmente a todos los chilenos. Asumir que somos una sociedad diversa, es otro elemento valiosísimo que nos permitiría acercarnos al liberalismo. En efecto, la actual sociedad chilena, compuesta minoritariamente por elementos 42


conservadores (léase encuestas que demuestran clara preferencia por contar con una ley de divorcio), que para nadie es desconocido, manejan un poder real, articulado a través de los llamados poderes fácticos, influye fuertemente, y en todo orden en las decisiones a nivel ciudadano. El poder del estado, entendido como arquitecto del bien común, que estos mismos sectores instan a delimitar, se ve sofocado y superado por los variados poderes que ejercen pequeños pero poderosos grupos, que asociados a sectores religiosos defienden la bandera de la derecha. En este punto es menester, que los actuales sectores conservadores de la sociedad, se acerquen y hagan también parte suya el valor de la tolerancia, que históricamente conoció la antigua derecha democrática y que lejos esta de ser hoy día una realidad. De esta manera, asumiendo el valor de la tolerancia como inspiración cultural, se podría converger en soluciones reales a los temas que dicen relación con la educación sexual, la censura, el divorcio y los métodos de anticoncepción. Temas claves que tienen que ver con las decisiones personales, como individuos responsables de construir su propia vida En el plano económico, remitiéndonos a un tema reciente, no es más liberal aquel que entiende la flexibilidad laboral como mano de obra barata, o aquel que ciegamente es partidario de privatizar por privatizar, o quienes creen que la mano invisible del mercado debe actuar así “invisiblemente”. Una economía liberal es aquella dotada de un estado mínimo pero fuerte, no sobrecargado pero capaz de regular y establecer pautas claras para una libre y leal competencia, la economía chilena si bien se encuentra con bases sólidas requiere de un mayor acento social, que garantice a los más desposeídos del acceso al mercado, lo cual le permitiría mayor autonomía económica, mayores grados de libertad y en consecuencia sentirse libre para participar de la construcción de su sociedad. 43


Un estado a la vez, controlado por ciudadanos capaces de participar, será un estado que asumirá su rol de mantener el orden y garantizar que las leyes se cumplan, mientras se ayude a los más necesitados para que estén en condiciones reales de competir. De ahí que la educación y la salud públicas deben ser preocupaciones básicas del estado liberal, ya que la buena salud y la buena educación deben ser los puntos de partida para acceder a una vida mejor. En lo social y como consecuencia de lo anterior, y que tiene que ver con la calidad de vida de los “ciudadanos usuarios”, que pactan un intercambio comercial, el proyecto liberal se haría realidad a nivel domestico en situaciones tan comunes como lo es el transporte público, del cual son usuarios dos millones de personas en Santiago. Una sociedad no es liberal, cuando el ciudadano nisiquiera tiene conciencia de derechos mínimos, como lo son el sentirse digno y satisfecho, en definitiva confiado por cancelar un pasaje en el transporte colectivo y trasladarse en un servicio limpio, cómodo, seguro y no como se ha acostumbrado en décadas, a soportar un denigrante y contaminante transporte público, promovido por seudo empresarios, que han nadado en un modelo de libre mercado que difícilmente hasta ahora los ha regulado. Así, no se construye una sociedad liberal, en donde ciudadanos ignorantes de derechos y desamparados por .una legislación, continúan en un abismo en donde esperan que un estado iluminado por fin, se preocupe de otorgar dignas garantías para el simple acto de movilizarse y trasladarse en su ciudad.. No es liberal una sociedad en donde el usuario en conjunto con el estado, no son capaces de diferenciar entre lo que se le impone y lo que se tiene legitimo derecho a exigir. La dignidad del ser humano no reconoce fronteras, y situaciones como la censura, la detención arbitraria y la 44


tortura son tan despreciables en Afganistán como Perú, en China como en Argentina. Y aunque en nuestro país, en parte hemos superado un pasado en donde estas abominaciones eran algo normal, para que en Chile se concrete un proyecto liberal, es condición sine qua non, que ninguna de estas crueldades, tengan terreno fértil para ser cometidas, ni por organismos del estado ni por grupos políticos, ni por ningún individuo que mal entienda el valor de la libertad. No es posible un proyecto liberal en una sociedad en donde los ciudadanos participen en los partidos políticos con el fin de establecer relaciones de clientelismo y promover sus intereses personales, sino que su participación sea en función de cumplir con un deber democrático de salvaguarda de los derechos. Como liberales debemos estar convencidos que no puede haber democracia donde no haya una sociedad llamada a ejercer el poder. Un sistema electoral que permita a las minorías tener representación en el parlamento y que no divida a la sociedad en la cómoda rutina de dos bloques, es el punto de partida en la construcción de una democracia liberal Finalmente la sociedad chilena jamás será liberal, mientras se siga pensando que el liberalismo pertenece a la derecha, y mucho menos cuando aquellos que dicen sostener y promover el ideario liberal no incluyan en sus discursos y postulados un compromiso real con los derechos humanos, menos aún cuando su verdad la quieran imponer sin insistir en dar tranquilidad a quienes sufrieron en carne propia las atrocidades de la dictadura. Una mesa de dialogo, digámoslo, es un avance, pero por ningún motivo puede ser la solución que silencie a quienes por años han buscado una respuesta para conocer el destino de sus seres queridos. Primero es la verdad y después como consecuencia, la sociedad liberal se hará cargo de la justicia. 45


Jamás seremos una sociedad liberal mientras no concibamos una verdadera identidad, que nos invite a mirarnos hacia adentro y hacia la historia reciente que todos hemos construido. Mientras no seamos capaces de reconciliar en virtud de verdad para sanar heridas y mientras no logremos sentirnos orgullosos de haber contribuido cada uno de nosotros a la justicia, podremos recién hacer de este país un lugar donde nuestros hijos puedan nacer, convivir y construir una sociedad tolerante. Para que en Chile se concrete el proyecto Liberal, afortunadamente existe una nueva generación, en donde los valores de la verdad, la tolerancia, la libertad, la justicia, el respeto a la dignidad humana, el interés por la acción pública, son ya una forma de vida. Valores asumidos y adquiridos, que se ponen en práctica a diario, como el convencimiento de que el modelo de libre mercado es sólo un instrumento y que depende de la racionalidad de cada uno para darle un armonioso sentido. Una generación joven pero con memoria, que ya entiende que la libertad de uno se resuelve siempre en la limitación de la libertad de otro, y que comprende muy bien que la democracia hay que cuidarla, una generación que está poco a poco trabajando para hacer realidad su cercano proyecto liberal.

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MANUEL MONTT BALMACEDA

La historia de Occidente se caracteriza por la afirmación creciente, en el curso de los siglos, de la centralidad del ser humano y del reconocimiento progresivo de su dignidad, libertad y derechos en los sistemas político, económico y social. La cultura occidental ha evolucionado inspirando y sosteniendo esos cambios sistémicos que en distintos ámbitos fortalecen la autonomía de la persona humana frente a los excesos del Estado y de corporaciones e instituciones de diferente naturaleza. Sus fuentes grecolatinas, judeocristianas y germánicas, sobrepasando todas sus diferencias y combinándose con mayor o menor fortuna, han evolucionado durante siglos precisamente en ese mismo sentido. La cultura europea, además, al enfrentar las experiencias del trato sin precedentes con pueblos de América, África y Oceanía, se contradice en los hechos y se cuestiona duramente su propio proceder. Culmina con esfuerzo, por lo mismo, ajustando su accionar y las normas e instituciones de la convivencia entre las naciones a los principios y valores ya mencionados. En el curso de los años la modernidad alinea, en este sentido, sus modalidades políticas, económicas y sociales a la coherencia de esas ideas. El siglo XX termina con un predominio incontrastable de dos paradigmas de la libertad: democracia y mercado. Es difícil imaginar escenarios de las futuras décadas donde se revierta esta tendencia tan difundida y arraigada. Pareciera que una vez que la persona humana y la sociedad civilizada conocen la libertad es prácticamente imposible vivir sin ella de modo permanente.

Rector Universidad Diego Portales. 47


La vitalidad de este largo proceso de instalación de la libertad humana reside precisamente en esa misma libertad. Es decir, en la diversidad y en la autonomía de comportamiento –a veces rayana en la contradicción- de las fuentes culturales y de los fenómenos económicos, sociales y políticos que marcan los nudos del cambio en cada tiempo y que, según los momentos, puede ser una revolución, un descubrimiento científico, un libro que marca a una generación, una reforma legal, una conferencia de un profesor admirado, un grupo de opinión o simplemente el cambio de mentalidades y costumbres en la sociedad. En otras palabras, la fertilidad de la libertad es proporcional a su respeto y cultivo efectivos. Es por ello que la historia demuestra que un exceso de imaginación, diseño y planificación de modos y acciones de intervención del ámbito social para producir auténticos cambios –de arriba abajo- puede esterilizar la concreción de la libertad en nuevos ámbitos. Esto explica, asimismo, que esfuerzos en apariencia no relacionados sean en definitiva tan convergentes cuando se aprecian con altura y proyección. La historia del asentamiento de la libertad de la persona humana en una sociedad justa es, por ello, un tejido a veces tosco y a veces sutil de avances económicos, políticos, sociales y culturales generalmente desacompasados. Es imposible, por lo mismo, un pleno concierto previo que en su totalidad imaginara y condujera todos los hilos de la trama en un sentido. Sería la contradicción misma de la libertad. Resulta explicable entonces que junto a luces y avances en la realidad cotidiana también haya sombras y retardos. Y es que un “proyecto liberal” debe afrontar, deshacer y en definitiva supera muchas rémoras y obstáculos. En el caso de Chile, mirada ya con la distancia de treinta años –equivalentes a dos generaciones sociológicas- la crisis social, económica y política que da cuenta de la ruptura institucional de 1973, con sus causas anteriores y efectos posteriores, también se ha reflejado en la cultura 48


nacional. La contradicción específicamente política de ideales más generales de vida (liberales, socialcristianos, socialdemócratas, socialistas y comunistas, principalmente), por una parte, y la legitimación y práctica de la violencia como modo de hacer política y resolver sus conflictos, por otra parte, explican con toda su radicalidad la enorme dimensión de los cambios culturales que la sociedad chilena ha venido experimentando desde los años “70 en adelante. Mirado en perspectiva, se trata de un proceso lento y que en ocasiones parece incluso desordenado. No obstante, avanza en el mismo sentido como un río lento que imperceptiblemente sedimenta el légamo y el humus que servirán de base a la fertilidad de las tierras vecina. Sus cambios más notorios, porque despiertan aún debates y polémicas. Son lo económicos y políticos. Pero las reformas más radicales y sistémicas son las sociales y culturales, pues operan en los ámbitos de las mentalidades, actitudes y tendencias de las personas y los grupos sociales, y derriban prejuicios y discriminaciones. La general aceptación que hoy reciben la democracia y el mercado conforma una base sólida e irreversible para esos cambios sociales y culturales más profundos y extensos que están teniendo lugar en estos años. Su denominador común es, de nuevo, el reconocimiento de la dignidad, la libertad y los derechos de las personas individualmente consideradas, más allá de cualquier condicionamiento y diferenciación. Las opciones vocacionales y profesionales de las personas y muchas veces el curso mismo de la vida condicionan bastante el lugar desde el cual quienes valoran la libertad pueden ser productivos y eficientes en su difusión. En un caso cualquiera de la historia de la valoración de la libertad humana, ¿quién podría asignar la importancia de uno u otro actor en la trama de un escenario?. Por ejemplo, en el caso de la Carta Magna de 1215 y su significado en el desarrollo del constitucionalismo, ¿quién es más determinante como 49


fuente de concreción de los cambios que implicó?. ¿La fuerza política de la nobleza inglesa, la debilidad militar del Rey Juan, la prudencia o la astucia cortesana de los asesores jurídicos? Y si repetimos el ejercicio en tantos otros hitos relevantes de esta historia (la reflexión de Polibio sobre la grandeza de Roma, el Sermón de la Montaña, las Polémicas de Indias, la abolición de la esclavitud, el derecho a voto de la mujer, el concepto de ciudadanía, etc.), concluiremos la importancia de los procesos y del tiempo que decanta las condiciones para que en un momento determinado converjan diferentes esfuerzos y en conjunto decanten algún avance de la libertad de la persona humana en lo económico, en lo político, en lo social o en lo cultural que, una vez que se ha producido, sólo trae frutos de progreso y sienta las bases de nuevos avances la libertad. Planteo así las cosas porque tengo la convicción de que una forma especial de ampliar los espacios de la libertad del ser humano y en la sociedad es la educación. La formación y la instrucción son medios nobles y exigentes de facilitar a la persona individualmente considerada el conocimiento de sus capacidades y la potencialidad de su inserción, integración y participación libre y responsable en su entorno económico, político, social y cultural. Ellas también son formas de servir a las polis y a la sociedad en que se vive y trabaja mediante la formación y comunicación de conocimiento teórico y aplicado. La figura mitológica de Prometeo, cuyas vísceras devora cada día un águila por haber dado el fuego a los seres humanos, nos recuerda la tensión y la pasión cotidiana por iluminar las cosas, comprender la realidad de las cosas humanas y naturales y desentrañar de ellas –con calor, con pasión, con vitalidad- la verdad, el bien y la belleza que son desde Platón el objeto mismo de la academia. La educación libera a la persona de la ignorancia y de los prejuicios. La educación da a la persona conciencia y sentido de sí mismo, de los demás y 50


de los entornos de la naturaleza. La educación permite a la persona imaginar el futuro y forjarlo día a día en la acción. La educación facilita a la persona trascender el tiempo y el espacio y aproximarse a la reflexión del sentido de la vida humana. La educación, en definitiva, es fuente de libertad de la persona humana que es centro y motor de la historia.

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TOMÁS PUIG CASANOVA

El liberalismo es un patrimonio de la humanidad, del que nadie puede apropiarse. Por eso, la Fundación Presidente Balmaceda hace bien en patrocinar este Seminario porque uno de sus objetivos es la promoción de las ideas de bien público y, en especial, del liberalismo. Pocos, pero muy eficientes y patriotas han sido los familiares directos del Presidente cuyo nombre lleva esta Fundación y que han sobresalido en la política chilena de los últimos años. Uno de ellos fue el joven ex diputado y actual Director de nuestra Fundación, don Gustavo Alessandri Balmaceda, quien -al igual que su padre, del mismo nombre- en la pasada década, con su discurso liberal encantó a grandes multitudes de chilenos modestos e idealistas. Más atrás en el tiempo, hace 45 años, otro descendiente directo del Presidente, el H. Senador Liberal por Atacama y Coquimbo, don Raúl Marín Balmaceda quien –como muchos de antes y ahora, fue liberal en lo político-económico y conservador en lo valórico- con la elocuencia que lo caracterizaba, decía en una ocasión en la Cámara Alta una sencilla metáfora para graficar su pensamiento. Sostenía que, si un simple canario, en vez de vivir en una jaula de oro y bien alimentado prefiere la libertad con dificultades para subsistir, ¡con cuánta mayor razón un ser humano también escogería los desafíos de la libertad, ante la posibilidad de que lo privaran de su autodeterminación, aun cuando tuviera las mayores comodidades! Ese discurso no tan sólo era vigente cuando se dijo, en plena guerra fría, sino que también lo es ahora, cuando una parte importante de la humanidad sigue siendo 

Abogado, Director de la Fundación Balmaceda. 52


aplastada por la hambruna y la desesperación mientras que en otras latitudes, dictaduras y regímenes totalitarios matan o impiden pensar y actuar libremente. Y lo que es peor, esta situación a veces se produce, con la complicidad de Occidente y los organismos internacionales, quienes con sentido oportunista y pragmático, excusan o disminuyen sus críticas a los países infractores en la misma proporción inversa a la grandiosidad de los mercados que representan o de las fuentes energéticas que poseen. De ahí entonces, que más allá de la existencia de los partidos llamados liberales, siempre resulta útil reivindicar y luchar por los principios éticos que deben guiar este preciado bien del hombre que es el liberalismo y el progreso que genera, la tolerancia, el respeto al libre albedrío y los derechos humanos o naturales del hombre, fundamentos de cualquier desarrollo material y espiritual de las personas.

RESUMEN HISTÓRICO

Precisamente, la libertad y el liberalismo, consubstanciales al alma humana, tuvieron que esperar miles y miles de años para manifestarse con éxito. Ya desde los tiempos bíblicos aparece el pueblo judío tratando de liberarse del Faraón, de los arameos, asirios y demás persecutores porque querían ser libres para llegar a su ansiada tierra prometida. Después, para una parte importante de la humanidad, Cristo fue el gran liberador en un mundo de intolerancia y de esclavitud. También el miedo, la pobreza y la falta de cultura de los pueblos, como asimismo, varios de los absolutismos durante la edad media y los tiempos modernos conspiraron contra el liberalismo. 53


En ese sentido durante siglos resultaron insuficientes los esfuerzos de intelectuales, filósofos y de algunas religiones para imponer el respeto a las libertades y la dignidad de las personas, hasta que a fines del siglo XVIII y comienzos del Siglo XIX comienza a amanecer en la humanidad la luz y las señales más claras de independencia y de liberalismo tanto político como económico. Fue así que en el orden económico, uno de los primeros precursores del liberalismo, el británico Adam Smith, aún antes de la Revolución Francesa escribía, por allá en el año 1776 su famosa obra “Investigación sobre la naturaleza y causa de las riquezas de las naciones” en la que sostiene que la institución básica del sistema es el mercado capitalista y que el fenómeno económico está conducido por unas leyes naturales que se desarrollan por sí mismas, con su propia dinámica. Pero también, anunciaba que de la confrontación de distintos intereses, saldría el equilibrio de la sociedad y la armonía social. Nótese la similitud de este pronóstico con el de su futuro y mayor adversario –la doctrina marxista- el que muchos años después, en esta materia también afirmaba que de la confrontación de los distintos intereses irreconciliables, aparecería una justa sociedad, eso sí, que igualitaria y sin clases sociales. Sin embargo, fue la Revolución en Francia la circunstancia que indudablemente gatilló el sentimiento liberal de la humanidad y que hizo renacer un anhelo incontenible de libertad, igualdad y fraternidad, que arrasó con todo. Ello, en modo alguno puede justificar algunos de los excesos que se conocieron y la degradación de las costumbres al poco tiempo después de la Revolución: algunas parejas se solazaban haciendo el amor a la luz del día en las plazas y jardines públicos, mientras que Madame Rolland exclamaba al subir al cadalso para ser 54


guillotinada: “¡Libertad, Libertad, cuántos crímenes se han cometido en tu nombre!”. Desde el punto de vista de instrumento económico, en un comienzo a este sistema se le hicieron muchas críticas de orden social. Sin embargo, nadie puede negar que produjo un desarrollo económico sin precedentes en la historia del hombre ya que al liberar las fuerzas productivas, los medios de subsistencia se multiplicaron como por encanto. También, “la prosperidad engendrada por este sistema redujo drásticamente el azote de la mortalidad infantil y elevó substancialmente el promedio de vida” (Ludwig von Mises). Este mismo autor austríaco sostiene que la naturaleza no regala nada. Todo lo contrario. Es avara, brutal, despiadada y es por eso, que la pobreza ha existido siempre. Entonces, para valorar los triunfos liberales y capitalistas decía que bastaba comparar nuestro nivel de vida promedio actual con el que prevalecía en todas partes y durante la historia de la humanidad hasta la edad moderna. Así como en el Siglo XIX, el liberalismo en Occidente promovió la industrialización y el desarrollo económico que por cierto, como se dijo, también produjo feroces injusticias sociales que los propios liberales, la Iglesia y otras corrientes políticas trataron de mitigar- así también en el Siglo XX, el liberalismo a nivel mundial se batió con éxito contra dos de los mayores peligros que ha conocido la humanidad, como fueron el nazismo y el comunismo. Y, de paso, arrasó y triunfó sobre el socialismo como concepción económica tradicional.

CONCEPTO

Ciertamente, este no es el momento de analizar los distintos pensadores y definiciones que surgieron al 55


interior del liberalismo, el que, naturalmente, ha ido evolucionando a través del tiempo, incluso en las denominaciones: liberalismo clásico, post-liberalismo, neo-liberalismo. Pero, sí, es la ocasión para decir que la economía social de mercado o el liberalismo de nuestros días, en ningún país civilizado, nada tiene que ver con las caricaturas de un sistema insensible que los enemigos de esta doctrina, insisten en presentar para desprestigiarlo. En efecto, el liberalismo constituye un arma de progreso individual y social cuyo principio claro, es privilegiar a la persona humana frente al Estado. Es un sistema que, respetando el origen parlamentario de las leyes, preconiza la libertad, la tolerancia y el desarrollo humano, reconociendo la existencia de derechos inalienables naturales e inherentes a toda persona, que son anteriores y, por tanto, superiores en jerarquía, a los derechos del Estado. Según el liberalismo de nuestros días, el Estado está obligado a proteger a los más débiles garantizándoles prestaciones mínimas en subsistencia, salud y vivienda, a resguardar las condiciones para que el mercado opere libre de distorsiones y la sociedad actúe con plena justicia para todos. Esta es la base fundacional de quienes respetan la libertad como norma de feliz convivencia. Por otra parte, en su dimensión horizontal u ordenación de los medios al fin, el requisito esencial del liberalismo que es la libertad, aparece como una suplencia del instinto y como un instrumento de la voluntad natural que tiende a la plenitud o felicidad. En este sentido, si la libertad se contradice con la responsabilidad o el bien común, dicha libertad se transforma en un principio de caos. En esta dimensión, también la libertad se confunde a menudo con el libre albedrío o la posibilidad de elegir con plena responsabilidad entre el bien y el mal, término usado por la teología y el cristianismo. A este respecto, el propio Cardenal Francisco Javier Errázuriz, al agradecer 56


el Premio a la Libertad que le confirió la Fundación Balmaceda, a comienzos del 2002, nos recordaba aquella famosa frase: “La verdad os hará libres” con que Cristo alentaba a sus apóstoles para el cumplimiento de su misión en medio de pueblos sometidos por tiranos. Es el momento oportuno para recordar que no hay incompatibilidad entre la doctrina social de la Iglesia y los principios en que se basa el liberalismo económicopolítico actual. Ello, porque el sistema no desprecia lo espiritual sino que concentra su atención en el bienestar material de los pueblos. El liberalismo sólo aspira a procurar a los hombres las condiciones externas para el desarrollo de su vida interior. Es incuestionable, como dice Von Mises, que un hombre moderno de clase media puede atender mejor sus necesidades espirituales que, por ejemplo, un individuo del siglo X, que no podía abandonar por un instante la tarea de garantizar su simple subsistencia. Lamentablemente, aún quedan algunos liberales antireligiosos y algunos creyentes antiliberales, los que, a nuestro juicio, representan un camino equivocado y superado por la historia. En el liberalismo moderno los bienes poseídos en privado son destinados al proceso de producción, creando puestos de trabajo y rentas para los demás. Esto se contrapone al avaro que atesora bienes sin provecho para nadie o al despilfarrador de los mismos que provoca a los necesitados. Por supuesto que estos últimos ejemplos no forman parte del espíritu del auténtico capitalismo social que está enmarcado en principios éticos y por la magnificencia del emprendedor que arriesga. La profunda justificación y fuerza moral del buen capitalismo es que, históricamente, constituye la mejor opción por y para los pobres al elevar sus niveles de vida más que cualquier otro sistema. Y, además, porque son inherentes a este sistema económico, los conceptos de esfuerzo, disciplina, 57


innovación e inversión, todos los cuales promueven la creatividad humana mediante la cooperación.

EL LIBERALISMO EN CHILE

Ahora bien, volviendo a lo nuestro, puede decirse que el título de este Seminario ¿Qué es necesario en Chile para que se concrete el proyecto liberal? podría constituir una buena provocación intelectual porque, para alguien que no conociera nada de Chile y viniera llegando de afuera, el sólo nombre de este encuentro político-académico lo haría pensar que nuestro país es poco liberal o, al menos, vive la etapa menos liberal de su historia. Y sin embargo, la realidad es muy otra si analizamos la siguiente paradoja. En efecto, Chile -teniendo un Presidente socialista y no existiendo un Partido Liberal organizado- nunca como ahora, ha vivido un proceso y una realidad más liberal, especialmente en lo económico, que por lo demás, constituye el único camino para que algún día dejemos de ser un país subdesarrollado. Esto habla muy bien de la capacidad de renunciamiento del Presidente y de su liderazgo. Es el signo de los tiempos. La inteligencia de los hombres ya ha sabido elegir el sistema o instrumento económico más eficiente para producir desarrollo con justicia y mejor asignación de los recursos. La selección ha sido obvia y, por eso, el ideal liberal es tan sólido que casi no necesita un partido con su nombre. Ello, porque ha permeado el pensamiento de los chilenos y se abre paso entre la mayoría de las agrupaciones políticas tanto de este país como de muchos otros. La afirmación anterior también es paradojal porque ahora –lamentablemente sin Partido Liberalhay más 58


liberalismo que durante los dos primeros tercios del siglo XX, en que el Partido Liberal ejerció buena influencia política y sobresalieron dos estadistas del entorno liberal y que fueron grandes realizadores: los Presidentes de la República don Arturo Alessandri y don Jorge Alessandri. Evidentemente, nuestro actual liberalismo también es más verdadero que el que hubo durante el régimen militar porque éste no tenía libertad política aunque sí, durante él se fundaron las verdaderas bases del sistema de economía social de mercado. Sin embargo, bien sabemos que la libertad económica y política siempre deben ir juntas, porque de lo contrario, es un desastre. Más atrás en nuestra historia, en el siglo XIX, el Partido Liberal también ejerció liderazgo y durante los llamados gobiernos liberales -con excepción de los procesos electorales- se establecieron mayores grados de libertad y se continuó con el vertiginoso progreso de nuestro país, considerado en sus albores, como la más pobre y alejada de las colonias de España y que llegó a constituirse en una democracia organizada y ejemplar. Por supuesto que dicho liberalismo fue un pálido reflejo del actual. Consecuencia de lo anterior, en vez de preguntarnos qué hace falta para que el proyecto liberal en Chile se concrete, debiéramos preocuparnos como se profundice aún más, se perfeccione, se humanice más y se amplíen sus beneficios a una mayor cantidad de chilenos, especialmente los más pobres. Todo ello, como se nos ha pedido, desde la perspectiva de la Economía, la Justicia, los Derechos Humanos, la Educación, la Relación CívicoMilitar y la Constitución.

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ECONOMÍA

Hace 17 años que Chile inició una verdadera revolución de disciplina fiscal, competitividad, apertura al exterior y, en general, de creciente economía social de mercado, que ha sido la admiración de otros países y de los estudiosos de estos temas. Los resultados fueron estupendos hasta el año 1997 en que la crisis asiática y su manejo insatisfactorio afectaron severamente el ritmo de crecimiento, que hasta ese momento era cercano al 6,5% anual de promedio y, ahora, puede llegar sólo a un 2% aprox. Aunque Chile seguía siendo, como es ahora, una de las economías latinoamericanas más confiables, en un círculo no virtuoso bajó el nivel de crecimiento, y sobre todo de empleo, al punto que la actual tasa de quienes no tienen trabajo bordea los dos dígitos, guarismo que es muy preocupante dado el impacto social y de supervivencia que esta desgracia conlleva en la vida de los afectados y su grupo familiar. Esta situación, en parte, viene a empañar el excelente comportamiento macroeconómico de este Gobierno y de los anteriores de la Concertación, que han sido celosos con los equilibrios presupuestarios y han logrado estabilizar las cuentas de comercio exterior y la política fiscal haciendo descender la inflación a los mejores records históricos, muy similar a la de EEUU y Europa. Por todo esto, Chile ha dado un excelente examen ante la comunidad internacional y, además de México, es considerado como una excepción en América Latina. De hecho, esta disciplina ha sido reconocida y se han logrado acuerdos económicos de trascendencia como son los de libre comercio firmados con Canadá y México y los que, prontamente, suscribirá con la Unión Europea y, en un futuro cercano, con los EEUU.

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Sin embargo, expertos en la materia consideran que la caída en el nivel de crecimiento ha sido influenciada por motivos externos derivados de la desaceleración de las economías occidentales y la pésima situación del vecindario latinoamericano. Consideran, asimismo, que en el ámbito interno la baja en los niveles de consumo y de inversión han sido causa y efecto a la vez, del deficiente crecimiento chileno, el que, por su parte, independiente de las motivaciones externas, se debió a malas señales de la autoridad, tales como las recientes reformas laborales que rigidizó y encareció las relaciones empresa-trabajador, las reformas tributarias que aumentaron los impuestos, la amenaza de nuevos tributos para financiar programas sociales y el congelamiento del proceso privatizador, sin perjuicio de algunos actos de violencia semi impunes en las regiones VIII y, especialmente, en la IX. En buena hora, estos y otros temas coyunturales han sido incorporados en la llamada Agenda Pro-Crecimiento que el Gobierno y los sectores productivos se han comprometido a llevar adelante. Es que ya pasó el tiempo en que nos bastaba el excelente comportamiento macroeconómico a que hicimos referencia. Tampoco podemos quedarnos tranquilos porque nos comparamos con nuestros hermanos países latinoamericanos, que, por cierto, constituyen una valla bajísima y muy fácil de superar. ¡Cuidado!, la experiencia mundial y la de algunos países vecinos nos dicen que cuando, durante mucho tiempo, hay gente que lo pasa muy mal y la situación económica “micro” es estresante, hay que preocuparse porque una alta cesantía estructural como la nuestra y los gravísimos problemas que origina, pueden aumentar la crisis y producir desórdenes no queridos por nadie. De esta manera, el concepto “crecimiento” ya no es una palabra técnica indiferente o que debe preocupar sólo a los economistas, porque todos los ciudadanos, 61


especialmente los más pobres y aunque no lo quieran, están involucrados en él. La gente, cada día sabe más, que no es lo mismo crecer a un 2,% o a un 7% anual. En efecto, a estas alturas, nadie puede negar que el insuficiente crecimiento económico que hemos tenido en los últimos años hace que los chilenos seamos ahora “más pobres” que en el año 1997. En dicho año, los indicadores señalaban que el ingreso per cápita alcanzaba US$ 5.634 anuales, en circunstancias que a fines del presente año será sólo de US$ 4.386, según el diario Estrategia, y de US$ 4.145 según el economista don Hugo Fazio. Para ser objetivos, en esta materia debemos reconocer que estudios u organismos cercanos al Gobierno, difieren, en pequeña medida, de dichas cifras. En todo caso, esto contrasta con lo que una autoridad dijo el 2000 en el sentido que en el año del bicentario seríamos un país desarrollado, con niveles de ingresos anuales per cápita cercanos a los US$ 15.000. La realidad es que, para ello, tendríamos que esperar 19 años siempre que, a partir de ahora, como promedio creciéramos a un 7% anual, lo que no es tarea fácil si Chile no es capaz de implementar, con fuerza y perseverancia, verdaderas soluciones liberales y reactivadoras. Otro ejemplo que nos grafica cuán sensible y dramático es, históricamente, el mayor o menor crecimiento económico para los pobres y, en general, para los cesantes actuales o potenciales, se refiere a la fría relación empleo/PIB, la que también, es influenciada por la modernidad, mayor productividad y avance tecnológico. En efecto, a comienzos de la década de los 80, por cada punto que subía el producto interno bruto, aumentaban 45.000 nuevos puestos de trabajo, en circunstancias que entre entre el 95 y el 2000, el aumento de 1 punto producía sólo 13.000 trabajos nuevos. Algunos economistas consideran que, actualmente, apenas 10.000 62


personas encontrarán nuevo trabajo por cada 1% de aumento del PIB. Estas cifras son realmente alarmantes, especialmente si de considera que cada año, al margen del factor crecimiento, el aumento vegetativo de la nueva población laboral es entre 1,5 y 2%.

Esbozo de soluciones liberales

Hecho este diagnóstico -de cosas buenas (macroeconomía) y cosas malas (micro)- es necesario con extrema urgencia encontrar las soluciones más eficientes porque, recordando a Su Santidad, El Papa Juan Pablo II, “los pobres no pueden esperar más”. El cumplimiento de la mencionada Agenda Pro-Crecimiento tiende a eso y, también va en la misma dirección, contestando al interrogante de este Seminario, que es, como se dijo, reafirmar las soluciones liberales. En consecuencia, se trata que el Estado cree las mejores condiciones posibles para que la seguridad y el factor confianza vuelvan a liberar la capacidad creadora de los chilenos y encender la potencialidad del nuestro, un país lleno de posibilidades que ha sabido salir exitosamente de los más serios desafíos de su historia. Para ello, se requiere sentido patriótico, pragmatismo, asumir la modernidad y, a veces, renunciar a algunos estereotipos doctrinarios pasados de moda. No nos cabe duda alguna que este enfoque es el único que conducirá a la solución de estos problemas. Pensemos que la corriente imparable de la Historia es de la libertad económica y política, únicas formas para dar dignidad a las personas y terminar con la pobreza y desigualdades. Por el contrario, el concepto de Estado empresario, controlador fuerte y dispensador de arbitrariedades es sinónimo de ineficiencia y anticuado. A 63


su vez, el desarrollo de los países –por de pronto, Chileno lo están llevando a cabo los estados empresarios, sino que, las personas naturales y jurídicas sean ellas, chicas, medianas o grandes, nacionales o internacionales, quienes en todo momento deben recibir potentes señales de confianza. En este sentido, parece de lógica elemental que no sólo respecto al Gobierno, sino que todos los partidos que lo apoyan, al estudiarse reformas económicas, no se puede tener un sesgo o prejuicio anti empresarial, sino que, todo lo contrario. Es decir, a lo menos, en esta materia la autoridad debe consensuar sus políticas con quienes son los propulsores de la inversión y el crecimiento económico. De lo contrario, lisa y llanamente, no habrá crecimiento. Así de claro. Sin embargo, debemos reconocer que, aunque falte por hacer, ya se ha hecho mucho. Para la debida comprensión de algunas de las medidas que se propondrán, pensemos con respeto, que gracias al pensamiento liberal, Chile en las décadas de los 90 y de los 80 tuvo avances simplemente notables y revolucionarios, no soñados por nadie. Reflexionemos que ni siquiera durante los llamados gobiernos de derecha o hasta sólo 30 años, ni los más sesudos pensadores o brillantes economistas de izquierda, habrían aceptado tan solo por un instante que antes de finalizar el siglo, el liberalismo ya habría privatizado –como felizmente ocurrió- verdaderos íconos intransables del estatismo, tales como Endesa, Chilectra, Colbún, Empremar, varios Puertos, Iansa, Ferrocarriles del Estado, algunas mineras, la mayoría de las Sanitarias, Cía. de Teléfonos, Cap, LanChile, buena parte de la Salud y tantos otros ejemplos. Pero además, hubo otra privatización que merece punto aparte. Fue la más significativa desde el punto de vista del futuro de las personas y de los enormes montos económicos involucrados. Algo que en su momento, fue más impactante de lo que hoy sería privatizar Codelco y 64


que, sin embargo se realizó. Es una privatización que hoy por hoy, constituye una sólida base macroeconómica y de progreso y que todos los chilenos –independientes, liberales, democristianos o socialistas- mostramos en el extranjero con legítimo orgullo. Nos referimos nada menos que a la privatización del Servicio de Seguro Social, de Caja de Previsión de Empleados Particulares y de la previsión social de todos los chilenos en general -con excepción de la de las FF.AA.- y a la creación de las Administradoras de Fondos de Pensiones, gestionadas por privados y que han sido capaces de reemplazar un sistema previsional quebrado y que amenazaba el futuro de los chilenos. Esto ha producido un ahorro cercano a los $US 42 mil millones destinados directa o indirectamente a la producción de bienes y servicios. Constituye además, uno de los fundamentos de la inflación decreciente y de que los trabajadores sean dueños de importantes capitales accionarios de empresas poderosas, aparte de contar con la seguridad de pensiones dignas para la etapa del retiro. Bueno, eso fue ayer. Ahora se trata de enfrentar el mañana. Ha llegado el momento de dar el gran salto y seguir avanzando en la misma dirección, despejando por tanto, cualquier obstáculo doctrinario que impida este propósito. Hay que dejar atrás esta sensación de crisis, de desconfianza o como quiera llamarse. Pero, como sabemos, para que las soluciones económicas y técnicas tengan viabilidad se requiere, previamente, de compromisos políticos y consensuar verdaderos acuerdos de Estado. Para esto, S.E. el Presidente de la República, con su reconocida capacidad y buena intención, es el chileno más adecuado para seducir y “vender” a los chilenos las nuevas medidas económicas. Con el debido respeto, creemos que se debiera convocar y motivar a líderes políticos, técnicos, empresarios, trabajadores y académicos, para estudiar cómo implementar dentro de un plazo razonablemente breve, las nuevas medidas. Así, 65


se darían señales fuertes a los agentes económicos para reactivar la inversión y el consumo. Imaginamos por un instante la reacción de los mercados, de los consumidores y de los inversionistas tanto nacionales como extranjeros ante el sólo anuncio de que quienes lideran el grupo de la Agenda Pro-crecimiento más los entes indicados, están preparando una estrategia para convencer a los chilenos de que la única manera de romper el largo ciclo depresivo de los últimos cinco años, de una economía estancada y productora de desempleados, es aplicar algunas o muchas de las siguientes medidas, típicamente liberales: Política de privatizaciones: Como se dijo anteriormente, en un mundo que camina a la globalización y competitividad es absurdo mantener al Estado, como empresario de importantes actividades que otros pueden hacer mejor y privarlo de recursos económicos para cumplir con sus funciones básicas. Se propone que, igual como en el pasado se adelantaron privatizaciones de grandes empresas claves, ahora también debiéramos adelantarnos a traspasar al sector privado, la totalidad o parte de determinadas actividades que el día de mañana, de todas formas serán privadas. Incluso, economistas afines a la Concertación han dicho que no descartan esta posibilidad. Según dice el adagio jurídico, quien puede lo más, puede lo menos. Por eso, si se privatizaron las enormes empresas nombradas, debiera ocurrir lo mismo con las que quedan. Más temprano que tarde nos daremos cuenta que si somos capaces de convivir y progresar con las actuales empresas privatizadas ya nombradas y que en su momento fueron emblemáticas empresas públicas, también deberíamos aceptar varios otros casos pendientes, entre ellos, el BancoEstado, la Enap, Sanitarias, Enami, Mineras e incluso, Codelco. 66


Tregua Tributaria: Existe un temor a nuevas cargas tributarias porque frenan la inversión y no siempre producen los recursos esperados, lo que es un desincentivo a la inversión. Al igual como a los extranjeros, el Estatuto del Inversionista les garantiza una invariabilidad tributaria, así también a los inversionistas chilenos y a los consumidores nacionales, el Fisco les debiera asegurar que por un determinado tiempo, no aumentarán los actuales impuestos. Además, recordemos que los impuestos no son la única manera de allegar recursos al Fisco. Por de pronto, cada punto de crecimiento del Producto representa la cantidad de US$ 130 millones, o sea,$ 90.000 millones en mayores ingresos fiscales (por IVA y mayor actividad). Suspensión del pago del Impuesto de 1ª. Categoría a aquellas empresas que reinvierten las utilidades: Esto tiende a aumentar la inversión y el empleo y, una vez más, es preciso recordar que el aumento del PIB produce ingresos fiscales que pueden suplir con creces menores tributos. Flexibilización laboral: Como se vio anteriormente, existe el peligro inminente que siga creciendo el desempleo ya que no parece fácil producir un fuerte aumento del producto en corto tiempo. Además, es un hecho que los técnicos en esta materia han reconocido que la reciente reforma laboral se transformó, como era previsible, es un mecanismo anti-empleo que encareció la relación laboral y que sería preciso modificar o morigerar. Por eso, se propone estudiar que dicha reforma se aplique durante un tiempo determinado sólo a los que actualmente están trabajando y no a los cesantes que buscan un empleo. Además, es preciso crear las condiciones para que las empresas contraten a trabajadores con horarios y sueldos flexibles, con trabajos a domicilio, etc. 67


Incentivar jubilaciones anticipadas: Ello, con el fin de que los empleadores puedan convenir con trabajadores próximos a jubilar, pagar las imposiciones adelantadas que falten para jubilar y así crear nuevas fuentes de empleo y ahorrar los salarios de los que jubilan, monto que podría ser destinados a nuevas inversiones. Reprogramación deudas bancarias y previsionales, especialmente de Pymes: ante la abultada morosidad existente y necesidad de limpiar informes de varias decenas de miles de empresarios e individuos, se propone esta medida, además de eliminar tasas de interés legales que son francamente expropiatorias porque superan el 40% anual en determinados montos y, lo que es peor, que se aplican a los más pobres. También es urgente acercar la tasa de interés referencial del B. Central (3,5%) a la de los créditos de consumo, de tarjetas o los de la mediana y pequeña empresa (20% ó 25%) ya que es absurdo que éstas superan en más de un 500 ó 700% a aquéllas. Pymes: Promover y facilitar la capacitación y los acuerdos empresariales entre las Pymes canadienses, mexicanas y europeas con sus pares chilenas, en el marco de los Tratados de Libre Comercio. El Estado: Con su rol fiscalizador debe proteger a los más débiles y evitar los monopolios o excesos que entraben el libre desarrollo de la economía.

Justicia y Derechos Humanos El Supremo Gobierno ha tenido el mérito de auspiciar y lograr la aprobación de la Reforma Procesal Penal, con lo cual se agilizarán los procesos, se resguardarán mejor los derechos de las víctimas y sus victimarios y la seguridad ciudadana estará mejor protegida. Ojalá que pronto rija en 68


todo el país, en tanto que ahora se propone estudiar otra Reforma similar pero respecto a la Justicia Civil-Comercial y del Trabajo, para que los procesos puedan terminar en un término razonable y no como ahora, que se eternizan, tanto en primera instancia como en las Cortes. Ello hará recuperar la confianza en la Justicia, la que actualmente, se encuentra en un muy bajo nivel. Los procesos por violación a los derechos humanos deben seguir su curso e indemnizarse a sus víctimas o parientes. Ha sido una buena medida nombrar jueces con dedicación exclusiva porque el excesivo tiempo de la tramitación de los juicios conspira contra la necesaria prontitud de la Justicia, la esperanza de los familiares de las víctimas y el espíritu de reconciliación que necesita el país. En este sentido y para darle mayor agilidad a estos procesos, parece prudente fijar un determinado período de tiempo para su terminación, para no mantener eternamente abierta esta herida que divide a los chilenos. En esta parte del Seminario, es preciso reiterar que el respeto por la vida -el principal de los derechos humanostiene su comienzo en la concepción de un hombre o mujer y termina con su muerte. En este sentido, quienes aceptan el aborto, olvidan que sus propias personas no habrían existido si cobardemente hubiesen sido eliminados antes de nacer, como ellos lo aceptan doctrinalmente respecto a los demás. Del mismo modo, es inaceptable que algunos europeos se consideren más “liberales o progresistas” en la medida que el aborto se permita lo más avanzado posible del embarazo, Eso tiene otro nombre.

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EDUCACIÓN

El Gobierno ha avanzado en este tema, incluyendo la extensión de la jornada de estudios, pero parece aún insuficiente. Se observan deficiencias en el nivel de aprendizaje y no han sido buenas las últimas mediciones. La Prueba de Aptitud Académica para entrar a la Educación Superior, debe medir especialmente los conocimientos adquiridos en la Educación Media, ya que de lo contrario, se favorecerá a los estudiantes más pudientes que logran pagar cursos extras en Preuniversitarios. Se debe mejorar la capacitación de los profesores y sus niveles de ingresos económicos, que a menudo son bajísimos. Los colegios y liceos debieran tener mayor grado de libertad académica. La capacitación técnica-industrial de los alumnos es fundamental sobre todo si se piensa que por razones económicas o de preparación sólo una pequeña parte de ellos accede a la educación superior, lo que tampoco en sí mismo no constituye una solución total. En efecto, se observa una grave carencia de orientadores profesionales en los últimos años de la enseñanza media, lo que produce frustraciones de muchos estudiantes y sobreabundancia de algunas carreras que sencillamente no tendrán mercado laboral. Se debe propender al desarrollo de la inventiva y al estudio de nuevas tecnologías desde la primera juventud, así como del cuidado del medio ambiente. En el aspecto valórico, se propone introducir en la enseñanza básica y secundaria el conocimiento y la conciencia irrestricta del enunciado Segundo del Manifiesto Liberal de Oxford del año 1947, en el sentido 70


que “el auténtico fundamento de la sociedad es el respeto a la persona humana y a la familia”. En un mundo globalizado, aparte de la preparación técnica de los alumnos, debiera ser prioritario el aprendizaje del idioma inglés (u otro) a un nivel mucho más avanzado que lo actual.

RELACIONES CÍVICO-MILITARES

En la actualidad se percibe una normalización entre las relaciones del Gobierno y la civilidad con las Fuerzas Armadas. Estas son instituciones de larga tradición, esenciales para la supervivencia del Estado y que han tenido períodos traumáticos hace más de un cuarto de siglo. Sus integrantes poseen excelente preparación profesional e incluso buen nivel académico en otras disciplinas relacionadas o no con la Defensa. Ahora están dedicadas por completo a sus labores netamente profesionales y mantienen buen nivel de colaboración con la Sra. Ministra de Defensa Nacional y los diversos órganos del Estado en los cuales son llamadas a relacionarse. Las Fuerzas Armadas son organismos jerárquicos, no deliberantes y sujetos al poder civil mediante el acatamiento a sus responsabilidades constitucionales. Chile es un país con vocación de paz y de respeto a sus vecinos. El desarme regional y mundial sería lo ideal, pero esta aspiración no deja de ser una simple ilusión. Por eso, las FF.AA. y el Gobierno están preocupados de conservar los equilibrios en la región y para ello, necesitan los elementos disuasivos que hagan disminuir la distancia que los separa respecto a otros países. Además, por causa de la globalización, deben cumplir misiones en el exterior a requerimiento de organismos internacionales, por lo cual 71


necesitan equipos adecuados y compatibles a los de otros. Por otra parte, tanto la unidad nacional con una democracia consolidada, como una verdadera reconciliación entre los chilenos y una excelente relación cívico-militar, son activos-país esenciales para el desarrollo de Chile y no podemos darnos el lujo de prescindir de ellos. De ahí que no aparece adecuado estigmatizar a las FF.AA. por sus actuaciones en el pasado, porque eran otros los Jefes y además, porque ellas consideran se vieron envueltas en situaciones no deseadas en que todos los sectores de la chilenidad cometieron graves errores. Estas instituciones están orgullosas de su pasado y de haber contribuido a la independencia de Chile. Más aún, al estudiar la Historia de los países latinoamericanos, se llega a la conclusión que en los últimos 190 años pocas Fuerzas Armadas como las chilenas, pueden mostrar un mayor acatamiento a las autoridades civiles de la República. Por algo, la nuestra ha sido la democracia más larga y con menos interrupciones de Latinoamérica. Ya han transcurrido 30 años desde 1973 y como la reconciliación es un bien deseado por todos, en esta parte, no podemos olvidar que el otro conflicto cívicomilitar de nuestra Historia, el año 1891, fue mucho más grave, ya que murieron 10.000 chilenos cuando la población apenas superaba a los 2.500.000 de personas. Pues bien, los chilenos de aquel entonces tuvieron la generosidad de superar ese transe en menos de 10 años y las sangrientas batallas de los dos bandos irreconciliables en pugna, al poco tiempo se transformaron en académicas discusiones y nostalgias entre balmacedistas y anti-balmacedistas.

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MATERIAS CONSTITUCIONALES

En el tema constitucional, lo deseable sería, como se dice, que la Carta Fundamental contara con la general aceptación de la ciudadanía, pero ello en nuestro país no ha sido así. Sin ir más lejos, como se recordará, la Constitución que nos rigió desde 1925 era aceptada sólo por una parte de los chilenos mientras que la otra, la calificaba de burguesa, de retrógrada y de estar al servicio del imperialismo norteamericano. Posteriormente, en 1990, desde la restauración de la democracia, todas las autoridades e instituciones han sido las contempladas en la Constitución de 1980, de la cual emana su legitimidad, a pesar que dicha Carta tampoco ha contado con general aceptación. Cuando S.E. el Presidente de la República y los chilenos decimos con orgullo que aquí, las instituciones funcionan, tácitamente estamos reconociendo que el ordenamiento constitucional y jurídico no es tan malo como algunos piensan, después de 22 años de funcionamiento. Sin embargo, parece necesario aprobar algunas pocas modificaciones a la Constitución con el objeto de hacerla más democrática y eficiente, tales como la eliminación de los senadores designados y vitalicios, la incorporación del Presidente de la Cámara de Diputados al Consejo de Seguridad Nacional y otras.

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DRINA RENDIC DE BECERRA.

Quisiera comenzar agradeciendo a la Fundación Balmaceda por esta invitación que nos impulsa a todos a reflexionar sobre este importante tema. Quisiera también, antes de entrar en materia, aclarar que, tal vez inspirada por Karl Popper, no me siento poseedora de la verdad, ya que, “los fundamentos infalibles del conocimiento, por ejemplo, la experiencia sensorial y la intuición, no están a nuestro alcance.” Se nos ha pedido que la interrogante que nos ocupa en esta instancia sea respondida en las áreas de la Economía, Justicia, Derechos Humanos, Educación, Relacionas Cívico-Militares y Constitución. Creo que en el ámbito Económico, todos tenemos más o menos claro que la doctrina de libre mercado es la solución para lograr una economía saludable y con un crecimiento sostenible, aunque hay variantes en la manera de aplicar este modelo. También estamos de acuerdo en que no puede existir liberalismo sin Democracia y respeto a los Derechos Humanos. Las áreas sobre justicia, constitución y relaciones Cívico-Militares se las dejo a los abogados. Es por eso, que en un arranque libertario de creatividad, quisiera responder a la pregunta que nos ocupa desde el punto de vista de la: I) Postura valórica. II)

Postura frente al mundo

I) POSTURA VALORICA.

Ingeniero Comercial, Gestora Cultural. 74


Primero que nada, y como una fotografía de nuestra sociedad, sin caer en apologías o criticas, creo necesario definir que Chile es un país valóricamente “liberal en secreto”. Según el informe del PNUD, en un país sin conversaciones honestas “no hay reflexibilidad pública, y sin ella no hay cambio “. Pero se tiene mucho miedo de ser honesto porque las redes sociales en que la gente se mueve los atrapan en un contexto de doble standard en que hay una discrepancia entre lo que se piensa en privado y lo que se dice en público. Según el PNUD, esto se debe a que se está cuidando un orden frágil, siempre a punto de estallar. Este doble standard, según el psicólogo Miguel Jofré, profesor del Instituto de Sociología de la UC, cierra puertas al desarrollo personal porque subordina la autoestima a la opinión de terceros. Según el sociólogo Eduardo Valenzuela, director del Instituto de Sociología de la UC, los chilenos son dependientes e indulgentes, rasgos que impiden su liberalismo. Dependientes, porque se cobijan mutuamente y se protegen en la familia. Se visten iguales, siguen las mismas modas, dicen las mismas cosas. Por otro lado, muestran indulgencia porque las tasas de responsabilidad son extraordinariamente bajas, no hay cultura del trabajo duro y todo se olvida, todo se perdona. Todo esto y mucho más que se podría comentar y citar sobre el tema, nos hace concluir que en Chile el proyecto liberal desde el punto de vista cultural y valórico está más lejos de lograrse de lo que se ha alcanzado ya en otras áreas. Existe mucho temor a ser diferente, a actuar diferente, a expresar opiniones diferentes. Solo nos permitimos pensar diferente, sin decirlo. Por lo tanto, valóricamente hablando, la libertad de pensamiento es la forma de liberalismo menos arriesgada. El respeto a la diversidad y el pluralismo es un valor que se debe fomentar si se quiere concretar un proyecto 75


liberal en nuestro país y para lograrlo, pienso que se necesita: Modificar el sistema de educación para asumir una actitud más activa ante el aprendizaje, de manera que los alumnos no acepten las enseñanzas como dogmas, sino que aprendan a pensar y a defender sus puntos de vista. Facilitar las instancias de participación ciudadana, de manera que las personas puedan encontrar un sentido de pertenencia en grupos con los que se identifican y puedan, a la vez, lograr los cambios que ellos consideran importantes.

II) POSTURA ANTE EL MUNDO. Creo que el “Reto de la Violencia y de la Gobernabilidad Mundial” como se expresa en el Manifiesto Liberal es un desafío que Chile no puede dejar de enfrentar. Quisiera citar trozos del discurso pronunciado por el Senador Fernando Flores en su intervención ante el Senado el pasado 8 de Mayo, para ilustrar este punto. “Tenemos claro que nos hallamos en un momento de cambio histórico. Tres tendencias básicas están modificando todo: el tsunami tecnológico, la biotecnología con consecuencias éticas brutales y la nanotecnología. Las tres tecnologías mencionadas potenciarán y cambiarán todo lo que ocurre en el mundo en los próximos años y el país que no las incorpore quedará sumamente atrasado.” Estos avances tecnológicos, paradojalmente, se combinan con los problemas que trae consigo la globalización. El Premio Nobel 2001, Joseph Stiglitz se refiere a ellos en su libro “El malestar en la Globalización” 76


en que expresa que la globalización en sí misma no es mala ni buena sino que tiene el PODER de ocasionar grandes beneficios, pero también muchos daños. “Flagelos como la pobreza, el narcotráfico el terrorismo, las guerras religiosas solo se pueden solucionar a través de una cooperación multilateral, encabezada por los Estados Unidos y Europa”, dice Flores “Nuestro gran capital es ser un país creíble, porque nuestras instituciones y valores resuenan con los principales valores de Estados Unidos”. De estas y otras ideas se deriva la importancia de transformar a Chile en un país RELEVANTE cuya alianza en el Cono Sur, tenga un valor para las grandes potencias. Por lo tanto, pienso que Chile debe invertir en su servicio diplomático y en sus Fuerzas Armadas, de manera que esta inversión sea parte de nuestro producto nacional y que no se considere un mero gasto, sino que se transforme en parte de nuestra imagen-país. Otro elemento digno de considerar en este sentido, es la importancia de mostrar en el extranjero, proyectos culturales que nos identifiquen como un país confiable, con instituciones políticas estables y con una tasa de corrupción baja, entre otras características positivas. Pienso, que estos conceptos son muy importantes de considerar para un proyecto-país liberal, ya que junto con avanzar en los temas internos, no podemos ignorar que los grandes conflictos globales están afectando nuestra libertad. Y para terminar, una frase de Nietzsche: “entiendo por libertad de espíritu a la voluntad incondicional de decir NO, allí donde es peligroso decir NO”.

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AGUSTÍN SQUELLA NARDUCCI

Mi parecer al respecto es que, propiamente hablando, no hay un proyecto liberal para Chile. Del mismo modo, no tengo seguridad de que alguna determinada institución podría producir, difundir y someter a discusión un proyecto semejante. En Chile, si bien no hay un proyecto liberal, si hay ideas liberales que encarnan en algunas instituciones –la Fundación Presidente Balmaceda, por ejemplo- y, asimismo, en determinadas personas que tienen algún grado de participación en la vida pública nacional. Es más: siempre he tenido dudas de que en Chile contemos con una auténtica tradición liberal, continua y reconocible a lo largo de nuestra historia. Quizás lo que hayamos tenido son algunas personalidades públicas liberales que desarrollaron en un momento determinado y algunos momentos o episodios de la vida nacional en los que las ideas liberales trataron de imponerse o consiguieron de hecho hacerlo. Con lo anterior quiero decir que el liberalismo es algo en cierto modo ajeno a nuestra cultura, a nuestro ethos como país, y que lo que ha prevalecido –tal vez por obra de esos auténticos padres fundadores que fueron Bello y Portales- es un conservadurismo, ya sea de raíz laica o religiosa, que siempre ha estado más cerca del orden que de la libertad. Recuerdo en este momento un pensamiento del escritor mexicano Carlos Fuentes, en orden a que América Latina no será moderna mientras no consiga domesticar al Ejército y a la Iglesia.

Doctor en Derecho, Asesor Presidencial de Cultura. 78


A la base de la pregunta que se nos hace –cómo no- está la cuestión de en qué consiste ser liberal y cuáles podrían ser, en consecuencia, los contenidos mínimos o básicos de un proyecto liberal para el país. A mí me gusta decir que si la libertad tiene límites que nadie debe traspasar –así, como ha sido dicho tantas veces, mi libertad para mover los puños termina justo allí donde comienza la nariz de mis semejantes-, un liberal es aquél que se muestra permanentemente dispuesto a ampliar los espacios de la libertad. Esto quiere decir que si la libertad tiene algo así como una línea del horizonte que no debemos traspasar, liberal es quién está interesado en empujar más allá la línea del horizonte, es decir, en ampliar el campo de la libertad de las personas. ¿De la libertad de las personas sólo para entrar y salir de los supermercados, para comprar y vender, y para hacer negocios lucrativos? Ciertamente no. Libertad también para elegir a nuestros representantes en los organismos del Estado que tienen competencia para tomar decisiones colectivas. Y libertad, desde luego, para que cada persona pueda decidir el tipo de vida que desee llevar y la idea de vida buena que quiera realizar. Un liberalismo completo, esto es, no reducido a esa versión empobrecida y oportunista del mismo que circula hoy con el nombre de “neoliberalismo”, es aquél que se despliega en los tres planos o ámbitos que fueron señalados, a saber, el económico, el político y el más ampliamente cultural. Pero hay algo más: tengo para mí que el liberalismo se preocupa no sólo de la libertad, sino también de la igualdad. De la igualdad jurídica, desde luego –todos somos iguales ante la ley-; de la igualdad política, por cierto –en las elecciones de representantes vota toda la población adulta y el voto de cada cual cuenta por uno-; e, 79


incluso, de una cierta igualdad en las condiciones materiales de vida de las personas. Con la última de esas igualdades nos referimos a que un liberal tendría que propiciar condiciones materiales de vida dignas para todas las personas, al menos en un cierto mínimo, puesto que para personas que viven en la pobreza o en la indigencia no resulta ni atractivo ni posible el ejercicio de las libertades de que todos somos titulares. Porque, ¿qué sentido pueden tener para personas que no comen tres veces en el día las libertades de pensar, expresarse, reunirse, asociarse o emprender? Con la propuesta de una igualdad de ese tipo no se busca la igualdad de todos en todo, sino la igualdad de todos en algo. ¿En qué? En la satisfacción de las necesidades materiales básicas para que una persona pueda dar valor y ejercicio real a cada una de las libertades de que es titular. Es sabido que libertad e igualdad son dos valores que, llevados hasta cierto punto, pueden colisionar entre sí, aunque en mi parecer la respuesta liberal a esa tensión, e incluso fricción en que viven libertad e igualdad, no puede ser resuelta mediante el ingenuo expediente de sacrificar uno de ellos en aras del otro, sino procurando conciliar ambos valores. Aquí valen las preguntas que hizo alguna vez Isaiah Berlin. ¿Cuánta libertad por cuánta igualdad?. ¿Cuánta verdad por cuánta benevolencia? ¿Cuánta justicia por cuánta compasión? Preguntas que ponen de manifiesto que la tensión entre dos valores conjuntamente deseables no puede ser resuelta optando por uno de ellos e inmolando el otro, sino consiguiendo algún tipo de ajuste, porque de trueques como esos depende que podamos conseguir una sociedad decente. Pero una actitud liberal va aún más lejos –según decíamos antes- y propicia la igualdad no solo jurídica y 80


política de las personas, sino también la igualdad en las condiciones materiales de vida. Ello –decíamos tambiénno con el fin de que todos tengan lo mismo, sino con el propósito de que todos tengan lo mínimo. O, mejor aún, lo suficiente. Lo mínimo o lo suficiente para vivir y desarrollarse como personas, de donde resulta que este tipo de igualdad material básica, lejos de constituir algo que se opone a la libertad, se transforma en condición para el real y efectivo ejercicio y disfrute de ésta. Retomando la pregunta que nos fuera planteada acerca de qué es necesario para que en Chile se concrete el proyecto liberal, es preciso decir que, además de contar con un proyecto semejante, requerimos de una percepción del liberalismo mucho más completa que la que tienen y difunden aquellos para quienes la palabra “liberalismo” sólo cuenta a la hora de hacer negocios, eludir regulaciones y resistirse al pago de los impuestos. Requerimos afianzar la feliz alianza entre liberalismo y democracia –asentada en el hecho de que la democracia se ha mostrado como la forma de gobierno que a lo largo de la historia más ha favorecido la libertad de las personas- y advertir cuán impresentable resulta que una sociedad que presume de ser libre y abierta deje a determinados organismos corporativos la designación de nada menos que el 20% del Senado, una de las cámaras que en nuestro país interviene decisivamente en la votación de las leyes y en la designación de algunas autoridades públicas relevantes. En fin, necesitamos que la libertad de las personas y –mejor aún- la autonomía moral de éstas, constituya la base sobre la cual los individuos pueden forjar su idea acerca de lo que es una buena vida y tener el proyecto o modo de vida que condiga con esa idea. En otras palabras: requerimos una percepción y una valoración no sólo del liberalismo económico, sino también del liberalismo político y del liberalismo cultural. 81


Y una valoración, asimismo, de una democracia desembarazada de una vez por todas de las deliberadas y groseras limitaciones que introdujeron a ella en la Constitución y en el sistema electoral que nos rigen quienes idearon nuestro actual régimen de democracia protegida. Pero necesitamos algo más que eso Necesitamos, creo yo, tomarnos en serio la advertencia de Carlos Fuentes que tuvimos ocasión de mencionar antes. Y ello en atención a las siguientes razones. Todos los centros de poder que existen en una sociedad, sean políticos, militares, económicos, mediáticos y aún espirituales, tienen capacidad de constreñir la libertad de las personas y de dañar finalmente a éstas en sus proyectos y modos de vida. Así las cosas, es preciso limitar tales centros de poder –domesticarlos, por utilizar las palabra que emplea Carlos Fuentes-, puesto que sólo de ese modo podremos atenuar el riesgo que tales centros de poder representan para los individuos y para las organizaciones que éstos libremente forman. Menciono lo anterior puesto que en Chile predomina la idea de que lo único que habría que limitar es el poder político –concretamente el poder del Estado-, como si se tratara del único centro de poder con capacidad de dañar a las personas, olvidando así, u omitiendo tan deliberada como interesadamente, que hay también otros centros de poder muy activos y que tienen igual o superior capacidad para interferir en la libertad de los individuos. Así las cosas, si hemos de poner límites al poder, ocupémonos de trazar y conservar esos límites no sólo por referencia al Estado, sino a todos los variados centros de poder que existen en la sociedad. Dejo hasta aquí mi respuesta, con la esperanza de haber hecho alguna contribución al Seminario que la Fundación 82


Presidente Balmaceda proyecta realizar en septiembre próximo. Un Seminario que no queda más que celebrar, porque en Chile faltan iniciativas que, como ésta, pongan a las personas a pensar y a salirse, aunque sea por un momento, de los estereotipos que les impone su afiliación a un grupo social, a un partido, a una iglesia o a cualquiera de esas corporaciones a que a veces nos impulsa nuestro espíritu gregario o el deseo infantil de conseguir aquella adormecedora comodidad que resulta de transferir a otros, especialmente a algún tipo cualquiera de autoridad, lo que en verdad tendríamos que pensar y resolver por nosotros mismos.

(*)

Como un aporte a este mismo Seminario, recomiendo la lectura de una selección de textos sobre liberalismo que fueron publicados por “Artes y Letras” de El Mercurio de Santiago, y que fueron compilados y difundidos por el Anuario de Filosofía Jurídica y Social N° , de , editados por la Sociedad Chilena de Filosofía Jurídica y Social. Los textos aludidos son de y el volumen que los contiene puede ser solicitado al Presidente de esa Sociedad, Agustín Squella, a la Casilla 3325, Correo 3, Valparaíso, o al correo electrónico asquella@vtr.net.

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IGNACIO WALKER PRIETO

1 El espacio político en el que se ha expresado el liberalismo en América Latina ha sido el autoritarismo y no la democracia. En efecto, desde los “Científicos” bajo la dictadura de Porfirio Díaz, en México, a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, hasta los “Chicago Boys”, en Chile, bajo la dictadura de Pinochet, las ideas liberales han tenido muchas difucultades para implantarse a través de la democracia y mas facilidades para hacerlo a través del autoritarismo. Bajo las dictaduras de Trujillo, Somoza y Batista, por ejemplo, se escribieron algunas de las Constituciones mas “liberales” de América Latina, en un entorno políticoconstitucional autoritario. Varias son las posibles explicaciones o hipótesis que se han planteado para explicar lo anterior, entre las que tenemos: La cultura política católica, jerárquica, orgánica, corporativa de América Latina, a diferencia de la cultura protestante, descentralizada del mundo anglo-americano La tradición “centralista” que viene de la Colonia y la ausencia de una experiencia similar al feudalismo o después a la reforma protestante, entre otros. El carácter “periférico” o “dependiente” de las economías latinoamericanas y de Chile, dentro del capitalismo global, 

Ex Diputado de la República. 84


con economías tipo “enclaves”, o sometidas a las empresas multinacionales, entre otros. En fin son muchas las hipótesis, pero lo cierto es que todas ellas nos hablan de factores de cultura política o estructura económico-social muy reñidos con el ideario liberal.

En la experiencia chilena, la suerte que ha corrido el liberalismo ha sido contradictoria, incoherente, tendiente a la dispersión. Por de pronto, parte con una gran derrota en el campo de batalla (Lircay) en que Portales, los Estanqueros, los Pelucones y sus decenios autoritarios barrieron con las insinuaciones pipiolas, liberales, federalistas de la década de 1820. Hubo un cierto momento liberal en 1860-1890, pero Santa María (“al pueblo hay que gobernarlo a palos”) y Balmaceda tuvieron fuertes inclinaciones autoritarias y centralistas, convirtiendo al Gobierno en “El gran elector”, con las formas mas groseras de intervencionismo electoral (los campeones de las reformas democratizadoras fueron los Conservadores –ver el libro de Samuel Valenzuela sobre “El Origen de la Democracia en Chile”). En los años 30, el impacto de la crisis económica del 29 – que golpeó a Chile mas que a ningún otro país en el mundo, según la Liga de Naciones--, la dispersión política de innumerables fracciones liberales y la sustitución del Estado de Compromiso Oligárquico, en que el Partido Liberal había sido un centro político flexible y articulador, a través de la “Alianza Liberal” y otros, por el Estado de Compromiso Mesocrático y su modelo de “desarrollo 85


populista”, dejaron al ideario liberal como una expresión muy marginal. La crisis se hace patética cuando el Partido Liberal se disuelve para formar, junto con el Partido Conservador, el Partido Nacional (1965), hegemonizado este último por Jarpa, Arnello, los Estanqueros, “Acción Nacional” y otros, y aún mas patética cuando el PN se auto-disuelve en 1973 entregándose a la dictadura (salvo “honrosas excepciones”) El “neo-liberalismo” mas reciente no mejora las cosas.

A diferencia del liberalismo clásico, marcado por una cosmovisión y una propuesta a la vez moral, filosófica, económica, política, cultural y legal, en que mercado y democracia iban de la mano, el neo-liberalismo mas reciente se caracteriza por (1) su marcado reduccionismo economicista, (2) una suerte de desprecio por la política y el Estado y (3) una ambigüedad --por decir lo menos-- en torno a la democracia. En nuestra propia experiencia, el antecedente de los Chicago Boys bajo la dictadura de Pinochet es demasiado demostrativo de todo lo anterior, casi como una verdadera caricatura. De allí que el ideario liberal y neo-liberal aparezca como desprestigiado, ultra derechista, autoritario, anti-popular, conducente a la pobreza y le desigualdad social, en el imaginario colectivo.

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A mi juicio el único liberalismo posible en Chile es el de la centro izquierda y muy marginalmente de sectores de la centro-derecha. Los verdaderos liberales en el Chile de hoy son Tironi, Brunner, Schaulsohn y Boeninger, sólo por mencionar a algunos, con mas presencia en el PPD y en instituciones como “Expansiva” y otros, que tienen credenciales democráticas y abrazan el mercado y la cultura (derechos individuales) en un sentido mas típicamente liberal. En la centro-derecha, el proyecto democrático-liberal (Allamand-Piñera) aparece como fracasado y en vías de extinción frente a la hegemonía de Lavín y la UDI, con apoyo en los “poderes fácticos” (Empresarios, Medios de Comunicación, Fuerzas Armadas e Iglesia Católica) y mucha “hegemonía” de estos últimos en términos gramscianos (“dirección moral e intelectual”). En la actualidad, el proyecto liberal no puede escapar a las características de una derecha sui generis, como no la hay otra en el mundo: (1) mas bien autoritaria en lo político, (2) conservadora en lo cultural, (3) populista en lo electoral (Fra Frá, Lavín) y (4) neo-liberal en lo económico --y lo cierto es que no basta con esto último para construir un proyecto liberal (especialmente cuando el legado del neo-liberalismo económico de los Chicago Boys, bajo Pinochet, fue sumir a 5 millones de chilenos y chilenas (40 por ciento de la población) en la pobreza. En síntesis, a pesar de la “ola liberal” que de algún modo ha recorrido el mundo, no le veo mucho futuro al “proyecto liberal” en Chile, salvo esta expresión en la centroizquierda e independientes de la Concertación, con algunas incrustaciones en la centro-derecha democrático liberal y lo que queda de ella.

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MANFRED WILHELMY VON WOLFF

Economía. Un solo punto entre varios posibles: El Estado chileno sigue siendo, sin justificación, un gran empresario. Propongo privatizar empresas como la Editorial Jurídica de Chile (hoy día una editorial e imprenta comercial y cadena de librerías), Polla Chilena de Beneficencia, Casa de Moneda, La Nación, TVN, Enap, Banco Estado y Codelco (a través de sus Divisiones). En el caso de Codelco, ello requeriría terminar con la ley Reservada de fondos para las FF.AA. En el ámbito de la defensa, es necesario revisar la situación de ASMAR, FAMAE y ENAER. En general, utilizaría, cuando sea apropiado, fórmulas que incorporen a los trabajadores a la propiedad y que difundan las acciones entre amplios estratos de la población, directamente y vía AFP.

Justicia La justicia en lo criminal sólo actúa cuando el ilícito penal (presuntamente) ya se ha cometido. Por esta razón, en este terreno es previo un gran esfuerzo en materia de seguridad ciudadana, tema no consultado por Uds. En todo caso, en la justicia penal insistiría en la cabal puesta en marcha de la reforma, sin permitir que en la práctica se intente volver atrás mediante variados subterfugios. En todos los ámbitos de la justicia, propiciaría una política que garantice un amplio y efectivo acceso a ésta, ya que en este campo falta mucho por hacer.

Director Ejecutivo de la Fundación Chilena del Pacífico. 88


Derechos Humanos El camino de redactar complejos proyectos de ampliación de catálogos de derechos, muy propio de nuestra cultura política y jurídica, es tal vez el menos prometedor para mejorar la situación de derechos humanos en el país. Considero mucho más importante (sin entrar a las situaciones legales por la dictadura) trabajar en bastos proyectos de formación cívica para que la gente conozca sus derechos, aprenda a valorarlos y defenderlos y, muy importante, aprenda a respetar los derechos de los demás. Combatir la práctica, tan arraigada en Chile, del abuso en todo orden de cosas, es también una forma de dar vigencia práctica a los derechos humanos, o sea fomentar una cultura del respeto al derecho.

Educación En esta materia, el énfasis en la calidad de la educación es decisivo, ya que la situación del país en este plano es francamente mala, lo que de persistir frustrará las esperanzas de incorporarnos a los países desarrollados no sólo el 2010 (meta imposible de alcanzar) sino en toda la primera mitad del siglo XXI. Cómo lograr esta mejoría es un tema de especialistas, pero hay puntos obvios: mejorar la cantidad y calidad de la docencia, difundir una “cultura del aprendizaje”, enfatizar los contenidos en que estamos más débiles (ciencias y lenguas extranjeras, por ejemplo).

Relaciones Cívico-Militares Es imprescindible disminuir la enorme brecha social y cultural (no sólo política) entre civiles y militares. Para esto se requiere un esfuerzo de largo plazo que permita una mayor integración de los militares a la sociedad, a 89


través –entre otros- de informar aspectos claves como la educación militar, la salud, el régimen de la carrera militar y la seguridad social de los militares (esta última antes que haga crisis total).

Constitución Es obvio que la primera prioridad es la eliminación de los vestigios autoritarios en la Constitución, tema ampliamente conocido.

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Foro Panel ¿QUE ES NECESARIO PARA QUE EN CHILE SE CONCRETE EL PROYECTO LIBERAL?

4 de septiembre de 2002 Salón Fundación Presidente Balmaceda 

Sergio Bitar Chacra Jorge Schaulsohn Borodsky  Oscar Godoy Arcaya Pedro Correa Opaso (Moderador) 

Versión magnetofónica, no corregida por los autores.

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PEDRO CORREA OPASO Presidente Directorio Fundación Balmaceda Gracias a todos. Damos inicio a este foro panel organizado por la Fundación Presidente Balmaceda. Inicialmente voy a decir unas palabras para, finalmente, introducir a los panelistas que nos acompañan. La Fundación Presidente Balmaceda fue creada en 1916 por don Elías Balmaceda para difundir el ideario liberal que patrocinó su hermano don José Manuel. Con esto dejamos constancia que el Liberalismo es un pensamiento muy antiguo en nuestro país, cuya aplicación, especialmente en los terrenos económico y cultural, originan gran parte del desarrollo y progreso alcanzado en los siglos XIX y XX. Sin embargo, el liberalismo, motor de la economía de mercado, vuelve a mostrarse en plenitud en las dos últimas décadas, originando un fuerte crecimiento económico, lo que permite, a la vez, impulsar un gran desarrollo social. Hace poco más de tres décadas, en un día como hoy, el día 04 de septiembre, se celebraban, como era tradición, las elecciones presidenciales en Chile, elecciones como ejercicio básico de la democracia y democracia como condición del liberalismo. Esa misma democracia que se vio interrumpida por quienes decían sostener e implementar, erróneamente, un modelo liberal el que hoy día, nuevamente, goza de buena salud. El liberalismo que ha sido el modelo de desarrollo en los últimos años, paradójicamente, se produce en ausencia de una orgánica partidaria propiamente liberal. Sin embargo es, talvez precisamente por esta ausencia, que podría haber sido políticamente competitiva, que el liberalismo traspasa las fronteras de otros partidos, 92


ideológicamente diferentes, produciéndose un acercamiento entre todos ellos, como jamás antes habíamos visto en Chile. Así ha nacido un liberalismo transversal políticamente hablando, que aflora cada día con más vigor en las fuerzas políticas de nuestro país. De esta manera el liberalismo ha alcanzado una fuerza y una flexibilidad que ha permitido consensuar la aplicación de principios y filosofías de vida, facilitando la aplicación de la economía social de mercado, la cual, hoy, es vox populi, resulta indispensable para alcanzar el desarrollo y crecimiento del país. Es preciso que inculquemos muy profundamente en nuestros pensamientos que todo aquello que postergue, demore o entrabe el progreso y desarrollo económico de Chile, postergará, demorará o entrabará su progreso y desarrollo social y, en cambio, haremos patria para todos, y especialmente para los más pobres, procediendo a la inversa. Por cierto, en todas estas acciones cabe al Estado un rol planificador y tutelar significativo, pero también le cabe una responsabilidad importante cual es la de reunir los recursos financieros necesarios para acelerar dicho proceso redistributivo, así como de crecimiento y desarrollo. Para esto el gobierno no precisa de mucha imaginación sino, más bien, de imponer decisiones en el ámbito político que le permita dar soluciones ahora, pues "los pobres no pueden esperar". Para alcanzar estos propósitos, ha sido también necesario que el liberalismo haya también flexibilizado y modificado sus principios básicos y haya debido diferenciarse de otras tendencias liberales que buscan el lucro personal sin preocuparse del desarrollo social, no trepidando en abandonar la libertad y la democracia en aras de sus intereses económicos.

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La Fundación Presidente Balmaceda busca, hoy, impulsar el verdadero liberalismo. El liberalismo que no existe sin democracia y que se sirve de la economía de mercado para lograr éxitos económicos y también desarrollo social, político y cultural, única forma de garantizar la libertad y la paz ciudadanas. Para clarificar los objetivos de este liberalismo es que, entre otras acciones, nos hemos reunido en esta ocasión, invitando a numerosas personalidades, algunas de las cuales han avanzado trabajos que están a vuestra disposición, los cuales debatiremos con los distinguidos panelistas invitados, a quienes agradecemos, muy sinceramente su participación, los señores Sergio Bitar, Jorge Schaulsohn y el Cientista Político, Director de la Fundación, don Oscar Godoy. Dichos trabajos, que también agradecemos, así como la participación de estos panelistas y la intervención de aquellos que expresen opiniones en el debate que seguirá a las exposiciones, será compilado en un libro a distribuirse gratuitamente, entre los interesados y los centros políticos y universitarios.

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EXPOSICIÓN DEL SEÑOR SERGIO BITAR CHACRA: Ex Senador de la República. Es una iniciativa muy valiosa la de la Fundación Balmaceda, y el recuerdo que hacía Pedro al comenzar sobre su gestación. A propósito de ello, recién leí un libro sobre el primer viaje presidencial de Chile, que fue hecho por el presidente José Manuel Balmaceda, a la región de Tarapacá, fue el primer Presidente de la República que visitó esa zona chilena después de la Guerra del Pacífico y recorrió todas las salitreras, también en homenaje a aquel recuerdo es que yo he optado por colocarme esta corbata roja, que me acaba de regalar el directorio de la Fundación Balmaceda, con puntitos azules. He preparado unas notas que dejaré. En estas notas sostengo que entre liberalismo y progresismo hay un amplio espacio de coincidencia para abordar una agenda común, a favor de la democracia y la modernización de Chile. Veamos que el gran aporte del liberalismo al pensamiento y a la institucionalidad política, es la defensa de la libertad individual, y la aplicación de aquellas prudentes limitaciones que hacen posible el ejercicio de esa libertad. Esa limitación consiste en no constreñir la libertad del otro, la libertad, derecho esencial sólo puede tenerse y ampliarse cuando se ejerce en beneficio de todos y para ello debe practicarse con responsabilidad. El pensamiento liberal ha sido esencial para luchar y contener el totalitarismo, la xenofobia, la intolerancia y la discriminación. Ha sido firme en la lucha contra el absolutismo, las monarquías y la imposición de normas religiosas sobre la organización social y política, su inspiración es laica. Uno de los supuestos fundantes del liberalismo es que el hombre tiene una cierta dosis de maldad, como señalaba Montesquieu, y, or tanto, los sistemas políticos deben contener equilibrios de poderes para impedir el abuso de los débiles. Estos principios, son 95


plenamente compartidos por el progresismo moderno. La doctrina liberal, además, sostiene que no hay libertad política sin libertad económica. Yo comparto ese criterio. Si bien en el plano político esta posición es compartida por liberales de todo signo, como señalaba Pedro recién, las diferencias surgen en torno a la relación entre libertad política y libertad económica. Ocurre en la práctica que el mero ejercicio de la libertad política sin regulaciones, el sistema económico de libre mercado termina otorgando privilegios a una minoría y acrecienta las diferencias. En situaciones críticas, esas minorías pueden atentar con la libertad política de la mayoría para mantenerse en el poder y así usufructuar de sus ventajas. Durante la historia de América Latina se han diferenciado dos posturas en el liberalismo. Una proyecta prosecución de las libertades políticas en el campo económico social, defendiendo derechos ciudadanos en su sentido amplio y extendiendo la igualdad de oportunidades económicas y sociales como condición para ejercer la libertad política. Para ello, busca armonizar el funcionamiento de un mercado libre con un rol regulador del Estado, a fin de garantizar la competencia y corregir desigualdades. Es un liberalismo progresista. La otra abraza el mercado y presume que éste realiza automáticamente la aspiración de libertad económica y política para todos. Rechaza la intervención del estado para corregir desigualdades. Es un liberalismo conservador. Este pensamiento adquirió una modalidad deformada en América Latina: el llamado "neoliberalismo". Sus partidarios sostienen que el mercado es el sistema regulador de las relaciones económicas y políticas, y afirma la supremacía del consumidor sobre el ciudadano. En su expresión más aguda se hermanó, en nuestro caso con la dictadura política, aceptándola como fórmula para 96


imponer esa libertad de mercado, destruyendo su esencia: la libertad individual. Dicho pensamiento conservador rechaza la intervención del Estado o la regulación del mercado y de ese modo prescinde de actuar sobre las desigualdades, socavando el ejercicio de la libertad individual, salvo para la minoría que usufructúa del mercado gracias a su situación económica y ejerce directa o indirectamente el poder político. Esta concepción "neoliberal" ha sido el principal enemigo de la concepción liberal auténtica. Hay grandes desafíos de América Latina y de Chile que requieren a futuro de una acción inspirada en el ideario liberal progresista, tales como: a) Extender el ejercicio de los derechos individuales a todos y, fortalecer la democracia atacando la pobreza y la desigualdad, pues ellas horadan las bases de una sociedad libre. b) Garantizar la seguridad ciudadana resguardando las libertades individuales. La inseguridad en general, y el terrorismo en particular, serán una preocupación fundamental de las sociedades del siglo XXI. La lucha contra el terrorismo y el logro de la seguridad deben realizarse en el marco del Estado de Derecho, y el logro de la seguridad además preservando una sociedad abierta. La seguridad humana en su sentido amplio (proteger del hambre, la enfermedad, la ignorancia y la delincuencia) es el desafío contemporáneo inescapable para los demócratas. c) Elevar la educación de la ciudadanía para imbuirla de principios y prácticas democráticas. Las sucesivas encuestas, en particular las últimas de latinobarómetro, alertan sobre la precariedad de las convicciones democráticas de muchos chilenos. La formación cívica 97


constituye un objetivo prioritario para quienes se inspiran en el ideario liberal. d) Fortalecer la sociedad civil y la organización ciudadana. La libertad requiere del ejercicio y la democracia de la transparencia y la supervisión de todos los ciudadanos lo que se denomina también en el lenguaje anglo sajón accountability. Un sistema político es mejor cuando existe más participación de la sociedad organizada. Por tanto, el pensamiento liberal debe promover la extensión de los derechos y deberes ciudadanos como mecanismo autorregulatorio de una sociedad civilizada y abierta. Si queremos menos Estado tengamos más sociedad civil. e) El pensamiento liberal progresista en Chile se manifiesta con diferente vigor en diversos actores políticos. El Partido por la Democracia (PPD) (l), es uno de sus portadores. El progresismo se entronca con la izquierda y su aspiración por la igualdad pero también se nutre del liberalismo y anhelo de libertad. Así a ocurrido en la historia de Chile desde el siglo XIX, la contribución del pensamiento liberal fue gravitante para conformar la República, y muy relevante para otorgarle un carácter laico con separación de la iglesia y el Estado. Más tarde sus principios también inspiraron a quienes desde comienzos del siglo XX, se sensibilizaron con la llamada cuestión social para corregirla, sin embargo desde ese periodo una corriente se distanció del compromiso social. En todas las sociedades y particularmente las más pobres, con amplias desigualdades, la ampliación de las libertades políticas, exige impulsar el cambio social, para afirmar las bases materiales que permitan el ejercicio pleno de los derechos humanos. En consecuencia, a mi juicio esa corriente se apartó de sus valores primigenios. En este terreno cabe un compromiso mayor y una reflexión más profunda incluso en la hora actual, 98


establecer una relación mercado-estado en una economía globalizada crecientemente, donde existan equilibrios que hagan posible una verdadera libertad individual. Este tema, la igualdad ha distinguido históricamente a la izquierda de la derecha, y así ha ocurrido en Chile. Hoy, la dicotomía principal de las fuerzas políticas a mi juicio se ha trasladado al dilema progresista conservador. Son conceptos estos y visiones más integrales, que sintetizan además de los temas sociales y de la desigualdad, los factores institucionales, culturales, de género y ecológicos. En esta nueva etapa, el liberalismo constituye en consecuencia un nutriente para el progresismo. Al iniciar el siglo XXI al liberalismo progresista le corresponde un papel principal en la lucha contra las discriminaciones y la cultura autoritaria, ambos parte de nuestro modo de ser, que nos compete superar para lograr niveles civilizatorios superiores. El reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, de minorías sexuales, la legalización del divorcio vincular, son campos de acción común con las demás fuerzas progresistas. f) En tiempos de globalización acelerada, el desafío es aún más apremiante, para los demócratas. Las formas superiores de institucionalidad exigen una gobernabilidad mundial democrática, que hoy no existe. Cuando los poderes transnacionales se globalizan y se constituyen en el centro del poder unipolar, la sociedad contemporánea corre peligro. La acción conjunta de socialdemócratas y liberales es un requisito para avanzar hacia una institucionalidad democrática global. Un ejemplo es el Tribunal Penal Internacional. La democracia requiere de un programa de acción global que abarque los derechos ciudadanos, la regulación del sistema financiero internacional y la acción para combatir la pobreza y la destrucción ecológica a nivel planetario. 99


Por eso pienso, para el futuro de Chile encontramos, entonces, un รกrea de convergencia indiscutible donde trabajar unidos para materializar una Agenda por las Libertades y el Progresismo. Muchas Gracias.

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EXPOSICIÓN DEL SEÑOR JORGE SCHAULSOHN BRODSKY: Ex Presidente de la Cámara de Diputados Bueno, quiero agradecer a la Fundación Balmaceda, la invitación a participar en este interesante panel, junto a personas tan distinguidas e ilustradas. Sergio Bitar, ha puesto un buen marco conceptual para tratar de escudriñar el tema que nos convoca, que según yo, es qué entendemos por el pensamiento liberal progresista. Lo primero que quisiera constatar, es que en general las definiciones políticas clásicas, han cambiado mucho y que hoy día no es fácil definir lo que verdaderamente significa o representa toda ideología. Uno muchas veces se golpea la cabeza contra la pared tratando de encontrar una definición integral de lo que cree ser, pero se olvida que los otros también están enfrentados exactamente al mismo dilema, con las mismas dificultades y probablemente teniendo tan poco éxito como uno en re definir conceptualmente el ideario que en algún momento se identificó con determinadas palabras. ¿Qué es ser socialista hoy día? verdaderamente, ¿qué es ser radical?, ¿qué es ser social demócrata?, ¿qué es ser social demócrata en Inglaterra? por ejemplo como Tony Blair, ¿qué es ser social demócrata en Francia? con Lionel Jospin, ¿qué es ser social demócrata en España? con Felipe González, y ¿qué es ser social demócrata en Chile? por ejemplo con el Partido Socialista. Y sin embargo todos estos partidos, podría nombrar otros aún más disímiles, como por ejemplo el laborismo israelí, pertenecen a una misma organización internacional que los acoge bajo el paraguas de la Internacional Socialista. Probablemente hace cincuenta años atrás esta discusión no habría existido, pero hoy día efectivamente existe, porque la realidad ha ido superando a las ideologías, no así a ciertas definiciones valóricas esenciales y yo creo 101


que es por ahí que tenemos que tratar de buscar la definición que nos interesa, eso como primer problema. Luego hay un segundo problema, que tiene mucho que ver con nuestra realidad, sobre todo con la realidad que emerge en el Chile post régimen militar, pero que también se da en general en el resto de los países del mundo. Es que vivimos en una época de gobiernos de coalición, bueno, y también de gobiernos de cohabitación, lo que obviamente para nosotros resultaría bastante difícil de aceptar como concepto. En Europa, en Francia, en particular hasta hace muy poco había un gobierno de cohabitación, y ¿qué ocurre cuando se gobierna en coalición?, y si nos concentramos un poco en analizar el caso chileno propiamente tal, para mi emerge con mucha claridad que la convivencia intensa que se produce al interior de las coaliciones, termina produciendo una especie de transferencia ideológica, llamémoslo así, porque se habla mucho de la transferencia tecnológica, una especie de transferencia ideológica entre los distintos partidos que conforman esa coalición, y al final la suma de los partidos que actúan en coalición pasa a tener una cierta identidad política y cultural distinta a la de las partes que la componen. Con todas las contradicciones que eso evidentemente puede significar pero que en realidad también se dan al interior de los partidos, o sea hoy día uno puede decir, la Concertación , -se ha utilizado esta frase reiteradamente-, tiene dos almas, bueno los partidos tienen ocho almas, y si no basta ver lo que pasó en la reunión de Olmué del PPD, para hablar de algo que es más reciente donde la directiva toma acuerdos "A" y después se reúne un grupo en un hotel para decir que están con la posición "B", no lo digo para censurar el hecho, sino simplemente como ejemplo de que a veces hay una cierta mirada integrista que busca penalizar el hecho de que al interior de un partido o de una coalición pueda existir una diversidad de miradas. Pero esto es fruto de que la sociedad cada vez es más diversa y hay 102


puntos de vista frente a los distintos problemas, la gente es más informada, esta sujeta a mayores influencias a través de los medios de comunicación, de la tecnología, del internet. Hoy día no hay nada, que sepa un dirigente político, que no sepa cualquier ciudadano que tiene un computador sobre su escritorio, y probablemente como no esta tan ocupado en las dos o tres reuniones que le consumen el día entero, tiene una visión más global que el propio dirigente político. Antes no era así, antes si uno no era asambleísta no sabía lo que pasaba, tenía que esperar hasta el día siguiente para leer el diario para que le informaran lo que habían resuelto el día anterior. Hoy día uno se mete a un diario electrónico, en la internet y sabe a los cinco minutos lo que esta pasando en todas partes. Creo que estos dos factores: el hecho de que el mundo cambia aceleradamente y que las ideologías políticas han evolucionado, algunas han colapsado otras están en proceso de metamorfosis por una parte, y las partes de los gobiernos de coalición que va creando una cierta identidad política social y cultural común, hacen bastante más difícil identificar con precisión, a partir de las iniciativas ideológicas tradicionales, que es lo que es cada cual. Un ejemplo, en el encuentro del PPD de Olmué se nos mostró una encuesta muy interesante sobre los nuevos parámetros de agrupación de la ciudadanía, estudio hecho por personas muy expertas, entonces ahí se hacia una diferencia entre los conservadores, los liberales no recuerdo que otras categorías habían ahí. Al final lo que pasaba es que uno era un poco de todo, se reconocían algunos aspectos de una manera de identificarse y se reconocía también ciertos aspectos de otra manera de identificarse. En Estados Unidos, ser un Liberal Democrat es ser de izquierda realmente, ser un New Democrat, es ser un liberal más conservador de la vertiente "clintoniana", y en 103


este cuadro lo que yo observo es que va quedando, más que definiciones ideológicas, es un cierto ethos cultural, que si permanece en el tiempo y es muy fuerte, y yo por lo menos en Chile identifico tres ethos culturales que están presentes en todos los partidos y en todos los líderes de opinión y que se confunden y que a veces es difícil dilucidar si se esta con el sombrero de uno o de otro. En primer lugar esta el ethos de la derecha clásica autoritaria, que es lo que Sergio Bitar correctamente identifica como el modelo conservador, lo que sería en Estados Unidos el Republicanismo de Jesse Helms, pero no el Republicanismo de Colin Powell que es una cosa completamente diferente, y que en Chile tiene una expresión muy concreta en la UDI (2), en mi opinión, que es un partido cuyo ethos es de la derecha clásica asociada a los grandes poderes económicos, con una mirada muy desconfiada de las organizaciones sociales a pesar de toda la decadencia en la que hoy día justificadamente o no, no interesan, se puedan encontrar, vinculada también al militarismo no solo de ahora sino también desde antes de la crisis del año 73, y muy conservadora desde el punto de vista valórico, no al divorcio, no al aborto, en ninguna de sus formas. Hoy día entre paréntesis una interesante encuesta de la Fundación Futuro muestra que más del 60% de los chilenos son partidarios de la legalización del aborto terapéutico, de la legalización del aborto en caso de incesto, bien sorprendente la encuesta en ese tema, porque normalmente es un anatema. Bueno yo creo que ese es un ethos cultural, que esta presente en la sociedad, que esta presente en la derecha, pero que también a veces esta en ciertas dimensiones presente incluso en la izquierda. Luego tenemos el ethos socialista. Lo que yo llamaría la cultura de la izquierda chilena y latino americana, que a 104


mi juicio es poco evolucionada y que esta mucho más cerca de la cultura de izquierda que teníamos en el año 70, de lo que es la cultura de la izquierda moderna europea que tenemos hoy día en otros países, y que esta representada en parte por el Partido Socialista (3) pero también en parte por nosotros mismos en elementos del PPD, obviamente, en parte por elementos de la Democracia Cristiana (4), no vamos a dar nombres pero si queremos agrupar por ethos podríamos hacer con cada partido todos los partidos que hay, esa es la realidad. Y a mi juicio esta emergiendo en Chile a partir de este concepto de la transferencia ideológica un ethos que es nuevo, que es el ethos liberal progresista que es por lo menos el ethos con el cual yo me gustaría y me gusta identificarme, desde el punto de vista cultural y desde el punto de vista político, ahora yo creo que este ethos cultural nuevo, liberal progresista tiene mucho que ver con el fenómeno de la transversalidad que se da en política, que se da entre los ciudadanos, con mucha fuerza y que se esta empezando también a dar entre las cúpulas políticas. Por ejemplo hay una reunión, bueno Andrés Allamand (5) fue a la reunión del PPD a dar una charla, - no es que se haya ido a inscribir al PPD - como sus detractores pretenden, fue a compartir sus puntos de vista. Ahora entiendo que la Democracia Cristiana ha invitado a un conjunto de dirigentes a la reunión de la Internacional Demócrata Cristiana, pero estos no son diálogos de sordos, lo que yo observo en estos diálogos es que la gente se va dando cuenta de que, puede tener ciertos elementos muy sustantivos en común con personas que tradicionalmente estaban en lados opuestos. Y ¿quien primero descubrió este fenómeno?, para vergüenza nuestra fue el ethos cultural conservador y autoritario, con la candidatura de Lavín (6), por qué nosotros siempre hemos pensado desde el ethos cultural de la izquierda desde donde podemos provenir, en evolución hasta el 105


ethos cultural liberal progresista, que ir a capturar el voto de la derecha es poco menos que una traición, pero la derecha no tiene ningún empacho en hacer lo contrarío. A mi me tocó acompañar en la campaña presidencial a diputados de mi partido en la actividad puerta a puerta, personas, señoras, que decían "mire no se preocupe don X", - para que vamos a dar nombres -, "yo estoy con Joaquín Lavín, don Joaquín en esta, pero en la próxima estoy como tabla con usted". Y no tengo ninguna duda de que ese candidato volvió en la parlamentaria donde la misma señora, y la señora le dijo si señor, estoy como tabla con usted, y ese candidato a diputado ni antes, ni ahora intentó persuadir a esa persona que cambiara de opinión. O sea, si quiere votar por un derechista para presidente y por mí para diputado, no hay ningún problema. Quiero decir con esto que la ciudadanía y esto es un fenómeno mundial, cruza las fronteras políticas con una facilidad mucho mayor, que las cúpulas son capaces de entender, que pueden establecer relaciones políticas con culturas políticas diferentes. Nadie me puede decir a mi que el 60 % de la población de Santiago Centro es derechista y Lavín saco el 60 % de los votos de la comuna de Santiago, mañana a lo mejor votan por alguien distinto, que puede sacar el 50% de los votos entonces hay una transversalidad que es muy interesante de destacar. Ahora en medio de toda esta confusión, y yo siempre creo que la confusión es buena, porque lo peor es vivir en un mundo de certezas, y estamos viviendo en un mundo en que las coaliciones políticas a mi juicio están completamente agotadas, no dan el ancho, son camisas de fuerza. La ciudadanía naturalmente al final si uno va al supermercado y tiene dos productos buenos, elige el que más le gusta dentro de los dos que hay, pero no significa que la ciudadanía no esté a mi juicio buscando alternativas que sean más integradoras, y que en mi opinión van por el camino de este ethos cultural, que esta 106


emergiendo con fuerza en la sociedad chilena. Que es transversal, que tiene elementos de los otros ethos culturales que existen naturalmente, pero que se puede definir como un ethos cultural liberal progresista, y que es lo que lo caracteriza. Nosotros con Andrés Allamand, en algún momento intentamos hacer, algo que llamamos "el paraguas liberal", que era una manera de decir, estos son los elementos alrededor de los cuales podría surgir en Chile, no un partido, - porque un partido político, habría que encontrar voluntarios para organizarlo, yo personalmente no me cuento entre ellos -, pero si por ejemplo en función de la próxima elección presidencial, porque si uno mira las encuestas va a ser una elección tremendamente competitiva. Hago un paréntesis, si uno lo mira en términos de expectativas es bien notable como las expectativas de Lavín han decrecido y la competitividad de la próxima elección se ha incrementado a pesar de los problemas económicos que enfrenta el país Pero si uno pudiera pensar que en la próxima elección presidencial no se van a enfrentar coaliciones, esa es mi apuesta, no se van a confrontar partidos, no se van a confrontar alianzas, se van a confrontar "ofertas presidenciales" y como dice Sergio Bitar, se va a confrontar una oferta conservadora y debería también participar una oferta liberal progresista, encabezada por un candidato o candidata que a mi juicio tiene que tener un sólo requisito, los elementos en torno a los cuales se podría construir esta oferta presidencial, inspirada en este ethos cultural liberal progresista que pre supone no como dicen algunos de sectores que están más allá de la Concertación, se sumen a la Concertación, sino que pre supone que nosotros seamos capaces de aprender a trabajar con otros con los cuales hasta ahora no hemos sido capaces de trabajar, o no se ha presentado la oportunidad, o la necesidad de que 107


trabajemos juntos. Nosotros hicimos en algún momento una lista de 15 puntos que los quiero brevemente reseñar: En primer lugar, a los que tienen un compromiso con el sistema democrático, sin apellidos ni tutelajes, Sergio Bitar lo ha dicho, es una regla básica, o sea dentro de la democracia todo, fuera de la democracia nada. Eso lo dijo en algún momento el pobre Trotsky que dijo dentro del partido todo, fuera del partido nada, y término muy mal. Pero yo creo que la situación a cambiado mucho ahora, y esto significa, las reformas constitucionales, se acabaron los designados, los consejos de seguridad, todas estas instituciones que no son propias de un sistema democrático, y que constituían una afrenta a la madurez cívica y a la inteligencia del pueblo chileno, y que ninguna persona de ethos liberal progresista puede estar de acuerdo en seguir manteniendo. En segundo lugar a los que estiman esencial la promoción de los derechos humanos y asumen el pasado de Chile en esta materia. El ethos cultural liberal progresista no puede tener ninguna contemplación con las violaciones a los derechos humanos de ningún tipo, ni justificaciones de ninguna naturaleza. En tercer lugar, a los resueltos partidarios de la economía de mercado. Los únicos países que progresan son los países que se mueven dentro de las reglas del mercado, con sus matices. La economía de mercado es muy distinta en Estados Unidos a la de Chile. Allá el gobierno norteamericano participa activamente en el mercado de los créditos hipotecarios a través del ginnie mae y los bancos reclaman mucho porque les come un pedazo de un mercado que les interesa. En Estados Unidos, no hay un sólo Trans Bank, sino que hay cuatro, y aquí hay sólo uno que hace lo que quiere con los comerciantes, ese es otro problema. 108


Es necesario entender, que identificarse con el crecimiento económico es identificarse con la movilidad social, y con la igualdad de oportunidades. Y esto se logra a través de una economía de mercado. A los que consideran prioritarios retomar un alto ritmo de crecimiento - dejémonos de leseras - si los países no crecen, los países se empobrecen, se puede crecer sin redistribuir, pero no se pude redistribuir sin crecer, y eso es una verdad del porte de una catedral, y el ethos liberal progresista se compromete con eso. Al ethos cultural de la izquierda le cuesta entender que el crecimiento es algo absolutamente esencial, aquí no hay en mi opinión la discusión del huevo o la gallina, hay distintos tipos de huevos pero primero es la gallina, el crecimiento. A los que concluyen que el estado no debe seguir desempeñando roles productivos, pueden haber excepciones pero en general, yo creo que el estado, en la economía moderna tiene un rol regulador insustituible. No creo en la desregulación a la Reagan, en donde los americanos están pagando en parte hoy día el resultado, y los ingleses también en algunas áreas de esas políticas. Pero la verdad es que el estado no lo hace bien en materia productiva, y los únicos que siempre están felices con el estado productor son los empleados y los funcionarios de las empresas públicas. Claro, Es mucho mejor encontrarse con el gerente general en la reunión de la comisión política del partido, se establecen otro tipo de relaciones, en fin. Ahora el tema esta de moda y no sé hasta donde vamos a llegar con eso, pero sería bueno que hiciéramos algunas privatizaciones. A los que piensan que el país tiene que hacer una apuesta aún más fuerte a la globalización y acentuar su apertura hacía el exterior, no hay vuelta atrás en mi opinión, y hay que sumarse. Por ejemplo, estamos ahora discutiendo el tratado de libre comercio con Estados Unidos. El otro día tuvimos una reunión con Sergio Bitar y 109


con la Ministra Soledad Alvear[7], y un poco en broma le dije a la Ministra, "Ministra le regalo un lápiz, firme cualquier tratado", no es obviamente lo que quiero decir, pero un tratado de un país como Chile que tiene 15 millones de habitantes con la principal potencia económica del mundo en el mediano plazo, no puede ser sino ganancia para nosotros, y por lo tanto insertarse en el mundo globalizado es fundamental. A los que creen que rebajar impuestos e impedir la rigidización del mercado laboral, es clave en esta estrategia de desarrollo. A los que enfatizan la urgencia de mejorar la educación y cerrar todo lo que se pueda la brecha tecnológica con los países desarrollados, yo vendería todas las empresas públicas e invertiría en la educación pública municipalizada, creo que en alguna ocasión, aquí mismo conversamos, no hay puestos de trabajo en el futuro para una masa laboral que no este capacitada, esos puestos laborales no existen, y no van a existir, y por lo tanto sino invertimos ahora en la educación pública municipalizada que es donde está la enorme mayoría, no vamos a salir adelante, y no tenemos los recursos sino los que puedan provenir de la enajenación de activos que están en poder del estado, que no se necesitan que estén en poder del estado, sobre todo en un estado con un buen marco regulatorio que siempre se puede perfeccionar e invertir ahora en las generaciones que vienen y no esperar cien años más. A los que valoran que en el país surja una pro empresa de emprendimiento y de innovación. Acá hay un problema cultural, tenemos que terminar con el chaqueteo. El ethos cultural liberal progresista es pro emprendedor, confía y apuesta en las personas. Las personas son capaces siempre y cuando haya lo que los americanos llaman un level play, o sea un campo de juego nivelado. No puede ser así la cosa de solucionar la mayoría de sus propios problemas. A los que están por un proyecto de desarrollo que equilibre las necesidades de crecimiento económico con la conservación del medio ambiente, entiendase, 110


desarrollo sustentable. Acaba de terminar la cumbre en Johannesburgo con resultados bastante magros aparentemente. A los que respetan la diversidad cultural y son contrarios a todo tipo de censura. No vale la pena elaborar más en eso. A los que aprecian la ampliación de la libertad de las personas y su derecho a tomar acciones en las diversas esferas de la vida social y personal. No hay que ser libre solo para comprar y vender acciones, también hay que ser libre para casarse y para divorciarse entre otras cosas, y para elegir el estilo de vida que uno quiera tener, preferencia sexual etcétera. A los que apoyan la implementación de políticas sociales, ojalá de ejecución descentralizada que protejan a los más débiles y nivelen la cancha para que exista verdadera igualdad de oportunidades. A los que afirman que la equidad pasa más cerca de la re ingeniería de políticas sociales y del aporte del sector privado a la solución de los problemas del sector público que del viejo recetario re distributivo. Yo creo que la discusión de que si la salud tiene que ser pública o privada es una discusión de segundo grado, lo importante es que la salud sea accesible a toda la población y sea de calidad. A mi francamente me importa un comino si es en el Hospital San José o en una clínica privada. Siempre y cuando haya acceso y no haya ni colas, ni que esperar. Lo mismo en materia de educación. Debiera haber ayuda financiera a los estudiantes de las universidades públicas o privadas, sin ninguna distinción. Existe un dato muy interesante que se omite, el 80% de los estudiantes de universidades privadas provienen de los hogares de más bajos ingresos, y el 80% de los estudiantes de universidades tradicionales provienen de los hogares de 111


más altos ingresos. Esto es por la sencilla razón de que para tener buenos puntajes hay que tomar desayuno durante 12 años con huevos revueltos, y la mayoría de la población en nuestro país no lo puede hacer. Además, para estudiar en la Universidad de Chile y en la Universidad Católica [8] hay que hacerlo en el día y la gente pobre en el día trabaja y en la tarde estudia. Hoy día tenemos 500 mil jóvenes en las universidades donde antes teníamos 200 mil. Y toda esta majadería de que las universidades privadas han estratificado la educación, no es verdad, han democratizado la educación en Chile, cualquier estadística que se mire lo demuestra, ahí están las cifras. Ahora que hay muchos problemas que hay universidades que no son buenas es otro tema. Podemos hablar de eso, pero tampoco nos vamos a poner a dictar leyes para decir que el año próximo se van a recibir 40 abogados, porque yo no me atrevo a decirle a mi hijo que no va a poder ser lo que el quiere ser porque hay un decreto que dice que se acabó el cupo, pero en fin, lo pongo ahí como un tema. Y por último, a los que opinan que el actual esquema político partidista responde más al pasado que a los requerimientos del futuro. Qué duda cabe. Acaba de terminar el congreso del Partido Socialista donde se armó una batahola por el tema del marxismo crítico. Cualquier persona culta entiende que nadie puede ignorar a Marx, si quiere entender adecuadamente los fenómenos políticos, sociales y económicos como tampoco puede ignorar a Freud. Pero que un partido político al inicio del siglo XXI, que además, es un partido de gobierno, dedique una parte importante de su principal evento a discutir este tema, refleja efectivamente que la cosa, no está bien y que en el otro lado pasa lo mismo. Entonces aquí lo que hay es una tensión, porque los partidos no dan cuenta de la nueva realidad política y social que se esta produciendo en el país. A donde va a ir 112


a parar todo esto, no tengo la menor idea, pero yo por lo menos creo que lo que uno tiene que hacer es promover el movimiento, que haya debate, que haya discusión, el statu quo, no le sirve a nadie, no le sirve a Chile. Yo creo que tenemos que ser audaces, tenemos que buscarle el cuesco a la breva y tenemos que ser capaces de imaginarnos de aquí al 2006 que no tenemos porque permanecer atrapados en las opciones políticas que hoy día existen y que tuvieron su origen a fines del siglo XIX y no responden adecuadamente a los desafíos de principios del siglo XXI. Gracias.

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EXPOSICIÓN DEL SEÑOR OSCAR GODOY ARCAYA Director de la Fundación Presidente Balmaceda

Muchas gracias señor Presidente, yo me congratulo de participar en esta mesa con dos personas que estimo y admiro como son Sergio Bitar y Jorge Schaulsohn, para conversar sobre el liberalismo. Yo voy a reflexionar en voz alta de una manera tal que espero suscitar en ustedes a su vez una reflexión personal acerca de este fenómeno que hoy día me parece a todas luces visible, de la emergencia de un proyecto liberal que en este momento yo diría que esta disperso difuso, fundamentalmente en la sociedad civil, y en un número importante de partidos políticos. Hoy día aquí, personeros del PPD han dicho bueno, nosotros somos, o tenemos al interior de nuestro partido una reserva de ideas liberales y nuestro partido en cierta medida se identifica con este liberalismo progresista. Lo mismo podríamos decir de sectores de otros partidos, no solamente de Renovación Nacional pero por ejemplo de la Democracia Cristiana o del Partido Radical etc. Yo creo, que el liberalismo es hoy día un modo de pensar que está difuso en la sociedad civil y en ciertos partidos políticos. Ahora bien, resulta interesante identificar a quienes de algún modo se sienten filiados de este proyecto liberal o del liberalismo difuso que existe en nuestro país. Jorge Schaulsohn con el "Paraguas liberal" nos ha hecho un punteo de ciertas características que serían participadas y que permitirían establecer pertenencias de mucha gente dispersa a un ideario o a un proyecto de sociedad liberal. Haría una síntesis de esos puntos de la siguiente manera, yendo a lo esencial de lo esencial, ¿quienes somos los liberales?

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En primer lugar, yo diría que desde el punto de vista de los valores hay tres que son fundamentales en los cuales nos identificamos aquellos que nos denominamos a nosotros mismos liberales, que son la libertad, la igualdad de oportunidades y la tolerancia, creo que esa tríada de valores identifican fácilmente a quien acusa o registra una pertenencia liberal. En segundo lugar somos liberales los que pretendemos construir una sociedad de bienestar, no un estado de bienestar, es decir, con altos niveles de educación, de acceso a la salud, de acceso a la propiedad que es fundamental. Las sociedades más fuertes en Europa y más liberales, son aquellas en las cuales el ciudadano, las personas, los individuos son propietarios de sus casas; por ejemplo en España el 80 % reúne estas características. Y luego, creo que es o somos liberales, aquellos que queremos o pretendemos que políticamente el eje de la política se centre en un ciudadano habilitado para deliberar, tomar decisiones, participar en el proceso de discusión pública en forma autónoma. En tercer lugar, yo diría que políticamente somos liberales aquellos que pensamos que el estado, desde el punto de vista de los valores, debe ser neutro respecto de todas las concepciones existentes en la sociedad civil y que sostienen los distintos grupos de individuos, o los individuos considerados particularmente desde la perspectiva religiosa, filosófica moral etcétera. Un estado de derecho es el que protege las libertades y derechos de las personas, un estado donde el poder está desconcentrado, donde hay división de poderes real y verdadero y donde la intermediación entre la sociedad civil y las instituciones del estado es eficiente y verdaderamente "representativa". Y por último somos liberales aquellos que sostenemos que en la asignación de los recursos el agente principal y 115


fundamental es el mercado, con la cooperación de un estado subsidiario y también regulador. No hay que olvidar, y lo ha dicho en cierta medida Jorge Schaulsohn, que sin regulación los llamados antiguamente monopolios naturales estarían operando e interviniendo al mercado, de un modo que lo distorsionaría y en consecuencia el estado debe necesariamente intervenir en el ámbito económico como regulador. Y evidentemente que si nosotros queremos una sociedad de bienestar le tenemos que asignar al estado - a lo mejor de una manera temporal - funciones puntuales de redistribución de las riquezas y de los bienes a través de políticas públicas que favorezcan a los más débiles, a los más pobres, a aquellos que carecen de lo adecuado para acceder y disfrutar de la sociedad de bienestar, yo diría que eso es lo fundamental. En ese terreno somos muchos los que estando en distintos lugares, sin embargo, nos sentimos vinculados, nos sentimos relacionados y estaríamos dispuestos en el futuro a participar en acciones políticas comunes. Ahora bien, a mi me parece que no basta con identificar ni responder a la pregunta ¿quién es o quienes son los liberales? es necesario reflexionar acerca de las condiciones necesarias y quizás suficientes, para desarrollar un proyecto liberal. Aquí la cosa es más compleja, en primer lugar hay dos condiciones sine qua non, que son absolutamente necesarias y que permiten la habilitación del ciudadano que participa, que es capaz de deliberar, que es capaz de participar en el proceso de toma de decisiones de la sociedad democrática. Una de estas condiciones es justamente el hacer desaparecer la pobreza, que es una limitante, y el extender la educación a todos los chilenos. Una educación, diversificada adecuadamente, que elevará los estándares de calidad y creará una sociedad cognitiva que verdaderamente habilitará a los chilenos a 116


ser ciudadanos de cuerpo entero. Porque no basta la existencia de un artículo en la constitución que define quienes son ciudadanos, de un modo existencial. Verdaderamente ciudadano es aquel que puede informarse, tomar decisiones electorales adecuadas, saber escoger, discutir las políticas públicas o participar en debates de las políticas públicas y en seguida tener una capacidad para desarrollar instrumentos de mediación entre la sociedad civil y el estado, o los órganos del estado, o las instituciones representativas. En consecuencia estas dos condiciones son fundamentales, sin educación, sin erradicación de la pobreza especialmente de la extrema miseria no es viable ningún tipo de democracia, y la democracia, mientras no se cumplan estas dos condiciones va a ser una super estructura que será administrada por una elite o por cúpulas partidistas, que se supone son competitivas entre si, pero definitivamente no se dará una democracia como la que podría aspirar un verdadero liberal. En segundo termino, creo que para que se desarrolle un proyecto liberal es necesario promover una diversificación de la sociedad civil distinta a la tradicional. La diversidad de la sociedad civil tradicional es la de los cuerpos intermedios entre individuos y el estado, la familia los sindicatos etcétera. Hoy día en las sociedades en que la democracia ha progresado y cuyo proceso se ha profundizado, se da el fenómeno que la sociedad se hace compleja y diversa a través del proceso asociativo voluntario, son los grupos los que hoy día en su expansión y despliegue quienes han revitalizado la democracia en todas las democracias tradicionales. Es por eso que hoy día los sistemas de partidos en las democracias fuertes de los países industrializados, están muy vinculados a los grupos o a las asociaciones. Nuestro país tiene un fuerte déficit en ese sentido, hay alguien que ha hecho un estudio y suma algo así como 8 mil 117


asociaciones de tipo voluntario en el país. Este número es muy insuficiente y evidentemente que habría que abrir allí un campo de promoción del fenómeno asociativo que incentive a las personas a participar en causas que le son cercanas y con las cuales se sienta identificado y que en definitiva le permitan participar en la esfera pública. Es evidente que hoy día, los partidos políticos tradicionales están confrontando un problema de déficit de participación y también de legitimidad, y una de las vías para salvar o fortalecer el sistema de mediación entre la sociedad civil y los órganos representativos del estado democrático, es justamente la diversificación de la sociedad civil, a través, de los grupos. Grupos que promueven la defensa del medio ambiente, grupos que promueven las más distintas causas, los intereses de un género sexual, de una preferencia sexual, que ya existen en Chile y son visibles. Esto es muy importante que encuentre un marco adecuado de expansión y sobretodo, la energía y la fuerza de los liberales para su promoción. Me parece que en tercer lugar es necesario avanzar en el ámbito de la política, en el sentido más tradicional del término. Es obvio que si miramos nuestro país al término del régimen autoritario y al comienzo de la democracia, nos pueden sorprender por ejemplo los resultados de serias encuestas, los cambios que se han producido en las percepciones éticas de las personas en el modo de vida, en el uso de ciertas libertades y derechos como la libertad de expresión en los medios de comunicación. Se ha dado un dictum de Kant muy antiguo que dice "Dadle libertad a los pueblos, y la libertad va a producir unos efectos que son sorprendentes", y efectivamente, creo que el proceso práctico de uso de las libertades va mucho más adelante que la clase política y que la reforma que esta clase política esta diseñando para el país. Esto evidentemente que podría apuntar a las reformas constitucionales y curiosamente o paradojalmente, creo 118


que cuando se aprueben las reformas constitucionales, ellas ya estarán en déficit, porque todas las reformas constitucionales que hoy día están en discusión en el parlamento, no sé en que nivel o tramite, lo único que están haciendo es colocar nuestras instituciones políticas a nivel del desarrollo democrático del año 1970, es decir, son instituciones para hace cuarenta años o treinta y tantos años atrás, son instituciones que en cierta medida no responden a las exigencias que esta planteando la sociedad civil, actual comprometida en un proceso de aceleración de la democracia. A mi me parece que un proyectó liberal que fuese más explícito que aquel que está difuso y que es vivido experiencialmente por la gente, sin mucha conciencia en algunos casos y con mucha conciencia en otros, debe coincidir con el tipo de reformas a las cuales se debe apuntar en el futuro, las cuales deben ir orientadas a reducir fuertemente el carácter extremadamente autoritario del presidencialismo que consagra nuestra constitución. Nuestro régimen como se sabe es ultra presidencialista. En segundo lugar creo que nuestro sistema parlamentario debiera ser unicameral. A mi me parece absolutamente grotesco este sistema bicameral en el cuál una ley es discutida dos veces. Es irracional, no corresponde a la racionalidad que han conseguido afinar los regímenes parlamentarios en el mundo, en su mayoría unicamerales, o donde el Senado tiene una función que no es fundamentalmente la de establecer los contenidos de la ley. Y en tercer lugar un régimen político que gire hacia el régimen parlamentario. Esto por dos razones, primero porque el régimen parlamentario es un régimen más adecuado desde el punto de vista de la representación, siempre y cuando vaya acompasado por un sistema 119


electoral adecuado que no podría ser el sistema mayoritario binominal. En segundo lugar, si nosotros miramos a los procesos de globalización o a los fenómenos de creación de instancias de gobiernos supraestatales, como es la unión europea, la única forma de gobierno que puede tener la globalización en el futuro para establecer leyes con validez internacional o leyes con validez regional, en el sentido extenso de la palabra como la unión europea, son sistemas de tipo parlamentario. Ningún estado va a transferir poderes soberanos a una instancia que sea o que tenga las características o la estructura de un régimen presidencial. Si algún día América Latina logra constituir algo similar a una unión europea no va a crear una superpresidencia, con un superpresidente, como el que contempla la constitución chilena - , o sea que quiero decir con ello, quiero decir que el proceso de globalización es un proceso y debe ser un proceso de democratización del orden internacional que, va a significar o debe significar y está significando transferencia de poderes soberanos de los estados a instancias terceras con validez universal y global para constituir una sociedad cosmopolita y una sociedad universal, con leyes con instancias de poder ejecutivo, con judicaturas. Ya el Tribunal Penal Internacional hace un primer avance al cuál evidentemente los conservadores chilenos se oponen, por razones absolutamente grotescas. Pues bien si esto es así, si ese es el proceso al cuál parece ceñirse ese designio formidable de los pueblos a través de la historia que es ir hacia lo mejor, habría que buscar una equivalencia en los gobiernos internos de los estados, y nosotros deberíamos revisar seriamente, y el liberalismo debería hacer suya una causa, como la que estoy exponiendo. Por qué no, la razón fundamental que se da es "el peso de la noche". Es la historia. La historia tiene un factor 120


determinante. Pregunto yo, ¿es determinante la historia?, es decir, no podemos ver el statu quo, el presidencialismo es nuestro destino aciago y el destino de latino América aciaga o sea aciago, y vean ustedes el resultado de los presidencialismos en toda América Latina, es el régimen más cercano al autoritarismo, es un régimen paternalista y anacrónico que supone la dependencia de las personas al estado, no supone personas independientes y no supone ciudadanos capaces de tomar decisiones por si mismos. En tercer lugar yo creo que es importante al desarrollar la sociedad civil, y al desarrollar o proyectar nuevos esquemas de gobierno del estado, por ejemplo, digamos que a la luz de un proyecto que se oriente hacia una parlamentarización del régimen actual, la participación ciudadana sea potenciada y el ciudadano democrático al cuál aspira el liberalismo progresista sea verdaderamente capaz de participar, sea capaz también de controlar la gestión ejecutiva y legislativa del estado, y ello supone - y esto es muy importante - la desaparición de los restos de clientelismo y el neo clientelismo que ha emergido desde la dictadura hasta nuestros días. Lo qué yo llamo neo clientelismo. Como ustedes saben los partidos políticos tradicionales en el siglo XIX desarrollaron clientelas electorales, que en su expresión más maximalista significaba prácticamente tener como ciervos de la plebe electores que, o dependían de la propiedad rural o dependían de oligarquías que organizaban y disponían de ellas como un capital electoral. ¿Ese fenómeno ha desaparecido?, una vez que el estado se ha reducido a ser menos productivo que en el pasado ¿ha dejado de ser un estado clientelista?, yo diría que en gran parte sí. Pero a mi juicio está surgiendo un nuevo clientelismo, yo lo llamo neo clientialismo, que son redes sociales dependientes de partidos, que disponen de grandes recursos financieros, y yo creo que el epítome del neo clientelismo es la UDI (9). No hay otra explicación que permita explicar por qué la UDI es el único partido que 121


tiene o administra redes sociales. La pregunta es ¿los miembros de esas redes sociales son personas autónomas e independientes? o están bajo la tutela y la conducción de un cierto patronazgo que dispone de grandes recursos y que los aumenta o los disminuye según las necesidades electorales, esa es una cuestión que yo dejo en suspenso, dejo hasta aquí mi exposición. Muchas gracias.

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Intervenciones del pĂşblico asistente al Foro Panel.:

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JORGE HEINE (Cientista político) Bueno yo quisiera agradecer la invitación a este intercambio que me parece muy útil y muy productivo. Hay muchos aspectos del ideario liberal con los cuales yo simpatizo, pero me parece que hay un supuesto de este panel, de la convocatoria del cuál yo discrepo. Creo que hay un supuesto, que de alguna manera nos da a entender que estamos viviendo una hora liberal que esta a punto de llegar. Que la única razón por la cuál en Chile las estructuras partidarias, los liderazgos, los partidos no han captado esta hora liberal, es porque es un poco anacrónico, un poco añejo, pero si se adecuan la realidad va finalmente a imponerse y de alguna manera el liberalismo se va a imponer en distintas variantes, se va a imponer de alguna manera. Me parece que es una perspectiva un poco atemporal. Si nosotros observamos lo que está pasando en Sudamérica, creo que lo que tenemos, no es la hora liberal, lo que tenemos es a mi juicio una gran crisis del proyecto neoliberal, por una parte. Y una crisis de cierto supuesto del pensamiento liberal que se está manifestando en gran fuerza. Oscar Godoy, un destacado colega en la profesión que compartimos, la Ciencia Política, ha manifestado una serie de aprensiones respecto del poder presidencial, respecto de la necesidad de buscar otros esquemas que disminuyan lo que él llama el autoritarismo de muchas estructuras políticas en Sudamérica, y eso refleja muy bien esa perspectiva liberal. En los últimos tres años, el otro día conversábamos sobre esto con Sergio Bitar, han renunciado ocho presidentes sudamericanos, no es que los hayan echado, han renunciado porque no han podido, la impotencia democrática, no pueden resolver los problemas, ¿es ese un problema de exceso de poder?, ¿es un problema de un presidencialismo autoritario?, creo 124


que es todo lo contrario, tenemos una situación de impotencia democrática, entonces la noción liberal, en donde lo importante es poder dividir el poder político, separar los poderes, disminuir un poder excesivo de los gobierno, de los partidos de las estructuras políticas, me parece que debe ser cuestionado. En América Latina tenemos un problema, que es la falta de poder político. Lo que hace tan difícil superar las desigualdades y resolver los problemas, no es el exceso de poder, lo que estamos viendo, es la falta de poder. Creo que ese es un primer desafío que debemos tener presente, que va en contra de ciertos supuestos básicos del ideario liberal, esta especie de aletargamiento democrático que estamos viendo y que me parece que es una crisis muy profunda que estamos viendo en la región. El segundo supuesto es que acá lo importante es el mercado y que de alguna vez si nosotros abrimos la economía, si nosotros desregulamos, si nosotros privatizamos, las cosas se van a arreglar, eso es lo que se ha tratado de hacer en Sudamérica durante los últimos diez años. Argentina privatizó correos, han privatizado todo, no les queda nada que privatizar y están en la situación en que están y lo mismo podemos ver nosotros en numerosos otros países. Entonces la noción que de alguna manera las cosas van por ahí yo creo que está siendo profundamente interrogada en este momento. Lo que esta ocurriendo en la región nos levanta profundas dudas respecto de eso. En un tercer aspecto del ideario liberal que me parece que es el más significativo, más rescatable y el que conserva mayor vigencia, es en el plano cultural. El tema de la tolerancia que se ha mencionado acá y que es irónicamente, el que esta menos vigente en Chile, el país de la censura. Yo me suscribí a Sky [10], pensando que con eso podía escapar a la censura. Resulta que no, la 125


censuran igual. Entonces yo creo que ahí, hay un gran tema, y una gran avenida por la cuál avanzar, que es crear efectivamente una sociedad liberal en que terminemos con la censura, terminemos con estas prácticas que dominan nuestra sociedad. En los otros planos, creo que el liberalismo enfrenta grandes interrogantes y la crisis que estamos viviendo en Sudamérica refleja esas interrogantes. Quisiera poner eso sobre la mesa porque me parece que de lo contrario caemos en una discusión un poco atemporal que la podríamos tener en 1790, en 1850 o el 2002, pero lo que estamos viendo en Sudamérica hoy es un cuadro en ese sentido muy preocupante para estos planteamientos del liberalismo clásico, en que la realidad latino americana esta diciéndonos que parece que la cosa fuera por otro lado y que el mundo globalizado no es llegar y abrirse a él. Creer que entre las grandes mareas del progreso y del avance, porque esas grandes mareas pueden destrozar sociedades, y pueden destrozar instituciones. Quisiera terminar finalmente con una reflexión, a mi hace dos semanas atrás me correspondió organizar parte de la visita a Chile del profesor Joseph Stiglitz, con el cual estuve compartiendo un fin de semana en distintos foros en distintas instancias, y me llamo profundamente la atención un hecho. Acá está el premio Nobel de economía 2001, el actual, profesor de Columbia, ex vicepresidente del Banco Mundial, economista jefe del Banco Mundial, ex presidente del consejo de asesores económicos del ex presidente Clinton, que ha publicado un libro sobre la globalización en que la cuestiona profundamente, "El Malestar de la Globalización", y que yo lo recomiendo a ustedes encarecidamente, y que, además, cuestiona gran parte de los supuestos en el cuál el debate económico en Chile se ha llevado a cabo en los últimos 20 años. Y saben ustedes, lo más notable de su visita fue el silencio ensordecedor de los economistas chilenos. Ninguno salió al ruedo a cuestionar los planteamientos del profesor 126


Stiglitz. Nosotros tenemos muy destacados economistas, profesores en importantes universidades en los Estados Unidos que nos vienen predicando hace mucho tiempo ciertas verdades que nadie se atreve a cuestionarse, porque parece que fueran la verdad recibida, viene el premio Nobel de economía y dice todo lo contrario, y hay un silencio abrumador, entonces yo me pregunto cuán vigente son estas nociones que nosotros hemos aceptado como los dogmas de fe del liberalismo económico y que hoy día a mi juicio están en una profunda crisis. Gracias JORGE SCHAERER. (Economista) En realidad la visita de este inglés a Chile me recordó la visita de los apóstoles, a los primeros cristianos, se reunían sólo con convertidos. La visión que se hizo aquí de la derecha es un poco sesgada. La UDI no representa a la derecha tradicional, todo lo contrario, y eso es lo que la hace peligroso a ese partido. No es cierto que la derecha haya sido militarista en Chile, todo lo contrario, lo que caracterizó a través de la historia a la derecha en Chile es haber sido contraria al militarismo. Incluso cuando las Fuerzas Armadas empezaron a intervenir en política en los años treinta, se crearon las guardias Republicanas, una milicia civil para contrarrestar el peso que podían tener los militares en política, y no hay que olvidar que la República socialista en Chile fue impuesta principalmente por el ejército y había un general entre ellos, el General Grove. Se vota por gente, no por ideas, no por partidos. La gente no votó por la UP [11], votó por Salvador Allende [12], la gente no votó por la Concertación [13] votó por Aylwin, votó por Frei, votó por Lagos, y el peligro es que voten por Lavin, no por la UDI, por Lavín, porque por la UDI no 127


votarían, por Lavín esta obvio que si, y como votan por gente, no es raro que en Chile alguien que votó por Lagos vote por Lavín o viceversa. La cultura es el conjunto de todas las adaptaciones que realiza un pueblo a las características del lugar donde transcurre su existencia, por lo tanto, es perfectamente explicable las diferencias que existen entre los partidos liberales de Alemania de Inglaterra o las de cualquier otro país, o entre las Democracias Cristianas de los diversos países, hay una diferencia sustancial, por ejemplo entre el capitalismo norteamericano y el capitalismo alemán, por qué, porque obedecen a diferentes culturas. Para mí la mochila de plomo que lleva en este momento Chile, el principal obstáculo de su desarrollo es el fracaso del sistema educacional, formacional, porque en realidad la educación es solamente una parte de la formación, y lo que más me preocupa es que lo único que oigo de todos los partidos políticos de Chile es como incentivar económicamente la ya excesiva producción de cesantes caros que estamos produciendo. No hay interés en Chile, no hay un mecanismo, no hay un sistema para formar lo que hace ricos los países, los obreros calificados, la gente que sabe hacer lo que hace, la mayor parte de la gente en Chile no sabe hacer lo que está haciendo, nuestra productividad es bajísima, ese es el principal obstáculo que tenemos para ser competitivo en los mercados internacionales. Por último a Oscar Godoy le recuerdo, que sino hubiésemos tenido un sistema bicameral en Chile, no habría podido ser aprobada la ley de la cultura. Y la solución a la creación de la unión latino americana es muy fácil, lo único que tenemos que hacer es restaurar la monarquía en la persona, nuestro legítimo monarca don Juan Carlos. Muchas gracias 128


ANDRÉS GALLARDO (Profesor de Filosofía) Buenas tardes. Creo yo que es necesario para un proyecto liberal que los chilenos tengamos un poder judicial transparente, que tenga legitimidad, sin eso no es posible que tengamos un proyecto liberal. Una pregunta me gustaría hacer. En todo momento se habló de la necesidad de participación como condición para un proyecto liberal. Creo que conceptualmente liberalismo y participación no se implican necesariamente, pero para una democracia liberal fuerte yo creo que en este momento es necesaria la participación. Ahora como manifestar esa participación, yo creo que se habló de la formación de grupos asociativos para propugnar una participación, ahora nuestra sociedad civil de grupo asociativo es muy baja, excesivamente baja.. La otra alternativa de participación es al estilo “Laviniano”, en donde yo hago una especie de encuesta o un focus group en diferentes lugares y veo que quiere la gente y decido a partir de eso. Esto es medio peligroso una especie de populismo muy fácil. Ahora mi pregunta es como fomentar esa participación de grupos intermedios que no sea a partir del estado. FERNANDO ALESSANDRI (Periodista) Yo creo que el proyecto Schaulsohn - Allamand, es tremendamente rescatable en muchas cosas, pero la principal critica que se le podría hacer, es que esto podría responder perfectamente a un oportunismo político, mucho más que a valores asentados, a creencias sólidas, o sea, Andrés Allamand es un fracasado político y Jorge Schaulsohn está de alguna manera adecuando un discurso a una cosa que hoy se podría ver popular. Creo que eso es preocupante, pero creo también que es 129


tremendamente rescatable que haya una oportunidad muy grande de hacerlo consiente de esa debilidad. La gente que está acá presente, hemos hablado, bastante se ha escuchado de lo que se debiera hacer, la cumbre de Johannesburgo fracasó por lo mismo. Creo que es mucho más importante para un liberal preguntarse qué estoy haciendo yo como individuo y que hago todos los días para defender el liberalismo, por practicar la tolerancia. Por ejemplo, entre un grupo de tolerantes, la visión que aquí se da de la UDI, me parece que es inaceptable, por ridícula que suene que un tolerante diga algo así, es inaceptable, porque creo que hay cosas bastante rescatables en la forma de hacer política de la UDI. Hablar de igualdad, hablar de redistribución o sea, cuando se formó la clase media europea nadie fue a quitarle a los reyes lo que los reyes tenían, sino que se fortaleció la propiedad privada, se fortaleció el intercambio a través del comercio, se creó lo que hoy es el mundo capitalista que todos conocemos y decimos defender, entonces terminaría yo con el discurso de igualdad, los hombres libres iguales no existen., pero partiendo de la base que se están igualando las reglas del juego, jamás a las personas. Las personas no somos iguales, somos distintas gracias a Dios o a la esencia del ser humano es que somos distintos, hasta cuando hablar de que todos vamos a ser iguales. Creo que en eso la Fundación Balmaceda ha hecho un interesante trabajo, hoy día leía los estatutos que aparecen en Internet, y ahí se hace un llamado muy rescatable, en el sentido de actuar, de ponerse las pilas de participar, de hacer ciudadanía, y por eso es que estoy acá. Muchas gracias.

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RODRIGO BULNES (Ingeniero Civil) Buenas noches encantado de estar acá. Me siento muy agradado por las ideas que han desarrollado los panelistas. He escuchado muchas conceptos en las preguntas y respuestas que se han vertido en este panel respecto de lo que hay que hacer, yo me pregunto si estamos dispuestos a plantear el asunto de forma diferente, y es, qué es lo que no estamos dispuestos a hacer. Creen ustedes señores panelistas señor Schaulsohn, señor Bitar que el proyecto liberal progresista o como le llame, tiene alguna chance de éxito en mi país, bajo el actual esquema de distribución del poder político, es decir, a propósito de la respuesta temporal de un congreso centrado en Valparaíso o en Santiago da lo mismo, respecto de lo que realmente piensa la gente del norte o piensa la gente en el sur, técnicamente hablando.

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Respuesta de los panelistas a las intervenciones del pĂşblico asistente

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DON SERGIO BITAR CHACRA Algunas precisiones para que no se confunda mi posición. Yo no he planteado aquí que soy partidario de bajar los impuestos, y por lo tanto no me compete haber señalado que en el gobierno, en los gobiernos de la Concertación haya que haber bajado los impuestos. Nosotros tenemos una carga tributaria del orden del 19% del producto que a todas luces es una carga moderada, en vista de una obligación que creo indispensable para un proyecto progresista, que es en el que yo me inscribo, en que tu tengas una mayor igualdad de oportunidades, y el concepto de igualdad, así como el concepto de libertad, son conceptos relativos, por eso cuando definí en mi planteamiento inicial que está escrito, la lucha por la libertad, es una lucha por la libertad con responsabilidad, es una lucha por la libertad con restricciones, porque supone la libertad de los demás, y lo mismo la igualdad. Yo enfocaría entonces el tema de la aspiración del ser humano a la libertad, no en términos absolutos sino en la búsqueda de una menor desigualdad y de una mayor igualdad de oportunidades, hecha esa aclaración. Continúo con las respuestas. Voy a señalar dos tesis acá, yo no creo en un partido liberal progresista sólo que englobe a todos los liberales que hay en todo el espectro político chileno. Cuando he dicho que el PPD, es portador de esos valores creo que es así, como también lo hay en otros partidos. Yo veo más bien el ideario liberal con fuerza más en el plano cultural, que penetre y permée a varios partidos, por lo tanto, en mi concepción no hay aquí que hacer una reestructuración de las formas políticas y de los partidos políticos, como nuevos partidos políticos que representen solo eso, creo que es importante que éste ideario por la historia y por lo que hemos vivido y por los valores que nos inspiran permea más .Entonces en ese sentido ¿como tiene éxito un proyecto liberal progresista?, tiene 133


éxito en la medida que se acumulen las fuerzas políticas necesarias con ciertas concepciones de cambio en torno a agendas concretas. En política hay que tener valores, por cierto, pero también hay que tener agenda, tu no puedes hacer políticas con puros valores, al final es una discusión vaga en que la gente se aburre discutiendo cuestiones que no trascienden. En ese sentido mi primera tesis es promover en el país, un espíritu liberal en el sentido de lo que he definido en mi tesis, que significan los valores y me atengo a lo que ha señalado Oscar Godoy, al respecto en los planteamientos iniciales que él hacia sobre lo que constituye un ideario liberal. Segunda tesis, es que a mi juicio hay que tener una visión de la sociedad en política. Esa es mi experiencia, esa es mi concepción. Creo que uno tiene que tener una cierta coherencia para mirar la sociedad. La sociedad y la visión para poder actuar en política no es una suma de pedazos sueltos, que no tienen ninguna coherencia, o sea uno no puede elevar la diversidad al extremo de la dispersión y la desagregación porque no puedes cointerpretar y no puedes actuar. Entiendo que hay realidades muy complejas y eso es lo que hace entretenida la política, es la incertidumbre, uno nunca sabe como van a ocurrir las cosas, es un plano de la incertidumbre, pero tiene que tener ciertos valores a los cuales atenerse. Tiene que tener ciertas concepciones sobre la organización institucional a la cual quiere apuntar y tiene que tener flexibilidad en las políticas. Firmeza en los valores, flexibilidad en las políticas, porque las políticas son cambiantes, por ejemplo una política de desarrollo de la sociedad civil en condiciones de avance tecnológicos como lo que estamos viendo de lo que debe significar una gran estrategia chilena, de que no quede ningún hogar sin conexión a Internet con banda ancha, ojalá de aquí al año 2010, en todos los hogares chilenos, en todos los jóvenes chilenos. Esto te da una posibilidad de participación y de formación distinta de las que podría ver cuando hace 134


treinta años cuando no había ni fax, para que vamos a hablar de celulares, de Internet o de computadores. Estas son realidades completamente distintas en el uso de la tecnología para el cambio social, porque también tenemos que tener capacidad para verlo. Entonces, debemos centrarnos en política en una agenda. Y esa agenda, para terminar, debe tener puntos como los que señalo a continuación. Creo que estamos lejos de haber logrado una erradicación de los poderes fácticos. Esto para mí debe ser un gran objetivo liberal y progresista. Creo que nosotros tenemos que avanzar hacia formas más democráticas en la globalización, porque la globalización se nos esta yendo de las manos por todos lados, en el caso de Sky, que uno de ustedes señalaba, claro regulan hasta el Sky pero también regulan los bancos, ahora vemos como el banco Santander da las instrucciones desde Madrid a qué chileno otorgar crédito, sin saber cual es esa realidad. Nosotros tenemos que tener una cierta capacidad de democratizar las decisiones globales, y en ese sentido creo que la sugerencia que se ha hecho acá por Oscar Godoy, me parece de alta importancia, en el sentido de que las formas institucionales democráticas globales van a tender a ser más colectivas. Por ejemplo, la estructura de poderes de Estados Unidos. Los poderes de los gobiernos federales de cada uno de los estados, de los congresos, de los estados, los gobernadores, las elecciones y de la misma Corte Suprema, son completamente distintas de las que tenemos acá. O sea es necesario ir a formas organizadas, en ese sentido, yo he pensado por ejemplo que el PARLATINO, Parlamento Latinoamericano que fue creado como una gran innovación en los años 60 cuando toda esta discusión era como rarísima, haber creado un Parlamento Latinoamericano en esa época, hoy día, nosotros debiéramos plantear su transformación en un parlamento con parlamentarios elegidos en los distintos países, donde 135


podamos someter un set de políticas públicas, que son fundamentales tales como: droga, terrorismo, regulación del sistema eléctrico si queremos interconectarnos, una política común en materia de telecomunicaciones. El otro día veíamos la firma digital, cada uno de nuestros países esta legislando y no nos ponemos de acuerdo entre nosotros, y nos vamos a encontrar con rigideces que debieran ser articuladas a nivel latinoamericano, claramente podemos dar esos pasos. Hay una agenda global en que podemos apuntar fuerte. Y en el gobierno de Ricardo Lagos concretamente un ideario, que apunte en la dirección que estamos hablando acá, tiene que atacar los siguientes temas que ya están atrasados: Nosotros tenemos que sacar la idea del defensor ciudadano, pero no como una oficina en el gobierno sino, como una forma de defender a las organizaciones de la sociedad civil frente al Estado. Si realmente queremos equilibrar poderes, tenemos que avanzar en esta iniciativa. La justicia militar. El ámbito de la justicia militar choca contra cualquier concepción democrática hoy. Tenemos que restringirlo. Yo presenté junto al senador José Antonio Viera Gallo y al senador Andrés Zaldivar, un proyecto de ley que está en el Senado en este momento, para avanzar en esa línea. Las reformas constitucionales. Claro que van a quedar seguramente obsoletas cuando las saquemos, pero están mucho más obsoletas hoy. Ese paso tenemos que darlo, es muy necesario culminar ese proceso importante hoy. En el tema de la educación y la tecnología, tenemos que lograr la reducción de la brecha digital como una tarea política, y lo mismo en el avance en la extensión de la educación. El anuncio reciente del Presidente Ricardo Lagos de extender a 12 años la educación obligatoria, me 136


parece un avance, el año 20 la educación primaria eran 6 años después se extendió a 8 y en el siglo XXI pueden ser 12, esas son políticas claras es ese sentido. Por ultimo, es muy fundamental que nosotros avancemos en las leyes de asociatividad. Lo que ocurre también es que, la legislación que tenemos para que se desarrolle una sociedad civil más pujante es muy pobre. Al ver las cifras de Francia en esta materia, ellos han alcanzado a 500 mil asociaciones, porque tienen mecanismos súper flexibles, hasta para bailar tango se forma un grupo y se asocia, bueno pero esa es una forma de organización social, y para decir poemas también, es una forma de expresión de organización en colectividad y no individualista como a la que hemos ido desembocando nosotros. Tenemos un conjunto de disposiciones legales que han sido estudiadas ahora por un consejo de ciudadanos que han sido precisadas en sus formas concretas y yo creo que eso también tiene que impulsarse. Para terminar quiero decir que, este ideario debe imbuir a los partidos, pero debe imbuirlos en la línea de una visión coherente, de cierta coherencia con la cuál uno esta luchando, con flexibilidad para entender los cambios. Pero al final como decía anteriormente, en política tienes que restringirte a una agenda y mi apuesta aquí - y lo que he dicho al comenzar y al terminar mi exposición - es que yo creo que hay espacio para una agenda de la gran modernización y democratización de Chile con base a los elementos que aquí se han expresado, en la confluencia de aquellas fuerzas que se inspiran en elementos del liberalismo progresista. Gracias.

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DON JORGE SCHAULSOHN BRODSKY: La verdad y quiero hacer el comentario, yo soy bien escéptico de América Latina, y no creo en una realidad latinoamericana, porque es muy diversa. O sea Francia y Alemania, hoy día son los principales socios de la comunidad europea y en los últimos 70 años enfrentaron dos guerras. Nosotros estamos peleando para sacar un tubo de gas, y hasta hace poco tiempo atrás (y creo que fue Sergio Bitar el impulsor de la ley) no se le permitía a los bolivianos comprar bienes raíces a cincuenta o cien metros de la frontera en Arica, los bolivianos tienen agua y lo que nosotros necesitamos en el norte es agua. O sea soy muy escéptico de América Latina y creo que Chile hace bien en olvidarse del MERCOSUR y el incorporarse al primer mundote la Unión Europea, Estados Unidos. Lagos ha sido muy inteligente al hablar de una asociación política, pero todavía tenemos niveles muy disímiles. En Argentina no fracasó en mi opinión un modelo, fracasaron unos políticos ladrones y sinvergüenzas que se lo robaron todo, esa es la verdad. Se privatizó, pero se botó la plata. La plata la tiene Carlitos Saúl, en una cuenta en Suiza, entre muchos otros pero antes de Carlitos Saúl la tuvo Perón, o esa, ese es un problema que tiene que ver con las instituciones políticas, no con un modelo económico. Y hay que decirlo, porque una de las grandes cosas que tiene Chile es la solidez de sus instituciones políticas. A pesar de todo nunca un Presidente de Chile democrático ha sido acusado de robo, ni de enriquecimiento ilícito, jamás un parlamentario ha sido sancionado, salvo en los años cuarenta, con María de la Cruz, por un problema de contrabando de relojes, pero aparentemente era una conspiración porque era peronista y en ese momento el Senado tenía una mayoría adversa y la echaron, además, era mujer, probablemente había mucho sexismo en aquella época y por lo tanto prejuicio, pero la verdad eso no ha ocurrido nunca en Chile, nunca un ex Ministro ha 138


caído preso en democracia. Entonces creo que las instituciones políticas son importantes y nosotros las tenemos sólidas. Estoy de acuerdo con Jorge Heine, no hay una hora liberal, no existe eso pero es como dijo una vez Fernando Flores, con mucha gracia "los políticos son vendedores" y aunque yo soy ex o semi político, sigo siendo un vendedor, y esto es lo que a mi me interesa promover. Vendo la pomada que a mi me interesa vender, pero tengo plena conciencia de que no hay tal cosa como una hora liberal ni mucho menos y que las convergencias son muy difíciles porque la historia es muy pesada y porque la gente prefiere el statu quo donde se siente más cómoda. Los partidos políticos son como pequeñas empresas y algunos bastante rentables, y es muy difícil que un partido desaparezca para dar lugar a otro, y tienen sus jerarquías, existe también al interior de los partidos el clientelismo, por eso en Estados Unidos lo peor que puede pasar es cuando cambian la frontera del distrito, que es uno de los problemas para reformar el sistema electoral. Un parlamentario lleva invirtiendo 12 años, ya a esa altura en un mismo electorado y de repente se lo cambian tiene que empezar de cero, entonces yo creo que el cambio es difícil, pero yo creo que uno tiene que tratar de empujarlo. Y un último comentario. Estoy de acuerdo que se vota por personas, o sea en Alemania si hubiera sido Lafontaine el candidato, probablemente la social democracia no habría ganado como ganó con Gerhard Schroeder, y tal vez si no hubiese sido Tony Blair en el laborismo inglés, pero las personas también son capaces de representar algo o sea no compro la visión maniquea de que Joaquín Lavín es un producto del marketing, creo que él tiene una intuición que nosotros no hemos sabido tener y por eso casi le ganó al mejor de los nuestros que es Ricardo Lagos, y estuvo a punto de ganarle para sorpresa de todos. 139


Se vota entonces por personas, pero las personas tienen que estar también expresando algo que hay en la sociedad. Una última cosa en relación a lo anterior, hay que tener cuidado con vilipendiar las encuestas porque yo las encuentro enormemente democráticas, son un instrumento de participación y yo prefiero que hayan mayores influencias a las encuestas que de las elites ilustradas en la toma de decisiones. A veces una encuesta bien leída tiene un efecto muy superior a las resoluciones de cien comisiones políticas de los partidos, porque la gente en el fondo tiene intuiciones que yo creo que son validas, es un instrumento de participación y en el futuro vamos a tener a lo mejor democracias interactivas en que se va a saber inmediatamente lo que piensa la gente y mientras menos intermediación mejor, y así tendremos que adaptar las instituciones políticas a eso. Gracias.

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DON OSCAR GODOY ARCAYA: Quiero decir respecto de la ola liberal, que discrepo con Jorge Heine en el siguiente sentido. El es un operador político y yo evidentemente que tengo una perspectiva distinta, yo soy un intelectual y probablemente soy intemporal o tiendo a ser o a pensar intemporalmente, lo cuál me satisface enormemente porque creo que es importante que en una sociedad compleja unos sean operadores, otros piensen a largo plazo, otros vean más allá de lo inmediato y eso tiene su valor y me complace en consecuencia ser intemporal. Lo segundo que quería decir es lo siguiente, discrepo con Jorge Schaulsohn en el sentido de que él ve las cosas como un operador, yo las veo desde el punto de vista de lo que es la época, lo que indica el siglo XX y todos los procesos políticos y culturales, que el desarrollo de nuestra cultura, es hacia la construcción de una utopía que tiene tres grandes características. Un individuo que se asume como sujeto de derechos y libertades, - la construcción de ese individuo es propia de la modernidad - una sociedad que es crecientemente libre en todo sentido y que busca desalienar a las personas, entregarles más cuotas de libertad y de disposición de libertad, y que quiere trasladar las libertades y la democracia de la esfera de la sociedad nacional a la esfera del orden internacional. Lo tercero que quiero decir, es que los fracasos de los presidencialismos latinoamericanos, no son el fracaso de un modelo democrático, son el fracaso de la corrupción, de la falta de liderazgos, de la ausencia de participación democrática y de la ausencia de ciudadanía. Bueno Con todo esto yo no me siento afectado por una eventual contaminación del liberalismo, o de lo que está pasando en América Latina respecto de un modelo de 141


sociedad liberal. Tampoco por lo que está ocurriendo en América Latina como reflejo de un "fracaso del modelo de mercado" etcétera, no es así. El modelo de mercado es el único viable para las economías del mundo, no hay otro, la alternativa que existía hace 20 años de las economías centralizadas fracasó estruendosamente, fue la mayor fuente de desgracias y de crímenes cometidos a todo nivel en la historia del siglo XX. En consecuencia, no hay otra alternativa. La idea es ver cómo se administra ese modelo, y francamente lo que esto dijo, y que esto otro dijo cuanto, porque el otro dijo aquello; estamos francamente escuchando argumentos de autoridad, que realmente a mi no me tocan. Por último quiero decir lo siguiente, a mi me parece extraordinariamente importante plantear el tema de la construcción de un nuevo orden internacional. Si hay algo que ha quedado evidente después de la destrucción de la torres de Nueva York, es justamente la inexistencia de un verdadero orden internacional. El orden internacional hoy día esta regido por una oligarquía de países en los cuales uno es hegemónico, no existe una sociedad internacional fundada en el contrato, como existen sociedades nacionales fundadas en el contrato allí donde hay democracia. Mientras no exista contractualismo a nivel internacional, habrá delincuentes internacionales, en todo sentido, gente que comete crímenes contra la humanidad. Cuando exista una sociedad internacional fundada en el contrato, que incluya la construcción de un orden internacional liberal regido por normas y yo creo que lo dije en justa medida, emerge como proyectos de las sociedades, crear un nuevo orden internacional liberal y yo creo que esa es la gran, utopía liberal que deberíamos tener siempre a la vista quienes pensamos de un modo liberal.

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DON PEDRO CORREA OPASO: Bueno, para finalizar quiero decir que, si alguien vino a este foro panel a buscar soluciones se va a ir con la cola entre las pierna, porque en realidad este foro nos permite a nosotros ampliar conceptos, recibir nuevas ideas, barajar nuevos esquemas, pero la tarea es nuestra, de buscar soluciones para forjar una sociedad, para forjar un esquema de vida que sea mรกs acorde con el siglo XXI, lo que tenemos se encuentra obsoleto, tanto nacional como internacionalmente como acaba de decir Oscar Godoy, y, en consecuencia, nuestra tarea es pesada y larga hacia el futuro, de otra forma no vamos a forjar, no vamos a poder forjar un liberalismo con estabilidad y permanencia como queremos. Les agradezco su presencia.

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[1] PPD. Partido por la Democracia. Miembro de la coalición de partidos que gobiernan con el actual presidente de Chile, Ricardo Lagos Escobar [2] UDI. Unión Demócrata Independiente. Partido de extrema derecha. Actualmente oposición al Gobierno del Presidente Ricardo Lagos [3] PS. Partido Socialista. Actualmente miembro de la coalición de gobierno. [4] PDC. Partido Demócrata Cristiano. Actualmente miembro de la coalición de gobierno [5] Ex diputado y ex presidente del Partido Renovación Nacional. Reconocido liberal, actualmente alejado de la política activa. [6] Joaquín Lavín Infante. Alcalde (UDI) de Santiago de Chile. Ex candidato Presidencial, representante del bloque conservador de derecha Alianza por Chile (UDI – RN). Potencial candidato a las elecciones presidenciales de 2006. [7] Ministra de Relaciones Exteriores de Chile. [8] Universidades tradicionales con aporte estatal. [9] UDI. Unión Demócrata Independiente. Partido de extrema derecha. [10] SKY. Sistema satelital de televisión privada. [11] U.P. Unidad Popular. Coalición con la que gobernó el ex Presidente Salvador Allende. 1970 y que culminó con el golpe militar del año 1973. [12] Salvador Allende. Ex presidente de Chile, 1970 - 1973. Su gobierno termino con el golpe de estado encabezado por Augusto Pinochet. [13] Concertación de Partidos por la Democracia. Coalición actualmente gobernante en Chile. En 1989 Eligio Presidente de la República a Patricio Aylwin Azocar.

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Anexo. Internacional Liberal La Agenda Liberal para el siglo XXI

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Internacional Liberal La Internacional Liberal y Progresista (ILP) es una red global de políticos liberales, administradores, funcionarios gubernamentales, académicos y personas con cargos de responsabilidad. Se les intercomunica para formular un método común, mediante el cual se abordarán problemas específicos, o para convenir acciones conjuntas. La Internacional Liberal y Progresista (Unión Liberal Mundial) fue fundada en Oxford en 1947 a iniciativa de liberales belgas, británicos y noruegos. Hoy en día agrupa a 70 partidos Liberales, de los cuales 20 están en el poder en el mundo, y juntos representan más de 3 millones de miembros individuales en 48 países. La Internacional Liberal y Progresista brinda una plataforma para el desarrollo de ideas y políticas nuevas y es un foro político, donde se pueden compartir opiniones, experiencias y políticas. En las reuniones de la Internacional Liberal y Progresista se llevan a cabo debates sobre una gran variedad de asuntos. También el Congreso discute un informe temático y global sobre un asunto urgente. Como una Organización No Gubernamental (ONG) con categoría oficial en las Naciones Unidas, ECOSOC, UNESCO y en el Consejo de Europa la Internacional Liberal y Progresista representa las opiniones de sus partidos miembros frente a la comunidad internacional y gobiernos mundiales La Internacional Liberal y Progresista trabaja constantemente promoviendo los valores liberales, tales como los derechos humanos, la tolerancia, la libertad, el pluralismo, la democracia y una economía basada en los principios del libre mercado. La ILP basa su trabajo político en las resoluciones adoptadas por su Congreso y su Comité Ejecutivo, y en particular en los Manifiestos Liberales (1947 y 1967) y la Apelación Liberal (1981). Estos documentos fueron publicados en inglés y español, junto con la "Apelación a los Derechos Humanos" (1987) de la ILP en "Un Sentido de Libertad". Cualquier persona puede suscribirse a las publicaciones de la Internacional Liberal y Progresista. Otorga anualmente el Premio a la Libertad a aquellas personas que hayan contribuido de una manera excepcional a la causa de libertad. Los contactos internacionales entre partidos Liberales se remontan al siglo 19. El documento denominado "Plan des Libéraux pour recommencer la révolution", publicado en 1823 en Francia, contenía propuestas para relaciones más estrechas entre los Liberales franceses (originarios de los clubes jacobinos), y los Carbonari italianos, los Radicales ingleses y los Liberales españoles. Por iniciativa de los Radicales franceses fue fundada la "Entente Internationale des Partis Radicaux et des Partis Démocratiques similaires" el 29 de agosto de 1924 en Ginebra.

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Después de una reunión preliminar en Oslo, en la que Liberales británicos y noruegos desempeñaron un papel importante, la Internacional Liberal y Progresista fue fundada en un Congreso que tuvo lugar en Oxford del 10-14 de abril de 1947, a la cual asistieron Liberales de 19 países. Don Salvador de Madariaga, el distinguido sabio español, Ex-Ministro de Asuntos Exteriores y diplomático, fue el primer Presidente de la Internacional Liberal y Progresista. La actual Presidente es Annemie Neyts-Uyttebroeck, quien fue electa en el congreso de Ottawa en octubre de 2000 y reelecta en marzo de 2002. Desde 1947 se celebra un Congreso de la ILP cada año, asistiendo delegados de grupos y partidos nacionales que están afiliados a la Internacional Liberal y Progresista. Sólo partidos y grupos miembro (con plenos derechos) de la organización pueden votar al Congreso o emitir su voto en las reuniones del Comité Ejecutivo. La Internacional Liberal y Progresista coopera estrechamente con otros grupos internacionales de Liberales, tal como los que están representados en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y en el Parlamento Europeo. También existe una cooperación estrecha entre los grupos regionales de los partidos liberales en Europa Occidental (ELDR), Africa, Asia y Centroamérica. La Federación Internacional de Juventud Liberal & Radical (IFLRY) es Miembro de la Internacional Liberal y Progresista.

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LA AGENDA LIBERAL PARA EL SIGLO XXI: LA CALIDAD DE LA LIBERTAD EN LAS SOCIEDADES CÍVICAS ABIERTAS Manifiesto Liberal aprobado por el 48º Congreso de la Internacional Liberal celebrado en Oxford, del 27 al 30 de noviembre de 1997

Inspirados en los fundadores de la Internacional Liberal que hace cincuenta años proclamaron el Manifiesto Liberal, 475 liberales de todos los continentes se reunieron en Oxford del 27 al 30 de noviembre de 1997 para debatir las respuestas liberales a los retos y oportunidades que emergen en la antesala de un nuevo milenio. Durante los últimos cincuenta años se han logrado avances sustanciales en el establecimiento de sociedades abiertas basadas en la libertad política y económica. Sin embargo, todavía queda un largo camino que recorrer. Las nuevas generaciones tienen que definir las prioridades liberales en función de oportunidades y peligros en evolución. Al liberalismo aún le quedan muchos retos con los que enfrentarse: la violación de los Derechos Humanos y la excesiva concentración de poder y riquezas; las ideologías fundamentalistas, totalitarias, xenófobas y racistas; la discriminación sexual, religiosa, por razones de edad, orientación sexual e incapacidad; de la pobreza e ignorancia, de la creciente brecha entre ricos y pobres; del uso indebido de las nuevas tecnologías, del debilitamiento de los lazos sociales, de la competencia por los escasos recursos, de la degradación del medio ambiente en un mundo sobrepoblado, del crimen organizado y la corrupción política. Nuestra tarea como liberales en el Siglo XXI es buscar respuestas políticas capaces de promover la libertad individual y los Derechos Humanos, sociedades y economías abiertas y la cooperación mundial. Nuestros Valores Liberales Reafirmamos nuestro compromiso con los principios del liberalismo establecidos en el Manifiesto de la Internacional Liberal de abril de 1947: creemos que la libertad y la responsabilidad individual son las bases de una sociedad civilizada; que el Estado es sólo un instrumento al servicio de los ciudadanos; que cualquier acción del Estado debe estar sujeta al imperio de la ley, y quienes la ejecutan deben someterse al escrutinio de la sociedad civil; que la libertad constitucional está basada en los principios de la separación de poderes; que la justicia exige que en todo enjuiciamiento penal el acusado goce del derecho a un juicio rápido, público, y libre de cualquier influencia política; que tanto el control de la economía por parte del Estado como los monopolios privados amenazan la libertad política; que los derechos y las obligaciones van unidos y que todo ciudadano tiene una responsabilidad moral ante los demás miembros de la sociedad; y que un mundo en paz sólo puede alcanzarse por medio del respeto a estos principios y la cooperación entre las sociedades democráticas. Reafirmamos que estos principios son validos en todo el mundo.

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La libertad, la responsabilidad, la tolerancia, la justicia social e igualdad de oportunidades, son los valores centrales del liberalismo y los principios sobre los que debe construirse una sociedad abierta. Estos principios requieren un cuidadoso equilibrio entre las sólidas sociedades civiles, los gobiernos democráticos, los mercados libres y la cooperación internacional. Creemos que entre las condiciones de las libertades individuales se incluyen el estado de derecho, el acceso para todos a una variada y completa educación, las libertades de expresión, asociación y acceso a la información, la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres, la tolerancia para la diversidad y la inclusión social, la promoción de la iniciativa privada y de las oportunidades de empleo. Creemos que la sociedad civil y la democracia constitucional constituyen la base más justa y estable del orden político. Vemos a la sociedad civil como una sociedad constituida por ciudadanos libres que viven dentro de un marco legal establecido, con la garantía de sus derechos individuales y con el poder del gobierno limitado y sujeto al escrutinio democrático de la sociedad. Creemos que una economía basada en las reglas de libre mercado fomenta la distribución más eficiente de riquezas y recursos, impulsa la innovación y promueve la flexibilidad. Creemos que la estrecha colaboración entre las sociedades democráticas a través de organizaciones mundiales y regionales, dentro del marco del derecho internacional, del respeto a los Derechos Humanos y el reconocimiento de los derechos de las minorías nacionales y étnicas, aunado a un compromiso compartido en favor del desarrollo económico en todo el mundo, constituye la base indispensable para la paz mundial y la sustentabilidad económica y ecológica. El avance del Liberalismo, 1947-1997 Damos la bienvenida al progreso alcanzado a lo largo de los últimos cincuenta años poniendo en práctica los principios liberales en un número cada vez mayor de países:

el retorno de la libertad y de la democracia en los antiguos países comunistas de Europa,

la expansión de los gobiernos democráticos y de derecho;

el fin del colonialismo; pueblos antes subyugados tienen ahora la oportunidad de gobernarse a sí mismos;

la reducción del control estatal en las economías nacionales, aceptando que las economías de mercado crean riquezas más efectivamente y que las distribuyen mejor;

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la transformación de la educación, que ha pasado de ser el privilegio de una minoría a constituir un proceso de por vida para la mayoría de los ciudadanos;

el respeto cada vez mayor por los Derechos Humanos, tanto en el interior de los Estados como materia de vigilancia internacional y, de ser necesario, como causa de intervención;

la extensión de los Derechos Humanos a mujeres y niños a nivel domestico e internacional;

la extensión de las reglas de igualdad a las minorías sexuales y el reconocimiento de que la homosexualidad y del lesbianismo son expresiones legítimas de la opción personal del individuo;

la consolidación de una economía mundial abierta dentro de un marco de regulación internacional de regulación;

el fortalecimiento de las leyes internacionales y de las instituciones regionales y mundiales;

el aumento de la libertad de información, comunicación y tránsito, tanto en el interior como a través de las fronteras nacionales;

aceptar que la comunidad internacional comparte la responsabilidad y la obligación de combatir la pobreza mundial y de proteger el entorno global.

El reto de nuestra generación Reconocemos que estos logros hasta ahora sólo han sido conquistados para una minoría de la humanidad. Los retos que afrontaremos en los próximos cincuenta años son fundamentalmente: construir sobre las bases de lo logrado, extender los principios del liberalismo a todo el mundo y aprovechar las fuerzas del cambio para consolidar, y no socavar, el desarrollo de las sociedades abiertas. Estos retos incluyen: 1) El reto de extender la democracia. La democracia liberal ha sido por fin aceptada como el modelo universal de organización política. Pero, todavía, solamente una minoría de países son realmente democráticos. El camino a la libertad está aún obstaculizado por los regímenes autoritarios, las minorías militares de élite usurpadoras del poder, el abuso de los poderes estatales con fines partidistas, los elementos criminales con influencia en los gobiernos y los buscadores de poder que explotan los anhelos y miedos de los pueblos.

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Hacemos un llamamiento a todos los pueblos y gobiernos para que:

en sus relaciones internacionales discriminen en favor de aquellos gobiernos que acaten las reglas de los Derechos Humanos y la democracia,

promulguen la abolición de la pena de muerte en todo el mundo,

fortalezcan el estado de derecho y promuevan el buen gobierno en un marco completamente democrático,

reorienten las partidas militares del gasto público hacia la inversión en capital social y la mitigación de la pobreza,

limiten la venta de armamento, previniendo la venta de medios de represión a los regímenes no democráticos y promuevan el registro más efectivo de armas convencionales por parte de las Naciones Unidas,

combatan la corrupción, el crimen organizado y el terrorismo,

promuevan que los medios masivos de comunicación estén fuera del control o injerencia de gobiernos o empresas dominantes,

inculquen por medio de la educación la importancia crucial de la tolerancia para la existencia misma de una sociedad civilizada.

2) El reto de la violencia y de la gobernabilidad mundial En un mundo lleno de conflictos violentos, una de las tareas más difíciles es hallar medios efectivos para evitar la violencia. En un mundo cada vez más interdependiente, se requiere también de un alto nivel de cooperación internacional para promover un orden mundial seguro, sostenible y equitativo. La criminalidad transnacional, las enfermedades incurables, la contaminación ambiental y la amenaza del cambio climático son pruebas adicionales para la cooperación internacional. Los liberales estamos comprometidos a fortalecer la gobernabilidad mundial a través de la Organización de las Naciones Unidas y la cooperación a nivel regional. Urgimos a todos los gobiernos a unirse en apoyo de una iniciativa para el establecimiento de un tribunal penal internacional, que tenga jurisdicción sobre los criminales de guerra. Nuestro objetivo en el siglo XXI es construir un orden liberal mundial afianzado en el estado de derecho y respaldado por instituciones mundiales y regionales idóneas. 3) El reto de mejorar la democracia. Reconocemos que las prácticas democráticas deben extenderse con el fin de satisfacer las expectativas de sociedades más educadas y para evitar el desencanto con las formas de gobierno representativo. Los ciudadanos

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merecen un mejor acceso a la información, controles parlamentarios más efectivos sobre los poderes ejecutivos, mayores oportunidades de desempeñar un papel activo en la vida pública y de cuestionar a sus gobiernos. El principio de subsidiariedad debe ser respetado estrictamente a fin de otorgar la máxima autonomía a las comunidades regionales y locales. La descentralización del poder político en las comunidades autónomas es el mejor modo de darle poder a cada ciudadano. 4) La tensión entre Derechos Humanos y el autogobierno. El autogobierno o más específicamente, la soberanía del Estado, pueden entrar en conflicto con las libertades individuales y los Derechos Humanos. Los regímenes autoritarios abusan del principio de su soberanía con la intención de obstaculizar intervenciones en favor de aquéllos a quienes les ha negado su libertad. Los liberales insistimos en que los Derechos Humanos son universales e indivisibles, que no dependen de ser ciudadano de un estado específico, ni de ser miembro de un grupo social o étnico en particular, ni del género, religión o partido político. La comunidad internacional deberá encontrar sanciones adecuadas contra los gobiernos que se nieguen a observar los principios rectores de una sociedad internacional abierta. 5) El reto para combatir la pobreza y la exclusión social. La pobreza, el desempleo y la exclusión social arruinan la vida de los hombres, y especialmente la de las mujeres, los niños y los ancianos; siendo los principales peligros que acechan a la sociedad civil. La pobreza alimenta el desánimo y éste el extremismo, la intolerancia y la agresión. La cuestión clave para aliviar la pobreza es cómo proporcionar a la población medios de lucha contra la pobreza por sí mismos, de forma que puedan por sí solos salir de la marginación. Hacemos un llamamiento a una política social activa que cree oportunidades para la educación, el trabajo y la asistencia para los mas desfavorecidos, basada en la asociación de los estamentos públicos y privados. Las instituciones públicas y los sistemas asistenciales deben ser en la medida de lo posible, más flexibles y su gestión más local, procurando promover la responsabilidad individual y actuar en consonancia con las circunstancias individuales. 6) El reto de un Estado mínimo. La vieja idea de que es obligación del Estado organizar la vida de sus ciudadanos está en crisis o ha fracasado en todo el mundo. En las sociedades industrializadas los viejos sistemas de seguridad social y de redistribución amenazan con sucumbir, y los gobiernos presentan presupuestos que implican una presión fiscal cada vez más fuerte para las futuras generaciones. En los países en vías de desarrollo los intentos de promover exclusivamente (o en su mayor parte) el fomento mediante medidas gubernamentales están dadas al fracaso, debido a un Estado sobrecargado y a una iniciativa privada ahogada por aquél, pero que constituye el único factor que puede producir resultados sostenibles. Los liberales reconocemos que la capacidad de gobernar es limitada, que el crecimiento del gasto público es en

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sí mismo una amenaza a la sociedad civil, y que la reducción de los gastos del Estado deben, por lo tanto, equilibrarse en consideración de las nuevas demandas. 7) La necesidad de un nuevo contrato entre generaciones. Reconocemos que los gobiernos, en tanto que depositarios de la sociedad, se enfrentan a tensiones que surgen de las presiones inmediatas entre la demanda y el consumo, al igual que de los intereses a largo plazo de la comunidad y el medio ambiente. Queremos un nuevo contrato entre generaciones; uno que reconozca los beneficios que los ciudadanos y consumidores actuales han recibido de inversiones anteriores; que considere la responsabilidad de mantener y renovar el entorno natural, el patrimonio cultural, los bienes públicos y el capital social de generaciones futuras. Los precios deben reflejar los costos subyacentes de la contaminación y la explotación de los recursos naturales.

8) El reto del progreso científico y tecnológico. Damos la bienvenida a las oportunidades económicas y sociales derivadas de las nuevas tecnologías y de la innovación científica, pero también reconocemos la necesidad del control de la ciudadanía - por su posible impacto y abuso - y del establecimiento de regulaciones a nivel tanto nacionales como internacionales. El principio de precaución debe ser el principio fundamental en todos los sectores de la actividad humana. Particularmente la amenaza del cambio climático, al cual tenemos que enfrentarnos sin dilación. Es urgente la promulgación de acuerdos obligatorios y programas para la reducción sustancial del consumo de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón). Su utilización debe mantenerse dentro del rango de la capacidad de regeneración de los ecosistemas. Todos los productos químicos, las sustancias obtenidas mediante ingeniería genética y los productos industriales deben ser cuidadosamente sometidos a prueba antes de su lanzamiento al mercado. También acogemos con satisfacción la revolución en las comunicaciones, que ofrece nuevas oportunidades para promover la creatividad, la descentralización y la autonomía e iniciativa individuales. Los liberales insistimos en la necesidad de que existan canales de comunicación diversos y suministrados por la libre competencia del mercado. Las redes de información y demás estructuras de comunicación deben ser ampliamente asequibles y contar con sistemas abiertos para productores, consumidores y organismos de interés público. 9) El reto de crear mercados abiertos. Las sociedades abiertas necesitan mercados abiertos. Una sociedad liberal, abierta y tolerante requiere una economía de mercado. Las libertades políticas y económicas van juntas. Con las ideas e innovaciones del mercado y con la competencia por la mejor solución, la economía de mercado crea un progreso dinámico que proporciona la mejor oportunidad para una vida

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independiente. Con el principio fundamental de la propiedad privada y un marco legal que prevenga los monopolios, las economías de mercado hacen que las iniciativas privadas y económicas generen los medios para la asistencia social. Por lo tanto, las regulaciones burocráticas del mercado económico y el proteccionismo forman barreras para la apertura de nuevos retos y empleos tanto en los países industrializados como los que se encuentran en vías de desarrollo. Para lograr un desarrollo sostenible, social y ecológico, debemos trasladar las cargas fiscales, soportada en la actualidad sobre todo por los trabajadores, hacia el consumo de energía y materias primas. Sin estos cambios, los problemas del medio ambiente y del desempleo seguirán aumentando.

10) El reto del desarrollo mundial. Los gobiernos corruptos y autoritarios, los Estados y las sociedades débiles, el desempleo, la miseria, la falta de educación y la sobrepoblación contribuyen al deterioro del medio ambiente, generan flujos migratorios y de refugiados, y provocan revueltas contra el orden político y social establecido. Alentar y apoyar el desarrollo económico de los países pobres va, por tanto, en interés propio del mundo desarrollado. También es una obligación moral. Ya que los mercados abiertos sirven mejor para promover la prosperidad, que está al alcance de los países ricos y pobres, los liberales tienen que enfatizar enérgicamente, y de la mejor forma implementar su firme convicción de que el libre comercio (dando oportunidad a los mas débiles económicamente) es la forma mas segura de superar la pobreza a nivel mundial. Por lo tanto, la resistencia al proteccionismo económico del mercado continua siendo un compromiso clave para los liberales. Al alba del siglo XXI nos comprometemos, como liberales, a trabajar juntos para afrontar estos retos. Reafirmamos el compromiso liberal de colocar la libertad y la dignidad de cada ser humano en el centro de nuestra vida política. Liberal International 1 Whitehall Place London SW1A 2HD United Kingdom Tel: +44.20.78395905 Fax: +44.20.79252685 E-mail: all@liberal-international.org Homepage: http://www.liberal-international.org/

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Contratapa

El presente volumen contiene los trabajos que respondieron a la convocatoria hecha por la Fundación Presidente Balmaceda para analizar la pregunta “Qué es Necesario para que en Chile se Concrete el Proyecto Liberal” El día 4 de septiembre de 2002, se realizó la segunda etapa de este seminario en donde destacados panelistas reflexionaron acerca del liberalismo y lo necesario para que un proyecto de esta naturaleza se vea concretado en Chile. Queremos fomentar la doctrina liberal y fortalecer el liberalismo político, haciendo que las convicciones liberales sean palpables y así, también comprensibles para las personas, por eso, la Fundación Presidente Balmaceda actúa como Academia de Estudios políticos, económicos, sociales y medioambientales y difunde las ideas y principios liberales, a través de documentos como el que aquí presentamos.

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