35 Forjadores de esperanza

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Fundación Comunitaria de Puerto Rico

Misión Desarrollar las capacidades de las comunidades en Puerto Rico para que logren su transformación social y económica, estimulando la inversión filantrópica y maximizando el impacto y rendimiento de cada contribución.

Visión Ser el motor que lidera la transformación en la comunidad mediante el incremento de los capitales comunitarios. Nuestra obra será compartida con Estados Unidos, el Caribe y América Latina.


Carta de los presidentes Una ocasión para celebrar… Por los pasados 35 años, la Fundación Comunitaria de Puerto Rico (FCPR) ha facilitado transformaciones sociales y económicas en diversidad de comunidades geográficas y funcionales de la isla a través del fortalecimiento del capital comunitario: humano, social, físico, financiero, ambiental y cultural. Esto ha sido posible, gracias a que donantes en Puerto Rico y Estados Unidos, han confiado en el vehículo filantrópico que es nuestra institución, como alternativa idónea para encaminar de manera estratégica y organizada sus aportaciones para el bienestar de Puerto Rico. El Galardón Rafael y Celestina Cordero se ha convertido en pieza clave de nuestra celebración de aniversario, cada cinco años. Este año, incorporamos la figura de Celestina Cordero, hermana del Maestro Rafael, quien tuvo un rol importante en la educación, pero además, en derribar barreras que promovían la inequidad de género y racial en uno de los sistemas más importantes de nuestra isla, la educación. Celebramos nuestra trayectoria, con la selección de 35 forjadores de esperanza, líderes excepcionales que se han dedicado a abrir caminos en el quehacer colectivo de nuestra isla, incluso en épocas de emergencias como los huracanes Irma y María, los terremotos y la pandemia del COVID-19. En ese caminar, buscamos emular la vida de dos ilustres puertorriqueños, que con humildad, tesón y dedicación, lograron rebasar barreras sociales y centrarse en su propósito de educar. A cada forjador de esperanza, gracias.

Dr. Nelson I. Colón Tarrats

Lcdo. Antonio Escudero-Viera

PROCESO DE SELECCIÓN Durante el verano, lanzamos una convocatoria entre la Junta Directiva, pasados integrantes de la Junta de Directiva, y el equipo de trabajo de la Fundación. Estos debían nominar a líderes cuya trayectoria y trabajo, se hubiera cruzado de alguna u otra manera con la Fundación. De esta manera, hubo unas 42 nominaciones. Nuestro Comité Ejecutivo, juntamente con parte del equipo, tuvo la tarea de repasar las nominaciones y seleccionar 35 personas para recibir el Galardón.

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Homenaje póstumo a

Faustina “Tinti” Deyá Díaz 4 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

En la segunda edición del Galardón Rafael y Celestina Cordero, deseamos rendir un homenaje póstumo a Faustina “Tinti” Deyá Díaz. Mujer visionaria, activista, esposa, madre, abuela y maestra de tantas personas que tocó dentro del aula escolar, y en las trincheras ambientales y proyectos colectivos desde Casa Pueblo. Será recordada como una mujer que vivió a plenitud con la satisfacción de una vida de convicción y lucha. Descansa en solidaridad Tinti.


Dedicatoria

Licenciada María Dolores Fernós López-Cepero Esta segunda edición del Galardón Rafael y Celestina Cordero, la dedicamos a la licenciada María Dolores Fernós López-Cepero, quien por los pasados 11 años, fue integrante de la Junta Directiva de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico. Durante siete de esos años, presidió el Comité de Programa y lideró la incorporación de la perspectiva de género, como eje del trabajo de la Fundación. En reconocimiento a sus aportaciones a la institución, en octubre de 2021 fue nombrada miembro honoraria de la Junta Directiva de la Fundación. Agradecemos y distinguimos su compromiso para lograr la equidad de género en nuestra isla desde diversas plataformas: gubernamental, académica y filantrópica. Poniendo en acción su legado a la Fundación, este año renombramos el Galardón para incorporar la importante figura de Celestina Cordero, quien, al igual que la Lcda. Fernós, rebasó barreras de género para impulsar la justicia social. Con esta dedicatoria, celebramos la trayectoria y legado de la licenciada María Dolores Fernós López- Cepero.

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Índice de galardonados

Alejandro H. Silva Díaz

Amárilis Pagán Jiménez, JD

Ana María García Blanco

Ana Yris Guzmán

Dra. Antonia Coello Novello

Mons. Antonio José Vázquez Colón

Bonnie Guzmán Enseñat

Carlos J. Adorno Irizarry

Sor Carmen Ferrandis Navarro HFI

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Dr. Giovanni Martínez Mújica

Chef Iván Clemente

Dr. Jaime Claudio Villamil

José “Tito” Figueroa Pesquera

José M. Santos Valderrama

Joyce M. Dávila Paz

Lourdes R. Miranda

Marcos Santana Andújar

Dra. Mariluz Franco Ortiz

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Carmen Villanueva Castro

Dalma E. Cartagena Colón

Dulce María del Rio-Pineda

Eduardo Carrera Morales

Eduardo Sánchez Pérez

Elia Enid Cadilla

Padre Enrique M. Camacho Monserrate

Padre Feliciano Rodríguez

Francisco J. Valentín Soto

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Marina Moscoso Arabía

Michael Fernández Frey

Modesta Irizarry Ortíz

Oscar López Rodríguez

Tania Rosario Méndez

Dra. Wanda I. Pacheco Bou

Wanda N. Santiago Torres

Zinnia Yarila Alejandro Cordero

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n el 2015, la Fundación Comunitaria de Puerto Rico celebró su trigésimo aniversario con la primera entrega del Galardón Maestro Rafael Cordero, para resaltar el impacto de un grupo de líderes de nuestra sociedad. El reconocimiento fue entregado a 30 personas que se destacaban por colaborar con la construcción de un mejor país desde distintos escenarios sociales. A lo largo de sus trayectorias habían logrado transformaciones positivas, significativas y evidenciables en sus comunidades. Este año, hacemos entrega de la segunda edición del Galardón Rafael y Celestina Cordero 2021 e incorporamos la figura de su hermana Celestina. Rafael ha sido reconocido como el maestro de la educación pública y su gesta educativa la recoge el afamado cuadro de Francisco Oller. Sin embargo, poco se ha hablado de que el Maestro Rafael tenía dos hermanas educadoras, de las cuales destacamos a Celestina. Esta fue una de las primeras mujeres negras libres de la época y se dedicó a la educación de las niñas. Solicitó con valentía y determinación que se dotara económicamente a su escuela y que se le otorgara una plaza oficial de maestra en San Juan. Su trabajo se proyecta en la acuarela de Tomás Méndez, quien realizó una interpretación de la obra de Francisco Oller, en la que feminiza a los personajes del cuadro. 35 Forjadores de esperanza se hacen eco de la pasión, compromiso, valentía y esperanza que motivaban a Rafael y Celestina a cumplir con su llamado de justicia social. En las siguientes páginas, conocerás a una diversidad de líderes que día a día trabajan por mejorar la calidad de vida de las comunidades geográficas o funcionales a las que sirven. Sus misiones de vida les han llevado a trabajar con mujeres, personas sordas, quemadas, de la tercera edad, con autismo, ciegas o encarceladas; y niños, niñas, jóvenes y comunidades geográficas y funcionales a las que aportan sus conocimientos en salud, agricultura, educación, planificación, construcción de la equidad de género y equidad racial. Conoce quiénes son y la esperanza que los mueve.

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Alejandro H. Silva Díaz Mentes Puertorriqueñas en Acción

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

construir un Puerto Rico justo, participativo y solidario.”

Alejandro H. Silva Díaz llegó a Mentes Puertorriqueñas en Acción (MPA) mientras cursaba su último año subgraduado en Tecnologías Mediáticas Cognitivas en Cornell University. No imaginó que años después estaría liderando la organización sin fines de lucro como su director ejecutivo. Pasó de crear, junto a un grupo de jóvenes, un programa para aprender sobre iniciativas sociales, económicas y ambientales en la isla, a formalizar operacionalmente a MPA. Desde este espacio, busca potenciar una red de jóvenes agentes de cambio que generen iniciativas inclusivas y efectivas para la isla. Que hagan de sus proyectos de vida, un proyecto de país. Antes de convertirse en el director ejecutivo de MPA (2016), trabajó en Grupo Guayacán y Vitrina Solidaria, y representó al sector de la juventud en el Grupo de Trabajo Multisectorial: Puerto Rico se Transforma - iniciativa gubernamental (2014). “Este es el momento en que MPA comienza activamente a influir en política pública, referente a temas de juventud, liderazgo y participación ciudadana”, destaca. Esa precisamente es su misión como líder: impulsar cambios sistémicos para lograr un Puerto Rico con calidad de vida para todas las personas. Desde MPA se generó el primer programa de internado en Puerto Rico, enfocado en desarrollar la próxima generación de líderes para el sector social, y se crearon modelos para garantizar la remuneración económica de todos sus participantes. También se publicaron las guías de Supervisión a Distancia y de Lenguaje Inclusivo y Antirracista. Además, se construyeron

los cimientos para apoyar el proyecto de Ley de Internados Justos (PC-0817); y traer a la mesa un modelo que busca implantar conceptos de emprendimiento social en el Tercer Sector. Se describe a sí mismo como una persona práctica. “Siempre procuro que las iniciativas que trabajo sean enfocadas en cumplir nuestra misión. Creo que gracias a esto, nos hemos ganado la percepción de que nuestros proyectos son puntuales”, subraya. Reconoce que debe gran parte de su desarrollo como líder a Carolina Mejías Rivera, su compañera de lucha por los últimos nueve años. “Comenzamos como jóvenes soñadores que nos queríamos comer el mundo. Cuando teníamos una idea la accionábamos sin saber cómo saldría. Caro tenía muy claro que nuestro trabajo no era un mero servicio, y que teníamos que construir un proyecto de país que trascendiera a una comunidad de jóvenes agentes de cambio.” Ese trasfondo, explica, “nos llevó a ocupar espacios de abogacía a favor de la juventud y la participación ciudadana, y más adelante, comenzamos a ocupar espacios en defensa del Tercer Sector.” Su mayor fuente de inspiración es Pamela, su hermana, pues además de ser “la persona más cool e inteligente” que conoce, es alguien que pone su vista en la meta y no hay quien la detenga. Por otro lado, describe a su hermano Gabriel como un fajón. “Él es el menor de la familia y está a punto de convertirse en doctor, a pesar de los retos que ha enfrentado para completarlo”, comparte. También encuentra modelos a seguir en colegas del Tercer Sector como la familia Massol Deyá, quienes considera que han construido el proyecto de país más importante de Puerto Rico; Ana María García Blanco, quien le enseñó a “no hacerse indispensable”; y Cristian Martínez Medina, quien además de ser su amigo, es un “joven visionario.”

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Amárilis Pagán Jiménez, JD Proyecto Matria Amárilis Pagán Jiménez actúa por convicción, un creer que trasciende al hacer, y un hacer con resultados. La cofundadora y directora ejecutiva de Proyecto Matria cree en el poder transformador del trabajo en colectivo ya sea para promover una economía solidaria o los derechos de las mujeres y de las comunidades LGBTTIQ+. “Si logramos crear espacios de desarrollo económico y social, nuestra gente estará en mejor posición de desarrollar al máximo sus capacidades y podrá aspirar a vivir en libertad”, destaca. En el trabajo con las mujeres, la guía “un profundo amor y sentido de justicia. Honro las vidas de las mujeres que nos han precedido y me siento comprometida con adelantar una agenda de derechos que nos garantice a todas, un pleno desarrollo, paz y acceso al poder.” Ese pensamiento lo ha hecho extensivo a las comunidades LGBTTIQ+, las personas que residen y hacen sus vidas en la ruralía y “a todo ser humano que esté sufriendo las consecuencias de vivir en un sistema de desigualdades. Si los derechos humanos son indivisibles e interdependientes, las luchas por un mundo de equidad, libertad y paz también son indivisibles.” Pagán Jiménez fue abogada en la práctica privada (1993-1999) y luego se inició como directora ejecutiva de Casa Pensamiento de Mujer del Centro (2000). Posteriormente, coordinó un proyecto piloto de desarrollo económico para mujeres en la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, y de ahí pasó a cofundar Proyecto Matria. Desde esta organización ha impulsado un modelo de desarrollo económico con perspectiva de género, que incluye la creación de la primera incubadora de empresas especializada en el trabajo con mujeres y que ahora se transformó en Arepa Chic, empresa social encaminada a convertirse en una micro franquicia de la exquisita arepa boricua. Otro de los proyectos que impulsa es la Casa Solidaria Matria en el sector Miraflores de Orocovis, que enfoca en el tema del desarrollo económico. También es cofundadora de la Mesa Social Puerto Rico, proyecto de Matria que aboga por los derechos

humanos, y del Comité Amplio para la Búsqueda de Equidad (CABE). Además, desde Matria, junto a colectivos y organizaciones de mujeres, ha colaborado en impulsar una agenda de atención a la violencia de género, que incluye la declaración de un Estado de Emergencia y su participación en el grupo multisectorial convocado por el Gobierno de Puerto Rico, Comité de Prevención, Apoyo, Rescate y Educación de la Violencia de Género (Comité PARE). Su misión es crear “espacios de diálogo crítico y convertir ese diálogo en acciones concretas, con resultados medibles que tengan efectos en el sistema económico y social que habitamos, para generar justicia y equidad. Por eso creo en la importancia de organizar comunidades, de educar, de incidir políticamente en los espacios de poder y de crear alianzas basadas en el respeto, pero sobre todo, en la capacidad de soñar en conjunto.” Todo esto lo hace mientras practica las cualidades que mejor la distinguen: “observar, analizar y organizar ideas que se conviertan en proyectos ejecutables, pensar fuera de la caja y proponer y lograr lo que parece imposible.” Su mayor fuente de inspiración es María Dolores Fernós. “Ella ha sido maestra para mí en tantos aspectos de mi vida profesional y personal. Con Fernós pude comprender a cabalidad lo que son las desigualdades y su efecto en las mujeres. Aprendí a ser visionaria y a retar siempre las fronteras de lo posible para adelantar una agenda de equidad para todas. Ella me abrió los ojos a las posibilidades del trabajo político que trasciende líneas partidistas y que sabe escoger aliados, mientras mantengo un compromiso real con los valores que atesoro.”

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Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

una libertad plena basada en valores de equidad, justicia y paz.”


Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

la paz y prosperidad a través de una buena escuela pública para todos y todas.”

Ana María García Blanco Instituto Nueva Escuela El liderato de Ana María García Blanco podría marcarse desde el mismo momento en que se afirmó a sí misma que quería ser maestra. A esa convicción le siguieron varias experiencias, entre estas, su trabajo como directora de la ahora renombrada Escuela Juan Ponce de León, en Juan Domingo, Guaynabo, institución que desde su visión y liderazgo guió para que pasara del cierre a la reapertura, y luego la transformación, convirtiéndose en la primera escuela pública Montessori de Puerto Rico. “Siempre quise ser maestra. Esto me llevó a trabajar en la comunidad de Juan Domingo con niños y niñas de la escuela pública. Ver la diferencia entre la educación que recibían los

niños y las niñas de la comunidad, y la que recibí en la que yo asistía, me despertó. Desde la escuela superior supe que debería prepararme bien para aportar a la eliminación de dicha brecha”, apunta. Estudió Historia y Literatura en Harvard College y obtuvo una maestría y un doctorado en Educación de la Escuela de Educación de Harvard University, Departamento de Learning and Teaching Environments. Durante cinco años trabajó como maestra en el sistema público, para luego pasar a dirigir, por 23 años, la escuela Juan Ponce de León en Juan Domingo. “Estando en la escuela graduada de educación, se cerró la escuela de la comunidad de Juan Domingo. El sistema, no solo permitió su deterioro, cerró la escuela porque no era una buena escuela y no tenía matrícula suficiente. El 40 por ciento de los niños dejaban la escuela antes de llegar a la escuela superior. Esto me marcó para siempre. Un sistema de educación pública no debe cerrar una escuela mala, debe hacer que sea buena. La comunidad me pidió entonces que me uniera a sus esfuerzos de rescatar la escuela y convertirla en una buena escuela. Antes de culminar mis estudios doctorales, me matriculé en el Centro de Formación de Principales de Escuela en Harvard, y regresé a la isla. La comunidad me solicitó entonces dirigir la escuela”, narra. “Dirigir la escuela dentro del Departamento de Educación (DE) y desde la comunidad, me llevo a liderar la mesa de la cual soy parte hoy, junto a un colectivo de líderes que a su vez trabajan para mejorar el sistema público de enseñanza”, añade. Junto a otras maestras, fundó el Instituto Nueva Escuela, que sirve a más de 1,000 personas en su proceso de formación como educadores en la corriente Montessori. También fue partícipe del establecimiento de la Secretaría Auxiliar de Educación Montessori del DE para el desarrollo del modelo Montessori. Gracias a su visión y liderazgo se ha impactado a más de 15,000 estudiantes en 46 escuelas. Se destaca, además, su participación activa en la reapertura de escuelas públicas, cerradas luego del huracán María. Busca aportar a la formación de colectivos de familias, guías, educadores, directivos y estudiantes para que tomen control de la vida de sus escuelas y logren que sean las mejores. También busca estimular el aprendizaje entre pares, el cual, según su modelo, se da escuela a escuela, y “crear dentro del DE un modelo de pedagogía y gobierno que sirva bien a la comunidad en la cual habita. Hacer accesible una buena escuela pública para todos.” Se distingue -reflexiona- por tener fe en que se logrará lo justo, lo necesario; por la consistencia; por transformar las ideas, los sueños, en planes concretos de acción; y por tener una profunda fe en los otros, en mi país, en su gente. Además, por el respeto al prójimo y por ser inclusiva.

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Ana Yris Guzmán Nuestra Escuela Era de mañana, tomaba café con su esposo Justo Méndez Arámburu, cuando éste le contó el sueño que tuvo. “Papi –le dijo su hija Ana Mercedes en el sueño– vamos a hacer una escuela...”. Aquella fue la primera vez que Ana Yris Guzmán volvió a ver brillo en la mirada de su esposo, luego de la muerte de su hija Ana Mercedes en un accidente automovilístico. Esa fue la llama que encendió Nuestra Escuela. Un proyecto educativo que sanó primero a la familia de Ana Yris y Justo, y luego continuó con un legado de sanación a miles de participantes de la institución educativa. “Hacer una escuela para jóvenes que necesitaban una oportunidad de sanación, cambio y transformación fue la mejor manera que encontramos de honrar la memoria de Ana Mercedes”, comparte Ana Yris, cofundadora, junto a Justo, de Nuestra Escuela, institución que ahora preside. “Jamás imaginamos que este proyecto sería lo que es hoy”, agrega. Nuestra Escuela es una organización sin fines de lucro que practica un modelo de Educación Alternativa que brinda servicios a niñas, niños, jóvenes y adultos en los municipios de Caguas, Loíza y Toa Baja. El éxito de su “modelo de servicio” para la población estudiantil, además, ha sido compartido con más de 20 países, y presentado en conferencias internacionales. Ana Yris ha sido reconocida como Campeona en los Derechos de la Juventud por Hispanics in Philanthropy; y fue seleccionada para participar en el Programa de Liderazgo Global Ambassadors de Vital Voices y Bank of America. Ana Yris es representante del continente americano en la mesa mundial de Aflatoun. También ha sido reconocida con el Premio INDEX a la Excelencia Dominicana. Fue precisamente de ese país (República Dominicana) de donde migró hacia nuestra isla, mientras enfrentaba una difícil temporada de vida. Y reconoce a su país, como el lugar en el que vivía una de las personas que la inspiran a seguir adelante, su abuela. “Mi abuela ha sido una semilla de amor en mi vida. Ella me vio partir de República Dominicana con mi amado hijo Jorge cuando aún era un bebé. Llegué a Puerto Rico enamorada de mi esposo quién abrazó mi alma al

llegar, y ha sido el amor a las y los estudiantes lo que me ha mantenido dedicada a servir para cerrar la brecha al acceso a una educación de calidad”, comparte. La guía un sentido de compromiso amoroso, como si fuera un hilo imperceptible que conecta su alma con la de cada joven, niña, niño, mamá, papá, abuelo y abuela de su comunidad. “La visión de Nuestra Escuela es una que integra la voz de nuestras comunidades, de forma autogestionaria, democrática y solidaria”, dice. “El verdadero interés por amplificar la voz de la

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niñez y la juventud, que se conjuga en una mezcla de fuerza, amor y entrega”, la destaca como su cualidad más distintiva. Ana Yris, quien también preside la Junta Directiva del Movimiento Una Sola Voz de Puerto Rico, es una educadora comprometida, especialista en el enfoque formativo biopsicosocial y centrada en desarrollar un modelo de servicio que fortalece y fomenta el talento de estudiantes que se han alejado de la escuela tradicional; no solo desde la vertiente formativa, sino principalmente fomentando el desarrollo personal, el liderazgo, la sanación y el fortalecimiento de la dimensión afectiva de cada estudiante. “Mi esperanza es ver comunidades autogestionarias de su propio sustento, con una infancia feliz, una juventud comprometida con su país y con una sociedad solidaria. Sueño un Puerto Rico dónde todas y todos nos demos la mano a favor del bienestar común”, afirma.

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

ver comunidades autogestionarias de su propio sustento, con una infancia feliz, una juventud comprometida con su país y con una sociedad solidaria.”


Antonia Coello Novello, M.D, M.P.H., Dr.PH. Comunidad médica

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

acceder a todas las oportunidades y servicios para que se desarrollen al máximo de su potencial, indistintamente de sus orígenes o status. Así alcanzaremos un futuro próspero para todos donde el mérito triunfa sobre la política del momento.”

Directa y clara, así es la doctora Antonia Coello Novello. Características que heredó de su madre, Ana Delia Flores, educadora y directora escolar por 69 años. A ella también le atribuye su deseo por servir al prójimo y disfrutar de la medicina desde el voluntariado. Con ese bagaje abrazó nuevamente a Puerto Rico, luego de aquel fatídico 20 de septiembre de 2017, cuando la isla sufrió el embate del huracán María. Desde entonces, su legado de amor ha sido impresionante. Al ver las secuelas que el fenómeno atmosférico dejó sobre la isla, se sintió motivada a compartir la experiencia que había adquirido tras el evento del 11 de septiembre en Nueva York, cuando fungía como Comisionada de Salud (1999-2007). “¿Cómo es posible que con lo que aprendí no viniera a ayudar en un tiempo igual a mi país?”, comparte. Durante este período, ha impulsado el establecimiento de clínicas temporeras de salud mental en 29 pueblos, junto a la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) y la Universidad Central del Caribe; además, el establecimiento de clínicas de salud comunitaria en el barrio Mameyes Arriba en Utuado, para brindar servicio a ocho barrios de Utuado y Jayuya. También lideró esfuerzos para la entrega de comida y agua en 45 pueblos, luego del paso del huracán, gesta que logró con el apoyo de los helicópteros del U.S. Army y la Guardia Nacional de Puerto Rico. Se convirtió en portavoz del mensaje de vacunación masiva para combatir la influenza a través de la organización VOCES, incluyendo la recaudación de fondos para proveer la valiosa vacuna a personas de 18 a 64 años sin seguro médico, y diligenció la transportación

de pacientes a la Florida desde Puerto Rico, con el apoyo de la organización PACIV. “Pongo las necesidades en prioridades y luego las ataco, consiguiendo recursos que ayuden, distribuyendo la labor, pero sobre todo supervisando que se complete la misión. Casi nunca delego lo que me toca hacer a mí, y si lo hago, siempre estoy pendiente de que se logre, tratando de lograr más de lo que prometí por Puerto Rico”, afirma. Coello Novello tiene un doctorado en Medicina de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Ciencias Médicas, y una maestría y doctorado en Salud Pública de la Escuela de Salud Pública de Johns Hopkins University en Health Policy Management. Su hoja de servicio incluye haber sido Cirujana General de Estados Unidos, Deputy Director de National Institute of Child Health and Human Development, N.I.H.; y representante especial de Salud y Nutrición de United Nations Children’s Fund (UNICEF). Además, ocupó la posición de Vice Presidenta para mujeres y niños del Disney’s Children Hospital en la Florida. Luego del huracán María, nos ha tocado vivir otros eventos como los terremotos y la pandemia del COVID-19, en el 2020, que aún siguen muy presentes en nuestras vidas. Coello Novello ha continuado activa durante esos eventos, haciéndose cargo de la salud y sanidad de las cinco carpas de la Guardia Nacional de Puerto Rico, en las áreas afectadas por el terremoto. Con la pandemia, ha sido una voz de educación y concienciación a favor de la vacunación para COVID-19 de la mano de la Guardia Nacional de Puerto Rico, VOCES y SER de Puerto Rico. Ha destacado una mayor concienciación para la primera y segunda dosis para niños mayores de 12 años, personas obesas, aquellos que sufren de discapacidad funcional, diabetes e inmunocomprometidos. “Mi misión –subraya– es ofrecer servicios médicos sin importar de donde viene la gente, ni si tienen seguro de salud o no; sin tomar en consideración intervención política ni la situación económica del afectado, y hacerlo con urgencia para así resolver las necesidades del pueblo –rápido y efectivamente.”

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Monseñor Antonio J. Vázquez Colón (Padre Tito) Parroquia Stella Maris en El Condado Una comunidad de fe que responde a las necesidades sociales. Así se podría describir el día a día en la Parroquia Stella Maris en El Condado, que lidera el monseñor Antonio J. Vázquez Colón, mejor conocido como Padre Tito. El líder religioso ha enfatizado y dirigido esa respuesta, una obra social que le ha permitido practicar el don del servicio, el cual atesora grandemente porque eso fue lo que hizo Jesús. Para Padre Tito, el servicio al ser humano, acompañado de la compasión y la buena escucha, es la constante de su vida sacerdotal, dedicada a la diversidad de comunidades que llegan hasta Stella Maris para recibir no solo la Palabra de Dios, sino también alivio a sus necesidades humanas. Ese don le viene de familia. Sus progenitores fueron servidores públicos: padre, policía, y su madre, enfermera. “Mi misión es guiada por el espíritu de mi Maestro, Jesús de Nazaret. Humanizar por medio de la educación en servicio y valores”, destaca el sacerdote, con 31 años en el ministerio. Y ese liderato, agrega, nace de su “vocación sacerdotal, la cual entiendo es clave de servicio y de identificarme con el vulnerable.” La Parroquia Stella Maris es un refugio para la fe y un espacio solidario que ofrece servicios sociales a las personas sin hogar, personas con Alzheimer y sus familiares, individuos que enfrentan adicciones, pacientes con daños al cordón espinal, y padres y madres que han perdido hijos o hijas a causa de la violencia. Además, le ha abierto sus puertas a la comunidad sorda a través de servicios religiosos en lenguaje de señas. En Stella Maris todas estas comunidades, con sus particulares necesidades, cuentan con las instalaciones necesarias para celebrar encuentros y

recibir servicios que les permiten seguir adelante con sus vidas. Fue ese interés por ser también centro de servicios sociales, lo que estímulo que guiara uno de los retos más recientes: la construcción del nuevo templo. Y es que la renovación de la iglesia ha permitido aumentar los servicios a la comunidad. Por otra parte, Padre Tito es un sacerdote con los “pies en tierra.” Por eso, dos años antes de la pandemia del COVID-19, se transmitían las misas por la red social de Facebook —este servicio luego se hizo disponible también a través del canal de YouTube de la parroquia. También tomó todas las medidas de prevención necesarias para permitir que las puertas de la iglesia se abrieran nuevamente, cuando fue permitido por la flexibilización de las restricciones relacionadas a la pandemia. Padre Tito capellán de la Vicaría de Salud de la Arquidiócesis de San Juan y desarrolló el proyecto de autogestión comunitaria en Isabela y San Sebastián. Sus estudios académicos incluyen dos maestrías en Teología y Divinidad del Seminario Regional San Vicente de Paúl en Boyton Beach, Florida, y un bachillerato en Artes y Humanidades, con concentración en Filosofía.

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

cobrar conciencia de su dignidad como seres humanos. Tener el bien común como norte y practicar la solidaridad y la subsidiariedad.”

14 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza


Bonnie Guzmán Enseñat Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

tener una cultura de prevención y previsión ante las quemaduras y que ningún individuo y su familia tenga que sufrir este largo, doloroso y costoso sufrimiento.”

Fundación A-Mar La Fundación A-Mar surge de un “evento de dolor.” Un suceso que logró trascender, de un incidente particular a convertirse en una cruzada por la prevención de quemaduras en niños y niñas, mientras brinda apoyo a las familias que enfrentan esta realidad de vida. “En la víspera del año nuevo de 2009”, recuerda su fundadora Bonnie Guzmán Enseñat, “una chispa de una estrellita incendió en pocos segundos el trajecito de mi niña de cuatro años, provocando severas quemaduras de las que aún se recupera estoicamente.” Pocos meses después, nació A-Mar, Fundación para Niños Quemados. “Pude entender que no estaba sola. Miles de niños, niñas, jóvenes, adultos y personas de mayor edad en Puerto Rico han sido víctimas de quemaduras que pudieron evitarse. Pero son una población virtualmente invisible, cuyo alcance y número se desconoce, y para la cual se recopilan muy pocos datos. La interacción con tantas víctimas y sus familias reafirmó la necesidad de desarrollar esfuerzos afirmativos de prevención, para brindar apoyo solidario a las víctimas y sus familiares; para facilitarles acceso a tratamientos especializados; para desarrollar competencias pertinentes en nuestros profesionales de la salud; y para institucionalizar la prevención como política pública”, apunta. Guzmán Enseñat optó por desarrollar una respuesta solidaria al dolor de las personas que han sufrido eventos similares. Según expresa, “crear alianzas y colaboraciones; apoyar y dar ánimo a las víctimas y sus familias; divulgar y facilitar opciones de tratamiento en y fuera de Puerto Rico; promover peritaje en quemaduras entre los profesionales de la salud; y gestar política pública para hacer llegar el mensaje de prevención a todas las escuelas”, son

parte del trabajo que realiza a través de su organización. “Así trascendí, entendiendo que el dolor de mi familia no era mayor al de otros y que la solidaridad hacia los demás –las víctimas actuales, las futuras y las que se eviten – constituye la mejor forma de validar afirmativamente la vivencia y experiencia de mi familia”, agrega. A más de 12 años de su establecimiento, celebra que la prevención de las quemaduras está presente en los medios de comunicación, escuelas y comunidades. La Fundación A-Mar gestiona terapias psicológicas, física y ocupacional; ropa de compresión, cremas y acceso gratuito a tratamiento médico reconstructivo. Así mismo celebra que la Ley 277, estableció la política pública de prevención de quemaduras y declaró el mes de febrero como el mes de la prevención de quemaduras. “Hemos desarrollado un modelo lógico del programa de prevención de quemaduras, módulos educativos, libro de cuentos, cápsulas animadas para ser utilizadas en las diferentes modalidades educativas. Hoy, nuevas alternativas de tratamiento se dan a conocer, incluyendo la terapia del arte como alternativa innovadora de tratamiento psicosocial para niños y jóvenes quemados”, menciona. Además, promueve romper con el aislamiento “que viven las personas con quemaduras para que se apoyen solidariamente y hagan valer sus derechos colectivos.” Sus padres e hijos, en especial su pequeña, son su fuente de inspiración. “La valentía, resiliencia, empatía, positivismo y solidaridad de mi hija durante y ante los tratamientos que aún continua, son mi ejemplo y constituyen mi enfoque”, destaca.

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Carlos J. Adorno Irizarry Comunidades con acueductos comunitarios Una pregunta marcó el rumbo de Carlos J. Adorno Irizarry. ¿Cuál era el mejor lugar para contribuir al mejoramiento de las condiciones de vida del pueblo puertorriqueño? Encontró la respuesta en los acueductos comunitarios. “La vida me llevó a conocer el mejor ejemplo de autogestión de una comunidad, los acueductos comunitarios, que son comunidades que se apoderan para resolver una necesidad que históricamente ha sido responsabilidad del gobierno (el acceso a agua potable)”, comparte. Su cuestionamiento tenía como trasfondo el deseo de poner en práctica, en un solo lugar, los valores que su familia había cultivado en él. “La solidaridad y el amor al prójimo, la fe en acción del presente, la inquietud por construir un país mejor a través de sus luchas sociales, políticas, sindicales y ambientales, participando en los procesos comunitarios y en las iniciativas culturales. Todo eso era cotidiano en mi vida, y me nutrieron”, destaca. Comenzó entonces su labor con estas organizaciones comunitarias que administran su propio sistema de agua potable, y usualmente están ubicadas en áreas rurales y remotas de la isla. Lo hizo desde el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, la Oficina para el Financiamiento Socio Económico y Autogestión de las Comunidades Especiales y, recientemente, desde la Fundación Comunitaria de Puerto Rico, como consultor de los proyectos para el fortalecimiento de los acueductos comunitarios. Desde entonces ha colaborado en el robustecimiento de estas organizaciones, viabilizando el acceso a recursos, brindando asesoramiento técnico y acompañamiento, y fungiendo como interlocutor entre las comunidades y las agencias reglamentadoras. En cada comunidad, pone al servicio el conocimiento de la experiencia acumulada, así como lo aprendido en la Escuela Graduada de Planificación, de la Universidad de

Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, donde también cursó un bachillerato en Ciencias Naturales, concentración en Biología, con subconcentración en Ciencias Ambientales. “Mi misión es la transformación de las comunidades a través de los acueductos comunitarios, logrando su sustentabilidad y sostenibilidad para un mejor Puerto Rico. Fortalecer estos proyectos de agua potable propicia el desarrollo de otras iniciativas comunitarias relacionadas con emergencias, desarrollo económico, cultura, deporte, salud y educación; transcendiendo así del acueducto comunitario a la autodeterminación de la comunidad. Además, cuando hablamos de mi misión, me es imprescindible no reflexionar sobre inclusión, respeto a la diversidad y visibilidad. Si deseamos apostar por un mejor Puerto Rico deberíamos reflexionar sobre estos”, apunta. Destaca el amor como una cualidad que le guía “sabiendo que de ahí brota la generosidad, el compromiso, la solidaridad, la fuerza interna y la transparencia. El amor transforma. Eso me ayuda a ejercer liderato porque la gente sabe quien soy con mis virtudes y con mis defectos.” No es de extrañar, entonces, que luego de este relato, Adorno Irizarry indique que sus mayores fuentes de inspiración son la “familia, mi todo; los líderes de los acueductos comunitarios, héroes anónimos; y Nelson Mandela, un ser de transformación y cambio para su país, desde el amor.”

16 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

tener acueductos sustentables y sostenibles.”


Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

la paz, la salud y la igualdad entre todos los hombre y mujeres del mundo.”

Sor Carmen Ferrandis Navarro-HFI Colegio San Gabriel para Niños Sordos Sor Carmen Ferrandis Navarro-HFI asumió la lucha por la permanencia del Colegio San Gabriel para Sordos. La institución educativa, que hoy tiene 117 años de fundada, estaba a punto de cerrar sus puertas a la comunidad estudiantil sorda de la isla en el año 2012. Sor Carmen reunió a padres, madres, recursos de la comunidad y hermanas Franciscanas de la India, logrando impedir su cierre. La permanencia del centro católico, bajo la titularidad de la Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada, se desvanecía debido a la falta de Hermanas. “Una de las Hermanas se hizo mayor y no podía seguir con el trabajo de dirección. Otra, por enfermedad, regresó a España. Yo no podía quedarme sola en Puerto Rico. Luché por buscar soluciones, hasta que finalmente dos hermanas de la India se ofrecieron a venir a Puerto Rico, llegaron en diciembre de 2012. Gracias a eso, se pudo continuar la misión de educar a los niños y jóvenes sordos en San Gabriel. Tuvimos que hacer algunos cambios administrativos, pero todo fue para mejorar la calidad de la educación”, cuenta. La Hermana llegó a la isla en el año 1982. Cuando el Colegio San Gabriel enfrentaba la posibilidad de su cierre, fue nombrada representante legal de la Congregación de Hermanas Francisanas de la Inmaculada en Puerto Rico. En el 2017, pasó a asumir la dirección administrativa de la institución. También ha liderado iniciativas a favor de los derechos de la comunidad como las marchas “Oye mis manos, comunícate”, enfocadas en que la sociedad puertorriqueña tome conciencia y reconozca los derechos de las personas sordas. Su liderato al frente del colegio tiene como motivación “el amor a las personas sordas”, algo que aprendió de la fundadora

de su congregación, la Venerable Madre Francisca Pascual Domenech. “Ella, al ver en la calle a dos niños hablando con las manos, que no estaban en la escuela, se lanzó a educarlos. Luchó por los derechos de estas personas, los cuales hoy día, no son reconocidos en su totalidad”, destaca. Tanto ella como Dios y las personas sordas son fuente de inspiración para su labor diaria, a favor de esta comunidad. Su misión es “escucharlos a través de sus manos, aconsejarlos, ayudarlos y llevarlos a Dios por medio de la Pastoral, que se encarga de interpretar las misas los domingos y estar con ellos en los momentos de dolor y sufrimiento.” Además, sus principales características las resume de la siguiente manera: “Creo ser madre de todos ellos. Una madre que escucha, acompaña, sufre por sus hijos y también corrige y regaña con amor”, expone. Ferrandis Navarro cursó sus estudios en el Colegio La Purísima de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada, en Torrente (Valencia) España. Luego entró a la Congregación de las Hermanas Franciscanas. Trabajó como maestra de Educación Especial y terapista de habla y lenguaje en el colegio para niñas, La Purísima de Madrid. Ahí laboró con estudiantes de Kínder y Pre-Kínder. Años después pasó a ser administradora de la Casa San Francisco, que enfocaba en personas de la Tercera Edad, en Moncada (Valencia) España. También tiene estudios en Teología, Biblia, Moral, Encíclicas, Espiritualidad y Catecismo de la Iglesia Católica IV, y es maestra de Educación en la Fe. “Espero que en todo el mundo, algún día no muy lejano, se logre la paz, la inclusión, la salud y la igualdad entre todos los hombres y mujeres”, comparte.

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Carmen Villanueva Castro Comunidad Parcelas Hill Brothers Lograr cambios sostenibles para el bienestar de toda su comunidad. Esa es la misión que guía las acciones de Carmen Villanueva Castro, una líder comunitaria que se ha ganado el respeto de la comunidada Parcelas Hill Brothers en Río Piedras y de la sociedad puertorriqueña, según atestigua la cosecha de reconocimientos que acumula. “Mi alma y mi espíritu están en lograr cambios que permanezcan, a favor del bienestar de los residentes de mi comunidad, y de otras comunidades aliadas y vecinas”, expone. La mueve el agradecimiento que le tiene a la familia que la adoptó. “Tenía que darle al país lo que mis padres me dieron a mí: apellido, familia y amor. Por eso es que hago lo que hago”, contó al medio digital Es Mental, en una reciente entrevista. Desde muy joven, la hoy mujer de 60 años comenzó a dar señales de liderato en grupos escolares y en la iglesia. Compartiendo sus primeras experiencias, recordó que “un grupo de personas de la

comunidad me buscó para protegerlos de los abusos que se estaban cometiendo en el Departamento de la Vivienda con ellos, y acepté. En esos momentos era la presidenta de la Juventud de la Capilla San José de Calasanz. Era para mí importante poder ayudar a los líderes mayores de la comunidad y era un compromiso”, cuenta. Entre sus logros destaca la celebración, por 13 años, del campamento de verano Aventura de Veranos, iniciativa que impactó a dos generaciones de niños, niñas y jóvenes de la comunidad; entre ellos destaca a Israel Franco Muller, hoy día convertido en doctor en Estudios Teatrales. También menciona la primera bicicleteada de Hill Brothers, con más de 150 jóvenes de esta comunidad y otras comuni-dades vecinas, que recorrieron un trayecto del Último Trolly, que culminó en un encuentro

con los jóvenes del Residencial Llorens Torres. Además, destaca la coordinación de clases de baile a través del Proyecto Expresarte a Todo Rincón del Instituto de Cultura Puertorriqueña, del cual tres jóvenes de la comunidad fueron becados por Andanza, compañía puertorriqueña de danza contemporánea y escuela de baile. “Logramos el primer grupo de policías de la comunidad en 1990, para trabajar asuntos sociales y de seguridad con la comunidad; asimismo, rescatar seis parcelas vacantes para seis familias que estaban agregadas en casa de sus familiares”, indica Villanueva Castro, quien tiene una maestría en Finanzas y Contabilidad de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, una certificación como examinadora de fraude y una certificación para mentoría en calidad de servicio al cliente. Además, resalta con mucha emoción el rescate de un espacio en desuso por la Autoridad de Tierra que actualmente es el Complejo Deportivo y Recreativo de Hill Brothers Sur; su transformación fue poco a poco, y se logró primero la construcción de una cancha. “Luego logramos su techo y transformar el centro multiuso con computadoras, las cuales se usaron por más de 15 años. Se lograron realizar, por ocho años, tutorías para 85 niños, niñas y jóvenes; brindar clases de computadora para adultos mayores; y 35 mujeres lograron convertirse en artesanas comerciales”, menciona. Villanueva Castro resalta que la sinceridad, la honestidad y la libertad guían su liderato, y que sus progenitores, en especial su padre, la inspira a seguir porque este luchó para “darnos a mí y mis hermanos, que también eran de hogar de crianza, la mejor calidad de vida.”

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

ser la mejor del mundo, que su gente viva en paz, segura, en salud, con una educación accesible y seguridad económica sin dependencia.”

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Agro. Dalma E. Cartagena Colón Comunidades de Orocovis La esperanza de la agrónoma Dalma E. Cartagena Colón es que Puerto Rico logre un llamado nacional para estimular y fortalecer la siembra, cultivo y cosecha de alimentos sanos en todo nuestro archipiélago, y así alcanzar nuestra soberanía alimentaria. Con eso como norte, ha dedicado toda su vida a la enseñanza. Se ha desempeñado como maestra agrónoma de estudiantes del 3ro al 9no grado, en la escuela Segunda Unidad de Botijas 1, y más recientemente a través de talleres de producción de alimentos sanos cultivados con prácticas ecológicas en comunidades del pueblo de Orocovis, así como en Haití y República Dominicana. “Tengo la esperanza de que mi país algún día logre un llamado nacional a la siembra, cultivo y cosecha de alimentos sanos en todas partes: escuelas, hospitales, cárceles, centros de cuidado de ancianos, refugios de mujeres víctimas de la violencia doméstica y comunidades. Y que logremos alcanzar nuestra soberanía alimentaria, al tiempo que seamos capaces de aportar al bienestar planetario”, indica. “Que se den cuenta de que vivimos en una tierra rica de recursos que podemos manejar nosotros mismos para nuestro bien y el del Planeta Tierra; y que la tierra tiene el poder de sanar a niveles extraordinarios”, agrega. Para ella, el saber producir alimentos sanos debe ser considerado un derecho humano fundamental, garantizado al amparo de la ley, y eso representa su motivo de lucha actual. Inició su gesta educativa de manera más intensa al notar la falta de alimentos sanos con los que cuentan nuestras familias. Se cansó de ver en “hospitales y escuelas que se sirven alimentos ajenos a nuestra cultura agroalimentaria, principalmente enlatados.” Como agrónoma y maestra de Educación Agrícola, se ha dedicado a promover la protección del ambiente, la conservación

y restauración de los recursos naturales, el manejo adecuado de materiales biodegradables, la elaboración de composta y el empoderamiento de nuestras comunidades. Su visión esta basada en una educación no solo de teoría sino acompañada de la práctica, a lo que ha llamado la Pedagogía de la Tierra,

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

un llamado nacional a la siembra, cultivo y cosecha de alimentos sanos en todas partes, escuelas, hospitales, cárceles, centros educativos y comunidades, y logre alcanzar su soberanía alimentaria haciendo su aportación al bienestar planetario.” nacida de su experiencia con estudiantes de la escuela de Botijas 1. Al resaltar su cualidad más distintiva, sugiere la “humanidad”, aprendida en el seno de su hogar a través de su madre, maestra del sistema público; su padre, electricista y agricultor; sus abuelos y estudiantes. Resalta, por otra parte, que su fuente de inspiración fue su abuelo, Genaro Colón, agricultor de toda la vida, “por marcarme el camino con su ejemplo vivo, aunque debo decir que encuentro inspiración en todo cuanto vivo, donde quiera que vaya, la inspiración me acompaña.”

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Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

convencerse de que estamos hechos y hechas de la fuerza creada por los embates superados y por superar, y que nadie puede dudar de nuestro gen solidario.”

Dulce María del Rio-Pineda Mujeres de Islas Su conexión con Culebra se remonta a la década del 80 cuando llegó a la isla municipio para coordinar campamentos de verano y servicios para personas con diversidad funcional, que ofrecía la organización Apoyo a Padres de Niños con Impedimentos (APNI), en la cual trabajaba. A esta población y sus familias las había conocido anteriormente de manera más directa cuando inició trabajos voluntarios en APNI, donde conoció a su fundadora, Carmen Sellés. Fue ella la mujer que le marcaría su ruta de servicio:

apoyar a las familias y que sus voces fueran escuchadas. Para entonces, la bióloga y educadora en Ciencias, Matemáticas y Biología, ya había logrado una maestría en Educación Especial, animada por la experiencia voluntaria en APNI. “Este periodo laboral en Culebra cambió el rumbo de mi vida, y agradezco al universo que permitió que esta isla se convirtiera en el lugar que me vio crecer como maestra, esposa, madre y hoy abuela, así como líder comunitaria”, comenta. En ese pedazo de tierra, poco a poco, iba echando raíces. A esa experiencia con APNI, se le unió su trabajo con los Early Head Start; y el haber dado a luz a su segunda hija en

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la isla municipio, con la asistencia de una partera y doula. Ambas experiencias la llevaron a participar de la redacción de la sección de Nacimiento Seguro de la Ley 93 de 1998Ley para la Implantación de la Política Pública para la Niñez Temprana. Fue todo este bagaje el que la animó a cofundar, junto a otras mujeres en el año 1992, la Casa de la Alegría, en Culebra. Este era un centro de cuidado y desarrollo para menores de edad. Lo hizo luego de haber superado el paso del huracán Hugo, con una recién nacida y de haber tenido que reconstruir su hogar, mientras también apoyaba la reconstrucción de “nuestra comunidad de Culebra.” En el año 2010, cofundó Mujeres de Islas, organización comunitaria y sin fines de lucro establecida en la isla municipio, enfocada en identificar recursos, y crear y fortalecer proyectos para el desarrollo sostenible de Culebra. Además, en años recientes, estableció el Consejo de Bienestar de Culebra. “Siento una responsabilidad inmensa en asegurar que los servicios para la niñez, jóvenes, familias y comunidad sean de la más alta calidad”, subraya. Como líder, aspira a que las personas experimenten y sientan la satisfacción de servir en colectivo y solidaridad, mientras asegura que tiene una capacidad para ver el “entretejido de las historias, los procesos y la vida. Tengo la determinación y agallas un poco empanadas de dulzura, indispensables para exigir equidad y justicia social, sobre todo para aquellas personas a quienes les han arrebatado esa posibilidad.” Del Rio-Pineda encuentra su inspiración en “las mujeres, aquellas fuertes y solidarias, las que retan y cuestionan; las que aportan, apoyan y quieren sin titubeos; y las que acompañan en el llanto, la indecisión y la alegría. En mi madre, tías, abuelas, amigas, hijas y, ahora, mi nieta, que han forjado quién soy y me inspiran a continuar enfocada y encaminada; y a algunos hombres bondadosos, entre los principales, mi padre y mi inseparable esposo.”


Eduardo Carrera Morales Boys and Girls Club de Puerto Rico Eduardo Carrera Morales es un inconforme. No declara como batallas perdidas, las situaciones de inequidad que dificultan el desarrollo pleno de muchos niños, niñas y jóvenes de Puerto Rico. “Tengo una necesidad incansable de cambiar los sistemas que perpetúan las inequidades y la pobreza”, subraya. Por eso, desde Boys and Girls Club of Puerto Rico (BGCPR), donde se desempeña como principal oficial ejecutivo, busca que la gente crea que es posible superar esa realidad, que el cambio es algo alcanzable. “Mi misión como líder es la de provocar los cambios que le permitan a nuestra niñez, juventud y familias tener oportunidades para vivir una vida plena”, destaca. Desde el año 2000, Carrera Morales forma parte de BGCPR, organización sin fines de lucro, que a través de varios programas, ofrece a estas poblaciones esperanza de un futuro mejor y oportunidades para que desarrollen su máximo potencial. Allí ha laborado, además, como director de operaciones y vicepresidente ejecutivo. Además de su aporte a través de BGCPR, ha desarrollado soluciones para incidir en la reducción de la pobreza, entre estas se incluye el establecimiento del Instituto del Desarrollo de la Juventud, del cual también es principal oficial ejecutivo. El Instituto surge ante la necesidad de contar en Puerto Rico con una organización que se dedicara a recomendar cambios en políticas públicas, locales y federales, para generar impacto en indicadores claves durante el desarrollo de la niñez y la juventud. También, bajo su liderato, se estableció el centro de servicios integrados, Vimenti. Este centro enfoca en dos generaciones (padres e hijos), con la misión de erradicar la pobreza infantil. Allí

también se ejecuta un modelo educativo que dio paso a la primera escuela pública administrada por la sociedad civil. Su pasión y compromiso por aportar a la erradicación de la pobreza, tiene como origen el escenario de su crianza. “Nací y me críe en las comunidades con las que hoy estamos trabajando. A través de mi liderato, tengo la oportunidad de crear oportunidades desde la base”, destaca. Carrera Morales tiene un bachillerato en Administración de Empresas de Washington and Jefferson College y certificaciones en Impact Investing y Social Finance de Oxford University. Creó y presidió la empresa Emergency and Mitigation Corp. En el 2021, además, pasó a ocupar el puesto de principal oficial ejecutivo de Platform for Social Impact. Su mayor fuente de inspiración comparte, es su fe. “Creo en las bendiciones que he recibido. El trabajo de un líder es hacer que la gente crea que es posible hacer cambios. Para pedirle a otros que crean, tienes que creer en cosas más grandes que tus propios ideales”, expresa. Y el cambio que quiere ver es que “todas las personas tengan la oportunidad de desarrollarse a su máximo potencial.”

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

“que todas las personas tengan la oportunidad de desarrollarse a su máximo potencial.” Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 21


Eduardo Sánchez Pérez Comunidad Las Corujas Inc. La misión de Eduardo Sánchez Pérez es gestionar la solución de los problemas comunitarios y mejorar la calidad de vida de los residentes de su comunidad. Esa es la dirección que le ha dado su presidencia a la Comunidad Las Corujas Inc., organización a cargo, entre otros asuntos, de la administración del acueducto comunitario de esta comunidad rural de Aguas Buenas, que suple agua a 200 familias. Sánchez Pérez asumió ese rol en el año 1989. Hasta ese entonces se había desempeñado como vocal de la Junta Administrativa de la organización comunitaria, periodo que le permitió conocer el funcionamiento de la infraestructura de agua —esta es una de las aproximadamente 242 comunidades en Puerto Rico que se benefician de acueductos comunitarios porque no están conectadas a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados. El enfoque en ese entonces, y ahora, era mejorar el sistema de agua. “Cuando surgió el tiempo de votaciones, el presidente era mayor de edad y me nominaron. Salí electo. Eso fue en el año 1989 y he permanecido aquí hasta el presente. Hemos hecho elecciones cada tres años, pero me continúan eligiendo”, cuenta. Bajo su liderato, el acueducto de la comunidad ha logrado mejoras significativas que incluyen la adquisición e instalación de un sistema solar para garantizar la continuidad del servicio de agua potable, ya que el acueducto requiere de una bomba que funciona con electricidad. Además, ha guiado el desarrollo de un centro de emergencia comunitario para la comunidad, que contiene sistema de energía solar, asistencia para primeros auxilios, sistema de comunicaciones y espacio para refugio. “Mi misión como líder es trabajar a favor de la comunidad y sus residentes, no solo en el sistema de agua potable,

también en los problemas sociales. Que se puedan resolver y mejorar la calidad de vida. Nuestra misión es servir, sin colores políticos, ni religiones”, apunta. Además, lideró los trabajos para hincar un pozo de agua potable con el apoyo de USDA Rural Development. “Este pozo lleva el nombre de Domingo Cardona Rivera. Eso fue en el 1994, y en ese momento también se cambió toda la tubería principal rígida a PVC, en todos los sectores de la comunidad”, destaca.

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

la unidad sin distinción de personas y con su norte hacia Dios.” Su trabajo, dice, es inspirado por “los presidentes salientes, los que lucharon y se esforzaron por esta comunidad. Aprendí mucho de ellos.” Su presidencia se distingue por ser la de una persona enfocada en “servir, que tiene fe y pide sabiduría y entendimiento a Dios, que es mi norte. Me ayuda en mi liderato porque no hacemos nada sin la dirección de Dios. Además, toda la Junta Administrativa tiene sus funciones y las llevan a la perfección.” Sanchez Pérez trabaja en el Departamento de Planificación y Desarrollo Económico del Municipio de Aguas Buenas.

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Elia Enid Cadilla A Flor de Piel El inicio de la conexión de la primera actriz, Elia Enid Cadilla, con la población correccional del país, podría marcarse a partir de su infancia. Es durante ese periodo de vida que la directora del Programa de Teatro del Departamento de Corrección y Rehabilitación identifica los comienzos de una habilidad que le ha permitido conectar con la población confinada: la empatía. “Desde joven me encontré en circunstancias que me llevaron a ver el punto de vista de las otras personas. Recuerdo que desde niña sentía una gran empatía por los demás, lo cual me ayudó mucho como actriz y me colocó, además, en posición de no juzgar tanto e intentar entender por qué se hacen las cosas”, recuerda la también productora, directora y escritora. “Siento la responsabilidad de hacer lo que pueda para dejar un mundo un poco mejor – si es del todo posible – para mis hijos, mis nietos y las generaciones futuras”, añade. Desde hace dos décadas, Elia Enid dirige el Programa de Teatro, iniciativa que brinda a sus participantes, hombres y mujeres, herramientas para reconocer que el verdadero destino está en sus manos, no predeterminado por su trasfondo ni circunstancias. Además, el programa enfoca en ayudarles a recuperar su autoestima y su amor propio, para que al terminar se sientan respetados y apreciados. “Hemos visto a muchas personas egresadas del Programa de Teatro reintegrarse a la sociedad como ciudadanos dignos y útiles”, destaca.

Escuelas, universidades, iglesias, agencias gubernamentales y comunidades han disfrutado del teatro que dentro de las cárceles se cultiva con el fin de llevar un mensaje de prevención y rehabilitación, de la mano de quien fuera premiada con el Premio ACE a la Mejor Actriz de Teatro de la Asociación de Cronistas del Espectáculo de Nueva York. Al año siguiente de que se iniciara el Programa de Teatro (2001), Elia Enid estableció la organización sin fines de lucro A flor de Piel, para ayudar a las mujeres que participaban del programa y que salían de la prisión sin recursos ni apoyo. “Mi misión como directora es proveer las herramientas, mostrar el camino y dar apoyo para que las personas ejecuten según su propia capacidad y habilidad”, comparte. “La fe, la perseverancia y la paciencia” la ayudan a completar su cometido. “Me dan la resistencia para seguir hacia la meta, aunque tropiece 20 veces”, apunta. Lo hace motivada por su principal fuente de inspiración, su familia. “Mi esposo, mis hijos y mis nietos son el mayor regalo de Dios que he recibido. El agradecimiento a mi familia me motiva a hacer lo que pueda con lo que tengo”, señala. Elia Enid ha representado a Puerto Rico en festivales de cine y teatro, y se ha destacado tanto en educación ambiental como en la rehabilitación a través de las artes. Como actriz y productora ha sido reconocida y premiada en distintas ocasiones dentro y fuera de Puerto Rico.

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

vivir en armonía.”

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Enrique Camacho Monserrate (Padre Kike) Cáritas de Puerto Rico Un líder que empodera líderes. De esa forma el director ejecutivo de Cáritas de Puerto Rico, padre Enrique M. Camacho Monserrate, ejerce su liderato diariamente. “Creo que la cualidad que más me distingue es mi deseo de empoderar líderes para que puedan promover el desarrollo humano digno de las familias y comunidades a las que sirven, ya sea los que trabajan en Cáritas o los voluntarios de las parroquias y comunidades”, comparte quien es conocido como Padre Kike. Luego de ejercer la profesión de abogado por cuatro años, dice, “sentí un deseo muy profundo por servir a los pobres de nuestro Puerto Rico, unido al llamado para la vocación sacerdotal. Terminé mis estudios en Teología y me ordené como sacerdote. Entonces, el Arzobispo de San Juan, Monseñor Roberto González Nieves, me pidió asumir la dirección de Servicios Sociales Católicos y cambiarle el nombre a Cáritas de Puerto Rico, y afianzar su envolvimiento con Cáritas Internationalis y Catholic Charities USA, labor que he realizado por 15 años.” Padre Kike tiene un bachillerato en Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Cayey; un juris doctor de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico; y un grado en Teología de la Universidad San Dámaso en Madrid, magna cum laude. En Cáritas de Puerto Rico ha elaborado “un proceso de desarrollo humano integral, desde el cual se promueve el manejo de casos enfocados en apoyar y dar seguimiento a sus participantes en las áreas de salud, educación y desarrollo personal, utilizando un método

de medición de resultados y con un enfoque interdisciplinario y holístico. Este proyecto lo hemos establecido en nuestra división de Manejo de Casos, al igual que en nuestras 300 Cáritas Parroquiales en toda la isla.” Durante situaciones de emergencias, la organización ha impactado significativamente a una diversidad de comunidades a través de toda la isla. Luego de los huracanes Irma y María, lograron facilitar $19 millones en ayuda y suministros. De igual manera, a través de Cáritas, ante la pandemia del COVID-19, distribuyeron en toda la isla dos millones de cajas de alimentos, una inversión social de $150 millones facilitados por el programa federal Farms to Families. En respuesta a los terremotos del 2020, distribuyeron cerca de $3 millones en alimentos, casetas de campaña, colchones, lámparas solares y otras ayudas de primera necesidad. Por otro lado, para impulsar el emprendimiento, la organización estableció un acuerdo con Catholic Charities Omaha, en Nebraska, para establecer un curso para la creación de microempresas, dirigido a 50 participantes cada año. “Mi misión es ser ejemplo vivo del amor de Dios, y dar testimonio de su misericordia y ternura. Ayudar a los más pobres de nuestro Puerto Rico y darles esperanza y herramientas para facilitar el desarrollo humano integral”, menciona. Para lograr esa misión, destaca, se inspira en “Jesucristo, quien marca el sendero de mi vida y como quiero ser, sirviéndole con amor. También me inspira mi familia que siempre me ha apoyado y dado un ejemplo de amor, fe y perseverancia, en medio de los retos y dificultades, que nunca faltan.”

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Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

ser más autosuficiente. En el que la gente logre un desarrollo humano integral, digno y holístico, para así crear un mejor Puerto Rico con más amor, unión y generosidad.”


Feliciano Rodríguez Domínguez (Padre) Comunidad Organizada de San Salvador (COSS) y Pirucho Coop. El padre Feliciano Rodríguez Domínguez es un “empedernido” de la esperanza “aterrizada.” Con esa cualidad en la “maleta”, llegó en el año 2017 a la Comunidad San Salvador en Caguas. Desde entonces, sus aportaciones sociales han impulsado transformaciones comunitarias, a pesar de que el nuevo capítulo de vida que comenzaba coincidía con el impacto del huracán María y sus secuelas sobre la isla. En ese año, fue designado a la parroquia a la que pertenece la comunidad de San Salvador, que, “por fortuna, es el lugar donde nací. Fue, por lo tanto, mi anhelo reconectar con mis raíces y hacer un aporte en medio de una situación de crisis, ya que ese mismo mes de mi designación sufrimos el embate del huracán María. Me uní a los voluntarios de la comunidad para todo lo que se fue emprendiendo, y me eligieron por votación comunitaria, para ser parte de los comités de elaboración de proyectos. Finalmente fui seleccionado como secretario de la Junta Directiva de la Cooperativa de Energía de San Salvador, Pirucho Coop.” Esta iniciativa comunitaria se convirtió en la primera cooperativa de energía en la isla, y el padre Feliciano tuvo un rol activo en su establecimiento. También sirvió de enlace para que la Comunidad Organizada de San Salvador (COSS) y Pirucho Coop. entraran en alianza con otras organizaciones sin fines de lucro, eclesiásticas y gubernamentales. Asimismo, colaboró para el traspaso del título de propiedad de la escuela Segunda Unidad Mercedes Palma a la comunidad. Ha sido instrumental en la recopilación de la historia y memorias de varios proyectos comunitarios de esa comunidad; y se ha encargado de inspirar espiritualidad y fe, cultura y acción solidaria, Se esmera en siempre celebrar los logros comunitarios. “Mi misión como líder es inspirar para

generar y mantener la esperanza comunitaria, propiciando el diálogo entre participantes, y aportando al diseño y planificación de proyectos, como un miembro más de la comunidad”, comparte. Además de promover la esperanza, ejerce su liderato al impulsar el trabajo en equipo, inspirando, planificando y “traduciendo” con sencillez los planes para que sean ejecutables. “Esa combinación, me parece, hacen eficiente mi liderato”, expone. El padre Feliciano tiene una maestría en la Doctrina Social de la Iglesia, de la Universidad Pontificia de Salamanca; estudios doctorales en Teología del Instituto Teológico Internacional de Puerto Rico; y un certificado como maestro de Historia en educación secundaria del Departamento de Educación. Su mayor fuente de inspiración es Jesucristo, pero “no al modo tradicionalreligioso, sino Jesucristo como liberador, solidario con los pobres, íntegro, sencillo, horizontal, dialogante, animador, no moralizante, pero sí alegre y pueblerino. En Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre, esos calificativos, además, se pueden incluir cientos de nombres de personas que traducen para mí, a Jesucristo y me motivan constantemente.”

ser un modelo y laboratorio de comunidad autogestionada para Puerto Rico en múltiples facetas: desarrollo económico, energía renovable, arte, cultura, agricultura, educación comunitaria y gobernanza comunitaria, entre otras. Una comunidad resiliente y orgullosa de sus logros que haga crecer la esperanza y la libertad, sobre todo, para las nuevas generaciones.” Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 25


Francisco Valentín Soto Corporación de Servicios de Salud Primaria y Desarrollo Socioeconómico El OTOAO (COSSAO)

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

transformar nuestra comunidad para que sea resiliente, autosustentable. Comunidades que atiendan las necesidades de nuestras personas mayores y que puedan brindar apoyo a nuestros jóvenes, proveyéndoles las herramientas necesarias para que logren sus objetivos en la vida.”

La frase “no, no se puede” está ausente en las comunicaciones de Francisco Valentín Soto. En cambio, abunda el “siempre se puede o se trata.” Tal afirmación ayuda a entender el por qué ha sido tan significativo el aporte de la Corporación de Servicios de Salud Primaria y Desarrollo Socioeconómico El Otoao (COSSAO) en comunidades rurales de Utuado, Ciales y Jayuya, bajo el liderato de Valentín Soto. Su norte como líder, ha sido identificar todas las situaciones y problemas de las comunidades a las que sirve la organización sin fines de lucro, y establecer un plan de trabajo que genere soluciones. “Queremos empoderar a nuestras comunidades, y ser proactivos para que grupos de apoyo y recursos puedan estar disponibles. Queremos ser agente de transformación social, asumiendo y promoviendo la responsabilidad social de cada individuo”, destaca. Desde el año 2013, COSSAO ha ejecutado una agenda de desarrollo comunitario que aborda las áreas de salud, resiliencia y desarrollo económico. En el área de la salud, se destaca la clínica comunitaria y el proyecto de promotores de salud, iniciativa que enfatiza la prevención a través de la educación. Tras el huracán María, por otra parte, COSSAO estableció un programa de resiliencia comunitaria. Un total de 140 personas fueron certificadas en

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Community Emergency Response Team (CERT). “Todas nuestras facilidades comunitarias tienen infraestructura de energía solar, que nos permite funcionar como un centro de apoyo en nuestra región. Tenemos un pozo de agua propio para la comunidad y hemos aumentado el número de equipos para limpieza de carreteras con un loader, nueve (9) diggers, una máquina D-3 y un camión. Además, se estableció un centro de manejo de crisis en la comunidad de Tetuán, que incluye una cocina comunitaria para la preparación de 500 comidas diarias, de ser necesario”, menciona el también comerciante, graduado de Microbiología Industrial de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Mayagüez. También se destacan los proyectos agrícolas como la Cajita Saludable y la rehabilitación de una hacienda cafetalera. Cada servicio es facilitado por un mapa comunitario que incluye la asignación de un código a cada residencia, lo que permite conocer el pérfil y las necesidades de cada familia. Todo este trabajo ha contado con una red de apoyo, organizaciones que han creído en el trabajo comunitario de COSSAO. El liderato de Valentín es su repuesta al “decaimiento de nuestras comunidades, la falta de acceso a servicios básicos como la salud, el entretenimiento y las oportunidades de crecimiento, que han hecho que las personas abandonen nuestras comunidades; y la falta de un plan organizado que pueda atender esta situación de parte del gobierno. Estas fueron las razones para formar nuestra iniciativa e implantar nuestro modelo comunitario: saludable, resiliente y autosustentable.” Para lograr estos resultados, Valentín se arma de perseverancia, trabajo duro y la conciencia de que las medidas de innovación social enfrentarán dificultades y retos. Cada mañana se levanta y trabaja motivado por “las necesidades de nuestras comunidades, el agradecimiento de toda la comunidad de envejecientes, y la formación y el ejemplo que tuve de mis padres, que al ser comerciantes de por vida, viví con ellos la realidad y necesidades de poder ayudar a las personas de nuestra comunidad.”


Dr. Giovanni Martínez Mújica Surf4Dem

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

ser más inclusivo.”

El liderato innato del Dr. Giovanni Martínez Mújica se puso a prueba con el establecimiento de la organización Surf4DEM, enfocada en proveer servicios de salud a niños, niñas y jóvenes con autismo. Surf para Desarrollo Emocional y Motor (Surf4DEM) evolucionó de proyecto piloto (2013) a organización sin fines de lucro, y a la fecha han logrado impactar a miles de participantes y familias que se benefician de un ambiente de apoyo para conectar y compartir a través de los beneficios terapéuticos del deporte de surfing simplificado. A través de esta terapia se aporta al desarrollo emocional y motor de los participantes, no solo con autismo, sino también con otras deficiencias en el desarrollo como Síndrome Down, Síndrome Rett, microcefalia, distrofia muscular, problemas genéticos y otros. El origen de la organización, no obstante, podría remontarse a la experiencia personal de su fundador con su familia, ya que la considera su principal fuente de inspiración. “Mis padres Hugo Martínez y Sandra Mújica, quienes con su ejemplo y crianza forjaron en mí las creencias y valores que me definen. Mis hermanos Yan Paul Martínez y Alexis Martínez. Yan siempre me enseñó sobre la honestidad y me inculcó que la diciplina, en los estudios y en el trabajo, siempre rinden frutos. Alexis, por otro lado, me enseñó a convivir con una persona con condición especial, gracias a él no veo limitaciones o condiciones en otros. Además, me enseñó que tenemos que ser más inclusivos como personas y comunidad. Mis hijos Coral del Mar y Kai Alejandro y mi pareja Verónica Suro, son mi motor e inspiración para continuar laborando con entusiasmo y con un norte muy claro”, comparte. Martínez Mújica, quien posee un

doctorado de la Universidad Carlos Albizu y es profesor adjunto del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR), es considerado pionero en el desarrollo de métodos alternos de intervención para la población con deficiencias en el desarrollo. “Día a día dedico mi carrera como psicólogo clínico a la investigación, educación y diagnóstico del Trastorno Espectro Autista. Siempre me he considerado un instrumento de ayuda para otros, y a través de mi liderato deseo inspirar el desarrollo de ideas y proyectos, pues ha sido el trabajo más gratificante de mi vida”, destaca. Para lograrlo, apunta, ha logrado cultivar una de sus cualidades, la humildad. “Siempre mantener la humildad, no importa tu rol o educación. Ser accesible y sobre todo ético”, subraya. Martínez Mújica fue reconocido en el 2004 con The Outstanding Young Persons, por parte de la Junior Chamber International, capítulo de Puerto Rico, por ser un joven sobresaliente, ejemplo de que “servir a la humanidad es la mejor obra de vida.” En el 2020 fue coeditor del Special Issue on Surf Therapy Around the Globe in the Global Journal of Community Psychology Practice, la contribución científica más importante en la historia de terapia del surf. Además de su rol en Surf4DEM, realiza evaluaciones diagnósticas a niños, niñas y jóvenes con el Trastorno Espectro Autista (TEA) en el Centro de Estimulación Integral, colabora con la organización comunitaria Centro de Empresas Globales Puerto Rico 4.0 y es asesor de la directiva de la International Surf Therapy Organization (ISTO). Surf4DEM tiene como escenario de terapéutico la playa de Jobos en Isabela.

Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 27


Chef Iván Clemente

“accesar todas las oportunidades y servicios que se ofrezcan para que se les permita desarrollarse al máximo de su potencial, indistintamente de sus orígenes o status socio-económico. Solo así, alcanzaremos un futuro próspero para todos donde el mérito triunfa sobre la política del momento.”

Comedor de la Kennedy

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

reconocer en los ancianos la riqueza de su experiencia y sabiduría, y puedan ver en los niños el futuro no tan solo de nuestro país sino de generaciones.Y ante este reconocimiento tome lugar una transformación social total de cómo atendemos las necesidades de estas poblaciones y reciban la prioridad que merecen.” 28 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

Hay una frase del chef Iván Clemente que arroja luz sobre su motivación para liderar El Comedor de la Kennedy: “La empatía te hace dar, pero el ser agradecido te hace darte.” La raíz de ese agradecimiento se origina desde que estaba en el vientre de su madre, explica. “Nací en la cárcel. Mi madre, usuaria de drogas, fue atrapada en una redada policíaca cuando yo tenía ocho meses y medio de gestación. Ella trató de abortarme mientras estaba en su celda, pero su compañera la persuadió para que no lo hiciera. Al nacer, fui adoptado por los capellanes de la institución, quienes me hicieron parte de su familia. Junto a ellos crecí. Don Ramón Díaz y doña Martha Gómez sembraron en mí fuertes valores sobre lo que es servir y cuidar al desvalido. No solo porque lo hicieron con mi propia vida, sino porque ellos entregaron su vida en servicio a otros. Cuando se recibe tanto, no queda más que entregar nuestras vidas en agradecimiento”, cuenta. El refugio de su familia sentó las bases para que pudiera estudiar Teología, Psicología y Trabajo Social en la Universidad Interamericana de Puerto Rico, y Cocina Internacional con el Chef Henry Corona. El Comedor de la Kennedy es una organización sin fines de lucro que fundó ya hace más de 12 años, para erradicar la inseguridad alimentaria en la isla. Ha facilitado el acceso a alimentos a miles de menores de edad y personas de edad avanzada, en 55 puntos de Puerto Rico. Actualmente se reparten 2.5 millones millones de libras de comida al mes. Además, ha podido visitar más

de 110 países, estableciendo obras sociales benéficas y desempeñándose como conferenciante en el tema de la desigualdad social. Entre sus logros —destaca— que cientos de niños y niñas “hayan sido rescatados de las calles y que hayan dejado de hacer favores a cambio de alimento”; que los adultos mayores, a los que sirve la organización, no tengan que decidir entre pagar alimentos o medicamentos; y el establecimiento de lazos de colaboración con otros líderes comunitarios que fortalecen la labor de la organización. “Yo era un aborto en una cárcel, y por el hecho de que alguien fue movido a compasión y sensibilidad, pude superar ese tiempo. Haber padecido y conocido la necesidad que tienen los niños de tener alguien que vele por ellos, nos mueve a ser su voz”, comparte. Su misión es clara, erradicar la inseguridad alimentaria. “La comida es un bien común, nadie debería padecer, ni ser violentado al tratar de obtenerla. Todos deben tener acceso al alimento. Ningún niño ni anciano merece acostarse sin comer”, afirma. No es de extrañar entonces que su mayor fuente de inspiración sean sus padres, don Ramón y doña Marta. “Dejaron las respectivas vidas que llevaban para entregarse enteramente a cuidar y servir a niños abandonados o sin hogar. Ellos dieron más de lo que habían recibido”, apunta. Entre los reconocimientos que ha recibido, se destaca el Changemaker Century Award Winner, otorgado por la organización internacional Save the Children Foundation, lo que lo convirtió en el primer puertorriqueño en ser premiado con ese galardón.


Dr. Jaime Claudio Villamil Coalición de Sabiduría COVID-19 de Puerto Rico El doctor Jaime Claudio Villamil busca contribuir, con su conocimiento y liderato, a que “los puertorriqueños le añadan vida a los años y años a la vida.” No solo a nivel individual, sino también colectivo. “Que como comunidad sigamos prosperando en el bienestar común con decisiones informadas, morales y éticas, que nos ayuden a seguir construyendo un mundo mejor”, indica el reconocido médico. De ahí se desprende una de las razones que lo llevó a fundar en el 2020 la Coalición de Sabiduría COVID-19 (COSACO): facilitar el acceso a información científica confiable durante la pandemia, de manera entendible para toda la población. “Al comenzar la pandemia tuve la oportunidad de hacer unas aportaciones diarias en el noticiero de WAPA TV. Entonces, me sentí en la obligación de estar informado y poco a poco me di cuenta de la complejidad del conocimiento, continuamente cambiante sobre esta emergencia. Además, de la importancia de contar con una sabiduría agregada —consensuada— de un grupo de científicos y humanistas, comprometidos con el tema”, explica el también profesor de Medicina de Familia en el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (UPR). COSACO ha logrado reunir a un “ejercito de colaboradores” que mantiene una discusión activa sobre los múltiples temas científicos, epidemiológicos, estadísticos y sociales relacionado a la amenaza del COVID-19, facilitando a la ciudadanía información confiable al gremio periodístico local. Previo a

la pandemia, y desde 1983, el doctor Claudio Villamil se ha destacado por ser el primer analista médico en la televisión puertorriqueña. Durante los últimos 15 años, su programa de radio, Saludemos, se ha transmitido por Radio Isla 1320, logrando la mayor audiencia en ese intervalo de tiempo. “Tenemos que inspirar, informar y adiestrar en el arte y ciencia de una vida longeva feliz y con sentido”, destaca. En el año 2012 fue galardonado como médico de familia del año; en el 2016 recibió el Premio de las Humanidades Enrique Laguerre; y en el 2019 fue reconocido como uno de los mejores médicos de familia recibiendo la distinción de Physician Choice Award de la revista Buena Vida. También se ha destacado por su aporte a la integración de la tecnología de información y las redes sociales en el quehacer educativo tanto para pacientes como para profesionales de la salud; y al desarrollo del cannabis medicinal en la isla. Y es miembro de la junta de teatro de la UPR, su amada alma mater. “Soy una persona optimista, gregaria y completamente comprometida con el refrán que dice que nos paramos en hombros de gigantes. La capacidad de crear una mejor vida debería continuamente alimentarse de la sabiduría de los maestros, que antes de nuestra existencia lucharon por un mundo más sabio y moral”, apunta. Destaca a varios “gigantes” que se han convertido en su inspiración, por ejemplo, los filósofos Marco Aurelio y Baruch Spinoza. El primero por ser el único emperador filósofo de la historia, patriarca del estoicismo; el segundo por ser el precursor de la era de la

iluminación y el pensamiento racional demócrata. Además, ha contado con el doctor Ángel Matos, su mentor en medicina de familia, “quien me impactó con su total desprendimiento para servir, su pasión por la música y su incapacidad para vanagloriarse.” De igual forma, lo inspira el cellista Yo-Yo Ma, ejemplo de una vida humana excelsa, con “un corazón de cinco estrellas.” Y es que, destaca, la “grandeza con humildad siempre me produce asombro y deseo de emulación.”

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

ser una sociedad cada vez más equitativa, humanista y en sincronía con la naturaleza, la belleza y el amor.” Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 29


José “Tito” Figueroa Pesquera Comunidad Toro Negro Inc. José “Tito” Figueroa Pesquera ha activado un liderato innato como respuesta natural a la necesidad del colectivo. El presidente de la Comunidad Toro Negro Inc. llegó a la aislada zona montañosa de Ciales en el 1972, junto a un grupo de primos que guiados por un espíritu aventurero buscaban “conseguir un terreno para acercarnos a la naturaleza”, recuerda. El paisaje era paradisíaco, donde el silencio parece ser rey. Sin embargo, las familias que ya llevaban tiempo ahí —se estima que la comunidad tiene más de 100 años— enfrentaban varias dificultades, entre estas, el acceso vehicular y peatonal. En respuesta, el joven estudiante de Ciencias Sociales, que aún cursaba estudios en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, vio junto a otras personas de la comunidad la oportunidad de solucionar ellos mismos el problema de acceso vehicular y peatonal, causado por los ríos que dividen el terreno y la mala condición de los caminos. “Para mí fue bastante sencillo conocer la necesidad que tenía la comunidad y entender que había que buscar una manera de resolverla, que naciera de los propios residentes”, dijo. Esa respuesta natural tuvo una fuente de inspiración, el personaje principal de La Resaca, Dolorito Montojo, y su profesor de español, Oscar Guzmán, quien le asignó la lectura de la novela. “Entendí el valor de lo que es la justicia social, guiado por un profesor de español que era una persona bien ejemplar. Así que si algo me despertó ese interés por el bien común fue ese personaje de La Resaca. Era un personaje tipo Simón Bolívar puertorriqueño, que andaba a caballo por los montes, y si había algo pasándole a la gente oprimida y abusada, él sin miedo se metía y armaba un revolú”, recuerda el hoy productor de madera para el país. Además de atender la situación de los accesos hacia la comunidad, los cuales lograron desarrollar, se atendieron otras situaciones como el acceso a agua potable, para lo cual lograron que la Autoridad de Acueductos y

Alcantarillados instalara la infraestructura necesaria. Además, en el año 2003, establecieron la corporación Comunidad Toro Negro, Inc. para trabajar de manera organizada el progreso de la comunidad. En el año 2018 se encaminaron hacia la transformación de la comunidad , para convertirla en una comunidad solar e insertar a los jóvenes en el trabajo comunitario a través del proyecto ecoturístico Habitantes de la Montaña. De todos esos logros, Tito Figueroa destaca el acceso a energía renovable como uno de los principales, debido a la inherencia que tiene la electricidad en todas las áreas de la vida diaria, incluyendo la salud, realidad que conocieron muy de cerca durante los ocho meses que estuvieron sin electricidad tras el impacto del huracán María (2017). Su determinación comunitaria, con el apoyo de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico y Somos Solar, los convirtió en la primera comunidad solar, dueña y administradora, de un sistema de este tipo. Este logro comunitario ha captado la atención local e internacional, motivo por el cual se creó el proyecto Habitantes de la Montaña para ofrecer visitas guiadas que dieran a conocer la autogestión, así como la conservación de sus recursos. Para guiar cada uno de esos esfuerzos, ha necesitado de paciencia y perseverancia, destaca quien ha sido comerciante en el sector de la jardinería paisajista y agricultura, porque “sin eso no se logra nada. Puede ser la persona más diestra, ágil, inteligente y si no tiene paciencia y perseverancia, se cansa a mitad o se desvía.” Como líder, tiene como misión promover un nuevo liderato. “Esa es mi misión principal porque eso da sostenibilidad al trabajo comunitario”, menciona. También aspira a que, durante el proceso de responder a problemas de manera colectiva, “la gente aprenda y crezca, se dé cuenta de que no se puede depender de los demás. Cada necesidad se convierte en una oportunidad para crecer como comunidad, porque al final de todo, el valor más grande que tiene una comunidad es su gente.”

30 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

trabajar en “accesar todas las oporarmonía portunidades y servicios que se ofrezcan para que se el bien común presente y les permita desarrollarse futuro.” al máximo de su poten-

cial, indistintamente de sus orígenes o status socio-económico. Solo así, alcanzaremos un futuro próspero para todos donde el mérito triunfa sobre la política del momento.”


Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

crear las condiciones materiales y de conciencia necesarias para vivir dignamente desde la equidad, la solidaridad y libre de toda opresión, en armonía con la naturaleza. Si la vida no me alcanza para ver esto, al menos tendré mi conciencia tranquila porque sé que hice lo necesario y fue precisamente eso lo que dio sentido a mi existencia.”

José M. Santos Valderrama Bosque Modelo de Puerto Rico La contribución hacia el bienestar colectivo que José Santos Valderrama evidencia en su hoja de vida, comenzó a gestarse desde temprana edad. El trabajador social comunitario y promotor agroecológico identifica la génesis de ese aporte en los valores y principios que sus progenitores, Luz M. Valderrama Rodríguez y José D. Santos Burgos, sembraron en él. “Un gran sentido de solidaridad y responsabilidad social con las comunidades históricamente marginadas en nuestro país”, comparte. Es con ese bagaje que llega a la Universidad Interamericana, Recinto de Arecibo, donde comenzó a verse el fruto de aquella siembra. “Durante mi bachillerato tuve el privilegio de rodearme de profesoras, mentores y compañeros que fueron fuente de motivación para vincularme a grupos y organizaciones estudiantiles”, apunta el joven de 28 años. “En ese proceso, comienzo a estudiar trabajo social y conocer la vida y obra de las pioneras del Trabajo Social, particularmente las historias de Isabel Rosado, Blanca Canales y Carmen Rivera de Alvarado. Entonces, se fue generando en mi conciencia, los cimientos de la indignación pasiva, y di un salto hacia el activismo ético-político, guiado particularmente por los valores y principios de la profesión del trabajo social”, agrega. Como portavoz estudiantil, comenzó a participar activamente de los esfuerzos que lideraba la Coalición Anti-Incineración en Arecibo y se vinculó a otros grupos comunitarios que “han continuado alimentando mi visión de país. Sin embargo, los roles que he asumido en cada una de las instancias en las que he participado han sido guiados por el compromiso social y el profundo amor que le tengo a nuestra tierra; y por la enorme confianza en las capacidades extraordinarias que tienen nuestras comunidades para transformar y construir un mejor país.” Sus aportaciones han ido evolucionando,

al punto de convertirse en cofundador de la Cooperativa de Trabajo Cabachuelas, proyecto ecoturístico de base comunitaria con programas educativos, de investigación y alcance comunitario para impulsar el manejo participativo y la conservación de la Reserva Natural Las Cabachuelas. Además, a finales del año 2020 fundó el proyecto agroecológico Finca Graciana. Su relación con el tema ambiental y de organización comunitaria, lo marca a partir del año 2012. También ha ofrecido asesoría y acompañamiento a organizaciones o grupos para facilitar procesos de concienciación, organización y participación comunitaria. Ha trabajado en el Bosque Modelo de Puerto Rico donde ejerció roles de asesoría, organizador comunitario y coordinador general, y actualmente es gerente de Agricultura Sostenible y Ambiente en Hispanic Federation Puerto Rico. Santos Valderrama busca “hacer todo lo que esté a mi alcance para incidir en el fortalecimiento ético-político de las bases comunitarias, que están construyendo el Proyecto de País que soñamos. Y es que como pueblo merecemos vivir dignamente con alegría y desde el amor que solo la solidaridad puede generar.” Ha cultivado la habilidad de trabajar con diversidad de poblaciones y sectores. “Ese respeto a la diversidad y la confianza en el trabajo colectivo me ha permitido ser mucho más estratégico para facilitar procesos de trabajo multisectorial y desarrollo comunitario. La realidad social es compleja y debemos tener siempre la apertura a escuchar para facilitar procesos colectivos que nos permitan sumar voluntades y dar dirección estratégica a las acciones”, afirma. Santos Valderrama también tiene una maestría en Trabajo Social Comunitario de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

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Joyce M. Dávila Paz Alianza de Autismo de Puerto Rico La labor de la Alianza de Autismo de Puerto Rico (AAPR) ha sido monumental. Desde hace 18 años, la organización sin fines de lucro provee servicios que buscan mejorar la calidad de vida de las personas con autismo y sus familiares. Los servicios que ofrecen incluyen actividades de concienciación, orientación, recreación e información; gestiones de abogacía e intervención; colaboración en el desarrollo de política pública; educación a familias, profesionales y a la comunidad en general. Este trabajo ha estado liderado por Joyce M. Dávila Paz, cofundadora y directora ejecutiva. Su relación con esta comunidad, inició luego de que adoptara a su hija Verónica Marie, diagnosticada con la condición. “Me puse a estudiar y averiguar sobre los servicios existentes, y me di cuenta de que había un gran vacío de derechos y de servicios, discrimen contra la población y servicios pobres. Eso me llevó, junto a otras tres madres, a fundar la Alianza de Autismo de Puerto Rico”, cuenta. Desde entonces, su misión ha sido clara y única: mejorar la calidad de vida de las familias tocadas por el autismo en Puerto Rico, con el apoyo de madres y padres, líderes y grupos colaboradores establecidos en el norte, sur, centro y noroeste de la isla, así como en zona metropolitana. Sus logros incluyen la aprobación de la Ley para el Bienestar, Integración y Desarrollo de las personas con Autismo que busca proteger los derechos de la población con autismo. Además, ha convocado marchas multitudinarias para llamar la atención sobre esta condición. Su trabajo no cesó durante la pandemia, sino que siguió con sus esfuerzos de recaudación para impulsar proyectos de vida asistida para adultos con autismo. También han desarrollado el Proyecto METAA: Misión Empresarismo y Trabajo para Adultos con Autismo, para llevarlos hacia una vida más productiva e independiente, en la cual se sientan estimulados, reconocidos y útiles. “Les ofrecemos adiestramiento en talleres prácticos para el desarrollo de destrezas en las industrias artesanales, de alimentos y otras”, cuenta. Según relata, ha necesitado “persistencia y consistencia” para realizar la misión de la organización. “No me rindo; eso es importante para poder lograr los objetivos, sobre todo en la lucha por derechos y servicios a una población vulnerable, y ante gobiernos indiferentes que cambian constantemente.” A diario se nutre de su principal fuente de inspiración: Veronica Marie y las familias con hijos e hijas con autismo. Joyce también participó de la creación el Departamento de Coordinación de Servicios del Centro de Autismo de Puerto Rico y en el año 2011 fue seleccionada Mujer con Imagen y Vida Ejemplar de la Revista Imagen. Previo a su labor con la comunidad con autismo, Joyce, graduada de Finanzas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, fue gerente de marcas de varios productos de consumo en Procter & Gamble y estableció con éxito su propia agencia de viajes.

32 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

tener los apoyos y servicios necesarios para vivir dignamente en la adultez.”


Lourdes R. Miranda Miranda Foundation El establecimiento de la Miranda Foundation es la respuesta que su fundadora, Lourdes R. Miranda, dio a las necesidades que vio en la isla y que requerían atención. “Para mí ha sido importante donar en Puerto Rico a través de la Fundación, porque nunca tuve duda de que Puerto Rico tenía la mayor necesidad. Como siento una enorme pasión y amor por mi país, aquí era donde iba a poner mi esfuerzo”, cuenta. “Cuando empiezo con la Fundación, lo hice con miras a que cuando yo saliera de mi vida de ingresos, de empresaria de una pequeña firma consultora, poder dedicarme a la filantropía de forma organizada, más canalizada, mejor pensada”, agrega. La organización filantrópica es independiente y enfoca en fortalecer la justicia social con inversiones sociales (subvenciones) que apoyan a organizaciones no gubernamentales locales e internacionales que construyen una sociedad más solidaria y justa. Su enfoque es en programas que protegen el Tengo la esperanza de que mi comunidad o ambiente, promueven país, algún día logre, la creatividad, aseguran la igualdad de derechos y contribuyen a la erradicación de la desigualdad social. Desde su fundación en el 1992, ha logrado apoyar y subvencionar a más de un centenar de organizaciones de Puerto Rico, México y Estados Unidos.

ser libre y bien gobernado, por personas sensibles y capacitadas, para anteponer el país a sus intereses personales.”

En el 2002, instituyó el Premio a la Solidaridad, proyecto emblemático de la Fundación, que otorgó galardones a organizaciones sin fines de lucro y movimientos que promueven la solidaridad colectiva y las alianzas multisectoriales para el bienestar común (su última edición fue en el 2017). “La solidaridad mueve al país porque nos estimula a salir de nosotros mismos para abrazar al otro. Nos propone dejar de preocuparnos únicamente en nosotros mismos e interesarnos en colaborar y en aunar esfuerzos para afrontar retos colectivos”, destaca. Cada una de las inversiones e iniciativas de la Fundación ha contado con la dirección de una mujer creativa, sensible y de pensamiento estratégico. “Lo cual ha permitido que una fundación pequeña con recursos personales y un corazón enorme lograse aportar durante 30 años”, menciona. También se destacan otros proyectos promovidos por la Fundación como TransformArte, que cuenta con el apoyo del Fondo Flamboyán para las Artes y la Fundación Segarra Boerman e Hijos. La iniciativa fortalece la participación ciudadana de ocho comunidades geográficas a través del teatro y el desarrollo comunitario. “Mi misión es promover la transformación social para Puerto Rico a través del servicio y el trabajo de Miranda Foundation”, apunta. Lourdes es graduada de la Universidad de California en Los Ángeles, tiene una maestría en Literatura Española de Middlebury College (Madrid); fue profesora de Literatura Española en Trinity College, en Washington, D.C., y fundó la firma de consultoría Miranda Associates, Inc. Lourdes espera dejar este planeta, esta tierra, un poco mejor.”

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Marcos Santana Andújar

“accesar todas las oportunidades y servicios que se ofrezcan para que se les permita desarrollarse al máximo de su potencial, indistintamente de sus orígenes o status socio-económico. Solo así, alcanzaremos un futuro próspero para todos donde el mérito triunfa sobre la política del momento.”

Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

un ecosistema de servicios integrados que respete la niñez y sus derechos para lograr una vida digna.”

Cuando habla de defender los derechos de niños y niñas de Puerto Rico, Marcos Santana Andújar lo hace con pasión porque esa es su misión de vida, un llamado que se originó en su infancia. El fundador y presidente de la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud tuvo la oportunidad de superar una dura experiencia personal durante esos primeros años de vida. “Estuve con mi mamá en un albergue para sobrevivientes de violencia doméstica. Y desde muy pequeño, me di cuenta de que me iba a dedicar a apoyar a la niñez en su derecho de vivir en paz y lejos de la violencia”, recuerda. Luego de ese periodo, Marcos, su madre y hermanos pudieron reiniciar sus vidas. En su primer año de estudios universitarios, Marcos se enteró que falleció la monja fundadora del albergue donde él había crecido. Entonces, regresó para ver cómo podía ayudar y terminó dirigiendo el componente programático de ese albergue. Estaba convencido de que “había que devolverle a la vida, de alguna manera”, agrega. La ruta de vida de Marcos ya estaba marcada. En el año 2013, fundó la Red por los Derechos de la Niñez y la Juventud de Puerto Rico, organización sin fines de lucro que “trabaja con amor y alegría para atender, prevenir y erradicar la violencia infantil y sus consecuencias desde un enfoque estratégico.” La Red cuenta con programas

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que incluyen iniciativas para proveer acceso a servicios integrados, abogacía y movilización; educación, capacitación y asistencia técnica; desarrollo de alianzas y reclutamiento de voluntariado; y respuesta a emergencias. “Mi misión, en su expresión más amplia, es el bienestar de los niños y las familias, ese es mi norte. Es lograr tener en el país un ecosistema de servicios integrados para que la niñez conozca y disfrute sus derechos”, afirma. Para lograrlo, abraza su característica pasión y entusiasmo, así como la búsqueda de consensos que permitan solucionar los problemas. Para el 2015, la Red logró ofrecer servicios con impacto a 2,500 menores víctimas de la violencia, y fue parte del equipo que redactó el Plan Nacional para la Prevención del Maltrato. En la actualidad, el equipo de trabajo de la Red está compuesto por más de 100 personas que trabajan en diferentes municipios. Marcos también es fundador de Casa Ramón, un programa especializado en apoyo a jóvenes sin hogar entre los 18 y 24 años; y lideró el diseño y la publicación de una guía con recomendaciones para la protección de la niñez en emergencias o eventos naturales. “Mis fuentes de inspiración son, primeramente, mi mamá y mi papá adoptivo, porque me apoyaron con amor en todo lo que me propuse. En el marco de mi vida profesional, mi inspiración son los niños, porque son los que me dan la energía para trabajar día a día”, comparte. Marcos es trabajador social. En el 2018 recibió un grado de doctor en Humanidades honoris causa de la Universidad del Sagrado Corazón, junto a un grupo de voluntarios que lideraron la recuperación del país luego del huracán María. “¿Cómo vamos a hacer realidad los sueños de un mejor Puerto Rico, logrando un futuro digno para todos y todas? Previniendo la violencia, con educación y apoyo a las familias para que sus hijos crezcan seguros, en un ambiente de amor. Cada día que salgo a trabajar veo el futuro y la dignidad en cada niño, en cada niña, en cada joven”, asegura.


Dra. Mariluz Franco Ortiz Colectivo Ilé La misión de vida de la doctora Mariluz Franco Ortiz tiene como punto de partida su infancia. Las aportaciones que ha hecho para la erradicación del racismo, desde el ámbito de la educación, particularmente la escolar, nacen de los retos que desde niña enfrentó para superar los tropiezos del racismo, así como del orgullo por la afro-negritud que su padre y madre inculcaron en ella. “Es un llamado ancestral. El racismo vivido desde mi niñez al igual que el racismo institucional que vemos cotidianamente tanto en Puerto Rico, como en otros países, me llevó a crear alianzas para acompañarnos en esta afro-travesía de vida”, explica la graduada de Psicología Social Comunitaria de la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Río Piedras. Añade, que su madre, Ada Ortiz Martínez y su padre, Juan Antonio Franco Medina, “inculcaron en mí el orgullo por nuestra afronegritud, la relación de nuestros lazos con el Caribe y África.” Desde el año 2003, Franco Ortiz colabora en proyectos de investigación en la UPR, Recinto de Cayey, que propician una pedagogía antirracista a nivel de escuela elemental en Puerto Rico. Es coautora del libro Arrancando Mitos de Raíz: guía para una enseñanza antirracista de la herencia africana en Puerto Rico, una publicación pionera en concienciar sobre el racismo en el contexto escolar y social cotidiano, con miras a erradicar prejuicios y prácticas racistas en la sociedad y en el ámbito escolar. Además, es cofundadora de la Unión de Mujeres Puertorriqueñas Negras (UMUPUEN) y funge como miembro de la Comunidad Asesora del Colectivo Ilé, ambas organizaciones dedicadas a la educación antirracista, descolonizadora y de afirmación de la negritud en Puerto Rico. También ha realizado gestiones antirracistas de colaboración comunitaria que incluyen: África en mi piel, África en mi ser; la campaña educativa en el Censo 2020: No te quedes en blanco; y el taller educativo sobre manifestaciones de racismo cotidiano e institucional desde escuela elemental. “Hace falta primero, reconocer el racismo anti-negro, y además validar y visibilizar las aportaciones de afro-puertorriqueños y afro-puertorriqueñas en nuestros libros de historia desde escuela elemental. Aún tenemos muchos retos. ¡No debemos esperar a llegar a la universidad para escuchar la historia no-oficial de la negritud en Puerto Rico, las aportaciones y el afro-legado de la maestra Celestina Cordero quien encaminó a su hermano Rafael Cordero en su vocación magisterial!”, destaca Franco Ortiz, cuyas tesis de maestría y doctorado fueron sobre las mujeres puertorriqueñas negras y el tema de las experiencias de racismo en la niñez. Para Franco Ortiz, la “educación antirracista es la clave para el cambio social y para lograr mayor equidad en los accesos a recursos, muchas veces de carácter de derechos humanos. Este es el caso del derecho a la vivienda, a la salud y a la educación. Para ello, es necesario entender de dónde venimos históricamente y reconocer que el racismo es fruto de un sistema que ha perpetuado diferentes formas de opresión desde la época colonial de esclavitud. Aunque se abolió la esclavitud, todavía falta abolir el racismo.” Su trabajo se enmarca en la solidaridad Tengo la esperanza de que mi colectiva, principalmente, entretejiendo agendas comunidad o país, algún día logre, entre mujeres. “Eso es lo que me mantiene creativa, automotivada y enfocada para desarrollar diálogos efectivos que promuevan la reflexión y acción de formas más horizontales. Ubuntu, es decir, Soy porque somos”, sostiene.

la descolonización y equidad étnico-racial.”

Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 35


Las acciones lideradas por la planificadora Marina Moscoso Arabía, a favor del rescate de propiedades abandonadas, han estado motivadas por su convicción en el “impacto enorme que las condiciones del entorno tienen en la calidad de vida de las personas.” Por eso, ha aportado al país sus habilidades para mejorar las condiciones de ese entorno a fin de lograr un redesarrollo sostenible del medioambiente urbano. Esas primeras contribuciones comenzaron a gestarse luego de que Moscoso Arabía regresó a la isla proveniente de Barcelona, España, donde estudió Urbanismo en la Universidad de Barcelona (2008-2010). “Comencé a trabajar en mi comunidad de Santurce, específicamente en el sector Machuchal. Por aquel entonces, la comunidad ni siquiera tenía un espacio donde reunirse, realizar actividades y desde donde trabajar por los problemas del barrio. Ni siquiera había una organización que representara los intereses de sus residentes. Después de muchos años de trabajo, ese dejó de ser el caso, aunque ahora los retos han aumentado debido a los procesos de gentrificación y turistificación, procesos en los que sufre la comunidad. Sigue quedando mucho trabajo por hacer”, destaca. En el 2013, Moscoso Arabía desarrolló la Casa Taft 169, un proyecto pionero en la denuncia y búsqueda de alternativas al problema de propiedades abandonadas, galardonado con el ArtPlace National Creative Placemaking Fund (2016). También lideró la campaña Todos Somos Herederos que promovió la creación de la Ley 157 de 2016 para facultar a los municipios a heredar propiedades declaradas estorbos públicos para traspasarlas a organizaciones sin fines de lucro. Además, concibió, fundó y desarrolló el Centro para la Reconstrucción del Habitat, para extender a las comunidades el trabajado iniciado con Casa Taft 169. Así mismo, desarrolló el proyecto La Gestoría, una propiedad abandonada que rehabilitó para llevar a cabo diversidad de actividades; y logró el reconocimiento e inclusión de la Escuela Lucchetti en Condado en el Registro de Sitio y Zonas históricas. Cada uno de esos logros no se han dado en solitario, por eso promueve que todas las personas puedan y tengan algo que aportar para atender los problemas en sus respectivas comunidades. “En la cooperación y no en la competencia, está la verdadera posibilidad de lograr el bien común”, subraya. Por eso abraza el concepto de responsabilidad ciudadana. “En otros países los ciudadanos tienen mayor participación en los procesos de toma de decisiones que les afectan, principalmente en lo que respecta al diseño e implementación de las políticas a nivel urbano”, menciona

y añade que aspira a lograr una mayor participación cívica similar a nivel local. También destaca que la paciencia le ha ayudado a liderar cada una de sus aportaciones al país. “He aprendido que ser paciente, es una cualidad escasa en los tiempos que vivimos; sin embargo, es clave si uno pretende aspirar

Marina Moscoso Arabía Casa Taft 169

36 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

a lograr cambios profundos a nivel interior y hacia el entorno”, expone. Moscoso Arabía se graduó de bachillerato en Artes, Ciencias y Antropología de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y tiene una maestría en Planificación de la misma universidad.

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

echar a andar con sus propios pies, potenciando la gran riqueza que tenemos y el apoyo mutuo.”


Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

la autorrealización.”

Michael I. Fernández Frey Caras con Causa Desde muy joven, Michael I. Fernández Frey identificó un llamado personal hacia el amor y el servicio, y decidió que cada acción que tomara, incluyendo la elección de su profesión, estaría influenciada por esa misión de vida. Cuenta que fue expuesto a la filosofía de una vida dedicada a “amar y servir a los demás”, particularmente mientras cursaba sus años escolares en el Colegio San Ignacio de Loyola. “Ahí fue que reconocí y acepté que tenía una vocación para servir a los demás y que mi profesión estaría centrada en eso. Poder mantener una familia y, a la vez, dedicarme profesionalmente a crear cambios sociales para lograr la justicia social desde el amor puesto en acción.” Estudió un bachillerato en Estudios Latinoamericanos, con una concentración en Desarrollo Comunitario Internacional,

en George Washington University; y una maestría en Administración Pública, con concentración en Desarrollo Comunitario, de Rutgers University. También obtuvo un Juris Doctor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico. Durante el período que estaba cursando sus dos últimos grados, Fernández Frey fundó Caras con Causa, organización que impulsa, en comunidades de Guaynabo y Cataño, el desarrollo comunitario para erradicar la pobreza a través de la participación comunitaria, la educación y la integración con el medio ambiente. Una de sus contribuciones más reconocidas ha sido en la Comunidad Vietnam en Guaynabo, desde donde formó parte del grupo núcleo de la Junta Comunitaria que logró la paralización de la expropiación ilegal de la comunidad. Fue en esa comunidad, precisamente, donde el

liderato de Fernández Frey se fue formando. “Cuando era pequeño, la parroquia a la que asisto apoyó la creación de un centro comunitario en Vietnam. Décadas después regresé con mis estudiantes a brindar tutorías, y en ese momento estaba ocurriendo la expropiación ilegal de la comunidad. La escena de injusticia social y la manera antidemocrática en la que se estaba llevando a cabo ese proceso fue tal, que sentí una convicción por actuar a favor de la justica y el cambio social, a pesar de los retos y amenazas que conllevó esa decisión, que no tomé solo, sino junto a los residentes de la comunidad”, cuenta. Junto a esa lucha en contra de la expropiación, se fue gestionando en la comunidad, proyectos como Vietnam Estudia. Por otra parte, la organización fundó la Escuela con Causa que viabilizó la renovación de la Escuela Secundaria Rosalina C. Martínez; y creó la plataforma Conecta Recursos en respuesta al huracán María. La organización, además, ganó la competencia PR Big Ideas Challenge por el proyecto de Laboratorio Comunitario de Empoderamiento Científico y Cultural que impacta a sobre 500 estudiantes de escuelas públicas del área. “Mi misión es alcanzar, por medio de un esfuerzo colectivo, un cambio sistémico que rompa con el ciclo de pobreza. Pongo todo mi talento, preparación y esfuerzo en lograr una causa que nace de un amor genuino por el prójimo, nuestro país y el planeta. Dios me ha dado oportunidades únicas para prepararme profesional y personalmente para poder ejercer una función unificadora y catalítica para el cambio. No es aceptable quedarse de brazos caídos, criticar desde la distancia o meramente indignarse con los acontecimientos negativos que agobian a nuestro país. Debemos actuar por el bien común, siguiendo unos preceptos básicos de bien, reconociendo la dignidad humana y los demás derechos universales”, indica. Para lograrlo procura poner en práctica la perseverancia. “No hay manera de adelantar la causa sin permanecer durante largo tiempo con una actitud positiva de que se puede lograr la meta trazada”, sostiene. “Nuestras propias limitaciones y los constantes obstáculos circunstanciales del día a día, son tentaciones para quitarse. Los retos deben servir para pensar en nuevas rutas, nuevas estrategias, nuevas oportunidades para sobrellevar esos límites y obstáculos, para alcanzar, con integridad, la justicia, la paz y la sostenibilidad. La experiencia de fundar Caras con Causa y de crear un ducto para la transformación social, me ha enseñado que cuando uno se dedica a lograr lo que algunos considerarían imposible, uno no tiene más que dos opciones: perseverar o rendirse. El equipo de Caras no se rinde.”

Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 37


Modesta Irizarry Ortiz Comunidades en Loíza Por los pasados 23 años, la líder comunitaria Modesta Irizarry Ortiz ha sido instrumento de paz, diálogo, solidaridad y esperanza para las comunidades loiceñas. Un repaso por su trayectoria la ubican en iniciativas que buscan alternativas para detener o prevenir la violencia, a través de su participación en campañas a favor de la vida y en contra de las balas perdidas; intervenciones comunitarias personales para buscar solución a problemas entre “bandos” comunitarios; coordinación de reuniones comunitarias con personal de agencias de seguridad locales y federales para promover confianza entre las partes; e iniciativas para el fortalecimiento de las familias en Loíza. “Mi misión es servir y apoyar a otros en momentos de alegría y de crisis, a eso nos llamó Jesús”, indica la mujer de 52 años. El origen de su liderato se remonta a sus años juveniles, cuando como parte del ministerio de evangelización de las iglesias Defensores de la Fe en Loíza, visitaba los puntos de drogas en las comunidades. “Me crie en un barrio pobre, de mucha violencia, pero Jesús hizo la diferencia en mi vida, al igual que las personas que creyeron en mi potencial”, explica. “Mi primer caso, cuando evangelizaba como joven, fue un niño de ocho años que ya era usuario de crack”, recuerda quien se crio en el barrio Las Cuevas de ese pueblo. Irizarry Ortiz no solo iba desarrollando esa vocación por servir a través del liderato, sino también comprendiendo la necesidad de buscar alternativas para resolver la violencia en su pueblo. Una violencia que le había tocado muy de cerca cuando asesinaron a uno de sus familiares. Por eso, una de las primeras organizaciones con las que se involucra es Ni una muerte más para Loíza. “Iba promoviendo el diálogo como alternativa de paz contra la violencia comunitaria, y motivando a los jóvenes a

soñar con un futuro diferente, sin necesidad de delinquir”, expone. Más adelante se involucra con la campaña nacional “Ni una bala más al aire”, la cual impulsó la Ley 219 del año 2011 que declaró oficial la iniciativa. Además, ha colaborado con las iniciativas de paz que promueve la organización Taller Salud. También fue reconocida como una de las personas voluntarias, que recibieron de la Universidad del Sagrado Corazón un grado de doctor honoris causa en Humanidades por su servicio tras el impacto del huracán María. Su rol en minimizar la violencia la ha llevado a crear encuentros entre su comunidad y las autoridades del orden público, según expone. “Logramos que líderes comunitarios y religiosos de Loíza se reunieran con la Policía, el Departamento de Justicia Federal, el Monitor Federal y personal de la Reforma de la Policía para dialogar, para que la gente supiera que eran facilitadores para Loíza, que no los vieran como enemigos.” Actualmente toma cursos paralegales comunitarios con Ayuda Legal Puerto Rico, para servir de facilitadora en las comunidades, a fin de resolver asuntos de desahucio, titularidad y otros temas de índole legal. Además, ha colaborado en iniciativas que tratan el tema del empoderamiento femenino para que logren un mejor futuro. “Soy firme en lo que creo. Y creo en mí, en la honestidad, la sinceridad, la empatía, la calidad humana, la sensibilidad y el respeto. Ser firme me ha ayudado a no estar con paños tibios con quien quiera aprovecharse de nuestra gente, ni con ningún político. Expreso con libertad lo que siento con tono muy enérgico y logro la meta”, expone. Irizarry Ortiz tiene una maestría en Teología y un bachillerato en Secretarial con una subespecialidad en Computadoras.

38 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

alcanzar la paz, tranquilidad y respeto al prójimo. Que nos amemos y que pronto cada ciudadano que así lo necesite, tenga vivienda digna y se le respeten sus derechos humanos y civiles.”


motivó la necesidad de las personas, la necesidad de la Tengo la esperanza comunidad de buscar enlaces de que mi con las distintas agencias comunidad o país, gubernamentales, en especial algún día logre, la municipal. Me gusta servir”, dice quien ya tienen una trayectoria de servicio de más de 20 años. De hecho, la nominación al Galardón Rafael y Celestina Cordero lo tomó por sorpresa. “No hago nada por reconocimiento, pero parece que les agrado”, dice entre risas. Una de sus aportaciones a la comunidad ha sido dividir el área por sectores, a quienes se les asigna un coordinador. “Esto nos ayuda a recibir información sobre las situaciones de cada área con el fin de llevarlas a las agencias correspondientes”, explica el sexagenario. Además, Oscar desarrolló “varios chats, uno a nivel comunitario, otro para los coordinadores y otro religioso para avisos del catequismo.” Esas destrezas de planificación y logística tienen como trasfondo su pasado laboral. Tras haber culminado su cuarto año en una escuela vocacional, se destacó por 41 años en una empresa privada de manufactura de botellas, en la cual ejerció varios puestos que fueron desde operario, mensajero, chofer, supervisor de almacén, gerente de materiales y planificador de producción. También se capacitó y tomó cursos de motivación y buenas prácticas de manufactura, seguridad y trabajo en equipo. Oscar también es reconocido en su comunidad por gestiones puntuales, como lo fue el resolver un problema con las bombas de agua que brindaban acceso al preciado líquido, interviniendo directamente con la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados. También se le reconoce que en momentos de crisis dice presente, como sucedió durante la pandemia, momento en el que se activó inmediatamente con la distribución de alimentos para beneficiar a menores de edad, fuera de la escuela. Oscar también visita a las personas enfermas de la comunidad, ya que forma parte del ministerio de visita de la iglesia. Su servicio se ha caracterizado por la “perseverancia, insistir en lo que creo. Confiar en lo que hago y en las personas.” Todo lo hace apoyado en su fe. “Mi mayor fuente de inspiración viene de Dios”, apunta. Y al igual que don Vidal, su misión es “servir sin esperar nada a cambio.”

trabajar las diferencias con amor y en unidad.”

Oscar López Comunidad Cercadillo en Cayey Cada una de las acciones solidarias que motivan el liderato espontáneo y sin títulos de Oscar López Rodríguez, de la comunidad Cercadillo, en Cayey, tienen como fuente de inspiración a otro líder comunitario, don Vidal Vega. López Rodríguez, de 68 años, cuenta que “de niño, veía a don Vidal esmerarse por los demás, sin esperar nada a cambio.” Ese ejemplo lo marcó. Por eso no es de extrañar la fama que se ha ganado en su comunidad de “vecino al servicio de las necesidades de su comunidad.”

Llegó a Cercadillo en el 1980, y desde entonces se interesó por conocer a las 70 familias que residían en la comunidad – hoy son más de 200. “Conozco a la mayoría de las familias de la comunidad”, comparte. Poco a poco se fue involucrando en el trabajo comunitario. Explica que al ir conociendo las necesidades de su comunidad, entendía que debía hacer algo para atenderlas. Esto lo hace de manera voluntaria ya que no ocupa una posición en la asociación de residentes de la comunidad, indica. “Me

Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 39


Tania Rosario Méndez Taller Salud Tania Rosario Méndez es una líder por convicción. “Creo con tanta fuerza, que no me veo en ningún otro lugar que no sea al lado de quien necesite una mano. Yo le sirvo a mi país, a sus comunidades y su gente”, afirma la directora ejecutiva de Taller Salud. “Creo en el derecho de la gente a su historia, a su desarrollo pleno y a soñar futuros audaces. Creo en el derecho de la gente a ser protegidos contra la violencia, venga de donde venga; y a ser escuchados y escuchadas, especialmente en los foros donde se deciden cosas que les afectan directamente”, agrega. Bajo su liderato, la organización sin fines de lucro enfocada en reducir las inequidades en salud, alcanzar la equidad de género y prevenir la violencia en las comunidades que viven con mayor exclusión social, logró darle continuidad al trabajo de interrupción de violencia en Loíza, de casi una década. Este municipio en el que Taller Salud tiene su sede, es el centro de operaciones de Acuerdos de Paz, que busca minimizar la violencia entre sus residentes. Desde esa misma sede, además, se logró articular una respuesta efectiva, ante los estragos que dejaron los huracanes Irma y María, alcanzando a sobre 20,000 personas. Entre los servicios que ofrecen, se encuentra la línea de ayuda inmediata: Tu Paz Cuenta de Taller Salud, que brinda asistencia a víctimas sobrevivientes de violencia de género. Además, se destaca la gestión de apoyo mutuo, organización comunitaria y abogacía impulsada para enfrentar el COVID-19; y su activa participación para impulsar el trabajo en coalición que logró la Orden Ejecutiva que declaró un estado de emergencia por violencia de género en Puerto Rico, a principios del año 2020. “Mi misión es construir un Puerto Rico donde haya salud, paz y desarrollo para todos y todas”, comparte. Para lograrlo, se “rebela diariamente contra toda opresión porque creo en la emancipación y la autonomía. En el acto de rebelarme, defiendo la esperanza y la alegría que nos hermana.” Rosario Méndez lleva 15 años aportando al Tercer Sector toda su pasión y compromiso con la justicia. Durante ese período ha logrado combinar con éxito la gerencia de proyectos, la gestión cultural, el trabajo comunitario, la educación popular y el activismo por los derechos humanos. Cuenta con un bachillerato en Humanidades con concentración doble en Drama e Historia del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, y una maestría en Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas.

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

ser autónomo, próspero y libre de violencias.”

40 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

Todo ese periodo de trabajo ha sido alentado por las “pequeñas cosas” que le han ido confirmando el camino elegido. “Mi mayor fuente de inspiración son las pequeñas cosas: las carcajadas de un grupo de mujeres, el brillo en los ojos de la niñez, el abrazo agradecido, el sabor de las arepas de doña Awilda. Todo aquello que nos permita celebrar pequeños triunfos contra el abuso, el cinismo y la indiferencia y que nos recuerde que la comunidad es la que se afirma”, comparte.


Dra. Wanda I. Pacheco Bou Respiro en Red

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

acceso libre a un sistema de servicios integrados que atienda dignamente la complejidad y el sufrimiento humano, propiciando procesos de sanación mediante la participación en el cuidado propio y colectivo.”

Dar a otros lo que ella recibió… Ese fue el pie forzado que generó un sorprendente tejido solidario y de apoyo a las personas con cáncer, y sus familiares, al que la doctora Wanda I. Pacheco Bou llamó, Respiro en Red. La doctora en Psicología Social Comunitaria cuenta que la organización sin fines de lucro nace luego de que en el 2010 la diagnosticaran con cáncer de colon. “Tras diseñar mi plan de cuidado para manejar eficazmente un diagnóstico de cáncer de colon, mediante la creación de una red de apoyo social, descubrí la necesidad de establecer un espacio para ofrecer acompañamiento a otras personas que experimentaban situaciones similares”, indica. “Confirmé los retos que enfrenta nuestro sistema de salud para proveer servicios y recursos sensibles a la diversidad de necesidades que la persona diagnosticada y sus cuidadores enfrentan en un momento de tanta vulnerabilidad. Las brechas de acceso a un equipo transdisciplinario, así como la falta de cobertura médica a los pocos servicios individualizados y holísticos a los que tuve acceso (que hicieron la diferencia en mi cuidado y acercamiento al cáncer), confirmaron mi convicción de que el sistema de apoyo integrado que diseñé para mí debía convertirse en un programa autosustentable de libre acceso para toda persona que así lo necesitase”, agrega. Pocos años después de aquel diagnóstico, en el año 2014 nace Respiro en Red. El programa ofrece servicios de apoyo al cuidado integrado del cáncer, así como un plan individualizado que incluye: psicoterapia, Reiki, Kinesiología, Yoga, grupos de apoyo, nutrición, talleres educativos, orientaciones

y notaría legal, los cuales son ofrecidos por un grupo transdisciplinario. “He tenido el privilegio de acompañar a cientos de personas en su proceso de cuidado, y a sus cuidadores, junto a un extraordinario equipo de trabajo. Diariamente trabajamos para ampliar la oferta de servicios de Respiro en Red”, comparte. Su misión como líder, desde entonces, es clara: crear sistemas de apoyo integrado transdisciplinario, de libre acceso, con base en el desarrollo de redes de apoyo social que acogen de manera sensible el sufrimiento humano. Además, acompañar y ofrecer un respiro y aportar para profundizar en el proceso de sanación de las personas beneficiadas, logrando que contribuyan activamente a su vida y a la del tejido colectivo, explica. Pacheco Bou se vale constantemente de una escucha activa, atenta a las necesidades de las personas. Cada dos martes, destaca, se “nutre con los rostros con los que conecta en cada reunión de la Red. Es la apropiación que han hecho del modelo lo que me mueve. Es la instauración de una respuesta creativa ante un sistema de servicios desarticulados, incapaz de atender dignamente la complejidad humana según su ecosistema, a través de todos los grupos de edad. Es que nos digan que somos un “oasis para el respiro” que les permite conectar con su sufrimiento para profundizar la sanación de sus procesos más íntimos como colectivos”, menciona. Agrega que “cuando una persona recibe un diagnóstico, todas sus personas significativas, incluyendo a sus cuidadoras(es), reciben también el diagnóstico. A partir de ese momento, se desencadena un tejido de acontecimientos y procesos que requieren de un espacio seguro para reformular los significantes del evento, así como los posibles caminos a seguir. A Respiro en Red le queda un largo camino para ser todo lo que deseamos, pero sin duda, saber lo que hemos sido para tantas personas y familias me despierta cada mañana con una respuesta nueva a la pregunta del día anterior.”

Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 41


Wanda N. Santiago Torres Centro de Microempresas y Tecnologías Agrícolas Sustentables de Yauco Inc. (CMTAS) El deseo que Wanda N. Santiago Torres tenía de devolverle a su comunidad lo que recibió de ésta, la motivó a comenzar una extraordinaria aventura comunitaria y solidaria en el barrio Quebradas, en Yauco, donde nació y se crio. La directora ejecutiva del Centro de Microempresas y Tecnologías Agrícolas Sustentables Yauco Inc. (CMTAS) cuenta que “luego de culminar mis años universitarios en Administración de Empresas, casarme y tener a mi hijo Juan Diego, mi esposo y yo decidimos volver a mi lugar de origen para aportar, en la medida de nuestras capacidades, a la comunidad donde pasé mis primeros años. Quería devolver las experiencias y conocimientos adquiridos en el ámbito académico y como empresaria. Decidimos entonces vincular nuestro desarrollo personal con la labor comunitaria solidaria. Ese fue el comienzo de mi integración y compromiso con el desarrollo de comunidades solidarias”, cuenta. Desde el año 2010, Santiago Torres está al frente de la dirección de esta organización sin fines de lucro, gestada gracias a una alianza multisectorial enfocada en crear y mantener microempresas agrícolas comunitarias, en áreas socioeconómicamente desventajadas. Para lograrlo, en parte, proveen talleres y cursos en agricultura sustentable en el centro educativo de la organización. Uno de sus primeros logros fue el rescate de la escuela elemental del barrio Quebradas, para convertirla en sede de la organización y en un centro comunitario resiliente. También se destaca que, bajo su dirección, la organización ha sido galardonada con el segundo premio de la competencia Big Challenge Idea del Banco Popular e Hispanic Federation, que incluyó una subvención económica para invertir en el desarrollo de biodigestores anaeróbicos en las comunidades de su entorno. Asimismo, lograron realizar un acuerdo técnico colaborativo con la Escuela Graduada de Planificación Pública

de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, para la planificación y desarrollo de la Finca Agroturística CMTAS. Además, se construyó una mini-clínica para ofrecer servicios básicos de tratamiento médico y de manejo de estrés. “Mi misión es lograr, con mis capacidades, contribuir al desarrollo de nuestras comunidades y utilizar nuestro liderazgo para impulsar y fortalecer a aquellas que aspiran a organizarse y ejercer su compromiso de luchar contra la pobreza”, indica la graduada de Administración de Empresas (Finanzas y Mercadeo) de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, con una experiencia de 20 años en la gerencia de operaciones en la firma Biotechnical Environment Services, donde brindó servicios ambientales y estrategias de mitigación de contaminaciones dentro de edificios. “No importa las adversidades y desafíos a los que tenga que enfrentarme. Nada es tan fuerte, poderoso y resistente como el convencimiento de que el éxito y la obtención de las metas que te impongas, dependen de ti y de tus esfuerzos. Las circunstancias de la vida son los escenarios donde pruebas que tus convicciones y la autoconfianza que tienes, son las herramientas más importantes para obtener dichos logros”, agrega. Su trabajo tiene como fuente de inspiración la lucha contra la pobreza y la desigualdad socioeconómica. “Sabemos los efectos que trae la pobreza: falta de oportunidades económicas y desigualdad a la hora de tener acceso a educación de mejor calidad y de forma segura. Somos presencia y voz para los que no la tienen, junto a otras organizaciones fraternas con quienes tenemos tangencias de propósito”, afirma.

42 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

acceso a servicios de forma igualitaria.”


Zinnia Yarila Alejandro Cordero Programa de Paz y Desarrollo de Taller Salud Zinnia Yarila Alejandro Cordero usa los sueños para transformar vidas. La directora de Paz y Desarrollo de Taller Salud trabaja a diario con la prevención de la violencia en el municipio de Loíza, y es en ese escenario que los sueños se convierten en sus mejores aliados. “Cuando los jóvenes me cuentan sus sueños inalcanzables, se activa en mí como un motor que me hace actuar, crear, hablar, pedir… y ahí no tengo límites, hasta lograr junto a las personas sus sueños”, afirma. Pero cuando “no sueñan, me

cuesta largas conversaciones hasta que logro hacerlos soñar… para que dejen de existir y comiencen a vivir.” El proyecto Acuerdo de Paz que dirige Alejandro Cordero busca minimizar los actos de violencia en el pueblo en el que reside. Este surgió luego de manifestaciones y reclamos de mujeres loiceñas ante la pérdida de sus esposos, hijos y familiares a causa de la violencia. El proyecto utiliza como guía, el modelo de la Universidad de IllinoisChicago, Curando la Violencia (Cure Violence). Uno de los objetivos de este

Tengo la esperanza de que mi comunidad o país, algún día logre,

logre la reconciliación.”

modelo es transformar el pensamiento y las conductas violentas en jóvenes de alto riesgo, así como las normas comunitarias que dan paso a la violencia como la manera de solucionar conflictos. Además, busca crear oportunidades de desarrollo para la comunidad y los residentes del pueblo. La iniciativa ha logrado minimizar en un 80 por ciento, las muertes violentas en el pueblo. Pero, además, ha logrado cambiar los pensamientos de los participantes, llevándoles de la desesperanza a la esperanza; formar un equipo que responda a las múltiples necesidades de estos y sus familiares; y ejecutar alcances comunitarios y trabajo de base para promover mensajes que respondan a las problemáticas vigentes. La organización evalúa los vacíos existentes en la comunidad, para impulsar nuevas iniciativas que aborden la justicia restaurativa para Loíza y todos los jóvenes de la isla. El activismo pacífico de Alejandro Cordero surge luego de recibir un “llamado de la gente del pueblo”, recuerda. “Las muertes en Loíza han causado un luto muy fuerte. En Taller Salud, junto a líderes y lideresas, encontramos un modelo evidenciado para trabajar con la violencia. En sus inicios, se necesitaba a alguien que implantara y desarrollara el proyecto. Ante ello, lideres de Loíza me pidieron que solicitara para el puesto de coordinadora para Acuerdo de Paz. Así lo hice, y luego de varias entrevistas con paneles comunitarios, compuestos por personas de la comunidad y fuera del país, fui seleccionada”, cuenta. Desde entonces, su misión es “mantener mi oído en tierra para desarrollar proyectos que continúen beneficiando a la comunidad, mientras se desarrolla una cultura de paz.” Y en cada acción suya, destaca, predomina el respeto al ser humano. “La escucha activa, la creatividad y esa manera que tengo de ver la vida con ojos llenos de posibilidades”, menciona. Alejandro Cordero tiene un bachillerato en Educación Temprana a Nivel Primario de la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Trabajó en la Escuela Emiliano Figueroa Torres, donde logró integrar las Bellas Artes en las materias de Matemáticas y Español. También trabajó en el Programa de Niños de la Casa Protegida Julia de Burgos y fue pastora de Niñez y Juventud en la Primera Iglesia Bautista de Medianía Alta, en Loíza. Además, laboró en el programa de Comunidades Especiales, también en Loíza. “Logramos mover a las personas para que trabajaran en metas en común, como lograr títulos de propiedad, viabilizar la conexión de agua y luz en Villa Kennedy, y establecer juntas comunitarias que hoy siguen funcionando”, menciona. Con ese trasfondo llegó a Taller Salud, para continuar transformando vidas.

Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 43


CRECIMIENTO DEL CAPITAL COMUNITARIO

A LO LARGO DE LA TRAYECTORIA DE LA FCPR

Clínicas de salud comunitaria con energía solar

37

Becas otorgadas Comunidades solares impulsadas

3 Lorem ipsum

Acueductos comunitarios apoyados con asistencia técnica (18 de estos recibieron donativos)

65

44 / Galardón Rafael y Celestina Cordero: 35 Forjadores de Esperanza

2,731 Microempresas desarrolladas

761


804 105

Proyectos apoyados

6,395

donativos de emergencia otorgados a individuos (huracanes 2017 y terremotos)

fondos corporativos, familiares, de individuos u organizaciones sin fines de lucro administrados Empleos creados o retenidos en las comunidades

1,816

1,965,695

$ Unidades de vivienda construidas o rehabilitadas con apoyo de la FCPR

6,096

Otorgados en préstamos por el Fondo de Inversión Comunitaria (FIC)

$

213,167

Préstamos otorgados por el Program Related Investment (PRI)

$

96,498.02

Otorgados en mini-donativos

77,068,795.90

$

Aportación de la Fundación Comunitaria de Puerto Rico en subvenciones, becas, capacitaciones y asistencia técnica durante los pasados 35 años, en iniciativas educativas, de vivienda, desarrollo económico y comunitario, agua, energía, salud, artes y otras.

Fundación Comunitaria de Puerto Rico / 45


COMITÉ DE NOMINACIONES

JUNTA DE DIRECTORES

Álida Rivera Ponce

Lcda. Anitza Cox Marrero

Diana Galiñanes

Lcda. Vivian I. Neptune Rivera

Libni Sanjurjo

Lcdo. Antonio Escudero-Viera PRESIDENTE

VICEPRESIDENTE

SECRETARIA

Sr. Miguel L. Vargas Jiménez TESORERO

COMITÉ EJECUTIVO Dr. Nelson I. Colón Tarrats Lcda. Anitza Cox Marrero Lcda. Vivian Neptune Rivera Lcdo. Antonio Escudero-Viera Sr. Miguel L. Vargas Jiménez

CRÉDITOS

MIEMBROS Aida Torres Cruz Benjamín Rosario Rosario, CPA Desirée Mieses Llavat Justo Méndez Arámburu Lcda. María Dolores Fernós Marta E. Fernández Pabellón Dr. Nelson I. Colón Tarrats

DESARROLLO INSTITUCIONAL Y COMUNICACIONES

Mary Ann Gabino

PERSONAL 2021

Tamara González Graña

José Hudo Castañer

GERENCIA

Jocelyn G. Capeles Pérez

Libni Sanjurjo CONTENIDO

EDICIÓN

DISEÑO GRÁFICO

FOTOS / FCPR Y SUMINISTRADAS

Nelson I. Colón Tarrats

PRESIDENTE Y PRINCIPAL OFICIAL EJECUTIVO

Mary Ann Gabino Martínez VICEPRESIDENTA SENIOR

David Haddock-Domínguez

VICEPRESIDENTE, ADMINISTRACIÓN Y PROGRAMAS

María del C. Rondón Ruiz COORDINADORA DE PRESIDENCIA

DIRECTORA DE SERVICIOS AL DONANTE

OFICIAL SENIOR DE SERVICIOS AL DONANTE

Evelina Henríquez Ramírez OFICIAL DE SERVICIOS AL DONANTE

Diana Galiñanes Giráldez COORDINADORA EJECUTIVA

Karen Rivera Girau

ASISTENTE ADMINISTRATIVA DE SERVICIOS AL DONANTE

Libni Sanjurjo

OFICIAL DE COMUNICACIONES


PROYECTO DE REDUNDANCIA ENERGÉTICA PARA ACUEDUCTOS COMUNITARIOS Brenda Guzmán GERENTE DE PROYECTO

Pedro Hermina

GERENTE DE OPERACIONES DE CAMPO

Neritte Suro

ASISTENTE ADMINISTRATIVA

PROGRAMA Álida Rivera Ponce DIRECTORA DE COMUNIDAD

ADMINISTRACIÓN Y FINANZAS

Israel Rivera

Noelia A. Marín Oquendo

Juan L. De La Cruz

Nelson J. Díaz Hernández

Miguel A. Santiago

Evelyn Romero Velázquez

COORDINADORES COMUNITARIOS DEL PROYECTO DE REDUNDANCIA

GERENTE REGIONAL - REGIÓN SUROESTE

GERENTE REGIONAL - REGIÓN CENTRO SUR

Tania E. Padín Rivera

DIRECTORA DE FINANZAS

Agnes Crespo Quintana

DIRECTOR DE ADMINISTRACIÓN

Juan Javier Rivera Morales

GERENTE DE RECURSOS HUMANOS Y OFICINA

Alberto Enrique Santiago Solano

SECRETARIA EJECUTIVA SENIOR

Rubén Colón

Lorette Rivera Meléndez

Joselyn Santos

Hiram Williams Figueroa

OFICIAL DE CONTABILIDAD

COORDINADORA DE PROGRAMA

LÍDER DE DESARROLLO ECONÓMICO COMUNITARIO

LÍDER DE PROYECTOS ESPECIALES Y APOYO EJECUTIVO

GERENTE PROYECTO CULEBRA

GERENTE DE ENERGÍA

Hilda M. Martínez Tizol

Ruth E. Román Cruz

ASISTENTE ADMINISTRATIVA EN ADMINISTRACIÓN Y FINANZAS

GERENTE REGIONAL – REGIÓN CENTRO

Sheila Acevedo Yexenia Velázquez Julio Soto Juan Fernández


Fundación Comunitaria de Puerto Rico 1719 Ave. Juan Ponce de León, San Juan, PR, 00909

www.fcpr.org

✆ 787-721-1037

✉ PO BOX 70362

San Juan, PR, 00936-8362 FCPR@fcpr.org

@FundacionComunitaria @FComunitaria @fundacioncomunitaria Fundación Comunitaria de Puerto Rico #35AñosDeAcciónFilantrópica #35ForjadoresDeEsperanza #DARyRECIBIRenPuertoRico #ImpulsoAlCapitalComunitario


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