Paisajes del agua Ciudades Brillantes
La ciudad contemporánea, que en su mayoría funciona a través de infraestructuras subterráneas, ha olvidado integrar al agua en su imagen colectiva desde sus inicios. Mientras que ciudades enteras se diseñaron a través de los siglos en función del manejo de ésta, el día de hoy los ciudadanos de la mayoria de las ciudades latinoamericanas no somos conscientes de los mecanismos, esfuerzos y procesos que se requieren para disponer de ella.
La geografía del agua en Maracaibo es el producto de las relaciones sociales de poder desarrolladas a lo largo del siglo XX, las cuales forman parte de la configuración social y ambiental desigual de la ciudad. La tecno burocracia hídrica en la región no consiguió extender las redes de distribución al conjunto de la población, obligando a los residentes excluidos del servicio a desarrollar estrategias individuales y colectivas para acceder al agua.
Con el objetivo de transformar el imaginario colectivo que los habitantes de la ciudad tienen sobre el agua, se han diseñado una serie de artefactos y piezas que buscan integrar el vital líquido, y su ciclo, dentro del tejido urbano con la intención de plantear soluciones creativas que giran en torno a la estética de la obtención, distribución y saneamiento de esta. Generando un nuevo diálogo entre la arquitectura, la ciudad, el paisaje, el agua y los ciudadanos mediante infraestructuras ligeras que transforman los paisajes cotidianos. Además, se busca evidenciar manifestaciones espaciales que construyan vínculos ambientales, sociales, culturales, económicos y políticos en torno al agua.
La ciudad de Maracaibo se encuentra ubicada en el sector semiárido de la planicie de Maracaibo, donde no hay cursos de aguas superficiales, por lo que el abastecimiento proviene de cuencas vecinas muy distantes de la ciudad. Este hecho conlleva a la búsqueda de alternativas de abastecimiento de agua mediante precipitaciones, agua subterránea o aguas residuales. El agua de lluvia en el territorio en cuestión presenta precipitaciones entre 500 y 600 mm al año, con un periodo crítico entre enero y marzo con un déficit de agua alrededor del 44% y de menor carencia entre septiembre y noviembre con un déficit del 14%. Las aguas subterráneas han sido sometidas a una extracción considerable calculadas en 12,2 m3/s y, de acuerdo con la recarga estimada para esta fuente, en algunos sectores hay sobreexplotación con consecuencias graves en la calidad de las aguas por salinización debido a la intrusión de una cuña salina desde el Lago de Maracaibo.
Este proyecto multiescalar, diverso y replicable, elabora distintos escenarios que promueven la fabricación bajo la sostenibilidad ambiental, social y económica desde el punto de vista táctico con una premisa bottom up, en la que desde pequeñas aproximaciones vecinales puede escalarse a la posibilidad futura de un plan territorial del manejo y administración de los recursos hídricos alternativos.
Actualmente, pese a la contaminación del Lago de Maracaibo, reservorio de agua dulce más grande de América, la región es surtida por más de 130 rios en los embalses de Tres ríos, tulé, manuelote, burro negro, machango, el tablazo, Alonso de Ojeda, Planta B y Machiques, contando con una capacidad conjunta de más de 705 millones de metros cúbicos de agua.